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La articulación de los pueblos indígenas en Colombia con los discursos ambientales, locales, nacionales y globales 1 Astrid Ulloa Introducción D urante los últimos quinientos años los indígenas han sido estereotipados como salvajes, brujos o menores de edad. Sin embargo, en las últimas décadas se han vuelto importantes y poderosos interlocutores dentro del espacio político nacional, lo que les permite repensar la esfera política y sus predominantes conceptos de nación, ciudadanía, democracia, desarrollo y medio ambiente. En este nuevo contexto, los indígenas ahora son considerados tanto por la co- munidad académica como por el público en general, en Colombia y en el ámbito internacional, como nativos ecológicos 2 quienes protegen el medio ambiente y dan esperanza a la crisis ambiental y del desarrollo. Por lo tanto, las representaciones sobre los indígenas han sido transfor- madas del sujeto colonial salvaje al actor político-ecológico. Desde finales de la década del setenta, las acciones políticas de los pueblos indígenas y los procesos de construcción de identidad han esta- do relacionados con la ecología, el ambientalismo y la conservación de la biodiversidad, lo cual coincidió con la internacionalización del dere- cho ambiental. Considero que el surgimiento de la crisis y conciencia ambiental ha creado un nuevo contexto político, no sólo para los indí- genas, sino también para movimientos sociales similares. En este nuevo contexto ha emergido un discurso ambiental global basado en el cono- cimiento científico experto y en acuerdos e instituciones ambientales supranacionales, como la Convención de la Diversidad Biológica (CDB) 1 Este texto retoma los argumentos de mis dos últimos libros (Ulloa 2004, 2005). 2 Aunque en algunas ocasiones, para facilitar la lectura y mantener la concor- dancia gramatical, utilizó el término nativos ecológicos , éste se debe entender en singular, nativo ecológico, dado que refleja la tendencia de los discursos ambientales de clasificar al otro como una entidad total, borrando las dife- rencias internas, hecho que lo singulariza, pero a la vez lo universaliza como una verdad evidente.

Ulloa. Articulación de Indigenas Con Discursos Ambientales

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ambientalismo

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  • La articulacin de los pueblos indgenasen Colombia con los discursos ambientales,

    locales, nacionales y globales1

    Astrid Ulloa

    Introduccin

    Durante los ltimos quinientos aos los indgenas han sidoestereotipados como salvajes, brujos o menores de edad. Sinembargo, en las ltimas dcadas se han vuelto importantes ypoderosos interlocutores dentro del espacio poltico nacional, lo que lespermite repensar la esfera poltica y sus predominantes conceptos denacin, ciudadana, democracia, desarrollo y medio ambiente. En estenuevo contexto, los indgenas ahora son considerados tanto por la co-munidad acadmica como por el pblico en general, en Colombia y enel mbito internacional, como nativos ecolgicos2 quienes protegen elmedio ambiente y dan esperanza a la crisis ambiental y del desarrollo.Por lo tanto, las representaciones sobre los indgenas han sido transfor-madas del sujeto colonial salvaje al actor poltico-ecolgico.

    Desde finales de la dcada del setenta, las acciones polticas de lospueblos indgenas y los procesos de construccin de identidad han esta-do relacionados con la ecologa, el ambientalismo y la conservacin dela biodiversidad, lo cual coincidi con la internacionalizacin del dere-cho ambiental. Considero que el surgimiento de la crisis y concienciaambiental ha creado un nuevo contexto poltico, no slo para los ind-genas, sino tambin para movimientos sociales similares. En este nuevocontexto ha emergido un discurso ambiental global basado en el cono-cimiento cientfico experto y en acuerdos e instituciones ambientalessupranacionales, como la Convencin de la Diversidad Biolgica (CDB)

    1 Este texto retoma los argumentos de mis dos ltimos libros (Ulloa 2004, 2005).2 Aunque en algunas ocasiones, para facilitar la lectura y mantener la concor-

    dancia gramatical, utiliz el trmino nativos ecolgicos, ste se debe entenderen singular, nativo ecolgico, dado que refleja la tendencia de los discursosambientales de clasificar al otro como una entidad total, borrando las dife-rencias internas, hecho que lo singulariza, pero a la vez lo universaliza comouna verdad evidente.

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    y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global EnvironmentalFacility, GEF), administrado por el Banco Mundial (BM); las cualeshan empezado a regular el medio ambiente de una manera que constru-ye la biodiversidad como una mercanca global (McAfee 1999). Comola metfora sugiere, el discurso ambiental global ha tomado forma entrminos econmicos bajo el marco de los mercados internacionales.

    Los pueblos indgenas parecen estar cada vez ms empoderados,lo cual los hace libres para establecer relaciones con las agencias ycorporaciones internacionales en igualdad de condiciones, dado queson actores con capacidad de accin, autorrepresentados, autnomosy con control sobre sus territorios y recursos. Las instituciones priva-das nacionales y transnacionales negocian directamente con los pue-blos indgenas, sin intervencin estatal, el uso de sus recursos natura-les. Por ejemplo, en Ecuador una corporacin petrolera estableci re-laciones directas con los huaoranis y una transnacional farmacuticahizo lo mismo con el pueblo awa. Simultneamente, hay polticas in-ternacionales, como las generadas por la Organizacin Mundial de laPropiedad Intelectual (OMPI), que se han encargado de establecerpolticas para la administracin de los derechos de propiedad inte-lectual de los indgenas. Consecuentemente, las polticas de la CDBrelacionadas con la proteccin del conocimiento tradicional3 (pue-blos indgenas y comunidades locales) han sido desplazadas a los es-cenarios de la OMPI. Este contexto ambiental reciente ha generadonuevas situaciones polticas que no se ajustan a los anlisis anterioressobre las acciones polticas de los movimientos indgenas.

    Por lo tanto, argumento que las acciones polticas de los pueblosindgenas y el surgimiento de las identidades ecolgicas coinciden conla internacionalizacin del derecho ambiental y el multiculturalismo,que constituye a los indgenas como sujetos que pueden tener derechossobre sus territorios y recursos, para as entrar en el mercado ambien-tal. Sin embargo, estas situaciones y polticas estn en proceso de for-mulacin y pueden ser manipuladas y transformadas por los indgenasal proponer cambios y ganar poder dentro de los discursos y polticasambientales, situando as nuevas formas (locales) de interaccin entreconocimientos, concepciones sobre naturaleza y manejos de los recur-

    3 En muchos escenarios, el trmino tradicional ha llegado a ser sinnimo deancestral. Usados indistintamente, ambos vocablos aluden a los conocimien-tos y prcticas que a lo largo de su historia los pueblos indgenas han man-tenido con el entorno. Sin embargo, en este texto he optado por citar entrecomillas la palabra tradicional en las ocasiones en que no es sta su acep-cin, sino que, por el contrario, conlleva la ambigedad del imaginario aso-ciado al nativo ecolgico.

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    sos naturales, que confrontan a la globalizacin desde abajo mediante laformulacin de contra-globalizaciones o contra-gubernamentalidades.

    Para analizar la relacin entre indgenas y medio ambiente parto dela nocin de gubernamentalidad4 hasta transformarla enecogubernamentalidad5 y establezco cmo est estructurada en el sur-gimiento de una nueva formacin discursiva (de acuerdo con el conceptode discurso de Foucault), que produce un grupo de enunciados que pro-veen un lenguaje para hablar acerca de una manera de representar elconocimiento acerca de los actores ecolgicos y el ambiente. Eldiscurso global ambiental en cuestin se caracteriza por cierta manerade pensar acerca del medio ambiente y se expresa en varios textos,prcticas, representaciones, conductas, polticas, disciplinas y objetosque comparten las mismas reglas o, en palabras de Foucault, pertene-cen a la misma formacin discursiva. As, el medio ambiente se ha conver-tido en un nuevo espacio de conocimiento que supone una gobernabilidadtcnica especial. Esta situacin ha permitido el comienzo de unagubernamentalidad especfica, la ecogubernamentalidad.

    Defino la ecogubernamentalidad como todas las polticas, los discur-sos, los conocimientos, las representaciones y las prcticas ambientales(locales, nacionales y transnacionales) que interactan con el propsitode dirigir a los actores sociales (cuerpos verdes) a pensar y comportarsede maneras particulares hacia fines ambientales especficos (desarrollosostenible, seguridad ambiental, conservacin de la biodiversidad, accesoa recursos genticos, entre otros). En esta ecogubernamentalidad, las or-ganizaciones ambientales (gubernamentales y ONG), los actores sociales(incluidos los pueblos indgenas y sus polticas culturales y ambientales),los ambientalistas y las comunidades cientficas, entre otros, son agentesen el proceso de regular y dirigir las acciones sociales de acuerdo conlgicas y discursos que contribuyen al desarrollo de una concepcin emer-

    4 Foucault (1991a) sintetiza el concepto de gubernamentalidad como todoslos proyectos o prcticas que intentan dirigir a los actores sociales a com-portarse de una manera particular y hacia fines especficos, en los que lapoltica gubernamental es slo uno de los medios de regular o dirigir dichasacciones. Ver tambin Watts (1993-1994).

    5 Foucault (1991b). El concepto de gubernamentalidad de Foucault ha sidousado para analizar y criticar los discursos ambientales: gubernamentalidadecolgica (ecological governmentality), por Rutherford (1999);gubernamentalidad ambiental (environmental governmentality), por Danier(1999); y ambienmentalidad (environmentality), por Luke (1999b). Uso elconcepto de ecogubernamentalidad de manera similar; sin embargo, mecentro en la relacin histrica entre los indgenas, el ambientalismo y laecogubernamentalidad, enfoque que no ha sido desarrollado previamente.

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    gente de una gobernabilidad ambiental global. Sin embargo, lo anteriorimplica negociaciones y conflictos, al igual que acuerdos.

    Siguiendo a Gupta (1998) y Luke (1999), argumento que esta nuevaecogubernamentalidad construye polticas, discursos y prcticas nacio-nales e internacionales que introducen a los pueblos indgenas en unnuevo circuito econmico de produccin y consumo verde. Gupta con-sidera que podramos estar atestiguando el nacimiento de un nuevorgimen de disciplina en el que la gubernamentalidad se desliga delEstado-nacin para instituirse una escala global. En este proyecto, elambientalismo global viene conjuntamente con otros acuerdos globalesy tratados, y con las instituciones a travs de las cuales estos conve-nios se monitorean y se hacen cumplir, para regular la relacin entre lagente y las cosas en una escala global (no simplemente internacional)(Gupta 1998: 321). De manera similar, Luke resalta cmo los ambien-tes, por lo tanto, emergen con el biopoder como una parte esencial de laconstitucin del hombre moderno, quien se convierte en el pretextopara regular la vida a travs de la poltica (Luke 1999a: 129).

    El ambientalismo ha asumido diferentes posiciones, tendencias yconcepciones; sin embargo, el problema global de la crisis ambientalha generado una respuesta global unificada. Esta respuesta ha crea-do unos procesos de control, los cuales implican acciones globalesque trascienden intereses y concepciones locales, generando as unaserie de interdependencias entre lo local y lo global.

    El proceso de globalizacin del ambientalismo comenz a finales dela dcada del sesenta y comienzos de la de setenta, cuando, para resol-ver los problemas humanos de la degradacin ambiental, se hizo nece-sario innovar soluciones nacionales, el conocimiento especializado, lasprcticas sociales y, sobre todo, la participacin internacional. Los pro-blemas ambientales son excusa de soluciones globales y procesos deuniversalizacin de estrategias de manejo del medio ambiente. Bajo estatendencia ambiental, todos los humanos, supuestamente iguales y sindistingo de clase, gnero o etnia, comparten un futuro comn y latarea de resolver los problemas ambientales. Organismos multilaterales,ONG ambientalistas internacionales, compaas transnacionales, slopara nombrar algunos, han asumido la tarea altruista de salvar el pla-neta. Sin embargo, estos procesos globales estn generando una graninterdependencia entre los diferentes actores y pases (unagobernabilidad global), para as poder regular y resolver problemasambientales, como el crecimiento de la poblacin, la seguridadalimentaria y la prdida de los recursos genticos, que, a propsito, seconsideran los mayores problemas del llamado Tercer Mundo.

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    Pareciera que esta ecogubernamentalidad determina incluso prc-ticas ambientales cotidianas en el interior de relaciones de poder des-iguales. Dentro de esta mentalidad, los indgenas, sus conocimientosy prcticas comienzan a ser reconocidos. De esta manera, laecogubernamentalidad tambin est ligada a polticas delmulticulturalismo que la retroalimenta, como lo expresa Hale, quienestablece que el reconocimiento del multiculturalismo est tambinrelacionado con las polticas neoliberales que abrazan los derechosdel reconocimiento y plantea que el Estado no solamente reconocela comunidad, la sociedad civil, las culturas indgenas y similares, sinoque, activamente, las reconstituye a su propia imagen, desvindolasde los excesos radicales, incitndolas a hacer el trabajo de formacindel sujeto que de otra manera caera en el Estado (Hale 2002: 496).

    Por otro lado, desde la dcada del setenta, los derechos y normasrelacionadas con los pueblos indgenas y lo ambiental comenzaron aser reconocidos en los mbitos nacionales e internacionales. Dere-chos que estn conectados y que se refuerzan mutuamente. Elambientalismo invoca al nativo ecolgico como un actor esencial ensus discursos y los pueblos indgenas plantean que su contribucincultural a los discursos ambientales es el respeto que tienen por lanaturaleza (Ulloa 2004, 2005). As mismo, esos dos procesos (reco-nocimiento de los derechos indgenas y ambientalismo), en el mbi-to legal y poltico, comparten las siguientes caractersticas: estn enva de construccin, tienen limitaciones en su alcance y contienencontradicciones en relacin con concepciones sobre los derechos depropiedad intelectual de los recursos naturales (Flrez 2001).

    Por lo tanto, considero que estamos enfrentados a unaecogubernamentalidad en la cual las regulaciones relacionadas con lasnuevas discusiones de biodiversidad y desarrollo sostenible se presen-tan como necesarias para as poder defender el planeta (la Madre Natu-raleza) y sus recursos naturales a travs del desarrollo sostenible.

    La ecogubernamentalidad produce la idea de grupo tnico comominora autocontenida, que se refuerza bajo la idea de una territoria-lidad y una soberana en trminos del modelo del Estado-nacin, peroa escala micro, en el proceso de reconocimiento de los derechos. Estassituaciones han permitido a los pueblos indgenas redefinirse comomicro-naciones que pueden negociar con las corporaciones y polticastransnacionales sus recursos, territorios y conocimientos, bajo el ries-go de ser asimilados por los modelos neoliberales y por encima delEstado nacional. Sin embargo, la construccin de las identidadesecolgicas propicia a su vez nuevas ideas y alternativas a los procesos

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    de globalizacin econmica y al modelo neoliberal en relacin con elterritorio, la autonoma y la naturaleza.

    As, los movimientos ambientalistas, las ONG, los programas nacio-nales y globales de desarrollo sostenible, y las luchas polticas de los ind-genas estn en constante interrelacin, contradiccin y negociacin,reconfigurando tanto las prcticas locales como globales. Consecuente-mente, los significados y las concepciones acerca de la naturaleza y delmedio ambiente y de su manejo ecolgico son terreno de confrontacinen el cual se llevan a cabo diversas luchas polticas sobre los significados.

    En este contexto me centrar en las identidades ecolgicas las cualesson analizadas como el resultado de discursos diferentes y contradic-torios generados por varios agentes situados en diferentes puntos delespectro del poder: la poltica cultural de los pueblos indgenas, lasentidades transnacionales, el conocimiento experto, las ONGambientalistas, las organizaciones de los pueblos indgenas, el Estado,y las polticas neoliberales, entre otros. Las demandas de los pueblosindgenas tambin implican una nueva relacin con los recursos natu-rales y el acceso a los recursos genticos en el contexto de la autode-terminacin, la soberana sobre sus territorios y recursos, y el recono-cimiento de sus autoridades polticas.

    Dada la diversidad de orgenes, identidades, intereses polticos, accio-nes territoriales, coaliciones, alianzas y estrategias organizativas de losmovimientos indgenas en Colombia, este texto se centrar en el papelque algunas organizaciones indgenas y movimientos ambientalistas (re-gionales, nacionales y transnacionales) han tenido en relacin con la cons-truccin de las identidades indgenas ecolgicas para tratar de respondera las preguntas Cmo los han y se han situado los movimientos indge-nas en Colombia y sus identidades y propuestas poltico-ambientales enlos contextos nacionales y transnacionales, y cules son sus efectos? Eneste sentido considero la singularidad de la relacin indgenas/ecologa ysu papel como protectores de la naturaleza y problematizo estaautoevidente relacin, al igual que sus mltiples causalidades y efectos.

    Voces indgenas en la poltica nacional

    Las culturas con principios no se venden. La madre tierra no se vende.6

    Para hablar de los movimientos indgenas en Colombia tenemos queremontarnos, al menos, a cuando las luchas de los pueblos indgenas

    6 Consigna en la marcha que celebraron los uwa y los embera-kato en Bogotfrente a la sede del Ministerio del Medio Ambiente, el 3 de febrero de 2000.

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    por sus territorios comenzaron a tener efectos en el mbito legal, esdecir, a 1781, cuando el gobierno colonial les devolvi algunos de losterritorios colectivos. Desde finales del siglo XVIII y comienzos delXIX, los nuevos Estados latinoamericanos, incluida Colombia, cambia-ron, a la luz de los ideales de nacin, las relaciones con los indgenas,quienes empezaron a ser considerados como ciudadanos, pero bajoesquemas racistas. Estos procesos marcaron una poca de despojo ycondiciones sociales de desventaja para los indgenas, a quienes, a pesarde ser ciudadanos, se les asuma como menores de edad. Se promulgentonces la Ley 89 de 1890, que, de manera transitoria y a travs de untratamiento especial relacionado con la propiedad de la tierra, buscabaconvertir a los salvajes en civilizados. Con este fin los resguardosindgenas fueron declarados imprescriptibles, inembargables einalienables y se reconocieron los cabildos con funciones internas y ex-ternas en relacin con las autoridades nacionales. Irnicamente, estaley permiti que, durante cien aos, se articularan en torno a ella lasreivindicaciones territoriales de los pueblos indgenas, el mantenimien-to de sus prcticas culturales y las autoridades basadas en el cabildo.

    A comienzos del siglo XX, lderes indgenas como Manuel QuintnLame, Jos Gonzalo Snchez y Eutiquio Timot participaron en es-pacios polticos nacionales aunque con diferentes agendas y posicio-nes polticas. Los legados de los siglos anteriores y el de ManuelQuintn Lame alimentaron los movimientos indgenas durante la d-cada del setenta y sus demandas de recuperacin y ampliacin de losresguardos, fortalecimiento de los cabildos, conocimiento de las leyessobre los indgenas y defensa de la cultura.

    En el inicio de la dcada del setenta, la aparicin de la primera orga-nizacin indgena, el CRIC en 1971, marc el auge de la presencia pol-tica de los pueblos indgenas al comenzar a tener participacin en lapoltica nacional a travs de sus propias organizaciones y a partir de undiscurso tnico que ha buscado su insercin en el Estado y la sociedadnacional, al demandar un entendimiento nacional basado en el recono-cimiento de sus derechos y diferencias. En ese entonces, los pueblosindgenas clamaban por sus derechos como los legtimos dueos deAmrica7 y exigan la reforma de la legislacin vigente, la recupera-cin de sus territorios ancestrales y la defensa de su herencia cultural.Sus acciones les permitieron el inici de la construccin de nuevas rela-ciones polticas y una mayor capacidad de negociacin con el Estado,los sectores privados, otros grupos y movimientos sociales, y los gru-pos guerrilleros.

    7 En Canad y otros pases los pueblos indgenas son llamados las nacionesprimeras.

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    Tras el surgimiento de diversas organizaciones locales y regio-nales, se celebr el I Encuentro Regional Indgena en el Tolima(1974). Posteriormente, en 1980, se celebr el I Encuentro Nacio-nal, en Lomas de Hilarco (Tolima), donde surgi la idea de formaruna organizacin nacional indgena. Sin embargo, fue slo hasta 1982que la ONIC (Organizacin Nacional Indgena de Colombia) se anun-ci en el contexto poltico nacional. De esta manera, los pueblosindgenas y sus organizaciones consolidaron un movimiento con claropropsito pan-tnico, basado en sus demandas por el reconocimien-to de la diversidad tnica y cultural en el Estado colombiano, laautonoma y el control de los territorios y recursos naturales, y ladefensa de sus tradiciones.

    Desde entonces se han creado diferentes organizaciones indge-nas, lo cual ha permitido la conformacin de nuevos y diversos pro-cesos organizativos locales, regionales y nacionales. Las organiza-ciones indgenas han tenido diferentes intereses y demandas, deacuerdo con los contextos particulares que viven y con enfoques yprioridades diversas, desde la negociacin con el Estado hasta laconformacin de respuestas armadas, como el Movimiento ArmadoQuintn Lame (1984). Estas organizaciones han tenido diversos or-genes, estrategias, intereses polticos, identidades y acciones terri-toriales. De igual manera, han contado con el apoyo de agrupacio-nes religiosas y polticas, movimientos campesinos, sindicatos, inte-lectuales y activistas de izquierda (Avirama y Mrquez 1994; Findji1992; Laurent 2005). As mismo, los movimientos indgenas hanrespondido a diferentes dinmicas sociales, polticas, organizativas eindividuales.

    Las acciones polticas de los movimientos indgenas de ese en-tonces ayudaron a cambiar las polticas nacionales y a crear progra-mas especiales en el mbito nacional, que permitieron mayor parti-cipacin de los indgenas y un cierto grado de autonoma en susterritorios. Las organizaciones indgenas han luchado en contra dela prdida de sus territorios, de la marginalizacin social en que vi-ven, del proselitismo de los grupos armados, y se han unido a otrossectores sociales excluidos campesinos, obreros , logrando unnuevo estatus en la intervencin del Estado (Gros 1991; Laurent2001; Ramrez 1994).

    La dcada de 1980 presenci el fortalecimiento de los movimien-tos indgenas, no slo en Colombia, sino en Latinoamrica. En tr-minos de Bebbington, se puede hablar de una dcada ganada(Bebbington et al. 1992), dado que los pueblos indgenas consolida-ron sus organizaciones, posicionaron su identidad cultural y se cons-

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    tituyeron en actores sociales protagnicos de los procesos sociales ypolticos en mbitos polticos nacionales e internacionales. Sin em-bargo, la presencia y acciones de estos actores sociales no se puedendesligar de las transformaciones generadas, desde la dcada de 1970,por los procesos de democratizacin y globalizacin, ligados a ladiseminacin de la tecnologa y las comunicaciones, que relacionanprocesos locales-globales y transforman situaciones temporales yespaciales del Estado-nacin y de los movimientos sociales, a la vezque los articulan con escenarios transnacionales. Asimismo, el reco-nocimiento indgena estipulado en la Constitucin Poltica de Co-lombia de 1991 (CPN-91) estuvo ligado a los procesos de transfor-macin del Estado por medio de la descentralizacin y laimplementacin de polticas neoliberales privatizacin de las ins-tituciones del Estado, supresin de los subsidios y apertura de Co-lombia al comercio y los mercados internacionales (Gros 2000).

    En este contexto nacional, la relacin entre los indgenas y elmedio ambiente se consolida en 1995 cuando la Organizacin Re-gional Indgena Embera Wounan-Orewa recibi la Distincin Na-cional Ambiental8 por sus logros como organizacin y sociedadambiental. En 1997, once investigadores emberas tambin fuerongalardonados con el Premio Nacional en Medio Ambiente y Desa-rrollo de la Fundacin ngel Escobar por su participacin en eldesarrollo de estrategias de manejo de fauna a partir de las prcticasculturales emberas en la ensenada de Utra. Vale la pena destacarque es la primera vez que indgenas reciben este reconocimiento enel campo de la investigacin.

    En 1998, los uwas recibieron el Premio de Medio AmbienteGoldman9, de los Estados Unidos. La situacin de los uwas fue de-nunciada nacional e internacionalmente por uno de sus lderes, BeritoKuwaruwa, quien describi las luchas de su gente por impedir laexploracin de petrleo en su territorio sagrado y cmo estabandispuestos a cometer suicidio colectivo antes que permitir dicha ac-cin. Berito destac su consigna: Si debemos morir, las luces delcielo se oscurecern. Los uwas han encontrado apoyo de gruposambientalistas de Estados Unidos, Espaa, Finlandia y Dinamarca.Esta difusin de la defensa de la tierra le ha otorgado a los uwas

    8 La Distincin Nacional Ambiental fue creada en 1994 (Decreto 1125) parareconocer y exaltar a las personas e instituciones pblicas y privadas quehan dedicado parte de su vida o sus actividades a la conservacin y uso delos recursos naturales renovables en forma sostenible.

    9 Este premio lo han recibido tambin los indgenas Evaristo Nugkuag,aguaruna del Per, en 1991; y Luis Macas, quechua del Ecuador, en 1994.

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    premios, apoyo internacional y ms tierras para su resguardo. Estemismo ao, el gobierno suizo, a travs del Premio a la Creatividadde la Mujer Rural, destac la labor ambiental de Milena DuquaraTapiero (gobernadora indgena del Cabildo de Guaip Centro, Or-tega, Tolima). En 1999 los koguis fueron reconocidos como indge-nas ecolgicos en el mbito global, a travs del premio internacio-nal de ecologa otorgado por la Bios10.

    En el 2002 la Unin de Mdicos Indgenas Yageceros de Colom-bia-Umiyac recibi la Distincin Nacional Ambiental por su trabajoen torno al conocimiento tradicional de las plantas medicinales, eluso del yag y su aporte al desarrollo sostenible. Tambin obtuvouna Mencin Honorable de la Universidad del Valle por sus prcti-cas mdicas y un homenaje de la Gobernacin del Departamentodel Valle por su conocimiento ecolgico de las prcticas agrcolas(Gutirrez 2002). En febrero del 2004 el Proyecto Nasa del pueblopaez fue galardonado con el Premio Ecuatorial, que otorga el PNUDa proyectos que realizan esfuerzos contra la pobreza, respetando elmedio ambiente. El Proyecto Nasa est concebido como una peque-a nacin indgena, en la que salud, educacin, produccin, autono-ma y desarrollo se articulan con el medio ambiente, las tradicionesculturales y la legislacin colombiana (El Tiempo, Bogot, 19 de fe-brero del 2004).

    Estos reconocimientos han posicionado los conocimientos de lospueblos indgenas como bsicos para el manejo de los recursos na-turales y la generacin de propuestas y programas de conservacinligados al plan nacional de desarrollo sostenible. As mismo, sonconsiderados dentro de los planes gubernamentales de investiga-cin nacional como una forma de conocimiento que puede aportar ala continuidad de la biodiversidad.

    De esta manera, las organizaciones indgenas tambin han estable-cido un dilogo con los discursos ambientales nacionales, transnacionalesy globales de movimientos sociales, ONGs, instituciones gubernamen-tales, investigadores y organismos multilaterales, entre otros. Una iden-tidad ecolgica est siendo conferida a los indgenas, quienes al mismotiempo, estn construyendo sus identidades al reafirmar sus prcticas yconcepciones relacionadas con la naturaleza.

    10 Los koguis son los primeros en Amrica en recibir este premio, que ha sidoconcedido a personajes como Jacques Cousteau, quien lo obtuvo en 1996.Bios, integrada por 103 pases, surgi en Grecia para promover el respetopor la vida y la cooperacin internacional para proteger el medio ambiente.

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    El surgimiento de la conciencia ambiental

    En el caso colombiano, el surgimiento de los movimientos ambien-tales est relacionado con el de la conciencia ambiental, la cual hasido examinada de diferentes maneras. Teniendo en cuenta actoresy orgenes diversos se han establecido al menos tres fuentes: la con-ciencia natural presente en las poblaciones humanas originarias,el desarrollo de la tradicin cientfica y la proliferacin de los movi-mientos ambientalistas.

    Las concepciones de las poblaciones indgenas asentadas en elterritorio colombiano antes de la Conquista sobre sus territoriosy relaciones humanos-no humanos son consideradas por algunosambientalistas como las primeras expresiones de las prcticasecolgicas, es decir, los conocimientos que poseen estas sociedadesdeben distinguirse como las expresiones iniciales de la concienciaambiental. En esta mirada se parte de la nocin de una humanidadinteresada, desde tiempos ancestrales, en el cuidado y conservacinde la naturaleza bajo una visn tica del deber ser y hacer con lonatural como inherente al ser humano y por lo tanto universal. Separte del implcito de que las sociedades nativas mantenan una re-lacin armnica con la naturaleza y seguan principios filosficosque comportaban un grado mnimo de modificacin del entorno.Sin embargo, estudios arqueolgicos han demostrado que parte dela biodiversidad actual es fruto de la manipulacin e intervencin delos ecosistemas y especies que diferentes culturas ejercan sobre suentorno.

    La mirada sobre las prcticas indgenas como ecolgicas implicaconsiderar diferentes concepciones de naturaleza y desarrollo quebuscan la proteccin y conservacin del medio ambiente. De estamanera, las concepciones indgenas comenzaron a ser situadas den-tro de los discursos ambientales. El surgimiento y diseminacin delos conocimientos ambientales est relacionado con los estudiosantropolgicos desde la dcada de 1970, cuando los investigadoresiniciaron estudios etnogrficos sobre las concepciones ecolgicas yel manejo ambiental indgena11.

    La tradicin cientfica, por otro lado, estima que la conciencia am-biental comenz durante el siglo XIX con los naturalistas, ejemplificadosen dos expediciones cientficas: la Expedicin Botnica y la Comisin

    11 Ver entre otros: Correa 1990; Hildebrand 1983; Mora 1995; Reichel 1989;Reichel-Dolmatoff 1968, 1976, 1978, 1988, 1996; Ulloa 1996, 2001, 2002;Van der Hammen 1992.

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    Corogrfica. Para Mrquez (1997) fue slo hasta 1948, cuando el profe-sor Csar Prez dict la primera clase de ecologa en la UniversidadNacional de Colombia, sede Medelln, que la conciencia ambiental co-menz. Este momento inicial estuvo seguido de las actividades del pa-dre Enrique Prez Arbelez, quien fund el Instituto Nacional de Cien-cias y el Departamento de Biologa de la Universidad Nacional de Co-lombia en Bogot. Durante la dcada de 1960 se consolid la enseanzade la ecologa; diferentes investigadores de las ciencias naturales y so-ciales coleccionaron plantas y animales y desarrollaron investigacionesgeogrficas. Este periodo inicial estuvo vinculado a investigaciones cien-tficas, en las que el conocimiento experto fue bsico para entender lanaturaleza, y alimentado por la llegada de investigadores extranjeros(Ernesto Guhl, Thomas van der Hammen y Gerardo Reichel-Dolmatoff), que impulsaron los planteamientos ecolgicos de la poca.

    De manera paralela, a partir de la dcada de 1950, y como reflejode las tendencias del desarrollo mundial, los recursos naturales em-pezaron a ser planificados de manera ms sistemtica. La preocupa-cin por la naturaleza se expres en las polticas nacionales de crea-cin de reservas y parques naturales y del Instituto de Desarrollode los Recursos Naturales Renovables (Inderena) en 1968. En esteenfoque los recursos naturales requirieron de gestin y administra-cin planificadas a travs de las corporaciones regionales, las cualesimplementaron programas de desarrollo y manejo de los mismos.Durante la dcada de 1970, las discusiones internacionales Infor-me Meadows (1970), Lmites de Crecimiento en el Club de Roma(1972) y el surgimientos de movimientos ambientales en Esta-dos Unidos principalmente en torno a los cambios ambientalesglobales afectaron el contexto colombiano de diversas maneras: laintroduccin de polticas internacionales, la formacin de los movi-mientos ambientalistas y la introduccin de una visin ambiental,como una forma de abordar los problemas relacionados con la natu-raleza bajo una ptica ms integral.

    En este sentido, parte de la conciencia ambiental en Colombiarefleja las polticas ambientales internacionales. De hecho, las pol-ticas ambientales nacionales empezaron a incorporar de manera mssistemtica temticas internacionales acerca de los recursos natura-les en 1974, a travs de la estrategia global para la conservacin. Deesta manera, los parques naturales, en tanto espacios pblicos na-cionales, se crearon para la conservacin y preservacin deecosistemas nicos. Posteriormente, se trazaron diversas polticasnacionales para regular el uso de recursos naturales como el agua, laflora y la fauna (Cdigo Nacional de los Recursos Naturales, 1974),y se crearon nuevas instituciones para la implementacin de estas

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    polticas (Sistema de Parques Nacionales). Los pases del llamadoTercer Mundo han incluido, de acuerdo con los requerimientosinternacionales, programas de desarrollo para el medio ambiente.

    Paralelamente a estos procesos institucionales, diversos movi-mientos ambientales y ONG (la Fundacin Herencia Verde, Cos-mos, por ejemplo) comenzaron a desarrollar programas de conser-vacin y grupos ecolgicos locales (Consejo Ecolgico de la ReginCentro Occidental, CERCO, Grupos Ecolgicos de Risaralda, GER)promovieron actividades de conservacin ligadas al activismo so-cial. Estas ONGs y grupos locales aportaron nuevas perspectivasque interrelacionaron la conservacin, los problemas sociales y lasprotestas en contra del desarrollo. Esta mirada social permiti lainteraccin de estas organizaciones y grupos ambientales con lasdemandas sociales, econmicas y polticas de los movimientos deindgenas, campesinos y afrocolombianos (lvarez 1997).

    Estos movimientos ambientalistas estaban conformados princi-palmente por acadmicos e intelectuales de clase media y tenan elrespaldo de comunidades de campesinos u organizaciones de basede grupos tnicos y locales, afectadas por los impactos del desarro-llo en su entorno. Por lo tanto, sus acciones estuvieron relacionadascon protestas en contra de proyectos de desarrollo y de los efectosde la explotacin de ciertos recursos, por ejemplo, forestales.

    De esta manera, durante la dcada del setenta se presentarondos perspectivas en el ambientalismo: una, donde primaban los as-pectos biolgicos y de manejo y gestin de los recursos; la otra, quedimensionaba los procesos sociales de la relacin sociedad-entorno,tratando de articular la proteccin de la naturaleza con el mejora-miento de las condiciones de vida de grupos sociales especficos.Estas tendencias marcaron el accionar de los espacios acadmicos einstitucionales y de los movimientos sociales. Algunos investigado-res (Palacio 1997; lvarez 1997; Carrizosa 1997) consideran que lainterrelacin de todas estas posiciones permiti el surgimiento delos movimientos ambientales nacionales (Palacio 1997).

    Sin embargo, los movimientos sociales han confrontado y trans-formado las polticas ambientales nacionales e internacionales paraincluir diferentes nociones de naturaleza, oponindose a la visininstitucional del desarrollo y a programas ambientales como el con-trol de la fauna de cacera o la creacin de parques naturales, dado quedichas propuestas no partieron de los intereses locales y fueron im-puestas sin el consenso local (de hecho, 20 parques naturales se sobre-ponen con territorios indgenas). Adems, estrategias de desarrollo y

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    programas ambientales se basaban usualmente en concepciones dedesarrollo y manejo que no concordaban con las prcticas locales.

    Durante la dcada del ochenta se incrementaron las ONG, los pro-gramas, las instituciones, las polticas y los estudios relacionados conlos cambios ambientales. Nuevas ONG ambientalistas condujeron elactivismo en pro de nuevas relaciones entre la sociedad y su entorno.De manera similar, aumentaron los programas acadmicos ambienta-les en las universidades de todo el pas. Este auge se aliment de lasdiscusiones internacionales sobre la inminente crisis ambiental, unacrtica profunda a los procesos de desarrollo econmico y el reconoci-miento de los pases poseedores de la diversidad biolgica. Estas nuevassituaciones reposicionaron la discusin en torno a la naturaleza, evi-denciando los problemas de desigualdad social y econmica de los pa-ses desarrollados y en desarrollo, y redimensionando el valor de losrecursos naturales, lo que conllev la concrecin de una nueva estrate-gia global de desarrollo que contemplara la problemtica ambiental, esdecir, la generacin de desarrollo sostenible como poltica global.

    En la dcada de 1990, como resultado del cambio constitucional de1991, el reconocimiento de la diversidad cultural y biolgica del pas, ylos procesos internacionales desencadenados a partir de Ro-92, se pro-dujeron cambios en la poltica ambiental nacional a travs de la Ley 99de 1993, que permiti la creacin del Ministerio del Medio Ambiente ydel Sistema de Informacin Nacional Ambiental. Colombia se articula los procesos globales relacionados con el medio ambiente a travs delCDB y la Agenda 21. En este nuevo contexto, el concepto de medioambiente hizo el trnsito al de biodiversidad, segn el cual la naturale-za se inscribe en procesos de produccin y consumo.

    As mismo, la declaratoria de Colombia como un pas con altadiversidad biolgica signific la implementacin de programasglobales de desarrollo sostenible y un llamado a la unificacin de lasdiversas posiciones frente al medio ambiente. As se dio inicio alproceso de construccin de una suerte de identidad ecolgica nacio-nal basada en esta riqueza biolgica. A partir de 1992, Colombia seposicion como el segundo pas de mayor diversidad biolgica. Dehecho, la mayor parte del territorio colombiano est clasificada comobiodiversity hot spot y el rea de la Amazonia como tropical wildernessarea. Estas zonas se consideran excepcionalmente ricas en especiesde plantas y animales.

    De esta manera, Colombia ha sido incorporada a los procesosinternacionales gubernamentales que envuelven una determinadaecogubernamentalidad y siguen una verdad especfica de lo que se

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    tiene que hacer en relacin con el medio ambiente. As, labiodiversidad colombiana ha comenzado a ser calculada, clasificaday organizada con la participacin de organizaciones locales y nacio-nales. Paradjicamente, es en estos nuevos contextos internaciona-les y nacionales de surgimiento de una conciencia ambiental quediferentes propuestas ambientales comienzan a ser incluidas.

    De hecho, los conocimientos de los grupos tnicos y de las co-munidades locales, siguiendo el CDB, sus territorios y sus recursoshan comenzado a ser de inters nacional. Sin embargo, los pueblosindgenas tienen que implementar sus prcticas bajo los estndaresde la seguridad nacional ambiental que reproduce los patrones in-ternacionales del desarrollo sostenible, el cual a su vez est basadoen los principios del mercado verde. De esta manera, la interrelacinde diversas nociones de naturaleza implica un proceso poltico delucha sobre los significados y consecuentes prcticas.

    Tambin implica, por ejemplo, entender que las polticas ambien-tales no son neutrales y que relaciones desiguales de poder medianel acceso, los beneficios y los costos de los recursos naturales. Ade-ms, como los territorios indgenas poseen una gran biodiversidad,al igual que petrleo y otros minerales, la intervencin nacional einternacional est teniendo lugar (caso de las compaas petrolerasen territorio uwa). Estos territorios son tambin estratgicos paralas actividades de paramilitares y guerrillas, al igual que para la pro-duccin de cultivos ilcitos, todo lo cual conlleva procesos de violen-cia. Por lo tanto, los indgenas estn siendo desplazados de sus terri-torios (ONIC 1998; Quiones 1998; Roldn 1998). La poltica cul-tural y ambiental de los movimientos indgenas est constantemen-te confrontando y reconfigurando estas situaciones. De hecho, hanpresentado diferentes propuestas basadas en el reconocimiento efec-tivo de sus derechos de autodeterminacin, de sus culturas, de susconocimientos y de sus relaciones con la naturaleza.

    La interaccin de los cambios ambientales, las organizacionesambientales, los estudios etnogrficos y las prcticas indgenas, en-tre otras, han permitido el reconocimiento de los saberes ecolgicosde las comunidades locales. ste se ha comenzado a expresar en losdiscursos polticos de instituciones, organizaciones gubernamenta-les, ONG y organizaciones de base. En este contexto, los actoresrelacionados con e interesados en lo ambiental (investigadores, mo-vimientos campesinos, indgenas y afrocolombianos, organizacionesurbanas de base, empleados pblicos, ONG, universidades, organis-mos transnacionales y multilaterales) apelan a diferentes activida-des, intereses y concepciones con respecto a la naturaleza. El mayor

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    objetivo de estos actores es la proteccin de los recursos naturales;no obstante, usan diferentes estrategias (desde la proteccin de losanimales silvestres hasta la promocin de los programas de desa-rrollo sostenible). Tambin combinan estas estrategias con intere-ses particulares (derechos humanos, paz, derechos tnicos), al igualque desarrollos alternativos (Carrizosa-Umaa 1997).

    En los ltimos cinco aos la presencia y las actividades de losmovimientos ambientales han estado relacionadas con varias tem-ticas: las polticas internacionales del CDB, el Protocolo de Kyoto,la globalizacin, las relaciones con campaas polticas institucionales,el manejo de los recursos, la conformacin de un movimiento am-biental nacional, el activismo vinculado a las demandas de los pue-blos uwa y embera-kato, y las discusiones sobre los transgnicos yel acceso a los recursos genticos. Todas estas actividades eviden-cian la multiplicidad de frentes, alianzas e intereses de las organiza-ciones, grupos y fundaciones ambientales, y la variabilidad de cam-pos de accin e incidencia en los espacios de toma de decisionesambientales.

    Los movimientos sociales, especficamente los indgenas, han ar-ticulado sus demandas en torno a lo ambiental, lo que ha permitidouna relacin ms estrecha con los ambientalistas y una coalicinpara la construccin de estrategias conjuntas encaminadas a resol-ver problemas ambientales y sociales.

    Consecuentemente, las categoras de lo indgena y sus sistemasde conocimiento han sido reposicionados. De acuerdo con Moseley(1991), el significado prctico de lo indgena puede ser apreciadopor la contradiccin en los procesos de industrializacin, las dificul-tades en los programas de desarrollo al igual que en la urgencia pornuevos patrones de produccin. Este reconocimiento comenz a serexpresado en los discursos polticos de las organizaciones guberna-mentales, no gubernamentales e indgenas y a travs de los progra-mas de desarrollo sostenible.

    La poltica cultural y ambiental de los pueblos indgenas

    El reconocimiento nacional e internacional de los movimientos ind-genas como ecolgicos no se puede desligar de las luchas polticas delos indgenas por el derecho a sus territorios y por mantener el mane-jo de sus recursos naturales. En estas luchas han estado presenteselementos de identidad basados en ideas ecolgicas y en concepciones

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    que difieren de las nociones y relaciones modernas con la naturaleza.Las luchas indgenas en torno a lo ambiental se han manifestado enacciones ligadas al fortalecimiento, proteccin y respeto de la identi-dad cultural la cual se basa en la relacin cultura/territorio.

    Durante las dos ltimas dcadas, las declaraciones y demandasde los pueblos indgenas en los mbitos nacionales e internacionalesestn estructuradas alrededor de conceptos generales, a saber: losvnculos integrales entre territorio y cultura, la autonoma y auto-determinacin, los planes de vida, y la seguridad alimentaria. Estosejes estn interrelacionados y son complementarios, pero los pre-sento de manera separada.

    La base filosfica que sustenta estos cuatro ejes es la nocin denaturaleza que establece lazos entre territorio, cultura, identidad,conocimientos y recursos naturales como una unidad integral. Mu-chos de los pueblos indgenas consideran la relacin entre humanosy no-humanos como recproca y en permanente interrelacin, endonde las entidades no-humanas tienen comportamientos sociales yestn regulados por reglas sociales. Esta nocin se basa, a su vez, enla idea de una unidad entre humanos y no humanos, pero en cons-tante transformacin y reciprocidad.

    Estos conocimientos y relaciones estn basados en complejas ydiversas concepciones sobre la naturaleza que no responden a lascategoras occidentales aunque han estado en relacin, interde-pendencia y lucha con ellas .12 Estas categoras y concepciones ar-ticulan los conocimientos indgenas con la tradicin histrica, tnica,social y cultural de los mismos. Los sistemas indgenas consideranla relacin humanos-medio ambiente como un proceso dinmico queno reproduce el dualismo naturaleza-cultura.

    Por otro lado, los pueblos indgenas plantean de manera generalque la naturaleza es viva, una entidad con capacidad de accin, que enltimas es quien da el permiso para acceder a la fauna o a la flora. LaMadre Naturaleza es un ser con el que se entra a discutir de igual aigual y se establecen relaciones de reciprocidad. De esta manera,replantean las nociones de naturaleza occidentales modernas, dado que,en estas visiones de los indgenas, la naturaleza no es un ente externo.

    Por lo tanto, la toma de decisiones sobre los recursos biolgicos nose puede desligar de esta nocin de unidad entre naturaleza y gente. La

    12 Ver entre otros trabajos: Descola y Plsson 1996; Ellen y Fukui 1996; Gragsony Blount 1999; Grim 2001; Milton 1996; Nazarea 1999; Ulloa 2001, 2002.

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    concepcin de naturaleza que sustenta la relacin planteada por losindgenas con el entorno se acomoda bastante bien dentro de las ten-dencias de los movimientos ambientales que giran en torno a la ten-dencia biocntrica o al holismo alternativo. Las concepciones indgenassobre naturaleza estn en dilogo con diversas posiciones filosficas,tales como el romanticismo anti-industrial, el anti-modernismo, elespiritualismo, la ecologa social, la nueva era, el ecofeminismo, los mo-vimientos sociales ambientalistas radicales, la poltica verde, entre otras.En particular, los pueblos indgenas alrededor del mundo estn situan-do sus concepciones, percepciones y prcticas acerca de la naturalezacomo alternativas frente a los actuales cambios ambientales.

    Esta nocin de naturaleza a su vez sustenta las demandas ind-genas de autodeterminacin y autonoma (relacionados en AmricaLatina con una continuidad histrica con los procesos precolombi-nos y especialmente en conexin con la Madre Tierra) y el derechoal control, planificacin y recepcin de los beneficios de sus conoci-mientos culturales y recursos naturales, sus propias propuestas defuturo y seguridad alimentaria.

    Los efectos nacionales y transnacionalesde los movimientos indgenas y sus identidades ecolgicas

    Los pueblos indgenas han encontrado en las representaciones occi-dentales del nativo ecolgico y en las polticas ambientales (naciona-les y globales) un espacio para un mejor reconocimiento dentro delos discursos nacionales y transnacionales. Ellos consideran dichasrepresentaciones como oportunidades para consolidar sus luchas porla defensa y recuperacin de sus territorios y como una manera deser autnomos e implementar sus propuestas de vida.

    A pesar de todas las implicaciones que pueden tener las represen-taciones asociadas al nativo ecolgico, los pueblos y movimientos ind-genas, los lazos nacionales y transnacionales, y las relaciones (nocio-nes de territorio, derechos indgenas, perspectiva de gnero, derechosambientales, entre otros); se estn transformando las ideas sobre iden-tidades y lealtades, no slo en el Estado-nacin, sino en los espaciostransnacionales no indgenas. Las acciones e identidades indgenas ysus interrelaciones con diferentes actores sociales tienen diversasimplicaciones socioeconmicas y polticas para los diferentes actores,de acuerdo con sus circunstancias particulares.

    Los movimientos indgenas y sus polticas culturales y ambientaleshan permitido situar la identidad cultural como un fin en s mismo

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    dentro de los espacios polticos. Ms an, procesos de construccin deidentidades ecolgicas han permitido a los movimientos sociales el es-tablecerse como fuerzas sociales concretas para generar cambios socia-les dentro del espacio poltico y social en el mbito nacional ytransnacional. Por otra parte, los procesos de construccin de identidadde los movimientos indgenas han permitido confrontar los lazos tradi-cionales entre los procesos culturales, polticos y socioeconmicos den-tro y fuera de los espacios institucionales y dentro de las fronteras na-cionales al igual que en los flujos transnacionales (Escobar 1992;Touraine 1985; Bonfil Batalla 1981; Brysk 2000).

    Los movimientos indgenas estn dentro de las representaciones, con-frontaciones, negociaciones y replanteamientos de lo ambiental en dondesus acciones poltico-ambientales han afectado las esferas nacionales ytransnacionales de diferentes maneras al darse una dispersin de signifi-cados a travs de estas redes de movimientos sociales. De esta manera,analizar el impacto de los movimientos indgenas en torno a lo ambientalimplica mirar la circulacin y dispersin de las propuestas de estos movi-mientos no solamente dentro del marco institucional sino tambin enotros espacios culturales y polticos. De manera similar, las acciones delos movimientos indgenas tienen que ser vistas en relacin con la socie-dad civil que permite cooperacin a travs de fronteras, construccin deidentidades transnacionales. De hecho, la poltica cultural de los movi-mientos sociales puede ser aprehendida a travs del papel que tienen en elfortalecimiento de la sociedad civil y en la consolidacin de los procesosde democratizacin dentro y fuera de lo pblico y lo nacional13. Las accio-nes de los movimientos indgenas en torno a lo ambiental pueden serresumidas en: a) los efectos que stas han tenido como movimientos; y b)los efectos que se han generado sobre los movimientos.

    Efectos de los movimientos indgenas

    Las luchas indgenas en torno a lo ambiental y sus identidades ecolgicashan sido estratgicas para los pueblos indgenas, que han encontradosoporte de actores nacionales y transnacionales al establecer lazos, alian-zas y redes (desde apoyo conceptual y poltico hasta respaldo financie-ro) que les otorgan ms poder dentro del Estado-nacin. Estas mlti-ples dinmicas, identidades y lealtades (con organizaciones guberna-mentales, ONG, movimientos sociales, comunidades acadmicas y otros

    13 Perspectivas sobre este punto se pueden encontrar en: lvarez, Dagnino yEscobar 1998; Dagnino 1998; Warren 1998a, 1998b; Escobar y lvarez1992a, 1992b; Gros 1999; Pardo 1997; Brysk 1993, 1994, 1996, 2000; Varese1995; Findji 1992; Avirama y Mrquez 1994; Edelman 2001; Nash 2001.

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    movimientos indgenas) han abierto espacios para su accionar comonuevos actores en la ecopoltica transnacional14.

    De esta manera, los indgenas han accedido a los regmenes inter-nacionales (Brysk 1993, 1994) conformado por redes de ONG y mo-vimientos ambientalistas las cuales presionan por el establecimientode nuevas relaciones con los recursos naturales. De manera similar,las ONGs ambientalistas han influenciado corporaciones, polticas na-cionales y globales, al igual que patrones de consumo de ciudadanoscomunes alrededor del planeta. Las concepciones indgenas sobre lanaturaleza han influenciado el discurso ambientalista global al brin-dar a las ONG ambientalistas tanto nacionales como internaciona-les15 y a grupos ecolgicos locales herramientas conceptuales paraluchar por nuevas relaciones entre la sociedad y la naturaleza. De lamisma manera han contribuido a la redefinicin de estrategias de con-servacin de dichas organizaciones. Estas dinmicas han ayudado asituar a los indgenas como ambientalistas en espacios internaciona-les lo cual permite una mayor defensa de su territorio y de sus recur-sos. Las ONG ambientalistas han establecido lazos entre los contex-tos polticos locales, nacionales y globales16 que contribuyen al cam-bio social (Princen 1994; Sethi 1993; Wapner 1994, 1995).

    En otros pases latinoamericanos como Ecuador, Brasil, Mxico, Boli-via y Nicaragua, los pueblos indgenas y los ecologistas han liderado lu-chas en contra de compaas madereras y petroleras, programas de desa-rrollo (hidroelctricas, carreteras, etc.) e investigaciones de bioprospeccin.En Colombia, desde 1993 los embera-katio han estado en contra de laconstruccin de la hidroelctrica Urr en el ro Sin. Aunque ellos nopudieron detener la construccin, el 23 de abril de 2000 lograron la inclu-sin de nuevos territorios y la suspensin de Urr II. Estas situaciones

    14 J. Beneria-Surkin (2000) describe por ejemplo, cmo en Bolivia la Capitanadel Alto y Bajo Izozog (CABI) y sus alianzas con movimientos ambientalesha permitido mayor espacio poltico para los indgenas y el poder paraelaborar una estrategia descentralizada de desarrollo sostenible para lascomunidades Izoceo-Guaranis.

    15 Tales como Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), The NatureConservancy (TNC), Conservation Internacional (CI), la Unin Interna-cional para la conservacin de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN)y la Fundacin Natura.

    16 Sin embargo, diversas ONG ambientalistas han ayudado a implementarprogramas de desarrollo que no consideran las concepciones locales sobrela naturaleza y el desarrollo. Por lo tanto, es importante llamar la atencinsobre las diferencias que existen entre las ONG ambientalistas dado quehacer una generalizacin sobre ellas impide ver las contradicciones queexisten entre stas y entre sus intereses particulares.

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    han ayudado a consolidar una red internacional ambiental de apoyo ydenuncia de este proceso con la solidaridad de Global Response, Amnis-ta Internacional y Survival Internacional, entre otros. En el caso de losuwa, se ha consolidado una red nacional e internacional de ONGsambientalistas y de derechos humanos la cual ha organizado protestas endiferentes pases17. El 22 de marzo de 2000, una misin extranjera com-puesta por miembros de organizaciones de derechos humanos yambientalistas del Salvador, Paraguay, Alemania, Argentina, Ecuador yBrasil, entre otros, recomendaron la suspensin de las actividades de lamultinacional Occidental de Colombia (OXY) en terrenos aledaos alterritorio uwa. Posteriormente, el 31 de marzo de 2000, una juez dicta-min la suspensin de las exploraciones petroleras.

    De igual manera, los indgenas han establecido relaciones con comu-nidades tnicas alrededor del mundo trascendiendo las fronteras nacio-nales para reafirmar una identidad pan-indgena (Brysk 2000; Castells1997; Bonfil Batalla 1981) al crear varias redes transnacionales de inter-cambio y apoyo en torno a lo ambiental con otros pueblos indgenas.Estas redes utilizan las nuevas tecnologas de comunicacin como nuevasestrategias que permiten unas dinmicas ms giles de interaccin y res-puestas casi inmediatas de los miembros de los grupos tnicos alrededordel mundo. Por ejemplo, en 1997, en la regin amaznica colombiana serealiz el segundo encuentro de ancianos y sacerdotes indgenas de Am-rica organizado por la Fundacin Sendama, en donde se discutieron lasestrategias ambientales para proteger sus territorios. En enero de 1999se realiz en la Sierra Nevada de Santa Marta, en Nabusmake, el IIEncuentro Internacional Indgena de Amrica, el cual busc la integra-cin de los pueblos indgenas participantes (ijka, maya, entre otros) entorno a la naturaleza. De igual manera en junio de 1999 se realiz elEncuentro de Taitas en Yurayaco18, Caquet. En dicho encuentro, los

    17 Algunas de stas son: Action Resource Center, Amazon Watch, EarthjusticeLegal Defense Fund, EarthWays Foundation, Indigenous EnvironmentalNetwork, Project Underground, Rainforest Action Network, SolCommunications, Uwa Defense Project, International Law Project forHuman Environmental and Economic Defense, and Beyond Oil Campaign.Adems hay comits uwa en pases como: Finlandia, Dinamarca y Espaa.

    18 Este encuentro se realiz del 1 al 8 de junio de 1999 con la participacin decuarenta mdicos indgenas representantes de los pueblos: inganos de Caquet,Bota Caucana, Mocoa y Valle del Sibundoy; cofanes del valle de Guamuez, SantaRosa de Sucumbos, Afilador y Yarinal; sionas del Bajo Putumayo, kamss delValle de Sibundoy;; coreguajes venidos de Orteguaza en el Caquet, y los payestatuyos invitados del Vaups. Encuentro de Taitas en la Amazonia Colombiana.Unin de Mdicos Indgenas Yageceros de Colombia-UMIYAC. 1999. Este lti-mo encuentro se realiz gracias a una red internacional conformada por la Uninde Mdicos Indgenas Yageceros de Colombia (UMIYAC), la organizacin inganaTanda Chiridu Inganokuna y la ONG ambientalista Amazon Conservation Team.

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    participantes destacaron la importancia de sus conocimientos sobre elyag y las plantas medicinales, por lo que hicieron un llamado para que serespeten sus territorios y los derechos de propiedad intelectual colectiva.

    En el mbito latinoamericano cabe destacar el Encuentro Yachac-Mamas, Ecuador-Colombia, Medio Ambiente y Cosmovisin Ind-gena, realizado entre octubre y noviembre de 1997 en Otavalo,Peguche e Ilumn. La participacin de los indgenas koguis fue muyimportante en la definicin de estrategias pan-tnicas de la relacinentre pueblos indgenas y medio ambiente. As mismo, los koguihan establecido relaciones con la red de indgenas norteamericanosdenominada Tribalink la cual viene estableciendo nexos con variospueblos indgenas de diferentes partes del mundo y realizando de-nuncias entorno a la problemtica ambiental de sus territorios (http://www.tribalink.com). Ejemplos de las redes indgenas internacio-nales son NativeWeb19, la cual, en un momento dedic su pgina allema de proteger y defender la Madre Tierra y los derechos de lospueblos indgenas alrededor del mundo; e Indigenous EnvironmentalNetwork (IEN), la cual busca proteger la Madre Tierra de la conta-minacin y la explotacin al fortalecer, mantener y respetar las tc-nicas tradicionales y las leyes naturales y articular y establecer puen-tes de comunicacin entre diversos pueblos indgenas.

    La coalicin con diferentes actores ha ayudado a los indgenas noslo a consolidar sus identidades sino tambin a producir cambiossociales en las instituciones, las polticas y las concepciones naciona-les y transnacionales. As, se han producido cambios en constitucio-nes polticas en Amrica Latina, y legislaciones relacionadas con elmanejo de los recursos, la biodiversidad y territorios indgenas, hastael fortalecimiento de la sociedad civil global a travs de acciones am-bientales que trascienden el mbito local y generan acciones globales.

    Las acciones de los movimientos indgenas han confrontado el dere-cho (nacional e internacional) usando el mismo derecho al resituarsedentro de las constituciones nacionales y el en derecho internacional(Lazarus-Black y Hirsch 1994). As, los movimientos indgenas hanmanipulado el sistema legal no slo usndolo sino tambin

    19 El sentido de sta es expresado de la siguiente forma: NativeWeb es unaorganizacin educativa internacional, sin fines de lucro, dedicada al uso de lastelecomunicaciones, incluso la tecnologa de computacin y la Internet paradiseminar informacin de y sobre naciones, pueblos y organizaciones indge-nas alrededor del mundo; para crear la comunicacin entre pueblos indgenasy no indgenas; para dirigir investigaciones que involucran el uso indgena detecnologa y la Internet; y para proporcionar recursos, consejos y serviciospara facilitar el uso indgena de esta tecnologa (http://www.nativeweb.org).

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    redefinindolo. El reconocimiento nacional de la diversidad cultural ybiolgica y los derechos que esto conlleva est ligado al derecho inter-nacional (convenio de la OIT 169 de 1989, la Declaracin de los Dere-chos de los Pueblos Indgenas de 1992 y el Convenio de la Biodiversidadde 1992, en particular los artculos 8j y 15, entre otros) el cual ha ayu-dado a repensar la soberana, las dinmicas territoriales nacionales y losderechos indgenas en el mbito local.

    En cuando al convenio de la diversidad biolgica (CDB), la reglamen-tacin del artculo 8j (que busca formas legales de proteccin de los cono-cimientos, innovaciones y prcticas de los grupos tnicos y comunidadeslocales), los movimientos indgenas han generado propuestas que permi-ten replantear las concepciones de soberana nacional, propiedad indivi-dual y derechos de autor entre otros. Especficamente, COICA proponeentre otros: incorporar en la reglamentacin el concepto de patrimoniocultural colectivo de los pueblos indgenas; establecer regmenes especia-les y sistemas sui generis de proteccin del conocimiento indgena; valorarlas innovaciones y prcticas tradicionales de los pueblos indgenas comoinnovaciones informales; y reconocer los pueblos indgenas como tales yevitar los acuerdos individuales de acceso. Los movimientos indgenasestn construyendo alianzas con investigadores, centros acadmicos, mo-vimientos indgenas internacionales y organizaciones ecolgicas lo cualles permite articular mayores demandas por sus derechos y el repensar elderecho nacional. Estas alianzas han ayudado a situar la identidad ecolgicaen contextos nacionales e internacionales.

    Los pueblos indgenas y sus lazos polticos transnacionales hanayudado a formar una sociedad civil global que, al mismo tiempo,est impactando la sociedad civil nacional al ampliar sus derechos,mediar en las relaciones entre lo local y el Estado, empoderar losmovimientos sociales locales y acumular una autoridad no estatal(Brysk 2000; Wapner 1995).

    Santos (1998) considera que las demandas de los pueblos indge-nas por los derechos colectivos de autodeterminacin permiten for-mas alternativas de derecho y justicia y nuevos regmenes de ciuda-dana. As mismo, las propuestas de los indgenas en torno a lo am-biental se articulan con las acciones que el autor denomina la he-rencia comn de la humanidad lo cual implica acciones globalesrelacionadas con, por ejemplo, cambios ambientales. Las acciones delos indgenas y la herencia comn de la humanidad son en trminosde Santos globalizaciones de abajo hacia arriba o globalizacionescontra-hegemnicas dado que son expresiones de resistencia quebuscan construir espacios ms participativos y democrticos gene-rando alternativas al desarrollo.

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    Esta dimensin multiforme de territorio, redes sociales y rela-ciones polticas que trascienden las fronteras nacionales y constru-yen lo que se podra llamar una eco-comunidad indgena transnacionalbasada en la poltica cultural y ambiental de los movimientos ind-genas abre espacios polticos que ayudan a cambiar la realidad socialen Colombia y a la vez promueve concepciones ecolgicas alternati-vas. Sin embargo, las polticas ambientales nacionales y globales noson neutrales dado que el acceso, los beneficios y los costos de losrecursos naturales estn mediados por relaciones desiguales de po-der que afecta los movimientos indgenas. Por lo tanto, la interacciny negociacin con lo ambiental tambin ha trado efectos sobre losmovimientos indgenas en relacin con, por ejemplo, los recursosgenticos de los territorios indgenas, las representaciones y la au-tonoma que afectan sus derechos como pueblos.

    Efectos sobre los movimientos indgenas

    Los nuevos procesos econmicos de globalizacin que afectan labiodiversidad significan que la relacin entre los indgenas y elambientalismo tiene que ser analizada de acuerdo con nuevas rela-ciones de poder-conocimiento, dada la globalizacin de las estrate-gias ambientales designadas para proteger la naturaleza y promo-ver una ecogubernamentalidad. Dentro de la versin occidental delrgimen ambientalista, o ecogubernamentalidad, las polticasneoliberales son reafirmadas porque los indgenas tienen que estarlibres y autnomos para negociar sus territorios, recursos y conoci-mientos que ahora son vistos como tiles para los mercados verdes.La construccin de las identidades ecolgicas de los indgenas (quelos describen como nativos ecolgicos) promueve nuevas ideas rela-cionadas con territorios y autonoma, recursos genticos y derechosambientales. Estas nuevas relaciones vinculadas a los procesos eco-nmicos traen una nueva valorizacin y reconceptualizacin de lanaturaleza, y la nocin de patrimonio comn de la humanidad.

    De acuerdo con Gupta (1998), el surgimiento del inters en losindgenas es ambivalente porque este inters puede estar relacionadocon los imaginarios colonialistas y nacionalistas sobre el nativo tra-dicional que estn presentes en los proyectos de desarrollo. De ma-nera similar, los conocimientos indgenas en torno a la biodiversidadestn tambin relacionados con los procesos capitalistas que los in-troducen en los circuitos de produccin y consumo a travs del turis-mo (ecolgico y tnico), la bsqueda de materias primas para la medi-cina industrial (el petrleo, la madera y los minerales) y de nuevosrecursos genticos. La inclusin de los conocimientos indgenas ha

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    sido importante para los discursos de desarrollo, ecolgico y agrolgicotransnacionales porque los indgenas han servido como informantesy como herramientas de validez para implementar los programas. Porotro lado, la inclusin de los conocimientos indgenas en los procesosde bioprospeccin reduce costos y aumenta los beneficios de las cor-poraciones farmacuticas transnacionales. Estos conocimientos en-tran al juego de la biodiversidad por la introduccin de los territoriosy recursos de los pueblos indgenas a los nuevos circuitos comerciales(Ellen, Parkes y Bicker 2000; Grove 1995; Nieto 2000). Lo cual ocu-rre ahora cuando la naturaleza se ha vuelto una inminente mercan-ca global frente a la destruccin ambiental y donde las prcticas ind-genas son necesarias para este nuevo eco-mercado libre (McAfee1999; Gupta 1998; Escobar 1998).

    As mismo, el reconocimiento de los indgenas como nativosecolgicos no es impedimento para que los poderes econmicos nacio-nales y transnacionales confronten los derechos indgenas de autode-terminacin y autonoma en sus territorios. Dado que los territoriosindgenas tienen una gran biodiversidad, al igual que minerales y pe-trleo, se ha venido dando una intervencin nacional e internacionalen los territorios indgenas como los ya mencionados. En Colombia,los indgenas tienen el derecho de gobernar en sus territorios y tie-nen la autonoma, entre otros, de coordinar los programas a realizar-se en ellos, disear planes y programas de desarrollo econmico ysocial, y cuidar los recursos naturales, los cuales deben estar en ar-mona con el plan nacional de desarrollo (CPN-1991, Art. 330). Loque implica el implementar sus prcticas de manejo de los recursosbajo los estndares de seguridad ecolgica que reproduce los patro-nes internacionales del desarrollo sostenible. Los proyectos de desa-rrollo sostenible que han sido introducidos en el Tercer Mundomuchas veces imponen un manejo global para los recursos naturalesdesconociendo las prcticas y estrategias indgenas. Por otro lado, eldesarrollo de estos planes en sus territorios requiere de la participa-cin de diversos actores gubernamentales lo que requiere de alianzaspolticas con partidos tradicionales y con la maquinara burocrtica.Jackson resalta como en este proceso las organizaciones indgenas seconvierten, en muchas maneras, en agentes del Estado, con burocra-cias similares, lenguajes y construcciones de lo que es necesario ha-cerse y cmo debe hacerse (1996: 140).

    El surgimiento de la conciencia ambiental ha generado nuevoscuestionamientos y preocupaciones sobre la relacin entre los huma-nos y los no humanos, al igual que sobre las mejores maneras de usarlos recursos naturales (desarrollo sostenible). Los discursos ambien-tales se basan en diversas nociones de naturaleza. La nocin monista

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    promueve los discursos ambientales que buscan la unidad y lainterrelacin con la naturaleza mientras que una nocin de naturale-za como externa y separada de la sociedad promueve nuevas nocionesde biodiversidad y desarrollo sostenible. La emergente idea debiodiversidad tambin ha generado la nocin de recurso gentico, pre-sente en las dos tendencias generales de los discursos ambientales:algo natural o algo culturalmente construido.

    Estas dos concepciones parecen ser contradictorias y diferentes; sinembargo, tienen implicaciones similares para los pueblos indgenas. Silos recursos genticos son algo natural, pertenecen a la humanidad(en el sentido de algo externo que siempre ha estado ah), por lo tantolos pueblos indgenas tienen que compartir esos recursos naturales.Si los recursos genticos son fruto de una construccin y transforma-cin social y pertenecen a los pueblos indgenas como patrimonio cul-tural, entonces los indgenas pueden optar por vender dichos recursoscomo una mercanca. De esta manera, el reconocimiento de los dere-chos de los pueblos indgenas es no slo una alternativa para el manejode los recursos naturales de una manera ms productiva, sino tambinun sistema que refuerza las tradiciones (desde la perspectiva occiden-tal), y que va acompaada de inventarios y colecciones que recuerdanlos procesos coloniales de apropiacin de territorios y naturaleza.

    Por otro lado, la coalicin de los indgenas con movimientosambientalistas aunque estratgica ha tenido implicaciones negativaspara la autonoma de los indgenas dentro de sus territorios dado quealgunas ONG ambientales con visin biocntrica buscan la preserva-cin de lo silvestre sin considerar los territorios indgenas y losespacios que ellos usan (Arvelo-Jimnez 1995; Varese 1995). Parale-lamente, el inters econmico que tiene la biodiversidad y la falta dela reglamentacin del artculo 8j del Convenio de Biodiversidad (CDB),tanto a nivel nacional como internacional, se traducen en una amena-za sobre la autonoma indgena y sobre sus territorios, especialmenteen los lugares de sobreposicin de reas protegidas sobre territoriosindgenas. De forma paralela los introduce en una normatividad occi-dental donde concepciones de individuo y de recursos son impuestasa las concepciones sobre naturaleza locales y a los sistemas jurdicosinternos. De hecho, posiciones como la del intelectual indgenaguambiano Lorenzo Muelas han criticado las implicaciones que sobrela autodeterminacin indgena tiene el Convenio de la Diversidad Bio-lgica y rechazan la introduccin de formas legales que regulen larelacin que han mantenido con los recursos naturales.

    De manera similar, las representaciones de los indgenas asocia-das a lo ecolgico alimentan imaginarios occidentales del noble

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    primitivo (el buen salvaje), que vive una vida comunal y tiene unarelacin cercana y armnica con el medio ambiente enfrentada a losprogramas de desarrollo que han destruido su cultura (Tennant1994). En el imaginario de los programas de eco-turismo por ejem-plo, retornar a las tradiciones indgenas es presentado como unaesperanza para las personas citadinas. Estas representaciones hanservido para alimentar diversos movimientos sociales (ambientalistas,religiosos, pacifistas, etc.) y proveer una critica a Occidente y al pen-samiento y vida moderna, donde vivir en armona con la naturalezase ha vuelto una metfora y un imperativo en el discurso globalfrente a la crisis ambiental. Sin embargo, la nocin de armona res-ponde a ideales occidentales de un Edn perdido y prstino. Lo queimplica una naturaleza que escapa al orden cultural y por consi-guiente el nativo ecolgico se torna parte integral de esa naturalezaideal, donde los indgenas representan el deseo de retornar a unmundo primitivo, a un estilo de vida pre-industrial y a un mundoecolgicamente sostenible. De esta manera, los indgenas son situa-dos como silvestres, en oposicin a la gente de las sociedades in-dustriales. Esto tambin implica la intervencin externa de un co-nocimiento experto (antroplogos, abogados ambientales,ambientalistas, bilogos, conservacionistas, etc.) para proteger a lospueblos indgenas de la destruccin y la extincin, lo que significauna concepcin sobre los indgenas naturalizada a la par con lasespecies biolgicas que deben ser protegidas.20

    En la visin de muchos de los ambientalistas, los indgenas tie-nen que asumir la tarea histrica de salvar el planeta tierra mante-niendo y perpetuando sistemas tradicionales ecolgicos ideales bajouna visin romntica del nativo ecolgico. Sin embargo, no hay unaclaridad ni un conocimiento sobre los discursos locales sobre la na-turaleza y sus perspectivas frente al desarrollo. Por otro lado, den-tro del discurso ecolgico global, la extincin y la contaminacinson presentados como el resultado de las actividades humanas sindesglosar las causas, convirtindose en un problema ambiental glo-bal cuya solucin pertenece a todos los ciudadanos del planeta, es-pecialmente a aquellos que han tenido una relacin armnica (esdecir los indgenas) con la naturaleza quienes deben salvar el plane-ta tierra (la madre tierra).

    De esta manera, los pueblos indgenas son ahora llamados a darsus conocimientos (los cuales fueron anteriormente desconocidos

    20 En la pgina web: http://www.solcommunications.com los indgenas y lasespecies son presentadas y representadas como necesitadas de proteccin ycarentes de soluciones propias.

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    por occidente) y recursos genticos a la humanidad, como expresio-nes de solidaridad con el resto de las poblaciones humanas y porquese presume que ellos son parte de la naturaleza. Los pueblos ind-genas tienen la responsabilidad histrica de mantener la vida (re-cursos genticos) y ayudar a reproducir la humanidad y a las demsespecies. En este sentido, ellos tienen la responsabilidad histrica deproteger sus territorios y mantener la biodiversidad sin cambiar susprcticas culturales. Pero no es claro quienes compartirn los bene-ficios de estos nuevos tesoros de la biodiversidad. Todas estas repre-sentaciones presentan al nativo ecolgico asociado a la madre natura-leza, dado que es asumido, que una sensibilidad y espiritualidad fe-menina natural puede ser encontrada en las tradiciones y la espiri-tualidad de los indgenas por estar estos en contacto ms directocon lo natural. Por lo tanto, los indgenas son pensados, ahora msque nunca, como parte de la naturaleza, y por extensin, sonfeminizados bajo las concepciones occidentales de gnero que im-plican una relacin de poder (de dominacin o proteccin) sobre losindgenas. As, las representaciones asociadas a una naturaleza prs-tina, como identidades impuestas ayudan a continuar estereotipandoa los indgenas como el otro extico o el buen salvaje.

    Las situaciones anteriores introducen al nativo ecolgico en unanueva eco-gubernamentalidad retomando nuevamente aFoucault, y eco-disciplinas sobre los indgenas y sus territorios queparece que tienen como objetivo el ayudar a mantener los estndaresde vida de las sociedades industriales que no desean cambiar lospatrones capitalistas de produccin y consumo.

    Reflexiones finales

    La aparicin de este nuevo actor (el ambientalismo) en el movimien-to indgena contemporneo en Amrica Latina es fundamental paracomprender los nuevos discursos tnicos. Sin este nuevo actor, ha-bra sido ms lenta la transformacin del agrarismo alneoindigenismo de la dcada de 1990 (Bengoa 2000: 73).

    Las identidades ecolgicas han sido estratgicas para los pueblosindgenas, quienes han establecido alianzas con las ONG y movi-mientos sociales ambientalistas. Las organizaciones indgenas tam-bin dialogan con los discursos ambientales nacionales,transnacionales y globales de movimientos sociales, ONG, institu-ciones gubernamentales, investigadores y organismos multilaterales,entre otros. Aunque estas alianzas han trado contradicciones y des-acuerdos, las organizaciones ambientalistas, han ayudado a situar

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    los movimientos indgenas como ecolgicos en arenas internacio-nales, lo que ha permitido mayor defensa de su territorio y de susrecursos. De esta manera, una identidad ecolgica est siendo con-ferida a los indgenas, quienes al mismo tiempo estn construyendosus identidades al reafirmar sus prcticas y concepciones relaciona-das con la naturaleza.

    Hay que anotar que la coalicin entre indgenas, ONGambientalistas y organismos multilaterales, para hacer valer los de-rechos indgenas, tiene efectos cuando logran presionar debidamen-te a los Estados, dado que, por ejemplo, en los convenios internacio-nales son slo los Estados los que deciden, al margen de la opininde las ONG o de los pueblos indgenas. En tal sentido estas alianzas,si bien han consolidado ciertos aspectos de las luchas indgenas,pueden convertirse en un error estratgico cuando no inciden en losEstados o cuando intentan hacer presin sin negociacin directacon ellos. Las demandas indgenas relacionadas con conceptos co-lectivos como territorio, autogestin y autonoma permitieron esta-blecer un claro puente entre territorio y medio ambiente. A su vez,las discusiones de los movimientos ambientalistas de la dcada delsetenta, y su auge en la dcada del ochenta, facilitaron su articula-cin con el movimiento indgena, como ya se mostr anteriormente(Bengoa 2000).

    Los pueblos indgenas consideran que los encuentros y las coali-ciones con los ambientalistas han permitido que se generen iniciati-vas que parten del reconocimiento y respeto a sus derechos comopueblos y que se articulen sus necesidades vitales con las priorida-des de la conservacin de la diversidad biolgica. Esto ha conlleva-do a la construccin de nuevas perspectivas en la conservacin en-tre los ambientalistas y los pueblos indgenas (COICA 2001).

    Los indgenas consideran que estas alianzas con lo ambientalpueden ser productivas: Las alianzas nos han brindado la posibili-dad a los pueblos indgenas de incidir ms amplia y activamente enmuchos de los debates y discusiones propias de la agenda interna-cional y de las Naciones Unidas. La construccin de distintos tiposde alianzas, por tanto, se convierte en una alternativa vlida y eficazpara globalizar las luchas, la resistencia y la solidaridad de los pue-blos indgenas del planeta. Tambin ha sido til para afianzar lacooperacin tcnica y financiera hacia los mismos pueblos indge-nas (COICA 2001: 57).

    A travs de los trabajos de las ONG ambientalistas, quienesinvolucran a los indgenas como interlocutores de los planes de de-

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    sarrollo y/o planes de conservacin, se ha establecido una nuevaimagen de los pueblos indgenas. Asimismo, los ambientalistas en-cuentran en los pueblos indgenas respaldo conceptual para sus ac-ciones conservacionistas. En la dcada del noventa esta coalicin seconsolid en el mbito internacional.

    Las situaciones analizadas anteriormente traen cambios en co-munidades especficas y en las prcticas diarias de los indgenas aligual que en sus epistemologas e identidades. As, el nativo ecolgicoes el producto de las interacciones entre la poltica cultural y am-biental de los movimientos indgenas y las polticas ambientalesnacionales y globales y de los discursos diversos generados por losdiferentes actores sociales situados en diferentes puntos del espec-tro del poder, dado que es una constante interaccin, contradicciny negociacin con procesos ambientales globales que reconfiguranprcticas e identidades tanto locales como globales.

    Aunque procesos de construccin de identidad estn en relacincon identidades impuestas y por la nocin moderna del otro comoprimitivo, los procesos de construccin de identidad son relacionalesy permiten una serie de negociaciones, por ejemplo, entre las cate-goras del Estado-nacin y los ciudadanos, lo que a su vez permite laconstruccin de identidad bajo diferentes nociones.

    Tales representaciones no implican una imposicin vertical ytotalitaria. Aunque las identidades ecolgicas son conferidas, las di-nmicas de construccin de identidad de los movimientos indgenasestablecen relaciones con ellas. Los indgenas han disputado estasrepresentaciones a travs de la resistencia. Si bien estas imgeneshan sido una estrategia poltica importante para los indgenas y losmovimientos ambientalistas, tambin son confrontadas. De hecho,la cultura poltica de los movimientos indgenas las confronta yreconfigura constantemente y, por ende, las situaciones en torno alo ambiental.

    Por esta razn, se puede decir que las representaciones occidenta-les y de los indgenas estn en un encuentro permanente en el cual losindgenas se han apropiado, han repensado y han revertido estas re-presentaciones. Consecuentemente, los significados y las concepcio-nes acerca de la naturaleza, del medio ambiente y de su manejoecolgico son terrenos de constante confrontacin poltica. Diferen-tes organizaciones indgenas han empezado a confrontar las repre-sentaciones occidentales asociadas al nativo ecolgico a travs de la pro-duccin de sus propias representaciones en videos, textos, fotografasy objetos que construyen nuevas identidades (Coombe 1998; Ginsburg

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    1994; Gupta 1998; Tennant 1994). De manera similar, los indgenashan usado esas identidades conferidas como un esencialismo estrat-gico para demandar el reconocimiento de su diferencia (Gupta 1998).Turner muestra que, para las luchas indgenas de redefinicin de lostrminos de sus relaciones con los sistemas nacionales ytransnacionales en los cuales estn embebidos, las representacionesen multimedia como el video han sido tiles principalmente comomedios de conexin entre tiempo y espacio (Turner 2002: 244).

    Asimismo, desde la dcada de 1970 los pueblos indgenas hanpropiciado estrategias para repensar, distinguir y promover sus pro-pias normas y visiones de naturaleza y desarrollo. De esta manerasus perspectivas sobre lo no humano comenzaron a relacionarse conel ambientalismo global, lo que contribuy a la construccin de laidea del nativo ecolgico.

    Estas estrategias de representacin son herramientas polticasque sitan a los indgenas en una posicin diferente dentro de larelacin poder-conocimiento. Sin embargo, los pueblos indgenasdemandan el derecho de auto-representarse en contra de las repre-sentaciones que sobre ellos hay como primitivos. Adems, hanempezado cuestionar las imgenes asociadas al nativo ecolgico; quecomo imagen general, aunque estratgica en espacios internaciona-les, ha permitido el desplazamiento de lo poltico por intervencionesde manejo ambiental, en aras de la seguridad ambiental global(Brosius 1999). Estos desplazamientos afectan a los indgenas, quie-nes demandan mayor participacin en los procesos internacionalesy nacionales para posicionar su poltica cultural y ambiental basadaen la recuperacin de los territorios, la autonoma poltica, la recu-peracin y revitalizacin tnica, y la creacin de planes de vida. Fi-nalmente, y pese a todas las implicaciones de estas asociaciones conlos ideales ambientales y las imgenes ligadas al nativo ecolgico, losindgenas consideran que s son ecolgicos y que tienen el potencialpoltico para transformar dichas representaciones.

    De acuerdo con las situaciones anteriormente descritas, parecie-ra que los movimientos indgenas estn en una situacin histricaparticular para situarse como actores polticos poderosos dentro dela eco-poltica nacional y global dado que el ser reconocidos comoactores sociales requiri un cambio de la concepcin moderna de lademocracia al considerar los derechos indgenas y sus diferencias, loque a su vez, requiere un cambio de concepciones acerca de la natu-raleza (tanto dentro de la modernidad como de los movimientosindgenas). Las concepciones indgenas acerca de la naturaleza es-tn situadas dentro de los discursos globales ambientales y por sus

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    diversas perspectivas permiten luchas internas dentro de los mis-mos discursos, dado que estn en proceso de formacin. Por lo tan-to, dichos discursos pueden ser reinterpretados, confrontados, trans-formados, contestados o asumidos por los indgenas. El inters glo-bal en el medio ambiente, a pesar de su tendencia a la mercantilizacinde la naturaleza permite el pensar en la necesidad de nuevas relacio-nes no solamente entre los humanos sino tambin entre los huma-nos y los no humanos. Por lo tanto, estoy de acuerdo con Luke (1997,1999b), Gupta (1998), Santos (1998) y Escobar (1998) en conside-rar que los discursos ambientales tambin permiten el surgimientode una nueva ecogubernamentalidad que resita a los conocimien-tos indgenas y replantea las relaciones actuales de conocimiento/poder para proponer desarrollos alternativos ecolgicos o ecologasalternativas lideradas por los movimientos indgenas.

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