Unidad 3 - MOYA a. - Atlas de Historia Andina

Embed Size (px)

Citation preview

  • Captulo I

    EL ENTORNO NATURAL Y LAS ANTIGUAS

    CULTURAS ANDINAS

  • Puesto que este libro trata de la "Historia Andina", es preciso definir qu es "lo andino''. Ha habido muchos intentos de delimitar este espacio y de clasificarlo, tomando en cuenta las caractersticas tanto geogrficas como culturales.

    En 1979, en un Coloquio de Arqueologa Andina desarrollado en Paracas, se defini el "rea andina", en su sentido ms amplio, como la banda que corre paralelamente al ocano Pacfico, que comprende las regiones de sierra, costa y oriente e incluye a los actuales pases de Venezuela, Colombia, Ecuador, Per, Bolivia, Chile y el noroeste de Argentina.

    En oposicin a lo que generalmente se asume, el rea andina no es homognea. Si bien se la puede considerar, en su conjunto, como un sistema, hay en su interior diferencias seccionales que permiten dividirla en "subsistemas". Algunos autores reconocen seis subsistemas: extremo norte andino, rea septentrional, rea central, rea centro-sur, rea meridional y extremo sur andino. En un intento de sntesis, podramos reducirlos a dos:

    1. los Andes septentrionales o del norte, que ecolgicamente corresponden a los Andes de pramo e involucran a Colombia y Ecuador, y Fuente. Boletn de los Musoos dol Banco Central del Ecuador No. 1, Qui lo, 1981

    27

  • 2. los Andes meridionales o del centro-sur, que corresponden a los Andes de puna e incluyen a Per, Bolivia, Chile y parte de Argentina.

    Mapa 3. Andes septentrionales y meridionales.

    Fuente; Alba Moya, para esta estudio

    28

    I. LOS ANDES DE PUNA Y LOS ANDES DE PRAMO

    Sin caer en las posturas extremas del determinismo geogrfico, no podemos negar la importancia que tiene el medio ambiente natural en la caracterizacin tcnico-cultural de las sociedades humanas. En el in-tento de lograr los bienes necesarios para la subsistencia, el hombre crea instrumentos apropiados al medio en el que habita, desarrolla las tcnicas y las formas de organizarse para la produccin, la distribucin y el con-sumo de bienes. Concomitantemente con estos procesos, se va formando una visin determinada del mundo, un modo de relacionarse con los dems miembros de la sociedad, de formular las normas y cdigos de con-ducta y las maneras de gobernarse.

    El hombre andino, a travs de miles de aos, ha aprendido a uti-lizar los diferentes medios naturales y a combinarlos, como si fueran parte de un solo sistema. Ha aprovechado los helados climas del pramo y de la puna, apenas aptos para el pastoreo o para la consecucin de paja y lea, as como los menos fros, donde se cultivan los tubrculos, particular-mente la papa; los valles calientes, tanto hmedos como secos: los pri-meros, aptos para la siembra del maz y las legumbres; los segundos, para el algodn, la cabuya y los productos subtropicales. En los valles crecen, igualmente, ciertos frutales y plantas "exticas" y de uso ritual como la

  • coca; en los climas tropicales, se produce el cacao, los frutos ctricos, la yuca y el pltano.

    En los Andes, los pisos se encuentran a diferentes distancias entre s, relativamente prximos en los Andes de pramo, particularmente en el Ecuador, o muy distantes, como ocurre en Colombia, Per, Bolivia y Chile.

    Hay muchas diferencias entre los Andes de pramo y los de puna, pero las ms importantes son:

    Ilustracin l. Paisaje serrano. La Sierra tiene una diversidad de pisos altitudinales que van desde

    las nieves perpetuas hasta los valles clidos y secos. Sin embargo, desde tiempos inmemoriales, los pueblos

    que se encuentran en esta regin han establecido diversos tipos de vnculos con las poblaciones de la Costa

    y dla Amazonia para acceder a los productos que se dan en estas regiones geogrficas.

    1. la simetra del paisaje de pramo frente a la asimetra del paisaje de los Andes de puna;

    2. la humedad y la frecuencia de las lluvias;

    3. los cambios de temperatura y de irradiacin solar, y

    4. las distancias que separan a un piso ecolgico de otro.

    Estos cambios de clima, entre secos y hmedos, fros y clidos, que guardan entre s

  • Ilustracin 2. Paisaje amaznico. La Amazonia es una regin con una frgil ecologa a pesar de la frondosidad de la selva. Aqu se dan producios -como las especies-que se han utilizado en la Sierra y la Costa desde tiempos remolos.

    30

    espacios ms cortos o ms distantes, producen diferencias regionales en la economa, pues las adaptaciones ecolgicas de la agricultura y el intercambio inciden y se reflejan en el grado de desarrollo civilizatorio. De all la necesidad de establecer la relacin entre cultura y medio geo-grfico.

    2. DIFERENCIAS CLIMTICO-GEOGRFICAS ENTRE LOS ANDES

    DE PRAMO Y LOS DE PUNA

    Son evidentes las diferencias entre los Andes de pramo y los de puna. Las ms impor-tantes son:

    La simetra del paisaje de los Andes de pramo frente a la asimetra

    de los Andes de puna

    En los Andes de pramo el paisaje es simtrico. Tanto en la costa como en el oriente las montaas estn enmarcadas por bosques hme-dos y las alturas siempre se encuentran corona-das por los pramos.

  • Diagrama 1. Perfiles de vegetacin de los Andes de pramo y de puna.

    1. Lmite de la helada normal 2. Zona altitudinal con la cantidad mxima de das con cambio de helada y deshielo (330-350 das por ao) 3. Lmite superior de la agricultura 4. Zona de cultivo con heladas regulares 5. Lmite de las nieves perpetuas 6. Zona de nieves perpetuas Fuente: Bonavia, 1991

    31

  • En los Andes de puna, tanto en los peruano-bolivianos como en los chileno-argentinos, vemos que el paisaje es asimtrico, pues, si bien las laderas orientales se encuentran cubiertas de bosques hmedos, en el lado occidental hay extensas zonas desrticas de distinta morfologa, que se van ensanchando a medida que avanzan ms hacia el sur, hasta ex-pulsar a los bosques orientales.

    En los Anides de puna no slo que encontramos el desierto en la costa, sino que ste se vuelve cada vez ms desolador a medida que segui-mos dirigindonos hacia el sur. Efectivamente, en la costa norte del Per todava hay lugares de oasis, donde es posible desarrollar una agricultura basada en el riego, mientras que en la costa sur del Per se halla el desierto sin oasis. esto ltimo hay que aadir que en los Andes de puna se encuentran franjas oblicuas de puna seca y puna salada que bordean a la puna normal, dando como resultado un conjunto de paisajes secos que son parte de la mencionada asimetra.

    La humedad y la frecuencia de las lluvias

    Mientras en los Andes de pramo las lluvias son abundantes y frecuentes, en los Andes de puna es evidente* su escasez o su ausencia, segn ellgar v

    Las precipitaciones son maypres^en el Ecuador por estar asenta-do en el cinturn ecuatorial, donde se forma el frente intertropical por el contacto de las masas de air de los dos hemisferios -norte y sur-, porque en el golfo de Guayaquil convergen la corriente fra de Humboldt y l a cli-da del Nio i y por participar de la llanura aluvial amaznica. Por esta circunstancia, en los Andes de pramo, la agricultura se basa, fundamen-

  • talmente, en la irrigacin natural; en cambio, en los Andes de puna, la agricultura se basa en la irrigacin artificial y, an sta, slo se desarrolla en la costa norte del Per, donde se encuentran los oasis.

    Los pueblos que se asentaron en los escasos terrenos frtiles tu-vieron que aprovechar el agua de los ros que, desde la serrana, bajan ha-cia el mar. Como estos ros tienen escaso caudal durante el verano y se desbordan en el invierno, el agua slo pudo ser utilizada una vez que se realizaron grandes obras hidrulicas como represas, diques y canales. Por lo expuesto, a las culturas de la costa norte del Per se las conoce como "cultu-ras de oasis" y existieron mucho antes de que aparecieran los incas (ms de 2.500 aos antes).

    La temperatura y la irradiacin solar

    En los Andes de pramo hay poca insolacin y baja presencia de he-ladas, debido a la baja presin atmosf-rica, la fuerte humedad y las tempe-raturas, ms bien altas. En los de puna hay gran irradiacin solar durante el da, mientras que en las noches la tem-peratura es inferior a la del punto de congelacin.

    Las caractersticas enunciadas seran las responsables de configurar un

    Mapa 4. Factores que inciden en las lluvias en el Ecuador.

    Fuente: Alba Moya, para este estudio

    33

  • habitat distinto en estos dos tipos de Andes. Para Troll, la puna normal ubicada en el espacio peruano-boliviano constituira el rea nuclear de las culturas superiores andinas.

    La distancia entre la cordillera oriental y la occidental

    La distancia que existe entre los dos cordones de la cordillera de los Andes, el oriental y el occidental, no es la misma. En algunos lugares, como en Chile, dicha distancia se ensancha hasta alcanzar los 600 Km. entre cumbre y cumbre; en cambio en otros lugares se reduce.

    La distancia ms corta se encuentra en el Ecuador, donde llega a los 60 Km. La proximidad de las dos cordilleras en el callejn interandino permite que haya un flujo de lava y de cenizas provenientes de sus volcanes; permite, adems, la formacin de suelos francos, que son los ms frtiles. Por otro lado, se acortan las distancias entre los distintos pisos ecolgicos, de all que, precisamente en el Ecuador, podemos encontrar un universo de climas y medios geogrficos en espacios relativamente reducidos. La proximidad de los mundos ecolgicos propicia los intercambios activos.

    Diagrama 2. Distancia entre las cordilleras en Ecuador y los Andes de puna.

    Fuente: Alba Moya, para este estudio

    34

  • 3. TEORAS SOBRE EL DESARROLLO CULTURAL ANDINO

    Algunos antroplogos y etnohistoriadores han planteado que existe una correspondencia entre la tipologa de los Andes y el nivel de desarrollo de las culturas indgenas.

    Cari Troll seala que las culturas andinas superiores se desarro-llaron en los Andes de puna y no en los Andes de pramo, debido a que en aquella rea geogrfica las condiciones de produccin eran ms difciles y, por lo tanto, se requiri de mayor esfuerzo y de formas de organizacin social y poltica ms complejas para trabajar la tierra.

    El mencionado autor considera que la falta de lluvias y el acceso al agua de ros, que peridicamente estn secos o excesivamente cau-dalosos hasta provocar inundaciones, oblig a sus habitantes a construir grandes obras hidrulicas como represas, diques y canales de riego, as como terrazas y andenes, para ampliar las escasas superficies cultivables.

    La realizacin de estas obras implic que se establecieran com-plejas formas de organizacin.social, basadas en la cooperacin de numerosas personas y en el ejercicio centralizado del poder, para dirigir el trabajo y para controlar que la distribucin del agua fuera equitativa.

    Todo esto favoreci el surgimiento del Estado. Segn Troll, la presencia de lluvias y de tierras frtiles en los Andes de pramo permitira que sus habitantes solucionaran los problemas de la produccin recu-rriendo nicamente a la mano de obra familiar, sin necesidad de estable-

  • cer las complejas formas de cooperacin antes mencionadas y, sin necesidad de establecer sistemas polticos caracterizados por la centralizacin del poder. Por lo tanto, no haba condiciones para la emergencia del Estado.

    Otra corriente terica plantea, en cambio, que las culturas de los Andes septentrionales no deben ser analizadas negativamente, es decir, en funcin de la ausencia de las caractersticas de los Andes de puna, sino positivamente, en vista de sus propias caractersticas, tanto geogrficas y ecolgicas como tecnolgicas, sociales y polticas.

    Frank Salomn, uno de los principales exponentes de la ltima corriente, al analizar las culturas aborgenes preincas asentadas en el actual Ecuador, ha intentado demostrar que la presencia o ausencia del Estado no es un indicador absoluto del nivel de desarrollo de una sociedad; que puede haber estructuras sociales y polticas muy complejas sin que haya surgido el Estado, ya que, simplemente, ste no aparece cuando no es necesario. Segn esta corriente terica, las culturas de los Andes septentrionales no seran inferiores a las culturas de los Andes de puna sino nicamente distintas.

    4. LA "VERTICALIDAD" DE LOS ANDES DE PUNA Y LA "MICROVERTICAUDAD" DE LOS ANDES DE PRAMO

    Las diferencias geogrficas y ecolgicas, antes analizadas, dieron lugar a la configuracin de distintos sistemas econmicos en las culturad aborgenes andinas.

  • Diagrama 3. Escalonamiento climico-ecolgico de los Andes meridionales del Per y norte de Bolivia.

    Fuonlo: Bonavia. 1991

    37

  • Diagrama 4. Verticalidad en los Andes de puna.

    Fuente: Alba Moya, para este estudio

    En los Andes de puna los miembros de una comunidad accedan a los otros pisos ecolgicos enviando a un grupo de familias en calidad de "colonos" para que explotaran los recursos ms importantes y los desti-naran a la comunidad de origen.

    Estas comunidades, generalmente ubicadas en un sitio donde podan obtener los alimentos bsicos, establecan las mencionadas colo-nias en zonas perifricas, situadas en pisos altitudinales ms altos y ms bajos que el de la comunidad de origen.

    Las colonias eran permanentes, pero las familias destinadas a realizar tales trabajos eran reemplazadas en forma peridica y rotativa. El control simultneo de tales pisos era un ideal compartido por diferentes etnias, muy distantes entre s, de manera que estas colonias eran mul-titnicas. A este sistema se lo conoce como "vertical".

    En los Andes septentrionales, en cambio, y particularmente en el Ecuador, vemos que la proximidad de los pisos ecolgicos dio lugar a un sistema econmico denominado por F. Salomn "microvertical", que con-siste:

    a. en el acceso directo a los microclimas, aun por la unidad social ms pequea, es decir, la familia; y

    b. en la existencia de intercambios activos entre comunidades resi-dentes en los distintos pisos ecolgicos; es decir, se da el acceso indirecto a los mismos.

    En los Andes de pramo no slo que hay una proximidad de los pisos sino que, debido a la fertilidad de los suelos y a las condiciones climticas benvolas, se pueden practicar distintos tipos de cultivo en un

    38

  • Diagrama 5. El medio ambiente de los Andes septentrionales: el caso ecuatoriano.

    Fuente: Salomn. 1980

    39

  • Diagrama 6. Distancia de los pisos ecolgicos en los Andes de pramo.

    mismo terreno, sin necesidad de cambiarse de piso ecolgico. Esto otorga a las familias residentes en este tipo de habitat un alto nivel de autosufi-ciencia, condicin que no se da en los Andes de puna. Pero como ningn piso es absolutamente autosujvciente y como la abundancia parece haber generado en estas poblaciones un ideal de consumo ampliado, las so-

    ciedades or-andinas se moldearon a base de una economa complementa-ria, sustentada en intercambios diversos y flexibles, los mismos que, ulteriormente, devinieron en la inte-gracin de diversas unidades polti-cas, denominadas curacazgos.

    Fuente: Alba Moya, para este estudio

    La integracin complemen-taria exiga no slo la formacin de un mercado sino el establecimiento de mltiples lazos y relaciones rec-procas, tales como la exogamia, la poligamia, la ampliacin de las redes de parentesco a nivel extracomunita-ro (la costumbre que tenan los cura-cas de dejar a sus hijos en el seno de familias nobles de otros curacazgos es un ejemplo de esto ltimo). Estas sociedades desarrollaron una comple-ja organizacin, sustentada en ligazo-nes externas establecidas por las uni-dades sociales ms pequeas, las familias.

    40

  • En sntesis, podramos sealar que en la regin andina se han dado dos formas bsicas de desarrollo:

    a. la de los Andes de puna, modelada en torno a un ideal autr-quico, o de autosuficiencia, alcanzable mediante el acceso directo a los distintos pisos ecolgicos y que exigi una organizacin pol-tica estructurada a base de la centralizacin del poder; y

    b. la de los Andes de pramo, modelada en torno a la complemen-tariedad alcanzada mediante el intercambio o el acceso indirecto a los bienes.

    As se explica que en los Andes de puna hayan surgido socieda-des protoestatales varios siglos antes del aparecimiento de los incas, y del mismo Estado inca, mientras que en los Andes de pramo, como no se re-quiri del desarrollo de estructuras centralizadas de poder -debido a la relativa facilidad que tenan las familias para solucionar los problemas de subsistencia-, no surgi el Estado.

    Como advirtieron los primeros cronistas espaoles, los pueblos de los Andes de pramo eran renuentes a aceptar an la autoridad de un "mandn". En cambio, desarrollaron un complejo sistema social cuya urdimbre se bas en los intercambios intensos y en un intrincado sistema de parentesco.

    Las mencionadas diferencias han inducido a pensar que las cul-turas aborgenes de los Andes de puna eran superiores, mientras que las de los Andes septentrionales y de las reas perifricas eran inferiores.

    El elemento comn de estas dos formas de desarrollo, la de puna y la de pramo, sera la bsqueda de complementariedad de los dis-

  • Mapa 5. Esfera cultural andina. tintos pisos ecolgicos. La diferencia consis-tira en que en los Andes de puna el acceso ocurrira en la Jase de la produccin, mien-tras que en los Andes de pramo se dara en la Jase de circulacin. Esto supone que las sociedades nor-andinas o de los Andes de pramo no fueron inferiores a las so-ciedades estatales de los Andes de puna, sino que tuvieron una va distinta de desa-rrollo.

    Para Troll, la puna constituye "la esfera cultural peruana" o "el crculo vital andino", es decir, el espacio donde se dieron las "culturas superiores y cerradas". El ncleo de estas culturas estara en el espa-cio ocupado por Per y Bolivia.

    Segn Troll, en la parte nor-andi-na. donde se ubican Colombia, Venezuela y Ecuador, no se habra formado ninguna cultura andina "cerrada". Dice este autor que, excepc iona lmente y en pequeas reas, aparecieron culturas superiores como la de los Chibchas y los Quimbayas, en Colombia, famosas por sus trabajos en oro y otros metales, o la de los Caras y Puruhes en Ecuador.

    Por el sur, el lmite de las culturas superiores andinas sera Arica, donde se

  • Inicia el desierto de Atacama, solitario y sin oasis, y la puna semidesrtica de Atacama, que termina con las posibilidades de desarrollar culturas agrcolas para dar cabida a pueblos de cazadores o criadores de llamas, a los pueblos andinos "no civilizados" de pescadores y cazadores de aves marinas del or-occidente de Chile y a los pueblos "no civilizados" del cen-tro y sur de Chile y del norte de Argentina, adaptados a un paisaje seco durante el verano y cubierto de hielo en el invierno.

    Troll considera que la diferencia entre las sociedades superiores e inferiores no est dada por la presencia de logros tecnolgicos de cual-quier naturaleza sino, bsicamente, por los de la agricultura. Esta ltima es el fundamento de la cultura material y espiritual de un pueblo. Si bien la minera y la metalurgia son parte importante de su acervo cultural, los logros alcanzados en este mbito no marcan la diferencia entre el "ncleo cultural'' andino y el "rea perifrica". Esto se debe a que, por un lado, la produccin agrcola tiene que ver con la misma subsistencia y, por otro, a que la construccin de las obras monumentales agrcolas demandaron la cohesin de amplios grupos humanos y la centralizacin del poder.

    Las principales realizaciones de este ncleo fueron, precisamente, el cultivo del suelo y la agrono-ma. Por ejemplo, es evidente que los Quimbaya, Muis-ca y Chibchas de Colombia tuvieron un mayor desa-rrollo tecnolgico que las culturas peruano-bolivianas, en lo que al manejo de metales se refiere: conocan la tcnica del alambre de oro, aleaban varios metales, fundan la plata con colorantes naturales, etc. Sin em-bargo, no alcanzaron el nivel de desarrollo de los incas, herederos y continuadores de las monumentales obras de regado y de cultivo de las culturas Chavn y Mochica.

    Ilustracin 3. Casco de oro de la cultura Quimbaya. Las culturas asentadas en o que hoy

    es territorio de Colombia se destacaron por el manejo de los metales preciosos, particularmente el oro.

    Estas obras estaban destinadas al ornato y la ritualidad.

    43

  • Troll plantea que fueron tres las condiciones que permitieron el desarrollo de "culturas andinas superiores'':

    a. Las obras monumentales de riego y de cultivo;

    b. la crianza de grandes animales domsticos; y

    c. la conservacin de plantas andinas, mediante la deshidratacin.

    5. FACTORES DEL SURGIMIENTO DEL ESTADO EN LOS ANDES

    Las obras de riego y de cultivo

    Los sistemas de agricultura intensiva del Per, contrastan con los sistemas de los Andes septentrionales o de pramo. La diferencia radi-ca en el desarrollo tecnolgico.

    Las condiciones adversas de los Andes de puna obligaron a sus habitantes a desarrollar una compleja tecnologa de irrigacin y cultivo. La falta de lluvias impuls la construccin de gigantescas obras hidrulicas: represas, canales abiertos y subterrneos y diques de contencin.

    Para maximizar el uso del escaso suelo frtil se construyeron an-denes y terrazas agrcolas. El "guano" -excremento de aves marinas depositado en las islas y costas del Per a lo largo de miles de aos- y el follaje de los rboles (guaranga), sirvieron como abono animal y vegetal,

  • respectivamente. La construccin de "canchones", o vaciado del terreno, fue una forma de encontrar la humedad del subsuelo.

    Si bien es cierto que en Amrica no se utilizaron animales de tiro, se desarroll una tecnologa adaptada al medio, esto es, el "arado a mano", a base del uso de la "taclla" -instrumento de madera que serva para la roturacin de la tierra- y, ms tarde, en la poca de los incas, de la "chaquttaclla" -instrumento que permite trabajar con el pie y, por tanto, utilizar el peso del cuerpo y no la fuerza de los brazos -como ocurra con la taclla- y que aument considerablemente la productividad.

    Muchos autores sostienen que fue el riego artificial el elemento que impuls el desarrollo, de all que a estas culturas, as como a las de Egipto, Mesopotamia y algunas de Asia, se las denomina "sociedades hidrulicas".

    S bien el rea en la que se encuentran evidencias de riego artificial coincide con el territorio que estuvo regido por los incas, esto no significa que fueran los incas los que iniciaran el riego artificial. (Esta rea comienza con la cadena de oasis de la costa norte del Per, se extiende por los valles ridos de la sierra peruana, se ensancha por el altiplano de Bolivia y llega hasta los bosques hmedos del oriente). El riego artificial ya exista antes de los incas y quiz era una condicin buscada por ellos para establecer su dominio en los lugares desrticos o ridos.

    La densidad de las obras hidrulicas en los Andes del sur no significa que

    Ilustracin 4. La taclla. La taclla o "arado de mano" era un instrumento de madera, destinado a la labranza,

    adecuado a los deleznables suelos andinos.

    45

  • Ilustracin 5. La chaquitaclla. La cnaquitaclla, o arado de pie, fue un instrumento desarrollado por los incas; signific una innovacin tecnolgica frente a la taclla y aument la productividad.

    46

    stas no hayan estado presentes en los Andes del norte. En efecto, existen obras hidrulicas en sitios en los que se culti-vaba a base de lluvia, como en el actual Ecuador.

    La crianza de grandes animales domsticos

    Segn el mismo Troll, los Andes de puna son el ha-bitat natural de los auqunidos. Efectivamente, aqu se han adaptado, fisiolgicamente, el guanaco, la vicua, la llama y la alpaca. De estas especies slo las dos ltimas pudieron ser domesticadas, la vicua y el guanaco son silvestres. En los Andes de pramo slo se criaron animales menores, como el cuy.

    La crianza de la llama coincide con el "rea cultural peruana''. Este animal se alimenta de unas gramneas, de brote anual, que crecen en los Andes de puna. Sucumbe en los climas hmedos.

    La llama presta mltiples beneficios. Sirve como animal de carga, provee de lana, la misma que, en la puna, se conserva por mucho tiempo debido a la ausencia de insectos y polillas. Eventualmente sirve como fuente de pro-tenas y de su cuero se fabrican cuerdas duraderas y re-sistentes, que sirven para fabricar instrumentos de trabajo, particularmente de labranza. Su estircol o "taquia" se utili-za como abono. En los lugares donde es difcil encontrar lea, la taquia puede ser utilizada para la combustin.

  • La presencia de la llama ha permitido hacer grandes travesas en un escenario donde no existan otros medios de transporte. Gracias a la domesticacin de estos animales, la expansin de los Estados pre-incas e inca habra encontrado en esto una condicin para su realizacin.

    La conservacin de tubrculos andinos mediante la deshidratacin

    En los Andes de puna no hay ningn otro cereal que se cultive por encima del piso del maz. Si bien en los Andes de pramo el maz se siembra hasta los 3.000 msnm., en los Andes de puna este lmite se ampla puesto que se puede hacer hasta los 3.200 m. y, en el medio la-custre del Titicaca, hasta los 3.800 m. Sin embargo de ello, en los Andes de puna la limitacin radica en el hecho de que son escasos los lugares de clima templado donde pueda practicarse este cultivo. Como el maz slo se da en climas templados, esto significa que, en los Andes de puna, desde los 3.200 m. ya no se puede sembrar maz sino exclusivamente papa y, en menor proporcin, otros tubrculos. De all que la base de la alimentacin sea la papa.

    Como se ha dicho anteriormente, en los Andes de puna hay grandes fluctuaciones de temperatura, fuerte radiacin en el da y heladas en la noche. Estas condiciones climticas fueron aprovechadas por el hombre para realizar la deshidratacin de la papa y de otros tubrculos.

    En algunas regiones como en Arequipa, esta congelacin puede ocurrir, en las pocas fras, desde los 3.000 m. de altura. Desde los 4.000 m. la congelacin ocurre durante todo el ao.

  • La papa se cosecha en mayo y junio, meses en los que las hela-das son ms fuertes. Los indgenas aprendieron a someter, durante varias semanas, a la papa y a otros tubrculos al calor y a la helada, en forma alternada. En la noche colocan las papas sobre la superficie del suelo, en el da las exponen al sol. cubiertas de paja, y las pisotean hasta que pier-da toda el agua. Al final del proceso se tiene un tubrculo de almidn puro, tan liviano como un corcho y con la posibilidad de guardarlo por tiempo indefinido. Esta papa deshidratada se llama chuo.

    La fabricacin del chuo tambin se considera una conquista tecnolgica de los Andes de puna. El chuo permiti alimentar fcilmente a los grupos trashumantes de la puna y sin duda fue un elemento estrat-gico para los ejrcitos incas.

    Si bien la falta de lluvias y la falta de tierras frtiles oblig a los hombres de puna a realizar obras monumentales de irrigacin y de cultivo y, consecuentemente, a tener una compleja organizacin social y poltica, en los Andes de pramo la fertilidad del suelo estaba unida a otros retos, tales como la irregularidad de las lluvias, la presencia de pocas de sequa y pocas excesivamente lluviosas, capaces de provocar inundaciones en amplias zonas; las heladas nocturnas, etc. Todo esto implic el desarrollo de otra tecnologa agrcola y de otras formas de organizacin social y pol-tica.

    Mientras en los Andes de puna la produccin agrcola fue el principal reto y la emergencia del Estado la respuesta a la necesidad de organizar el trabajo colectivo, en los Andes de pramo el reto consisti en buscar mecanismos slidos y eficientes de intercambio de los bienes pro-ducidos y, en esta bsqueda, se establecieron distintos tipos de alianzas, que constituyeron la base de su estructura social y poltica.

  • Hasta aqu hemos visto las diferencias fundamentales entre los Andes de pramo y los de puna. A continuacin haremos un seguimiento de las distintas culturas a travs del tiempo y del espacio. Constataremos cmo stas se fueron adaptando a los distintos habitat y cmo fueron evo-lucionando hasta la llegada de los espaoles.

  • Captulo II

    POCA PRE-INCA

  • Las evidencias arqueolgicas demuestran que el hombre ameri-cano es originario del Asia; que cruz el estrecho de Behring durante una glaciacin y que fue poblando el nuevo continente de norte a sur.

    Los primeros seres humanos {homo sapiens) llegaron a los Andes hace quince o veinte mil aos, durante el pleistoceno, y se fueron enfren-tando a distintos tipos de habitat, desde los lluviosos y frtiles del Norte hasta los secos y estriles del centro y del sur. En este esfuerzo se fueron dando distintos tipos y niveles de desarrollo cultural.

    I. LAS CULTURAS DE LOS ANDES DE PUNA

    En los Andes centrales, los principales problemas que afronta-ron los hombres en el periodo neoltico fueron los relacionados con el agua y el tipo de suelos.

    En la Costa hay una ausencia permanente de lluvias y en la Sie-rra llueve tres meses al ao. As. en la costa norte del Per slo se puede cultivar con riego. El riego se encuentra regulado por las vertientes que

  • Mapa 6. Probable ruta seguida por los primeros pobladores del continente americano.

    Fuente: Lumbreras, 1988

    54

  • bajan de la cordillera de los Andes y depende de las variaciones estacionales. De manera que ms importante que desarrollar instrumentos para roturar el suelo y cortar los rboles fue lograr un manejo racional del tiempo.

    En la costa norte, a pesar de la presencia del desierto de Sechura, existen algunos lugares frtiles u oasis, que se disponen como collares de perlas en torno a los ros que bajan de la sierra. En la zona central y sur nos enfrentamos al extenso desierto de Atacama, un desierto sin oasis, donde no es posible desarrollar la agricultura. Por esta razn, en el Per se habla del "norte frtil". Esta regin incluye a Piura, Lam-bayeque, La Libertad, Ancash y Lima.

    Como el maz es un cultivo que necesita agua, sea por riego natural o artificial, este cultivo se desarrolla en el norte peruano, en donde constituye la base de la alimentacin. Por eso, a las culturas que existieron en esta subregin se las llama "culturas del maz".

    En el centro y sur de los Andes de puna, la base alimenticia es la papa y las culturas que all se desarrollaron son consideradas como "culturas de la papa". En estas dos ltimas regiones el cultivo del maz slo es posible en lugares restringidos; de all que el uso del maz tena ms bien un carcter ritual y, en tiempo de los incas, estaba reservado al consumo de las lites.

    En la costa norte del Per, sobre todo donde se desarrollaron las culturas del maz, hay que prever las aveni-

    Mapa 7 . Los Andes centrales.

  • Mapa 8. Culturas del maz y dla papa.

    das de agua mediante un calendario preciso, porque hay muchos meses en los que los ros estn casi secos, pero en verano, las aguas inundan los valles, los cauces se llenan y a veces se desbordan, incluso aparecen nuevos cauces.

    Estas circunstancias obligaron a que, desde tiempos remotos, se desarrollaran formas de medicin, clculo y prediccin del tiempo. Esto implic el surgimiento de personas especializadas en esta actividad. Quienes dominaban los conocimientos astronmicos posean un recurso vital para la comunidad.

    Los astrnomos desarrollaron instrumentos de observacin de la luna, el sol y las estrellas y, a base de sus observaciones, elaboraron distintos tipos de calendarios, cuyas evidencias arqueolgicas todava existen. Las observaciones suponan una actividad permanente, por lo que estos especialistas convirtieron a los observatorios en lugares permanentes de trabajo y fijaron all sus residencias.

    La observacin de los astros y la relacin de estos conocimientos con la actividad agrcola tena un contenido ritual y sagrado, de all que estos especialistas eran, al mismo tiempo, sacerdotes. Es as como en los mencionados lugares surgieron grandes templos.

    En el interior de los templos se han encontrado inmensos almacenes para guardar los productos que los agricultores entregaban a los sacerdotes a cambio de su conocimiento. A los sacerdotes tambin se les ofreca objetos de cermica, incluso el propio trabajo les fue dado como ofrenda. Los templos fueron construidos a base de dicho trabajo y podran considerarse como las primeras obras pblicas.

  • Las diferencias tecnolgicas de los pueblos permitieron, en primer lugar, que se diera un desarrollo regional distinto; en segundo lugar, que el poder de los sacerdotes rebasara el lmite de sus comunidades y alcanzara a aquellas de menor desarrollo. Es as como creci el poder de los sacerdotes y se dio el aparecimiento de los estados teocrticos incipientes.

    En estas condiciones se produjo una inversin de las relaciones entre la comunidad y los especialistas. Ya no era la comunidad la que orientaba y decida las condiciones del desarrollo sino los especialistas. Estos hechos estn ligados al proceso de desarrollo regional y a la transformacin de la sociedad neoltica a una sociedad urbana.

    La regionalizacin se produjo en la medida en que dichos especialistas se dedicaron a dominar los recursos regionales, sacando el mximo provecho de los recursos locales.

    Aparecieron algunas regiones prsperas, donde surgieron estados teocrticos como el de Moche, con una capacidad de fertilizar los desiertos, con inmensos proyectos hidrulicos y con el uso de fertilizantes orgnicos de origen animal, como el guano, extrado de lejanas islas.

    Es en el norte frtil en donde aparecieron las civilizaciones de Moche (del 300 a.C. al siglo VI de nues-

    Ilustracin 7. Vasija Mochica. El arte ertico estuvo presente

    en las culturas andinas.

  • tra era), Recuay (desde principios de nuestra era hasta el ao 600 d.C.) y Cajamarca (contemporneas de los incas y conquistadas por ellos a mediados del siglo XVI -Lima est en el borde sur de estas culturas-. Pero antes de stas ya existieron las culturas Cupisniques y Chavn (un poco ms de 1500-500 aos a .C) .

    Ilustracin 8. Civilizacin Moche. Diseo de un vaso Moche en el que se refleja cmo ciertos personajes son trasladados por otros en andas, lo que traduce una diferenciacin social. Los personajes transportados posiblemente son representaciones de seres mitolgicos.

    Las culturas en mencin tuvieron un desarrollo agrcola que re-bas el lmite de los conos aluviales, que eran los lugares naturalmente frtiles, y se extendieron sobre las pampas que las rodeaban, para sem-brar maz, frjol y algodn. Utilizaban los productos del mar. Esta produc-cin no slo satisfaca sus necesidades sino que poda generar una canti-dad sobrante o excedentaria. El crecimiento econmico estaba ligado a un proceso de diferenciacin social. Los vasos arqueolgicos de la cultura Moche dan cuenta de la presencia de una especie de aristocracia.

    Pero el crecimiento urbano produjo, a la larga, un desequilibrio entre las necesidades de consumo, siempre en aumento, y la produccin agrcola. Esto es comprensible si se toma en cuen-ta el medio rido en el cual se desarrollaron las mencionadas culturas, un medio que no permita la expansin de la frontera agrcola para ampliar el territorio til, ya que, como hemos visto, las reas agrcolas en la costa norte peruana estn limitadas a los conos de deyeccin y a las reas ms prximas, por ser susceptibles de ser irriga-das artificialmente.

    De esta manera, la nica forma de ex-pansin era la que se basaba en la ampliacin de

    58

  • territorios mediante la guerra. El objeto de estas guerras era obtener "tierras vacias de hombres''. Las evidencias arqueolgicas dan cuenta de la existencia de prcticas canibalsticas en estos territorios. Se han encontrado huesos humanos en condiciones similares a las de los animales de consumo alimenticio, quemados y fractura-dos; crneos utilizados como trofeos, etc. Estas prcticas desaparecieron en el siglo VI d.C. Todo esto es coherente con la existencia de feroces deidades como las que se ado-raron en Chavin, Ancash, Lima, Cajamarca y Moche.

    Hasta ahora hemos visto lo que ocurri en el "norte frtil" de los Andes centrales. El sur tiene otro dinamismo. Aqu, la papa, otros tubrculos y la quinua son la base de la alimentacin; el maz es muy raro. Los camlidos son un elemento fundamental en la economa de estos pueblos. Las culturas que florecieron en este mbito fueron: la de Nazca (siglo I al siglo V de nuestra era), Tiahuanaco (Tlahuanaco temprano del 200 o 300 aos a.C. al 100 o 500 d.C. y el Tiahuanaco clsico del 500 al 900 d.C.) y Paracas (700-200 a.C).

    Los Paracas tuvieron, fundamentalmente, un desarrollo textil, pero tambin agrcola, pues cultivaron utilizando la humedad de las aguas freticas mediante una tecnologa que no ha dejado de sorprender hasta el presente. En cambio, Tiahuanaco, ubicada en el altiplano del Titicaca -Bolivia-, gracias a la generosa tierra agrcola y ganadera que le sustentaba -capaz de sostener a miles de cabezas de ganado-, logr desarrollar magnficas edifi-caciones, artes y manufacturas.

    Mapa 9. Culturas peruanas pre-incas.

  • Ilustracin 9. La orea o ballena mtica de la Cultura Nazca. La cultura Nazca ha dejado varias figuras zoomorfas, dibujadas en as pampas peruanas. Esta orea tiene un tamao aproximado de 30 metros de largo. Hay otras figuras, como la del mono, el colibr y la araa. Algunas alcanzan los 60 metros.

    60

    En la regln del Cuzco, ubicada entre el norte frtil y Tiahuanaco, se desa-rroll una cultura relativamente pobre y de baja productividad. Pero esta condicin oblig a sus miembros a realizar costosas y monumentales obras de terrazamiento, drenaje e irrigacin.

    La regin de Ayacucho tuvo un desarrollo similar y en ella los inter-cambios eran muy importantes. En lugar de surgir Estados teocrticos se constitu-yeron curacazgos y pequeos reinos. Aqu se desarrollaron los Huarpa, quienes, en lugar de construir templos, edificaron palacios, centros administrativos y alma-cenes, lo que da cuenta de su vocacin civilista y de la importancia que dieron a los intercambios.

    Parece que en el primer milenio de nuestra era, los Huarpa empezaron a intercambiar cochinilla, plantas tintreas y productos selvticos. Todo esto durante el neoltico, ya que luego introdujeron nuevas tcnicas de produccin local que provocaron la "revolucin urbana" caracte-rizada por una rica produccin textil, de cermica y de joyas. En esta zona, la falta de posibilidades agrcolas permiti, en

  • cambio, el pastoreo y el uso de los recur-sos mineros. As, encontramos el desarro-llo textil y el metalrgico como los elemen-tos centrales de la economa, que les permiti realizar intercambios a larga dis-tancia.

    En Ayacucho se trabajaron los metales. El oro fue usado especialmente para la fabricacin de adornos. Igual-mente se trabaj cobre. Pero si bien hicie-ron hachas, azadones y armas, como en Europa, a diferencia del viejo continente, los metales no fueron puestos al servicio de la produccin agrcola. Las hachitas que aqu se elaboraban eran muy pe-queas (de 2,5 cm.) y fueron utilizadas ritualmente; hay quienes plantean que sir-vieron como moneda, por lo que se las conoce como hachas-moneda. Muchas de ellas se han encontrado en las tumbas de las poblaciones preincas del Ecuador. Como no hay evidencias de que hayan sido fabricadas localmente, es posible que hayan sido originarias de la regin ayacu-chana y que, por estar ligadas a los ritos funerarios, se hayan convertido en uno de los principales objetos de intercambio a larga distancia, as como lo era el mullu (un artculo tambin de uso ritual, ex-

    Ilustracin 10. La Puerta del Sol. Uno de los restos arqueolgicos ms importantes

    de la rica cultura de Tiahuanaco.

    61

  • trado de la concha Spondylus y dado la forma de una cuenta de collar) proveniente de la Pennsula de Santa Elena, en Ecuador.

    Ilustracin U.ElDios de los bculos. Detalle de la Puerta del Sol. La divinidad aqu representada evoca la figura de deidades masculinas y femeninas del norte peruano, que precedieron a la cultura de Tiahuanaco.

    El desarrollo textil de los Paracas fue posible gracias a la apropiacin de los algodones de las regiones del norte y del sur y de la lana de los camlidos de la puna.

    Tanto en el norte como en el sur de los Andes centrales se desarro-llaron procesos de expansin, pero por razones distintas. Mientras en las nor-teas "culturas de 00818", presionadas por las demandas de una creciente civi-lizacin urbana, se requera "tierras vacas de hombres" -por lo que, como vimos, practicaban el canibalismo-; por su parte, en las regiones de Cuzco y Ayacucho la expansin implicaba el sometimiento de los productores para el abastecimiento de materia prima, de productos terminados -lana, textiles, obras metalrgicas, etc.-, as como para la construccin de las obras agrcolas y de regado, y en la perspectiva de apro-vechar los escasos valles proveedores de maz, producto sagrado y de uso ritual en esta regin. Ser en esta zona en donde se dar la expansin imperial de los incas.

    62

  • Ilustracin 12. Tejido Paracas. Los tejidos constituan uno de los bienes

    ms preciados de las culturas andinas. Los tejidos paracas llaman la atencin

    por su preciosismo.

    63

  • Ilustracin 13. Detalle de un tejido Paracas. Los principios andinos como el de la dualidad, as como la religiosidad se encuentran impregnados en los tejidos. Muchas deidades andinas se constituyeron en los motivos de los textiles.

    64

    2. LAS CULTURAS DE LOS ANDES DE PRAMO

    Como se ha dicho anteriormente, los Andes septentrionales o de pramo involucran a Colombia y Ecuador. Se considera que las culturas prehispnicas que se desarrollaron en esta subregin carecen del protagonismo cultural que tuvieron las zonas "nucleares" o grandes Jocos de civilizacin: como los de Mxico y Guatemala, en mesoamrica, y Per, en Amrica del Sur.

    Esta percepcin se explica porque las culturas de los Andes septentrionales no dejaron un legado arqueolgico tan rico ni monumental como el de aquellas; adems, son pocos los estudios que se han hecho y. por lo tanto, es escaso el conocimiento y la comprensin que se tiene de la historia antigua de esas culturas que, precisamente por considerarse inferiores, han llamado poco la atencin de los investigadores.

    Sin embargo, hay evidencia de que en los Andes septentrionales se establecieron las culturas andinas ms antiguas, desde las culturas nmadas de cazadores y recolectores

  • de moluscos, correspondientes al paleoltico (9000 a.C. al 3000 a .C) , hasta las primeras culturas agrcolas, y por tanto, sedentarias, y productoras de cermica, como la cultura Valdivia del Ecuador (4000-3000 a.C.) o la de Puerto Hormiga, en el norte de Colombia (3000 a .C) , cuyo desarrollo se difundi pri-mero en el bajo Orinoco y, ms tarde, en los pueblos caribeos.

    Se puede decir que entre el sur de Colombia, todo el Ecuador y el extremo norte del Per se form una rea cultural cuya columna vertebral fue la cuenca del ro Guayas, zona tropical muy rica, con exten-sas sabanas de bajo cultivo, y en donde se desarrollaron contactos intensos con la sie-rra y la regin amaznica.

    Si bien los cazadores y recolectores que poblaron el continente debieron estable-cerse en las tres regiones geogrficas (Costa, Sierra y Oriente), como lo demuestran los hallazgos de El Inga, cerca de Quito, y de ChobshL en el Azuay, fue en la pennsula de Santa Elena en donde se inici la agricultu-ra. Esta regin es clave para la definicin de la domesticacin de las plantas tropicales o macrotrmicas del rea andina. Las mues-

    Mapa 10. reas culturales andinas.

    Fuonte: Alba Moya, para oslo estudio

    65

  • apa 11. Antiguas culturas de los Andes de pramo.

    Fuonle: Alba Moya, para este estudio

    66

    tras ms antiguas corresponden a la fase conocida como Las Vegas -en Santa Elena- (6500-500 a . C ) , a la que se remontan las evidencias de una agricultura incipiente, pre-cermica.

    Los primeros vestigios de cermica aparecen en Achalln, en Santa Elena; San Pedro, en Valdivia; y Paita, en Piura. La cultura Valdivia (3000 a.C.) era una cultura de agricultores aldeanos que ya cultivaba el maz y nos dej un rico legado de cermica. En la poca de Valdivia, conocida como Formativa Inferior, aparece tambin la cultura Machalilla.

    En el Formativo Superior surge la cultura Chorrera, la misma que ha dejado evidencias de ser una cultura agrcola, con cermica, y de haber mantenido in tensos contac tos con grupos mesoamericanos como Ocs, en Guatemala, y centro-andinos, como Chavn, en Per.

    Las grandes culturas del rea que estamos analizando se desarrollaron en la regin costanera. Estas sociedades agrarias, de tipo tropical, domesticaron en primer trmino la yuca. Sin embargo,

  • pese a esta innovacin tecnolgica, no modificaron mucho su modo anterior de vida. Esto parece explicarse por el hecho de que la yuca se da a lo largo del ao y porque es un producto perecible; y, para la po-ca, todava no se saba como se lo poda guardar ni utilizar para hacer grandes desplazamientos y, por ende, la movilizacin era todava limi-tada.

    Fue ms tarde, una vez que cultivaron el maz, cuando se experimentaron grandes cambios, tanto en el mbito de la produccin como en el de la organizacin social.

    Como el maz es un producto estacional, su siembra y cose-cha exigi un manejo calendrico y el desarrollo de rituales propiciato-rios, as como la construccin de obras agrcolas y de irrigacin: terra-zas, andenes, camellones, tolas, canales.

    Las relaciones de estas culturas con las culturas mesoameri-canas datan desde el 500 a.C, pero se intensificaron entre el 300 y el 100 a.C. Algunos autores sostienen que la domesticacin del maz se dio como resultado de la influencia mesoamericana, otros opinan que fue de origen local.

    Entre el 500 a.C. y el 500 d.C. aparecen las culturas regiona-les entre las que se destacan la cultura de San Agustn -en Colombia-, conocida por sus esculturas megalticas y en cuya iconografa se reco-noce la influencia olmeca de la costa del golfo de Mxico; la Qutmbaya, en Colombia, famosa por haber alcanzado en la orfebrera la mayor perfeccin tcnica y esttica de toda la Amrica precolombina, y la cul-tura Tumaco-Tolita, asentada en la frontera colombo-ecuatoriana. La cultura Tolita es conocida por sus obras de cermica y orfebrera.

    Ilustracin 14. Venus de la cultura Tolita. Las culturas agrcolas y productivas ms antiguas

    de Amrica del Sur se desarrollaron en la Costa ecuatoriana. Las "Venus" eran diosas de la fertilidad.

    67

  • particularmente por el uso del platino, metal que en Europa slo sera fundido en el siglo XVIII por medios qumicos. Tambin se destacaron las culturas Jama-Coaque, Baha, Guangala, Tuncahuan y Vics.

    Estas culturas eran plenamente urbanas, manejaban los meta-les, aprovechaban los recursos fluviales y martimos y tenan fuertes inter-cambios con mesoamrica, particularmente con el occidente de Mxico y con el rea central andina, gracias a la presencia de los mindalas -merca-deres especializados-. Jacinto Jijn y Camao da cuenta de que en la costa ecuatoriana existan ligas de mercaderes que practicaban un trfico de mercancas a corta, mediana y larga distancia.

    Entre los artculos que comercializaban mediante el trueque, merece particular atencin el "mullu" -un segmento extrado de la parte nuclear de la concha spondylus, propia de las aguas clidas, particular-mente encontrada en el Golfo de Guayaquil. Su comercio articulaba a las ligas de comerciantes de la Costa ecuatoriana con los comerciantes de Mesoamrica y con los de Per y Bolivia. Los intercambios persistieron hasta la llegada de los espaoles. Los comerciantes de Chinchay, en el Per, estaban ligados a estos circuitos y parece que fueron los protago-nistas de la difusin del quichua en el Ecuador, mucho antes de que lle-garan los incas.

    En la fase de Integracin Regional (500-1500 d.C.) aparecen cul-turas de gran importancia como la Mantea, en la Costa ecuatoriana; la cultura Carchi, en la frontera del Ecuador con Colombia; la de los Caras, al norte del Ecuador, y la de los Panzaleos, Puruhaes y Caaris, al centro y sur, respectivamente. Las culturas en mencin alcanzaron su mayor desa-rrollo entre los aos 500 y 700 d.C. Su existencia corresponde a la de las Confederaciones regionales o de los Seoros tnicos.

  • 3. DE LOS CURACAZGOS AL ESTADO INCA

    El curacazgo es un modelo panandino de organizacin econmica, social y poltica. Tambin se lo denomina "cacicazgo". Esta lti-ma palabra, introducida por los espaoles una vez que penetraron a Amrica del Sur, es de origen caribeo y viene del nombre de la autori-dad tnica que era el cacique.

    Los curacazgos eran sociedades co-munitarias, caracterizadas por la ausencia de la propiedad privada de la tierra y por la de las clases sociales. La tierra era comunitaria, pero se la reparta anualmente a cada familia to-mando en cuenta el nmero de miembros; slo una parte era reservada para uso comunitario.

    Los curacazgos eran grupos de pa-rientes, pero esto no significa que se tratara de sociedades absolutamente igualitarias. Haba un acceso diferenciado a los recursos, al presti-gio y al poder. Claro que la diferenciacin no era individual sino de linajes. El curacazgo era una sociedad segmentada de acuerdo con el rango. La direccin se centralizaba en la perso-na del curaca y su cargo era transmitido por herencia, matrilinealmente.

    Ilustracin 17. Cultura Muisca - , _ . (Colombia). Mujer sentada.

    Ilustracin 16. C Ultura Quimbaya. L a l c m c a d d martillado y del alambre

    Orejeras de oro de la cultura Quimbaya. Colombia. esn presentes en esta pieza de cobre.

    69

  • Mapa 12. Sitios donde existe la concha "spondylus"

  • Si bien el curaca era elegido por sus cualidades para gobernar, los candidatos eran: en primer lugar, el hermano del curaca; en segundo trmino, el hijo de la hermana, y en tercero y ltimo trmino, el hijo del curaca.

    La sucesin era regulada por la lnea de filiacin materna, pero la diferenciacin jerrquica de los linajes estaba determinada por el parentesco totmico. La organizacin cacical se asociaba por clanes y linajes que se reconocan como descendientes de un ancestro comn, representado por una piedra y adorado como huaca. La pertenencia al grupo se estableca, entonces, a partir del reconocimiento del ancestro comn y su funcin era la de establecer la exogamia.

    La jerarquizacin de los linajes se estableca por el grado de proximidad o distancia del linaje respecto al ancestro. Este tipo de organizacin generaba tensiones y litigios entre los curacazgos desde pocas preincas.

    Segn un annimo de Quito, en estos curacazgos se daban matrimonios entre las hijas de curacas y personas rsticas de la comunidad, como un mecanismo para reducir las tensiones sociales y disminuir la competencia entre los herederos al curacazgo.

    El curaca era exgamo de comunidad, es decir que se casaba con mujeres de otras comunidades, para asegurar las alianzas intercacicales. Tambin era polgamo (se casaba con varias mujeres) y, en muchos casos, cuando la alianza era importante, se practicaba la poligamia sororal (se casaba con varias hermanas). En el caso de Quito se cita el ejemplo de un curaca que se cas con cinco hermanas. El resto de hombres de la comunidad eran mongamos (se casaban con una sola mujer) y exgamos de

    Ilustracin 18. Cultura Tolita. "Venus".

    71

  • linaje (se casaban con mujeres de linajes distintos al suyo) pero endga-mos de comunidad (se casaban con mujeres de su comunidad). Este hecho explica por qu la casa y la chacra del cacique eran las ms grandes de toda la comunidad, pues los miembros de su familia podan llegar hasta ms de cuarenta.

    Los curacazgos norandinos tenan un sistema econmico basado en los intercambios o en una economa complementaria, lo que supone no slo la existencia de un mercado sino la existencia de mltiples lazos y relaciones de reciprocidad.

    Diagrama 7. Alianzas matrimoniales del curaca.

    En el caso ecuatoriano, los mtndalas fueron los protagonistas de los intercambios comerciales. Estos, a pesar de ser especialistas de la comercializacin, no se constituyeron en clase social porque su actividad era dependiente y controlada por el curaca. Ellos controlaban los intercambios de artculos de circulacin restringida es decir, de los artculos de lujo u ostentacin; pero, fundamentalmente, los de valor ceremonial como el mullu y las hachas monedas.

    Los miembros de la comunidad practicaban el intercambio de bienes de uso generalizado, mediante los mecanismos de reciprocidad, entre parientes y no parientes o mediante el trueque.

    72

  • Los tingueces o mercados Indgenas eran muy activos. Haba algunos con una rea de influencia Interregional, como el de Quito que articulaba la Costa, la Sierra y el Oriente; otros tenan una rea de influencia mucho ms amplia, como el de los Qufjos, o el de Otavalo, este ltimo llegaba hasta Panam.

    Diagrama 8. Aliamos matrimoniales de los miembros de la comunidad.

    Fuente: Alba Moya, para este estudio

    73

  • Captulo III

    EL ESTADO INCA

  • I. PRELUDIO DEL SURGIMIENTO DE LOS INCAS

    Como se ha visto, en los Andes septentrionales los curacazgos estaban atravesando por una fase de integracin, lo cual los llev a consti-tuir los seoros tnicos. Para algunos autores esta era una etapa de tran-sicin a la constitucin de sociedades estatales o reinos.

    En los Andes centrales el desarrollo fue ms diverso. En la parte norte del Per se haban formado, desde muy temprano, sociedades proto-estatales, con una clase sacerdotal a la cabeza. Las evidencias arqueo-lgicas de la cultura Chavn dan cuenta de estos proto-estados teocrti-cos, que haban iniciado la integracin ideolgica y religiosa en el primer milenio que precede a nuestra era.

    Posteriormente, aparecieron las culturas de Paracas-Nazca (700 a.C hasta principios de nuestra era), famosas por sus maravillosos tejidos; la de los Mochicas, conocidos tambin como Moche o Chims (que atra-vesaron por cinco fases que van desde los 300 aos a.C. hasta el ao 700 d.C), situados al noreste del Per (en La Libertad, Lambayeque y Ancash) y conocidos por su extraordinaria cermica.

  • Mapa 13. El imperio Chima o Moche. Al sur se desarrollaron los Uros, sobre una franja que descenda del Titicaca al Pacfico. Ocu-pando gran parte de la actual Bolivia, estaban los Aymars, cultura que se desarroll entre los aos 900 y 1300 d .C, con su capital Tiahuanaco, donde se encuentra la famosa Puerta del Sol.

    Los incas fueron una etnia ubicada cerca del Cuzco, una regin de baja productividad donde, en lugar de constituirse en reinos, se desarrollaron como curacazgos.

    2. HIPTESIS SOBRE EL SURGIMIENTO

    DEL ESTADO INCA

    El curacazgo fue un modelo de organizacin panandino. Se trataba de un sistema estratificado. Cada llacta o comunidad tena su jefe llamado llacta-yuc apu y constitua el primer nivel de la estratifica-cin. Los seores de este estrato estaban supeditados a un Seor principal o Curaca, la reunin de curacas, unidos por lazos de parentesco, era gobernada por un Gran Seor o Hatun Curaca y el rango ms eleva-do tena el Capac Apu o Seor soberano.

  • Es difcil desentraar el origen de los incas. Las mltiples hiptesis que se han genera-do en torno al tema tienen como base diversas crnicas como la del mestizo Garcilaso de la Vega o la del indgena Guarnan Poma y se apoyan, ade-ms, en diversos apuntes de a lgunos co lo -nizadores espaoles.

    Los incas, como sabemos, no desarrolla-ron la escritura y su historia fue transmitida en forma oral, de modo que, en gran medida, las fuentes para este anlisis constituyen las prime-ras transcripciones de relatos orales documenta-dos por los cronistas. Es esta documentacin la que sirve de base, en parte, para establecer la dis-tincin entre lo histrico y lo mitolgico.

    A mediados del siglo XIV, que es cuando surgen los incas, el territorio andino estaba dividi-do en varios seoros, cada uno de los cuales agrupaba a varios curacazgos. Cada curacazgo funcionaba a base de la reciprocidad simtrica y asimtrica, puesto que era el nexo que una a los miembros de la comunidad, a estos con su jefe y a los diversos curacazgos.

    La etnia de los incas, como se vio, era originaria de una zona cercana al Cuzco. Esta etnia, impulsada por la escasa productividad de sus tierras, decide asentarse en el Cuzco. Aqu la

    Ilustracin 19. Los incas. Los incas varones, mediante un ritual especial, se deformaban as orejas

    hacindose grandes agujeros en los pabellones, por lo que se les conoca como orejones.

    79

  • Ilustracin 20. El Coricancha O Templo del Sol de los incas. Smbolo de poder y grandiosidad del Inca. Aqu vivan las mamaconas, mujeres de la nobleza inca dedicadas a elaborar finos tejidos de cumbi, destinados, generalmente, al uso ritual. Las mamaconas se dedicaban a ensear la tcnica textil a las mujeres jvenes y fueron lamadas por los cronistas "Vrgenes del Sol".

  • Segn el cronista espaol Sarmiento de Gamboa, fue esta ltima pareja la que empez a poblar y a conquistar los territorios vecinos y de ellos descendi el Inca Yupanqui Pachacutic Inga.

    El curaca del Cuzco logr escalar jerarquas respecto a los cura-cas vecinos, gracias a dos factores que le resultaron particularmente favo-rables: su triunfo sobre los Chancas, una etnia que tambin luchaba por la hegemona en el Cuzco, y la alianza con los Huancas. Estos eventos le dieron prestigio y poder al Seor del Cuzco pero, sobre todo, el acceso a un botn que le permiti iniciar relaciones de reciprocidad asimtrica con los otros seores.

    Su "generosidad", al no poder ser equiparada por otros seores, supuso el sometimiento de los mismos. Por otro lado, pudo realizar obras que aumentaron su fuerza y poder: una de las ms importantes fue el em-bellecimiento de la Coricancha {curL 'oro', cancha, 'recinto') llamado por los espaoles Templo del Sol, que engrandeci su figura.

    Las relaciones de reciprocidad establecidas con los seores sometidos le permiti construir las clicas, una especie de silos o de al-macenes donde acumulaba los productos agrcolas y los manufacturados, entregados en forma de tributo. Este principio de reciprocidad igualmente le permiti al seor del Cuzco contar con la fuerza de trabajo de las etnias sometidas para la construccin de obras pblicas como los caminos, las obras agrcolas, etc.

    El poder del Inca, Seor del Cuzco, lejos de ser desptico, como se supondra bajo una visin europea, se basaba en el aludido sistema de reciprocidad, comn a todos los curacazgos. As el Inca, antes que ordenar la realizacin de una obra, rogaba que se le ayudara y prometa algo a

  • cambio, es decir, mingaba. Minga quiere decir, precisamente, rogar para obtener ayuda ofreciendo algo a cambio.

    El ruego y la redistribucin eran prcticas andinas muy remo-tas, que no desaparecieron con el surgimiento del Estado inca. Al consti-tuirse en imperio, el Inca adopt el modelo de organizacin regional pero a gran escala. Por otro lado, el sometimiento nunca lleg a nivel de la gente comn sino nicamente a nivel de los jefes locales. Estos ltimos conti-nuaron ejerciendo sus jefaturas, slo que los jefes aceptaban el requeri-miento de reciprocidad con el Inca.

    3. LA EXPANSIN DE LOS INCAS

    La primera etapa de expansin de los incas se dio gracias a la sumisin de los Soras y los Lucanas, de los seores de Chincha, de los de Jauja y de los Huanca, que aceptaron la hegemona del general Capac Yupanqui.

    Geogrficamente el dominio del Cuzco se extenda desde el Titicaca hasta Jauja y, por la costa, desde Tacna a Chincha; pero esta conquista no era palmo a palmo, como se concebira desde una ptica europea, sino que involucraba, en forma discontinua, nicamente a los curacazgos que aceptaban la reciprocidad y la sujecin de sus autoridades tnicas.

  • Si bien los incas tuvieron el ejrcito y las estrategias militares ms desarrollados de sudamrica, el meca-nismo de conquista al que recurran, en primera instancia, fue siempre pacfico.

    Como asevera Cristbal de Castro al referirse a Tupac Yupanqui, el Inca afirmaba ante los seores tnicos sometidos que "era hijo del Sol y que vena por su bien y (el) de todo el mundo y que no quera su plata, ni su oro, ni hi-jas ni todo lo dems que tenan, porque de sto l abundaba y traa para darles a ellos, ms que (a condicin de que) Zo reconociesen por Seor".

    Efectivamente, a los curacas que aceptaban la sumisin, el Inca les colmaba de regalos, entre los que se cuentan tierras, mujeres, yanaconas (personas dedicadas al servicio personal) y tejidos (que eran ms preciados que los metales preciosos).

    Cuando los curacas se resis-tan, el Inca les declaraba la guerra y los enfrentamientos podan ser tan cruentos como los sostenidos con los Chancas, cerca del Cuzco, o con las etnias del

    Mapa 16. El Tahuantinsuyo.

  • Ilustracin 21. Puente inca. Entre las obras ms importantes de los incas se encuentra el sistema vial. Una red de carreteras que articulaban todo el imperio.

    norte del actual Ecuador, particularmente con los Caranquis, quie-nes, de acuerdo con la historia oral, fueron degollados y sus cadve-res arrojados al lago, conocido desde entonces como Yaguarcocha ('lago de sangre').

    Para la poca de Pachacutic IX, el imperio estaba consoli-dado y tena una dimensin semicontinental. El Tahuantinsuyo [tahua, 'cuatro', -ntin, partcula que significa 'unin indisoluble', suyu, 'territorio'), como fue llamado el imperio inca, por ser la unin del Chtnchaysuyo, Coasuyo, Contisuyo y Antisuyo, iba desde Chile hasta el actual lmite del Ecuador con Colombia.

    Tupac Yupanqui y Huayna Capac fueron los que conquis-taron los territorios que corresponden al actual Ecuador. Cuando la muerte -por viruela- sorprendi a Huayna Capac, sus sucesores, Huscar y Atahualpa, se disputaron el control de todo el imperio; pero, una vez que Atahualpa hubo triunfado y cuando se diriga a la capital del imperio, los espaoles, dirigidos por Francisco Pizarro, lo aprisionaron y ejecutaron en Cajamarca, dejando trunca la historia del imperio.

    El imperio de los incas fue el ms grande del mundo del cual se ha tenido noticia de haber sido conquistado a pie. Involucra-ba a los medios ecolgicos ms diversos y a una multiplicidad de etnias y de reinos de distintas dimensiones.

    Entre los retos ms importantes que afrontaron los incas estaba el de la articulacin vial y el de la unificacin de la lengua.

    Efectivamente, los incas desarrollaron la red vial ms org-nica que se haya dado en todos los tiempos en la regin andina.

    86

  • Recorra la totalidad del imperio de norte a sur y arti-culaba a los principales centros de la Costa y la Sierra; al camino principal que iba de sur a norte se lo co-noca con el nombre de "camino real" o "camino del inca".

    En cuanto a la lengua, vemos que, si bien el quichua ya se haba difundido a los territorios de la actual Bolivia y del actual Ecuador, gracias a las activi-dades comerciales, decenas de aos antes de la con-quista inca, fue a partir de la irrupcin de los incas que se convirti en lingua franca y experiment un pro-ceso de estandarizacin.

    Ideolgicamente los incas haban superpues-to el culto al Sol y a la Luna sobre el culto a las huacas o deidades locales de los pueblos sometidos.

    A lo largo de este proceso histrico y desde las organizaciones ms remotas del Estado, se dieron distintas formas de apropiacin de diversos tipos de bienes. As, en la poca Chavn lo ms importante era la fuerza de trabajo. Cuando se dieron los estados mili-taristas como el Wari, se aadi a la anterior forma de apropiacin la de tierras y ganado. En la poca de los incas, estas formas de apropiacin de la riqueza estu-vieron en manos, no de individuos pero s de las pana-cas o familias reales. A la llegada de los espaoles el Cuzco y el circuncuzco estaban divididos en propieda-des de las once panacas existentes.

    Mapa 17. Los lmites de la expansin del imperio wari.

    Fuonlo Lumbreras, 1988

    87

  • 4. ORGANIZACIN SOCIAL INCA

    Los incas tenan una estructura social similar a la del resto de culturas andinas. La familia o ayllu era la unidad fundamental dentro de la estructura social.

    Los reyes incas eran simultneamente endgamos y exgamos. Como en el parentesco andino la filiacin segua la lnea materna, los incas se volvieron endgamos. para asegurar que el poder no saliera de la familia real y para liquidar la posibilidad de que las etnias dominadas ingresaran a la casta dominante.

    El sucesor era el hijo del Inca pero el derecho a la sucesin estaba determinado exclusivamente por el hecho de ser hijo de la hermana delinca, que era la Coya o emperatriz. Si bien el Inca era polgamo, slo la hermana era considerada como la esposa principal, las dems eran secundarias y ninguno de sus hijos, los de las esposas secundarias, poda aspirar a ser Inca.

    Las esposas secundarias podan ser de la misma etnia inca o de las etnias dominadas. Estas ltimas eran consideradas como "extranjeras". El carcter endgamo del matrimonio del Inca se establece por el matrimonio de ste con su hermana consangunea y miembro de la misma panaca del Inca, mientras que el carcter exgamo estaba dado por el matrimonio del Inca con mujeres de otras panacas (familias de la nobleza inca), de otros ayllus incas o de otras etnias.

  • Un soporte filolgico a la etimologa de panaca lo encontramos en el Vocabulario de la lengua Qquichua, de Gonzlez Holgun, pues pana, segn este autor, significaba hermana del varn, o prima hermana, o segunda

    Hay varias pruebas etnohistricas de la filiacin matrilineal en las culturas andinas, como se ilustrara a travs del reclamo de tierras que haca, en el perodo colonial, el curaca del ayllu Cachona, un ayllu que estaba en el Cuzco antes de la llegada de los incas y que hizo alianza con estos para defenderse de los Chancas. Los miembros de este ayllu se declaraban como "indios caca cuscos del ayllu cachona''. Caca segn el mentado diccionario de Gonzlez Holgun, significaba ro, hermano de la madre y seguramente el trmino se extenda al hijo de la hermana.

    Como se ha visto, los seores tnicos eran polgamos y exga-mos de comunidad. El Inca era tambin polgamo y exgamo, puesto que poda casarse con varias mujeres, las mismas que eran hijas de curacas de las etnias dominadas y eran entregadas como esposas por gratitud o para consolidar las alianzas. Se dice que el Inca Yupanqui tena unas 500 esposas. Pero slo el Inca era, al mismo tiempo, endgamo, es decir, nece-sariamente deba casarse con su hermana para, asegurar tanto la sucesin como los privilegios de los "incas de sangre", que eran los incas de la familia real. Los dems miembros de la etnia inca slo eran considerados como "incas por privilegio".

    La familia del Inca se llamaba panaca, la del resto de incas, sim-plemente ayllu. La palabra panaca como acabamos de ver, posiblemente se deriva de pana (o pai en el quichua del Ecuador) que designa a la her-mana del hermano. Cada Inca fundaba una panaca. La panaca estaba constituida por los hombres y mujeres descendientes del Inca, menos el

  • Inca sucesor porque ste se constitua en la cabeza de una nueva panaca. Los incas de sangre vivan en el Cuzco junto con sus sirvientes o yanaco-nas en una circunscripcin geogrfica destinada a cada panaca, a la cual los espaoles llamaron "parcialidad". Estas panacas estaban divididas y conformaban las dos mitades sociales antes mencionadas, Haran Cuzco y Urtn Cuzco, distribuidas de la siguiente manera:

    Hanan Cuzco

    Panaca Vicaquirao, descendientes de Inca Roca; Panaca Aucaylle, de Yaguar Huacac; Sucsopanaca, de Viracocha; Iaca o Jatunpanaca, de Pachacutic; Capac Ayllu, de Tupac Yupanqui; Tumibamba, de Huayna Capac.

    Urin Cuzco Chimapanaca, descendientes de Manco Capac; Raurapanaca, de Sinchi Roca; Hahuynin, de Lloque Yupanqui; Uscamayta, de Mayta Capac; Apomayta, de Capac Yupanqui.

    Los incas de sangre estaban exentos del trabajo manual y jams servan en las obras pblicas; se dedicaban al sacerdocio, a los altos car-gos polticos, militares y administrativos. Slo podan ser jueces de alto nivel, pero Jams ejecutores de las sentencias, pues de esto se ocupaban los incas de privilegio. Estos ltimos no estaban libres de prestar servicios personales, a menos que fueran enviados en calidad de mitrnas a lugares conquistados, para evitar levantamientos.

  • Cada panaca tena amplias extensiones de tierra, por los menos en dos pisos ecolgicos, donde trabajaban los yanaconas para proveerlas de todo lo necesario. Hasta 1572, cuando slo quedaban 1.294 incas de sangre, se contabilizaron 1.346 yanaconas de sexo masculino, sin contar con los mitmas chachas y caaris. A ms de esto, los incas de sangre te-man derecho a ser abastecidos de los bienes que estaban almacenados en las clicas. El Inca no caminaba, era trasladado en andas.

    En el mundo andino la concepcin del espacio no es nicamente fsica sino que involucra a lo social y a lo sagrado. Esto se cristaliza en la divisin espacial de la capital imperial. Como hemos visto, el Cuzco estaba dividido en cuatro barrios o suyus, que tenan una referencia ms bien geogrfica: el Chinchaysuyo al N.O., el Collasuyu al S.E., el Antisuyu al N.E. y el Contisuyu al S.O. A su vez se divida en sayas o mitades: Hanan y Urin. El Chinchaysuyo y el Antisuyo formaban el Hanan Cuzco: el Cun-tisuyo y el Collasuyo, el Urin Cuzco.

    Diagrama 10. La divisin del espacio en el Cuzco.

    Cada barrio del Cuzco se di-vida en tres segmentos: Collana don-de se ubicaban los incas de sangre, es decir los miembros de una familia endgama o panaca; Payan, donde vi-van los hijos de inca con una mujer extranjera; y Cayao, donde vivan los no-incas. A su vez, los segmentos se dividan en tres ceques: collana, pa-

    91

  • yan y cayao. Los ceques eran lneas imaginarias que convergan al Cuzco en forma radial. Estos ceques pasaban por lugares sagrados o huacas. que eran adoratorios de los sectores sociales: collana, payan y cayao. Has-ta el presente se han contabilizado aproximadamente unos cuatrocientos lugares sagrados. Muchos de ellos existan desde antes de los incas.

    Evidentemente, esta divisin del Cuzco plasma los principios andinos de la biparticin (divisin en dos mitades, arriba y abajo, que no tiene nada que ver con lo altitudinal), el de la triparticin (divisin en tres partes: aade a la anterior la idea de la mitad), y de la cuuatriparticin (divi-sin en cuatro partes). Adems, exista la divisin decimal (en diez partes) ya desarrollada por culturas preincas pero incorporadas por los incas tanto en el sistema administrativo como en el campo ideolgico.

    5. LA ECONOMA Y LA ESTRUCTURA POLTICA INCA

    Hay una polmica no resuelta sobre el modo de produccin de los incas. Unos afirman que fue socialista, otros comunista, otros feudal, y otros lo califican como "modo de produccin asitico", asimilando un mo-delo terico que fue aplicado a los sumerios, egipcios e hindes. Un exa-men profundo de la economa inca impide cualquiera de estos encasilla-mientos, completamente ajenos al mundo andino, de cuyos sistemas eco-nmicos y polticos los incas fueron sus herederos y reproductores, en proporciones ampliadas. La tendencia a seguir estas clasificaciones se ex-plica, en parte, porque muchos historiadores se han centrado en el anli-sis de la estructura estatal, desatendiendo y dejando de lado al ayllix en

  • parte por la falta de comprensin del carcter y funcionamiento de las cla-ses sociales incas, constituidas en forma diferente a las europeas.

    Si bien es cierto que el Estado Inca enajen las tierras de las co-munidades subyugadas y someti a las poblaciones a una pesada contri-bucin en trabajo en el campo agrcola, en las obras pblicas y en las tareas militares, tambin es cierto que no interfiri demasiado en la vida de las comunidades ni en la capacidad de sus miembros para asegurar su propia subsistencia y reproduccin, respetando, por lo tanto, los sistemas tnicos de tenencia y de parentesco.

    Lo importante es entonces desentraar:

    1. el tipo de relaciones que se establecan entre el ayUu. y el Estado, con sus estructuras de poder econmico y social; y

    2. la forma en que se extraa el excedente, enfocando los mecanis-mos que utilizaban para no trastornar demasiado la organiza-cin previa de los ayllus.

    Segn la tradicin oral, Pachacutic IX fue el Inca que hizo los cambios ms importantes a nivel tcnico y administrativo, por lo que fue considerado como el gran transformador, el cataclismo, el que dio vuelta al mundo. Si se toma en cuenta que la expansin inca ocurri apenas en un siglo, se vuelve difcil admitir que los incas hayan hecho transformaciones tan profundas, en tan poco tiempo.

    De hecho, a nivel material, la cultura de Tiahuanaco ya produjo grandes y suntuosos centros urbanos; distintas culturas de los Andes centrales construyeron obras agrcolas gigantescas: terrazas, andenes,

  • Ilustracin 22. Macchupicchu. La ciudad de Macchupicchu, una de las evidencias de las obras monumentales construidas por los ii Terrazas, andenes y graderas en grandes extensiones estn presentes en este monumento arqueolgico.

  • canales de riego, etc. Tambin se haba desarrollado una red de caminos que articulaba a los principales centros de produccin, distribucin y consumo; se haba establecido igualmente sistemas econmicos y sociales que permitan emplear al mximo los diversos pisos ecolgicos. El mrito de los incas fue aumentar la productividad, aprovechando, precisamente, la dimensin estatal que adquiran las obras. Esto fue posible mediante la extraccin de bienes y de trabajo excedentario a las comunidades sometidas pero utilizando formas "conocidas y comprendidas por todos", como dice Murra al referirse, por ejemplo, al sistema de la mita.

    Efectivamente, la integracin del imperio se basaba en el funcionamiento del ayllu, es decir, de comunidades aldeanas locales, que residan en un lugar comn, por grupos de parentesco, manteniendo la propiedad comunitaria de la tierra y teniendo acceso a una parcela que era repartida anualmente a cada familia.

    El jefe del ayllu o curaca, como hemos visto, por tener la familia ms extensa -debido a la prctica de la poligamia-, tena la chacra ms grande y el derecho a la contribucin del trabajo comunitario, todo lo cual determinaba el que su chacra fuera la ms cuidada y productiva.

    El derecho del curaca al trabajo gratuito de los miembros de la co-

    nustracin 23. Detalle de Macchupicchu. El preciosismo

    de la cantera inca se caracteriza porque las diferentes piezas se ensamblan

    con una precisin sorprendente, a pesar de la diversidad de formas de los cortes

    que se haca en las piedras.

    95

  • munidad era adquirido porque la comunidad vea en l a su repre-sentante. Adems, la comunidad era concebida como una entidad supe-rior, de cuya existencia dependa la condicin de miembro de la misma y, por tanto, la supervivencia de cada integrante.

    Cuando los comuneros trabajaban para el curaca lo hacan para que ste cubriera los gastos que las actividades de representacin del ayllu le exigan.

    As, los miembros de la comunidad dividan su trabajo en dos:

    1. un trabajo necesario, que era el que dedicaban a su propia par-cela, para asegurar la subsistencia personal y familiar, y el tra-bajo realizado en las tierras comunitarias dedicadas a las perso-nas de limitada productividad, viudas, hurfanos, ancianos, per-sonas enfermas, as como tambin para las tumbas, los ritos y las ofrendas a los dioses locales. Las obligaciones recprocas comunales fueron denominadas por los espaoles "ley de frater-nidad'' o "ley de hermandad''', y

    2. un trabajo suplementario, que era el que entregaban gratuita-mente al curaca.

    Una vez que estas comunidades fueron sometidas por los incas tuvieron que entregar una parte de sus tierras para el Inca y otra para el Sol y adems deban trabajarlas. Por lo tanto, el tiempo de los comuneros deba repartirse para dedicarlo a su propia parcela, a la del curaca, a la de la comunidad, a la del Inca y a la del Sol,

    Para la prestacin de servicios en las tierras del Estado se insti-tuy la mita. La mita no era otra cosa que el trabajo obligatorio y por tur-

  • nos que deba realizar todo hombre en edad y condicin de tributar (casa-do y mayor de 18 aos, hasta los 50); era una parodia de la ley de her-mandad, pues ahora era el Estado el que tomaba el lugar de la comunidad superior. La diferencia radicaba en que, mientras en la organizacin comu-nitaria el curaca peda a los comuneros que le ayudaran a realizar las tareas agrcolas y retribua su trabajo con comida y bebida, en una rela-cin de reciprocidad, ahora el Estado no slo que poda pedir a los comu-neros que trabajaran en las tierras del Sol y del Inca, sino tambin en labores artesanales, por ejemplo, en la fabricacin de tejidos o de prendas de vestir; en este ltimo caso el Inca les provea de la fibra.

    Los miembros de las comunidades tambin podan prestar sus servicios en la realizacin de obras pblicas: diques, canales, terrazas, caminos o monumentos urbanos. El cumplimiento de estas tareas signifi-caba muchas veces que dejaran de producir bienes de subsistencia. En tales casos, el Estado se encargaba de abastecerles de dichos bienes uti-lizando los productos almacenados en las clicas. La reciprocidad haba sido substituida por la redistribucin y la mita era una especie de reminis-cencia de la minga organizada por el curaca.

    Mientras en la organizacin comunitaria los hombres empeza-ban a participar en las obras pblicas una vez que se casaban, en el inca-rio el matrimonio se constituy en un requisito de los mayores de 18 aos, para convertirse en tributarios. Algo que fue un ritual de transicin per-sonal pas a ser un requisito y un smbolo del estatus de contribuyente. Todo hombre casado mayor de 18 aos era un "hatun runa", es decir, un hombre del comn, apto para la mita.

    Los incas, a ms de utilizar los mencionados mecanismos de mi-tificacin de la explotacin, exigan que cuando fueran a trabajar en las

  • tierras del Sol y del Inca, lo hicieran como si se tratara de una gran fiesta, usando los mejores vestidos y cantando. El Inca ofreca comida y bebida en abundancia.

    Lo que ante los ojos de los trabajadores apareca como una generosidad del Inca, en realidad era una generosidad ya institucionalizada previamente por el curaca y que ahora era asumida por el Estado. As se encubran las relaciones de explotacin y servidumbre. Claro que el Estado entregaba la materia prima y las herramientas y medios de trabajo a los productores, en forma anloga a la que haba sido establecida por el curaca o autoridad tnica; el Estado aseguraba adems la supervivencia personal y familiar. Parece que la figura del Inca era benvola y, segn relatan algunos cronistas, nunca se negaba a una peticin.

    El Estado inca, para organizar su base econmica necesit:

    1. hacer censos no slo de los productores sino de los productos tributados;

    2. organizar y sostener un ejrcito, para controlar y reprimir las subversiones;

    3. desarrollar una maquinaria administrativa que controlara todo. Los traslados de poblacin se constituyeron en uno de los mecanismos de control.

    Respecto a este tercer aspecto cabe resaltar que el de la mitma y el del yanaconaje fueron sistemas de traslado de la poblacin, los cuales, a la larga, desestructuraron el ayllu, puesto que las personas sometidas a

  • estos cambios eran desarraigadas de sus tierras y arrancadas de su pa-rentela. Las poblaciones mitma no eran sino una mezcla de ayllus.

    El sistema mitma consista en el trasplante de poblaciones de un lugar, donde posiblemente podan provocar levantamientos, a otro, donde las etnias dominadas tambin amenazaban con levantarse. Al principio de la constitucin del imperio, fueron las poblaciones del circuncuzco las que fueron llevadas a lugares relativamente lejanos.

    En la medida en que se expanda el imperio, los mitmas podan recorrer miles de kilmetros de distancia. Se sabe de pueblos quechuas que fueron trasplantados a territorio aymara, de caaris que fueron lleva-dos al Cuzco, de aymars que fueron trasladados al norte del Ecuador. Muchas veces estos transplantes se hicieron entre etnias rivales. Con esto el Inca lograba que dichas etnias se controlaran mutuamente, al tiempo que se mantena informado por los dos canales. Evidentemente estos mecanismos causaban mucha resistencia a la dominacin inca.

    El sistema mitma ha sido generalmente abordado desde el punto de vista estratgico y militar pero pocas veces se analiza su funcin pro-ductiva, como tampoco el nexo y la continuidad que existi entre la exis-tencia de los archipilagos multitnicos, cuya funcin era tener un control directo de los pisos ecolgicos mediante el establecimiento de colonias multitnicas, y el sistema mitma.

    La diferencia entre los dos sistemas -el de las colonias multitni-cas y la mitma- radica en que, en el primer caso, era la propia comunidad la que decida hacer estos traslados; en segundo lugar, que las familias que iban a colonizar lo hacan en forma rotativa y peridica y por tanto no era una condicin permanente; y, en tercer lugar, que mientras cumplan

  • estas funciones, las familias trasladadas no perdan los derechos en sus comunidades de origen. En cambio en el sistema mitma, el traslado, gene-ralmente a las etnias revoltosas, era impuesto por el Estado; adems, los transplantes eran definitivos y significaban un desarraigo total de sus tie-rras de origen y de su parentela.

    Entre otras razones, el aumento de la productividad en el incario debe atribuirse, precisamente, al sistema mitma. Las poblaciones eran transplantadas a aquellos lugares caracterizados por una baja productivi-dad, o a lugares donde se daban bienes estratgicos, pero que, debido a condiciones climticas desfavorables, generaban una resistencia para ir a trabajar en ellos. Esto ltimo aconteca, por ejemplo, en las yungas (ubi-cadas en la ceja de montaa, con clima clido y, por tanto, malsano para los habitantes de la sierra) donde se sembraba la coca (un alucingeno de alto valor ritual). Otro ejemplo son los lugares donde se produca arcilla de buena calidad, pero carentes de condiciones propicias para la agricultura.

    En sntesis, el sistema mitma no sera sino un modelo de "verticalidad" o de aprovechamiento de los diversos pisos ecolgicos, simi-lar al de las colonias multitnicas pre-incas. Sin embargo, dadas las pro-porciones imperiales del Tahuantinsuyo, la verticalidad Jisica perdi impor-tancia, porque ahora las colonias no necesitaban asegurarse el acceso a otros pisos para procurarse bienes complementarios que garantizaran su supervivencia y menos an tener proximidad al ncleo o comunidad de origen, puesto que era el Estado el responsable de la supervivencia de las diversas colonias.

    El Cuzco, donde se centralizaban las clicas, era el eje del abastecimiento y de la redistribucin de bienes. En la periferia del Cuzco

  • habitaban colonias de diverso origen. De all que hubo colonias alfareras, metalrgicas o textiles, cuyas comunidades de origen estaban a cientos de kilmetros. Por ejemplo, en Hunuco haba colonias de "hanan quechuas del Cuzco", otras eran tradas desde Huayllas, otras desde Cayambe (ubicado al norte del Ecuador); tambin haba chachapoyas y paltas (del sur del Ecuador). Todos estos grupos tnicos tenan la condicin de mitmas.

    Los yana eran personas entregadas, generalmente, al servicio personal de un noble. No eran ni esclavos ni siervos, adems muchos de ellos podan cumplir altas funciones burocrticas, gozar de privilegios y estaban exentos de la mita.

    Como se puede apreciar, la existencia del Estado no contradeca la existencia del ayllu. Por el contrario, su existencia y reproduccin fue la condicin del funcionamiento y expansin del Estado inca. De hecho, el Inca nunca se relacionaba directamente con los miembros de las comunidades sino con sus autoridades tnicas. Sin la mediacin de los curacas, el Inca no habra accedido ni a las tierras ni a la fuerza de trabajo de las comunidades subordinadas. El bienestar comunitario era una ms de las condiciones de la alta productividad del Estado. Lo ilustra el hecho de que, cuando los pueblos dominados tenan un bajo nivel de desarrollo, con el dominio inca experimentaron un mejoramiento tecnolgico y de nivel de vida.

    El hecho de que en la sociedad inca no haba pobres ni abandonados no debe atribuirse al carcter benvolo o socialista del Estado, como muchos sostienen, sino a que el cuidado de estas personas estaba en manos del ayllu. Esto era una descarga ms para el Estado.

  • 6. LA ADMINISTRACIN INCA

    Tambin en este campo los incas fueron continuadores de los sistemas administrativos de las diversas culturas andinas subyugadas. El ayllu sigui siendo la base del funcionamiento del imperio, a tal punto que el Tahuantinsuyo no era sino el producto de la articulacin de ayllus, lo cual permite compararlo con una gran confederacin de tribus o con un seoro tnico de gran magnitud.

    Los incas tambin asimilaron la organizacin decimal ya existen-te. El fundamento de este sistema consista en clasificar a la poblacin a base de los nmeros cinco y diez y establecer la jerarqua administrativa segn el tamao de los grupos controlados.

    Si bien es cierto que se numeraba a los jefes de familia, la pobla-cin se calculaba considerando el grupo domstico. Se calculaba que el tamao promedio de este ltimo era de cinco miembros. Entonces, la es-cala de las autoridades se iniciaba con el jefe de familia al que se le llama-ba "puric" ('el que camina'). Por cada cinco puric haba un vigilante que se llamaba pionca camayoc {pionca, 'cinco', camage, 'el que cuida'), que tena autoridad sobre 25 personas. El siguiente nivel era el del jefe de 10 fami-lias o chunga camayoc [chunca, 'diez') -gobernaba a 50 personas-. El jefe de cincuenta familias era el pichca chunga camayoc [pichca chunca, 'cincuenta') -vigilaba a 250 personas-. El pachac camayoc {pachac o patsac, 'cien') o Jefe de 100 familias -tena a su cargo 500 personas-. El pichca pachac camayoc {pichca pachac, 'quinientos') o jefe de quinientas familias -es decir, controlaba a 2.500 personas-. El huaranga camayoc [huaranca, 'mil') o jefe de mil familias -gobernaba a 5.000 personas-. El

  • pichca huaranga camayoc (pichca huaranca, 'cinco mil'), jefe de 5.000 familias o 25.000 personas. Al tope de la escala estaba el *hunu camayoc o jefe de 10.000 familias o ms de 50.000 personas.

    En la realidad los tamaos del ayllu no correspondan exacta-mente a la clasificacin decimal, pero los ayllus se ubicaban en el rango al que ms se aproximaban; por ejemplo, a un ayllu de 124 miembros se lo consideraba pachaca (de 100).

    Los privilegios otorgados a estas autoridades tenan una relacin directa con el nmero de familias que controlaban. Los curacas de pa-chaca apenas tenan distinciones. Algunos autores sealan que los cura-cas de menos de cincuenta familias ni siquiera estaban exentos de traba-jar en su chacra y que estaban sujetos a la mita hasta los curacas de qui-nientas familias; otros dicen que hasta los de mil. El curaca de Chincha gobernaba a 30.000 familias, era un hunu camayoc y estaba colmado de privilegios.

    Si bien es cierto que los incas mantuvieron las autoridades tni-cas, stas funcionaban bajo la vigilancia del tucui ricuc [tucui, 'todo' y ricuc, 'el que ve', 'el que vigila'), un funcionario que perteneca a la aristocracia cuzquea o, al menos, a la etnia inca, y que gobernaba por derecho de conquista.

    El rucu ricuc, como intermediario del Inca, era el encargado de imponer las nuevas obligaciones demandadas por el Estado a los pueblos conquistados. As, los curacas perdieron poder y autoridad ante los miem-bros del ayllu, lo que acentuaba el rechazo a los incas, no slo por parte de los curacas sino tambin por parte del mismo ayllu. Pero no se puede negar el papel de unificacin y coherencia que daban estos agentes al

  • Ilustracin 24. Los quipus y la taptana. Los incas no desarrollaron la escritura pero si un sistema de contabilidad. Los quipus eran cordeles de colores que se anudaban para significar cantidad y especie. La taptana (o yupana) era una tabla que serva para hacer