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Santiago, dieciséis de octubre de dos mil doce.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de
sus motivos séptimo a décimo, que se eliminan.
Y se tiene en su lugar y además presente:
Primero: Que el amparo constitucional solicitado por
Juan Pablo Pascual Beas lo ha sido en contra del actuar de
la institución de educación superior “Universidad del
Pacífico”, la cual consideró y calificó el retiro de la
hija del recurrente, de la carrera de Dirección y
Producción de Eventos, como un acto voluntario,
calificación que le permitiría, al tenor de la cláusula
quinta del contrato de prestación de servicios
educacionales suscrito por las partes el 27 de enero de
2011, cobrar todo el arancel correspondiente al año lectivo
2011.
Segundo: Que producto del contrato suscrito entre las
partes la Universidad requerida se comprometió a impartir a
la hija del recurrente durante el año académico 2011 los
estudios correspondientes a la carrera de Dirección y
Producción de Eventos, régimen diurno, fijándose un precio
ascendente a $2.252.800, suma a la cual ha de adicionarse
$255.000 por concepto de matrícula, precio que se pagaría
en 11 cuotas.
Acordaron las partes que “tanto el valor de la
matrícula como el de los servicios educacionales son
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valores y obligaciones indivisibles durante el respectivo
período académico a que se refiere la cláusula primera,
independientemente de la forma de pago de estos valores, de
tal modo que el pago de las referidas cantidades constituye
una obligación que permanece vigente para “el apoderado” y
“el alumno” durante el período de que se trata, aunque el
alumno no hiciere uso del servicio educacional contratado,
porque se retira de la Universidad del Pacífico por su
libre voluntad. (…) Consecuentemente con ello, si el alumno
se retira de la Universidad del Pacífico por su libre
voluntad, por cualquier causa, no tendrá derecho alguno ni
él ni su apoderado a exigir la devolución de todo o parte
de lo pagado en virtud de este contrato, sea por matrícula
o por servicios educacionales, debiendo además continuar
pagando íntegramente y en su oportunidad el valor total de
las cuotas pactadas que se encuentra documentadas”.
Tercero: Que al momento de analizar la conducta
realizada por la hija del recurrente y compararla con la
descrita en la norma contractual reseñada en el fundamento
precedente ha de tenerse en consideración que una acción
voluntaria es aquella que importa la facultad de decidir y
ordenar una actuación propia, es decir, se trata de un acto
que admite o rehúye una cosa o situación adoptada ella
libre de toda coacción.
Cuarto: Que con el mérito del documento agregado a
fojas 1 es posible constatar que Aranzazu Pascual Medina
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padeció, a lo menos desde el mes de abril de 2011, de un
trastorno depresivo mayor que requirió interrupción de sus
estudios, situación que fue certificada médicamente por el
psiquiatra Vicente del Solar Poblete.
Quinto: Que bajo la condición de salud mental
constatada por un facultativo especialista, la decisión de
retirarse de sus estudios adoptada por Aranzazu Pascual
Medina el año 2011 no puede ser calificada de voluntaria,
pues al momento de adoptarla su libertad se ha visto
compelida por la prescripción médica y sus particulares
condiciones de salud.
Sexto: Que importante resulta señalar que la condición
de salud que afectaba a Aranzazu Pascual Medina no era
desconocida para la Universidad recurrida, pues de hecho ya
en el mes de mayo del año en cuestión la misma había
servido de base para que la Universidad procediera a
suspender del período 2011 a la señalada estudiante, ello
según se expone en la comunicación de 25 de mayo de 2011,
denominada “Carta Res. VRA y F N° 085”, agregada a fojas
47, donde se expresa que dicha situación había sido
determinada en la “Carta Res. VRA y F N° 669” de 3 de mayo
de 2011, en el marco de lo establecido en la letra a) del
artículo 39° del Reglamento del Alumno Regular de Pregrado.
Séptimo: Que de lo dicho se deriva no sólo que al
obrar como lo ha hecho la Universidad del Pacífico ha ido
contra sus propios actos, sino que su conducta resulta
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arbitraria y ha afectado la garantía constitucional del
recurrente contemplada en el numeral 24 del artículo 19 de
la Constitución Política de la República, toda vez que
dándose los supuestos para la no aplicación de la cláusula
quinta del contrato se ha instado por la cobranza de una
obligación que se encontraba suspendida.
Octavo: Que el efecto de la suspensión en el cobro de
las cuotas en que se encuentra pactado el arancel aparece
correcto, pues como contrapartida la beneficiaria del
contrato de educación Aranzazu Pascual Medina no recibe los
servicios a los que se había obligado la Universidad, pero
la relación entre las partes subsiste hasta que las mismas
la reanuden o le pongan fin de conformidad a la legislación
común.
Y visto además lo que disponen el artículo 20 de la
Constitución Política de la República y el Auto Acordado de
esta Corte sobre la materia, se revoca la sentencia apelada
de veinte de julio de dos mil doce, escrita a fojas 90, y
se acoge el recurso de protección deducido en lo principal
de la presentación de fojas 10, debiendo cesar la recurrida
en el intento de cobro de las cuotas devengadas entre el
mes de mayo y noviembre de 2011, ambos meses incluidos, por
encontrarse suspendida la exigibilidad de las mismas, sin
costas.
Se previene que el ministro suplente señor Cerda
concurre a la revocatoria sin compartir el fundamento
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Octavo del presente acuerdo, estimando que el efecto propio
de lo obrado por la Universidad recurrida es el
enriquecimiento sin causa, por lo cual la única medida que
permite restablecer el derecho, cual es el mandato
constitucional, es dejar sin efecto las cuotas devengadas
en el período académico 2011.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del Ministro señor Muñoz.
Rol N° 6007-2012.-
Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema
integrada por los Ministros Sr. Sergio Muñoz G., Sr. Héctor
Carreño S., el Ministro Suplente Sr. Carlos Cerda F., y los
Abogados Integrantes Sr. Guillermo Piedrabuena R., y Sr.
Arturo Prado P. No firman, no obstante haber concurrido al
acuerdo de la causa, el Ministro señor Muñoz por estar con
permiso y el Ministro señor Cerda por haber terminado su
periodo de suplencia. Santiago, 16 de octubre de 2012.
Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.
En Santiago, a dieciséis de octubre de dos mil doce,
notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.
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Santiago, veinte de julio de dos mil doce.
Vistos:
A fs. 1, Juan Pablo Pascual Beas, médico, con domicilio en calle
Marchant Pereira N°201, of. 501, Santiago, interpone recurso de
protección por sí y en nombre de su hija Aránzazu Pascual Medina,
chilena, soltera, estudiante, de mi mismo domicilio en contra de la
Universidad del Pacífico, representada por su Vicerrector de
Administración y Finanzas, Ítalo Giraudo Torres, ignora profesión,
ambos con domicilio en Avenida Las Condes N°11.121, comuna de Las
Condes, en razón de estimar que esa universidad amenaza su garantía
constitucional del derecho de propiedad contemplada en el artículo 19
N°24 de la Constitución Política, al decidir que si bien ha aceptado la
solicitud de renuncia de doña Aránzazu Pascual Medina a la
universidad, resuelve que las cuotas pendientes correspondientes al
pagaré suscrito por don Juan Pablo Pascual Beas, deben ser pagadas en
forma habitual, lo que comunicó a esta última por carta de 13 de julio
de 2011, recibida con fecha 28 de julio del mismo de 2011.
Explica el recurrente que su hija Aránzazu Pascual, cursa el
segundo año de la carrera de Dirección y Producción de Eventos en la
Universidad del Pacifico, pero por prescripción médica, tuvo que
suspender su carrera a las dos semana de iniciada por una Depresión
Mayor.
Como consecuencia de lo anterior, se solicitó a la Universidad del
Pacífico la devolución de las cuotas de servicios educacionales de la 4 a
la 10, pero por carta de 13 de julio de 2011 se le señaló que sólo
procedía anular las cuotas 8 a 10 amparada en la cláusula quinta del
contrato que autoriza a retener por la universidad lo pagado por
concepto de matrícula o por servicios educacionales.
Agrega que esta cláusula quinta que permite a la recurrida retener
lo pagado y cobrar el todo en caso de retiro del alumno, no se aplica,
pues este retiro debe ser por su libre voluntad, lo que no sucede en la
especie.
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Con respecto a la garantía constitucional invocada, argumenta que ésta
habría sido violada, toda vez que la universidad ha amenazado con
cobrar dicho crédito, no obstante carecer de toda obligación correlativa,
dañando de este modo el derecho de propiedad que ambos tienen sobre
su patrimonio. Pide, en definitiva, que se restablezca el imperio del
derecho, ordenando esta Corte que se haga inmediata devolución del
pagaré a don Juan Pablo Pascual Beas, con costas.
Evacuando el informe requerido, a fs. 25, don Ítalo Giraudo Torres,
ingeniero comercial, en representación de la Universidad del Pacífico,
solicita el rechazo del recurso con expresa condena en costas, por los
fundamentos que expone. Indica que lo que la recurrente olvida es que
además del contrato, ella suscribió un pagaré, que es un documento
incausado, que no puede ser dejado sin efecto por la vía de este recurso
de protección que lo que pretende es que se declare la resciliación del
contrato suscrito entre las partes. Sostiene la improcedencia del
recurso, toda vez que su naturaleza jurídica es la de una acción cautelar
respecto de un derecho indiscutido y en la situación planteada, en
cambio, se trata de un asunto de lato conocimiento, de interpretación de
normas y no de situaciones de emergencia en que exista una violación
de derechos básicos. Cita jurisprudencia en tal sentido. Sin perjuicio de
lo anterior, la recurrida indica que las partes determinaron celebrar un
contrato solemne y que las únicas personas que pueden dejar sin efecto
dicho acto son aquellas que concurrieron a su otorgamiento,
cumpliendo con las mismas solemnidades con que se generó la
convención.
A fs. 39 se trajeron los autos en relación.
Considerando:
1°) Que para que proceda el recurso de protección, se requiere
que, efectivamente, se hayan realizado actos o incurrido en omisiones,
con carácter de arbitrarios o contrarios a la ley, que priven, perturben o
amenacen el legítimo ejercicio de un derecho del reclamante que se
encuentra garantizado y amparado por el texto constitucional.
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2°) Que el recurrente ha impugnado el acto a través del cual la
recurrida – Universidad del Pacífico - , en definitiva, acepta la solicitud
de renuncia a la carrera de Dirección y Producción de Eventos de
Aránzazu Pascual Medina, pero advierte que de acuerdo al contrato de
prestación de servicios educacionales suscrito entre las partes,
Reglamento de Admisión y Matrícula y lo prescrito en la Ley del
Consumidor, no corresponde la anulación ni devolución de los valores
de matrícula y aranceles por el período académico 2011, por lo cual las
cuotas del pagaré suscrito por su apoderado, deberán ser pagadas en
sus respectivas fechas de vencimiento.
3°) Que la recurrida indica que la alumna y su apoderado
celebraron un contrato de prestación de servicios educacionales con
dicha institución, mediante el cual se obligaron a pagar una
determinada matrícula y arancel, en razón de lo cual el apoderado,
señor Juan Pablo Pascual Beas suscribió un pagaré que se obliga a
pagar en 10 cuotas mensuales y sucesivas, habiendo transcurrido el
plazo para ejercer el derecho a retracto.
4º) Que con todo, sostiene que al no haber un derecho indiscutido
no procedería el recurso, por ser ésta una acción cautelar a través de la
cual no es posible pretender una declaración de derechos, lo que es
propio de un juicio de lato conocimiento.
5°) Que mediante el documento que rola a fojas 8, se acredita que
con fecha 27 de enero de 2011 las partes celebraron un contrato de
prestación de servicios educacionales en virtud del cual la Universidad
del Pacífico aceptó inscribir como alumna regular a Aránzazu Pascual
Beas y se comprometió a impartirle, durante el año académico 2011, los
estudios correspondientes a la carrera de Dirección y Producción de
Eventos, en régimen diurno, conforme a los planes y programas de
dicha carrera, conocidos y aceptados por el apoderado y la alumna.
Como contraprestación de este servicio, éstos aceptaron el valor de la
matrícula y arancel indicado en la cláusula segunda del contrato,
comprometiéndose a pagarlo en la forma establecida en la cláusula
tercera, que da cuenta de un plan de pago en cuotas, en el cual se prevé
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que la matrícula sea pagada a través de tarjeta de crédito y las 10
mensualidades restantes – correspondientes al arancel – por un monto
de $225.280 cada una, a través de un pagaré con vencimientos entre el
25 de febrero y 25 de noviembre de 2011.
6°) Que de acuerdo a lo estipulado en la cláusula quinta del
contrato de prestación de servicios educacionales antes referido, las
partes consintieron en que “…si el alumno se retira de la Universidad
del Pacífico por su libre voluntad, por cualquier causa, no tendrá
derecho alguno ni él ni su apoderado a exigir la devolución de todo o
parte de lo pagado en virtud de este contrato, sea por matrícula o por
servicios educacionales, debiendo además continuar pagando
íntegramente y en su oportunidad el valor total de las cuotas pactadas
que se encuentran documentadas”.
7°) Que, en ese contexto, esto es, habiendo convenido las partes
en forma expresa que el retiro voluntario del alumno no extingue las
obligaciones pecuniarias contraídas, no es posible pretender que por la
sola presentación de un certificado médico obligue a la Universidad a
aceptar la renuncia a la carrera de la alumna Pascual Beas sin pago de
sus compromisos. En efecto, el referido certificado aparece precisamente
como la comunicación de un retiro voluntario, y una solicitud en orden
a ser eliminada de sus registros curriculares a quien había aceptado
inscribir como alumna regular del plantel, comprometiéndose a
impartirle un determinado programa de enseñanza superior, toda vez
que de no hacerlo, se puede presumir que ésta habría continuado
figurando en esa condición y atendida su inasistencia a los cursos y
sistemas de evaluación respectivos, al término del período habría
resultado eliminada de la carrera al aparecer reprobando las
asignaturas o créditos correspondientes.
8°) Que lo anterior es plenamente concordante con el Reglamento
del Alumno Regular de Pregrado y el Reglamento de Admisión y
Matrícula de la Universidad del Pacífico que, conforme a lo señalado en
la cláusula sexta del contrato, forman parte integrante de éste y que
figuran entre los documentos recibidos por la alumna y su apoderada el
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mismo día 27 de enero de 2011, en la constancia computacional de los
recursos entregados al alumno, que rola a fojas 8. Así, mientras el
artículo 39 del primero de esos reglamentos determina que por renuncia
a la carrera se entenderá “el alumno que manifiesta expresamente su
voluntad de abandonar sus estudios sin ánimo de reiniciarlos”, el
artículo 17 del segundo, establece que “el alumno que anula o renuncia
a la condición de alumno regular… de acuerdo a lo establecido en el
artículo 39 del Reglamento del Alumno… deberá dar cumplimiento a lo
establecido en el respectivo contrato de servicios educacionales respecto
del pago de cuotas de arancel anual”.
9°) Que, así las cosas, el acto mediante el cual la Universidad
recurrida le informa a la alumna Pascual Medina que se mantienen
vigentes las obligaciones que emanan del pagaré suscrito por su
apoderado, no constituye ningún acto ilegal ni arbitrario, por cuanto se
ajusta a lo convenido por las partes en el contrato de prestación de
servicios educacionales celebrado, en el cual se establece, precisamente,
que el retiro voluntario del estudiante, por cualquier causa, no lo libera
de la obligación de pagar la matrícula y el arancel pactado.
No debe extrañar, por lo demás, el tenor de lo convenido entre las
partes a este respecto, ya que se debe tener presente que la institución
recurrida, como cualquier otra universidad, para dar cumplimiento a su
obligación de impartir los programas y carreras que ofrece, ha debido
definir una determinada organización académica, lo que implica la
adopción de múltiples obligaciones como la contratación de profesores,
inversión en infraestructura, gastos de administración y otros recursos
necesarios. Se entiende que la planificación realizada ha tomado en
consideración, de manera particular, los recursos provenientes del
ingreso de alumnos, lo que le da razonabilidad a la decisión de la
universidad de mantener vigentes los compromisos de pago que éstos
hubieren contraído, no obstante su retiro o abandono durante el curso
del respectivo período académico.
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10°) Que al decidir que el acto impugnado no es ilegal ni
arbitrario, resulta inoficioso analizar la presunta violación a la garantía
constitucional invocada.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y de acuerdo
con lo preceptuado en el artículo 20 de la Constitución Política de la
República y lo dispuesto en el Auto Acordado sobre Tramitación del
Recurso de Protección de las Garantías Constitucionales, se rechaza el
deducido en lo principal de fojas 1, sin costas.
Regístrese y archívese.
Redactó la abogado integrante Paola Herrera Fuenzalida.
N°12.392-2011.
Pronunciada por la Primera Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones,
presidida por el ministro don Lamberto Cisternas Rocha e integrada,
además, por el ministro don Javier Aníbal Moya Cuadra y la abogado
integrante señora Paola Herrera Fuenzalida.
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