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i i ^ i ^ii^, MADRID MAYO 1962 N.^ 10 - ó2 H Tratamiento selvícola del encinar Joaquín Ximénez de Embún Ingeniero de Montes MINISTERIO DE AORi^ULTURA DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITO Y CAPACI`iACION AGRARIA

Tratamiento selvícola MADRID del encinar N.^ 10 - ó2 H · blando de fuste y de copa, y confttndirlo con madera y leña, ya qtte cllo es consicíeración económica y no selvícola

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ii ^ i ^ii^,

MADRID

MAYO 1962

N.^ 10 - ó2 H

Tratamiento selvícoladel encinar

Joaquín Ximénez de EmbúnIngeniero de Montes

MINISTERIO DE AORi^ULTURA

DIRECCION GENERAL DE COORDINACION,CREDITO Y CAPACI`iACION AGRARIA

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TRATAMIENTO SELVICOLA DEL ENCINAR

l,a especie forestal Quey^cus ilex se presenta en Españaen monte alto, en monte mecíio, en monte bajo y en dehesas.I;n las cuatro formas reúne facetas interesantes, que con-viene conocer. El encinar normalmente debiera tratarse enforma de masa de monte alto si se hubiera de seguir el cri-terio del máximo climácico evolutivo, pero ocurre que laservici^ltura europea de antiguo cuño estaba enfocada a laproducción de madera, y todo su afán era conseguir un má-ximo de masa en mínimo tiempo. Falla aquí entonces tal tra-taniiento, al igual que en los pinares en resinación, en lo^que entra como factor principal el producir rentas con sumiera. Aquí será el fruto el principal factor de renta.

Lo primero que deberá estudiar, por consiguiente, tocloselvicultor es cuál es la forma cíe masa más rentable v eco-nómica y que mejor eng-rane con la situación general deípredio.

Habrá predio de dedicación absoluta al encinar paraleñas, maderas, carbón, curtientes y frutos. Entonces con-vendrá aceptar la forma cíe masa de monte alto, con todas.sus consecuencias.

Podrá suceder que el suelo, en vez de ser quebrado, ro-coso-pedregosu y, en fin, serrano, sea ondulado y que lazona sea ampliamente ganacíera. Convendrá entonces acep-tar tal vez la for^na de un monte adehesacío o de una dehesade pasto.

O tal vez ocurra una necesidad de tierra de labor ensecano y podrá entonces tratarse ĉíe explotar una dehesade labor y pasto.

En cualquiera de estas formas precisa, sin embargo, ase-gurar la reproducción de la encina y su fructificación cons-tante al máximo, y de ahí los cuidados culturales a que ha desometerse.

La decisión de aceptar una u otra forma de masa es.

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difícil, pero, desde luego, descansará siempre en la posibili-dací de que la encina fructifique como es debido.

Por desgracia, en la parte central de España se encuen-tra el suelo empobrecido, el clima riguroso y el abandonoancestral del encinar a sí propio, han dado lugar a que laf ructif icación se produce mal y con bellotas pequeñas y enexceso amargas. En tal coyuntura al encinar se estima cadavez menos, convirtiéndose pronto en monte bajo, para de-generar, por último, a una mata sufruticosa producida sobreun suelo degradado. En él ya no cabe otra solución que des-cuajarlo y repoblar el suelo cambiando de especie e introdu-ciendo una conífera.

No faltan en nuestra patria montes altos de encina (Ba-leares y Cataluña ) y estimamos que muchas dehesas y mon-tes nuevos podrían transformarse en buen monte alto, enlos que la montanera y el pastoreo estuvieran perfectamentecoordinados con la obtención de maderijas, carbón y corte-za para curtiente.

dlonte alto.

Para esta forma de masa la encina no admite otro tra-tamiento que la entresaca regularizada.

Enfrentamos en primer lugar la posibilidad de que, enefecto, se reproduzca como tal monte alto, es decir, por ger-minación de la bellota, que cae al suelo desde el árbol paclrc.

Esta facultad de repi-oducirse en monte alto ha siclo ne-gada, siendo algo totalmente comprobado en las buenas es-taciones y en los encinares cuidados. Sin embargo, habre-mos de contar siempre con el brote de raíz para producir,si es necesario, un fustal de cepa, en el entendido de que lamasa creada por chirpiales no será una masa del vigor dela procedente de brinzales ni la igualará en la producciónde bellota. Se tratará, en suma, de contar con él como unsubpiso dominado de nuestra masa y con un papel culturalselvícola tendente a evitar invasiones de matorral, empra-dizamiento del suelo y excesivo clareo de la masa total.Hecho que no justifica considerar el monte como un montemedio irregtilar.

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La reproducción de cada pie habrá, pues que buscarla enuna limpia perfecta del suelo y en un mullimiento y acota-miento riguroso al pastoreo, a tin de que la bellota caída(que lo será localmente por ser semilla pesada) encuentre

Hig. 1.-Dehesas sin fruto. (F,ncina al se^undo ario del desmocl^c.) (FoYo J. D^e-néndez.)

tierra apta, sombra y condiciones climáticas suaves para sunacimient^> ^r desarrollo. Al tni,m^^ tiempo a^nvendrá quese guíen los brotes de raíz necesarios a fin de lograr alre-cíedor del brinzal un vigoroso chirpial protector, doncie ^r,f^o.rterioyi haremos limpiezas selectivas de pies.

Diámetro de cortaUilidad.

Procederemos entonces a determinar el diámetro cíe cor-tabilicíad. Esto no será sencillo, porque tal diámetro vendr«cíeterminacío conjuntamente por el rendimiento en bellota

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rlel árbol y del número de árboles por hectárea. Como siem-pre, entra aquí, en los cálculos, la consideración de masa. Esevidente, en efecto, que una encina de 60 centímetros dediámetro puede producir una media de 40 kilogramos debellota al año. Pero como cabrán de ellas por hectárea 10tan sólo, cl rencíimiento será de 400 kilogramos por hec-tárea.

En cambi^^, una de 40 centímetros nos dará tan sólo 30kilogramos; pero si caben 20 por hectárea, el rendimiento

I^i^. 2.-I)ehesas sin fruto. Encina tras el prirner olivado (primer período denueve años después del descuoche). (Foto J. Menéndez.)

será de 600 kilogramos por hectárea, con lo que, en defini-tiva, el rendimiento será mayor.

En la. práctica y dada la necesidad de que Ias encinas nose nos vuelvan decrépitas en exceso y no piercían la f acu; -tad de brotar, no deben adoptarse edades de cortabilidadsuperiores a los ciento veinte años, con lo que el <liámetra

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de cortabilidad será de 45 centímetros, según calidad y es-taciones.

Según ello tendríamos entonces para monte-tipo de en-cinar en monte alto una formación ideal por hectárea se-mejante al cuadro adjunto.

En este monte-tipo advertiremos que las encinas son lasmedias de lo que para tales edades podemos conseguir enmontes españoles para ciento veinte años. Se comprende queencinas mal cuidadas desde jóvenes y dejadas a su libre al-bedrío no lleguen a tales alturas, y, por el contrario, queencinas de ciento ochenta a doscientos años, como ocurre enlas dehesas, tengan proyecciones de copa mucho mayores a.las dadas, y por lo tanto mucho mayor volumen de copa.

zQuién no ha visto encinas gigantescas? Pero tales ár-boles, de edades superiores a los doscientos y aun quinien-tos años, no tienen valor como com^onentes de montes nor-males industrializados.

Iguales salvedades hacemos en cuanto a la producción def ruto.

Número de pies por tiectárea.

Sabemos, sin embargo, que el encinar no se presenta enesta forma de monte regular, sino como monte irregular piea pie.

Si calculamos el monte normal irregular por el métodubiológico, 11e^-aríamos a la conclusión de que la serie normalde pies por hectárea sería :

Númerode pies

Volumen totalpor hectárea

l^e 42 centímetros de diámetro ......... .................. 21 17,136De 37 centímetros cíe d ámetro ............ ........... ... ?.7 1fi,200De 32 centímetros de diámetro ......... .. ............... 35 17,000De 27 centímetros de diámetro ......... ..... ............ 46 11.500De 22 centímetros de diámetro ...... ........ ............ 60 7,200De 17 centímetros de diámetro ................ ........ .. 78 4,680l^e 12 centímetros de diámetro ..... ...................... 100 2,100

Tarnt ......................... 367 75,816

Número de pies, como vemos, doble que para la mas^r3.rcg^ular y diámetro 42.

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La bellota producida en este caso sería por hectárea3.096 kilogramos, de los cuales sólo se aprovecha un 40 por100, o sea 1.200 kilogramos, quedancío el resto perdida oen el suelo para la reproducción del encinar.

H'iG. :.--liehesas sin fruto. Enciua Cormada al cabo de veintisiete años.

a ,t

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lligamos aquí que se trata de cálculo medio, ya que,cumo sabemos, la vecería de la encina es grande. Correspon-den, por lo tanto, los datos a valores medios del peso cle diezaiios.

Tatnhoco debe inducir a error el modo cíe cubicar, ha-blando de fuste y de copa, y confttndirlo con madera y leña,ya qtte cllo es consicíeración económica y no selvícola. Esdecir, para leña, tal como se obtiene transfortnacla en car-bón o clestilada, se emplea el 70 al 75 por 100 del ^eso totaldel árbol, siendo el resto aplicado para madera, tales comomnebles, íanzadera, carretería, etc.

Rotación.

I)eberemos investi^^ar el tiempo que tarda una encina encrecer cinco centímetros de diámetro. Observaremos en nues-tro cuacíro cltte tal cifra es o vale de mecíia 15. I'ttes bien :el módulo cleberá ser 15 o un múltiplo, }-, según ello, cliviclirnuestro monte en 15 partes llamaclas tranzones, para en cadauno de los tranzones extraer los hies que hubiera de diáme-tro mecíio 42 centímetros.

ro5^u^^^aaa.

^ Cuánto cortaremos r En todo monte debemos propo-nernos el monte ideal, como hemos hecho, y compararlo conel real que poseemos. Nos prol>onclremos irnos acercando aél en el transcttrso del tiempo, qtte en este caso será el turno :los ciento veinte años.

Cortaremos, pues, como cíecimos, cada año, como má-ximo, lo llegado a la cortabilidad en cada tranzón, o la mitadsi el monte es deficitario, y además los pies necesarios másdelgados qtte sobren de nuestro cttadro ideal, y si no sobran,desde luego los enfermos, cíecrépitos y sin porvenir, siemprecon la mira de atenuar diferencias en el futuro.

I^ n general, pues, no cortaremos, además de los gruesosdichos, más que pies cle 10-19 centímetros, la mayoría ver-dascales hrocedentes de brote de raíz, que habremos dejado

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y guiado con su cuenta y raz_ón, como veremos en los cuida-clos culturales y que ya nos sobrarán. Dejaremos los pies dediámetro intermedio, que son los más fructíferos y estaránen plena hroclucción y crecimiento de maduración.

Cuidados culturales.

Pero nuestra acción no se reducirá a cortar lo dicho enel tt-anzón de corta, sino que en todos, a su debidu tiempo,cíeberemos hacer :

a. ) Descuaje del matorral.b^ Al^ostolado o guía de brotes de raíz para iormar

vardasca.

c^ Podas de pies fructíferos.d) Yodas de f ormación en algunos pies.e) Injertos y polinizaciones.f) Claras de vardascas ya inútiles o que se anasto-

mosan.

^^) Recalces, binas, fertilizaciones del suelo.h) Plantaciones complementarias de pies nuevos (con

envase especial o ce^ellón).

Estas operaciones hay que hacerlas en cada tranzón cadacinco años, aunque con diferente intensidací; es decir, cadaaño habrá que trabajar en el tranzón de corta y dos máshaciéndolo en forma ordenada y escalonada.

Apostado o guía de brotes de raíz para formar vardascal.

Nos detendremos un momento en este cuiclado cultural.Ll año que se hace un descuaje de matorral debe proceder-se generalmente a recepar las matas, quitando las raícesmuertas de la encina. Hay que eliminar en ellas brotes ad-venticios de toda clase, y guiar y elegir el brote de raíz quese considere mejor y más vigoroso a fin de que constituyael subpiso clel monte bajo, aunque bien pudiera ser que loque se guiase fuese una nueva encinita nacida de bellota.

Tamhién es entonces llegada la ocasión de introcíucir en

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CUADRO DE TRATAMIENTO DE UN ENCINAR EN MONTE ALTO O.DE

Tranzón 1 2 3 4 5 6 7

I C-D^GR-P D-GR-P11 C-D-GR-P - -

II I C-D-GR-PIV GD-^rR-PV C-D-GR-P

. VI D-I-P C-D-GR-PVII D-I-P C-D-GR-

Vlll D-I-PIX D-I-PX D-I-P

Xi D-GR-P D-I-PX1I D-GR-P D-I-P

XIII D^GR-PXIV GR-D-PXV GR-D-P

C= Corta. D= Desbroce. GR = Guía de brotes de raíz. P= Poda. I= Injerto.

ENCINAR EN MONTF, ALTO. TEORIA DE UN RODAL REGULAR.

Edad pT. Area deincidencia

Número de

ies orCabido

AreaAños cm. de un pie

Pcubterta basimétrica IaF

Iml hectó ea Iml

30 10 6 1.000 6.000 7932 12 8 800 6.400 9036 14 10 500 5.000 9540 16 12 500 6.000 10044 18 14 400 5.600 11048 20 16 ^400 6.400 12652 22 18 300 5.400 11456 24 20 200 4.000 9060 26 22 200 4.860 10664 28 'l4 I80 4.320 11068 30 26 180 4.680 12772 32 28 160 4.480 12978 34 30 160 4.800 14•584 36 32 160 5.120 16390 38 34 160 5.440 18194 40 36 150 5.400 188

104 42 38 150 5.700 208120 44 40 150 6.000 228150 4b 42 150 6.300 249

Narn : H= Altura hasta punto de D= 10 cm. en la rama más conspicua.V= Volumen hasta punto de altura H.I) = Densidad verde y c. c. = 1.000.µ = Coeficiente mórfico correspondiente.

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^DO POk EL SISTEMA B10LOGICO PARA 42 CM. DE DLAMETRO'A

S

9 JO l1 12 l3 !4 15

D-I-Pll=1-P

R-P D-I-PD-G R-P D-I-P

D-GR-P D-I-PD-GR-P

D-GR=PGR-P D-GR-P

C-D-GR-P D-GR-PC-D-GR-P D-GIirP

C-D-GR-PC-D-GR-P

I-P C-D-G R-PD-1-P C ^-GR-P

D-I-P C-D-GR-

ión = 15).

OS PARA EL MONTE IRREGULAR, SEGUN METODO I310L0(=ICO

Y. Voiumen_ V Peso en Peso copa B ellofo total por pie

kilogramoc kilogromos Imadera yta ICoeflciente

_ _leñal

mórficol 3m Ifustei Kg. iep m

U,85 0,013 13 1 - 0,0140 80 0,020 20 1 - 0,0210,80 0,030 30 6 - 0,0360,80 0,048 48 8 -- 0,056Q76 0,055 55 10 --- 0 0660,74 0,074 74 15 3 0,0990, 72 0,100 100 20 4 0,1200, 70 0,130 130 30 5 0,1600,65 0,156 156 70 8 0,2240,65 0,180 180 100 10 0,2800 65 0,208 208 15C 12 0,3580,62 0,223 223 200 20 0,5000,62 0,268 268 250 25 0,5180,62 0,300 300 275 30 0,5750,62 0,335 335 300 35 0,G350,62 0,371 371 350 40 0,7210,60 0,416 416 400 44 0,8160,60 0,456 456 500 4b 0,9560,60 0,499 499 550 48 1,049

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los huecos, los clai-os }^ eventuales calveros nueva plantacriada en bote de capellón por los procedimientos normalesde repoblación.

Tales trabajos los reseñare^n^>s en la casilla correshon-diente del cuadro de explotación poniendo GR En cada tran-

Fi^. 4.-Distribucifin de los encinares en f?spaiia.

zón lo haremos el año de la corta ^^- a los cinco años siguien-tes, espei-ando no haya que hacerlo ya más. Ello no obstantepodría en todo caso hacerse por- tercera vez al cuinplir otro^qttinquenio.

Norn7almente quedará para este último qtiinquenio laeliininación de vardascas torcidas y excesivas, el injerto ^-l^olinización de las que quedan }- las podas de l^r-oducciónsobre el arbolado semigrueso }^ en plena producción, al quehabrá ^lue elitninar alg-una ramilla.

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Tal operación la selialaremos con I(injerto ^- limpia).El injerto puecíe hacerse de varias formas y en diversas

ocasiones.

Puecle hacerse como el injerto cle alcornoque sobre laencina. Para . ello, en un brote vigoroso de dos o tres alios,_ya guiacio, libre y lignificaclo, se hace un injerto cle púa anivel del suelo, con ramas cle encina de bellota dulce. (Quer-c^rs ballota. )

A los veinte alios, y siendo ya un arbolito de 10 a 16centímetros, puecíe volverse a injertar en todas las ramas enque se vaya a formar la encina adulta.

El injerto debe recubrirse con mastic fusible y tierravegetal ^- en las ramas debe hacerse dentro cle un manguitode barro lleno de tierra que se riegue en verano. Los ren-climientos así serían mucho n^a^-ores. ^

Podas.

Las hodas sien^pre se han recomencíado en los encinaresy, sin etnbargo, es clonde estriba el f allo fundamental en sutratalniento selvícola. Conclucido el n7onte como hetnos des-crito, armada y equilibracla la cima oportttnamente, nece-sita sí de las poclas frecuentes u olivaciones que hetnos re-señado. Y etnpleamos deliberadamente la palabra olivaci^-nes para que se cotnprencla que debe hacerse como en elolivo, es decir : suprimiendo ramas interiores secunclariaso de anortnal desarrollo que introducen ttn factor cle cles-equilibrio y que no llevan yema f ructíf era, sino tan sólo dehoja que impedirá el fácil acceso cle luz << aire a las yemasfructíferas. Deben hacerse con hacha ^- a veces con tijera,sin mulión en las ratnas menudas ^- con Inut^tón cle 20 a 2^centímetros con ya»tilla te^^^taizaal en las más gruesas que seapreciso eliminar. I?sta clase cíe olivaciones y podas se hacentnal o no se hacen, por la sencilla razón cíe qtte rara vezCLIIJreIl gastOS.

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Dehesas.

Son importantes las dehesas españolas de Extremadura,

Andalucía, Salamanca y Avila, entre otras. Se tr`ata en suma

de montes claros en que hay cíe 45 a 70 encinas por hectá-rea ; es decir, con espaciamientos de 15 X 15 a 12 X 12 me-tros y cuyo suelo está dedicado a pasto natural, pastizalmejorado o cultivo.

La especie arbórea puede ser la encina, el alcornoque oel quejigo, revistiendo muy diverso carácter o valor, si talesespecies están puras o mezcladas.

En ellas se trata de coordinar el aprovechamien,to de le-ñas, maderijas, bellotas, pastos o corcho dando muy diver-sos rendimientos, a veces sumamente interesantes y a veces

nulos. Son montes totalmente incomprendidos por el hombremedi.terráneo, que cree saberlo todo acerca de ellos y en rea-lidad obra intuitivamente desde hace siglos.

Los fustes, copas, áreas de incidencia y producción debellota, son diferentes de lo reseñado. Especialmente dismi-nuye la producción de esta última, por individuo; y ellocontra toda lógica, ya que es la degradación del terreno ylos desmoches para producir leña lo que tal cosa ocasionaen las dehesas extremeñas y andaluzas.

En cambio en las dehesas castellanas, t es tan sólo res-ponsable el clima de la nula f ructif icación ? No estamos encondiciones de contestar.

Para una dehesa con fructificación en Extremadura oAndalucía podemos tomar el monte ideal cíe 60 pies por hec-

tárea con la distribución del cuadro de la página sig-tiiente.

El cuadro teórico de la dehesa de una hectárea está for-mado a base de lograr perennemente la renovación de los

pies según el sistema biológico. Se comprende, sin embargo,que la serie normal de pies no puede tener realidad con la

uniformidad dada para todas y cada ttna de las hectáreas delmonte.

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Las e^istencias de una hectárea serían :

Fustes .................................. ..... _......... 86 mCopas .................................................... 14 m8Kilogramos total ............................... ..... 20 mek'roducción anual de bcllota ........................ 525 kg.

Producción.

La ^i-oducción principal de las cíehesas de encinar deL^tremácíura y Anclalucía es siemin-e la bellota, generalmen-te, aprovechacla mediante la típica montanera en c>.rya cíes-^, rihción no entraremos de momento.

En ella la cleterminación del g^anado a entrar, se hacenlediante atc,ro a ojo cle la cosecha existente y las conoci-cla^ ecjtlivalenc^ias de clos 1>tlercas por tres marranos, closmarranos a tres marranillos y dos marranillos a tres lecho-nes, v bajo las bases aproximadas cle mleve kilogramos debellota vercle l^or 100 kilogramos cle peso vivo.

Tal cleterminación habría de hacerse sabiendo que unl:ilogramo de bellota clesecada tiene 1,10 unidades alimenti-ria^ con siete g^ramos cle proteína cligestible (Torrent). _^si-mismo ha}_n-ían clc comhutarse las unicíades alimenticias deltal>iz herháceu.

Csta e^ esl>ecialmente la clificultacl. En efecto; en la rea-iiclacl, las clehesas esl^añolas no son montes como el teóriconuestro de renovación biológica ; están por el contrario coils-tittúclas l^or encinas aiiosísimas sometidas a desmoches pe-ribclicos. l.a hroducción de bellota l^oclría entonces conocer-se hara un tanteo, vienclo el cliámetro de las encinas cie quecli^l^onemo, y buscando en la tabla su producción. La va-rieclad <le fruc^tificación y estacional obliga a que este fac-tur sea irlvestigado «in situ» hara cada caso.

Igualmente sucede con el tapiz herbáceo que oscila desclevalores cle 100 a 1.50O tT. f^. por hectárea.

Con fi-uctificación normal y densidad cíe 50 pies por hec-tárea v encinas de 35 centímetros cle cliámetro podría acep-tarse por consiguiente de 700 a 900 kilogramos por hectá-rea ^- aím más, si no se les sometiera a los equivocados cle-moches.

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Desmoches y olivaciones.

En encinas de 32 centímetros de diámetro en adelantesttelen hacerse desmoches en los cuales se abre la copa, perodej ándola un pendolón central para evitar excesivo consumode energías. En tales copas se cuida del brote vertical de lasramas que constituirán las futuras copas.

Tales desmoches no tienen razón de ser en los encinares

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Fig. 6.-P roducción media de bellota con el diámetro en pies de encinar de montealto normal. 7_ona mediterránea.

productores de bellota y son los causantes de la baja pro-ducción que apuntábamos. Tienen su justificación en la pro-ducción de leña, allí, sobre todo, donde la f rttctif icación esimposible. Se desmochan encinas grandes añosísimas que ya

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Se deSmOCharOn ell epOCa5 antert(ll-eS V JamaS Se Ol1Vai-On.

^e establece^, una vez mas, el eterno círculo vicioso quecíeshace los montes mediterráneos : Se desmocha porque noproducen otra cosa y no producen porque se desmochan.

Pero si se hace, debe dejarse el pendolón durante cua-tro o cinco años y hacerlo a turnos de dos años como míni-mo, dividido en tres períodos de nueve en que^ se olivará yguiarán verticalmente las ramas de la copa futura. f'ero niaítn esta olivación se hace a veces por no resultar muy ren-table en productos, con lo que la degradación y mtrtilaciónde las^ sttfridas encinas r.ontinúa inexorahle.

En todo caso no debe apearse un volumen superior a losdos tercios de la copa, es decir, no deben obtenerse de en-cinas de 47 centímetros de diámetro, ^pesos superiores a losK00 kilogramos ; si bien en encinas desmochadas ^ en lapsosde tiempo mayores a veintiún años se ohtienen 1.000 y aún1.500 kilogramos de leña.

Las fotografías aclaran el sistema. IĴllo, no obstante,nosotros cada vez que contemplalnos una encina desmocha-da, no podemos menos de sentir como propio el fiero «aplas-tamiento de copa».

Ni que decir tiene lo que influyen en estos tipos primi-tivos de explotación el bajo valor de los productos leñosos ylas formas arrenclaticias.

El tapiz herbáceo.

Nada diremos de las dehesas cultivadas ag-ríc•olamente.I^n los alcornocales representa su ruina y en muchos casostambién en los encinares que caminan fatalmente a la totaldesaparición, legando al futuro, suelos medio desertizados.

Pero iguahnente inadmisible es lnantener el suelo cu-bierto de matorral de jaras, aulagas, brezos o labiadas. Elmatorral debe ser extirpado y con sus restos triturac}os, fer-tilizado el suelo debidamente. En tales suelos podrá implan-tarse un pastizal mejorado con pastoreo racional }- cuidado.

Una mezcla de cinco kilogramos de Yhalaris tza,berosa(var. stetzoptera) con cincc, a diez kilog^ramos de Trifnli^r^nz^

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subterráne^,rrya (Mount Baker, Toll Roch) y cínco kilo^ra-mos de Loliu^n ríqid^a,na resolverá en muchas dehesas el pro-blema, y en zonas templadas sub-hí^mecía^ sin helacla: la ^^o-pular 7,ulla (Hedysarum coronarium).

Datos xilométrlcos.

Como datos complementarios a manejar, diremo, que ladensidad de la leña de encina verde v con corteza es ^le1 a 1,1, y seca y sin corteza de 0,8. I:1 estéreo de leña ^^esa480 a 500 kilogramos y tiene 0,480 metros cúbicos de v^^-lumen.

1:1 número de calorías de la leña seca es de 3.200 la to-nelada métri.ca, y verde de 2.604, dando un rendimiento encarbón de un 20 por 100 en peso.

Depótiito le^a.l, M. 3.109 i:i3s5.^.I<:11^It:ASUl:l11f:A .11AlIkIL1