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Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Consejo Ejecutivo ex 167 a reunión 167 EX/21 PARÍS, 17 de julio de 2003 Original: Inglés Punto 5.6 del orden del día provisional INFORME DEL DIRECTOR GENERAL SOBRE EL PROYECTO DE DECLARACIÓN SOBRE LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DE BIENES CULTURALES RESUMEN En aplicación de la Resolución 31 C/26 en la que se invitaba al Director General “a presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural”, el Director General decidió someter, para su examen por el Consejo Ejecutivo y posible adopción por la Conferencia General, un proyecto de declaración que fue preparado en una reunión de expertos (Bruselas, Bélgica, 9-13 de diciembre de 2002). El proyecto de declaración incorpora principios para la protección del patrimonio cultural inspirados en las convenciones de la UNESCO sobre el patrimonio cultural y otros instrumentos pertinentes. El documento 32 C/25 que figura en anexo se somete al Consejo Ejecutivo para que lo examine. Proyecto de decisión: párrafo 4. 1. En aplicación de la Resolución 31 C/26 en la que la Conferencia General invitaba al Director General a presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural (“Proyecto de Declaración”), la Secretaría organizó en Bruselas, del 9 al 13 de diciembre de 2002, una reunión de expertos invitados a título personal, con el cordial apoyo de las autoridades belgas. Esta reunión, a la que asistieron 11 expertos de diferentes países y diversos observadores, dio lugar a la elaboración de un proyecto de declaración.

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Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Consejo Ejecutivo ex

167a reunión

167 EX/21 PARÍS, 17 de julio de 2003 Original: Inglés

Punto 5.6 del orden del día provisional

INFORME DEL DIRECTOR GENERAL SOBRE EL PROYECTO DE DECLARACIÓN SOBRE LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DE BIENES CULTURALES

RESUMEN

En aplicación de la Resolución 31 C/26 en la que se invitaba al Director General “a presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural”, el Director General decidió someter, para su examen por el Consejo Ejecutivo y posible adopción por la Conferencia General, un proyecto de declaración que fue preparado en una reunión de expertos (Bruselas, Bélgica, 9-13 de diciembre de 2002). El proyecto de declaración incorpora principios para la protección del patrimonio cultural inspirados en las convenciones de la UNESCO sobre el patrimonio cultural y otros instrumentos pertinentes.

El documento 32 C/25 que figura en anexo se somete al Consejo Ejecutivo para que lo examine.

Proyecto de decisión: párrafo 4.

1. En aplicación de la Resolución 31 C/26 en la que la Conferencia General invitaba al Director General a presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural (“Proyecto de Declaración”), la Secretaría organizó en Bruselas, del 9 al 13 de diciembre de 2002, una reunión de expertos invitados a título personal, con el cordial apoyo de las autoridades belgas. Esta reunión, a la que asistieron 11 expertos de diferentes países y diversos observadores, dio lugar a la elaboración de un proyecto de declaración.

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167 EX/21 – pág. 2

2. El proyecto de declaración, que figura en anexo al documento 32 C/25, contiene un preámbulo y nueve disposiciones y está inspirado en diferentes instrumentos internacionales de la UNESCO y otros instrumentos jurídicos para la protección del patrimonio cultural. Los principales objetivos del proyecto de declaración son los siguientes: a) confirmar las actuales obligaciones de los Estados; b) prevenir y prohibir la destrucción intencional del patrimonio cultural y, cuando estén vinculados, del patrimonio natural, tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado; y c) alentar a los Estados que todavía no lo hayan hecho a adherirse a los instrumentos que protegen el patrimonio cultural.

3. Además del proyecto de declaración, y para su mejor comprensión, en el Anexo II del documento 32 C/25 se incluye un informe sobre la reunión de expertos celebrada en Bruselas en diciembre de 2002 que contiene un detallado comentario. En el Anexo III figuran las tres opiniones discrepantes de los expertos. En aras de la brevedad y concisión de los documentos de la Conferencia General, no se incluye la lista de participantes, que puede obtenerse, previa petición, en la Secretaría.

4. Habida cuenta de lo anterior, el Consejo Ejecutivo podría adoptar la siguiente decisión:

“El Consejo Ejecutivo,

1. Recordando la Resolución 31 C/26 en la que, entre otras cosas, se invitaba al Director General a presentar, en la 32ª reunión de la Conferencia General, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural,

2. Habiendo examinado el documento 167 EX/21,

3. Recomienda a la Conferencia General que apruebe en su 32ª reunión el proyecto de declaración de la UNESCO relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural que figura en el documento 32 C/25.”

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U Conferencia General 32a reunión, París 2003 32 C

32 C/25 17 de julio de 2003 Original: Inglés

Punto 8.3 del orden del día provisional

PROYECTO DE DECLARACIÓN DE LA UNESCO RELATIVA A LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

PRESENTACIÓN

Fuente: Resolución 31 C/26.

Antecedentes: En dicha resolución se invita al Director General a que presente a la Conferencia General, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural.

Objeto: El Director General somete a la aprobación de la Conferencia General el Proyecto de Declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural, que recoge principios de protección inspirados en las convenciones de la UNESCO sobre el patrimonio cultural y otros instrumentos pertinentes.

Punto que requiere una decisión: párrafo 3.

1. Este documento se somete a la Conferencia General en cumplimiento de la Resolución 31 C/26, en la que se invitaba al Director General a presentar a la Conferencia General, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural (en lo sucesivo, “Proyecto de Declaración”). En él figuran el Proyecto de Declaración preparado en una reunión de expertos celebrada en diciembre de 2002 en Bruselas (Anexo I), junto con un informe sobre esa reunión, provisto de un detallado comentario (Anexo II), y el texto de las opiniones discrepantes que tres de los expertos remitieron a la Secretaría una vez concluido el encuentro (Anexo III).

2. Conviene destacar que el Proyecto de Declaración responde a tres grandes objetivos: a) confirmar las obligaciones que los Estados ya tienen contraídas en virtud de los acuerdos internacionales vigentes de protección del patrimonio cultural; b) prevenir y prohibir la destrucción intencional del patrimonio cultural y, cuando estén vinculados, del patrimonio natural, tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado; y c) alentar a los Estados que todavía no lo hayan hecho a adherirse a los instrumentos que protegen el patrimonio cultural.

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32 C/25 – pág. 2

3. Teniendo en cuenta lo que antecede, la Conferencia General podría adoptar una resolución del siguiente tenor:

“La Conferencia General,

1. Recordando su Resolución 31 C/26, en la que, entre otras cosas, se invitaba al Director General a presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural,

2. Habiendo examinado el documento 32 C/25,

3. Aprueba la Declaración de la UNESCO relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural, cuyo texto figura en anexo;

4. Insta a los Estados Miembros a que adopten las medidas oportunas para promover esta Declaración y facilitar su aplicación;

5. Invita al Director General a que haga todo lo necesario para garantizar la difusión y el seguimiento de la Declaración, en particular ante los organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales interesadas.”

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32 C/25 Anexo I

ANEXO I

PROYECTO DE DECLARACIÓN RELATIVA A LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL

DEL PATRIMONIO CULTURAL

Preámbulo

La Conferencia General de la UNESCO,

Recordando su Resolución 31 C/26 en la que, entre otras cosas, invitaba al Director General a “presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural”,

Refiriéndose a la cláusula I.2.c de la Constitución de la UNESCO, en la que se encomienda a ésta que ayude a conservar, hacer progresar y difundir el saber “velando por la conservación y la protección del patrimonio universal de libros, obras de arte y monumentos de interés histórico o científico, y recomendando a las naciones interesadas las convenciones internacionales que sean necesarias para tal fin”,

Subrayando los principios enunciados en las convenciones y recomendaciones de la UNESCO relativas a la protección del patrimonio cultural y, en particular, en la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972, la Recomendación sobre la conservación de los bienes culturales que la ejecución de obras públicas o privadas pueda poner en peligro de 1968, la Recomendación sobre la protección, en el ámbito nacional, del patrimonio cultural y natural de 1972 y la Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea de 1976, así como en la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural,

Consciente de que el patrimonio cultural es un componente de la identidad cultural y de la cohesión social, por lo que su destrucción deliberada puede menoscabar tanto la dignidad como los derechos humanos,

Reiterando uno de los principios fundamentales enunciados en el Preámbulo de la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954, donde se afirma que “los daños ocasionados a los bienes culturales pertenecientes a cualquier pueblo constituyen un menoscabo al patrimonio cultural de toda la humanidad, puesto que cada pueblo aporta su contribución a la cultura mundial”,

Recordando los principios relativos a la protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado establecidos en las convenciones de La Haya de 1899 y 1907, y en particular los Artículos 27 y 56 del Reglamento anexo a la Cuarta Convención de La Haya de 1907, así como otros acuerdos posteriores,

Consciente de la aparición de reglas de derecho internacional consuetudinario relativas a la protección del patrimonio cultural tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado,

Refiriéndose asimismo al párrafo d) del Artículo 3 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y a la jurisprudencia pertinente establecida por el Tribunal en relación con la destrucción intencional del patrimonio cultural,

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32 C/25 Anexo I - pág. 2 Recordando las cláusulas 8.2.b.ix y 8.2.e.iv del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en las que se castigan los ataques intencionados contra el patrimonio cultural en el curso de conflictos armados, sean o no de carácter internacional,

Reafirmando que las cuestiones que no queden plenamente contempladas en la presente Declaración o en otros instrumentos internacionales relativos al patrimonio cultural seguirán estando sujetas a los principios del derecho internacional, los principios de humanidad y los dictados de la conciencia pública,

Aprueba y proclama solemnemente la presente Declaración:

Artículo 1 – Reconocimiento de la importancia del patrimonio cultural

La comunidad internacional reconoce solemnemente la importancia de la protección del patrimonio cultural y reafirma su voluntad de combatir cualquier forma de destrucción intencional de dicho patrimonio, para que éste pueda ser transmitido a las generaciones venideras.

Artículo 2 – Ámbito de aplicación

1. La presente Declaración se refiere a la destrucción intencional del patrimonio cultural y, cuando ambos estén vinculados, del patrimonio natural, tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado.

2. A los efectos de la presente Declaración, se entiende por “destrucción intencional” cualquier acto que persiga la destrucción total o parcial del patrimonio cultural y ponga así en peligro su integridad, realizado de tal modo que constituya una violación injustificable de los principios de humanidad y los dictados de la conciencia pública.

Artículo 3 – Medidas para impedir la destrucción intencional del patrimonio cultural

1. Los Estados deberían adoptar todas las medidas necesarias para prevenir, evitar, hacer cesar y reprimir los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural presente en su territorio. Esta disposición se aplica también a actos como los susodichos que atenten contra el patrimonio cultural situado en el territorio de otro Estado.

2. Los Estados, en función de sus recursos económicos, deberían adoptar las medidas jurídicas, administrativas, educativas y técnicas necesarias para proteger el patrimonio cultural y revisarlas periódicamente con el fin de adaptarlas a la evolución de las normas nacionales e internacionales de protección del patrimonio cultural.

3. Los Estados deberían:

a) adherirse, si todavía no lo han hecho, a la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado (La Haya, 1954), sus dos protocolos de 1954 y 1999 y los protocolos adicionales I y II a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949;

b) promover la elaboración y aprobación de instrumentos de la misma índole que establezcan un nivel superior de protección del patrimonio cultural; y

c) promover una aplicación coordinada de los instrumentos actuales y futuros que guarden relación con la protección del patrimonio cultural.

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32 C/25 Anexo I - pág. 3

Artículo 4 - Protección del patrimonio cultural en las actividades realizadas en tiempos de paz

Al llevar a cabo actividades en tiempos de paz, los Estados deberían adoptar todas las medidas oportunas para hacerlo de manera que quede protegido el patrimonio cultural y, en particular, de manera acorde con los principios y objetivos enunciados en la Convención del Patrimonio Mundial de 1972, la Recomendación que define los principios internacionales que deberán aplicarse a las excavaciones arqueológicas de 1956, la Recomendación sobre la conservación de los bienes culturales que la ejecución de obras públicas o privadas pueda poner en peligro de 1968, la Recomendación sobre la protección, en el ámbito nacional, del patrimonio cultural y natural de 1972 y la Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea de 1976.

Artículo 5 - Protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado de carácter internacional o no internacional

De participar en un conflicto armado, ya sea de carácter internacional o no internacional, comprendidos los casos de ocupación, los Estados deberían tomar todas las medidas oportunas para llevar a cabo sus actividades de manera que quede protegido el patrimonio cultural y, en particular, de manera acorde con los principios y objetivos enunciados en los acuerdos internacionales existentes para la protección de dicho patrimonio durante las hostilidades, tales como la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954 y sus dos protocolos de 1954 y 1999 y las disposiciones pertinentes de los protocolos adicionales de 1977 a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949. Además, los Estados deberían hacer lo posible por atenerse, en sus actividades, a toda futura convención multilateral internacional que posea alcance universal y establezca un mayor nivel de protección del mencionado patrimonio cultural.

Artículo 6 - Responsabilidad

Los Estados que, intencionadamente, destruyan patrimonio cultural de gran importancia para la humanidad o se abstengan de adoptar las medidas necesarias para prohibir, prevenir, hacer cesar y castigar cualquier acto de destrucción intencional de dicho patrimonio, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada por los actos de destrucción, asumirán la responsabilidad de esos actos. El Estado responsable debería hacerse cargo de las medidas de reparación, ya sea en forma de restauración, cuando ello sea técnicamente viable, o de indemnización como medida de último recurso.

Artículo 7 –-Responsabilidad penal individual

1. Los Estados deberían adoptar todas las medidas necesarias, de conformidad con el derecho internacional, para declararse jurídicamente competentes y prever penas efectivas que sancionen a quienes cometan u ordenen actos de destrucción intencional de patrimonio cultural de gran importancia para la humanidad, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada por esos actos de destrucción.

2. Con miras a una protección más completa, se alienta a los Estados a que adopten todas las medidas necesarias, de conformidad con el derecho internacional, para declararse jurídicamente competentes y prever penas efectivas que sancionen a las personas que hayan cometido u ordenado los actos mencionados en el párrafo 1 de este artículo y se encuentren en su territorio, con independencia de la nacionalidad de esas personas y del lugar en que se hayan perpetrado dichos actos.

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32 C/25 Anexo I - pág. 4 Artículo 8 - Cooperación para la protección del patrimonio cultural

Los Estados reconocen que tienen el deber de cooperar entre sí y con la UNESCO para proteger el patrimonio cultural de cualquier acto de destrucción intencional. Tal deber entraña como mínimo: i) facilitar e intercambiar información sobre circunstancias que traigan aparejado un riesgo de destrucción intencional del patrimonio cultural; ii) efectuar consultas en caso de destrucción efectiva o inminente del patrimonio cultural; iii) prestar asistencia a los Estados Miembros de la UNESCO, previa petición de los mismos, en las labores de promoción de programas educativos, sensibilización y creación de capacidad para prevenir y reprimir cualquier acto de destrucción intencional del patrimonio cultural; iv) a petición de los Estados interesados, prestar asistencia jurídica y administrativa para reprimir los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural.

Artículo 9 - Derechos humanos y derecho internacional humanitario

Ninguna de las disposiciones de la presente Declaración podrá ser interpretada de manera que debilite las normas internacionales en las que se tipifican como delito las violaciones manifiestas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, en particular si dichas violaciones guardan relación con la destrucción intencional del patrimonio cultural.

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32 C/25 Anexo II

ANEXO II

REUNIÓN DE EXPERTOS SOBRE EL PROYECTO DE DECLARACIÓN RELATIVA A LA DESTRUCCIÓN

INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

Bruselas (Bélgica) 9-13 de diciembre de 2002

INFORME

A. ANTECEDENTES

1. A raíz de la destrucción de los Budas de Bamiyan, de los subsiguientes y generalizados llamamientos para que el patrimonio cultural estuviera mejor protegido y de los debates sobre el tema que mantuvieron, por un lado, el Consejo Ejecutivo y, por otro, los Estados Partes en la Convención del Patrimonio Mundial en su 13ª Asamblea General (octubre de 2001), la Conferencia General de la UNESCO, en su 31ª reunión, aprobó la Resolución 31 C/26, en la que entre otras cosas se invita al Director General “a presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural”. El Consejo Ejecutivo siguió examinando la cuestión en su 164ª reunión (París, mayo de 2002), en la cual adoptó la Decisión 164 EX/3.5.4. En ella, entre otras cosas, acogía con satisfacción “los continuos esfuerzos de la comunidad internacional para proteger el patrimonio cultural y natural”, expresaba “su firme determinación y compromiso de proteger y conservar los monumentos y sitios de importancia cultural” y afirmaba que “es trascendental legar esos monumentos y sitios a las generaciones venideras”.

B. ORGANIZACIÓN DE LA REUNIÓN

2. En cumplimiento de la Resolución 31 C/26, la Secretaría, con la generosa colaboración de las autoridades belgas, organizó una reunión de expertos dedicada a la elaboración del proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural (en lo sucesivo, “Proyecto de Declaración”), que tuvo lugar en Bruselas del 9 al 13 de diciembre de 2002. Inauguraron oficialmente el encuentro el Excmo. Sr. Louis Michel, Viceprimer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica, y el Excmo. Sr. Yves Haesendonck, Embajador y Delegado Permanente de Bélgica ante la UNESCO. Ambos recordaron a los asistentes la labor que el Director General les había encomendado, a saber, “formular, con vistas a la 32ª reunión de la Conferencia General, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural”.

3. El profesor Wojciech Kowalski (Polonia) fue nombrado Relator, el profesor Erik Franckx (Bélgica) Presidente y el profesor Jiří Toman (Suiza-República Checa) Vicepresidente. Participaron en la reunión once expertos, así como varios observadores.

4. Para facilitar el trabajo, la Secretaría preparó previamente y presentó en ese foro un anteproyecto de declaración. Los participantes dispusieron asimismo de sendos estudios sobre el tema: 1) The Destruction of the Buddhas of Bamyan and International Law [La destrucción de los Budas de Bamiyan y el derecho internacional] (2002), del profesor Francioni (Universidad de Siena, Italia); y 2) Le renforcement de la mise en oeuvre des conventions relatives à la protection des biens culturels [El fortalecimiento de la aplicación de las convenciones relativas a la protección de

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32 C/25 Anexo II - pág. 2 bienes culturales] (2002), del profesor Franckx y el Sr. van Assche (Centro de Derecho Internacional de la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica).

C. OBJETIVOS DEL PROYECTO DE DECLARACIÓN

5. El Proyecto de Declaración forma un conjunto de principios pensados para que los Estados, al realizar sus actividades tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado, puedan actuar de manera preventiva o disuasoria contra los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural y, cuando ambos estén vinculados, del patrimonio natural. El Proyecto de Declaración está inspirado en instrumentos internacionales como la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972, la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954, el Protocolo adicional I de 1977 a los cuatro Convenios de Ginebra para la protección de las víctimas de guerra de 1949 y los respectivos estatutos del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y la Corte Penal Internacional.

6. El Proyecto de Declaración es un texto sin fuerza vinculante, que no tiene por objeto modificar las obligaciones actuales de los Estados derivadas de acuerdos internacionales vigentes para la protección del patrimonio cultural. Persigue en esencia un triple objetivo: i) establecer principios básicos para proteger específicamente el patrimonio cultural de los actos de destrucción intencional en tiempos de paz o de guerra; ii) suscitar un mayor nivel de conciencia sobre el fenómeno, cada vez más frecuente, de la destrucción intencional de ese patrimonio; y iii) fomentar indirectamente la participación de Estados que todavía no sean Partes en la Convención de La Haya de 1954, sus dos protocolos, los protocolos adicionales de 1977 u otros acuerdos relativos a la protección del patrimonio cultural.

D. RESULTADO DE LA REUNIÓN: PROYECTO DE DECLARACIÓN Y APOSTILLAS DE LA SECRETARÍA

7. El hecho de que los expertos participaran en la reunión a título personal hizo posible que buena parte de las disposiciones del Proyecto de Declaración se aprobaran por mayoría, o por unanimidad en el caso de las menos controvertidas. En el Anexo III se reproducen íntegramente las contadas reservas u opiniones discrepantes que se presentaron por escrito.

8. A continuación se presentan el Preámbulo y los artículos del Proyecto de Declaración, acompañados en cada caso de las observaciones pertinentes.

Preámbulo

TEXTO:

La Conferencia General de la UNESCO,

Recordando su Resolución 31 C/26 en la que, entre otras cosas, se invitaba al Director General a “presentarle, en su 32ª reunión, un proyecto de declaración relativa a la destrucción intencional del patrimonio cultural”,

Refiriéndose a la cláusula I.2.c de la Constitución de la UNESCO, en la que se encomienda a ésta que ayude a conservar, hacer progresar y difundir el saber “velando por la conservación y la protección del patrimonio universal de libros, obras de arte y monumentos de interés histórico o científico, y recomendando a las naciones interesadas las convenciones internacionales que sean necesarias para tal fin”,

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32 C/25 Anexo II - pág. 3

Subrayando los principios enunciados en las convenciones y recomendaciones de la UNESCO relativas a la protección del patrimonio cultural y, en particular, en la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972, la Recomendación sobre la conservación de los bienes culturales que la ejecución de obras públicas o privadas pueda poner en peligro de 1968, la Recomendación sobre la protección, en el ámbito nacional, del patrimonio cultural y natural de 1972 y la Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea de 1976, así como en la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural,

Consciente de que el patrimonio cultural es un componente de la identidad cultural y de la cohesión social, por lo que su destrucción deliberada puede menoscabar tanto la dignidad como los derechos humanos,

Reiterando uno de los principios fundamentales enunciados en el Preámbulo de la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954, donde se afirma que “los daños ocasionados a los bienes culturales pertenecientes a cualquier pueblo constituyen un menoscabo al patrimonio cultural de toda la humanidad, puesto que cada pueblo aporta su contribución a la cultura mundial”,

Recordando los principios relativos a la protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado establecidos en las convenciones de La Haya de 1899 y 1907, y en particular los Artículos 27 y 56 del Reglamento anexo a la Cuarta Convención de La Haya de 1907, así como otros acuerdos posteriores,

Consciente de la aparición de reglas de derecho internacional consuetudinario relativas a la protección del patrimonio cultural tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado,

Refiriéndose asimismo al párrafo d) del Artículo 3 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y a la jurisprudencia pertinente establecida por el Tribunal en relación con la destrucción intencional del patrimonio cultural,

Recordando las cláusulas 8.2.b.ix y 8.2.e.iv del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en las que se castigan los ataques intencionados contra el patrimonio cultural en el curso de conflictos armados, sean o no de carácter internacional,

Reafirmando que las cuestiones que no queden plenamente contempladas en la presente Declaración o en otros instrumentos internacionales relativos al patrimonio cultural seguirán estando sujetas a los principios del derecho internacional, los principios de humanidad y los dictados de la conciencia pública,

Aprueba y proclama solemnemente la presente Declaración:

Observaciones:

9. En el Preámbulo se invocan los principios contenidos en determinados instrumentos internacionales, elaborados o no por la UNESCO, que tratan principalmente cuestiones de derecho internacional humanitario, y se destaca el patente vínculo que existe entre esos instrumentos y el Proyecto de Declaración, con objeto de facilitar su coexistencia. El grupo optó por mencionar los más importantes de dichos instrumentos, extremo del que disintió un experto, que hubiera preferido una simple referencia a “todos los instrumentos pertinentes”. Más allá de la mera referencia a los instrumentos normativos existentes, en el Preámbulo se hace hincapié en el fundamento moral y humanitario de la Declaración. Tras debatirse la cuestión, se decidió por último incluir una

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32 C/25 Anexo II - pág. 4 referencia general a los derechos humanos. Aunque se tuvo en cuenta la evolución que ha experimentado el derecho internacional consuetudinario, la conveniencia de elaborar un proyecto de declaración como el presente, expresada por la Conferencia General, refleja las ostensibles ambigüedades de que aún adolece el derecho internacional consuetudinario respecto de la existencia de normas que sienten claramente la obligación de proteger el patrimonio cultural de todo acto de destrucción intencional, tanto en tiempos de paz como de guerra.

Artículo 1 – Reconocimiento de la importancia del patrimonio cultural

TEXTO:

La comunidad internacional reconoce solemnemente la importancia de la protección del patrimonio cultural y reafirma su voluntad de combatir cualquier forma de destrucción intencional de dicho patrimonio, para que éste pueda ser transmitido a las generaciones venideras.

Observaciones:

10. En esta disposición se reitera el compromiso que suscribe la comunidad internacional, en el marco de la UNESCO, de proteger el patrimonio cultural contra el nuevo y creciente peligro que representa la destrucción intencional en sus diversas formas.

Artículo 2 – Ámbito de aplicación

TEXTO:

1. La presente Declaración se refiere a la destrucción intencional del patrimonio cultural y, cuando ambos estén vinculados, del patrimonio natural, tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado.

2. A los efectos de la presente Declaración, se entiende por “destrucción intencional” cualquier acto que persiga la destrucción total o parcial del patrimonio cultural y ponga así en peligro su integridad, realizado de tal modo que constituya una violación injustificable de los principios de humanidad y los dictados de la conciencia pública.

Observaciones:

11. Este artículo constituye una de las disposiciones fundamentales del Proyecto de Declaración, por cuanto establece su ámbito de aplicación en cuanto a su materia (ratione materiae) y su marco temporal (ratione temporis). En la reunión se estudió la posibilidad de señalar un “umbral” para determinar el tipo de patrimonio cultural que debía quedar protegido, al entender varios expertos que es poco razonable esperar que el Proyecto de Declaración se aplique a todas y cada una de las manifestaciones posibles, grandes o pequeñas, públicas o privadas, del patrimonio cultural. Se propuso en este sentido emplear una expresión del tipo “patrimonio cultural de valor excepcional (universal) (notable)”, similar a la que figura en la Convención de la UNESCO de 1972, pero se desestimó la propuesta. Los expertos resolvieron señalar dos “umbrales” al respecto. Primero, de modo implícito, en el Artículo 2, mediante el expediente de caracterizar el acto de "destrucción intencional" en vez de circunscribir los bienes culturales objeto de protección a ciertas categorías de patrimonio o a los bienes que superen determinado valor. El segundo umbral aparece en los artículos 6 y 7, donde se tratan los casos concretos en que haya responsabilidad penal de Estados o personas: estos artículos tienen un ámbito de aplicación más reducido, por cuanto se refieren solamente a la destrucción intencional de “patrimonio cultural de gran importancia para la

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32 C/25 Anexo II - pág. 5

humanidad, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada por esos actos de destrucción”.

12. Una vez introducida la distinción entre ambos umbrales, queda más claro el motivo por el que deliberadamente se dejó sin calificar la expresión “patrimonio cultural”: el Proyecto de Declaración en su conjunto se aplica así a la acepción más general de dicho patrimonio, de tal manera que no quedan excluidas expresamente sus manifestaciones “muebles” o “inmuebles”, “materiales” o “inmateriales”. Al ser aplicable al patrimonio tanto cultural como natural, siempre y cuando estén vinculados entre sí, el Proyecto de Declaración posee un mayor ámbito de aplicación que instrumentos específicos como la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954 y sus dos protocolos, y sigue parcialmente la dicotomía entre patrimonio cultural y patrimonio natural establecida en la Convención del Patrimonio Mundial de 1972.

13. El Proyecto de Declaración, además, se aplica tanto en tiempos de paz como de guerra, con lo que aborda directa y profundamente el intrincado conjunto de formas y causas que en la práctica pueden desembocar en la destrucción intencional del patrimonio cultural. Pero ello supone también un ámbito de aplicación muy general, más amplio que el de instrumentos referidos específicamente a situaciones de conflicto armado (como la Convención de 1954), y los expertos se vieron en la difícil tesitura de tener que valorar la condición y el contenido concretos del derecho internacional (tanto de los tratados como consuetudinario) por lo que respecta a los regímenes de protección vigentes, si los hay, que se apliquen a la lucha contra la destrucción intencional del patrimonio cultural tanto en tiempos de paz como en caso de conflicto armado.

14. En el segundo párrafo se define la expresión “destrucción intencional” del patrimonio cultural a los efectos del Proyecto de Declaración. Aunque la definición aprobada tiene por objeto conferir al Proyecto de Declaración un ámbito de aplicación muy general, éste se circunscribe en la práctica a un conjunto de posibilidades delimitado, implícitamente, por las dos condiciones que definen un acto intencional: por un lado un resultado, a saber, que corra peligro la integridad del patrimonio; y por el otro una determinada forma de destrucción, que "constituya una violación injustificable de los principios de humanidad y los dictados de la conciencia pública". Con este segundo supuesto (inspirado en el Artículo 1(2) del Protocolo adicional I a los cuatro Convenios de Ginebra para la protección de las víctimas de guerra), el Proyecto de Declaración excluye de su ámbito de aplicación, y por ende no prohíbe, los actos de destrucción legal del patrimonio cultural. Un ejemplo en este sentido podría ser el de obras públicas autorizadas que se lleven a cabo con arreglo a los instrumentos internacionales que tratan la cuestión, principalmente la Recomendación de la UNESCO de 1968.

Artículo 3 – Medidas para impedir la destrucción intencional del patrimonio cultural

TEXTO:

1. Los Estados deberían adoptar todas las medidas necesarias para prevenir, evitar, hacer cesar y reprimir los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural presente en su territorio. Esta disposición se aplica también a actos como los susodichos que atenten contra el patrimonio cultural situado en el territorio de otro Estado.

2. Los Estados, en función de sus recursos económicos, deberían adoptar las medidas jurídicas, administrativas, educativas y técnicas necesarias para proteger el patrimonio cultural, y revisarlas periódicamente con el fin de adaptarlas a la evolución de las normas nacionales e internacionales de protección del patrimonio cultural.

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32 C/25 Anexo II - pág. 6

3. Los Estados deberían:

a) adherirse, si todavía no lo han hecho, a la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado (La Haya, 1954), sus dos protocolos de 1954 y 1999 y los protocolos adicionales I y II a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949;

b) promover la elaboración y aprobación de instrumentos de la misma índole que establezcan un nivel superior de protección del patrimonio cultural; y

c) promover una aplicación coordinada de los instrumentos actuales y futuros que guarden relación con la protección del patrimonio cultural.

Observaciones:

15. El primer párrafo constituye una de las principales disposiciones del Proyecto de Declaración y como tal fue objeto, de forma nada sorprendente, de buena parte de los debates terminológicos. Los expertos se interrogaron primero sobre la naturaleza de una declaración al examinar el Artículo 3, aunque más adelante retomarían la cuestión al tratar otros artículos. Los asistentes fueron del parecer que el Proyecto de Declaración, pese a su carácter general de texto no vinculante, y especialmente una vez aprobado por un organismo internacional como la UNESCO, podría tener más peso que una recomendación, inspirando quizá la labor de los Estados y contribuyendo con ello al avance del derecho internacional consuetudinario.

16. Esta disposición, al hacer referencia a medidas destinadas a prevenir, evitar, atajar y reprimir los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural, expresa con toda claridad el variado repertorio de medidas que un Estado debería adoptar para garantizar la prevención eficaz de dichos actos, prevención que resulta incompatible con la inacción o negligencia deliberadas por parte de un Estado. Esta disposición se aplica al patrimonio cultural que se encuentre tanto en el territorio del Estado interesado como en el de cualquier otro Estado. Aunque no se propone la extraterritorialidad automática e incondicional de las medidas nacionales, en este párrafo se recomienda a los Estados que, cuando convenga, consideren la posibilidad de otorgar efecto extraterritorial selectivo a esas medidas, y que faciliten la colaboración internacional y la asistencia jurídica recíproca con fines de protección del patrimonio cultural.

17. El segundo párrafo trata de las medidas de orden jurídico, administrativo, educativo y técnico que se requieren para proteger el patrimonio cultural, y en él se establece que tal obligación no es absoluta sino que depende de los recursos económicos de que disponga cada Estado, aunque, ello no exime a los Estados del deber de revisar periódicamente esas medidas para adaptarlas a la evolución de las normas nacionales e internacionales en materia de protección del patrimonio cultural.

18. Tras un prolongado debate sobre la necesidad de promover los principios de las convenciones existentes y de alentar a los Estados que todavía no lo hayan hecho a adherirse a ellas, los expertos expresaron esta idea en el tercer párrafo, refiriéndose a la Convención de La Haya, sus dos protocolos y los protocolos I y II a los Convenios de Ginebra. Dicha necesidad aparece asimismo en los Artículos 4 y 5. Toda vez que los Estados Partes en esos instrumentos ya están obligados a aplicar el nivel de protección que en ellos se establece, en este párrafo se invita además a los Estados a promover la elaboración y aprobación de instrumentos que fijen un nivel superior de protección del patrimonio cultural.

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32 C/25 Anexo II - pág. 7

Artículo 4 – Protección del patrimonio cultural en las actividades realizadas

en tiempos de paz

TEXTO:

Al llevar a cabo actividades en tiempos de paz, todo Estado Miembro de la UNESCO debería adoptar todas las medidas oportunas para hacerlo de manera que quede protegido el patrimonio cultural y, en particular, de manera acorde con los principios y objetivos enunciados en la Convención del Patrimonio Mundial de 1972, la Recomendación que define los principios internacionales que deberán aplicarse a las excavaciones arqueológicas de 1956, la Recomendación sobre la conservación de los bienes culturales que la ejecución de obras públicas o privadas pueda poner en peligro de 1968, la Recomendación sobre la protección, en el ámbito nacional, del patrimonio cultural y natural de 1972 y la Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea de 1976.

Observaciones:

19. En este artículo se invita a todos los Estados Miembros a que protejan los bienes culturales de manera general y también, más en particular, a que observen los principios y objetivos de la Convención del Patrimonio Mundial y de las cuatro recomendaciones de la UNESCO relativas a distintos aspectos de la protección del patrimonio cultural, sin exclusión de otros instrumentos pertinentes. Dado que, por definición, esta disposición no presupone que sus destinatarios hayan ratificado previamente la Convención de 1972 o estén aplicando espontánea e íntegramente las cuatro recomendaciones mencionadas, en el texto sólo se invita a los Estados a proceder de conformidad con los “principios y objetivos” de dichos instrumentos.

20. Los expertos se inclinaron mayoritariamente por incluir la breve relación de instrumentos que figura en el Artículo 4 porque puede servir de orientación a los Estados. Aunque la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 fue otro de los instrumentos que se consideraron importantes y ligados al tema, no está mencionada explícitamente sobre todo porque aún no ha entrado en vigor.

Artículo 5 – Protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado de carácter internacional o no internacional

TEXTO:

De participar en un conflicto armado, ya sea de carácter internacional o no internacional, comprendidos los casos de ocupación, los Estados Miembros de la UNESCO deberían tomar todas las medidas oportunas para llevar a cabo sus actividades de manera que quede protegido el patrimonio cultural y, en particular, de manera acorde con los principios y objetivos enunciados en los acuerdos internacionales existentes para la protección de dicho patrimonio durante las hostilidades, tales como la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954 y sus dos protocolos de 1954 y 1999 y las disposiciones pertinentes de los protocolos adicionales de 1977 a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949. Además, los Estados deberían hacer lo posible por atenerse, en sus actividades, a toda futura convención multilateral internacional que posea alcance universal y establezca un mayor nivel de protección del mencionado patrimonio cultural.

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32 C/25 Anexo II - pág. 8 Observaciones:

21. Al englobar cualquier tipo de conflicto, esta disposición tiene en cuenta un fenómeno contemporáneo cada vez más frecuente, el de los enfrentamientos de carácter étnico y no internacional, sin omitir por ello los conflictos interestatales e internacionales, no por tradicionales menos recurrentes. Es importante señalar que este artículo se aplica también a los casos de ocupación.

22. En esta disposición, como en el Artículo 4, se exhorta a los Estados Miembros de la UNESCO a que protejan el patrimonio cultural de manera general y, más en particular, a que respeten los principios y objetivos de convenciones en las que en principio no tienen por qué ser Partes y que por ende no los obligan todavía. En la lista pueden tener cabida no sólo otros instrumentos pertinentes que estén en vigor sino también futuras convenciones internacionales de alcance universal que establezcan un mayor nivel de protección del patrimonio cultural.

Artículo 6 – Responsabilidad

TEXTO:

Los Estados Miembros de la UNESCO que, intencionadamente, destruyan patrimonio cultural de gran importancia para la humanidad o se abstengan de adoptar las medidas necesarias para prohibir, prevenir, hacer cesar y castigar cualquier acto de destrucción intencional de dicho patrimonio, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada por los actos de destrucción, asumirán la responsabilidad de esos actos. El Estado responsable debería hacerse cargo de las medidas de reparación, ya sea en forma de restauración, cuando ello sea técnicamente viable, o de indemnización como medida de último recurso.

Observaciones:

23. Este artículo contiene una de las disposiciones cruciales del Proyecto de Declaración. En primer lugar, contempla muy diversas situaciones, por cuanto se refiere tanto a la destrucción intencional como a la no adopción de las medidas necesarias para prohibir, prevenir, atajar y sancionar cualquier acto de destrucción intencional del patrimonio cultural. Los expertos tuvieron en cuenta la posibilidad de que un Estado “delegue” en un grupo y permita a éste cometer actos destructivos al tiempo que se mantiene intencionadamente al margen. De ahí que, en virtud de este artículo, el Estado sea responsable cuando se abstenga deliberadamente de adoptar las medidas necesarias para prevenir cualquier acto de destrucción intencional. Aunque se barajaron otros términos y criterios, tales como “por acción u omisión” o “sin observar la debida diligencia”, a la postre fueron considerados demasiado generales. El Estado sólo queda eximido de responsabilidad cuando no haya intencionalidad alguna en los actos de destrucción o en la no adopción de las medidas oportunas.

24. En segundo lugar, los debates pusieron claramente de manifiesto la necesidad de hallar un equilibrio entre la amplitud del ámbito de aplicación de la Declaración (Artículo 2) y un planteamiento pragmático que limite la responsabilidad del Estado a casos “importantes”. Tras un intenso debate, dichos casos quedaron definidos como aquellos vinculados a la destrucción (o la inacción para evitarla) de “patrimonio cultural de gran importancia para la humanidad, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente

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32 C/25 Anexo II - pág. 9

afectada por esos actos de destrucción”. Esta formulación representa también un compromiso entre dos concepciones, una más estricta (primera parte de la frase) y otra más laxa (segunda parte de la frase), del patrimonio cultural que debe quedar protegido en términos de responsabilidad del Estado.

25. También se expresó cierta inquietud en relación con la soberanía de los Estados. Los expertos llegaron a la conclusión de que el texto no la cuestiona y de que toda la frase relativa a los intereses de la comunidad resulta necesaria porque confiere una protección más amplia. Por razones de coherencia, los expertos utilizaron deliberadamente los mismos términos en los Artículos 6 y 7. (Véanse, en el Anexo III, las opiniones discrepantes al respecto).

26. En tercer lugar, el texto del artículo deja claro que la responsabilidad entraña la obligación de ofrecer: i) reparación en forma de restauración del patrimonio dañado cuando sea técnicamente viable, un principio que se aprobó teniendo en cuenta el carácter único de los bienes culturales pero que sólo se aplica a los casos en que la destrucción (intencional) del objeto sea parcial o no irreversible; o ii) indemnización como medida de último recurso, cuya naturaleza y cuantía no se determinan de antemano. Es de suponer que, según los casos, puede ser de tipo financiero y también “cultural”, en forma de asistencia al desarrollo cultural o de otras medidas de interés para el Estado beneficiario. Por lo que respecta a la indemnización económica, su cuantificación queda sujeta a un delicado ejercicio de evaluación. Cabe pensar que su importe no debería basarse necesariamente en el valor de mercado vigente del patrimonio destruido (suponiendo que lo tenga), sobre todo cuando sea muy alto y el Estado responsable no esté especial ni directamente involucrado en los actos de destrucción intencional.

27. En cuanto al hecho de agregar la no adopción de medidas “punitivas”, algunos expertos fueron del parecer que esta cuestión debía tratarse únicamente en el Artículo 7. Aunque se señaló que un acto ilícito tiene consecuencias en dos planos, el de la reparación y el de la sanción, la mayoría prefirió centrarse en este último aspecto. Uno de los expertos preconizó la inclusión de una referencia específica a la idea de agente, por la cual se haría responsable al Estado de los actos perpetrados por sus agentes administrativos. Tras un intercambio de opiniones, en el que se aludió también a la labor de la Comisión de Derecho Internacional, se desestimó esa propuesta por mayoría.

28. Dado que el carácter intencional de cualquier acto o delito entraña un nivel de responsabilidad superior, todos los expertos convinieron en que el Estado responsable tiene el deber de ofrecer reparación. También se propuso que se agregaran las palabras “tales como” y se añadiera a continuación una lista de posibilidades, sugerencia que a la postre fue rechazada porque una mayoría se inclinó por el uso de términos exactos en lo tocante a las modalidades y prioridades de reparación.

Artículo 7 – Responsabilidad penal individual

TEXTO:

1. Los Estados Miembros de la UNESCO deberían adoptar todas las medidas necesarias, de conformidad con el derecho internacional, para declararse jurídicamente competentes y prever penas efectivas que sancionen a quienes cometan u ordenen actos de destrucción intencional de patrimonio cultural de gran importancia para la humanidad, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada por esos actos de destrucción.

2. Con miras a una protección más completa, se alienta a los Estados a que adopten todas las medidas necesarias, de conformidad con el derecho internacional, para declararse

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32 C/25 Anexo II - pág. 10

jurídicamente competentes y prever penas efectivas que sancionen a las personas que hayan cometido u ordenado los actos mencionados en el párrafo 1 de este artículo y se encuentren en su territorio, con independencia de la nacionalidad de esas personas y del lugar en que se hayan perpetrado dichos actos.

Observaciones:

29. Como queda dicho, el ámbito de aplicación de esta importantísima disposición concuerda con el del Artículo 6, dado que ambos artículos se refieren a la destrucción intencional de bienes culturales de gran importancia para la humanidad, comprendidos los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada por los actos de destrucción.

30. En virtud del primer párrafo de este artículo, los Estados Miembros de la UNESCO deberían adoptar las oportunas medidas administrativas, jurídicas y legislativas para establecer su competencia e instituir penas en relación con dos categorías de personas: i) los autores de actos de destrucción intencional del patrimonio cultural; y ii) las personas que hayan ordenado tales actos. Aunque se dejan a criterio de cada Estado el carácter y el tenor exacto de dichas medidas, es preciso que éstas se ajusten al derecho internacional. Este párrafo, por último, no se aplica a los casos de omisión, pues de lo contrario se generalizaría excesivamente la responsabilidad penal individual.

31. En la novedosa disposición del segundo párrafo, se alienta a los Estados a que establezcan su competencia con carácter universal para juzgar a los autores de actos de destrucción intencional del patrimonio cultural o sobre quienes hayan ordenado tales actos. Aunque el texto se limita a "alentar" a los Estados, que obviamente son libres de organizar como prefieran la jurisdicción de sus tribunales nacionales, ello no resta importancia a esta disposición. No en vano, en la medida en que anima a los Estados a intervenir sin tener en cuenta la nacionalidad del infractor ni el lugar de la infracción, entraña el deseo inequívoco de mejorar la eficacia de las medidas preventivas y de las penas que pueda imponer el aparato judicial por los actos de destrucción intencional.

32. En la redacción de este artículo se tuvieron en cuenta las obligaciones existentes en tiempos de paz o en caso de conflicto armado, así como la distinción entre responsabilidad penal y civil. Desde luego, el hecho de establecer jurisdicción penal respecto al incumplimiento del deber de proteger el patrimonio cultural, así como el hecho de castigar esa infracción con sanciones penales, cuentan con precedentes tanto en el derecho nacional como en el internacional (por ejemplo, el Artículo 28 de la Convención de La Haya o el Capítulo IV del Segundo Protocolo de 1999 a la Convención de La Haya).

Artículo 8 – Cooperación para la protección del patrimonio cultural

TEXTO:

Los Estados Miembros de la UNESCO reconocen que tienen el deber de cooperar entre sí y con la UNESCO para proteger el patrimonio cultural de cualquier acto de destrucción intencional. Tal deber entraña como mínimo: i) facilitar e intercambiar información sobre circunstancias que traigan aparejado un riesgo de destrucción intencional del patrimonio cultural; ii) efectuar consultas en caso de destrucción efectiva o inminente del patrimonio cultural; iii) prestar asistencia a los Estados Miembros de la UNESCO, previa petición de los mismos, en las labores de promoción de programas educativos, sensibilización y creación de capacidad para prevenir y reprimir cualquier acto de destrucción intencional del patrimonio cultural; iv) a petición de los Estados interesados, prestar asistencia jurídica y administrativa para reprimir los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural.

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32 C/25 Anexo II - pág. 11

Observaciones:

33. Aunque el objetivo de reforzar la cooperación internacional para combatir la destrucción intencional de bienes culturales está implícito en otras varias disposiciones del Proyecto de Declaración, este artículo lo explicita dirigiéndose a los Estados Miembros de la UNESCO, con arreglo a una concepción de la cooperación entre Estados expresada, por ejemplo, en el Artículo 6.1 de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972. El contenido de esta disposición es importante y destaca porque en ella se define un nivel mínimo o umbral, con no menos de cuatro ámbitos de actividad distintos encaminados tanto a la prevención como a la represión de los actos de destrucción intencional. De especial interés desde el punto de vista jurídico es la cooperación relativa a la asistencia jurídica y administrativa para reprimir los actos de destrucción intencional del patrimonio cultural (iv).

34. Respecto a la necesidad de medidas preventivas, poca duda cabe de que el ejemplo de la destrucción intencional de los Budas de Bamiyan estaba en la mente de todos los expertos y pesó en su ánimo a la hora de redactar este artículo, que aspira, como mínimo, a reducir la frecuencia con que puedan repetirse tan dramáticos sucesos.

Artículo 9 – Derechos humanos y derecho internacional humanitario

TEXTO:

Ninguna de las disposiciones de la presente Declaración podrá ser interpretada de manera que debilite las normas internacionales en las que se tipifican como delito las violaciones manifiestas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, en particular si dichas violaciones guardan relación con la destrucción intencional del patrimonio cultural.

Observaciones:

35. El creciente número de instrumentos jurídicos internacionales que se aplican a los ámbitos conexos de la protección del patrimonio cultural y del derecho humanitario puede acrecentar el riesgo de que esos instrumentos interfieran entre sí al aplicarlos Estados que sean Partes en varios de ellos. Esta disposición viene a ser una cláusula de seguridad para impedir que los Estados se nieguen a adherirse a esta Declaración por temor a que ello debilite las normas internacionales en que se tipifican como delito las violaciones manifiestas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

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32 C/25 Anexo III

ANEXO III

REUNIÓN DE EXPERTOS RELATIVA AL PROYECTO DE DECLARACIÓN

SOBRE LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL (Bruselas, 9-13 de diciembre de 2002)

Reservas y opiniones discrepantes1

RESERVAS presentadas por:

Dr. Mohamed S. AMR Dr. Ariel W. GONZÁLEZ Sr. Zaude HAILEMARIAM

RESERVAS DEL DR. MOHAMED S. AMR AL PROYECTO DE DECLARACIÓN SOBRE LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

(Bruselas, 9-13 de diciembre de 2002)

Pese al acuerdo de todos los expertos acerca de la importancia del asunto de que se ocupa esta declaración, se expresaron puntos de vista diferentes sobre algunas cuestiones fundamentales. Yo mismo me siento obligado a indicar por escrito mis reservas, que fueron presentadas con anterioridad en la reunión mencionada, y explicar las razones de las mismas.

Espero que estas reservas queden claramente reflejadas en el informe final de la reunión que se adjuntará al Proyecto de Declaración.

Mis reservas son las siguientes:

En primer lugar, discrepo de la definición de “destrucción intencional” que determina la licitud de dichos actos limitándose a la “intención” sin tener en cuenta el conocimiento. Esta restricción es contraria a los principios perfectamente establecidos del derecho penal, así como al Artículo 30 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Por consiguiente, comparto la opinión de otros expertos de que se incluyan “la intención y el conocimiento” como criterios para determinar la licitud de dichos actos.

En segundo lugar, discrepo de la utilización de algunos términos incluidos en el Proyecto de Declaración tales como:

“duty”, (deber), en los Artículos 2, 3, 5 y 7, “obligation”, (obligación), en el Artículo 4, “undertake”, o “undertakes” (comprometerse a), en los Artículos 2, 3, 4 y 6.

Estos términos no son compatibles con el carácter no vinculante de la Declaración. Desde un punto de vista práctico, podrían inducir a algunos Estados Miembros de la UNESCO a no aceptar esta importante Declaración. 1 Las reservas y opiniones discrepantes que figuran en el Anexo III se facilitaron a la Secretaría antes de que ésta

incorporara las modificaciones al texto a fin de respetar el carácter jurídicamente no vinculante del Proyecto de Declaración e introdujera un nuevo Artículo 1 sobre el Reconocimiento de la importancia del patrimonio cultural. La nueva versión del Proyecto de Declaración tiene en cuenta algunas de estas reservas y opiniones.

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32 C/25 Anexo III - pág. 2 En tercer lugar, estoy en desacuerdo con que se amplíe el término Patrimonio Cultural sobre el que versa esta Declaración para incluir “los bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad afectada por esos actos de destrucción” como se indica en el Artículo 5 (Responsabilidad) y el Artículo 6 (Responsabilidad penal individual) del Proyecto de Declaración. Esta opinión la baso en los siguientes motivos:

1) el alcance dado al Patrimonio Cultural en los artículos mencionados sobrepasa lo establecido en la Resolución 31 C/26 de la Conferencia General. En esta resolución se manifestaba el deseo de los Estados Miembros de la UNESCO de adoptar una declaración internacional sobre la destrucción del Patrimonio Cultural que constituyera el “patrimonio común de la humanidad”, y no cualquier tipo de patrimonio cultural;

2) los Estados Miembros de la UNESCO pueden considerar la utilización de la expresión “bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad afectada por esos actos de destrucción” como una injerencia en sus asuntos internos que menoscaba su soberanía nacional.

Dr. Mohamed Sameh Amr Miembro del Grupo de Expertos

PÁRRAFOS QUE EL SR. ARIEL W. GONZÁLEZ SUGIERE QUE SE INCLUYAN EN EL INFORME DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS

SOBRE LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL (Bruselas, 9-13 de diciembre de 2002)

- Un experto estimó que debía aclararse el párrafo 4 del Preámbulo del Proyecto de Declaración para explicar mejor qué derechos humanos se verían menoscabados por la destrucción intencional de patrimonio cultural.

- El Sr. Ariel W. González manifestó su desacuerdo con la definición del término “destrucción intencional” que figura en el Artículo 1 del Proyecto de Declaración. En su opinión, en la definición de lo que es “intencional” no se podía hacer caso omiso del Artículo 30 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que lo relaciona claramente con “[la] intención y [el] conocimiento”. Por consiguiente, a su juicio esta última expresión debía incluirse en la mencionada definición.

- El Sr. Ariel W. González manifestó su desacuerdo con la utilización de: a) el término “duty (deber)” en los Artículos 2, 3, 5 y 7 del Proyecto de Declaración; b) el término “obligation (obligación)” en el Artículo 4; y c) el término “undertake” o “undertakes (comprometerse a)” en los Artículos 2, 3, 4 y 6. En su opinión, estos términos eran difícilmente compatibles con el carácter no vinculante del Proyecto de Declaración. Asimismo, recordó que la intención de la Conferencia General de la UNESCO al invitar al Director General a que preparara este proyecto era promover la elaboración de un conjunto de principios que “no tendría por objeto imponer obligaciones a los Estados” (el subrayado es del Sr. González; véanse la Resolución 31 C/26 y el párrafo 6 c) del documento 31 C/46).

- El Sr. Ariel W. González señaló que no le parecía adecuada la referencia en los Artículos 5 y 6 del Proyecto de Declaración a los “bienes culturales que revistan especial interés para la comunidad directamente afectada” por la destrucción intencional de este patrimonio. Recordó que el objeto del Proyecto de Declaración era el patrimonio cultural de interés para la

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32 C/25 Anexo III - pág. 3

humanidad. En su opinión, esta referencia debe leerse a la luz de dos importantes principios de derecho internacional: el principio de no intervención y el principio de igualdad soberana.

- El Sr. Ariel W. González manifestó su desacuerdo con la utilización de la expresión “patrimonio cultural de gran importancia para la humanidad” en el Artículo 6 del Proyecto de Declaración. Recordó que esta disposición: a) obliga a los Estados a establecer su competencia para juzgar los actos individuales de destrucción intencional de patrimonio cultural, tanto en caso de guerra como en tiempos de paz, y a penalizarlos; y b) alienta a los Estados a establecer la competencia con carácter universal sobre tales actos. En su opinión, el objeto de esta disposición debía ser coherente con la normativa vigente relativa a la responsabilidad penal individual por la destrucción de patrimonio cultural. Esta normativa es, a su entender, la establecida en el Capítulo IV del Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 que, es aplicable al “patrimonio cultural de la mayor importancia para la humanidad” (el subrayado es nuestro). En consecuencia, a su modo de ver, en el Artículo 5 de la Declaración debería utilizarse esta última expresión.

- El Sr. Ariel W. González manifestó su desacuerdo con la utilización del término “necesario”en las cláusulas 2.1, 2.2, 5 y 6 del Proyecto de Declaración. A su juicio, dado el carácter preceptivo de la formulación de las disposiciones mencionadas, este término debía sustituirse por el de “apropiado”.

RESERVAS del Sr. Zaude Hailemariam, 13 de diciembre de 2002

EN RELACIÓN CON LA REUNIÓN DE EXPERTOS CONVOCADA POR LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA

Y LA CULTURA RESPECTO DEL PROYECTO DE DECLARACIÓN SOBRE LA DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL

(Bruselas, 9-13 de diciembre de 2002)

A continuación presento brevemente mis reservas sobre las conclusiones de la misma:

1. Entre otras cosas, a fin de favorecer la tipificación como delito de la destrucción intencional del patrimonio cultural de las minorías, había sugerido que se hiciera referencia al Artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que se establece que no se negará a las personas pertenecientes a las minorías el derecho a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su propio idioma. Las recientes destrucciones intencionales de bienes culturales como los BUDAS DE BAMIYAN constituyeron, entre otras cosas, una manifiesta violación del mencionado Artículo 27, lo que, lamentablemente, no se mencionó en nuestro informe.

2. Si no se mencionan anteriores tribunales que juzgaron crímenes de guerra y en el informe sólo se hace referencia al tribunal sobre la ex Yugoslavia, se singularizaría injustamente los desafortunados acontecimientos recientemente ocurridos en la política europea, y éstos podrían haber quedado excluidos del informe, que reviste interés mundial.

3. Más importante es mi objeción a la referencia al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 17 de julio de 1998, que, si bien, obviamente, en cierta medida es aplicable a la tipificación como delito de la destrucción intencional de patrimonio cultural, el mismo instrumento, entre otras cosas, tenía asimismo por objeto lograr la

Page 23: UNESCO. Executive Board; 167th; Informe del Director ...unesdoc.unesco.org/images/0013/001307/130777s.pdf · 32 C/25 Anexo I ANEXO I PROYECTO DE DECLARACIÓN RELATIVA A LA DESTRUCCIÓN

32 C/25 Anexo III - pág. 4

inmunidad de los fascistas italianos por los crímenes de guerra cometidos durante la segunda guerra mundial, que sólo en Etiopía se cobró no menos de 760.000 vidas inocentes, además de provocar el pillaje y la destrucción intencional de innumerables objetos culturales. Este hecho, que casi siempre pasa inadvertido, no puede permanecer oculto en presencia de las víctimas directas. De hecho, algunas disposiciones del Estatuto son contrarias a las de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 9 de diciembre de 1948.

4. Tras señalar estos puntos, a decir verdad poco numerosos, añadiré que comparto la plena responsabilidad respecto al resto del contenido de nuestro informe.

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Zaude Hailemariam