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Universidad Austral de Chile Escuela de Psicología
Sede Puerto Montt
Seminario de Investigación Para Optar al Título de Psicólogo
Significado del rol profesional para las y los interventores psicosociales del Programa
Calle en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud.
Pía Cherubini Echeverría, Camila Geisser Urrutia, Valentina Pacheco Hurtado, Montserrat
Tagle Henríquez
Profesor Patrocinante
Alejandra Sánchez Cuevas
Asesor Metodológico
Rodrigo Navarrete Saavedra
Puerto Montt, Diciembre de 2015
2
Índice
I. Resumen ........................................................................................................................ 5
II. Formulación del problema ............................................................................................ 6
II.1. Introducción ............................................................................................................. 6
II.2. Justificación y relevancia ....................................................................................... 12
II.3. Pregunta de investigación ...................................................................................... 14
II.4. Estructura de objetivos ........................................................................................... 14
II.4.1. Objetivo general. ............................................................................................ 14
II.4.2. Objetivos específicos. ..................................................................................... 14
III. Marco teórico .............................................................................................................. 16
III.1. Significado e intersubjetividad ........................................................................... 16
III.2. Formación teórico-práctica del quehacer profesional ........................................ 20
III.3. La dimensión ética y política en la intervención psicosocial ............................. 21
III.3.1. Paradigma de la construcción y transformación crítica. ................................. 21
III.3.2. La definición del Otro..................................................................................... 23
III.4. Políticas sociales y psicología comunitaria ........................................................ 24
III.4.1. Aproximación a las Políticas Sociales en Chile. ............................................ 24
III.4.2. Psicología comunitaria en el contexto de las Políticas Sociales. .................... 26
IV. Marco metodológico ................................................................................................... 30
IV.1. Diseño de investigación y tipo ........................................................................... 30
IV.2. Selección de los participantes ............................................................................ 31
IV.3. Técnicas de producción de información............................................................. 31
3
IV.4. Estrategia de análisis .......................................................................................... 32
IV.4.1. Proceso de registro y análisis.......................................................................... 34
IV.5. Fases y procedimientos ...................................................................................... 34
IV.5.1. Participantes. .................................................................................................. 34
IV.5.2. Consentimiento informado. ............................................................................ 35
IV.5.3. Registro de datos. ........................................................................................... 35
IV.5.4. Cierre de proceso de entrevistas. .................................................................... 35
IV.5.5. Análisis y elaboración de resultados. ............................................................. 35
IV.6. Criterios de calidad............................................................................................. 36
IV.7. Consideraciones éticas ....................................................................................... 36
V. Presentación de resultados .......................................................................................... 38
V.1. Formación profesional de la labor psicosocial a la base de la intervención .......... 38
V.1.1. Dificultades en la formación. ......................................................................... 38
V.1.2. Competencias profesionales. .......................................................................... 39
V.1.3. Asignaturas relevantes. ................................................................................... 39
V.2. Aspectos éticos y políticos que subyacen el rol profesional .................................. 40
V.2.1. Definición del Otro. ........................................................................................ 40
V.2.2. Transformación del Otro. ............................................................................... 42
V.3. Tensiones y oportunidades disciplinarias entre el enfoque comunitario y la praxis
institucional ....................................................................................................................... 44
V.3.1. Desencuentro epistemológico ......................................................................... 44
4
V.3.2. Acercamiento epistemológico ........................................................................ 45
VI. Discusión de resultados y conclusiones ...................................................................... 47
VII. Referencias bibliográficas ........................................................................................... 53
VIII. Anexos ........................................................................................................................ 62
VIII.1. Consentimiento informado ................................................................................. 62
VIII.2. Pauta de entrevista .............................................................................................. 64
VIII.3. Tabla de categorías ............................................................................................. 70
5
I. Resumen
Esta investigación pretende describir el significado del rol profesional para las y los
interventores psicosociales del programa Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto
Montt y Ancud, a partir de las premisas teórico-prácticas de la Psicología Comunitaria. En
relación a lo anterior, la investigación se realiza a través de un estudio de corte cualitativo,
de carácter exploratorio-descriptivo. Se aplican entrevistas semi-estructuradas grupales e
individuales a las y los interventores, las cuales son analizadas desde el método de análisis
de contenido semántico. Los principales hallazgos de la investigación dan cuenta de que el
significado del rol profesional se construye a partir de la relación intersubjetiva con el Otro,
la cual se basa en la co-construcción y resignificación de las problemáticas y necesidades
que el Otro demuestra, enmarcado en un contexto socio-histórico y cultural.
Palabras clave: Significado, Intervención Psicosocial, Política Social, Psicología
Comunitario, Rol Profesional, Interventor Psicosocial
6
II. Formulación del problema
II.1. Introducción
Durante el primer siglo de vida del Estado Chileno, las problemáticas sociales estuvieron
en manos de instituciones privadas de beneficencia cuyo propósito estaba orientado a cubrir
las necesidades sanitarias de la población. Por otro lado, el Estado se encargaba de asuntos
territoriales, estructurales y de vivienda (Larrañaga, 2010). Sin embargo, comienzan a
surgir múltiples demandas de actores sociales, cuyas necesidades no se veían cubiertas
debido a la desconfiable representatividad de los actores políticos (Salazar, 2012), este
escenario abre paso a la Cuestión Social, reflejada en un serie de movimientos obreros
contra la clase dirigente y el nuevo marco económico en Chile (Reyes, 2010). Es así,
cuando en la segunda década del siglo XX, durante el gobierno de Arturo Alessandri
Palma, la política social se consolidó como materia estatal por medio de un proyecto de
Estado de Bienestar Social cuyo fin se propone mejorar las condiciones y el nivel de vida
de los trabajadores a través de la puesta en marcha de diversas iniciativas de vivienda,
trabajo, salud y educación (Larrañaga, 2010). Posteriormente, el gobierno de Eduardo Frei
Montalva (1964-1970), se enfocó, entre otros temas, en la redistribución de los ingresos y
ampliación en la cobertura de beneficios para los sectores más pobres y en el inicio del
proceso de nacionalización de la industria minera, proyecto concretado más adelante en el
gobierno de Salvador Allende, quien consolidó al Estado como proveedor de bienes y
servicios (salud, vivienda, educación) extendidos hacia las clases populares como un
derecho de ciudadanía, en un contexto de alto involucramiento estatal y desarrollo social
(Olmos y Silva, 2010).
Posteriormente, la imposición de la Dictadura de Augusto Pinochet en 1973 significó un
quiebre para la política de bienestar social en Chile, lo que otorga al Estado un carácter
7
neoliberal y selectivo que respondía a un modelo capitalista caracterizado por una
concepción particular del desarrollo social como consecuencia de la estabilidad económica,
concepción que acompañaría a la política social futura incluso después de la vuelta a la
democracia, aunque con tendencia a la universalidad más que a la selección (Huneeus y
Lanas, 2002; Olmos y Silva, 2010).
Desde entonces, en cuanto a la entrega de recursos económicos, la política social
neoliberal chilena prioriza la dimensión individual sobre la colectiva (Corvalán, 1999), lo
que da continuidad a las políticas del modelo de desarrollo en democracia (Peirano, 2009).
Las políticas sociales se dirigen a las necesidades del sujeto beneficiario, definido como
Corvalán (1999) como aquél que presenta dificultades socio-económicas pero que si
revierte tal condición a través de intervenciones sociales, generaría conductas proactivas y
desarrollaría capacidades útiles para el sistema de mercado. Dichas necesidades serían
satisfechas desde “términos deseables” provenientes de una influencia de regulación por
parte del Estado y por la creación de políticas sociales afines al modelo económico actual,
con un Estado democrático que refiere a temáticas de pobreza y desigualdad, que tiende a
individualizar al sujeto beneficiario.
Posteriormente, se produce un aparente giro desde el contexto político de la democracia
(principio de la década de los 90’s) con lógicas socialistas de los gobiernos Demócratas-
Concertacionistas que permiten elaborar políticas sociales cuyo objetivo y diseño “ideal” se
dirige a la utopía de “equidad, con participación de los actores de la protección, bienestar
social y la introducción de la temática de los derechos de ciudadana” (Pressacco y Salvat,
2012, p.10). La nueva lógica de atender los fenómenos sociales es llegar a los grupos
vulnerables, definidos por Alfaro y Zambrano (2009) como los sectores prioritarios para la
aplicación de las políticas sociales; discapacidad, etnias, infancia, adultos mayores, jóvenes
8
y género, lo que produce la creación de distintas instituciones para llevar a cabo el proceso
social. El sustento ideológico-político, según Peirano (2009), es aplicado a una lógica
institucional basada en lograr la igualdad social, respondiendo en cierta medida a la deuda
arrastrada de la Dictadura, sin embargo, se inmortaliza la hegemonía de la lógica capitalista
heredada de la misma, donde el objetivo de la construcción de una sociedad más justa
resulta inalcanzable. De igual manera, la naturaleza de los programas sociales que se
implementan a partir de una lógica unidireccional desde el Estado a la población, dependerá
en cierto grado al enfoque ideológico del gobierno de turno, desde una parcialidad con
tendencia más demócrata o bien, más conservadora.
Hacia el año 2000, se promulga la Ley 20.379 o "Sistema Intersectorial de Protección
Social", la cual es ejecutada por ministerios y servicios gestionados por red. Se compone de
los programas "Chile Crece Contigo", focalizado a la salud infantil, y "Chile Solidario",
focalizado a la asistencia social y capital humano, en las familias, personas y territorios
definidos como vulnerables orientado hacia la superación de la extrema pobreza.
Posteriormente, incluye una serie de redes de apoyo institucional que permiten ampliar la
cobertura hacia la población que está afectada por diferentes situaciones de vulnerabilidad.
Chile Solidario realiza sus intervenciones por medio de programas específicos para vincular
y habilitar a las personas y familias, además de funcionar como dispositivo intermediario,
consejería y acompañamiento. Estos programas son: Puente, dirigido a familias y personas
en situación de extrema pobreza; Vínculos, para a adultos y adultas mayores en situación
vulnerable; Abriendo Caminos, para brindar apoyo a niños y niñas con un pariente directo
privado de libertad y, Programa Calle, orientado a adultos y adultas que se encuentran en
esa situación. Durante el año 2012 se decreta el Ingreso Ético Familiar (IEF) en el contexto
de la política de protección de social por parte del ministerio, el cual contempla a Chile
9
Solidario como el “Subsistema de Seguridades y Oportunidades” compuesto por programas
enfocados al acompañamiento psicosocial, sociolaboral, y añade un extenso plan de
transferencias monetarias como parte de la intervención (Ministerio de Desarrollo social,
2015). Desde esta perspectiva, según Raczynski (2008) el Sistema de CHS (actualmente
Ingreso Ético Familiar) a lo largo de su implementación ha generado oportunidades y
debilidades que explican los encuentros y desencuentros de tal sistema. Por un lado, es
facilitado por los avances políticos, técnicos y de gestión, fortaleciendo el beneficio de
subsidios y otorgando apoyo psicosocial a las personas. Sin embargo, sus dificultades y
límites están vinculados a diferencias políticas en torno a las características del CHS, a las
diferencias entre comunas con respecto a la organización y la calidad del trabajo en la
Unidad de Intervención Familiar y Apoyo Familiar, además de las tensiones entre
promoción social y asistencialismo, sumado a las “Insuficiencias en los programas
complementarios y/o demora para llegar oportunamente a los integrantes del hogar que
requieren con urgencia del apoyo complementario” (Raczynski, 2008, p.37), lo anterior
termina restando potencial al Sistema Chile Solidario.
El componente de las políticas sociales durante la democracia responde básicamente a dos
dimensiones, la primera es la deuda social, consecuencia del proceso político chileno de
dictadura, y por otra parte, los cuatro gobiernos elegidos a partir de la reconstitución de la
democracia en los años 90’s mantienen una configuración que apunta al “crecimiento y
equidad” (Raczynski, 2008). Sin embargo, se comienza a gestar una transición en el sistema
nacional de protección social (periodo presidencial de Michelle Bachelet entre 2006-2010)
cuyo proceso, indica cambios a nivel de la inclusión social y vulnerabilidad, es decir, se
amplía la cobertura hacia aquella población que está en riesgo social, este último entendido
como un factor de déficit en la cobertura de las necesidades básicas del individuo.
10
“También se utiliza para determinar el déficit absoluto de disfrute de derechos sociales que
son inherentes a la persona y al ciudadano” (Quicios, 2007, p.145), por otro lado se
considera la incidencia de múltiples factores potenciadores de riesgo social como la
dimensión familiar, el entorno socioeconómico y cultural, y factores asociados a la salud
física y psíquica, emocional y afectiva.
Este nuevo proceso, provoca consecuencias en la ejecución de la intervención psicosocial
en plataformas institucionales pues, como menciona López-Aranguren (2005), si el enfoque
apunta a una patología social, ésta tiende a despolitizar las problemáticas sociales y a
convertirlas en problemas exclusivos de quienes los sufren, por lo cual los métodos de
intervención se conciben como un tratamiento específico para ese sector de la población.
Bajo este contexto, Alfaro y Zambrano (2009) destacan que el rol profesional en el campo
comunitario chileno ha sufrido una constante transformación desde el activismo crítico y
político, hasta la normalización institucional de la profesión, lo que ha generado tensiones y
desencuentros. En la década de los 90’s, los profesionales se identifican como especialistas
del campo de acción social que orientan su labor hacia la asistencia más que a la
promoción. Hacia la década del 2000, el rol del profesional comunitario se basa en las
demandas provenientes de la institución gubernamental, sin considerar las necesidades
provenientes de los propios afectados, donde se identifican como un ente articulador que
media entre la normalización versus la transformación social (Saavedra, 2005, citado en
Alfaro y Zambrano, 2009). Desde esta condición, surge la necesidad de involucrar
profesionales capacitados en las problemáticas sociales de Chile, que permitan pensar los
cambios y las incidencias sobre la política y las especificidades de distintos niveles de
gobierno y sus actores (Alfaro, 2013), quienes influyen en la participación de la
intervención social en estos contextos. Según Alfaro (2013) bajo este panorama, para influir
11
en las políticas es necesario involucrarse en ellas, y asumir sus complejidad, construcciones
contextos y actores afectados, dentro de una dimensión “local, social, histórica y política”.
Las intervenciones psicosociales se sitúan dentro de un campo o sistema de equipos
especializados para atender las problemáticas sociales. Para Saavedra (2008) la vía de
acceso es el orden institucional público mediante un control y responsabilización de los
programas que ejecutan, pues “controla los movimientos, la planificación arquitectónica, el
lenguaje de sentido común, la apropiación de un sentido en la labor de quienes aspiran
hacer intervención social” (Leyton, 2011, p.74). Quien logra la movilización de los
programas es el sistema interdisciplinar de profesionales cuya posición, según Leyton
(2011), es la del “saber experto”, quien posee la competencia de lograr traspasar la
disciplina para resolver la complejidad de los problemas sociales. Dentro de la intervención
social y las líneas multidisciplinares de acción se encuentra el componente psicosocial que
incorpora aspectos de la subjetividad y sociabilidad al campo de acción de los programas e
instituciones sociales (Alfaro y Zambrano, 2009; Cruz, 2013). La intervención en sí
involucra un compromiso social del interventor hacia las problemáticas sociales, ya que
implica facilitar a la gente el cambio, de manera de que esté al mando de su vida (Blanco y
Valera, 2007).
Aunque para Cruz (2013) la práctica psicosocial conlleva ciertas problemáticas en su
aplicación pues el marco teórico de la misma no otorga una orientación clara. Montenegro
(2001) afirma que las prácticas de intervención social no se ajustan necesariamente al
marco teórico de donde provienen, sino que pueden verse influenciadas por distintos
elementos como los factores contextuales, la relación entre las persona que intervienen y
aquellos a quienes van dirigidas las intervenciones, y las mismas acciones realizadas dentro
de la intervención. Esto permite comprender la importancia formativa y valórica del
12
quehacer del profesional, cuyo ideal es la permanente reflexión crítica de su labor desde
cómo facilita los procesos de desarrollo social, cómo considera ontológicamente la noción
de sujeto intervenido, bienestar, necesidad, entre otros, y evaluar los problemas sociales en
el contexto en el que se encuentran. Por otro lado, el ejercicio de los programas sociales y
la intervención psicosocial produce entre los interventores y los usuarios, espacios de
encuentro subjetivo, entendiendo estos como una configuración que hace a los individuos
en un lugar, donde se relacionan el sentir, pensar y hacer de los individuos con respecto
consigo mismo y con los otros (Barrault, 2007).
Desde esta óptica, la intervención psicosocial como institución, forma parte de un
conjunto de significados que permiten a los interventores psicosociales asumir ciertos roles,
de manera activa y reflexiva, que guiarán su conducta y que se irán resignificando a través
de la interacción social dentro de su desempeño profesional, lo cual podría traer como
consecuencia un acercamiento o alejamiento del quehacer según la perspectiva de la
psicología comunitaria, considerando los supuestos básicos de “transformación social y
personal, dinámico, contextualizado, participativo, político, preventivo, generador de una
praxis que al intervenir produce resultados concretos y reflexión teórica” (Montero, 2004,
p.39).
II.2. Justificación y relevancia
La relevancia de la presente investigación radica en su interés por los procesos de la
intervención psicosocial para generar diálogo y abrir un espacio de discusión de lo que es la
práctica interventiva psicosocial de la o el interventor, desde su posición ética y política,
aproximarse a un carácter participativo y reducir la brecha entre la labor de la psicología
comunitaria y el quehacer de las instituciones (Alfaro y Zambrano, 2009). De esta manera,
también permite descubrir el panorama actual en que se encuentra la labor de las y los
13
interventores de programas sociales y los puntos de discrepancia que podría presentar frente
a la concepción de la praxis de la Psicología comunitaria.
Al mismo tiempo, la naturaleza misma de la presente investigación propicia una apertura
a la autorreflexión respecto de la misma labor para los interventores psicosociales de los
programas sociales intervenidos, lo cual es un aspecto ético1 del trabajo comunitario que,
según Montero (2004), necesita inscribirse en un diálogo constante entre la praxis y la
crítica del mismo quehacer. Por último, esta investigación da continuidad al debate sobre el
vacío ético presente en la Psicología Comunitaria y su relación con la praxis (Winckler,
2007 en Castillo y Winkler, 2010). Otro aspecto relevante profundizar la forma en que la
Psicología Comunitaria se interrelaciona con la labor disciplinaria de otros enfoques desde
las propias ciencias sociales, mediante una perspectiva globalizadora de quehacer
interdisciplinar. El desarrollo de aquellas disciplinas que se desenvuelven dentro del ámbito
de las ciencias sociales, están involucradas en un constante devenir de su quehacer, ya que
se encuentran frente a problemáticas asociadas a fenómenos sociales y la implicancia
práctica en terreno (Matus, s.f). Las intervenciones provenientes del trabajo social se
caracterizan por la amplia gama de factores de exclusión social que inciden en su forma
(género, edad, vivienda, salud, entre otros). Existe una perspectiva integradora y
globalizadora de la manera en cómo se interviene, y la relación que se mantiene con el
“otro”. (Barranco, 2000).
La contribución de esta investigación para la disciplina de la Psicología Comunitaria está
relacionada con capturar las necesidades situadas en la relevancia del ejercicio práctico y
1 Según Maritza Montero (2004) el concepto de ética radica en “el respeto a ese Otro y a su participación en la
autoría y propiedad del conocimiento producido muestra el carácter ético de este paradigma” (p.50).
14
teórico de los interventores psicosociales de la zona Sur del país, lo cual podría ampliar el
conocimiento de lo que ocurre actualmente en la disciplina y cómo se viven las tensiones
entre institucionalidad y la Psicología Comunitaria en un escenario descentralizado
territorialmente, facilitando la reflexión con respecto a los aspectos éticos y políticos del rol
profesional. Se considera además que, si bien existen investigaciones e intervenciones
respecto al tema, estas resultan ser de carácter asistencial-consultivo sin dar cabida a la
reflexión sobre los aspectos éticos implicados en los procesos (Reyes, 2007, en Castillo y
Winkler, 2010), por lo que para la disciplina significa un vacío ético institucional en cuanto
no se discutan las implicancias éticas del área (Winkler 2007, en Castillo y Winkler, 2010).
II.3. Pregunta de investigación
A partir de lo anterior, y a modo de dirigir y enfocar la investigación, se realiza la
siguiente pregunta: ¿Cuál es el significado del rol profesional para las y los interventores
psicosociales del Programa Calle, dependiente de la política de desarrollo social, ejecutado
en las ciudades de Osorno, Puerto Montt y Ancud?
II.4. Estructura de objetivos
Para dar respuesta a la pregunta de investigación y dar cuenta del significado del rol
profesional, se plantean los siguientes objetivos de investigación:
II.4.1. Objetivo general.
Describir el significado del rol profesional para las y los interventores psicosociales del
programa Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud.
II.4.2. Objetivos específicos.
Indagar en la formación profesional de las y los interventores psicosociales del Programa
Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud.
15
Indagar los aspectos éticos y políticos que subyacen bajo el rol profesional de las y los
interventores psicosociales del programa Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto
Montt y Ancud.
Explorar las tensiones y oportunidades disciplinarias entre el enfoque comunitario y la
praxis institucional a las que se enfrentan las y los interventores psicosociales del programa
Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud.
16
III. Marco teórico
III.1. Significado e intersubjetividad
Durante el siglo XX, la filosofía occidental dio un importante giro en la discusión
epistemológica respecto de la importancia del lenguaje en la construcción de la realidad y
del saber, lo cual se alejó de las nociones antiguas en la cual el lenguaje sólo era un puente
entre los contenidos de la conciencia de los individuos y la realidad objetiva (López,
2011). El término microsociología hace referencia al compilado de estudios de distintas
disciplinas y orientaciones que enfocan su atención en el lenguaje, sus funciones sociales y
las interacciones sociales como forma de comprender el mundo social (Sayago, 2014). A
partir de estos postulados, el interaccionismo simbólico es considerado una de las corrientes
microsociológicas más relevantes dentro de la Psicología Social Sociológica, con Mead
como el principal teórico que inició el desarrollo de esta teoría (Pons, 2010).
Para el interaccionismo simbólico, la interacción social es un factor fundamental en la
emergencia de la persona, mediado por el lenguaje en un mundo conformado por símbolos
con significados que "permiten al individuo recibir información sobre sí mismo a partir de
los otros y, lo que es más importante, anticipar cómo reaccionarán los demás ante su
conducta" (Mead, 1993, en Pons, 2010, p. 26). Esta corriente encuentra sus raíces en la
perspectiva filosófica del pragmatismo, la cual señala que la realidad es construida por
individuos activos con capacidad reflexiva para la cual todo pensamiento es acción, y que
el conocimiento verdadero es aquel que sirve para orientar la conducta (Estramiana,
Garrido y Schweiger, 2007). Por tanto, la conducta no es una simple reacción a los
estímulos sino que se ve influenciada por los significados aprendidos al interactuar con la
realidad social. Esto conlleva un proceso de reflexión sobre los otros y sobre la propia
conducta, lo cual orienta al individuo hacia la identificación con ciertos roles adquiridos a
17
través de la interacción simbólica y que culminan en el desarrollo del sí mismo (Álvaro y
Garrido, 2003). Para el interaccionismo simbólico de Mead, no hay una forma prefijada que
regule el comportamiento de las personas, sino que éstas actúan mediadas por los
significados del universo simbólico en el que se encuentran (Estramiana, Garrido y
Schweiger, 2007).
En la tradición de la teoría sociológica influenciada por el interaccionismo simbólico,
integrando elementos etnometodológicos, fenomenológicos y de filosofía analítica, la
extensa obra de Erving Goffman ha significado un gran aporte en el estudio
microsociológico de la vida social, a partir del análisis del manejo de impresiones y
adopción de roles dentro de la estructura de la interacción social los cuales conforman bases
para el desarrollo de su enfoque dramatúrgico (Álvaro y Garrido, 2003). Blumer (1982) es
quien acuña finalmente el concepto de interaccionismo simbólico, y comenta la obra de
Mead poniendo énfasis en la importancia de la interacción social como proceso
intersubjetivo generador de significados que median el comportamiento de los individuos,
en tanto que introducen la noción del otro como factor de influencia para actuar en el
mundo. Para Blumer, el mundo está compuesto de objetos cuya naturaleza puede ser física,
social o abstracta, y que se definen como "todo aquello a lo cual puede hacerse referencia"
(Blumer, 1969, p.8). En este contexto, el significado determina la forma en la cual las
personas están dispuestas a relacionarse con el objeto, y debido a que su adquisición
depende de la interacción social con las personas de un entorno específico, pueden ser
distintos para diferentes individuos según el contexto en el cual las personas realizan sus
procesos de interacción social (Blumer 1969).
Más tarde, Berger y Luckmann (1999) plantean que la realidad está socialmente
construida desde una mirada individual, en la que el sujeto internaliza roles, forma
18
identidades e interpreta simbólicamente y, desde un punto de vista social, donde la realidad
es una dialéctica entre relaciones intersubjetivas, esquemas tipificados y estructuras
sociales (Yáñez, 2010). Los autores plantean que el sujeto bajo esta realidad de sentido
común, está consciente de las diferentes formas de experiencia y estructura de significado
que intervienen, de los objetos que la componen, y de las múltiples realidades que se
intersectan dentro de una misma realidad superior a todas. La objetivación es
proporcionada por el lenguaje que surge continuamente en la realidad de la vida cotidiana,
y que a través de los símbolos adquiere un orden que le da sentido y significado a los
objetos y a la vida humana. La internalización de la realidad es construida por medio de la
socialización, la cual nunca es completa, por lo que subyace un proceso de mantenimiento
de la misma gracias a la confirmación que hace el sujeto de su realidad comparada con la
de otros (siempre y cuando sea común y compartida) a través de la conversación y el
diálogo (Yáñez, 2010). El sujeto aprehende al otro por medio de esquemas tipificadores
pues la situación ya aparece pautada desde el principio si se presenta dentro de la vida
cotidiana. Tales esquemas van a influir en la interacción con el otro, lo cual determina la
vez las acciones en la situación recíproca. Pero al existir múltiples situaciones en las que el
carácter de la relación se modifica, alejándose del contacto directo, la tipificación se aleja y
las vuelve anónima.
Cobra sentido, dentro de las vertientes teóricas que desarrollan el significado y la realidad
construida socialmente, la noción de cotidianeidad como espacio elemental en donde se
generan las interacciones que dan paso a la construcción de significados a través de la
comunicación. Schütz afirma que los significados se establecen en la vida cotidiana, al
considerar e interactuar con otro, es decir, a través de un proceso intersubjetivo (Hernández
y Galindo, 2007). La vida cotidiana, para este autor, es el espacio donde el sujeto interactúa
19
y que puede modificar, “la realidad fundamental y eminente del hombre” (Schutz, 1973,
p.25; en Hernández y Galindo, 2007, p.235). La intersubjetividad, por otro lado, es una
realidad que media entre la realidad del sujeto y la realidad objetiva, y está constituida
siempre por una relación triádica (Fernández, 1994, en Montero, 1994). Distintos autores
han abordado esta noción de triada en el estudio de la intersubjetividad, y es Moscovici
quien conecta esta discusión dentro de la psicología social al establecer que esta relación se
enlaza entre un signo, es decir, algo que frente a algún interpretante representa otra cosa en
cuanto aspecto o cualidad, un interpretante y un objeto, que sería el mundo (Fernández,
1994, en Montero, 1994). La interpretación inmediata, natural y no reflexiva de los signos
por parte de las colectividades es lo que constituye la vida cotidiana al no existir otros
marcos de referencia más que la experiencia inmediata, lo cual constituye una
intersubjetividad en particular. Sin embargo, existen múltiples intersubjetividades según el
marco de referencia que se esté utilizando para interpretar los distintos signos (por ejemplo,
las ciencias o la religión), por lo cual hay distintas intersubjetividades, las cuales en su
conjunto constituyen la cultura en general de una sociedad (Fernández, 1994, en Montero,
1994).
El pensamiento de Castoriadis, según lo explicado por Coleclough (1999), sostiene que la
capacidad imaginativa es lo que define al ser humano, define al individuo y estructura la
sociedad, por lo cual la imaginación se manifiesta no sólo en lo individual sino que en lo
socio-histórico al conformarse el imaginario colectivo a partir de significaciones sociales
aprendidas por el individuo mediante prácticas sociales que se devuelven en un mundo
simbólico, es decir, en el lenguaje. Sin embargo, para este autor la sociedad no puede
reducirse sólo a la intersubjetividad entre los individuos que participan en ella, debido al
carácter socio-histórico de la sociedad que el autor enlaza a la noción de imaginario radical,
20
lo cual implica que los individuos que participan en una sociedad ya están socializados, por
lo que la sociedad es más que la suma de sus miembros, pero al mismo tiempo, no puede
existir sin los sujetos que la componen (Castoriadis, 1989).
El rescate de lo cotidiano en la discusión epistemológica respecto de la intersubjetividad
tiene importancia para el carácter transformador de la psicología social, al alejarse de las
posturas positivistas que, según algunos autores, fomentan el orden social estructurado y
dominante (Muñoz, 2005). Para Fernández (1994, en Montero, 1994), la Psicología Social
ha estado concentrándose en estudiar el ámbito de lo privado, cuando es el ámbito de lo
público y lo colectivo lo que verdaderamente dota a la disciplina de un carácter
transformador, lo cual constituye su compromiso con el cambio social. La intervención
psicosocial encontraría su base dentro de un espacio intersubjetivo donde se interactúa con
el otro, es decir, en el proceso de formación de espacios de encuentro o de vinculación entre
un interventor y el otro con el cual se relaciona, siempre a partir de una mirada
transformadora-emancipadora dentro de un contexto con lógicas de dominación capitalista
(Barrault, 2007).
III.2. Formación teórico-práctica del quehacer profesional
La esencia en la cual se articula la Psicología comunitaria y el quehacer profesional del
psicólogo comunitario, es la intervención de carácter participativo. Desde la comprensión
de cómo se interviene, a través de ciertas variables (identidad e historia de los sujetos
sociales, entre otros) y procesos particulares, que dependen de las características de la
comunidad o grupo de personas pertenecientes a un territorio en específico, o bien, a los
objetivos o necesidades sentidas por los miembros de un grupo en particular (Rozas, 2008).
“Las prácticas de la psicología comunitaria serían el resultado de construcciones
teóricos-metodológicas que, gradualmente generarían nuevas formas de entender
21
(conocimiento) y actuar (técnicas) donde los dinamismos históricos y sociales se
conciben como contexto facilitador para tal desarrollo científico y profesional”
(Saavedra, 2008, p.19).
La importancia del componente psicosocial dependen en gran medida de la aplicación
que realice el psicólogo en el quehacer profesional (Cruz, 2013), en el cual conforma un rol
de agente, es decir, establecer una “relación sujeto-sujeto/objeto” (Montero, 2004, p. 47),
productor de cambios a los grupos vulnerables, con nuevos campos de acción, la idea es
concebir “nuevas estrategias interventivas que comienzan a incorporar procesos
psicosociales ligados a la subjetividad y la sociabilidad” (Alfaro y Zambrano, 2009, p.4). El
rol del quehacer del profesional se adhiere a una aplicación de conocimiento, pero desde un
intercambio horizontal con las personas, pues se define como “alguien que posee un saber
que le permite actuar, pero que a la vez necesita del saber poseído por ese interlocutor,
agente de su propia transformación” (Montero, 2004, p. 86).
III.3. La dimensión ética y política en la intervención psicosocial
III.3.1. Paradigma de la construcción y transformación crítica.
Montero (2004) describe un paradigma que ha sido elaborado a lo largo del ejercicio de la
disciplina por los más diversos psicólogos que intervienen con comunidades. Este modelo
de producción de conocimiento es llamado paradigma de la construcción y transformación
crítica y consta de cinco dimensiones: a) ontológica, referido al conocimiento desde la
institución social y los miembros de la comunidad; b) epistemológica, sobre el
conocimiento que se produce en y por las relaciones con otros; c) metodológica, que
concierne a la investigación-acción participativa (IAP) que subyace a la producción de
conocimiento; d) ética, referido a la definición e inclusión del Otro, así como autor y
propietario del conocimiento producido y, e) política, que refiere al carácter y propósito del
22
conocimiento, su aplicación, consecuencias sociales y capacidad de expresión del Otro en
los espacios públicos.
Si bien las tres primeras dimensiones son parte del paradigma científico clásico, en la
práctica de la psicología comunitaria se dan de forma inherente e integral con las
dimensiones ética y política, aún sea de forma consciente o inconsciente en la producción
de conocimiento, lo que otorga una mirada reflexiva y crítica al quehacer de la disciplina.
Orientado a la praxis comunitaria, la dimensión ontológica, define al ser que conoce como
un actor social, que construye realidad y que existe en ella; es quien incluye su saber,
acción, crítica y reflexión para la construcción del conocimiento. La naturaleza de esta
producción, tiene que ver con la dimensión epistemológica, que define la relación es
monista, es decir, no existe distancia entre sujeto y objeto, pues son parte de una relación de
mutua influencia, de transformación de sujeto cognoscente y objeto conocido, donde la
realidad es inherente a los sujetos que la construyen y que existen en ella. Sin embargo, no
se habla de una relación sujeto-objeto como tal, pues aquel “objeto” es un actor social, un
sujeto cognoscente que es parte de esta elaboración de conocimiento, donde se define
entonces una relación sujeto-sujeto/objeto, que se caracteriza por ser horizontal y vincular
al conocimiento científico con el conocimiento popular. El cómo se produce este
conocimiento se aborda desde la dimensión metodológica, donde el modo de producción es
por medio de la investigación-acción participativa (IAP), proveniente de la sociología y la
educación popular. Este conocimiento co-producido, va a la par con una propuesta
participativa abordada por una dimensión política, en el que la praxis comunitaria sugiere
desalienación, movilización de la conciencia y socialización, un espacio de acción de
transformación social y expresión ciudadana, y por tanto, el ejercicio de la democracia.
Dichas dimensiones mencionadas son influenciadas por las consecuencias de la ética,
23
donde tal como se mencionó anteriormente, tiene que ver con la definición del Otro y cómo
se incluye en la producción del conocimiento: en lo ontológico, esta se expresa por medio
de la integración y el respeto por las diferencias individuales; lo epistemológico, la
producción de conocimiento en conjunto, donde el actor social es comprendido como
productor de conocimiento; en lo metodológico, al transformar las vías de conocimiento, y,
en lo político, al dar cuenta de los efectos de la intervención en el espacio social público.
Sin embargo, como se ha abordado anteriormente, el paradigma descrito se ha visto
confrontado con las políticas públicas y sociales que, si bien necesitan de los profesionales
de las ciencias sociales para generar los cambios en la sociedad, tienen sus propias
concepciones a la hora de intervención, poniendo en jaque, por sobre todo, dimensiones
como la ética o la política al momento de llevar a cabo la intervención psicosocial. Al
respecto, Alfaro y Zambrano (2009) plantean que la psicología comunitaria, al tener
herramientas para contribuir con el diseño y estrategias para la política social, debe orientar
los procesos que guían la el diseño e implementación de la intervención psicosocial,
generar espacios de comunicación, diálogo y aprendizaje entre las políticas sociales y la
psicología comunitaria, y, hacer visible lo que resulta desconocido para las demás
disciplinas.
III.3.2. La definición del Otro.
En psicología comunitaria, se habla de la ética de relación, definida por Montero (2000,
en Montero, 2004) como el reconocimiento del carácter humano y digno del otro, donde la
otredad no es una diferencia separa de uno: es parte del yo. A partir de esta concepción
ética, se entiende al Otro como el sujeto/objeto de la producción de conocimiento, que pre-
existe tanto de forma individual como social, y se construye tanto así mismo como a
quienes lo rodean en espacios intersubjetivos. Su existencia es independiente y singular en
24
relación a la comunidad como forma de grupo, y tiene un lugar en la coautoría de la
producción y transformación del conocimiento.
Bien se comprende a aquel Otro como un sujeto activo dentro de su transformación, quien
decide lo que se interviene-investiga bajo su consentimiento y posee los recursos para la
transformación sin necesidad de la intervención de extraños. Sin embargo, Illanes (2010)
considera que los discursos de poder que estructuran la sociedad, tienden a ver a estos
Otros, como objetos pasivos que presentan alguna vulnerabilidad (salud, vivienda,
educación, entre otros) y que requieren de la asistencia del Estado para superarla. Montero
(2006) indica que entonces, para producir una transformación social, se requieren cambios
en las relaciones de poder, además de generar formas de identificación en el que se destaca
un importante componente socioafectivo.
III.4. Políticas sociales y psicología comunitaria
III.4.1. Aproximación a las Políticas Sociales en Chile.
Desde los últimos periodos, se ha buscado unificar las dimensiones sociales, económicas
y estatales a través de un modelo mixto o híbrido, el cual conserva la estructura económica
desarrollada en el antiguo régimen militar chileno, sin embargo, posiciona al estado como
principal regulador del mercado. Bajo este marco se articula un nuevo carácter de política
Social, la cual busca dejar atrás el asistencialismo y dirigirse hacia un modelo promocional,
además, se potencia el principio de equidad y el desarrollo de políticas de protección. Tales
esfuerzos se focalizan hacia el aumento de oportunidades para los sectores menos
favorecidos, a través de programas y proyectos públicos o privados con nuevas
metodologías y actores. Se superponen los conceptos de “crecimiento y equidad” como
focos centrales a desarrollar durante los gobiernos de turno, sin embargo, el modelo vigente
bajo la lógica neoliberal es partícipe de la configuración de nuevas políticas sociales que
25
son reorientadas hacia el crecimiento económico, y no como se planteaba desde el
comienzo: hacia una estrategia de equidad e igualdad. Las políticas Públicas son definidas
“como las acciones (o inacciones) del Estado para solucionar ciertos problemas públicos”
(Dávila y Soutullo, 2011, p.12) y las políticas sociales como parte de este sistema, son
entendidas como “el conjunto de acciones diseñadas e implementadas por el Estado
dirigidas a mejorar el nivel de bienestar de la población, superar situaciones de inequidad
social y redistribuir beneficios y oportunidades hacia los sectores más vulnerables de la
sociedad” (Raczynski y Serrano, 2005, p. 40). Sin embargo, estas acciones se encuentran a
la base de múltiples actores, intereses e ideologías vinculadas a un contexto histórico, cuyo
modelo de desarrollo en Latinoamérica en que el manejo estable de los recursos (a nivel
macroeconómico y microeconómico) es fundamental, y se inserta la economía como la
disciplina del conocimiento experto (Dávila y Soutullo, 2011), “dicho de otra manera el
desarrollo neoliberal aceptaría y toleraría la existencia de la política social pero dentro del
marco de un fenómeno a término deseable” (Corvalán, 1999, p.2). Las políticas sociales se
dirigen hacia ciertos objetivos, como la focalización y superación de la extrema pobreza,
sin embargo, una vez alcanzado el objetivo tales políticas perderían su sentido en la
sociedad, además suponiendo que en los últimos años el crecimiento económico en Chile
ha sido partícipe de la disminución de la pobreza, las políticas sociales se deslegitiman
(Corvalán, 1999). En cuanto a la focalización de la pobreza “otro indicador de la
orientación neoliberal de la política social en una determinada sociedad será el grado o
nivel de focalización de sus programas o dicho de otra manera el grado de exclusión de los
mismos de la población no pobre” (Corvalán, 1999, p.8). Sin embargo, esta focalización
desconoce fenómenos como la inequidad de ingresos, la precarización y flexibilización del
trabajo y la exclusión social (Quiroz, 2004). A aquello se suma la concepción de sujeto de
26
protección social como deficitario y desvalido, autor de conductas poco racionales y por
otro lado como individuo con dificultades socioeconómicas, pero con capacidades
racionales y disposiciones si se les provee de capacitaciones y desarrollo de competencias
que los transformen en individuos autónomos y eficientes para el mundo productivo, de
esta manera, el apoyo económico o subvención priorizará la acción individual por sobre la
colectiva, pues como menciona Max-Neef (1998, p.105) “las Políticas de reforma social
van acompañadas de mensajes ideológicos o doctrinarios que también condicionan el
funcionamiento de las micro-organizaciones y de los movimientos sociales, mermando su
capacidad de autonomía y auto dependencia”. Además se privilegia lo privado por sobre lo
estatal, lo privado asociado a consecuencias positivas en las que destaca el aumento de la
calidad de los servicios (Corvalán, 1999). La tendencia histórica de las políticas sociales del
estado, está caracterizada por modelos centralistas, que se ocupan de diseñar, planificar y
evaluar desde el gobierno, para ser ejecutadas a nivel local. También son asistencialistas, en
la medida en que se encarga de otorgar subsidios, recursos y beneficios a los sectores
focalizados, y carencialistas ya que se caracterizan a los sujetos de la política social cómo
una población carente de recursos, de participación más allá de lo instrumental y de toma
de decisiones (Quiroz, 2004).
III.4.2. Psicología comunitaria en el contexto de las Políticas Sociales.
Bajo el nuevo marco de desarrollo, se hace necesario considerar que en la configuración
de las políticas sociales, se desenvuelven una serie de dinámicas en las que participan
diversos actores, se entrecruzan ideologías, orientaciones e intereses que delimitan y
complejizan las modalidades de acción, Perkins (1995 en Alfaro, 2012) señala, que la
interacción entre actores constituye un papel central y genera distanciamiento entre la
articulación de conocimiento y contenido de las políticas. Sin embargo, esta interacción en
27
la implementación de las políticas sociales a partir de la década de los 90’s (Alfaro y
Zambrano, 2009) han brindado nuevos espacios hacia nuevas formas de abordaje y análisis
de las problemáticas sociales, cuya participación de diversas disciplinas de las ciencias
sociales, entre ella la Psicología Comunitaria se ha consolidado e institucionalizado, lo cual
ha permitido que la profesión comunitaria se involucre en una dimensión laboral cuyo foco
se ha orientado desde un activismo de aproximación crítica y política de transformación
social “hacia una institucionalización profesional que dan cuenta de enfoques de base en
Modelos de Competencia y también en la Ecología Social que revela hibridación teórica y
metodológica” (Alfaro, 2007 en Alfaro y Zambrano, 2009, p.276). De esto deviene la
relevancia de considerar el contexto histórico, social, político y cultural, como pieza
esencial para la comprensión y articulación integral de los procesos que determinan la
formación de estrategias de desarrollo social en el contexto chileno (Alfaro, 2007).
La Psicología Comunitaria en Chile se ha desenvuelto en variados contextos de carácter
sociopolítico, desde una transformación de intervención desde organizaciones no
gubernamentales (ONG) proceso característico en los 80’, cuyo tipo de intervención
psicológica en dicho periodo histórico se denominó “psicología poblacional”, en respuesta
a las problemáticas sociales del contexto dictatorial, pero prácticas hechas al margen de la
institucionalidad imperante (Alfaro, 2007). Posteriormente, surge la intervención dentro de
los 90’, el cual involucra un giro político y social de gobiernos democráticos con
características neoliberales, estableciendo un equilibrio entre “crecimiento económico e
inversión social-gasto social” (Alfaro, 2007), cuyas prácticas de intervención se enmarcan
en el financiamiento dentro del marco de políticas sociales institucionales de índole estatal
(Asún, Berroeta y Hatibovic, 2012). Por ende, la intervención comunitaria en Chile ha
tenido diversas transformaciones.
28
“se conforma y despliega estrechamente con la producción de nuevos problemas-
demandas, surgidos y vinculados con prácticas profesionales (saberes, instituciones
y técnicas) situados en determinados procesos históricos-sociales” (Alfaro, 2007, p.
44).
A partir de aquella comprensión de las prácticas interventivas, se establece un encuadre
socio-político, estableciendo condiciones determinantes en el desarrollo de la Psicología
comunitaria. Con la nueva manera de intervenir desde las características histórico,
sociopolítico institucionales desde el periodo democrático, se establece “una lógica de
focalización selectiva de las políticas sociales, que entre otras cosas se tradujo en la
definición de los llamados “grupos vulnerables”, como sectores sociales prioritarios para la
política social” (Alfaro y Zambrano, 2009, p. 278).
Además, el marco de especialidad y disciplina profesional, como también el trabajo
ejecutado en conjunto con otras disciplinas de las ciencias sociales, ha ido generando en la
actualidad mayor retroalimentación en la aplicación práctica (Alfaro y Zambrano, 2009).
Por otra parte, “la participación en políticas sociales ha favorecido un mayor
reconocimiento y validez científica, contribuyendo a un incremento de la calidad de la
investigación y la pertinencia de su uso” (Alfaro, 2013, p.4).
En consecuencia, se genera un abordaje en la actualidad dirigido a nuevas complejidades
del panorama de las políticas sociales, el cual involucra ciertas nociones, ya sea de
integración social, capital humano, entre otros conceptos y, como se mencionaba
anteriormente, una adhesión multi e interdisciplinar desde las ciencias sociales en los
programas de política social. En el contexto nacional chileno, como también
Latinoamericano, surge la problematización que radica en profundizar el porqué de las
problemáticas sociales, los cuales desciende de las condiciones desiguales que caracteriza
29
el funcionar de una sociedad, y no exclusivamente a la especificidad del sujeto como “una
supuesta incapacidad de los pobres” (Rozas, 2008, 12). Es por ello, que la Psicología
Comunitaria según Berroeta (2011), conforma una disciplina facilitadora del cambio social,
por medio de conocimientos y herramientas que permiten el desarrollo de habilidades
individuales para la integración social y el enfrentamiento de problemas “La psicología
Comunitaria y otras disciplinas de las ciencias sociales tienen sin duda un rol crucial en
estos procesos” (Rozas, 2008, p. 10). Según Max-Neef (1993), mediante procesos
participativos enfocados en los recursos de las personas y con el fin de lograr el
cambio social, se contempla al sujeto no como objeto pasivo, sino como agente social
activo, dueño de conocimiento dentro de una realidad social incorporada al lenguaje y
significados que construyen los colectivos sociales y la sociedad en sí, que dependen en
gran medida a las particularidades de expresión de un contexto en específico (Rozas, 2008).
Sin embargo, surge “a raíz de una suerte de “choque” y desfase entre las lógicas de
intervención derivadas de los programas y proyectos de la política social del Estado, y los
principios que orientan la acción comunitaria desde la Psicología Comunitaria” (Alfaro y
Zambrano, 2009, p. 276).
30
IV. Marco metodológico
IV.1. Diseño de investigación y tipo
Estudiar los procesos de los fenómenos psicosociales implica entrar a una dimensión con
distintos niveles de complejidad, debido a la inherente condición biopsicosocial de las
personas, por lo que el tipo de investigación se define desde la perspectiva epistemológica
cualitativa. Dicho enfoque se caracteriza por poseer componentes hermenéuticos
(interpretativos) y fenomenológicos, además que “permite estudiar significados
intersubjetivos, situados y construidos” (Ruiz, 2012, p. 26).
El objeto de estudio es el significado del rol profesional, entendido como la interpretación
socialmente construida dentro del contexto de las y los interventores que ejecutan los
programas dependientes de la política de desarrollo social, que permite a estos actores
vincularse socialmente con sus pares y con el medio en el cual se desenvuelven, utilizando
los significados como orientación para sus actos y los roles que ejercen.
El tipo de investigación que se realizó fue de carácter exploratorio-descriptivo, debido a
que: a) se tuvo por objetivo describir el significado el rol profesional de las y los
interventores y, b) es un tópico escasamente estudiado por la Psicología Comunitaria, en lo
que a la zona territorial respecta, lo que permite apoyar a futuras investigaciones.
El diseño de investigación se definió como cualitativo de tipología fenomenológica
(Salgado, 2007), pues se pretende un acercamiento a las experiencias individuales
subjetivas de las y los interventores psicosociales (Mertens, 2005, en Baptista et al., 2010).
A partir de lo anterior, permite describir el significado del rol profesional construido por los
participantes; utilizar técnicas de análisis y levantamiento de significados y, contextualizar
las experiencias de los colaboradores en tiempo, espacio, corporalidad y relaciones.
31
IV.2. Selección de los participantes
El universo de potenciales colaboradores para la presente investigación, son los sujetos
identificados como interventores e interventoras que ejecutan los programas psicosociales
dependientes de política de desarrollo social.
El tipo de muestreo considerado pertinente para el logro de los objetivos de la
investigación se define como de casos-tipo, pues se prioriza la riqueza y calidad de la
información entregada por los participantes con respectos a sus valores, ritos y significados
(Baptista, Fernández y Hernández, 2010).
Con respecto al tamaño de la muestra, se contó con la participación de catorce
interventores e interventoras del programa Calle ejecutado en las comunas de Ancud
(cinco), Osorno (cuatro) y Puerto Montt (cinco). El programa Calle es un programa de
apoyo psicosocial que vela por la reintegración social de personas en situación de calle, lo
cual se lleva a cabo a través del acompañamiento y la potenciación de sus recursos y
capacidades (Ministerio de Desarrollo Social, s.f.)
IV.3. Técnicas de producción de información
Para la recolección de información, se formularon y realizaron entrevistas
semiestructuradas de carácter grupal e individual (véase Anexo VIII.2. Pauta de entrevista).
Éstas correspondieron a una dinámica de intercambio de información entre una persona y
otra, cuyo proceso permitió profundizar en conceptos y recolectar mayor información, y de
esta manera, comunicar y elaborar, en forma conjunta con el entrevistado, significados
sobre el tema que se desea investigar (Janesick, 1998, citado en Baptista, Fernández y
Hernández, 2010).
32
IV.4. Estrategia de análisis
Los datos de la presente investigación fueron analizados por medio del modelo de análisis
de contenido a nivel semántico. La interpretación del discurso a través de este tipo de
análisis, permitió conocer aspectos que se encuentran “ocultos” dentro de las dimensiones
que se extraen del análisis, y que sólo subyacen “en la mente de los sujetos productores o
usuarios de los mensajes, textos, discursos o documentos” (Piñuel, 2002, p.3), es decir,
permite desprender el contenido latente construido a través de los procesos sociales y
cognitivos que son mediados por la interacción comunicativa. Los esquemas sociales
presentes en la relación con otros y en el saber-hacer, no sólo hacen referencia a datos
sociodemográficos, físicos, conocimientos o personalidad del sujeto, sino que también se
refieren al status, al rol, a la organización o grupo social al cual pertenezca el individuo. No
obstante, sólo es posible si existe una dialéctica entre la contextualización de las
circunstancias culturales, psicológicas, culturales e históricas en el que se circunscribe la
producción y expresión comunicativa (Piñuel, 2002) y la dimensión no aparente del texto.
Colle (2008), explica que el modelo permite describir rigurosamente los componentes
semánticos y formales del mensaje, entendiendo su contenido como algo que cada
individuo crea mediado por su entorno, sus creencias personales, su educación, las
circunstancias de un contexto determinado, etc.
El análisis de contenido siguió una lógica texto – meta-texto, donde el primero
corresponde a los datos y el segundo, al resultado de la abstracción de este texto mediante
procedimientos, análisis y metodologías confiables y válidas (Piñuel, 2002), para
finalmente producir la interpretación teórica que resolvió la pregunta de investigación.
Cabe mencionar que el análisis de contenido fue progresivo, es decir, cada vez que se
recolectó información por medio de las entrevistas, los datos fueron codificados,
33
categorizados y en general, analizados de forma inmediata, de manera de saturar la
información y modificar la pauta de entrevistas, de manera de producir preguntas que
generen nuevas codificaciones/categorías que apoyen la resolución de la pregunta y
descargar aquellas que no produzcan información nueva. Para fines prácticos, se le llama
“análisis progresivo de contenido”. También es importante mencionar que este análisis se
realizó a partir del conjunto de entrevistas realizadas en cada equipo por separado. Esta
metodología fue llamada “análisis por conglomerado”, entendida la noción de
conglomerado como el equipo de profesionales que constituyen a cada uno de los
programas de las comunas investigadas.
A continuación, se presentan los pasos metodológicos que fueron seguidos para el
desarrollo de la investigación:
Proceso de recolección y análisis de datos
Entrevista equipo 1
Proceso de registro y análisis
Nuevo formato entrevista equipo n
Análisis y elaboración de
resultadosReporte de resultados
Elaboración de informe
Análisis progresivo
de contenido
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IV.4.1. Proceso de registro y análisis.
Los datos recolectados en la entrevista del primer equipo, fueron sometidos a un proceso
de registro, en el que cada unidad de registro o dato recolectado se codificó para ser
posteriormente analizado, donde aquella codificación correspondió a la categorización de
aquellas unidades de registro lo que permitió la descripción de las características de su
contenido. Los datos al ser codificados, fueron categorizados, es decir, clasificados.
Obtenidas las categorías, estas fueron analizadas de manera de dar cuenta en qué medida
se acercaban a los objetivos, y por lo tanto, a responder la pregunta de investigación. A
partir de los resultados, se determinó cuáles preguntas de la entrevista saturaban la
información y cuáles otras se debían incluir en la misma para generar información
novedosa que cumpliera los objetivos de la investigación. Este proceso se repitió a través
de las entrevistas hasta agotar todas las fuentes de información que fueran accesibles y
viables para la investigación.
IV.5. Fases y procedimientos
A continuación, se detalla el proceso de producción, registro y análisis de datos.
IV.5.1. Participantes.
Se contactó a las y los coordinadores de cada uno de los equipos del programa Calle de
las comunas mencionadas para solicitar su participación y posteriormente, programar
fechas para la aplicación de las entrevistas según disponibilidad horaria de ambas partes. Se
coordinaron y realizaron un total de diez entrevistas entre los tres programas, dirigidas a
interventoras e interventores cuyas edades se extendían entre los 26 y los 65 años de edad,
y que presentaban en su mayoría un título universitario de trabajo social. Dentro de los
participantes también hubo dos psicólogos y un ingeniero en administración pública.
35
Algunos de los participantes habían complementado sus títulos profesionales con otras
formaciones como pedagogía en educación básica o técnico jurídico.
El primer equipo a entrevistar fue el “Calle – Ancud” para continuar con Osorno y Puerto
Montt.
IV.5.2. Consentimiento informado.
Anterior a la aplicación del instrumento de recolección de información, se hizo lectura en
conjunto del consentimiento informado (véase Anexo VIII.1. Consentimiento informado).
Este buscó resguardar las condiciones de tratamiento y registro de la información y, la
identidad y voluntariedad de los participantes (véase IV.7. Consideraciones éticas).
IV.5.3. Registro de datos.
El registro de la información recolectada se hizo por medio de grabación de voz, para
posteriormente ser transcrito a un documento digital para su análisis. Además, se consideró
la utilización de una bitácora, de manera de anotar información que resulte relevante
durante la entrevista, ya sea para recordar contenidos para nuevas preguntas durante la
misma (aludiendo a la semiestructura).
IV.5.4. Cierre de proceso de entrevistas.
Al finalizar las entrevistas con cada equipo, se agradeció a los participantes por su
colaboración en la investigación. Además, se garantizó que, posterior a la elaboración y
corrección del presente informe, se realizará una devolución presencial de los resultados
obtenidos. Se pretende que esta devolución cuente con las presencia de los tres equipos.
IV.5.5. Análisis y elaboración de resultados.
Finalizado el proceso anterior, se dio paso al análisis final, de forma que se facilite la
elaboración de mapas, cuadros de síntesis y la posterior la elaboración de resultados, esto
36
para que logre describir el rol profesional de las y los interventores psicosociales del
Programa Calle y reportar los resultados por medio del informe final de la investigación.
IV.6. Criterios de calidad
Para garantizar una calidad óptima que se ajuste a la validez que requiere una investigación
de corte cualitativo, se tuvo en cuenta las siguientes consideraciones:
-Triangulación de los procesos de registro y análisis entre los integrantes del equipo;
-Toda información recolectada y registrada se encuentra disponible en un medio duradero,
ya sean documentos digitales o impresos, y
-Otras consideraciones éticas que serán descritas posteriormente (véase IV.7.
Consideraciones éticas).
IV.7. Consideraciones éticas
Se entiende por ética como aquel saber que da cuenta de acciones que regulan el
comportamiento y del ejercicio de la voluntad individual por parte de quien investiga y
quienes colaboran en la investigación (Galeano, 2004).
Se contempló la confección de un consentimiento informado (véase Anexo VIII.1.
Consentimiento informado) basado en la autonomía del sujeto para participar y colaborar
de forma libre y voluntaria en el proceso de recolección de datos. El documento explicita
los objetivos de la investigación, los métodos de registro respectivo para cada instrumento
(uso de grabadora, cámara, bitácora) de información y su posterior tratamiento, dando
cuenta del resguardo del anonimato y la voluntariedad de la participación, comprendiendo
de igual forma que en caso de determinarlo a futuro, puede cesar de forma voluntaria su
colaboración.
37
Cabe mencionar que para salvaguardar el anonimato y la confidencialidad, no se
utilizaron nombres reales para el registro de información y transcripción de entrevistas ni
para el proceso de registro y análisis en general.
También, como bien se mencionó anteriormente, el reporte de resultados del presente
seminario de investigación fue socializado con los colaboradores del mismo, de manera de
generar un retorno social de la información obtenida.
38
V. Presentación de resultados
Los resultados que se exponen a continuación corresponden a una síntesis descriptiva de
cada una de las categorías. Estas responden al proceso de categorización emergente del
proceso de análisis de contenido en relación al significado del rol profesional de las y los
interventores psicosociales (véase Anexo VIII.3. Tabla de categorías). Estos resultados se
organizan desde los objetivos específicos que guían la investigación, los cuales abordan las
temáticas de formación profesional, aspectos éticos y políticos y, finalmente, tensiones y
oportunidades disciplinares.
V.1. Formación profesional de la labor psicosocial a la base de la intervención
Con respecto a la formación profesional a la base de la intervención, surgen tres
categorías asociadas a la temática: las dificultades en la formación, refiere a las situaciones
adversas o diferencias del proceso de formación; las competencias profesionales, alude a la
capacidad productiva del profesional en cuanto a conocimiento, habilidades y actitudes y,
las asignaturas relevantes que constituyeron parte de su formación de pregrado.
V.1.1. Dificultades en la formación.
Al referirse a la formación académica durante el pregrado, las y los interventores
identifican dificultades asociadas a una formación teórica inadecuada a la realidad que
posteriormente experimentan en el quehacer del trabajo por lo que, finalmente, el
aprendizaje está asociado a la experiencia en intervención. Por otro lado, refieren a las
diferencias generacionales en la formación profesional, es decir, cambios relevantes en la
formación profesional a lo largo de los años.
“En la universidad por lo general te enseñan mucha teoría, muchas cosas que en la
realidad del trabajo es totalmente distinto, pero aparte que nunca te dicen que vas a
39
trabajar... o con quien vas a trabajar” (Participante, entrevista n°7, mujer, ingeniero en
administración pública).
V.1.2. Competencias profesionales.
Las y los interventores mencionan diferentes conocimientos, habilidades y actitudes que
el profesional psicosocial debe poseer al momento de trabajar en el Programa y realizar una
intervención adecuada y centrada en el Otro. Refieren a características tales como dominio
teórico en el área, facilitación de la autogestión en el Otro, adecuación del Programa al
contexto de intervención, portar valores profesionales, trabajo interdisciplinar y
autocuidado laboral, entre otros.
“Lo más importante para el trabajo del Programa Calle es generar el Vínculo, si no hay
vínculo con la gente y que se denote motivación y preocupación por la relación de ayuda
que uno establece, eh… no se logra, esa es la clave de este trabajo, empatizar con las
personas, sin prejuicios” (Participante, entrevista n°2, mujer, psicóloga).
V.1.3. Asignaturas relevantes.
Si bien en su mayoría no recuerdan las asignaturas que les resultaron de utilidad para el
quehacer de la intervención, mencionan algunas asignaturas tales como metodología,
psicología social y ética profesional, las cuales les han dado las herramientas necesarias
para desempeñarse en el Programa.
“Ahí como en la metodología… metodología de la intervención, me ayudó dentro de la
carrera… fue un ramo completo, ahí ves casi todo, caso, comunidad, grupo… dentro de
este programa se ven como las tres… tres intervenciones” (Participante 2, entrevista n°1,
mujer, trabajadora social)
40
V.2. Aspectos éticos y políticos que subyacen el rol profesional
Se refiere a los aspectos éticos y políticos que se encuentran presentes en el quehacer de
las y los interventores con respecto al Otro. De esta forma, se agrupan dos dimensiones
asociadas a los aspectos éticos, es decir, la definición del Otro, y a los aspectos políticos,
relacionado con la acción y transformación del Otro.
V.2.1. Definición del Otro.
La definición del Otro tiene que ver con los aspectos éticos que subyace la intervención
hacia otro. En este sentido, la definición se realiza a partir de la percepción que tiene la y el
interventor respecto del Otro, la nominación para referirse a ellos, sus características
observables y sus características contextuales.
Nominación del Otro.
Al momento de referirse al Otro, las y los interventores utilizan sustantivos tales como
chicos, persona, usuario o se refieren por el nombre de quienes intervienen.
“tratarlos de usted o de don, y no de no tutearlo, y ellos igual se sienten igual diferente,
no es lo mismo, a que si tú le dijeras no sé, Raúl ven para acá, no es lo mismo…”
(Participante, entrevista n°9, mujer, trabajadora social).
Percepción del Otro.
Hace referencia a la percepción que tienen las y los interventores sobre el Otro que asiste
al Programa. Ante la consulta, los definen como un grupo vulnerable, marginados de la
sociedad, con necesidades de apoyo inmediato y cuyas familias presentan una dinámica
compleja. Si bien perciben motivación para salir adelante, también identifican en ellos
desconfianza hacia el sistema y resistencia a adaptarse a las reglas institucionales del
Programa, además de presentar falta de compromiso producto del consumo de sustancias.
41
De igual forma, perciben que en general, el Otro se mostraría más abierto con interventores
de edad similar y que estaría agradecido del trabajo del interventor.
“Son personas que por diversas razones han rotos sus vínculos, se les ha roto, se les ha
desarmado la vida, no están ahí porque quieren estar. Entonces cuando tú ves detrás de
esta situación, ves una persona y no ves un alcohólico, tú ves un paciente” (Participante,
entrevista n°10, hombre, psicólogo).
Características observables del Otro.
Refiere a las conductas explícitas del Otro y que son evidenciadas por la y el interventor.
Caracterizan al Otro como alguien desvinculado de las redes, ya sean familiares, sociales o
laborales. En ocasiones, hay analfabetismo y/o deserción escolar. Los usuarios del
Programa presentan en mayor o menor medida consumo de una o más sustancias, ya sea
alcohol o drogas, lo que repercute en su salud de manera evidente y cuya rehabilitación
suele sufrir recaídas. Utilizan territorios específicos de la ciudad, por lo que la agrupación
de usuarios promovería la violencia entre ellos. Al momento de buscar un empleo con ellos,
sus antecedentes penales se presentan como una dificultad que, sumado a la situación de
calle, les genera temor al prejuicio social. También existen los usuarios que eligen la calle
como opción de vida, y que son monitoreados por las y los interventores incluso si no han
decidido personalmente ingresar al programa.
“Igual tenemos personas que han salido del sistema de educación, analfabetas, o no
saben escribir, no saben leer entonces también es por desusos sí, porque ya no siguieron
entonces no se acuerdan, entonces igual es complejo empezar todo de nuevo, pero hay unas
que sí han mejorado harto” (Participante 2, entrevista n°1, mujer, trabajadora social).
42
Las y los interventores refieren a características contextuales en torno al Otro, esto a partir
de aspectos territoriales, que refieren a las diferencias geográficas y uso de espacios, ya sea
dentro o fuera de la ciudad. En tanto, refieren a características culturales vinculadas al
consumo de alcohol, ya sea por su alto consumo o como parte de la idiosincrasia.
“Sí, porque cuando yo he ido a puerto Montt yo he visto gente de calle en las esquinas,
en el centro me refiero, en cambio cuando tú pasas por aquí por Osorno no ves, hay uno
que anda de repente pero seria. No ves al resto, porque el resto está siempre en Rahue o
están en la feria Pedro Aguirre Cerda y ahí como que está su centro de encuentro y
después se vuelven al hogar. Incluso los de Puerto Montt, tiene más cobertura que
nosotros”. (Participante, entrevista n°9, mujer, trabajadora social).
V.2.2. Transformación del Otro.
La transformación del Otro guarda relación con los aspectos políticos de la intervención.
Básicamente, tiene que ver con los efectos de la intervención sobre el Otro y en cómo la y
el interventor emplea estrategias para que el espacio de acción de la intervención sea
adecuado para un cambio contextualizado a la realidad del Otro. La transformación del
Otro se divide en las categorías de resultados observables de la intervención en el Otro, y
adaptación metodológica de la y el interventor.
Resultados observables de la intervención en el Otro.
En cuanto los efectos de la intervención en el Otro, las y los interventores identifican el
logro de la reinserción social, lo que es evidente en el posterior agradecimiento de algunos
usuarios egresados que logran retomar su vida anterior. También evidencian efectos en el
uso adecuado de sus recursos económicos y el empoderamiento de redes laborales, de
forma que ellos mismos logren gestionar el ingreso a un empleo.
Características contextuales del Otro.
43
“Hubo por ejemplo una inserción en el sistema laboral, el hecho de que la señora te diga
Juanito ganó diez mil pesos, para ellos es un logro. Uno no lo toma en cuenta pero para
ellos sí, es un logro. O el hecho de que no consuman alcohol, que te digan voy a compartir
una cena con mi familia, aunque sea una papa con un jurel, es maravilloso” (Participante,
entrevista n°4, mujer, trabajadora social).
Adaptación metodológica de la y el interventor.
A partir de las dificultades que implica obedecer rigurosamente a la norma institucional y
la comprensión de las características particulares del grupo, las y los interventores generan
sus propias herramientas y estrategias para intervenir con los usuarios. Se identifican
objetivos asociados a los logros y metas personales que el interventor guarda respecto a la
intervención, y las estrategias asociadas a la intervención con el Otro.
Objetivos personales de la y el interventor.
Las y los interventores se proponen metas u objetivos asociados a los efectos que esperan
lograr con la intervención. En cuanto a los objetivos asociados al Otro, identifican la
recuperación de la autoestima y la respuesta y disposición ante las necesidades del Otro.
Con respecto a los efectos para la comuna, refieren a la recuperación del espacio público y
la difusión de la problemática a la comunidad.
“Cuál es la idea, hacer un cambio del pensamiento colectivo que ese espacio no es un
lugar de los borrachitos, es un lugar de Ancud, porque así se conoce, ahora si le
preguntará, es la plazoleta del maestro, porque es un nombre técnico, pero nadie lo conoce
así, sino el de los borrachitos” (Participante, entrevista n° 2, mujer, psicóloga).
Estrategias de la y el interventor.
Se identifican una serie de estrategias utilizadas por los interventores para adaptar la
metodología institucional a las características particulares del Otro. Entre las más relevantes
44
se mencionan flexibilizar la metodología, priorizar las necesidades del Otro, la regulación
del consumo para facilitar la participación y la salud del Otro y aludir a tópicos religiosos
para generar un vínculo más cercano con el Otro.
“Entonces yo ahí, los moderados los voy dejando de lado y voy observando que no se
vayan contaminando, los intermitentes yo tendría que trabajar con ellos, eso es lo que
queremos ahora a través del terapeuta o los, esta experiencia nueva que queremos vivir, es
estructurar no cierto, cuidar al moderado, trabajar con el intermitente ya, para que no
logren pasar la tercera parte” (Participante, entrevista n°8, hombre, trabajador social).
V.3. Tensiones y oportunidades disciplinarias entre el enfoque comunitario y la
praxis institucional
Aquí se observan las categorías que se desprendieron del objetivo relacionado con las
tensiones y oportunidades entre el enfoque comunitario y la praxis institucional. Dentro de
esto, se evidencian desencuentros que dificultan el desarrollo del Programa y un
acercamiento epistemológico que facilita o sugiere mejoras para llevar a cabo una
intervención más adecuada a la realidad de cada Programa.
V.3.1. Desencuentro epistemológico
Esta categoría hace referencia a las diferencias entre los modos de concebir la
problemática social del enfoque comunitario y la praxis institucional, dentro de lo cual se
identifican limitantes y dificultades del programa.
Limitantes del programa.
Hace referencia a aspectos del entorno identificados por la o el interventor como factores
que dificultan en desarrollo y progreso del programa. Entre estos factores externos se
encuentra la dependencia de la continuidad del programa a la postulación a concursos
públicos, la ausencia de respuesta ante necesidades a largo plazo de parte de las redes,
45
enfoque asistencialista de instituciones basadas en el voluntariado y políticas no adecuadas
para el otro.
“Ya estamos interviniendo a los usuarios de allá. De pronto reciben alumnos en práctica
en asistencia social, y se los derivan a ellos también. Llegan al centro de salud mental, o al
CESFAM, nuevamente los toma un psicólogo, una asistente social, entonces la
sobreintervención, han llegado algunos usuarios que dicen sabe que no quiero más”
(Participante, entrevista n° 10, hombre, psicólogo).
Dificultades del programa.
Hace referencia a aspectos internos del programa identificados por las y los interventores
como factores que dificultan su desarrollo y progreso, como las situaciones de riesgo a las
cuales se enfrentan las y los interventores debido a la naturaleza del trabajo en terreno con
personas en situación de calle, los espacios físicos inadecuados de trabajo y la sobrecarga
laboral que implica el exceso de trabajo administrativo.
“No es que desmerezca a los psicólogos, antropólogos, los sociólogos, los profesores que
han estado, pero a nosotros como formación, tenemos una cantidad de instrumentos,
metodologías que nos permiten tener una visión más amplia, y también necesitamos la
colaboración de otros profesionales porque este programa se ha ido perfeccionando a
través del tiempo” (Participante, entrevista n°8, hombre, trabajador social).
V.3.2. Acercamiento epistemológico
Esta categoría hace referencia a los encuentros entre los modos de concebir la
problemática social del enfoque comunitario y la praxis institucional, dentro de lo cual se
identifican propuestas de mejora y fortalezas del programa.
46
Se refiere a cambios propuestos por las y los interventores que podrían mejorar el
desarrollo y progreso del programa, dentro de los cuales se identifican alternativas al uso de
bitácora, necesidades de capacitación en temáticas surgidas desde la intervención y
flexibilidad metodológica.
“Lo ideal es que este tipo de programas tenga capacitaciones en el área, que venga una
persona que quizás tenga la experiencia, que pueda contar su experiencia de aspecto como
de generar el vínculo, alguna orientaciones con las redes, sobre todo aquí, nuestra
problemática más evidente es el consumo problemático de alcohol” (Participante 1,
entrevista n° 1, mujer, psicóloga).
Cualidades del programa.
Se relaciona con fortalezas y características positivas que las y los interventores
identifican dentro del programa, dentro de las que destacan la existencia de redes de apoyo
para cada problemática presente en el Otro y la reflexión constante sobre la calidad,
atención y servicio del programa.
“Está dirigido concretamente a las situaciones emergentes que tenga el usuario, no son
todos iguales, por lo tanto, no tienen las mismas necesidades, y en el momento que se
separen, por grupo de empleabilidad, salud mental y adulto mayor, ya es una fortaleza
porque de alguna manera estás focalizando el apoyo de esta persona concretamente
necesita” (Participante, entrevista n°10, hombre, psicólogo).
Propuesta de mejora del programa.
47
VI. Discusión de resultados y conclusiones
La presente investigación surge a partir del interés del equipo de seminario de
investigación por explorar la práctica de la psicología comunitaria inserta en la plataforma
institucional, motivado a partir de experiencias académicas vividas en la etapa de
formación de pregrado que generaron un acercamiento al quehacer de las y los
interventores psicosociales en el abordaje de las problemáticas sociales. Desde ahí, surge la
pregunta de cómo las y los interventores psicosociales construyen su rol dentro de la
interacción con un Otro, a partir de diferentes aristas que subyacen en el ejercicio
profesional del cambio social.
Para las y los interventores psicosociales, la formación profesional estaría más asociada a
competencias profesionales que a conocimientos académicos, pues se percibe que estos no
se ajustan a la realidad en la que se interviene y que sólo entregarían un marco de referencia
conceptual y metodológica.
En cuanto a los aspectos éticos y políticos, la definición del Otro estaría influenciada por
las carencias metodológicas del programa para abordar las necesidades del Otro,
evidenciado en la visión pesimista de los interventores al momento de caracterizar a los
agentes intervenidos pues se ignorarían sus fortalezas y recursos, dentro de lo cual la
motivación para salir adelante y el agradecimiento hacia el interventor serían las únicas
cualidades identificadas. Desde estas características se adaptaría la metodología a modo de
dar cobertura a las necesidades inmediatas y particulares del Otro, las cuales en su mayoría
están asociadas al consumo problemático de alcohol y drogas. Esta adaptación
metodológica generaría en el Otro, ciertos resultados como la recuperación de la vida
anterior a la situación de calle y la inserción social.
48
En cuanto a las tensiones y oportunidades, los interventores psicosociales generarían
espacios de reflexión con el fin de producir herramientas propias para suplir las carencias
de las personas intervenidas que no estarían contempladas dentro de la metodología
institucional, pues esta sólo abordaría la situación de calle en sí, sin prestar atención a los
factores que constituyen esta problemática como el deterioro de las redes familiares, los
problemas en salud mental o la desavenencia conyugal.
Desde la plataforma institucional, se contarían con distintas redes que podrían apoyar el
trabajo de los interventores, pero terminan dificultando la intervención debido a su ausencia
de respuesta.
Las dificultades del programa están asociadas con el riesgo del trabajo en terreno y la
sobrecarga laboral a la que se enfrentan los interventores, la cual resultaría inevitable
debido a que la metodología institucional no contemplaría procesos como la alfabetización
o la respuesta a necesidades múltiples en un mismo usuario, por lo que el interventor se
vería obligado a encargarse personalmente de estos. Esto implica labores administrativas,
gestión autónoma de formación sobre necesidades surgidas en la intervención y trabajo en
extensión horaria.
Las limitantes del programa se encontrarían en las tensiones entre los interventores
psicosociales y la política social inadecuada. La política social establecería una relación de
dependencia del programa al concurso público, lo cual generaría inestabilidad no sólo en la
continuidad del programa en sí sino que del vínculo entre los interventores y el Otro. Por
otro lado, la política social dictaría los cambios percibidos dentro del programa como, por
ejemplo, la transición de Chile Solidario a Ingreso Ético Familiar, e incluso sería capaz de
dar fin al programa.
49
En cuanto a la sobreintervención, el programa entraría en conflicto con múltiples agentes
externos que incluirían las mismas redes con las que el programa se gestionaría, cuya labor
con los usuarios sería inadecuada debido a diversos factores, como la escasa
profesionalización y las prácticas asistencialistas de ciertos voluntariados
La metodología del programa Calle apuntaría a intervenciones focalizadas en el individuo
para la potenciación de sus competencias y recursos, con el fin de ayudarle a abandonar la
situación de calle a través de la inserción social y laboral. Los interventores psicosociales
estarían conscientes de que este tipo de intervención resulta insuficiente, por lo que
generarían esfuerzos por incluir a las familias y a otros tipos de redes en los procesos de
trabajo con el Otro. Sin embargo, la política social devendría de un contexto socio-histórico
regulado por lógicas neoliberales que operarían con discursos de transformación social,
pero que en la práctica, tal como indica López-Aranguren (2005) individualizarían y
despolitizarían la problemática social, por lo que la intervención con el Otro se basaría en
capacitarlo para acoplarse dentro del mercado laboral. Esta visión política de la
transformación social estaría enraizada en una noción de la pobreza como consecuencia de
la ineficiencia personal del Otro, por lo que se necesitaría de capacitaciones y transferencias
económicas para ayudarle a superar su situación.
Por otro lado, la transición de Chile Solidario a Ingreso Ético Familiar en el contexto de la
evolución de la política social implicaría dificultades para el programa Calle que,
previamente, habrían sido identificadas por Raczynski (2008) y que estarían ligadas
directamente a los cambios en el escenario político. Estas diferencias, compartidas por los
interventores psicosociales del programa Calle, serían entre otras el conflicto entre los
esfuerzos por la promoción social y el enfrentamiento con el asistencialismo, y el retraso en
la recepción de servicios sociales que, finalmente, no llegarían al usuario.
50
El significado del rol profesional de las y los interventores psicosociales del programa
Calle de Osorno, Puerto Montt y Ancud se construye en función de las necesidades del
Otro, las cuales no están siendo cubiertas por la metodología institucional ya que es la
política social centralizada la que define quiénes son los grupos vulnerables y cuáles son
sus carencias. En este escenario, el interventor psicosocial se ve en la tarea de co-construir
y resignificar la problemática a partir de las necesidades definidas por el Otro. En otras
palabras. La política social determina que la problemática de los usuarios tiene que ver
exclusivamente con la situación de calle, y que las estrategias a utilizar (salud mental,
adulto mayor y gestión laboral) deben organizarse según edad y estado de salud del usuario.
El interventor psicosocial debe adaptar la metodología para adecuarse a las necesidades del
usuario en conjunto con este, puesto que la situación de calle muchas veces sólo es el
síntoma de una problemática compleja que implica simultáneamente deterioros en la red
familiar, laboral, sanitaria, entre otros.
Las limitaciones que se identifican en la presente investigación guardan relación con la
neutralidad observada durante el proceso de categorización y análisis de la información
levantada a partir de las entrevistas. El enfoque cualitativo en investigación social
permitiría guardar la carga afectiva de los textos y utilizarla dentro del análisis para dar
cuenta de la subjetividad del Otro estudiado. Sin embargo, debido a la inexperiencia del
equipo de seminario de investigación, el contenido afectivo de la información levantada fue
omitido en beneficio de la objetividad y la corrección, por ejemplo, al categorizar ciertas
expresiones coloquiales de los interventores con categorías ideológica y emotivamente
neutras, La dimensión emotiva en los discursos de los interventores, si bien no constituían
el principal objeto de estudio, pudieron haber entregado información de gran interés para
conocer en mayor profundidad la subjetividad de los interventores psicosociales.
51
La inexperiencia del equipo de seminario de investigación también quedó en evidencia al
momento de elaborar las hipótesis y los supuestos antes de iniciar el trabajo en terreno. Se
partió de la premisa de que los programas sociales de apoyo psicosocial estarían
conformados por una cantidad relativamente alta de psicólogos comunitarios y que el rol de
este profesional estaría consolidado dentro de los equipos psicosociales interdisciplinarios.
Lo que se observó en la realidad fue la poca cantidad de psicólogos desempeñándose en
estas instituciones y el desconocimiento de los profesionales de otras disciplinas sociales
respecto del quehacer comunitario. Producto de esta situación, se entrevistó principalmente
a profesionales del trabajo social y gran parte de los resultados se basan en las
declaraciones de estos. Esto no tiene implicancias perjudiciales para la investigación, pues
el objeto de estudio tiene que ver con el significado del rol profesional de los interventores
psicosociales del programa Calle en general, pero el conocimiento previo de esta situación
podría haber enriquecido la información levantada tanto por la inclusión de otros programas
psicosociales como por la heterogeneidad de las personas entrevistadas.
Por otro lado, se presentan dificultades asociadas a los tiempos académicos versus los
tiempos de la comunidad. Montero (2004), plantea que la intervención en comunidad
requiere de tiempos de vinculación que pueden no ser coherentes con los tiempos asignados
por las instituciones educativas para llevar a cabo un proceso de diagnóstico y/o
investigación. Se debe cuidar que los tiempos y espacios para llevar a cabo los procesos
académicos no perturben los ritmos de la comunidad estudiada. Por ejemplo, al momento
de aplicar entrevistas en algunos de los equipos estudiados con previa coordinación de
fechas y horas, esto no pudo ser posible debido a que se encontraban realizando tareas
propias del programa, por lo que finalmente. Los interventores psicosociales debían
52
suspender sus actividades normales para responder a los objetivos del equipo de seminario
de investigación.
Las líneas de investigación propuestas por la presente investigación guardan relación,
principalmente, con la exploración de los prejuicios generados en torno al rol del psicólogo
como agente de intervención clínica dentro de los mismos programas y organizaciones
sociales de enfoque interdisciplinar, puesto que el quehacer del psicólogo comunitario no
estaría difundido entre otros profesionales de las ciencias sociales, por lo que las
expectativas con las que se observa y evalúa el trabajo del psicólogo comunitario estarían
asociadas a la capacidad de ejercer el quehacer clínico y trabajar individualmente en un
espacio cerrado. Sin embargo, estas expectativas y nociones erróneas sobre las
posibilidades de acción del psicólogo comunitario no estarían apoyadas solamente por
profesionales ajenos a la disciplina, sino que incluso estarían presentes en psicólogos cuyo
concepto del enfoque comunitario estaría limitado al trabajo en salidas a terreno, lo cual
sería suficiente para calificar de comunitario el desempeño profesional.
También se sugiere abordar las motivaciones que operan detrás de la adaptación
metodológica para la co-construcción de las necesidades con los usuarios, a modo de
determinar si este ejercicio apunta hacia el cambio social real de las personas con las que se
interviene o si se está respondiendo a una lógica de logro de metas para cumplir con los
objetivos institucionales del programa, considerando este dentro de su contexto económico
y socio-histórico. Dentro de esto, se sugiere de igual forma abordar la perspectiva del
usuario dentro de la construcción del significado del rol profesional, para comprender su
percepción respecto a su propia experiencia de intervención y la posición que toma desde la
misma.
53
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AN=54296219&lang=es&site=ehost-live
62
VIII. Anexos
VIII.1. Consentimiento informado
CONSENTIMIENTO INFORMADO
El propósito de este documento es entregarle toda la información necesaria para que usted
pueda decidir libremente si desea colaborar, por medio de una entrevista, en el proceso de
recolección de datos del seminario de investigación para la obtención del título de psicólogo.
Este seminario tiene por objetivo describir el significado del rol profesional para las y los
interventores psicosociales del programa Calle, dependiente de la política de desarrollo
social, ejecutado en la región de Los Lagos, de manera de dar cuenta cómo las y los
interventores psicosociales construyen a nivel intersubjetivo su quehacer profesional, todo
esto, a partir de los supuestos planteados por la Psicología Comunitaria.
Al respecto, el presente consentimiento establece que:
- Los antecedentes de identificación serán mantenidos en reserva, resguardando la
confidencialidad de quién emite la información recolectada durante las entrevistas;
- La información será recolectada por medio de grabación de voz y libreta de campo,
de manera de facilitar su posterior análisis;
- La información proporcionada será utilizada de forma ética y sólo con fines
académicos;
- La realización de las entrevistas será dentro del horario de trabajo y en horario a
convenir con los participantes;
- La información recolectada será retroalimentada por medio de la socialización del
informe final de Seminario de Investigación, esto por medio de correo electrónico a
cada uno de los participantes;
- Su participación es absolutamente voluntaria. Si decide retirarse durante el curso de
la entrevista, puede hacerlo sin problemas. Ello no conlleva consecuencias negativas
de ningún tipo.
En caso de dudas o consultas, puede contactarse con la representante del equipo, Pía
Cherubini Echeverría por medio del correo electrónico [email protected]
63
Yo………………………………………………………, R.U.T. ………………………… he
leído el documento, entiendo las declaraciones contenidas en él y la necesidad de establecer
mi consentimiento, por lo cual firmo voluntariamente, recibiendo copia de este documento.
_________________________________ _______________________________
Firma participante Firma Representante
Equipo Seminario de Investigación
Fecha: ……/……/……
64
VIII.2. Pauta de entrevista
Pregunta de investigación Objetivo general Objetivos específicos Categorías Subcategorías
¿Cuál es el significado del
rol profesional, en tanto su
dimensión ética y política,
para las y los interventores
psicosociales del programa
Calle, dependiente de la
política de desarrollo social,
ejecutado en la región de Los
Lagos?
Describir el significado
del rol profesional, para
las y los interventores
psicosociales del
programa Calle,
dependiente de la política
de desarrollo social,
ejecutado en la región de
Los Lagos.
Indagar en la formación
teórico-práctica de las y los
interventores psicosociales
del programa Calle que se
encuentra a la base de su
intervención.
Quehacer psicosocial
-Formación
académica
-Concepciones
teóricas
-Implicancias
prácticas
Indagar la noción del Otro
que otorgan las y los
Noción del Otro
-Definición
del Otro
65
interventores psicosociales
del programa Calle.
-Actitudes
hacia el Otro
Indagar los aspectos éticos y
políticos que subyacen bajo el
rol profesional de las y los
interventores psicosociales
del programa Calle.
Rol profesional ético
y político
-Aspectos
éticos
-Aspectos
políticos
Explorar las tensiones,
contradicciones y
oportunidades disciplinarias
entre la Psicología
Comunitaria y el ámbito
Tensiones y
oportunidades entre
la psicología
- Psicología
Comunitaria
66
institucional a las que se
enfrentan las y los
interventores psicosociales
del programa Calle.
comunitaria y la
institucionalidad
- Praxis
institucional
Categorías Subcategorías Preguntas guía
Quehacer psicosocial Formación académica (Comenzar preguntando por la trayectoria biográfica y
profesional del interventor)
¿Cuál es su profesión?
¿En qué institución de educación superior realizó sus
estudios superiores?
¿Ha realizado algún estudio de postgrado? (estas
preguntas podrían ir en los datos básicos del
entrevistado)
67
Nociones teóricas 1. ¿Qué ramos de tu carrera te han servido más para tu
intervención?
2. ¿Cuáles son los conocimientos que se requieren para
su quehacer profesional dentro del programa?
3. ¿Ha complementado con nuevos conocimientos la
intervención que realiza? (Si es así) ¿Cuáles?
Implicancias prácticas 4.- Nos podrías hablar un poco de tu quehacer ¿Cuáles
son las actividades que lleva a cabo dentro del programa?
5. ¿Qué conocimientos ha adquirido a través de la
práctica de la intervención psicosocial?
6. ¿Qué tan importantes son las orientaciones técnicas
dentro del programa?
7. ¿Qué similitudes y diferencias tiene su forma de
intervención con la de otros colegas o interventores?
68
8. ¿Qué similitudes o diferencias ve en las intervenciones
actuales con lo que se hacía antiguamente?
Noción del Otro Definición del Otro 9. (Pedir descripción del Otro)
10. Según tú percepción ¿Cómo tú ves a la población en
la que intervienes?
11. ¿Qué podrías decir de ellos?
Actitudes hacia el Otro 12. ¿Qué te pasa con ellos (los Otros)? (Percepción,
Afectividad, pensamientos, acciones)
¿Cómo es su relación con las personas sobre las que
intervienen?
Rol profesional ético y político Aspectos éticos 13. ¿Existen instancias o espacios de discusión acerca del
trabajo que se realiza constantemente? Si es que lo
hubiera ¿Cuáles?
(Lo demás surge a partir de la noción del Otro)
69
Aspectos políticos 14. ¿Hay necesidades que ves más allá de lo que tienes
que hacer? ¿El programa responde a aquello?
Tensiones y oportunidades entre la
psicología comunitaria y la
institucionalidad
Tensiones entre psicología
comunitaria e institucionalidad
15.-Según su percepción ¿Cuáles son las dificultades que
se presentan entre su rol como interventor psicosocial y
el marco institucional?
¿Qué espacios se abren para generar un ejercicio más
libre?
Oportunidades entre psicología
comunitaria e institucionalidad
16. Según su percepción ¿Cuáles son las fortalezas que
existen dentro del programa?
17. Según su percepción ¿Cuáles son las oportunidades
que existen para el programa?
18. ¿Qué aspectos mejorarían del programa?
19. ¿Cuáles son las amenazas que existen para el
programa?
70
VIII.3. Tabla de categorías
Tabla 1 Categorías asociadas al objetivo específico n° 1 “Indagar en la formación profesional de las y los interventores psicosociales del Programa Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud” Categoría Código Subcategoría Dificultades de la formación
DF - Diferencias generacionales - Formación teórica inadecuada a la realidad - Aprendizaje asociado a la experiencia
Competencias profesionales CP - Dominio teórico en el área - Facilitación de autogestión - Fortalecimiento del Otro - Desarrollo de herramientas - Ejecución del programa - Trabajo desde una realidad social concreta - Agente de cambio social - Portador de valores profesionales - Autocuidado laboral - Ejecución del programa - Adecuación al programa
Asignaturas relevantes AR - Metodología - Psicología social - Ética profesional - No recuerda
Tabla 2 Descripción y ejemplo categorías objetivo específico n° 1 Categoría Descripción Subcategoría Ejemplo Dificultades de la formación
La o el interventor identifica situaciones adversas o diferencias históricas del proceso de formación.
Formación teórica inadecuada a la realidad
“la universidad te entrega todo el marco teórico, pero la práctica es diferente, afuera es una selva y tú
71
tienes que batallar” (Participante, entrevista n° 8, trabajador social).
Competencias profesionales
La o el interventor refiere a la capacidad productiva del profesional en cuanto a conocimiento, habilidades y actitudes.
Facilitación de la autogestión
“se van directo a las redes, tienen los contactos de la gente que ya los contrató, los vuelven a llamar, porque a veces los llaman por faena, después los vuelven a llamar, ¿te fijas? Entonces ellos mismos se van generando sus redes que antes no tenían” (Participante, entrevista n° 7, mujer, ingeniero en administración pública).
Asignaturas relevantes La o el interventor refiere a asignaturas de su formación de pregrado que resultaron relevantes para desenvolverse como profesional.
Metodología “metodología de la intervención, me ayudó dentro de la carrera… fue un ramo completo, ahí ves casi todo, caso, comunidad, grupo… dentro de este programa se ven como las tres… tres intervenciones” (Participante 2, entrevista n° 1, mujer, trabajadora social).
Tabla 3 Categorías asociadas al objetivo específico n° 2 “Indagar los aspectos éticos y políticos que subyacen bajo el rol profesional de las y los interventores psicosociales del programa Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud” Categoría Código Subcategoría de 3er orden Subcategoría de 2° orden Subcategoría Definición del otro DDO Percepción sobre el Otro - Agradecimiento al
Interventor - Motivación de salir adelante
72
- Apertura a interventores de edad similar
- Desconfianza hacia el sistema
- Complejidad de dinámica familiar
- Víctima de las circunstancias
- No se adaptan a las reglas institucional
- Grupo vulnerable - Falta de compromiso por
consumo - Necesidad de apoyo
inmediato - Marginación social
Nominación del Otro - Chicos - Persona - Usuario - Por el nombre
Características observables del Otro
- Antecedentes penales - Uso de territorio específico - Desvinculación de redes - Deterioro de salud - Recaídas - Creencias religiosas - Violencia - Deserción escolar - Consumo de sustancias - Analfabetismo - Temor al prejuicio social
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- Calle como opción de vida Características contextuales del Otro
Características culturales - Consumo como parte de la idiosincrasia
- Altos índices de consumo de alcohol
Características territoriales - Diferencias geográficas - Uso de espacios
identificados dentro de la ciudad
- Uso de espacios periféricos Transformación del Otro
TDO Resultados observables de la intervención en el Otro
- Lograr la reinserción social - Uso de recursos económicos - Empoderamiento de las
redes sociales - Resiliencia - Retomar vida anterior
Adaptación metodológica de la y el Interventor
Objetivos personales de la y el Interventor
- Difusión de la problemática a la comunidad
- Recuperación del espacio público
- Recuperación del autoestima del Otro
- Respuesta y disposición ante necesidades del Otro
Estrategias de la y el Inventor - Comportamiento adecuado al Otro
- Adaptación al contexto del Otro
- Inclusión de la familia en la intervención
- Metodología flexible
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- Reuniones técnicas con voluntariados
- Horario flexible - Contención al Otro - Priorización de necesidades - Aludir a tópicos religiosos - Respeto de los tiempos del
Otro - Afectividad y compañía
espiritual - Uso de tecnología - Generar necesidad al Otro
para incorporarse al programa
- Rehabilitación de consumo - Ampliación de cobertura a
Otros no-usuarios - Reconocimiento de
territorio - Intervención según ciclo
vital - Regulación de consumo - Intercambio de opiniones
con colegas - Búsqueda de nuevas redes
Tabla 4 Descripción y ejemplo categorías objetivo específico n° 2 Subcategoría 2°/3er orden Descripción Subcategoría Ejemplo Percepción del Otro La o el interventor
caracteriza, a partir de su Marginados de la sociedad “Pero cayeron en el alcoholismo,
desavenencia, violencia, todo el
75
punto de vista, al Otro que asiste al Programa.
asunto, y cayeron en depresión y varios factores, y lógicamente fueron quedando y fueron marginándose, fueron quedando en este mundo de la selva y en el cual estamos tratando, la selva los absorbió y quedaron marginados y no pudieron salir adelante” (Participante, entrevista n° 8, hombre, trabajador social).
Nominación del Otro La o el interventor utiliza ciertos conceptos para referirse al Otro.
Personas “han pasado en los ocho años más de cuatrocientas cincuenta personas, en carpeta, tenemos las historias de vida de ellos” (Participante 2, entrevista n° 6, hombre, trabajador social).
Características observables del Otro
La o el interventor se refiere a conductas realizadas por el Otro.
Desvinculación de redes “red familiares no existen, a veces están desaparecidos, y claro, porque nosotros como asistentes sociales y como programa en sí, también servimos como nexo para vincularlos con las redes sociales donde ellos no están insertos” (Participante 1, entrevista n° 6, mujer, trabajadora social).
Características contextuales del Otro
La o el interventor se refiere a características del entorno del Otro, a partir de aspectos culturales y territoriales.
Consumo como parte de la idiosincrasia
“culturalmente la gente necesita, está habituada a beber, y aquí no beben wiski, no beben pisco, si no que están entre la cerveza y el vino, no cierto blanco y tinto, pero el vino, entonces es una zona tomatera” (Participante, entrevista n° 8, hombre, trabajador social).
76
Resultados observables de la intervención en el Otro
La o el interventor evidencia cambios en el Otro a partir de la intervención.
Retomar vida anterior “De hecho, nosotros tenemos casos aquí pero bien patentes que, mujeres sobre todo, que llegaron aquí con mucho consumo, con violencia, ¿te fijas? y que hoy día recuperaron a su familia, tiene casa, arrienda, trabajo, trabajo dependiente e independiente, se conjugan entre los dos para poder obtener mayor recursos” (Participante, entrevista n° 7, mujer, ingeniero en administración pública).
Objetivos personales de la y el interventor
La o el interventor menciona objetivos o metas personales asociadas a los efectos de la intervención.
Recuperación del espacio público
Adaptación metodológica del interventor
La o el interventor expresa objetivos personales y estrategias asociadas a la adecuación que realiza de la Metodología propuesta por el Ministerio de Desarrollo Social para el Programa.
Metodología flexible Y ese sistema, nosotros usamos un plan b, porque yo digo no puede, nosotros hemos sido unas de las pocas regiones que han objetado esta metodología. (Participante, entrevista n° 8, hombre, trabajador social).
Tabla 5 Categorías asociadas al objetivo específico n° 3 “Explorar las tensiones y oportunidades disciplinarias entre el enfoque comunitario y la praxis institucional a las que se enfrentan las y los interventores psicosociales del programa Calle ejecutado en las comunas de Osorno, Puerto Montt y Ancud” Categoría Código Subcategoría de 2º orden Subcategoría Desencuentros epistemológicos
DEP Limitantes del Programa - Encuadre con otras Instituciones - Ausencia de respuesta a largo plazo
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- Continuidad del programa por concurso público
- Deficiencias desde el Ministerio - Políticas no adecuadas para el Otro - Asistencialismo del voluntariado - Sobreintervención - Necesidad de reunión como equipo
Dificultades del Programa - Situaciones de riesgo para Interventores - Recursos públicos inadecuados - Trabajo en redes de salud y laboral - Acostumbramiento al asistencialismo - Espacio inadecuado de trabajo - Sobrecarga laboral - Falencias sistema virtual - Metodología inadecuada para el contexto
Acercamiento epistemológico
ACEP Propuesta de mejora del Programa - Mejorar recepción a usuarios en capacitaciones - Aumento jornada - Alternativa a bitácora - Necesidad de capacitación - Flexibilidad metodológica - Cambios metodológicos
Cualidades del Programa - Coordinación entre programas - Red según problemática - Unión como equipo - Evolución favorable del programa - Trayectoria del Interventor - Reflexión sobre calidad, atención y servicio. - Generación de vínculos con profesionales de
salud - Apoyo de las redes - Mejorar calidad a partir de profesionales
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- Cercanía territorial con otros servicios - Espacios físicos para usuarios
Tabla 6 Descripción y ejemplo categorías objetivo específico n° 3 Subcategoría 2° orden Descripción Subcategoría Ejemplo Limitantes del Programa
La o el interventor identifica aspectos del entorno que dificultan el desarrollo y progreso del Programa.
Políticas no adecuadas para el Otro “La gente se está acostumbrando a que todo esté subsidiado del estado hacia ellos, y eso los está desmotivando, lo que yo antes he tenido grandes, y he visto que ha sido muy lento la recuperabilidad en todos estos años” (Participante, entrevista n° 8, hombre, trabajador social).
Dificultades del Programa
La o el interventor expresa aspectos internos del Programa que dificultad el desarrollo y progreso del mismo.
Desencuentro interdisciplinar “No es que desmerezca a los psicólogos, antropólogos, los sociólogos, los profesores que han estado, pero a nosotros como formación, tenemos una cantidad de instrumentos, metodologías que nos permiten tener una visión más amplia, y también necesitamos la colaboración de otros profesionales porque este programa se ha ido perfeccionando a través del tiempo” (Participante, entrevista n° 8, hombre, trabajador social).
Propuesta de mejora del Programa
La o el interventor menciona y propone cambios para el Programa.
Cambios metodológicos “Es la continuidad del programa, porque todos los años hay que postular, los programas son 12 meses, terminamos 12 meses, hay que
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postular, y años anteriores nosotros el año que estuvimos más tiempo sin trabajo fueron 6 meses, entonces los usuarios quedaban botados como se dice y nosotros igual íbamos al programa algunos días y los usuarios te buscaban todos los días y querían tu apoyo” (Participante 1, entrevista n°5, mujer, trabajadora social).
Cualidades del Programa
La o el interventor refiere a las fortalezas y características positivas del Programa.
Unión como equipo “Yo creo que el trabajo en equipo, sí, es una fortaleza, porque si tu equipo no está... no trabaja en conjunto, ninguna intervención va a funcionar” (Participante 3, entrevista n° 1, mujer, trabajadora social).