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Universidad Rafael Landívar Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales “Derecho Concursal: perspectiva de la normativa centroamericana” TESIS María José Flores Fernández Carné: 13334-99 Guatemala, noviembre de 2011 CAMPUS CENTRAL

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Universidad Rafael Landívar

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

“Derecho Concursal: perspectiva de la normativa centroamericana”

TESIS

María José Flores Fernández

Carné: 13334-99

Guatemala, noviembre de 2011

CAMPUS CENTRAL

Universidad Rafael Landívar

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

“Derecho Concursal: perspectiva de la normativa

centroamericana”

TESIS

Presentada al Consejo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y

Sociales de la Universidad Rafael Landívar

María José Flores Fernández

Al conferírsele el grado académico de

LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

Y los títulos de

ABOGADA Y NOTARIA

Guatemala, noviembre de 2011

TRIBUNALES QUE PRACTICARON LA EVALUACION COMPRENSIVA Área Pública:

Lic. Víctor Manolo Funes Enríquez Presidente del Tribunal Examinador

M.A. Axel Manuel Romero Gerardi

Secretario del Tribunal Examinador

Lic. Víctor Manuel Castillo Mayen Vocal del Tribunal Examinador

Área Privada:

Lic. Adolfo Jacobo Alarcón Duque Presidente del Tribunal Examinador

M.A. Cynthia Mariela Salazar Muñoz

Secretaria del Tribunal Examinador

Lic. Fernando José Figueroa Ovalle Vocal del tribunal Examinador

AGRADECIMIENTO

A mis asesores y personas que colaboraron y aportaron a la elaboración de ésta tesis, por su tiempo y dedicación.

DEDICATORIA A DIOS. A MI MAMA:

Por ser mi TODO y enseñarme a querer sin medida. TE ADORO!!! A MIS SOBRINOS:

Jose, Fabián y Marcelo, por llenar de felicidad mi vida. A MI PAPÁ Y HERMANOS:

Con cariño. A MI TIO GUICHO Y ANDRESITO:

Por la huella imborrable que dejaron en mi vida.

RESPONSABILIDAD: “La autora será la única responsable del contenido y conclusiones de la tesis”.

LISTADO DE ABREVIATURAS

LCM: Ley de Concursos Mercantiles (México).

LORC: Ley Orgánica para la Reforma Concursal (España).

LC: Ley Concursal (España).

ÍNDICE

Resumen

Introducción 1

Capítulo I

Derecho Concursal

1. Generalidades 5

2. Antecedentes 5

3. Definición 9

4. Procedimientos de mayor relevancia

4.1 Quiebra 11

4.2 Bancarrota 13

4.3 Falencia 14

4.4 Insolvencia 14

4.5 Concurso 16

4.6 Derecho Concursal 16

4.7 Concurso Civil de Acreedores 17

4.8 Derecho Concursal Mercantil 18

4.9 Concurso Mercantil 18

4.10 Concurso de Acreedores 19

4.11 Proceso Concursal 19

5. Naturaleza jurídica 20

6. Caracteres del concurso 21

7. Clases de concursos 22

7.1 Clases de concursos en la legislación mexicana 24

7.1.1 Concurso Preventivo 24

7.1.2 Quiebra 25

7.1.3 Liquidación forzosa en Sede Administrativa 26

7.1.4 Acuerdos preconcursales 27

7.2 Clases de concursos en España 28

7.2.1 Concurso Voluntario 28

7.2.2 Concurso Necesario 29

Capítulo II

Derecho Preconcursal

1. Generalidades 31

2. Naturaleza jurídica 33

2.1 Teoría contractualista 33

2.2 Teoría procesalista 34

3. Partes 36

3.1 El deudor 36

3.2 El síndico 36

3.3 El juez 36

3.4 Los acreedores 37

4. Estado de cesación de pagos 37

4.1 Determinación 38

4.2 Excepciones 39

4.3 Efectos de la apertura del Concurso Preventivo 40

5. Acuerdo Preconcursal 41

Capítulo III

Órganos del Proceso Concursal 46

1. Teoría general

1.1 El visitador 46

1.2 El conciliador 47

1.3 El síndico 48

2. Teoría de Ordoñez González

2.1 Sujetos Activos

a) Comerciante 49

b) Acreedores 50

b.1 Acreedores preferenciales 50

b.2 Acreedores singularmente privilegiados 51

b.3 Acreedores con garantía real 52

b.4 Acreedores fiscales y laborales 52

b.5 Acreedores con privilegio especial 52

b.6 Acreedores comunes 53

3. Órgano y sujetos de apoyo 53

3.1 Interventores 53

3.2 El Juez 54

3.3 El Secretario 54

3.4 El Fiscal 55

3.5 El síndico 55

3.6 El Coadministrador 56

3.7 El Contralor 56

4. Órganos en la legislación guatemalteca 57

4.1 El deudor 57

4.2 Los acreedores 58

4.3 Comisión revisora 58

4.4 Depositario provisional 58

Capítulo IV

Efectos de la declaración del concurso 60

1. Generalidades 60

2. Efectos sobre el deudor 61

3. Deberes del concursado 70

4. Efectos sobre el deudor-persona jurídica 75

5. Efectos sobre los acreedores 76

6. Efectos sobre las acciones individuales 78

7. Procedimientos arbitrales 80

8. Efectos del proceso concursal en Guatemala 81

Capítulo V

Presentación, discusión y análisis de resultados

1. Derecho Concursal en Centroamérica 85

2. Principios generales 85

2.1 Ejecuciones colectivas en la legislación Guatemalteca 87

2.1.1 Generalidades 87

2.2 Tipos de concurso 88

3. Ejecuciones en la legislación salvadoreña 93

3.1 Generalidades 93

3.2 Tipos de concursos 93

4. Ejecuciones en la legislación hondureña 96

4.1 Generalidades 96

4.2 Tipos de concursos 96

5. Ejecuciones en la legislación nicaragüense 100

5.1 Generalidades 100

5.2 Tipos de concursos 100

6. Ejecuciones colectivas en la legislación costarricense 103

6.1 Generalidades 103

7. Ejecuciones en la legislación panameña 106

7.1 Generalidades 106

Discusión Final 108

Conclusiones 115

Recomendaciones 116

Listado de Referencias 117

Anexos 121

RESUMEN

Esta tesis realiza un análisis jurídico doctrinario del Derecho Concursal, abarcando

definiciones, naturaleza jurídica, caracteres y clases de concursos, utilizando

como referente la legislación española, argentina, mexicana y centroamericana;

además se hace un estudio jurídico y doctrinario de los sujetos que participan en

el proceso concursal en la legislación centroamericana, incluyendo aspectos

doctrinarios y prácticos que conlleva del Derecho Preconcursal, mediante la cual

se determina la naturaleza jurídica de esta institución.

En ese orden de ideas realiza un estudio de los efectos que para los acreedores y

para el deudor acarrea el procedimiento de concurso de acreedores, tanto en el

procedimiento necesario como en el voluntario; por último, se estudia la legislación

centroamericana referente al Derecho Concursal destacando las generalidades de

la norma, el tipo de concurso regulado y los efectos que conlleva la declaratoria de

concurso para los sujetos procesales.

1

INTRODUCCIÓN

La regulación del Derecho Concursal va dirigida a solventar la problemática

resultante de la insolvencia o cesación de pagos del deudor, desde un punto de

vista patrimonial, a través de un juicio universal que comprenda a todos los

acreedores, todas las obligaciones y a todos los bienes embargables del deudor.

Para un mejor abordaje del Derecho Concursal, la investigación se dividió en dos

partes, la primera que abarca la parte adjetiva con el trabajo de tesis presentado al

Consejo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael

Landívar por el estudiante Kenneth Eduardo Ricci Molina, quien abordó el tema:

“Derecho Concursal: los procedimientos concursales”.1 Mientras que la segunda

parte, referente a la parte sustantiva se realiza en esta tesis.

En ese sentido, la finalidad primaria del Derecho Concursal es satisfacer a

los acreedores frente a la situación patrimonial crítica del deudor. Este fin se

realiza distribuyendo entre los acreedores el producto de la transacción de los

bienes del deudor, bajo un plano de igualdad.

Por ello, el Derecho Concursal regula los procedimientos aplicables en los

casos de crisis de liquidez, quiebras o suspensión de pagos. Involucra en ello,

entonces, lograr que los deudores cumplan en cierto plazo con sus obligaciones

frente a los acreedores de forma igualitaria y equitativa, a través de un

procedimiento especial que más allá de solo satisfacer créditos, busca la

posibilidad de reorganización y reestructuración del concursado mediante la

creación de un marco jurídico integral que garantice la prevención de iliquidez,

además, un procedimiento justo de cobro que garantice un retorno razonable del

monto invertido, cuando se presente una crisis. Estas crisis pueden ser de

1 Ricci Molina, Kenneth Eduardo. Derecho Concursal: los procedimientos concursales. Guatemala, 2011. Trabajo de Tesis que se presenta al Consejo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, de la Universidad Rafael Landívar.

2

naturaleza, laboral, mercantil o financiera, de allí que el abordaje de esta temática

resulta compleja y extensa.

El Derecho Concursal ha sido tratado bajo los supuestos de las ejecuciones

especiales y la quiebra, no obstante como una nueva vertiente del Derecho

Romano ha encontrado cabida como una fuente directa del Derecho Civil y

Mercantil, diferenciándose sustancialmente de los procedimientos de ejecución y

quiebra.

Ante la complejidad y extensión del Derecho Concursal, surgió la siguiente

pregunta de investigación: ¿Cuál es la legislación existente, a nivel

centroamericano, que regula el Derecho Concursal? Al plantearse tal interrogante

se generaron objetivos generales y específicos con el fin de darle respuesta a la

misma, entre los que se mencionan:

I) Establecer y analizar la legislación referente a Derecho Concursal a nivel

centroamericano; II) Determinar el origen histórico del Derecho Concursal; III)

Individualizar a los sujetos activos y pasivos dentro del Proceso Concursal; y IV)

De conformidad con el Derecho comparado, establecer las materias relacionadas

con el Derecho Concursal.

En cuanto a los elementos de estudio, esta tesis aborda los temas

siguientes: a) Derecho Concursal; b) Órganos del concurso; c) Efectos de la

declaración del concurso; d) Efectos de los procesos de ejecución concursal; y e)

Derecho comparado. Para ello se tomó como base el Derecho Concursal

mexicano y español, cuya doctrina en este tema es punto de partida de análisis de

Derecho Concursal centroamericano.

En cuanto a los sujetos de análisis, por tratarse de una investigación

netamente monográfica y doctrinaria, y por tratarse del desarrollo de un manual de

Derecho Civil, no fue necesario realizar entrevistas o encuestas; por ello las

3

unidades de análisis las conforma la doctrina y el análisis de la legislación

centroamericana que regulan el Derecho Concursal, de la cual se estableció la

diferencia entre el Derecho Concursal y el procedimiento de ejecución y quiebra.

Para interpretar el Derecho Concursal de manera integral, es imperativo

conocer también del Derecho Civil Patrimonial (obligaciones, bienes y contratos),

el Derecho Mercantil, la Teoría General del Proceso, así como los procedimientos

civiles y mercantiles, el Derecho Internacional Privado y el Derecho Constitucional

en cuanto a garantías del ciudadano y la defensa de derechos mediante la acción

de Amparo.

Esta tesis tiene como alcance, brindar a estudiantes, catedráticos y lectores

en general un estudio práctico, que dé a conocer la legislación centroamericana

relativa al Derecho Concursal, así como el impacto de este instituto jurídico en el

desarrollo de las sociedades, el cual no ha sido debidamente utilizado debido,

debido al escaso conocimiento que sobre ella se tiene; para superar la limitante

que genera el escaso abordaje de este tema, se ha realizado cuadros de cotejo

para poner en relieve las diversas disposiciones legales que abordan lo relativo al

Derecho Concursal, ello con la finalidad de comprobar si todos los países

centroamericanos contemplan el Derecho Concursal y su respectivo proceso,

como una disciplina tendiente a solventar problemas de iliquidez del deudor, que

pueda afectar las buenas prácticas mercantiles y que ello también conlleva efectos

negativos para el comercio centroamericano y las economías de la región, por la

falta de un marco jurídico integral que brinde seguridad jurídica al proceso.

Si bien esta tesis tiene como referente legislación española, argentina y

mexicana, tiene como limitante la territorialidad centroamericana para hacer un

estudio comparativo del Derecho Concursal, el cual tienen como referente al

Derecho Anglosajón y el Derecho español, dado el auge generado por las crisis

de iliquidez a nivel mundial, crisis económicas y financieras con impacto incluso en

cuestiones laborales.

4

Debido a que el Derecho Concursal ha sido legislado en normas de

procedimiento civil y mercantil, esta tesis hace una amplia referencia de la

normativa procesal civil centroamericana, de lo cual se ha determinando la

necesidad de incorporar a la legislación centroamericana, códigos específicos que

regulen autónomamente al Derecho Concursal, dada la importancia de su

aplicación teórica y jurídica.

5

CAPÍTULO I “Derecho Concursal”

1. Generalidades

El Derecho Clásico Concursal, apunta fundamentalmente a dar solución al

problema de la insolvencia o cesación de pagos del deudor desde un punto

de vista patrimonial, a través de un procedimiento que involucre a todos los

acreedores, las obligaciones y la totalidad de bienes embargables del

deudor de manera equitativa.

La finalidad primaria del Derecho Concursal es dar satisfacción a los

acreedores frente a la situación patrimonial crítica del deudor, en búsqueda

de distribuir entre los acreedores el producto de la realización de los bienes

del deudor, bajo un plano de igualdad.

Cuando los procesos de conocimiento y de ejecución ordinarios no han

dado una respuesta válida para satisfacer los intereses de un individuo

frente a entidades cuyo patrimonio e iliquidez son insuficientes para cumplir

con sus obligaciones, se han creado procedimientos especiales para

resolver la disyuntiva del modo más equitativo posible.

Es decir que el Derecho Concursal busca lograr que los deudores que han

entrado en un estado de iliquidez, respondan democráticamente ante sus

acreedores.

2. Antecedentes

Los antecedentes del Derecho Concursal están íntimamente ligados a los

propios antecedentes del Derecho de Ejecución, y éste, como una

derivación lógica y sistemática de la razón de creación de cualquier Estado

democrático, como menciona Hugo Alsina “…desde el enfoque

individualista y sociológico, deriva el conjunto de reglas de conducta cuyo

6

cumplimiento es obligatorio y cuya observancia puede ser impuesta

coactivamente por la autoridad legítima…”2

De lo anterior, se colige que es indiscutible la función de organización social

y de ella, la función jurisdiccional que corresponde al Estado como

organización jurídica y políticamente organizada. Siendo esta labor, una de

las más importantes manifestaciones del desarrollo histórico del Estado;

como lo menciona Aguirre Godoy: “El Estado moderno tiene

fundamentalmente la tarea de determinar el ordenamiento jurídico a través

de una legislación adecuada y conforme al proceso social, pero tiene

también la ineludible obligación de mantenerlo en vigencia, de tal manera

que realmente norme la actividad y conducta de los miembros de la

comunidad.”3

Es por ello que los antecedentes del Derecho Concursal, se encuentran

íntimamente ligados al establecimiento del Derecho per se. De esa cuenta,

las obligaciones contraídas por una persona en el ejercicio de su giro

comercial, deben ser sustanciadas por las instituciones que pendan de las

ciencias jurídicas y del Derecho en sí. Es importante dejar anotado en este

momento, aunque se verá con mayor detalle más adelante, que el Derecho

Concursal no se limita a la orientación de las acciones judiciales y

extrajudiciales cuando un comerciante ha dejado de responder ante sus

obligaciones, sino que también funciona para el caso que cualquier

persona, sea o no comerciante, tenga una opción para responder con

responsabilidad de sus pagos ante un procedimiento establecido por la ley.

No resulta fácil identificar la evolución del Derecho Concursal, puesto que

no sólo está sujeto a la historia y sus cambios en la misma, sino que en él y

en su estudio se encuentra una gran variedad de fuentes, entre ellas el

2 Alsina, Hugo. Tratado Teórico-Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial, Tomo I, Parte General, 2da. Edición, Buenos Aires, Editorial Ediar, S.A. 1963. Pág. 32. 3 Aguirre Godoy, Mario. Derecho Procesal Civil, Tomo I, Guatemala, Centro Editorial Vile, 1996. Pág. 13.

7

Derecho Civil, el Derecho Mercantil, el Derecho Procesal, e incluso el

Derecho Penal.

Como se establece más adelante, el Derecho Concursal es una de las

instituciones del Derecho, que se encuentra íntimamente ligado a los

procedimientos del Derecho Civil, del Derecho Procesal Civil y Mercantil,

con la que el acreedor pretende el pago de las obligaciones contraídas por

el deudor, mediante la ejecución de su derecho, por conducto de la

ejecución procesal.

La ejecución, constituye doctrinaria y legalmente una parte del Derecho

Procesal, sea este civil, mercantil, penal, laboral o de otra índole, ya que

consiste en una actividad jurisdiccional y el conjunto de actos que la

integran dan lugar a formar e integrar un proceso judicial. A este respecto,

Ramiro Podetti, citado por Chacón sostiene que “…de tal manera que la

función jurisdiccional del Estado asegura la realización del orden jurídico

por medio de la aplicación del Derecho objetivo, que procura la tutela y

seguridad de los derechos de los particulares.”4

En relación a la ejecución Chacón Corado sostiene que: “… en la doctrina

algunos autores dicen que la ejecución puede ser voluntaria o forzosa. Es

voluntaria cuando la parte vencida da cumplimiento a lo decidido en el fallo.

Y forzosa, cuando corre a cargo del órgano jurisdiccional, que suele ser el

mismo que ha resuelto el pleito, como se declaraba en las Partidas…”5

Las Partidas a que hace referencia Chacón, son, según Manuel Serra

Domínguez: “…Como lo registran las notas históricas de su tiempo, Alfonso

X de Castilla, llamado también El Sabio, no fue un monarca lo

suficientemente práctico y enérgico como para lograr la paz y unidad

4 Chacón Corado, Mauro. Proceso de ejecución, Guatemala, Magna Terra Editores, 2008. Pág. 19. 5 Ibid., Pág. 20.

8

efectivas de los territorios sobre los que le correspondió reinar. Pero fue, en

cambio un soberano docto, que dio gran impulso a las letras y a las artes y

que, sobre todo, legó a la posteridad obras de gran trascendencia jurídica,

la más importante de las cuales es, indudablemente la que se conoce como

en su conjunto como Partidas del Alfonso El Sabio o las Siete Partidas….

…La partidas III, y V se ocuparon de todo lo atinente a la administración de

justicia, es decir a todas las normas del derecho procesal y del derecho de

obligaciones y los contratos…”6

En cuanto a la evolución histórica del Derecho Concursal, Borghi7 sostiene

que: “En su origen la insolvencia era considerada como un delito de entidad

estatal, que se castigaba con la pérdida de la libertad y hasta de la vida del

deudor. En la ley de las XVII Tablas del derecho romano antiguo existían

instituciones como la manus injectio que legislaban acciones de tipo

personal contra el deudor insolvente, este podía ser sometido a la

esclavitud y hasta ser muerto por el acreedor…” El mismo autor citado

indica que “…la bonorum venditio complementa el procedimiento en contra

del deudor, disponiendo la venta de los bienes del deudor por medio de un

magister que adjudicaba en bloque el patrimonio a un comprador bonurum

emptor, quien hacía cargo del pasivo, convirtiéndose en el sucesor

universal del deudor…”8

Borghi escribe que: “Caído el imperio romano, las invasiones bárbaras traen

aparejada la aplicación de las leyes germánicas que desconocen las

ejecuciones colectivas y reimplantan las medidas sobre bienes

determinados y sobre la personas del deudor. Alrededor del siglo XV

reaparece en los Estatutos Italianos el procedimiento de ejecución del

conjunto del patrimonio de igualdad de los acreedores. Aparece en Francia

6 Serra Domínguez, Manuel. Estudios de Derecho Procesal, España, Editorial Ariel, 1969. Pág. 467. 7 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé. Procesos Concursales, 2ª. Edición, Argentina, Editorial Alveroni, 1994. Pág. 35. 8 Loc. Cit.

9

la Ordenanza de 1673 que innova diferenciando a los fallidos y sancionando

solo al fraudulento…”9 En cuanto a la legislación mercantil, es preciso dejar

anotado que, para las colonias españolas en América, la primera legislación

que trató la materia fueron las Ordenanzas de Bilbao.

De lo anterior, se deriva que el Derecho Procesal y el procedimiento de

ejecución, no son temas nuevos, sino se trata de instituciones que

conformaron el brazo inquisidor del Derecho, a través de las instituciones

ejecutivas de las ciencias jurídicas. De ahí los antecedentes del Derecho

Concursal que son una manifestación más del poder de la jurisdicción del

Estado, en un procedimiento ejecutivo por el incumplimiento de las deudas

de un deudor frente a sus acreedores.

3. Definición

Para Carlos Borghi y Carlos Tale: “…el Derecho Concursal se pone de

manifiesto en aquellos casos en los que el patrimonio de una persona es, al

menos presuntamente, insuficiente para cumplir sus obligaciones.” 10

El Derecho Concursal, según Jorge Chessal Palau, “…es el conjunto de

normas jurídicas que tiene por objeto establecer las condiciones en que se

debe declarar judicialmente el estado de incumplimiento generalizado de

obligaciones del denominado deudor común, comprendiendo este concepto

tanto al comerciante como al no comerciante, así como la apertura de los

procedimientos necesarios, a cargo de los órganos competentes, para

lograr la solución integral de sus obligaciones pendientes de pago, ya sea

mediante un convenio o mediante la liquidación forzada de sus activos.” 11

9 Ibid., Pág. 34. 10 Ibid., Pág. 12. 11 Tonon, Antonio. El Derecho Concursal: Breve esbozo histórico, Argentina, Ediciones De palma, 1992. Pág. 21.

10

Los aportes doctrinarios antes citados, confirman que el Derecho Concursal

es una forma de ejecución especial cuya génesis radica en el Derecho

Procesal y la facultad del Estado para ejecutar el derecho sustantivo. Por lo

tanto, la impotencia patrimonial del deudor, para responder a sus

obligaciones, es lo que permite llevar al cabo el procedimiento concursal,

para reparar el perjuicio causado al patrimonio del acreedor.

El Decreto Ley 106 Código Civil, incluye algunas disposiciones que, desde

la perspectiva sustantiva, fundamentan el pago de las deudas adquiridas

mediante la entrega de bienes, de tal cuenta el artículo 1416 de esta norma,

recoge este fundamento de la siguiente manera: “El deudor puede hacer

cesión de bienes a sus acreedores cuando se encuentre en la imposibilidad

de continuar sus negocios o de pagar sus deudas.”12 Mientras que el

artículo 1417 regula: “La cesión de bienes puede ser extrajudicial o judicial.

La primera es contractual, y la segunda es un beneficio que se concede al

deudor de buena fe que por accidentes inevitables o por causas que no le

pueden ser imputadas, suspende el pago de sus deudas o está en

inminente riesgo de suspenderlas.”13

De lo anotado se colige que el Derecho Concursal, es el conjunto de

normas sustanciales y formales, de Derecho Público y Privado, que ante el

estado de insolvencia del deudor regula sus relaciones con los acreedores,

mediante un procedimiento especial de ejecución colectiva que excluye a

los procesos de ejecución individuales ordinarios, teniendo como objeto

principal, además de la protección del interés particular de los acreedores,

el interés de la comunidad.

Como definiciones relacionadas a este concepto, primero habría que

explicar que en la historia del Derecho, el fenómeno de las personas que

12 Jefe del Estado de Guatemala, Decreto Ley 106, Código Civil, artículo 1416. 13 Ibid., Artículo 1417.

11

enfrentan dificultades para cumplir los compromisos que tienen contraídos,

con los activos con que cuentan y con los flujos que pueden generar,

buscando, judicial o extrajudicialmente, ya sea la restauración del potencial

operativo de la empresa o, en último extremo, su liquidación ordenada, lo

que conlleva una serie de instituciones que merecen consideración conocer

su significado.

4. Procedimientos de mayor relevancia:

4.1 Quiebra:

En términos generales, la palabra “quebrar” orienta a pensamiento sobre

algo que se ha roto de forma violenta; que alguna cosa que estaba unida en

partes, por algún suceso ajeno, ha generado la separación de sus partes.

De lo anterior, y para cumplir con los objetivos de esta investigación, es

entendible la necesidad de establecer, por qué la ruptura de las partes de

una cosa, son interesantes para el Derecho y principalmente para el

Derecho Mercantil.

Como se ha mencionado anteriormente, la finalidad del Derecho Concursal

es el establecimiento ordenado y lícito para ejecutar las obligaciones de un

deudor, cuando ha caído en un estado de incumplimiento de sus

obligaciones, es por ello que la figura de la quiebra en materia mercantil

adquiere importancia; por ello, retomando que los procedimientos para la

adecuada regulación de la quiebra mercantil están íntimamente ligados con

el procedimiento de ejecución, como lo menciona Chacón Corado, “…la

ejecución constituye, doctrinaria y legalmente una parte del Derecho

procesal, sea este civil, mercantil, penal, laboral o de otra materia, ya que

consiste en una actividad jurisdiccional y el conjunto de actos que la

12

integran dan lugar a formar e integrar un proceso judicial…”14 en ese

sentido, a fin de lograr la solución integral de las obligaciones pendientes de

pago, y claro está, establecer la necesidad de conocer las razones por la

que la ruptura de las obligaciones comerciales de los involucrados en el

negocio jurídico.

Como concepto, el Diccionario de la Lengua Española, define a la quiebra

como: "Juicio por el que se incapacita patrimonialmente a alguien por su

insolvencia y se procede a ejecutar todos sus bienes a favor de la totalidad

de sus acreedores."15

Por su lado Manuel Ossorio en el Diccionario de Ciencias Jurídicas,

Políticas y Sociales, define la quiebra como: “Situación legal a que puede

verse compelido un comerciante que momentáneamente, temporal o

definitivamente se encuentra imposibilitado del cumplimiento de las

obligaciones contraídas.”16

Malagarriga, citado por Manuel Ossorio, indica, respecto a este instituto

jurídico que: “…la quiebra es el estado al que son llevados mediante

declaración judicial, determinados deudores que han cesado en sus pagos

y que no han logrado o no han estado en condiciones de lograr una

solución preventiva, estado que, si no se resuelve en un avenimiento o en

un concordato, determina una realización forzada de los bienes para que el

producto de dicha realización satisfaga, en lo posible, primero los gastos

originados y luego las deudas del quebrado…”17

14 Chacón Corado, Mauro. Op. Cit., Pág. 19. 15 Quiebra. Diccionario de la Lengua Española, 22ª Edición, España, Editorial Espasa Calpe, S.A. 2001. Pág. 323. 16 Quiebra. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, 28ª Edición, Argentina, Editorial Heliasta, S.R.L., 2001. Pág. 826. 17 Loc. Cit.

13

De lo anotado por Ossorio y Malagarriga, la quiebra es un estatus quo que

adquiere un comerciante, que ante sus obligaciones comerciales y por el

manejo inadecuado de su presupuesto o por circunstancias ajenas a su

propia voluntad, se encuentra en imposibilidad de cubrir sus propias

obligaciones mercantiles y aunado a lo que establece Chacón Corado, al

encontrarse en el estatus mencionado, se origina la posibilidad de iniciar el

proceso judicial de ejecución respectivo, con el cual, retomando las ideas

de Malagarriga, inicialmente deben ser cubiertos los gastos de la ejecución

en quiebra y posteriormente se procede al pago de las deudas del

comerciante quebrado.

4.2 Bancarrota:

Ossorio en el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, indica

que la palabra Bancarrota debe tenerse por sinónimo de la palabra

quiebra18. Mientras que el Diccionario de la Lengua Española brinda una

variante al concepto de quiebra al definir la bancarrota como: "Quiebra

comercial y más comúnmente la completa o casi total que procede de falta

grave, o la fraudulenta." 19

Nótese, que si bien Ossorio sostiene que la bancarrota tiene idénticas

características que la quiebra, la Real Academia Española en su

Diccionario, indica que la bancarrota además de considerarse una falta

grave, menciona también que constituye fraude en las relaciones

comerciales.

Estos comentarios tienen asidero, en que según Couture, en el

planteamiento de la ejecución “El lenguaje jurídico no difiere, en lo

sustancial, de estas acepciones, Pero el vocablo sufre una especie de

desdoblamiento. Se habla de ejecución de las obligaciones para referirse a

18 Bancarrota. Ibid., Pág. 119. 19 Bancarrota. Diccionario de la Lengua Española. Op. Cit., Pág. 208.

14

la acción mediante la cual el deudor cumple con lo que debe, dando,

haciendo u omitiendo alguna cosa…”20

Si bien la bancarrota es una de las formas de interpretar la quiebra, que en

la doctrina podría tener algunas diferencias, como el elemento fraudulento,

el mismo no ha tenido mayores relevantes para la legislación nacional, dado

lo escueto de la misma al referirse a este tema.

4.3 Falencia:

Manuel Ossorio, se refiere a este concepto como “Situación de hecho en

que se encuentra el comerciante que ha cesado en sus pagos: el estado de

falencia al ser declarado judicialmente se convierte en quiebra.”21

Este término ha sido acuñado en los procesos de ejecución al referirse a las

acciones realizadas por el deudor que ha omitido voluntariamente el pago

de sus obligaciones sin excusa, o bien a la serie de argumentes falsos para

desembarazarse de una obligación mercantil.

La palabra falencia también ha sido utilizada como sinónimo de quiebra,

pero para los efectos de esta tesis, estos vocablos no serán tomados con

sinonimia, pues la falencia tiene implícita una connotación peyorativa que

atiende a su sentido etimológico latino “fallens-entis”, engañador, que no

corresponde de manera precisa al objeto de estudio.

4.4 Insolvencia:

En el Diccionario de la Lengua Española22 la palabra insolvencia tiene una

definición similar a la quiebra y bancarrota, al conceptualizarla como la falta

20 Couture, Eduardo, J. Fundamentos del derecho procesal civil, México, Editorial Nacional, 1981. Pág. 437. 21 Falencia. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Op. Cit., Pág. 422. 22 Falencia. Diccionario de la Lengua Española. Op. Cit., Pág. 870.

15

de solvencia, incapacidad de pagar una deuda. Mientras que el Diccionario

Jurídico Espasa23 si bien no brinda un concepto específico sobre esta

materia, establece la existencia de dos formas de insolvencia, una

provisional y una definitiva, con respecto a la provisional no hace ninguna

anotación importante para los efectos de esta investigación, mientras que

para la insolvencia definitiva, sin ser determinante para la declaración de

quiebra, puede servir de base para su calificación o para que sea solicitada

por los acreedores.

En ese orden de ideas, en referencia a este concepto en el Diccionario

Jurídico Espasa, contiene el siguiente concepto: “…en sentido lato puede

entenderse como insolvencia la incapacidad para hacer frente o pagar una

determinada deuda. La insolvencia como tal puede entenderse como

situación de hecho no punible, es decir, como cuando, por circunstancias de

la vida, una determinada persona no puede hacer frene a sus obligaciones,

y por tanto éstas se enmarcan dentro de nuestro ordenamiento en el

Derecho Civil como la deuda exigible…”24

El Código Civil Federal de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo

2166 define la insolvencia como “…la suma de los bienes y créditos del

deudor, estimados en su justo precio, no iguala al importe de sus deudas.

La mala fe, en este caso, consiste en el conocimiento de ese déficit."25

De lo anterior, se establece que el estado de insolvencia es un acto

declarativo mediante el cual se ordena la suspensión de los pagos mientras

se ordena la forma en que se asumirán las responsabilidades mercantiles.

23 Insolvencia. Diccionario Jurídico Espasa, España, Editorial Espasa Calpe, S.A., 2001. Pág. 836. 24 Insolvencia. Ibid., Pág. 525. 25 Senado de la República. Código Civil Federal Mexicano. Artículo 2166.

16

4.5 Concurso:

Al respecto de este instituto del Derecho Civil, Mauro Chacón escribe que:

“…en el Derecho Civil guatemalteco, las ejecuciones colectivas a las que se

refiere el título quinto del libro tercero del Código Procesal Civil y Mercantil

comprende los concursos de acreedores –tanto voluntarios como

necesarios- y la quiebra. Estos procedimientos se aplican, en Guatemala,

indistintamente para deudores civiles y deudores mercantiles; el código

procesal no hace diferencias con relación al deudor y sus acreedores, ni

con la naturaleza de la deuda. Son verdaderos procesos de ejecución, pues

su finalidad es procurar el cumplimiento de las obligaciones debidas

(respaldadas por un título ejecutivo) pero no solamente son ejecutadas por

un acreedor, sino por varios. En estos procesos se persigue el remate de

toda la universalidad patrimonial del deudor (hasta el límite de sus

responsabilidades) para obtener el monto de lo adeudado y distribuirlo entre

los acreedores. Tanto el deudor (concurso voluntario) como sus acreedores

(concurso necesario o quiebra) pueden promover estos procesos: cuando

exista un peligro de consumirse gran parte del patrimonio en cuestión.”26

En las ejecuciones colectivas, todos los acreedores se encuentran en un

mismo plano, sin más preferencia que la población de sus créditos, por ello,

se suspenden todas las ejecuciones individuales en trámite, para

posteriormente declarar el estado del deudor y de desapoderarlo de sus

bienes para el remate y posteriormente liquidar el haber del deudor.

4.6 Derecho Concursal:

En la doctrina se encuentra mucha discusión sobre la autonomía del

concurso y si es dable la sustentación de la afirmación de Derecho

Concursal, dados sus altos índices de conexión con el Derecho Mercantil y

más aún con la ejecución de las obligaciones del deudor por parte de sus 26 Chacón Corado, Mauro. Op. Cit., Pág. 251.

17

acreedores, que un mismo plano de igualdad y sin orden de prelación, han

reclamado la suspensión de las operaciones del deudor, a fin de congelar

sus finanzas y que a manera de concurso, se disponga de los pagos, hasta

el monto de la responsabilidad del deudor.

El Derecho Concursal, como ha iniciado a denominarse por los tratadistas

del Derecho Mercantil, en especial por aquellos que han manifestado la

necesidad de legislar profundamente en esta materia, sostienen que el

Derecho Concursal se refiere a la normativa referente a la quiebra y la

insolvencia.

Estas instituciones jurídicas han sido recopiladas por el Derecho Procesal

guatemalteco en el apartado de concurso voluntario de acreedores y

concurso necesario de acreedores.

4.7 Concurso Civil de Acreedores:

El Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales de Guillermo Cabanellas27

establece que: “…el Concurso Civil de Acreedores se refiere al juicio

universal que se tramita contra un deudor no comerciante cuando se

acredita que su activo es insuficiente para cancelar su pasivo. Puede ser

promovido por el propio deudor, caso en el cual el concurso se denomina

voluntario, o a requerimiento de sus acreedores legítimos y quirografarios,

caso en el cual es llamado necesario. Constituye una forma de extinción de

las obligaciones. Si el deudor es comerciante o no siéndolo, lleva su

negocio en forma comercial y figura en el Registro Público de Comercio, el

juicio se tramita de acuerdo con las normas establecidas para la quiebra.”

27 Concurso Civil de Acreedores. Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales, Argentina, Editorial Heliasta, 2004. Pág. 200.

18

De igual manera Manuel Ossorio28 sostiene que el concurso de acreedores

es el juicio universal promovido contra el deudor que no cuenta con medios

suficientes para pagar todas sus deudas. Procede cuando el pasivo de una

persona no puede ser atendido según se torna exigible. Puede ser

solicitado por el deudor, que peticionará un concordato a sus acreedores, o

su propia quiebra, caso en el cual el deudor podrá a su vez proponer en

concordato.

4.8 Derecho Concursal Mercantil:

Juan Antonio Ordóñez29, estable que: “Es el conjunto de normas jurídicas

de naturaleza procesal Mercantil, que regulan los procedimientos a que se

someten o son sometidos los comerciantes en estado de insolvencia, para

intentar superar dicho estado mediante un convenio con sus acreedores, y

si eso no fuese posible, liquidar el patrimonio del comerciante, distribuyendo

su importe entre los acreedores hasta donde alcance.”

4.9 Concurso Mercantil:

Juan Antonio Ordóñez González30 lo define como: “…el procedimiento

Mercantil, de carácter colectivo o universal que pueden iniciar ante un juez

federal, el comerciante insolvente, sus acreedores o el Ministerio Público,

cuando el comerciante incumple de manera general sus obligaciones de

pago y no tiene bienes suficientes para liquidar todos sus créditos, con la

intención en primer término de celebrar un convenio con sus acreedores

que permita modificar las condiciones de pago de sus deudas para poder

cubrirlas, y si eso no fuese posible, decreta su Quiebra, rematando los

28 Concurso Civil de Acreedores. Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales. Op. Cit., Pág. 206. 29 Ordóñez González, Juan Antonio. Derecho Concursal Mercantil, México, Editorial Porrúa, 2004. Pág. 7. 30 Ibid., Pág. 11.

19

bienes que integren su patrimonio para pagar con el producto del remate a

los acreedores, hasta donde alcance, según su preferencia y prelación.”

4.10 Concurso de Acreedores:

De Pina citado por José Ovalle Favella,31 lo define como “un juicio

universal que tiene por objeto determinar el haber activo y pasivo de un

deudor no comerciante para satisfacer, en la medida de lo posible, los

créditos pendientes, con arreglo a la prelación que corresponda”.

4.11 Proceso Concursal:

Prieto-Castro citado por José Ovalle Favella32 explica que el Proceso

Concursal “es el que se sigue cuando existe un patrimonio que ha de

responder de un conjunto de deudas, constitutivas de otros tantos créditos

a favor de una pluralidad de acreedores, y es insuficiente (al menos de

momento) para satisfacer todos esos créditos en su integridad”.

Como ha podido apreciarse, el Derecho Clásico Concursal, conlleva a

solucionar las controversias relativas a la insolvencia o cesación de pagos

del deudor, pero esta solución se realiza desde el punto de vista

patrimonial, mediante un procedimiento específico en el cual se convoca a

todos los acreedores y estos debidamente apersonados, pueden brindar

propuestas de solución para solventar la problemática. La finalidad de este

instituto jurídico, es dar satisfacción a los acreedores frente a la situación

patrimonial crítica del deudor.

31 Ovalle Favela, José. Derecho Procesal Civil, 9ª Edición, México, Editorial Oxford, 2003. Pág. 398. 32 Loc. Cit.

20

En ese sentido, este instituto jurídico tiene su génesis en la responsabilidad

que deudores y acreedores se tienen recíprocamente, fundamentando el

Estado de Derecho y de Legalidad ante la responsabilidad de sus

compromisos monetarios y para evitar la búsqueda de solución directa, es

que se acude al órgano a cargo de impartir justicia para que sea el Estado el

que solvente la problemática.

5. Naturaleza jurídica

Habitualmente se ha considerado al Derecho Concursal como parte del

Derecho Mercantil. Se ubica dentro de éste ámbito principalmente por la

funcionalidad que tiene la empresa y su relación jurídica en el entorno social

y económico.

No obstante lo anterior, es posible que este hecho o situación concursal no

solamente les pueda ocurrir a los comerciantes, sino también a una persona

no comerciante, por ejemplo, a una asociación de Derecho Civil, lo cual

hace que lo más correcto sea entender el Derecho Concursal como una

rama autónoma del Derecho Privado.

En cuanto al tema que nos ocupa, Borgui realiza la siguiente clasificación:

1. Procesal o sustancial. Este tema de ubicación ha sido muy debatido

en la doctrina, ubicar a los concursos en el ámbito del derecho formal

o del derecho material, tomando en cuenta que también implican “un

proceso de ejecución”, pues además de las normas procesales, le

conciernen diversas normas de derecho sustancial (comercial, civil,

penal, administrativo).33

Esto ha hecho que algunos autores extranjeros hablen de una

naturaleza sui géneris de los concursos.

33 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé. Op. Cit., Pág. 16.

21

2. Contenciosa o voluntaria. La doctrina tampoco ofrece uniformidad a

este respecto, pues varios autores se inclinan por incluir a los

concursos dentro de los procesos de jurisdicción voluntaria; pero la

mayor parte de la doctrina e inclusive la jurisprudencia de tribunales

integrados por juristas de renombre, no dudan en considerar

contenciosa la naturaleza del juicio concursal.34

En este caso la cuestión radica en reconocer o no la existencia de litis o

controversia entre los acreedores y su deudor. Un caso que puede

ofrecer dificultades es el concurso preventivo, puesto que es el propio

deudor que pone en marcha el aparato jurisdiccional. No obstante, es la

intención del deudor de responderá ante sus obligaciones en tiempo y

medida, de diferente modo a lo originariamente pactado, actividad que

implica la existencia de un proceso que se tornará contradictorio y de

carácter netamente contencioso.

6. Caracteres del Concurso

El Derecho Concursal, por su especificidad, conlleva una serie de

caracteres o principios, que le son propios y exclusivos.

Bonfanti y Garrone35 enumeran como principios jurídicos generales del

régimen concursal, tanto nacional como extranjero, los siguientes:

1. Universalidad: El Proceso Concursal afecta la totalidad de los bienes del

deudor. A partir de la apertura del concurso preventivo todos sus bienes

responderán al cumplimiento de las obligaciones que el deudor tenga para

con los acreedores que se presenten en el Proceso Concursal. La ley

excluye ciertos bienes del deudor;

34 Ibid., Pág. 17. 35 Bonfanti, Mario A. y José A. Garrone. Concursos y Quiebras, Argentina, Editorial Alveroni, 1998. Pág. 48.

22

2. Colectividad: Todos los acreedores anteriores a la solicitud de apertura del

concurso preventivo o a la declaración de quiebra quedan sometidos al

Proceso Concursal: deben verificar sus créditos y no pueden iniciar o

continuar ejecuciones individuales, salvo los casos en que expresamente lo

permite la Ley. Los acreedores por deudas posteriores a la solicitud de un

concurso preventivo no participan en este proceso y pueden ejercer las

acciones individuales sobre el patrimonio del deudor;

3. Igualdad: Los acreedores quirografarios soportan las pérdidas

equitativamente, a prorrata, en proporción a sus créditos. Quedan excluidos

de este principio los acreedores con algún tipo de privilegio legal;

4. Oficiosidad: el juez debe actuar de oficio sin necesidad de petición de

parte;

5. Inquisitoriedad: El juez tiene las más amplias facultades de investigación.

Puede requerir al concursado, sus representantes y administradores, e

incluso a terceros, las informaciones que considere necesarias, ordenando

su comparecencia;

6. Orden público: los intereses involucrados son generales, públicos, por

tanto indisponibles por las partes.

7. Clases de concursos

Aguirre Godoy, respecto a los concursos, dentro de los procesos de

ejecución, sostiene lo siguiente: “Se trata de procesos de ejecución

colectiva y universal. Lo primero, por quien ejecuta no es solamente un

acreedor, sino varios; y lo segundo, por el objeto mismo de la ejecución es

un patrimonio, el del deudor, que comprende la totalidad de sus bienes, con

ciertas excepciones, el cual será distribuido en la forma que establece la ley

para el pago de lo adeudado a los acreedores. Se parte de la consideración

23

de que el patrimonio del deudor es la garantía común de sus acreedores y

se considera la posibilidad de que la acción individual de los acreedores

absorba en su totalidad o casi completamente dicho patrimonio, haciendo

ilusorios los derechos de los acreedores cuyos créditos aún no están

satisfechos…”36

El mismo autor antes citado indica “…en estos casos, en los cuales se

presenta el peligro de ejecuciones, individuales que consuman el activo de

un deudor, sin que esté cubierto totalmente su pasivo, las leyes establecen

esta clase de procedimientos, que por su naturaleza se han llamado

colectivos…”37

Hugo Alsina, citado por Aguirre Godoy, sostiene que: “Los acreedores se

encuentran en un mismo plano de igualdad (par conditio creditorio) sin más

preferencias entre ellos que la prelación de créditos establecida por la ley o

los derechos reales de garantía. Con este fin se suspenden las ejecuciones

individuales, se desapodera al deudor de sus bienes, se procede a la

liquidación del haber del deudor y el producto obtenido de su venta se

distribuye entre los acreedores que hubieren justificado sus créditos, en

porción a su importe y tomando en cuenta los privilegios que puedan

existir.”38

En este punto, es imperativo hacer una breve pausa, a fin de cumplir los

objetivos de esta tesis, entre ellos, delimitar que esta investigación se

refiere al Derecho Concursal, no obstante el ámbito de cobertura se limita a

la normativa centroamericana, por ello, es importante dejar anotado, que la

legislación centroamericana –como se verá a mayor detalle más adelante-

no desarrolla varias instituciones del Derecho Concursal, como si lo realiza,

por ejemplo la doctrina mexicana y la española. De esa cuenta, se realizará

36 Aguirre Godoy, Mario. Derecho Procesal Civil, Tomo II, Guatemala, Editorial Vile, 2000. Pág. 356. 37 Loc. Cit. 38 Ibid., Pág. 357.

24

un breve esbozo de la regulación extranjera, intentando no alejarse de la

perspectiva eminentemente sustantiva de esta investigación, haciendo

especial salvedad, que este apartado tampoco constituye un estudio de

Derecho Comparado, pues se limita a citar las instituciones que han sido

abordadas en España y en los Estados Unidos Mexicanos, que de alguna

manera, son un buen referente para el Derecho Concursal en América

Latina debido a la profundidad de sus estudios.

7.1 Clases de concursos en la legislación mexicana: 7.1.1 Concurso Preventivo:

Manuel Ossorio en el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y

Sociales39 establece que el concurso preventivo es el procedimiento,

basado en la existencia de una situación de cesación de pagos, en

virtud del cual el deudor insolvente solicita una quita o prórroga

respecto de sus deudas. Su propuesta, para tener efecto, debe ser

aprobada por la mayoría de acreedores que dispone la ley, basadas

en su número y en el valor de sus créditos, y homologada por el juez

interviniente. Si la propuesta es rechazada, ocasiona la quiebra del

deudor.

Aunado a lo anterior, Borghi y Talé refieren lo siguiente: “Teniendo en

cuenta las graves consecuencias que la declaración de quiebra

acarrea al deudor, a los mismos acreedores al interés público –por

los cambios económicos y sociales que provoca- las distintas

legislaciones que regulan la materia han ido reflejando en el

transcurso del tiempo un cambio de mentalidad consistente en

atenuar aquel excesivo rigorismo de los comienzos.

Fundamentalmente han creído necesario implementar un remedio

39 Concurso Preventivo. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Op. Cit., Pág. 229.

25

legal que, sin disminuir la tutela al interés de los acreedores,

permitiera en el mayor número posible de casos evitar la quiebra.”40

Respecto al tema objeto de estudio, Bonfanti, citado por Borghi y

Talé sostiene que: “En todas las legislaciones, junto al procedimiento

de quiebra, se encuentra organizado otro procedimiento concursal

que permite al deudor, en presencia de determinados requisitos,

sanear su patrimonio fuera de la ejecución que implica la quiebra,

mediante un acuerdo directo de los acreedores…”41

En consecuencia de lo antes anotado, el concurso preventivo, es el

acuerdo al que se somete el deudor con a sus acreedores, el cual

puede consistir en la reducción del monto de las obligaciones (quita);

en la prórroga del término de vencimiento de las mismas (espera); en

ambas a la vez; en la constitución de sociedad con los acreedores,

entre otros pactos.

7.1.2 La quiebra:

Bonfanti, citado por Borghi y Talé sostiene que “…desde el punto de

vista económico es el estado de desequilibrio entre los bienes de un

patrimonio realizables normalmente en determinado momento y las

obligaciones deben cumplirse en ese mismo momento.”42 Este

estado configura la insolvencia patrimonial del deudor frente al

cúmulo de obligaciones que le son exigibles.

La declaración de quiebra presupone la existencia de un

comerciante, social o individual, que haya cesado en el pago de sus

obligaciones por su situación de insolvencia. Se trata pues de un

40 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé. Op. Cit., Pág. 17. 41 Loc. Cit. 42 Ibid., Pág. 20.

26

fenómeno esencialmente económico, sin embargo éste no tiene

relevancia sino hasta que se declara judicialmente, es por ello que se

puede concluir que la quiebra es la insolvencia de un comerciante

jurídicamente apreciada y declarada.

Como concepto jurídico, la quiebra es el procedimiento de ejecución

que tiene en miras la liquidación del patrimonio del deudor insolvente

para satisfacer un interés de los acreedores.

7.1.3 Liquidación Forzosa en Sede Administrativa

Adolfo Rouillón citado por Borghi y Talé, en cuanto a la liquidación

forzosa en sede administrativa manifiesta que: “Hay empresas,

individuales o colectivas, que por la especial naturaleza de la

actividad que realizan y por las repercusiones sociales que ella

implica, se ven sometidas a un régimen especial de liquidación

administrativa, regulado también por leyes específicas…”43

Rouillón sostiene que las principales características de este proceso

concursal son:

a. Enumeración específica de los sujetos comprendidos en su

régimen;

b. Primacía de lo administrativo sobre lo jurisdiccional en su

procedimiento; y

c. Protección del interés general de la comunidad, antes que el

particular de acreedores.

43 Ibid., Pág. 24.

27

7.1.4 Los Acuerdos Preconcursales

Héctor Cámara, citado por los autores Borghi y Talé, sostiene que:

“Este instituto de reciente incorporación a la legislación de nuestro

país (México), pretende regular la situación del deudor que trata de

superar las dificultades económico-financieras o su estado de

insolvencia mediante un acuerdo con todos o parte de sus

acreedores fuera del ámbito judicial.”44

Dentro de las críticas que realiza Borghi y Talé a este tipo de

concurso en la legislación mexicana, es que “…estos inventos de los

deudores de recomponer el equilibrio de su patrimonio se vieron

frustrados las más veces pues, cualquiera fuesen las condiciones del

acuerdo que ellos proponían, no podían de ninguna manera

garantizar su eficacia ante un eventual proceso de quiebra

posterior.”45

Los dos últimos procedimientos mencionados, merecen la pena dejar

anotado, que por el mecanismo de iniciación de proceso y la forma y

sede en que puede realizarse, cabe la crítica que rompe el esquema

de los procedimientos contenciosos normales, dado que puede

tramitarse en sede administrativa, sin que el Estado siquiera se

entere de la dejación de pagos y por ende no tenga jurisdicción para

resarcir a los particulares de los daños causados, no obstante, en el

ámbito del derecho privado, son las partes quienes deciden

libremente a quién acudir para la solventar sus pretensiones.

44 Ibid., Pág. 26. 45 Loc. Cit.

28

7.2 Clases de Concursos en España:

Enrique Gadea, sostiene que “…debemos comenzar diciendo que el

concurso es un status jurídico que tiene que ser declarado

judicialmente, por lo que sin declaración judicial no hay concurso. En

esta materia rige el principio de rogación, en cuanto se inicia en

virtud de la sociedad que puede presentar el deudor, los acreedores

u otros legitimados. Si la solicitud o si la primera de las solicitudes, en

caso de existir varias, es instada por el deudor, el concurso tiene la

consideración de voluntario. En los demás casos, la de necesario;

por excepción, el concurso tendrá la consideración de necesario

cuando, en los tres meses anteriores a la fecha de la solicitud del

deudor, se hubiera presentado y admitido a trámite otra por cualquier

legitimado, aunque este hubiera desistido, no hubiera comparecido o

no se hubiese ratificado art. 22.1 LC.”46

De lo anterior la legislación española, da cuenta de dos procedimientos

específicos para las ejecuciones colectivas siguientes:

7.2.1 Concurso Voluntario:

Es aquel que solicita el deudor. En efecto si es persona física, la

decisión de solicitar la declaración de concurso corresponde al propio

deudor, y si es persona jurídica, al órgano de administración o de

liquidación, sin ser preciso el acuerdo de la junta general (artículo 3.1

Ley Concursal).

En relación a este tipo de concurso, Gadea sostiene que: “A

diferencia de los demás legitimados, en el caso del deudor, la Ley

Concursal (art. 5) le impone el deber de solicitar la declaración de

46 Gadea, Enrique. Iniciación al Estudio del Derecho Concursal. España, Editorial Dikinson, S.L., 2005. Pág. 69.

29

concurso dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que se

hubiese conocido o debido conocer su estado de insolvencia. A esos

efectos, y salvo prueba en contrario, se presume que el deudor ha

conocido su estado de insolvencia cuando haya acaecido alguno de

los hechos que pueden servir de fundamento a una solicitud de

concurso necesario conforme el apartado 4 del artículo 2 de la Ley

Concursal.”47

7.2.2 Concurso Necesario:

En cuanto a este instituto jurídico, Gadea, manifiesta que “Además

de al propio deudor, se reconoce legitimación para solicitar el

concurso a los acreedores (art 3.1 LC) si bien para evitar la compra

de créditos concursales se niega la legitimación al acreedor que,

dentro de los seis meses anteriores a la presentación de la solicitud,

ha adquirido el crédito por actos inter vivos y a título singular,

después de su vencimiento (art. 3.2 LC), también están legitimados

para solicitar la declaración de concurso de las personas jurídicas,

los socios, miembros o integrantes de las mismas que sean

personalmente responsables, conforme a la legislación vigente, de

sus deudas (art. 3.3 LC)”48

Nótese que la diferencia, en la legislación española, entre el

concurso necesario y el concurso voluntario de acreedores, es que

en el primero puede ser solicitado a petición de cualquiera de las

partes involucradas, mientras que en el segundo, puede ser

requerido por el deudor insolvente.

47 Ibid., Pág. 72. 48 Loc. Cit.

30

En cuanto a las instituciones jurídicas que fundamentan el Derecho

Concursal en Guatemala, en el capítulo V, de ésta tesis, se abordará

con mayor propiedad esta temática, dado que es en aquel espacio

donde se hace el presentación, análisis y discusión de resultados de

la legislación centroamericana en materia de Derecho Concursal.

31

CAPÍTULO II “Derecho Preconcursal”

1. Generalidades

En la doctrina argentina y mexicana, al igual que en la legislación de esos

países, el Derecho Preconcursal tiene una denominación, que difiere de la

acepción que aporta la doctrina y legislación española, por ejemplo el

Derecho Preconcursal es concebido como una forma de ejecución

colectiva, no obstante en este apartado de la investigación, se hace

referencia al Concurso Preventivo como un sinónimo del Derecho

Preconcursal.

A este respecto la legislación procesal civil guatemalteca, asemeja al

Derecho Preconcursal con el concurso voluntario de acreedores, al

establecer en el artículo 347 del Código Procesal Civil y Mercantil lo

siguiente: “Las personas naturales o jurídicas sean o no comerciantes, que

hayan suspendido o estén próximas a suspender el pago corriente de sus

obligaciones podrán proponer a sus acreedores la celebración de un

convenio. Podrán hacerlo también, aún cuando hubieren sido declaradas en

quiebra, siembre que ésta no haya sido calificada judicialmente de

fraudulenta o culpable.”

En ese sentido, el artículo 349 del mismo cuerpo legal antes citado,

establece que el convenio puede ser extrajudicial. En tal caso se requiere

el acuerdo de todos los interesados en el concurso y deberá celebrarse en

escritura pública.

De lo anterior se colige, que la legislación guatemalteca al referirse al

concurso voluntario de acreedores, se refiere, sin más al Derecho

Preconcursal, dadas las características de proposición por parte del deudor

32

a sus acreedores y la posibilidad de que este convenio se realice sin la

necesidad de intervención judicial.

Borghi y Talé49 manifiestan que la finalidad del procedimiento preventivo es

“…por su intermedio se ha podido dar una respuesta adecuada a la

necesidad de brindar protección a tres intereses fundamentales:

1. Al del deudor: que puede por este medio superar su estado de

cesación de pagos y sanear su patrimonio para reinsertarse en el

seno de la comunidad económica;

2. Al de los acreedores: que con seguridad se verán perjudicados en

menor medida que si tuvieran que recurrir al costoso procedimiento

de la liquidación del patrimonio del deudor, solución ésta a la que de

todos modos podrán apelar si no los satisface la propuesta; y

3. Al de la comunidad: que por intermedio del Estado debe procurar la

conservación de la empresa –evitando así la pérdida de importantes

puestos de trabajo- y la protección del tráfico mercantil que ante un

quebranto siempre resulta conmocionado.

El presupuesto para iniciar el concurso preventivo es la cesación de pagos,

esto es, la imposibilidad de cumplir con los pagos ordinarios con los medios

corrientes. Algunos presupuestos que indican este estado de cesación de

pagos pueden ser, por ejemplo entrar en estado de mora, utilización de

medios fraudulentos, fraude a acreedores, por reconocimiento judicial, etc.

Cámara, citado por Borghi y Talé, sostiene: “…este instituto constituye la

ordenación amistosa judicial de un desequilibrio comercial con el objeto de

evitar, posiblemente en el interés de todos una liquidación forzada.”50 El

mismo autor antes citado indica: “La ley 19.551 legisla en primer término el

49 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé, Op. Cit., Pág. 18. 50 Loc. Cit.

33

concurso preventivo dándole preeminencia que, como solución preventiva

que tiende a la conservación de la empresa y constituye un remedio legal

distinto y no mero predecesor de la quiebra…”

Es de hacer notar que este tipo de concurso preventivo o como señala una

parte de la doctrina: El Derecho Preconcursal, es utilizado con el fin de

salvar a la empresa y no de liquidarla, como la quiebra.

2. Naturaleza Jurídica

La naturaleza jurídica de esta institución del Derecho, despeja muchas

interrogantes en cuanto a la función del concurso preventivo o Derecho

Preconcursal, porque permite disponer de la mayoría de acreedores del

destino patrimonial del deudor aunque sujetando tal decisión al requisito

último de la homologación judicial, se han formado dos grandes corrientes

que cuentan entre sus filas a reconocidos juristas.

Borghi y Talé sostiene que: “El principal escollo a sortear en la dilucidación

de la naturaleza jurídica, es encontrar una explicación razonable al hecho

de que el acuerdo del deudor con los acreedores tenga homologación

judicial mediante la fuerza suficiente para imponerse a los acreedores

ausentes y aún a los que votaron en contra del tal acuerdo.”51

La doctrina ha generado un interesante debate en torno a la naturaleza

jurídica del Derecho Preconcursal, destacando las dos teorías siguientes:52

2.1 Teoría contractualista: el fundamento del concordato es el

contrato que se formaliza entre los acreedores y el deudor, y que la

base de ese acuerdo la constituye la voluntad de las partes y no la

51 Ibid., Pág. 23. 52 Loc. Cit.

34

homologación del tribunal, ya que esta solo importa una condición

de eficacia impuesta para el control de la legalidad y conveniencia

del concordato.

Esta teoría, según Borghi y Talé es adoptada, entre otros

tratadistas, por Cámara y Satta.

2.2 Teoría procesalista: Esta corriente afirma que no puede hablarse

de contrato donde exista un proceso en el que se impone la

voluntad de la mayoría de los acreedores y la voluntad judicial,

mientras que los disidentes y los ausentes deben someterse a tales

decisiones.

Esta parte de la doctrina, que encuentra a Provinciali entre sus

principales sostenedores, sostiene que se trata de un

procedimiento especial que sustituye a los procesos ejecutivos

ordinarios y aún a los procesos de liquidación colectiva.

Sin menospreciar cualquier postura respecto a las teorías que determinan la

naturaleza jurídica del Derecho Preconcursal, Cámara citado por Borgui

sostiene que en este instituto jurídico existen tres elementos

indispensables:

a) El convenio que representa el acuerdo entre el deudor y la masa de

acreedores y que reglamenta el nacimiento de una nueva relación

entre ellos;

b) La homologación judicial que presupone el análisis y confirmación de

la existencia de los requisitos legales y de la convivencia y

posibilidad de cumplimiento del acuerdo y que además del acto

procesal que extiende la fuerza vinculante del mismo a quiénes no

votaran o lo hicieron negativamente; y

35

c) El proceso concursal como medio de tutela jurisdiccional de los

derechos que contiene y regula los dos elementos que anteceden.

Como un aporte para la investigación, se deja constancia que la legislación

guatemalteca, en cuanto a la naturaleza jurídica, adopta una postura mixta,

dado que no se inclina ni por la teoría contractual y tampoco por la teoría

procesalista, porque en ningún momento regula que una se utilizará en

defecto de la otra, no obstante deja en manos de deudores y acreedores

acogerse al régimen que mejor convenga a sus expectativas de cobro y

pago.

Como muestra de lo anterior, la ley establece la posibilidad de realizar un

acuerdo extrajudicial y como requisito de forma únicamente debe constar en

escritura pública y por supuesto el consentimiento de la mayoría, no

obstante, si alguna de las partes no está de acuerdo con la propuesta,

puede acudir al órgano jurisdiccional con base en el artículo 350 del

Decreto Ley 107 Código Procesal Civil de Guatemala que establece lo

siguiente:

“El convenio judicial debe proponerse ante el juez del lugar en que el

deudor tenga el centro principal de sus negocios; y la solicitud debe

contener, además de los requisitos de todo escrito, los siguientes:

a) Causas de la suspensión o cesación de pagos;

b) Origen y monto de cada deuda, fecha de su vencimiento, garantía y

condiciones, si las hubiera;

c) Proyecto de convenio, al cual se adjuntará el balance general de los

negocios, firmado por el deudor y por la persona encargada de llevar

la contabilidad;

d) La nómina de los acreedores con indicación del domicilio de cada

uno de ellos o de sus respectivos representantes legales; y

36

e) Dos copias de la solicitud y documentos anexos, una de las cuales

quedará en el tribunal y la otra se entregará a la comisión revisora a

que se refiere el artículo siguiente.”53

3. Partes

Según Borghi54, Las partes que intervienen en el acto son:

3.1 El deudor:

Es el único que puede pedir el concurso. Continúa administrando

sus bienes y tiene personería para participar en el juicio

activamente, cuestionando créditos, presentando propuestas de

salvataje, etc. En la quiebra, no tiene la administración de sus

bienes, es un actor secundario pues se limita a dar elementos,

información a los acreedores, etc., pero queda desapoderado de

sus bienes.

3.2 El síndico:

Es designado por el juez. No administra los bienes del deudor, como

en la quiebra pero sí controla las operaciones que haga aquel,

sugiere e informa acerca del deudor al juez y a los acreedores

3.3 El juez:

Es el “director” del proceso. A diferencia de los juicios civiles y

comerciales donde el principio es el de la voluntad de las partes, aquí

53 Jefe del Estado de Guatemala, Decreto Ley 107, Código Procesal Civil y Mercantil. Artículo 350. 54 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé. Op. Cit., Pág. 19.

37

el principio que rige es el de oficiosidad, es decir que el juez actúa de

oficio.

3.4 Los acreedores:

Se subdividen en acreedores quirografarios y acreedores

privilegiados. En ambos casos van a pretender cobrar. En la quiebra

cobran de lo que se liquida (de lo que queda), controlan el

procedimiento de liquidación. En el concurso tienen activa

participación porque deciden si aceptan o no la propuesta del

deudor.

Ahora bien, la legislación procesal civil de Guatemala55, en el

apartado del procedimiento del Derecho Preconcursal se refiere

únicamente a las siguientes figuras procesales:

a) Deudor y Acreedores (junta general de acreedores) como partes

procesales; y

b) Comisión revisora y depositario provisional, como sujetos

auxiliares de la administración de justicia.

Es preciso dejar anotado que en tradición judicial guatemalteca, el juez y

demás funcionarios del tribunal no son considerados partes procesales

sino auxiliares de la administración de justicia.

4. Estado de cesación de pagos

El presupuesto principal para la apertura del concurso preventivo de alguno

de los sujetos enumerados, es la necesidad que el deudor encuentre en

estado de cesación de pagos. La cesación de pagos es la impotencia de un

55 Jefe del Estado. Decreto Ley 107. Código Procesal Civil y Mercantil. Artículo 351.

38

patrimonio exteriorizada por hechos calificados como reveladores del

deudor, (comerciante o no, persona real o ideal de derecho).

El estado de cesación de pagos es, en suma, la impotencia del patrimonio

del deudor para cumplir una o varias obligaciones en el momento de su

exigibilidad. No se lo debe identificar con incumplimiento, ya que puede

haber incumplimiento sin cesación de pagos-incumplimiento originado en

una corrida bancaria y también cumplimiento con cesación de pagos venta

de bienes a precio vil para cumplir con las obligaciones. El incumplimiento

es un hecho y la cesación de pagos es un estado, es decir que hay

continuidad en el tiempo.

El estado de cesación de pagos se relaciona con la falta de liquidez,

inexistencia o falta de disponibilidad de medios de pago que le permitan

hacer frente a las obligaciones exigibles puede ser que el pasivo sea

superior al activo y el deudor no este en cesación de pagos por contar con

bienes fácilmente realizables. O que el pasivo sea inferior al activo y el

deudor este en cesación de pagos por no contar con medios líquidos o

fácilmente realizables.

4.1 Determinación

El estado de cesación de pagos se pone de manifiesto a través de

hechos que el juez deberá resolver de acuerdo a los medios de prueba

que aporten las partes procesales y que valorará de conformidad con

las reglas de valoración de las pruebas. La legislación procesal

guatemalteca enumera, a modo de ejemplo, una serie de supuestos

que, en principio revelarán que el deudor se encuentra en estado de

cesación de pagos, aspectos que serán evaluados por el juez, quien

determinará si existe o no tal estado. Aún producido alguno de esos

39

hechos el juez podría no considerar configurado el estado de cesación

de pagos.

4.2 Excepciones

Existen varias situaciones en las que la legislación procesal no exige el

estado de cesación de pagos para la apertura del concurso preventivo o

declaración de quiebra, siendo éstas las siguientes:

a) Concurso de agrupamiento. Para la apertura del concurso

preventivo de un grupo económico basta con demostrar que uno de

sus miembros se encuentra en estado de cesación de pagos y que

ese estado puede afectar a los otros miembros del grupo. Así habrá

sujetos a los que, aun cuando no se encuentren en estado de

cesación de pagos, se les abrirá el concurso preventivo;

b) Concurso de garantes. Quienes hubiesen garantizado las

obligaciones del concursado podrán solicitar la apertura de su

propio concurso preventivo, aun cuando no se encuentren en

estado de cesación de pagos. Ambos concursos se tramitarán

conjuntamente y no es necesario que exista agrupamiento; y

c) Extensión de quiebra. En ciertos casos taxativamente establecidos

por la Ley Concursal Española, la quiebra de una persona se

extiende a otra u otras, sin necesidad de que respecto de estas

últimas se configure el estado de cesación de pagos (Art. 160 a 171

Ley Concursal española, declaración de quiebra). (Remisión al

punto 37.2.2 sobre declaración de quiebra).

40

4.3. Efectos de la apertura del concurso preventivo

En cuanto a los efectos del concurso preventivo, el más importante

es el relativo a que el deudor conserva la administración de sus

bienes con la vigilancia del síndico. Se observa que esto es

totalmente diferente en la quiebra, pues el deudor queda

desapoderado de todos sus bienes, salvo los que la ley

expresamente excluye.

En este sentido, Valeria Mancuzi56, sostiene que se consideran los

efectos más relevantes de la apertura de un concurso preventivo, los

siguientes:

a) El deudor conserva la administración de sus bienes con la

vigilancia del síndico. En la quiebra, como expusimos, el deudor

es desapoderado de todos sus bienes y el síndico será quien los

administre. El concurso tiene por finalidad que el deudor llegue a

un acuerdo con sus acreedores. En la quiebra, el fin es liquidar

los bienes del deudor; por eso, la administración la lleva el

síndico en defensa de los intereses de los acreedores.

b) El deudor puede ser separado de la administración o se le puede

designar un coadministrador.

c) El deudor (concursado) una vez abierto el concurso, puede

realizar actos jurídicos que se clasifican de tres maneras

posibles:

56 Mancuzi, Karina Valeria. Concurso Preventivo y la Cesación de Pagos. Sin datos de página y año. Disponible en http://www.espaciosjuridicos.com.ar/datos/AREAS%20TEMATICAS/ ECONOMICO/ concursopreventivo.htm fecha de consulta 16 de marzo de 2011.

41

c.1) Actos prohibidos: de carácter gratuito. Por ejemplo,

donación y actos que alteren la situación patrimonial de los

acreedores por causa o título anterior a la declaración de

concurso.

c.2) Actos permitidos con autorización judicial: aquí

corresponde una enumeración taxativa. El deudor debe tener

el visto bueno del síndico y autorización judicial:

c.2.1) Actos referidos a bienes registrables: por

ejemplo, veinte inmuebles.

c.2.2) Constitución de prenda.

c.2.3) Venta o locación de fondo de comercio.

c.2.4) Sociedades anónimas: emisión de debentures y

obligaciones negociables.

c.2.5) Actos en el funcionamiento del establecimiento,

que excedan de la administración ordinaria.

c.3) Actos permitidos sin autorización judicial: aquellos que no

están prohibidos o sujetos a autorización judicial. La

autorización tramita con audiencia del síndico y comité de

acreedores.

De lo anterior se colige que la finalidad de esta institución jurídica es

permitir que el deudor conserve la administración de sus bienes; no

obstante dicha conservación lleva aparejada la posibilidad que el

acreedor pueda realizar cierta labor de vigilancia sobre los mismos.

5. Acuerdo Preconcursal

Ha quedado determinado, que este instituto se impuso como una necesidad

de brindar al deudor la posibilidad de sanear su situación económica,

42

evitando la liquidación forzosa de su patrimonio y las graves consecuencias

jurídicas que ésta le acarrearía no sólo a él y a los acreedores, sino

fundamentalmente al interés público.

Borghi y Talé sostienen que el éxito o el fracaso de este proceso preventivo

dependen ab intio de la aprobación por parte de los acreedores –al menos

de los quirografarios- del acuerdo que el concursado proponga para dar

satisfacción a sus créditos. Si este es aceptado y homologado, el deudor y

acreedores, sin que ello implique que exista novación.57

Este instituto de reciente incorporación, pretende regular la situación de

deudor que trata de superar las dificultades económico-financieras o su

estado de insolvencia mediante un acuerdo con todos o parte de sus

acreedores fuera del ámbito judicial.

Estos intentos de los deudores de recomponer el equilibrio de su patrimonio

se vieron frustrados pues, cualesquiera que fuesen las condiciones del

acuerdo que ellos proponían, no podía de ningún modo garantizar su

eficacia ante un eventual proceso de quiebra posterior.

Para Rouillón58 los acuerdos preconsursales son contratos celebrados por

una parte (deudora) con otra parte (acreedor o acreedores) a fin de superar

dificultades económicas o financieras de carácter general, o la cesación de

pagos, pudiendo convenir cualquier objeto lícito idóneo para esos fines.

La oportunidad procesal para realizar este proyecto de convenio entre el

deudor y sus acreedores, según el artículo 43 del Código Civil Federal

Mexicano, dependerá en mucho de la naturaleza del concurso (necesario o

voluntario), no obstante en la legislación mexicana “el deudor podrá

57 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé. Op. Cit., Pág. 19. 58 Rouillón, Adolfo. Régimen de los concursos, Argentina, Editorial Marqués, 2005. Pág. 107.

43

presentar ante el juzgado su propuesta de acuerdo preventivo hasta treinta

días antes de la fecha fijada para la celebración de la junta de

acreedores.”59

Este acuerdo preventivo es un negocio jurídico que tiene por base el

acuerdo de voluntades obtenido entre el deudor y la mayoría legal de los

acreedores votantes. Este negocio jurídico, celebrado en la junta de

acreedores votantes, debe ser homologado por el juez del concurso para

que cobre plena vigencia.

En el Derecho Procesal de Guatemala, al concluirse la verificación de

créditos en la junta general de acreedores, el juez somete a discusión las

bases del convenio. A esta situación se refiere el artículo 362 del Código

Procesal Civil y Mercantil. Establece este artículo que los acreedores

podrán proponer modificaciones a las bases, o nuevas formas que deberán

igualmente ser discutidas. Cuando el juez considere que las bases han sido

suficientemente discutidas, dará por cerrado el debate y las pondrá a

votación con las modificaciones propuestas. Como es posible que no se

agote la discusión en esa junta, la disposición mencionada faculta al juez

para que pueda, de oficio o a solicitud de la mayoría de los acreedores,

postergar la discusión para una nueva junta, que se celebrará sin necesidad

de nueva convocatoria, dentro de los tres días siguientes, en el lugar, fecha

y hora que señale la providencia que debe dictarse en el mismo acto en que

se acuerde la postergación.

A este respecto, Aguirre Godoy60 sostiene que: “Terminado de discutir el

convenio se hace constar en acta y será firmado en la misma junta en que

se celebre, bajo pena de nulidad. Sin embargo, como requiere de la

aprobación judicial, se considera como un simple proyecto mientras no sea

59 Senado de la República, Código Civil Federal Mexicano, artículo 43. 60 Aguirre Godoy, Mario. Derecho Procesal Civil, Tomo II, Op. Cit., Pág. 381.

44

aprobado por el juez. El Código Procesal faculta al juez para que pueda

habilitar de oficio el tiempo que sea necesario a fin de que pueda

suscribirse el convenio.”

En caso no se concretara la razón de ser del Derecho Preconcursal, la

legislación guatemalteca brinda la alternativa del concurso voluntario de

acreedores, que como ha quedado anotado, según la doctrina es una parte

del acuerdo preconcursal y en dado caso, sea necesario, puede acudirse a

la vía judicial, como lo establece el artículo 351 del Código Procesal Civil y

Mercantil de Guatemala siguiente:

“Presentada la solicitud en la forma prescrita, el juez dictará el auto que

declara el estado de concurso, el cual deberá contener:

a) Orden de oficiar a los tribunales donde existieren ejecuciones

pendientes contra el que solicitó el convenio, haciéndoseles saber la

presentación del proyecto respectivo, para que suspendan aquellas

en que aún no se hubiere verificado el remate; excepto las que

hubieren sido promovidas por créditos hipotecarios o prendarios o en

ejecución de sentencias sobre pago de alimentos;

b) Nombramiento de una comisión revisora, compuesta de una persona

que elegirá el juez, dentro de la lista que para ese efecto le haya

comunicado el Ministerio de Economía y de dos de los principales

acreedores del proponente del convenio. Si el proponente fuere un

banco, empresa de seguros o de fianzas, la comisión revisora será

integrada con un representante de la Superintendencia de Bancos y

dos de los principales acreedores.

c) Nombramiento de un depositario provisional, que intervenga en las

operaciones del deudor y deposite en uno de los bancos nacionales,

45

la parte libre de las entradas, deducidos los gastos ordinarios del

negocio y los de alimentación del deudor y su familia;

d) Orden de publicar este auto por tres veces en el término de quince

días, en el Diario Oficial y en otro de los de mayor circulación.”61

Como ha quedado anotado, el Derecho Preconcursal se concreta ante la

posibilidad de iniciar el procedimiento ante el estado de cesación de pagos

del deudor; este procedimiento se contempla en la legislación procesal civil

guatemalteca con el concurso voluntario de acreedores, en el que el deudor

podrá proponer a sus acreedores la celebración de un convenio. En relación

a la naturaleza jurídica de este instituto jurídico, no se inclina ni por

tendencia procesalista y tampoco contractualista, pues una no opera en

defecto de la otra, no obstante adopta una postura mixta y deja a

disposición de deudores y acreedores acogerse al régimen que mejor

convenga a sus expectativas de cobro y pago.

El Derecho Preconcursal en la legislación guatemalteca se concreta en el

concurso voluntario de acreedores, y en caso las propuestas del deudor o

acreedor no son acordes a la realidad económica y disponibilidad financiera

de ambas partes, queda la posibilidad de acudir, si más trámite al concurso

necesario.

61 Jefe del Estado de Guatemala, Decreto Ley 107, Código Procesal Civil y Mercantil. Artículo 350.

46

CAPÍTULO III “Órganos del Proceso Concursal”

Como se ha mencionado, el objetivo general de esta tesis, es realizar un análisis

del Derecho Concursal desde la perspectiva de la normativa centroamericana, no

obstante por la obsoleta doctrina centroamericana, que redunda en la escasa

legislación a este tema, ha sido necesario recurrir a fuentes doctrinales y legales

de otras latitudes, entre ellas la mexicana, española y argentina; con ello no se

pretende desmerecer el alto valor de tratadistas como Aguirre Godoy, Chacón

Corado y Ojeda Salazar, que han sido un buen referente para realizar esta tesis,

no obstante, previo a establecer los órganos del proceso concursal, corresponde

ahora realizar una revisión de la legislación mexicana para luego poner en vitrina

lo establecido por la legislación guatemalteca y así comprender de manera

adecuada, esta institución jurídica.

Se puede decir que la constitución de los órganos del concurso es otra

característica destacada de esta clase de procesos.

Estos se clasifican como sujetos activos (comerciante y acreedores) y como

sujetos de apoyo (visitador, conciliador, síndico, interventores).

1. Teoría General: En el Derecho Concursal mexicano, según Fernando García Sais62, se consideran

como órganos concursales los siguientes:

1.1 El Visitador: Es uno de los órganos del Proceso Concursal y es un

especialista en la materia concursal. Al visitador corresponde cerciorarse

y dictaminar la materialización del incumplimiento generalizado de

pagos, la fecha y vencimiento de los créditos, además de sugerir al juez

62 García Sais, Fernando. Derecho Concursal Mexicano, México, Editorial Porrúa, 2005. Pág. 14.

47

el dictado de medidas precautorias para la protección de la masa (art. 30

LCM63).

1.2 El conciliador: También es un órgano del concurso Mercantil y un

especialista en la materia. El conciliador actúa entre las partes como

amigable componedor. Su función es maximizar el valor social de la

empresa en concurso, mediante la celebración de un convenio entre el

comerciante-deudor y sus acreedores. También corresponde al

conciliador vigilar la administración que realice el comerciante de su

empresa. Eventualmente, el conciliador se puede encargar de la

administración de la empresa del comerciante, administración que debe

mirar hacia la conservación de la empresa pero, cuando así convenga a

la masa puede solicitar al juez el cierre total o parcial, temporal o

definitivo de la empresa.

Según la clasificación que hace Juan Antonio Ordóñez González64 el

conciliador es la persona física, que a petición del juez dictada en la

sentencia declarativa de concurso, y que tiene como principal función,

la de mediar entre el comerciante concursado y sus acreedores, para

que lleguen a un convenio que termine con el procedimiento concursal.

Aunque el propio nombre de este sujeto, lo identifica con su labor de

conciliar, dentro del procedimiento tiene otras obligaciones que la Ley

de Concursos Mercantiles le asigna, como es la de realizar la propuesta

de reconocimiento de créditos y otras que se analizarán posteriormente.

Es el personaje que más trabaja dentro del procedimiento.

El conciliador puede ser sustituido a solicitud del comerciante y los

acreedores reconocidos (que son los que aparecen como tales en la

63 Senado de la República de los Estados Unidos Mexicanos. Ley de Concursos Mercantiles. 64 Loc. Cit.

48

sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos) que

representen al menos la mitad del monto total de créditos reconocidos,

mediante petición debidamente argumentada. Asimismo, el

comerciante y los acreedores reconocidos que representen por lo

menos el setenta y cinco por ciento del total de los créditos

reconocidos, de común acuerdo pueden designar a una persona física o

moral como conciliador, aunque no esté registrada, caso en el cual,

convienen con él los respectivos honorarios.

En los concursos que la ley denomina especiales, es nombrado por

distintas autoridades. Dentro de los 60 días que sigan al inicio de sus

funciones, el síndico debe de entregar al juez un dictamen sobre el

estado de la contabilidad, un inventario de la empresa y un balance a la

fecha que asuma la administración (art. 190 LCM). Una vez declarada

la quiebra, el síndico debe enajenar como unidad en marcha, cuando

ello fuere posible, por unidades productivas o bien en partes, por medio

de subasta pública, los bienes y derechos que integran la masa a efecto

de cubrir las obligaciones de pago del comerciante.

1.3 El Síndico: Es el tercer y último órgano concursal. Al síndico le

corresponde administrar los bienes de la empresa en concurso dentro

de la Quiebra. El Síndico en la administración de la empresa –debe

obrar como un administrador diligente en negocio propio- por lo que será

responsable de los daños que la empresa sufra por su culpa o

negligencia. Además el síndico debe: inscribir la sentencia de quiebra y

publicar un extracto de la misma (art. 171. LCM), hacer del conocimiento

de los acreedores su nombramiento, señalar un domicilio dentro de la

jurisdicción del juez que conozca del concurso Mercantil (art. 172 LCM),

49

iniciar las diligencias de ocupación, debiendo tomar posesión del

comerciante e iniciar su administración (Art. 180-183 LCM). 65

Siguiendo con la clasificación de Juan Antonio Ordóñez González66 , el

síndico es la persona física, que a petición del juez dictada en la

sentencia declarativa de Quiebra, que tiene como principales funciones

las de asegurar y administrar los bienes del comerciante concursado

para proceder a su venta y con el producto de la enajenación, pagar a

los acreedores según su preferencia y prelación, hasta donde alcance.

Igual que en los casos del nombramiento de conciliador, el síndico en

los concursos especiales es designado por otras autoridades.

2. Teoría de Ordóñez González:

Para Ordóñez González67, la clasificación más exacta de los órganos que

intervienen en el Proceso Concursal son:

2.1 Sujetos activos:

a) Comerciante

Es aquella persona física o sociedad mercantil, con capacidad para

ejercer el comercio y que hacen de él su ocupación ordinaria, así como

las sociedades extranjeras y sucursales, que dentro del territorio

realizan actos de comercio.

La sucesión de un comerciante podrá ser sujeto activo del

procedimiento, si la empresa del comerciante continúa en operación o

65 Ibid., Pág. 15. 66 Ibid., Pág. 21. 67 Loc. Cit.

50

aun suspendida ésta, no han prescrito las acciones de los acreedores.

El caudal hereditario es el patrimonio de un concurso de tal naturaleza.

En las sociedades donde los socios responden ilimitadamente de las

obligaciones de la sociedad, el concurso de la primera lleva a concurso

a los socios y viceversa. Igual suerte corren los socios de una sociedad

irregular.

La regla general es que los Concursos Mercantiles de dos o más

comerciantes no se acumulen. Las excepciones, donde se acumulan

por cuerda separada, son de las sociedades controladoras y sus

controladas, las de dos o más sociedades controladas por una

controladora.

b) Acreedores

Son aquellas personas físicas y jurídicas que tienen interés legal en

recuperar los créditos de cualquier naturaleza que les deba al

comerciante, y que deberán comparecer a juicio, a efecto de que se les

reconozca su crédito, y en su caso poder cobrarlo, de acuerdo al orden

de preferencia que establece la Ley de Concursos Mercantiles

mexicana.68

Según la cual el orden de preferencia de los acreedores sería el

siguiente:

b. 1 Acreedores preferenciales

Son considerados acreedores preferenciales a quienes llenen los

requisitos siguientes:

68 Ibid., Pág. 23.

51

a) Acreedores laborales, por créditos que provengan de salarios

correspondientes a los dos años anteriores a la fecha de la

declaración de concurso mercantil del comerciante e

indemnizaciones.

b) Los que tengan créditos que ya una vez declarado el concurso,

se contraigan para la administración, conservación o seguridad

de la masa de bienes, sean contratados por el comerciante con

autorización del conciliador, o por éste o el síndico.

c) Los que tengan créditos que procedan de diligencias judiciales o

extrajudiciales en beneficio de la masa de bienes.

d) Los que provengan de los honorarios del visitador, conciliador y

síndico y los gastos en que incurrieron.

b.2 Acreedores singularmente privilegiados

Son considerados acreedores singularmente privilegiados a quienes

llenen los requisitos siguientes:69

a) Los que tengan créditos provenientes de los gastos de entierro

del comerciante, siempre y cuando la sentencia declarativa de

concurso Mercantil sea posterior a la muerte.

b) Los que tengan créditos que provengan de gastos de la

enfermedad que haya causado la muerte del comerciante,

siempre y cuando la sentencia declarativa de concurso sea

posterior al fallecimiento.

En ambos supuestos, es obvio que se trata de un comerciante

persona física.

69 Loc. Cit.

52

b.3 Acreedores con garantía real

Los acreedores que tengan créditos con garantías reales de prenda e

hipoteca, quienes se cobrarán con el producto de la venta de los

bienes dados en garantía. Son en la práctica, quienes tienen la

mayor posibilidad de cobro. 70

b.4 Acreedores fiscales y laborales

a) Los trabajadores con créditos diferentes a los que provengan de

salarios e indemnizaciones por los dos últimos años.

b) Los créditos fiscales. (El lugar de estos acreedores en la Ley de

Concursos Mercantiles, difiere del de las leyes fiscales, por lo

que pueden suscitarse controversias). Si tiene garantía real,

pasará al lugar de los acreedores de tal naturaleza. En el auto

admisorio del concurso, el juez debe notificar a las autoridades

fiscales el inicio del procedimiento.71

b.5 Acreedores con privilegio especial

La Ley de Concursos Mercantiles es nebulosa sobre estos

acreedores. En su parte conducente establece que son: “…todos los

que, según el Código de Comercio o leyes de su materia, tengan un

privilegio especial”, o sea hay que buscarlos en todas las leyes

mercantiles, luego distinguir el privilegio especial.

También son acreedores de esa naturaleza, quienes tengan un

Derecho de Retención, que es el Derecho que tiene un acreedor por

pacto o por ley de tener en su poder un bien que pertenece a su

70 Loc. Cit. 71 Loc. Cit.

53

deudor como garantía del pago de un crédito. Se cobran con la venta

de los bienes retenidos. 72

b.6 Acreedores comunes

Para Ordóñez González, por exclusión los acreedores comunes:

“…son todos aquellos que no entran en las otras categorías de

acreedores. Si alcanzan el pago, cobran a prorrata”.73

3. Órgano y sujetos de apoyo

Además de las definiciones aportadas en la página 46 de esta tesis,

referente a los órganos de apoyo en el derecho concursal, en este apartado

se hace referencia a los sujetos de apoyo de conformidad con la doctrina

siguientes:

3.1 Interventores

Son las personas, que la ley no distingue si son físicas o morales, que

aunque la ley les denomine interventores, son una especie de vigilantes

y gestores designados por los acreedores que conforme a la lista

provisional de créditos (que se realiza en la etapa de reconocimiento de

créditos, sea por el conciliador o por el síndico) tengan por lo menos el

diez por ciento del monto total de los créditos. Los honorarios de esos

sujetos los pagan los acreedores que los designen.74

72 Loc. Cit. 73 Ibid., Pág. 25. 74 Ibid., Pág. 29.

54

Para Carlos Borghi y Carlos Tale75 no solo los sujetos y órganos antes

detallados intervienen dentro del Proceso Concursal, toda vez que es

preciso al tratarse de un proceso judicial es imperativa la presencia de

los órganos jurisdiccionales, por ende comparecen de igual manera, los

sujetos siguientes:

3.2 El juez

Sin perjuicio de la importancia de los demás sujetos procesales, el juez

es el órgano principal del concurso, el director por excelencia del

proceso. Para ello cuenta con amplios poderes jurisdiccionales en que

ejerce con exclusividad, y funciones de administración que ejerce

generalmente con la colaboración del síndico, y demás funcionarios y

empleados en caso que hayan sido designados.

Legalmente se le atribuye la dirección del proceso y la facultad de dictar

todas las medidas de impulso de la causa y de investigación que

resulten necesarias; entre ellas, la de reclamar la comparecencia del

concursado para esclarecer su situación patrimonial y la de cualquier

otra persona si lo considerara necesario a tales fines, incluso mediante

el auxilio de la fuerza pública; correlativamente, también puede exigir la

presentación de documentos del deudor y de terceros.76

3.3 El secretario

Ejerce en el concurso las funciones específicas de su cargo que

desarrolla en los procesos comunes u ordinarios. No obstante, la ley

española asigna a este funcionario la responsabilidad del cumplimiento

de determinados actos, entre ellos: a) Dejar testimonio datado en los

75 Borghi, Carlos A. y Carlos Talé. Op. Cit., Pág. 51. 76 Ibid., Pág. 51.

55

libros de contabilidad del concursado; b) Asistir a la Junta de

Acreedores, donde auxilia al juez en la comprobación de identidad y

representación invocada por los asistentes, y da fe de todo lo actuado;

c) Hacer publicar los edictos mediante los cuales se hace conocer la

sentencia que declara la quiebra; y d) Mantener actualizado un legajo

con copia de todas las actuaciones fundamentales del juicio.77

3.4 El fiscal

Este personaje solo tiene asignada participación en el trámite de

calificación de conducta; en el caso de recursos interpuestos contra la

resolución que admita o deniegue la impugnación al acuerdo

preventivo; y, en las quiebras, cuando se hubiera concedido recursos

en que el síndico sea parte.

Esta restricción impuesta a la intervención del fiscal es correlativa a la

amplitud de facultades otorgada al juez al adoptarse un sistema

publicístico, en que la actuación del magistrado unido de tales

atribuciones es considerada suficiente para tutelar el interés público.78

3.5. El síndico

En esta clasificación que hacen los autores Carlos Borghi y Carlos Tale

se vinculan las tareas respectivas del síndico desde el inicio y hasta su

total terminación. A él queda librado el estudio de los antecedentes

patrimoniales y de los actos ejecutados por el concursado, el informe

pormenorizado sobre el reconocimiento o rechazo de los créditos

pretendidos por los acreedores, los fundamentos para la calificación de

la quiebra, es decir, lo atinente al honor y al patrimonio del deudor. Este

77 Loc. Cit. 78 Ibid., Pág. 52.

56

funcionario recibe la transferencia de los intereses de dos partes

contrapuestas, como lo son el deudor y los acreedores. A través de este

fenómeno, llamado de la sustitución o subrogación, el síndico recibe

intereses para tutelar y administrar, cuya titularidad pertenece a las

partes privadas.

En principio, le resultan indiferentes los sujetos de los que provienen los

intereses que debe proteger; este órgano del concurso los tutela como

si fuesen del Tribunal, el cual es distinto de los acreedores del deudor.

Por ello, el síndico siempre es tercero en cualquier relación con los

sujetos con los que se vincula. En determinadas circunstancias actuará

como sujeto procesal necesario, impuesto por los intereses intrínsecos

del concurso, frente a partes sustanciales y procesales como el deudor

y los acreedores.79

3.6. El coadministrador

Es un funcionario designado directamente por el juez y su actuación

está prevista para el caso en que se decide la continuación de la

empresa en el proceso de quiebra. El único requisito que debe reunir

es el de ser especialista en el ramo de la empresa en que ha de

desempeñar su función o graduado universitario en administración de

empresas, ya que intervendrá activamente en la organización de la

explotación de la misma. 80

3.7. El contralor

Su función consiste específicamente en vigilar e investigar el

cumplimiento del acuerdo preventivo (Concurso Preventivo) o resolutorio

79 Ibid., Pág. 53. 80 Ibid., Pág. 67.

57

(Quiebra). Su designación es efectuada facultativamente y por mayoría

de capital por los acreedores con derecho a voto presentes en la junta,

como condición de aprobación de la propuesta de acuerdo preventivo o

resolutorio. Tiene derecho a percibir honorarios y a ser resarcido por los

gastos efectuados. Su remoción se rige también por el régimen

dispuesto en la ley. Si la junta de acreedores no ha previsto su

reemplazo en caso de renuncia, remoción, licencia, etc., corresponde al

juez la designación del sustituto.81

4. Órganos en la legislación guatemalteca:

Como se advirtió al inicio de este capítulo, se ha hecho referencia a los

órganos del proceso concursal en otras legislaciones, ahora

corresponde el turno a la legislación guatemalteca, en la que se

encuentra los siguientes:

4.1 El deudor:

Como ha quedado anotado, en la legislación guatemalteca, el deudor

puede ser una persona que ejerza o no relaciones comerciales, dicho

de otro modo el deudor puede o no ser comerciante, en el entendido

que no importa su estatus para poder ampararse al Derecho

Concursal para solventar sus actividades e insolvencias, por ello, el

vocablo deudor como lo menciona Ossorio, quien sostiene que

deudor es: “Aquel que está obligado a dar, hacer o no hacer algo.”82

81 Loc. Cit. 82 Deudor. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Op. Cit., Pág. 342.

58

4.2 Los acreedores:

“El que tiene acción o derecho a pedir el cumplimiento de una

obligación. Que tiene mérito para obtener alguna cosa. Calidad o

atributo del titular de un derecho de crédito. Es el aspecto activo de la

obligación, el poder jurídico en cuya virtud una persona (acreedor)

puede exigirle a otra (deudor) un determinado comportamiento. El

que tiene acción o derecho para pedir alguna cosa especialmente el

pago de una deuda, o exigir el cumplimiento de alguna obligación.”83

Esta acepción es la misma que se utiliza al referirse a la junta

general de acreedores a que se refiere la ley procesal guatemalteca.

4.3 Comisión revisora:

De conformidad con el artículo 351 del código procesal civil

guatemalteco, esta comisión está compuesta de una persona que

elegirá el juez, dentro de la lista que para ese efecto le haya

comunicado el Ministerio de Economía y de dos de los principales

acreedores del proponente del convenio. Si el proponente fuere un

banco, empresa de seguros o de fianzas, la comisión revisora será

integrada con un representante de la Superintendencia de Bancos y

dos de los principales acreedores.84

4.4 Depositario Provisional:

Es la persona que interviene en las operaciones del deudor y

deposite en uno de los bancos nacionales, la parte libre de las

entradas, deducidos los gastos ordinarios del negocio y los de

alimentación del deudor y su familia.

83 Ibid., Pág. 343. 84 Jefe del Estado de Guatemala, Decreto Ley 107, Código Procesal Civil y Mercantil.

59

Como se ha mencionado con antelación, el juez, los notificadores,

comisarios, secretarios de los juzgados, no son partes procesales, son

sujetos auxiliares de la administración de justicia.

Para cerrar este capítulo y dar paso a los efectos de la declaración del

concurso, se concluye que, si bien la doctrina y la legislación han realizado

importantes esfuerzos por perfeccionar las instituciones jurídicas que

permitan reorientar el actuar de la sociedad hacia tendencias que permitan

sustentar el Estado de Derecho y de Legalidad, también lo es, que en la

legislación centroamericana, al menos en materia concursal, no ha

alcanzado un desarrollo sostenible, como sí lo ha tenido la legislación

mexicana, española y argentina; esto no significa que la escueta legislación

existente en Centroamérica, relacionada a los concursos mercantiles no

permita realizar un trámite consecuente y culminarlo obteniendo buenos

resultados tanto para acreedores como para deudores, sino que

simplemente se traduce en trámites complejos que involucran a muchos

personajes, sin que al final se obtenga el resultado deseado.

No obstante lo anterior, no es la cantidad de actores (órganos)

especializados los que garantizan un adecuado procedimiento que redunde

en una buena administración de justicia, sino que cada órgano del proceso

concursal realice una actividad en pro de las buenas prácticas mercantiles,

que sin extinguir la posibilidad de negociación de acreedores y deudores

(sin demeritar los derechos de los empleados por ejemplo) tenga la

capacidad de realizar una negociación colectiva que permita el rescate de la

actividad comercial como un mecanismo de reactivación de la economía.

60

CAPÍTULO IV “Efectos de la declaración del concurso”

1. Generalidades

Como se ha mencionado con antelación, ante la escasa y vetusta

legislación centroamericana en cuanto al Derecho Concursal, se acude en

primer orden a la legislación y doctrina mexicana, argentina y española,

para luego informar sobre los efectos de la declaración del proceso de

concurso en la legislación nacional.

En ese orden de ideas, el Título III de la Ley Concursal de España85

contiene cuatro capítulos referentes a los efectos de la declaración del

concurso; el primero, se refiere a los efectos sobre el deudor; el segundo, a

los efectos sobre los acreedores; el tercero, a los efectos sobre los

contratos; y el cuarto, a la delimitación de la masa, a los efectos sobre los

actos perjudiciales sobre la masa activa.

A este respecto, el tratadista Gadea sostiene que: “Es cierto que

históricamente se ha considerado que la mayoría de los efectos del

concurso constituyen medidas preventivas, que tienen su origen en la

presunción de la mala fe o peligrosidad del deudor. Sin embargo, no lo es

menos que en la actualidad, abandonado el tradicional componente punitivo

que se asignaba a la declaración de insolvencia, se observa, y de forma

clara en la Ley Concursal, que con la determinación de los efectos se

pretende, sobre todo, facilitar el desarrollo del procedimiento y si, es

posible, la continuación de la actividad y la satisfacción de los acreedores a

través de un convenio.”86

85 Ley 22/2003 Ley Concursal Española, del 9 de julio de 2003. Disponible en: http://www.boe.es /aeboe/consultas/enlaces/documentos/leyes_procesales/ley_concursal.pdf. Fecha de Consulta: 20 de marzo de 2011. 86 Gadea, Enrique. Op. Cit., Pág. 115.

61

Lo anterior, guarda íntima relación con la forma en que fue regulado el

Derecho Concursal en la legislación guatemalteca, en el que, a primera

vista, es un mecanismo de resolución de conflictos surgidos entre deudores

y acreedores, que pueden ser o no comerciantes, pero no coloca al deudor

(insolvente) como la persona en que además de responder por sus

responsabilidades civiles, debe responder penalmente por una posible

insolvencia fraudulenta, ya que de alguna manera reconoce que el Derecho

Penal es en sí un mecanismo sancionador moral, sin entrar en detalle a los

efectos que acarrea una sanción punitiva; en ese sentido, la legislación

guatemalteca brinda ciertas garantías al deudor para que en un proceso

civil, responda ante sus acreedores.

2. Efectos sobre el deudor

Como se mencionó anteriormente, la legislación centroamericana no es un

buen reflejo de la vasta doctrina en materia de Derecho Concursal, como

ejemplo, la regulación referente a los efectos que la instauración del

proceso concursal conlleva para el deudor; por ello a pesar de que la

legislación española87 dedica un epígrafe a la responsabilidad exclusiva del

deudor, debe aclararse que los efectos que en él se abordan no afectan de

forma exclusiva a la persona del deudor, sino que tales efectos repercuten

también en las atribuciones de los administradores concursales. En ese

sentido, Gadea sostiene que “En el caso de las personas jurídicas, la

declaración de concurso puede afectar también a los administradores, a los

liquidadores, a los auditores e incluso, aunque en distinta medida en función

de si responden o no por las deudas sociales, a los socios…”88

El mismo autor antes citado, sostiene que “…dentro de los efectos que se

producen sobre el deudor como consecuencia de la declaración del

87 Loc. Cit. 88 Loc. Cit.

62

concurso coexisten las medidas que afectan al ámbito patrimonial y las

relativas a la esfera personal. Como alguno de los efectos sobre la persona

del deudor condicionan sus derechos fundamentales (por ejemplo, al

Derecho a la libertad o al secreto de las comunicaciones), por ello, por

ejemplo, el legislador español ha regulado esa materia, además de hacerlo

en la Ley Concursal 22/2003, en otra norma con rango de Ley Orgánica: La

Ley 8/2003, de 9 de julio, para la Reforma Concursal.”89

Nótese que la legislación española los efectos del proceso concursal no

solo afecta a los deudores sino también a terceros que intervienen en la

administración de la sociedad; mientras que en la legislación

centroamericana -y como se verá a mejor detalle en el capítulo siguiente-

por ser el derecho concursal una materia no reservada con exclusividad a

los comerciantes sino a cualquier deudor en general, el proceso sí afectará

a terceros cuando se trate de entidades mercantiles cuya administración

esté encomendada a varias personas, como ocurre con el Consejo de

Administración en la Sociedad Anónima.

2.1 Facultades patrimoniales del deudor: intervención o suspensión

Gadea90 sostiene que mientras que la legislación anterior imponía la

inhabilitación al quebrado desde el momento en que se declaraba la

quiebra, el Código de Comercio español91 – en el artículo 878 –

estipula que declarada la quiebra el quebrado queda inhabilitado

para la administración de sus bienes. Por eso, en el auto de

declaración de la misma el juez debía designar a un depositario, a

cuyo cargo se ponía la conservación de todos los bienes del deudor

hasta que se nombrasen los síndicos, que eran los encargados de su

89 Ibid., Pág. 116. 90 Loc. Cit. 91 Código de Comercio Español. Ley 22/2003, de 9 de julio. Disponible en: http://constitucion.rediris.es/legis/1885/l1885-08-22/l4t1.html. Fecha de Consulta: 20 de marzo de 2011.

63

administración. El alcance de la inhabilitación, en el derecho

derogado, se concretaba, fundamentalmente, en que el quebrado

quedaba privado de la administración y disposición de sus bienes; en

que no podía ejercer el comercio ni tener cargo ni intervención

administrativa o económica en compañías mercantiles o industriales

(artículo 13.2 del Código de Comercio español; en que no podía ser

miembro del consejo de administración, ni director general ni

asimilado de entidades que pretendiesen obtener autorización como

empresa de servicio de inversión (artículo 67 de la Ley del Mercado

de Valores español92) y en que no podía ser tutor; salvo que la tutela

sea solamente de la persona (artículo 244.5 del Código Civil

español93), curador (artículo 291 del Código Civil español), ni

defensor judicial (artículo 301 del mismo Código Civil).

En ese sentido, Gadea indica que en cambio, en la Ley Concursal

Española, la inhabilitación se convierte en excepción, reservándose

para los casos de concurso calificado como culpable, y las

limitaciones patrimoniales de la declaración de concurso varían

según los casos, pudiendo reducirse a la simple intervención o a la

suspensión de las mismas.94

El mismo autor antes citado sostiene que: “En efecto, en el propio

auto de declaración de concurso, el juez debe pronunciarse sobre las

facultades de administración y disposición del deudor respecto de su

patrimonio (artículo 21.1.2º. LC), con arreglo a las pautas siguientes

(fijadas en el artículo 40, apartados 1º. A 5º. LC):

92 Ley del Mercado de Valores Español. Ley 24/1988 del 28 de julio. Disponible en: http://noticias. juridicas.com /base_datos/Fiscal/l24-1988.t8.html. Fecha de Consulta: 20 de marzo de 2011. 93 Código Civil Español. Disponible en: http://forodelderecho.blogcindario.com/2008/07/00585-codigo-civil-espanol.html. Fecha de Consulta: 20 de marzo de 2011. 94 Gadea, Enrique. Op. Cit., Pág. 117.

64

1. En caso de concurso voluntario, el deudor conserva las

facultades de administración y disposición sobre su

patrimonio, quedando sometido el ejercicio de éstas a la

intervención de los administradores concursales, mediante

su autorización o conformidad.

2. En caso de concurso necesario, se suspende el ejercicio

por el deudor de las facultades de administración y

disposición sobre su patrimonio, siendo sustituido por los

administradores concursales.

3. Siempre que lo motive, señalando los riesgos que se

pretenden evitar y las ventajas que se quieren obtener,

puede apartarse del criterio general y acordar la

suspensión en caso de concurso voluntario o la mera

intervención cuando se trate de concurso necesario.

4. A solicitud de la administración concursal y oído el

concursado, mediante auto, puede acordar en cualquier

momento (salvo en el caso de apertura de la fase de

liquidación, en que queda suspendido el ejercicio de las

facultades patrimoniales del deudor, tal como dispone el

artículo 145.1 LC) el cambio de las situaciones de

intervención o de suspensión de las facultades del deudor

sobre su patrimonio.

5. En caso de concurso de la herencia, ha de atribuir a la

administración concursal el ejercicio de las facultades

patrimoniales de administración y disposición sobre el

65

caudal relicto, no siendo posible el cambio de la

situación.”95

Entre los aspectos relevantes sobre los efectos del proceso concursal en el

deudor, es que de conformidad con el artículo 40.6 de la Ley Concursal

Española96, el alcance de la intervención o de la suspensión queda limitado

a las facultades de administración y disposición sobre los bienes, derechos

y obligaciones que han de integrarse en el concurso y, en su caso, a la que

correspondan al deudor de la sociedad o comunidad conyugal. No obstante,

debe quedar anotado que en todo caso, el deudor conserva la facultad de

testar, sin perjuicio de los efectos del concurso sobre la herencia.

Aunado a lo anterior, Gadea, indica que: “Digna de destacar es la sanción

de anulabilidad que se dispone para los actos del deudor que no respeten

las limitaciones previstas en el auto judicial. En efecto, esos actos sólo

podrán ser anulados a instancia de la administración concursal y cuando

ésta no los hubiera convalidado o confirmado. Por eso, para conocer la

plena validez o no del acto, cualquier acreedor y quien haya sido parte en la

relación contractual afectada por la infracción puede requerir de la

administración concursal que se pronuncie acerca del ejercicio de la

correspondiente acción o de la convalidación o confirmación del acto…

…La acción de anulación ha de tramitarse por los cauces del incidente

concursal y caduca, de haberse formulado el requerimiento, al cumplirse un

mes desde la fecha de éste. En otro caso, caduca con la aceptación del

convenio por los acreedores y, en el supuesto de liquidación, con la

finalización de ésta.”97

95 Loc. Cit. 96 Ley 22/2003 Ley Concursal Española. Op. Cit., Artículo 40.6. 97 Gadea, Enrique. Op. Cit., Pág. 118.

66

Nótese que la legislación centroamericana no hace ninguna referencia en

relación al procedimiento de concurso de la herencia, dado que esta

materia ha sido reservada para ser tramitada en un procedimiento especial.

2.1.1. Capacidad del concursado para actuar en el proceso

La Constitución Política de la República de Guatemala, garantiza el

Derecho de Defensa como una prerrogativa de las facultades de la

persona en el sentido de proteger además de la integridad y la

libertad, el Derecho al Debido Proceso, mediante el cual se instituye

que nadie podrá ser condenado, sin antes ser citad, oído y vencido

en juicio ante un juez competente, mediante el cual se garantiza que

puede hacer uso de todos los medios de defensa para garantizar sus

libertades, en la legislación española, ocurre situaciones sumamente

disímiles, pues como sostiene Gadea “…las limitaciones del

concursado en esta materia sólo alcanzan al ámbito patrimonial,

siendo más o menos intensas en función de las limitaciones

patrimoniales impuestas por el juez en el auto de declaración de

concurso, es decir, dependiendo de si el deudor conserva las

facultades de administración y disposición sobre su patrimonio,

quedando sometido el ejercicio de éstas a la intervención de los

administradores concursales, mediante su autorización o

conformidad o de si se suspende el ejercicio de sus facultades

patrimoniales y se acuerda su sustitución por los administradores

concursales.”98

Es por lo anterior que se afirma que la libertad de los deudores para actuar

en el proceso, obedece en primer orden, a un derecho constitucional de

defensa, mediante el cual ninguna persona puede ser limitada en sus

derechos sin antes ser citado, oído y vencido en juicio y ante tribunal que

98 Ibid., Pág. 119.

67

sea competente, y en segundo orden, a que el procedimiento para realizar

los concursos de acreedores, conlleva, necesariamente la participación del

deudor.

2.1.2 Capacidad de actuación en juicios declarativos pendientes y en procedimientos arbitrales en tramitación

En cuanto a este tema, Gadea sostiene que “…Los juicios

declarativos y los procedimientos arbitrales en los que es parte el

deudor y que se encuentran en tramitación en el momento de la

declaración del concurso continúan hasta la firmeza de la sentencia o

del laudo. Pues bien, siendo así, se trata de exponer cuál es la

posición jurídica del deudor en esos procesos cuando tienen

trascendencia patrimonial. La Ley Concursal española – en el

artículo 51 – se refiere a ello y resuelve distinguiendo en función de si

el juez ha acordado la suspensión o la intervención (estas normas se

aplican a los procedimientos arbitrales por la remisión específica que

realiza el artículo 52.2 LC).”99

En relación a las consecuencias jurídicas que acarrea el proceso

concursal para el deudor, y especialmente para el caso de

suspensión de las facultades de administración y disposición del

deudor, Gadea100 indica que la administración concursal ha de

sustituir a éste, por lo que, una vez apersonada, se le ha de conceder

un plazo de cinco días para que se instruya en las actuaciones. Sin

embargo, necesita la autorización del juez del concurso para desistir,

allanarse, total o parcialmente, y transigir litigios. El juez antes de

conceder la autorización, en su caso, debe dar traslado de la solicitud

99 Ibid., Pág. 119. 100 Loc. Cit.

68

al deudor y a aquellas partes apersonadas en el concurso que estime

que deben ser oídas.

El mismo autor antes citado, sostiene que: “Las costas impuestas por

el allanamiento o desistimiento tienen la consideración de crédito

concursal; en caso de transacción, debe estarse a lo pactado

respecto a las mismas. Sin perjuicio de lo anterior, la ley, aún en

caso de sustitución, admite que el deudor mantenga su

representación y defensa separada por medio de sus propios

procurador y abogado, siempre que garantice de forma suficiente que

los gastos de su actuación procesal y, en su caso, la efectividad de la

condena en costas no va recaer sobre la masa del concurso. Lo que

no puede realizar en ningún caso son las actuaciones procesales que

corresponden a la administración concursal con autorización del

juez.”101

En este punto, merece destacar, que la legislación guatemalteca, incluye

dentro de la legislación procesal un apartado específico sobre la condena

en costas que debe realizar el tribunal sobre aquel que ha sido vencido en

el juicio.

2.2 Incidencia del concurso sobre la actividad del concursado

En cuanto a la incidencia del concurso en la actividad del

concursado, Jaime Mairata indica: “…la declaración de suspensión

de pago no incidía en la continuidad de la empresa, en cambio, la

continuidad o no de la empresa era más discutible en el

procedimiento de quiebra. En la práctica, en muchas ocasiones, la

101 Loc. Cit.

69

decisión dependía de lo que, a la vista de las circunstancias de cada

caso, decidiera el comisario de la quiebra.”102

En relación al mismo tema, Colino, sostiene que: “En la Ley Concursal, la

regla general – artículo 44.1 –es que la declaración de concurso no

interrumpe la continuación de la actividad profesional o empresarial que

viniera ejerciendo el deudor. El texto distingue entre los supuestos de

intervención o de suspensión de las facultades de administración y

disposición del mismo. En el primer caso, en el de intervención, y con el fin

de facilitar la continuación de la actividad profesional o empresarial del

deudor, la administración concursal puede determinar los actos u

operaciones propios del giro o tráfico de aquella actividad que, por su razón

de su naturaleza o cuantía, quedan autorizados con carácter general. Es

más, sin perjuicio de las medidas cautelares que haya adoptado el juez al

declarar el concurso, hasta la aceptación de los administradores judiciales

se permite que el deudor realice los actos propios de su giro o tráfico que

sean imprescindibles para la continuación de su actividad, siempre que se

ajusten a las condiciones normales del mercado (artículo 44.2 LC). En el

segundo caso, en el de suspensión de las facultades de administración y

disposición del deudor, corresponde a la administración concursal adoptar

las medidas necesarias para la continuación de la actividad profesional o

profesional (artículo 44.3 LC), lo que significa que el órgano de

administración no tiene necesariamente que ocuparse directamente de la

continuación de la actividad del deudor, pudiendo limitarse a adoptar las

medidas necesarias para tal continuación, por ejemplo valiéndose de un

auxiliar delegado conforme el artículo 32.1 LC.103

102 Mairata Laviña, Jaime. Los efectos del concurso en la Ley Concursal, Madrid, Editorial Dilex, 2004. Pág. 293. 103 Colino Mediavilla, José Luis. Comentarios a la Ley Concursal Tomo I, Madrid, Editorial Thomson Cívitas, 2004. Pág. 619.

70

En ese sentido, Gadea indica que “…el juez a solicitud de la administración

concursal y previa audiencia del deudor y de los representantes de los

trabajadores de la empresa, goza de amplias potestades para apartarse de

la regla general de conformidad si las circunstancias lo aconsejen y acordar

el cierre de la totalidad o de parte de las oficinas, establecimientos o

explotaciones del deudor, e incluso, cuando se trate de una actividad

empresarial, el cese o la suspensión, total o parcial de ésta. Si las medidas

adoptadas originan la extinción, suspensión o modificación colectivas de los

contratos de trabajo, el juez debe actuar conforme a lo establecido en los

artículos 8.2 y 64 de la Ley Concursal española (artículo 44.4 LC).”104

Antes se anotó que la actividad del concursado, no debería interrumpir sus

derechos fundamentales, tales como el Derecho de Defensa y el Debido

Proceso; de esa suerte, no tiene justificación, que en un Estado de Derecho

en el que se garantiza la libertad personal, se limite la libertad del

concursado, vulnerando sus posibilidades de actuación comercial, aunado a

ello resulta indiscutible la incidencia del concurso sobre el concursado en

todas las materias de su vida mercantil y civil, no obstante encontrarse

sujeto a un proceso de esta naturaleza, conlleva intrínseco la disposición de

bienes y servicios para realizar una negociación acorde al estado de

cesación de los pagos del deudor.

3. Deberes del concursado

Como se establece más adelante, la legislación española estipula diversos

mecanismos mediante los cuales se desarrolla el andamiaje jurídico

referente a los deberes del concursado, mientras que en la legislación

guatemalteca, se refiere, únicamente a que mientras se resuelve la

situación definitiva del concurso, podrán continuar las operaciones

corrientes en los negocios del concursado, por lo que se hace un breve

104 Gadea, Enrique. Op. Cit., Pág. 122.

71

análisis de la regulación española como referente a la legislación

centroamericana.

3.1 Deber general de comparecencia, colaboración e información

La Ley Concursal Española105, regula lo relativo a la participación del

deudor en la sustanciación del proceso concursal; de esa cuenta es de

suma importancia para el proceso, la intervención voluntaria del deudor

insolvente, ya sea para aclarar dudas y facilitar soluciones. En ese

mismo acto los apoderados del deudor y quienes lo hayan sido dentro

de los dos años anteriores a la declaración del concurso tienen el deber

de comparecer personalmente ante el juez del concurso y ante la

administración concursal cuantas veces sean requeridos y el de

colaborar e informar en todo lo necesario o conveniente para el interés

del concurso. Cuando el deudor sea persona jurídica, este deber

incumbirá a sus administradores o liquidadores y a quienes hayan

desempeñado estos cargos dentro del período señalado (artículo 42

LC). El incumplimiento de este deber se incluye entre las presunciones

de dolo o culpa grave (artículo 165.2 LC), a los efectos de calificación

del concurso como culpable (artículo 164 LC).

En Guatemala, ese deber de colaboración no queda simplemente en la

voluntad del deudor y de sus colaboradores en atender los

requerimientos judiciales, sino también en una obligación como parte de

las cargas procesales producto de la litis, dado que al momento en que

el juez notifica la demanda acaecida en el proceso concursal, las partes

tienen como obligación, comparecer ante el juez, de lo contrario se

aplicarán aquellas penalidades que conlleva, por ejemplo la rebeldía.

105 Ley 22/2003 Ley Concursal Española. Op. Cit., Artículo 42, 164 y 165.2.

72

3.2 Deber de entregar los libros y documentos del deudor

En cuanto a este efecto del proceso concursal, Gadea sostiene que el

deber de entregar documentos es: “…constituye un deber específico

que se circunscribe dentro del más general de colaboración e

información. En efecto, el deudor también debe poner a disposición de

la administración concursal los libros de llevanza obligatoria y cualquier

otro libro, documentos y registros relativos a los aspectos patrimoniales

de su actividad profesional o empresarial. La administración concursal

puede solicitar al juez que adopte las medidas necesarias para que se

cumpla lo prescrito en el precepto (artículo 45 LC).”106

Mientras que en la legislación española, el deber de entregar los libros

aparece como una facultad, en la legislación guatemalteca es un

sinónimo de obligación, dada la relevancia para el tribunal, en conocer

los movimientos contables del deudor y con ello determinar si la

insolvencia del mismo, efectivamente es atribuible a una administración

inadecuada, tarea que corresponde a la comisión que revisará el estado

general del negocio, corrección con que hubiere sido manejado y su

probable porvenir de conformidad con lo regulado en el artículo 352

numeral 3º del Código Procesal Civil y Mercantil de Guatemala.

3.3 Deberes contables

En cuanto a los deberes contables, Gadea establece que: “Con el fin de

evitar que, desde la declaración del concurso, se incumplan las

obligaciones contables generales, la Ley Concursal española establece

que, durante la tramitación, subsiste la obligación de formular y la de

auditar las cuentas anuales, aunque salvo en ciertos casos (sociedades

que tengan sus valores admitidos a negociación en mercados 106 Gadea, Enrique. Op. Cit.. Pág. 123.

73

secundarios de valores o sometidas a supervisión pública por el Banco

de España, la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones o

la Comisión Nacional del Mercado de Valores) se exime a la sociedad

concursada de realizar auditoría de las primeras cuentas anuales que

se preparen tras la entrada en funciones la administración concursal.

La formulación de las cuentas, en ese período, corresponde al deudor

bajo la supervisión de los administradores concursales, en caso de

intervención, y a estos últimos en caso de suspensión (artículo 46 LC).

También en este caso, el incumplimiento de ese deber se incluye entre

las presunciones de dolo o culpa grave (artículo 165.3 LC), a los efectos

de calificación del concurso como culpable (artículo 164 LC)…”107

Como se comentó anteriormente, los efectos de la declaración del proceso

concursal, lleva aparejado la obligación de someterse lisa y llanamente, en

caso del concurso voluntario de acreedores a la auditoria de la comisión de

revisión, mientras que en el caso del concurso necesario de acreedores, el

artículo 373 del Código Procesal Civil y Mercantil de Guatemala, establece

como efecto directo del proceso que desde el momento en que el tribunal

declare el estado de concurso necesario de una persona, se tendrán por

vencidos todos los créditos y obligaciones a su cargo y dejaran de correr

intereses a favor de los acreedores.

3.4. Derecho de alimentos

En la legislación española derogada, el Derecho a recibir alimentos,

tanto el quebrado como su familia, se supeditaba, tal como señala

Uría108, a los siguientes requisitos:

a) Que existiese necesidad.

107 Loc. Cit. 108 Uría, Rodrigo y Aurelio Menéndez. Curso de Derecho Mercantil I, Madrid, Editorial Civitas, 2001. Pág. 932.

74

b) Que se tratase de una quiebra voluntaria.

c) Que la quiebra fuese calificada de fortuita o culpable, aunque

las asignaciones a los quebrados fraudulentos se les

entregaban mientras no se dictase la sentencia de calificación

y cesaban sólo a partir de entonces.

d) Que existiesen bienes suficientes en la masa de la quiebra

para cubrir las necesidades.

Por su lado, Gadea indica que: “En la Ley Concursal se establece –

en el artículo 47.1 I- que, durante la tramitación del concurso, el

deudor persona natural tendrá Derecho a alimentos con cargo a la

masa activa, aunque, advierte, igualmente –en el artículo 144.2 LC-,

que la apertura de la liquidación producirá la extinción de ese

Derecho. Por tanto, deben concurrir los requisitos 1º (que exista

necesidad) y 4º (bienes suficientes en la masa de la quiebra para

cubrir las necesidades), aunque no los referidos en los apartados 2º

Y 3º, dado que la prestación no se supedita a la solicitud de concurso

ni a su calificación.”109

El Derecho de Alimentos ha sido objeto de jurisprudencia de la Corte

de Constitucionalidad de Guatemala, que en innumerables fallos ha

establecido a los alimentos como un derecho fundamental, tal el caso

de la sentencia siguiente: “La protección constitucional de la familia.

La regulación constitucional guatemalteca reconoce y fomenta la

organización de la familia, como génesis de la cual parte y se

mantiene vigente una sociedad. De ahí la ratio que se manifiesta en el

artículo 47 del texto matriz respecto de que el Estado debe garantizar

la protección social, económica y jurídica de la familia, mediante la

promoción de su organización sobre la base legal del matrimonio, la

igualdad de derechos entre los cónyuges, la paternidad responsable, y

109 Gadea, Enrique. Op. Cit., Pág. 124.

75

el derecho de las personas a decidir libremente el número y

espaciamiento de sus hijos; quienes a su vez, entre los derechos a

que se refiere el artículo 50 constitucional, les asiste el derecho a ser

alimentados, regulándose además constitucionalmente la punibilidad

que se origina cuando concurre la “negativa a prestar alimentos en la

forma que la ley prescribe.” (artículo 55). En ese sentido, esta Corte

aprecia que la legislación civil vigente, conceptualiza al matrimonio

como una institución social que reconoce derechos y obligaciones,

entre los que se encuentran los de “educar y alimentar a los hijos”, de

acuerdo con la previsión contenida en el artículo 78 del Código

Civil.”110

En Guatemala, el Derecho de Alimentos, es una institución jurídica propia

del Derecho Civil, pero elevado a rango constitucional, mediante la cual se

interpreta, que la obligación es de quien debe prestar los alimentos que en

el caso objeto de estudio es al deudor insolvente, pero en este caso debe

prevalecer el interés primordial de los sujetos pasivos de la relación jurídica

de alimentos, que corresponde a las personas que se encuentren bajo la

guarda del deudor que pueden ser sus hijos menores, el cónyuge y todas

aquellas personas que dependan directamente de él de conformidad con la

ley. 4. Efectos sobre el deudor-persona jurídica

En relación a este punto, la Ley Concursal de España111 dedica un apartado

especial a este tema, de la siguiente manera: “…a los supuestos de

concurso de persona jurídica y a los efectos que en este caso produce la

declaración, materia de gran importancia, como corresponde a la que estos

entes y, fundamentalmente, las sociedades revisten en el moderno tráfico”.

110 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Sentencia del 9 de diciembre de 2002, dentro del Expediente 890-2001, Disponible en: www.cc.gob.gt. Fecha de consulta: 15 de octubre de 2011. 111 Ley 22/2003 Ley Concursal Española. Op. Cit., Artículo 42.1 y siguientes.

76

Por eso, además de las referencias que realiza a las personas jurídicas en

la mayoría de los preceptos (así, por ejemplo, en el artículo 42.1 al tratar el

deber de colaboración del deudor, en el artículo 43.3 al referirse a la

conservación y administración de la masa activa, en el artículo 44 al

abordar el tema de la continuación del ejercicio de la actividad profesional o

empresarial, en el artículo 45 al regular el deber de entrega de libros y

documentos obligatorios o en el artículo 46.1 cuando se refiere a la

obligación de formular cuentas anuales durante el concurso) dedica un

artículo –el artículo 48- a tratar aspectos y a resolver dudas que pueden

plantearse en caso de concurso de personas jurídicas y, especialmente, de

sociedades Mercantiles.

4.1. El mantenimiento de los administradores del concursado

Por disposición del artículo 48.1 de la Ley Concursal Española112, por

declaración de concurso no son cesados los administradores del

concursado. Para que se declare el cese es necesario que se

decrete la apertura de la fase de liquidación. Hasta ese momento,

mantienen su condición, con independencia del régimen de

suspensión o intervención que acuerde el juez, aunque sus funciones

en una y otra situación son distintas. En cualquier caso, los

administradores concursales tienen Derecho de asistencia y de voz,

aunque no de voto, a las reuniones de los órganos colegiados.

5. Efectos sobre los acreedores

La ley concursal sintetiza todos los efectos que la declaración de concurso

produce sobre los acreedores. En este punto, se refiere a la integración de

los acreedores en la masa pasiva, a los efectos del concurso sobre las

112 Ibid., Artículo 48.1.

77

acciones individuales y los efectos del concurso sobre los créditos en

particular.

El principio de igualdad de trato y el sometimiento a la ley del dividendo

conlleva la paralización de las acciones individuales y su sustitución, en

caso de no poder obtener el pago de otro modo, por una acción conjunta o

colectiva. Por esa razón, declarado el concurso, todos los acreedores del

deudor, ordinarios o no, cualesquiera que sean su nacionalidad o domicilio,

quedarán de Derecho integrados en la masa pasiva del concurso, sin más

excepciones que las establecidas en las leyes (artículo 49 LC)113.

Entre las excepciones al principio de la integración de los acreedores en la

masa pasiva del concurso, cabe destacar que en la Ley Concursal

Española, los supuestos regulados en los artículos 55, 56 y 57, en los que,

con las limitaciones que establece la ley, se concede a esos acreedores el

derecho de continuar o iniciar sus ejecuciones singulares, evitando los

efectos que la declaración de concurso tiene para el resto de los

acreedores114; el supuesto previsto en el artículo 76.3 que recoge el

derecho de separación de los titulares de créditos con privilegios sobre

buques y aeronaves115; esta temática ha sido estipulada en el artículo 84.2,

1º LC, que se refiere a los créditos por salarios por los últimos treinta días

de trabajo anteriores a la declaración de concurso y en cuantía que no

supere el doble del salario mínimo interprofesional, que no quedan

afectados por la integración al haberles atribuido la Ley Concursal la

condición de créditos contra la masa116.

113 González Vásquez, J. Op. Cit., Pág. 671. 114 Su estudio pormenorizado puede verse en el Capítulo 5º, epígrafe 3.2.4, y en el 6º, epígrafe 4.3 de la Ley Concursal. 115 Una referencia más amplia a este punto puede verse en el Capítulo 6º, epígrafe 4.3 de la Ley Concursal. 116 El estudio de esta cuestión puede verse en el Capítulo 6º, epígrafe 6.5 de la Ley Concursal.

78

En ese sentido, Gadea117 indica que fuera de la Ley Concursal, merecen

mención especial los casos de ejecución separada de determinadas

garantías de carácter real sobre bienes del concursado previstos en las

normas aplicables a las entidades del mercado financiero; en ese sentido,

citar los supuestos contemplados en el artículo 15 de la Ley 2/1981

reguladora del mercado hipotecario, en el artículo 14 de la Ley 41/1999

sobre sistemas de pagos y de liquidación de valores y el artículo 59.9 de la

Ley del Mercado de Valores.

6. Efectos sobre las acciones individuales

6.1. Efectos sobre los juicios declarativos contra el deudor

6.1.1. Nuevos juicios declarativos

En relación a los nuevos juicios declarativos, Gadea sostiene que: “Son

los que se plantean contra el concursado después de la fecha del auto

de declaración de concurso. La Ley Concursal española –en el artículo

50- diferencia dos supuestos:

a) Si la demanda se interpone ante jueces del orden civil o social,

en cuyo caso deben abstenerse de conocer y prevenir a las

partes para que usen de su Derecho ante el juez del concurso,

que es el competente para ello. De admitirse a trámite las

demandas, carecerán de validez las actuaciones que se hayan

practicado y se ha de ordenar el archivo de todo lo actuado.

b) Si se trata de una acción con posible trascendencia para el

patrimonio del deudor que se interpone ante los jueces y

tribunales del orden contencioso-administrativo o Penal, si

pueden resolver, aunque ha de emplazarse a la administración

117 Gadea, Enrique. Op. Cit., Pág. 131.

79

concursal, para que pueda actuar como parte en defensa de la

masa.”118

En la legislación guatemalteca, se establece que, desde el momento en que

el tribunal declare el estado de concurso necesario de una persona, se

tendrán por vencidos todos los créditos y obligaciones a su cargo y dejaran

de correr intereses a favor de los acreedores.119

6.1.2. Juicios declarativos en curso

Como se señaló al estudiar la capacidad de actuación del concursado

en los juicios declarativos pendientes, los juicios declarativos en que el

deudor es parte y que se encuentran en tramitación al momento de la

declaración no se ven afectados por la declaración de concurso: se

continúan hasta la firmeza de la sentencia. A este respecto Gadea120

sostiene que únicamente, se pueden acumular, previa solicitud,

aquellos que, siendo competencia del juez del concurso, se estén

tramitando en primera instancia y respecto de los que el juez del

concurso estime que su resolución tiene trascendencia sustancial para

la formación del inventario o de la lista de acreedores. La acumulación

puede solicitarse por la administración concursal, antes de emitir su

informe, o por cualquier parte apersonada, antes de la finalización del

plazo de impugnación del inventario y de la lista de acreedores (artículo

51.1 LC).

El Código Procesal Civil y Mercantil de Guatemala, si bien no hace

referencia a las consecuencias jurídicas de la declaración del concurso en

relación a otros procesos, sí contiene disposiciones relativas a la institución

del fuero de atracción en el sentido siguiente: “El proceso de concurso y de

118 Loc. Cit. 119 Jefe del Estado de Guatemala, Código Procesal Civil y Mercantil, Artículo 373. 120 Gadea, Enrique, Op. Cit., Pág. 132.

80

quiebra atrae todas las reclamaciones pendientes contra el deudor y hará

cesar las ejecuciones que se estén siguiendo contra éste, excepto las que

se funden en créditos hipotecarios o prendarios. Atrae asimismo todas las

reclamaciones que haya iniciado el deudor, o se inicien con

posterioridad.”121

7. Procedimientos arbitrales

En Guatemala, El Decreto del Congreso de la República número 67-95 Ley

de Arbitraje regula que el arbitraje es: “Arbitraje significa cualquier

procedimiento arbitral, con independencia de que sea o no una institución

arbitral permanente ante la que se lleve a cabo.”122

Por su lado, el Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cámara de

Comercio de Guatemala indica que el arbitraje es: “…un medio privado y

confidencial, vinculante para las partes, mediante el cual se resuelven

controversias por una o más personas especializadas, a través de

procedimientos rápidos, prácticos y económicos.”

En España, los efectos del concurso en el arbitraje, según Gadea, son:

“Una vez declarado el concurso y durante su tramitación, como el

conocimiento de esos posibles conflictos corresponde al juez del concurso,

los convenios arbitrales en que sea parte el deudor quedan sin valor ni

efecto, sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados internacionales. Sin

embargo, los procedimientos arbitrales en tramitación en el momento de la

declaración de concurso continúan hasta la firmeza del laudo (artículo 52

LC). También quedan sin efecto durante la tramitación del concurso los

convenios arbitrales y las ofertas públicas de sometimiento a arbitraje de

consumo formalizados por quienes son declarados en concurso de

121 Jefe del Estado de Guatemala, Código Procesal Civil y Mercantil. Artículo 393. 122 Congreso de la República de Guatemala, Decreto 67-95, Ley de Arbitraje.

81

acreedores (artículo 31.4 de la Ley 26/1984, de 19 de julio, para la Defensa

de Consumidores y Usuarios, añadido por la disposición final trigésima

primera de la Ley Concursal).

De lo anterior se colige, que si bien la Ley de Arbitraje de Guatemala es un

procedimiento que se lleva a cabo por una o varias personas,

especializadas en las materias que se desean resolver; a éste grupo de

expertos se les denomina árbitros, integran un tribunal arbitral, y son los

responsables de estudiar el caso, solicitar la información que requieran para

tener ideas claras de la situación, pedir pruebas que consideren oportunas,

para luego tomar una decisión, a través de un documento llamado laudo

arbitral, el cual se asimila a la sentencia emitida por un juez de la república,

por lo que el proceso concursal bien puede tramitarse por árbitros.

8. Efectos del proceso concursal en Guatemala:

Como ya se ha mencionado con antelación, el Decreto Ley 106 Código

Civil, incluye ciertas disposiciones que, desde la perspectiva sustantiva,

fundamentan el pago de las deudas adquiridas mediante la entrega de

bienes; de tal cuenta los artículos 1416 y 1417 recogen este fundamento de

la siguiente manera: “El deudor puede hacer cesión de bienes a sus

acreedores cuando se encuentre en la imposibilidad de continuar sus

negocios o de pagar sus deudas.”123 Mientras que, en su orden, el artículo

siguiente regula: “La cesión de bienes puede ser extrajudicial o judicial. La

primera es contractual, y la segunda es un beneficio que se concede al

deudor de buena fe que por accidentes inevitables o por causas que no le

pueden ser imputadas, suspende el pago de sus deudas o está en

inminente riesgo de suspenderlas.”124

123 Jefe del Estado, Decreto Ley 106, Código Civil. Artículo 1416. 124 Jefe del Estado, Decreto Ley 106, Código Civil. Artículo 1417.

82

Ahora bien, el mismo cuerpo legal antes citado, en el artículo 1418

establece los efectos que produce la cesación debidamente aprobada por el

juez de la siguiente manera:

“La cesión judicial de bienes debidamente aprobada, produce los efectos

siguientes:

1. La separación del deudor de la administración de sus bienes, quien

no podrá recibir pagos válidamente;

2. La liquidación de los negocios del deudor, la realización de los bienes

cedidos, y el pago y cobro de las deudas;

3. La suspensión definitiva de las ejecuciones entabladas contra el

deudor y de los intereses respectivos, por créditos no garantizados

por hipoteca, sub-hipoteca o prenda125; y

4. La extinción de las deudas en virtud de los pagos que se hagan

aunque lo que alcance cada acreedor no baste para el pago total,

siempre que el que haga la cesión sea una persona individual.

Si fuere una sociedad y sus bienes no alcanzaren el pago total, subsistirá la

responsabilidad de los socios conforme el contrato y la naturaleza de la

sociedad.”126

En torno a los efectos para el deudor, sobre la cesión de bienes, la ley

sustantiva civil guatemalteca establece lo siguiente:

Los acreedores, una vez aceptada la cesión judicial pueden celebrar

convenios con el deudor para la administración y venta de los bienes

cedidos. En estos arreglos se procederá conforme a las disposiciones del

Código Procesal Civil y Mercantil.

125 En la cesión no se comprenden los bienes hipotecados o pignorados los cuales no entran a concurso. 126 Jefe del Estado, Decreto Ley 106, Código Civil.

83

Dentro un año posterior a la aprobación del convenio, o de la cesión judicial,

cualquiera de los acreedores puede impugnar la cesión por dolo o culpa del

cedente; y si se comprobare que hubo dolo o culpa, quedarán subsistentes

las obligaciones del deudor, sin perjuicio de otras responsabilidades.

El deudor puede recobrar los bienes o parte de ellos antes de su venta o

adjudicación, pagando a los acreedores las deudas.

La cesión judicial de bienes está sujeta al procedimiento señalado en el

Código Procesal Civil y Mercantil guatemalteco; y el pago de los créditos

deberá hacerse de conformidad con lo que disponga la ley para la

graduación de acreedores.

Ahora bien el Código Procesal Civil y Mercantil de Guatemala, establece

como efecto propio de la declaratoria del concurso necesario de

acreedores, lo siguiente:

“Desde el momento en que el tribunal declare el estado de concurso

necesario de una persona, se tendrá por vencidos todos los créditos y

obligaciones a su cargo y dejarán de correr intereses a favor de los

acreedores.”127

El concursado presentará al tribunal, dentro del término de cinco días, los

documentos expresados en el artículo 350 y si no lo hiciere será castigado

con ocho días de prisión salvo impedimento comprobado.

Si el deudor no cumpliere, la comisión revisora hará el balance general y

elaborará la lista de acreedores, informando además, en todo caso, acerca

127 Jefe del Estado de Guatemala. Decreto Ley 107. Código Procesal Civil y Mercantil. Artículo 373.

84

de los puntos indicados en el artículo 352 y sobre la calificación de las

insolvencias.

Mientras se resuelve la situación definitiva del concurso podrán continuar

las operaciones corrientes en los negocios del concursado, si lo creyere

conveniente, la Comisión Revisora, la que lo comunicará al juzgado,

razonando su resolución para que en vista de las circunstancias, autorice lo

que corresponda.

La misma comisión podrá aprovechar los servicios del deudor en la

administración de sus bienes, mientras la junta de acreedores resuelve.

Los acreedores están facultados para hacer, antes de la junta general, las

gestiones que proceden en el concurso voluntario.128

Como conclusión de este capítulo, se estipula que el deber de comparencia

ante un tribunal para solventar un estado de cesación de pagos por parte

del deudor a solicitud de los deudores, más que una obligación y carga

procesal, también es un derecho constitucional: el Derecho de Defensa.

Así también se debe traer a cuenta, que si bien el deudor que sea

demandado por la insolvencia o la cesación de pagos a sus acreedores,

desde la presentación de la demanda hasta la finalización del proceso,

cuenta con todas las garantías establecidas como reglas del debido

proceso para procurarse una defensa que impida la vulneración de sus

derechos fundamentales, como ejemplo podrá ser compelido al pago de sus

obligaciones mediante el remate de sus bienes, pero jamás podrá

restringirse, por ejemplo otros derechos como la dignidad e indemnidad

personal. Las obligaciones que deben ser cubiertas por el deudor son de

carácter patrimonial y no personal.

128 Jefe del Estado, Decreto Ley 107, Ibid., Artículo 352.

85

CAPÍTULO V “Presentación, discusión y análisis de resultados”

1. Derecho concursal en Centroamérica

1.1. Principios Generales

El Derecho Concursal, por su especificidad, lleva implícitos principios que le

son propios y exclusivos, de tal manera, que pueden servir de base para la

aplicación práctica de estos procedimientos tanto de prevención como de

cobro por iliquidez. Para ello complementan las normas civiles de

patrimonio, Derecho Mercantil, Derecho Internacional Privado, Derecho

Constitucional, como un todo, un andamiaje integral de normas que

protegerán tanto a los acreedores como al deudor, en busca de

reestructurar su patrimonio y su liquidez, de manera que los acreedores

también sean beneficiados.

Así los autores Mario Bonfanti y José Garrone citados en la obra de Carlos

Borghi y Carlos Tale129, enumeran los principios jurídicos generales del

régimen concursal, tanto nacional, como extranjero de la siguiente forma:

1.1.1. La regla “par conditio creditorum” principio también

denominado de la igualdad de los acreedores, implica que

ante la declaración en concurso del deudor ninguno de

sus acreedores puede recibir un trato o reconocimiento

preferencial en el coro de su crédito salvo, aquellos que

llegan al concurso con privilegios que la propia ley les

otorga. Así el respeto por las causas legítimas de

prelación forma parte de esta misma regla.130

129 Borghi, Carlos A. y Carlos Tale. Op. Cit., Pág. 12. 130 Ibid., Pág. 13.

86

1.1.2. La universalidad del patrimonio, este principio implica que

la totalidad de los bienes del deudor se ven afectados al

proceso concursal que éste sufre, por tanto, todo su

patrimonio está destinado a la satisfacción de los

derechos de los acreedores.131 Así se interpreta que el

deudor no pierde la propiedad de sus bienes, sino

únicamente su disponibilidad y administración, porque si

consigue cancelar la totalidad de la deuda, le son

restituidos sus bienes.132

1.1.3. La universalidad de los acreedores, principio que es

general a toda clase de concursos, implica que los

acreedores que concurrieron a hacer valer sus derechos

al concurso se agrupan en una “masa de acreedores”.

Esta característica de pluralidad es requisito

indispensable para la existencia del concurso.133

1.1.4. El impulso procesal de oficio, este es un principio procesal

de actuación que responde a la necesidad de garantizar la

máxima diligencia en el despacho de las medidas que

garanticen la obtención del menor resultado posible para

los acreedores, y se eviten innecesarios retrasos que

acarrean molestas consecuencias para las partes

involucradas.134

1.1.5. La intensificación de la defensa del acreedor frente al

deudor, entendido como un principio de tutelaridad que

afectan especialmente al deudor y su patrimonio, pues la

normativa concursal se inclina a la defensa de los

acreedores, aun cuando le imponga a estos últimos,

cumplir rigurosas disposiciones para ejecutar sus

131 Loc. Cit. 132 Ibid., Pág. 14. 133 Loc. Cit. 134 Ibid., Pág. 15.

87

acreedurías. Entre las medidas de importancia están las

cautelares sobre los bienes del deudor, que procuran

sigan siendo garantía de las obligaciones asumidas.135

2. Ejecuciones colectivas en la legislación guatemalteca:

2.1. Generalidades

Las ejecuciones colectivas a que se refiere el Título V del Libro III del

Código Procesal Civil y Mercantil, comprende los concursos los acreedores

–tanto voluntarios como necesarios- y la quiebra. Estos procedimientos se

aplican, en Guatemala, indistintamente para deudores civiles y deudores

mercantiles; esta norma no hace diferencias con relación al deudor y sus

acreedores, ni con la naturaleza de la deuda, son verdaderos procesos de

ejecución, pues su finalidad es procurar el cumplimiento de las obligaciones

debidas (respaldadas por un título ejecutivo), pero no solamente son

ejecutadas por un acreedor, sino por varios. En estos procesos se persigue

el remate de toda la universalidad patrimonial del deudor (hasta el límite de

sus responsabilidades), para obtener el monto de lo adeudado y distribuirlo

entre los acreedores.

Tanto el deudor (concurso voluntario), como sus acreedores (concurso

necesario y quiebra) pueden promover estos procesos:

1. Cuando exista el peligro de consumirse gran parte del patrimonio en

cuestión;

2. Cuando el patrimonio sea absorbido en gran parte por la acción

ejecutiva de uno de los acreedores en forma individual; o

3. Cuando el deudor haya incumplido y esté por incumplir sus

obligaciones.

135 Loc. Cit.

88

En las ejecuciones colectivas, todos los acreedores se encuentran en un

mismo plano, sin más preferencia que la prelación de sus créditos, por ello,

se suspenden todas las ejecuciones individuales en trámite, para

posteriormente declarar el estado del deudor (de concurso o de quiebra), y

desapoderarlo de sus bienes para su remate, con lo que se procede a la

liquidación del haber del deudor, y el producto obtenido se distribuye entre

los acreedores, en proporción a su importe y tomando en cuenta los

privilegios de sus créditos136.

2.2 Tipos de concursos:

En cuanto a los tipos de concursos que se tramitan en Guatemala, sostiene

Aguirre Godoy lo siguiente: “Distingue el Código Procesal lo dos tipos

conocidos de concursos, o sea el voluntario y el forzoso de acreedores

también denominado este último necesario de acreedores. Como muy bien

apunta Guasp la regulación legal “se fija en la índole del sujeto que da vida

a la actividad concursal para diferenciar los dos tipos señalados”. También

formula Guasp la observación sobre la propiedad de la denominación de

esta clase de concursos. Refiriéndose a la legislación española dice: “en

realidad, el concurso voluntario no es tal pues a tenor del artículo 1913 del

Código Civil el deudor cuyo pasivo sea mayor que su activo y que haya

dejado de pagar sus obligaciones corrientes tiene el deber y no

simplemente el derecho, de presentarse en concurso ante el tribunal

competente, luego que la situación le fuera conocida. En cambio, el

concurso necesario, por lo mismo que es promovido por los acreedores y

estos no tiene obligación de acudir a tal procedimiento, resulta, en el fondo,

mucho más voluntario que el anterior. De voluntad y necesidad solo puede

hablarse ahora en cuanto que, procesalmente, el primero de estos dos

concursos procede espontáneamente del deudor y, en el segundo, el

136 Chacón Corado, Mauro. Op. Cit., Pág. 251.

89

deudor cae en concurso, también procesalmente por iniciativa de sus

acreedores”137

2.2.1 Concurso Voluntario de Acreedores:

En el Código Procesal Civil y Mercantil guatemalteco, regula el

concurso voluntario de acreedores, la disposición fundamental está

en el artículo 347 establece lo siguiente: “Las personas naturales o

jurídicas, sean o no comerciantes, que hayan suspendido o estén

próximas a suspender el pago corriente de sus obligaciones, podrán

proponer a sus acreedores la celebración de un convenio. Podrán

hacerlo también, aún cuando hubieren sido declaradas en quiebra,

siempre que esta no haya sido calificada judicialmente de fraudulenta

o culpable.”

El criterio que impera en esta norma es el de la suspensión de

pagos. Pero no contempla solo la hipótesis de que haya ocurrido

efectivamente, tal cesación de pagos, sino también la posibilidad de

que esa situación pueda presentarse. En otras palabras, Aguirre

Sostiene que: “…no es preciso que el deudor esté en estado de

quiebra o que su pasivo, exceda de tal manera al activo que no

pueda cumplir en forma absoluta con sus obligaciones crediticias, el

deudor, comerciante o civil, puede prever esta situación y solicitar,

para evitar consecuencias más graves, que se le declare en estado

de concurso voluntario.”138

La finalidad principal de esta clase de concurso es obtener la

aprobación de un convenio que le permita pagar a sus acreedores en

137 Aguirre Godoy, Mario. Op. Cit., Pág. 363. 138 Ibid., Pág. 364.

90

forma satisfactoria. El convenio como, según el artículo 348 del

Código Procesal Civil y Mercantil puede versar:

1. Sobre cesión de bienes;

2. Sobre administración total o parcial del activo por los

acreedores, o por el deudor, bajo la intervención nombrada

por ellos; y

3. Sobre esperas o quitas, o ambas concesiones a la vez.

Sobre la cesión de bienes, Ojeda Salazar en la exposición de

motivos del Decreto Ley 106, Código Civil, citado por Sigüenza,

refiere que la cesión de bienes: “…consiste en la entrega que el

deudor hace de su patrimonio a sus acreedores cuando se encuentra

en la imposibilidad de pagar sus deudas, para que el producto que se

obtenga de su venta se aplique al pago de sus créditos…”139

2.2.2 Concurso Necesario de Acreedores:

Este tipo de concurso puede ser promovido por uno o varios

acreedores cuando el deudor (comerciante o no comerciante) ha

suspendido el pago corriente de sus obligaciones. No supone

necesariamente que el deudor esté en insolvencia. Las legislaciones

son confusas al referirse a insolvencia del deudor y a cesación de

pagos sin precisar si se trata de cesación provisional (temporal) o

definitiva en el cumplimiento de los pagos, que supone a su vez una

impotencia patrimonial para cumplir de modo general con los pagos a

que está obligado el deudor.

139 Sigüenza Sigüenza. Gustavo Adolfo (compilador) Código Civil. Decreto Ley 106, Guatemala, Editorial Magna Terra, 2010, Pág. 242.

91

La legislación procesal guatemalteca, trata de la procedencia del

concurso necesario de acreedores lo refiere al deudor que ha

suspendido el pago corriente de sus obligaciones. Igual ocurre en el

concurso voluntario, en el cual el deudor puede solicitar que se le

declare en ese estado cuando ha suspendido el pago corriente de

sus obligaciones, pero también, además, cuando está próximo a

suspenderlos.

De conformidad con el artículo 371 del Decreto Ley 107, Código

Procesal Civil y Mercantil, el concurso necesario de acreedores

procede cuando:

“Procede el concurso necesario de acreedores del deudor que ha

suspendido el pago corriente de sus obligaciones, en los casos

siguientes:

1. Cuando ha sido rechazado por los acreedores o

desaprobado judicialmente el convenio previo

propuesto por el deudor; y

2. Cuando hay tres o más ejecuciones pendientes contra

el mismo deudor y no hubiere bienes suficientes y libres

para cubrir las cantidades que se reclaman;

En los dos casos previstos, cualquiera de los acreedores podrá pedir

el concurso del deudor y el juez lo declara sin previa notificación.”140

Según apunta Garrigues, citado por Aguirre Godoy: “En la tradición

legal hispánica es conocida la distinción entre el comerciante que

cesa definitivamente en sus pagos (insolvente) y aquel que solo cesa

temporalmente por acontecimientos pasajeros (atrasado). Señala

140 Jefe del Estado, Decreto Ley 107, Op. Cit., Artículo 371.

92

que esta distinción proviene de las ordenanzas de Bilbao, de donde

pasó al Código de Comercio Español de 1829, de ese modo, la

situación pasajera, transitoria, que aflige al deudor, por el

incumplimiento temporal en sus pagos, revela un estado de iliquidez

que puede ser superado, en cambio, cuando se da el sobreseimiento

o cesación definitiva y general, en el pago corriente de las

obligaciones, esta situación conduce a la declaración de quiebra.”141

2.3. Quiebra:

Chacón142 sostiene que “…la declaración de quiebra presupone la

existencia de un comerciante, social o individual, que haya cesado en

el pago de sus obligaciones por su situación de insolvencia. Se trata

pues de un fenómeno esencialmente económico, sin embargo éste

no tiene relevancia sino hasta que se declara judicialmente, es por

ello que se puede concluir que la quiebra es la insolvencia de un

comerciante jurídicamente apreciada y declarada.”

La insolvencia de un comerciante no es fácil de apreciar de manera

externa, razón por la cual el ordenamiento Mercantil parte de hechos

fácilmente demostrables sin entrar a un examen de los libros del

comerciante, que lleva al juez a presumir el estado de cesión de

pagos de aquel.

Cuando exista el peligro de consumirse gran parte del patrimonio en

cuestión, cuando el patrimonio sea absorbido en gran parte por la

acción ejecutiva de uno de los acreedores en forma individual, o

cuando el deudor haya incumplido y esté por incumplir sus

obligaciones, al menos en la legislación guatemalteca, es procedente

141 Aguirre Godoy, Mario. Op. Cit., Pág. 386. 142 Chacón Corado, Mauro. Op. Cit., Pág. 255.

93

el concurso voluntario de acreedores, y en caso este procedimiento

fracasara o no se llegara a un arreglo que satisfaga los intereses de

los acreedores procede el concurso necesario de acreedores (no

obstante el concurso voluntario no es prerrequisito para el concurso

necesario), y luego de fracasar el concurso necesario de acreedores,

la última ratio es el procedimiento de quiebra, en el cual, inclusive, el

Derecho Penal entra a funcionar en defecto del Derecho Civil, no

olvidando el principio general en materia constitucional, que no hay

cárcel por deuda.

3. Ejecuciones colectivas en la legislación salvadoreña:

3.1 Generalidades

En la República de El Salvador, para el año 2011 se encuentra vigente el

Código de Procedimientos Civiles, el cual fue sancionado el 31 de

diciembre de 1881 publicado en el Diario Oficial el 1 de enero de 1882,

cuyas últimas modificaciones se registran en julio de 2002.

En esta norma, el título IV capítulo I, a partir del artículo 659 y siguientes

contienen el “MODO DE PROCEDER EN EL CONCURSO DE

ACREEDORES” de la siguiente manera:

3.2 Tipos de concursos:

Llámese voluntario cuando lo promueve el mismo deudor cediendo todos

sus bienes a sus acreedores, y necesario cuando se forma a instancia de

uno o más de los acreedores.143.

143 Congreso de la República de El Salvador. Código de Procedimientos Civiles. Artículo 659.

94

3.2.1 Concurso Voluntario de Acreedores144:

El artículo 660 de esta norma indica que: “El que se presente en

concurso voluntario deberá acompañar necesariamente a su solicitud,

sin lo cual no será admitida:

1. Un inventario de todos sus bienes, hecho con individualidad y

exactitud, y con expresión del valor en que los estima. Sólo

podrán omitirse los bienes que no pueden ser objeto de

embargo;

2. Un estado o relación individual de las deudas, con expresión

de su fecha y procedencia, y de los nombres y domicilios de

los acreedores; y

3. Una memoria en que se consignen las causas que hayan

motivado su presentación en concurso.”

El escrito y documentos expresados en el artículo anterior, serán

firmados por el deudor o su procurador con poder especial.

Si el deudor fuere una sociedad colectiva o en comandita, las piezas

indicadas serán suscritas por todos los socios solidarios que tengan

esta calidad por el contrato social y se hallen presentes en el

domicilio de la compañía; y si fuere una sociedad anónima, por el

gerente o administrador que haga sus veces.

144 Ibid., Artículo 660.

95

3.2.2 Concurso Necesario de Acreedores145:

El artículo 662 de la norma antes citada reza que la declaración del

concurso necesario sólo podrá decretarse a instancia de uno o más

acreedores legítimos que comprueben las dos circunstancias que

siguen:

1. Que existen dos o más ejecuciones pendientes contra el

deudor;

2. Que en alguna de ellas no se han encontrado bienes libres

de gravamen, conocidamente bastantes a cubrir la

cantidad que se reclama.

Si el deudor fuere comerciante, se declarará también el concurso

necesario o quiebra, si se justificare, a solicitud de parte, que ha

cesado en el pago corriente de sus obligaciones. 3.3 Efectos de la declaratoria de concurso:

En el mismo auto en que se haga la declaración del concurso, se dictarán

las disposiciones siguientes:

1. El embargo y depósito de todos los bienes del deudor, la

ocupación de sus libros y papeles y la retención de su

correspondencia;

2. El nombramiento de un depositario interino que se encargue de la

conservación y administración de los bienes ocupados al deudor;

145 Ibid., Artículo 662.

96

3. La orden de arresto del mismo en la cárcel de deudores, si

previamente no prestare fianza a favor del concurso, por la

cantidad que el juez señale discrecionalmente, según las

circunstancias, y en caso de que la fianza sea admisible según la

ley. La fianza puede ofrecerse en cualquier estado del juicio;

4. La acumulación al juicio de concurso de las ejecuciones que haya

pendientes contra el deudor en el mismo juzgado o en otros, con

excepción de las que se dirijan contra bienes hipotecados o

empeñados.

4. Ejecuciones colectivas en la legislación hondureña:

4.1 Generalidades

En la República de Honduras, actualmente se encuentra vigente el Decreto

número 76, Código de Procedimientos Comunes de 1906.

En esta norma, el título II capítulo I, a partir del artículo 524 y siguientes

contienen el “CONCURSO DE ACREEDORES” de la siguiente manera:

El concurso de acreedores es voluntario o necesario.

4.2 Tipos de concursos:

4.2.1 Concurso Voluntario de Acreedores

Es voluntario, el promovido por el deudor fuera del caso expresado

en el número 1o. del Artículo 639 el cual establece:

97

“Cuando, habiendo hecho el deudor cesión de bienes, se declara por

sentencia ejecutoriada que los acreedores no están obligados a

admitirla.”146

Para que pueda aceptarse para su trámite la solicitud de concurso,

se deben llenar los siguientes requisitos:

1. Una relación detallada e individual de todos sus bienes, con

expresión del lugar en que se encuentran, de su valor

estimativo y de los gravámenes a que estuvieren afectos.

2. Una relación de los bienes que, en conformidad a la ley, se

exceptúen de la cesión.

3. Una relación de los juicios que tuviere pendientes, ya figure en

ellos como demandante o demandado.

4. Un estado de las deudas, con expresión de los nombres y

domicilio de los acreedores y de la naturaleza de los títulos en

que consten; y

5. Una memoria de las causas directas e inmediatas del mal

estado de sus negocios, debiendo en ella dar cuenta de la

inversión del producto de las deudas contraídas y de los

demás bienes recibidos en el último año.

Se entenderá que no hace una exposición circunstanciada y verídica

del estado de sus negocios, el deudor que, presentándose en

concurso voluntario, omitiere cualquiera de las enunciaciones que

éste artículo expresa y no diere razón satisfactoria de la omisión.

Puede el deudor presentarse en concurso voluntario para hacer a

sus acreedores cesión de bienes o proposiciones de convenio.

146 Congreso de la República de Honduras. Decreto número 76, Código de Procedimientos Comunes. Artículos 639 a 643.

98

4.2.2 Concurso Necesario de Acreedores147

Es necesario, el promovido por los acreedores o declarado de oficio

en los casos de los números 2o. y 3o. del precitado artículo 639.

1. (…)

2. Cuando, existiendo tres o más títulos ejecutivos y vencidos

contra el deudor e iniciadas dos ejecuciones, a lo menos,

no se consignare al día siguiente del requerimiento

cantidad bastante para el pago o no se presentaren bienes

suficientes para responder a él. Cualquiera de los

acreedores con título ejecutivo y vencido podrá, en tal

caso, solicitar la formación de concurso. Podrán solicitarla

también los demás acreedores, siempre que justifiquen

breve y sumariamente que el deudor ha perdido el derecho

a utilizar el plazo según el artículo 1391 del Código Civil.

3. Cuando, siendo notorio el desaparecimiento o fuga del

deudor, lo soliciten dos o más acreedores, aunque no sean

de plazo vencido.

El concurso produce para el fallido y sus acreedores un estado

indivisible. Comprenderá todos los bienes de aquél y todas sus

obligaciones, aun cuando no sean de plazo vencido, salvo aquellos

bienes y obligaciones que la ley expresamente exceptúe.

Declarado el concurso se traerán ante el tribunal que de él conoce todas

las causas ordinarias y ejecutivas que se hallaren pendientes contra el

fallido en otros tribunales de cualquier jurisdicción y que puedan

someterse a compromiso, seguirán substanciándose o se promoverán

ante el tribunal que conoce o debe conocer de ellos.

147 Ibid., Artículo 698.

99

Los juicios ordinarios agregados al concurso seguirán tramitándose con

arreglo al procedimiento que corresponda, según su naturaleza, hasta

que quede ejecutoriada la sentencia definitiva. Condenado el fallido, se

dará cumplimiento a lo resuelto en la forma ordinaria o en la que

determine la sentencia a lo resuelto en la forma ordinaria o en la que

determine la sentencia de grados. En ella hará el tribunal declaración

expresa sobre este punto.

Los juicios ejecutivos se paralizarán en el estado en que se encuentren

y los acreedores usarán de su derecho en la forma que establece este

título.

Los acreedores prendarios o hipotecarios podrán hacer efectivos sus

derechos en los bienes que estuvieren respectivamente afectos a sus

créditos, iniciando, con tal objeto, los procedimientos que correspondan,

o continuando los ya iniciados.

Sea que dichos acreedores hagan uso del derecho que este artículo les

confiere, sea que dejen en manos del síndico la realización de los bienes

gravados, podrán exigir el pago en la forma que establece el artículo

603.

Formándose concurso particular a una finca gravada con hipoteca, no se

podrán iniciar ni seguir contra ella ejecuciones parciales.

Cuando al tiempo de la declaración del concurso hubiere pendiente

algún juicio ejecutivo por obligación de hacer y existieren depositados ya

los fondos a que se refiere el artículo 517, continuará la tramitación

establecida para esta clase de juicios hasta la total inversión de dichos

fondos o hasta la conclusión de la obra que con ellos deba pagarse.

100

En los demás casos, sólo podrá el acreedor continuar o iniciar sus

gestiones para que se considere su crédito por el valor de los perjuicios

declarados o que se declaren.

5. Ejecuciones colectivas en la legislación nicaragüense:

5.1 Generalidades

En la República de Nicaragua, actualmente se encuentra vigente el Código

de Procedimiento Civil de la República de Nicaragua de 1950.

En esta norma, el título XXV sección primera, a partir del artículo 1843 y

siguientes, que contienen el “CONCURSO DE ACREEDORES” de la

siguiente manera:

El concurso de acreedores es voluntario o necesario.

5.2 Tipos de concursos:

5.2.1 Concurso Voluntario de Acreedores:148

Es voluntario el promovido por el deudor.

Puede hacer cesión de bienes todo aquel deudor que no se

encuentre en alguno de los casos en que conforme a este título

procede el concurso necesario. Lo cual se entiende sin perjuicio de lo

dispuesto en el artículo 2083.

148 Congreso de la República de Nicaragua. Código de Procedimiento Civil de la República de Nicaragua. Artículo 1845.

101

El deudor que se presentare en concurso voluntario deberá

acompañar con su solicitud:

1. Una relación detallada e individual de todos sus bienes,

con expresión del lugar en que se encuentren, de su valor

estimativo y de los gravámenes a que estuvieren afectos.

2. Una relación de los bienes que, en conformidad a la ley, se

excedan de la cesión.

3. Una relación de los juicios que tuviere pendientes, ya figure

en ellos como demandante o demandado.

4. Un estado de las deudas, con expresión de los nombres y

domicilios de los acreedores y de la naturaleza de los

títulos en que consten.

5. Una memoria de las cosas directas e inmediatas del mal

estado de sus negocios; debiendo en ella dar cuenta de la

inversión del producto de las deudas contraídas y de los

demás bienes exhibidos en el último año. Se entenderá

que no hace una exposición circunstancia y verídica del

estado de sus negocios, el deudor que, presentándose en

concurso voluntario, omitiere cualquiera de las

enumeraciones que este artículo expresa y no diere razón

satisfactoria de la omisión.

Todos los procedimientos del concurso necesario son aplicables al

voluntario en cuanto la naturaleza de este último lo permita y con las

siguientes salvedades149.

En la primera junta que conforme a lo dispuesto en el concurso

necesario deben celebrar los acreedores para el examen de sus

créditos, pueden éstos:

149 Ibid., Artículo 1846.

102

1. Pedir al deudor explicaciones sobre las causas de su atraso.

2. Exigirle que justifique la inculpabilidad de su insolvencia.

3. Oponerse a la cesión de bienes en virtud de alguna de las

causas señaladas por el Arto. 2083 C.

Si alguno de los acreedores hubiere hecho uso del derecho que les

confiere el artículo precedente, el juez, oído el deudor, resolverá en

la misma audiencia si le parecieren satisfactorias las explicaciones

dadas por éste. En el caso contrario mandará armar el cuarto ramo

del proceso.

5.2.2 Concurso Necesario de Acreedores:150

“Es necesario el que resulta al tenor de lo dispuesto en la Sección 3º

de este Título. También es necesario el Concurso, cuando habiendo

hecho el deudor cesión de bienes, se declara por sentencia

ejecutoriada que los acreedores no están obligados a admitirla. En

este caso deberá el juez decretar de oficio el concurso necesario.

Artos. 56-1853 Pr. 1062 C.C.

A solicitud del acreedor que comprobare que su crédito es exigible y

la insuficiencia de los bienes de su deudor, declarará el juez la

insolvencia y en su caso, además, la apertura del concurso.

Arto.2241 C. C.

Podrán preceder a la declaratoria las averiguaciones y diligencias

justificativas que el juez juzgue necesarias; pero deberán ser hechas

sumariamente y aun sin audiencia del deudor, si al juez le pareciere

conveniente omitirla. 150 Ibid., Artículo 1859 y siguientes.

103

La declaratoria deberá expresar todos sus fundamentos y señalar la

época del estado de insolvencia. La declaratoria se publicará por

extracto en un periódico de la localidad o en el oficial si no existiere

aquel, a la mayor brevedad, y por lo menos dos veces.

El demandado puede reclamar contra la declaratoria de insolvencia,

con tal que pida la resolución dentro de los ocho días siguientes.

Esta se sustanciará por los trámites de los incidentes. Además del

procurador del concurso puede intervenir cualquier acreedor, pero en

calidad de tercero coadyuvante.

La demanda de reposición no suspenderá los procedimientos del

juicio principal mientras no se haya declarado procedente por

sentencia firme. Si ella recayere, condenará en las costas, daños y

perjuicios al acreedor que hubiere procedido con dolo o injusticia

manifiesta.”

6. Ejecuciones colectivas en la legislación costarricense:

6.1 Generalidades:

En la República de Costa Rica, actualmente se encuentra vigente el Código

Procesal Civil151, el cual brinda un procedimiento bastante vanguardista, en

relación al concurso de acreedores de la siguiente manera:

Podrá acogerse a los beneficios de un proceso de administración y

reorganización de su empresa con intervención judicial, la persona física o

jurídica que se encuentre en una situación económica o financiera difícil,

con cesación de pagos o sin ella, que sea superable, mientras no hayan

151 Congreso de la República de Costa Rica. Código Procesal Civil de Costa Rica. Artículo 709.

104

sido declarados la quiebra o el concurso civil y no se esté tramitando ya un

procedimiento de convenio preventivo.

Los beneficios de este procedimiento serán únicamente para las empresas

cuya desaparición pueda provocar efectos sociales perniciosos, sin

posibilidades de fácil sustitución. Esta decisión quedará a criterio del juez,

quien considerará, entre otros, el número de empleados cesantes, de

proveedores y acreedores afectados y de clientes de los cuales la empresa

afectada sea proveedora. Antes de decidir, el juez deberá ordenar un

peritaje de especialistas, que deberá rendirse en el plazo de ocho días. La

justificación correspondiente deberá ser expresada en el escrito de solicitud

a que se refiere el artículo 713 del código.

La cesación de pagos no puede invocarse por sí sola como prueba del

presupuesto mencionado y, en caso de existir, el empresario podrá

presentar la gestión a más tardar dentro de los seis meses siguientes a la

fecha en que se inició ese estado, salvo que lo consientan los acreedores

de las obligaciones vencidas.

Podrá presentar la solicitud el deudor o cualquier acreedor y, en el caso de

empresas con autorización de oferta pública de títulos valores, también

podrá presentarla la Comisión Nacional de Valores.

Para que sea admisible la apertura del proceso, la solicitud deberá

comprender todas las entidades relacionadas, las personas físicas o

jurídicas que, de hecho o de derecho, pertenezcan al mismo grupo de

interés económico, incluyendo también las unidades que realicen

actividades fuera del territorio nacional, independientemente de su

nacionalidad y forma legal.

105

La solicitud del deudor152 deberá contener la exposición de los hechos que

motivan la crisis económica y financiera y de las medidas que se estiman

indispensables para superarla. Asimismo, la indicación expresa de si, con

anterioridad, ha sido declarado en quiebra o concurso civil o si ha sido

beneficiario de un procedimiento preventivo concursal y, en su caso, de las

fechas de conclusión del proceso respectivo.

Deberán agregar a la solicitud los siguientes documentos:

1.- Las declaraciones tributarias y sus anexos, que incluyan el

balance de situación y el estado de ganancias y pérdidas de los

cuatro últimos años anteriores a la fecha de la petición; se incluirán

los costos de explotación y los libros de contabilidad, si por ley

estuviere obligado a llevarlos, los que deberían haber estado

legalizados y al día, por lo menos durante todo este lapso.

2.- Un estado del activo y del pasivo, con indicación de nombres,

calidades y domicilios de los deudores y acreedores y con el

señalamiento, en su caso, de los gravámenes que afecten los bienes

de la empresa.

3.- Un plan, elaborado por un profesional en administración o en

finanzas, de reconocida capacidad técnica e idoneidad moral e

inscrito en el colegio respectivo. Este plan contendrá las razones que

amparan la viabilidad económica y financiera de la empresa así como

las medidas de reorganización que deberán adoptarse para superar

la crisis y un cronograma de ejecución de ese plan, con señalamiento

del plazo para cumplirlo. Cuando la empresa tenga autorización de

oferta pública de títulos valores, la Comisión Nacional de Valores

podrá colaborar realizando los análisis necesarios y elaborando el

mencionado plan.

152 Ibid., Artículo 713.

106

4.- Cualquier otro documento que apoye los hechos expuestos o la

indicación exacta del archivo donde se encuentra, a fin de que se

haga venir a los autos.

Si la solicitud careciere de alguno de esos requisitos, se le prevendrá

subsanar la omisión dentro del plazo improrrogable de cinco días,

con apercibimiento de que si no se cumpliere, la petición será

rechazada de plano.

7. Ejecuciones colectivas en la legislación panameña:

7.1 Generalidades:

En la República de Panamá, actualmente se encuentra vigente el Código

Procesal Civil, el cual, a diferencia del resto de países centroamericanos

brinda un procedimiento bastante escueto en relación al concurso de

acreedores, de la siguiente manera153:

En el proceso de concurso de acreedores es causal de nulidad el no

haberse notificado la resolución en que se declara formado el concurso en

la forma y según los términos que prescribe la ley.

Se exceptúan de lo dispuesto en el artículo anterior los casos siguientes:

1. Cuando todos los acreedores y el deudor han sido citados

personalmente; y

2. Cuando los que no hayan sido citados han comparecido en el

proceso, sin alegar esta nulidad.

La nulidad sólo se decretará cuando la parte que la solicite ha sufrido o

puede sufrir perjuicio procesal, salvo que se trate de nulidades

153 Congreso de la República de Panamá. Código Procesal Civil, artículo 739 y siguientes.

107

insubsanables. Sin embargo, no puede formular la solicitud de nulidad la

parte que ha celebrado el acto sabiendo o debiendo saber, el vicio que le

afectaba.

Las nulidades insubsanables pueden ser solicitadas por cualquiera de las

partes.

Después de anulado un proceso o parte de él, pueden las partes de común

acuerdo, y dentro del término de ejecutoria de la respectiva resolución que

decreta la nulidad, convalidar lo actuado y el asunto seguirá su curso

ordinario, como si no hubiere existido causa alguna de nulidad.

En el caso del artículo anterior y en el de competencia prorrogable, los

tutores y curadores sólo podrán convalidar con autorización expresa del

juez, cuando así convenga a los intereses del incapaz.

El juez que conozca de un proceso y que antes de dictar una resolución o

de fallar observare que se ha incurrido en alguna causal de nulidad que sea

convalidable, mandará que ella se ponga en conocimiento de las partes,

para que dentro de los tres días siguientes a su notificación puedan pedir la

anulación de lo actuado. Cuando la causal de nulidad sea observada en un

tribunal colegiado y el proceso no estuviere para fallar, le corresponde al

sustanciador ponerla en conocimiento de las partes. En el caso contrario,

le corresponde al tribunal en pleno, o a la sala jurisdiccional.

De lo antes anotado es evidente la necesidad de mejorar la regulación del

Derecho Concursal en toda la legislación centroamericana, pues si bien

existen temas relacionados al Derecho Concursal, también lo es que estas

regulaciones no son el mejor referente para realizar una ejecución colectiva

que pretenda satisfacer las necesidades de los acreedores, de la

comunidad en general y menos del deudor.

108

El hecho que el principio fundamental de este tipo de procedimientos es que

el Estado garantice el ejercicio de los derechos de libertad, de asociación,

de propiedad, entre otros, no garantiza que se han generado las garantías

procesales que permitan explotar de buena manera las herramientas del

Derecho como el caso del Derecho Concursal.

Discusión Final

El Derecho Concursal regula los procedimientos aplicables en los casos de

crisis de iliquidez y posibilidad de quiebras o suspensión de pagos.

Involucra en ello, lograr que los deudores cumplan en cierto plazo con sus

obligaciones frente a los acreedores, mediante la creación de un marco

jurídico integral que garantice la prevención de iliquidez, un procedimiento

justo de cobro y que garantice un retorno razonable de lo invertido en un

monto y en tiempo cuando se presente una crisis. Estas crisis pueden ser

de naturaleza, laboral, mercantil o financiera, de allí que el abordaje de esta

temática es muy compleja y extensa.

El Derecho Concursal es el mecanismo jurídico procesal mediante el cual

se busca solucionar la temática de insolvencia o cesación de pagos del

deudor para no dejar en desprotección a los acreedores a fin de que el

Estado pueda dar cumplimiento a su fin último que es el bien común. Dentro

de las instituciones que rodean el Derecho Concursal se puede mencionar

la quiebra, que dicho de otro modo, es la insolvencia total del deudor frente

a sus responsabilidades, así también la bancarrota, falencia e insolvencia,

que son instituciones que se encuentran íntimamente ligados por sus

efectos al Derecho Concursal. Dentro de la institución objeto de estudio se

establece que la naturaleza jurídica puede ser contenciosa o voluntaria

dependiendo del procedimiento adoptado por las partes.

109

De lo anterior, es preciso anotar que la legislación centroamericana no hace

ningún aporte en cuanto a la terminología del Derecho Concursal, no

obstante, del estudio doctrinario y del análisis de la legislación española y

mexicana se establece que la legislación procesal al menos en

Centroamérica no define en su totalidad, la naturaleza jurídica del Derecho

Concursal, pero del estudio realizado se colige que el carácter contencioso

o voluntario del Derecho Concursal depende de la voluntad de las partes,

toda vez que apertura la posibilidad de llevar a cabo el procedimiento

extrajudicialmente o bien en sede judicial y una no obliga a abortar la otra.

Del estudio realizado se ha evidenciado que por la propia naturaleza

jurídica del Derecho Concursal el cual se encuentra regulado en la

legislación guatemalteca, se denota que, por un lado, los deudores gozan

de la protección jurídica del Estado y con ellos escudarse del pago de sus

obligaciones antes sus acreedores y que éstos, además de encontrarse en

desprotección ante las reglas del Derecho Concursal corren el riesgo de

que el deudor insolvente recurra al instituto jurídico de la quiebra y con ello

rompa toda posibilidad de recuperar sus bienes.

El análisis se enfocó en la doctrina existente y marcos legales a nivel

centroamericano, español y mexicano, partiendo de la base que para

entenderlo de manera integral, se debe conocer también del Derecho Civil

Patrimonial (obligaciones, bienes y contratos), Derecho Mercantil, Teoría

General del Proceso, procedimientos Civiles y Mercantiles, Derecho

Internacional Privado, así como Derecho Constitucional (garantías y

amparo).

Es así que se logró alcanzar una definición de Derecho Concursal y su

respectivo proceso, como la disciplina tendiente a solventar problemas de

iliquidez de empresas nacionales, transnacionales y financieras que puedan

110

afectar de manera grave el comercio centroamericano y las economías de

la región, desde un marco jurídico integral que lo garantice.

Al delimitar el objeto de estudio a nivel centroamericano, como disciplina

general debido al auge de crisis de iliquidez a nivel regional, crisis

económicas y financieras con impacto incluso en relaciones laborales, se

logró identificar las similitudes en cuanto a los procedimientos de quiebra en

lo mercantil, y el Concurso de Acreedores en lo civil.

Tomando como referencia que el Derecho Concursal constituye un

mecanismo para que el deudor insolvente pueda gestionar los pagos a sus

acreedores y que consiste también en un medio para que los acreedores

puedan hacerse buen cobro de sus adeudos, se estableció que el

procedimiento preconcursal no es una institución autónoma y menos

independiente del Derecho Concursal, dado que constituye una etapa

previa al proceso que puede instar tanto el deudor como el acreedor a

gestionar pagos y cobros, no obstante si bien puede que las partes transen

extrajudicialmente y que esta transacción no conlleva supervisión estatal,

esta negociación puede ser abortada por cualquiera de las partes y

someterse al concurso, ya sea de tipo voluntario o necesario.

El Derecho Preconcursal se materializa mediante el acuerdo que contiene

las disposiciones en que se hará cargo una y otra parte, en el límite de sus

responsabilidades, de todas las acciones que conlleve la responsabilidad

ante sus obligaciones, ya sea de tipo comercial o de tipo civil; este acuerdo,

requiere para su validez únicamente que conste en escritura pública, pero

no hace ninguna referencia, en si las partes llegan a un acuerdo tenga o no

la opción de celebrar el acto en cualquier documento, inclusive, someter a

decisión de árbitros la decisión principal.

111

De lo anterior se colige que si bien la legislación centroamericana contiene

disposiciones que de alguna manera viabilizan el procedimiento de cobro al

deudor insolvente, mediante el establecimiento de un procedimiento que

tiende a garantizar el debido proceso, no obstante estas reglas establecidas

en ningún momento excluyen la posibilidad de someter el acuerdo a una

suerte de procedimiento previo, que puede ser transado ante árbitros o bien

frente a expertos en el tema que busquen la mejor solución a la

problemática.

Del estudio de la doctrina española, argentina y mexicana se estableció a

quiénes la legislación de aquellas naciones estima partes dentro del

procedimiento concursal, haciendo especial énfasis en aquel tipo de

acreedores que ostentan mejor derecho que otros. Así también se

determinó que los acreedores laborales tienen un derecho preferente sobre

las resultas del proceso.

De lo anterior, se estableció que al menos en Centroamérica, la legislación

no desarrolla varias instituciones del Derecho Concursal, como si lo realiza,

por ejemplo la doctrina mexicana y la española, en que se hace especial

énfasis en dos procedimientos preconcursales y que estos pueden ser

tramitados en sede administrativa, sin que el Estado ni siquiera se entere de

la dejación de pagos y por ende sin jurisdicción para resarcir a los

particulares de los daños causados, no obstante debe quedar anotado que

este procedimiento se tramita en el ámbito del derecho privado, en el que

las partes deciden libremente a quién acudir para la solventar sus

pretensiones.

En cuanto al Derecho Preconcursal se estableció que en la doctrina, al igual

que en la legislación argentina y en la legislación mexicana, el Derecho

Preconcursal tiene una denominación, que difiere de la acepción que aporta

la legislación española, por ejemplo Derecho Preconcursal es concebida

112

como una forma de ejecución colectiva, no obstante se hace referencia al

Concurso Preventivo como un sinónimo del Derecho Preconcursal, en ese

sentido en la legislación procesal civil guatemalteca, asemeja al Derecho

Preconcursal con el Concurso Voluntario de Acreedores.

En cuanto a la naturaleza jurídica, se estableció que la legislación

guatemalteca, no se inclina ni por la teoría contractual y tampoco por la

teoría procesalista, sino que adopta una postura mixta, dado que porque en

ningún momento menciona que una se utilizará en defecto de la otra, no

obstante deja en manos de deudores y acreedores acogerse al régimen que

mejor convenga a sus expectativas de cobro y pago.

Así también se determinó que los órganos que intervienen en el proceso

concursal en Guatemala son los siguientes:

a) El deudor: según en la legislación procesal, el deudor puede ser una

persona que ejerza o no relaciones comerciales, en el entendido que

no importa sus estatus para poder acogerse al Derecho Concursal

para solventar sus actividades e insolvencias.

b) Los acreedores: es aquel sujeto que tiene acción o derecho para

pedir alguna cosa especialmente el pago de una deuda, o exigir el

cumplimiento de alguna obligación.

c) Comisión revisora: Esta comisión está compuesta de una persona

que elegirá el juez, dentro de la lista que para ese efecto le haya

comunicado el Ministerio de Economía y de dos de los principales

acreedores del proponente del convenio. Si el proponente fuere un

banco, empresa de seguros o de fianzas, la comisión revisora será

integrada con un representante de la Superintendencia de Bancos y

dos de los principales acreedores.

d) Depositario Provisional: Es la persona que interviene en las

operaciones del deudor y deposite en uno de los bancos nacionales,

113

la parte libre de las entradas, deducidos los gastos ordinarios del

negocio y los de alimentación del deudor y su familia.

e) El juez, los notificadores, comisarios, secretarios de los juzgados, no

son partes procesales, son sujetos auxiliares de la administración de

justicia.

En cuanto a los efectos de la declaratoria de concurso, en la legislación

guatemalteca ocurre que el deudor puede hacer cesión de bienes a sus

acreedores cuando se encuentre en la imposibilidad de continuar sus

negocios o de pagar sus deudas. Ahora bien la cesión judicial de bienes

debidamente aprobada, produce los efectos siguientes:

a) La separación del deudor de la administración de sus bienes, quien

no podrá recibir pagos válidamente;

b) La liquidación de los negocios del deudor, la realización de los

bienes cedidos, y el pago y cobro de las deudas;

c) La suspensión definitiva de las ejecuciones entabladas contra el

deudor y de los intereses respectivos, por créditos no garantizados

por hipoteca, sub-hipoteca o prenda; y

d) La extinción de las deudas en virtud de los pagos que se hagan

aunque lo que alcance cada acreedor no baste para el pago total,

siempre que el que haga la cesión sea una persona individual.

Si fuere una sociedad y sus bienes no alcanzaren el pago total, subsistirá la

responsabilidad de los socios conforme el contrato y la naturaleza de la

sociedad.

En la legislación centroamericana se determinó que tanto el deudor

(concurso voluntario), como sus acreedores (concurso necesario y quiebra)

pueden promover estos procesos:

114

a) Cuando exista el peligro de consumirse gran parte del patrimonio

en cuestión;

b) Cuando el patrimonio sea absorbido en gran parte por la acción

ejecutiva de uno de los acreedores en forma individual; o

c) Cuando el deudor haya incumplido y esté por incumplir sus

obligaciones.

En las ejecuciones colectivas, todos los acreedores se encuentran en un

mismo plano, sin más preferencia que la prelación de sus créditos, por ello,

se suspenden todas las ejecuciones individuales en trámite, para

posteriormente declarar el estado del deudor (de concurso o de quiebra), y

desapoderarlo de sus bienes para su remate, con lo que se procede a la

liquidación del haber del deudor, y el producto obtenido se distribuye entre

los acreedores, en proporción a su importe y tomando en cuenta los

privilegios de sus créditos.

El Derecho Concursal como aquel conjunto de normas sustanciales y

formales de Derecho Público o Privado, que ante esta insolvencia del

deudor, regula sus relaciones con los acreedores, mediante un

procedimiento especial de ejecución colectiva que excluye procesos de

ejecución individual ordinarios, teniendo como fin la protección del interés

particular o privado de los acreedores y del interés público de la comunidad.

Lo más correcto sea entonces entender al Derecho Concursal como una

rama autónoma del Derecho Privado, desde un punto de vista objetivo dado

el interés social en la resolución de conflictos derivados de actividades

comerciales que de alguna manera sustentan la orientación liberal de la

economía social de mercado; mientras que desde el punto de vista

subjetivo, es la actividad de impartir justicia sobre casos concretos e

intereses particulares, sustancialmente la individualidad del comercio desde

la perspectiva del Derecho Privado.

115

CONCLUSIONES

1. El Derecho Concursal, como rama del Derecho Mercantil, ha sido

aplicado de tal forma que se considera como una nueva vertiente del

Derecho Romano, el cual tiene como fin principal el pago a favor del

acreedor por medio de los bienes o liquidez del deudor.

2. En materia de Derecho Concursal la normativa centroamericana lo

regula de manera diversa, toda vez en Guatemala se estudia como los

diversos concursos (concurso necesario, voluntario y de acreedores); y

por su parte Nicaragua, Honduras, El Salvador y Costa Rica lo abordan

como la quiebra.

3. Las ejecuciones especiales y la quiebra son las modalidades que la

normativa centroamericana ha plasmado como Derecho Concursal;

mecanismos aplicados en la resolución de conflictos en materia civil y

Mercantil, los cuales afectan de manera directa a la persona, sea esta

física o jurídica, en el quehacer comercial.

4. Los beneficios de la aplicación del Derecho Concursal se resumen en el

pago a favor del acreedor por parte del deudor, mediante la ejecución

de créditos, salarios, bienes, así como todo aporte necesario para

liquidar la deuda adquirida en su oportunidad.

5. La legislación guatemalteca regula lo relativo a los concursos y el

procedimiento de quiebra, como las dos vertientes en las cuales se

desarrolla el Derecho Concursal, a diferencia del resto de países

centroamericanos que se limitan a regular lo relativo a la quiebra.

116

RECOMENDACIONES

1. A los distintos organismos a cargo de la legislación en Centroamérica,

decretar, modificar o derogar, de normas que coadyuven y fortalezcan

el espíritu del procedimiento concursal y su finalidad.

2. A las Universidades Centroamericanas, implementar dentro de los

pensum de estudios, cursos relacionados con el Derecho Concursal,

que coadyuve a mejorar la capacidad profesional de los estudiantes y

futuros abogados y notarios en el tema del Derecho Concursal, por ser

novedoso y con aspectos que se generan en la realidad y que deben

regularse.

3. En el caso de Guatemala, que el Estado proporcione mecanismos

idóneos revestidos de seguridad jurídica, para asegurar el pago a favor

de los acreedores por parte de sus deudores, sean estos persona

individual o jurídica, a efecto de evitar una crisis comercial.

4. Que los legisladores centroamericanos se pronuncien respecto al

procedimiento concursal de trabajadores, por cuanto, estos son los

mayormente afectados cuando se produce la insolvencia o quiebra de

una empresa, todo lo cual debe responder a lo que inspiran los

principios laborales contenidos en la ley.

117

LISTADO DE REFERENCIAS

Bibliográficas:

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Editorial Vile, 1996.

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Comercial, Tomo I Parte General 2da. Edición, Buenos Aires, Editorial

Ediar, S.A. 1963.

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Argentina, Editorial Aleroni, 1994.

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7. Chacón Corado, Mauro. Proceso de ejecución, Guatemala, Magna Terra

Editores, 2008.

8. Colino Mediavilla, José Luis. Comentarios a la Ley Concursal Tomo I,

Madrid, Editorial Thomson Cívitas, 2004.

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12. Gadea, Enrique. Iniciación al Estudio del Derecho Concursal. España,

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13. García Sais, Fernando. Derecho Concursal Mexicano, México, Editorial

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14. Mairata Laviña, Jaime. Los efectos del concurso en la Ley Concursal,

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15. Ordóñez González, Juan Antonio. Derecho Concursal Mercantil, México,

Editorial Porrúa, 2004.

16. Ossorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, 28ª

Edición, Argentina, Editorial Heliasta, S.R.L., 2001.

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18. Rouillón, Adolfo. Régimen de los concursos, Argentina, Editorial Marqués,

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19. Serra Domínguez, Manuel. Estudios de Derecho Procesal, España, Editorial

Ariel, 1969.

20. Tonon, Antonio. El Derecho Concursal: Breve esbozo histórico, Argentina,

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21. Uría, Rodrigo y Aurelio Menéndez. Curso de Derecho Mercantil I, Madrid,

Editorial Civitas, 2001.

Normativas:

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2. Jefe del Estado de Guatemala, Decreto Ley 107, Código Procesal Civil y

Mercantil

3. Sigüenza Sigüenza, Gustavo Adolfo (Compilador), Código Civil, Decreto

Ley 106, Guatemala, Magna Terra Editores, S.A., 2010.

Electrónicas:

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2. Congreso de los Diputados y del Senado de España. Constitución

Española. 06 de diciembre de 1978. Disponible en:

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http://www.boe.es/aeboe/consultas/enlaces/documentos/ConstitucionCAST

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3. Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Sentencia del 9 de diciembre de

2002, dentro del Expediente 890-2001, Disponible en: www.cc.gob.gt.

Fecha de consulta 15 de octubre de 2011

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http://forodelderecho.blogcindario.com/2008/07/00585-codigo-civil-

espanol.html.

5. Ley 22/2003 Concursal Española, del 9 de julio de 2003. Disponible en:

http://www.boe.es/aeboe/consultas/enlaces/documentos/leyes_procesales/l

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6. Ley del Mercado de Valores Español. Ley 24/1988 del 28 de julio.

Disponible en: http://noticias. juridicas.com /base_datos/Fiscal/l24-

1988.t8.html.

7. Mancuzi, Karina Valeria. Concurso Preventivo y la Cesación de Pagos. Sin

datos de página y año. Disponible en

http://www.espaciosjuridicos.com.ar/datos/AREAS%20TEMATICAS/ECON

OMICO/concursopreventivo.htm fecha de consulta 16 de marzo de 2011.

Otras Referencias:

1. Congreso de la República de El Salvador. Código de Procedimientos Civiles

2. Congreso de la República de Honduras. Decreto Número 76, Código de

Procedimientos Comunes

3. Congreso de la República de Nicaragua. Código de Procedimiento Civil de

la República de Nicaragua

4. Congreso de la República de Costa Rica. Código Procesal Civil de Costa

Rica

5. Congreso de la República de Panamá. Código Procesal Civil

120

6. Senado de la República de los Estados Unidos Mexicanos. Código Civil

Federal Mexicano.

7. Senado de la República de los Estados Unidos Mexicanos. Ley de

Concursos Mercantiles.

8. Ricci Molina, Kenneth Eduardo. Derecho Concursal: los procedimientos

concursales. Guatemala, 2011. Trabajo de Tesis que se presenta al

Consejo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, de la Universidad

Rafael Landívar.

121

ANEXOS

1

ANEXO. CUADRO DE COTEJO DEL DERECHO CONCURSAL EN LA NORMATIVA CENTROAMERICANA

UNIDADES DE ANALISIS

INDICADORES

GUATEMALA Código Procesal Civil y Mercantil

EL SALVADOR Ley de Procedimientos

Mercantiles

HONDURAS Código de Comercio

NICARAGUA Código de Comercio

COSTA RICA Código de Comercio

Tipos de concursos

Concurso voluntario de acreedores

Art. 347

Concurso necesario de acreedores

Art. 371

No existe regulación en cuanto a los concursos

como tal, se le denomina “suspensión de pago”, de igual forma se regula lo relativo a la Quiebra:

Quiebra fortuita, Quiebra culpable, Quiebra

fraudulenta. Art. 77, 81, 82, 84 y 98

No existe regulación

relativa a los concursos, sino lo

relativo a la suspensión de

pagos y lo relativo a Quiebra.

Art.1318 y 1641

No se hace especial mención

de a los concursos. No

obstante se regula lo relativo a la

Quiebra: Quiebra fortuita, Quiebra

culpable y Quiebra

fraudulenta Art. 1047, 1087,

1088, 1089

No existe regulación en cuanto a los

concurso como tal, sin embargo se hace especial

mención a la Quiebra. Art. 851

Requisitos de declaración

Existencia de:

1. Convenio judicial (Art.

348)

2. Convenio extrajudicial

(Art. 349)

Existencia de:

1. Deudor dentro de las causales del art. 498 del Código de Comercio. Art. 78

2. Acompañamiento de pruebas. Art. 79

Presunción del comerciante en el cese de sus pagos. Art. 1319

Comerciante imposibilitado de efectuar sus pagos. Art. 1048

Casos de procedencia la quiebra y situación del comerciante para que sea declarado en quiebra. Art. 851, 854 y 862

2

Formas de declaración

Forma escrita por juez competente, llenando los requisitos establecidos en ley. Art. 351 y 352

Por escrito, a través de juez competente. Art. 88

De forma escrita, por juez competente, a solicitud de los acreedores o Ministerio Público. Art. 1325

Por escrito cuando medie solicitud de parte o de oficio cuando sea evidente la fraudulencia. Art. 1064 y 1066

Por escrito por el juez del lugar de domicilio de la empresa o lugar del negocio. Art. 856

Etapas del proceso

concursal

1. Lista de

acreedores 2. Junta de

acreedores 3. Deliberación 4. Votación 5. Aprobación de

convenio Art. 353 al 370 Art. 376, 378, 380 y 383.

1. Junta de Acreedores 2. Votación 3. Oposición 4. Sentencia

Art. 88 y 89

Solicitud de parte o Ministerio Público

Junta de Acreedores Juicio sumario ante juez competente Declaración de la quiebra y pago Art. 1325, 1326, 1327, 1382, 1665 y 1666.

Solicitud de parte Juicio ante juez competente Resolución judicial Art.1063, 1064 y 1066

Solicitud a instancia de parte Junta de Acreedores Juicio ante juez competente Declaratoria de quiebra Art. 862 al 874, 903, 905 y 907

Órganos que interviene en el

proceso

No hace especial mención.

Síndico Interventor Juez Art. 116, 117, 118 y 119.

Juez Síndico Art. 1659, 1660, 1661

No existe especial mención.

No hace especial mención.

3

Formas de liquidación

Respetando el orden de las acreedurías. Art. 392, 394 y 395.

No hace especial mención a ello, únicamente se suspenden los pagos sin establecer orden de solventar. Art. 103.

La sentencia es la que establece la forma y modo de realizar los pagos. Art. 1332, 1333

Liquidación de activos de conformidad a la gradación de acreedores. Art. 1109, 1110, 1112, 1113 y 1114

Designación de un curador propietario y de un suplente, quienes realizaran la liquidación a favor de los acreedores de conformidad con el orden de prelación. Art. 873, 873, 876, 879, 886, 888, 890 y 901

Rehabilitación

No aplica la figura de rehabilitación en los concursos, únicamente en los casos de quiebra declarada, al momento de no llegar a convenio o que no se realice el concurso necesario. Art. 379, 398, 399 y 400

No existe regulación alguna

Rehabilitación de los tipos de quebrados por medio del pago integro a los acreedores. Art. 1628 al 1631

Rehabilitación concedida por juez competente. Art. 1143 al 1149

Efectuado el pago a los acreedores se procede a la rehabilitación del quebrado. Art. 950 al 959