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DESARROLLO HUMANO UNIDAD I LA LIBERTAD: FACULTAD INHERENTE A TODO SER HUMANO PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD Imagina que los seres vivos se clasificaran según sus capacidades cognitivas. En el nivel inferior, estarían sin duda las plantas, desprovistas de todo razonamiento. Enseguida se encontrarían los animales, que actúan guiados por sus instintos, como el pájaro que levanta inmediatamente el vuelo al ver un gato, reaccionando según su instinto natural que no incluye la posibilidad de actuar de otra manera ante la advertencia de peligro. El ser humano se hallaría en la cúspide de la clasificación, puesto que posee la facultad de reflexionar y actuar en función de sus gustos o necesidades. A esto se le llama libre albedrío o facultad de elección. PROPÓSITO DE LA UNIDAD En esta unidad reflexionarás acerca de la libertad e identificarás algunos de los elementos que influyen en tu voluntad como sujeto racional, con el objeto de que valores el alcance de tus decisiones y su impacto en tu contexto inmediato. Para ello, examinarás algunas situaciones de la vida cotidiana que seguramente te serán familiares. ¡A empezar! COMPETENCIAS ESPECÍFICAS Identifica la libertad como una facultad inherente al ser humano, para estimar la relevancia de las decisiones individuales y el impacto de éstas en el mundo que le rodea, a través del examen de situaciones en las cuales hay un margen de acción. Analiza los elementos que intervienen en la justificación de todo acto, así como sus posibles valoraciones, por medio del estudio de distintos contextos y sus consideraciones particulares.

Unidad I.- La Libertad, Facultad Inherente a Todo Ser Humano

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Primera Unidad de la materia Desarrollo Humano de la UnADM

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DESARROLLO HUMANO

UNIDAD I

LA LIBERTAD: FACULTAD INHERENTE A TODO SER HUMANO

PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD

Imagina que los seres vivos se clasificaran según sus capacidades

cognitivas. En el nivel inferior, estarían sin duda las plantas, desprovistas

de todo razonamiento. Enseguida se encontrarían los animales, que

actúan guiados por sus instintos, como el pájaro que levanta

inmediatamente el vuelo al ver un gato, reaccionando según su instinto

natural que no incluye la posibilidad de actuar de otra manera ante la

advertencia de peligro.

El ser humano se hallaría en la cúspide de la clasificación, puesto que posee la facultad de

reflexionar y actuar en función de sus gustos o necesidades. A esto se le llama libre albedrío

o facultad de elección.

PROPÓSITO DE LA UNIDAD

En esta unidad reflexionarás acerca de la libertad e identificarás algunos

de los elementos que influyen en tu voluntad como sujeto racional, con el

objeto de que valores el alcance de tus decisiones y su impacto en tu

contexto inmediato. Para ello, examinarás algunas situaciones de la vida

cotidiana que seguramente te serán familiares.

¡A empezar!

COMPETENCIAS ESPECÍFICAS

Identifica la libertad como una facultad inherente al ser humano, para

estimar la relevancia de las decisiones individuales y el impacto de

éstas en el mundo que le rodea, a través del examen de situaciones

en las cuales hay un margen de acción.

Analiza los elementos que intervienen en la justificación de todo acto,

así como sus posibles valoraciones, por medio del estudio de

distintos contextos y sus consideraciones particulares.

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1. LA LIBERTAD: FACULTAD INHERENTE A TODO SER HUMANO

Muchas veces, durante la niñez, el ser humano acepta en forma pasiva las normas y reglas

que recibe de los mayores (padres, maestros, ministros de la iglesia, autoridades

gubernamentales, etc.), ya sea por imposición o por convicción, pero al crecer, poco a poco

la razón busca los fundamentos de dichas reglas.

Quizá durante tu adolescencia pusiste en duda algunos de los principios que aprendiste en el

seno de tu familia, motivado por tus propias reflexiones y en un afán de formar tu propia

identidad. Pues bien, al ser adulto, te encuentras en el mejor momento para seguir

cuestionando lo que sucede a tu alrededor e incluso ir más allá, transformando tu realidad

para mejorarla o adaptarla a tus necesidades.

Todo ello es posible gracias a la razón, que es aquella característica fundamental que nos

hace ser humanos, y que nos permite, entre otras cosas:

Reflexionar antes de actuar

Postergar

Planificar

En la película 2001: Odisea Del Espacio hay una escena en la que el

protohumano se da cuenta de que puede utilizar un hueso como una

herramienta para modificar activamente su entorno; esta imagen poética

representa el momento en el que el humano se separa del resto del reino

animal: descubre, analiza, repite, concluye, planea, explica y consigue.

Contrario a lo que pueda suponerse, la razón no es una facultad que nos brinde la solución a

nuestros problemas automáticamente, como si se tratara de una computadora. La razón,

ante todo, es flexible, y tiene la capacidad de adaptarse a las múltiples situaciones que se

nos presentan cotidianamente.

Cabe señalar que, para que la razón sea plena, es necesaria la presencia de la libertad: para

poder actuar de acuerdo a lo que cree conveniente, el ser humano tiene que ser libre. Sin

embargo la libertad también requiere de la razón, ya que sólo por medio de ella hombres y

mujeres podemos decidir qué hacer ante un mar de posibilidades.

Gracias a la razón el ser humano decide qué hacer; gracias a la libertad, se mueve a sí

mismo para alcanzar sus propósitos.

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¡Razón y libertad! maravillosos dones que permiten a mujeres y hombres ser dueños de sus

acciones, escoger entre alternativas, hacer o dejar de hacer y ser responsables de ello, elegir

una cosa sobre otra y disfrutar el fruto de su cosecha.

A continuación profundizarás en el tema de la relación que existe entre la razón y la libertad.

Pero antes, lee el texto ¿Qué es la libertad?, de Hannah Arendt y reflexiona sobre el tema.

¿Qué Es La Libertad? (Fragmento)

Hannah Arendt

Abstract

El texto ¿Qué es la libertad?, de Hannah Arendt señala la condición automática de los

procesos del universo, tanto naturales como históricos. En contraste, destaca que la libertad

es una facultad capaz de trascender “toda anticipación”, ya que permanece intacta a pesar

de todo e impulsa cada una de las acciones humanas.

[…] No hay duda de que la vida humana, situada en la Tierra, está rodeada de procesos

automáticos por los procesos naturales de la Tierra, que a su vez, están rodeados de

procesos cósmicos, y hasta nosotros mismos somos conducidos por fuerzas similares en

tanto somos también parte de la naturaleza orgánica. Más aún, nuestra vida política, a pesar

de ser el reino de la acción, también se ubica en el seno de procesos que llamamos

históricos y que tienden a convertirse en procesos tan automáticos o naturales como los

procesos cósmicos, a pesar de haber sido iniciados por los hombres.

La verdad es que el automatismo es inherente a todos los procesos, más allá de su origen;

ésta es la razón por la cual ningún acto singular, ningún evento singular, puede en algún

momento y de una vez para siempre, liberar y salvar al hombre, o a una nación, o a la

humanidad. Está en la naturaleza de los procesos automáticos a los que está sujeto el

hombre, pero en y contra los cuales puede afirmarse a través de la acción, el que estos

procesos sólo pueden significar la ruina para la vida humana. Una vez que los procesos

producidos por el hombre, los procesos históricos, se han tornado automáticos, se vuelven

no menos fatales que el proceso de la vida natural que conduce a nuestro organismo y que,

en sus propios términos, esto es, biológicamente, va del ser al no- ser, desde el nacimiento a

la muerte. Las ciencias históricas conocen muy bien esos casos de civilizaciones petrificadas

y desesperanzadamente en declinación, donde la perdición parece predestinada como una

necesidad biológica; y puesto que tales procesos históricos de estancamiento pueden

perdurar y arrastrarse por siglos, éstos llegan incluso a ocupar lejos el espacio más amplio

en la historia documentada; los períodos de libertad han sido siempre relativamente cortos en

la historia de la humanidad.

Lo que usualmente permanece intacto en las épocas de petrificación y ruina predestinada es

la facultad de la libertad en sí misma, la pura capacidad de comenzar, que anima a inspirar

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todas las actividades humanas y constituye la fuente oculta de la producción de todas las

cosas grandes y bellas.

Pero mientras este origen, permanece oculto, la libertad no es una realidad terrenalmente

tangible, esto es, no es política. Es porque el origen de la libertad permanece presente aun

cuando la vida política se ha petrificado y la acción política se ha hecho impotente para

interrumpir estos procesos automáticos, que la libertad puede ser tan fácilmente confundida

con un fenómeno esencialmente no político; en dichas circunstancias, la libertad no es

experimentada como un modo de ser con su propia virtud y virtuosidad, sino como un don

supremo que sólo el hombre, entre todas las criaturas de la Tierra, parece haber recibido, del

cual podemos encontrar rastros y señales en casi todas sus actividades, pero que, sin

embargo, se desarrolla plenamente sólo cuando la acción ha creado su propio espacio

mundano, donde puede por así decir, salir de su escondite y hacer su aparición.

Cada acto, visto no desde la perspectiva del agente sino del proceso en cuyo entramado

ocurre y cuyo automatismo interrumpe, es un “milagro”, esto es, algo inesperado. Si es

verdad que la acción y el comenzar son esencialmente lo mismo, se sigue que una

capacidad para realizar milagros debe estar asimismo dentro del rango de las facultades

humanas. Esto suena más extraño de lo que en realidad es. Está en la naturaleza de cada

nuevo comienzo el irrumpir en el mundo como una “infinita improbabilidad”, pero es

precisamente esto “infinitamente improbable” lo que en realidad constituye el tejido de todo lo

que llamamos real. Después de todo, nuestra existencia descansa, por así decir, en una

cadena de milagros, el llegar a existir de la Tierra, el desarrollo de la vida orgánica en ella, la

evolución de la humanidad a partir de las especies animales.

Desde el punto de vista de los procesos en el Universo y en la Naturaleza, y sus

probabilidades estadísticamente abrumadoras, la aparición de la existencia de la Tierra a

partir de los procesos cósmicos, la formación de la vida orgánica a partir de los procesos

inorgánicos, la evolución del hombre, finalmente, a partir de los procesos de la vida orgánica,

son todas “infinitas improbabilidades”, son “milagros” en el lenguaje cotidiano. Es debido a

este componente milagroso presente en la realidad que los eventos, sin importar cuán

anticipados estén en el miedo o la esperanza, nos impactan con un shock de sorpresa una

vez que han sucedido.

El impacto de un acontecimiento no es nunca completamente explicable, su facultad

trasciende en principio toda anticipación. La experiencia que nos dice que los

acontecimientos son milagros no es ni arbitraria ni sofisticada es, por el contrario, de lo más

natural, en realidad, en la vida cotidiana, es casi un lugar común. Sin esta experiencia

corriente, la parte asignada por la religión a los milagros sobrenaturales sería poco menos

que incomprensible.

He elegido el ejemplo de los procesos naturales que son interrumpidos por el advenimiento

de una “infinita improbabilidad” con el propósito de ilustrar que lo que llamamos real en la

experiencia ordinaria, ha en general adquirido su existencia a través de coincidencias más

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extrañas que la ficción. Por supuesto que este ejemplo tiene sus limitaciones y no puede ser

aplicado sin más al dominio de los asuntos humanos. Sería pura superstición esperar

milagros, “infinitas improbabilidades”, en el contexto de procesos automáticos ya sean

históricos o políticos, aunque tampoco esto puede ser nunca completamente excluido.

La historia, en oposición a la naturaleza, está llena de acontecimientos; aquí el milagro del

accidente y de la “infinita improbabilidad” ocurre tan frecuentemente que incluso parece

completamente extraño el hecho de hablar de milagros. Pero la razón de esta frecuencia es

meramente que los procesos históricos son creados y constantemente interrumpidos por la

iniciativa humana, por el initium que el hombre es, en tanto es un ser que actúa. De aquí que

no sea en lo más mínimo supersticioso, es más bien un precepto del realismo buscar lo

imprevisible y lo impredecible, el estar preparado para el esperar “milagros” en la esfera

política. Y cuanto más esté desequilibrada la balanza en favor del desastre, tanto más

milagroso aparecerá el acto realizado en libertad; porque es el desastre y no su salvación, lo

que siempre ocurre automáticamente y que por lo tanto siempre debe aparecer como

irresistible.

Objetivamente, esto es, visto desde afuera y sin tener en cuenta que el hombre es un inicio y

un iniciador, la posibilidad de que el futuro sea igual al pasado es siempre abrumadora. No

tan abrumadora, por cierto, pero casi, como lo era la posibilidad de que ninguna tierra

surgiera nunca de los sucesos cósmicos, de que ninguna vida se desarrollara a partir de los

procesos inorgánicos y de que ningún hombre emergiera a partir de la evolución de la vida

animal. La diferencia decisiva entre las “infinitas improbabilidades”, sobre la cual descansa la

realidad de nuestra vida en la Tierra, y el carácter milagroso inherente a esos eventos que

establece la realidad histórica es que, en el dominio de los asuntos humanos, conocemos al

autor de los “milagros”. Son los hombres quienes los protagonizan, los hombres quienes por

haber recibido el doble don de la libertad y la acción pueden establecer una realidad propia.

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Razón Y Libertad

En ocasiones, los seres humanos tomamos decisiones de las que nos arrepentimos más

tarde. Para ejemplificar, imagina que un compañero de tu grupo tiene un mal día y decide

desquitarse al entrar al aula virtual. Durante el tiempo que esté conectado será descortés y

escribirá lo que se le venga en gana sin seguir las reglas de convivencia. Como

consecuencia de sus actos, probablemente obtendrá una amonestación de su Facilitador(a),

perderá la confianza de los demás y obtendrá un bajo aprovechamiento. Posteriormente

desilusionará a quienes creían en él, y con ello disminuirá su autoestima, perdiendo

finalmente el interés por concluir sus estudios y abandonando su carrera.

Se trata de un ejemplo un tanto extremo, aunque nos ayuda a mostrar hasta qué punto razón

y libertad se relacionan. ¿Puedes deducir por qué?

Actuar al margen de la razón o ignorar que los actos tienen

consecuencias y que de uno mismo dependen los resultados,

puede ser desfavorable; sin embargo, algunos lo hacen de vez en

cuando, por ejemplo: el alumno que debe estudiar para un examen

al día siguiente y decide ir a una fiesta; el diabético que elige

comer una rebanada de pastel a pesar de saber el daño que le

produce ingerir alimentos con azúcar; el joven que empieza a

fumar a pesar de comprender que la nicotina es altamente dañina.

Todos ellos tienen algo en común: ignoran el sentido común y dan prioridad a la satisfacción

de sus impulsos inmediatos, mismos que le ocasionan sólo un bien momentáneo.

Actuar a partir de impulsos inmediatos, sin razonar, trae

consecuencias no deseables. En este sentido, la libertad,

orientada por la razón, permite lograr los mejores resultados

en todo aquello que se emprende. Aunque a veces hay

excepciones. En ocasiones se actúa con base en aquello que

se considera acertado y aún así se obtienen malos resultados.

Por ejemplo, una madre de familia golpea a su hijo en afán de inculcar en él la disciplina y el

orden. ¿Puede eso llamarse auténticamente "razonable"?

“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre

libre o esclavo.” Franz Grillparzer

Tal vez esta persona así lo cree. Sin embargo pasa por alto que la violencia dejará heridas

en la psique de su hijo, que posiblemente serán difíciles de sanar.

En este caso se trata de un bien aparente, que se basa sólo en la apreciación subjetiva, en

aquello que se piensa o se siente que puede ser correcto, pero no lo es si reflexionamos a

profundidad sobre ello.

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ACTIVIDAD 1

LOS REFLEJOS DE LA LIBERTAD

1. Analiza el video Reflejos de la libertad. Para ello, da clic en el botón reproducir.

2. Ingresa al foro ¿Qué es para ti la libertad? y comparte con tus compañeros(as) un

comentario crítico donde expreses tu definición personal de libertad y expliques su relación

con la razón por medio de un ejemplo (al menos media cuartilla). Recuerda leer las

participaciones de los demás y comentarlas si lo crees pertinente.

No olvides que es muy importante seguir las indicaciones con el propósito de que

establezcas una comunicación efectiva con tus compañeros(as) y Facilitador(a).

Para ingresar al foro: En la ruta (parte superior izquierda del aula) da clic en Desarrollo. Se

enlistarán las actividades, da clic en Actividad 1. Los reflejos de la libertad.

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1.1. Los Alcances De La Libertad: Intención, Consejo Y Elecciones

Hasta este punto se puede concluir que para ser realmente libres, los seres humanos

debemos emplear objetivamente la razón. Sin embargo, la fórmula no es tan sencilla, ya que

lo que consideramos razonable depende de muchos factores. Por otro lado, es necesario

señalar que la libertad se ve restringida por las situaciones que nos determinan, es decir, que

nos limitan al decidir entre una acción u otra.

Una de las preguntas que ha acompañado al hombre a lo largo de la historia es si realmente

existe la libertad. ¿Cuántas veces tenemos que hacer cosas que no deseamos, o dejar de

hacer aquello que queremos? ¿Podemos decir, en tal caso, que somos libres? Sin duda,

hombres y mujeres estamos determinados por las condiciones en las que vivimos, así como

por nuestras propias necesidades orgánicas; esto no quiere decir que no exista la libertad.

Ser libre no significa hacer todo lo que se quiera: una persona es plenamente libre cuando es

capaz de elegir, después analizar detenidamente lo que más le conviene, tomando en cuenta

las limitaciones que tiene, así como las consecuencias (tanto buenas como malas) que

acarrearán sus acciones. Los actos del ser humano, al ser libres, implican el tener que

asumir la responsabilidad de los resultados que conllevan.

Para profundizar en el punto anterior, realiza la lectura del texto Antropología De La

Libertad, de Edgar Morín, en el cual encontrarás algunas consideraciones en torno a los

alcances de la libertad desde la perspectiva antropológica.

Intención, Consejo Y Elección

Examinemos ahora la forma en la cual se toman las decisiones en la práctica, teniendo en

cuenta nuestros deseos y aquello que nos determina.

Alberto Hernández Baqueiro (1997) dice que este proceso consta de varias etapas:

Intención: voluntad o deseo de hacer algo

Consejo: intervención del juicio, ¿es posible y viable lo que queremos hacer?

Elección: decisión final

Cuando una persona toma una decisión, en su interior se origina un proceso gradual en el

que intervienen varias de sus facultades: a la inteligencia le corresponde reconocer y poner

el orden de la actuación, mientras que a la voluntad corresponde mover o empujar al sujeto,

por fuerza de su deseo, hacia el objeto elegido.

Al respecto del proceso de toma de decisiones, Alberto Hernández Baqueiro señala lo

siguiente:

“El proceso por el que se llega a formar una decisión consiste en una alternancia de

intervenciones tanto del conocimiento como del deseo. En ese proceso, un avance en el

conocimiento es el que desencadena un movimiento progresivo en el que las dos facultades,

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inteligencia y voluntad, se retroalimentan, impulsándose mutuamente a ir adelante hasta

llegar a un punto en el que se da la elección, y por consiguiente el acto libre completo”.

Más adelante, en la unidad 3 del curso, estudiarás con detalle el proceso de la toma de

decisiones.

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1.2. LA VOLUNTAD

Tenemos, pues, que uno de los elementos que intervienen en la toma de decisiones es la

voluntad, entendida como el deseo de hacer algo.

¿Pero cómo se expresa la voluntad en la práctica?

Las acciones que realizamos pueden ser clasificadas en tres formas:

Voluntarias

o Las acciones son voluntarias cuando existe el deseo de llevarlas acabo, es

decir, su principio de realización se encuentra en la persona que las ejecuta, en

su voluntad o deseo.

Contravoluntarias

o Son aquellas que se hacen sin desearlo, es decir, de manera forzada. Detrás

de ellas existe un agente que obliga a su realización, es decir, un

condicionamiento.

No voluntarias

o No se puede decir que las acciones no voluntarias sean deseadas, sin embargo

tampoco son despreciadas. En algunos casos son una combinación de lo

voluntario y lo contravoluntario, mientras que en otros no parecen mezcla sino

acciones defectuosas, a las que les falta algo para ser plenamente libre.

Imagina que un amigo te cuenta que una madre abandonó a sus hijos. Te preguntarás

entonces: ¿se fue para iniciar “una nueva vida” con otra pareja y con otros hijos?, ¿la

situación económica tan precaria la obligó a buscar trabajo en un lugar distante?, ¿sufrió una

enfermedad que la llevó a la muerte?

Si quiso separarse de sus hijos para tener una nueva vida, lo hizo voluntariamente. Si las

circunstancias la forzaron a irse, entonces fue contravoluntario. Si murió, su partida y el

abandono de sus hijos fue no voluntario.

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Hasta ahora podemos concluir que la libertad, en una

dimensión plena, implica la intervención de la voluntad o

deseo y la inteligencia. Por ello, cuando llevamos a cabo

ciertas acciones sin dimensionar las posibles

consecuencias, somos libres únicamente en apariencia.

La inteligencia nos permite tomar en cuenta las

determinaciones que nos rodean y ser conscientes de

las consecuencias que acarrearán nuestros actos, para así tomar las mejores decisiones

para nosotros y para quienes nos rodean.

Cabe resaltar que el grado de libertad no nos exime de la responsabilidad. El estado de

ignorancia en el que nos encontremos puede llevarnos a actuar ciegamente, pero es nuestra

obligación hacernos cargo de las consecuencias. Piensa en una persona que, en estado de

ebriedad, atropella a alguien más. Si bien puede alegar que no era consciente de sus actos,

sí es responsable de haber ingerido el alcohol que lo llevó a provocar dicho accidente.

Así como la ignorancia, hay muchos factores que obstaculizan el uso pleno de la libertad. Te

invitamos a leer el documento Los Obstáculos De La Libertad, para conocer algunos más.

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1.3. ÉTICA Y MORAL

Hay varias ciencias que examinan los actos humanos (la antropología, psicología, sociología,

historia, etc.) pero cada una los aborda desde una perspectiva diferente. Para propósitos de

la materia nos apoyaremos en la ética y la moral, que se ocupan de las normas o costumbres

que rigen la conducta de los miembros de un núcleo social desde la “bondad” o “maldad” que

involucran.

¿Cuál Es La Diferencia Entre Ética Y Moral?

Los seres humanos tenemos la capacidad de actuar conscientemente, a voluntad. Somos

responsables de nuestros actos, pero con frecuencia dichos actos se sujetan a las normas de

nuestra comunidad, y esto nos lleva a ser morales.

La moral es prescriptiva, es decir, dicta reglas de conducta y normas que favorecen la

convivencia entre los individuos de una comunidad (de ello se desprende que existan

diversos sistemas morales); la ética, por otra parte, es la reflexión en torno a dichas reglas.

Mientras que la moral se pregunta: ¿qué debo hacer?, la ética se interroga sobre los

fundamentos de aquello que se hace.

Adolfo Sánchez Vázquez clarifica la distinción entre la ética y la moral de la siguiente

manera:

“La ética no crea moral. Aunque es cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios,

normas o reglas de conducta, no es la ética la que, en una comunidad dada, establece esos

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principios y normas. La ética se encuentra con una experiencia histórico-social en el terreno

de la moral, o sea, con una serie de morales efectivas y dadas y, partiendo de ellas, trata de

establecer la esencia de la moral, su origen, las condiciones objetivas y subjetivas del acto

moral, las fuentes de valoración moral, la naturaleza y función de los juicios morales, los

criterios de justificación de dichos juicios y el principio de que rige el cambio y sucesión de

diferentes sistemas morales.

La ética es la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad. O sea,

es ciencia de una forma específica de conducta humana".

SÁNCHEZ VÁZQUEZ, Adolfo (1979). Ética. Barcelona: Crítica. Pág. 24-25.

Hay algunas acciones conscientes que no pueden ser juzgadas desde la ética, ya que no son

ni buenas ni malas. Por ejemplo: alimentarse, rascarse la cabeza o beber agua cuando

tenemos sed.

Para juzgar éticamente una acción se requiere analizar la intención con que se realizó. Para

ello, podemos llevar a cabo un juicio ético. A continuación, analizaremos qué es y en qué

consiste. Pero antes, realiza la Actividad 2. Teorías de la libertad.

ACTIVIDAD 2. TEORÍAS DE LA LIBERTAD

1. Lee El problema de la libertad, de Oswaldo Orna, donde encontrarás elementos para

profundizar en el estudio de los temas desarrollados hasta este momento.

2. A continuación, construye un cuadro comparativo como el que se muestra, partiendo de

las teorías y doctrinas de la libertad que se exponen en el documento.

Teoría | Principal exponente (autor) | Según esta teoría, ¿el hombre es libre? | Razones (justificación)

3. Al finalizar tu cuadro, menciona qué teoría te convence más. Argumenta tu respuesta.

4. Guarda tu documento con el nombre DH_U1_A2_XXYZ sustituyendo las últimas cuatro

letras por las siglas de tu nombre y envíalo a tu Facilitador(a) para recibir retroalimentación.

Recuerda que tu archivo no debe pesar más de 4 MB.

Para enviar tu documento: En la ruta (parte superior izquierda del aula) da clic en Desarrollo.

Se enlistarán las actividades, da clic en Actividad 2. Teorías de la libertad.

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1.4.- EL JUICIO ÉTICO

El juicio ético nos permite determinar en qué grado los actos se apegan o alejan de las

normas o principios establecidos por un sistema moral. Es ético porque se basa en aquellos

criterios que justifican la forma de obrar. Por lo general, los sistemas morales de las

sociedades toman como principio aquello que se reconoce como bueno, por ende, se actúa

correctamente cuando los actos generan un bien.

Podríamos citar el imperativo categórico de Immanuel Kant, mismo que se erige como un

principio moral compartido por diversas culturas y religiones:

“Obra sólo según una máxima tal, que puedas querer al mismo tiempo que tus actos se

tornen un ejemplo de ley universal”. Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las

costumbres.

Esto quiere decir, que uno debe actuar como quisiera que actuaran los demás.

Existe una serie de normas fundamentales que ha guiado nuestros actos a lo largo de la

historia. A través de la razón, por ejemplo, todo hombre reconoce que el bien común es su

propio bien; que no debe conducirse atendiendo sólo su propio interés sin cuidar el bien de

los demás.

Otras normas morales son: el respeto a la vida de los demás seres (en especial la de sus

congéneres con los cuales comparte la misma dignidad humana), la lealtad a la verdad (ya

que por ley natural, la palabra debe estar al servicio de la verdad, y por ello lo expresado

debe coincidir con lo que se piensa. Si la palabra no refleja la idea, se violenta el orden

natural de las cosas), etc.

Ahora revisarás algunas pautas para elaborar un juicio ético que te permitirá definir si un acto

es moralmente bueno o malo bajo determinadas condiciones.

Page 15: Unidad I.- La Libertad, Facultad Inherente a Todo Ser Humano

1.4.1. Objeto, Fin Y Circunstancia

Para determinar si un acto se apega a las normas morales de determinado sistema, se

deben considerar tres elementos: el objeto, el fin y las circunstancias”.

Objeto

El objeto se puede definir como aquello a lo que tienden los actos por su “fin de la obra”. No

se debe confundir con el fin. Especifica el acto moral al considerar su relación de

conveniencia o disconveniencia con la moral normal al calificarlo como acto bueno o malo.

Fin

El fin es aquel objetivo que se propone el agente (el que realiza la acción).

Circunstancias

Las circunstancias se definen como accidentes (lugar, modo, medios empleados, cantidad,

relación, etc.) que envuelven al acto humano moral. Pueden no estar presentes, pero pueden

agregar mayor o menor bondad o maldad a los actos.

Ejemplo:

Un hombre rompe el parabrisas de un automóvil para sustraer una laptop que estaba en el

asiento, la vende para comprar droga, ya que es un adicto.

La explicación es la siguiente:

Objeto: apoderarse de lo ajeno, en este caso, la laptop.

Fin: la satisfacción de su necesidad de la droga.

Circunstancia: el automóvil con la laptop a la vista.

¿Cómo se puede saber si un acto ha sido bueno o malo?

Se debe poner especial atención al fin, ya que es el elemento que revela la voluntad y la

especificación detrás de los actos humanos. En el ejemplo anterior, se sabe que el robo es

intrínsecamente malo, por lo cual el acto es malo. Sin embargo el fin define el dictamen: el

robar es malo, y más aún, cuando se hace para satisfacer una adicción.

Page 16: Unidad I.- La Libertad, Facultad Inherente a Todo Ser Humano

Veamos otro ejemplo:

Es muy diferente vestirse con el objeto de cobijar o proteger el cuerpo, a comprar zapatos

compulsivamente con el fin de satisfacer la avaricia, como lo hizo Imelda Marcos, quien

acumuló centenares de pares de zapatos cuando fue primera dama; a pesar de que gran

parte de la población filipina se hundía en la pobreza extrema debido a la crisis económica.

Su objeto era la adquisición de zapatos de forma innecesaria.

Su fin, poseer cada vez más.

La circunstancia en que se dio este hecho fue la pobreza de su pueblo.

Por tanto, se puede decir que el acto fue malo.

En los casos anteriores se observa claramente que el elemento indispensable de la

voluntariedad debe ser tomado en cuenta para realizar el juicio moral. Queda entendido que,

independientemente del acto en sí, el fin lo convierte en bueno o malo.

En la vida diaria, por otro lado, se actúa con fines que no son malos por sí mismos. Sin

embargo, las circunstancias lo convierten en una falta, como puede ser transitar en sentido

contrario al permitido o hablar por celular en el aula durante la clase. En este caso, se trata

de actos prohibidos por una autoridad positiva.

Es conveniente precisar que las circunstancias generalmente le dan cierto grado a la bondad

o maldad objetiva de los actos: no es lo mismo robarle cien pesos a un hombre rico que los

va a usar para comprar unos cigarros, que a un pobre que solamente tiene que pagar el

tanque de oxígeno para su madre enferma de los pulmones.

La última situación es algo más grave, pues implica poner en peligro la vida de una tercera

persona, mientras que el primero tiene como atenuante el impedir que el hombre compre

cigarros.

Dentro de este contexto, enunciaremos algunos aspectos que podemos considerar como

circunstancias (García, 2006, p. 55).

Quién: es la cualidad o condición de la persona que realiza la acción.

Qué cosa: se refiere a la cantidad o cualidad del objeto.

Dónde: es el lugar donde se realiza la acción.

Con qué medios: se refiere a los medios, sean lícitos o ilícitos, usados para ejecutar la

acción.

Por qué: es el fin intentado en la acción.

Cómo: es el modo moral con que se realiza el acto; determina con qué grado de

advertencia o deliberación se actúa.

Cuándo: designa la cualidad de tiempo o la duración de la acción.

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Algunas Precisiones Importantes

El juicio ético se lleva a cabo según las normas de determinado sistema moral, pues definir

normas que sean universales y compartidas por todos los seres humanos es una tarea cuasi

utópica ya que los rituales sociales que pueden ser válidos en una sociedad, pueden tener

connotaciones muy negativas en otras.

Por ejemplo, mientras que las antiguas culturas mesoamericanas practicaban los sacrificios

humanos, los griegos los rechazaban. A pesar de esto, es famoso el designio del oráculo que

ordenaba el sacrificio de Ifigenia para que los griegos pudieran zarpar a la Guerra de Troya.

¿Es adecuado decir que una cultura era más “salvaje” que otra?

A continuación se te presenta un texto de Alonso García Luz, titulado Diversas

combinaciones en la acción humana, en donde se establecen algunas pautas para

determinar si un acto es bueno o malo, a partir de la obra de Santo Tomás de Aquino.

Reflexiona sobre las ideas que presenta.

¿Consideras que es posible determinar la bondad o maldad en los actos partiendo de este

sistema?

Para responder esta pregunta, piensa en una situación de tu vida donde apliques alguna de

las combinaciones descritas emitiendo al final un juicio moral sobre ésta.

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Actividad 3. Objeto, Fin Y Circunstancia

Page 19: Unidad I.- La Libertad, Facultad Inherente a Todo Ser Humano

Autoevaluación

Es momento de que evalúes tu propio aprovechamiento de los conceptos vistos a lo largo de

la unidad. Para ello, resuelve el cuestionario de opción múltiple.

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Evidencia De Aprendizaje 1. Juicio Ético

Hasta aquí has revisado algunos de los puntos más relevantes sobre la condición libre del

ser humano, la responsabilidad que hay en cada uno de los actos y los elementos que debes

tener en cuenta al emitir un juicio ético.

Para generar tu evidencia de aprendizaje, realiza lo siguiente:

1. Tu asesor(a) te hará llegar el planteamiento de un caso. Analízalo con detenimiento a la

luz de los conceptos con los que trabajaste a lo largo de la unidad.

2. Descarga el documento Evidencia de aprendizaje 1: Juicio ético y responde las preguntas

que se te presentan.

Evidencia de aprendizaje 1. Juicio ético

Instrucciones. Analiza detenidamente el caso que te hizo llegar tu asesor y responde las

siguientes cuestiones.

a) ¿Quién es el protagonista del caso?

b) ¿Cuál es la raíz del problema que se expone? ¿Se trata de una acción voluntaria,

contravoluntaria o involuntaria?

c) Menciona en orden el objeto, el fin y la circunstancia del acto realizado por el

protagonista.

d) ¿Qué elementos condicionan el actuar del personaje? Recordando el texto de

Oswaldo Orna, identifica el tipo de determinación que existe sobre el protagonista:

ambiental, genético, educacional, económico, teológico, cosmológico, social o de otra

índole.

e) Ahora, tomando en cuenta los puntos que has detectado, elabora tu veredicto. ¿El

personaje actuó correctamente o no? Menciona el criterio que estás utilizando (es

decir, las normas o principios en los que basas tu veredicto).

f) Finalmente, elabora una propuesta de solución y justifícala. ¿Qué actuación hubiese

sido la más correcta de acuerdo al caso planteado?

Guarda tu documento con la nomenclatura indicada y envíalo a tu Facilitador(a).

3. Guarda tu documento como Dh_U1_EA_XXYZ. * Sustituye las XX por las dos primeras

letras de tu primer nombre, la Y por la inicial de tu apellido paterno y la Z por la inicial de tu

apellido materno. Envía tu archivo al Facilitador(a) para que te mande la retroalimentación

correspondiente. En caso necesario, podrás enriquecer tu trabajo y enviar una segunda

versión, que será la definitiva. ¡No olvides darle seguimiento!

Page 21: Unidad I.- La Libertad, Facultad Inherente a Todo Ser Humano

CIERRE DE LA UNIDAD

Has concluido la primera unidad de la asignatura. ¡Felicidades

por este esfuerzo!

La libertad humana, para ser plena, siempre tendrá que ser

precedida por la reflexión en torno a las circunstancias que nos

rodean, los objetos que perseguimos y los fines que deseamos.

No existen pautas rígidas para definir si nuestros actos son

universalmente buenos o malos, sin embargo, existen normas

que nos ayudarán a justificarlos y tomar las mejores decisiones

para nosotros y para quienes nos rodean.

En la siguiente unidad trabajarás en torno a la importancia de asumir la responsabilidad

social de tus actos, así como las repercusiones que éstos tienen en el ejercicio profesional.

Para finalizar, te ofrecemos un texto de Pablo Neruda que esperamos te inspire para

continuar cursando tus asignaturas del Primer cuatrimestre con entusiasmo y empeño.

Page 22: Unidad I.- La Libertad, Facultad Inherente a Todo Ser Humano

REFERENCIAS

Bibliografía Básica

Aristóteles (2009). Ética a Nicómaco, España: Tecnos.

Aquino, Tomás de (2009). Suma teológica, Argentina: Distal.

Fromm, Erich (2006). El miedo a la libertad (traducción de Gino Germani). Barcelona:

Paidós.

García Alonso, Luz (2006). Ética o Filosofía Moral, México: Trillas.

Hernández Baqueiro, Alberto (1997). Elementos formales para el análisis ético.

Lecturas en humanidades #7. ITESM-Campus Ciudad de México.

Sánchez Vázquez, Adolfo (2007). Ética. Barcelona: Crítica.

Bibliografía Secundaria

Arendt, Hannah (1960). ¿Qué es la libertad? En: Crisis de la Cultura: Ejercicios de

pensamiento político. Serie Filosofía. Madrid: Editorial Trotta.

Beuchot, Mauricio (2002). Los principios de la filosofía social de Santo Tomás. Líneas

generales del pensamiento socio-político de Santo Tomás de Aquino. México:

IMDOSOC.

García Alonso, Luz (2000). El hombre: su conocimiento y libertad. México: Universidad

Anáhuac del Sur.

Gardeil, H.D. (1974). Iniciación a la filosofía de Santo Tomas de Aquino (cuatro

volúmenes; traducción de Salvador Abascal Carranza). México: Tradición.

Jolivet, Régis (1984). Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Club de lectores.

Llano Cifuentes, Carlos (1989). "Las caras de la dignidad", en Revista ISTMO #181,

marzo-abril.

Ocampo Ponce, Manuel (2002). La importancia de la fundamentación metafísica para

la comprensión de las dimensiones de la persona humana. México: Estudios

ocasionales. Universidad Anáhuac del Sur.

Royo Marín, Antonio (2002). Teología moral para seglares I. Moral fundamental y

especial. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.