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Universidad de Alcalá UNIVERSIDAD APEC
UNIVERSIDAD DE ALCALÁ
Máster en Enseñanza de Español con Aplicación a la Lengua Materna y a la Lengua
Extranjera
Memoria de Máster
El español del Cibao en La Mañosa de Juan Bosch: propuesta didáctica para la
enseñanza de la variedad cibaeña
Presentado por
Patricio García Polanco
Directora del trabajo
Dra. M.a Ángeles Ángeles Martínez
Alcalá de Henares, España Diciembre de 2008
Memoria del Máster de Enseñanza del Español como Lengua
Materna y como Lengua Extranjera
Realizado por D. Patricio García Polanco
El español del Cibao en La Mañosa de Juan Bosch: propuesta
didáctica para la enseñanza de la variedad cibaeña
Realizado bajo la dirección de
Dra. Da. María Ángeles Álvarez
Catedrática de la Universidad de Alcalá
Universidades APEC – ALCALÁ
2008
Índice
Dedicatoria 3
Agradecimientos 4
Introducción 5
Capítulo I. La región del Cibao 16
Capítulo II. La Mañosa 20
2.1 La Mañosa, fecha de su ubicación y fecha en que se ubica 21
2.2 Nota biográfica del autor 22
Capítulo III. El español hablado en la República Dominicana 25
3.1 Aspectos generales 26
3.2 Otros fenómenos 27
3.2.1 Aspecto fonético 27
3.2.2 Aspecto morfosintáctico 30
3.2.3 El léxico en la República Dominicana 34
3.2.4 Refranes y expresiones populares 37
3.2.4.1 Refranes 37
3.2.4.2 Otras expresiones populares 38
3.2.5 El español del Cibao 38
Capítulo IV. Fenómenos lingüísticos en La Mañosa 40
4.1 Particularidades fonéticas en La Mañosa 42
4. 2 Morfosintaxis 45
4.2.1 El uso de perífrasis verbales y la preferencia por el perfecto
del subjuntivo 45
4.2.2 La formación de diminutivos 46
4.2.3 La doble negación 48
4.2.4 El uso del pronombre ello 49
4.3 Lexicología 49
4.3.1 Indigenismos 50
4.3.2 Afronegrismos 51
4.3.3 Dominicanismos 51
4.3.4 Arcaísmos 54
4.3.5 Marinerismos 58
4.3.6 Otros términos asociados a la vida rural 59
4.3.7 Variaciones semánticas 64
4.3.8 Coloquialismos 69
4.3.9 Interjecciones y frases interjectivas 75
4.3.10 Refranes, modismos y expresiones análogas presentes en La
Mañosa 76
4.4 La toponimia cibaeña en La Mañosa 82
4.5 La fauna y la flora en La Mañosa 82
4.5.1 Plantas endémicas y nativas83
4.6 Onomástica 83
Propuesta Didáctica 85
Unidad I. Fonética y Fonología 87
Unidad II. Morfosintaxis 104
Unidad III Lexicología 107
Conclusión 117
Bibliografía 122
Anexo 126
Dedicatoria
Dedico este trabajo a todos los hombres y mujeres del Cibao que día tras
día trabajan en procura del engrandecimiento material y espiritual de este
terruño. Desde el que con su brazo poderoso empuña el machete en la
pequeña heredad agrícola, hasta aquellos que laboran en los diferentes
centros de producción urbana. A pesar de las diferencias de vida y de
trabajo, un hilo común los une: el amor a su región. En ellos descansa el
engrandecimiento presente y futuro de esta ubérrima porción de tierra
dominicana.
Agradecimientos
Quiero dejar constancia en esta página de mi profundo
agradecimiento a la Lic. Arelis Salcedo, actual directora del
Distrito Escolar 08 – 01 de San José de las Matas, provincia de
Santiago, por todo el esfuerzo desarrollado para ayudarme a
realizar estos estudios.
Asimismo, quiero expresar mi gratitud a mi esposa Brunilda
Rodríguez por el apoyo material y el constante estímulo, en
procura de que el proceso que se cierra con la presente memoria
concluyera en forma exitosa.
Formalmente, deseo agradecer a mi asesora, la Dr. María Ángeles
Álvarez, por su comprensión y esfuerzo realizado para que el
presente trabajo estuviera siempre ajustado al rigor que exige el
ámbito de la investigación científica.
5
INTRODUCCIÓN
6
Toda obra literaria cumple, esencialmente, con una finalidad estética. Sin embargo, una
buena obra literaria siempre va más allá de la dimensión estética, pues es un producto de
una época, y como tal, refleja las características de una sociedad en un momento
determinado de su devenir histórico.
Uno de los elementos esenciales de todo texto literario es el aspecto lingüístico. Y no
sólo porque sin lenguaje no hay creación literaria, sino porque ésta muchas veces se
convierte en fuente obligada de consulta cuando se desea penetrar en los medios
expresivos propios de un contexto histórico y social. Así ocurre, por ejemplo, con El
Lazarillo de Tormes, novela picaresca del siglo XVI, y con El Quijote de Miguel de
Cervantes, del siglo XVII. Analizando el vocabulario, los refranes y modismos, la
fonética y los rasgos morfosintácticos que aparecen en esas novelas, los estudiosos de
nuestra lengua han podido conocer aspectos que de otra forma serían difíciles de
determinar. Lo mismo podría decirse de El Cantar de Mío Cid, poema épico español del
siglo XII.
Y es esto, precisamente, lo que nos ha movido a realizar la presente investigación.
Pretendemos con ella acercarnos a través de una obra literaria – la novela La Mañosa,
de Juan Bosch – a la modalidad lingüística de la región del Cibao. Paso a paso, palabra
tras palabra y expresión tras expresión, hemos pretendido desentrañar usos lingüísticos
que marcan el español del Cibao en particular y el del país en general.
Importancia del tema. Razones que motivaron su elección
La Mañosa es una de las novelas dominicanas que mayor impacto ha causado en el
público lector de nuestro país. Fue publicada en 1936, en plena dictadura trujillista,
poco antes de que su autor abandonara el país en calidad de exilado.
Según la opinión de la crítica autorizada, la obra encierra importantes valores estéticos y
sociales que la hacen digna de constituirse en un referente obligado a la hora de abordar
la narrativa dominicana de la primera mitad del siglo XX y al momento de pasar
balance a la producción bibliográfica de su autor.
7
Uno de sus mayores logros, a nuestro humilde entender, lo constituye el aspecto
lingüístico, ya que se trata de una novela ambientada en una zona rural del Cibao,
región que presenta unas características lingüísticas muy interesantes.
Aún faltaba por hacerse un estudio lingüístico de esta novela. Ninguno de los estudios
críticos que se han publicado ha abordado esta temática. Los diferentes críticos sólo se
han ocupado de aspectos generales, principalmente del ámbito sociopolítico de la
novela: la vinculación entre la ideología que subyace en la obra y la ideología imperante
en el período en que fue escrita: el trujillismo.
¿Qué nos interesa de esta novela? Al margen de sus otros logros estéticos, que son
muchos, nos interesa desentrañar las particularidades léxicas, fonéticas y morfo -
sintácticas de La Mañosa. Con ello se pretende hacer una incursión en el universo
lingüístico de la región Norte de la República Dominicana, región mejor conocida por el
nombre de Cibao, así bautizada por los primitivos habitantes de la región, los
aborígenes.
La región del Cibao constituye una vasta zona geográfica y política de nuestro país. Está
conformada por 14 provincias, siendo la principal de éstas Santiago. Está ubicada al
norte de la isla y es una zona agrícola muy importante. Las restantes provincias son: La
Vega, Puerto Plata, Espaillat, Salcedo, María Trinidad Sánchez, Duarte, Sánchez
Ramírez, Monseñor Nouel, Dajabón, Monte Cristi, Valverde, Santiago Rodríguez y
Samaná.
En cuanto a las actividades económicas, no hay un gran desarrollo industrial, aunque la
ciudad de Santiago de los Caballeros, capital de la provincia homónima, cuenta con
algunas industrias importantes, sobre todo en lo que respecta a tejidos, licorería,
calzados, etc. Tampoco hay mucho desarrollo turístico; pero hubo un tiempo en que la
provincia de Puerto Plata, en la costa norte, fue el principal destino turístico del país.
Además, la provincia de Samaná es actualmente un destacado punto de nuestra
geografía turística.
8
En el ámbito lingüístico, esta región presenta algunos rasgos típicos, ya que son casi
exclusivos de la zona; otros, son compartidos con el resto de la población dominicana y
con otras zonas de Hispanoamérica, principalmente de la zona caribeña.
Entre estas características que distinguen al hablante cibaeño, especialmente al que
habita en las zonas rurales, se destacan en el plano fonético la elisión de s en posición
implosiva, la pronunciación de la h inicial aspirada, la supresión de la d
intervocálica o al final de palabra, la vocalización, la aspiración del fonema h. En el
plano morfosintáctico se destaca la utilización del pronombre fósil “ello” (ello hay, ello
no hay) y en el aspecto léxico, el uso de arcaísmos léxicos como asina, vide…
Otro rasgo frecuente en el español del Cibao, como en el resto del país, es el uso
abundante de diminutivos. Por otra parte, también es frecuente la alteración del orden
sintáctico en expresiones como “me se olvidó”. En fin, son diversas las variantes
lingüísticas que se observan en el español hablado en esta región dominicana.
Por medio de la presente investigación determinaremos el grado de autenticidad del
habla cibaeña reflejado en la novela de Bosch; es decir, con cuánta fidelidad ha
reflejado el autor en su novela los registros del habla característica de la región Norte.
Así, buscaremos identificar en la obra aquellos rasgos que tipifican la modalidad
cibaeña y qué la diferencia del resto del país. Otro aspecto importante es determinar
cuáles de esos rasgos se mantienen vigentes en la actualidad, y en la región.
En conclusión, el tema de la investigación es significativo y a la vez novedoso.
Significativo porque, aunque en los últimos años han ido apareciendo interesantes
estudios sobre el español dominicano, ninguno de ellos ha estado centrado en el ámbito
específico de la variante lingüística cibaeña. Y novedoso porque se trata de un estudio
del habla cibaeña desde la perspectiva de una obra literaria.
El objetivo principal es contribuir al conocimiento de la variante dialectal dominicana,
al partir de una región que, como la del Cibao, tiene un peso indiscutible en todos los
aspectos de la sociedad dominicana, siendo el aspecto lingüístico uno de ellos.
9
Justificación
La variante cibaeña del español hablado en la República Dominicana ha estado siempre
en el foco de atención. En la literatura, principalmente, ha tenido una honda
repercusión. Novelas, cuentos y poemas dan cuenta de esta resonancia. La Mañosa y los
cuentos de Juan Bosch, las populares décimas de Juan Antonio Alix, los cuentos de José
Ramón López, entre otros, constituyen excelentes muestras de lo que acabamos de
afirmar.
Para muchos, es una modalidad “graciosa”; así ha llegado a convertirse en motivo de
parodias de algunos comediantes de televisión. Asimismo, ha llegado a nuestro
incipiente cine a través de la caracterización de personajes que pretenden ofrecer una
imagen típica del hombre o la mujer cibaeños. Para otros, es un habla de bajo nivel,
asociada al ambiente rural.
Sin embargo, por encima de tales consideraciones, el habla cibaeña tiene un indiscutible
peso dentro del universo lingüístico dominicano, puesto que se trata de la región más
extensa, una de las más productivas y, sobre todo, es la segunda más poblada del país.
Se trata de una zona habitada por casi tres millones de habitantes, diseminados en un
total de catorce provincias; una cifra nada despreciable para justificar cualquier esfuerzo
encaminado al estudio de uno o varios de los elementos que conforman dicha
comunidad.
Para nosotros, quizás por nuestra condición de cibaeño, nuestra habla regional siempre
ha sido un tema atractivo. Particularmente, nos llama la atención la forma en que
nuestros autores la recrean en sus textos: unos con mayor precisión; otros, de forma
aproximada. Y conforme a nuestro interés por el tema, siempre hemos estado
aguardando a que nuestros estudiosos del español dominicano empiecen a cotejar el
habla más o menos idealizada de nuestros personajes literarios con el habla real de los
hombres y mujeres que forman el vasto conglomerado regional.
El presente trabajo se inscribe dentro de este último contexto. Pretendemos hacer un
examen de la modalidad cibaeña a partir de La Mañosa, para cotejarlo con las
10
características que le atribuyen quienes lo han estudiado. Al hacerlo, pretendemos, con
mucha humildad, hacer un aporte a la región y al país.
Si, una vez depositada esta investigación en un lugar donde pueda ser consultada, se
convierte en fuente para los investigadores del habla regional del Cibao, ya sea para
refutar sus afirmaciones como para valorarlas, o simplemente para enriquecer el acervo
de quien realiza tal consulta, este esfuerzo y esta voluntad de aporte se verán
dignamente recompensados y justificados.
Antecedentes
El primer esfuerzo serio y consistente dirigido a estudiar el español dominicano lo hizo
Pedro Henríquez Ureña, en 1940 al publicar El español en Santo Domingo, una obra
que, según él mismo confesó, fue escrita entre los años 1935 y 1936. En ella, el
lingüista dominicano expone los principales rasgos característicos del español hablado
en nuestro país, en todos los aspectos lingüísticos: fónico, léxico y morfosintáctico. Los
datos que ofrece este libro abarcan a los hablantes de todo el país.
Antes de la publicación de la citada obra de Henríquez Ureña, ya se habían hecho otros
aportes, sólo que eran más limitados en extensión y en diversidad.
En 1931, Rafael Brito publicó un Diccionario de criollismos en el que incluía, entre
otras manifestaciones, modismos y refranes de procedencia cibaeña. Asimismo,
Emiliano Tejera dio a la imprenta, en 1935, su libro Palabras indígenas de la isla de
Santo Domingo. Once años más tarde, el poeta y educador Ramón Emilio Jiménez
publicó Del lenguaje dominicano. En este libro Jiménez “comenta las particularidades
del diminutivo, preposición, personificación y otros rasgos del lenguaje dominicano”
(Jorge Morel, 1978, Pág. 24). En 1947, Manuel Patín Maceo publica Dominicanismos,
en donde recoge un repertorio de palabras y frases del léxico dominicano. En 1950,
Emilio Rodríguez Demorizi publicó Refranero dominicano en el que se hallan refranes
criollos, hispanoamericanos y españoles. En 1956, el lingüista español Tomás Navarro
Tomás publicó un estudio realizado en nuestro país en 1926. El trabajo, publicado en
11
forma de artículo en la Revista Iberoamericana, se titula Apuntes sobre el español
dominicano y es el primero que se realiza en nuestro país utilizando fuentes orales.
En la década del setenta, aparecieron dos publicaciones muy importantes: Estudio
lingüístico de Santo Domingo, de Elercia Jorge Morel y Más datos sobre el español de
la República Dominicana, de Maximiliano A. Jiménez Sabater. El primero fue
publicado en 1974 y el segundo al año siguiente. Son los primeros trabajos lingüísticos
dominicanos basados en datos recogidos oralmente. Al respecto expresa el lingüista
dominicano Orlando Alba:
Este tipo de estudios se incrementa de manera especial a partir de la década de
los años 80 cuando se publican, entre otras, investigaciones realizadas por Alba,
Alvar, Benavides, Coupal, González, Núñez Cedeño, Pérez Guerra,
Rojas,Terrell. En este período tampoco faltan las excepciones. Una de ellas es la
publicación de Deive (1977) que metodológicamente no se diferencia de la de
Patín Maceo (1947) (Alba, 2003, pág. 345).
Otros trabajos fueron publicados en las décadas del setenta y del ochenta, pero, a decir
de Orlando Alba, “tienen una dimensión más limitada” (Alba, op. cit.): Folklore de la
República Dominicana, de Manuel José de Andrade, 1976; El dialecto español de
Samaná, de Celso Benavides (1985); Lengua y folklore en Santo Domingo, de Emilio
Rodríguez Demorizi (1975).
El último trabajo de indiscutible relevancia, publicado en los últimos años es el de
Orlando Alba: Cómo hablamos los dominicanos, editado con el patrocinio del Grupo
León en la colección Centenario, en el año 2003. Se trata de una obra amplia,
fundamentada en la investigación bibliográfica. En ella, se ofrece una visión de
conjunto sobre el habla dominicana, abarcando una gran diversidad de fenómenos en los
planos fónico, léxico y morfosintáctico.
12
Delimitación temática
Nuestra investigación abarca todos los aspectos lingüísticos del español cibaeño. No
obstante, está delimitada por los usos que de esta variedad hacen los personajes de la
novela La Mañosa; es decir, abarca los planos fónico, léxico y morfosintáctico, pero
sólo recoge los fenómenos que aparecen registrados en la citada obra, a través del habla
de sus personajes. Después de observar y clasificar las particularidades lingüísticas
contenidas en la novela, se hace un análisis de los resultados, tomando como parámetros
los estudios realizados por lingüistas nativos y extranjeros sobre la modalidad de la
región cibaeña.
Problemas que se suscitan en un trabajo de esta índole
1. ¿Qué fenómenos del habla cibaeña aparecen en la novela La Mañosa, y, de
estos, cuáles son típicos de la región y cuáles son comunes a otras regiones del
país y de Hispanoamérica? ¿Es el habla de los personajes de La Mañosa un fiel
reflejo del español hablado en el Cibao, o bien, lo fue en la época de su
aparición; o, bien, se produce una idealización del habla regional, tan propia de
esa época?
2. ¿Aparecen en la obra todos los fenómenos léxicos, morfosintácticos y fonéticos
que, de acuerdo con las investigaciones disponibles a la fecha, presenta el habla
cibaeña?
3. ¿Están vigentes actualmente en el Cibao los usos dialectales recogidos por
Bosch en su novela?
13
Objetivo General del trabajo
1. Aportar ideas que contribuyan a un mejor conocimiento del habla del Cibao y,
en general, de la variante dialectal dominicana.
2. Comprobar que el habla de esta novela refleja fielmente las principales
características de la región.
Objetivos específicos de la investigación
a. Identificar las peculiaridades lingüísticas del habla cibaeña a través del análisis
pormenorizado de la forma de expresión de los personajes de La Mañosa.
b. Determinar los puntos de coincidencia entre los datos obtenidos por el análisis
lingüístico de La Mañosa, y los estudios que se han realizado sobre el habla de
los cibaeños.
c. Verificar, a través de la investigación bibliográfica, si los fenómenos lingüísticos
registrados en la novela son exclusivos del Cibao o si, por el contrario, se
registran en otras zonas del país, y de Hispanoamérica.
d. Determinar si los hablantes de la novela coinciden con los hablantes reales de la
región; es decir, verificar el grado de autenticidad de la modalidad lingüística del
Cibao que nos ofrece la obra de Bosch.
Hipótesis
La Mañosa constituye una muestra importante de la modalidad lingüística cibaeña. Aún
cuando en ella no se reflejan los dos fenómenos fonéticos más importantes de la región
y del país: la vocalización y la elisión de /s/ implosiva, el habla de sus personajes
evidencia algunos de los fenómenos fonéticos, morfosintácticos y léxicos más
sobresalientes del habla regional. Concretamente, la presente investigación pretende
demostrar lo siguiente:
14
1. A pesar de que La Mañosa fue publicada en 1936, y de que su trama se
desenvuelve entre los últimos años del siglo XIX y los inicios del XX, muchas
de las formas expresivas que emplean los personajes de la novela están vigentes,
fundamentalmente en el vocabulario y la pronunciación de los cibaeños.
2. Los personajes de La Mañosa se ajustan en un porcentaje bastante alto a la
manera en que se expresan los hombre y mujeres de la región cibaeña,
especialmente los que habitan en las áreas rurales. Sólo hizo falta, para
completar el nivel de autenticidad deseado, que el habla de esos personajes
reflejaran los dos fenómenos mayoritarios del Cibao y del país ya señalados en
líneas anteriores: la vocalización y la elisión y aspiración de /s/ implosiva,
respectivamente.
3. Exceptuando el fenómeno de la vocalización y el uso de ello en construcciones
impersonales y evasivas, la modalidad lingüística cibaeña no dista mucho de la
que habla el resto de la población dominicana.
Metodología utilizada
Dada la naturaleza de la investigación, este trabajo se apoya en la consulta bibliográfica
(libros, revistas, periódicos, enciclopedias y diccionarios impresos y digitales, páginas
web). También se ha hecho uso de la música, al incorporar a la Unidad de Planificación
Didáctica incluida en esta memoria letras de canciones escritas en la modalidad cibaeña.
Estructura del trabajo
La investigación consta de cuatro capítulos, distribuidos de la siguiente manera:
En el primer capítulo, titulado La región del Cibao, se describe la región cibaeña,
destacando su ubicación geográfica, su extensión, las provincias que la integran, la
producción y los sucesos históricos más relevantes que han tenido lugar allí.
15
El segundo capítulo, La Mañosa de Juan Bosch: la fecha de publicación y la fecha en
que se ubica. Breve nota biográfica del autor, proporciona informaciones concretas
sobre la fecha de aparición del libro, sobre el tiempo en que se ambienta la trama
novelesca y sobre la vida y la obra de su autor.
El tercer capítulo, El español hablado en la República Dominicana, presenta un
recuento de los principales fenómenos lingüísticos que tipifican la modalidad lingüística
dominicana. Se toman en cuenta los diferentes aspectos de la lingüística: fonética,
morfosintaxis y lexicología. Sirven de base a este capítulo los estudios lingüísticos
anteriores, principalmente el de Pedro Henríquez Ureña: El español en Santo Domingo,
que, aunque data de 1940, sigue siendo un referente obligatorio para todos los que se
adentran en estas cuestiones.
El cuarto capítulo, que es el principal, debido a que es el que encierra el soporte de la
investigación, se titula Fenómenos lingüísticos en La Mañosa. En él se analizan las
formas expresivas de los personajes que interactúan en la novela y se organizan los
datos obtenidos para un análisis de acuerdo a la naturaleza de los mismos: fonético,
morfosintáctico y léxico.
CAPÍTULO I
LA REGIÓN DEL CIBAO
17
La República Dominicana forma parte de la isla Española o Santo Domingo, de la cual
ocupa casi las dos terceras partes (48,442 km2 de un área total que alcanza los 77, 914
km2; el resto corresponde al territorio de Haití). Se divide en tres regiones políticas y
administrativas: el Norte o Cibao, la región Sureste y la región Suroeste.
La región del Cibao comprende las siguientes provincias: Santiago, La Vega, Puerto
Plata, Espaillat, Salcedo, María Trinidad Sánchez, Duarte, Sánchez Ramírez, Monseñor
Nouel, Dajabón, Monte Cristi, Valverde, Santiago Rodríguez y Samaná. Estas
provincias suman un total de 19,058.62 km2 y una población de 2,751, 480. Así,
tenemos que la región del Cibao es la más extensa y la segunda en población del país.
A su vez, el Cibao es una de las regiones más productivas de la República Dominicana,
siendo su principal fuente de recursos la actividad agropecuaria. En ella abundan los
suelos fértiles en los que se cultiva una gran variedad de productos agrícolas,
principalmente café, cacao y víveres. Además, produce tabaco, maíz, arroz, caña de
azúcar y frutos menores.
Asimismo, posee importantes yacimientos de minerales. Entre estos: oro, (provincia
Sánchez Ramírez), ferroníquel (provincia Monseñor Novel), mármol (Samaná), ámbar
(Puerto Plata), etc. Por su parte, la provincia de San Fernando de Montecristi posee
abundantes minas de sal.
En las provincias María Trinidad Sánchez y Samaná se realiza una importante actividad
pesquera destinada al consumo nacional y, aunque en menor proporción, para la
exportación.
En la provincia de Santiago hay importantes fábricas de cigarros, cigarrillos y ron. La
industria manufacturera se concentra en las zonas francas. Estos parques industriales
están diseminados por las diferentes provincias del Cibao: La Vega, Puerto Plata, San
Francisco de Macorís, Bonao, Moca y Santiago, que posee la mayor cantidad de estas
zonas industriales.
El Cibao es también un importante foco de atracción turística. La provincia de Puerto
Plata, ubicada en la parte más septentrional de la isla – a orillas del Atlántico – fue hasta
18
hace unos años el principal destino turístico de la República Dominicana. Actualmente,
con el surgimiento del complejo hotelero Punta Cana, en el Sureste del país, en el que
han estado involucrados inversionistas de la talla de Julio Iglesias y Óscar de la Renta,
la denominada Novia del Atlántico ha descendido en las preferencias de los extranjeros
que visitan al país en viajes de placer; sin embargo, sigue recibiendo aún muchos
turistas de todas partes del mundo.
La relevancia histórica del Cibao tiene su punto de partida desde el mismo momento en
que se produce el llamado descubrimiento de la isla. En enero de 1494, quedó
oficialmente fundada la villa La Isabela en la provincia de Puerto Plata. Fue fundada
por el Almirante Cristóbal Colón y es conocida históricamente como la primera ciudad
del Nuevo Mundo. Al año siguiente, el Almirante hizo erigir la fortaleza Santo Tomás
en el municipio de Jánico de la provincia de Santiago. En ese mismo año – se afirma –
se fundó la ciudad de Santiago de los Caballeros, principal ciudad de la región cibaeña.
Hoy las ruinas de la fortaleza Santo Tomás, las de la primera villa santiaguera así como
las de La Isabela constituyen patrimonios arqueológicos del Cibao y de la República
Dominicana.
La región del Cibao ha aportado mucho al arte y al folclore dominicano,
fundamentalmente al arte de la música. El merengue, género musical que representa a la
nación dominicana, tuvo su origen en esta zona. Aquí surgieron los primeros conjuntos
típicos, los cuales tocaban un merengue rural empleando un cuatro, una güira y un
tambor (tambora, entre los dominicanos). Posteriormente, con la importación del
acordeón desde Alemania, el cuatro fue sustituido por ese instrumento. Nombres como
los de Toño Abreu, Ñico Lora y Pedro Reynoso, entre otros, constituyen emblemas de
la música típica dominicana en la primera mitad del siglo XX.
En el orden político, el Cibao ha jugado un papel relevante. Si la Independencia
nacional fue obra de la capital, la Restauración fue una hazaña realizada por los
cibaeños. En esta lucha contra el colonialismo español, tras la Anexión llevada a cabo
por el gobierno autoritario de Pedro Santana en 1861, las provincias del Cibao se
lanzaron a una lucha desigual, armados sólo por la firme voluntad de reconquistar la
independencia perdida. Dos años después de iniciada la guerra, esto es, en 1865, los
19
patriotas cibaeños se impusieron a las tropas de España. La independencia nacional
volvía a recuperarse.
A partir de ese momento y a lo largo de toda la historia republicana, el Cibao se ha
destacado en todos los aspectos de la vida política, económica y social del país. Un
ejemplo de ello lo constituye el hecho de que las tres figuras más destacadas de la
política dominicana en la segunda mitad del siglo XX: Juan Bosch, Joaquín Balaguer y
José Francisco Peña Gómez son todos oriundos del Cibao. El primero, autor de La
Mañosa, nativo de La Vega; el segundo, de Santiago y el tercero de Mao (provincia
Valverde). Esas tres figuras emblemáticas lideraron los tres grandes partidos políticos
dominicanos (PLD, PRSC y PRD) hasta la hora de la muerte de cada uno.
Como bien se sabe, en la República Dominicana predomina el tipo racial mulato,
descendiente de blancos y negros. Sin embargo, es en esta región donde se encuentran
más extendidos los rasgos de la raza blanca. Esto también se manifiesta en el aspecto
cultural: en esta zona del país predominan las prácticas religiosas correspondientes a la
tradición católica, impuesta por los colonizadores españoles. En las demás regiones, el
suroeste por ejemplo, el catolicismo aparece indisolublemente ligado a ciertas prácticas
de la religiosidad africana (Andújar, Carlos, 2001).
En el aspecto lingüístico, el Cibao presenta una forma de habla muy característica. El
principal rasgo diferenciador corresponde al aspecto fonético: la vocalización, es decir,
la conversión de los fonemas /l/ y /r/ en /i/ (caita, aigo, por carta y algo). Véase el
capítulo III (El español en la República Dominicana).
CAPÍTULO II
LA MAÑOSA DE JUAN BOSCH: LA FECHA DE
PUBLICACIÓN Y LA FECHA EN QUE SE UBICA. BREVE
NOTA BIOGRÁFICA DEL AUTOR.
21
2. 1 La Mañosa
La Mañosa fue escrita en 1935, y publicada en1936, dos años antes de que su autor
saliera del país para escapar de la dictadura trujillista. Es una novela de tendencia socio
– realista que algunos críticos11 agrupan bajo el título de novela de la revolución, junto
a otras obras dominicanas de ese género.
La Mañosa narra las vicisitudes por las que tiene que pasar una familia campesina del
Cibao central durante el período de las revoluciones montoneras, llamado así porque fue
una época de grandes convulsiones sociales, que obedecían al deseo de controlar el
poder político y económico en la República Dominicana. Este período abarca varias
décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX.
A pesar de que en el libro no se dice de manera explícita el tiempo específico en que se
desarrolla la acción novelesca, es fácil suponerlo. En primer lugar, porque es durante el
lapso de tiempo que va desde la caída de la dictadura de Ulises Heureaux (1899) hasta
la ocupación militar estadounidense de 1916 cuando las revoluciones montoneras
cobran su mayor auge. En segundo lugar, porque es en estos años cuando su autor, que
al mismo tiempo es el personaje – narrador2, vive los primeros años de su infancia.
Toda la trama narrativa de esta novela se desarrolla en la región del Cibao,
específicamente en las comunidades rurales de Río Verde y El Pino de la provincia de
La Vega.
1 Véase: Rosario Candelier, Bruno, Tendencias de la novela dominicana… 2 El niño que narra la historia es Juanito, el mismo Juan Bosch en sus años de niñez.
22
2. 2 El autor: Juan Bosch Gaviño
Juan Bosch, autor de La Mañosa, nació en La Vega, el 30
de junio de 1909. Era hijo del emigrante español José
Bosch y de la puertorriqueña Ángela Gaviño. Los
primeros años de su niñez los vivió en la comunidad rural
de Río Verde, en su provincia natal. En la ciudad de La
Vega, realizó parte de los estudios secundarios. Luego se
mudó a Santo Domingo, donde participó activamente en
las diversas actividades de orden cultural que allí se
desarrollaban, especialmente aquellas que se relacionaban
con la creación y la difusión literarias.
Desde temprana edad cultivó la literatura, destacándose principalmente como narrador.
Fruto de estos primeros años son sus libros: Indios: apuntes y leyendas; Camino real
(1933) y, precisamente, La Mañosa, que data de 1936.
Dos años después de publicar la novela que sirve de marco al presente trabajo, Juan
Bosch partió al exilio, “pretextando el quebranto de su esposa sin despertar sospechas
del gobierno que para entonces, transcurridos ocho años, estaba instalado firmemente”
(Gutiérrez Félix, 2002, 9), esto es, el régimen tiránico que presidía Rafael Leónidas
Trujillo, que desde 1930 gobernaba la República Dominicana.
La mayor parte de su destierro la pasó en Cuba, donde ejerció múltiples oficios y donde
se destacó como un importante líder antitrujillista. La política y la literatura ocupaban su
tiempo. Allí, en esa nación caribeña, fundó junto a otros dominicanos expatriados el
Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 1939. Ese mismo año es llamado desde
Puerto Rico para dirigir la publicación de las obras completas de Eugenio María de
Hostos, con motivo de conmemorarse el primer centenario de su nacimiento. No sólo se
limitó a organizar los materiales dispersos del maestro puertorriqueño y a dirigir la
edición de sus obras, sino que coronó su trabajo con la publicación de la biografía
Hostos, el sembrador. Ya en el año anterior (1938), había publicado Mujeres en la vida
de Hostos, conferencia pronunciada en el Instituto Blanch Kellog de Puerto Rico.
23
Continúa escribiendo en el exilio (Dos pesos de agua, 1941; La muchacha de La
Guaira, 1955; Cuento de Navidad, 1956; Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos
escritos en el exilio, 1962...), sobresaliendo de manera significativa en el género
narrativo, principalmente en el cuento. Incluso, llegó a convertirse en un teórico de este
género, al publicar su breve ensayo Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, que ha
sido material de consulta de escritores hoy famosos como Gabriel García Márquez. El
premio Nóbel colombiano ha afirmado que el texto de Bosch fue decisivo para él en sus
inicios como narrador y que, por lo tanto, Bosch es su maestro.
Dentro de la cuentística boschista, destacan los siguientes títulos: La nochebuena de
Encarnación Mendoza, La mancha indeleble, Luis Pie, Cuento de Navidad, Dos pesos
de agua y, sobre todo, La mujer, que es el más incluido en antologías del género. Este
fue recogido por el crítico estadounidense Seymour Menton en su antología de 1964 El
cuento hispanoamericano, acompañado de un significativo estudio.
Durante su etapa de exilado, Bosch colabora en diversas publicaciones periódicas de
Cuba y de otras naciones. A la caída de la dictadura regresa al país y se entrega al
quehacer político y a la investigación y publicación de temas relacionados con la
realidad histórica y contemporánea del país. En esta etapa sobresale como escritor de
ensayos históricos y políticos. Entre los más reconocidos figuran: Composición social
dominicana (1970), Breve historia de la oligarquía (1971), De Cristóbal Colón a Fidel
Castro: el Caribe, frontera imperial (1978), Clases sociales en la República
Dominicana (1983), La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana
(1985), Capitalismo tardío en la Rep. Dominicana (1986).
Al mismo tiempo que desarrolla su labor de escritor, Bosch desempeña un papel
protagónico en el quehacer político, llegando a ser el más importante líder del Partido
Revolucionario (PRD, uno de los dos grandes partidos que dominaron el escenario
político durante la segunda mitad del siglo XX. Fue este partido el que lo llevó al poder
en 1963, aunque no pudo permanecer en el gobierno debido a un golpe de Estado que le
sacó del poder siete meses después de haberlo asumido. Esta conspiración contra su
gobierno legalmente constituido fue patrocinada por sectores relacionados con el viejo
24
régimen (trujillismo), la jerarquía católica, la oligarquía y los Estados Unidos. El
pretexto esgrimido fue que su gobierno era de tendencia comunista.
Cuando Joaquín Balaguer asumió el poder en 1966, Bosch se convirtió en el máximo
líder del principal partido de oposición, que era el PRD. Así fue hasta 1973, año en que
decide abandonar esa agrupación política para fundar el Partido de la Liberación
Dominicana (actual partido de gobierno, 2007).
El prof. Juan Bosch continuó hasta sus últimos años como figura política de primer
orden y como el escritor dominicano más importante de su tiempo. Algunos de sus
libros han sido traducidos a otras lenguas: inglés, francés, holandés, alemán, italiano y
portugués.
Con 92 años de edad cumplidos y una vida realizada; con un sólido prestigio moral e
intelectual, falleció Juan Bosch el 1 de noviembre de 2001. Maestro de las letras y
Maestro de la política. Este extraordinario vegano fue uno de los ciudadanos
dominicanos más ilustres del siglo XX.
CAPÍTULO III
EL ESPAÑOL HABLADO EN LA REPÚBLICA
DOMINICANA
26
3.1 Aspectos generales
Como país hispanoamericano, la República Dominicana presenta algunas características
lingüísticas comunes al resto de América: seseo, yeísmo y sustitución del pronombre
vosotros por ustedes, fundamentalmente. Otros rasgos menos generales lo vinculan con
otras regiones del continente: Cuba, Puerto Rico, parte de Colombia y parte de
Venezuela. Todos estos países forman parte de la zona lingüística caribeña, delimitada
por Pedro Henríquez Ureña y otros lingüistas posteriores.
El seseo, como ya expresamos en líneas anteriores, es un fenómeno general y absoluto
en Hispanoamérica, pero no es exclusivo del español americano, pues es la norma
común en el sur de España y en las Islas Canarias. El yeísmo se registra casi en toda
Hispanoamérica y España, pero hay zonas distinguidoras en ambas partes: en América,
hay diferenciación en parte de Colombia (zona interior y Bogotá), una gran parte del
Perú, casi toda Bolivia, parte de Chile y Argentina; y en España, la casi totalidad de la
provincia de Guadalajara, la Serranía de Cuenca, la provincia de Albacete, las serranías
de Huelva, Sevilla y Córdoba; en algunos puntos de las sierras de Grazalema, en Cádiz,
de Ronda, en Málaga, de la Alpujarra oriental, en Granada, de las de Segura y Cazorla,
en Jaén… (Rosario González Galicia, Mi querida elle, 2001, versión electrónica
encontrada en la página web de Baobab, cuyo URL es:
http://www.babab.com/no09/elle.htm.).
Indagando en documentos de la época colonial, Max Jiménez Sabater ha rastreado los
orígenes del yeísmo, encontrando evidencias en documentos del siglo XVII (Jiménez
Sabater, 1975). Ya en esa época tan temprana de nuestra historia postcolombina, el
lingüista encontró evidencias como estas: rellez, iamar, alluntamiento, poios (por
pollos), (Jiménez Sabater, op. cit.).
27
3.2 Otros fenómenos.
3.2.1 Aspecto fonético
Confusión entre /r/ y /l/. En posición implosiva, en Santo Domingo predomina la /l/
sobre la /r/, mientras en el Cibao, ambos fonemas cuando van al final de sílaba o de
palabra, suelen convertirse en /i/. Así, mientras en la capital del país es usual escuchar
voces como: ehfuelso o profesol, en las provincias del norte o Cibao suele decirse, por
ejemplo, Aituro, trabajai, caitera, etc. Ambos son fenómenos de largo alcance entre los
pobladores de ambas zonas geográficas. Es lo más característico, lingüísticamente
hablando. Jiménez Sabater refiriéndose a este aspecto del español dominicano expresa:
“Es posible establecer una división en zonas dialectales dentro de la República
Dominicana. Para ello se puede tomar como criterio fonético básico la
articulación de los fonemas consonánticos alveolares castellanos /r/ y /l/ en
posición final de sílaba, por constituir el fenómeno más fácilmente delimitable
desde el punto de vista geográfico. En este sentido, consideraríamos las áreas
dialectales siguientes:
a. El norte o Cibao, cuya solución preferente es la vocalización de /r/ y /l/
implosivas en [i] (nota: se trata de una i con un signo debajo identificada en
la introducción del libro como “I semivocálica, breve y abierta, como en
aire”).
b. La región suroeste que suele mantener el sonido [r].
c. La zona sudeste, que ofrece como tendencia más generalizada la articulación
de un sonido geminado, producto de la asimilación de /r/ y /l/ a la consonante
siguiente.
d. La mitad Este de la península de Samaná, que acusa diversidad de soluciones
junto a interferencias de idiomas extranjeros” (Jiménez Sabater, 1975).
Pérdida o aspiración de /s/ al final de sílaba o de palabra: moca o mohca (mosca),
avispa o avihpa (avispa), la cosa o lah cosah (las cosas), critiano o crihtiano (cristiano).
Se trata de dos fenómenos de amplia difusión en Hispanoamérica. De los dos, el más
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común es el de la aspiración, que abarca un porcentaje bastante considerable entre los
hispanohablantes del continente. La pérdida se registra en el centro de Cuba, Santo
Domingo, Puerto Rico, costas de Colombia, Venezuela y Panamá (Fernández López, El
español de América, versión electrónica, sin fecha de publicación). Al respecto,
Azucena Palacios Alcaine expresa lo siguiente:
Las variedades más innovadoras aspiran o eliden la /s/ en esta posición (área
caribeña y Antillas, Centroamérica, costas de Colombia, Venezuela y Ecuador,
Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Oriente de Bolivia). En estas áreas la
aspiración suele ser ya la norma lingüística y alcanza a todos los estratos
sociales. En algunas zonas del interior de Colombia, Venezuela y México
también se registra la aspiración o elisión entre los estratos sociales más bajos y
suele ser un rasgo socialmente rechazado (Palacios Alcaine, Variedades del
español hablado en América: una aproximación educativa, versión electrónica,
sin fecha de publicación).
Supresión de la /d/ intervocálica: cansao, aburrío, deo (cansado, aburrido, dedo). No
es una particularidad del español dominicano ni del resto de Hispanoamérica, puesto
que en España su uso está muy extendido, incluso más que en América. Sobre esto
último se expresa Orlando Alba de la siguiente manera: “este proceso ocurre de forma
moderada si se compara con los índices más elevados que se registran en España, donde
una forma como terminao, en vez de terminado, es más frecuente y llega a ser más o
menos tolerada socialmente” (Alba, 2003, p. 53.).
Eliminación de la /d/ al final de palabra: usté, navidá, juventú. En El español en
Santo Domingo, Pedro Henríquez Ureña dice al respecto que “la d final se debilita, pero
no desaparece sino en usté” (Henríquez Ureña, 1987, p. 139), algo que pudo haber sido
cierto en la época en que el filólogo dominicano escribió la obra (1940), pero que no se
corresponde con el habla actual de los dominicanos, principalmente de aquellos que
pertenecen a las clases humildes. Con bastante frecuencia escuchamos decir a nuestro
alrededor: paré, virtú, felicidá. Idéntica situación – aunque en otro orden – se da cuando
dicho autor afirma: “Se dice siempre examen, no esamen; existir, no esistir” (Henríquez
29
Ureña, ibidem), pues bien sabido es entre nosotros que el sonido de la equis se convierte
generalmente en ese.
Aspiración de la h: jambre, jembra, jarina. Este fenómeno se da principalmente con
las palabras que en su origen latín se escribían con /f/ inicial: hijo, haba, humo,
hormiga, etc. Pero ocurre también cuando la /h/ va en el interior de la palabra: vajo,
ajogao, barajunda (vaho, ahogado, barahúnda). Como en los casos anteriores, no se
trata de una particularidad exclusiva de la República Dominicana, aunque aquí tiene
carta de ciudadanía, fundamentalmente entre personas de escasa instrucción y entre
hablantes de edad avanzada.
Reducción del hiato a diptongo: pasiar, apiarse, peliar pior, fuete, rial, tualla,
(pasear, apearse, pelear, peor, foete, real, toalla). En el caso de pior y rial, son formas
poco usuales actualmente. Sólo aparece de vez en cuando, regularmente en boca de
personas mayores e iletradas. Las restantes sí son de uso cotidiano en el habla
dominicana.
Pérdida de la /a/ en contacto con la del artículo: la uyama, la duana, una miga.
Contracción de grupos vocálicos. Esto es muy común en el caso del diptongo eu:
Ugenio, Uropa, Usebio.
Reducción de vocales continuas o separadas por h dentro de la palabra: coperatíva,
coperár, alcól.
Reducción de los grupos cultos de consonantes: corrución, Inacio, Madalena, indino
(corrupción, Ignacio, Magdalena, indigno).
Falsa diptongación: diferiencia, dientita,
Metátesis: enjaguar, Grabiel, bridio (vidrio).
Desplazamiento acentual: méndigo, ráices…
30
3.2.2 Aspecto morfosintáctico
En el aspecto sintáctico, la mayoría de los fenómenos del español dominicano son
compartidos con el resto de hablantes hispanoamericanos. Es el caso, ya citado, del uso
de ustedes en sustitución del castellano vosotros. También es característico del sur
español, particularmente de la comunidad andaluza. Esta particularidad genera a su vez
un cambio en las formas verbales tradicionales. Aunque generalmente nuestros libros de
gramática siguen tratando la conjugación verbal apegados al dialecto castellano
(empleando el empleo de vosotros y omitiendo el uso de ustedes), se trata de un simple
anacronismo lingüístico.
Otro caso que abarca la totalidad del español hispanoamericano y que lo distancia del
peninsular es la tendencia general a preferir las formas del imperfecto del subjuntivo
terminados en ra y no las que finalizan en se. Así es común decir: olvidara, no olvidase;
cantara, no cantase.
Asimismo, la sustitución del pretérito perfecto compuesto por el pretérito perfecto
simple para expresar acciones recientes: Llegó esta mañana en lugar de Ha llegado esta
mañana. Esta última es la forma frecuente en el español peninsular. Algo parecido
ocurre con el verbo hacer.
Personalización del verbo haber, de tal manera que el complemento directo es
asumido como sujeto. Este hábito lingüístico ha sido documentado en otros países
hispánicos de América, pero en la República Dominicana es un fenómeno que no se
detiene en las clases menos instruidas, ya que es común escucharlo en el habla de
personas que poseen un nivel de estudio superior. No es extraño, pues, oír a una persona
decir, por ejemplo: Habemos personas que no estamos de acuerdo. O: Hubieron
personas que apoyaron el proyecto.
Uso adverbial del adjetivo: canta lindo, huele feo. Conjuntamente con esto se da la
adjetivación del adverbio, aunque es menos frecuente: Él es un tipo bien.
Dentro de esta confusión en el uso del adverbio en función adjetiva y del adjetivo en
función adverbial ocurre otro fenómeno. Este consiste en utilizar el adverbio medio
31
como si se tratara de un adjetivo, es decir, sometiéndolo a las fluctuaciones que exige la
concordancia sustantivo / adjetivo. María está media flaca últimamente, que de acuerdo
con la norma correspondiente se diría: María está medio flaca últimamente.
Uso del pronombre en casos en que otros hispanohablantes suelen omitirlo por
estar sobreentendido: ¿Cómo tú te llamas? ¿Y qué yo te dije? Además de lo señalado,
es característico de la zona caribeña, y particularmente del habla dominicana, la
anteposición del pronombre al verbo en las formas interrogativas, como puede verse en
los dos ejemplos citados, donde el pronombre, aparte de ser innecesario, no está en el
lugar que le corresponde.
Escaso empleo del futuro simple, en lugar de éste suelen utilizarse perífrasis verbales:
¿Te vas a ir mañana? Sé que me vas a extrañar.
Uso pronominal de verbos como: soñar, desayunar, olvidar, subir….: Olvidé las llaves=
Se me olvidaron las llaves; subió al árbol= se subió al árbol; soñé contigo= me soñé
contigo.
Empleo persistente del diminutivo, con preferencia en ito, ita (mujercita,
hombrecito) e ico, ica (juguetico, zapatico, matica, patica), a diferencia de la
preferencia peninsular por la terminación illo e illa. Con relación a esta variante ito – ita
/ ico – ica en el español dominicano y caribeño, Orlando Alba expresa lo siguiente:
[…] esa alternancia no ocurre de manera libre y caprichosa. Un ligero examen
morfológico y fonético de los diminutivos utilizados por los dominicanos
permite descubrir que la variante -ico solamente aparece cuando la última
consonante de la base a la que se le coloca el sufijo es una /t/. En el resto de los
casos, se utiliza -ito, que debe ser considerada la forma normal del diminutivo en
el español dominicano. Así, son frecuentes palabras como gatico, momentico,
latica, pero no lo son y resultarían completamente extrañas, formas como
arbolico, librico o camioncico. La alternancia de las dos variantes queda muy
bien ilustrada en la palabra chiquitico, en la que se duplica el diminutivo: al
adjetivo chico, que casi nunca se utiliza en el país en su forma primitiva, se le
agrega la variante normal -ito (chiquito), porque su última consonante no es una
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/t/, pero sobre esta se coloca -ico (chiquitico), a causa de la /t/. La presencia de la
/t/ en la parte final de la palabra, pone en acción una fuerza diferenciadora para
que no se repita ese sonido (Alba, 2003, p. 119).
Sustitución de la terminación mos por nos en formas verbales como: íbanos,
jugábanos, teníanos. Este caso se registra de manera exclusiva en las formas esdrújulas.
Construcción del plural con – se- en palabras terminadas en vocal acentuada: ajise,
cebuse, manise.
Designación de las plantas frutales con el nombre de “mata de” más el nombre de
la fruta correspondiente. Así tenemos mata de mango, mata de limón, mata de
naranja, en lugar de mango, limonero y naranjo. Este hábito lingüístico no sólo abarca
las plantas frutales sino que se extiende a otras especies vegetales, por ejemplo, mata
de lechuga, mata de salvia. Es menos frecuente en los casos de árboles maderables
como el roble, el pino, la caoba, el cedro; en estos casos es más común la referencia
directa al árbol sin el usual mata de. Recuérdese la copla popular cibaeña, ya convertida
en canción:
Me subí a un aito pino pa vei
si la divisaba
pero como ei pino era aito y malo de vei
lloraba, lloraba.
Esta particularidad lingüística está tan arraigada que ha quedado para siempre registrada
en nuestra toponimia. Las comunidades rurales de Mata Grande y Mata de Palma en el
municipio de San José de las Matas (provincia de Santiago) ilustran lo afirmado.
Aunque también se da el caso contrario: Los Naranjos y El Caimito, ubicados en San
José de las Matas y Los Mameyes en Santo Domingo. Pero este es menos usual.
Colocación del posesivo después del nombre en expresiones como: el amigo mío y la
hermana de nosotros, que en otras latitudes del mundo hispánico corresponden a mi
amigo y nuestra hermana.
33
El caso del queísmo, resultado de suprimir la preposición que antecede a la conjunción
subordinante que. Dicho fenómeno es evidente en expresiones como estas: Estoy seguro
que no vendrá. Ahora me acuerdo que me lo dijiste. Orlando Alba afirma que es un caso
frecuente en todo el mundo hispánico y que en la República Dominicana el fenómeno
“se encuentra difundido en los distintos niveles sociales del país, no sólo en la lengua
hablada natural, sino que también alcanza el uso de los medios de comunicación oral y
hasta de la prensa escrita” (Alba, 2003, p. 139). Sin embargo, también se da en el país el
caso contrario: el llamado dequeísmo, que consiste en el empleo de la preposición de
delante de la conjunción subordinante que en los casos en que no la necesita. Alba
Castillo (Ibídem) ilustra este uso con los siguientes ejemplos:
Yo pienso de que es mejor dejar la cosa así.
Nos dijeron de que no van a hacer la carretera.
Eso significa de que ellos lo sabían.
El funcionario señaló de que no hay dinero para subir los sueldos.
Yo creo de que ella no está diciendo la verdad.
Desaparición de la /d/ preposicional cuando es precedida de un sustantivo
terminado en vocal. Esto ocurre cuando la preposición de introduce un sustantivo que
sirve de complemento a otro sustantivo. Con el elemento resultante se forma, entonces,
una fonosintaxis. Ejemplos: mata e coco (o matecoco), pata e mula (o patemula), boca
e jarro (o boquejarro), boca e chivo (o boquechivo) en lugar de mata de coco, pata de
mula, boca de jarro y boca de chivo. Una expresión típica dentro de este contexto es:
Hoy vamo a case Ana, de uso frecuente entre las clases menos instruidas del país.
Esta tendencia está tan arraigada en el habla popular que nuestra música ofrece
innumerables ejemplos. Obsérvese los siguientes versos extraídos de dos canciones
dominicanas.
“A la orilla e la empalizá” (parte de un estribillo de un merengue folclórico dominicano
titulado La empalizada, incluida por el cantante español Julio Iglesias en su álbum
Noche de cuatro lunas).
34
“Eran las cinco e la mañana” (verso inicial del merengue Visa para un sueño de Juan
Luis Guerra, incluida en su producción de 1995 Ojalá que llueva café).
Confusión de la forma pronominal nos con el adverbio de negación no como
consecuencia de la supresión de la s final de sílaba. En tal contexto, el contenido del
mensaje puede quedar seriamente lesionado. Así una oración como esta: Nosotro no
vamo a ir puede interpretarse de dos modos distintos: la afirmación o la negación de la
partida. Es decir, podría significar: Nosotros no vamos a ir o bien Nosotros nos vamos a
ir.
Doble negación. Ocurre en expresiones del tipo: Yo no dije eso no. Con frecuencia ese
no final suele cambiarse por na: Yo no dije eso na. Algunos lingüistas atribuyen la
doble negación a la influencia africana (Alba, 2003, pág. 144 – 145).
3.2.3 El léxico de la República Dominicana
En 1940, Pedro Henríquez Ureña afirmaba que “Santo Domingo, como toda la región
del Mar Caribe, se distingue por el sabor fuertemente castellano de su vocabulario y su
sintaxis, en combinación con una fonética que se asemeja más a la andaluza que a la
castellana” (Henríquez Ureña, 1940, pág. 40).
Según el lingüista dominicano, en la República Dominicana sobreviven vocablos que en
otras regiones del mundo hispánico ya han desaparecido o están en proceso de
desaparición. Y para fundar sobre base sólida esta afirmación, ofrece un listado de
términos arcaicos que, según él, están vigentes en el habla nacional. Entre esas palabras
las hay que actualmente son prácticamente desconocidas; otras, por el contrario, se
mantienen activas dentro del léxico dominicano. Entre las primeras están:
alfeñique (cosa endeble)
alifafes (achaques)
arrapiezo (persona insignificante)
catar (mirar)
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mantuano (de familia patricia)
hobachón (pesado de cuerpo)
monifato (figura ridícula)
tollina (azotaina)
Y entre las segundas, las que aún se mantienen en el vocabulario, figuran:
acezar (jadear)
alfarnate - en realidad se dice infahnate, con /s/ aspirada – (desvergonzado).
alzarse (hacerse salvaje)
anafe (hornillo portátil)
boto (sin filo)
bravo (enojado)
candela (fuego)
escampar (dejar de llover)
Muchas de estas palabras ya sólo andan en boca de personas mayores, por lo que no
sería arriesgado suponer una pronta desaparición.
Otros rasgos del dialecto dominicano son la fuerte penetración del inglés, la
supervivencia de cierta cantidad de indigenismos, marinerismos y afronegrismos.
El origen de los anglicismos se debe, por un lado, al enorme peso político, económico y
cultural que representan los Estados Unidos en la región, así como a la elevada
emigración de dominicanos a ese país. También es un factor preponderante el hecho de
que la mayor parte de los recursos tecnológicos que llegan a la República Dominicana
son adquiridos en la nación norteamericana.
Los anglicismos son especialmente abundantes en las áreas del deporte y actividades
recreativas (play, béisbol, fútbol, gol, knock out, rally, pary), medios de transporte
(yate, yipeta, cloche, mofle) y la vestimenta (bikini, panty, short, nailon, poloché)
(Alba, 2003).
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En lo que respecta a los indigenismos activos en el habla dominicana, es innegable la
supervivencia de algunos términos, aunque no en la proporción que muchos lingüistas
han pretendido. Estudios recientes demuestran que el componente indígena es
actualmente reducido, tanto en el plano léxico como en el sintáctico. Sin embargo,
subsiste una serie de términos provenientes de lenguas indígenas americanas, entre las
cuales están la taína, la náhuatl y la quechua. Muchas de esas palabras se mantienen
porque aluden a realidades americanas desconocidas en el resto del mundo hasta el
momento de producirse el descubrimiento. Así, las nuevas especies animales y
vegetales, por ejemplo, empezaron a ser conocidas con los nombres con que los nativos
las nombraban. Es el caso de yuca, guanábana, maíz, auyama, tiburón, hicotea, caimán,
hutía.
Otros términos se refieren a otros aspectos de la realidad como:
La naturaleza y fenómenos relacionados con ella: huracán…
Toponimia: Licey, Cibao, Jánico, Samaná, Higuey, Jarabacoa, Yamasá.
Ocio y recreación: chichigua, hamaca,
Onomástica: Hatuey, Guarionex, Canoabo, Atahualpa.
Como bien se sabe, abundan en Hispanoamérica muchos vocablos provenientes de la
actividad marinera. Esto se debe a que muchos de los colonizadores eran marineros y/o
habían pasado largas temporadas en contacto con el mar. Entre los marinerismos en uso
actualmente en el español dominicano figuran: amarrar, guindar, botar, soga, zafar,
fletar, abarrotar, halar, virar, atesar, mazamorra.
Los afronegrismos en el español dominicano, como en toda Hispanoamérica, no son tan
abundantes como los indigenismos. Henríquez Ureña (op. cit.) señala los siguientes:
cachimba o cachimbo, can (reunión o tumulto), ñame, mandinga, macaco, baquiní,
bembe o bemba, féferes, guanguá, vudú. Orlando Alba (op. cit.) amplía la lista con
términos como: cocolo, fucú, guineo, mangulina, ñáñara, bongó, añingotarse, marimba,
cacaco, motete, tutú, bachata, dengue, guarapo, mofongo, banana, cachimbo,
champola, chévere, pachanga y merengue.
Digno de tomarse en cuenta es el contacto entre el creole haitiano y el español
dominicano, debido a la inmigración masiva de ciudadanos haitianos al país. Sin
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embargo, los estudios dentro de este campo todavía son muy limitados, por lo que habrá
que esperar futuras investigaciones para poder sacar conclusiones fiables al respecto.
3.2.4 Refranes y expresiones populares
Refranes
A mal tiempo buena cara.
A quien Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga.
A quien madruga Dios lo ayuda.
A volar, que el sol cambea (cambia).
Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
Cuando el río suena es porque agua trae.
De fuera vendrán que de casa nos echarán.
De tal palo, tal astilla.
Delante del ahorcado no se mencione lazo.
Dime con quién andas y te diré quién eres.
El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
El que nace pa guanimo del cielo le caen los guanos.
El que tiene hecha tiene sospecha.
El que tiene las lágrimas hondas que empiece a llorar temprano.
En la confianza es que está el peligro.
Huirles a las vacas y parárseles a los toros.
Lo que está a la vista no necesita espejuelos.
Más vale pájaro en mano que ciento volando.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Perro que ladra no muerde.
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Otras expresiones populares
Beber a pico de botella
El que pestaña pierde.
Coger los mangos bajitos.
A otro perro con ese hueso.
En lo que canta un gallo.
3.2.5 El español del Cibao
Todos los fenómenos abordados en el apartado anterior son conocidos en el Cibao, pero
de entre todos se destacan principalmente dos: la vocalización de /l/ y /r/, en el aspecto
fónico, y la anteposición del pronombre ello como sujeto del verbo impersonal haber,
en la morfosintaxis. Este último hábito, tan arraigado en la región, se expresa en
enunciados del tipo: ello hay; ello no hay. Frecuente es escuchar en un colmado (tienda
de comestibles) a un cliente preguntarle al vendedor, por ejemplo, ¿hay habichuelas
blancas? A lo que el aludido responde: ello hay o ello no hay, ya sea que producto esté
o no esté a la venta.
El fenómeno más arraigado en el habla cibaeña es la vocalización. Este fenómeno se
extiende más allá de los límites del Cibao, pues ha sido documentado en las provincias
de Monte Plata, Hato Mayor y El Seibo, todas pertenecientes a la región Sureste del país
(González, 1999, pág. 201). Además, ocurre en Andalucía y en las Islas Canarias
(España) y en algunas regiones de Cuba, Venezuela y Colombia.
Por otra parte, es digno de destacarse la fuerte presencia indígena en la toponimia de la
región, aunque este aspecto no es privativo del Cibao, sino que abarca toda la geografía
nacional. El mismo nombre, Cibao, proviene de la lengua taína. Nombres de ríos
(Camú, Yaque, Ámina, Yuna), sistemas montañosos (Pico Yaque, El Mogote, Jicomé,
Higua), campos, pueblos y ciudades (Baitoa, Bajabonico, Maimón, Jacagua, Gurabo,
Dajabón) son igualmente de origen precolombino. Tales nombres conviven con otros de
origen hispánico (Isabela, Capotillo, La Vega Real, Puerto Plata, Santiago de los
Caballeros, Santo Domingo, Altamira, Estero Hondo). La toponimia de origen africano
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es bastante escasa. Pedro Henríquez Ureña apenas cita cuatro casos, todos fuera de la
región cibaeña.
IV.FENÓMENOS LINGÜÍSTICOS EN LA MAÑOSA
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Por varias razones La Mañosa es una obra típicamente cibaeña: por su autor, de origen
vegano, por la temática tratada, por las costumbres que recrean sus páginas, por el
escenario en el que se desenvuelven los personajes y por la forma en que éstos se
expresan.
Muchos de los rasgos que tipifican la variante dialectal del Cibao están presentes en esta
obra de Bosch, a pesar de que, inexplicablemente, el más importante fenómeno que
caracteriza el habla cibaeña no aparece reflejado; nos referimos a la vocalización de /r/ y
/l/. En efecto, los personajes de La Mañosa, campesinos y en su mayor parte
analfabetos, utilizan un vocabulario en el que abundan los arcaísmos y las
incorrecciones, pero pronuncian los fonemas /l/ y /r/ de manera correcta, como si se
tratara de profesionales de la ciudad. La ausencia de este rasgo dialectal, profundamente
enraizado en la región, así como otro que se da casi en forma generalizada en el español
dominicano, particularmente dentro de las clases menos instruidas: la elisión de /S/ al
final de sílaba y de palabra, ha llevado al lingüista dominicano Carlisle González (1999)
a formular el siguiente juicio:
La Mañosa, subtitulada La Novela de las Revoluciones, de Juan Bosch, fue
publicada en La Vega, en 1936; esta obra está escrita prácticamente entera
representando la pronunciación casi académica, a pesar de que intervienen
numerosos hablantes campesinos y campesinas de la región del Cibao. El interés
lingüístico mayor que presenta reside en el vocabulario (aspecto léxico) que sí es
muy usual en el campesino, básicamente los indigenismos y los arcaísmos, así
como otras expresiones de color local (págs.157 – 158).
De todos modos, es innegable el valor lingüístico de la novela boschista desde el punto
de vista léxico, tal como lo reconoció el lingüista citado. Tampoco hay que desdeñar
una serie de fenómenos de orden fonético que aparecen en la obra. Sólo que estos
fenómenos no son exclusivos de la región Norte sino que se extienden por casi toda la
geografía dominicana.
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4.1 Particularidades fonéticas presentes en La Mañosa
Múltiples son las irregularidades fonéticas encontradas en La Mañosa. Entre ellas
figuran: aspiración, aféresis, apócopes, caída de la /d/ intervocálica y final, contracción
vocálica, prótesis. Todos estos rasgos dialectales están vigentes aún, no sólo en el Cibao
sino en la mayor parte del territorio dominicano, de acuerdo con las últimas
investigaciones realizadas. Veamos cada una en detalle:
Aspiración de h
jalé: forma aspirada del verbo halar (“Cogí la carabina con una mano y con la otra jalé
a Blanquito”. Pág. 130). Esta pronunciación aún es habitual entre las clases populares
de la región y del país.
jumiadora: humeadora, lámpara pequeña de queroseno (“La salita del bohío bailaba a
la luz espesa de una pobre jumiadora”, pág. 193). Debe su nombre al hecho de que
produce mucho humo.
juyendo: huyendo (“por ahí viene gente juyendo”, pág.196).
Prótesis
abalear: balear (“llegaban los jinetes, cada quien con un abaleado sobre las piernas”,
pág. 111). El DRAE dice que es un término del español americano.
asigún: según (“asigún cuentan son obra del enemigo malo”, pág.19). Este arcaísmo
sólo sobrevive en los estratos más humildes de las zonas rurales y urbanas marginales;
es poco frecuente entre personas jóvenes.
dentrar: entrar (“Dentraron refuerzos al pueblo”, pág. 107).
43
diba: iba (“y como yo no lo diba a seguir entre tanto matojo…”, pág. 20). El verbo ir
aparece en varios pasajes de la novela y casi siempre empezando por d:
dir: ir (“Lo que voy yo a hacer es dirme, don Pepe”, pág. 127; “Me costó a mi dir
tentando los troncos”, pág. 129).
manque: aunque (“Manque no los coja, don Pepe; manque no los coja”, pág. 79).
Sibilantización de N
dende (“Teníamos las monturas en Arroyo Toro y dende el amanecer estábamos en el
monte”, pág. 131).
Caída de la /d/ intervocálica
melao: melado (“diba en melao bonito, pág. 16).
tupío: tupido, es decir, que sus elementos están muy juntos y apretados (“¡Y eso sí era
sol tupío y bravo!”, pág. 37).
Caída de la /d/ final de palabra
necesidá (“Yo tengo necesidá de mandar una recuita de tabaco al pueblo”, pág. 41)
usté (“¿Está usté seguro?, pág. 64).
verdá: verdad (“Verdá es que el machete no estaba bien afilado”, pág. 20).
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Cierre vocálico
jumiadora (“A la escasa luz de la jumiadora había un grupo de campesinos bebidos y
discutidores”, pág. 69).
Apócope
na: (“Na más fue que Fello Macario dentrara”, pág.199).
pa: para (“pa qué sirvo”, pág. 160).
Elisión de /s/ final de palabra:
entonce: entonces (“Entonce usté me va a llevar allá”, pág.164)
Paragoge
asina: forma arcaica del adverbio así (“Asina que vide ese animal tan tremendo, tan
negro, desenvainé el machete y le tiré dos veces”, pág. 20).
vide: vi (“puedo jurar que lo vide, como se lo toy contando”, pág. 90).
Fonosintaxis
contimás: cuanto más (“Contimás que si se tiran con la guerrilla y la aflojan, se meten
por este camino hasta el mismo Bonao, y le alborotan el gallinero al general”, pág.
105. Pedro Henríquez en su Español en Santo Domingo, ya citado, recoge esta palabra,
la cual cree tiene procedencia antigua (Henríquez Ureña, 1940, pág. 78).
45
Contracción vocálica
Caballá: de caballada: propio de caballos, disparate. (“Pa mí que debieran dejar ya esas
caballás”, pág.148)
Aféresis
ta: está (Momón ta muy malo, pág. 178).
toy: estoy (“Yo toy aquí, como quien dice viviendo”, pág.160).
Metátesis
dío: ido, participio del verbo ir (“Esa condenada ha dío a morirse por ahí”, pág. 21).
Síncopa:
adelante: adelante (“Más alante, en una parad supo que el general Fello Macario
estaba acantonado a todo lo largo del río Jima”, pág. 67).
4. 2 Morfosintaxis
El uso de perífrasis verbales y la preferencia por el imperfecto del
subjuntivo
Es común entre los dominicanos el uso de perífrasis verbales para referirse a una acción
futura, declinando el empleo del futuro imperfecto. Dicho hábito está también presente
en la novela de Bosch. “Yo voy a procurar curarte”, pág. 157. “Te voy a prender como
siete docenas de velas”, pág. 162. “Yo le voy a buscar unos clavaos”, pag. 166. “Voy a
prepararles una comida ligera”, pág. 174.
Asimismo, se prefiere el empleo del imperfecto del subjuntivo terminado en ara /era en
lugar de la terminación ase/ ese, fenómeno generalizado en toda Hispanoamérica. En La
Mañosa encontramos, entre otros, estos ejemplos: “No quería que nos cogiera en el
46
monte”, pág. 21; “Simeón buscó a unas cuantas mujeres para que lo limpiaran”, pág.
28; “no movía la cola y pisaba como si temiera hacerle daño a la tierra”, pág. 94.
4.2.2 La formación de diminutivos
Siempre se ha afirmado que el uso de diminutivos en el español dominicano es más que
abundante. Sin embargo, esta abundancia no parece ser un rasgo exclusivo del español
dominicano. En 1940, Pedro Henríquez Ureña opinaba lo siguiente sobre el tema:
“Existe la superstición gramatical en Santo Domingo, como en toda América, de que
allí se abusa de los diminutivos. En realidad, en el habla popular, como en la de todos
los pueblos hispánicos, se ponen en diminutivos palabras que no son sustantivos y
adjetivos, y aun frases enteras: corriendito, bregandito; ahorita, que en Santo Domingo
significa “hace poco rato” o “dentro de poco rato”, pero no “en este momento en que
hablo”, como en México” (El español en Santo Domingo, pág. 192).
Como ya se explicó en el capítulo sobre el español dominicano, el diminutivo se
construye preferentemente con los sufijos ito e ita. También es característica la
terminación ico e ica, pero tal como señala Henríquez Ureña sólo en los casos en que la
sílaba anterior lleva una t: matica, paquetico, zapatico.
En La Mañosa abundan los diminutivos. Y los hay con distintas terminaciones. Los más
abundantes son los que se forman con los sufijos ito, ita, de los cuales aparece un total
de 63; 32 de género masculino y 31 de género femenino. Los más numerosos son
sustantivos y adjetivos, pero hay también de otras categorías gramaticales, como verbo,
pronombre, interjección y adverbio. Los sustantivos son los siguientes:
Sustantivos terminados en ito (género masculino): animalito, Blanquito (de Blanco,
nombre de persona), bracitos, cañoncitos, gatito, golpecitos, hombrecito, Monsito
(derivado de Ramón), muchachitos, pedacito, Pepito (de Pepe, y éste, a su vez, de José),
pollitos, presitos, ranchito, rasguñito, rinconcito, saquito, sombrerito, tabaquito, techito
y trocito.
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Sustantivos terminados en ita (género femenino): boquita, cabecita, calzadita, carita,
Carmita, cuabita, hembrita, lucecita, llamita, manecita, marmita, mujercita, mulita,
personita, piedrecita, recuita, risita, salita, tacita, tajadita, tosecita.
Adjetivos: los de género masculino son: bajito, blandito, grandecito, igualito, paradito,
seriecito y todito; de género femenino aparecen: chiquita, enterita, fresquecita,
grandecita, negrecita y nuevecita.
Verbos: corriendito.
Adverbios: ahorita, cuantito, horita y poquito (“era hasta su poquito haragán”, pág.
131).
Pronombres: nadita.
Interjecciones: adiosito
Menos abundantes son los diminutivos terminados en illo e illa, pero también se
encuentran en la novela en una cantidad significativa. A diferencia del caso anterior, de
esta clase sólo aparecen sustantivos. De género masculino hay los siguientes: humillo,
Yaquecillo (nombre de un pequeño río), palillo, ojillos, mostradorcillo, airecillo,
novillos, mamoncillo, portiquillo, nudillos y piececillos. De género femenino figuran:
sonrisilla, lucecilla, tablillas, esterilla, arenillas, barbilla, guerrilla, tetilla, culebrilla,
piedrecillas.
Es bueno aclarar que algunas de estas palabras han ido evolucionado y actualmente su
significado no corresponde a un simple diminutivo, sino a otro concepto. Es el caso, por
ejemplo, de palillo, que no significa un palo pequeño cualquiera, sino algo más
específico: el minúsculo utensilio de madera empleado para limpiar los dientes, es decir,
el mondadientes. Igual ocurre con nudillo, barbilla, guerrilla, términos que designan
conceptos relacionados, pero distintos de las palabras que les dieron origen. En otras
palabras, esos términos han pasado por un proceso de lexicalización.
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Otros diminutivos sacados de La Mañosa son potrico, nuevecitica, horitica, pequeñín,
polluelo y pequeñuelo.
Esta avalancha de diminutivos – de diversos tipos – nos confirma su abundancia en el
español de la región y del país. También refuerza la idea de que en esta zona la forma
más común del diminutivo es la que funciona con los prefijos ito, ita.
El empleo de términos aumentativos en la novela es exiguo, si lo comparamos con la
profusión de diminutivos. Sólo se encontraron caserón, mulatazo, solazo, candelazo,
amigazos, serón (de sera: espuerta), bajetón, bofetón, portón, hombretón, cabezón,
cajón, pedregón, muchachón, boquetón y palabrota (palabra ofensiva o soez), que el
DRAE registra como un término despectivo.
Los despectivos no abundan en la novela. Sin embargo, se encontraron: bestezuela,
feúcha y mujeruca.
En cuanto a los superlativos terminados en ísimo, sólo encontramos: muchísimos,
contentísimos. Una cantidad muy ínfima si tenemos en cuenta que entre los hablantes
dominicanos el superlativo más usual es el que se construye de esa manera.
4.2.3 La doble negación
En el aspecto exclusivamente sintáctico ocurren en el español cibaeño algunos
fenómenos que, como la doble negación, no es extraña a otros litorales del mundo
hispánico. Lipski (Nuevas perspectivas sobre el español afrodominicano, versión digital
sin fecha de publicación) atribuye este fenómeno a influencia de las lenguas africanas.
El lingüista afirma que esta particularidad léxica también ocurre en parte de Colombia.
En la página 25 de La Mañosa encontramos la siguiente muestra: “No era muerto, no”.
Otros casos de doble negación en la novela son los siguientes: “No, todavía, no”, pág.
113. “No puedo, no”, pag. 134. “No, papá; no” —atajó Pepito, 135. “No, mi hijo, no”,
pág. 197. “No, matar no, Pepe; pero hay que dar ejemplos”, pág. 218.
49
4.2.4 El uso del pronombre ello en construcciones
impersonales y como forma de evasión
Otra particularidad, típicamente cibaeña, es el uso del pronombre ello, ya sea en
expresiones impersonales (ello hay) o en cualquier otra forma de expresión en la que
dicho pronombre carece de justificación. Este fenómeno ya fue registrado por
Henríquez Ureña y por otros lingüistas dominicanos y extranjeros.
En La Mañosa se encontró al menos una evidencia del uso de ello como sujeto
impersonal: “Ello... hay monturas legítimas, don Pepe”, pág. 38. En los demás casos
encontrados dicho uso tiene un carácter evasivo: “Ello... __el alcalde rehuía”, pág. 191.
Este caso único de empleo de ello como sujeto impersonal no puede tomarse como
indicio de poca incidencia del fenómeno, pues es bien sabido que aun en nuestros días
el uso de ello es en el Cibao bastante frecuente, especialmente en las zonas rurales.
Finalmente, se encontró en la novela un caso de concordancia por el sentido, también
conocida por su nombre latino: concordancia ad sensum, un rasgo muy típico del
Cibao. Está en la pág. 213 de La Mañosa: “Por ahí pasaron un montón de gente”.
Aunque es un caso único en la novela, se incluye aquí por tratarse de un fenómeno muy
usual en el habla dominicana, particularmente en la región cibaeña.
4.3 Lexicología
Tal como lo señala Carlisle González (1999, págs. 163 – 164), el valor lingüístico de La
Mañosa descansa fundamentalmente en el aspecto léxico. En ella figura una amplia
variedad de términos característicos del habla rural cibaeña. Aunque es necesario
advertir aquí que muchas de estas palabras, quizás la mayor parte, no son exclusivas de
la región cibaeña; son parte, o lo han sido en el pasado, del vocabulario de los
dominicanos de todas las regiones.
50
Hay en el vocabulario de La Mañosa algunos indigenismos, marinerismos, arcaísmos y
dominicanismos. Veremos por separado cada uno de esos tipos léxicos.
4.3.1 Indigenismos
Aunque actualmente no son tan abundantes los indigenismos en el español del Cibao, ni
en el del resto del país, existen algunos que están muy activos dentro del léxico regional
y nacional. En La Mañosa se encontraron los siguientes:
bohío: choza rústica (“Al rato dijo adiós y se perdió en la oscuridad, camino de su
bohío”, pág. 55). A veces, por el fenómeno de la aspiración los campesinos pronuncian
bojío.
conuco: porción de tierra dedicada al cultivo agrícola (“bien sabía padre que las llamas
no tardarían en chamuscar los conucos”, pág. 67. Esta palabra ha viajado a otras
latitudes en voz del cantautor Juan Luis Guerra, que la ha incorporado en algunas de sus
canciones (Ojalá que llueva café; Amor de conuco...) Es un término taíno y, según el
DRAE, se conoce también en Cuba y Venezuela.
hamaca: red cuyos extremos se cuelga a dos árboles o estacas, que puede servir de
cama o de columpio. Era empleada por los indios taínos de La Española. En la página
81 de La Mañosa leemos: “todas movían las caderas con vaivenes de hamacas”.
nasa: trampa de pescar hecha de fibras entre los taínos, según Bernardo Vega (1979). Es
un término poco usual tanto en la lengua oral como en la escrita. No hemos podido
hallar rastro de ella en ningún otro texto escrito, ni en la prensa, ni en la conversación
con personas de la región. Sólo se encontró el siguiente ejemplo en La Mañosa: “Algún
enemigo le preparó nasa y cayó en ella”, pág. 176. Preciso es consignar aquí que
aunque el DRAE supone un origen latino para esta palabra (del latín nassa), el
historiador dominicano Bernardo Vega le atribuye procedencia taína.
ñapa: voz quechua, que, en español dominicano significa algo que el comerciante regala
al cliente como gratificación por su compra. Sin embargo, en un contexto no comercial
51
quiere decir, “por añadidura” (“Esos condenados te han dejado en el hueso y de ñapa
con una culebrilla que te está matando”, pág. 157).
sabana: llanura extensa cubierta de vegetación herbácea y donde escasean los árboles
(“La sabana toda, amplia y pelada, rezumaba azul claridad”, pág. 64).
tusa: corazón de la mazorca de maíz (“Al abrir el caserón lo encontraron lleno de
tusas, aparejos viejos…”, pág. 28). Pedro Henríquez Ureña la incluye dentro de los
indigenismos, pero el DRAE señala un origen onomatopéyico.
yagua (de origen caribe). El DRAE lo define así: “Tejido fibroso que rodea la parte
superior y más tierna del tronco de la palma real, del cual se desprenden naturalmente
todas las lunaciones, y sirve para varios usos y especialmente para envolver tabaco en
rama”. En otras épocas los campesinos del Cibao empleaban la yagua para techar sus
chozas. En La Mañosa aparece esta palabra en varios pasajes, por ejemplo, en este: “era
un humilde ranchito de yaguas con aspecto de cosa provisional”, pág. 46.
4.3.2 Afronegrismos
Las palabras de origen africano son mucho menos abundantes en el español que las que
provienen de lenguas indígenas. Sólo dos se encontraron en la novela de Bosch:
cachimbo. nombre dado en Hispanoamérica a la pipa (“Dimas chupó su cachimbo y se
quedó mirándola”, pág. 53).
merengue: danza folklórica dominicana. Este ritmo tuvo su origen en el Cibao,
especialmente en una porción de esta región conocida como la Línea Noroeste. Con el
tiempo ha llegado a convertirse en la modalidad musical que identifica a los
dominicanos de todo el país. Se ha incluido esta palabra en este apartado tomando en
cuenta que Orlando Alba (2003) y Bernardo Vega (1979) la incluyen en un listado de
vocablos de origen africano, sin embargo, el DRAE afirma que proviene del francés
52
meringue. En la página 95 de La Mañosa se encuentra esta referencia: “Cincuenta
merengues cantaban las hazañas del general Fello Macario”.
4.3.3 Dominicanismos
abejoneo: zumbido del abejón, rumor (“el murmullo de los rezos que empezaba a llenar
la tarde como el abejoneo de millares de insectos”, pág. 181). El DRAE lo registra
como un dominicanismo.
botado (adjetivo): desbordado (“la propiedad del amigo no tenía mejor celador que él,
ni su familia más abnegado enfermero cuando hacía falta; ni río botado ni tiempo de
agua ni revoluciones le paraban cuando andaban en diligencias de gente de su querer”,
pág. 77.
botado (sustantivo): Según Pedro Henríquez Ureña (1940), “terreno que fue cultivado y
se abandona”: “La había enterrado poco antes de morir en un botado”, pág. 124.
caballá: de caballada: propio de caballos, disparate. (“Pa mí que debieran dejar ya esas
caballás”, pág.148).
cajuil: nombre dado entre los dominicanos a la planta frutal conocida en otros países
como marañón.
chifle (cuerno de rumiante). Al parecer se trata de una acepción dominicana, puesto que
no aparece registrada ni en el DRAE ni en el Larousse, ni en el Salvat (Enciclopedia
Multimedia). El enunciado en el que aparece en La Mañosa es éste: “con los ojos
prendidos y dos chifles como dos sables”, pág. 130. En una página uruguaya de Internet
(http://www.correo.com.uy/filatelia/frames/emi_db.asp?idemi=94) dice lo siguiente al
respecto: “La palabra chifle proviene del nombre portugués "chifre", que significa
"cuerno grande".
53
chin: poco o insignificante (“pero no son más que un chin”, pág. 65) En el habla
coloquial es de uso frecuente.
clavaos: en otra época, veinte centavos. Se ignora si hubo una moneda de veinte
centavos o la suma se reunía juntando veinte unidades de a centavo o dos monedas de
diez, que hasta hace un par de décadas circulaban en el país. Igualmente se ignora el
origen de esta palabra. Lo que sí se sabe es que fue de uso corriente, especialmente entre
galleros. En La Mañosa se encontraron estos dos ejemplos: “amarraba algunos
“clavaos” en un pañuelo y se los enviaba a los muchachos “para que comprara
dulces”, pág. 74; “Yo le voy a buscar unos clavaos, amigo, para aliviarle el camino”,
pág. 166.
cuaba: el DRAE registra como dominicanismo el siguiente significado para esta
palabra: Madera resinosa extraída del pino, que se utiliza para hacer fuego. Tal acepción
la encontramos en La Mañosa: “José Veras, que cuidaba el paso de Pontón, vio bajar
por los cerros de Terrero dos hachos de cuaba”, pág. 89). Bernardo Vega (op. cit.),
amparado en el testimonio de Gonzalo Fernández de Oviedo, afirma que la palabra es
de origen taíno. Sin embargo, el DRAE le atribuye un origen cubano. En los remotos
campos cibaeños es usual todavía encender hachos de cuaba para transitar por los
caminos ásperos y sinuosos, sin que esto signifique desconocimiento de la literna o foco
que funciona con baterías. También en las cocinas de leña y de carbón se aprovecha la
facilidad de combustión de la cuaba para producir el fuego inicial que ayuda al
encendido de los leños.
escambroso: inquieto, receloso (“Me tenían escambroso esos golpecitos”, pág. 25). No
hemos leído ni hemos escuchado jamás esa palabra fuera de la novela de Bosch.
fuerte-azul: nombre dado en el país a los pantalones vaqueros y en general a la tela con
la que estos se confeccionan (“Del hombro izquierdo hasta la cadera del otro lado le
pendía una cartuchera cuajada de municiones y otra se le enroscaba en la cintura,
sobre la guayabera de fuerte—azul”, pág. 103). Actualmente, el nombre de fuerte –
azul se alterna en la región con el de “yin” (jeans), siendo casi desconocido el término
español vaquero (a) aplicado a dicho concepto.
54
fuñir: molestar, fastidiar; en otro contexto puede significar que las cosas han salido mal,
que quienes así hablan están en un momento de apuro. En La Mañosa predomina esta
acepción, como puede verse en la siguiente expresión: “Ahora si nos fuñimos, porque
con este tiempo no hay quien montee”, pág. 131. La expresión “nos fuñimos” suele
alternarse con otras dos que presentan idéntico significado: “nos jodimos” o “nos
embromamos”.
jumiadora: lámpara pequeña de queroseno (“La salita del bohío bailaba a la luz espesa
de una pobre jumiadora”, pág. 193. Debe su nombre al hecho de que produce mucho
humo).
romper: en perífrasis verbales y seguido de la preposición a significa comenzar a; se
emplea en construcciones como las siguientes extraídas de La Mañosa: “una sonrisilla
maliciosa rompió a bailar entre sus labios”, pág. 20; “En el pueblo rompió la cosa ya,
pág. 53; “El hombre rompió a reírse”, pág. 159; “Mamá guareció su cabeza en el
hombro de padre y rompió a sollozar”, pág. 194. Es una construcción típicamente rural,
que todavía se escucha con cierta frecuencia en los pueblos y campos de la región.
rumba: gran cantidad de algo, montón de cosas (“metió su caballo en la montonera
enemiga para arrancarle a una rumba de muertos el cadáver de un compadre”, pág.
95).
4.3.4 Arcaísmos
De acuerdo a la opinión de Pedro Henríquez Ureña (1940), el español dominicano se
distingue por la supervivencia de muchos rasgos arcaicos. Aunque no todas las palabras
y expresiones que incluye en su estudio se mantienen en uso actualmente (por ejemplo,
los verbos catar, creder, veder, y crebar), es indudable que muchas de ellas se mantienen
más o menos activas en el habla dominicana, especialmente dentro de las zonas rurales
del Cibao. En nuestra incursión por La Mañosa encontramos algunas de esas palabras y
frases, muchas de las cuales, después de siete décadas de publicada la novela, se
mantienen vigentes.
55
ahorita: hace un momento, o bien, dentro de un momento (“Si ahorita estamos en el
pueblo”, pág. 174).
alante: adelante (“La Mañosa se mecía constantemente de atrás alante”, pág. 39).
asuntar: prestar atención, percibir (“¡Ah! Asunte ahora...”, pág. 160; “Esos eran los
golpes que yo asuntaba”, pág. 26; “Asunte esto: dende que tuve juicio vengo haciendo
las cabañuelas”, pág. 37). Este verbo fue incluido por Pedro Henríquez Ureña como
uno de los múltiples arcaísmos usados por los dominicanos. El DRAE atribuye esta
acepción a Andalucía, Toledo, Puerto Rico y República Dominicana.
brega: trabajos, afanes, penalidades (“El señor y papá estaban bregando con los
animales, tratando de meterlos por el portón”, pág. 172. Vivíamos con brega y con
muchas privaciones, pág. 174. ¡Esa si ha sido una brega larga!, pág. 208). Como puede
verse, es una palabra muy utilizada en La Mañosa.
candela: fuego, del que deriva el aumentativo candelazo. En La Mañosa se encuentran
ambos términos: “entonces se le ocurrió a él prender candela”, pág. 129; “correteando
de arriba abajo no se ganan pleitos, don Pepe, sino metiéndose entre la candela, pág.
105; “tragué el ron y sentí que un candelazo me abrasaba la garganta”, pág. 25; “le
pedía cuentas si le arrancaba las tablas para hacer su candelazo en las noches de frío”,
pág. 78).
cumbrera: techo de dos aguas, especialmente en el bohío, o parte superior del techo
(Henríquez Ureña, 1940). En la página 21 de La Mañosa se encuentra esta expresión:
“Vamos a dormir en la cumbrera, muchacho”.
cundir: propagarse, expandirse (“El entusiasmo iba cundiendo en los campos vecinos,
pág. 81). En un artículo publicado en Internet (No todo lo viejo es malo: arcaísmos en el
lenguaje campesino holguinero), la profesora cubana Beatriz González Garcell expresa
lo siguiente sobre este verbo:
El verbo cundir es otro de uso muy antiguo en nuestra lengua, relacionado con
“percundir” (sigloXV), intervino en su formación el antiguo verbo dialectal
56
“condir”. Se conoce como “extenderse, propagarse, dar mucho de sí, abundar”.
Su uso es considerado anticuado entre los informantes, sin embargo, en la
expresión “cundir el pánico” no se siente tanto esa antigüedad, además, los
hablantes campesinos lo usan para referirse a la productividad que se logra en
un sembrado de determinado cultivo: “se me cundió el campo de calabazas
(González Garcell, el URL de esta publicación es:
http://www.ilustrados.com/publicaciones/EEplyZlpVphXmCJsKw.php.).
destrancar: desatrancar, quitar la tranca que cierra una puerta, es decir, abrir (“Papá se
agachó para destrancar; abrió la puerta con cautela”, pág. 117). Este verbo suena ya
un poco extraño dentro del vocabulario regional; lo usual en este caso es decir abrir.
dizque: según Pedro Henríquez Ureña, significa literalmente “dice (n) que”. Es habitual
en el habla dominicana actual, como lo fue en la época en que el lingüista dominicano la
recogió en su libro. En La Mañosa se encuentra en diversos pasajes: “Dizque ta
agonizando”, pág. 178; “Pero él dizque ni se veía las palmas de las manos”, pág. 55.
donde: en la casa de, a casa de (“y corrieron adonde unos primos”, pág. 87).
El Enemigo Malo: el demonio (“Asigún cuentan, son obra del Enemigo Malo”, pág.
19). No es ya de uso general, pero aún suele escucharse en las conversaciones de
personas mayores.
en lo que: mientras (“Váyase apeando en lo que le aviso a mi marido”, pág. 171).
lumbre: luz, resplandor (“sentía ganas de correr, de hacerse ligera guinea entre
aquellos pajonales pardos, enrojecidos por la lumbre de los hachos”, pág. 90).
mata: árbol. Es bien conocido el hecho de que entre los dominicanos raramente se
nombra un árbol señalando el nombre correspondiente, sino mediante la frase: una mata
de y a seguidas el nombre del árbol o del fruto. Este fenómeno adquiere altas
dimensiones en las zonas rurales del Cibao. De ahí que sea habitual escuchar: mata de
mango, mata de aguacate, mata de caoba. En La Mañosa encontramos estos casos: “La
había enterrado poco antes de morir en un botado, al tronco de una mata de cajuil”,
57
pág. 124; “Hubimos de pasar por una alambrada, bajo una mata copiosa de caimitos”,
págs. 192 - 193.
mentar: mencionar; se trata de un verbo que va perdiendo terreno frente a su sinónimo
mencionar. (“cómo vive la gente en esa Línea mentada”, pág. 38). En los cuentos de
Borges frecuentemente se encuentra el lector con este verbo: “Me dijo que el muchacho
del callejón era un tal Ireneo Funes, mentado por algunas rarezas como la de no darse
con nadie y la de saber siempre la hora” (Funes, el Memorioso); “no sé qué inspiración
o qué exultación o qué tedio me hizo mentar la cicatriz” (La forma de la espada).
Ambos textos pertenecientes a la colección Ficciones, publicada en 1945.
monte: bosque (“De los montes cerrados y lejanos acudía gente”, pág. 189.
montear: cazar (“Sin embargo, se monteaba poco”, pág. 22).
paila: se trata de la cazuela empleada en la cocina. Palabra típica del habla cibaeña.
Mientras los hablantes de Santo Domingo, por ejemplo, prefieren decir “caldero”, los
cibaeños se inclinan por el sinónimo “paila”. Obsérvese esta expresión en La Mañosa:
“ya estaba negrecita como fondo de paila”, pág. 129).
pechar: sinónimo de topar, encontrar algo o encontrarse con alguien (“Solamente
pechamos una recua, y eso fue ya dentrando a Dajabón”, pág. 38).
prieta: oscura, negra (“La nariz afilada y la boca prieta…”, pág. 96). Este adjetivo
también se usa en México y Cuba, según el DRAE.
prima noche: las primeras horas de la noche (“En esas cortezas grabábamos Pepito y
yo las letras que papá nos enseñaba las primas noches”, pág. 47).
taita: padre (“Decían que era un extranjero blanco como su taita”, pág. 124); (“yo lo
que quiero es que se dé serio, como su taita”, pág.186).
topar: encontrar o encontrarse con alguien o algo (“ya teníamos buen trecho caminando
cuando topamos la culebra”, pág. 19; “Usté no más topaba espina y espina”, pág. 38;
58
“ojalá no se tope con ellos, pág. 65. A pesar de tratarse de un vocablo arcaico, según
Pedro Henríquez Ureña, también parece ser usual en el habla coloquial de muchas
regiones de Hispanoamérica. En un breve pasaje extraído de la novela País de Jauja, del
escritor peruano Edgardo Rivera Martínez, incluido en un libro de texto dominicano, se
halla el verbo topar en la expresión: “Hace mucho frío, y no me he topado con nadie en
las calles” (en Lengua y Literatura 2º del Nivel Medio de Editora Santillana, 2005).
trancar : atrancar, cerrar (“Papá tenía anudado el ceño y la boca trancada”, pág. 113).
Es actualmente un verbo de uso casual en el habla regional y nacional cuando se refiere
a cerrar una puerta o la boca, pero es de uso masivo en otros contextos: en el lenguaje
militar recuerda una vieja práctica aún no superada del todo, en que incurrían los
regímenes políticos antidemocráticos consistente en encerrar (trancar) a un ciudadano
por el solo hecho de ser sospechoso de no comulgar con las ideas y prácticas del
gobierno. Eran los tiempos del “tránquelo y que luego se investigue”. El otro es común
en el juego de dominó en el que los jugadores han acuñado la frase “trancar el juego”.
Esta expresión también ha pasado a otras áreas; particularmente, tiene mucha vitalidad
en el campo político, al que ha llegado en su sentido metafórico con el significado de
“acorralar, impedir una salida favorable dentro de una situación determinada”. Estos
dos ejemplos, extraídos de sendos diarios de circulación nacional servirán para ilustrar
lo señalado:
“En todas partes del mundo la seguridad social va delante, con más o menos éxito;
pero aquí yo veo que entre actores, autoridades, médicos, cada quien, el asunto es
trancar el juego”, expresó el Cardenal (Cardenal denuncia corrupción en algunos
jueces dominicanos, Primicias, 21 de julio de 2007).
“Sostuvo que el policía le dijo que “me iba a trancar como quiera” y que él le pidió
que lo dejara hablar” (Agentes PN en Capotillo son un azote, Hoy, 26 de septiembre de
2004, sección El País).
59
4.3.5 Marinerismos
Hay en el español dominicano y en el de toda Hispanoamérica algunas palabras de
origen marinero, muchas de las cuales han sufrido una transformación en su significado
original o simplemente han incorporado otros significados. En La Mañosa se
encuentran los verbos amarrar (atar), virar (girar la cabeza o el cuerpo hacia un lugar
determinado) y halar (tirar de un cuerpo, arrastrar). Asimismo, los sustantivos soga
(cuerda): “se pasaba horas enteras retejiendo sogas desflecadas”, pág. 101; andullo
(cada uno de los manojos de hojas de tabaco con que suelen formarse los fardos, según
la definición del DRAE). En La Mañosa, se encontraron varias expresiones que
incluyen esta palabra: “Se iba cargado de andullos de tabaco”, pág. 34); “uno que otro
pedazo de andullo”, pág. 39; “se amontonaban siempre serones de andullos”, pág. 45,
entre otras.
Otro marinerismo – según Pedro Henríquez Ureña – usual en nuestro país es virar con
la acepción de girar o inclinar hacia un determinado lugar. En La Mañosa encontramos:
“se viró y le clavó el cacho entre la barriga”, pág. 131. Este verbo tiene bastante
vitalidad en el español dominicano. Como prueba citamos ejemplos tomados de una
novela reciente, La Otra Penélope de Andrés L. Mateo (Colección Lectura Breve,
Editora Cole, Santo Domingo, 2000): “La sentí subir el rostro y viré: entrecerraba los
ojos”, pág. 14; “Viré la cara hacia el ventanal de vidrio y observé la plaza”, pág. 31;
“Golpeó con pereza y se viró hacia mí con una sonrisa”, pág. 35.
4.3.6 Otros términos asociados a la vida rural
He aquí un listado de palabras que, al igual que las anteriores, son de uso habitual en las
zonas rurales del Cibao. Muchas de ellas tuvieron una amplia resonancia en el español
dominicano, especialmente en la región cibaeña hasta un poco más acá de la primera
mitad del siglo XX. Sin embargo, actualmente su área de influencia es muy limitada
debido a que durante las últimas décadas del pasado siglo hubo una masiva emigración
de población rural a la ciudad. Así los campos se fueron quedando aislados, con una
población decreciente, al tiempo que los pueblos y ciudades comenzaron a ensancharse.
60
Como puede inferirse, y como es lógico suponer, estos cambios demográficos han
tenido una gran repercusión en el campo lingüístico.
aparejo: arreo necesario para montar o cargar las caballerías (DRAE). En La Mañosa,
por desarrollarse en una zona rural, se encuentra muchas veces esta palabra, de entre los
cuales citamos: “Mero hablaba, pero seguía con la cabeza gacha, mordisqueando la
cuerda con que reparaba los aparejos”, pág. 37.
cabañuelas: entre los campesinos, vaticinio que se hace al inicio de cada año sobre las
condiciones meteorológicas que prevalecerán a lo largo del mismo (“dende que tengo
juicio vengo haciendo las cabañuelas”, pág. 37). De acuerdo a lo expresado por
Gabriela Minaya (página web: acqweather.com, cuyo URL es el siguiente:
http://www.acqweather.com/cabanuelas.htm) las cabañuelas son de origen indígena
(específicamente maya) y la practican los campesinos de México, Centroamérica,
Venezuela, Cuba y República Dominicana. Y por la información que ofrecen Sonia
Rodríguez Pastor y Eulalia Romero del Hoyo en su artículo Presagios, Augurios y
Barruntos en Cuadernos de Etnología Soriana no. 7 (en realidad lo hemos consultado
en la siguiente dirección electrónica: http://www.alcozar.net/etnografia/presagios-
augurios.htm), no es ajena tampoco a los campesinos de algunas regiones de España).
Entre los campesinos cibaeños es una costumbre muy arraigada hacer tales pronósticos
durantes los primeros días del año.
camino real: camino rural, el nombre tuvo su origen en la época colonial (“Papá y yo
estábamos en el camino real”, pág. 82). Es común en todo el ámbito hispánico.
chapear. Este verbo ya aparece registrado en el DRAE. Su uso abarca, además de la
República Dominicana, la América Central, Cuba y Guinea. La Real Academia lo
define como la operación de “limpiar la tierra de malezas y hierbas con el machete”.
Obsérvese este verbo en La Mañosa: “Le chapearon el frente y los lados, le
remendaron el techo con yaguas nuevas…”, pág. 142)
coger: robar: “Cuando Fello Macario se alzó, corrieron a casa, me cogieron zapatos,
comida, dinero, telas…”, pág. 175). Hay en la región cibaeña una expresión muy
popular: “Ese es más malo que coger lo ajeno”, para referirse a una persona de conducta
61
reprobable. En otro contexto puede significar partir, acción de ir o irse. Este otro
sentido (registrado en el DRAE), también se encuentra en la novela de Bosch: “cogió
por estas lomas, porque después le era fácil descolgarse y caer en el Bonao”. “cogió
por aquí, por el camino del Cotuí. Diba en un melao bonito...”, pág. 165. Incluso, puede
emplearse en forma imperativa como en el siguiente caso: “¡Coja por delante,
vagabundo!”, pág. 163.
cuatrero: ladrón de ganado (“El cuatrero abriendo camino y José detrás”, pág. 164).
cumbrera: techo rústico de bohío (“Vamos a dormir en la cumbrera”, pág. 21).
enseronar: guardar en serones (“ensacaban el maíz, estibaban los andullos,
enseronaban el café”, pág. 143). No ha sido recogido por el DRAE, ni siquiera como
voz regional; el que sí aparece es enserar que posee un significado parecido (cubrir o
forrar con sera de esparto algo para su resguardo).
espeques: vara usada en construcciones rurales como ranchos, portones, etc. (me
apoyaba en los espeques del portón para avizorar el camino, pág. 47).
esterilla: estera pequeña que se pone sobre el lomo de las cabalgaduras, por debajo del
aparejo (“Yo sentía su olor de tierra, de sudor, de esterilla de mulo”, pág. 54).
fogón: tal vez no podría decirse que se trata de un arcaísmo, pero es una palabra en
proceso de envejecimiento, por su uso cada vez más limitado. En épocas pasadas el uso
del rústico fogón de leña o carbón era lo usual en los campos cibaeños, pero en los
últimos años la estufa de gas ha llegado hasta las zonas más remotas sustituyendo a
aquél. Esta palabra forma parte del léxico activo de La Mañosa, ya que se desarrolla en
una época en la que dicho utensilio era el instrumento indispensable en la cocina de
nuestros padres y abuelos (“Absorta en su oficio, mamá acechaba el glu-glú del agua
que estaba en el fogón, pág. 105).
fuete: especie de látigo empleado para azotar a las caballerías; otros autores, como el
decimero dominicano Juan Antonio Alix, prefieren escribir foete. En La Mañosa
62
aparece en varias ocasiones. Obsérvese este enunciado a manera de ejemplo: “hacía
restallar el fuete que resonaba en la casa con fragor de tiro”, pág. 43.
hacho: tea (“Allí en el suelo estaba el hacho, apagándose casi”, pág. 28; “José Veras
vio bajar por los cerros de Terrero dos hachos de cuaba, grandes como pinos nuevos”,
pág. 89). Usualmente los cibaeños aspiran la /h/ inicial, así la pronunciación suele
transformarse en jacho. Sin embargo, en la novela la dicción de este vocablo está
ajustada a la norma. En otras épocas, el hacho era el principal medio usado por los
campesinos para alumbrarse mientras se trasladaban de un lugar a otro en horas de la
noche. En las últimas décadas, la linterna lo ha ido relevando, pero no ha desaparecido
del todo.
jáquima: El DRAE la define como “cabezada de cordel, que suple por el cabestro, para
atar las bestias y llevarlas”: “Mero tenía que sujetar por la jáquima la mula mientras
Simeón le hurgaba entre las orejas con las tijeras”, pág. 39.
jíbaro: montaraz (“fueron abandonando lentamente el sitio, seguidos por perros
jíbaros”, pág. 21).
pajonal: herbazal, como en Suramérica y Honduras (“En la puerta del camino estaban
Simeón y papá tratando de hurgar con la vista entre los pajonales de la loma”, pág.
195).
palizada: cerca de estacas que delimita un terreno (“Desde que el sol dejó su
inclemencia empezó la gente a apostarse en las palizadas”, pág. 93). En otras épocas
los campesinos utilizaban estacas para separar sus tierras, aprovechando la abundancia
de vegetación y las escasas restricciones que existían para emplear este recurso. Esta
situación comenzó a cambiar a partir de la segunda mitad de ese siglo XX cuando la
intensiva explotación maderera comenzó a afectar las reservas forestales y hubo que
dictar leyes destinadas a la protección de los bosques. Desde ese tiempo hacia acá, las
palizadas han sido sustituidas por alambradas.
pilón: Especie de mortero de madera o de metal, que sirve para majar granos u otras
cosas (DRAE). Hace un par de décadas el pilón constituía un instrumento de uso común
63
en los hogares de la región, ya que era el medio idóneo para moler el grano de café que
usaban para preparar la tradicional bebida. En los últimos años, ha ido desapareciendo,
con la introducción del molino de mano. En La Mañosa esta palabra es empleada en dos
ocasiones, siendo una de ellas la siguiente: “tumbó el pilón y tomó asiento en él”, pág.
107.
potrero: “Terreno cercado con pastos para alimentar y guardar el ganado”, según el
DRAE. En La Mañosa se encuentra esta palabra diseminada a lo largo de toda la obra
(Padre estuvo recorriendo los potreros, pág. 27); correteaba de un sitio a otro, del
potrero a la casa, de la casa al camino, pág. 33). Potrero es en la actualidad una
palabra rara en el vocabulario rural del Cibao, o al menos en la provincia de Santiago,
que constituye el centro de la región. En algunas zonas de este lado del país suele
designarse con los nombres de cerca y, aunque menos frecuente, cercado el lugar
destinado para alojar los diversos tipos de ganado.
renquear : cojear, renguear. (“veía el animal renqueando, dolorido, silencioso y
derrengado”, pág. 31) Parece que está en desuso. Actualmente lo usual es decir cojear.
serón: sera más larga que ancha, que sirve regularmente para carga de una caballería
(DRAE). En La Mañosa encontramos este enunciado: “estaba el viejo Dimas cosiendo
los serones”, pág. 37.
tinaja: vasija de barro usada en los hogares campesinos para almacenar el agua de uso
doméstico. Poco a poco va siendo sustituida por el moderno refrigerador. Con todo, es
posible aún encontrarla en hogares muy pobres de las zonas rurales. En La Mañosa se
halla en el enunciado: “¡Oh, la vida aquella, tranquila, fresca y satisfecha como una
tinaja!”, pág. 33. Es de procedencia antigua, pues ya en la época de Grecia y Roma se
usaba para el transporte de vino y aceite. Se emplea también en las Islas Canarias.
varejón: vara larga y gruesa, usada por los campesinos para construir sus viviendas
(“ahí nada más hay varejones podridos”, pág. 21).
64
4.3.6 Variaciones semánticas
He aquí algunos términos que pertenecen al español general, al normativo, pero que en
el habla rural del Cibao (y a veces, de todo el país), adquieren otro significado adicional,
además del o los otros admitidos por la lengua estándar.
alzado: sublevado (“Monsito Peña tiene todo esto alzado” pág. 64).
bajear: no aparece en el DRAE con la acepción empleada en la novela. Aquí se usa para
referirse a la acción de las culebras de escupir veneno a sus víctimas o a quienes les
molestan (“¡Corra, don Pepe; corra, que me bajea!”, pág. 29).
botija. tesoro enterrado. Con este mismo significado se conoce en Honduras, según el
DRAE (“le mandaba buscar una botija repleta de onzas, págs. 101 – 102; “el blanco
tenía una botija. La había enterrado poco antes de morir en un botado”, pág. 124).
compuesto: protegido por artes mágicas.
- “Me habían dicho que estaba compuesto (refiriéndose a un revólver).
- Sí, – aseguró papá – está compuesto. No hay bala que lo corte mientras usté lo
tenga encima”. Pág. 98.
conseguir: aunque en el español académico este verbo es sinónimo de obtener y de
alcanzar, en el español del Cibao y del país, suele usarse también para solicitar algo en
forma imperativa (“Consígame un poco de cal, Pepito —dijo Mero”, pág.157;
“consígame un vaso de agua”, pág. 208). Como puede verse, el verbo conseguir es
empleado en este contexto con la acepción de regáleme o déme.
pájaro y pájara – refiriéndose a cualquier especie animal. En La Mañosa se designa con
ese nombre a un toro y a una culebra – (“contimás que esos pájaros (toros) son muy
delicados, y donde usté mata uno se arremolinan todos a pitar y gritar”; “Vea
compadre – dijo –, con esas pájaras (culebra) se pasan sustos grandes”, pág. 26).
65
palo: árbol (“cada vez que se movía un palo estaba yo parado”, pág. 131).
En la anterior expresión, además, puede observarse que el participio parado tiene el
significado: “de pie”, acepción válida en toda Hispanoamérica, pero extraña al español
peninsular (Günther Haensch, El español de América y el español de España, Panace@
Vol. 2, n.o 6. diciembre, 2001 y Panace@ Vol. 7, marzo 2002. Hemos consultado la
versión electrónica de este trabajo publicado en dos entregas que están ubicadas
respectivamente en los siguientes URL:
http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n6_G_Haensch.pdf y
http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n7_G_Haensch7.pdf ).
rabizas: se aplica a los extremos de algo (“se mordía las rabizas del bigote”, pág. 95;
“Ellos lo miraban con la rabiza del ojo”, pág. 125).
salir a: heredar a (“muchacho pendejo, ¿a quién habrá salido?”, pág. 25).
tirar: este verbo se usa en La Mañosa con el sentido de “recorrer grandes distancias”:
“Nuevecitica taba ella cuando nos tiramos a la Frontera”, pág. 37. Aún está vigente
esta acepción en la conversación informal, de ahí que no sea extraño escuchar a una
persona expresar: “Se nos dañó el carro y tuvimos que tirarnos el trayecto a pie”.
tiznado: alzado o sublevado. El sustantivo parece provenir de la tendencia de los
rebeldes a camuflarse. Como el fenómeno de las llamadas revoluciones montoneras ha
sido superado, hoy a la palabra tiznado sólo se le aplica el significado registrado por los
diccionarios generales: “manchado con tizne” (Enc. Multimedia Salvat, 1999).
vaso: potrero o porción de este, (“El vaso de potrero más cercano a la casa era el
suyo”, pág. 36). Es posible que esta acepción de la palabra vaso fuera de uso regular en
los tiempos en que se ubica la novela de Bosch, sin embargo, actualmente suena rara
dentro del mismo ámbito en que el autor la sitúa, según testimonio de personas nativas
de la región.
66
4.3.7 Otros coloquialismos
Incluimos aquí algunas palabras de uso frecuente en el habla coloquial de la región y del
país. En algunos casos, se trata de vocablos empleados en todo el país; otros se
extienden a otras regiones del Caribe, e incluso, a toda Hispanoamérica.
alistarse: arreglarse para salir (“papá se metió en el cuarto, seguido por mamá, a
vestirse, a alistarse”, pág. 213. Este verbo es familiar, si no en todo el país, por lo
menos en la región que abarca este estudio. En su acepción principal significa sentar o
inscribir en una lista a alguien. En una segunda acepción significa sentar plaza en la
milicia. En estos dos casos el verbo alistar proviene del sustantivo lista (DRAE). Pero
en el uso que se le da al mismo en el habla del Cibao, proviene del adjetivo listo.
Alistarse es aquí, como ya se ha indicado, arreglarse, vestirse, ataviarse para salir.
Ignoramos en qué otros lugares de Hispanoamérica se emplea esta acepción; lo que sí
sabemos es que no es exclusivo ni del Cibao ni del país, pues ya está registrada en el
DRAE, y no precisamente como dominicanismo.
alzar (se): aunque en algunos casos este verbo es empleado en el sentido de elevar o
levantar algo (un objeto, por ejemplo) la mayoría de las veces es usado con el sentido de
sublevarse o levantarse en armas. Es un término recurrente dentro de la historiografía
dominicana, ya que recurrente fue ese recurso para los dominicanos del siglo XIX y
principios del siglo XX ascender al poder político. “Monsito Peña tiene todo esto
alzado”, pág. 64; “Los alzados le vieron meter la mano en el bolsillo…”, pág. 65; “El
dueño les contó que los alzados habían asaltado Cotuí”, pág. 66; “tomarían caminos
extraviados para unirse a los alzados”, pág. 69; “a quienes el alzamiento había
sorprendido en campo enemigo”, pág. 70; “Sus simpatías estaban con los alzados…”,
pág. 80; “Media docena de alzados apostados en Jima…, pág. 87.
anjá: variante de ajá, interjección coloquial (“anjá”, pág. 190).
apretujón: acción y efecto de apretujar (“Todo esto lo sazonaba con cosquillas, con
mordiscos y apretujones que nos hacían reventar de risa”, pág. 32).
67
apurar (se): preocupar, inquietar (“Pero no se apure por don Pepe”, pág. 59). Puede ser
sinónimo también de esforzar (se) en expresiones como: “Si no te apuras, no acabarás
hoy el trabajo”. Según el DRAE, esta última acepción es usual en toda Hispanoamérica.
azorada: asombrada, turbada. (¿Cómo? —preguntó azorada, pág. 54).
brega: dificultad, afán (“vivíamos con brega”, pág. 174).
bueno: es difícil precisar en el habla cibaeña y dominicana el significado exacto de esta
palabra, ya que puede expresar diversas circunstancias, tales como duda momentánea,
(¿”Qué si lo creo? Bueno…”, pág. 40); también puede desempeñar el papel de nexo de
continuidad, equivalente a pues (“Bueno, se fue el bicho, yo creía que a morirse lejos”,
pág. 20; Bueno… el viejo parecía estar rezando”, pág. 21).
cavilar: dudar, reflexionar (“Cavilando y cavilando, el otro llegó a concluir en que
conocía a su heridor”, pág. 164).
chato: tres veces emplea el autor este adjetivo para referirse al cielo. El mismo, de
acuerdo con la RAE, se le aplica a un objeto o ente o parte de este que presenta menos
relieve, longitud o elevación de lo normal. Con este término de uso popular nos pinta el
autor la lisura de un cielo azul y armonioso, pleno. Obsérvese este ejemplo: “El sol del
domingo era allí despacioso, discreto y ardiente. Parecía estar clavado en un cielo
chato, pintado expresamente para tal día; parecía estar enardecido...”, pág. 169.
chispear: salpicar (“Cruzó el Yaquecillo al trote, chispeando de agua las piedras y las
orillas”, pág.154).
chupar: este verbo es empleado en La Mañosa en una acepción que el DRAE sólo
atribuye al español coloquial de Venezuela: fumar (aspirar y despedir humo). Dimas
chupó su cachimbo y se quedó mirándola, mirándola con estúpida fijeza, pág. 53. Más
adelante el narrador vuelve a usar dicho verbo con el mismo significado: Simeón
chupaba su roñoso cachimbo, pág. 149.
68
como: en lugar de (“Yo como don Pepe, hasta dejara el viaje”, pág. 37). Es ya un uso
extraño, pero no extinguido.
condenado: perverso, desafortunado (“todito lo echan a perder estas condenadas
revoluciones”, pág.102). Esta acepción pertenece al español general, inclusive aparece
en el DRAE. Sólo se cita por su abundante uso en la novela de Bosch como en el
lenguaje actual de los cibaeños, particularmente en las zonas rurales de esta región.
cortar: herir (“Lo cortaron esta mañana”, pág. 119). Aunque se trata de un verbo que se
usa generalmente en forma transitiva, es frecuente entre los cibaeños y dominicanos el
empleo pronominal del mismo. Por ejemplo: Me corté con el cuchillo/ Se cortó con el
machete.
cosa: es una especie de comodín en el habla coloquial de los dominicanos. Aparece en
todos los contextos y en todos los temas. Puede aludir a un objeto, a una situación,
inclusive hasta a una persona. ¿Cuántas veces se le puede encontrar en la novela de
Bosch? Muchísimas veces. Obsérvense estos ejemplos: “En el pueblo rompió la cosa
ya, doña. Yo creo que para allá —y señaló la dirección en que estaba padre— debe
estar la cosa fea (pág. 53); “¿Esa otra cosa que hay en el pellón es tuya, Pepe?, pág.
63; “¿Es verdad que está fea la cosa, don Pepe?”, pág. 64; “nadie sabia qué cosa
desagradable le guardaba”, pág. 80; “todos fuimos cobrando un miedo vago a no se
sabía qué cosa”, pág. 106; “aunque yo no entendiera que vivir era cosa difícil, se lo oía
decir a los mayores”, pág. 106; “Entonces sí era la cosa de a verdad”, pág. 131. Como
se ve, el repertorio es largo; y no se ha agotado, pues hay otras expresiones parecidas en
La Mañosa.
cuartos: dinero (“Por todos los cuartos del mundo no la doy”, pág. 38). El DRAE lo
registra como coloquialismo con la acepción de “moneda corriente”.
demontre: demonio (“aquel demontre de hombre era hasta su poquito haragán”, pág.
131).
desbarrancar: precipitar por un barranco (“oía el río que a lo lejos se desbarrancaba
entre los pedregones”, pág. 125). Curiosamente, el DRAE registra esta palabra
69
resaltando su uso en Centroamérica, Chile, Cuba, México, Perú y Venezuela, dejando
fuera a nuestro país.
diache: decir diache es otra forma de nombrar al diablo o “Enemigo Malo”. En el habla
rural del Cibao el término se emplea profusamente en expresiones como estas, extraídas
de la novela de Bosch: “José aseguraba que los hombres así no salían guapos pero que
aquel “diache” comía balas”, pág.103; “El diache de animal era el mismo diablo”,
pág. 130; “¿Y el diache de José Veras no se lo explicó a ustedes?”, pág. 160; “¿Y ese
diache no sabía con quién se taba metiendo?”, pág.164. “aquel diache que saluda, ¿no
es el negro que estaba en Pedregal”?, pág. 208; “unos diaches que estaban preparando
un pronunciamiento”, pág. 209. En ocasiones la palabra diache es sustituida por diablo:
“Yo creía que ese diablo de hombre...”, pág. 160).
El otro ejemplo fue extraído de unas declaraciones de Charitín Goico a Clave Digital,
publicadas en la edición del 29 de marzo de 2007:
embromar: perjudicar, arruinar (“cuando creíamos que estaba mejor la cosa, lo
derrotan y me embromo”, pág. 175). Esta acepción es extensiva a otras zonas del
Caribe.
embullar: entretener, distraer (antes de que la gente se embullara, pág. 79). Este verbo,
al igual que el sustantivo correspondiente (embullo) tiene mucha vitalidad en las
conversaciones informales y espontáneas de los cibaeños y de los dominicanos de todo
el país. En días recientes encontramos dos ejemplos aparecidos en el diario electrónico
Clave Digital. El primero corresponde a un artículo de opinión de la socióloga
dominicana Rosario Espinal, que el 4 de septiembre de 2007 escribió un artículo para el
citado medio, titulado “A embullarnos”. Obsérvese el siguiente párrafo extraído del
artículo en cuestión:
“Decidí preguntar: “¿y por qué está usted aburrido sin campaña electoral?” Su
respuesta: “porque en las campañas los partidos llevan disco lights a los barrios,
hacen regalos, y aunque no regalen, los candidatos van a dar la mano y la gente se
embulla”.
70
“Sin saber que obtendría el máximo galardón de la noche, manifestó a CLAVE: "Uno
tiene que tener su embullo, todas esas cosas van a llegar, o a lo mejor Dios no quiere y
manda otras cosas, como ahora que voy a ser embajadora de buena voluntad”.
emperrar: convencer, obsesionar (“Siguió aquellas huellas, emperrado en que pezuñas
tan pequeñas sólo la Mañosa las tenía”, pág.162. “él me cargaba cuando, estando
aliviado, me emperraba en ver el patio o los potreros, pág. 138). No hemos escuchado
ni leído este verbo. ¿Se tratará de un dominicanismo a punto de perecer?
endiablado: difícil, áspero, tortuoso (“Un animalito como ése no es para meterlo en
caminos tan endiablados”, pág. 37); valiente (“pero aquel hombre era endiablado”,
pág. 135).
espinazo: columna vertebral. Esta palabra parece ir en picada en la región cibaeña.
Incluso entre personas de edad avanzada. Pero según cuentan campesinos de la región,
en décadas anteriores fue de uso general para designar la columna vertebral. En La
Mañosa la hallamos en tres ocasiones: “pero la maldita tenía el cuero duro y nada más
le partí el espinazo sin cortarla”, pág. 20; “Si no hubiera tenido el espinazo roto, nos
ahorca”, pág. 26; “No volvían los hombres que habían abandonado el quicio de sus
casas, el machete al brazo, la carabina a la espalda, a pie o con el espinazo de algún
penco bajo las piernas”, pág. 123. Este uso es común también en las Islas Canarias, y
está registrada en el DRAE.
fogón: cocina rústica (“Estábamos en la cocina. Las llamas del fogón se alzaban y
removían incansablemente”, pág. 125).
gacho/a: inclinado/a hacia la tierra (“Mero hablaba, pero seguía con la cabeza gacha”,
pág. 37. Como adjetivo su empleo se va haciendo cada vez más esporádico, incluso en
las conversaciones informales; más común es escuchar las formas verbales de agachar
del cual deriva el adjetivo en cuestión.
gatear: trepar, andar a gatas (“Otros iban gateando afanosamente por los repechos”,
pág.112). Es un verbo coloquial en las zonas rurales.
71
jíbaro: montaraz (“Pero los animales fueron abandonando lentamente el sitio, seguidos
por manadas de perros jíbaros” pág. 21). Usual en otras regiones del Caribe,
especialmente en Cuba y Puerto Rico.
jumiadora: ver el apartado correspondiente a la fonética.
largar: arrojar, tirar (“y él a largarle pezuña a la candela”, pág. 131).
lío: en buen dominicano, un lío puede ser un envoltorio de ropa o un enredo. En la
siguiente expresión extraída de La Mañosa se impone la segunda acepción (“Dios
quiera que salga bien de ese lío”, pág. 54). No es un término exclusivo de la región ni
del país, pues su empleo se extiende por todo el ámbito hispánico; lo incluimos aquí por
su alta vigencia en el habla coloquial de los cibaeños.
maliciar: recelar, sospechar (“yo me malicié que andaba penando”, pág. 124).
malo: difícil, complicado (ahora si se pone malo el asunto, pág. 161). En otro contexto
el adjetivo se emplea como sinónimo de enfermo (el niño se ha puesto malo), pero esta
acepción no se encuentra en La Mañosa.
manotón: manotazo (“le dijo dando un manotón a la jáquima de la mula”, pág.163).
matojo: matorral (y como yo no lo diba a seguir entre tanto matojo, pág. 20). El uso de
esta palabra se ha ido debilitando en los últimos años, de acuerdo a las opiniones
recogidas con campesinos de la región. Más usual es broque, una voz típicamente rural
que tiene el mismo significado de matojo y matorral.
menear: mover (“Ustedes verán cómo el diablo se menea otra vez”, pág.147). Aunque
el verbo menear suele usarse con cierta frecuencia, incluso es habitual en la música
popular (“se menea, se menea como una batidora”), poco a poco va perdiendo terreno
ante el empleo masivo del sinónimo mover.
72
matón: sicario (“A la puerta de casa, al trote más que a la carrera, llegó uno de los
hombres de Pedregal, aquel descolorido y flaco que tenía ojos de matón”, pág. 113). Su
empleo se extiende a otras regiones del ámbito hispánico.
meter: entrometer (“Con nadie me meto pa que no se metan con migo”, pág.148):
equivale a “con nadie me entrometo para que no se entrometan conmigo.
montear: buscar y perseguir la caza en los montes, según el DRAE. En la página 131 de
La Mañosa se lee: “con este tiempo no hay quien montee”. Es posible que en otras
épocas fuera un verbo de uso frecuente, cuando el monteo era una actividad importante,
dado que una gran parte del territorio dominicano estaba deshabitado y abundaban las
reses y cerdos cimarrones; sin embargo, en la época actual, extinguido ya el ganado
salvaje, resulta un verbo extraño y distante en el vocabulario regional y en el del resto
del país. De esa época, nos queda como testimonio la novela El Montero de Pedro
Francisco Bonó, publicada en París en 1856, la cual es considerada como la primera
novela publicada en el país.
montón: número considerable (“por ahí pasaron un montón de gente”, pág. 213). Se
emplea con profusión en la actualidad.
montonera: nombre con el que los dominicanos designan la lucha entre caudillos que
durante el siglo XIX y las primeras décadas del XX se disputaban el poder por medio de
las armas (“metió su caballo en la montonera enemiga para arrancarle a una rumba de
muertos el cadáver de un compadre”, pág. 95).
ojear: lanzar ojeadas a algo o a alguien, observar (“padre, lleno de recelo, comenzó a
ojearlo”, pág. 24). No recordamos haber escuchado este verbo en boca de ningún
hablante de la región ni del país. Es posible que ya esté en desuso. Aparece nuevamente
en la pág. 84: “Sólo José Veras parecía tranquilo: ojeaba el grupo y trataba de
sonreír”, y en la 132: “Estuvo buen rato callado, ojeándonos, observándonos”.
pararse: como en la mayor parte de Hispanoamérica: ponerse de pie (“Cada vez que se
movía un palo estaba yo parado”, pág. 131).
73
parejero/a: en las Antillas y Venezuela, orgulloso/a, presumido/a (“La montura del
general era una mula pretenciosa, parejera, bonita”, pág. 161).
penar: dicho de un fantasma o un alma en pena: aparecerse o manifestarse (“Por aquí
debe estar penando un muerto”, pág. 25). Decir que el alma de un difunto está penando
equivale a afirmar que no ha podido alcanzar el reposo eterno y que, por el contrario,
anda errante por el mundo, pagando por los pecados cometidos. Esta misma acepción se
encuentra en Perú y Venezuela, según el DRAE.
pendejo: aquí el término equivale a cobarde. Pero en otro contexto puede significar
tonto, ambas acepciones compartidas con otros países hispanoamericanos. En La
Mañosa sólo se usa de acuerdo con la primera acepción: (“muchacho pendejo”, pág.
25).
pescuezo: en la zona rural prevalece el uso de esta palabra sobre su sinónimo cuello (“le
corría por el pescuezo y por la espalda un sudor frío, pág. 125”).
prender: encender el fuego o un dispositivo electrónico (“entonces se le ocurrió a él
prender candela”, pág. 129). Este verbo alterna con el sinónimo encender. En otro
apartado de la novela se dice: “Todo eso __señalando al oriente__ está prendido” (pág.
58), queriendo señalar que toda la región estaba ardiendo en el fuego de la revolución.
pulpería: como en otras partes de América, tienda de comestibles (“padre hizo ensillar
la Mañosa para que Mero fuera a toda carrera hasta Pedregal y comprara algunas
medias botellas de ron en la pulpería que vegetaba allí”, pág. 93). En las zonas rurales
del Cibao todavía suele decirse pulpería, término que suele alternarse con el de
colmado. En la zona urbana de esta misma región y del país prefieren esta última
denominación. Inclusive, en los últimos años ha surgido una nueva modalidad de
colmado en el que además de vender comestibles, ofrecen alojamiento adecuado para el
consumo de bebidas alcohólicas. Así combinan la especialidad de colmado con la de bar
o cafetería. Este tipo de negocio es llamado colmadón.
quicio: En los ranchos y viviendas rústicas, palo horizontal que se coloca debajo de la
puerta de entrada. El DRAE no registra esta acepción. Un significado parecido, no del
74
todo coincidente, lo registra el venezolano Alexis Márquez, que define el vocablo como
“especie de escalón de acceso a una puerta, especialmente a la puerta de entrada a la
casa, que era donde generalmente estaba dicho escalón” (ver Alexis Márquez:
Venezolanismos, en la página web La Biblioteca, cuyo URL es
http://analitica.com/Bitblio/amarquez/venezolanismos.asp).
Márquez afirma que esta última acepción no es exclusiva de Venezuela, pues también se
conoce en Costa Rica y en otras naciones hispanoamericanas. En La Mañosa se
encontraron los siguientes enunciados: “Reparaba los aparejos sentado en el quicio de
la puerta, pág. 37. Entre los dos lo llevaron hasta el quicio de la puerta, pág. 114. No
volvían los hombres que habían abandonado el quicio de sus casas, pág. 123. A pesar
de lo expresado por Márquez, su empleo no se limita a Venezuela y República
Dominicana, sino que es común en otras regiones de Hispanoamérica y de España.
rechoncho: grueso, obeso (“Era aquél un tipo pintoresco, negro, rechoncho, de mirada
vivaz y alegre decir”, pág. 102).
recular: retroceder (“Al montar la bestia se encabritó y reculó”, pág. 213).
resollar: exclamar entre jadeos (“—Taita, taita, taita —resollaba”, pág. 25).
sabanear: verbo empleado por lo campesinos para indicar la actividad de salir por la
sabana a rastrear el ganado u otro tipo de animal (“Ese animal caminó atrás de
nosotros, sabaneándonos como a gallinas”, pág. 25).
sesteo: de siesta, descanso. En La Mañosa encontramos esta palabra en el siguiente
enunciado: “Ese no conocía sesteo”, pág. 38). No es ya palabra común en el habla
regional.
soga de majagua: cuerda elaborada con fibra de majagua (“uno de sus hijos tejía sogas
de majagua, pág. 37). Actualmente, las sogas que se compran y se venden en la región
son de cabuya (pita). Tal producto: soga de majagua parece ser una “especie
extinguida”.
75
sucedido: hecho, acontecimiento (“Era un remolino vivo y no cabía en espacio alguno,
por ancho que fuera, cuando contaba lo que él llamaba “un sucedido”, pág.103). No
hemos encontrado rastros de este término en el habla actual de la región.
tambora: variante de tambor empleado por los dominicanos para interpretar el
merengue. Este ritmo nació en la región cibaeña, desde la cual se expandió a las demás
regiones del país (“Desde muchas noches antes a la del sábado se oía retumbar la
tambora”, pág. 81).
tisana: remedio casero elaborado a base de sustancias extraídas de plantas (se metió en
la cocina y volvió después con una tisana, pág. 58). Los avances de la medicina han
dejado poco espacio a este tipo de medicamento alternativo y, por consiguiente, a la
palabra que lo designa. Sin embargo, todavía es usual entre personas de edad avanzada
de las zonas rurales del Cibao.
trajín: del verbo trajinar (afanar, ir de un sitio a otro en actividades de trabajo): “Nos
despertaron el trajín, los golpes de las puertas, las órdenes de papá”, pág. 33.
vivo: rápido (“Si José no andaba vivo se lo comían”, pág. 165). Quiere decir si José no
actuaba con prontitud lo matarían sus enemigos. Es de uso general.
4.3.8 Interjecciones y frases interjectivas
Son frecuentes en el habla dominicana, y particularmente en la región cibaeña, las
exclamaciones. Algunas son de origen religioso. En La Mañosa aparecen estas:
Anjá: variante de ajá, interjección: (pág.159)
¡Ave María Purísima! (pág. 20).
¡Caramba! (pág. 68).
¡Concho! (pág. 124).
¡Concho, concho! (pág. 29).
¡Cristiano! (pág. 37).
¡Hum!, (pág. 25)
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¡Jum! (pág. 212).
¡Jesús! (pág. 20)
Todas pertenecen al léxico activo de los cibaeños y de los dominicanos en general.
En un momento de enojo es característico escuchar una expresión como ésta, que
aparece en la página 163 de La Mañosa:
¡Pedazo de sinvergüenza!
El término pedazo suele emplearse para acompañar a un término ofensivo. Tal vez
como una forma de atenuación al efecto causado por la dureza de la palabra a la que
acompaña. Son frecuentes expresiones del tipo: ¡Pedazo de animal!, ¡Pedazo de
vagabundo!, entre otras. No se trata de un vocablo exclusivo del habla dominicana, pues
la hemos escuchado en películas estadounidenses dobladas al español en España.
4.3.9 Refranes, modismos y expresiones análogas presentes
en La Mañosa
A la vera de: al lado de (“estaba el animal paradito a la vera de nosotros”, pág. 130).
Alborotar el gallinero: dentro del contexto de la novela boschista la expresión significa:
poner en apuros, asediar (“se meten por este camino hasta el mismo Bonao, y le
alborotan el gallinero al general”, pág. 105).
Andar un alma en pena: esta expresión parte de una creencia religiosa, la de que tras la
muerte física algunas almas no logran entrar al lugar reservado para los bienaventurados
y entonces su espíritu errante vuelve a la tierra; se trata de almas en pena: “Yo me
malicié que andaba penando”, pág. 124. Además de la anterior en la novela aparece
otra expresión de la misma índole: ¿”No estaba penando el muerto”?, pág. 124.
77
Beber a pico de botella: tomar directamente de la botella (“Pero antes de seguir tuvo
padre que tirarse de la Mañosa para beber a pico de botella un trago por el triunfo de
la causa”, págs. 68-69).
Beber de lo lindo: beber mucho alcohol (“En la pulpería bebieron de lo lindo”, pág.
87). En realidad, la expresión de lo lindo puede aplicarse a muchas otras acciones
(comer, gozar, trabajar…), con el significado de mucho. Es una expresión usual en
muchos lugares de la geografía hispánica.
Una observación con respecto al verbo beber. Este verbo suele usarse como transitivo,
es decir, acompañado de un complemento cuando se refiere a la ingestión de cualquier
líquido (agua, jugo…) diferente del alcohol, ya que en este último caso se emplea más
como intransitivo. En la novela de Bosch, además de la expresión citada, aparecen estos
otros ejemplos: “Ni beben, ni juegan, ni jaraganean”, pág. 54; “el grupo le invitaba a
beber y no sin trabajo pudo escapar”, pág. 69.
Coger el monte: en los tiempos de las llamadas “revoluciones montoneras”, coger el
monte equivalía a sublevarse contra el gobierno de turno, pues las revueltas se
organizaban y partían de la zona rural hacia Santo Domingo. Estas “revoluciones”, que
no eran más que conspiraciones caudillistas, tuvieron como principal escenario la región
del Cibao. De ahí parece provenir la expresión popular: “me tiene al coger el monte”, lo
cual significa me tiene fastidiado, casi al punto de estallar. El siguiente diálogo extraído
de la novela de Bosch es bastante explícito en este sentido:
—¿Ha sucedido algo por allá, Carmita? preguntó.
—No, nadita —sopló ella.
Pero largo rato después, cuando habían parecido vidriarse sus ojos y cuando
nadie esperaba sus palabras, dijo.
—Los muchachos, que cogieron el monte.
Mamá no pudo reprimir un movimiento brusco del ‘entrecejo. Miró en vuelo a
la mujer, que se entretenía en desensortijar mis cabellos.
—¿Dice usté que cogieron el monte?
78
La mujer movió la cabeza de arriba abajo. No podíamos precisar qué sentía;
parecía indiferente, si bien seguía ostentando aquellos nudos de tristeza en los
pómulos.
—Las malas compañías —explicó de pronto—. Se fueron cuatro o cinco.
—¿Y qué pretenden hacer? —objetó madre.
—Bueno, doña... Ellos sabrán.
Coger su tajada de la res: aprovechar una situación o coyuntura determinada para
obtener un beneficio. Se trata de un modismo que pertenece al español general. En la
página 207 de La Mañosa puede leerse: “Pretendían todos coger su tajada de la res que
el general Fello Macario desollaba a su antojo en el pueblo”.
¡Cómo no, cómo no! (“Cómo no, cómo no. Váyase apeando en lo que le aviso a mi
marido”, pág. 171). Este modismo (tanto en su forma simple como repetida) es habitual
en nuestro medio, como lo fue en los tiempos de la novela. Sin embargo, no es
exclusivo de la zona ni del país, ya que – según Pedro Henríquez Ureña – su uso se
extiende por todo el entorno hispanoamericano. No obstante, quisimos incluirlo por
tratarse de una frase muy utilizada por los hablantes dominicanos y cibaeños como
forma de aprobación.
Como quien dice: expresión usual en las zonas rurales del Cibao, aunque no es
exclusiva de la región, ni del país. Se emplea para dar una idea de aproximación:
“Anduvimos en el Guarico, como quien dice”, pág. 38. Guarico es el nombre indígena
de Cabo Haitiano. El personaje que habla así, sugiere que tan lejos anduvieron que
rozaron la línea fronteriza, casi entrando a la citada ciudad haitiana. En ocasiones puede
equivaler a la expresión más o menos, como en este caso: “Yo toy aquí, como quien
dice viviendo”, pág. 160.
Como si tal cosa: esta frase tiene el significado de “como si no le importara” o “con
indiferencia”. “Compadre Blanquito, asegúrese con esa carabina, que lo tenemos
arriba”; y él como si tal cosa, acostado al lado de la lumbre, con su cachimbo en la
boca y mirando para arriba”, pág. 130. Henríquez Ureña (1940) lo incluye en el
apartado 96 – Frases adverbiales – de El español en Santo Domingo, pág. 235). Otra
79
expresión equivalente muy usada en la región cibaeña es “Como quien no quiere la
cosa”, es decir, “con indiferencia o aparentando indiferencia”.
Darse cogío: pelear duro. En La Mañosa se expresa de esta manera: Se están dando
cogío, doña, se están dando cogío”, pág.194. Es una expresión típica de galleros.
En lo que se revuelca un burro: esta expresión equivale a esta otra: en un santiamén.
En La Mañosa se encuentra en este pasaje: “Cogí la carabina con una mano y con la
otra jalé a Blanquito y en lo que se revuelca un burro ya estábamos nosotros
arrinconados”, pág. 130. Otras expresiones parecidas usuales en la región son: en lo
que pestaña un burro, en lo que dicen berenjena, en lo que canta un gallo. Todas se
usan para indicar un hecho realizado o que puede realizarse rápidamente.
Estar bueno y sano: encontrarse en buenas condiciones de salud (“Dígale a mamá que
yo toy bueno y sano”, pág. 119).
Hacer las ruedas – cortejar –: estaban en edad de hacerles ruedas a faldas jóvenes,
pág. 75.
Irse o volver con la fresca: realizar un viaje después de la puesta del sol o al amanecer
(Me vuelvo esta noche con la fresca, pág. 166).
Lo que es el diablo: esta frase tiene el mismo significado de “lo que son las cosas”,
también usual en el habla coloquial de la región. El enunciado completo en el que
aparece la frase es: “Lo que es el diablo... Mis muchachos metidos en esos líos”, pág.
142.
Lo que no se va en lágrimas se va en suspiros, pág. 177. Incluido por Pedro Henríquez
Ureña en una colección de refranes y frases hechas (capítulo VI de El español en Santo
Domingo, pág. 101). En la novela expresa la situación de los campesinos, impotentes
frente a la violencia desatada por los grupos políticos beligerantes: los rebeldes y los
gobiernistas. Unos y otros abusan de ellos, de manera que siempre salen perjudicados.
Hay una expresión equivalente en el habla coloquial cibaeña: “Cuando no e huna cosa
eh la otra”.
80
No doblar el lomo: no trabajar; también es usual en este caso la frase: no dar un golpe
(“Es el caso que vivía y que no doblaba el lomo”, pág. 77).
No quiera usted saber: modismo que intercalado en medio de una conversación
constituye una apelación a la consideración del interlocutor (“Ni quiera usté saber el
agua que le espera en esos caminos viejos”, pág. 37).
Para mí (yo creo). En la novela encontramos: “pa mí que esa culebra no está bien
muerta”, pág.21. “Para mí esa culebra no era culebra…”, pág. 26. “Pa mí que ese gato
es Abenuncio”, pág. 124. “Pa mí que debieran dejar ya esas caballás”, pág. 148.
“Prepare su carabina, que para mí andan las reses por ahí”, pág. 129. “Sí; se mojó
hace unas noches y para mí está malogrado ahora, pág. 140. No es un modismo
exclusivo, sin embargo, su empleo constante en la novela de Bosch y en el habla de los
cibaeños nos obliga a incluirlo en este apartado.
Pesar (le) a uno el ruedo del pantalón: se aplica a personas de reconocida solvencia
moral o a aquellos que sobresalen por su fuerza de carácter. Este último sentido es el
que se encuentra en La Mañosa: “pero los que le conocían no se le atravesaban, porque
a José Veras le pesaba el ruedo de los pantalones”, pág. 76.
Pisarle el rabo a alguien: alcanzar a una persona a la que se persigue (“Me vienen
pisando el rabo”, 165). El enunciado completo es “Los hermanos del difunto me vienen
pisando el rabo” (me vienen alcanzando). Actualmente no es una expresión común.
Más frecuente es “me vienen pisando los talones”. Quizás fue un modismo corriente en
el tiempo en que se sitúa la novela o en el tiempo en que el autor la escribió.
Por si acaso: por si da la casualidad de que (“Pero por si acaso, pasado mañana tengo
ese tabaquito andando”, pág. 41 y “Usté me lleva esta mula al Pino, donde don Pepe; y
sin por un por si acaso no llega con ella, lo busco y lo arreglo aunque se meta en el fin
del mundo”, pág.165).
En ocasiones se le antepone la conjunción, convirtiéndose en si por si acaso, que
significa: “si por casualidad ocurre que”. Se usa con suma frecuencia no sólo en la zona
81
rural sino en la urbana de la región. Obsérvense estas expresiones en boca de uno de los
hablantes de La Mañosa: “y si por un por si acaso no llega con ella, lo busco y lo
arreglo aunque se meta en el fin del mundo” (pág. 165). “Pero por si acaso, pasado
mañana tengo ese tabaquito andando” (pág. 41). Es una expresión común en todo el
mundo hispánico. Por ejemplo, en la novela Marianela de Galdós aparece dicha frase en
el siguiente pasaje: “Lo que hablaron ¿merecerá capítulo aparte? Por si acaso, se lo
daremos”, Galdós, pág. 26.
Si te he visto no me acuerdo: se aplica a quienes en momentos de necesidad recurren a
otras personas, pero que luego olvidan los favores recibidos. Suele aplicárseles a los
políticos que en tiempos de proselitismo se acercan a los ciudadanos humildes a quienes
deslumbran con atractivas ofertas, las cuales olvidan en cuanto alcanzan la posición
deseada. Pedro Henríquez Ureña (1940) recoge esta expresión convertida en refrán, que
ya antes, específicamente en el siglo XVII, había sido recogida por Gonzalo Correas en
su Vocabulario de refranes y frases proverbiales. En la página 148 de La Mañosa la
encontramos en el siguiente pasaje: “no le ando atrás a ningún general de ésos que
entusiasman a uno, y después, cuando suben...“si te he visto no me acuerdo”. Aún se
emplea con asiduidad en la región y en el país.
¿Usté ha visto? Esta expresión fue muy típica del habla coloquial, sobre todo en la zona
rural del Cibao. En medio de una conversación, el hablante interrumpe el hilo discursivo
para preguntar al receptor ¿usté ha visto? O ¿usté se fija? Al emplear esta fórmula, el
hablante parece buscar la aprobación del oyente. Actualmente es poco frecuente en la
población joven. En la novela que sirve de base al presente trabajo la encontramos en la
página 131: “¿Sabe lo que me dijo? Que él lo que tenía era gana de dirse. ¿Usté ha
visto? Bueno.., hay gentes que no son personas”.
Yerba mala no muere: es un viejo refrán de uso común. Se incluye aquí, no por
exclusividad, sino por ser habitual entre los hablantes de la región y del país. Lo
encontramos en la pág. 85 de La Mañosa: “Ese no se muere. . . Yerba mala...”
82
4.4 La Toponimia cibaeña en La Mañosa
La Mañosa se desarrolla en un entorno rural del Cibao. Muchas de las poblaciones,
secciones y parajes de la región forman parte del escenario de la novela. La mayoría de
estos nombres son de origen hispánico; un segundo grupo proviene de la lengua taína.
No hay ninguno de origen africano. Algunas comunidades llevan el mismo nombre de
un río o arroyo; en este caso se trata de comunidades levantadas a orillas del río o
arroyo que le da nombre. Los lugares que tienen nombre de origen español son:
Almacén
Arroyo Toro
Barbero
Cortadera
El Pino
La Línea
Loma de las Gallinas
Los Mameyes
Maimón
Pedregal
Piedra Blanca
Pino Arriba
Pontón
Rincón
Río Verde
Santiago
Sierra Prieta
Terrero
Terrero
Son de procedencia taína los siguientes topónimos:
Bonao
Cibao
Cotuí
Jagüey
Jayaco
Jima
Jumunucú
Licey
Los Mameyes (de mamey, voz taína)
Hubo al menos un caso de cruce de la lengua indígena con la lengua española en el
nombre de Sabana del Puerto, donde el primer elemento (sabana) es de origen caribe.
4.5 Especies vegetales y animales en La Mañosa
Recogemos aquí los nombres de plantas y animales citados en La Mañosa. Al hacerlo s
ha tomado en cuenta que una parte de estas especies son endémicas y nativas y que, por
lo tanto, muchas llevan nombres de procedencia aborigen.
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Endémicas y nativas
amacey
auyama
cadillo
caimito
caimito
cajuil
caoba
ceiba
grama
guayaba
guayacán
helecho
higüero
maíz
majagua
palma (palma real)
pino (pinus
occidentalis)
pomo (pomarrosa)
tabaco
yerba páez
Las especies exóticas apenas son: la caña, el cacao (procedente de otra zona de
América), el roble y el naranjo.
A diferencia de la flora, la fauna que aparece en La Mañosa es fundamentalmente
exótica: cerdo, mulo, caballo, vaca, perro. Entre las especies endémicas y nativas
están la culebra, la cigua y la golondrina. También se alude a un insecto muy común en
la República Dominicana, llamado comején (nombre de origen arahuaco).
Un caso extraño ocurre con el nombre de un insecto muy común en la República
Dominicana y en todas las Antillas. Se trata del jején. Al consultar el origen de esta
palabra en el DRAE, observamos que la Academia le atribuye un origen arahuaco (“Del
arahuaco xixén”). Sin embargo, al consultar el Nuevo Espasa Ilustrado 2000 se
sorprende el lector al leer que dicha palabra es de origen haitiano. De todos modos, lo
más extraño es que el cibaeño no emplea ese vocablo para designar dicho insecto, sino
otra que no está registrada ni en el DRAE, ni en el Espasa ni en ningún otro diccionario;
se trata de la palabra maye. En la página 58 de La Mañosa se encuentra la siguiente
alusión al jején: “Los jejenes me habían llenado las piernas de ronchas”.
4. 6 Onomástica
Los nombres propios de los personajes de La Mañosa son casi en su totalidad de origen
español. La única excepción está representada por el nombre de Docilién, un brujo
haitiano que apenas es una referencia en la novela.
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Ángela
Dimas
Don Juan
Dosilién
Eloísa
José
Juan
Matías
Morillo
Ramón
Simeón
Simeón
Varios de los personajes son conocidos por sus apodos, antes que por sus nombres de
pila. Algunos de estos sobrenombres son derivados de los respectivos nombres. Éstos
son: Momón, Cun, Mente, Mero, Fello, Pepe, Blanquito, Carmita, Monsito, Pepito y
Juanito.
Propuesta Didáctica
El habla cibaeña: conceptos teóricos y actividades prácticas
Monumento a los Héroes de la Restauración, en Santiago de los Caballeros,
símbolo de la ciudad y de la región del Cibao.
86
Después de verificar cuáles son los fenómenos lingüísticos que caracterizan el habla
cibaeña, hemos decidido incorporar a la investigación en curso una propuesta didáctica
que contribuya a concienciar a los estudiantes sobre dichos fenómenos, a fin de que
éstos mejoren sus usos lingüísticos.
Las diferentes actividades se enfocarán en los problemas fundamentales que presenta la
modalidad regional e incluirá propuestas para que esos problemas puedan corregirse
desde la escuela.
Asimismo, nuestra propuesta involucrará los diferentes aspectos lingüísticos a saber:
fónico, morfosintáctico y léxico -semántico. Para tal fin, la dividiremos en varias
unidades de aprendizaje, que responderán a cada uno de esos aspectos.
Objetivo general de la Propuesta Didáctica Se pretende que los estudiantes conozcan los rasgos que caracterizan la variedad
lingüística del Cibao, a fin de que puedan incorporar los conocimientos que les
ayudarán a alcanzar unos usos lingüísticos apropiados, de acuerdo con la norma
académica.
Objetivos específicos
1. Identificar los principales rasgos de pronunciación del habla cibaeña por medio
de explicaciones teóricas y de actividades prácticas.
2. Determinar cuáles rasgos morfosintácticos tipifican la modalidad lingüística
cibaeña: abundancia de perífrasis verbales, empleo del pronombre ello en
construcciones impersonales y evasivas, abundancia de diminutivos y
preferencia de la terminación ara en el tiempo imperfecto del modo subjuntivo.
Realizar ejercicios de reconocimiento de esos rasgos.
3. Clasificar, previo estudio de esas unidades, algunos indigenismos, marinerismos,
afronegrismos, arcaísmos y dominicanismos presentes en el habla cibaeña.
4. Estimular, mediante ejercicios orales y escritos, el reconocimiento de refranes,
frases hechas y modismos empleados con frecuencia por los hablantes cibaeños
y / o por los dominicanos en general.
5. Diferenciar en la toponimia, la onomástica y la flora y la fauna de la región los
nombres de origen taíno, español y africano.
87
Unidad I: Fonética y Fonología
Fenómenos Fónicos en el español del Cibao
Nivel: Medio (bachillerato) y superior.
Destrezas que trabajamos: todas.
Distribución de la clase: individual o por parejas.
Material: elaboración propia, salvo algunos conceptos teóricos que fueron tomados de
El habla campesina dominicana de Carlisle González.
Duración de las actividades:
1.1 45 minutos.
1.2 45 minutos.
1.3 4 horas /clase (45 minutos cada una).
Contenidos: reconocimiento de los principales rasgos fónicos del habla cibaeña.
1. Lee los apartados 1 y 2 sobre los fenómenos fonéticos registrados en el
español dominicano y contesta las preguntas subsiguientes.
1.1 Cambios fonéticos en el español dominicano I2
Lo que sigue es un conjunto de fenómenos fonéticos propios del español
hablado en la República Dominicana. Lee cuidadosamente cada término
con su correspondiente definición y luego observa los ejemplos.
1. Aféresis: consiste en la supresión de algún sonido al principio de un vocablo.
2 Algunas definiciones y ejemplos fueron tomados de González Tapia, Carlisle, El habla campesina
dominicana, Editora de la UASD, Santo Domingo, 1999.
88
Ejemplos:
taba (estaba),
uyama (auyama)
ta (está)
ción (bendición)
aygamé Dio (válgame Dios)
ramá (enramada)
macarao (enmascarado)
2. Apertura Vocálica: se produce cuando un sonido vocálico por asimilación o
disimilación, se abre su timbre de modo que se asemeja o se diferencia de otro
sonido vocálico próximo.
Ejemplos: antonce, jeiver, bojuco, teléfano, semáfaro, se cambea (entonces, hervir,
bejuco, teléfono, semáforo, se cambia).
3. Apócope: supresión de algún sonido al fin de un vocablo.
Ejemplos: na, pa, sangrú, to, salá, profe (nada, para, sangrudo, todo, salada, profesor).
4. Asimilación: consiste en alterar la articulación de un sonido del habla asemejándolo
a otro inmediato o cercano mediante la sustitución de uno o varios caracteres
propios de aquel por otros de este. U. m. c. prnl.
Ejemplos: cunuco, culumpio, bujuco (conuco, columpio, bejuco).
5. Aspiración: consiste en que los sonidos S y R y la letra H son pronunciadas con
aspiración faríngea, es decir, como una jota. También ocurre con la labiodental f
Ejemplos: jacha, mejmo, chijme, jablador, truján, jullir, jinchao (hacha, mismo,
chisme, hablador, gobierno, truhán, huír, hinchado).
89
6. Elisión de la -d- intervocálica: consiste en no pronunciar la -d- cuando está en
medio de dos vocales.
Ejemplos: alentao, asao, adorao, pedío, marío, nío, cuidao, callao (alentado, asado,
adorado, pedido, marido, nido, cuidado, callado).
7. Elisión de la -d- final: es la omisión de la – d- cuando está al final de la palabra.
Ejemplos: caridá, sinceridá, calamidá (caridad, sinceridad, calamidad).
8. Caída de la S implosiva (al final de una sílaba)
Ejemplos: clise, garrapela, pepejuelo, ecribí (crisis, carraspera, espejuelos, escribir).
9. Metátesis: cambio de lugar de algún sonido en un vocablo.
Ejemplos: perferencia, pocigla, demen, delen, enjaguar, probe, presinar, naide, crebanto,
aitomoble, chirivica, demijagar, estógamo, culeca, vridio, Grabiel (preferencia, pocilga,
denme, enjuagar, pobre, persignar, nadie, quebranto, automóvil, chivirica, demigajar,
estómago, clueca).
10. Prótesis: consiste en añadir algún sonido al principio de un vocablo.
Ejemplos: afusilar (fusilar), diba (iba), desaminar (examinar), entresijado (transijado),
devacuar (evacuar), dir (ir), arrempujar (empujar), sanca (anca), díbamos (íbamos),
deplicar (explicar), güeler (oler).
11. Reducción de grupos consonánticos cultos: consiste en la simplificación de dos o
más consonantes en una sola en palabras propias del habla culta.
Ejemplos: corruto, vítima, aministración, inorancia, Inacio, manensia, presinar
(corrupto, víctima, administración, ignorancia, Ignacio, magnesia, persignar).
12. Síncopa: consiste en la supresión de uno o más sonidos dentro de un vocablo.
90
Ejemplos: navidad (natividad) desabatido (desabastecido), operán (operaron), maimente
(malamente), trío (traído), tútano (tuétano), anque (aunque).
1.2 Cambios fonéticos en el español dominicano II
1. Cierre vocálico: se produce cuando un sonido vocálico, por asimilación o
disimilación, cierra su timbre de modo que se asemeja o se diferencia de otro sonido
vocálico próximo
Ejemplos: trai (trae), aruñar (arañar), espaviento (aspaviento), venguemos (vengamos),
horodar (horadar), cábula (cábala), estilla (astilla), pasiar (pasear), empolla (ampolla),
tráime (tráeme), añedí (añadir).
2. Contracción vocálica: consiste en que dos vocales, idénticas o no, cuando
desaparece la consonante que las separa, se contraen o reducen a una. También se da
en casos de dos vocales juntas (diptongos) que monotongan.
Ejemplos:
na (nada), to (todo), ejercitá (ejercitada), anque (aunque), cañá (cañada), pasiar
(pasear), atomobi (automóvil), asá (asada), salá (salada), morá (morada), empañá
(empañada), azá (azada).
3. Desplazamiento de acento: consiste en el desplazamiento del acento de su lugar
original a otro lugar anterior o posterior dentro de la palabra. También se llama falsa
acentuación y en algunos casos falsos esdrújulos
Ejemplos: máma (mamá), síncero (sincero), méndigo (mendigo), ráices (raíces), por ahi
(por ahí), envideo (envidio), se cambea (se cambia).
91
4. Dentalización: consiste en una asimilación progresiva mediante la cual un sonido
no dental adquiere este rasgo al preceder a uno dental como T o D. También sucede
cuando el fonema R se convierte en el fonema D, por neutralización. Este fenómeno
también se puede explicar como disimilación en los casos siguientes:
Ejemplos:
basurero, azucarera (basurero, azucarera)
5. Reducción a diptongo: consiste en la pronunciación de dos vocales donde sólo
existe una.
Ejemplos: diferiencia, profeisión, rial, pión, pedánio, lión, acordión, tualla, Juaquín
(diferencia, profesión, real, peón, pedáneo, león, acordeón, toalla, Joaquín).
6. Disimilación: es la articulación de un sonido del habla diferenciándolo de otro igual
o semejante, ya estén ambos contiguos, ya meramente cercanos.
Ejemplos: polecía (policía), cábula (cábala).
7. Fonosintaxis: se utiliza este término para designar todas las alteraciones de la
naturaleza fónica de los sonidos que se producen en los límites o fronteras de
palabras en la frase.
Ejemplos: tualavida (toda la vida), nianque sea (ni aunque sea), poray (por ahí), la
cincuelamañana (las cinco de la mañana), vamuavei (vamos a ver), quiasiuté ahí (que
hace usted ahí), comuetamo (cómo estamos), comotutá (cómo tú estás), ¿noverdá? (¿no
es verdad?).
8. Monoptongación: es la reducción de un diptongo a una sola vocal.
Ejemplos: cencia, pacencia, eperencia (ciencia, paciencia, experiencia).
92
9. Vocalización: es la transformación de una consonante (R, L y K) en la vocal I. De
acuerdo con el lingüista Carlisle González (1996, pág. 201), se trata de uno de los
cambios lingüísticos de mayor repercusión en el país, ya que abarca todo el Cibao y
parte del Sureste (provincias de Hato Mayor, el Seibo y Monte Plata).
Ejemplos: trabajai, comei, Aitagracia, leitura, amoi, coimado, correición, proteición,
(trabajar, comer Altagracia, lectura, amor, colmado, corrección, protección).
Preguntas
1. ¿Te parecen conocidas estas formas de expresión?
2. ¿Podrías agregar otros ejemplos a los que ilustran cada fenómeno?
3. ¿Cuáles de las muestras fonéticas anteriores crees que son más frecuentes en tu
región?
1.3 Ejercicios
1.3.1 Copia las palabras destacadas de las oraciones y frases en el espacio
correspondiente de los cuadros, de acuerdo a los fenómenos que
representan.
1. La salita del bohío bailaba a la luz espesa de una pobre jumiadora.
2. Por ahí viene gente juyendo.
3. Cogí la carabina con una mano y con la otra jalé a Blanquito.
4. Manque no los coja, don Pepe; manque no los coja.
5. Asigún cuentan son obra del enemigo malo.
6. Y como yo no lo diba a seguir entre tanto matojo….
7. Dentraron refuerzos al pueblo.
8. Lo que voy yo a hacer es dirme, don Pepe.
9. Me costó a mi dir tentando los troncos.
10. Teníamos las monturas en Arroyo Toro y dende el amanecer estábamos en el
monte.
11. Diba en melao bonito.
93
12. ¡Y eso sí era sol tupío y bravo!
13. Verdá es que el machete no estaba bien afilado.
14. Yo tengo necesidá de mandar una recuita de tabaco al pueblo.
15. ¿Está usté seguro?
16. Ustedes no saben quién soy ni pa qué sirvo.
17. Na más fue que Fello Macario dentrara.
18. Entonce usté me va a llevar allá.
19. Asina que vide ese animal tan tremendo, tan negro, desenvainé el machete y le tiré
dos veces.
20. Puedo jurar que lo vide, como se lo toy contando.
21. Contimás que si se tiran con la guerrilla y la aflojan, se meten por este camino
hasta el mismo Bonao, y le alborotan el gallinero al general.
22. Pa mí que debieran dejar ya esas caballás.
23. Momón ta muy malo.
24. Yo toy aquí, como quien dice viviendo”.
25. Esa condenada ha dío a morirse por ahí.
Elisión de /S/ Aspiración de /h/ Prótesis Supresión de /d/
intervocálica y
final
Fonosintaxis Apócope Síncopa Aféresis Nasalización
de /s/
94
1.3.2 Escribe un diálogo entre dos personajes cibaeños, en el que
aparezcan algunos de los fenómenos señalados en el cuadro anterior.
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
1.3.3 Reescribe cada oración, sustituyendo la palabra destacada por su
forma correcta.
1. En el interior de la sala apenas se veía la débil luz de una jumiadora.
__________________________________________________________
2. ¿Noverdá, María, que mañana será la fiesta de fin de año?
__________________________________________________________
3. Por el camino venía un grupo de personas desconocidas juyendo.
__________________________________________________________
4. Evitó el golpe porque justo en el momento jaló el brazo.
__________________________________________________________
5. Asigún me contaron, hubo un incidente durante la asamblea.
__________________________________________________________
6. Dende ayer te estuve esperando y no llegaste.
__________________________________________________________
7. El jinete cabalgaba en un brioso caballo melao.
__________________________________________________________
8. Los soldados dentraron al pueblo.
__________________________________________________________
95
9. Me sentía aburrío por no encontrar qué hacer.
__________________________________________________________
10. ¿pa qué me prometiste si no me ibas a traer na?
__________________________________________________________
11. Hola, ¿comotutá?
__________________________________________________________
12. ¿No ha venío nadie por aquí?
__________________________________________________________
13. Siento un ligero ardor en losojo.
__________________________________________________________
14. Aigamé Dios, cuánto siento lo de su enfermedad.
__________________________________________________________
15. Reunidos en la ramá estaban cuando ocurrieron los hechos.
__________________________________________________________
16. El lune próximo comenzará la docencia.
__________________________________________________________
17. Cuando apenas entré a la fila me dieron un arrempujón que caí al suelo.
__________________________________________________________
18. Inacio y Madalena son hermanos.
__________________________________________________________
19. Anque me lo ofrecieron, no lo acepté.
__________________________________________________________
20. Cuando lo encontraron, andaba como un méndigo.
__________________________________________________________
21. La diferiencia e que Humbeito no sabe tocai el acoidión.
__________________________________________________________
22. El niño fue abandonado en un basudero.
__________________________________________________________
23. La pelota, al caer, rompió el vridio de la ventana.
__________________________________________________________
24. Muchas personas perciben corrución en las instituciones públicas.
__________________________________________________________
25. No soy supersticioso ni creo en cábulas.
__________________________________________________________
96
1.3.4 Lee las siguientes letras del merengue El guardia del arsenal y
realiza el ejercicio que aparece al final.
El guardia del arsenal
Sandy Reyes con la orquesta de Dionis Fernández
Composición de LUIS DÍAZ
Yo nací en la bahía de Manzanillo
ohoho
caribe tengo la vo;
si no fuera poique viviera tan lejo
ohoho
le enseñara como soy.
Nací en tiempo de ese condenao Trujillo,
ohoho
medio mueito nací yo;
no tenía ni media hora de vivo
ohoho
cuando mi madre murió.
Yo traía aun siendo un muchachito
ohoho
de guaidia la vocación;
yo salí a correi tierra solito,
ohoho
buen poivo que tragué yo.
Y a mí me pusieron
ojojo
en un batallón;
ojojo
pedí mi tralado
ojojo
a Guaraguanó.
ojojo
De la infantería,
ojojo
en la capitai,
ojojo
pedí mi tralado
ojojo
para el aisenai
ojojo
Pedí mi tralado
Pedro Brand
ojojo
97
Siendo raso pasé la Era e Trujillo,
ohoho
cabo en la revolución;
ohoho
la mujere me devorán ei sueidito
ohoho
y de lechuza me voy.
Y en la vela dei cabo Sanche Benite
ohoho
oigan lo que me pasó:
el teniente metío en palo y en romo
ohoho
a mi muchacho apresó.
Y así mimo, vetiíto de amarillo,
ohoho
cuando ei teniente voivió
me amarré mi palo por la cintura
ohoho
y así empecé a cantai yo:
Déme mi muchacho,
ojojo
hágalo soitai,
ojojo
que yo esa guerrera
ojojo
la mandé a lavai.
Ojojo
Si no le conmueve
ojojo
mi palo llorao
ojojo
digame qué quiere
ojojo
si ya lo ha oidenao
ojojo
Cantaron lo gallo
en ese lugai
pedí mi tralado
para elaisenai
poique yo no vueivo
para Pedro Brand.
98
1.3.5 Busca en la canción palabras y expresiones que respondan a
cada uno de los fenómenos fonéticos señalados en las en las líneas
siguientes.
1. Vocalización________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
2. Elisión de /s/_________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
3. Elisión de la /d/ intervocálica___________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
4. Fonosintaxis_________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
5. Síncopa_____________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
1.3.6 Del siguiente grupo de palabras, encierra aquellas en las que no
aparece el fenómeno de la vocalización.
1. capitai
2. Aitagracia
3. cuadeino
4. paila
5. jugai
6. papei
7. anochecei
8. aceite
9. poivení
10. puipa
11. peine
12. caine
13. meimelada
14. maguey
15. cuaiquiera
99
1.3.7 Lee las letras de la Canción anónima cibaeña, que interpreta
Sonia Silvestre, y realiza las actividades subsiguientes.
Vueive, palomita, vueive,
vueive tu amoi a nacei,
pa que losamore viejo
vueivan a reveidecei.
Yo no me caso con viuda
manque tenga vaca y pueico,
no voy a ponei la mano
donde la puso ese mueito.
Yo no me caso con vieja
manque tenga cien moneda,
dipué lo cuaito se acaban
y a mí la vieja me queda.
Elotro día la peché
a la verai callejón
que piedrecita tan linda
pa yo daime un trompezón.
Me subí en un aito pino
pa vei si la divisaba,
ma como ei pino era aito
y malo de vei, lloraba.
Cuaiquiei bejuquito enrea,
cuaiquiei soguita hace un ñú,
igual quei satre dei campo
ai dei pueblo le hace un flu.
100
a. Analiza cada uno de los versos de esta canción y escribe en el
espacio en blanco al menos un ejemplo de cada uno de los siguientes
fenómenos fonéticos:
Vocalización de /r/ y /l/.___________________________________________________
Apócope_______________________________________________________________
Fonosintaxis____________________________________________________________
Prótesis________________________________________________________________
Elisión de /s/ final de sílaba y de palabra____________________________________
Disimilación____________________________________________________________
Palatización de /n/_______________________________________________________
Epéntesis de /m/_________________________________________________________
Elisión de /d/ intervocálica________________________________________________
b. Observa el uso del verbo pechar en la cuarta estrofa. Escribe un
sinónimo de ese verbo. Luego investiga si está en el DRAE y si
alguno de los significados que allí aparecen se corresponde con el
empleado en la canción.
c. Escribe correctamente las letras de la Canción anónima cibaeña.
1.3.8 Dramatiza junto a uno de tus compañeros de clase un diálogo en
el que reproduzcan los rasgos fonéticos del habla cibaeña.
101
Lee la décima A la señora Anacleta de Juan Antonio Alix y realiza las
actividades subsiguientes
A la señora Anacleta
Como yo siña Anacleta
yo quieo sei su preferío
con nadie se comprometa
en muriendo su marío.
Ya yo sé quei tá en la cama
y que plumiándose etá
y que no le vale ya
que se prenda de una rama.
Y al uyí de uté la fama
que quedará bien repleta
uté no se comprometa
con hijo de Dio nacío
que uté no jalla marío
como yo, siña Anacleta.
Yo no tengo ma defeito
como bien le cota a uté
que ei cachimbo y ei café
y veime con poco reto.
Pero yo sí soy completo
y sin con uté me lío
tendrá un macho en ei bujío
que le cuidará su biene
con que si a uté le conviene
yo quieo sei su preferío.
102
Como agora etá la gente
que si uté petaña pieide
yo quieo que de mí se acueide
y que me tenga presente.
Que si yo con pecho aidiente
madrugué siña Anacleta
no creo que ningún chancleta
me la venga a cudiciai
y si la mando a guaidai
con nadie se comprometa.
Si acaso siño Vitorio
dejare ropa negrúa
me empretará una múa
pa yo di a su belorio.
que en yo llegando ai moitorio
como soy hombre aibeitío
entraré medio encondío
pa que no me vea ei difunto
y así hablaile dei asunto
en muriendo su marío.
Comentario: el poema anterior está escrito en un nivel de lengua rural. Es
el habla característica del campesino cibaeño, aunque algunas de las formas
empleadas en el texto corresponden a épocas pasadas y, por lo tanto, ya
están en desuso.
1. Copia el poema en tu cuaderno, sustituyendo cada una de las palabras
que representan alteraciones fonéticas por la forma correcta.
103
2. Busca en el poema palabras y expresiones que representen los siguientes
fenómenos:
a. Vocalización________________________________________________________
___________________________________________________________________
b. Elisión de /s/_________________________________________________________
______________________________________________________________________
c. Omisión de /d/ intervocálica y final de palabra
d. Apócope____________________________________________________________
___________________________________________________________________
e. Aspiración de /h/_____________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
f. Asimilación_________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
g. Síncopa____________________________________________________________
______________________________________________________________________
h. Epéntesis___________________________________________________________
___________________________________________________________________
i. Aféresis____________________________________________________________
___________________________________________________________________
j. Prótesis_____________________________________________________________
___________________________________________________________________
k. Reducción de grupos consonantes cultos_________________________________
___________________________________________________________________
l. Disimilación_________________________________________________________
___________________________________________________________________
m. Monotongación_____________________________________________________
______________________________________________________________________
n. Nasalización de /s/____________________________________________________
___________________________________________________________________
104
3. ¿Qué significado tiene el verbo plumiar (se) en el segundo verso de la primera
décima?
4. ¿A qué objeto se refiere el autor al emplear la palabra múa?
5. ¿Qué significa el refrán: “El que pestaña pierde”?
Unidad II. Morfosintaxis
Rasgos morfosintácticos del habla cibaeña
Nivel: Medio (bachillerato) y superior.
Destrezas que trabajamos: Comprensión y expresión escrita.
Distribución de la clase: individual.
Material: elaboración propia.
Duración de las actividades:
2.1 10 minutos.
2.2 15 minutos.
2.3 15 minutos.
2.4 15 minutos.
2.5 10 minutos.
Contenido: empleo de perífrasis verbales, formación de diminutivos, uso irregular del
pronombre ello, empleo del tiempo pretérito perfecto del subjuntivo en sus dos formas
(terminación en ara y en ase).
2.1 Escribe en el espacio en blanco la forma verbal equivalente a la
perífrasis que aparece destacada en cada oración. Observa el ejemplo.
1. Esta tarde voy a reunirme con mis subalternos. me reuniré.
105
2. Mañana iré a buscarte al colegio._________________________________
3. El lunes le van a entregar la regalía._______________________________
4. Si no nos esforzamos no vamos a ganar la apuesta.____________________
5. En cuanto sea posible vamos a ir a visitarle.__________________________
6. A las 8: 00 PM vamos a salir hacia el aeropuerto.______________________
Analiza el funcionamiento del pronombre ello en las siguientes
oraciones. Luego reescribe esas oraciones eliminando dicho pronombre
en los casos en que su uso no esté ajustado a la norma.
1. Dime, Juan, ¿ello hay arroz?____________________________________________
2. Ello… no se sabe si queda algo._________________________________________
3. Para ello tengo primero que averiguar quién fue el autor.______________________
______________________________________________________________________
4. Ello hay gente que no tiene escrúpulos.____________________________________
5. Entiendo tu preocupación, pero no quiero hablar más de ello.___________________
______________________________________________________________________
6. Por ello y por otras razones decidí retirarme.________________________________
______________________________________________________________________
7. Ello no hay nadie en la casa.____________________________________________
8. Hoy desperté con un fuerte dolor de cabeza; por ello decidí no levantarme.________
______________________________________________________________________
9. Ello fueron muchas personas a la actividad.________________________________
______________________________________________________________________
10. Ganó el primer lugar, por ello se ganó una beca._____________________________
______________________________________________________________________
Clasifica los diminutivos destacados en las oraciones en:
sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios y conjunciones.
1. Vamos corriendito, mi hijo, que tenemos prisa.__________________________
2. Bueno, pues, adiosito comadre._______________________________________
106
3. Tengo una finquita sembrada de arroz._________________________________
4. Al enterarse del problema, dio la vuelta y se marchó calladito_______________
5. Los invitados llegaron ahorita.________________________________________
6. Las provisiones están fresqueritas._____________________________________
7. Me sentía un poquito incómodo, pero no dije nada.________________________
8. El saloncito estaba abarrotado de personas.______________________________
9. El señor se despidió con un escueto: Hasta lueguito._______________________
10. Acordamos reunirnos en casa de Fernandito._____________________________
2.4 Completa cada enunciado escribiendo en el espacio en blanco el
verbo entre paréntesis en el tiempo imperfecto del modo subjuntivo.
Alterna las terminaciones ara y ase.
1. Ojalá que mi hermano (llegar) ______________________________ hoy.
2. Si no (ser) _____________________ porque tengo que estudiar, te acompañaría.
3. No es posible que ninguno (estar) _______________________ allí.
4. ¿Cómo es posible que nadie le (recibir) _________________ en su casa?
5. Si no me (amar) ______________________, mi vida sería diferente.
6. Me encantaría que me (ayudar) ______________________ a terminar el trabajo.
7. Era deseable que se (aplazar) el examen_______________________ para otro día.
8. Nadie dijo que no (estar) _______________________ de acuerdo.
9. Es probable que no (reparar) _____________________ en ese detalle.
10. Le pedí que no se (olvidar) _______________________ de mí.
2.5 Responde.
1. ¿Cuál de las dos terminaciones empleadas en los verbos anteriores (ara, ase) utilizas
al expresarte en forma oral y escrita?
2. ¿Cuál es más común en nuestra zona?
107
III. Lexicología
El léxico cibaeño: indigenismos, arcaísmos, dominicanismos…
Nivel: Medio (bachillerato) y superior.
Destrezas que trabajamos: todas.
Distribución de la clase: individual o por parejas.
Material: elaboración propia.
Duración de las actividades:
30 minutos.
15 minutos.
45 minutos.
20 minutos.
30 minutos.
5 minutos.
20 minutos.
15 minutos.
25 minutos.
Contenido: dominicanismos, arcaísmos, indigenismos, marinerismos y coloquialismos
en el habla cibaeña.
3.1 Investiga en el DRAE y, de ser posible, en otras fuentes, de cuál
lengua indígena proceden los siguientes indigenismos: bohío, conuco,
hamaca, nasa, ñapa, sabana, tusa y yagua. Investiga otros indigenismos
usados por los dominicanos, así como su lengua de origen.
108
3.2 Encuentra diez arcaísmos en la siguiente sopa de letras. Estos
son: mentar, prieto, topar, candela, asuntar, lumbre, bregar, paila,
atrancar, bravo.
Q B P X S E A T
R E R B M U L R
A L I A P G E A
T V E F V T D T
N Z T M Y O N N
E H O D C P A U
M B R E G A C S
R A C N A R T A
3.3 Redacta nuevamente las siguientes oraciones, sustituyendo por
un sinónimo los arcaísmos destacados.
1. Mientras mi papá bregaba con los animales, mi madre preparaba algo de comer.
___________________________________________________________________
2. Se nos dañó el carro y tuvimos que tirarnos todo el trayecto a pie.___________
___________________________________________________________________
3. Cuando iba llegando a la plaza me topé con Juan.________________________
___________________________________________________________________
4. Cuando le mentaron el asunto, se sintió avergonzado._____________________
___________________________________________________________________
5. No se apuren por mí, que yo ya estoy bien.______________________________
___________________________________________________________________
6. En la playa nos pechamos con algunos amigos.__________________________
___________________________________________________________________
7. Juan trancó la puerta y se acostó._____________________________________
___________________________________________________________________
8. Nadie me dijo nada, pero yo me malicié lo que estaba pasando._____________
___________________________________________________________________
109
9. Prende la candela para que prepares el café._____________________________
____________________________________________________________________
10. En la fila había varias personas que iban alante de nosotros._________________
____________________________________________________________________
11. Nos reuniremos donde mi hermana María._______________________________
____________________________________________________________________
12. Descansa un poco en lo que arreglo el equipaje.___________________________
____________________________________________________________________
13. Que Dios nos libre y nos proteja del Enemigo Malo._______________________
____________________________________________________________________
14. En lo alto de una mata de naranja se veía el resplandor de una luciérnaga._____
____________________________________________________________________
15. La débil lumbre de la lámpara me permitió observar su rostro._______________
____________________________________________________________________
16. En medio de la llanura se alzaba un monte de pino.________________________
____________________________________________________________________
17. Se oían ruidos afuera y papá me pidió que destrancara la puerta._____________
____________________________________________________________________
18. Dizque van a inaugurar el puente la próxima semana.______________________
____________________________________________________________________
19. Mientras movía la paila, me iba relatando la historia de la familia.____________
____________________________________________________________________
20. Si avivamos el paso, ahorita estaremos llegando al pueblo.__________________
____________________________________________________________________
110
3.4 Relaciona cada significado que aparece en el recuadro con la
frase o refrán que le corresponde.
yo creo
no trabajar
beber directamente de la botella
gozar mucho
cortejar, enamorar
asediar, perturbar
fastidiado, incómodo
en un momento, rápidamente
sacar beneficios de un hecho o circunstancia particular
con indiferencia o como si no le importara
más o menos
al anochecer o al amanecer
lo que son las cosas
al malvado, hasta la muerte parece doblegársele
se aplica a una persona responsable y seria
por si ocurre que
estar muy cerca de una persona a la que se persigue o se anda buscando
al lado
ignorar a alguien, simulando no haberlo visto antes
no hay circunstancia que no cause algún tipo de perjuicio
Frases y refranes de uso frecuente entre los cibaeños
1. Beber a pico de botella._____________________________________________
2. Gozar de lo lindo__________________________________________________
3. Me tienen al coger el monte._________________________________________
4. Coger su tajada de la res.____________________________________________
5. Como quien dice.__________________________________________________
6. A la vera._________________________________________________________
111
7. Como si tal cosa.___________________________________________________
8. En lo que se revuelca un burro._______________________________________
9. Hacer las ruedas.___________________________________________________
10. Irse o volver con la fresca.___________________________________________
11. Alborotar el gallinero._______________________________________________
12. Lo que es el diablo._________________________________________________
13. Lo que no se va en lágrimas se va en suspiros.___________________________
14. No doblar el lomo._________________________________________________
15. Para mí._________________________________________________________
16. Pesar (le) a uno el ruedo del pantalón._________________________________
17. Pisarle el rabo a alguien.____________________________________________
18. Por si acaso.______________________________________________________
19. Si te he visto no me acuerdo._________________________________________
20. Yerba mala no muere._______________________________________________
3.5 Escoge frases y refranes del ejercicio anterior y redacta 10
oraciones.
1. ___________________________________________________________________
2. ___________________________________________________________________
3. ___________________________________________________________________
4. ___________________________________________________________________
5. ___________________________________________________________________
6. ___________________________________________________________________
7. ___________________________________________________________________
8. ___________________________________________________________________
9. ___________________________________________________________________
10. ___________________________________________________________________
112
3.6 ¿Cuáles de las interjecciones destacadas en las oraciones
siguientes escuchas frecuentemente en tu entorno? Encierra en un
recuadro aquellas que te parezcan más conocidas.
1. ¡Ajá! ¿Y qué fue lo que hiciste ahora?
2. ¡Concho! Olvidé traer la novela de Vargas Llosa.
3. ¡Olé! ¡Olé!
4. Dedé, caramba, ¿no me conoces?
5. ¡Jum! Yo creo que es mejor quedarse callado y evitarse problemas.
6. ¡Córcholis! ¡Por fin te encuentro!
7. ¡Jesús, qué mendigos éstos!
8. ¡Oh, sí! Soy muy nervioso.
9. ¡Ah, muy bien! Me parece una buena idea.
10. ¡Recórcholis!
11. ¡Ay, qué triste fue para mí saber la verdad!
12. ¡Válgame Dios, cuánto lo siento!
13. ¡Cristiano! No quiera usted saber lo que me pasó.
14. ¡Madre santísima! ¡Se ha hecho un mozo como un pino de oro!
15. ¡Ofrézcome! ¡Qué monumento de mujer!
16. ¡Claro! Eso es muy cierto.
17. ¡Dios mío! ¡Cuánta insensatez!
18. ¡Anda a la porra! Ahora comenzó a llover.
19. ¡Diantre! ¡Tuviste que hacerlo, precisamente ahora!
20. ¡Caracoles! ¿Y cómo fue eso?
21. ¡Ah, caray! No sabía que habías llegado.
22. ¡Bah! Todo el mundo sabe eso ya.
23. ¡Hum!... En este caso dudo que te obedezca.
24. ¡Ave María! ¡Si parece una verdolaga en lo ancha!
25. ¡Eureka! ¡Encontré la clave!
113
3.7 Escribe en tu cuaderno las siguientes oraciones, sustituyendo la
parte subrayada en cada una por la palabra del paréntesis que le
corresponde (camino real, hacho, tusa, serón, palizada, cabañuelas,
potrero, pajonal, tinaja, cuatrero, pilón).
1. Era de noche y encendimos una tea para alumbrarnos.
2. En un ángulo de la cocina estaba la vasija de barro que guardaba el agua.
3. El terreno de mi abuelo está protegido por una cerca de madera.
4. El ganado se mantenía en el terreno sembrado de pasto.
5. En la terraza estaba nuestro padre tratando sobre los pronósticos climatológicos del
año que recientemente inició.
6. El maíz había sido almacenado en depósitos para almacenar granos y frutos menores
hechos con hojas de guano.
7. Un ladrón de ganado entró a la finca y se llevó algunas vacas y caballos.
8. El prófugo se internó entre las hierbas y desapareció.
9. Los guardias cruzaron rápidamente el sendero rural.
10. El café fue preparado en un tronco de madera ahuecado en el centro, empleado para
majar granos.
3.8 Encuentra un sinónimo para cada uno de los dominicanismos
destacados en las oraciones.
1. Desde la habitación donde me encontraba, podía oír el abejoneo de la multitud.
2. Toda la tarde anduvimos por la finca y hasta disfrutamos de naranjas y cajuiles.
3. Se comió todo el pastel y no me dio un chin.
4. Como había un poco de cuaba, encendimos una fogata para calentarnos.
5. Vestía un pantalón de fuerteazul y una camisa de rayas.
6. No me gustó nunca su actitud; siempre andaba fuñendo a todo el que encontrara.
7. A la escasa luz de una jumiadora pude leer la carta.
8. Apenas me vio rompió a reírse inconteniblemente.
9. Por ahí pasó una rumba de gente camino al cementerio.
10. El río estaba botado y no se atrevieron a cruzarlo.
114
3.9 Relaciona cada frase con la explicación que le corresponde y
únelas utilizando el cuadro subsiguiente.
1. Coger los mangos bajitos.
2. A volar, que el sol cambea (cambia).
3. Comiendo con grasa.
4. A otro perro con ese hueso.
5. Como el mulo a la carreta.
6. Hacerse el chivo loco.
7. Poner pie en polvorosa.
8. Estar como santo que le ha pasado su día
9. Írsele (a alguien) el tiro por la culata.
10. Ser (alguien) un quicio.
1. Dense prisa, que el tiempo avanza.
2. Vivir holgadamente sin grandes esfuerzos
3. Progresando económicamente.
4. A otro que crea eso porque yo no lo creo.
5. Como al peor enemigo.
6. Quedarse indiferente.
7. Salir corriendo
8. Estar indiferente y desentendido de todo.
9. Fallar en el intento.
10. No trabajar.
115
Núm. Frases y dichos Significado
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
3.10 He aquí el listado de provincias que forman la región del Cibao con
la ciudad capital de cada una. Investiga cuáles de estos nombres (el
provincial y el de cada ciudad) tienen un origen taíno y cuáles provienen
del español o de lenguas africanas.
1. Dajabón
2. Duarte (San Francisco de Macorís)
3. Espaillat (Moca)
4. La Vega,
116
5. María Trinidad Sánchez (Nagua)
6. Monseñor Nouel (Bonao)
7. Monte Cristi
8. Puerto Plata
9. Provincia Hermanas Mirabal (Salcedo)
10. Samaná
11. Sánchez Ramírez (Cotuí)
12. Santiago (Santiago de los Caballeros)
13. Santiago Rodríguez (Sabaneta)
14. Valverde (Mao).
CONCLUSIÓN
118
Tal como se planteó en la introducción, el propósito de esta investigación fue
acercarnos a la modalidad lingüística cibaeña desde el marco de la novela La Mañosa de
Juan Bosch. Entendíamos que a través de ella podrían captarse muchos de los rasgos
particulares del habla regional, ya que la obra tiene como escenario al Cibao central,
principalmente la provincia de La Vega.
Hecho ya el recorrido que nos habíamos propuesto, corresponde ahora puntualizar
algunas cosas antes de finalizar.
En primer lugar, es evidente que en la novela de Bosch han quedado fijados algunos de
los fenómenos lingüísticos más significativos de la modalidad cibaeña. En la
pronunciación (aspecto fonético), por ejemplo, se encuentran formas expresivas como la
aspiración de la /h/, prótesis, caída de la /d/ intervocálica y final, apócope, paragoge,
fonosintaxis, aféresis y metátesis. Y no se trata de usos lingüísticos superados, puesto
que muchos de esos particularismos están activos en una parte considerable de la
población.
Entre los fenómenos señalados, hay algunos que mantienen una alta vitalidad en el
habla regional, como es el caso de la aspiración de /h/, muy arraigado, especialmente en
las zonas rurales y en la urbana marginal. Un largo listado de palabras como el que
sigue nos da la razón: vajo, mojo, jumo, jablador, hartura, jambre, hozar, huchar
(incitar, rogar), juir, jurón, jutía, jocico, jicotea, jeder, jabao (habado), jalar, jallar,
jamaca, jaba, jaraganería, …Todas andan de boca en boca en campos y barrios, entre
personas de instrucción baja y media.
Lo mismo puede afirmarse de rasgos como el de la caída de la /d/ intervocálica y final,
que tiene una alta incidencia en todo el ámbito hispánico. En el habla dominicana,
especialmente entre hablantes de niveles socioculturales bajo y medio, es un caso
generalizado. La /d/ final suele elidirse también en palabras como usted, pared,
Navidad, David, virtud, etc., que se pronuncian: usté, paré, Navidá, Daví, virtú,
respectivamente.
La pronunciación apocopada en palabras como to (todo), na (nada), pa (para) mantiene
un nivel de frecuencia bastante alto. En cambio, se debilita la pronunciación de palabras
119
con prótesis, como en los casos de asigún, diba, dir, dentrar, manque, todos empleados
en La Mañosa. Actualmente son formas más propias de personas de edad avanzada y de
baja escolaridad que de personas jóvenes.
Frecuente es en la pronunciación regional el fenómeno de la contracción vocálica
(caballá, na, to, empaná), así como la aféresis en nombres propios como Mingo
(Domingo), Colá (Nicolás), Mon (Ramón), Cundo (Facundo), Berto (Heriberto), y en
otros tipos de palabras como las formas verbales ta (está) y toy (estoy). De igual modo,
abunda en la pronunciación cibaeña la metátesis (enjaguar, Grabiel, pocigla…).
Como se advirtió al principio, la vocalización cibaeña, emblema de la fonética regional,
es un fenómeno ausente en la novela de Bosch. Los personajes de la misma, todos
campesinos, pronuncian los fonemas /r/ y /l/ de acuerdo a lo que establece la norma
académica. Igual ocurre con la /s/ en posición implosiva. Se ignora por qué el autor
prefirió manejar de este modo el lenguaje de sus personajes cuando transcribió con tanta
fidelidad otros rasgos de la modalidad regional. Este sesgo le resta un poco de
autenticidad a la obra, que, a pesar de todo, constituye una buena muestra del habla
cibaeña.
En el aspecto morfosintáctico, se encontraron pocos elementos dignos de resaltarse.
Incluso, un fenómeno tan frecuente en la región como es el empleo del pronombre ello
en construcciones impersonales (ello hay, ello no hay), es nulo en La Mañosa. Dicho
rasgo sólo se encontró en situaciones en que el hablante quiso eludir la respuesta, es
decir, en situaciones evasivas. Lo que sí abunda en la obra son los diminutivos; y los
hay de toda clase: sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios. Los primeros, son los más
abundantes. Se encontraron también rastros de doble negación, algo común entre los
cibaeños. La preferencia del pretérito imperfecto del subjuntivo terminado en ra supera
en La Mañosa, como en la realidad, la terminación se. La novela también ofrece
múltiples ejemplos del empleo de perífrasis verbales en vez de usar un tiempo simple.
El caso más común es el de la perífrasis con valor de futuro: voy a ir, en lugar de iré.
El aspecto léxico es el más rico en La Mañosa. Hay en ella un amplio repertorio de
palabras y modismos, la mayoría de los cuales están activos en el habla del Cibao.
120
Entre las palabras sobresale una extensa cantidad de arcaísmos (ahorita, alante,
asuntar, brega, candela, mata – aplicado a árbol –, mentar, pechar, prieto, topar, entre
otros). Asimismo, se encuentra un considerable número de coloquialismos que abarcan
toda la geografía lingüística dominicana, tales como: apurarse, azorar, alistarse, brega,
chato, condenado, cuarto (dinero), demontre, diache, embromar, embullar, espinazo,
fogón, lío, matojo, pendejo, pescuezo, prender, pulpería, resollar, tisana, trajín…
Abundantes son también los términos asociados a la vida rural: cabañuelas, camino
real, chapear, cumbrera, enseronar, espeque, esterilla, fuete, hacho, jíbaro, pajón,
palizada, pilón, potrero, tinaja, varejón…
En menor proporción están los indigenismos, afronegrismos y marinerismos. Los
indigenismos encontrados en La Mañosa apenas son ocho: bohío, conuco, hamaca,
nasa, ñapa, sabana, tusa, yagua. Exceptuando la palabra nasa, un tanto rara para
cualquier hablante dominicano, las demás son de uso generalizado. Los afronegrismos
apenas son dos: cachimbo y merengue. El primer término es de uso frecuente, ya que su
sinónimo pipa, más común en otros ámbitos hispanoamericanos, aunque es conocido, es
menos empleado en el país. Los marinerismos no abundan mucho en la novela, son
éstos: amarrar, andullo, halar, soga, virar. Todos están muy activos en el habla
regional.
Por otra parte, hay algunos dominicanismos probados como: abejoneo, cajuil, chin y
cuaba, registrados en el DRAE, y otros, que aunque no están reconocidos como tales, se
presume que lo son por el hecho de no encontrarse registrados en diccionarios generales
ya sea como términos generales o como regionalismos. Entre estos últimos están:
botado (sustantivo y adjetivo), caballá, chifle, clavao, cuaba, escambroso, fuerteazul
(en La Mañosa aparece como fuerte – azul), fuñir, jumiadora, romper (comenzar),
rumba (montón de cosas). Salvo clavao y escambroso, que resuenan ya como ecos
lejanos, las demás son comunes.
Bajo el subtítulo de Variaciones Semánticas, se agrupó un grupo de vocablos cuyos
significados son compartidos con otras regiones hispánicas, pero que son empleados en
La Mañosa con una acepción distinta. En este grupo entran términos como: alzado
(sublevado), bajear (acción de las culebras de escupir veneno), botija (tesoro enterrado),
compuesto (arreglado por artes mágicas), conseguir (para solicitar algo), pájaro/a
121
(aplicado a cualquier animal, desde un insecto hasta un rumiante), palo (árbol), rabiza
(extremo de un objeto, parte del cuerpo, etc.)… Ninguna de ellas ha desaparecido del
habla regional, especialmente de las zonas rurales.
En cuanto al uso de interjecciones, las más comunes son: anjá, Ave María Purísima,
caramba, concho, cristiano, hum, jum, Jesús. Todos son bastante comunes en la
actualidad lingüística regional y nacional.
Finalmente, las frases y refranes empleados en la novela son actualmente (unos más,
unos menos) parte fundamental del léxico regional y nacional. Los más reconocidos
son: alborotar el gallinero, beber a pico de botella, coger el monte, coger su tajada de
la red, en lo que se revuelca un burro, no doblar el lomo, pesarle a uno el ruedo del
pantalón, si te he visto no me acuerdo, yerba mala no muere, entre otras.
Al referirnos a la mayoría de los fenómenos citados en párrafos anteriores, más que
hablar de regionalismos, es preciso señalar que casi todos tienen una alta incidencia en
el habla dominicana en general. Ya se ha señalado que la vocalización es el más
característico rasgo lingüístico del Cibao y que el mismo no está registrado en La
Mañosa. Y que tampoco está la elisión de /s/ implosiva ni la aspiración de ese fonema.
De ahí que si exceptuamos el empleo del pronombre ello, que aparece en forma
marginal en el habla de los personajes, todos los fenómenos encontrados en la novela de
Bosch bien pueden ser atribuidos a toda la geografía dominicana.
De todos modos, nuestra investigación no es concluyente. De seguro que otros vendrán
detrás para completar lo que nosotros apenas hemos esbozado. Se necesitarán muchas
más investigaciones para conocer mejor la modalidad lingüística cibaeña, ya que muy
poco se ha trabajado en ese sentido. Ese será, tal vez, uno de los próximos retos de los
lingüistas del país y una de las mayores satisfacciones para los hombres y mujeres de la
región que cultivan la doble vocación de amar su región y amar su lengua.
122
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Diccionarios y enciclopedias
Diccionario de la lengua española, edición electrónica, vigésima segunda edición, 2003,
Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, S. A.
Enciclopedia Multimedia Salvat, Barcelona, Salvat Editores, S.A. 1998 – 1999.
Diccionario Enciclopédico Nuevo Espasa Ilustrado 2000, Editorial Espasa Calpe, 1999
Diccionario Enciclopédico Larousse, versión electrónica, 2003, Barcelona, Larousse
Editorial, S. A.
Diarios en versiones digitales
Clave Digital http://www.clavedigital.com.do
Hoy http://www.hoy.com.do
126
ANEXO
127
Listado de palabras, expresiones hechas y refranes recogidos de La Mañosa
y que fueron objeto de la investigación.
I. Palabras
abalear
abejoneo
adiosito
ahorita
ahorita
airecillo
alante
alante
alistarse
Almacén
alzado
alzar
amacey
amarrar
amigazos
128
andullo
Ángela
animalito
anjá
Anjá
aparejo
apretujón
apurar (se)
arenillas
Arroyo Toro
asigún
asina
asuntar
auyama
azorada
bajear
bajetón
bajito
Barbero
barbilla
blandito
Blanquito
Blanquito
bofetón
bohío
Bonao
boquetón
boquita
botado
botija
bracitos
brega
bueno
caballá
129
cabañuelas
cabecita
cabezón
cachimbo
cadillo
caimito
caimito
cajón
cajuil
cajuil
calzadita
camino real
candela
candelazo
cañoncito
caoba
caramba
carita
Carmita
caserón
cavilar
ceiba
chapear
chato
chifle
chin
chiquita
chispear
chupar
Cibao
clavaos
coger
colmadón.
como
130
compuesto
concho
condenado
conseguir
conuco
corriendito
Cortadera
cortar.
cosa
Cotuí
cristiano
cuaba
cuabita
cuantico
cuartos
cuatrero
culebrilla
cumbrera
Cun
cundir
demontre
dende
dentrar
desbarrancar
destrancar
diache
diba:
Dimas
dío
dir
dizque
Don Juan
donde
Dosilién
131
El Enemigo Malo
El Pino
ello
Eloísa
embromar
embullar
emperrar
en lo que (mientras)
endiablado
enseronar
enterita
entonce
escambroso
espeques
espinazo
esterilla
esterilla
Fello
fogón
fresquecita
fuerte-azul
fuete
fuñir
gacho/a
gatear
gatito
golpecito
grama
grandecito
guayaba
guayacán
guerrilla
hacho
halar
132
hamaca
helecho
hembrita
higüero
hombrecito
hombretón
horita
horitica
humillo
igualito,
Jagüey
jalar
jáquima
Jayaco
jején.
Jesús
jíbaro
jíbaro
Jima
José
Juan
Juanito.
jum
jum
jumiadora
Jumunucú
juyendo (de juir)
La Línea
largar
Licey
lío
llamita
Loma de las Gallinas
Los Mameyes
133
lucecilla
lucecita
lumbre
Maimón
maíz
majagua
maliciar
malo
mamoncillo
manecita
manotón
manque
marmita
mata
Matías
matojo
matón
melao
menear
mentar
Mente
merengue
Mero
meter
Momón
Monsito
Monsito
monte
montear
montón
montonera
Morillo
mostradorcillo
muchachito
134
muchachón
mujercita
mulatazo
mulita
na
nadita
nasa
necesidá
negrecita
novillo
nudillo
nuevecita
nuevecitica
ñapa
ojear
ojillo
pa
paila
pájara
pájaro
pajonal
palabrota
palillo
palizada
palma
palo
paradito
parejero/a
pechar
pedacito
Pedregal
pedregón
penar
pendejo
135
Pepe
Pepito
Pepito
pequeñín
pequeñuelo
personita
pescuezo
piececillos
Piedra Blanca
piedrecillas
piedrecita
pilón
pino
Pino Arriba
pollito
polluelo
pomo
Pontón
poquitillo
poquito
potrero
potrico
prender
presito
prieta
prima noche
pulpería
quicio
rabiza
Ramón
ranchito
rasguñito
rechoncho
recuita
136
recular
renquear
resollar
Rincón
rinconcito
Río Verde
risita
romper
rumba
sabana
sabanear
salir
salita
Santiago
saquito
seriecito
serón
sesteo
Sierra Prieta
Simeón
soga
soga de majagua
solazo
sombrerito
sonrisilla
sucedido
ta
tabaco
tabaquito
tablillas
tacita
taita
tajadita
tambora
137
techito
Terrero
tetilla
tinaja
tirar
tisana
tiznado
todito
topar
tosecita.
toy
trajín
trancar
trocito
tupío
tusa
usté
varejón
vaso
verdá
vide
virar
vivo
yagua
Yaquecillo
yerba páez
II. Expresiones hechas y refranes
Ave María Purísima
A la vera de
Alborotar el gallinero
138
Andar un alma en pena
Beber a pico de botella
Beber de lo lindo
Coger el monte
Coger su tajada de la res
Cómo no, cómo no
Como quien dice
Como si tal cosa
Darse cogío
En lo que se revuelca un burro
Estar bueno y sano
Hacer las ruedas
Irse o volver con la fresca
Lo que es el diablo
Lo que no se va en lágrimas se va en suspiros
No doblar el lomo
No quiera usted saber
Para mí
Pesar (le) a uno el ruedo del pantalón
Pisarle el rabo a alguien
Por si acaso
Si te he visto no me acuerdo
¿Usté ha visto?
Yerba mala no muere