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1 Departamento de Ciencias de la Educación Área de Teoría e Historia de la Educación Profesor: Cláudio Borrego Domínguez [email protected] TEORÍA E INSTITUCIONES CONTEMPORÁNEAS DE EDUCACIÓN Tema 1. EL FENÓMENO EDUCATIVO: NATURALEZA , CONCEPTO Y CONTENIDO 1. Naturaleza, sentido y fines de la educación 1.1. Efecto o resultado de la educación 1.2. Educabilidad 1.3. Elementos básicos de la educación 1.4. Fines de la educación 2. Dimensiones de la educación 2.1. Dimensión moral 2.2. Dimensión social 2.3. Dimensión económica 2.4. Dimensión política 3. Concepto de educación y características 3.1. Educare/Educere 3.2. Formación, enseñanza e instrucción 3.3. Propuestas de definición de la educación Universidad de Extremadura Facultad de Educación

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Departamento de Ciencias de la Educación Área de Teoría e Historia de la Educación

Profesor: Cláudio Borrego Domínguez [email protected]

TEORÍA E INSTITUCIONES CONTEMPORÁNEAS DE EDUCACIÓN

Tema 1.

EL FENÓMENO EDUCATIVO: NATURALEZA, CONCEPTO Y CONTENIDO

1. Naturaleza, sentido y fines de la educación

1.1. Efecto o resultado de la educación 1.2. Educabilidad 1.3. Elementos básicos de la educación 1.4. Fines de la educación

2. Dimensiones de la educación

2.1. Dimensión moral 2.2. Dimensión social 2.3. Dimensión económica 2.4. Dimensión política

3. Concepto de educación y características

3.1. Educare/Educere 3.2. Formación, enseñanza e instrucción 3.3. Propuestas de definición de la educación

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1. NATURALEZA, SENTIDO Y FINES DE LA EDUCACIÓN La educación es un proceso permanente, se da a lo largo de toda la vida del ser humano. Cuando nacemos se nos dedican una serie de cuidados y atenciones, que son los primeros actos que conforman el repertorio inicial del proceso educativo que vamos a recibir. Progresivamente, estas acciones o intervenciones educativas se irán haciendo más complejas, abarcarán otros ámbitos y se harán más sistemáticas. La educación es necesaria porque sería difícil que el hombre alcanzase una madurez plena por sus propios medios. La ayuda ajena se hace precisa para ese proceso de perfección. El derecho a educar y ser educado va ligado a la necesidad del hombre para desarrollarse como tal dentro de un grupo humano. La educación es útil al ser humano para vivir y, en este sentido, es un instrumento de promoción personal, de desarrollo individual, que se da dentro de un marco social concreto, lo que la convierte también en un instrumento de socialización, al promover el desarrollo de cada individuo en un marco común integrador. La educación sirve al sujeto para aprender a razonar y a sentir; para imaginar y repetir; para disponer de repertorios de respuestas y para inventarlas; para relacionarse con el mundo, con los demás; en definitiva, para desarrollarse con unos modos de vivir, con unos códigos de pensamiento, sentimiento, acción, con unos saberes y unos valores que en un contexto cultural le permitan progresar como humano. Es ésta la faceta constructiva e innovadora de la educación. Por otra parte, la educación dota al individuo de un repertorio cultural compartido por la comunidad en la que está instalado. Es así que la educación se concibe como un instrumento social -como se ha dicho anteriormente-, cuya máxima expresión institucional es el sistema educativo. A través de la educación se transmiten y ejercitan los valores que hacen posible la vida en sociedad, especialmente el respeto a todos los derechos y libertades fundamentales; se adquieren los hábitos de convivencia democrática y de respeto mutuo; se prepara para la participación responsable en las distintas actividades e instancias sociales. La madurez de las sociedades se deriva, en muy buena medida, de su capacidad para integrar, a partir de la educación y con el concurso de la misma, las dimensiones individual y comunitaria. La complejidad de la vida en el devenir histórico ha llevado a solicitar a los agentes educativos de siempre -familia, escuela y comunidad- su decisiva participación, y aún a reclamar a otras instituciones (recreativas, culturales, etc.) su participación en el proceso. Y, así, se puede hablar de educación formal, no formal e informal. EFECTO O RESULTADO DE LA EDUCACIÓN Podría decirse que la educación transforma al hombre no educado en “hombre educado” y éste sería el efecto del proceso educativo. Por hombre educado se entiende el modelo de hombre que previamente se ha determinado y concretado en unos objetivos. El efecto de la educación queda, pues, vinculado a la propuesta de objetivos educativos, que no los determina la educación sino la sociedad, utilizando los mecanismos variados que ella misma posee (legislación, necesidades, aspiraciones, etc).

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Si el resultado de la educación es un hombre educado, se da por hecho que el hombre puede ser educado. Hablaremos entonces de la educabilidad. EDUCABILIDAD El ser humano no está acabado, es perfeccionable, susceptible de modificación, de perfección; no se parte, pues, de un carácter fijo, determinado por la herencia ni de un determinismo que haría del hombre un mero producto de los factores del medio. A esa capacidad del individuo para cambiar de un estado a otro más perfecto, a esa aptitud activa de estructuración personal, a la capacidad del ser humano de configurarse, de llevar a cabo aprendizajes nuevos, de modificar su forma de conducirse, de hacerse como persona en un proceso abierto, es a lo que se llama educabilidad. Con este concepto podemos relacionar el de educatividad, para referirnos a las características del que educa (educador) para que la educación se lleve a cabo. La posibilidad de la educabilidad hay que fundamentarla en las capacidades del sujeto para aprender, para escuchar y para ser estimulado. Mientras los animales disponen de respuestas fijas a estímulos determinados, el hombre -al ser constructor de su vida y de su entorno- es indeterminado en sus respuestas, las cuales pueden variar, o bien puede adquirir otras respuestas nuevas. La educabilidad es categoría esencial del hombre, en ella radica originariamente el proceso educativo. El ser “educable” es el sustento de la educación. No obstante, la capacidad para ser educado tendrá que sustentarse en el desarrollo biológico y en la maduración del propio individuo, que no presenta siempre la misma viabilidad como sujeto de la educación. Por ello, se puede hablar de límites de la educabilidad, los cuales estarían conformados, por una parte, por las disposiciones hereditarias y las leyes del desarrollo y, por otra, por el ambiente, por las personas que rodean al educando y por el propio educando. Es decir, los límites vienen marcados por los dos grandes condicionantes de la educación: la herencia y el medio. Sobre estos dos conceptos han venido girando los planteamientos teóricos que defienden el papel preponderante de uno u otro término: el pesimismo pedagógico, que afirmaba que el hombre está predeterminado por factores hereditarios, siendo inútil todo esfuerzo por modificarlo, y el optimismo pedagógico, cuyos defensores otorgaban a la educación un ilimitado poder y plantean la idea de que con un buen diseño educativo todo se puede aprender. A las limitaciones de carácter biológico, que son evidentes, se añaden las de carácter psíquico, que vienen determinadas bien por ciertas incapacidades o deficiencias intelectuales, o bien por el propio estadio del desarrollo humano, que obliga a adecuar los aprendizajes al momento óptimo de ese avance. Otras limitaciones pueden ser de tipo sociológico y ético, caracterizadas básicamente por la procedencia social de los individuos, familia y ambiente. Estas últimas irían relacionadas con la limitación del medio, ya señalada. En educación se pueden señalar, además, otras limitaciones, como las procedentes de la falta de unas condiciones básicas que se le han de exigir al educador para desarrollar una labor pedagógica eficaz; la falta de recursos o medios para educar, así como la escasez del tiempo necesario para llevar a cabo una determinada labor educativa. ELEMENTOS BÁSICOS DE LA EDUCACIÓN En la educación, entendida como un proceso que posibilita al hombre el “construirse”, hacerse, de acuerdo con un modelo humano tenido como óptimo en cada tiempo y lugar (lo que una sociedad entiende por ‘hombre educado’), pueden distinguirse los siguientes elementos básicos:

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Finalidad, es decir, el tipo de hombre que se desea lograr, lo cual en el sistema formal se traduce en forma de objetivos educativos. La finalidad va referida tanto al conjunto humano en su totalidad como a cada una de las dimensiones o ámbitos del hombre (social, intelectual, física, afectiva, etc.). Por ejemplo, en cuanto a la finalidad integral, un objetivo podría ser: lograr un hombre democrático, capaz de tomar decisiones, crítico con la realidad, cooperador, innovador, o lo mismo referido a un ámbito o dimensión humana específica. La presencia de la finalidad u objetivo es indispensable para que pueda hablarse del proceso educativo, ya que la educación reclama un patrón u objetivo al que dirigirse. (Véase, para completar, el apartado siguiente, relativo a ‘Fines de la educación’). Contenido, es decir, lo que hay que enseñar y aprender. El contenido está compuesto por una selección cultural -precisamente la que se considera más relevante, privilegiada y básica en cada etapa o fase evolutiva humana- y ha de hacer referencia siempre al objetivo o finalidad. Los contenidos son de tres tipos: conceptuales (conceptos, hechos, códigos, leyes, principios), procedimentales (estrategias, procedimientos, habilidades, técnicas) y actitudinales (normas, valores, actitudes). Han de ser congruentes con la finalidad, pues ésta es el criterio básico para realizar su selección. Acción o intervención educativa, promovida por algún agente educativo (educador) sobre un sujeto (educando), al que estimula, orienta, posibilita y facilita el aprendizaje del contenido propuesto. Esta acción educativa es propositiva o intencional, es decir, va referida a la consecución del objetivo fijado. Así, la acción del educador está precedida por la reflexión de cómo lograr la consecución del objetivo por el sujeto. Y, precisamente por ser propositiva, esto es, dirigida a una finalidad, la acción educativa es una acción racional, significativa, dirigida e intencional, cuya función básica es generar o promover aprendizaje en el sujeto que se educa. Aprendizaje, entendido como proceso de aprender por el sujeto que se educa y a su vez como el efecto producido en dicho sujeto, congruente con la finalidad propuesta antes de la acción educativa. Al proceso de aprender se le denomina actividad educativa, en tanto que al resultado o efecto de esta actividad se le conoce como resultado educativo, esto es, la adquisición o logro del objetivo propuesto. FINES DE LA EDUCACIÓN El planteamiento previo de los fines en educación sirve tanto para justificar la acción educativa como para constituirse en guía que la orienta. Es necesaria la clarificación de los fines que se quieren lograr. Admitido el principio de que la educación es una tarea integradora, que abarca al hombre en su totalidad, será lógico deducir que los fines de la educación habrán de constituir un todo coherente, que lleve a la perfección del sujeto. Pero los fines últimos requieren de fines o metas parciales, como hitos necesarios para lograr los anteriores, y han de cumplir como condición primera la de tener presentes las posibilidades del educando y las necesidades de la vida social. Se pueden establecer diversos criterios para clasificar los fines de la educación. Nosotros seguiremos a Sarramona (1997), que habla de tres niveles:

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Nivel filosófico, por el cual se pretende una interpretación personal del mundo y del papel del hombre en él. Quienes advierten una dimensión transmundana en la vida del hombre, incluirán un nivel teológico. Nivel social, que sitúa al sujeto ante una realidad histórico-social concreta, en la cual debe desenvolverse de manera reflexiva. El logro de la integración y concientización social pasará por la adquisición previa del patrimonio cultural de la sociedad en la cual pretenda integrarse. Nivel personal. Se educa a un hombre concreto, el cual ha de encontrar su propio papel en la colectividad y ha de lograr, de esa manera, su plena realización como individuo. Para conseguir este nivel, se deberán tener en cuenta las posibilidades madurativas, los intereses y las aptitudes del educando. Los tres niveles están estrechamente vinculados. La realización como individuo está condicionada por el contexto social que la hace posible, del mismo modo que la interpretación filosófica del mundo y de la vida es fruto de una cultura y momento histórico determinado, aunque siempre se puede adoptar una posición de crítica.

2. DIMENSIONES DE LA EDUCACIÓN Muy relacionadas con los fines, están las dimensiones de la educación. Podemos hablar de cuatro dimensiones: moral, social, económica y política. Las dimensiones de la educación transcurren en los ámbitos individual y social para una educación moral y de valores; la dimensión social plantea tanto el papel socializador de la escuela, como el papel educador de la sociedad, al tiempo que las dimensiones económica y política resuelven las necesidades de una formación productiva y la participación en las políticas educativas, respectivamente. DIMENSIÓN MORAL La educación moral es «capacitar a las personas para resolver de modo responsable y autónomo las alternativas o conflictos axiológicos que se les presentan». Las diferentes teorías morales giran en torno a los conceptos de autonomía y heteronomía. La heteronomía moral describe la educación moral como un proceso de observación, imitación e interiorización de las normas sociales. La disciplina escolar es el entrenamiento adaptativo para integrarse en los grupos sociales, y regular la conducta desde la perspectiva de la moral vigente. Se reduce a adquirir unos hábitos socialmente deseables. La moral autónoma se funda en la libertad y dignidad humanas. La moralidad no se aprende sólo como resultado de la interiorización de las normas sociales, sino que es también efecto de un proceso evolutivo y de construcción personal. La evolución de las normas morales genera la moralidad autónoma, caracterizada por su «autonomía, el respeto entre iguales, la reciprocidad, la capacidad de situarse en el punto de vista del otro y la cooperación». Para despertar la conciencia moral de los educandos, resultan decisivos la actitud dialogante del profesor y el funcionamiento democrático de la comunidad escolar. La formación de la conciencia moral significa también combatir la heteronomía de la ignorancia y la manipulación, por lo que «el individuo deberá aprender a juzgar la moralidad de sus acciones superando los prejuicios que puedan suscitarle sus propias conveniencias subjetivas, los ejemplos de los demás las modas culturales, las presiones del grupo y los hábitos contraídos» (Quintana, 1988, p. 297).

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La educación pretende conseguir fines valiosos en los educandos y la axiología propone los valores para la acción moral educativa. La escuela como espacio donde confluyen las valoraciones subjetivas y objetivas debe constituirse en una propuesta de valores transversales, pues al discutir, consensuar y llevar a término los nuevos valores está resolviendo las demandas axiológicas de la sociedad. Una educación para el desarrollo supone un planteamiento humanista y realista acerca de los valores que el hombre actual debiera defender y se centra en todo lo que suponga desarrollo para la humanidad en menoscabo del crecimiento. El crecimiento es un parámetro economicista, cuantitativo que se centra fundamentalmente en la generación del capital; en cambio por desarrollo se entiende la profundización en lo cualitativo orientándose no tanto a lo económico cuanto a la calidad de vida. Ello hace que a este tipo de desarrollo se le denomine sostenible, (A. J. Colom, 2000), es decir es el desarrollo que armoniza la necesidad del hombre y de las sociedades con las necesidades del planeta. De tal manera que el desarrollo sostenible implica lograr el perfecto equilibrio entre desarrollo humano y

valores ecológicos (por lo que afecta a la educación ambiental, en el plano escolar);

valores solidarios y de cooperación entre los hombres, los pueblos, las razas y la cultura.

valores políticos, que de alguna manera demandarán una nueva educación para la democracia;

valores culturales: una sociedad inmersa en el desarrollo sostenible pretende el desarrollo cultural para todos sus miembros, a lo largo de una educación básica generalizada compatible con la posibilidad de acceso universal a la educación permanente. También pretende el mantenimiento de todas las culturas por lo que implica defender posiciones de ecología cultural;

valores igualitarios entre ambos sexos ya que el desarrollo y todo lo que él presupone debe generalizarse tanto al hombre como para la mujer, por lo que afecta también a la educación para la igualdad de sexos y en consecuencia a la educación sexual;

valores para una vida saludable, ya que él desarrollo sostenible considera primordial la seguridad sanitaria para todos, lo que en el plano escolar se acoge a la educación para la salud;

valores en defensa del consumismo racional, pues el desarrollo sostenible exige también sostención consumista. Debe tenerse en cuenta que el consumo implica por su extracción presión ambiental y por sus residuos, contaminación. Además afecta negativamente a nuestras posibilidades económicas, lo que nos impide, posiblemente, invertir más y mejor en otros aspectos que realmente afectan a nuestra calidad de vida.

Así pues, una racionalización en referencia a lo que realmente se necesita para vivir y para mejorar humanamente nuestra calidad de vida sería el epicentro del desarrollo sostenible, que como hemos visto integra todas las materias transversales del currículum escolar. DIMENSIÓN SOCIAL El individuo es un ser social por naturaleza. Cuando nace no posee conductas adecuadas para desenvolverse socialmente, no es miembro de la sociedad. Por eso se le induce para que se integre en la misma, aprendiendo e interiorizando los elementos que se consideran básicos para que la comunidad de la que forma parte perdure en el tiempo, tales como la lengua, los símbolos, las normas, los valores, las creencias, etc. Las posibilidades educativas del sujeto no se encuentran en su configuración individual, sino en su ámbito social, por lo que la educación se constituye en el medio fundamental de socialización. Así pues, la socialización se refiere a los procesos por los cuales se adquieren determinados modos de comportamiento que son comunes a un grupo social concreto, haciendo que los sujetos se asemejen unos a otros en su forma de actuar. Al ser la socialización un proceso de aprendizaje y de adaptación social, tiene lugar de forma lenta y gradual desde el momento del nacimiento. Los primeros aprendizajes se llevan a cabo en el ámbito

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familiar cargado de afectividad, para irse abriendo posteriormente a otros entornos sociales, como los amigos, la escuela, los grupos, etc. No obstante, en las complejas sociedades actuales actúan otros elementos de socialización menos definidos, pero no por ello menos importantes, tales como los medios de comunicación de masas, la publicidad, el mundo de Internet (chat, juegos interactivos, realidad virtual, etc.). Por lo tanto, a través de la socialización el sujeto hace suyos, interioriza los aspectos más importantes de la cultura del grupo social en el que está inserto, formándose así un código de comportamiento social y un sistema de creencias en los que fundamentar su conducta social. Debido a su carácter diacrónico y dinámico, la socialización variará dependiendo de los factores que intervengan en la misma, tales como los agentes, la intensidad, el momento evolutivo, el grado de aprendizaje social, etc. Atendiendo a ello se puede diferenciar la socialización primaria y la socialización secundaria. La socialización primaria se produce en las primeras fases de la vida del individuo en el seno de su grupo familiar -a estos grupos se les denomina grupos primarios, ya que sus relaciones son directas, cara a cara y están basadas en la afectividad- y se realiza mediante la adquisición de una serie de requisitos que se consideran básicos para una adecuada integración social: lenguaje, hábitos de alimentación, control de esfínteres, ciclos de sueño, creencias, etc La socialización secundaría aparece cuando se han consolidado los aprendizajes del proceso anterior. El sujeto aprende diferentes manifestaciones sociales del «nuevo universo» que le rodea. El individuo interioriza valores y normas más objetivas y concretas que se relacionan más estrechamente con los roles que se van a desempeñar de adultos. Los agentes que intervienen bajo esta modalidad de socialización son la institución escolar (en la que se aprenden normas y comportamientos sociales), los medios de comunicación de masas (cada vez con más presencia debido a las constantes innovaciones tecnológicas que permiten la circulación de la información casi instantáneamente), las asociaciones (ONG, voluntariado, sindicatos, agrupaciones culturales, etc., aunque con un papel más difuso, tienen un reconocido protagonismo). La escuela, junto a la familia, es considerada como uno de los contextos sociales más influyentes para la socialización del ser humano. Un punto de contacto importante de la escuela con los intereses de la sociedad lo constituyen los temas transversales (Educación para la Paz, Educación del consumidor, Educación ambiental, Educación para la igualdad entre ambos sexos, Educación para la salud). En la nueva Ley de Educación se apuesta por una materia: “Educación para la ciudadanía” DIMENSIÓN ECONÓMICA El principio del que se parte es que el hombre educado produce más y mejor. Sin embargo, no existen criterios ni opiniones homogéneas en cuanto a tal principio. Así, en los años sesenta se presentaba al proceso educativo como una de las claves del desarrollo económico y de la reducción de las desigualdades sociales. Este principio decidió el incremento de los presupuestos educativos, sin embargo la democratización de la enseñanza va a contrastar después con la realidad contradictoria de los años setenta, cuando comienzan a ser frecuentes los subempleos y los titulados universitarios pasan a ser el sector de población con el índice más elevado de parados. La crítica más frontal a la teoría del capital humano procede de la perspectiva marxista, interesada en estudiar la desventaja cultural y la relación entre la escuela y la estratificación social. En esta corriente nos encontramos con destacados sociólogos franceses. Para Boudon, las mejores posiciones en el trabajo

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corresponden a los más dotados en requisitos sociales e instrucción, negando que la educación posibilite la igualdad y la movilidad social. Bourdieu añade el carácter legitimador de la escuela respecto de la desigualdad. Passeron ha destacado el valor relativo de los títulos, ya que no son reconocidos en igual medida los impartidos por un centro de prestigio que los de otro centro de menor prestigio. La realidad presente es que en nuestra sociedad el desempleo afecta más a los menos cualificados. Sea como sea, puede decirse que la planificación de la educación ha de hacerse partiendo de una valoración realista de los mercados laborales y de un planteamiento del tipo humano que requiere cada contexto social. DIMENSIÓN POLÍTICA En una sociedad democrática, el Estado adquiere el compromiso moral y político de la escolarización, de planificar la educación y de organizar el sistema educativo a través del cual ésta llegue a los ciudadanos. Supone institucionalizar la transmisión del saber y llegar a un consenso en torno a la historia, los símbolos, la lengua y la cultura en general de un territorio. Algunos teóricos establecen el origen del dominio social en la hegemonía política e ideológica que se puede establecer a través de la educación, viendo a ésta como legitimadora de la desigualdad y de la estratificación de la sociedad. Según esto, se atribuiría a la educación una función ‘reproductora’. Desde una postura lo más objetiva posible, hemos de señalar que la educación es tarea de todos: políticos, educadores, padres, profesores, alumnos, sociedad. Se necesita una planificación conjunta para evitar en lo posible sesgos de cualquier tipo. A LA BÚSQUEDA DE UN MODELO DE EDUCACIÓN Eficacia

Importancia de los resultados

Búsqueda del máximo rendimiento personal y rentabilidad de la inversión

Rentabilidad de los recursos del sistema educativo y sociales Equidad

Promoción de la dignidad humana, sin discriminación por ideología, cultura, status económico, género o capacidad

Igualdad en la distribución de recursos, oportunidades y beneficios educativos para todos Libertad

Prioridad a trayectorias personales: desarrollo de los individuos

Descentralización de competencias curriculares y organizativas

Libertad de elección y de creación de centros.

Autonomía de las instituciones Cohesión Social

Generación de sentido y socialización como finalidad educativa principal (narrativa común)

Ciudadanía frente a globalización

Cooperación frente a competencia El concepto de libertad hace alusión a la posibilidad de elección, a la descentralización del currículo, a la ampliación de las oportunidades privadas, etc. La eficiencia se refiere al rendimiento con relación a recursos invertidos para lograrlo (a su vez puede considerarse desde el punto de vista individual o social): es algo así como la relación coste/beneficio. La equidad significa igualdad en la distribución de recursos,

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oportunidades y resultados educativos entre todos, sin discriminación por sexo, clase social o cultura. Por último, la cohesión social hace referencia a la necesidad de proporcionar a todos los alumnos una experiencia común respecto a los valores, currículo y socialización, que les genere sentido de pertenencia a una comunidad.

Muñoz-Repiso Izaguirre, M., Educar en positivo para un mundo de cambio. Madrid, PPC p. 55 Esta claro que primar en exceso la libertad individual puede poner en peligro la cohesión social y viceversa; y, por otro lado, una orientación absolutamente eficientista va en contra de la equidad y, a la inversa, el logro de la equidad no puede ignorar la exigencia de cierta eficiencia. Simplificando diríamos que una política de corte social perseguirá prioritariamente la equidad y la cohesión social, mientras una orientación más liberal dará prioridad al ejercicio de la libertad y la eficiencia. Sin embargo en la realidad las cosas no son tan simples y caben multitud de posturas intermedias

Muñoz-Repiso Izaguirre, M., Educar en positivo para un mundo de cambio. Madrid, PPC p. 55 “En las legislaciones que tratan de la educación, la preocupación principal es la equidad: lograr mayor igualdad en los resultados del aprendizaje, el acceso a la educación y la retención escolar. Esta ambición refleja la convicción de que todos los niños pueden adquirir aptitudes cognitivas y sociales elementales si disponen de un contexto de aprendizaje adecuado. Si esto no se logra se debe en parte a un déficit de calidad de la educación.”

(UNESCO (2005) El imperativo de la calidad. Informe de seguimiento de la Educación para todos en el mundo) .

"La escuela de calidad es aquella que promueve el progreso de todos sus estudiantes en una amplia gama de logros intelectuales, sociales, morales y emocionales, teniendo en cuenta su nivel socio-económico, su medio familiar y su aprendizaje previo. Un sistema escolar eficaz es el que maximiza la capacidad de las escuelas para alcanzar esos resultados."

Mortimore (1991). The use of performance indicators. Paris: OCDE

3. CONCEPTO DE EDUCACIÓN Y CARACTERÍSTICA

“La educación es algo específico y exclusivo de la naturaleza humana, absolutamente necesaria. Desde que el ser humano existe, ha necesitado de la educación. Se ha exigido por su propia naturaleza un proceso de optimización, de humanización. Ha necesitado recibir la influencia de otro/s para pasar del estado natural de hominización al de humanización, con el fin de responder realmente a su naturaleza inacabada”

La educación, como la salud es una de las cuestiones que más ampliamente preocupan a los seres humanos, tanto por lo que afecta a la perspectiva personal como social. Esto tiene una explicación profunda: gracias a la educación se llega a la meta de la humanización o, dicho en forma negativa, sin educación nota posibilidad de llegar a ser persona humana. La educación es tan antigua como el hombre y consustancial al desarrollo del género humano. El ser humano precisa de amplios y prolongados cuidados (educación) para sobrevivir primero y para desarrollarse plenamente después. La educación es un bien, vinculada a la idea de perfeccionamiento. La educación es:

- Un proceso de humanización para los individuos - Supone una acción dinámica del sujeto educando con otros sujetos y su entorno. - Se lleva a cabo de acuerdo con una escala de valores

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- Proporciona las bases de la integración social de los individuos - Constituye una dimensión básica de la cultura y garantiza la supervivencia de ésta. - Se trata de un proceso permanentemente inacabado.

Educare – Educere El término ‘educación’ es como un poliedro que tiene muchas caras. Llamamos educación a cosas tan variadas como: la actuación del educador respecto al educando, la cualidad de una persona que ha sido educada, el sistema escolar de un país, el comportamiento según las normas de urbanidad y convivencia, el nivel de instrucción de una sociedad, el desarrollo personal cuando está dirigido, la transmisión cultural en el seno de una sociedad, etc. Asimismo, existen multiplicidad de términos o conceptos a los que hacemos mención refiriéndonos a hechos o fenómenos educacionales; así, se habla de educación integral, popular, física, moral, cívica, estética, intelectual, familiar, sexual, ambiental, formal, no formal, informal, sistemática, paralela, innovadora, institucional, social, religiosa, política, vial, individualizadora, personalizada, permanente, marxista, presencial, a distancia, especial, infantil, primaria, secundaria, obligatoria. Nos referimos a educación para la paz, para la democracia, para la salud, para el consumo, para la convivencia; hablamos de política educativa, legislación educativa, filosofía de la educación, historia de la educación, teoría de la educación. Todo esto y más es la educación. El término ‘educación’ no es unívoco pero tampoco puede decirse que sea equívoco pues los distintos sentidos de ‘educación’ tienen algo en común, un cierto significado que los une y que justifica que a todos ellos se les aplique una misma palabra. Vamos a intentar clarificar los rasgos más comúnmente aceptados con los que podríamos caracterizar el concepto de educación desde una perspectiva etimológica. Las dos acepciones que surgen de la doble etimología de la palabra ‘educación’ han generado no pocos problemas, habida cuenta de su aparente contraposición. Los vocablos latinos educere y educare son la génesis de la controversia: Educere equivale a “conducir fuera de, sacar, extraer, llevar, mover desde dentro hacia fuera”, es decir, encauzar las potencialidades ya existentes en el sujeto educando, extraer algo que de una u otra forma ya estaba potencialmente dado. Más que reproducción social, este enfoque plantea la configuración del sujeto individual y único. Por el contrario, Educare significa “conducir guiar, criar , nutrir, alimentar…, es decir, educación entendida como actividad que consiste en guiar o proporcionar desde fuera lo necesario, en definitiva, “construir”. Se vincula con las influencias educativas o acciones que desde el exterior se llevan a cabo. Con esta acepción se pretende la inserción de los sujetos en la sociedad mediante la transmisión de determinados contenidos. La educación se concreta en la inclusión de los sujetos en la sociedad a través del proceso de socialización. La historia ha sido testigo del enfrentamiento -más o menos radical- de las dos posturas por imponerse, aunque hoy son más los que se inclinan por la idea de la educación como un proceso que consiste en extraer más que en conducir. Sería la contraposición entre la escuela tradicional, según la cual la importancia está en los que alimentan -los educadores- y en el propio alimento -aquello que se da al pasivo educando-y la nueva, más basada en el protagonismo del alumno, en su espontaneidad y actividad y en sus posibilidades de desarrollo. Acrecentamiento (educare) en contraposición a crecimiento (educere). En el primer caso se acentúa la función del educador en detrimento de la actividad del educando, mientras que en el segundo se valora más la actividad del que se educa, restando importancia a la actividad educadora.

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En la actualidad se tiende a la complementariedad, entendiéndose la educación como el conjunto de influencias externas (socialización, educatividad) que permiten el desarrollo de las potencialidades internas del sujeto (individualización, educabilidad). Es necesaria la influencia del educador, el cual irá propiciando una progresiva autonomía en el educando, tendente al propio crecimiento. La ayuda que nos llega desde fuera y el desarrollo interior de nuestras propias capacidades no sólo no son excluyentes, sino que se precisa de ambos. Así entendemos la educación como un proceso interactivo en el que intervienen el sujeto con capacidad personal para desarrollarse (educere) y las influencias que provienen del medio (educare) Formación, enseñanza e instrucción Vamos a concretar y distinguir el concepto de educación con sus términos próximos: formación, enseñanza, aprendizaje, instrucción, adiestramiento…. Al analizar el concepto de educación contrastándolo con otros términos cercano a éste, nos encontramos con sinónimos que se utilizan de forma indistinta en numerosas ocasiones, generando confusión. Si nos fijamos en adoctrinamiento, actualmente conlleva una connotación negativa al ser considerado como una influencia y/o enseñanza en la que se impide la reflexión del individuo anulando, en definitiva, su libertad. Por lo que ha perdido esa identificación con educación, en el sentido de intervención positiva sobre otro. Con relación a formación, enseñanza e instrucción, son conceptos que intervienen en el proceso educativo. Todos forman parte de la función educadora. Un primer acercamiento para distinguirlos podría partir de la diferenciación entre los términos que son propios de la actividad del educador y los que son específicos del educando. En el ámbito educador aparecen una serie de conceptos que se refieren a un tipo de actividad externa. Nos referimos a entrenamiento y adiestramiento. Ambas se dirigen al desarrollo de destrezas, habilidades, usualmente por medio de la repetición de esos esquemas que se pretenden inculcar. En cuanto a enseñanza e instrucción podemos decir que son los dos términos que mejor reflejan la actividad de cualquier educador. Enseñanza es un concepto mucho más amplio, mientras instrucción hace referencia más bien a procesos de transmisión planificados. Por último, en este apartado también se señalan los conceptos de formación y educación. No existe ningún error en afirmar que un profesor educa o forma. En ambos casos hacemos referencia a una acción mucho más compleja y amplia que transmitir una serie de contenidos. Implica ya todos los ámbitos de la persona. En estos casos educar y formar serán el objetivo de su acción, mientras que instruir y enseñar se constituyen en sus medios para el logro de esa finalidad. Desde el plano del educando, aparece el concepto de aprendizaje, término central que es el que dará sentido a todos los demás, es el que justifica toda la acción del educador. Sin el aprendizaje no podríamos hablar realmente de educación. Ahora, también es verdad que nos podemos encontrar ante un proceso de enseñanza perfectamente planificado, que no genere el aprendizaje previsto. En este caso habría que analizar los diferentes elementos del contexto como del propio alumno para volver a adecuar ese proceso de acuerdo al objetivo establecido y al sujeto concreto al que se dirige. Por último, formación y educación es en definitiva, la finalidad de la tarea educativa. Ahora bien, entre los dos, presenta mayor fuerza de logro la formación, ya que ésta consiste en un salto cualitativo en el que el conocimiento se organiza permitiendo entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. El sujeto no sólo conoce más, sino que ha aprendido una forma de investigar y de conocer la realidad, de valorar críticamente lo aprendido y de disfrutar con ello. En cambio educación engloba todo el proceso. Toda educación cobra su sentido cuando alcanza la formación de cada sujeto, y esta es una acción propia y específica de cada uno consigo mismo.

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EDUCACIÓN Implica

INSTRUCCIÓN ENSEÑANZA

Genera APRENDIZAJE

Origina

FORMACIÓN EDUCACIÓN

Propuestas de definición de la educación A) Teniendo en cuenta las notas básicas anteriores:

La educación siempre se refiere al hombre, es un proceso humano;

Encierra necesariamente la orientación a un fin, sin el cual no se comprende;

Ese fin debe implicar siempre una mejora, un perfeccionamiento;

Depende del sentido y valor que se dé al hombre, su mundo, la sociedad…;

Deberá respetar las exigencias que se desprenden de la dignidad.

Entiende la persona como un todo, una unidad psicofísica indivisible. En un primer esbozo, proponemos como definición de educación, el proceso de convertirse en persona. En consecuencia, entendemos por educación: “todo proceso permanente dirigido a la optimización de la persona en el ser, el conocer, el hacer y el convivir” En esta definición se entienden que están implícitos los siguientes rasgos: Proceso al tratarse tanto de una operación en el tiempo, como una propuesta y desarrollo de una secuencia de acciones. Permanente al llevarse a cabo a lo largo de toda la vida, es un proceso que no termina nunca. De optimización ya que todo hombre está llamado a desarrollar plenamente sus capacidades, a lograr la madurez en cada una de sus etapas vitales. A convivir, aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, crear un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes o la solución inteligente de cualquier conflicto (Delors, 1996). A conocer “[…] teniendo en cuenta los rápidos cambios derivados de los avances de la ciencia y las nuevas formas de la actividad económica y social conviene compaginar una cultura suficientemente amplia […] pasaporte para una educación permanente […]” con la capacidad de aprender a aprender. (Delors, 1996).

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Aprender a hacer, aprender competencias específicas para atender el trabajo, la capacidad de iniciativa, trabajar en equipo, la ayuda a los demás, el cuidado del entorno… Aprender a ser, ya que la educación deberá contribuir, en definitiva, al desarrollo integral de cada persona, al fomento de su reponsabilidad, de formar un pensamiento crítico y autónomo… de tal forma que sea capaz de afrontar su propio proyecto vital (Delors, 1996). B) Teniendo en cuenta las notas generales que caracterizan a la educación, ejemplificándolas con definiciones de educación que han dado distintos autores, nos acercaremos a una segunda propuesta de definición de educación. Acción humana. La educación es un conjunto de influencias que se ejercen sobre los sujetos humanos y que proceden de otros seres humanos. En este sentido, la educación se diferencia de la influencia cósmica, climatológica y física de todo tipo que incide sobre el hombre y que es necesaria para su desarrollo biológico. WILLMAN: “La educación es el influjo previsor, directriz y formativo de los hombres maduros sobre el desarrollo de la juventud, con miras a hacerla participar de los bienes que sirven de fundamento a la sociedad”. SPRANGER: “Educar es transferir a otro, con abnegado amor, la resolución de desarrollar de dentro a fuera, toda su capacidad de recibir y forjar valores”. ZARAGÜETA: “La educación es la acción de un espíritu sobre sí mismo o sobre otro para el logro de una forma instructiva y educativa”. Idea de perfeccionamiento. La educación es una modificación del hombre que entraña perfeccionamiento, una realización al máximo de sus posibilidades desde una perspectiva ética. PLATÓN: “Educar es dar al cuerpo y al alma toda la belleza y perfección de que son capaces”. STUART MILL: “La educación nos acerca a la perfección de nuestra naturaleza”. KANT: “La educación es el desenvolvimiento de toda la perfección que el hombre lleva en su naturaleza”. GARCÍA HOZ: “La educación es el perfeccionamiento intencional de las facultades específicas del hombre”. Organización u ordenación. Sea personal o socialmente, la educación es vista por algunos autores como medio de estructuración y ordenación. En cierto sentido, tiene semejanzas con la idea de perfeccionamiento, pues se trata de dirigir el proceso hacia un orden ético. ARISTÓTELES: “La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético”. HERBART: “ La educación es el arte de construir, edificar y dar las formas necesarias”. Intencionalidad. La educación se presenta como una acción planeada y sistematizada (en este sentido está muy relacionada con la característica de ‘acción humana’), aunque se reconozca la existencia de acciones educativas no intencionales. COHN: “La educación es el influjo consciente y continuo sobre la juventud dúctil, con el propósito de formarla”. DILTHEY: “La educación es la actividad planeada por la cual los profesores forman la vida anímica de los seres en desarrollo”. PLANCHARD: “La educación consiste en una actividad sistemática ejercida por los adultos sobre los niños y adolescentes, principalmente, para preparles para una vida completa en un medio determinado”. Referencia a las características específicamente humanas. Aunque la educación es por sí misma una tarea específicamente humana, algunos autores insisten en que actúa sobre las características más propias del ser humano (voluntad, entendimiento, moralidad, afectividad, etc). Puede decirse que la educación se ocupa de las funciones superiores del ser humano pero no es ajena a las restantes.

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JOLY: “La educación es el conjunto de esfuerzos que tienen por fin la posesión completa y el buen uso de las diversas facultades”. RUFINO BLANCO: “Educación es evolución, racionalmente conducida, de las facultades específicas del hombre”. Concepto de ayuda o auxilio. La educación significa la única posibilidad de realización del ser humano, pero no puede ser una simple imposición externa, sino que, para alcanzar sus metas, precisa de la cooperación voluntaria del propio sujeto. DEBESSE: “La educación no crea al hombre, le ayuda a crearse a sí mismo”. TUSQUETS: “La educación es la actualización radicalmente humana que auxilia al educando para que, dentro de sus posibilidades personales y de las circunstancias, viva con la mayor dignidad y eficiencia”. Medio para alcanzar el fin del hombre. La educación aparece como medio imprescindible para que el hombre se realice en su plenitud y alcance su fin último (aunque la idea que se tenga del fin dependa de la filosofía de partida). DANTE: “El objeto de la educación es asegurar al hombre la eternidad”. SPENCER: “La función de educar es preparar para la vida completa”. Proceso de individualización. Puesto que la educación acontece en un sujeto, puede ser contemplado como un medio de realización individual. KERSCHENSTEINER: “La educación consiste en distribuir la cultura, para que el hombre organice sus valores en su conciencia y a su manera, de acuerdo con su individualidad”. Proceso de socialización. La educación del sujeto supone su incorporación a la sociedad: adquiere lenguaje, costumbres, conocimientos y normas morales vigentes en ella. La dimensión social es parte del mismo proceso de realización personal antes citado. COPPERMANN: “La educación es una acción producida según las exigencias de la sociedad, inspiradora y modelo, con el propósito de formar a individuos de acuerdo con su ideal del ‘hombre en sí’”. DURKHEIM: “La educación tiene por misión desarrollar en el educando los estados físicos, intelectuales y mentales que exigen de él la sociedad política y el medio social al que está destinado”. HUXLEY: “La educación consiste en formar a jóvenes seres humanos en la libertad, la justicia y la paz”. SUCHODOLSKI: “El contenido esencial de la educación estriba, sobre todo, en fformar un hombre capaz de elevarse al nivel de la civilización moderna, o sea, de encontrar el sentido de la vida en este nuevo mundo”. Una definición integradora de la educación haría referencia a estos aspectos:

La educación es un proceso dinámico.

La educación pretende el perfeccionamiento u optimización de todas las capacidades humanas.

Exige la influencia intencional, sin coacciones, por parte de los agentes educadores y la libre disposición del educando.

Pretende lograr la inserción activa del individuo plenamente realizado, en la naturaleza, la sociedad y la cultura.

Significa un proceso permanente e inacabado a lo largo de toda la vida humana. Lo que define a la educación, en su esencia, es el carácter intencional, consciente, reflexivo, crítico y perfectivo de la misma. Por tanto, EDUCACIÓN (definición real) es el proceso permanente e inacabado, de optimización integral e intencional del hombre, orientado al logro de su autorrealización e inserción activa en la naturaleza, la sociedad y la cultura. Seguidamente, y con el fin de, por una parte, comprender el concepto global de la educación y, por otra, clarificar terminología, abordaremos algunas cuestiones generales sobre los efectos de la acción educativa, lo que podría denominarse también como fases que pueden distinguirse en el proceso de perfeccionamiento educativo.

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C) La educación aparece como una acción organizada hacia unos fines en la que se ejerce una influencia intencional sobre los humanos que pretende ayudarles a realizar unas metas individuales y sociales. Siguiendo las notas que caracterizan la acción educativa la educación posee las siguientes características: acción o proceso Comunicación de información Intención o proyecto Inteligencia Aprendizaje Pragmática, para la vida

orientación a valores moralización crítica o libertad integral innovación para el cambio

1. La educación es un hacer; no es pensar. Esto no quiere decir que para educar no tengamos que pensar o tengamos que ir reflexionando mientras estamos educando. Sin embargo, a pesar de que también pueda entenderse la educación como un hecho acabado o concluido -este hombre está educado- no hay duda de que el hombre siempre está abierto y receptivo al mundo exterior y a su propia reflexión por lo que no podemos poner límites al fenómeno de educar. 2. Cabe decir que el proceso educativo es siempre un fenómeno comunicativo que se establece entre el educador y el educando; es, en definitiva, la comunicación, el mecanismo educativo por excelencia. Lo que supone transvase de información, ya que la comunicación es siempre comunicación de información. La educación pues requiere de información para la formación. 3. Este proceso educativo es, por lo general y en la mayoría de los casos, intencional. Por tanto, para educar se debe tener en mente un proyecto, un plan intencionado, de lo que deberá ser este proceso al que denominamos educación. Normalmente hay educación cuando alguien tiene la intención de educar o de educarse; de todas formas no se puede ser radical en esta cuestión pues hoy sabemos que hay la posibilidad de recibir influjos no pensados, no intencionales, y que sin embargo poseen efectos educativos sobre los sujetos. 4. Es necesaria la inteligencia para que se dé educación. Por parte del educador, porque debe tener capacidad de elegir el camino a seguir entre todos los posibles, es decir, debe poseer capacidad de discriminación; por parte del educando porque ha de recibir y comprender los procesos comunicativos-informativos que le lleguen desde el educador. Es decir, requiere también de inteligencia para entender, captar, aceptar y seguir las intenciones que lo van orientando en su proceso educativo. 5. Relacionado con la condición «inteligente» de la educación, nos encontramos con otro aspecto determinante y necesario para que podamos hablar de educación; nos referimos al aprendizaje. Educarse significa aprender y educar implica en consecuencia obligar a aprender. No se da la educación si no hay aprendizaje, por lo que una vez más evidenciamos la necesidad «inteligente». 6. Este aprendizaje debe estar orientado, o debe servir para que el sujeto se oriente en el mundo de los valores, de las creencias o de las ideologías. Educar pues es hacer aprender pero con intención, significando los aprendizajes que se efectúen. 7. Cabe afirmar que este logro axiológico de la educación se convierte en la esencia del acto de educar, de tal manera que educar será exactamente lograr esto: moralizar al hombre en virtud de un planteamiento axiológico e ideológico determinado. 8. La educación debe ser crítica, o mejor dicho, debe conseguir la capacidad crítica en los educandos; con ello diferenciamos la educación de la inculcación o del adiestramiento ideológico. En educación no es lícito formar al niño, al hombre, bajo unas coordenadas ideológicas determinadas, sino en todo caso

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desarrollar en él la capacidad de opción, de elección libre, de las diversas configuraciones que se le presenten. La educación siempre debe reconvertirse en capacidad de decisión por parte del educando, lo que implica necesariamente que el educador sea, en todo caso, un apostador de opciones, de pluralismo, sin coacción de tipo alguno. 9. Los efectos de todo el proceso educativo debe incidir en la fenomenología global del hombre, en todas sus esferas; es decir la educación debe ser integral. Debe incidir en sus capacidades intelectuales, efectivas, morales y físicas; sobre el yo social, como persona que vive y convive en sociedad junto con otros seres con los cuales se corresponsabiliza de la vida comunitaria a través de comportamientos adecuados. 10. Educar debe suponer innovar. No debe educarse para adaptar al hombre a su ambiente, a su cultura y a su sociedad, o al menos no debe ser ésta la última pretensión de la educación. Esta concepción adaptativa es en todo caso un paso intermedio, acaso necesario pero nunca suficiente. Educar debe ser siempre innovar, cambiar, transformar. Si educar, fuese simplemente adaptar, el mundo, la sociedad, no progresaría, estaría anclada en los albores de los tiempos; así pues educar es, debe ser siempre, adaptar, pero adaptar para el cambio, para la innovación, lo que supone valorar fundamentalmente las capacidades creativas de las personas. 11. Por último, el educar debe tener una vertiente fundamentalmente pragmática, ya que debe ayudar al educando a vivir. Una persona educada es pues es una persona madura, en el sentido que posee capacidad para hacer frente a las contradicciones de la vida e ir superando las dificultades que el oficio de vivir a buen seguro le va reparando cotidianamente. Cabe decir aquí, que un sujeto educado es un sujeto capaz de haber internalizado e integrado en una personalidad coherente todos los aspectos que la vida y el ambiente le oferta en relación a sus posibilidades y formación. Creemos que estas once características o condiciones hasta aquí reseñadas nos permiten, por una parte, contextualizar la educación, o si se quiere, qué debe entenderse por educación e incluso por educar. Pues bien, bajo estas características o condicionamientos mencionados, y seleccionando de estos once aspectos los que nos parecen más determinantes, afirmaríamos que educar es desarrollar un proceso permanente -mediante aprendizaje- de formación personal, social y cultural orientado por un sistema axiológico y moral que propicie la capacidad crítica y de adaptación innovadora en el hombre. D) Otra perspectiva para comprender el término educación la podemos hacer siguiendo las características básicas que aparecen en las definiciones de educación: Las notas esenciales que aparecen en ella se han organizado estableciendo tres dimensiones bipolares:

La primera se refiere a las influencias que recibe el sujeto desde su nacimiento para que se convierta en persona. Las notas que hemos incluido aquí son: humanidad, perfeccionamiento, fin e integralidad.

La segunda parte de la consideración de la educación atiende a dos elementos básicos de la misma: el sujeto que lleva a cabo la acción de educar (el educador, el agente o agencias educativas) y el sujeto en el que se concreta el efecto de dicha acción (el educando). Hemos dispuesto las notas refiriéndonos al sujeto que educa: influencia, intencionalidad, actividad, comunicación y continuidad y al sujeto que se educa: individualización y socialización.

La tercera se interesa por lo que hacen el educador y el educando en situación educativa, es decir, por la enseñanza y el aprendizaje, respectivamente. Se destacan de la enseñanza la sistematización y la graduación, mientras que del aprendizaje se estudia el adoctrinamiento, la manipulación, la instrucción y Información, con la intención de establecer límites precisos entre conceptos que son fácilmente confundibles.

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Perfeccionamiento Humano El ser humano nace inacabado y la educación, entendida como proceso, lo que pretende es modificarlo para completarlo y optimizarlo. La educación trata de hacer a la persona mejor de lo que en un principio es, en un permanente proceso de perfeccionamiento. Finalidad e Integralidad La finalidad educativa, tiene que ver con el ser humano. Un ser humano dotado de todas sus cualidades y dimensiones. Por eso se dice que la educación se dirige hacia el perfeccionamiento integral de la persona, no debiéndose descuidar ninguna de sus capacidades integrantes: cognitivas, morales, efectivas, éticas, estéticas, sociales, etc Influencia La educación implica relación social, influencia humana de unos sobre otros. Ahora bien, a todas las influencias no las podemos considerar como educativas, ya que deben cumplir algunos requisitos, tales como el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona. En los ámbitos formalizados deberá haber acuerdo previo entre la persona que ejerce el influjo y la que lo recibe. Intencionalidad, Comunicacíón y Actividad Los procesos educativos que se producen en los contextos institucionalizados (formales y no formales), en los que la voluntariedad, la planificación y la intencionalidad son rasgos distintivos. Todos aquellos influjos que han sido controlados y organizados por parte del educador de una forma consciente, deliberada e intencional, para que incidan positivamente sobre el sujeto con el objeto de lograr su plenitud, entendida ésta como fin, son los que deben considerarse como propiamente educativos.

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La educación es un fenómeno que se basa en las influencias que establecen las personas entre sí, tratándose de un proceso esencialmente relacionar, en el que la comunicación juega un papel determinante. Ahora bien, mientras que la relación comunicativo consiste básicamente en 'la interrelación que sostienen dos o más personas cuando intercambian información, la acción educativa, como apunta Colom (1982), está enmarcada en un conjunto de normas y valores propios de un determinado sistema cultural, pretendiendo lograr la formación del sujeto. La educación como proceso de perfeccionamiento implica acción por parte del educador (agente educativo) y del educando. El primero, de una forma premeditada y sistematizado, trata de organizar el contexto en el que se produce la enseñanza, con la intención de favorecer el proceso perfectivo en los educandos, que se concretará en e aprendizaje. Todas las tareas de planificación del currículum, tales como la determinación de objetivos, la selección y secuenciación de contenidos, la metodología, los recursos, las relaciones sociales, la evaluación, etc., son aspectos propios de la tarea docente, desde la óptica de la acción. Pero el sujeto para el que está pensada esta estrategia didáctica también debe poner en juego distintos recursos intelectuales para que la información que recibe se integre, de manera significativa y funcional, con los conocimientos que ya poseía. Continuidad Cuando hemos hablado de la actividad y de la comunicación, se ha planteado la necesidad de que las interacciones entre las personas sean constantes y permanentes. Por ello, la educación puede, y debe, abarcar todas las etapas de la vida, y no circunscribirse sólo a las etapas escolares. El concepto de «educación permanente» ha asimilado conceptualmente esta dimensión de la educación, planteando la constante necesidad que tenemos de educarnos, y dando lugar a nuevos ámbitos educativos como la «educación de adultos», la «educación de las personas mayores», etc. Individualizacíón y Socializacíón Desde el punto de vista individual, se aspira a que el sujeto adquiera las competencias formativas necesarias que le permitan la comprensión y el manejo de los elementos culturales imprescindibles para modificar y cambiar su entorno. Logrado un cierto nivel de madurez y de formación, el sujeto puede trazar sus propias metas educativas y los medios idóneos para su consecución, entendiéndose en este caso la educación como autorrealización. Desde el punto de vista social, la educación se concibe como un proceso socializador, que procura la adaptación y la incorporación del sujeto a su medio físico y social, a través de la adquisición de los elementos propios de la cultura (lenguaje, habilidades, costumbres, actitudes, normas, valores, etc.). Enseñanza/Aprendizaje La enseñanza se predica del agente que influye intencionalmente en el educando para que aprenda. La graduación es otra característica de la enseñanza y se relaciona con la anterior. Plantea la necesidad de que en dicho proceso exista cierto orden, ya que el aprendizaje se va estructurando sobre conocimientos previos. El aprendizaje es el efecto de la educación. Son los cambios que se producen en el sujeto que se está educando como consecuencia de las influencias educativas y que son congruentes con las finalidades propuestas. Cuando se produce el aprendizaje deseado, decimos que se han alcanzado los objetivos educativos, como consecuencia de la intencionalidad del agente educativo que planifica la enseñanza ocupándose de su diseño y de su puesta en acción.

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El aprendizaje se puede alcanzar utilizando diversas estrategias. Si en el proceso de enseñanza se procura presentar los contenidos que interesan al sujeto que enseña por motivos ideológicos, no dando la posibilidad de crítica o réplica y limitando de esta forma la comprensión de lo que se aprende, se habla, de adoctrinamiento, que es una forma de manipulación debida a la intencionalidad, por parte de quien enseña, de sesgar la información. No obstante, el educador ha de seleccionar los contenidos, pero sin intencionalidad ideológica, sino educativa. La Instrucción es un proceso de enseñanza en el que el educador elige determinados contenidos educativos para que el sujeto los aprenda, con una escasa participación de la comprensión. Cuando los contenidos de enseñanza son organizados intelectualmente, llegando al entendimiento completo de los mismos y estableciendo relaciones cognoscitivas con lo que ya se sabía con anterioridad, se logra un aprendizaje de más calidad por su significatividad y funcionalidad, utilizándose para ello el término de formación.

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GLOSARIO DE TÉRMINOS La actividad educativa intencional y sistemática, produce como efecto un desarrollo perfectivo en el sujeto, que le acerca al modelo de hombre educado. Perfeccionamiento tiene un sentido dinámico, de proceso, en el cual está inmerso un sujeto que no ha llegado a la situación definitiva de perfección, pero que camina hacia ella. Se dice que algo es perfecto cuando su terminación es tal que no le falta nada, está completo. Hablar, pues, de ‘perfección’ en educación es intentar un objetivo final fuera del alcance de nuestras posibilidades, pero sí se pueden distinguir dimensiones parciales y fases en este proceso, así: ENSEÑANZA El término proviene del latín (insignare) y significa “señalar hacia”, también “mostrar algo a alguien”. En sentido etimológico, por lo tanto, habrá enseñanza siempre que se muestre algo a los demás. Pero este significado no es el que interesa específicamente a la educación, por cuanto sólo incide sobre la acción de quien enseña, el docente, sin hacer mención al sujeto receptor, el discente. El concepto de enseñanza que ahora nos interesa es el de ‘enseñanza eficaz’, aquélla que logra los propósitos por los cuales se realiza la acción de “mostrar algo”. Por ello se insiste en que enseñanza como acción educativa supone el aprendizaje, esto es, que ‘si el alumno no aprendió, el maestro no enseñó’. APRENDIZAJE Deriva también del latín (apprehendere) y significa etimológicamente “adquirir”. Constituye el correlato lógico de la enseñanza. El aprendizaje supone un cambio en la capacidad humana con carácter de relativa permanencia, no atribuible simplemente al proceso natural de desarrollo. El aprendizaje está, por tanto, en la base de todo proceso educativo, en la misma medida en que diferenciamos la educación del simple desarrollo natural del sujeto, si bien todo aprendizaje no puede calificarse de “educativo”, a menos que sea congruente con las metas de perfeccionamiento fijadas en la educación. INSTRUCCIÓN Etimológicamente significa “construir dentro” (instruere). Desde la perspectiva educativa, se considera a la instrucción como la síntesis resultante del proceso de enseñanza-aprendizaje, mediante el cual el sujeto adquiere conocimientos de manera organizada. La instrucción basada en aprendizajes coherentes con las metas educativas se convierte en una fase propia e inmediata del proceso educativo. Esta vinculación de la instrucción con la educación es considerada de manera más o menos intensa según los autores. Mientras para Herbart no hay instrucción que no eduque y para García Hoz “la instrucción no se da si no hay una realidad pedagógica”, otros autores (como Nassif) distinguen entre instrucción y educación, reservando la primera para denominar la construcción de la dimensión intelectual del hombre, mientras que la educación comprendería la totalidad de las dimensiones humanas. Sarramona defiende que no hay educación sin instrucción (como no puede haberla sin aprendizaje), pero no toda instrucción es forzosamente educativa, sino sólo aquélla que se basa en conocimientos compatibles con los valores y modelos educativos. La experiencia vital demuestra que no se puede separar el cultivo de la inteligencia de la conformación de la voluntar moral, pero también advierte que ‘persona instruida’ no es equivalente necesariamente a ‘persona educada’, por cuanto se puede estar bien instruído para realizar acciones que se apartan de los modelos considerados valiosos desde la perspectiva educativa. CAPACITACIÓN Es un término que se utiliza para designar la adquisición de conocimientos y técnicas que se requieren para ejercer una profesión o actividad determinada. La instrucción forma parte del proceso, por cuanto incide sobre la forma organizada de adquirir los conocimientos y técnicas.

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ADIESTRAMIENTO Adiestramiento y entrenamiento son términos que, en castellano, son prácticamente sinónimos y se emplean para designar una dimensión del proceso instructivo: la que se refiere a la adquisición de destrezas para realizar tareas concretas. En un programa de capacitación habrá necesidad de adiestramiento cuando contemple la adquisición de destrezas. FORMACIÓN Muchos autores consideran al concepto como equivalente al de educación, equiparándose “proceso educativo” y “proceso formativo”. Otros consideran la formación como un estadio superador de la simple instrucción pero permaneciendo estrechamente vinculado con ella, ya que se refiere al ámbito intelectual. Consideran que la formación comparte con la instrucción el ofrecimiento de un contenido pero excede a la simple adquisición de conocimientos o de destrezas en el sentido de que convierte la materia transmitida en un elemento “libremente disponible y fecundo espiritualmente” (Willmann, 1948), INFORMACIÓN Se trata de un término que puede tener varias acepciones. La acepción más corriente es la referida a noticias, vinculándose así a la teoría general de la comunicación. Cuando se relaciona con la educación, el hecho informativo aparece vinculado al hecho comunicativo; “formarse” es “informarse” en el sentido no tan sólo de dar y recibir noticias, sino en el de formalizar y estructurar consistencias, en el de configurar al hombre como ser personal y social. El concepto de información adquiere hoy una fuerza especial debido a las nuevas tecnologías (de la información), a los nuevos lenguajes (informáticos), a los nuevos conocimientos sobre biología (información genética), etc. La información es una característica de nuestros tiempos, y de su objetividad y acceso a la misma depende en gran parte el nivel democrático de las sociedades: ‘información es poder’. Por ello, la información constituye un aspecto muy importante que ha de tenerse presente en la educación. ADOCTRINAMIENTO/ MANIPULACIÓN En el pasado “adoctrinar” significó enseñar en general, pero hoy el término ha tomado una connotación peyorativa, hasta el punto que se presenta como una cierta antítesis a la auténtica educación. Se suele entender como adoctrinamiento el proceso de enseñar sin razonar ni justificar, para que los mensajes transmitidos aparezcan como indiscutibles para el receptor. Algunos de los criterios para determinar la existencia o no de adoctrinamiento son: la intención del docente, ejemplo: que éste vea y presente la verdad de una proposición o de un hecho con tanta seguridad que nada puede minar esa creencia (White, 1969); o el contenido del mensaje transmitido en la enseñanza (en este caso se suele aludir a contenidos religiosos, políticos, ideológicos). “Las diferencias entre educador y adoctrinador residen en que este último trata las normas como ‘inherentes a la naturaleza de las cosas’, como si no fuera siquiera concebible que pudieran ser malas... el educador, por el contrario, saluda al criticismo y está preparado para admitir que no siempre conoce las respuestas” (Passmore, 1969, citado por Sarramona). No obstante, una duda surge: ¿es adoctrinamiento la enseñanza de las reglas morales a los niños de corta edad, incapaces de entender razonamientos y de establecer críticas?. Y, en caso afirmativo, ¿cabe hacer actuar de otro modo?. La realidad psicológica del ser humano impone el hecho de que la educación deba iniciarse con una fase de adoctrinamiento en este sentido, condicionante y a la vez posibilitador de la educación plena posterior, cuando ya el sujeto educando puede erigirse en rector de su propio perfeccionamiento. Un tema aparte lo pueden constituir las creencias religiosas, donde no todo deja margen a la racionalización y a la crítica subjetiva. Pero aquí la justificación del posible adoctrinamiento estaría en la naturaleza misma de la doctrina y no en la naturaleza del proceso de transmisión.

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Mientras la educación se rige siempre por los criterios de autonomía, libertad y potenciación del ser humano en todas sus dimensiones, la manipulación y el adoctrinamiento se dirigen al control de la voluntad, de la mente o del organismo.