Un Libro muy especial.

Daniel tenía 16 años, era un muchacho alto, delgado, de cabellos negros y rizados. Lo habían abandonado con su abuela cuando apenas tenía días de nacido, su abuela, Emilia, estaba muy enferma, Daniel trabajaba día y noche, pues tenía que sustentar los gastos de su abuela y los de él, trabajaba dejando periódicos bajo las casas, le pagaban muy poco, pero trataba de que le alcanzara para todo.

Daniel, debido a su condición, era un joven muy arisco, desconfiado y poco amable, excepto con su abuela, y con Emma, una amiga que había hecho en el trabajo de los periódicos, ella era muy solidaria, de familia pobre también, la diferencia entre ellos dos es que ella era creyente, en cambio Daniel no, él consideraba que Dios lo había abandonado.

Era el mes de diciembre y Daniel pasaba sus días trabajando, como siempre, su abuela había empeorado y había aceptado un turno extra, pero no dejando periódicos, sino ordenándolos en los que serían camiones para trasladarlos a distintos lugares, su turno normal había terminado a las 5, pero seguía ahí, Emma había vuelto a recoger sus cosas y lo vio trabajando aún.

-Hey ¿qué haces?.- Saludó Emma-Hola, pues tengo turno doble hoy.-¿Qué pasó? ¿Esta navidad piensas comprar adornos de más?-No, la navidad no existe. Mi abuela está muy mal.-Oh, cuanto lo siento Daniel, no era mi intención, sólo estaba bromeando.-Lo sé, no te preocupes.

Emilia se despidió de él con un abrazo y con cierta preocupación, ya que, siempre había oído a Daniel hablar mal de Dios, pero esta vez ella había visto cierto odio en su expresión, de camino a casa vio que un niño vendía muñecos navideños, tenía dinero y compró 2, uno para su familia y otro para Daniel.

Al día siguiente en el trabajo llegó muy temprano y algo cansado Daniel, saludó a Emma y ella le dio un abrazo, el fue entonces a recoger su ración diaria de periódicos y al volver Emma lo esperaba sentada afuera del trabajo.-Hola.- Dijo Emma.-Hola Emma.-¿Hoy trabajas también de noche?-Sí

-Entonces cuando vuelvas a casa dejaré un regalo afuera de ella, sé que no crees en la navidad, pero sé que te gustará.-Bueno, gracias.Al volver a casa efectivamente Daniel encontró un regalo, más bien 2, un muñeco muy lindo y un libro, en el muñeco había una nota, ‘Que lo disfrutes’, Daniel se preguntaba cuanto había gastado Emma en el libro, y se preocupaba.

Cuando abrió el libro se llevó una gran sorpresa, era una biblia, Daniel sintió enojo y dejó el libro sobre la mesa, al día siguiente fue muy enojado donde Emma y le reclamó por tratar de hacerle creer algo que el estaba dispuesto a no creer más. Cuando regresó donde su abuela ella lo esperaba en su cuarto, le pidió que le leyera algo y el muy amable le contestó que no tenía nada para leerle, entonces ella le dijo que quería que le leyera ese libro que había traído ayer.

Daniel aceptó leerle, y no solo lo hizo ese día, sino que varios, pues su abuela era muy convincente, ella también comenzó a hablarle de Dios, pues se sentía muy mal de ver que su querido nieto no creyera en Él, pues cuando Daniel comenzaba a tener 10 años ella ya estaba muy enferma y tenía que trabajar, asi que no le hablo mucho de Dios por ese tiempo.

Todos los días la abuela le pedía a Daniel que le leyera algo, abrían el libro en cualquier página y leían, curiosamente ese libro se abría en ciertas páginas especiales, páginas de consejo, ánimo y reflexión. A Daniel comenzaba gustarle leer el libro, y no sólo eso, sino que también le agradaba escuchar a su abuela contarle ciertas cosas después de leer el libro.

Mientras tanto Emma estaba muy desconcertada, no entendía que había enojado tanto a Daniel, solo le había dado un muñeco, tal vez fue imprudente pensó, pero luego se dio cuenta que no había sido esa su intención así que se enojó también. Los dos continuaron sin hablarse por buen tiempo.

Faltaba 1 semana para navidad y esos días al libro se le había dado por abrirse en la historia de Jesús, justo antes de su nacimiento, el plan de Dios y la anunciación de María. Daniel comenzaba a darse cuenta que desde que trajo aquel libro y empezar a leérselo a su abuela las cosas habían mejorado, pues en la empresa de periódicos habían subido el sueldo a todos y además su abuela había mejorado.

Ahora faltaban solo 2 días para navidad, Daniel fue a pedirle disculpas a Emma y se reconciliaron, camino a casa vieron que sorteaban una gran canasta navideña, una cena y 1000 dólares solo por un sorteo, Daniel y Emma participaron, Emma no ganó pero Daniel sí, se sentía muy feliz, corrió donde su abuela a darle la noticia, ella estuvo muy feliz también.

El día de navidad Daniel decidió que sí tenía por qué festejar, pues ya sabía como había nacido Jesús y por qué, invitó a la familia de Emma a pasar la navidad todos juntos y aprendió la lección sobre que la navidad si existía, siguió leyendo el libro y esa definitivamente había sido una gran navidad, la única pregunta era ¿quién le había dado ese libro tan especial?.

FIN.