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TRATAMIENTO DEL HIGADO GRASO Se han propuesto diferentes formas de tratar el hígado graso según el estadío de la enfermedad. PRIMER NIVEL: PREVENTIVO Si se tiene sobrepeso y especialmente obesidad localizada en el abdome (los rollitos), es muy prob- able que el riesgo de hígado graso sea muy grande. Para evitarlo, la persona puede hacer varias cosas: a) Ejercicio: al menos 30-60 minutos díarios (dependiendo del grado de sobrepeso). El obje- tivo es reducir el peso a valores normales o reducir el diámetro de la cintura al menos a 92 cm en hombres adultos o al menos a 80 cm en mujeres adultas. b) Dieta: evitar comidas altamente calóricas o hipergrasas. Evitar el consumo excesivo de alcohol. Se ha demostrado que las dietas y el ejercicio tienen un abandono del 90% a los 3 años o del 99% a los 5 años, debido al poco apego a estas medidas por parte de las personas. Las perso- nas que gustan del ejercicio como hábito no poseen hígado graso, mientras que las que no tienen este hábito por lo general lo abandonan a los 5 años como máximo c) Si la persona no es capaz de mantener un régimen de ejercicio o dieta, debe tomar hepato- protectores preventivos de hígado graso. Los hepatoprotectores que en varios estudios clínicos han demostrado su eficacia son la silimarina a dosis de 140 mg por día, coenzima Q a dosis de 10 mg al día o resveratrol a dosis de 20 mg diarios, los cuales son eficaces en evitar el acúmulo de grasa en el hígado. Estos hepatoprotectores se venden bajo el nombre comercial de Hepapront o Kufer Q y son buenas alternativas al respecto. La costumbre de tomar una cápsula de los medicamentos antes men- cionados antes de ingerir una comida grasa o del consumo exagerado de alcohol (más de tres cervezas en un día) es eficaz en la prevención del hígado graso. Existen ahora presentaciones de silimarina en sobres efervescentes con vitamina C para pacientes que tengan dificultad para ingerir cápsulas o sean amantes de tomar vitamina C como suplemento nutricional d) Si un paciente está tomando medicinas por largo períodos (meses), como ciertos antihi- pertensivos, anticonceptivos, antidepresivos o antiinflamatorios, se debe tomar hepatoprotec- tores una vez al día para evitar el desarrollo de hígado graso que estos fármacos pueden producir como efecto colateral. e) Asimismo, si un paciente ha sido diagnosti- cado con hepatitis viral, debe tomar hepatopro- tectores (una o dos veces al día), pues en muchos casos una hepatitis puede evolucionar a hígado graso.

Tratamiento Hígado Graso

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TRATAMIENTODEL HIGADO GRASO

Se han propuesto diferentes formas de tratar el hígado graso según el estadío de la enfermedad.

PRIMER NIVEL: PREVENTIVO

Si se tiene sobrepeso y especialmente obesidad localizada en el abdome (los rollitos), es muy prob-able que el riesgo de hígado graso sea muy grande. Para evitarlo, la persona puede hacer varias cosas:

a) Ejercicio: al menos 30-60 minutos díarios (dependiendo del grado de sobrepeso). El obje-tivo es reducir el peso a valores normales o reducir el diámetro de la cintura al menos a 92 cm en hombres adultos o al menos a 80 cm en mujeres adultas.

b) Dieta: evitar comidas altamente calóricas o hipergrasas. Evitar el consumo excesivo de alcohol.Se ha demostrado que las dietas y el ejercicio tienen un abandono del 90% a los 3 años o del 99% a los 5 años, debido al poco apego a estas medidas por parte de las personas. Las perso-nas que gustan del ejercicio como hábito no poseen hígado graso, mientras que las que no tienen este hábito por lo general lo abandonan a los 5 años como máximo

c) Si la persona no es capaz de mantener un régimen de ejercicio o dieta, debe tomar hepato-protectores preventivos de hígado graso. Los

hepatoprotectores que en varios estudios clínicos han demostrado su eficacia son la silimarina a dosis de 140 mg por día, coenzima Q a dosis de 10 mg al día o resveratrol a dosis de 20 mg diarios, los cuales son eficaces en evitar el acúmulo de grasa en el hígado. Estos hepatoprotectores se venden bajo el nombre comercial de Hepapront o Kufer Q y son buenas alternativas al respecto. La costumbre de tomar una cápsula de los medicamentos antes men-cionados antes de ingerir una comida grasa o del consumo exagerado de alcohol (más de tres cervezas en un día) es eficaz en la prevención del hígado graso. Existen ahora presentaciones de silimarina en sobres efervescentes con vitamina C para pacientes que tengan dificultad para ingerir cápsulas o sean amantes de tomar vitamina C como suplemento nutricional

d) Si un paciente está tomando medicinas por largo períodos (meses), como ciertos antihi-pertensivos, anticonceptivos, antidepresivos o antiinflamatorios, se debe tomar hepatoprotec-tores una vez al día para evitar el desarrollo de hígado graso que estos fármacos pueden producir como efecto colateral.

e) Asimismo, si un paciente ha sido diagnosti-cado con hepatitis viral, debe tomar hepatopro-tectores (una o dos veces al día), pues en muchos casos una hepatitis puede evolucionar a hígado graso.

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SEGUNDO NIVEL: TERAPEUTICO

Una vez confirmado el diagnóstico de hígado graso por ultrasonido, se debe seguir un régimen terapéutico para evitar que el hígado se inflame y evolucione a lo que se conoce como esteato-hepatitis, un paso previo a la cirrosis o al mismo cáncer de hígado.

Igualmente, el tratamiento del hígado graso es aconsejable debido a que evoluciona en un plazo de años en el 100% de casos a un tras-torno metabólico generalizado que se conoce como “resistencia a la insulina”. La resistencia a la insulina es la semilla que incuba otras enfermedades más graves como diabetes, aterosclerosis, infarto cardíaco, derrame cerebral, etc. Se la considera una epidemia a nivel mundial porque su prevalencia se sitúa entre el 30 al 40% de la población y su incidencia es mayor mientras más edad tenga la población estudiada. Su origen es en la mayoría de casos un hígado graso no tratado.

Como tratamiento del hígado graso se recomiendan medicamentos movilizadores de lípidos hepáticos. La silimarina en dosis de 170 mg cada 12 horas son muy útiles con este fin. Igualmente la coenzima Q en dosis de 30 mg cada 12 horas es muy útil, porque evita el estrés oxidativo hepático y por tanto evita la esteato-hepatitis.

Un medicamento que une la silimarina con la coenzima Q10 a las dosis recomendadas para esta etapa es el Kufer Q-Recargado. En caso de niños menores de 12 años se puede dar la mitad de la dosis recomendada para adultos (una cápsula al día).

Si el paciente tiene hígado graso y resistencia a la insulina se puede aumentar la dosis de coenzima Q a 60 mg cada 12 horas y además adicionar resveratrol 200 mg cada 12 horas, el cual corrige la resistencia a la insulina y además moviliza lípidos del hígado por mecanismos diferentes a la silimarina.

Otro fármaco que reduce la resistencia a la insu-lina y moviliza las grasas hepáticas es la met-formina. Se ha intentado otros fármacos como las estatinas (por ejemplo, la simvastatina) para reducir el colesterol de la sangre pero los resulta-dos no han sido concluyentes. Igualmente se han usado anorexígenos (fármacos que bajan el apetito) como la sibutramina para reducir el peso del paciente y por consiguiente disminuir el conte-nido de grasas en el hígado. Sin embargo, por sus efectos colaterales (palpitaciones, insomnio, sudoración, sequedad de la boca, etc) no son recomendables.

El tratamiento del hígado graso con estas sustancias debe ser mínimo de 6 meses, no se encuentra me-joría de esta enfermedad si el tratamiento se extiende solamente por un par de meses o peor aún un par de semanas o días

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Una de las complicaciones del hígado graso es la fibrosis y luego la cirrosis. Si esto ya ha ocurrido, una de las alternativas para el paciente es recibir medicamentos antifibróticos como el curcumin el cual detiene el proceso de fibrosis hepática o lo revierte en ciertos casos.

En casos de dudas sobre el tratamiento del hígado graso o sus consecuencias o más opciones de tratamiento consulte a su médico o refiérase al libro “Higado Graso No Alcohólico: El Lobo Con Piel de Oveja” que se expone en la página principal de este sitio web.

TERCER NIVEL: QUIRURGICO

Si el hígado graso ya ha evolucionado a esteatohepatitis y a fibrosis, muchos científicos han demostrado que la omentectomia (extirpación de tejido graso del interior del abdomen) acompañado de una liposuc-ción abdominal mejora el hígado graso. Otros tratamientos incluyen la cirugía bariátrica reductora de peso (por ejemplo, by-pass gástrico o la manga gástrica). Por último un trasplante de hígado es la medida más extrema en los estadíos finales de la enfermedad por hígado graso.