UNIDAD 3: Los Reyes Católicos y el imperio de los Austrias · 2020-04-19 · Los Reyes Católicos, inspirados por los nuevos modelos de poder que aparecieron con el Renacimiento

UNIDAD 3: Los Reyes Católicosy el imperio de los Austrias

1. INTRODUCCIÓN

2. LA MONARQUÍA DE LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)2.1. La unión dinástica de los Reyes Católicos2.2. Política interior: la monarquía autoritaria

2.2.1. La organización de los reinos2.2.2. La expansión peninsular

2.3. Política exterior: expansión mediterránea y atlántica

3. EL AUGE DEL IMPERIO DE LOS AUSTRIAS (1516-1598)3.1. Carlos I y la creación del imperio español3.2. Felipe II y el imperio donde no se pone el sol

4. CRISIS Y DECADENCIA DE LOS AUSTRIAS (1598-1700)4.1. Los Austrias menores4.2. Crisis económica, militar y social

5. CONCLUSIONES

UNIDAD 3 - LOS REYES CATÓLICOS Y EL IMPERIO DE LOS AUSTRIAS (1474-1700) 1/14

1. INTRODUCCIÓN

La Península Ibérica estuvo fragmentada durante la Edad Media en diversos reinos que, pese a sus

diferencias, poseían una historia común (Roma y los Visigodos), una misma cultura y religión

(latina y cristiana), además de un enemigo común (los reinos musulmanes). Es por ello que era

común que algunos reinos se unieran bajo un mismo monarca, de tal forma que hacia finales de la

Edad Media encontramos dos grandes potencias en la Península Ibérica: la Corona de Castilla y la

Corona de Aragón.

Los Reyes Católicos, inspirados por los nuevos modelos de poder que aparecieron con el

Renacimiento apostaron por un nuevo modelo de Estado y por la unión de todos los reinos

peninsulares bajo un solo poder.

Este proyecto será finalmente consumado y mejorado por sus descendientes, los Austrias, que

ampliarán las fronteras de su reino hasta ocupar hacia un nuevo continente, América. Durante el

siglo XVI, los Austrias serán la principal potencia de Europa, pero partir del siglo XVII su imperio

comienza a fracturarse fruto de una grave crisis, finalizando con la muerte de descendencia del

último Austria, Carlos II, que morirá sin descendencia.


CRONOLOGÍA

Año Suceso Reinado

1474 Comienza el reinado de los Reyes Católicos.

Reyes Católicos(Isabel de Castilla y

Fernando de Aragón)

1474-1516

1492 Capitulación del Reino de Granada. Expulsión de los judíos. Descubrimiento de América.

1504 Muere Isabel la Católica.Fernando, regente de Castilla.

1513 Anexión del Reino de Navarra por Castilla.

1516 Muere Fernando el Católico.

1517 Carlos I llega a España.

Carlos I

1516-1556

1519 Carlos I, coronado Emperador del Sacro Imperio.

1519-1521 Guerra de las Comunidades.

1521 Hernán Cortés conquista el Imperio Azteca.

1533 Francisco Pizarro conquista el Imperio Inca.

1556 Abdicación de Carlos I.Comienza el reinado de Felipe II.

Felipe II

1556-1598

1561 La corte se establece en Madrid.

1568 Rebelión de los moriscos en las Alpujarras.

1571 Victoria de Lepanto sobre el Imperio Turco.

1580 Felipe II, coronado rey de Portugal.

1598 Muere Felipe II.Comienza el reinado de Felipe III. Felipe III

1598-16211609-1613 Expulsión de los moriscos.

1618 Inicio de la Guerra de los Treinta Años.

1621 Muerte de Felipe III.Comienza el reinado de Felipe IV.

Felipe IV

1621-1665

1622 El Conde-duque de Olivares se convierte en valido.

1640 Sublevación de Cataluña y Portugal.

1648 Fin de la Guerra de los Treinta Años

1665 Muere Felipe IV. Carlos II, nuevo rey.

Carlos II

1665-17001700 Muerte de Carlos II sin descendencia.


2. LA MONARQUÍA DE LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

A finales del siglo XV comienzan a surgir en Europa las monarquías autoritarias, sistemas políticos

en los que el rey ya no depende del apoyo de la nobleza para gobernar, puesto que posee los

recursos suficientes para controlar el poder político. Es el nacimiento de lo que se conoce como el

Estado Moderno, y supone el final de la Edad Media.

2.1. La unión dinástica de los Reyes Católicos

El matrimonio en 1469 de la princesa Isabel de Castilla y el príncipe Fernando de Aragón

transforma para siempre la política de la Península Ibérica, pues mediante este matrimonio una sola

familia va a controlar los dos reinos más importantes de la región.

A esto se le llama “unión dinástica”, puesto que varios territorios quedan unidos bajo una misma

dinastía o familia. En este caso, tanto Isabel y Fernando van a reinar en su propio territorio y en el

de su cónyuge, de ahí la expresión “tanto monta, monta tanto”, que indica que lo mismo daba que

una orden viniera de uno u otro, puesto que ambos mandaban lo mismo en ambos reinos.

El mundo europeo a finales del siglo XV.


2.2. Política interior: la monarquía autoritaria

Dentro de la Península Ibérica, los Reyes Católicos se centran en controlar mejor sus propios

territorios y en conquistar a los reinos vecinos mediante una hábil mezcla de diplomacia y guerra.

2.2.1. La organización de los reinos:

La unión dinástica de Castilla y Aragón no significa la creación de un único reino, pues aunque , lo

cierto es que cada territorio conserva sus propias leyes, moneda y Cortes. De hecho, las Cortes (en

las que se reúnen la nobleza, el clero y el pueblo llano) juegan un papel muy importante en la época

de los Reyes Católicos, aprobando las leyes que los monarcas dictan, aceptando la creación de

nuevos impuestos o tomando juramento al heredero del trono. Por lo tanto, los reyes deben negociar

con las Cortes para desarrollar sus políticas.

Pese a ello, los Reyes Católicos sientan las bases de un nuevo Estado, pues crean una monarquía

autoritaria en la que ellos controlan todos los resortes políticos y administrativos de sus territorios,

no dependiendo ya de la colaboración de la nobleza para recaudar impuestos o ir a la guerra. Para

lograr esto, los reyes aplican una serie de medidas:

• Recorte del poder políticos de las élites: tanto la nobleza (que controla el medio rural)

como la alta burguesía (que domina los centros urbanos) ven disminuir su poder político,

aunque a cambio obtienen un mayor poder económico y una mayor importancia social.

• Creación de un ejército profesional: la nobleza había sido clave a la hora de hacer la

guerra, pues eran caballeros expertos y aportaban mesnadas (gente armada), pero la

aparición de las armas de fuego hace que la caballería pierda importancia y que para los

reyes sea más fácil entrenar un ejército propio formado por gente del pueblo llano que cobra

un sueldo a cambio de sus servicios.

• Unidad religiosa: una forma de crear una unidad mayor es imponer el cristianismo como

única religión oficial. En 1492 se obliga a los judíos a adoptar la religión católica,

expulsándose de Castilla y Aragón a quienes no aceptan. Posteriormente se obligó a la

conversión de los musulmanes, apareciendo de este modo los moriscos (cristianos que antes

eran musulmanes). Para perseguir a quienes fingen haberse converitido, se crea el Tribunal

de la Inquisición.

• Control de la administración: la administración se hace más compleja a medida que los

reyes se van preocupando de controlar efectivamente sus territorios, para lo cual empiezan a

contar con un pequeño pero muy eficiente cuerpo de profesionales que se encargan de

diversos asuntos, tales como la gestión de los recursos, la justicia, los ayuntamientos, etc.


2.2.2. La expansión peninsular

El objetivo último de los Reyes Católicos es que toda la Península Ibérica quede unida bajo un

mismo gobernante, para lo cual era necesario controlar mediante la guerra o la diplomacia los tres

reinos independientes que existían: Portugal, Navarra y Granada.

• El Reino de Portugal es el reino independiente más grande con el que tienen que lidiar

los Reyes Católicos dentro de la Península Ibérica. En lugar de arriesgarse a una guerra

de resultado incierto, apuestan por casar a su hija mayor con el heredero al trono

portugués. De este modo esperan que el hijo nacido de dicha unión herede Castilla,

Aragón y Portugal.

• En el caso del Reino Nazarí de Granada no se puede recurrir a un matrimonio, puesto

que se trata de un reino de religión musulmana. Es un territorio rico gracias a la

agricultura, la artesanía y el comercio, pero militarmente débil y muy inestable

políticamente. Los Reyes Católicos eligen por lo tanto conquistar Granada, que se rinde

en 1492 tras más de diez años de guerra. Este acontecimiento va a ser enormemente

importante porque pone fin, después de siete siglos, a la presencia musulmana en la

Península Ibérica y supone el fin del último territorio musulmán que existía en Europa

Occidental. Tras esta conquista, la Península Ibérica estará gobernada por reyes

cristianos, y eso favorecerá la persecución de las demás religiones.

• El Reino de Navarra es un peligro por su cercanía y amistad con Francia, enemiga

tradicional de Aragón. Aprovechando un conflicto interno entre los propios navarros,

Fernando de Aragón invade el reino, aunque respeta sus fueros (privilegios y

tradiciones).

2.3. Política exterior: matrimonios y descubrimientos

Para neutralizar la amenaza que suponen otros países europeos y africanos, los Reyes Católicos se

valen del ejército y de las alianzas matrimoniales para asegurar el control de la Península Ibérica.

En África, los Reyes Católicos utilizan la guerra para controlar plazas estratégicas en lo que hoy es

Marruecos, creando de este modo una primera línea defensiva que impida una nueva invasión de la

Península Ibérica por parte de un reino musulmán. En Europa, los Reyes Católicos practican

diversos matrimonios que crean alianzas políticas, la más importante la de una de sus hijas, Juana,

con el príncipe de Austria, el reino que controla el Sacro Imperio Romano Germánico (una

confederación de reinos alemanes). En el Atlántico, los Reyes Católicos mandan una expedición

liderada por Cristobal Colón a descubrir un camino más corto hacia la India, descubriendo sin


pretenderlo el continente de América; en pocos años, los aventureros castellanos irán conquistando

a los diversos pueblos americanos y sometiéndolos al dominio de los Reyes Católicos.

Sin embargo, la estrategia de los Reyes Católicos para unir la Península Ibérica fracasa. La muerte

de su hija mayor sin heredero hace que el primer nieto de los monarcas sea el hijo de Juana, Carlos

I, que heredará una gran cantidad de territorios que lo convertirán en el rey más poderoso de su

tiempo, rompiendo el equilibrio existente en Europa.


3. EL AUGE DEL IMPERIO DE LOS AUSTRIAS (1516-1598)

Durante un siglo, los dos reyes de ascendencia austríaca (y por ello llamados Austrias), Carlos I y su

hijo Felipe II, van a dirigir uno de los reinos más ricos y poderosos de su tiempo, pero van a toparse

con numerosos problemas tanto en el exterior como en el interior, provocando una situación

permanente de guerra que irá poco a poco desgastando el poder español.

3.1. Carlos I y la creación del imperio español

Carlos I hereda una gran cantidad de territorios: Castilla, Aragón y el sur de Italia por parte de sus

abuelos maternos, Países Bajos y Austria por parte de su abuelo paterno. Por eso, cuando llega a la

Península Ibérica en 1516 con escaso conocimiento de las tradiciones y costumbres de Castilla, se

teme que vaya a prestar poca atención a los asuntos del reino. Fruto de ello, algunas de las

principales ciudades castellanas se unen y sublevan contra el monarca, dando lugar a la Revuelta de

los Comuneros (1520-1522). Aunque el rey acabará imponiéndose por la fuerza, dará un giro a su

política, dando prioridad a los asuntos de Castilla frente a los de sus otros territorios.

Tras su victoria, Carlos I hereda el título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico,

siendo coronado en Austria como Carlos V. No obstante, el emperador tiene por delante numerosos

problemas: lucha contra los protestantes de Europa Central, inspirados por las críticas de Lutero a

la religión católica; se enfrenta a los turcos en el Mediterráneo y combate contra Francia por el

dominio sobre la península italiana. Sin embargo, todas estas guerras no buscan aumentar sus


territorios, sino defenderlo de otras potencias y proteger la religión católica. Para Carlos I, esto

significa una vida volcada en la guerra, sin una capital fija, desplazándose siempre a los lugares

donde se necesita su presencia para alcanzar acuerdos o dirigir batallas.

Agotado por un reinado marcado por las guerras, Carlos I divide el imperio entre su hermano

Fernando I (obtiene Austria) y su hijo Felipe II (consigue la Castilla, Aragón, Italia y los Países

Bajos, además de las colonias castellanas), retirándose a un monasterio durante sus últimos días de

vida.

Carlos I heredó uno de los imperios más poderosos dela Edad Moderna. Sin embargo, todas sus guerras en

Europa tuvieron como finalidad conservar la herenciarecibida o defender la religión Católica.

La visión política de la época estaba muy ligada a lareligión y la familia.

3.2. Felipe II y el imperio donde no se pone el sol

Felipe II llega al trono en 1556 y va a verse envuelto en numerosas guerras, pero a diferencia de su

padre va a poner su atención en reorganizar el reino, hacer la administración más efectiva; un

ejemplo de ello va a ser la creación de una capital, Madrid.

Algunos de los conflictos en los que Felipe II se va a ver envuelto van a resultar favorables, como la

derrota de los turcos en la Batalla de Lepanto, protegiendo el Mediterráneo Occidental de la

amenaza musulmana. También las guerras contra Francia sirvieron para evitar que el país vecino se

convirtiera al protestantismo. No obstante, el protestantismo siguió expandiéndose por Alemania,

mientras que en los Países Bajos (lo que hoy son Bélgica y Holanda) se inició una rebelión

nacionalista contra Felipe II debido a los altos impuestos que se les cobraban. Los ingleses

apoyaron a los Países Bajos y practicaron la piratería contra los buques españoles que volvían con


oro y plata de América; para castigar estos ataques, Felipe II creó una poderosa flota, la Armada

Invencible, pero una tormenta puso fin a sus ambiciones de frenar a los ingleses.

A diferencia de su padre, Felipe II no fue un rey guerrero (aunque durante su reinado hubo numerosas guerras), sino un administrador, más preocupado por la gestión del reino.

A nivel territorial, los dos grandes éxitos de Felipe II fue la anexión de Portugal gracias a las

alianzas matrimoniales de su padre y la expansión del dominio castellano en América. De este

modo, pese a no heredar Austria, Felipe II siguió contando con un imperio de enormes dimensiones

y poseía unos recursos con los que ningún otro país podía competir. Sin embargo, Felipe II también

se vio envuelto en constantes guerras que tuvieron un elevado coste que fue poco a poco arruinando

a los territorios del rey.


4. CRISIS Y DECADENCIA DE LOS AUSTRIAS (1598-1700)

Durante el siglo XVII el poder político y militar de los Austrias va a ir mermando, razón por la que

se les llama Austrias Menores. Constantes crisis militares, económicas y sociales van a ir rediciendo

el papel del Imperio Español, mientras que otros países como Francia, Austria e Inglaterra van

ganando mayor influencia internacional.

4.1. Los Austrias menores

Imagen: Felipe III heredó un reino relativamente en paz hasta el final de sus días.

Imagen: Felipe IV va a sufrir losdesastres de una serie de guerrasininterrumpidas que agotarán alreino y su capacidad de lucha.

Imagen: Carlos II gobierna sobre unreino agotado que ha dejado de ser

el actor principal en la políticamundial.

El primero de estos reyes va a ser Felipe III (1598-1621), que disfruta de un periodo de relativa paz

durante sus años de reinado. Las principales novedades de su reinado van a ser la expulsión de los

moriscos, de los que se temía que ayudasen a los piratas musulmanes del Mediterráneo, y el empleo

de una nueva figura en el gobierno, el valido. El valido es una mezcla de ministro y de hombre de

confianza del rey, que se encarga de dirigir los asuntos del reino y de controlar la administración, lo

que lo convierte en la segunda persona más poderosa del reino, solo por detrás del propio rey. Estas

figuras se ganaban la confianza del rey gracias a su carisma y astucia, y aunque solían ser de origen

noble, no procedían de las grandes familias de la nobleza, motivo por el que muchas veces eran

envidiados y odiados. Aunque algunos validos fueron muy hábiles aferrándose al poder (¡algunos lo

conservaron por veinte años), lo normal era que su número creciente de enemigos acabase

consiguiendo con su caída en desgracia a ojos del rey.


El hijo de este rey, Felipe IV (1621-1665), se va a topar con el principal momento de crisis del

Imperio Español. Tras una breve etapa de paz, católicos (Imperio Español y Austria) y protestantes

(parte del Sacro Imperio Romano Germánico, Países Bajos y Dinamarca) van a enfrentarse en la

Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La guerra, ya de por sí dura, se complica con la entrada

de Francia a favor de los protestantes (aunque el país es católico, ve en la contienda una forma de

debilitar al Imperio Español) y las revueltas de Portugal y Cataluña en 1640.

A pesar de que el valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, procuró hacer numerosas

reformas para permitir la victoria española, lo cierto es que el gran número de escenarios de guerra

y los costes de la contienda fueron excesivos. España debió aceptar los Tratados de Westfalia

(1648) en los que se reconocía la libertad de religión de los Estados europeos; poco después

firmaría una paz aparte con los Países Bajos, permitiendo la independencia de Holanda, y con

Francia, entregándole los territorios del Rosellón, al norte de los Pirineos.

El último rey de la dinastía, Carlos II “el Hechizado” va reinar mientras validos un reino en paz,

pero que ya no es una gran potencia y que sufre las consecuencias de haber librado treinta años de

guerras, con una grave crisis económica.

4.2. Crisis económica, militar y social

El siglo XVI fue un periodo de crecimiento económico y demográfico en la Península Ibérica, en

buena medida gracias al descubrimiento y la conquista de América, con un gran avance de la

agricultura y la artesanía. Sevilla se convirtió en la puerta del comercio con las colonias americanas:

de ella salían productos y pobladores para el nuevo continente, y llegaban el oro y la plata que se

extraía.

No obstante, la gran cantidad de oro y plata que llegaba hizo que el valor de los metales preciosos

disminuyera y el precio de los bienes aumentase, produciéndose una gran inflación y provocando en

varias ocasiones la bancarrota de la monarquía. Además, una gran cantidad de esta riqueza se

gastaba en las guerras o en bienes de lujo importados de Europa, por lo que no repercutió en la

población de Castilla ni Aragón.

Antes al contrario, a partir del siglo XVII los impuestos no dejaron de aumentar, provocando las

revueltas de Portugal (que alcanzaría su independencia) y Cataluña (que sería controlada tras una

década de luchas).

El aumento de los precios, las guerras, los altos impuestos, la posibilidad de emigrar a América y la

expulsión de los moriscos jugaron en contra de la monarquía: hubo un descenso de la población, ya

fuera por la reducción de la natalidad, la emigración voluntaria o forzosa. Esta pérdida de población


hacía que se cobraran menos impuestos, por lo que se debían volver a subir, creando así un círculo

vicioso.

Esto se veía agravado por el hecho de vivir en una sociedad estamental en la que los estamentos

ricos (nobleza y clero) no pagaban impuestos, mientras que el estamento pobre (el 80% de la

población) debía cargar con todos los gastos del Estado.


5. CONCLUSIONES

La Península Ibérica logra cierta consistencia con los Reyes Católicos, que inician una política de

guerras y alianzas matrimoniales que lleva a unir casi todos los reinos peninsulares bajo la corona

de un único rey, Carlos I. No obstante, los planes no salen como estaba previsto, creándose una

inesperada unión entre Castilla y Aragón de un lado, Reinos Bajos y Austria de otro.

Con los Austrias Mayores del siglo XVI, este gran imperio va a dominar la esfera europea,

imponiendo la religión católica por la fuerza de las armas y reprimiendo cualquier intento de

independencia. No obstante, para el siglo XVII nos encontramos con los Austrias Menores,

incapaces de frenar la situación de crisis en el que las constantes guerras y gastos ha sumergido al

reino, lo que terminará con la pérdida de la posición hegemónica que el Imperio Español poseía.

De hecho, la muerte de Carlos II (1700) sin descendencia va a suponer un problema aún mayor:

austríacos y franceses ven en la Península Ibérica una manera de aumentar su poder en Europa, lo

que traerá aún mayores problemas a una ya de por sí agotada Península Ibérica.


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