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UNIVERSIDAD DE MURCIA DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA Fenomenología, metafísica y deconstrucción: ensayo sobre la lectura arendtiana de Agustín de Hipona D. Agustín Palomar Torralbo 2015

UNIVERSIDAD DE MURCIA - digitum.um.es. Arendt y San Agustín... · edición las propias autoras añadieron un importante ensayo sobre las claves agustinianas del pensamiento de Arendt

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  • UNIVERSIDAD DE MURCIA

    DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    Fenomenologa, metafsica y deconstruccin: ensayo sobre la lectura arendtiana de Agustn de

    Hipona

    D. Agustn Palomar Torralbo

    2015

  • DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    Fenomenologa, metafsica y deconstruccin: ensayo sobre la lectura arendtiana de Agustn de

    Hipona

    Tesis doctoral

    Agustn Palomar Torralbo

    Dirigida por Patricio Pealver Gmez

    Murcia 2015

  • Para Agustn e Ignacio: Con sus vidas se llenaron nuestros mundos

  • A una rosa

    Ayer naciste, y morirs maana. Para tan breve ser, quin te dio vida?

    Para vivir tan poco ests lucida, y para no ser nada ests lozana?

    Si te enga tu hermosura vana, bien presto la vers desvanecida,

    porque en tu hermosura est escondida la ocasin de morir muerte temprana.

    Cuando te corte la robusta mano, ley de la agricultura permitida,

    grosero aliento acabar tu suerte.

    No salgas, que te aguarda algn tirano; dilata tu nacer para tu vida,

    que anticipas tu ser para tu muerte.

    Luis de Gngora

  • La rosa La rosa, la inmarcesible rosa que no canto, la que es peso y fragancia, la del negro jardn en la alta noche, la de cualquier jardn y cualquier tarde, la rosa que resurge de la tenue ceniza por el arte de la alquimia, la rosa de los persas y de Ariosto, la que siempre est sola, la que siempre es la rosa de las rosas, la joven flor platnica, la ardiente y ciega rosa que no canto, la rosa inalcanzable. J. L. Borges

  • Agradecimientos Al final del trabajo vuelve uno a los orgenes. En el origen estn mis padres y mis

    hermanas. Ellos han sido ejemplo de trabajo incansable, de coraje, de generosidad y de

    reciedumbre. Quienes los conocen, lo saben sobradamente. A los padres hay que

    agradecerles siempre el que hayamos tenido en la vida experiencia de lo ms

    importante: del amor incondicional. En el origen tambin est Pilar y nuestros hijos. Su

    apoyo ha sido constante para este trabajo, aunque les haya quitado durante ms de un

    ao demasiado tiempo, casi todo el tiempo. Nadie me ha facilitado tanto las cosas como

    ella para centrarme en la filosofa con la generosidad de su tiempo. Tambin en el

    origen est el grupo de la AAFI de Granada. Con ellos aprendo en cada una de nuestras

    sesiones a trabajar con rigor y, al mismo tiempo, a disfrutar de la amistad. En nuestras

    reuniones se me hace patente cmo la filosofa que siempre est en los mrgenes de mi

    vida es, sin embargo, lo ms central. A mi Maestro no slo le debo el nimo que

    siempre me ha dado para iniciar una investigacin de doctorado sino sobre todo la

    cercana y el dilogo, las mejores condiciones en las que verdaderamente se cultiva la

    filosofa. Que la admiracin pueda convivir con la amistad es algo, sencillamente,

    maravilloso que est en el origen de muchas exigencias y de muchas satisfacciones. A

    mis compaeros del IES la Madraza, especialmente, a los de mi Departamento, Lengua

    y Literatura, les agradezco que me hayan perdonado mi relativa ausencia durante el

    curso pasado. Trabajar con ellos me da la posibilidad de aprender. Y a mi tutor, Patricio

    Pealver, he de agradecerle su palabra justa y precisa y el haber hecho posible este

    trabajo. Su honestidad intelectual, tan sobrecogedora, ha sido la luz en este camino.

    Espero poder seguir disfrutando de su cercana y de su exigencia en el modo de pensar.

    Un trabajo como este tambin lleva la marca de los sitios donde ha sido escrito. Donde

    otros nombran lugares de ensueo para trabajar la filosofa, yo tengo que nombrar la

    Biblioteca de la Escuela de Magisterio La Inmaculada de Granada y la Biblioteca

    Pblica de Armilla. Ah, de la experiencia de la soledad y del encuentro con los textos,

    del silencio y del dilogo con ellos, y del saber y del no saber de la vida, han surgido la

    mayor parte de estas pginas escritas.

  • INTRODUCCIN

    En 1929, en una coleccin dirigida por Jaspers, en la editorial Springer, se publica en

    Berln la disertacin de doctorado de Arendt. El ttulo del libro es Der Liebesbegriff bei

    Augustin y el subttulo, Versuch einer philosophischen Interpretation1. En 1951

    publica su importante libro The Burden of Our Time que, en la segunda edicin y

    definitivamente, llevar el ttulo The Origins of Totalitarianism. Entre la obra de

    juventud y la obra que har de ella una reputada pensadora de la poltica median ms de

    veinte aos. De 1924 a 1926 estudia Arendt en Marburgo bajo la influencia de

    Heidegger, en esos aos en los que Heidegger orientaba las lecturas de los clsicos

    desde la fenomenologa y en los que lentamente va fraguando Sein und Zeit. En una

    carta fechada el 9 de Febrero de 1950, ella confiesa expresamente a Heidegger que tuvo

    que dejar Marburgo por su causa: Podra aadir, siendo objetiva, que desde luego no

    slo call por discrecin, sino tambin por orgullo. Pero tambin por amor a ti para no

    hacer nada ms difcil de lo que debe ser. Slo me march de Marburgo por ti2. Pero

    fue el propio Heidegger el que propuso que Arendt se marchara a estudiar bajo la

    direccin de Jaspers a Heidelberg. All prepara su tesis de doctorado que concluye en

    1928. El examen oral tuvo lugar el 26 de Noviembre de 19283.

    En la plena madurez de su pensamiento, a principios de los aos 60, una

    editorial americana compra los derechos de edicin de la publicacin de su texto de

    1929. E. B. Ashton es contratada para hacer una traduccin del texto, esta traduccin

    luego es entregada a Arendt para su revisin. Y, de nuevo, en una carta a Jaspers

    fechada el 16 de Enero de 1966, aunque considera que la traduccin es bastante decente

    (quite decent), afirma que el texto tal y como fue concebido no resulta muy til y que

    1Der Liebesbegriff bei Augstin. Versuch einer philosophischen interpretation, Verlag von Julius Springer, Berlin, 1929. La edicin utilizada reproduce la de 1929, ha sido publicada por George Olms Verlag, Hildesheim, 2006 y cuenta con un Prologo y un ensayo introductorio a cargo de Frauke A. Kurbacher cuyo ttulo es Liebe zum Sein als Liebe zum Leben. Ein einleitender Essay. Adems de la edicin alemana hemos utilizado, obviamente, la inglesa: Love and Saint Augustine, edited by Joanna Vecchiarelli Scott and Judith Chelius Stark, Chicago, University of Chicago Press, 1996. Tambin nos ha sido til edicin francesa realizada a partir de la edicin de 1929: Le concept damour chez Augustin, ditions Payot & Rivages, 1991. La referencia de la edicin espaola es la siguiente: El concepto de amor en san Agustn, trad. A. Serrano de Haro, Ediciones Encuentro, Madrid, 2001. La edicin espaola se ha hecho a partir de la edicin alemana y de los aadidos de la edicin inglesa. Para las citas se ha optado por poner en cada nota a pie de pgina la edicin utilizada. 2 Arendt H. / Heidegger, H., Correspondencia (1925-1975), trad. A. Kovacsics, Herder, Barcelona, 2000, p. 72. 3 Cf. Arendt, H. / Jaspers, K., Correspondence (1926-1969), Harcourt Brace & Company, San Diego, New York, London, p. 689.

  • 14

    necesita ser reescrito en ingls, no en latn con la finalidad de que la gente que no ha

    aprendido estenografa filosfica pueda entenderlo4. Arendt acomete la tarea de su

    revisin, pero, finalmente, la abandona y el trabajo no sale publicado. La reescritura del

    texto se interrumpe en el captulo central dedicado a la metafsica. En la Librera del

    Congreso, donde se guardan los manuscritos de Arendt, se encuentran los textos de las

    traducciones en dos carpetas: una de ellas la carpeta II es cronolgicamente anterior

    y contiene la total traduccin llevada a cabo por Ashton; en la otra, se encuentra la

    traduccin que incorpora las correcciones de la propia Arendt sobre la traduccin5.

    Sobre este material Scott y Stark han llevado a cabo la edicin inglesa de la obra

    publicada en 1996. En esta edicin el texto de la carpeta II viene dado como el texto A

    mientras el texto de la carpeta I viene dado como el texto B. De tal manera que tomando

    la edicin inglesa se puede comprobar las marcas de las correcciones de Arendt sobre

    el texto traducido de Ashton. Por ello, con razn, se ha sealado que el trabajo de

    Arendt sobre san Agustn aparece en cualquier caso revisado y, no obstante, en su

    ncleo intacto 6. Esto demostrara, por otra parte, que, para Arendt, la cuestin de la

    edicin y de la reescritura del viejo texto fue, por otra parte, algo importante7. A esta

    edicin las propias autoras aadieron un importante ensayo sobre las claves agustinianas

    del pensamiento de Arendt. En la introduccin sealan las vicisitudes del texto y puede

    comprobarse ah, en un cuadro inicial, qu partes del texto definitivo toma la versin A

    de la obra y qu partes, la versin B8.

    H. Young-Bruehl, en la primera edicin de su biografa sobre Arendt, en una

    nota a pie de pgina, nos da una razn plausible de porqu Arendt interrumpi el

    proyecto de elaborar una versin inglesa de su primer libro:

    Una copia de la traduccin preliminar de la tesis doctoral de Arendt que fue

    preparada por E. B. Ashton se halla en los Arendt Papers, Library of Congress.

    Las disposiciones para su publicacin en ingls no se consumaron. Arendt quera

    revisar la obra y empez a hacerlo en 1964, pero nunca complet el proyecto.

    Las revisiones que hizo, en notas marginales sobre el manuscrito, llevaban tan

    4 Ibid. p. 622. 5 Cf. Scott, J. V. and Stark, J. Ch., Rediscovering Hannah Arendt en Love and Saint Augustine, cit., p. xi; Kampowski, S., Arendt, Augustine and the New Beginning. The Action Theory and Moral Thought of Hannah Arendt in the Light of Her Dissertation on St. Augustine, Eerdmans Publishing Company, Michigan, 2008, pp. 13-14. 6 Vzquez Villagrasa, M., A., Leer a san Agustn, Logos. Anales del Seminario de Metafsica, n. 36, 2003, p. 295. 7 Ibid. 8 Scott, J. V., and Stark, J. Ch., Rediscovering Hannah Arendt, cit., p. xii.

  • 15

    lejos su postura crtica que la intencin de la tesis qued bloqueada. Para

    producir un texto coherente probablemente tendra que haber empezado desde el

    principio9.

    Segn esta nota, la reescritura del texto de san Agustn requerira, pasado el

    tiempo, no simplemente de una traduccin y adaptacin al ingls del viejo texto escrito

    en alemn, con expresiones en latn y trminos en griego sino de una nueva escritura.

    Segn su bigrafa, esta necesidad se impuso desde la propia postura crtica de Arendt

    ante el texto, de tal manera que la intencin que anim su escritura primera qued

    bloqueada: el significado de aquel viejo texto pareca ya ser incomprensible para el

    nuevo tiempo. El ejercicio de la traduccin llevado a cabo por otra persona se impuso

    como un ejercicio de reescritura para la propia Arendt que no pudo completar. Hay que

    reescribir el propio texto, comenta en la misma carta del 16 de Enero de 1966 a

    Jaspers10. Sin embargo, aquel viejo texto, que parece escrito en el lenguaje enigmtico

    de la filosofa, no resulta ser tan alejado, a pesar del paso del tiempo, de la propia

    Arendt. As escribe: Es extrao: por un lado, ha pasado una eternidad; pero, por otro

    lado, me reconozco todava en cierta medida, s exactamente lo que quera decir

    entonces, e incluso puedo leer an el latn fluidamente, si se trata de Agustn11. A pesar

    del tiempo pasado, expresado en la hiprbole una eternidad, Arendt se reconoce en lo

    escrito entonces y se reconoce en la lengua en la que entonces ley a san Agustn. Y es

    posiblemente este reconocimiento y esta familiaridad con lo escrito hace ms de dos

    dcadas lo que, sin duda, la anima a reescribir de nuevo el texto. Y, sin embargo, como

    parece sealar su bigrafa, de nuevo, la distancia del tiempo bloquea el proyecto:

    tendra que escribirse tan nuevamente el texto que ya habra de ser otro y no aquel

    primero.

    Para la perspectiva del lector, sin duda alguna, esta dificultad, que hace difcil

    casar la obra de juventud de Arendt con el resto de sus escritos, no vendra slo dada

    por el modo peculiar en el que Arendt lee a Agustn de Hipona, ni por la distancia que,

    9 Young-Bruehl E., Hannah Arendt. Una biografa, Paids, Barcelona, 2006, p. 141. La primera edicin de esta biografa fue publicada en 1982, la segunda en 2004. La primera edicin no tuvo en cuenta ni la publicacin del epistolario de Arendt y Heidegger, ni la publicacin de la traduccin con las correcciones del texto de Arendt sobre Der Liebesbegriff. En la segunda edicin Young-Bruehl aadi un importante prefacio a la segunda edicin en el que resta importancia a la publicacin de esta correspondencia en tanto que la mayora de las cartas de Arendt, argumenta, se habran perdido y slo se conservan mayormente las de Heidegger. Tambin en este prefacio se distancia de la narracin de E. Ettinger sobre el affaire calificndolo de fantasioso. La versin de Ettinger del affaire escribe, aunque inspirada en las cartas de Arendt y Heidegger, es una fantasa (Ibid., p. 21.). 10 Arendt, H. / Jaspers, K., Correspondence (1926-1969), cit., p. 622. 11 Ibid.

  • 16

    en principio, parece existir entre el ensayo de interpretacin filosfica de Arendt sobre

    san Agustn y su ocupacin, posterior, en cuestiones de filosofa poltica sino,

    principalmente, por la relacin que guardaba el texto de 1929 con el acontecimiento del

    totalitarismo. Por ello, es legtima la pregunta acerca de si este libro de Arendt es algo

    ms que un momento fugaz y coyuntural dentro de su obra, un libro de juventud,

    redactado dentro del marco de las obligaciones universitarias y que podra haber

    desaparecido en la tormenta12. En efecto, a raz de afirmaciones como esta, cabe hacer

    algunas preguntas: tiene alguna relevancia la lectura de Arendt de san Agustn para su

    pensamiento poltico marcado por el totalitarismo? Puede, en este sentido, un trabajo

    de juventud escrito, dentro de un contexto acadmico determinado, donde la

    fenomenologa y el anlisis de la existencia se erigan en las corrientes principales del

    pensamiento, tener alguna relevancia para la comprensin del hecho poltico que rompe

    con las formas tradicionales del pensamiento? No forma parte san Agustn de esa

    tradicin filosfica y teolgica que el propio totalitarismo hizo entrar en crisis? Su

    filosofa y teologa no es parte de esa tradicin metafsica bajo la que no es posible

    disponer de las categoras adecuadas para comprender el totalitarismo? No es san

    Agustn una figura especialmente sealada de la historia de la metafsica que ha de ser

    dejada definitivamente atrs en virtud de las nuevas exigencias del pensamiento poltico

    tras el totalitarismo? Pero es ms, acaso puede san Agustn entrar en el juego del

    pensamiento en tanto que para l la relacin entre filosofa y teologa, entre razn y fe

    no son excluyentes sino que una ha de apoyarse necesariamente en la otra? Qu inters

    puede seguir despertando la obra del pensador de la patrstica para un pensamiento

    poltico que ha de pensar y orientar la accin en los confines mismos de la modernidad?

    Podemos constatar que san Agustn tuvo una importancia decisiva para la configuracin

    del pensamiento poltico en la Edad Media13, pero es claro que, exceptuando los restos

    que de l quedan en los propios textos de Arendt, ya no ocupa lugar alguno para las

    12 Collin, F., Nacer y tiempo. Agustn en el pensamiento arendtiano, en Biruls, F. (ed.), Hannah Arendt. El orgullo de pensar, Gedisa, Barcelona, 2000, p. 79. 13 San Agustn, como es bien sabido, tuvo una influencia enorme en el pensamiento poltico a lo largo de toda la Edad Media. A grandes rasgos, ser a travs del pensamiento de san Agustn como el Estado romano qued absorbido dentro del pensamiento cristiano dando lugar a la teocracia medieval, como el orden natural qued convertido en el orden espiritual, como el derecho natural vino a formar parte del derecho sobrenatural y como el derecho del Estado se supedit al derecho eclesistico. El desarrollo y afianzamiento de estos cambios, que naciendo de san Agustn fueron ms all de l, es lo que se conoce como agustinismo poltico. El agustinismo poltico se formara en torno, principalmente, a las doctrinas del papa Gregorio Magno y de San Isidoro de Sevilla a partir del siglo VII. Para este tema es de referencia obligada: Arquillire, H. X., El agustinismo poltico. Ensayo sobre la formacin de las ideas polticas en la Edad Media, Universidad de Granada/Universidad de Valencia, 2005. El libro de Arquillire fue publicado originariamente en 1934.

  • 17

    cuestiones polticas de nuestro tiempo ms all de las referencias que de l se hacen

    dentro de la teologa14. Pero centrmonos en el lugar que el libro de san Agustn tiene en

    el pensamiento de Arendt. Veamos, brevemente, la relevancia que algunos estudiosos de

    la obra de Arendt conceden a este primer texto.

    El pensamiento de san Agustn podra haber sido, como dice, Collin agua

    pasada y, sin embargo, permanece, constantemente en los escritos de Arendt. Las

    referencias a san Agustn bien es verdad que con poca variedad de las mismas estn

    presentes en los lugares ms significativos de sus principales textos y san Agustn pasa

    por ser uno de los autores ms citados. Esta relevancia ya fue sealada en un importante

    artculo por R. Beiner. R. Beiner insisti en un ensayo publicado en 1966 y titulado

    Love and Worldliness: Hannah Arendts Reading of Saint Augustine, que, aunque no

    pueda ser negada la impronta para su reflexin poltica de los acontecimientos acaecidos

    en Europa de 1930 a 1940, lo cierto es que la carrera intelectual de Arendt comenz con

    el libro de san Agustn. Este libro para Beiner marc particularmente la orientacin

    hacia la poltica en Arendt. Afirma Beiner que en el libro sobre san Agustn no slo

    estn presentes los temas que luego Arendt tratar en su propia filosofa poltica sino

    que incluso, a raz de esta primera obra, ya se le puede atribuir al trabajo de Arendt el

    calificativo de filosofa poltica15. Beiner parte en su ensayo de la tesis de que el

    trabajo filosfico de Arendt naci en una confrontacin directa con la tesis del

    cristianismo, ms especficamente, con la tesis jonica de que el amor al mundo es

    incompatible con el amor de Dios16. No es por tanto accidental, considera Beiner, que

    14 Una interesante excepcin es la siguiente: Eric, G., Politics & the order of Love. An Augustinian ethic of Democratic Citizenship, The University of Chicago Press, Chicago and London, 2010. En este texto, el autor lleva a cabo un dilogo entre san Agustn y el liberalismo moderno mostrando de qu modo elementos del agustinismo estn todava vivos en el debate sobre el liberalismo y llevando tambin a cabo una reconstruccin racional de lo que el autor llama el liberalismo agustiniano. El tema que hace posible este dilogo es el amor como ordo amoris un tema central de la metafsica de san Agustn y los autores que se dan cita, entre otros, en l, son: Rawls, Arendt, Nussbaum, MacIntyre. El captulo cuarto, que lleva por ttulo Love as Political Vice, est dedicado ntegramente a la lectura arendtiana de san Agustn. 15 Beiner, R., Love and Worldliness: Hannah Arendts Reading of Saint Augustine en Larry M. and Khon, J. (ed.), Hannah Arendt: Twenty Years Later, Massachusetts Institute of Technology, 1996, p. 270. En la nota a pie de pgina n 3, Beiner da cuenta de que, cuando escribi su ensayo, an no estaba disponible la traduccin de la obra de Arendt llevada a cabo por Ashton que se encuentra como texto manuscrito en la caja 66 de la Librera del Congreso. Tambin da cuenta de que una porcin importante del manuscrito, que corresponde a las pginas 7-53 de la edicin original alemana y que l consult, fue revisado por la propia Arendt a principio de la dcada de los sesenta (cf. Ibid. p. 281). 16 La cita que toma como referencia el trabajo de Beiner es la de Primera Epstola de Juan 2, 15. Aqu dice el escritor bblico que el que ama el mundo o a cualquier cosa perteneciente al mundo ya no slo no ama a Dios sino que en l no est el amor de Dios. Es este amor primero el que se altera y se rompe cuando el amor del hombre se inclina y vuelca hacia el trato de las cosas del mundo y, por tanto, hacia el propio mundo. En el trato y en el afecto que el hombre dispensa a las cosas del mundo cierra su apertura hacia Dios y, por tanto, cierra la posibilidad de ver cmo el amor de Dios llega a l. Como veremos

  • 18

    Arendt dedicara su atencin, en el inicio mismo de su carrera, a la figura de san

    Agustn. El compromiso de Arendt con la poltica pasara, de este modo, por una

    confrontacin con el cristianismo agustiniano17. Es, en este sentido, en el que puede

    decirse que la primer libro de Arendt ya entraba dentro de sus preocupaciones polticas

    antes de que tuvieran lugar el asenso de Hitler al poder y antes de que ella fuera

    reclamada, en virtud de esa experiencia, a concentrar su atencin en el pensamiento

    poltico. En este sentido, para Beiner la trayectoria filosfica de Arendt tendra un inicio

    relevante con el texto de san Agustn que surgi antes del impacto de los regmenes

    totalitarios. Y as, para l, la primera obra sobre san Agustn tendra su continuidad en

    The human condition de 1958, la cual es considerada para el autor como la contribucin

    ms importante de Arendt en el terreno de la filosofa poltica. Esta obra culminara y

    concretara el proyecto iniciado con el estudio de san Agustn y en ella Arendt intentara

    volver a darle dignidad a la existencia mundana a travs del estudio de las funciones de

    las actividades humanas18.

    Tambin en esta obra temprana ya estaran operando las categoras de

    mortalidad y natalidad que Arendt desarrollara posteriormente. Sostiene Beiner,

    profundizando en esta cuestin, que la primera parte de Der Liebesbegriff presentara la

    perspectiva de la muerte mientras la segunda la cuestin de la natalidad. Y las dos juntas

    cubriran el a dnde whither y el de dnde whence de la existencia humana, lo cual

    marcara, a travs del anlisis del amor en san Agustn, la perspectiva de los dos polos

    de temporalidad humana19. Por ltimo, en la tercera parte del libro de san Agustn, ya

    estara presente el principio de la comunidad en la tesis agustiniana de que el amor recto

    hacia el prjimo requiere ser compartido con todas los hombres como criaturas all

    creatures fundndose as lo comn en la pertenencia a un origen histrico comn en

    Adn20. De aqu, surgira para Beiner, la gran disyuntiva con la que Arendt forceje a

    lo largo de toda su trayectoria filosfica: la de considerar el mundo, o bien como un

    mundo alienado, o bien como un lugar como en el que sentirse en casa. Ante esta

    disyuntiva, en cualquier caso, sostendra la tesis de que la actitud propiamente poltica

    sera la de aquellos que estando en el mundo lo aman.

    nosotros, la pre-ocupacin de las cosas del mundo cierra la pre-ocupacin de las cosas de Dios. Esta radical oposicin revela ya en la cita de San Juan las dos actitudes fundamentales y antitticas que puede adoptar el hombre y que son determinantes, como veremos, en la lectura arendtiana de san Agustn. 17 Cf. Ibid., p. 269. 18 Ibid., p. 270. 19 Ibid., p. 277. 20 Ibid., p. 278.

  • 19

    Ms crtica es la posicin T. Tsao que, en su artculo Arendts Augustine21, ha

    sealado la distancia que hay entre el texto de Arendt de 1929 y su obra posterior. En

    primer lugar, seala certeramente que el aserto Initium ergo ut esset, creatus est homo,

    que ha pasado a ser la huella indeleble de san Agustn en Arendt, slo expresa la

    creacin del primer hombre por Dios a partir del cual toda la humanidad ha

    descendido22 y no debe ser tomada, en el contexto del pensamiento agustiniano, como

    la condicin principal para la accin. En segundo lugar, tambin ha sealado que, a la

    altura de 1929, todava el tema de la natalidad no tena para Arendt la relevancia que

    luego adquiri a partir de la dcada de 1950 en su teora de la accin. Efectivamente,

    fue en la reelaboracin de la disertacin cuando se aadieron los pasajes relativos a la

    natalidad. Incluso, seala Tsao, que estos aadidos son incongruentes con el argumento

    original23. Por ello, segn esta perspectiva, la tesis de Arendt sobre la natalidad en

    relacin con la accin, como el origen de poder comenzar de nuevo, ha de entenderse

    necesariamente a partir de Los orgenes del totalitarismo. Slo ah emergera el

    problema de la libertad de la accin humana como una capacidad de comenzar de

    nuevo. Siguiendo, por ello, a Tsao, aunque puedan encontrarse en el primer texto de

    Arendt las races de su posterior teora de la accin no se encontrara como tal una teora

    de la accin que slo tendra su lugar de aparicin plenamente tras el debacle de los

    totalitarismos. De este modo, el valor de Der Liebesbegriff estara en ser un documento

    importante en la maduracin del pensamiento de Arendt en el aprendizaje de la filosofa

    con Heidegger. Sostiene Tsao que, aunque la disertacin de Arendt se hizo bajo la

    supervisin de Jaspers, cada una de las pginas del texto de Arendt refleja la influencia

    de Heidegger24. Ah estaran presentes, a su modo, los temas fundamentales que fueron

    tratados por Heidegger en aquellos aos de preparacin de Sein und Zeit. Arendt a partir

    de la publicacin de Los orgenes del totalitarismo volvera a vincular su trayectoria

    intelectual a la de Heidegger despus de un perodo de ruptura25. Esta vinculacin se

    hara plenamente explcita en el anlisis de Arendt en The Life of Mind en 1978.

    F. Collin ha destacado, por su parte, cmo la reflexin primera de Arendt en

    torno a san Agustn marc los temas alrededor de los cuales articul su pensamiento en

    la madurez:

    21 Tsao, R., T., Arendts Augustine en Benhabib, S. (ed.), Politicis in Dark Times, Cambridge University Press, 2010, p. 39. 22 Ibid., p. 39. 23 Ibid., p. 41. 24 Cf. Ibid. 25 Cf. Ibid., p. 42.

  • 20

    Quisiera tratar de indicar cmo, ms all del parntesis de un trgico silencio

    de veinte aos, el pensamiento de Arendt rehace la matriz de lo que la haba

    atrado en el primer trabajo de estudiante. No porque se atuviera a las tesis

    agustinianas o a lo que haba extrado de ellas en un anlisis al mismo tiempo

    atento y crtico, sino ms bien porque desde aquel primer momento se

    configuran los temas alrededor de los cuales aunque en una coyuntura por

    completo diferente y en trminos distintos articula su reflexin de madurez26.

    Algunos de estos temas seran: el carcter no sistemtico del pensamiento y el

    recurso a la narracin, especialmente a la narracin autobigrfica; la referencia romana

    a la civitas, ms all de la exclusiva referencia a la polis griega; el motivo del tiempo y

    de la espera en la que se convierte todo nacimiento; la inscripcin del dolor humano en

    el horizonte de la redencin; la mundanidad a partir de la propia fabricacin humana

    (fabricatum) en analoga al mundo como creacin de Dios (fabrica Dei); el amor mundi

    como el lema que atraviesa toda la obra de Arendt y que, ya fuera del contexto teolgico

    del pecado, de la redencin y de la gracia, dara lugar a la elaboracin de un

    pensamiento de la comunidad que tendra su sello distintivo en el factum de la

    pluralidad; el concepto cristiano de creacin que rompe la continuidad del tiempo de la

    physis y que hace posible una concepcin del ser humano como creador a imagen de

    Dios27; la idea de la natalidad frente a la concepcin heideggeriana del hombre como

    ser para la muerte. Y, ms all de estos temas, que estaran presentes en el

    pensamiento maduro de Arendt, Collin indica una tesis que marca su hermenutica

    sobre san Agustn: su paso por una filosofa cristiana dara a Arendt una concepcin

    peculiar de lo poltico, una concepcin en la cual se conjugara tanto el elemento de la

    ley y de lo normativo como el elemento de lo que no puede ser ni instituido ni

    asegurado por ella: la fe. La fe articulara todo aquello que en la poltica no es ni puede

    ser sometido a contrato y que, sin embargo, sera necesario para mantener el vnculo de

    la pluralidad entre los hombres en la comunidad poltica28.

    Muy influyente ha sido el ensayo titulado Rediscovering Hannah Arendt de

    Scott y Stark. Nos detenemos, por ello, un poco ms en la hermenutica de quienes han

    montado la edicin del libro que ha avivado los estudios sobre el san Agustn de Arendt.

    Pues bien, comienzan las autoras sealando que el inters de Arendt por la teologa

    26 Collin, F., Nacer y tiempo. Agustn en el pensamiento arendtiano, cit., p. 80. 27 Cf. Ibid., p. 87. 28 Cf. Ibid., p. 95.

  • 21

    cristiana y, en concreto, su fascinacin por san Agustn la hered, ms all de las clases

    de teologa de Guardini a las que asisti, de Heidegger. Luego este inters qued

    reforzado por su relacin intelectual por Jaspers29. Una muestra del inters compartido

    por Heidegger y Arendt por san Agustn sera la conocida carta del 13 de mayo de 1925

    en la que Heidegger escribe a Arendt dicindole que est leyendo en ese momento De

    gratia et libero arbitrio de san Agustn30. En la carta aparece tanto la cuestin del amor

    como el conocido adagio agustiniano: estar en el amor = estar empujado a la

    existencia ms propia. Amo significa volo, ut sis, dice san Agustn en un momento: te

    amo-quiero que seas lo que eres31.

    Scott y Stark sealan la relevancia que para la cuestin del prjimo, dentro de

    un contexto fenomenolgico32, tuvo para la joven Arendt el ir y volver de la filosofa

    cristiana de san Agustn a la filosofa existencial. En esta cuestin ya estaran

    implicadas, a su vez, tanto la cuestin de la fuente social de la accin como su

    fundamento moral. Sin embargo, las autoras norteamericanas sitan, dentro de ese

    contexto fenomenolgico en el que Arendt se form, el estudio de san Agustn como el

    intento de Arendt por redescubrir un pensamiento antitradicional33. Este camino

    comenzara bajo el lema fenomenolgico de ir a las cosas mismas, pero marchara, ms

    all del mismo, hasta el planteamiento de la vida social a travs de la cuestin de la

    relevancia del prjimo34. Este intento de apoyarse en la fenomenologa para descubrir

    de nuevo el pasado, como lo que aconteci en un origen, lo habra tomado Arendt de

    Heidegger. Pero entremos con ms detenimiento en las tesis que jalonan la

    hermenutica de Scott y Stark.

    29 Cf. Scott, J. V., y Stark, J. C., Rediscovering Hannah Arendt, cit., p. 117. 30 El influjo de Heidegger es determinante en la eleccin del tema de la tesis de doctorado de Arendt, pero tambin el influjo de Heidegger continu hasta que Arendt termin su tesis en Heidelberg y se march a Berln en 1929 (cf. Young-Bruehl, E., Hannah Arendt. Una biografa cit., p. 133.). Incluso, este influjo se dej notar, como en otros alumnos de Heidegger, en la adquisicin de una prosa heideggeriana. Tal adjetivo aparece, por ejemplo, utilizado por E. Young-Bruehl cuando se refiere al libro de Arendt sobre san Agustn (Ibid. p. 595). 31 Arendt, H./Heidegger, M., Correspondencia, cit., p. 31. El tema del concepto de amor en Heidegger y su relacin y/o confrontacin con Arendt ha sido desarrollado en: Tmmel, T., N., Wille und Passion. Der Liebesbegriff bei Heidegger und Arendt, Suhrkamp Verlag Berlin, Berlin, 2013. 32 Cf. Scott, J. V., and Stark, J. C., Rediscovering Hannah Arendt, cit., p. 116. 33 Cf. Ibid., p. 117. 34 Cf. Ibid. Esta tesis de las intrpretes norteamericanas ha de ser matizada en un punto al que volveremos luego: el camino del pensamiento de Arendt no sera un ir ms all de las cosas, como expresin estricta de la fenomenologa, hasta arribar en la cuestin fundamental del prjimo y de la vida social sino que la vida social y la cuestin poltica seran, justamente, el asunto mismo, la cosa misma especfica que abordara la fenomenologa de Arendt. Sin embargo, s habra que considerar con ellas que la vuelta a la lectura de san Agustn se inscribe dentro del intento por repensar la tradicin filosfica desde la relacin entre fenomenologa y lo que ellas denominan pensamiento antitradicional que, para nosotros, ser el pensamiento metafsico y teolgico.

  • 22

    En primer lugar, Scott y Stark sostienen, de manera general, que con su lectura

    de san Agustn, Arendt transform el Ser de las lecturas sobre la filosofa griega de

    su mentor en el Creador, usando a Agustn como su gua35 y que el estudio de san

    Agustn fue lo que le hizo abandonar la fenomenologa del ser para la muerte de

    Heidegger. Incluso llegan a sostener que usa a san Agustn como un arma contra su

    profesor36. Del estudio de san Agustn surgira, precisamente, la importancia del tema

    de la vida y de la natalidad en la existencia frente a la concepcin del Dasein como el

    Sein zum Tode. En segundo lugar, tambin san Agustn sera importante por cuanto

    partira de l la tesis de la igualdad de todos los hombres por tener la misma condicin

    originaria en un Dios Creador. Pero esto implicara que, en la disertacin, todava

    conservara Arendt el significo latino de societas como civitas. Luego, a partir de La

    condicin humana, como se sabe, este sentido de la societas dar paso al concepto

    moderno de sociedad y de poltica como un espacio en el que la civitas se atomiza en el

    aislamiento de los individuos en la vida poltica y en la soledad de las relaciones

    sociales37. En conclusin, el contenido de la disertacin podra ser tomado, en este

    punto como un subtexto para la fenomenologa de Arendt de lo pblico, lo privado y

    de la vida social38. En tercer, lugar, Scott y Stark sealan que Arendt en el texto de su

    disertacin dejara a un lado el punto de vista teolgico para centrarse en el punto de

    vista existencial. Arendt que, evidentemente, no era una teloga ni siquiera una teloga

    agustiniana segn la afirmacin de Young-Bruehl39, centr su atencin en la elaboracin

    de un estudio filosfico en torno a caritas para alejarse de los aspectos de la teologa

    dogmtica de san Agustn que ella encontrara como poco consistentes40. La

    preocupacin de Arendt en estos aos era principalmente la cuestin de la relevancia del

    prjimo y esta preocupacin se mantuvo, como eje central de su pensamiento, a lo largo

    de todos sus aos. Detengmonos un momento aqu.

    35 Ibid., p. 117. 36 Ibid., p. 125. 37Los orgenes del totalitarismo, trad. G. Soler, Taurus, Madrid, 2004, p. 575 [Edicin original: The origins of the totalitarianism, Harcourt, Brace, New York, 1951.]. Para los textos de Arendt sus versiones en ingles y alemn as como los cambios en los ttulos vase el magnfico apndice preparado por U. Ludz en: Lo que quiero es comprender. Sobre mi vida y mi obra, trad. M. Abella y J. L., Lpez de Lizaga, Editorial Trotta, Madrid, 2010. Tambin puede consultarse aqu las versiones que la obra de Arendt ha tenido al espaol. Es un hecho que Arendt variaba la edicin de sus obras cuando ella misma las traduca al alemn. Un estudio de estos cambios de sus obras principales, que no incluye su libro sobre san Agustn, puede encontrarse en: Ferrie, Ch., Une politique de lecture: Arendt en allemand en Kupiec, A., Leibovici, M., Muhlmann, G. et Tassin ., Hannah Arendt abroad. Lectures du monde, Editions Kim, Paris, 2008, pp. 235-266. 38 Scott, J. V., and Stark, J. Ch., Rediscovering Hannah Arendt, cit., p. 129. 39 Cf. Ibid., p. 128. 40 Cf. Ibid.

  • 23

    Efectivamente, ms all de lo indicado por estas autoras, Arendt se apoyara en

    la idea de caritas y en la experiencia agustiniana de la misma para comprender los

    principios mismos polticos del cristianismo. Por ejemplo, en La condicin humana

    al citar a san Agustn dice lo siguiente:

    Encontrar un nuevo nexo entre las personas lo bastante fuerte para reemplazar

    al mundo, fue la principal tarea poltica de la primera filosofa cristiana, y fue

    san Agustn quien propuso basar en la caridad no slo la `hermanandad

    cristiana, sino todas las relaciones humanas41.

    Esta misma tesis aparece en Historia e inmortalidad, un texto de 1957 cercano,

    por tanto a La condicin humana, donde Arendt llega a afirmar que san Agustn fue

    ciertamente el mayor terico de la poltica cristiana42, adems de ser el autor espiritual

    por antonomasia. Y nos aclara en qu sentido san Agustn fue importante para la teora

    poltica cristiana:

    Lo decisivo aparte del hecho de que estaba todava firmemente arraigado en la

    tradicin romana fue que, en su De civitate Dei, concibi un ms all en el que

    los hombres continuaran viviendo en comunidad. De este modo, la pluralidad

    humana, uno de los requisitos fundamentales de la vida poltica, quedaba

    vinculada a la `naturaleza humana, incluso en las condiciones de inmortalidad

    individualLa conviccin de Agustn de que tiene que existir alguna suerte de

    vida poltica aun en condiciones de ausencia de pecado y santidad la resumi en

    una frase: Socialis est vita sanctorum, incluso la vida de los santos es una vida

    junto a otros hombres43.

    Sin entrar ahora en el contenido de estos textos, ellos pueden ser sealados como

    la prueba de la continuidad entre la obra primera de Arendt y sus escritos posteriores y

    muestran la importancia que san Agustn tuvo para la teora poltica: el lugar central de

    caritas en la vida social y la pluralidad que ya estaran presentes, obviamente, en un

    contexto teolgico en San agustn. Como puede observarse, en el texto arriba citado, la

    vida de los santos es pensada por san Agustn al modo poltico.

    En cuarto lugar, Scott y Stark sealan la influencia en la disertacin tanto de

    Heidegger como de Jaspers y, ms precisamente, la fenomenologa del Ser de

    41 La condicin humana, trad., R. G., Novales, Paids, Barcelona, 1993, p. 62 [Edicin original: The Human Condition, The University Chicago Press, Chicago, 1958.]. 42 Historia e inmortalidad en Hannah Arendt: De la historia a la accin, Barcelona, 1999, p. 56 [Edicin original: History and Inmortality en Partisan Review, Vol., 24, n 1, 1957.]. 43 Ibid., p. 56-57.

  • 24

    Heidegger y la filosofa de la Existencia de Jaspers. La disertacin de Arendt sera el

    laboratorio intelectual donde se pondra a prueba la fenomenologa de Heidegger y el

    existencialismo de Jaspers en torno a san Agustn y la cuestin de Dios44. Arendt

    tomara de Jaspers la importancia de las situaciones lmite para el anlisis de la

    existencia, el sentido afirmativo de la vida frente a la comprensin de Heidegger de la

    existencia humana como un ser para la muerte, el concepto de lo abarcador as como

    incluso la comprensin de la temporalidad45 y, sobre todo, la relevancia del tema del

    amor. Ahora bien, lo especfico de su aprendizaje con Jaspers fue leer aporticamente a

    san Agustn mostrando las oposiciones, las contradicciones, los lmites, y las fronteras

    de su pensamiento46. Es como si el carcter paradjico que encierra la filosofa de la

    existencia de Jaspers fuera para Arendt el modelo de anlisis existencial que ella puso

    en juego en su lectura de san Agustn. Por ltimo, tambin con Jaspers, a diferencia de

    Heidegger, aprendera Arendt a tomar el anlisis de la existencia no como algo

    orientado principalmente hacia la muerte sino a la vida, aunque esto no le impedira

    reconocer con el propio Heidegger las consecuencias del carcter finito de la propia

    existencia. Este carcter afirmativo de la vida quedara reforzado por Jaspers en el

    propio concepto de comunicacin como otro de los rasgos principales y definitorio de la

    vida humana. Scott y Stark sealan que no puede ser tomado como una simple

    coincidencia el hecho de que tanto Arendt como Jaspers trabajaran aproximadamente

    durante las mismas fechas a san Agustn: Jaspers con la publicacin en 1957 del primer

    volumen dedicado a los pensadores fundamentales en el que dedicaba un captulo a san

    Agustn47 y Arendt con la revisin a partir de 1958 de su disertacin. Tambin en este

    tiempo Arendt trabaj editando la traduccin inglesa del libro de Jaspers que se public

    en 196248. Esta presencia de san Agustn, como ya hemos indicado, volver a hacerse

    presente en La vida del espritu.

    44 Cf. Scott, J. V., and Stark, J. Ch., Rediscovering Hannah Arendt, cit., p. 154. 45 Cf. Ibid., p. 198. 46 Cf. Ibid., p. 199. 47 El tema del amor ocupa tambin un lugar central en la reflexin de Jaspers sobre san Agustn (cf. Jaspers, K., Los grandes maestros espirituales de oriente y occidente: Buda, Confucio, Lao-Tse, Jess, Nagarjuna, Agustn trad. E. Lucena y P. Simn, Tecnos, Madrid, 2012, p. 213 y ss.). Tambin de manera explicita est en Jaspers la bsqueda de contradicciones en el pensamiento de san Agustn. A este respecto vase como uno de los epgrafes del texto de Jaspers sobre san Agustn lleva por ttulo, precisamente: contradicciones agustinianas (cf. Ibid., p. 233.). Por ltimo, y, aunque sea un tanto anecdtico, habra que sealar que entre la escasa bibliografa que cita Jaspers sobre san Agustn se encuentra el libro de Arendt de 1929. 48 Cf. Scott, J. V., and Stark, J. Ch., Rediscovering Hannah Arendt, cit., p. 207.

  • 25

    Scott y Stark, por otra parte, sealan las complejas y problemticas relaciones

    de Arendt con Heidegger dentro del pensamiento poltico americano. Es interesante

    consignar algunas de ellas: para Morganthau el buscar constantemente la raz del

    pensamiento de Arendt en Heidegger impide subrayar justamente la especificidad de su

    pensamiento; Pangle ha atacado a Arendt, precisamente, por seguir muy de cerca a

    Heidegger y socavar la tradicin del pensamiento poltico liberal americano con los

    efectos corrosivos del nihilismo germnico; Ferry, por su parte, ve en la influencia de

    Heidegger, y sobre todo, en su destruccin de la metafsica, la posibilidad de que

    Arendt desarrollara una fenomenologa de la novedad y del misterio que rompera con

    el concepto de necesidad y de causalidad que entraaba la moderna filosofa de la

    historia, particularmente, el marxismo y, generalmente, las ideologas totalitarias;

    Gunnell ha atacado a Arendt porque sus races heideggerianas han supuesto no ya una

    defensa del relativismo moral y del nihilismo sino sobre todo un ataque al empirismo y

    al pragmatismo americano y una defensa, as mismo, de la moralidad en la vida poltica

    y de la posibilidad de una pensamiento poltico normativo49 que surgira de la bsqueda

    de un mtodo alternativo para el razonamiento moral en el pensamiento poltico

    fenomenolgico50. Scott y Stark, en este repaso de las diferentes posiciones en torno a

    la influencia de Heidegger en Arendt, sealan, en primer lugar, que todas ellas tienen en

    comn el no restringir la influencia de Heidegger al pensamiento de Arendt sino

    tambin, a travs de ella, a la ciencia poltica americana; en segundo lugar, que tanto

    fervientes admiradores como Morganthau como crticos acrrimos como Pangle y

    Gunnell coinciden en que la influencia o la presencia de Heidegger en el pensamiento

    poltico americano a travs de Arendt no ha estado bien aclarada; y, en tercer lugar, que,

    la relacin Arendt/Heiddegger habra que verla como un factor clave en el ataque

    devastador a la modernidad a ambos lados del Atlntico y en la devaluacin de los

    valores liberales para las prctica polticas51. Frente a estas tesis extremadamente

    crticas acerca de la influencia de Heidegger en Arendt, Scott y Stark sostienen, como

    ya qued sealado ms arriba, que Arendt tom de Heidegger tanto la idea de plantear

    la relacin del pensamiento de manera radical con respecto a la tradicin filosfica

    como la idea de la posibilidad de constitucin del mundo como un mundo nuevo. Ahora

    bien, se separara de Heidegger en la importancia que Arendt da a relaciones humanas

    49 Estas lecturas son reseada en: Ibid., pp. 173-176. 50 Ibid, p. 176. 51 Cf. Ibid., 117.

  • 26

    basadas en caritas y en lo que esto entraa para el problema de la relacin con el

    prjimo.

    Por ltimo, vamos a dar cuenta del estudio posiblemente ms completo que se ha

    escrito en torno a san Agustn. Nos referimos al libro de S. Kampowski que lleva por

    ttulo: Arendt, Augustine and the New Beginning. The Action Theory and Moral

    Thought of Hannah Arendt in the Light of Her Dissertation on St. Augustine. Este libro

    ha sido publicado en el 2008 como un extenso estudio cuyo contenido corresponde a la

    disertacin de doctorado de Kampowski presentada en 2005 en el Instituto pontificio

    Juan Pablo II para el Estudio del matrimonio y la familia en Roma. Como ya se indica

    en el subttulo del libro, el objetivo de esa investigacin es estudiar las races de la

    teora de la accin y de la filosofa moral arendtiana en el contexto del libro de Arendt

    sobre san Agustn. Para ello, en primer lugar, el autor sostiene que hay en Arendt una

    unidad en la trayectoria filosfica que se inici con el estudio sobre el padre de la

    patrstica y que culmin en su obra inacabada The Life of the Mind. Como se sabe, en

    esta obra, en el captulo central dedicado a la voluntad, se vuelve a san Agustn y esto,

    junto a las referencias que aparecen en todas sus obras mayores, sera motivo suficiente

    para sostener la importancia que tuvo el pensamiento agustiniano a lo largo de toda la

    trayectoria intelectual de Arendt. En segundo lugar, Kampowski sostiene que se

    encuentra en la obra de Arendt una teora de la accin pero tambin una filosofa moral.

    La primera estara finalmente formulada en The human condition y la segunda

    disgregada en diversos textos en Arendt y en su libro inacabado, pero ambas teoras

    tendran su races en la tesis de doctorado de Arendt. La novedad de este ensayo estara

    en mostrar la relacin entre la teora de la accin en Arendt y la teora moral. Para ello,

    el estudio de Kampowski parte del contexto fenomenolgico existencial alemn y a

    partir de l quiere mostrar que la lectura arendtiana de la accin humana, que emerge de

    su obra de 1963, tendra que ser calificada de esteticista y amoral. Ambos adjetivos

    vendran a sealar una comprensin de la accin humana de cuo nietzscheana. Que

    Arendt tomara como modelo de accin las gestas de los grandes hroes y que hablara,

    por tanto, de la grandeza de la accin apoyara esta hermenutica de Arendt. Pero

    Kampowski reconduce la concepcin arendtiana de la accin de esa lectura de corte

    nietzscheana a una lectura aristotlica en la cual la accin sera sealada como

    entelequia. La accin para Arendt dice Kampowski es una , una actividad

    que tiene final en s misma, esto es, que est hecha por s misma ms que por alguna

  • 27

    otra cosa; su producto es su propia realizacin, su 52. Entendida como

    , como una actividad que tiene en ella misma su final, el significado de la

    accin puede ser entendido de un modo que no es ni esttico ni nietzscheano. Uno de

    los criterios que pueden ser utilizados para determinar si una actividad es una accin,

    esto es, una actividad que lleva el significado en s misma, es que puede ser contada

    como una historia53. Ahora bien, si esto es cierto, surge una paradoja: si la narratividad

    es la marca distintiva de la accin, entonces resulta que acciones seran tanto las buenas

    acciones como las malas, pues tanto unas como otras son susceptibles de ser contadas.

    Pero si esto es as, entonces los hechos acaecidos en torno al totalitarismo tuvieron que

    ser producidos tambin mediante la accin. Pero, como sabemos, Arendt sostiene la

    tesis de que, justamente, el totalitarismo destruye la accin o, mejor dicho, priva a los

    individuos de su capacidad de la accin quedando la existencia reducida a una mera

    existencia animal. La paradoja, en principio, apunta a la cuestin de si la accin puede

    incoar el mal o la accin en s misma lleva inscrita una teleologa hacia el bien. Pero, en,

    segundo lugar, la paradoja apunta a cmo es posible que un hecho, como el

    totalitarismo, impida la capacidad de la accin para los hombres. Y, por ltimo, plantea

    tambin la cuestin de si la accin misma puede ser evaluada en trminos de criterios

    morales54. Pues bien, Kampowski sale al frente de estas paradojas, sosteniendo que la

    teora de la accin en Arendt puede ser comprendida sin abandonar su raz aristotlica,

    pero, concediendo, al mismo tiempo que el mal destruye la capacidad de accin. Tanto

    las malas acciones como las buenas testifican la capacidad humana para actuar55. El

    hecho de que esta capacidad pueda ser mal usada no cambiara, en opinin del autor, su

    grandeza como lo propio del ser humano. Ahora bien, esta teora de la accin nos lleva,

    inexcusablemente, a considerar si en el pensamiento de Arendt habra un lugar para la

    moral. Ciertamente no hay entre los escritos ninguno que pueda ser considerado como

    un texto de filosofa moral e incluso, siguiendo la indicacin de Jerome Kohn, hemos de

    52 Kampowski, S., Arendt, Augustine and the New Beginning, cit., p. 30. 53 Cf. Ibid., p. 31. 54 Ms all de lo apuntado por Kampowski aqu aparece la cuestin fundamental de si una teora de la accin debe ser fundada en criterios normativos o bien basta que sea fundada en criterios, llammoslos as, meramente narrativos. Es cierto que de la narracin del mal pueden seguirse principios ticos que se inscriben en el aprendizaje de un pueblo o de un individuo y aqu tiene su sentido la prctica de la literatura surgida en torno al holocausto, incluida la de la propia Arendt; pero queda pendiente la cuestin de si la accin humana como accin est sujeta a criterios normativos antes de la experiencia del mal. El estudio de Kampowski tiene el acierto de presentar la cuestin de la relacin entre teora de la accin y teora moral, entre, finalmente, poltica y moral, aunque presenta esta relacin a partir de una teora de la accin teleolgica y no normativa. 55 Ibid., p. 33.

  • 28

    tener cuidado de querer buscar en Arendt una teora moral. Ahora bien, la tesis de

    Kampowski sostiene que, en la medida que la falta de pensamiento en Eichmann tuvo

    repercusiones morales, puede plantearse la cuestin de que, aunque no podemos

    encontrar en sus escritos una filosofa moral, s podemos entresacar al menos algunas

    consideraciones morales56. Esta tesis estara avalada por la propia Arendt en la

    medida en que ella misma utiliz el trmino moral en dos de sus trabajos: Some

    Cuestions of Moral Philosophy de 1965 y en Thinking and Moral Considerations: A

    Lecture de 1971, cuyo contenido fue luego utilizado en su mayor parte en The Life of

    the Mind. El caso Eichmann mostrara que la incapacidad para pensar estara no slo en

    la incapacidad de ponerse en el punto de vista del otro, ni slo en la incapacidad para

    darse cuenta de lo que uno est haciendo en general, sino sobre todo en la incapacidad

    para darse cuenta de lo que uno mismo es capaz de hacer hacia y contra uno mismo.

    Esta tesis quedara avalada por el anlisis de la propia Arendt cuando nos narra que en

    el momento en el que Eichmann fue requerido para que dijera sus ltimas palabras

    olvid que estaba a punto de morir57. De este modo, segn Kampowski, la ausencia de

    pensamiento de Eichmann no es, como en principio parece presuponerse, una cuestin

    slo cognitiva o relativa al conocimiento sino sobre todo una cuestin moral: olvidar el

    hecho de que su muerte era inminente muestra el fracaso de Eichmann de centrar su

    atencin en el hecho ms relevante para l mismo como si la muerte, habra que aadir

    la del otro y la propia, no fuera asunto suyo. Sostiene Kampowski que el contexto en el

    cual la ausencia de pensamiento comienza a tener un significado moral es el mismo

    contexto en el cual el recuerdo del memento mori tiene sentido58. Y a raz de esta

    consideracin podra bosquejarse un pensamiento moral arraigado en la persona

    concreta.

    Pues bien, este es el amplio contexto en el que este estudio sobre Arendt vuelve

    a su disertacin. En Der Liebesbegriff podran encontrarse tanto los elementos como

    los motivos fundamentales para su teora de la accin y su pensamiento moral. El ltimo

    captulo del libro desarrolla estos elementos y motivos en su lectura de san Agustn.

    Kampowski encontrara en el Obispo de Hipona las bases ontolgicas para una teora de

    la accin moral en Arendt. No entraremos a desarrollar estos elementos metafsicos que

    56 Ibid., p. 76. 57 Incluso ante la muerte, Eichmann encontr el clich propio de la oratoria fnebre. En el patbulo, su memoria le jug una ltima mala pasada; Eichmann se sinti `estimulado, y olvid que se trataba de su propio entierro Eichmann en Jerusaln, trad., C. Ribalta, Lumen, Barcelona, 1999, p. 366 [Edicin original: Eichmann in Jerusalem, Viking Penguin, 1963.]. 58 Kampowski, S., Arendt, Augustine and the New Beginning, cit., p. 85.

  • 29

    se encontraran en la joven Arendt, slo vamos a indicar cules son: por una parte, la

    temporalidad y, por otra, la condicionalidad (conditionedness) de la existencia humana.

    El primer elemento nos llevara al tema de la relacin entre la memoria y el recuerdo, el

    segundo, al tema de la mortalidad, la natalidad y la pluralidad. Seran estos elementos,

    ya presentes en san Agustn, aquellos que haran posibles una teora de la accin

    humana que parte del hecho de la pluralidad y de la capacidad del hombre para iniciar

    algo nuevo, pero que tambin se hace responsable de las repercusiones morales que

    tiene la accin en el mundo de los hombres. Esta moralidad se asentara en el factum

    originario del hombre como un ser creado que lleva en la memoria el recuerdo de Dios,

    un recuerdo que ha de tonarse gratitud como la nica alternativa al resentimiento

    causado por el colapso moral de los sistemas totalitarios59.

    Con estas lecturas ya tenemos una comprensin de los temas a los que Arendt se

    enfrent en su ensayo sobre el pensamiento filosfico de san Agustn y tenemos un

    panorama de la relacin de esta obra de juventud con sus escritos de madurez y tambin

    una comprensin de los problemas que entraa acercarse al pensamiento de Arendt a

    partir de Der Liebesbegriff, un texto de juventud que, como hemos dicho, fue

    finalmente abandonado en su conato de ser reescrito. Pues bien, si tenemos en cuenta el

    texto publicado por Scott y Stark, entonces podemos ver que hay tres posibles modos de

    acercarse a este texto de Arendt si este acercamiento no quiere dejar de dar relevancia a

    las marcas o huellas posteriores de su reescritura: i) en primer lugar, una hermenutica

    puede atenerse al texto de 1929 haciendo una lectura crtica sobre l, diferenciando lo

    nuevo y lo viejo en el texto y completando las marcas de la reescritura con los textos

    maduros de Arendt60; ii) la segunda podra tener un carcter deconstructivista en su

    intencin y, partiendo, de las notas marginales de Arendt sobre el texto, de lo que pudo

    ser reescrito y de lo que no, y tomando como lugar para el pensamiento el hecho mismo

    de que ese proyecto de reescritura sobre metafsica y fenomenologa fue interrumpido,

    no finalizado, podran sacarse a la luz aquellos significados que fueron ocultados,

    desplazados o diseminados en la tradicin; iii) la tercera, no tendra en cuenta tanto la

    diferencia entre un texto y otro, ni siquiera la continuidad/discontinuidad de la joven y

    59 Cf. Ibid., p. 222. 60 Esta, por ejemplo, ha sido la hermenutica de: Schinagl, R., K., C., Liebe als philosophisch- theologisches Konzept in Hannah Arendts Denken. Eine Betrachtung ihrer Dissertation Der Liebesbegriff bei Augustinus. Versuch einer philosophischen Interpretation im Lichte ihres Gesamtwerkes, Thesis presented in fulfilment of the requirements for the degree of Master of Philosopy in the Faculty of Theology at Stellenbosch University, Stellenbosch University, Stellenbosch, 2012.

  • 30

    la adulta Arendt sino que se aproximara al texto desde una perspectiva hermenutica

    que, progresivamente, a su modo y siempre a su modo, quisiera completar la reescritura

    de aquel texto, de tal modo que el que se acercara a esta reescritura, aun sabiendo de lo

    viejo y de lo nuevo, pudiera trazar un camino hacia las experiencias que surgieron y que

    motivaron, como si se tratara de una primera vez, la propia lectura de Arendt, o, mejor

    dicho, como si el ejercicio que animara la interpretacin no fuera tanto la cuestin

    crtica de los textos de Arendt cuanto la posibilidad de hacer de nuevo un camino para la

    filosofa, un camino que quisiera asentarse incluso en bases ms firmes para la

    experiencia del pensamiento que las que la propia Arendt levant en su texto. Su

    reescritura, en modo alguno, tendra la avidez de usurpar el lugar que le corresponde al

    autor pero s se tomara el derecho que tiene el lector de hacer suyo un texto filosfico

    ante el que se sita como si fuera un principiante en el camino de la experiencia

    filosfica.

    Esta es nuestra lectura. Ella se torna, bajo esta perspectiva hermenutica, en un

    ejercicio fenomenolgico, un ejercicio que quiere partir de un fenmeno originario y

    que pretende llevar la exigencia de lo que se muestra en l hacia la comprensin.

    Nuestro trabajo sigue a Arendt, a veces incluso lnea a lnea y tiene siempre en cuenta

    lo que ella dijo antes y lo que apunt despus, pero quisiera ser l mismo un ejercicio

    filosfico que, en algunas ocasiones, no puede sino ir ms all del propio texto de

    Arendt y de su pensamiento. Hemos tenido que romper, de alguna manera, la escasez

    con la que Arendt lee a san Agustn y con la que se enfrenta a la fenomenologa y a la

    metafsica.

    Nace nuestro ensayo all donde no es acallada ni lo ser la voz de la filosofa: la

    existencia misma como el lugar donde golpea la cuestin acerca de lo que se es. Esta

    cuestin la quaestio mihi factum sum agustiniana se toma como el fenmeno

    originario que, en tanto que pregunta, lleva en s la exigencia de un desarrollo de

    interpretacin acerca del s mismo. Nada es ms originario para la filosofa que la

    exigencia que surge en la pregunta por s mismo en el factum de la existencia. A partir

    de aqu arranca el modo como el s mismo se interpreta. La primera interpretacin

    donde esa pregunta encuentra sentido y acomodo viene dada por la fenomenologa del

    deseo (appetitus). Si algo puede decirse del hombre ah en su existencia es que tiene

    deseo de saber lo que l es y que l mismo se hace patente como un ser que desea y que

    antes que desear saber desea poseer las cosas del mundo donde busca la satisfaccin. La

    primera descripcin del s mismo es la que corresponde, de este modo, al appetitus.

  • 31

    Pero el deseo es experiencia tanto de satisfaccin como de insatisfaccin. El deseo hacia

    las cosas del mundo no resuelve la exigencia de comprensin dada en el fenmeno

    originario y, por ello, la correcta comprensin del s mismo tiene que girar, si quiere

    alcanzarse, hacia aquello que ya no puede provocar la insatisfaccin porque es posesin

    duradera. En otras palabras, la experiencia del deseo nos abre a la cuestin de la

    felicidad. Ahora bien, tambin el deseo es patencia de la diferencia del s mismo y de

    aquello que desea. En la estructura del deseo aparece esta diferencia como la de la vida

    en relacin al mundo de las cosas. El deseo, de esta manera, introduce la cuestin de la

    vida en el mundo. La vida se experiencia en el mundo en el entretejimiento del tiempo

    que se proyecta en la muerte. El anlisis de la existencia es el anlisis de este tener que

    habrselas con la muerte. Este anlisis se desarrolla como un primer intento de

    interpretacin del s mismo. La felicidad no puede tener satisfaccin en el mundo

    porque lo que ella exige no es slo que el objeto del appetitus sea duradero sino que la

    vida misma lo sea.

    Si lo anterior es cierto, el appetitus lleva en s el requerimiento de ir ms all del

    anlisis de la existencia como el lugar de la vida y la muerte. Pero desde la facticidad

    misma, la exigencia acerca de la cuestin de s lleva la interpretacin hacia la

    experiencia de la trascendencia. La insatisfaccin del vivir en la facticidad del mundo

    lleva en s la apertura ms all del mundo. Esta experiencia corresponde a la

    interpretacin que se origina en la religin al buscar el s mismo su certera comprensin

    ms all de s como ser en el mundo. La experiencia de la trascendencia surge de la

    conciencia de la existencia marcada en su proyeccin ltima por la muerte y de la

    necesidad de ir en la facticidad del mundo ms all del mundo mismo. Esto es algo que

    slo puede tener lugar en la vuelta de la existencia hacia el interior o haca s, de tal

    modo que la trascendencia slo puede darse como autotrascendencia, experiencia esta

    que define la relacin de la existencia como aquella que tiene a su trmino el ser que ya

    no puede ser trascendido y que, por ello es, el Ser trascendente. La comprensin de s

    alcanza tanto para el mundo como para Dios la forma de una relacin: una relacin que

    es definida en el primar caso como cupiditas, en el segundo, como caritas. Pues bien,

    esta interpretacin del s mismo da paso a una nueva en la que el trmino de esa relacin

    de la experiencia de trascendencia pre-tende pensarse y decirse positivamente. Estamos,

    evidentemente, ya en el marco de interpretacin metafsico donde el objeto, el Ser

    trascendente, quiere ser experienciado como lo accesible y lo dado al pensado

    especulativamente. La memoria Dei es el lugar que hace posible en el hombre la

  • 32

    experiencia de esta trascendencia y el encuentro a su trmino con Dios como el Origen,

    es decir, como aquello donde la cuestin de s alcanza la comprensin definitiva.

    Efectivamente, lo metafsico es pensamiento acerca de un Origen que puede pensarse y

    que puede pensarse como lo ms positivo del ser. As lo inmutable, para la metafsica,

    es la verdad de lo mudable, lo infinito, la verdad de lo finito, etc. Aunque el hombre en

    la experiencia de su trascendencia sepa que es mudable y finito, y que su existencia ser

    barrida por el tiempo, el pensamiento metafsico es aquel que piensa como fundamento

    de lo finito y lo mudable lo que es infinito y mudable. En este sentido, la metafsica

    supera las expectativas, lo que cabe esperar, de un pensamiento de la finitud arraigado

    en la existencia en el mundo. As es como Dios entra a ser fundamento de todo lo que

    es. La metafsica es pensamiento de la trascendencia, una trascendencia que, no hay que

    olvidar, surge como la cuestin ms importante para la vida definida como deseo. Pero

    de este modo, el pensar metafsico es el pensar de la experiencia de lo absoluto que no

    est ligado a la comprensin del mundo sino, principalmente, a la razn de ser de la

    vida. El captulo en torno al pensar de la metafsica se erige como el primero en el

    segundo gran marco de interpretacin del s mismo.

    Pero, en esa vuelta al Origen, en el pensar metafsico/teolgico se experiencia la

    existencia en una doble condicin humana: la que tiene su origen en la creacin como

    vida de la naturaleza y la que tiene su origen como vida del espritu, como vida que hace

    posible ya no lo que Dios hizo sino lo que el hombre mismo hace en el mundo. As este

    mundo, como mundo humano, es descrito como un mundo no ya en su referencia al

    Origen y, por eso metafsico, sino como el mundo donde cobra sentido lo que el hombre

    hace. A este mundo lo adjetivaremos como fenomenolgico. De esta manera, el

    hombre que ha pensado metafsicamente sabe que lleva en s una doble marca de

    referencia: como criatura ligada naturalmente a Dios y como existencia que est ligada

    tambin desde el origen, desde el otro origen, al mundo que subjetivamente constituye.

    Y es en este mundo donde la vida tiene el lugar de su manifestacin y donde tiene que

    conducirse despus de saberse originada en Dios. El cmo se ha de vivir en este mundo

    tiene su respuesta en la tica, una tica que, precisamente, porque tiene como doble

    referencia al mundo y a Dios se conforma como una tica metafsica o teolgica.

    Ahora bien, en esta experiencia de lo tico queda alcanzada la relacin del s

    mismo con la otredad o la alteridad que, en el pensamiento teolgico agustiniano,

    aparece planteada como la cuestin del amor al prjimo. Hacia esta cuestin se dirige el

    tercer marco de interpretacin al que Arendt concede un lugar destacado, pues hacia l

  • 33

    reconduce los dos anteriores. Este marco se desarrolla como una fenomenologa de la

    vita socilis en la que el s mismo se comprende a s en relacin tanto al prjimo como a

    la comunidad. Y es aqu donde el mundo en el sentido fenomenolgico tiene que

    articularse para el pensamiento desde el concepto de pluralidad, de tal manera que

    mundanidad y pluralidad se toman originariamente como las condiciones que

    constituyen el nuevo pensamiento para la poltica, un pensamiento que tiene que

    probarse a s mismo para responder a la cuestin del s mismo en la barbarie de lo que

    entr en juego para el mundo y para la vida en el totalitarismo. Esto lleva, finalmente, a

    cuestionar aquella tradicin que en su origen llev los orgenes del totalitarismo. De

    este modo, la cuestin del s mismo queda abierta y expuesta a un nuevo ensayo de

    interpretacin en el que, pese a todo, lo que se hace evidente es que, en la patencia de la

    quaestio mihi factus sum, la exigencia del pensamiento se torna en el origen de la

    filosofa, una exigencia que en el desarrollo de su comprensin no podr sino volver al

    modo como el s mismo ya antes se haba interpretado.

    Este trabajo ha surgido como un captulo dentro del proyecto de investigacin

    que originalmente present en el Departamento de Filosofa de Murcia. Mi tesis para el

    DEA llev por ttulo Poltica, experiencia y metfora: fenomenologa y lenguaje

    figurado en Arendt. All se desarroll la primera parte de una investigacin que tena

    como objetivo realizar una lectura fenomenolgica de Arendt destacando la importancia

    que las imgenes, como formas oblicuas del lenguaje, tenan para la apertura del espacio

    poltico. En esa primera parte, que tena un carcter propedutico, se analizaron

    distintas esferas de accin la cientfica y tcnica, la social, la econmica, la educativa,

    y, dentro de la poltica, la esfera del nacionalismo como lugares donde la experiencia

    mundana est en relacin con la esfera poltica. La parte central de aquel trabajo tratara

    de mostrar cmo la esfera de la poltica acta en el pensamiento de Arendt como un tipo

    ideal, utilizando el lenguaje de Weber, para pensar todas las esferas de accin humanas.

    Esta exposicin de la poltica como tipo ideal aparecera como una reduccin, en el

    sentido plenamente fenomenolgico, de las experiencias contenidas en las distintas

    esferas de accin humanas. En este trabajo, un captulo fundamental era aquel en el que

    habra que afrontar la cuestin de la relacin entre una fenomenologa de lo poltico y el

    pensamiento de la metafsica. Este captulo es el que aqu se desarrolla. Sostengo que el

    pensador metafsico que mejor conoci Arendt fue a san Agustn y que la cuestin de la

    crtica a la metafsica pasaba por l y por enfrentarse a su escrito de juventud. Es este

    aspecto, como digo, el que aqu he desarrollado. Al decir esto slo quiero dejar

  • 34

    constancia de que mi tesis es menos que una tesis sobre Arendt, en un sentido, aunque,

    en otro, sea ms que una tesis sobre Arendt.

  • 35

    CAPITULO I

    AGUSTN DE HIPONA Y LA HERMENUTICA DE LA VIDA FCTICA EN HEIDEGGER COMO BASE DE ESTUDIO PARA DER LIEBESBEGRIFF

    R. Wolin, en su libro Los hijos de Heidegger, sostiene que la lectura de Arendt sobre

    san Agustn sigui una estricta ortodoxia fenomenolgica y que, bajo el influjo de los

    semidioses de la Existenzphilosophie alemana Heidegger y Jaspers, concedi un

    lugar preferente en su estudio a las cuestiones existenciales61. En efecto, la experiencia

    de la inquietud en san Agustn en torno al suceso de su conversin parece que tuvo ecos

    tanto en Heidegger como en Jaspers. En Heidegger, principalmente, en su concepto de

    resolucin autntica (Entschlossenheit) y en Jaspers en su concepto de situacin

    lmite62. Desde esta lectura fenomenolgica-existencial de san Agustn, para Wolin,

    Arendt intentara corregir la deficiente interpretacin heideggeriana de mundo. En

    Heidegger el concepto de mundo sera totalmente impersonal y carente de amor63. El

    concepto de caritas agustiniano, ledo en clave existencialista, podra solventar esa

    deficiencia de Heidegger. La tesis fundamentad de Wolin es que el problema del ser-

    con-los-otros, que tan importante fue en Heidegger, poda recibir un nuevo enfoque

    desde la doctrina del amor en san Agustn. Para ello, haba que armonizar la teora del

    amor al prjimo como amor terreno con la teora de san Agustn del amor a Dios y esto

    es lo habra intentado llevar a cabo Arendt en su disertacin. Pero Wolin concluye

    afirmando que el texto de Arendt no tiene mucha relevancia filosfica y que slo fue

    escrito con el fin de que su autora hiciera carrera universitaria en el medio,

    deplorablemente conservador, de la jerarqua acadmica alemana64. Por ello, Arendt, a

    61 Wolin, R., Los hijos de Heidegger. Hannah Arendt, Karl Lwith, Hans Jonas y Herbert Marcuse, Ctedra, Madrid, 2001, p. 79. 62 Ibid., 79. Ciertamente, Heidegger no habla en Ser y tiempo de resolucin autntica sino de la posibilidad de modificar la existencia del uno mismo en un ser-s mismo propio y reparar la falta de eleccin en la que el uno se oculta sin asumir la tarea de la eleccin de s ms propia y originaria (cf. Heidegger, Ser y tiempo, trad., J. Rivera, Trotta, Madrid, 2003, p. 288.). 63 Wolin, R., Los hijos de Heidegger, cit., p. 80. 64 Ibid., p. 80. En este sentido, Wolin llega a sostener que la idea de comunidad en Arendt, desarrollada en la ltima parte de su trabajo, es morbosa y sesgada, envuelta en un velo de lgrimas teolgicas: es la comunidad doliente de los cados o pecadores la que puede hacer remontar su linaje hasta el primer pecador, Adn (Ibid., p. 81.). La crtica de Wolin respecto a Arendt es feroz llegando incluso a comparar el tratamiento exculpatorio de Adolf Eichmann como hombre banal con la exoneracin que ella tributa a Heidegger de su vinculacin al nazismo en la alocucin en su octogsimo cumpleaos. Esta idea

  • 36

    su juicio, no tendra reparo para asumir las ideas de san Agustn, eso s, aderezadas con

    notas existencialistas. Wolin, desarrolla y radicaliza la tesis sugerida de J. V. Scott y J.

    Ch. Stark, en su estudio sobre Der Liebesbegriff, de que la tarea de Arendt en 1929 fue

    exponer las diferentes capas de sentido del pensamiento de san Agustn con la finalidad

    de descubrir cmo la comprensin del amor a Dios afectaba a la problemtica de la

    relacin con el prjimo. Para Scott y Stark el valor del ensayo de Arendt estaba en salir

    al cabo del problema en Heidegger en torno a la relacin con el prjimo sugiriendo que

    el mundo se puede constituir sobre las mutuas relaciones de caridad65.

    E. Young-Bruehl tambin seala en su biografa que la pretensin de Arendt fue

    elaborar una filosofa existencial a partir de su peculiar lectura de san Agustn. En

    esta lectura, la presencia de Jaspers sera determinante en el modo como Arendt

    sistematiz la temtica relativa al amor en tres marcos conceptuales que Jaspers haba

    asociado a tres dimensiones de la existencia: deseo, delimitacin y conocimiento66. La

    organizacin interna de la obra reflejara la diferencia de Jaspers entre sistema y

    sistematizacin y la idea de que se puede abordar un problema filosfico de manera

    sistemtica sin necesidad de tener que elaborar un sistema filosfico67. Los conceptos

    existencialistas de Jaspers estaran presentes en Arendt como medios para analizar los

    tres tipos de amor en san Agustn: el amor terreno del appetitus, el amor existencial del

    prjimo y el amor trascendental de Dios como Creador68. Sin embargo, reconoce la

    bigrafa de Arendt que esta obra debe mucho ms a Heidegger que a Jaspers. Ahora

    bien, no es verdaderamente fcil sealar de qu modo Heidegger influye en Arendt,

    pues, comenta Young-Bruehl, el trmino amor slo aparece una vez a lo largo de Ser

    y tiempo y en una nota a pi de pgina. Young-Bruehl seala entonces que aunque

    Arendt no estuviera bajo la influencia de ninguna exploracin filosfica heideggeriana

    del amor, es muy posible que s estuviera bajo la influencia de la falta de este

    componente del filsofo69. Pero, ms all de esto, para Young-Bruehl la influencia

    positiva de Heidegger aparecera en el modo como l plante la relacin entre ser,

    tiempo y existencia. Arendt, as, habra aprendido de Heidegger la importancia del

    apareci publicada en un artculo en el The New Republic el 15 de Octubre de 1995 titulado Hannah and the malician (cf. Villa, D. R., Politics, Philosophy, Terror. Essays on the thought of Hannah Arendt, Princeton University Press, Princeton 1990, p. 629.). 65 Cf. Scott, J. V., and Stark, J. Ch., Rediscovering Hannah Arendt cit., p. 136. 66 Cf. Young-Bruehl, E., Hannah Arendt. Una biografa cit., p. 14. Sobre esta cuestin volveremos en el siguiente captulo. 67 Ibid., p. 139. 68 Ibid., p. 140. 69 Ibid.

  • 37

    fenmeno del tiempo para el anlisis de la existencia humana hasta tal punto, afirma

    Young-Bruehl, que fue tan fundamental para el texto de Arendt como lo fue para Ser y

    tiempo 70.

    Tanto Wolin, como Scott y Stark y como Young-Bruehl coinciden, a pesar de

    sus diferencias, en que el valor fundamental del texto de Arendt est en el anlisis de la

    existencia humana bajo la influencia de Heidegger y de Jaspers y que este anlisis ha de

    partir del encuentro con el pensamiento de san Agustn.

    Qu entendi Arendt con la expresin filosofa de la existencia es algo que nos

    aclara en dos ensayos, ambos publicados en 1964, uno que lleva por ttulo Qu es la

    filosofa de la existencia?, y otro, Existencialismo francs. No entramos ahora a hacer

    un anlisis detallado de estos textos71 pero s vamos a exponer algunas ideas que nos

    resultan fundamentales para comprender qu entiende Arendt con la expresin de

    Jaspers filosofa de la existencia72. En primer lugar, aunque este trmino pertenece a

    la filosofa alemana y luego tuvo su especial florecimiento en la edad contempornea

    tras la Gran Guerra tanto en Alemania como en Francia, Arendt seala que surge de un

    mismo perodo y que pertenece a una herencia cultural ms o menos idntica73. Esta

    herencia, en segundo lugar, no vino sino despus de la filosofa de Hegel, considerada

    por Arendt como la ltima palabra de toda filosofa occidental. Y, para Arendt, lo

    que vino despus de Hegel, o tuvo un carcter epigonal o fue una rebelin de los

    filsofos contra la filosofa en general, rebelin contra la desesperacin de esa identidad

    70 Cf. Ibid., 141. 71 En la ltima parte de nuestro trabajo volveremos a Jaspers y a Heidegger para llevar a cabo una lectura de estos textos desde el horizonte que alcanzaremos en nuestro propio anlisis. La relacin entre Arendt y Heidegger tomando como referencia estos textos as como el texto del homenaje de Arendt a Heidegger Heidegger ist achtzig Jhare Alt ha recibido un tratamiento importante en: Forti, S., Vida del espritu y tiempo de la polis, Ctedra, Madrid, 2001, cap. II. 72Recurdese que Existenzphilosophie fue el trmino utilizado por Jaspers en unas conferencias pronunciadas en 1937. En aquel entonces, antes de que hubiera aparecido el existencialismo francs, a Jaspers le pareca que la palabra Existenz caracterizaba a la filosofa y, aunque l evit el uso de la frase hecha, en aquel entonces no induca a error. Esto lo cuenta el propio Jaspers en el eplogo que escribi en 1956 a la nueva edicin de aquellas conferencias publicadas en 1937. El trmino Existenzerhellung esclarecimiento de la existencia define bien la tarea de la filosofa para Jaspers independientemente de que el trmino Existenzphilosophie tuviera ms o menos fortuna (cf. Jaspers, K., Filosofa de la existencia, trad. L. Rodrguez Aranda, Editorial Planeta-De-Agostini, 1984, pp.131-133.). Hay que tener en cuenta que en Jaspers el trmino tcnico es Existenz y no Dasein. Como ha escrito K., Salamun en su monografa sobre Jaspers, en las obras de Jaspers la palabra Dasein aparece utilizada en diversos sentidos, que no siempre estn claramente delimitados y que, a veces, incluso se superponen (cf. Salamun, K., Karl Jaspers, Herder, Barcelona, 1987, p. 58.). Para la lectura de Arendt es importante incidir en que, para Jaspers, la palabra Dasein, como ser-ah, est referida a todo lo que aparece en el `mundo y puede ser objeto de experiencia y de pensamiento (Ibid., p. 58.). 73 Existencialismo francs en Ensayos de comprensin, Caparrs Editores, Madrid, 2005, p. 234 [French Existentalism en The Nation162, 23 de Febrero. Reimpreso en Essays in Understanding Schocken Books, New York, 1994.].

  • 38

    de pensar y ser74. En tercer lugar, esta nueva filosofa en trminos conceptuales implica

    el reconocimiento de que la essentia no tiene que ver con la existentia75, es decir, que la

    filosofa centrada en la existencia se aparta del qu de las cosas, investigado, segn

    Arendt, en la poca contempornea no por metafsica sino por la ciencia. Por ltimo,

    respecto a estos escritos puede destacarse que la lnea que nos lleva hasta el anlisis de

    la existencia en Jaspers y tambin en Heidegger ha de pasar por la crtica a la metafsica

    de Kant, por la apertura hacia lo nuevo de Schelling y por la cuestin capital del

    nacimiento del s mismo en Kierkegaard.

    Pues bien, bastan estas referencias para ver cmo, bajo la influencia de

    Heidegger y de Jaspers76, Arendt lleva a cabo un anlisis de la existencia y para ver qu

    sentido tuvo en ella este anlisis, tambin para plantear la cuestin de si la centralidad

    del tema del amor en su texto vena a llenar un vaco de la propia filosofa

    heideggeriana en torno al problema de la relacin con el otro e incluso para tantear,

    como sostiene Wolin, si Arendt tena como objetivo volver a completar el anlisis de

    Heidegger sobre la existencia con elementos procedentes de la filosofa y la teologa

    agustiniana con el fin de salvar el obstculo del doctorado en su carrera universitaria.

    Nosotros dejamos atrs estas cuestiones y nos adentramos en la tarea de mostrar

    de qu modo una lectura adecuada del texto de Arendt de su disertacin tiene que tener

    en su proximidad no slo los textos que la propia Arendt escribiera en los aos 50 sobre

    el existencialismo, ni siquiera sus referencias a Heidegger y a Jaspers en la madurez de

    su obra, sino el contexto y la situacin en la que ella elabor su escrito sobre san

    Agustn. Nuestra lectura apuesta decididamente por una hermenutica que tiene a su

    base ms el pensamiento de Heidegger que el de Jaspers, pues, aunque Jaspers ofreci a

    Arendt conceptos y herramientas para el anlisis de la existencia, fue Heidegger el que

    le ofreci lo ms importante: el mtodo fenomenolgico con el que ella elabora su

    74 Qu es la filosofa de la existencia? en Ensayos de comprensin, trad., A. Serrano de Haro, Caparrs Editores, Madrid, 2005, p. 204 [What is existential Philosophy en Partisan Review, XIII/1, pp. 34-56. Disponible ahora en Essays in Understanding (1930-1954), Schocken Books, New York, 1994. La traduccin de A. Serrano de Haro se ha realizado sobre la edicin alemana Was ist Existenz-Philosophie? del texto incluido en Sechs Essays publicado en 1948 en Heidelberg.]. 75 Cf. Palomar Torralbo, A., La estructura modal de la realidad: posibilidad existencia y necesidad en Filosofa. Temario para el Cuerpo de Profesores de Enseanza Secundaria, MAD, Sevilla, s. f., pp. 11-15 [Los trabajos mos pueden consultarse en http://murcia.academia.edu/AgustinPalomar.]. 76 Para la relacin de Arendt con Heidegger y Jaspers pueden verse los captulos cuatro y cinco del reciente libro: Nixon, F., Hannah Arendt and the Politics of Friendship, Bloomsbury, London, New York, 2015. Para Nixon, mientras la relacin de Arendt con Heidegger se bas en una lucha por el reconocimiento dentro de la propia relacin, la relacin de Arendt con Jaspers se bas en la necesidad mutua de dialogar ms all de la propia relacin. En el dilogo de Arendt con Jaspers se dan cita los principales eventos sociales y polticos que tienen lugar entre 1926 y 1969 (cf. Ibid., p. 85.).

  • 39

    particular filosofa de la existencia. Y es, en este sentido, en el que se vuelve necesario

    profundizar en el modo como el propio Heidegger desarroll, en esos aos anteriores a

    Ser y tiempo, la fenomenologa en ntima unidad con la hermenutica. De este modo

    sostenemos que el horizonte de comprensin para el escrito de Arendt tiene que abrirse

    desde la propia relacin de Heidegger con el pensamiento de san Agustn. No debe

    olvidarse que, en el camino de la fenomenologa hacia Ser y tiempo, la hermenutica de

    la vida fctica constituye el anlisis preparatorio hacia la descripcin del Dasein en Sein

    und Zeit. Nuestro trabajo pretende adentrarse en el sentido que la filosofa agustiniana

    tuvo para la propia hermenutica de la facticidad de Heidegger y en el sentido que, para

    el tambin joven Heidegger, tuvo la fenomenologa. Para ello vamos a aproximarnos a

    dos textos de Heidegger: uno corresponde a la leccin del semestre de verano de 1921

    titulado Agustn y el neoplatonismo77 y el otro corresponde al curso del semestre de

    invierno de 1919/1920 titulado Problemas fundamentales de la fenomenologa78. El

    objetivo es alcanzar una perspectiva de comprensin de la fenomenologa heideggeriana

    desde la relacin con san Agustn. Nuestro primer epgrafe situar a san Agustn en

    relacin a la fenomenologa de Heidegger en esos aos de preparacin a Ser y tiempo.

    El segundo, plantear la relacin entre mundo y vida desde la descripcin que

    Heidegger hace de la vida como lo autosuficiente. En tercer lugar, nos adentraremos en

    la fenomenologa como la ciencia que hace posible la descripcin de la vida as

    originariamente considerada. En cuarto lugar, expondremos la relacin entre este

    concepto de vida y el concepto de mundo. Aqu hemos de desentraar qu significa para

    Heidegger que la vida fctica se comprenda como vida en el mundo. En este epgrafe se

    expone tambin la descripcin que Heidegger hace del mundo como Umwelt, Mitwelt y

    Selbswelt. En quinto lugar, entraremos en el anlisis del modo privilegiado que

    Heidegger concede, dentro de esa triple descripcin del mundo, al mundo del s mismo.

    Y desde aqu, en los dos ltimos epgrafes, estudiaremos la relevancia que san Agustn

    tiene para la fenomenologa como una ciencia de los orgenes y, concretamente, la

    relevancia que para esta fenomenolgica adquieren Las confesiones. Y justo ah, donde

    tendra que empezar el anlisis en profundidad de la relacin entre Heidegger y san

    77 Agustn y el neoplatonismo en Estudios de mstica medieval, trad. J. Muoz, Siruela, Madrid, 1997 [Augustinus und der Neuplatonismus (SS 1921), en Phnomenologie des religisen Lebens, GA, tomo 60, Vittorio Klostermann, Frncfort del Meno, 1995, editado por Matthias Jung, Thomas Regehly y Claudius Strube, 1995.]. 78 Problemas fundamentales de fenomenologa, trad. F. de Lara Lpez, Alianza Editorial, Madrid, 2014 [Grundprobleme der Phnomenologie (WS 1919/20), GA, tomo 58, Vittorio Klostermann, Frncfort del Meno, 1993, editado por Hans-Helmuth Gander.].

  • 40

    Agustn, volvemos nosotros, ya en el siguiente captulo, al anlisis de la Introduccin

    del texto de la disertacin de Arendt sobre san Agustn.

    1. El lugar de san Agustn en la fenomenologa de Heidegger

    Heidegger, como otros pensadores alemanes que surgieron en el siglo XX del

    hundimiento de la filosofa hegeliana y que se situaron en mayor o menor medida

    dentro del movimiento existencialista y dentro, ms o menos, de la rbita de la

    fenomenologa Bultmann, Jonas, Jaspers, Guardini, Scheler, valor el pensamiento de

    san Agustn como una aportacin decisiva para el anlisis de la existencia y para la

    fenomenologa. Y, de todas las obras de san Agustn, la que mejor serva a los

    propsitos del joven Heidegger era, sin duda, Las confesiones. En efecto, la obra de san

    Agustn est sealada en el itinerario de la fenomenologa de Heidegger como un lugar

    casi obligado como trnsito para la fenomenologa existencial