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Troleo edicion 27

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REVISTA TROLEO EDICION 27

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Siempre nos es grato recibir invitaciones para torneos de pesca, que por cierto, aumentan de número año con año. Esto nos confirma que esta faceta del deporte más hermoso del mundo, continua en pleno desarrollo e implementando reglas que favorecen el juego limpio y mejor aún: la preservación y cuidado de las especies.

En meses pasados, volamos de punta a punta del país: de Los Cabos en Baja California Sur, a Mahahual en Quinatana Roo, haciendo escala en La Cruz de Huanacaxtle, Nayarit, para estar presentes y llevar la crónica hasta nuestras páginas, de los torneos desarrollados en esas aguas, particularmente productivas para la pesca de altura.

De Cabo San Lucas y el Bisbee´s Black and Blue Marlin, me quedé gratamente sorprendido, primero, con el destino, un lugar vivo, gene-roso y ampliamente reconocido por muchas razones además de su pesca y sus campos de golf; segundo, con la espléndida organización y control del evento en todo momento y por último, con la estupenda convocatoria que atrajo a equipos de buena parte del mundo, como Japón, Rusia y Australia… y se me olvidaba, también me quedo con el premio de casi dos millones y medio de dólares que se embolsó el equipo ganador.

En Nayarit, tesoro del Pacífico Mexicano, se desarrolló el primer torneo Internacional denominado: “La Cruz de Huanacaxtle de la Riviera Naya-rit”. La marina de clase mundial de Huanacaxtle fue sede del novel tor-neo, que por cierto, nació con torta bajo el brazo, ya que se rompieron dos importantes récords: de capturas totales y del marlin más grande pescado en cualquier otro torneo organizado en esas aguas. Un primer torneo que dejó la mesa bien puesta para el próximo año.

Del Pacífico viajamos al Caribe hasta Mahahual, el la costa sur de Quin-tana Roo para reseñar un torneo más de pesca: la primera edición del Wahoo de Plata; una propuesta interesante para Mahahual, en su ca-mino para consolidarse como un destino de pesca por excelencia para este tipo de eventos, gracias en gran medida a sus playas, a sus aguas que aun se conservan vírgenes y a la buena infraestructura hotelera con la que cuenta.

No podemos dejar de mencionar que esta edición coincide con el final de un maravilloso año, “Año nuevo vida nueva” se dice popularmen-te, y para lograr que el nuevo año traiga grandes cambios positivos para nuestras vidas, debemos empezar por cambiar nuestra forma de pensar y percibir el entorno. Sea pues éste nuestro mayor deseo para lectores y anunciantes de Troleo, una revista con muchas agallas.

Nos vemos en la próxima captura.Manuel Solís Trejo / DIRECTOR [email protected]

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Pisar nuevamente las tierras nayaritas es un espectáculo que com-place los sentidos desde el primer momento. Por algo dicen que Dios permaneció un poco más de tiempo ahí. Personalmente hacía 3 años que no visitaba ese increíble estado cobijado por la Sierra Madre Occidental, que presume, un hermoso traslape de montañas que descienden formando pequeñas playas escondidas entre cerros y acantilados, en un paisaje poco común, donde convergen la natu-raleza proveniente del mar y la montaña.

El arribo a Nayarit.

La llegada de Troleo a mediados de Octubre, fue al aeropuerto internacional de Puerto Vallarta en Jalisco donde nos esperaba el siempre amable y sonriente Guillermo Guerrero, encargado de Re-laciones Públicas de la OVC (Oficina de Visitantes y Convencio-nes) de Riviera Nayarit. Recorrimos sólo 10 kilómetros para cruzar al estado vecino: Nayarit, donde se ubica Nuevo Vallarta, el primer escalón del andador turístico conocido comercialmente como Ri-viera Nayarit, donde se concentran algunos de los mejores hoteles de todo el estado al igual que en el desarrollo vecino de Flamingos, dos complejos hoteleros y departamentales que comparten caracte-rísticas similares de lujo y privacidad que se han vuelto muy popu-lares entre los turistas nacionales y extranjeros.

Nuestro anfitrión de siempre, Diego Arvizu representante de me-dios de comunicación para la OVC de Nayarit, no dejó nada al azar para hacernos sentir bienvenidos como es su costumbre. El nuevo Hard Rock Hotel con sus 348 habitaciones con jacuzzi y su impo-nente mural en el lobby, elaborado con 3,000 carátulas de aquellos “viejitos” discos de vinilo que forman -como por arte de magia- la figura de Carlos Santana y su inseparable guitarra, fue el hotel

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sede para los medios de prensa que cubrirían el evento, entre ellos nuestra publicación, como la única especializada en pesca deporti-va de México.

No puedo dejar de mencionar que es de llamar la atención la vi-sión y el trabajo conjunto de la OVC y el gobierno de Nayarit que han sido factores clave para el posicionamiento de Riviera Nayarit como marca turística reconocida en el país y en muchas partes del mundo, en una labor de poco más de 5 años, y que hoy es referente de los mejores eventos a nivel nacional e internacional, ejemplo de ello son el Tiaguis Turístico 2012 y el Foro Económico Mundial en América Latina realizados este año en ese estado.

Ese mismo día por la tarde nos trasladamos con el equipo de prensa a la inauguración del evento en La Marina Riviera Nayarit, ubicada en el pintoresco pueblito de la Cruz de Huanacaxtle, una hermosa instalación de clase mundial, cómoda y bien estructurada para que más de 350 embarcaciones tengan abrigo seguro y cuenten con una infraestructura de las más modernas.

En un ambiente festivo se desarrolló la inauguración, entre música en vivo del mariachi, puestos de comida típica de la región y entre-vistas en vivo por la TV local con los organizadores del evento,donde sin duda el más asediado fue el presidente del Club de Pesca Deportiva de Tepic, el ingeniero Carlos Menchaca, quien mencio-nó que Nayarit es uno de los mejores lugares de pesca en el mundo, afirmación que corroboramos en días posteriores. Esa noche el re-gistro final al torneo sumaba un total de 78 equipos inscritos.

Primer día de torneo.

Poco antes de las 7 de la mañana terminaban los preparativos en las embarcaciones para dar entrada a los actos protocolarios del torneo. Después de los honores a la bandera, sonaron las salvas de salida y decenas de embarcaciones se despedían enfilando proa hacia aguas azules, mientras el astro rey aún no decidía levantarse.

La mayoría tomaban rumbo a la Corbeteña y el Banco, puntos ca-lientes famosos por sus grandes capturas en cualquier época del año y centro de las mejores historias de pescadores de la región. Ese día salimos a vivir la experiencia en el barco comandado por Don Jorge Magaña, entusiasta pescador Nayarita de toda la vida, que como bien decía esa mañana al grupo que lo acompañábamos: “Señores yo vine a ganar, no a pasear”.

Navegamos 20 millas hacia la Corbeteña y llegando rodeamos la pequeña isla que apenas sobresale del mar. Se tiraron un par de cañas armadas cada una con unos Xrap de Rapala, con una línea de mono de 60 lbs en la argolla del triple trasero, de donde penden dos pulpitos de goma de unos 5 cms con un pequeño anzuelo, así cap-turaron los bonitos o “chulas” que fueron reservados para especies mayores. Los bonitos eran colocados en los “tuna tube” listos para su preparación.

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En un vivero muy bien acondicionado se tenían “ojotones” que en minutos venían haciendo su trabajo detrás de popa. Cuando se ter-minaron de armar los bonitos se fueron al agua para tentar a depre-dadores mayores que merodean las aguas de ese punto de pesca que ronda entre los 600 y 90 pies de profundidad en la periferia.

Nos rodeaban algunas embarcaciones de pesca y otras naves de recreo que igual, participaban en la contienda sumándole impor-tancia al evento. Se mantuvo el día con varios reportes, en nuestra embarcación tuvimos un ataque bastante fuerte por la mañana que arrebató la línea estrepitosamente pero no vimos saltar al animal, creemos que fue un buen atún.

En los alrededores de la Corbeteña, cientos de delfines se daban un festín con la carnada viva de todas las embarcaciones dificultando la pesca, no daban tregua con bonitos y barriletes que se comían sin ningún temor a engancharse, “sabían” perfectamente hasta dónde y cómo morder, tomándolas de atrás y jalando poco a poco hasta deprender el pez, bajo la mirada crispada de los capitanes que no daban crédito a tal voracidad.

Al medio día seguimos troleando con un juego de lures y lisetas en el spread y un dorado de 11 kilos salió disparado de un tronco que venía flotando a la deriva. Con un buen trabajo con la caña, en menos de 10 minutos ya teníamos un dorado abordo.

A las 4 de la tarde enfilamos hacia Bahía de Banderas, trolean-do a media velocidad con lisas y ojotones muertos y de pronto el grito del capitán en la torre que anunciaba el ataque de un pico en uno de los tangones. Todos saltamos de nuestros lugares para ver la maniobra de enganche del picudo que resultó ser un hermoso pez vela. Mientras el capitán hacia su trabajo con la caña, Ramón nues-tro marinero, subía rápidamente al segundo piso de la Viking para acelerar la marcha y lograr un buen enganche. Don Jorge trabajó el vela sin ningún problema que subimos para la foto con el equipo y nos dirigimos de inmediato a la marina.

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Al llegar, el equipo Mankuka ya se encontraba celebrando una cap-tura estupenda de atún que marcaba los 88 kilogramos, algo suma-mente difícil de batir aun cuando faltaban dos días más de pesca.

En la categoría de marlin, el equipo Lucky Day III se llevó los lau-ros con un azul de 94.300 kgs que lo colocaba en primer lugar hasta el momento, pero contrario al ejemplar de atún, éste sería más fácil de superar y en pez vela el equipo “Contender” realizó una buena pieza de 36.40 kgs.

Quedaban dos días por delante y se reportaron muchos “strikes” de marlines grandes que no se habían logrado.

Nayarit extremo. Segundo día de torneo.

El segundo día de torneo dejamos las fotos para el cierre de bás-cula programado a las 5 de la tarde para conocer un poco el Na-yarit extremo, el de la aventura y junto con Diego Arvizu y otros compañeros de prensa partimos hacia Vallarta Adventures, empresa dedicada a inyectar adrenalina a todo aquel que visita sus dominios ubicados en uno de los puntos más altos de la Sierra Madre.

Para no extenderme en esta travesía,- que recomiendo a toda per-sona que le guste este tipo de excursiones extremas-, solo quiero comentar que tuvimos primero que navegar en un bote inflable de alta velocidad por la costa sur de Bahía de Banderas hasta Boca de Tomatlán, una apartada playa a orillas de la selva, para desembarcar y con las misma, subirse en un tipo de camión de la segunda guerra mundial tipo todo terreno para comenzar a subir la montaña hasta la base de Vallarta Adventures donde los instructores brindan una descripción de todo el recorrido y las medidas de seguridad que hay que seguir durante la ruta.

De ahí, con una serie de arneses y cadenas fijos en la cintura, se recorre en mula un camino sinuoso entre pinos, árboles y mucha vegetación hasta la punta de la sierra, ahí muy cerca del paraíso, nos esperaban nada más que 11 tirolesas de todos calibres y de las más altas de México; una cascada de 30 metros para bajar a rapel y muchos obstáculos en el camino. Yo no soy muy aficionado a este tipo de práctica pero debo decir que vale la pena perder el miedo para admirar la grandeza de este recorrido ecológico cargado de retos y emoción

Por la tarde regresamos a la marina en Huanacaxtle esperando la llegada de los últimos equipos. Ese día fue mucho más productivo que el anterior. Lo mejor correspondía en la categoría de pez vela al equipo “Acayapan” que lograba un ejemplar de gran talla: 52.20 kgs!!, difícil de superar al igual que el atún.

El equipo “Calypso” presentó un buen dorado de 18.10 kgs. y me-dia hora antes del cierre, por el sonido oficial se anunciaba el arribo de dos buenos marlines: el equipo “Anita” que presentaba un ejem-plar de marlin azul de 167 Kgs. seguido de la embarcación “Milon-ga” de Carlos Menchaca, pescador con varios lauros en su haber, que arribaba con otro azul que detenía la báscula en los 180.30 kgs., otra voltereta más en la categoría más reñida del torneo. El cierre fue de película y faltaba aún el tercer día de pesca.

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Día de libre para todos. Conociendo Punta Mita y Bucerías.

Esta idea de un día libre para los pescadores nos pareció estupenda. Permite un poco de descanso para reponerse y poder aprovechar el conocer algún sitio de interés para los que viajan en grupo, con la familia o con los amigos de equipo.

La logística para los medios era dejar el hermoso hotel Hard Rock para trasladarnos hasta el complejo turístico de Litibú a escasos 30 kilómetros de Nuevo Vallarta y hospedarnos en el exclusivo resort “La Tranquila” , como su nombre lo dice: un oasis de paz enclava-do entre la playa y un campo de golf diseñado por Greg Norman.

De ahí partimos hacia el poblado ribereño de Punta de Mita, un lugar tranquilo donde se encuentran las hermosas playas de El Anclote y Corral de Risco, dos de sus principales atractivos. Más al norte de Punta de Mita, en el límite continental de la Bahía de Banderas que culmina con una península, se encuentra el exclusivo desarrollo de Punta Mita, (no confundir el nombre del pueblo con el del desarrollo), una versión terrenal del Edén de 700 hectáreas de extensión.

Emma Pérez, gerente de mercadotecnia del lugar, nos condujo en un carrito de golf por todo el desarrollo que alberga entre otras co-sas: 2 campos de golf, diseños de Jack Niclaus, donde un hoyo se disputa en el mar, sobre un islote conocido como “cola de ballena”, dos hoteles 5 diamantes: el St. Regis y el Four Seasons y varios establecimientos acordes a la exclusiva oferta turística del lugar como restaurantes gourmets, clubes de playa privados, gimnasios, bares, etc. rodeados de exuberante vegetación que acompañan todo el camino.

Después de una opípara comida en Punta Mita, salimos a conocer Bucerías, un pueblito lleno de vida y color cuyo nombre deriva del principal oficio de los pescadores de esa zona: el buceo y extracción del ostión.

Ese típico pueblo, crisol de la Riviera Nayartita, cuenta con iglesia, kioskos, fondas, caseríos multicolores y sobre todo una oferta gas-tronómica donde lo mismo se anuncia un aguachile, como algún platillo internacional, sin faltar las aguas frescas con fruta de tem-porada y el aroma de comida recién hecha que inunda los callejones como el “Paseo del beso”, un paraje donde artesanos dan forma con sus manos a figuras de madera, concha y metal.

Fue un día muy a gusto para aprender un poco más sobre el extraor-dinario bagaje cultural de nuestro país y conocer destinos como el desarrollo de Punta Mita y el pueblito de Bucerías, muy dispares en su captación de turismo, pero los dos con su sabor y su encanto.

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Conociendo al ganador. Tercer día de torneo.

Comenzaba la cuenta regresiva. Por la radio se escuchaba con la comunicación entrecortada, el aviso de pelea de un marlin muy grande, un “animalón” comentaba el capitan de una embarcación que veía a distancia los brincos del picudo. Hasta ahí la informa-ción y apenas comenzaba la mañana.

Pocas horas después todos nos sorprendimos por la llegada del bar-co “Giallo” que pegaba al muelle. El ancho de la popa se quedaba corta con el enorme marlin negro que reposaba a los pies de la tri-pulación. Izar semejante captura al muelle de embarque demandó de buen esfuerzo. Minutos después de pesado y medido, el juez principal, oficializaba nada más y nada menos que ¡¡¡325 kgs. de peso!!!! del hermoso animal que estaba siendo acomodado en la barra de capturas. La felicidad del equipo no era para menos, esa era una pieza récord para cualquier torneo en esa zona del Pacífico Mexicano y el tapatío Jorge Amarillas, comandante del equipo, no cabía en sí.

El récord de marlin de 322.700 kilogramos impuesto hacía seis años durante el primer torneo de pesca de atún y marlin de Riviera Nayarit, fue superado.

Jorge Amarillas, el afortunado triunfador no cesaba de compar-tir la alegría con su hijo y su equipo, y nos relató su captura:

“El Marlín fue atrapado alrededor de las 10:30 de la mañana por el rumbo conocido como “La Piedra”, en las cercanías de Bahía de Banderas. Nos quedaba una última chora viva ya que los delfines se habían comido las anteriores, y ésta al parecer iba por el mismo camino. Lanzamos la chora al agua era la última que quedaba; de pronto la línea comenzó a salir del carrete, pensamos que se tra-taba de otro delfín, pero la fuerza del animal lo delató al segundo jalón. Teníamos algo grande al final de la línea, era un hermoso marlin negro que estremecía su enorme pico en la superficie. Los primeros 45 minutos no pude darle ni media vuelta de carrete, no obstante, hacia la primera hora de la pelea, el marlín cedió por completo, no hubo más carreras, aparentemente se infartó y pudi-mos subirlo a bordo de la embarcación.”

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Fantástico día para el equipo Giallo, pero ese no fue el único marlin grande del día, en los últimos minutos antes del cierre el equipo “Animal House” se subió al podio al final de la tarde cuando pre-sentó un azul de 188.400 kg para quedarse inesperadamente con el segundo lugar de la categoría.

En pez vela se presentó un ejemplar de 40.70 kgs. del equipo “Club de Pesca de Vallarta”, en atún no hubo nuevas capturas y en dorado hubo su dosis de controversia cuando un equipo presentó un ejem-plar de 18.60 kgs, pero cargada intencionalmente con carnada en el buche, y se resolvió la descalificación del equipo para conceder el primer sitio a Calypso con su captura de 18.10 kilogramos presen-tada el segundo día.

Al cierre de báscula se hacía el anuncio oficial de los resultados donde se confirmaban las posiciones finales del torneo:

Se entregaron 7 automóviles último modelo:, 3 a los primeros lu-gares de pez vela, otros 3 a cada primer lugar de las otras catego-rías, 1 se rifó entre los participantes y hubo premios de equipos profesionales de pesca y viajes todo incluido a los segundos y ter-ceros lugares.

La pesca de Riviera Nayarit es para romper récords, así se demostró en este Primer Torneo Internacional de La Cruz de Huanacaxtle, en el que se impusieron muchas marcas, entre otras, se rompió el de capturas ya que en los tres días de pesca oficial se registraron 129 capturas por encima de los pesos límite mínimos establecidos en el reglamento.

Así terminó nuestra visita a este maravilloso destino que goza de merecida fama, donde quedaba en claro el esfuerzo del gobierno, instituciones privadas y patrocinadores para consolidar este torneo que seguro seguirá dando de qué hablar, y que camina con pasos firmes para convertirse en uno de los mejores de México y del mun-do.

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En la primera parte de este artículo publicado en el número anterior,

comentamos, sobre todo para los que se inician en esta modalidad y los que

aún no se deciden, de las posibles ventajas, valores y variantes de kayaks que se pueden definir por el diseño, el

largo, y sobre todo el uso en particular, de cada embarcación.

Si para disfrutar de un buen paseo en familia o con los amigos, usarlo para

fotografiar la vida salvaje o hacer ejercicio, el kayak resulta una

bendición; nada se compara, cuando además de ello, podemos subirnos a

estas embarcaciones y salir a pescar, lo mismo en aguas abiertas, esteros,

lagunas, ríos y playas.

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En esta segunda parte, dedicada a la seguridad, el manejo y al-gunos accesorios, trataremos de completar la información que debemos de conocer, antes de poner nuestro kayak sobre el agua, teniendo en cuenta, que de las modalidades de pesca, es la que menos espacio permite a la improvisación, ¿por dónde empezar?... por el principio.

El peso del kayak.

Este aspecto al parecer sencillo, tiene mucho que ver con la seguridad, el desempeño y la maniobrabilidad de la embarca-ción. Cuando el fabricante determina los rangos de peso de un kayak, las cifras responden a su mejor comportamiento tenien-do en cuenta ante todo, la seguridad para el palista o pescador. Pocos somos concientes de todo el peso que va a soportar la embarcación. Desde los portacañas, los herrajes y cada uno de los accesorios que se suman a nuestro peso corporal, que tam-bién incluye: vestimenta, zapatos, señuelos, plomos, cañas y carretes, cuerdas, pinzas, red, electrónicos, baterías, botellas de agua, el ancla, y las posibles capturas... lo que puede llevar a preguntarnos ¿cuán peligroso entonces, resulta sobrecargar un kayak?.

Si sobrecargamos un kayak abierto (sit-on-top) se va a volver lento, menos maniobrable y más cansado para remar, y en el peor de los casos: voltearse, aunque como ya sabemos, no lle-gue a hundirse. En un kayak cerrado ( sit-inside), cualquier in-conciencia con relación al peso, puede tener graves errores que podremos evitar, conociendo cuánto peso en realidad, pode-mos cargar en nuestro kayak. Tampoco navegar con un kayak de mucho más capacidad y vacío, va a resultar seguro, sobre todo con vientos fuertes o mucho oleaje. Lo ideal, sería tener un kayak para cada ocasión, pero como este es uno de los “ideales” imposibles para la mayoría de los pescadores, lo práctico entonces, sería hacernos de una embar-cación que nos permita transportarla con facilidad, que cubra las expectativas en las aguas que acostumbramos a pescar y en cuanto a la carga, que sobrepase en algo, el valor promedio de nuestras necesidades, con una reserva del peso que podamos usar, en caso de una larga travesía, o por ejemplo, una acampa-da lejos del lugar de embarque, donde tendremos que cargar y remar grandes distancias, con más peso del acostumbrado, sin que represente ningún riesgo para el pescador.

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Anclando el kayak

Dependiendo de la profundidad y las corrientes, podemos, o anclarnos en un área determinada, usando el ancla o el poste de anclaje. También podemos usar, no tanto para detener, sino reducir o ayudar a reducir el desplazamiento, lo que se conoce como “ancla de deriva” (drift anchor) y para manejar todas es-tas opciones, nada mejor que tener instalado, el muy efectivo: “anchor troley.”

El diseño del “troley” –como se le conoce-, consta de una cuer-da que forma un lazo, que va a correr de proa a popa, desde unas pequeñas poleas, colocadas en el costado del kayak.

Este sistema, que se puede comprar por separado, para armar, o por kits, va a permitir que el punto donde se sujeta el ancla o el poste, formado por un aro metálico, plástico o un lazo (abajo señalado en rojo) pueda recorrer, desde una punta a la otra del kayak, para poder posicionar el kayak, de frente, o de espaldas a la corriente, lo que va a significar menos peligro si hay ma-rejada con olas fuertes, que si el kayak por trabarse el ancla, u alguna mala maniobra, se pocisiona perpendicular a las olas, lo que puede llevar a serios accidentes, sobre todo en un kayak cerrado, donde una ola que lo cubra de agua puede hundirlo en minutos, o voltearnos si estamos en un kayak SOT o abierto.

El ancla del kayak

Este accesorio como su naturaleza, tiene un “peso” importan-te en la seguridad del pescador, sobre todo cuando se sale a pescar al mar, donde cualquier imprudencia, puede movernos a kilómetros del lugar en muy poco tiempo. De los anclas posi-bles, creo que la más cómoda por la posibilidad de recoger “los brazos” y ocupar menos espacio es el ancla plegable.

Como en muchas embarcaciones mayores, hay quien prefiere colocar, al menos un pie de cadena entre el ancla y el cabo, para que el peso de ésta obligue a voltear el ancla cuando lle-gue al fondo, y trabe más rápido.

También, hay soluciones para intentar salvar el ancla, cuando se atora en alguna zona de estructura o piedras, como atar una boya, a una cuerda, desde la parte inferior del ancla, para en caso de atoro, poder alcanzar la boya y halar el ancla por aba-jo, destrabándola en dirección contraria. Lo negativo, es que ello lleva a colocar una segunda cuerda en el agua, que puede convertirse en problema, si algún pez enganchado corre hacia nosotros, rodeando el kayak por la popa.

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Otra solución, que me parece más efectiva y sin más cuerdas en el agua, es atar el ancla, igual, por la argolla inferior con el cabo principal, y mantener este cabo unido con otra argo-lla, -abierta- (de un metal blando como cobre o aluminio, por ejemplo), a la argolla superior ( también puede unirse con al-guna línea de, digamos, unas 20 libras) lo suficientemente re-sistente, para poder subir el ancla si no hay contratiempos, , o de lo contrario, poder tirar con fuerza y abrir la argolla o partir la linea.

El “pole” o “poste de anclaje”

También conocido como “stake out poles” (según el fabrican-te) es un poste o barra tubular, generalmente de carbono o fi-bra, que según el modelo, puede medir desde los 4, hasta los 12 pies de largo. Es una vara ligera, no muy flexible, que termina en punta afilada en un extremo, y en la otra, en un mango cu-bierto de goma (como los que se ponen en los manubrios de las bicicletas) o, dependiendo de la marca, también pueden termi-nar en una base de apoyo triangular o en “T”, para poder hacer fuerza y clavarlo en el fondo. Este “pole” se usa para mantener el kayak en el sitio por medio de una cuerda, hasta alguna de las cornamusas o el anchor troley, o también introducirlo por alguno de los orificios en el piso del kayak, lo mismo al frente, que los que están en el espacio de almacenaje (tank well) de la parte trasera del kayak, y llegar al fondo.

Es un accesorio muy útil en esteros, manglares y bocanas de aguas bajas, para suplir el ancla y servir de apoyo, para mo-vernos en espacios difíciles, donde al remo, por su largo, o el ancho de las palas, le resultaría difícil trabajar. También ahorra mucho tiempo, como el que se ocupa para recoger el ancla, enrollar y guardar el cabo etc, porque si algo resulta obligatorio en un kayak es el orden, donde –como todo espacio pequeño- a la hora precisa de subir una captura o requerir un avío fuera de lugar, puede volverse –créanme- un verdadero caos.

En esto de los accesorios del kayak, hay mucha tela de donde cortar. Valdría la pena hacer un recuento de las adaptaciones que los pescadores hacen a cada embarcación, como adecuar las cajas de transporte para situarlas en el tank well, o “cajuela” del kayak, sostener tal o cual instrumento con un adaptador “made in home”, sujetar la cámara o fabricar una delgada asta para la bandera de localización usando tubos de PVC de diver-sos diámetros con los que también podemos fabricar por igual: un carro de transporte, que un portacañas, unos flotadores… y una laaaarga lista de etcéteras, donde no siempre podemos usar materiales baratos, como en el caso de los herrajes, porque como sabemos todos: el salitre no perdona.

Una de tantas soluciones, es ésta... llamémosle: “sistema de an-claje”. Muy funcional y en este caso, una versión tan regional como la cochinita pibil de Yucatán.

El que uso (en la foto) fue constuído por Alejandro Martínez Rodríguez. Buen amigo, excelente pescador y kayaquero yuca-teco, y es de los que venimos usando en todos nuestros kayak sin queja alguna. Su uso es tan sencillo, como dejar caer el ancla y cuando se enganche en el fondo, fijar la cuerda en la boya para que no se siga desenrollando. Se trata entonces, de enganchar la boya al anchor troley o algún punto de sujeción del kayak, y ya estamos anclados; con la posibilidad de soltar-nos en cualquier momento, quedando las boyas atadas al ancla, flotando, y sobre la misma posición.

Son muchas sus ventajas, como mantener la cuerda siempre enrollada, sin desorden, permitir desengancharnos de inmedia-to de la boya (y el ancla) por el arrastre de alguna captura, o la amenaza imprevista de alguna ola mayor. También la posibili-dad de que se anclen varios kayaks a la misma boya resulta útil, por ejemplo, cuando queremos juntarnos para fotos o comer. Y cuando nos salimos por alguna razón a la orilla, otro pescador -por ejemplo- puede acercarse y usar el sistema para mante-nerse el tiempo necesario sobre el punto, para castear o quizás, tomarse un descanso.

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El drift anchor (ancla de deriva)

Aunque no es precisamente un sistema para pocisionarnos so-bre un punto fijo, puede ayudar, lo mismo a acelerar el reco-rrido del kayak, que a disminuir la velocidad en caso de hacer resistencia a la corriente, o vientos fuertes, o ser remolcado –como suele suceder- por un pez de fuerza mayor. Como su nombre lo dice, se usa también para “derivar” la embarcación cuando troleamos y no queremos usar los remos, aprovechan-do la fuerza de la corriente, como sucede con las velas que se pueden incorporar al kayak, para asumir la fuerza del viento.

Este sistema, consiste en una bolsa grande de diseño cónico, construido de tela fuerte y que se llena de agua al lanzarlo al mar, para que salga por un pequeño orificio (o no, según el modelo) al final del cono, donde se ubica una pequeña boya que mantendrá elevado el fondo del cono, y que igual, sirve para recobrarlo.

Sus usos son tan variados como las necesidades del pesca-dor; como trolear señuelos o carnadas de poco peso, donde el “drift” apoyándose en la fuerza de la corriente, va a ayudar a obtener una velocidad mayor y constante, como también pue-de aprovecharse para largas travesías.

También y si no hay mucha corriente, podemos amarrarlo al “troley anchor” desde el centro de la embarcación, para evitar que el viento nos mueva de una posición específica, perpendi-cular a la corriente. Es un accesorio, diría que imprescindible, para los pescadores de kayak que acostumbran aguas abiertas, y que sin duda, va a requerir algo de práctica para su manejo desde el kayak y uso eficiente.

El silent traction

Este accesorio, consistente en unos paños de goma auto adhe-ribles, (bastante costosos, por cierto) se pueden adquirir por partes y también por kits, para pegarlos en diversos puntos del kayak y –según se afirma- reducir o silenciar los ruidos, como dejar caer pinzas, tirar un señuelo... que según reza su publici-dad: “pueden delatar nuestra presencia y asustar al pez”.

Haciendo un aparte... si sabemos que el sonido viaja en el agua a una velocidad de 1,500 mts por segundo, se supone que el pez va a escuchar en menos de ese tiempo –por ejemplo- todo lo que suceda a más de 1000 metros alrededor; desde el golpe de un señuelo contra el kayak, la inmersión de algún ave acuá-tica, la entrada al agua de un remo mal posicionado, la caída de un fruto, el paso de una embarcación a motor, hasta una pláti-ca entre varios pescadores que anden cerca… y si a la misma vez, se suman los “ruidos” que se generen sobre el kayak, no creo –y me disculpan los especialistas- a no ser que estemos en un paraje totalmente fuera de todo ruido posible y absoluta soledad, que el pez pueda distinguir los sonidos que se puedan transmitir desde el casco del kayak. El concenso de muchos kayaqueros, es que puede ser un aditamento para evitar, por ejemplo, que se resbalen algunos accesorios, o personalizar la estética del kayak, para aumentar el costo a la hora de vender-lo, pero de que el “silent” sea sinónimo de más capturas, al menos en aguas abiertas, habemos muchos por convencer.

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Los rod holder, y bases para electrónicos

Sobre este aditamento hay poco que decir, ya que su uso viene anticipado por la necesidad en embarcaciones mayores de po-sicionar las cañas, tanto en “stand by” como para el troleo, y facilitar el orden encima del kayak, que igual y como el resto de los accesorios, tendrá que ver mucho con las prioridades de cada pescador. En México contamos con un distribuidor auto-rizado, de una de las mejores marcas de este tipo de aditamento como lo es Scotty, (www.scotty.mexico.com) radicado en Yu-catán, con un inventario “in situ” muy completo, importado de fábrica, con precios competitivos y envíos inmediatos a todo el país.

Hay modelos de kayak que traen de fábrica instalados los rod holder llamados “flush mount”, (introducidos, a ras del kayak), con un ángulo fijo y que generalmente van colocados a espal-das del pescador, donde por lo regular, se coloca otra caña, el gancho o la red. Este tipo de rod holder, debe ser del tipo “close” (de fondo cerrado), para evitar la entrada de agua al interior del kayak.

También hay quien los usa para trolear, aunque muchos pre-fieran los sistemas donde hay una base fija, y un portacañas (como los mismos Scotty) que se insertan y permiten cambiar su ángulo y posición, resultando muy práctico, efectivo y có-modo. Cualquiera que sea la solución para colocar las cañas, sugerimos tenerlas amarradas siempre, lo mismo al rod holder o alguna de las pequeñas argollas de sujeción, que dispone el kayak.

“Dime qué remo usas y te diré quién eres”

Dicen los avezados “kayaqueros” que se conoce a un palista por el remo que trae…¿será? Lo cierto es que existen tantas marcas y soluciones de diseño, como necesidades sigan apare-ciendo en el mercado.

Conocí a un matrimonio de palistas norteamericanos, retira-dos, (Arnold, pescador de fly, y Katty, que lo acompaña, solo remando) que han cambiado sus kayaks tres o cuatro veces en quince años, sin embargo usan el mismo remo desde hace diez . Me confesó Katty que cuando viajan cargan con sus remos y al momento de rentar kayaks en otros lugares, seleccionan el an-cho del kayak y la altura del asiento, por el remo que cargan,

que como los tenistas con sus raquetas, llevan siempre en sus estuches.

Cuando compramos un kayak, casi siempre se entrega con remo, aunque no siempre son de lo mejor. Y si buscamos otras opciones de más calidad, podemos acceder en México, a www.extremewatergear.com, que además de una asesoría confiable, tendremos acceso a distintas marcas y modelos, según necesi-dades y presupuestos del pescador.

Generalmente, los remos se dividen por el material, el diseño de la pala, el largo o si son enteros (de una pieza) o quebrados (de 2 o más pzas.) y donde los pescadores más ortodoxos, los de la llamada “old school” siguen prefiriendo los remos de ma-dera, o combinados con ésta, de diseños muy llamativos y en verdad muy eficientes.

Los más baratos, son los de aluminio y plástico, casi siempre de una sola pieza (muy incómodos para su transporte) o hasta los de 4 partes, más pesados y sobre todo: frágiles.

En orden de calidad podemos encontrar entonces los de fibra de vidrio, o combinados con otro material, y subiendo en la escala de precio y prestaciones, llegamos a los de fibra de car-bono, que son como “lo ideal”, dependiendo por supuesto, del presupuesto para ello.

Las ventajas de un buen remo y que sea además de dos partes, además de facilitar su transporte, va a sumar la posibilidad, por lo general, que las palas se pueden girar al embonarlas, per-mitiendo para el que lo requiera, colocarlas en ángulos de 30, 60 y 90 grados de diferencia entre ellas, y que según muchos “reviews”, cuando se tiene en cuenta esta opción, se logra un manejo más eficiente y con menos esfuerzo que cuando las

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palas están en el mismo ángulo, más, la mayor o menor resis-tencia al aire que implica: o cortar el viento con la hoja (pala) expuesta de canto, o enfrentar al viento, con la pala totalmente de frente; algo a tener en cuenta, cuando se trata de competen-cias, grandes distancias, o se rema en mar abierto.

La pesca sobre el kayak

El kayak es una de las modalidades de pesca más versátiles, donde lo mismo, podemos pescar de fondo, castear, que llegar a lugares remotos, e incluso trolear.

Pescar sobre un kayak, no es lo mismo que hacerlo en una embarcación mayor, cómoda, con motor, donde el pescador (acompañado o no) pesca desde una plataforma firme y segura, prepara sus avíos con el espacio suficiente, y desde donde cas-tea, y recobra su captura. La diferencia es que sobre el kayak no hay donde apoyarse, solamente que sea en la destreza y la experiencia que el pescador irá ganando salida con salida.

Sobre el kayak vamos a estar solos, donde tendremos que reco-brar con el reto de mantener nuestra posición y equilibrio sobre el kayak, y que si no estamos anclados, -también- podemos ser arrastrados por un pez enganchado, con mucha facilidad…¡y todo a la vez!, donde el éxito, siempre va a depender de la experiencia acumulada y las habilidades del pescador, y por supuesto... su preparación física.

Trolear desde un kayak, es una de las mejores opciones en aguas abiertas, y mejor, cuando se usan kayaks propulsados, ya sea por aletas como el Hobie Mirage, o propelas como el Native Mariner, donde el pescador puede ir caña en mano, arrastrando su señuelo o carnada. Cuando se trolea con remo es más lento, donde la caña va introducida en algún rod holder (del modelo que sea) y el pescador rema, pendiente del com-portamiento de la vara hasta que esta “avisa” que trae alguna captura. Lo que mejor nos ha resultado es usar señuelos peque-ños (X-Rap 10, Crystal Minniw F6) que mantienen un buen movimiento y logran bajar muy bien a “velocidad remo”, y además nos permiten, detener el kayak sin peligro de hundirse, por ser señuelos del tipo floating.

El uso de los rod holder y la pesca a fondo resulta mucho mejor con carrete de troleo o casting, o cualquiera de spinning de los llamados bait liner, que permiten liberar el freno de la línea, para que un buen tirón no nos sorprenda con el freno cerrado, pudiendo dañar la caña o inclinar de más la embarcación.

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Castear desde el kayak, es una de las ventajas que más se dis-fruta y que resultan muy productivas, donde podemos accesar a áreas muy intrincadas o angostas, poder llegar a zonas de estructuras hundidas o dejar el kayak para caminar entre la ve-getación y llegar a otros cuerpos de agua.

En Yucatán, con cientos de kilómetros de manglar, el kayak tiene uno de sus mejores escenarios, como entrar a canales y esteros donde se refugian muchas especies, a veces, en apenas 40 cms. de profundidad, y donde en algunos casos, un kayak de 9 ó 10 pies, puede marcar la diferencia entre uno de 12 ó 14, sobre todo en espacios que no superan los 2 -3 mts de ancho, y con robalos y sábalos, “lomeando” a 10 mts. del kayak.

También el kayak, nos propicia llegar sin el ruido del motor, y adentrarnos en espacios angostos en las marinas y puertos de abrigo, sorteando embarcaciones y cabos, para tantear debajo de los muelles, entre y a la sombra de las lanchas, donde busca alimento el depredador y por lo regular, buenos sábalos espe-ran los restos de comidas y desperdicios que los pescadores tiran al mar cuando llegan a puerto y limpian sus capturas.

Nuestra pesca en mar abierto no es tan productiva como en otras zonas del país, donde tienen aguas profundas bastante cerca de la orilla, lo que nos lleva a disfrutar nuestras sali-das, con capturas de menor talla, como jureles o una agresiva barracuda, o los mismos sábalos que al igual que el robalo o la sierra, o pequeños abadejos, se disfrutan mucho en bajas zonas de piedra o pastizales, y sobre todo, cuando las insacia-bles corvinas, no dejan pasar los señuelos soft (o “gomas”) tan efectivos, cuando se castean en aguas, de entre 1- 2 metros de profundidad. Lo mejor de usar este tipo de señuelos desde el kayak, es que requieren poco trabajo en el recobro, y que solo por el movimiento de sus colas, como los shad, grubs, jerk y los efectivos Terror de DOA, siempre que haya, van a procurar capturas.

También en nuestras playas, es muy productiva esta modalidad cuando nos dejamos mover por la corriente y vamos casteando al frente y a la orilla, buscando al depredador que se acerca a la zona de rompientes o detrás de las pequeñas olas.

No hay para más... pero en números siguientes, seguiremos co-mentando del resto del equipamiento: el uso de la red o jamo, las características que definen un buen chaleco, el por qué del timón en los kayak de 12, 14 pies o más, y una recopilación de nuestras salidas a diversas aguas, a bordo de nuestras embar-caciones, que siguen captando la prioridad, en muchas modali-dades de la pesca inshore y en aguas interiores.

Antes de finalizar, quiero destacar un comentario de un avesa-do pescador, hoy felíz kayaquero, que en el foro más impor-tante de pesca deportiva en México, dejó escrito, lo que me parece, más que un comentario ocasional... todo un decreto: “Ahora lamento, todo el tiempo que he estado a bordo de una lancha”.

¡Nos vemos pronto!

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Jaime Lobato, mejor conocido como “Jimmy jigs,” es mecá-nico automotriz; amante de la pesca en esteros, escolleras y muelles, pero sobre todo, un hombre de empeños, retos y re-sultados.

El comienzo

Jaime conoció del jigging a traves de la red, buscando solu-ciones para crear un tipo de señuelo que fuera lo que son las gomas para los robalos y las curvinas, pero que bajara a más profundidad y tentara a pargos y meros entre otras especies de fondos. En su inquieta mente, rondaba la idea de que debía ser algo pesado, sin tener claro un diseño determinado, hasta que su empeño tomó forma, cuando conoció que del lado opuesto del mundo, se comenzaba a pescar con un nuevo señuelo, pes-ca, que conocemos hoy como “deep jiggin”.

Preguntando acá y allá, sabe de un grupo de cuatro pescadores, vecinos de Tampico (donde reside), conocidos incluso del ba-rrio, que con mucha discreción ya practicaban esa modalidad. Intentó de muchas maneras sumarse al equipo durante meses sin resultado alguno, en lo que continuaba buscando infor-mación por donde quiera que apareciera. Después de muchas pruebas, tiempo invertido y muchos gastos, tenía en sus manos lo que creía, pudiera tener un comportamiento parecido a lo que había visto en la red.

“Al principio fueron lo más burdo posible... hasta feos” -me confesó Jaime, para este artículo... eran el resultado de un pe-ríodo a base de pruebas y errores que no ha cesado, hasta que poco a poco comenzaron a mejorar sus propuestas y los resul-tados comenzaron a cambiar.

Unas vacaciones familiares lo llevan a visitar una tienda de pesca en Texas, especializada en agua salada y con un área de-dicada al deep jigging. En un momento se descubre delante de anaqueles llenos de jigs de varias marcas, muchos diseños distintos y colores, que era precisamente lo que andaba bus-

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Jaime Lobato, mejor conocido como “Jimmy jigs,” es mecá-nico automotriz; amante de la pesca en esteros, escolleras y muelles, pero sobre todo, un hombre de empeños, retos y re-sultados.

El comienzo

Jaime conoció del jigging a traves de la red, buscando solu-ciones para crear un tipo de señuelo que fuera lo que son las gomas para los robalos y las curvinas, pero que bajara a más profundidad y tentara a pargos y meros entre otras especies de fondos. En su inquieta mente, rondaba la idea de que debía ser algo pesado, sin tener claro un diseño determinado, hasta que su empeño tomó forma, cuando conoció que del lado opuesto del mundo, se comenzaba a pescar con un nuevo señuelo, pes-ca, que conocemos hoy como “deep jiggin”.

Preguntando acá y allá, sabe de un grupo de cuatro pescadores, vecinos de Tampico (donde reside), conocidos incluso del ba-rrio, que con mucha discreción ya practicaban esa modalidad. Intentó de muchas maneras sumarse al equipo durante meses sin resultado alguno, en lo que continuaba buscando infor-mación por donde quiera que apareciera. Después de muchas pruebas, tiempo invertido y muchos gastos, tenía en sus manos lo que creía, pudiera tener un comportamiento parecido a lo que había visto en la red.

“Al principio fueron lo más burdo posible... hasta feos” -me confesó Jaime, para este artículo... eran el resultado de un pe-ríodo a base de pruebas y errores que no ha cesado, hasta que poco a poco comenzaron a mejorar sus propuestas y los resul-tados comenzaron a cambiar.

Unas vacaciones familiares lo llevan a visitar una tienda de pesca en Texas, especializada en agua salada y con un área de-dicada al deep jigging. En un momento se descubre delante de anaqueles llenos de jigs de varias marcas, muchos diseños distintos y colores, que era precisamente lo que andaba bus-

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cando. Regresó a México equipado con cañas y carretes de primera línea y cuanto señuelo y accesorio referente al deep jigging soportó su economía, para avocarse a esa práctica de inmediato.

La pérdida de varios jigs durante el proceso de aprendizaje, más el compromiso moral por gastos considerables de esa oca-sión, le hicieron tomar la decisión de fabricar sus propios jigs, con el sueño de poder comercializarlos. Con esta idea intenta-ría amortizar una parte del gasto inicial, y por supuesto, asumir el reto de buscar nuevas propuestas, que sin duda, han venido resultando.

“Fueron cinco años, de pruebas y errores...” -como, según con-fesó- “siempre ha asumido su vida” Desde buscar los mejores materiales, aprender a moldear, fabricar, probar y deshacer, hasta llegar a resultados que intentaban competir con los jigs que ya comenzaban a llegar a México, desde todas partes del mundo.

Compartiendo salidas con el grupo de amigos, que al fin decide recibirlo, logra una buen equipo y logra que se involucren en las pruebas, con resultados de primera mano; aportando crite-rios, sugerencias y propuestas, que Jaime iba asumiendo desde el diseño y los pesos, los anzuelos, los materiales, hasta el color y los acabados. Las pruebas con distintos materiales, las defini-ciones de cada color, las combinaciones, el nado, el pintado, el uso del aerógrafo y las resinas para el terminado y por último: la paciente labor de armado, son procesos que aún se siguen definiendo al calor de cada propuesta, para completarse con las pruebas de campo, que son las que al final, pueden definir o no, algún cambio para su mejor desempeño.

Hoy existen en el catálogo de “Jimmy Jigs” infinidad de bue-nos productos, que ya se exportan a 6 países. Desde un amplio surtido de jigs bucktails -por cierto de primerísima calidad- de todos los pesos y colores, hasta excelentes versiones de jigs heads y jigs, para casi todas las aguas y especies. Todos proba-dos para mejorar una y otra vez, y garantizar la efectividad que los ha hecho tan famosos.

En lo personal considero que el jigging ha llegado para quedarse ya que es una técnica muy productiva que demanda del pescador, del equipo y de los señuelos. “Jimmy Jigs” fabrica señuelos muy efec-tivos, que usamos desde hace un par de años en estas aguas y que han resultado ser muy buenos para muchas especies. Cuenta además -y ello es una ventaja- con muchos modelos y pesos para las diferentes modalidades de jigging, jigs rápidos, lentos, para múltiples especies, que se adaptan a las características de pesca de cada zona, incluso hay modelos personalizados, cosa que no sucede con cualquier marca. Sin duda, excelentes productos, resistentes, muy bien elabora-dos y que dan excelentes resultados.

Gustavo Silva, “El Sábalo Cancún”, Cancún, Quintana Roo.

He tenido la gran oportunidad de trabajar con los jigs “Jimmy Jigs”del buen amigo Jaime Lobato, y la ver-dad que tienen una excelente calidad, buen balance, y acabado final de primera clase. Lo mejor es que pueden competir -de tú a tú- con las marcas más famosas, de jigging en el mundo... y algo que debemos aplaudir, además, es que es un producto ¡100% mexicano!

Ing. Pesca Juan Roberto Navarro (Wearever)Playa del Carmen, Quintana Roo. Sus propuestas no solo se resumen a jigs para la pesca en aguas

profundas. También se mantiene innovando con jiggs peque-ños, o lo que se conoce como “slow jigs”, emulando el desem-peño de un híbrido entre el Lucanus de Shimano y el desapare-cido “Crazy Charlie”, obteniendo resultados sorprendentes con casi todas las especies de la costa, como el pargo, el abadejo, mero, robalo, jurel, barracuda, cojinuda y corvina entre otras. El diseño final de este jig, resultó lo que hoy se conoce como “Chaan jigs” de Jymmy Jigs (el famoso “pulpito”) algo pare-cido al descontinuado Bay Rubber o el aclamado Salt Conch de Daiwa . Este jig de cabeza redonda y ojos llamativos –muy efectivo en todos los tamaños- permite por sus distintos pesos sumergirlo en aguas profundas (donde nadaría a gusto un ca-lamar) o castearlo con líneas de 10-15 libras para un recobro lento y asegurar capturas en toda la línea costera, bocanas y escolleras.

El “Calamao” es otro de los más requeridos de los jigs de Jai-me, aportando la versión mexicana de una especie de Daiwa Neo Rubber, con unos acabados impecables y un desempeño excelente. Este jig simula como dicta su nombre un alargado

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cando. Regresó a México equipado con cañas y carretes de primera línea y cuanto señuelo y accesorio referente al deep jigging soportó su economía, para avocarse a esa práctica de inmediato.

La pérdida de varios jigs durante el proceso de aprendizaje, más el compromiso moral por gastos considerables de esa oca-sión, le hicieron tomar la decisión de fabricar sus propios jigs, con el sueño de poder comercializarlos. Con esta idea intenta-ría amortizar una parte del gasto inicial, y por supuesto, asumir el reto de buscar nuevas propuestas, que sin duda, han venido resultando.

“Fueron cinco años, de pruebas y errores...” -como, según con-fesó- “siempre ha asumido su vida” Desde buscar los mejores materiales, aprender a moldear, fabricar, probar y deshacer, hasta llegar a resultados que intentaban competir con los jigs que ya comenzaban a llegar a México, desde todas partes del mundo.

Compartiendo salidas con el grupo de amigos, que al fin decide recibirlo, logra una buen equipo y logra que se involucren en las pruebas, con resultados de primera mano; aportando crite-rios, sugerencias y propuestas, que Jaime iba asumiendo desde el diseño y los pesos, los anzuelos, los materiales, hasta el color y los acabados. Las pruebas con distintos materiales, las defini-ciones de cada color, las combinaciones, el nado, el pintado, el uso del aerógrafo y las resinas para el terminado y por último: la paciente labor de armado, son procesos que aún se siguen definiendo al calor de cada propuesta, para completarse con las pruebas de campo, que son las que al final, pueden definir o no, algún cambio para su mejor desempeño.

Hoy existen en el catálogo de “Jimmy Jigs” infinidad de bue-nos productos, que ya se exportan a 6 países. Desde un amplio surtido de jigs bucktails -por cierto de primerísima calidad- de todos los pesos y colores, hasta excelentes versiones de jigs heads y jigs, para casi todas las aguas y especies. Todos proba-dos para mejorar una y otra vez, y garantizar la efectividad que los ha hecho tan famosos.

En lo personal considero que el jigging ha llegado para quedarse ya que es una técnica muy productiva que demanda del pescador, del equipo y de los señuelos. “Jimmy Jigs” fabrica señuelos muy efec-tivos, que usamos desde hace un par de años en estas aguas y que han resultado ser muy buenos para muchas especies. Cuenta además -y ello es una ventaja- con muchos modelos y pesos para las diferentes modalidades de jigging, jigs rápidos, lentos, para múltiples especies, que se adaptan a las características de pesca de cada zona, incluso hay modelos personalizados, cosa que no sucede con cualquier marca. Sin duda, excelentes productos, resistentes, muy bien elabora-dos y que dan excelentes resultados.

Gustavo Silva, “El Sábalo Cancún”, Cancún, Quintana Roo.

He tenido la gran oportunidad de trabajar con los jigs “Jimmy Jigs”del buen amigo Jaime Lobato, y la ver-dad que tienen una excelente calidad, buen balance, y acabado final de primera clase. Lo mejor es que pueden competir -de tú a tú- con las marcas más famosas, de jigging en el mundo... y algo que debemos aplaudir, además, es que es un producto ¡100% mexicano!

Ing. Pesca Juan Roberto Navarro (Wearever)Playa del Carmen, Quintana Roo. Sus propuestas no solo se resumen a jigs para la pesca en aguas

profundas. También se mantiene innovando con jiggs peque-ños, o lo que se conoce como “slow jigs”, emulando el desem-peño de un híbrido entre el Lucanus de Shimano y el desapare-cido “Crazy Charlie”, obteniendo resultados sorprendentes con casi todas las especies de la costa, como el pargo, el abadejo, mero, robalo, jurel, barracuda, cojinuda y corvina entre otras. El diseño final de este jig, resultó lo que hoy se conoce como “Chaan jigs” de Jymmy Jigs (el famoso “pulpito”) algo pare-cido al descontinuado Bay Rubber o el aclamado Salt Conch de Daiwa . Este jig de cabeza redonda y ojos llamativos –muy efectivo en todos los tamaños- permite por sus distintos pesos sumergirlo en aguas profundas (donde nadaría a gusto un ca-lamar) o castearlo con líneas de 10-15 libras para un recobro lento y asegurar capturas en toda la línea costera, bocanas y escolleras.

El “Calamao” es otro de los más requeridos de los jigs de Jai-me, aportando la versión mexicana de una especie de Daiwa Neo Rubber, con unos acabados impecables y un desempeño excelente. Este jig simula como dicta su nombre un alargado

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calamar, con faldas de excelente material, que le suman un factor de atracción muy provocador. Sin embargo, lo que más ayudado a posicionar el respeto por los productos de “Jimmy Jigs”, son las impresionantes cap-turas que se siguen sucediendo con sus jigs en aguas profun-das, sobre todo en la pesca del batallador coronado, donde los reconocimientos le llegan constantemente de todo México y muchos países a donde han viajado sus productos; los mismos que siguen consolidando día con día su demanda, y posibili-tando buenos “reviews”, en muchas publicaciones impresas y medios digitales del mundo.

Algo significativo: no se extrañe si debe esperar unos días para la entrega de algún encargo, porque dependiendo de las tem-poradas, hay ocasiones en que la producción de los “Jimmy Jiggs” no da abasto; y aunque después de algunas inversiones ya cuenta con algo de tecnología, su manufactura y armados, siguen siendo como al principio: cien por ciento artesanal.

“Jimmy Jigs” es patrocinador de forma permanente del Tor-neo Internacional de Jigging “Pioneros”, el más importante de México, que se realiza año con año en las hermosas aguas de Playa del Carmen, en Quintana Roo, donde se dan citas los pescadores más experimentados en esta modalidad, que siem-pre gozan de su patrocinio y apoyo, formando parte del desa-rrollo y la promoción, que este tipo de pesca, sigue teniendo en nuestro país.

Si México es conocido por sus tacos, sus mariachis y sus te-quilas, me atrevo a decir con mucho orgullo, que muchos pes-cadores del mundo hablan también de México: como el país de los “Jimmy Jigs” y lo confirmaba el propio Jaime, cuando al calor de estas líneas me confesaba:

“Lo que más me complace, es que mi equipo ya no es de cuatro tampiqueños, como fue al principio. Ahora tengo un equipo de decenas de amigos, que ni conozco, en todo México y el mun-do, que continúan publicando buenos comentarios en revistas y foros, para que mis productos sean cada vez más conocidos y mejores”.

A lo que nuestra publicación se suma al testimonio de cientos de buenos pescadores, convencidos que los “Jimmy Jigs” no son buenos… ¡son buenísimos!, y para orgullo de todos: cien por ciento mexicanos.

En enero de 2012, un amigo me invitó a comprar unos pulpitos de Jimy Jigs, pedí 4 piezas de ½ oz y tres plumillas (Bucktail) de 3/8 de oz. Lo primero que note de los pulpitos, fue la cali-dad del acabado: pintura powder coat, (para imprimar metales) con acabado de alto brillo, ojos holográficos, falda de silicón, anzuelo circular de muy buena calidad, y un peso ideal, para castear en la orilla del mar.

Meses después buscaba un proveedor de cabezales (jigheads) para gomas, necesitaba pesos ligeros de ¼ de oz, y me puse en contacto con Jaime Lobato, (Jimmy Jigs), él me ofreció fabri-carme los cabezales con anzuelo de grado marino, justo lo que andaba buscando. También ofreció fabricarme los pulpitos de ½ oz para que yo distribuyera en las tiendas de Campeche y la región, así que hice mi primer pedido el cual vendí sin ningún problema, y pronto, pescadores de Mérida y Campeche tuvie-ron en sus cajas los pulpitos y los jigheads de Jimmy Jigs.Poco a poco he colocado producto en otras ciudades de Cam-peche, así como en Yucatán, Q. Roo y Chiapas. Ha sido un proceso lento pero los que han comprado, están como yo, convencidos de la calidad de los productos que fabrica Jai-me Lobato. Son productos artesanales, pintados a mano, con anzuelos de calidad y probados en la pesca. Sin lugar a duda, sus productos para jigging son los más notables, pero también, para la pesca ligera empieza a ganar mercado, es un producto nacional, hecho por un mexicano, pescador por afición y apa-sionado de la calidad.César Keb, Campeche.

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Lo primero que me llamó la atención conforme la panga se desli-zaba hasta detenerse, era la claridad del agua y la salud del pasto marino. Era una marea baja de luna nueva, y la orilla con pastos marinos a lo largo de la línea costera de manglares fue expuesta.

Podíamos navegar gracias a los canales de agua, con algo de pro-fundidad, que se forman con los ríos interiores donde brota el agua dulce de los ojos de agua que circulan en la zona de manglares y se mezclan con las aguas saladas provenientes del mar abierto del Golfo de México.Nos encontrábamos en aguas Campechanas, sorteando el camino en una de los sistemas de humedales costeros más hermosos del mundo.

Nos impresionó mucho que en algunas zonas, donde los arroyos estaban literalmente forrados de mangle, el agua no estaba solo teñida de tanino, también se encontraba muy turbia; y en otras zonas costeras, donde los arroyos contienen más nutrientes de la escorrentía, -como ocurren en las aguas de mi hogar en la Flo-rida-, el agua también estaba teñida, pero muy clara, y el pasto marino estaba tan limpio y verde que parecía un campo de fútbol. Nosotros ni siquiera habíamos empezado a pescar y ya estábamos impresionados con estos paisajes.

Conforme Juan llevaba la panga por el río, subí a la proa y sin pensarlo tomé mi caña de fly. Nos encontrábamos situados en la boca de un túnel formado por el mangle y árboles de gran follaje que se elevaban por las alturas.

Lo compacto de la vegetación bloqueaba la luz del sol. Tuve que quitarme las gafas para ver en las oscuras sombras de aquel pasa-je. Un sábalo rodaba el arroyo, luego otro, pero Juan me insistió en entrar en esa “cueva”. Pronto me di cuenta el por qué. Al doblar la siguiente curva, una gran piscina entre dos árboles despejaba el camino. Parecía agua hirviendo al ver como un sábalo asomaba, después de otro y otro más y así sucesivamente. Un lanzamiento sobre el hervidero resultó en una captura inmediata… un salto, otro y el pez se había ido, al igual que en el siguiente lanzamiento. No era fácil enganchar por el reducido espacio. En el tercer inten-to el anzuelo dió en el blanco y pronto tuvimos a un lado del bote el primer sábalo. Para nuestra fortuna, durante los siguientes tres días se repitió esta escena una y otra vez. Pero esto no era solo un viaje más de pesca. Este fue el comienzo del primer proyecto de etiquetado de sábalo juvenil en México. Un proyecto en colaboración con los guías y pescadores depor-tivos de Campeche (quienes recaudaron sus propios fondos para comprar las etiquetas usadas en este estudio) y de la Bonefish & Tarpon Trust, una organización no lucrativa de los Estados Unidos que se dedica a la protección y conservación de la pesca de sábalo (así como del macabí y la palometa).

El objetivo primordial del proyecto es conocer el desplazamiento de jóvenes sábalos de uno a tres años de edad y tratar, -con el tiempo- de conocer algunas respuestas a cuestionamientos como: ¿Los sábalos juveniles permanecen en un solo lugar o se mueven

constantemente?... ¿Si se aventuran a alta mar y qué tan lejos llegan?... ¿Cuántas veces pueden ser capturados y liberados los jóvenes sábalos?. Dado que la pesca en la zona de Campeche se compone casi exclusivamente de sábalos de entre uno a tres años de edad, ¿A dónde se van una vez que llegan a los cuatro años de edad?... ¿Qué importancia tiene esta área de sábalo juvenil para la pesca de los sábalos adultos que se da en el Caribe o en el Golfo de México como Holbox o Veracruz? El proyecto se inició este mes de noviembre de 2012, cuando guías y pescadores se instruyeron perfectamente sobre la forma de medir y etiquetar un sábalo juvenil, y gracias a eso, los prime-ros 25 sábalos del proyecto fueron etiquetados de forma precisa. El evento fue auspiciado gracias a empresas como Tarpon Town Anglers, Ocean View Hotel, y muchos pescadores locales. Antes del evento de lanzamiento, se discutió y se planeó el proyecto ampliamente con todos los involucrados proporcionando –entre todos-, una perspectiva positiva para esta importante región pes-quera del sábalo juvenil.

Esta es la primera huella de un plan estratégico a largo plazo para proteger al sábalo de Campeche. Es evidente que guías y pesca-dores deportivos de esa localidad están más que dispuestos a con-servar el hábitat y por ende, la buena pesca de esta especie en la región. Las perspectivas para el futuro son buenas. Ojalá se siga de cerca este proyecto y sirva de aliento para otros lugares de igual belleza en ese hermoso país que es México.

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Lo primero que me llamó la atención conforme la panga se desli-zaba hasta detenerse, era la claridad del agua y la salud del pasto marino. Era una marea baja de luna nueva, y la orilla con pastos marinos a lo largo de la línea costera de manglares fue expuesta.

Podíamos navegar gracias a los canales de agua, con algo de pro-fundidad, que se forman con los ríos interiores donde brota el agua dulce de los ojos de agua que circulan en la zona de manglares y se mezclan con las aguas saladas provenientes del mar abierto del Golfo de México.Nos encontrábamos en aguas Campechanas, sorteando el camino en una de los sistemas de humedales costeros más hermosos del mundo.

Nos impresionó mucho que en algunas zonas, donde los arroyos estaban literalmente forrados de mangle, el agua no estaba solo teñida de tanino, también se encontraba muy turbia; y en otras zonas costeras, donde los arroyos contienen más nutrientes de la escorrentía, -como ocurren en las aguas de mi hogar en la Flo-rida-, el agua también estaba teñida, pero muy clara, y el pasto marino estaba tan limpio y verde que parecía un campo de fútbol. Nosotros ni siquiera habíamos empezado a pescar y ya estábamos impresionados con estos paisajes.

Conforme Juan llevaba la panga por el río, subí a la proa y sin pensarlo tomé mi caña de fly. Nos encontrábamos situados en la boca de un túnel formado por el mangle y árboles de gran follaje que se elevaban por las alturas.

Lo compacto de la vegetación bloqueaba la luz del sol. Tuve que quitarme las gafas para ver en las oscuras sombras de aquel pasa-je. Un sábalo rodaba el arroyo, luego otro, pero Juan me insistió en entrar en esa “cueva”. Pronto me di cuenta el por qué. Al doblar la siguiente curva, una gran piscina entre dos árboles despejaba el camino. Parecía agua hirviendo al ver como un sábalo asomaba, después de otro y otro más y así sucesivamente. Un lanzamiento sobre el hervidero resultó en una captura inmediata… un salto, otro y el pez se había ido, al igual que en el siguiente lanzamiento. No era fácil enganchar por el reducido espacio. En el tercer inten-to el anzuelo dió en el blanco y pronto tuvimos a un lado del bote el primer sábalo. Para nuestra fortuna, durante los siguientes tres días se repitió esta escena una y otra vez. Pero esto no era solo un viaje más de pesca. Este fue el comienzo del primer proyecto de etiquetado de sábalo juvenil en México. Un proyecto en colaboración con los guías y pescadores depor-tivos de Campeche (quienes recaudaron sus propios fondos para comprar las etiquetas usadas en este estudio) y de la Bonefish & Tarpon Trust, una organización no lucrativa de los Estados Unidos que se dedica a la protección y conservación de la pesca de sábalo (así como del macabí y la palometa).

El objetivo primordial del proyecto es conocer el desplazamiento de jóvenes sábalos de uno a tres años de edad y tratar, -con el tiempo- de conocer algunas respuestas a cuestionamientos como: ¿Los sábalos juveniles permanecen en un solo lugar o se mueven

constantemente?... ¿Si se aventuran a alta mar y qué tan lejos llegan?... ¿Cuántas veces pueden ser capturados y liberados los jóvenes sábalos?. Dado que la pesca en la zona de Campeche se compone casi exclusivamente de sábalos de entre uno a tres años de edad, ¿A dónde se van una vez que llegan a los cuatro años de edad?... ¿Qué importancia tiene esta área de sábalo juvenil para la pesca de los sábalos adultos que se da en el Caribe o en el Golfo de México como Holbox o Veracruz? El proyecto se inició este mes de noviembre de 2012, cuando guías y pescadores se instruyeron perfectamente sobre la forma de medir y etiquetar un sábalo juvenil, y gracias a eso, los prime-ros 25 sábalos del proyecto fueron etiquetados de forma precisa. El evento fue auspiciado gracias a empresas como Tarpon Town Anglers, Ocean View Hotel, y muchos pescadores locales. Antes del evento de lanzamiento, se discutió y se planeó el proyecto ampliamente con todos los involucrados proporcionando –entre todos-, una perspectiva positiva para esta importante región pes-quera del sábalo juvenil.

Esta es la primera huella de un plan estratégico a largo plazo para proteger al sábalo de Campeche. Es evidente que guías y pesca-dores deportivos de esa localidad están más que dispuestos a con-servar el hábitat y por ende, la buena pesca de esta especie en la región. Las perspectivas para el futuro son buenas. Ojalá se siga de cerca este proyecto y sirva de aliento para otros lugares de igual belleza en ese hermoso país que es México.

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Como muchos saben, la región de los Cabos en Baja California Sur es el hogar de los más importantes torneos de pesca del mundo de grandes pelágicos, por algo el mote de la capital mundial del marlin.

Ahí se celebran desde campeonatos mundiales para eventos de caridad, hasta torneos que reparten enormes sumas de billetes verdes, como el Bisbee´s, que para este año repartiría una bolsa de dinero en efectivo de casi dos millones y medio de dólares!, dinero que se recauda en buena parte, por la cuota de inscripción de $5,000 dólares más las pollas o jackpots diarios donde cada equipo puede invertir hasta $ 63,000 dólares por todos los días del torneo. Para algunos, el evento representa una apuesta, una oportunidad de hacerse rico con un solo pez, para otros se trata solamente de un nuevo trofeo en la vitrina.

Claro que para celebrar este tipo de eventos de fama mundial se necesita el mejor campo de juego y nada mejor que este excep-cional rincón del mundo donde concurren espléndidas playas y fascinantes paisajes, resultado de la insólita comunión entre el Océano Pacífico y el Mar de Cortés, paraíso de la pesca deportiva y destino obligado para los amantes del surf, buceo, esquí acuáti-co, veleo, kayakismo…un verdadero festín aventurero.

Wyndham, hotel sede del Bisbee´s.

Llegamos a San José de Cabo, volando por Interjet desde el DF, al medio día aproximadamente. Apenas salimos del aeropuerto sentimos ese clima árido, que deja sentir su calor más de 300 días al año, que muchos consideran perfecto, otros no tanto, pero para nosotros que vivimos en el sureste del país, pues nos sentíamos en casa.

Acudimos al evento gracias a la atenta invitación del Lic. Luis Palacios, director general y Fátima Avilés, directora de relaciones públicas del Fideicomiso del Turismo Estatal de los Cabos (FI-TUES), organismo que se encarga de promocionar y desarrollar turísticamente el maravillosos estado de Baja California Sur, y en buena medida al señor Clicerio Mercado Hernández organiza-dor del torneo Bisbee´s para México.

El recorrido de media hora de San José del Cabo hasta el hotel Wyndham en Cabo San Lucas transcurrió con una plática muy amena con Rafael Monroy, operador de la FITUES, quien se en-cargaría de que todo marchara sobre ruedas en nuestra estancia en el lugar.

Poco se tiene que decir de este destino, uno de los más ambi-cionados por el viajero que busca la combinación de distinción y aventura ya que los Cabos posee una abrumadora presencia de lujosos hoteles, marinas de primer nivel, restaurantes, soberbios campos de golf y el más amplio y sofisticado catálogo de servi-cios especializados de aventura para deleite del turismo nacional y extranjero.

Llegamos al hotel Wyndham, una construcción de estilo desértico, cómodo y muy funcional. Lo grandioso es que está incrustado en un extremo de la Bahía, en medio de la marina de Cabo San Lu-cas, donde la pupila se deleita con una vista panorámica cuando se cruza el lobby del hotel y la mirada atisba con sorpresa cientos de embarcaciones de gran calado que resguarda la marina en ese punto de la dársena.

Este resort incluye además, un centro comercial de 120 tiendas ubicadas en el andador de la marina, donde pescadores, turistas y dueños de lujosos yates crean un ambiente pintoresco, y un gran faro-mirador-restaurante, donde se contempla a lo lejos, la fusión de las laderas de la sierra y el gran océano, en el punto conocido como: “El Fin de la Tierra”.

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Después de registrarnos Rafa nos llevó a un nuevo restaurante: “Maca”, cerca del hotel, que nos deleitó con especialidades de la cocina española y mediterránea y un buen vino tinto que agrade-cimos y prometimos recomendar porque vaya que vale la pena. Retornamos poco antes de las 6 de la tarde al Wyndham para alis-tarnos a la inauguración de este gran evento al que Troleo asistía por primera vez.

La inauguración de la edición 32 del Bisbees B & B.

Si algo saben los estadounidenses es organizar eventos. No faltaba ni sobraba un detalle.

Bien acicalados, salimos del hotel hacia el gran andador que rodea la marina donde están dispuestos restaurantes, tiendas de conve-niencia, bares y comercios de distintos giros muy coloridos hasta uno de los extremos donde se ubica la llamada “Golden Zone”. Digamos que ahí la fisonomia del lugar comienza a cambiar.

Varios restaurantes muy elegantes de carnes y mariscos, tiendas de Rolex, Mont Blanc, Fendi, Coach…etc y el precioso centro comercial “Puerto Paraíso” hacen de esta zona un área donde el confort y el lujo no han encontrado un límite.

Ahí mismo, en una explanada de la zona dorada, ya estaba dis-puesto todo y en orden para lo que sería la ceremonia de inaugu-ración, puesto de pesaje, cena de premiación y punto de reunión obligado de cientos de familiares que acompañaban a los partici-pantes y de turistas que se congregan a diario en ese extremo de la marina.

La atmósfera desde que llegamos era de fiesta. La gente muy animada lo mismo se paseaba en los stands, que tomaba fotos al pebetero diseñado con la figura de un marlín negro y otro azul (en cuya centro ardería la flama cual olimpiada mundial), o se subía a la gran báscula de pesaje…mientras algunos equipos terminaban de inscribirse en la oficina de los organizadores.

Ya con la mayoría de los 108 equipos reunidos (más de 700 pes-cadores), y 120 medios de comunicación nacionales y extranjeros cubriendo el evento, en punto de las 9 de la noche, dió inicio la inauguración de la trigésima segunda edición del torneo de pesca Bisbee’s Black and Blue Marlin. La ceremonia arrancó con los honores a la bandera donde se entonó el himno nacional, para dar paso al encendido oficial del pebetero a cargo del promotor del torneo Wayne Bisbee, la segunda parte de la trilogía de los Bisbee ahí reunidos: Bob, Wayne y Blake, abuelo, padre e hijo, respectivamente.

Una hora más tarde el ambiente era de música y buenos deseos entre los equipos. En el escenario se contó con la participación de una delegación muy animada de artistas japoneses, que viajaron para apoyar a los 7 equipos nipones participantes en el torneo y aprovecharon el marco para presentar un show de tambores entre los descansos de la banda de rock oficial del torneo que amenizó la noche.

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Arranca el torneo.

Para muchos es conocida la estampa con la que publicitan el tor-neo del Bisbee´s: La foto aérea de cientos de embarcaciones con los motores humeantes saliendo disparados a diferentes puntos de la Bahía…vivir la experiencia es una emoción que enchina la piel.

A las 7 de la mañana se dispuso un gran barco tipo catamarán de dos pisos para que la prensa, algunos invitados y miembros de la política navegaran hasta el punto de salida, donde los barcos se colocaban para tomar uno a uno sus posiciones de arranque.

Los 108 equipos inscritos debían hacerlo obligatoriamente según los lineamientos del torneo que por cierto se cumplen a cabali-dad.

Llegamos al punto, a las 7:30, media hora antes del disparo de salida. La mayoría de los barcos se encontraban en labores de ex-tracción de carnada, algunos barriletes o dorados que se les en-cuentra fácilmente a un costado del famoso arco de piedra, obra de la naturaleza esculpida por la impetuosidad del Océano Pacífi-co en uno de sus lados y por la tranquilas aguas del Mar de Cortés en el otro, que constituye el símbolo de Cabo San Lucas y de toda la Península de Baja California Sur.

Cinco minutos antes de las 8 ya todos los barcos se encontraban listos para el primer gran día de pesca. El disparo de inauguración lo encabezó Robert “Bob” Bisbee, progenitor del torneo, quien durante más de 30 años ha encabezado esta inigualable celebra-ción, toda una tradición en la zona, que estimula la actividad tu-rística a nivel mundial.

El arranque fue estrepitoso. Entre un hermoso amanecer y un arre-bato de nubes de humo, agua y brisa marina comenzaba oficial-mente el torneo.

Nosotros regresamos a la marina para pasear los alrededores, to-mar algunas fotos y conversar con algunos de los patrocinadores que tenían un stand en el torneo.

Poco después del medio día comenzó el alboroto de la gente cuan-do pegó una embarcación y bajaron entre varios un marlin azul que después de colocarlo en una plataforma rodante era transpor-tado por el andador hasta la báscula donde ya lo esperaban los jueces del torneo, que de forma muy ordenada medían y colgaban el marlin mientras ya la gente se agolpaba con las cámaras por todo el lugar. Para mala fortuna del equipo el marlín no dio el peso mínimo de 300 libras, se pararon los números de la báscula en las 263 libras, que se convertían en puntos en contra. A pesar de eso el ánimo no decayó y el equipo era felicitado por tan buen esfuerzo.

Esa tarde ya no se asomó ningún marlin negro o azul que diera el peso, lo más relevante del día eran las capturas de marlin raya-do que fueron regresadas al mar y contabilizadas para categoría alterna de “catch and release” y la batalla de un gigantesco aleta amarilla de 344 libras que libró Matt Campbell, que pese a no entrar en el torneo, sí resultó un magnífico trofeo para él y para su equipo. Cuenta Matt que se encontraban buscando azules en el punto o poza conocida como Gordo Banks, -una montaña subma-rina en las profundidades del mar de Cortés-, cuando el animalito tomó la muestra: un skipjack vivo que venían troleando con un Tiagra 80w. La foto es impresionante.

Segundo día del Bisbees.

Al igual que el día anterior, los preparativos fueron los mismos. El disparo de salida era obligado para todos a la misma hora. Era una mañana fresca y los primeros rayos del sol bañaban los ris-cos, montañas y algunas piedras cerca de la costa, donde dor-mían plácidamente algunos leones marinos que bostezaban y se retorcían sin perder -los que estaban despiertos- los movimientos de los barcos que pasaban cerca de ellos. Ese día el disparo es-tuvo a cargo del Sr. Clicerio Mercado Hernández, organizador y coordinador para México del torneo, mano derecha y también la izquierda diría yo, de Bob y Wayne Bisbee.

Ni ese día ni el anterior pudimos embarcarnos con tantos pes-cadores participantes. Todas las embarcaciones estaban a tope y aprovechamos para recorrer las playas escondidas que se encuen-tran en las faldas de la sierra en el extremo de la Bahía, entre las que destacan las playas del amor y del divorcio justo detrás del arco de piedra. Para llegar a la zona, los prestadores de servicios ofrecen diversas categorías de transporte; la más común son la pangas que parten de la misma dársena de la marina en una tra-vesía de 10 minutos hasta el lugar. Durante el trayecto se pueden apreciar una serie de formaciones rocosas que poseen muchas de ellas su dosis de leyenda.

Las pequeñas playas estaban abarrotadas de gente: unos tomando sol, otros bañándose en las cristalinas aguas con tonalidades ver-des y azules -que invitan a más de uno a esnorquelear para apre-ciar la belleza del mundo submarino y la gran variedad de peces multicolores-, y otros más practicando paddleboard o navegando en kayaks.

A poca distancia asomaba la imponente figura de un gran crucero que había atracado en las playas de enfrente. Al igual veíamos pa-sar de ida y vuelta embarcaciones de todo tipo: lanchas, veleros, motos de agua y demás vehículos marinos. A lo lejos en algunas formaciones rocosas sobre el mar, se veía a gente encaramada con cañas largas tratando de lograr algunas sierras, pargos y por qué no, en esas aguas tal vez algún buen dorado. Había mucha vida y mucha acción durante todo el día en el canal de entrada de la bahía a la marina de Cabo San Lucas.

Cerca de las 3 de la tarde bajamos al hotel a comer. Nos llamó la atención –y a todos los que pasaban por ahí-un megayate que ha-cia maniobras para atracar en uno de los muelles flotantes. Viendo el nombre que tenia: “Pegaso”, checamos en internet y confirma-mos que era el barco de un conocido empresario mexicano. Un enorme buque de 74 metros de eslora con capacidad para 32 per-sonas, un mini submarino con seis plazas que desciende hasta los 165 metros, helicóptero, y una cubierta principal de 120 metros cuadrados. Esto nos da idea del enorme aforo y nivel de la IGY Cabo San Lucas Marina que cuenta con 380 muelles flotantes y alberga toda clase de embarcaciones y claro, de la fortuna del propietario.

Terminando nos dirigimos caminando al sitio oficial del evento. No habíamos visto tanto entusiasmo en todo el día, algo lograba atraer la atención de todos los turistas y visitantes que se aglome-raran en el sitio de pesaje: un gran marlin azul era izado y para felicidad del equipo la báscula oficial marcaba las ¡¡465 libras!!...júbilo total para el equipo “Frantic Pace” que había logrado la hazaña, ya que esta pieza los ponía en el primer lugar del tor-neo hasta ese momento y al no presentarse ningún marlin el día anterior los hacía acreedores a $1,422,000 USD!! gracias a los jackpots acumulados de la primera y segunda jornada de pesca y a que el equipo había participado en las apuestas diarias de $200, $500, $1,000, $2,000, $ 5,000 y $10,000 dólares para la mejor captura de cada día.

La suerte y fortuna ese día le había tocado al pescador Dave Sanchez que después de una intensa lucha de dos horas y a punto de perder el pez cuando ya estaba muy cerca de su barco, una Pacemaker de 52 pies, logró el marlin azul que se abalanzó sobre un lure Hi-5 Cabo shaker negro y púrpura, magníficos señuelos -por cierto-, manufacturados en los Cabos.

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Arranca el torneo.

Para muchos es conocida la estampa con la que publicitan el tor-neo del Bisbee´s: La foto aérea de cientos de embarcaciones con los motores humeantes saliendo disparados a diferentes puntos de la Bahía…vivir la experiencia es una emoción que enchina la piel.

A las 7 de la mañana se dispuso un gran barco tipo catamarán de dos pisos para que la prensa, algunos invitados y miembros de la política navegaran hasta el punto de salida, donde los barcos se colocaban para tomar uno a uno sus posiciones de arranque.

Los 108 equipos inscritos debían hacerlo obligatoriamente según los lineamientos del torneo que por cierto se cumplen a cabali-dad.

Llegamos al punto, a las 7:30, media hora antes del disparo de salida. La mayoría de los barcos se encontraban en labores de ex-tracción de carnada, algunos barriletes o dorados que se les en-cuentra fácilmente a un costado del famoso arco de piedra, obra de la naturaleza esculpida por la impetuosidad del Océano Pacífi-co en uno de sus lados y por la tranquilas aguas del Mar de Cortés en el otro, que constituye el símbolo de Cabo San Lucas y de toda la Península de Baja California Sur.

Cinco minutos antes de las 8 ya todos los barcos se encontraban listos para el primer gran día de pesca. El disparo de inauguración lo encabezó Robert “Bob” Bisbee, progenitor del torneo, quien durante más de 30 años ha encabezado esta inigualable celebra-ción, toda una tradición en la zona, que estimula la actividad tu-rística a nivel mundial.

El arranque fue estrepitoso. Entre un hermoso amanecer y un arre-bato de nubes de humo, agua y brisa marina comenzaba oficial-mente el torneo.

Nosotros regresamos a la marina para pasear los alrededores, to-mar algunas fotos y conversar con algunos de los patrocinadores que tenían un stand en el torneo.

Poco después del medio día comenzó el alboroto de la gente cuan-do pegó una embarcación y bajaron entre varios un marlin azul que después de colocarlo en una plataforma rodante era transpor-tado por el andador hasta la báscula donde ya lo esperaban los jueces del torneo, que de forma muy ordenada medían y colgaban el marlin mientras ya la gente se agolpaba con las cámaras por todo el lugar. Para mala fortuna del equipo el marlín no dio el peso mínimo de 300 libras, se pararon los números de la báscula en las 263 libras, que se convertían en puntos en contra. A pesar de eso el ánimo no decayó y el equipo era felicitado por tan buen esfuerzo.

Esa tarde ya no se asomó ningún marlin negro o azul que diera el peso, lo más relevante del día eran las capturas de marlin raya-do que fueron regresadas al mar y contabilizadas para categoría alterna de “catch and release” y la batalla de un gigantesco aleta amarilla de 344 libras que libró Matt Campbell, que pese a no entrar en el torneo, sí resultó un magnífico trofeo para él y para su equipo. Cuenta Matt que se encontraban buscando azules en el punto o poza conocida como Gordo Banks, -una montaña subma-rina en las profundidades del mar de Cortés-, cuando el animalito tomó la muestra: un skipjack vivo que venían troleando con un Tiagra 80w. La foto es impresionante.

Segundo día del Bisbees.

Al igual que el día anterior, los preparativos fueron los mismos. El disparo de salida era obligado para todos a la misma hora. Era una mañana fresca y los primeros rayos del sol bañaban los ris-cos, montañas y algunas piedras cerca de la costa, donde dor-mían plácidamente algunos leones marinos que bostezaban y se retorcían sin perder -los que estaban despiertos- los movimientos de los barcos que pasaban cerca de ellos. Ese día el disparo es-tuvo a cargo del Sr. Clicerio Mercado Hernández, organizador y coordinador para México del torneo, mano derecha y también la izquierda diría yo, de Bob y Wayne Bisbee.

Ni ese día ni el anterior pudimos embarcarnos con tantos pes-cadores participantes. Todas las embarcaciones estaban a tope y aprovechamos para recorrer las playas escondidas que se encuen-tran en las faldas de la sierra en el extremo de la Bahía, entre las que destacan las playas del amor y del divorcio justo detrás del arco de piedra. Para llegar a la zona, los prestadores de servicios ofrecen diversas categorías de transporte; la más común son la pangas que parten de la misma dársena de la marina en una tra-vesía de 10 minutos hasta el lugar. Durante el trayecto se pueden apreciar una serie de formaciones rocosas que poseen muchas de ellas su dosis de leyenda.

Las pequeñas playas estaban abarrotadas de gente: unos tomando sol, otros bañándose en las cristalinas aguas con tonalidades ver-des y azules -que invitan a más de uno a esnorquelear para apre-ciar la belleza del mundo submarino y la gran variedad de peces multicolores-, y otros más practicando paddleboard o navegando en kayaks.

A poca distancia asomaba la imponente figura de un gran crucero que había atracado en las playas de enfrente. Al igual veíamos pa-sar de ida y vuelta embarcaciones de todo tipo: lanchas, veleros, motos de agua y demás vehículos marinos. A lo lejos en algunas formaciones rocosas sobre el mar, se veía a gente encaramada con cañas largas tratando de lograr algunas sierras, pargos y por qué no, en esas aguas tal vez algún buen dorado. Había mucha vida y mucha acción durante todo el día en el canal de entrada de la bahía a la marina de Cabo San Lucas.

Cerca de las 3 de la tarde bajamos al hotel a comer. Nos llamó la atención –y a todos los que pasaban por ahí-un megayate que ha-cia maniobras para atracar en uno de los muelles flotantes. Viendo el nombre que tenia: “Pegaso”, checamos en internet y confirma-mos que era el barco de un conocido empresario mexicano. Un enorme buque de 74 metros de eslora con capacidad para 32 per-sonas, un mini submarino con seis plazas que desciende hasta los 165 metros, helicóptero, y una cubierta principal de 120 metros cuadrados. Esto nos da idea del enorme aforo y nivel de la IGY Cabo San Lucas Marina que cuenta con 380 muelles flotantes y alberga toda clase de embarcaciones y claro, de la fortuna del propietario.

Terminando nos dirigimos caminando al sitio oficial del evento. No habíamos visto tanto entusiasmo en todo el día, algo lograba atraer la atención de todos los turistas y visitantes que se aglome-raran en el sitio de pesaje: un gran marlin azul era izado y para felicidad del equipo la báscula oficial marcaba las ¡¡465 libras!!...júbilo total para el equipo “Frantic Pace” que había logrado la hazaña, ya que esta pieza los ponía en el primer lugar del tor-neo hasta ese momento y al no presentarse ningún marlin el día anterior los hacía acreedores a $1,422,000 USD!! gracias a los jackpots acumulados de la primera y segunda jornada de pesca y a que el equipo había participado en las apuestas diarias de $200, $500, $1,000, $2,000, $ 5,000 y $10,000 dólares para la mejor captura de cada día.

La suerte y fortuna ese día le había tocado al pescador Dave Sanchez que después de una intensa lucha de dos horas y a punto de perder el pez cuando ya estaba muy cerca de su barco, una Pacemaker de 52 pies, logró el marlin azul que se abalanzó sobre un lure Hi-5 Cabo shaker negro y púrpura, magníficos señuelos -por cierto-, manufacturados en los Cabos.

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Viernes 26 de Octubre. Tercer y último día de pesca.

Imposible ir a los Cabos y no salir a pescar. Aunque no estaba en el itinerario para la prensa un día de pesca, decidimos salir temprano por nuestra cuenta -después del disparo que marcaba la última jornada de pesca del Bisbee´s-, y rentar una panga en uno de los locales de renta de barcos que rodean el andador de la ma-rina. Era una panga de 23 pies bastante cómoda que se renta a 150 dólares y 5 horas de pesca . Tiempo suficiente ya que solo se tiene que salir de la dársena para comenzar a buscar wahoos, barriletes, dorados, atunes y con algo de suerte algún marlín azul o rayado que son los que merodean normalmente las cercanías de la costa de la bahía, que además ofrece una de las vistas más espectacu-lares que haya conocido, con cientos de residencias y hoteles en-clavados en la sierra que bordea la línea costera, ahí donde yacen majestuosos santuarios naturales, que aún se conservan vírgenes y donde la vida sigue su fascinante curso milenario.

Chencho nuestro capitán dispuso 3 líneas con lures de diferentes colores para tentar a los depredadores tempraneros. Troleamos la primera hora y solo obtuvimos una línea cortada por los dientes de algún wahoo, así que decidimos intentar con carnada viva.

Lo que me llamó la atención fue que el agua en la superficie es-taba algo caliente, muy raro para la época y la zona. Entonces decidimos parar motores para garetear ya que el buen tiempo y el viento lo permitían, y dejar que las caballas o macarelas se vayan lo más profundo posible, donde se concentran corrientes de agua más fría y oxigenada.

El resultado fue inmediato, un dorado arrebató la línea a media agua y no tardamos en subirlo rápidamente para la foto y regre-sarlo al agua nuevamente. Armamos otra caña y lo mismo, no tardaba en bajar y de nuevo otro dorado saltaba majestuoso a unos metros de nuestra panga. Este peleó mucho más y decidimos su-birlo para disfrutar su deliciosa carne.

Poco antes de finalizar las 5 horas pactadas, nos impresionó una enorme cabeza que sobresalía de la superficie a unos 20 metros de donde estábamos. Ni Chencho distinguía bien de que se tra-taba, pensamos que era una pequeña ballena piloto, hasta que el “zoom” de la lente de la cámara registró una enorme cabeza de elefante marino que nos sorprendió mucho ya que sólo habíamos visto focas y leones marinos en el lugar. Esto es un claro mani-fiesto de la enorme diversidad de fauna que guarda ese territorio de la península bajacaliforniana.

Llegamos a la marina y al pegar la panga y bajar las cosas, arribó al mismo tiempo el celoso guardián de la marina: “Pancho”, el león marino más regordete y consentido de todo Cabo San Lucas, camarada de lancheros y capitanes de yates que lo alimentan todo el día.

Comimos exquisito dorado como muchos de los turistas que sa-lieron igual que nosotros y al terminar caminamos de nuevo hacia la zona de pesaje. Todo estaba muy tranquilo y hasta esa hora no se había presentado nada, y así continuó hasta el cierre de báscula pactado a las 7 de la noche.

Hubo comentarios acerca de algún marlin grande que venía en camino, pero al final resultaron puros rumores. Increíblemente decretaron al marlin del equipo Frantic Pace ganador absoluto del torneo como único ejemplar presentado y que cumpliera con el peso requerido, lo que incrementaba ahora la suma final acumu-lada al primer lugar, nada más y nada menos de casi ¡dos millones y medio de dólares!...el segundo premio más jugoso otorgado en la historia del Bisbee´s B & B, sólo detrás del otorgado en el 2006 al equipo Bad Company que se llevó los dos primeros lugares en aquella edición y una ganancia de total de $3, 902,988 USD, la mejor bolsa otorgada en cualquier torneo en el mundo de la pesca deportiva.

Muchos juicios y razonamientos se escucharon sobre el por qué un solo marlin en un torneo que reunió a más de 100 embarcacio-nes con lo mejor del mundo abordo, pero así es la pesca de im-predecible. Una semana antes en el torneo de los Cabos Offshore, hubo varios marlines grandes, dos por encima de las 500 libras. Pero no nos quedamos con la duda y preguntamos a especialistas y pescadores avezados de esas aguas su opinión al respecto y dos conclusiones claras que se repitieron fueron: 1) El año del niño. Las temperaturas han estado muy elevadas y ha sido una temporada tardía, lo que supone que los grandes marlines llegarán en noviembre o diciembre.

2) Se esta agotando el dorado debido a la pesca comercial en la zona del Mar de Cortés donde muchas comercializadoras han hecho una masacre con esa especie lo que disminuye su número sensiblemente y con ello, el de sus principales depredadores: los marlines.

Un poco de HistoriaFue en 1980, cuando el primer evento organizado por Bob

Bisbee, de manera totalmente informal, llegó a los mares de Cabo San Lucas. Bob que hoy ya tiene 80 años, viajaba de ma-nera regular en su barco desde Newport Beach, California, con muchos de sus amigos, hasta el tranquilo puerto de pescadores

que comenzaba apenas a despuntar turísticamente.

Una noche en el Mar de Cortés, Bob lanzó un desafío a un pu-ñado de camaradas después de escuchar que todos presumían haber pescado el marlin más grande: “Vamos a pescar 3 días consecutivos, el marlín más pesado se lleva diez mil dólares en

efectivo”, -y dió una palmada sobre la mesa-.

Hoy, Bob recuerda con una sonrisa que él ganó la apuesta. Y también ganó la apuesta al año siguiente con su hijo Wayne como capitán, cuando ya el torneo, que comenzó como un

juego, reunía a más de 13 barcos.

Cuando se le pregunta a su hijo Wayne Bisbee el por qué no siguieron participando, comenta que ganar dos años en fila les pareció un poco egoísta, y fue cuando la familia hizo la transi-

ción de ganar el torneo a organizarlo.

El nuevo reto para los Bisbee fue mejorar la mercadotecnia, la búsqueda de patrocinadores, y con esto, lograr un importante

crecimiento y proyección internacional, colocando a los Cabos en el mapa mundial de la pesca

deportiva.

A partir de 1995 Wayne y su hermana Patricia tomaron el control del torneo, integrando a un socio mexicano: Clicerio

Mercado, quien hasta la fecha dirige la logística año tras año desde México.

Las reglas de control del Bisbee´s son muy estrictas, durante la pesca y posteriormente, incluso los ganadores del torneo deben someterse al polígrafo, regla que estableció Wayne Bisbee en el

2000 para dar más certeza al evento.

Bob Bisbee empezó con 6 equipos en 1980, ahora llegan a par-ticipar hasta 150 y se ha consolidado como un evento tradicio-nal al que acuden pescadores de todo el mundo para tratar de

llevarse alguno de los millonarios premios que se reparten.

Sin lugar a duda este torneo es un legado que comparten todos los habitantes de este destino y se disfruta por cientos de per-sonas que participan cada año, quienes buscan sacar el marlin más grande, vivir esta experiencia y ser parte de la historia del

torneo más rico del mundo

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Viernes 26 de Octubre. Tercer y último día de pesca.

Imposible ir a los Cabos y no salir a pescar. Aunque no estaba en el itinerario para la prensa un día de pesca, decidimos salir temprano por nuestra cuenta -después del disparo que marcaba la última jornada de pesca del Bisbee´s-, y rentar una panga en uno de los locales de renta de barcos que rodean el andador de la ma-rina. Era una panga de 23 pies bastante cómoda que se renta a 150 dólares y 5 horas de pesca . Tiempo suficiente ya que solo se tiene que salir de la dársena para comenzar a buscar wahoos, barriletes, dorados, atunes y con algo de suerte algún marlín azul o rayado que son los que merodean normalmente las cercanías de la costa de la bahía, que además ofrece una de las vistas más espectacu-lares que haya conocido, con cientos de residencias y hoteles en-clavados en la sierra que bordea la línea costera, ahí donde yacen majestuosos santuarios naturales, que aún se conservan vírgenes y donde la vida sigue su fascinante curso milenario.

Chencho nuestro capitán dispuso 3 líneas con lures de diferentes colores para tentar a los depredadores tempraneros. Troleamos la primera hora y solo obtuvimos una línea cortada por los dientes de algún wahoo, así que decidimos intentar con carnada viva.

Lo que me llamó la atención fue que el agua en la superficie es-taba algo caliente, muy raro para la época y la zona. Entonces decidimos parar motores para garetear ya que el buen tiempo y el viento lo permitían, y dejar que las caballas o macarelas se vayan lo más profundo posible, donde se concentran corrientes de agua más fría y oxigenada.

El resultado fue inmediato, un dorado arrebató la línea a media agua y no tardamos en subirlo rápidamente para la foto y regre-sarlo al agua nuevamente. Armamos otra caña y lo mismo, no tardaba en bajar y de nuevo otro dorado saltaba majestuoso a unos metros de nuestra panga. Este peleó mucho más y decidimos su-birlo para disfrutar su deliciosa carne.

Poco antes de finalizar las 5 horas pactadas, nos impresionó una enorme cabeza que sobresalía de la superficie a unos 20 metros de donde estábamos. Ni Chencho distinguía bien de que se tra-taba, pensamos que era una pequeña ballena piloto, hasta que el “zoom” de la lente de la cámara registró una enorme cabeza de elefante marino que nos sorprendió mucho ya que sólo habíamos visto focas y leones marinos en el lugar. Esto es un claro mani-fiesto de la enorme diversidad de fauna que guarda ese territorio de la península bajacaliforniana.

Llegamos a la marina y al pegar la panga y bajar las cosas, arribó al mismo tiempo el celoso guardián de la marina: “Pancho”, el león marino más regordete y consentido de todo Cabo San Lucas, camarada de lancheros y capitanes de yates que lo alimentan todo el día.

Comimos exquisito dorado como muchos de los turistas que sa-lieron igual que nosotros y al terminar caminamos de nuevo hacia la zona de pesaje. Todo estaba muy tranquilo y hasta esa hora no se había presentado nada, y así continuó hasta el cierre de báscula pactado a las 7 de la noche.

Hubo comentarios acerca de algún marlin grande que venía en camino, pero al final resultaron puros rumores. Increíblemente decretaron al marlin del equipo Frantic Pace ganador absoluto del torneo como único ejemplar presentado y que cumpliera con el peso requerido, lo que incrementaba ahora la suma final acumu-lada al primer lugar, nada más y nada menos de casi ¡dos millones y medio de dólares!...el segundo premio más jugoso otorgado en la historia del Bisbee´s B & B, sólo detrás del otorgado en el 2006 al equipo Bad Company que se llevó los dos primeros lugares en aquella edición y una ganancia de total de $3, 902,988 USD, la mejor bolsa otorgada en cualquier torneo en el mundo de la pesca deportiva.

Muchos juicios y razonamientos se escucharon sobre el por qué un solo marlin en un torneo que reunió a más de 100 embarcacio-nes con lo mejor del mundo abordo, pero así es la pesca de im-predecible. Una semana antes en el torneo de los Cabos Offshore, hubo varios marlines grandes, dos por encima de las 500 libras. Pero no nos quedamos con la duda y preguntamos a especialistas y pescadores avezados de esas aguas su opinión al respecto y dos conclusiones claras que se repitieron fueron: 1) El año del niño. Las temperaturas han estado muy elevadas y ha sido una temporada tardía, lo que supone que los grandes marlines llegarán en noviembre o diciembre.

2) Se esta agotando el dorado debido a la pesca comercial en la zona del Mar de Cortés donde muchas comercializadoras han hecho una masacre con esa especie lo que disminuye su número sensiblemente y con ello, el de sus principales depredadores: los marlines.

Un poco de HistoriaFue en 1980, cuando el primer evento organizado por Bob

Bisbee, de manera totalmente informal, llegó a los mares de Cabo San Lucas. Bob que hoy ya tiene 80 años, viajaba de ma-nera regular en su barco desde Newport Beach, California, con muchos de sus amigos, hasta el tranquilo puerto de pescadores

que comenzaba apenas a despuntar turísticamente.

Una noche en el Mar de Cortés, Bob lanzó un desafío a un pu-ñado de camaradas después de escuchar que todos presumían haber pescado el marlin más grande: “Vamos a pescar 3 días consecutivos, el marlín más pesado se lleva diez mil dólares en

efectivo”, -y dió una palmada sobre la mesa-.

Hoy, Bob recuerda con una sonrisa que él ganó la apuesta. Y también ganó la apuesta al año siguiente con su hijo Wayne como capitán, cuando ya el torneo, que comenzó como un

juego, reunía a más de 13 barcos.

Cuando se le pregunta a su hijo Wayne Bisbee el por qué no siguieron participando, comenta que ganar dos años en fila les pareció un poco egoísta, y fue cuando la familia hizo la transi-

ción de ganar el torneo a organizarlo.

El nuevo reto para los Bisbee fue mejorar la mercadotecnia, la búsqueda de patrocinadores, y con esto, lograr un importante

crecimiento y proyección internacional, colocando a los Cabos en el mapa mundial de la pesca

deportiva.

A partir de 1995 Wayne y su hermana Patricia tomaron el control del torneo, integrando a un socio mexicano: Clicerio

Mercado, quien hasta la fecha dirige la logística año tras año desde México.

Las reglas de control del Bisbee´s son muy estrictas, durante la pesca y posteriormente, incluso los ganadores del torneo deben someterse al polígrafo, regla que estableció Wayne Bisbee en el

2000 para dar más certeza al evento.

Bob Bisbee empezó con 6 equipos en 1980, ahora llegan a par-ticipar hasta 150 y se ha consolidado como un evento tradicio-nal al que acuden pescadores de todo el mundo para tratar de

llevarse alguno de los millonarios premios que se reparten.

Sin lugar a duda este torneo es un legado que comparten todos los habitantes de este destino y se disfruta por cientos de per-sonas que participan cada año, quienes buscan sacar el marlin más grande, vivir esta experiencia y ser parte de la historia del

torneo más rico del mundo

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Premiación

El último día se celebró la cena de premiación que resultó una noche espléndida, acompañada de música en vivo, fuegos artifi-ciales, el video oficial de los tres días de pesca que se proyectó en pantallas gigantes, una subasta de artículos para donación y todo el glamour que puede ofrecer el torneo más rico del mundo.

Los animados conductores del evento fueron Wayne Bisbee y Cli-cerio Mercado que dieron las gracias a los participantes y a las autoridades estatales por el esfuerzo y la ejemplar organización del torneo.

Durante la velada se entregaron donaciones a organizaciones en pro de la conservación del medio ambiente como la Billfish Foun-dation, reconocimientos con la entrega de hermosos trofeos del diseñador David Wirth y cuadros conmemorativos a las personas que durante muchos años han colaborado para el éxito del evento. Finalmente se premió la categoría alterna de catch & reléase de marlin rayado, pez vela y spearfish, presente en los torneos más importantes del mundo , en la que destacaron el equipo Sea Angel que se llevó el primer lugar y $50, 830 USD, el equipo Sneak Attack con $17,595 USD y finalmente el equipo Hammertime con $ 9,775 USD en el tercer puesto.

Ya en la mesa del equipo Frantic Pace, las botellas de Moet se destapaban una tras otra. Todos los integrantes ya estaban de pie cuando se les pidió pasar al estrado a tomarse la foto oficial y recibir el cheque por la increíble cantidad de $ 2,396,800 USD!!! No creo que haya palabras para describir la emoción del equipo. Fuegos artificiales en las alturas y el “We are the champions” a todo volumen. Un final estupendo para un torneo igual de estu-pendo. Así sucedió y así disfrutamos del lugar y de la hospitalidad de la gente de los Cabos que cada año hacen historia con eventos de esta envergadura.

Antes de partir.

Al día siguiente, antes de irnos al aeropuerto, tuvimos la suer-te de compartir el desayuno con Don Clicerio Mercado y Peter Chaibongsai, director del programa de conservación de la Billfish foundation.

Nos platicaba Clicerio el beneficio para los sudcalifornianos con este y otros torneos internacionales por la derrama económica que representa, gracias a la renta de embarcaciones, capitanes y marineros locales, así como por el consumo de servicios de hos-pedaje, transporte y alimentos entre otros. Se congratuló de la participación de pescadores mexicanos que se ha incrementado notablemente en los últimos años ya que muchos piensan que el Torneo Bisbee´s es sólo para extranjeros y nos aclaró que cada vez hay más representantes mexicanos especialmente de Puerto Vallarta, Los Barriles, La Paz, San José del Cabo, Buenavista y que son tan buenos o mejores que los extranjeros.

Igual lamentó como muchos, la escasez tanto de carnada como de especies objeto de los torneos: dorado, marlin y otras, dedicadas a la pesca deportiva, que son pescados comercialmente aunque la ley no lo permita , pero gracias a organizaciones como Billfish foundation se están tomando cartas en el asunto para hacer ver a las autoridades mexicanas con estudios y hechos reales, la impor-tancia económica y social de no depredar las especies destinadas por ley a la pesca deportiva.

Así concluyó este viaje que resultó de gran experiencia y mucho aprendizaje. Fuimos testigos por 4 días de la estructura y orga-nizacion de un torneo de clase mundial, tal vez el único con la capacidad de reunir a pescadores de los 5 continentes en un solo lugar y con un solo propósito: izar el marlin más grande y volver-se millonarios.

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Premiación

El último día se celebró la cena de premiación que resultó una noche espléndida, acompañada de música en vivo, fuegos artifi-ciales, el video oficial de los tres días de pesca que se proyectó en pantallas gigantes, una subasta de artículos para donación y todo el glamour que puede ofrecer el torneo más rico del mundo.

Los animados conductores del evento fueron Wayne Bisbee y Cli-cerio Mercado que dieron las gracias a los participantes y a las autoridades estatales por el esfuerzo y la ejemplar organización del torneo.

Durante la velada se entregaron donaciones a organizaciones en pro de la conservación del medio ambiente como la Billfish Foun-dation, reconocimientos con la entrega de hermosos trofeos del diseñador David Wirth y cuadros conmemorativos a las personas que durante muchos años han colaborado para el éxito del evento. Finalmente se premió la categoría alterna de catch & reléase de marlin rayado, pez vela y spearfish, presente en los torneos más importantes del mundo , en la que destacaron el equipo Sea Angel que se llevó el primer lugar y $50, 830 USD, el equipo Sneak Attack con $17,595 USD y finalmente el equipo Hammertime con $ 9,775 USD en el tercer puesto.

Ya en la mesa del equipo Frantic Pace, las botellas de Moet se destapaban una tras otra. Todos los integrantes ya estaban de pie cuando se les pidió pasar al estrado a tomarse la foto oficial y recibir el cheque por la increíble cantidad de $ 2,396,800 USD!!! No creo que haya palabras para describir la emoción del equipo. Fuegos artificiales en las alturas y el “We are the champions” a todo volumen. Un final estupendo para un torneo igual de estu-pendo. Así sucedió y así disfrutamos del lugar y de la hospitalidad de la gente de los Cabos que cada año hacen historia con eventos de esta envergadura.

Antes de partir.

Al día siguiente, antes de irnos al aeropuerto, tuvimos la suer-te de compartir el desayuno con Don Clicerio Mercado y Peter Chaibongsai, director del programa de conservación de la Billfish foundation.

Nos platicaba Clicerio el beneficio para los sudcalifornianos con este y otros torneos internacionales por la derrama económica que representa, gracias a la renta de embarcaciones, capitanes y marineros locales, así como por el consumo de servicios de hos-pedaje, transporte y alimentos entre otros. Se congratuló de la participación de pescadores mexicanos que se ha incrementado notablemente en los últimos años ya que muchos piensan que el Torneo Bisbee´s es sólo para extranjeros y nos aclaró que cada vez hay más representantes mexicanos especialmente de Puerto Vallarta, Los Barriles, La Paz, San José del Cabo, Buenavista y que son tan buenos o mejores que los extranjeros.

Igual lamentó como muchos, la escasez tanto de carnada como de especies objeto de los torneos: dorado, marlin y otras, dedicadas a la pesca deportiva, que son pescados comercialmente aunque la ley no lo permita , pero gracias a organizaciones como Billfish foundation se están tomando cartas en el asunto para hacer ver a las autoridades mexicanas con estudios y hechos reales, la impor-tancia económica y social de no depredar las especies destinadas por ley a la pesca deportiva.

Así concluyó este viaje que resultó de gran experiencia y mucho aprendizaje. Fuimos testigos por 4 días de la estructura y orga-nizacion de un torneo de clase mundial, tal vez el único con la capacidad de reunir a pescadores de los 5 continentes en un solo lugar y con un solo propósito: izar el marlin más grande y volver-se millonarios.

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En Isla Mujeres, la noche del 29 de abril las emociones esta-ban a flor de piel y toda la logística lista para el arribo y estan-cia de los 31 veleros y sus tripulaciones. El comité de regatas de Isla Mujeres a cargo del Cap. Enrique Lima Zuno junto a su familia, se encargaron de recibir a los participantes del evento, desde los espacios para el atraque en el muelle del Club de Yates de Isla Mujeres para cada una de las embarcaciones, los trámites, los hoteles donde descansarían después de más de 48 horas de travesía los tripulantes, y aparte, la recepción y atención a los familiares y amigos que habían viajado por avión desde el día 28 para unirse a los festejos, y todo con la eficiencia acostumbrada para este tipo de actividad.

A ello se sumaban los preparativos para el encuentro con vie-jos y nuevos amigos donde estaban previstas visitas a lugares de interés del estado anfitrión, como sitios arqueológicos, pla-yas y paseos por la costa quintanarroense, así como un partido de baloncesto entre los participantes y el equipo de la isla, que lograba la victoria número cuarenta y dos, frente al equipo de los visitantes, donde las porristas de ambos bandos encesta-ron la nota alegre del partido.

También en ese escenario se celebró la 43 Regata “Entre ami-gos”, evento donde participaron 15 de los yates visitantes y tres nacionales, para que niños, amigos y marineros, compitie-ran de forma amistosa, en las aguas de la bahía de la hermosa isla, formando parte de una tradición única en este tipo de competencia. Se declararó en ceremonia solenme a los visi-tantes a Isla Mujeres, como “Huéspedes Distinguidos” y se concretó de forma oficial el tratado para nominar ambas ciu-dades, como “Ciudades Hermanas”.

La ceremonia oficial de inicio de la regata, fue en St. Peters-burgo, al oeste de la Florida. Ciudad muy hermosa y de gran-des tradiciones del mar, de las mayores del estado y que se encuentra rodeada de aguas, donde el velerismo y los deportes acuáticos ocupan un sitial muy importante dentro del quehacer deportivo del condado de Pinellas. Sus marinas, atestadas de veleros por doquier, son un símbolo del pasatiempo preferido de una ciudad rodeada de aguas calmas y tranquilas, que pro-pician el mejor ambiente para esta disciplina, y que comparten lo mismo, amigos, que familias junto a sus hijos.

También este evento sirvió para que por primera vez se encon-traran los alcaldes de ambas ciudades, los señores Bill Foster por San Petersburgo, y por Isla Mujeres: Hugo Sánchez Mon-talvo, quien fuera invitado además a lanzar la primera bola de un importante juego de beisbol entre “Las Mantarrayas” de Tampa y el equipo de Los Angeles, propiciando un excelente lanzamiento que fue ovacionado por todo el estadio.

Las atenciones para la delegación mexicana fueron inmejora-bles, donde entre otras actividades, se iniciaron los trámites que culminaron en Isla Mujeres, para declarar oficialmente a estas dos ciudades como “Ciudades Hermanas

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En Isla Mujeres, la noche del 29 de abril las emociones esta-ban a flor de piel y toda la logística lista para el arribo y estan-cia de los 31 veleros y sus tripulaciones. El comité de regatas de Isla Mujeres a cargo del Cap. Enrique Lima Zuno junto a su familia, se encargaron de recibir a los participantes del evento, desde los espacios para el atraque en el muelle del Club de Yates de Isla Mujeres para cada una de las embarcaciones, los trámites, los hoteles donde descansarían después de más de 48 horas de travesía los tripulantes, y aparte, la recepción y atención a los familiares y amigos que habían viajado por avión desde el día 28 para unirse a los festejos, y todo con la eficiencia acostumbrada para este tipo de actividad.

A ello se sumaban los preparativos para el encuentro con vie-jos y nuevos amigos donde estaban previstas visitas a lugares de interés del estado anfitrión, como sitios arqueológicos, pla-yas y paseos por la costa quintanarroense, así como un partido de baloncesto entre los participantes y el equipo de la isla, que lograba la victoria número cuarenta y dos, frente al equipo de los visitantes, donde las porristas de ambos bandos encesta-ron la nota alegre del partido.

También en ese escenario se celebró la 43 Regata “Entre ami-gos”, evento donde participaron 15 de los yates visitantes y tres nacionales, para que niños, amigos y marineros, compitie-ran de forma amistosa, en las aguas de la bahía de la hermosa isla, formando parte de una tradición única en este tipo de competencia. Se declararó en ceremonia solenme a los visi-tantes a Isla Mujeres, como “Huéspedes Distinguidos” y se concretó de forma oficial el tratado para nominar ambas ciu-dades, como “Ciudades Hermanas”.

La ceremonia oficial de inicio de la regata, fue en St. Peters-burgo, al oeste de la Florida. Ciudad muy hermosa y de gran-des tradiciones del mar, de las mayores del estado y que se encuentra rodeada de aguas, donde el velerismo y los deportes acuáticos ocupan un sitial muy importante dentro del quehacer deportivo del condado de Pinellas. Sus marinas, atestadas de veleros por doquier, son un símbolo del pasatiempo preferido de una ciudad rodeada de aguas calmas y tranquilas, que pro-pician el mejor ambiente para esta disciplina, y que comparten lo mismo, amigos, que familias junto a sus hijos.

También este evento sirvió para que por primera vez se encon-traran los alcaldes de ambas ciudades, los señores Bill Foster por San Petersburgo, y por Isla Mujeres: Hugo Sánchez Mon-talvo, quien fuera invitado además a lanzar la primera bola de un importante juego de beisbol entre “Las Mantarrayas” de Tampa y el equipo de Los Angeles, propiciando un excelente lanzamiento que fue ovacionado por todo el estadio.

Las atenciones para la delegación mexicana fueron inmejora-bles, donde entre otras actividades, se iniciaron los trámites que culminaron en Isla Mujeres, para declarar oficialmente a estas dos ciudades como “Ciudades Hermanas

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El “St. Petersburg Yatch Club”, sirvió de punto de reunión y planificación, para lo que sin duda significó el evento más im-portante de este año, atrayendo la atención de la prensa especia-lizada, así como canales de la televisión deportiva de los EEUU. Estos preparativos que llevaron meses de delicada agenda y es-fuerzos por ambas partes, vieron sus frutos, el 27 de abril exac-tamente a las diez de una mañana, cuando la réplica pequeña de un cañón antiguo, lanzara al aire desde el muelle municipal, la señal para dar comienzo al evento.

Evento donde respondieron a la convocatoria, veleristas de Sui-za, Hawai, así como yates de Texas, Rhode Island, Missisipi, Louisiana y de 16 clubes de yates de todo el estado de la Florida y por supuesto de México, que en esta ocasión logró sumar 2 yates, el “Time Out” y el “Sereníssima” que navegaron en total 1300 millas náuticas en 15 días de navegación total, (aproxi-madamente unos 2,500 km) significando una prueba de valor y orgullo para el velerismo mexicano.

Llegamos temprano a la casa de Don Esteban Lima, al norte de la ciudad de Mérida. Nos recibió la sonrisa de un hombre sencillo, que con gusto, nos favoreció con una mañana llena de historias, anécdotas y sobre todo, de la satisfacción que se sien-te cuando se han cumplido los sueños. Sueños que, sin impor-tar el precio, pueden vestir de verdadera modestia al hombre exitoso, y Don Esteban Lima Zuno -sin duda- lo es.

Platicamos en su despacho, sencillo y ordenado. Las paredes y los muebles de su oficina, donde se ordenan objetos y recuer-dos de varios lugares, dejan ver un hombre sensible, de aven-turas y de mundo, que atesora con orgullo sus recuerdos. Cada mapa en la pared, cada punto señalado en cualquiera de las aguas, cada foto y cada recuerdo de alguna región, guardan un pedazo de la historia, que hoy, son parte del patrimonio de este hombre, que nos recibió con una camisa de blanco impecable, con el logo de las regatas, que más que un bordado a la altura del pecho, pareciera la condecoración, que quizás le deba el mar… por tanta devoción.

“Don Esteban”, -como lo conocen muchos-, tiene vividos se-tenta y dos años, y aunque parezca una paradoja: de vivirlos trabajando. Ello le ha permitido, una economía suficiente para educar bien a sus hijos, fomentar una familia y desarrollar un grupo de empresas exitosas -junto a sus hermanos- en el ramo turístico en el estado de Quintana Roo, como resultado del tra-bajo duro y la inversión oportuna y para orgullo de su familia: de un padre aventurero y visionario.

Su señor padre, Don José de Jesús Lima Gutiérrez (Q.E.P.D.) Jalisciense de origen y parte del gobierno del Lic. Miguel Ale-mán que lo condecoró con la medalla al Mérito Turístico en el 2009, a los 92 años, aprovecha desde un principio, cuando lo comisionan para atender el naciente sureste mexicano, para co-dearse con lo mejor del sector empresarial yucateco, donde hace buenas amistades y asume nuevos proyectos. Parte de las prime-ras inversiones de la familia, incluyeron una empresa maderera, que se vincularía a todo el desarrollo de la Península de Yucatán, desde construir la primera casa de madera sobre las dunas, de la –aún- inhóspita isla de Cancún, que en esa época era parte del municipio de Isla Mujeres, hasta ampliar sus competencias años después y asumir construcciones y proyectos de más envergadu-ra en Cozumel Quintana Roo y Yucatán, como la construcción de importantes vías, escuelas, hoteles y puertos de abrigos, como el de El Cuyo, e involucrarse en otras empresas que aún llevan el sello familiar, como gasolineras, ferrys de pasajeros, el cultivo de la copra (plantación de coco), que nuevos empeños al fin, ati-borraron durante años de altas y bajas el patrimonio familiar.

El pequeño Esteban, había sido enviado a perfeccionar su se-gundo idioma, en los EE.UU. Durante sus vacaciones, viajaba a Yucatán donde ya se habían establecido sus padres, para, con sus hermanos y año con año, comenzar a aprender todo lo rela-cionado con las faenas del mar. Con diez y siete años, Esteban, se radica definitivamente en Isla Mujeres. Allí complementa sus enseñanzas y aprende un nuevo vocabulario. Aprende qué es la botavara, la cangreja, también conoce de nudos, de limpiar pescado, pescar con cordel y con arpón, lanzar la tarraya, tirar y levar anclas y a maniobrar, para entregarse a una pasión que no ha cesado, desde que comenzó hace más de medio siglo. Lo mejor de este período de aprendizaje, hincha las velas, cuando su señor padre, manda a construir en Belice, el “Chac”, (vocablo maya que significa: Dios de la lluvia). “Chac” es un velero de eficiente diseño con 36 pies de largo, que garantizaba, además de más seguridad y confort, un poder de maniobra más amplio y una autonomía mayor, para poder garantizar como ya requerían: emociones mayores y más millas náuticas.

En el “Chac”, (en esos tiempos, yate insignia de la “flota Lima”) recorrían grandes distancias que se convertían en las mejores experiencias, como navegar hasta el archipiélago Alacranes, a 60 millas de las costas yucatecas a golpe de sextante, sí, de sextante y brújula, que eran en esa época lo que son hoy los modernos GPS, software y equipos de cómputo dedicados a la navegación. Igual navegaban hacia el poniente, que bajaban ha-cia el sur, donde se tiene que navegar varias horas hasta llegar a Tulum o Puerto Morelos, o tomar la decisión de cruzar el Canal de Panamá, -una de las más exquisitas locuras- que cumplieron, partiendo desde Acapulco, y desafiando en el camino un intenso huracán en medio del Golfo de Fonseca que los obligó a varar en Nicaragua unos días, para salir de nuevo a aguas azules rumbo a Panamá, una escala en Honduras y de ahí enfilar a Isla Mujeres en un viaje de casi 5,000 kilómetros.

Así fue creciendo en el joven Esteban, la pasión por el mar y la navegación a vela, que según afirma: “es algo que no se puede describir” y que disfrutaba mucho, de la mano orgullosa de su señor padre y los tripulantes de aquel entonces -hoy convertidos en sendos capitanes- que asumían cada episodio como una nue-va práctica; experiencias que compartían, mientras en tierra se ocupaban de sus labores en los hoteles y cabañas por construir, que poco a poco se fueron ocupando por un incipiente turismo, que quedaba impactado ante tanta belleza… ante tanta naturale-za por descubrir.

De esta forma, se comenzó a formar como destino, el sureste mexicano: uno de los mejores espacios de sol y playa del mun-do, donde estos noveles empresarios, lo mismo salían a esnor-quelear con los turistas, que a visitar los arrecifes cercanos, o salir a arponear a mar abierto. Por cierto, fue durante estas sali-das, dónde se dió por primera vez el compartir con el visitante, una botana tan fresca y fácil de preparar como lo es el famoso ceviche, más, en una época donde lo que sobraba eran las buenas capturas que ofrecía el mar.

De la venta de unos terrenos en Tamaulipas –comenta Don Este-ban- y el apoyo de su padre, reúnen un capital para la construc-ción de unas cabañas y un hotel en Isla Mujeres, todo un símbolo –incluso en la actualidad- de esa bella isla. El Zazil-Há (como se llamó al principio y hasta venderlo), se erige cual pirámide en la punta norte de la isla, y a pesar de haber sido castigado por

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El “St. Petersburg Yatch Club”, sirvió de punto de reunión y planificación, para lo que sin duda significó el evento más im-portante de este año, atrayendo la atención de la prensa especia-lizada, así como canales de la televisión deportiva de los EEUU. Estos preparativos que llevaron meses de delicada agenda y es-fuerzos por ambas partes, vieron sus frutos, el 27 de abril exac-tamente a las diez de una mañana, cuando la réplica pequeña de un cañón antiguo, lanzara al aire desde el muelle municipal, la señal para dar comienzo al evento.

Evento donde respondieron a la convocatoria, veleristas de Sui-za, Hawai, así como yates de Texas, Rhode Island, Missisipi, Louisiana y de 16 clubes de yates de todo el estado de la Florida y por supuesto de México, que en esta ocasión logró sumar 2 yates, el “Time Out” y el “Sereníssima” que navegaron en total 1300 millas náuticas en 15 días de navegación total, (aproxi-madamente unos 2,500 km) significando una prueba de valor y orgullo para el velerismo mexicano.

Llegamos temprano a la casa de Don Esteban Lima, al norte de la ciudad de Mérida. Nos recibió la sonrisa de un hombre sencillo, que con gusto, nos favoreció con una mañana llena de historias, anécdotas y sobre todo, de la satisfacción que se sien-te cuando se han cumplido los sueños. Sueños que, sin impor-tar el precio, pueden vestir de verdadera modestia al hombre exitoso, y Don Esteban Lima Zuno -sin duda- lo es.

Platicamos en su despacho, sencillo y ordenado. Las paredes y los muebles de su oficina, donde se ordenan objetos y recuer-dos de varios lugares, dejan ver un hombre sensible, de aven-turas y de mundo, que atesora con orgullo sus recuerdos. Cada mapa en la pared, cada punto señalado en cualquiera de las aguas, cada foto y cada recuerdo de alguna región, guardan un pedazo de la historia, que hoy, son parte del patrimonio de este hombre, que nos recibió con una camisa de blanco impecable, con el logo de las regatas, que más que un bordado a la altura del pecho, pareciera la condecoración, que quizás le deba el mar… por tanta devoción.

“Don Esteban”, -como lo conocen muchos-, tiene vividos se-tenta y dos años, y aunque parezca una paradoja: de vivirlos trabajando. Ello le ha permitido, una economía suficiente para educar bien a sus hijos, fomentar una familia y desarrollar un grupo de empresas exitosas -junto a sus hermanos- en el ramo turístico en el estado de Quintana Roo, como resultado del tra-bajo duro y la inversión oportuna y para orgullo de su familia: de un padre aventurero y visionario.

Su señor padre, Don José de Jesús Lima Gutiérrez (Q.E.P.D.) Jalisciense de origen y parte del gobierno del Lic. Miguel Ale-mán que lo condecoró con la medalla al Mérito Turístico en el 2009, a los 92 años, aprovecha desde un principio, cuando lo comisionan para atender el naciente sureste mexicano, para co-dearse con lo mejor del sector empresarial yucateco, donde hace buenas amistades y asume nuevos proyectos. Parte de las prime-ras inversiones de la familia, incluyeron una empresa maderera, que se vincularía a todo el desarrollo de la Península de Yucatán, desde construir la primera casa de madera sobre las dunas, de la –aún- inhóspita isla de Cancún, que en esa época era parte del municipio de Isla Mujeres, hasta ampliar sus competencias años después y asumir construcciones y proyectos de más envergadu-ra en Cozumel Quintana Roo y Yucatán, como la construcción de importantes vías, escuelas, hoteles y puertos de abrigos, como el de El Cuyo, e involucrarse en otras empresas que aún llevan el sello familiar, como gasolineras, ferrys de pasajeros, el cultivo de la copra (plantación de coco), que nuevos empeños al fin, ati-borraron durante años de altas y bajas el patrimonio familiar.

El pequeño Esteban, había sido enviado a perfeccionar su se-gundo idioma, en los EE.UU. Durante sus vacaciones, viajaba a Yucatán donde ya se habían establecido sus padres, para, con sus hermanos y año con año, comenzar a aprender todo lo rela-cionado con las faenas del mar. Con diez y siete años, Esteban, se radica definitivamente en Isla Mujeres. Allí complementa sus enseñanzas y aprende un nuevo vocabulario. Aprende qué es la botavara, la cangreja, también conoce de nudos, de limpiar pescado, pescar con cordel y con arpón, lanzar la tarraya, tirar y levar anclas y a maniobrar, para entregarse a una pasión que no ha cesado, desde que comenzó hace más de medio siglo. Lo mejor de este período de aprendizaje, hincha las velas, cuando su señor padre, manda a construir en Belice, el “Chac”, (vocablo maya que significa: Dios de la lluvia). “Chac” es un velero de eficiente diseño con 36 pies de largo, que garantizaba, además de más seguridad y confort, un poder de maniobra más amplio y una autonomía mayor, para poder garantizar como ya requerían: emociones mayores y más millas náuticas.

En el “Chac”, (en esos tiempos, yate insignia de la “flota Lima”) recorrían grandes distancias que se convertían en las mejores experiencias, como navegar hasta el archipiélago Alacranes, a 60 millas de las costas yucatecas a golpe de sextante, sí, de sextante y brújula, que eran en esa época lo que son hoy los modernos GPS, software y equipos de cómputo dedicados a la navegación. Igual navegaban hacia el poniente, que bajaban ha-cia el sur, donde se tiene que navegar varias horas hasta llegar a Tulum o Puerto Morelos, o tomar la decisión de cruzar el Canal de Panamá, -una de las más exquisitas locuras- que cumplieron, partiendo desde Acapulco, y desafiando en el camino un intenso huracán en medio del Golfo de Fonseca que los obligó a varar en Nicaragua unos días, para salir de nuevo a aguas azules rumbo a Panamá, una escala en Honduras y de ahí enfilar a Isla Mujeres en un viaje de casi 5,000 kilómetros.

Así fue creciendo en el joven Esteban, la pasión por el mar y la navegación a vela, que según afirma: “es algo que no se puede describir” y que disfrutaba mucho, de la mano orgullosa de su señor padre y los tripulantes de aquel entonces -hoy convertidos en sendos capitanes- que asumían cada episodio como una nue-va práctica; experiencias que compartían, mientras en tierra se ocupaban de sus labores en los hoteles y cabañas por construir, que poco a poco se fueron ocupando por un incipiente turismo, que quedaba impactado ante tanta belleza… ante tanta naturale-za por descubrir.

De esta forma, se comenzó a formar como destino, el sureste mexicano: uno de los mejores espacios de sol y playa del mun-do, donde estos noveles empresarios, lo mismo salían a esnor-quelear con los turistas, que a visitar los arrecifes cercanos, o salir a arponear a mar abierto. Por cierto, fue durante estas sali-das, dónde se dió por primera vez el compartir con el visitante, una botana tan fresca y fácil de preparar como lo es el famoso ceviche, más, en una época donde lo que sobraba eran las buenas capturas que ofrecía el mar.

De la venta de unos terrenos en Tamaulipas –comenta Don Este-ban- y el apoyo de su padre, reúnen un capital para la construc-ción de unas cabañas y un hotel en Isla Mujeres, todo un símbolo –incluso en la actualidad- de esa bella isla. El Zazil-Há (como se llamó al principio y hasta venderlo), se erige cual pirámide en la punta norte de la isla, y a pesar de haber sido castigado por

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La idea original, cambia de ciudad con la propuesta de un yatista de la Bahía de Tampa que visitaba N. Orleans. Le preocupaba que para este proyecto, los veleros tendrían que remontar el río Misisipi, para llegar a la capital del blues y el buen jazz, lo que lleva a pensar en la ciudad de St. Petersburgo, como nuevo pun-to de partida. “San Peter” –como también se le conoce- es una hermosísima ciudad rodeada de mar, marinas y canales, pertene-ciente al condado de Pinellas, con una tradición muy fuerte en el quehacer de las velas, donde su Club de Yates, con más de 100 años de vida, contaba con toda la infraestructura y experiencia para ser parte del naciente proyecto.

Al regreso a México de la delegación oficial, Don Esteban, es enviado por su padre a entregar la invitación oficial del evento, que se acepta de inmediato, imponiendo por igual, la creación del Club de Yates de Isla Mujeres, que el propio Don Esteban Lima, en ese momento, ya consagrado de las velas y el mar, gerenciaría con la ayuda de otros comodoros y su familia, hasta lograr lo que hoy, es todo un símbolo de la historia y el desarro-llo del velerismo mexicano.

Las regatas “Del sol al sol” cumplen el año entrante, en el 2013, su 45 aniversario de trabajo ininterrumpido, desde que las dos primeras embarcaciones, salidas de una base militar en Pensaco-la y con el desvelo de un pequeño grupo de entusiastas, lograra el primer trayecto en 1969, escoltados por la marina de ambos países, donde el destino, que pareciera anclar un sueño, quiso que el primer lugar de la travesía inaugural, fuera ocupado con la embarcación que llevaba el nombre de “Isla Mujeres”.

“Este hecho, que derivó en un logro político, fue festejado con mucho entusiasmo en la isla, contando con la presencia de los gobernadores de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, entre otras personalidades de la política nacional…” –comenta Don Esteban, actual y muy querido, Comodoro del Club de Yates de Isla Mujeres.-

Han pasado cuarenta y cuatro años de aquella primera travesía, que se ha venido programando y realizando contra viento y ma-rea sin ninguna interrupción, -lo que significa- haber sorteado durante casi medio siglo, todos los cambios de gobiernos, los ci-clones, y las tormentas políticas y económicas que han sacudido a la región y el mundo, y que gracias al empeño y al amor por el mar de esta familia, ícono del desarrollo turístico del sureste del país, México mantiene una ruta, donde, a través de sus velas y el mar, se ha fortalecido un hermoso puente de fraternidad con otra ciudad hermana y que ambas, festejarán con creces esta her-mandad durante su cumpleaños cuarenta y cinco el próximo mes de abril del 2013. Evento que espera romper récord de partici-pación para festejar por todo lo alto, otro merecido aniversario a favor de las velas y la amistad; y aunque no se trate literalmente de pesca, nuestra publicación se complace con mucho orgullo, sumándose a este pequeño homenaje a la voluntad, y la pasión por el mar.

Pasión, que seguirá alimentándose de buenas experiencias y amigos nuevos, contribuyendo al bienestar, y al reconocimiento por un deporte que por su dedicación, se hace difícil superar, donde, como dijera el cantautor Fito Páez:“Todo o poco va dejando de importar, todo, menos esos paraí-sos en el mar… y navegar, y navegar, y navegar”.

innumerables ciclones y el embate del tiempo, insiste, en dejarse ver desde la distancia, como monumento a una gran historia que se sigue escribiendo, en las turquesas aguas de esta región.

La visita de su papá acompañando al Lic. Alemán, para develar un busto de Juárez en Nuevo Orleans, propicia la idea de hacer unas regatas, desde esta ciudad hasta Isla Mujeres. A la pregunta de Don Miguel, sobre lo que significaba ello, el papá de Don Esteban, en ese momento Director de Deportes del Consejo Na-cional de Turismo, le responde: “Velas, muchas velas sobre el mar… yates navegando y más turismo para México…” a lo que Don Miguel responde: “Lima, si ya estamos acá, podemos pro-ponerlo…”.

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Mahahual nuevamente se pone en la mira de los pescadores de-portivos y en el mes de noviembre realizó en ese enclave de la Costa Maya, la primera edición del torneo el Wahoo de Plata, dando así un paso más en su consolidación como el destino de pesca deportiva por excelencia de la zona sur del estado de Quin-tana Roo.

Días antes del evento, nos comunicamos con el organizador del torneo, el empresario Carlos Pérez Zafra, para afinar detalles de nuestro arribo nuevamente a Mahahual, y en una rápida plática, nos comentaba sobre las excelentes capturas de wahoo en la zona, durante prácticamente todo el año y por eso la determinación de realizar un torneo únicamente para esa especie.

Nos comentó que gracias al respaldo de la Secretaria de Turismo, al Fideicomiso de Promoción Turística, a prestadores de servicios y sobre todo al gran interés de los pescadores deportivos, augura-ban un evento exitoso pero sobre todo, muy festivo.

El certamen inició el viernes 23 de Noviembre con la cena de ca-pitanes en el Tequila Beach donde el anfitrión, el Sr. Carlos Perez Zafra, acompañado en la mesa principal con autoridades estata-les y municipales del estado de Quintana Roo y por supuesto, de los capitanes y parte de los equipos de las 35 embarcaciones inscritas, explicó sobre la importancia de seguir promoviendo la actividad de la pesca deportiva en el sur del estado, ya que resulta un verdadero imán para el turismo alternativo o de aventura, mo-tivo por el cual se organizan torneos como el Wahoo de Plata y se eligió la zona de Mahahual, ya que cuenta con la infraestructura hotelera y de servicios y claro, una costa y aguas maravillosas para realizar el torneo.

Durante el evento se hizo entrega de un reconocimiento a Juan “Bolón” Banderas un veterano pescador de Ciudad del Carmen, Campeche, que lleva 81 años dedicados al mar y a participar jun-to con su equipo, en eventos como el Wahoo de Plata. Así con-cluyó la agradable velada que se convirtió como siempre sucede en estos eventos, en una cena de amigos apasionados por la pesca y por el mar.

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Disparo de salida

A la mañana siguiente y como sucede en todos los torneos, el movimiento en el muelle inició desde muy temprano, aun en la penumbra del final de una noche fresca. Todos se encontraban an-siosos de salir, divertirse, y sobre todo, disfrutar de un estupendo día de pesca con los amigos. El disparo de salida en el muelle de La Costa Maya estuvo a cargo del titular de la SEPLADE (Secre-taria de Planeación y Desarrollo del Estado de Quintana Roo) el Sr. Andrés Ruiz Morcillo. El rugir de los motores, el vaivén de las olas por la salida de las embarcaciones a toda velocidad, colmaba de adrenalina el ambiente en esa primera jornada de actividades.

Durante el día aprovechamos para salir a caminar y recorrer una vez más ese paraíso de la Costa Maya. Es increíble como a pesar de visitar con frecuencia Mahahual, cada cita en este lugar se mira con ojos nuevos y nunca dejará de sorprendernos. Su ubi-cación privilegiada muy cerca del parque marino “Arrecifes de Xcalak”, así como del Banco Chinchorro: enorme atolón cora-lino declarado reserva natural y la segunda barrera de arrecife natural más grande del mundo después de la gran barrera de coral de Australia, convierten a Mahahual en poseedor de una biodiver-sidad envidiable y altamente sustentable.

Durante los dos días de pesca de torneo, la expectativa de advertir el desenlace final nos llevó siempre temprano a los muelles. En todo momento se mantuvo el buen ánimo de los participantes y los asistentes.

Resultados finales

El día domingo, último de torneo, los resultados finales fueron los siguientes: Primer lugar el equipo ”Acuario” capitaneada por Andrés Ruiz Morcillo que presentó 3 ejemplares, uno de ellos resultó el más grande capturado el primer día. El segundo lugar fue para la embarcación “La Doña” capitaneada por Carlos Pérez Zafra que presentó 3 ejemplares en la báscula, uno de ellos de 43.30 libras y el tercer lugar fue para el equipo “Hannibal” de Carlos Pérez Quintal que presentó el pez más pesado del evento:

un wahoo de 43.88 libras. El cuarto lugar con un ejemplar de 40.96 libras fue para el equipo “La Toledito”, de Gonzalo Sosa Cauich, y el quinto lugar fue para “Dadys Toy”, de Pedro Flota Alcocer, con la captura de un Wahoo de 34.76 libras

Terminando la ceremonia de premiación donde se entregaron una camioneta, auto, motos y dinero en efectivo a los ganadores, nos dispusimos a retornar a Mérida; mientras coordinábamos el re-greso para tomar un taxi a Chetumal y de ahí tomar un autobús hacia Mérida, y tras algunos contratiempos cabía una reflexión: Como siempre comentamos, Mahahual tiene la bendición y ge-nerosidad de la naturaleza en mar y tierra, buena infraestructura hotelera, restaurantera y carretera, pero sentimos que faltan algu-nas acciones para tener el destino que se merece, como una mejor transportación y/o conexiones terrestres, concretamente, para los que desean viajar en autobús para llegar hasta ahí desde las prin-cipales ciudades del sureste como Cancún o Mérida Cabe este ra-zonamiento porque Mahahual tiene un potencial gigantesco que se debe aprovechar a toda costa.

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Juan Pablo León Meza /Cabo San Lucas, BCS.

Alex Silveira y Giselle Amaral /Campeche, Camp.

Larry Steinke / Campeche, Camp.

Mandanos tus fotos a:[email protected] sé un presumido irremediable

Mario Gamboa León /Alacranes, Yuc.

Armando Zárate / Cabo San Lucas, BCS.

Dr. Roberto Castillo /Progreso, Yuc.

Raúl León Melesio /Cabo San Lucas, BCS.

Charles y Mike Gritz/ La Paz, BCS.

Gabriel Abeytia /Puerto Angel, Oax.

Daniel De Cáceres / Progreso, Yuc.

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Tony Zuñiga /Sisal, Yuc.

Gunther Dittrich Tome / El Cuyo, Yuc.

Alberto Uch Mezo, Carlos Uch Jr. y el equipoMarlin Azul de Quintana Roo

Lorrimer Alvarez y Capi Tano /Punta Turrón, Ver.Pedro Arjona /Mahahual, Q. Roo.

Manuel Hoyos /Progreso, Yuc.

Pablo Galeotti,José y Paolo Pelfini y Gerardo González /Cancún, Q. Roo.

Carlos Loeza y Carlos Torres / San Felipe, Yuc.

Lorenzo Alejandro Paredes /Playa del Carmen. Q. Roo.

Juan Carlos Patrón /Campeche, Camp.Tony Canto, Pitina Molina, Gina Urcelay, Blanca Romero, Janny Vadillo, Humberto Rodríguez.

Atrás Pedro Góngora y Marco Semerena / Alacranes, Yuc.

Alberto Orta con un OarFish /San José del Cabo, BCS.

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