Universidades Revista36

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    Consejo EjecutivoUnin de Universidades de Amrica Latina y el Caribe

    PRESIDENTE:Dr. Gustavo Garca de Paredes

    Rector de la Universidad de Panam

    (Panam, Panam)VICEPRESIDENTES:Vicepresidente (Regin Andina)Dr. Jaime Astudillo Romero.

    Rector de la Universidad de Cuenca(Cuenca, Ecuador)

    Vicepresidente (Regin Cono Sur)Dr. Rodrigo Arocena Linn

    Rector de la Universidad de La Repblica

    (Montevideo, Uruguay)

    Vicepresidente (Regin Centroamrica)Dr. Francisco Guzmn Pasos

    Rector de la Universidad Nacional Autnoma de Nicaragua

    (Managua, Nicaragua)

    Vicepresidente (Regin el Caribe)Dr. Rubn Zardoya Loureda

    Rector de la Universidad de La Habana

    (La Habana, Cuba)Vicepresidente (Regin Mxico)Mtro. Pedro Ortega Romero

    Rector de la Universidad de Sonora

    (Sonora, Mxico)

    Vicepresidente (Regin Brasil)Dra. Suely Vilela

    Rectora de la Universidade de Sao Paulo

    (Sao Paulo, Brasil)

    Vicepresidente de Organizaciones y RedesIng. Efran Medina Guerra

    Secretario General del Consejo Superior Universitario

    Centroamericano, CSUCA (Guatemala)

    VOCALES:Vocal de Integracin y Desarrollo InstitucionalArq. Daniel Medina Tornece

    Rector de la Universidad de Mar del Plata

    (Mar del Plata, Argentina)

    Vocal de DocenciaLic. Estuardo Glvez Barrios

    Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala

    (Guatemala, Guatemala)

    Vocal de Cooperacin y EstudioDr. Germn Anzola Montero

    Rectora de la Universidad de Ciencias Aplicadas

    y Ambientales (Bogot, Colombia)

    Vocal de Investigacin Cientfco-Tcnica

    Prof. Moiss Wasserman LernerRector de la Universidad Nacional de Colombia

    (Bogot, Colombia)

    Vocal de Organizaciones y RedesDr. Ivn Rodrguez Chvez

    Presidente de la Asamblea Nacional de Rectores del Per

    (Lima, Per)PRESIDENTE DE LA COMISIN DE DEFENSA DE LAAUTONOMA UNIVERSITARIA:Dra. Yamileth Gonzlez Garca

    Rectora de la Universidad de Costa Rica

    (San Jos, Costa Rica)

    SECRETARIO GENERAL:

    Lic. Rafael Cordera Campos(Mxico, D.F., Mxico)

    Universidades

    DIRECTORRafael Cordera Campos

    EDITORAdolfo Snchez Rebolledo

    DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES Y EDICIN

    Gisela Rodrguez Ortiz

    COMIT EDITORIALJuan Vela Valds, Rafael Cordera Campos, Jorge Horacio Gonzlez,

    Ma. Isabel Rodrguez, Juan Manuel Burga Daz, Jos Trinidad Padilla Lpez,

    Jaime Astudillo Romero, Paulo Speller, Guillermina Herrera Pea, Rafael Guarga Ferro,

    Efran Medina Guerra, Jorge Caridad Gonzlez Prez, Jos Morales Orozco,

    Ivn Rodrguez Chvez, Jos Alberto Alvarado Jimnez

    ILUSTRACIONES, FORMACIN Y TIPOGRAFAOlivia Gonzlez Reyes

    Universidades es una publicacin cuatrimestral editada por la Unin de Universidades de

    Amrica Latina y el Caribe, UDUAL, especializada en asuntos de educacin superior, en

    donde se analiza la dinmica, situacin y perspectivas en esta rea. Asmismo, conforma

    una tribuna para el pensamiento universitario en general y muy particularmente para el que

    emana de las instituciones afliadas a la Unin, por lo que el material que publicamos es

    representativo de mltiples sectores de opinin. La proyeccin de nuestra revista es hacia

    toda Amrica Latina, adems de otras instancias de Europa y Estados Unidos. Toda la co-rrespondencia deber mandarse a la jefa del Departamento de Publicaciones de la UDUAL,

    licenciada Gisela Rodrguez Ortiz al Apartado Postal 70-232, delegacin Coyoacn,

    C.P. 04510, Mxico, D.F. Tel. 5622 0097, Fax 5622 0092

    correo-e: [email protected]

    Con respecto a suscripciones y ventas, favor de dirigirse con el licenciado Alonso Lpez

    Cruz, Edifcio UDUAL, Circuito Norponiente de Ciudad Universitaria (a un costado del Estadio

    Olmpico), Mxico, D.F. Tel. 5622 0093. Fax 5616 2383.

    ISSN-0041-89351. Publicacin peridica.

    Ao LVIII, Nueva poca, n. 36, enero - abril 2008

    PORTADAUniversidad Nacional de Crdoba

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    ContenidoContenido

    3 Manifiesto Liminar de Crdoba - 21 de junio de 1918 -La juventud argentina de Crdoba a los hombres libres de Sud Amrica

    El reto de la autonoma universitaria

    YamilethGonzlezGarca

    La autonoma universitaria en el contexto actual

    carlostnnermannBernheim

    En defensa de la autonoma universitaria

    GustavoGarcadeParedes

    La autonoma universitaria

    ruBne. hall

    Autonoma universitaria: Esbozo histrico y significado

    JosWoldenBerG

    50 Aniversario de la Autonoma de la Universidad Autnoma de Quertaro, Mxico.

    Presente y futuro de la autonoma universitariaFernandoserranomiGalln

    La autonoma universitaria en Amrica Latina: Problemas, desafos y temas capitales

    adrinacostasilva

    Los retos de la autonoma universitaria en la sociedad del conocimiento

    raFaelcorderacamPosdianasheinBaumlerner

    La autonoma universitaria ayer y hoyesteBaneduardozrate

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    EditorialEditorial

    El Honorable Consejo Superior de la Universidad Nacional de Crdoba, Argentina,

    ha decidido, en saludo al 90 aniversario de la Reforma de Crdoba, reafirmar el

    compromiso de respetar los principios logrados por los reformistas el 15 de junio

    de 1918, rendir permanente homenaje a todos aquellos valientes y aguerridos estu-

    diantes que se erigieron en la vanguardia de Amrica Latina y declarar el 2008 como

    el Ao de la Reforma Universitaria.

    A tenor del aniversario 90 de la Reforma de Crdoba, en la XVI Asamblea Ge-

    neral de la Unin de Universidades de Amrica Latina y el Caribe, celebrada en

    Santaf de Bogot, Colombia, evento que se realiza cada tres aos, se organiz una

    mesa redonda conformada por rectores de las universidades afiliadas a la Unin

    para una necesaria reflexin colectiva e institucional en relacin con un tema de

    actualidad: la autonoma universitaria.

    Desde su nacimiento, la UDUAL defini su vocacin por la defensa de la autono-

    ma universitaria. La Comisin de Defensa de la Autonoma es, desde entonces,

    una comisin emblemtica. Hablar de la autonoma hoy es dejar de subrayar

    aquellos tiempos en que se le violaba por la va de la irrupcin de las fuerzas

    pblicas, generalmente sin respaldo alguno de la ley, para adentrarse en los sutiles

    terrenos de la asignacin de presupuestos y las regulaciones estatales o guberna-

    mentales de diferente tipo y calidad.

    El tema de la autonoma ha adquirido en el presente mayores complejidades que

    en el pasado. Las conferencias de los rectores, que aqu presentamos, dan cuenta

    de experiencias actuales. Adems, el lector podr encontrar aqu otras colaboracio-

    nes que se refieren tambin al mismo tema. Tiene usted en sus manos un nmeromonotemtico que esperamos sea de su inters y que contribuya a actualizar y so-

    cializar una reflexin que se ha convertido en necesidad del presente y del futuro.

    Rafael Cordera Campos

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    Hombres de una Repblica libre, acabamos deromper la ltima cadena que, en pleno siglo XX,nos ataba a la antigua dominacin monrquica ymonstica. Hemos resuelto llamar a todas las cosaspor el nombre que tienen. Crdoba se redime. Desdehoy contamos para el pas una vergenza menos yuna libertad ms. Los dolores que quedan son laslibertades que faltan. Creemos no equivocarnos. Las

    resonancias del corazn nos lo advierten: estamospisando sobre una revolucin, estamos viviendo unahora americana.

    La rebelda estalla en Crdoba y es violentaporque aqu los tiranos se haban ensoberbecido yera necesario borrar para siempre el recuerdo de loscontrarrevolucionarios de mayo. Las universidadeshan sido hasta aqu el refugio secular de los mediocres,la renta de los ignorantes, la hospitalizacin segura

    de los invlidos y -lo que es peor an- el lugar endonde todas las formas de tiranizar y de insensibilizarhallaron la ctedra que las dictara. Las universidadeshan llegado a ser as fiel reflejo de estas sociedadesdecadentes que se empean en ofrecer el triste es-pectculo de una inmovilidad senil. Por eso es que

    la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasasilenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio buro-crtico. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas alos altos espritus es para arrepentirse luego y hacerlesimposible la vida en su recinto. Por eso es que dentrode semejante rgimen, las fuerzas naturales llevan amediocrizar la enseanza y el ensanchamiento vitalde los organismos universitarios no es el fruto del

    desarrollo orgnico, sino el aliento de la periodicidadrevolucionaria.

    Nuestro rgimen universitario -an el ms re-ciente- es anacrnico. Est fundado sobre una especiedel derecho divino: el derecho divino del profesoradouniversitario. Se crea as mismo. En l nace y en lmuere. Mantiene un alejamiento olmpico. La Fede-racin Universitaria de Crdoba se alza para lucharcontra ese rgimen y entiende que en ello lleva la

    vida. Reclama un gobierno estrictamente democrticoy sostiene que el demos universitario, la soberana, elderecho a darse el gobierno propio radica principal-mente en los estudiantes. El concepto de autoridadque corresponde y acompaa a un director o a unmaestro en un hogar de estudiantes universitarios no

    MANIFIESTOLIMINARDECRDOBA- 21 DEJUNIODE1918 -LAJUVENTUDARGENTINADECRDOBAALOSHOMBRESLIBRESDESUDAMRICAEnrique F. Barros - Horacio Valds - Ismael C. Brdabehere - Gumersindo Sayago - Alfredo Castellanos - Luis M. Mndez

    Jorge L. Bazante - Ceferino Garzn Maceda - Julio Molina - Carlos Surez Pinto - Emilio R. Biagosch - ngel J. Nigro

    Natalio J. Saibene - Antonio Medina Allende - Ernesto Garzn

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    puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extraas ala sustancia misma de los estudios. La autoridad enun hogar de estudiantes no se ejercita mandando,sino sugiriendo y amando: enseando.

    Si no existe una vinculacin espiritual entre el

    que ensea y el que aprende, toda enseanza eshostil y por consiguiente infecunda. Toda la educa-cin es una larga obra de amor a los que aprenden.Fundar la garanta de una paz fecunda en el artculoconminatorio de un reglamento o de un estatuto es,en todo caso, amparar un rgimen cuartelario, perono una labor de ciencia. Mantener la actual relacinde gobernantes a gobernados es agitar el fermento defuturos trastornos. Las almas de los jvenes deben ser

    movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortesde la autoridad que emana de la fuerza no se avienencon lo que reclaman el sentimiento y el conceptomoderno de las universidades. El chasquido del ltigoslo puede rubricar el silencio de los inconscienteso de los cobardes. La nica actitud silenciosa quecabe en un instituto de ciencia es la del que escuchauna verdad o la del que experimenta para crearla ocomprobarla.

    Por eso queremos arrancar de raz en el organis-mo universitario el arcaico y brbaro concepto de au-toridad que en estas casas de estudios es un baluartede absurda tirana y slo sirve para proteger criminal-mente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahoraadvertimos que la reciente reforma, sinceramenteliberal, aportada a la Universidad de Crdoba por eldoctor Jos Nicols Matienzo slo ha venido a probarque el mal era ms afligente de lo que imaginbamos

    y que los antiguos privilegios disimulaban un estadode avanzada descomposicin. La reforma Matienzono ha inaugurado una democracia universitaria, hasancionado el predominio de una casta de profesores.Los intereses creados en tornos de los mediocres hanencontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa

    ahora de insurrectos en nombre de un orden que nodiscutimos, pero que nada tiene que seguir burlandoy embruteciendo, proclamamos bien alto el derechosagrado a la insurreccin. Entonces la nica puertaque nos queda abierta a la esperanza, es el destino

    heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejorestmulo, la redencin espiritual de las juventudesamericanas nuestra nica recompensa, pues sabe-mos que nuestras verdades lo son -y dolorosas- detodo el continente Qu en nuestro pas una ley - sedice- la ley Avellaneda, se opone a nuestros anhelos?,pues reformar la ley que nuestra salud moral lo estexigiendo.

    La juventud vive siempre en trance de herosmo.

    Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo an decontaminarse. No se equivoca nunca en la elevacinde sus propios maestros. Ante los jvenes no se hacemrito adulante o comprado. Hay que dejar que ellosmismo elijan sus maestros y directores, seguros de queel acierto ha de coronar sus determinaciones. En ade-lante slo podrn ser maestros en la futura repblicauniversitaria los verdaderos constructores de almas,los creadores de verdad, de belleza y de bien.

    La juventud universitaria de Crdoba cree queha llegado la hora de plantear este grave problemaa la consideracin del pas y de sus hombres repre-sentativos.

    Los sucesos acaecidos recientemente en laUniversidad de Crdoba con motivo de la eleccinrectoral, aclaran singularmente nuestra razn enla manera de apreciar el conflicto universitario. LaFederacin Universitaria de Crdoba cree que debe

    hacerle conocer al pas y a Amrica las circunstanciasde orden moral y jurdico que invalidan el acto elec-toral verificado el 15 de junio. Al confesar los idealesy principios que mueven a la juventud en esta horanica de su vida, quiere referir los aspectos localesdel conflicto y levantar bien alta la llama que est

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    quemando el viejo reducto de la opresin clerical. Enla Universidad Nacional de Crdoba y en esta ciudadno se han presenciado desrdenes, se ha contempla-do y se contempla el nacimiento de una verdaderarevolucin que ha de agrupar bien pronto bajo su

    bandera a todos los hombres libres del continente.Referiremos los sucesos para que se vea cuanta raznnos asista y cunta vergenza nos sac a la cara lacobarda y la perfidia de los reaccionarios. Los actosde violencia, de los cuales nos responsabilizamos nte-gramente, se cumplan como en el ejercicio de purasideas. Volteamos lo que representaba un alzamientoanacrnico y lo hicimos para poder levantar siquierael corazn sobre esas ruinas. Aquellos representan

    tambin la medida de nuestra indignacin en presen-cia de la miseria moral, de la simulacin y del engaoartero que pretenda filtrarse con las apariencias de lalegalidad. El sentido moral estaba oscurecido en lasclases dirigentes por un farisesmo tradicional y poruna pavorosa indigencia de ideales.

    El espectculo que ofreca la Asamblea univer-sitaria era repugnante. Grupos de amorales deseo-sos de captarse la buena voluntad del futuro rector

    explotaban los contornos en el primer escrutinio,para inclinarse luego al bando que pareca asegurarel triunfo, sin recordar la adhesin pblicamenteempeada, el compromiso de honor contrado porlos intereses de la universidad. Otros -los ms- ennombre del sentimiento religioso y bajo la advocacinde la Compaa de Jess, exhortaban a la traiciny al pronunciamiento subalterno. (Curiosa religinque ensea a menospreciar el honor y deprimir la

    personalidad. Religin para vencidos o para esclavos).Se haba obtenido una reforma liberal mediante elsacrificio heroico de una juventud. Se crea haber con-quistado una garanta y de la garanta se apoderabanlos nicos enemigos de la reforma. En la sombra los

    jesuitas haban preparado el triunfo de una profunda

    inmoralidad. Consentirla habra comportado otratraicin. A la burla respondimos con la revolucin.La mayora expresaba la suma de la represin, de laignorancia y el vicio. Entonces vimos la nica leccinque cumpla y espantamos para siempre la amenaza

    del dominio clerical.La sancin moral es nuestra, el derecho tam-

    bin. Aquellos pudieron obtener la sancin jurdica,empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes deque la iniquidad fuera un acto jurdico, irrevocable ycompleto, nos apoderamos del saln de actos y arro-

    jamos a la canalla, slo entonces amedrentada, a lavera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentizael hecho de haber, a continuacin, sesionado en el

    propio saln de actos la Federacin Universitaria y dehaber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitrerectoral, la declaracin de huelga indefinida.

    En efecto, los estatutos reformados disponen quela eleccin del rector terminar en una misma sesin,proclamndose inmediatamente el resultado, previalectura de cada una de las boletas y aprobacin delacta respectiva. Afirmaremos, sin temor de ser recti-ficados, que las boletas no fueran ledas, que el acta

    no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, yque, por consiguiente, por la ley, aun no existe rectorde esta universidad.

    La juventud universitaria de Crdoba afirma quejams hizo cuestin de nombres ni de empleos. Selevant contra un rgimen administrativo, contra unmtodo docente, contra un concepto de autoridad.Las funciones pblicas se ejercitaban en beneficiode determinadas camarillas. No se reformaban ni

    planes ni reglamentos por temor de que alguien enlos cambios pudiera perder su empleo. La consignade hoy para ti y maana para m, corra de bocaen boca y asuma la preeminencia de estatuto univer-sitario. Los mtodos docentes estaban viciados de unestrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la

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    universidad apartada de la ciencia y de las disciplinasmodernas. Las lecciones, encerradas en la repeticinde viejos textos, amparaban el espritu de rutina y desumisin. Los cuerpos universitarios, celosos guardia-nes de los dogmas trataban de mantener en clausura

    a la juventud, creyendo que la conspiracin del silen-cio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fueentonces cuando la oscura universidad mediterrneacerr sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros,ante el temor de que fuera perturbada su placidaignorancia. Hicimos entonces una santa revoluciny el rgimen cay a nuestros golpes.

    Cremos honradamente que nuestro esfuerzohaba creado algo nuevo, que por lo menos la ele-

    vacin de nuestros ideales mereca algn respeto.Asombrados, contemplamos entonces, como secoaligaban para arrebatar nuestra conquista los mscrudos reaccionarios.

    No podemos dejar librada nuestra suerte a latirana de una secta religiosa, ni al juego de interesesegostas. A ello se nos quiere sacrificar. El que se titularector de la Universidad de San Carlos ha dicho suprimera palabra: Prefiero antes que renunciar que

    quede el tendal de cadveres de estudiantes. Palabrasllenas de piedad y de amor, de respeto reverenciosoa la disciplina; palabras dignas del jefe de una casade altos estudios. No invoca ideales ni propsitos deaccin cultural. Se siente custodiado por la fuerza y sealza soberbio y amenazador. Armoniosa leccin queacaba de dar a la juventud el primer ciudadano deuna democracia universitaria. Recojamos la leccin,compaeros de toda Amrica; acaso tenga el sentido

    de un presagio glorioso, la virtud de un llamamientoa la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el

    verdadero carcter de la autoridad universitaria, tir-nica y obcecada, que ve en cada peticin un agravioy en cada pensamiento una semilla de rebelin.

    La juventud ya no pide, exige que se le reco-nozca el derecho a exteriorizar ese pensamientopropio en los cuerpos universitarios por medio de susrepresentantes. Est cansada de soportar a los tiranos.Si ha sido capaz de realizar una revolucin en las

    conciencias, no puede desconocrsele la capacidadde intervenir en el gobierno de su propia casa.

    La juventud universitaria de Crdoba, por inter-medio de su Federacin, saluda a los compaeros dela Amrica toda y les incita a colaborar en la obra delibertad que se inicia.

    Las rmas que rubrican el Acta de declaracin de Huelga General Univer-

    sitaria del 13 de Marzo de 1918

    Crdoba, Marzo 13 de 1918

    Ernesto Garzn, Horacio Valds, Gumersindo Sayago, Ismael Bordabe-

    here, Jorge H. Basante, Alfredo Brandan Caraffa, Luia A. Arguello, Pedro

    Gordillo, Antonio Medina Allende, Natalio Saibene, C. Artasa Rodriguez,

    Roberto Ahumada, Luis Colombo, Manuel J. Tapia

    A la derecha, La Llave, Autntica reliquia universitaria retenida por los

    estudiantes que tomaron la Casa de Trejo el 9 de Septiembre de 1918.

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    En una poca en que se clama por una sociedad delconocimiento, por una sociedad de la comunicacin,que respete la democracia, las libertades, el derechoa la diferencia, a la inclusin, a la equidad, a la nodiscriminacin, las universidades pblicas tenemosmucho que decir.

    La autonoma universitaria, como un valor irre-nunciable, es un derecho que se incluye en la Consti-

    tucin Poltica de Costa Rica de 1949 y que, aunquetradicionalmente ha sido respetado por los gobiernos,en determinadas coyunturas parece peligrar.

    Defender la autonoma es poder construir crea-tivamente, crear sin censura, transformar en conjuntolo que se considera necesario y beneficioso. Es la posi-bilidad de funcionar libremente y organizarse sin con-dicionamientos. Es investigar e incidir con la accinsocial en los mbitos que se consideren pertinentes.

    Es darse el gobierno que se juzgue conveniente sinintromisiones polticas, econmicas o culturales.

    Defender la autonoma, la independencia, lalibertad de ctedra, la autodeterminacin es defender,entonces, un principio constitucional

    que nos favorece, como instituciones pblicas, en ellogro del bien comn.

    Si queremos libertad, si queremos conservarla capacidad crtica, si queremos tomar nuestrasdecisiones sin presiones polticas ni econmicas,como universidades pblicas, debemos defenderun Fondo Estatal de la Educacin Superior (FEES)adecuado y sostenible, que haga posible el acceso y

    la participacin de los mejores estudiantes a nuestrasinstituciones sin ninguna discriminacin por condicinsocio econmica.

    Tener autonoma es garantizar la libertar depensar, de decir, diferir, comunicar, criticar y proponeren dilogo.

    Significa, adems, como lo afirma nuestro direc-tor de la Oficina Jurdica, doctor Luis Baudrit, rendircuentas de manera clara y devolverle a la comunidad

    la generosidad con que nos apoya.No se trata de negar una fiscalizacin adecuada

    posterior a las acciones, sino de no permitir jamsuna censura o condicionamiento previo.

    Hay temas como ste que la comu-nidad nacional debe tener claros para

    ELRETODELAAUTONOMAUNIVERSITARIA**

    Yamileth Gonzlez Garca *

    * Rectora de la Universidad

    de Costa Rica

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    poder debatir, combatir o resistir cuando -a veces porignorancia- el entorno amenaza con romper el pacto.Para eso somoslucem auspicio, somos universitariosy universitarias conscientes de nuestros deberes y denuestros derechos frente a la comunidad.

    La Universidad de Costa Rica y las otras uni-versidades pblicas costarricenses debemos defendernuestra independencia como instituciones y como retopersonal y para eso debemos ser conscientes de losespacios, los lmites y los desafos de la autonoma.

    Como instituciones pblicas, estatales, al serviciodel bien comn y con el claro mandato de contribuiral mejoramiento de la calidad de vida del pas, esnuestro deber actuar en defensa de este derecho y

    responsabilidad constitucional que reforzamos, da ada con un trabajo transparente, honesto, pertinentey de gran impacto social.

    Conocer los espacios de la AUTONOMIA permi-ten defenderla y, por lo tanto, defender la libertad depensar, de expresarse, informar, criticar y proponer.

    Conocer y defender la AUTONOMIA comoprincipio constitucional que favorece el logro del biencomn, es defender un trabajo independiente y la

    libertad de ctedra.Mantener la AUTONOMIA es darse la posibilidad

    de actuar con libertad y manejar el gobierno univer-sitario sin ninguna intromisin.

    Defender la AUTONOMIA es poder construircreativamente, crear sin censura y transformar enconjunto lo que se considere necesario.

    En el pasado nuestras instituciones han cedidoespacios que nos competen con tal de evitar la pol-

    mica; con tal de lograr trmites ms rpidos perdimosel camino trazado y ahora necesitamos recuperarlo.

    Un poco de historia

    La Universidad de Costa Rica (1940), institucinbenemrita de la educacin y la cultura, se cons-truye como una institucin pblica, al servicio del

    bien comn, una institucin humanista, cualitativa,tica, crtica y como universidad general, una en sudiversidad.

    La primera institucin de estudios superiorescostarricense, la Universidad de Santo Toms, esclausurada en 1888, por el entonces Ministro deEducacin Mauro Fernndez, con el propsito defortalecer los niveles de educacin primaria y secun-daria. Durante los aos siguientes algunos colegios

    profesionales continan con la formacin y no eshasta el 20 de agosto de 1940, que se firma la LeyOrgnica que crea la Universidad de Costa Rica comoente de carcter autnomo. Nueve aos despus, en1949, la Asamblea Constituyente eleva la autonomauniversitaria a rango constitucional.

    La historia de la Universidad de Costa Rica,una historia de transformaciones y actualizacionesconstantes, no habra sido la misma si la Comisin

    Redactora del Proyecto de Constitucin Poltica y laAsamblea Nacional Constituyente de 1949 no hubie-ran promulgado la autonoma universitaria y concre-tado el papel que, en su criterio, le tocaba desempeara la institucin dentro del Estado costarricense.

    Entre los constituyentes que ms se destacarondebemos recordar a tres rectores, el de aquel enton-ces don Fernando Baudrit y luego Rodrigo Facio yCarlos Monge, entre otros notables que en diferentes

    momentos impartieron lecciones en la Universidadde Costa Rica.

    En largas y acaloradas discusiones sobre educa-cin, formacin de formadores, proteccin a los estu-diantes de escasos recursos, enseanza de la religin,responsabilidades gubernamentales en cuanto a la

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    enseanza los diputados constituyentes analizaronla nocin de autonoma universitaria desde diversosngulos y consideraron que implicaba libertad perocon responsabilidad. Que implicaba rendicin decuentas puesto que la universidad se mantendra con

    rentas del Estado, con fondos pblicos provenientesde impuestos de todos los costarricenses. Por autno-ma que sea la Universidad, deber decir, al igual quetodas las instituciones del pas, cunto gasta y en qulo gasta, afirma el escritor Luis Dobles Segreda.

    Para los constituyentes es claro que deben con-templarse las finanzas de todos los niveles educativosy la incidencia que deben tener los ministros de Edu-cacin y Hacienda -no la Oficina de Presupuesto- , en

    la distribucin de presupuesto. La Contralora Generalde la Repblica se destaca como la instancia encar-gada de la fiscalizacin y el control de los dineros dela Hacienda Pblica.

    Para Fernando Baudrit, quien defiende unapropuesta integral para la Universidad de Costa Ricaque dirige en aquel momento, se debe hablar de trestipos de autonoma: la autonoma administrativa, en-tendida como la capacidad de organizarse libremente

    y darse gobierno propio; autonoma econmica, elEstado debe dotar (subsidiar) a la institucin conrentas suficientes para su funcionamiento y autonomadocente, entendida fundamentalmente como libertadde ctedra, de expresin de pensamiento.

    Rodrigo Facio habla con vehemencia de lanecesidad de otorgar a la Universidad de Costa Ricade una autonoma administrativa, una autonomafuncional y una autonoma financiera, de una institu-

    cin independiente, sin ingerencia del poder polticoestatal.

    Varios artculos de la Constitucin se refierenal mbito educativo, pero son tres los que, en estemomento me resultan los ms pertinentes:

    Aquel en que se da plena libertad para ensear:La libertad de ctedra es principio fundamental de laenseanza universitaria, entendida en varias vas: como una potestad de definir los contenidos, es-

    trategias, metodologas de enseanza, sin tomaren cuenta poderes externos,

    como facultad de los acadmicos de expresar susideas dentro del aula o de la institucin y

    como coexistencia de diferentes corrientes de

    pensamiento.El artculo 88 de la Constitucin que exige la

    participacin de la universidad en la Asamblea Le-gislativa, cuando se trata de temas que le competen:Para la discusin y aprobacin de proyectos de leyrelativos a las materias puestas bajo la competenciade la Universidad de Costa Rica, o relacionadas di-rectamente con ellas, la Asamblea Legislativa deberor previamente al Consejo Universitario.

    Y el 84 que concede la autonoma, reformadopor ley 5697, del 9 de junio de 1975, para incluir alas otras instituciones pblicas de educacin superior:la Universidad Nacional y el Instituto Tecnolgico deCosta Rica (un ao despus, 1976, se crea la Univer-sidad Nacional a Distancia).

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    "La Universidad de Costa Rica es una institucinde cultura superior que goza de independencia parael desempeo de sus funciones y de plena capacidad

    jurdica para adquirir derechos y contraer obligacio-nes, as como para darse su organizacin y gobierno

    propios. Las dems instituciones de educacinsuperior universitaria del Estado tendrn la mismaindependencia funcional e igual capacidad jurdicaque la Universidad de Costa Rica.

    El Estado las dotar de patrimonio propio ycolaborar en su financiacin".

    A partir de esta declaracin de independenciauniversitaria, en el decir de algunos, no sobera-na, en diferentes coyunturas histricas se desata la

    polmica y de nuevo se busca ajustar la definicinde autonoma.

    Es importante, entonces, comentar que la nocin-ms que definicin- de los espacios y los lmites de laautonoma universitaria es, sin duda, una construc-cin colectiva, que trasciende las palabras concretasy se interpreta una y otra vez.

    Por esa razn es imperativo revisar algunostextos universitarios producidos en torno a la auto-

    noma, los especficos de la Oficina Jurdica y de laOficina de Contralora Universitaria, observacionesde la Procuradura y otras de la Contralora Generalde la Repblica, alguna jurisprudencia, en especiala producida por nuestra llamada Sala IV o SalaConstitucional.

    El anlisis general de los distintos textos lleva avarias conclusiones interesantes:

    - relativamente existen pocos estudios y jurispruden-

    cia concreta en torno al tema en el pas,- las fuentes como criterio de verdad se repiten

    una y otra vez,- las interpretaciones varan de acuerdo con lo

    que el (los) autores intenten: probar, justificar oconvencer,

    - la mayor parte de las interpretaciones se hacencomo respuesta a una solicitud institucional con-creta, a una denuncia especfica o a la necesidadimpuesta por un tema de actualidad determi-nado,

    - aunque predomina el material elaborado por abo-gados, el tema es tratado tambin por cientficossociales, filsofos o lingistas,

    - los comunicados y la prensa reiteran los mismosargumentos,

    - se pueden establecer, como lo veremos, algunasambigedades y contradicciones en el manejode la informacin, provocadas bsicamente, porla interpretacin de la independencia o auto-

    noma universitaria, para unos completa y paraotros parcial.As que hablar de autonoma universitaria im-

    plica, adems de una declaracin de principios, undilogo permanente con el contexto. Es evidente queson las coyunturas particulares las que condicionanlgidas discusiones, donde la autonoma universitariase esgrime como argumento para ganar una luchao se restringe con el propsito de fundamentar una

    restriccin.En nuestro criterio, en los ltimos aos son dos

    los grandes ncleos polmicos que llevan a replantearlos espacios y lmites de la autonoma universitaria:

    1. Las complejas pero exitosas negociacionesdel Fondo Estatal para la Educacin Superior que serealizan entre los ministros de Educacin, HaciendaPlanificacin y Presidencia y los rectores de las cuatrouniversidades pblicas costarricenses. Recordemos

    que las instituciones firmamos un Convenio deCoordinacin de la Educacin Superior UniversitariaEstatal en Costa Rica, en 1974 que se reforma en1982 y en l se regulan aspectos de coordinacin parael ejercicio conjunto de la autonoma universitaria endiversos mbitos. OPES-CONARE elabora el Plan

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    Nacional de Educacin Superior Estatal, distribuyeel Fondo Especial para el Financiamiento de la Edu-cacin Superior Universitaria Estatal, establecido enel Artculo 85 de la Constitucin Poltica, y suscribe eltrabajo a partir de los valores de transparencia, com-

    promiso, excelencia, respeto y responsabilidad social.En algunos momentos, el CONARE ha enfrentadoen conjunto intromisiones o intentos de restringir losfondos de funcionamiento, lo que se considera lesionala autonoma universitaria.

    2. Los planteamientos de la Contralora Generalde la Repblica -en ocasiones la Procuradura y laOficina de Contralora Universitaria- en relacin conla forma de ejercer el poder de fiscalizacin y control

    sobre la Universidad de Costa Rica, asimilndola a lasinstituciones autnomas o semi-autnomas, sin tomaren cuenta su condicin especial dada por la Consti-tucin. Sin tomar en cuenta que la independencia delas universidades es ms amplia que la garanta quecubre a las instituciones autnomas.

    La especificidad y amplitud de la autonoma nosexime no slo de la direccin del Poder Ejecutivo,sino tambin de la Asamblea Legislativa en cuanto a

    la regulacin del servicio. La autonoma permite a laUniversidad autodeterminarse, adoptar sus planes,programas, presupuestos, organizacin interna y dar-se su propio gobierno, definiendo, adems, cmo sedistribuyen sus competencias en el mbito interno.

    Para la Contralora Universitaria (La autonomauniversitaria. Sus alcances y sus lmites, febrero 2007)es fundamental aclarar en qu aspectos y frente aquines la universidad es autnoma, es decir no

    consideran la autonoma per se, sino ajustada alas regulaciones que la Constitucin Poltica le marcaa las instituciones autnomas.

    La autonoma es relativa a un sujeto de derechopblico, en tanto la universidad es estatal y, en nuestrocaso, es de orden constitucional. Desde lo jurdico,

    la autonoma consiste en su capacidad de darse supropia ley y regir su comportamiento por sus propiasnormas.

    Tanto para Eduardo Ortiz como para Jorge En-rique Romero -dos de nuestros juristas de la Facultad

    de Derecho- la clave de la autonoma est en lo aca-dmico: las funciones sustantivas de la Universidad:docencia, investigacin, accin social y cultura.

    Eduardo Ortiz en un artculo sobre AutonomaAdministrativa seala los aspectos de la legislacingeneral que nos ataen: De este modo quedan su-

    jetos a las normas de la Asamblea, el rgimen de suspropiedades, la regulacin del trnsito por sus calles,los delitos cometidos dentro de sus aulas y, en general,

    toda conducta del estudiante o del profesor dentro dela Universidad que coincida con una hiptesis legal,distinta de la enseanza acadmica.

    Hace ya mucho tiempo que la UCR no tieneproblemas para establecer contratos con terceros,para adquirir bienes y servicios, con un refrendode la Contralora que resulta un trmite normal, elproblema es que esta concesin se convierte en unapuerta para otras interferencias que s podran atentar

    contra la independencia universitaria. Es claro que lasrelaciones UCR-Contralora General estn reguladaspor la Constitucin poltica y no por disposicioneslegislativas, ni ninguna otra normativa o disposicininterna. El fortalecimiento de los poderes contralo-res lleva a esa instancia a emitir normas generalesque le permiten intervenir en todo lo que consideraHacienda Pblica, incluso a imponer criterios en latoma de decisiones, esto podra significar restringir o

    limitar la capacidad jurdica que tiene la UCR paradarse su propio gobierno y organizacin. Adems,el rgido control en materia presupuestaria y la ideade que la institucin debe plegarse a sus criterios einterpretaciones puede llevar a trabar, retrasar e in-

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    cluso paralizar las actividades acadmicas sustantivas(docencia, investigacin y accin social).

    En varias ocasiones la lucha por la autonomase desata internamente frente a lo que algunos con-sideran una intromisin en los asuntos universitarios:

    para slo poner un ejemplo, en el 2001, se pretendaexigir a la institucin que el nombramiento del con-tralor universitario y el sub-contralor (auditor internoy sub auditor) fuera por plazo indefinido, cuando lanormativa del Consejo Universitario seala, clara-mente, que se har por un periodo de seis aos -nocoincidente con los cambios de la Rectora y otrosnombramientos de autoridades universitarias que sedan cada cuatro aos. Esta discusin lleva a plantear-

    se los lmites de la autonoma organizativa, otorgadapor la Constitucin.

    Otro tema extremo es el de la llamada extrate-rritorialidad universitaria que impida una posibleintervencin del gobierno en la universidadcon el ingreso de autoridades policialesal campus. Para quienes defiendenesta propuesta la polica nopodra ingresar ni siquiera

    -como lo ha hecho- encoordinacin con losencargados de la se-guridad universitaria,para cumplir con sudeber de lucha con-tra la delincuencia(robos, daos a lapropiedad).

    Si bien la auto-noma universitariaimplica la no inter-

    vencin del gobier-no, no est exentade rendir cuentas, de

    someterse a la fiscalizacin y control de los dinerospblicos por parte de la Contralora General de laRepblica, informando de manera documentadacmo han sido utilizados los recursos estatales yno permitiendo limitaciones, controles, ni trmites

    (censuras?) previos, como sera el caso de las insti-tuciones autnomas tal y como lo fija la ConstitucinPoltica.

    El doctor Luis Baudrit Carrillo, Director de laOficina Jurdica, mantiene una posicin fuerte sobrelo que significa la autonoma universitaria.

    Afirma el doctor Baudrit que no se trata dequerer salirse del rgimen general aplicable a las otrasinstituciones generales, puesto que nadie se puede

    salir de donde nunca, por constitucin, ha estado. Elproblema en su concepto han sido algunas interpreta-

    ciones de otras instancias universitarias.(OJ-0498-2005).

    En su criterio (OJ-1073-2006) Los principios y

    procedimientos conteni-dos en la Ley Gene-

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    ral de Control Interno no son directamente aplicablesal mbito propio de la Universidad de Costa Ricadebido a la independencia de funciones y a la plenacapacidad jurdica otorgadas por la Constitucin Po-ltica. Sin embargo, la Universidad s puede aplicarlos

    por analoga, siempre que no rian con el gobiernoy la organizacin que la Universidad se ha dado a smisma.

    Adems concluye: No puedo admitir que, sopretexto de vigilar la Hacienda Pblica, la ContraloraGeneral de la Repblica -o la Oficina de ContraloraUniversitaria- vengan a convertirse en superiores

    jerrquicos de la Universidad de Costa Rica, inva-diendo sus competencias, limitando sus legtimas

    atribuciones e imponindole deberes u obligacionesde cumplimiento inexorable. (OJ-29-2007)

    Es interesante que en las diferentes polmicassobre autonoma universitaria, sta se define en rela-cin con otras nociones que le ataen ms o menosdirectamente: libertad de pensamiento, libertad deexpresin, libertad de ctedra, autocontrol, autodefi-nicin, autodeterminacin, independencia, soberanauniversitaria.

    El doctor Baudrit C, Director de la OficinaJurdica, en su trabajo Repensar la autonoma dela Universidad de Costa Rica, marzo 2005, sealaque, aunque la Universidad de Costa Rica ha venidodesarrollando sus actividades dentro de un ampliomargen de libertad y podra decirse que en nuestropas el tema de la autonoma universitaria no hatenido problema de relevancia.

    El Voto 1313-93, de la Sala Constitucional es

    uno de los ms completos sobre autonoma universi-taria, habla de autodeterminacin referida a planes,programas, presupuestos, organizacin y gobierno yexige independencia para cumplir su misin:

    Son estas las modalidades administrativa,poltica, organizativa y financiera de la autonoma

    que corresponde a las universidades pblicas. Laautonoma universitaria tiene como principal finali-dad, procurar al ente todas las condiciones jurdicasnecesarias para que lleve a cabo con independenciasu misin de cultura y educacin superiores. la

    universidad, como centro de pensamiento libre, debey tiene que estar exenta de presiones o medidas decualquier naturaleza que tiendan a impedirle cumplir,o atenten contra ese, su gran cometido.

    La misma resolucin, mencionada prcticamenteen todos los documentos que se refieren a autonomaa partir de entonces, hace referencia a otros aspectosfundamentales:

    La autodeterminacin

    (La Universidad cuenta) con todas las faculta-des y poderes administrativos necesarios para llevaradelante el fin especial que legtimamente se les haencomendado; que pueden autodeterminarse, en elsentido de que estn posibilitadas para establecersus planes, programas, presupuestos, organizacininterna y estructurar su gobierno propio.

    La normativa

    Tiene poder reglamentario (autnomo y de

    ejecucin);La estructuracin

    Puede autoestructurarse, repartir sus competen-cias dentro del mbito interno del ente,

    La desconcentracin y el personal

    La universidad puede desconcentrarse en lojurdicamente posible y lcito, regular el servicioque prestan, y decidir libremente sobre su personal(como ya lo estableci esta Sala en la resolucin No.

    495-92).

    Universidad: ms all de la docencia

    La Universidad no es una simple institucin de en-seanza (la enseanza ya fue definida como libertadfundamental en nuestro voto nmero 3559-92), pues

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    a ella corresponde la funcin compleja integrantede su naturaleza, de realizar y profundizar la inves-tigacin cientfica, cultivar las artes y las letras en sumxima expresin, analizar y criticar, con objetividad,conocimiento y racionalidad elevados, la realidad

    social, cultural, poltica y econmica de su pueblo y elmundo, proponer soluciones a los grandes problemasy por ello en el caso de los pases subdesarrollados,o poco desarrollados, como el nuestro, servir de im-pulsora a ideas y acciones para alcanzar el desarrolloen todos los niveles (espiritual, cientfico y material),contribuyendo con esa labor a la realizacin efectivade los valores fundamentales de la identidad costa-rricense, que pueden resumirse, segn se dijo en el

    voto que se acaba de citar, en los de la democracia,el Estado Social de Derecho, la dignidad esencial delser humano y el sistema de libertad, adems dela paz (artculo 12 de la Constitucin Poltica), y la

    Justicia (41 dem); en sntesis, para esos propsitos escreada, sin perjuicio de las especialidades o materiasque se le asignen, y nada menos que eso se esperay exige de ella.

    En criterio del Baudrit (Repensar la autonoma

    de la Universidad de Costa Rica, 2005), la UCR noes una institucin autnoma (que en la definicincostarricense tiene independencia administrativa,pero est sujeta a la ley en materia de gobierno),ni una institucin descentralizada (depende y estsubordinada al poder ejecutivo y al poder legislativoy por tanto no goza de independencia funcional, nide plena capacidad jurdica), ni una institucin estatal(en el sentido de estar controlada, ni subordinada, ni

    ser propiedad del Estado) como cualquier otra. Esuna institucin pblica, estatal, pertenece al sectorpblico -no privado-, constituye una persona jurdicaque goza de independencia funcional del Estado. Suautonoma o independencia se refiere, a la capacidadde autogobierno, a la de darse su propia organizacin

    y a la autonoma econmica o financiera, es ampliaen el desempeo de sus funciones y debe ser respe-tada en su diferencia a nivel constitucional. Libre eindependiente no admite lmites, condicionamientoso restricciones a sus actividades acadmicas.

    3. El ltimo eje de discusin, tal vez uno delos ms controversiales, por su carcter poltico, esel Tratado de Libre Comercio con Centroamrica,Repblica Dominicana y Estados Unidos que culminacon su aprobacin en el referendo del 7 de octubredel ao en curso. La polmica en torno a la auto-noma universitaria se da durante todo el proceso,pues en diferentes momentos se intenta acallar a las

    voces disidentes al gobierno y los medios de comu-

    nicacin tradicionales. La defensa se da en torno ala autonoma, la libertad de ctedra y la libertad deexpresin, pero asume distintos matices y provocadiferentes comunicados por parte de la Rectora, elConsejo Universitario y otras instancias o personascomo reaccin a los dictmenes del Tribunal Supremode Elecciones, la Sala IV o artculos de prensa.

    La Universidad de Costa Rica asume su res-ponsabilidad histrica de analizar, discutir, proponer

    alternativas, publicar documentos sobre un Tratadode Libre Comercio que en sus principios va msall de lo meramente comercial y que exige, para supuesta en marcha cambios trascendentes en relacincon las estrategias poltico, econmico, sociales y aneducativas que tradicionalmente hemos defendido loscostarricenses. Cambios que, en criterio de algunos,podran quebrar el estado de bienestar -que sostienenalgunas instituciones autnomas, servicios pblicos

    de calidad, polticas universales- y que ha hecho denuestro pas un espacio ms distributivo y menosinjusto, ms democrtico, ms libre y ms negociadorque otros pases de la regin.

    Opone dos visiones de mundo distintas en tornoa la poltica nacional para los prximos aos: una

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    versin ms globalizada y dependiente de criteriosexternos y polticas internacionales, y una ms autc-tona, ms anclada en la cultura nacional, en la defensade los grupos ms vulnerables, en la defensa de lasinstituciones estatales que brindan servicios a toda la

    comunidad, en la no privatizacin y la lucha por loque se considera propio. La poblacin se divide enlo que se ha llamado los del s y los del no al TLC.La Universidad de Costa Rica considera fundamentalprofundizar sobre temas de importancia colectivacomo lo son: las telecomunicaciones, la salud, la edu-cacin, la constitucionalidad o inconstitucionalidaddel TLC, la propiedad intelectual, los medicamentos,la seguridad agro-alimentaria, etctera.

    Para el estudio se conforman comisiones inter-disciplinarias, con especialistas de diversas escuelas,facultades, institutos y centros de investigacin quetienen como responsabilidad analizar la situacinactual del pas, confrontarlo con lo propuesto en elTLC y realizar una propuesta concreta que permitaorientar las polticas pblicas y minimizar los efec-tos de la resolucin que, va referendun, tomen loscostarricenses. Es importante sealar que, para el

    desarrollo del tratado se habla se una agenda com-plementaria, discutida en la Asamblea Legislativa yque, en nuestro criterio, puede amortiguar o aumentarlos efectos de la decisin.

    La produccin universitaria de estas comisiones-donde a nadie se le pregunt su afiliacin poltica,ni su preferencia en el referendo- y la que se haceindividualmente o en grupos acadmicos inclina labalanza hacia una posicin crtica frente al Tratado.

    Estas investigaciones y reflexiones de la academiase ven confrontadas por otras, en general menosanalticas y completas, tambin de universitarios yuniversitarias. Muchos de los trabajos se publican ysirven de base para distintas actividades como mesasredondas, conferencias, entrevistas radiales o televi-

    sivas, artculos de prensa y algunos se convierten enespacios de controversia y de polmica entre personasy agrupaciones.

    Como una experiencia indita y muy exitosa dela Vicerrectora de Accin Social -impulsada por la

    Rectora- se integran los llamados Kioscos Informa-tivos sobre el referendo y el TLC, con acadmicos yestudiantes voluntarios del Trabajo Comunal Uni-

    versitario, a quienes se les puede reconocer hastacien horas de actividades en y con las comunidades.Todos los y las estudiantes tuvieron un proceso decapacitacin, se prepararon materiales a partir de losestudios realizados por universitarios y universitarias,se planificaron las visitas a comunidades rurales y

    barrios marginales, que con el transcurso del tiempoy los contactos se multiplicaron casi al doble. La ex-periencia resulta muy enriquecedora como proceso dedilogo, como sensibilizacin y acercamiento a las po-blaciones ms vulnerables. El objetivo fue el de llevaruna informacin clara y concisa y establecer espacioscomunicativos con diferentes poblaciones. Distinto alos Comits Patriticos que se distribuyen en todo elpas para trabajar casa a casa en contra del TLC, los

    Kioscos llaman a la participacin democrtica, expli-can los alcances del referndum y buscan el accesoy la participacin comunal para logran una votacincrtica e informada. Los miembros podan perteneceral NO o al SI, cumplir con las horas de capacitacin,participar en las estrategias comunicativas y viajar alas localidades escogidas en grupo.

    El Consejo Universitario que, igual que la Rec-tora, asume algunos temas de reflexin especficos

    que le preocupan, emite varios comunicados dondeexterna su oposicin al TLC -al igual que dos de lasotras universidades pblicas- lo que aviva la polmicaa nivel nacional. Tanto o ms que el hecho de que elrector del Instituto Tecnolgico de Costa Rica, en ese

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    momento Presidente de CONARE, sea el Presidentedel Frente Nacional anti TLC.

    Los debates son acalorados y se centran envarios temas que, de alguna manera, rozan la auto-noma universitaria o la dejan en indefensin frente a

    otras instancias y que tienen que ver con el derecho,el deber y la responsabilidad que tiene la institucincomo conciencia lcida de la patria de esclarecer,investigar, informar con criterio, criticar, expresar susideas, analizar sus pensamientos divergentes, rela-cionarse con la comunidad, de la que forma parte ya la que se debe.

    Las discusiones fundamentales se dan en torno a: los Roces Constitucionales del TLC escrito por

    una comisin interdisciplinaria y el libro posterioral fallo de la Sala Constitucional donde tres magis-trados contra dos, niegan que existan; del doctorLuis Baudrit, con el significativo ttulo de RocesConstitucionales del TLC a pesar de la Sala IV.El estudio demuestra que existen 17 roces dediferente impacto y sirve de base para dilogostan interesantes como el patrimonio marino, losmedicamentos genricos, la propiedad intelectual,

    la autonoma jurdica en el pas frente a tribunalesinternacionales.

    La inaceptable propuesta de los medios de comu-nicacin y algunas figuras polticas y empresarialesque intentan acallar a la institucin con la premisade que sta debe ser neutral. La UCR como insti-tucin diversa y responsable no puede asumir unaposicin neutra, ni indiferente. No puede negar sucompromiso, ni dejar su convencimiento de que

    no puede ni debe permanecer al margen de lahistoria.

    La inequidad o desigualdad en el proceso de re-ferendo, en relacin con los recursos econmicosinvertidos en la propaganda y en la posibilidadque le da el Tribunal Supremo de Elecciones al

    presidente de la Repblica, ministros y otros altosfuncionarios del gobierno a los que se les permiteel uso racional de los recursos pblicos a sucargo.

    Si pueden el Presidente, los ministros y vice-

    ministrros y los presidentes ejecutivos y gerentes delas instituciones autnomas participar activamenteen el proceso de Referndum sin que ello conlleve,como regla de principio, la disposicin de recursospblicos para dichos fines; en ese sentido, la particulardisposicin de vehculos, choferes y tiempo laboral,por tratarse de asuntos de ndole discrecional debeser racional y acorde con los lineamientos y directricesque estn legalmente establecidas

    El resto de los funcionarios pblicos no puedenutilizar recursos pblicos (telfono, correo electrnico,computadora, fax o cualquier otro medio, recurso oinstrumento de oficina) y deben velar por el efectivocumplimiento de los horarios de trabajo y del rgimenestatutario laboral que rigen cada una de las institu-ciones pblicas.

    Como dice la sabidura popular de los costarri-censes: tigre suelto contra burro amarrado o lo

    que es bueno para el ganso, debera ser bueno parala gansa, eso sin discriminacin de gnero.

    Esta situacin irregular afecta a las universidades,sobre todo a la UCR y el ITCR, puesto que frente aacciones especficas -conferencias, marchas, comuni-cados- se acusa a las autoridades de un uso indebidode los recursos pblicos, siendo parte fundamental dela academia, realizar foros de discusin, utilizar losrecursos informticos o el correo electrnico como

    parte de sus funciones cotidianas.Lo que ms ofende de la resolucin 1617-E-

    200 del 12 de julio de 2007, del Tribunal Supremode Elecciones es su intromisin en la independenciauniversitaria para expresar sus opiniones y criterio yla sugerencia de que la autonoma: no puede bajo

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    ninguna circunstancia servir de motivo para ocultaro disimular un inadecuado control y utilizacin derecursos pblicos.

    Lesiona directamente la autonoma universitariael hecho de que el Tribunal seale que: Tampoco es

    permitido que dicha Casa de Enseanza realice en susauditorios, conferencias que conlleven, tendenciosa-mente, a fines propagandsticos a favor o en contrade la consulta, salvo que se trate de actividades, foroso debates, que sirvan exclusivamente para informardel tema

    No resulta claro por qu el Tribunal Supremo deElecciones se refiere a la Universidad de Costa Ricaen particular, si ya en el reglamento de referndum

    y en la resolucin 1119-E-2007 de mayo, se habadeterminado que las responsabilidades, derechos ylmites de todos los y las funcionarias pblicas.

    La Universidad de Costa Rica (afirma el comuni-cado de la Rectora no como la respuesta al Tribunal)-como institucin y como individualidades- tiene dere-cho a expresar libremente su pensamiento, sus ideas,sus opiniones favorables o desfavorables sobre asun-tos de inters nacional. Tiene la facul- tad y

    la obligacin de analizar asuntosque ataen al bien comn ytransferir sus criterios a laopinin pblica. El Tribunalcalifica y levanta dudasal referirse a conferenciasque conlle- ven, tenden-ciosamente, a fines pro-pagandsticos o cuando

    sugiere que nuestra inde-pendencia no puede

    servir de motivo para ocultar o disimular un inade-cuado control y utilizacin de recursos pblicos.

    El pensar diferente o debatir ideas no implicaser tendencioso o propagandstico y nadie tienederecho a sugerir un uso inadecuado de los fondos

    pblicos sin pruebas. En la UCR no aceptamos la cen-sura, ni las acusaciones veladas. No admitimos que secuestione la utilizacin del telfono o el Internet paraexpresarnos, ni podemos admitir que se nos impidaexponer nuestros puntos de vista igual que lo hacenotros sectores pblicos y privados.

    En reunin de Consejo de Rectora ampliado,ms de 110 autoridades universitarias vice-rectores,directores, decanos, sub-directores sin importar su

    adscripcin al S o el NO al TLC, firman un comuni-cado defendiendo la autonoma universitaria frente alos ltimos acontecimientos. En l se reafirma, frentea la comunidad nacional, el principio constitucionalde autonoma universitaria como garanta para larealizacin efectiva de los mandatos que la sociedadle ha encomendado a la Universidad de Costa Rica,se reclama el respecto a la libertad constitucional dectedra, como principio fundamental de la ensean-

    za universitaria y repudian los intentos abiertos oencubiertos de censurar las diversas acciones que ha

    venido realizando la Universidad de Costa Rica entorno a la discusin del TLC.

    El Consejo Universitario en sesin5175, del 26 de julio, rechaza cualquier

    intento de si-lenciar

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    o limitar la misin histrica de las universidadespblicas de analizar de manera crtica y propositivala realidad, de comunicar a la sociedad los resultadosde sus investigaciones y reflexiones y de utilizar susinstalaciones y recursos con esos propsitos.

    La Federacin de Estudiantes Universitariosllama a una marcha en defensa de la Autonoma,sin embargo, para ese da ya el Tribunal Supremode Elecciones haba aclarado el contenido de la re-solucin y ha dado razn a los reclamos interpuestospor la UCR.

    En la Resolucin 2018-E-2007, el TSE reco-noce que la autonoma universitaria es completa yconsidera deseable que las universidades pblicas:

    estimulen el debate nacional de las cuestiones objetode consulta popular por intermedio de actividadesque caracterizan el quehacer universitario y que lascoloca naturalmente como forjadoras de opininpblica.

    Las universidades pblicas, al servicio del me-joramiento de la calidad de vida de quienes habitannuestros pases, debemos defender la calidad, la res-ponsabilidad social, la identidad, la capacidad crtica,

    la inclusin, la democracia, la visin de derechos, elmedio ambiente, la justicia, la equidad, la libertad yla palabra y, todo esto, pasa por la independencia yla autonoma.

    Ni neutros, ni neutrales, ni indiferentes, univer-sitarias y universitarios, conocedores del entorno,comprometidos con la sociedad, responsables de lastransformaciones necesarias, creativos, ticos y com-prometidos con un pas que merece un espacio para

    pensar, disentir, imaginar y convertir las utopas y lossueos de un futuro mejor, en realidades tangibles.

    ** Conferencia impartida en la XVI Asamblea General de la UDUAL en

    Santaf de Bogot, Colombia, noviembre 2007.

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    * Presidente del Consejo

    Centroamericano de Acreditacin

    de la Educacin Superior, CAA.

    Miembro del Comit Cientfico

    de la UNESCO para Amrica Latinay el Caribe.

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    LAAUTONOMAUNIVERSITARIAENELCONTEXTOACTUAL**

    Carlos Tnnermann Bernheim *

    La palabra universidad

    Desde sus orgenes las universidades representan unapermanente aspiracin de autonoma y libertad frentea los poderes civiles, polticos o eclesisticos.

    Las primeras universidades se constituyeroncomo corporaciones, la universitas, es decir, elgremio o corporacin de los que ensean y aprenden,de los maestros y discpulos dedicados al oficio de

    aprender los saberes. Estas corporaciones nacieroncon privilegios y autonoma.

    En la Edad Media la palabra universitasservapara designar a los gremios, corporaciones o fraterni-dades integradas por personas dedicadas a un mismooficio, entre quienes caba distinguir los maestros(magistri) de los aprendices (discipuli). La totalidado corporacin de los maestros y discpulos dedicadosal oficio de aprender los saberes constituy la univer-

    sitas magistrorum et scholarium, o sea el gremio de

    mente para aludir a la universalidad de la enseanzade todas las ramas del conocimiento1.

    Los privilegios

    Constituidos en gremios o corporaciones, los maes-tros y los estudiantes se empearon en ampliar susinmunidades de parte de la Comuna y asegurarsela proteccin de las jerarquas superiores (Papa o

    Emperador) frente a cualquier intento de la Comunadestinado a limitrselas. En las repblicas italianasde esa poca, los ciudadanos no disfrutaban dederechos civiles en otras ciudades. Los extranjerosse hallaban indefensos frente a los abusos de losposaderos, comerciantes y autoridades locales. Losmiembros de la corporacin universitaria eran en sumayora extranjeros. Las primeras gestiones fueronencaminadas a asegurarles derechos similares a los

    de los ciudadanos. Pero luego, llegaron a disfrutar de

    1. Races histricas de la Autonoma Universitaria

    los maestros y discpulos, consideradosen su conjunto, con privilegios y fuerospropios. Posteriormente, el trminouniversitas sirvi para referirse a la ins-titucin como tal y slo bastante tarda-

    prerrogativas excepcionales, tales comola exoneracin de impuestos y serviciosa los que estaban sometidos los ciudada-nos corrientes; derecho a una jurisdiccinespecial, la interna de la universidad, que

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    les sustraa de la jurisdiccin de la Comuna; libertadde movilizacin, etctera.

    Las recin fundadas universidades disponan,adems, de un arma muy eficaz para defendersede los abusos de los dueos de las posadas y de las

    autoridades municipales: la dispersioo secesin, esdecir, la amenaza de trasladarse a otra ciudad que lesgarantizara sus prerrogativas.2 Como generalmenteestas corporaciones universitarias carecan de edificiospropios y de instalaciones como bibliotecas, laborato-rios, etctera, y el idioma que usaban (el latn) servaen cualquier pas, les era fcil cumplir su amenazasi las autoridades de la ciudad no las complacan.Precisamente, en los primeros siglos de la existencia

    de la Universidad, estas secesiones de estudiantes omaestros fueron una de las causas de la creacin denuevas universidades: de un xodo de estudiantes ymaestros ingleses de la Universidad de Pars surgi laUniversidad de Oxford (1167), la que, a su vez y porigual va, engendr a Cambridge (1209), una secesinde estudiantes de Bolonia dio lugar al nacimiento dela Universidad de Padua (1222); otra surgida en laEscuela de Salerno condujo a la creacin de la Uni-

    versidad de Npoles (1224), etctera.

    Los modelos

    Dos arquetipos universitarios dieron lugar a dos tra-diciones distintas: el modelo de Bolonia (universitas

    scholarium) y el de Pars (universitas magistrorum).La Universidad de Bolonia surgi del impulso deestudiantes que buscaban profesores, lo cual explicaque en su gobierno y administracin influyera nota-

    blemente el elemento estudiantil.3 Los estudiantesacudan a Bolonia de todas partes de Europa paraescuchar las explicaciones de los comentaristas oglosadores del Corpus Juris romano.

    Diferente fue el origen de la Universidad de Pars,la gran Universidad teolgica, nacida en el seno de lasescuelas catedralicias de Notre Dame, al servicio delas necesidades doctrinales de la Iglesia Catlica. Supreocupacin central fue la Teologa. No era francesa

    ni parisiense sino un elemento de la Iglesia universal.En ella predominaron los maestros, el ms clebrede los cuales fue Pedro Abelardo, quien innov losestudios superiores introduciendo el mtodo de en-sear doctrinas contrarias. La Universidad de Parsrecibi una proteccin especial de los Papas, resueltosa convertirla en la fortaleza de la fe y la ortodoxiacatlicas. Pero, por la misma razn, los pontficesse reservaron la vigilancia de su actuacin y de su

    enseanza; de ah que la universitas magistrorumestuviese sometida a la jurisdiccin del Canciller dela Catedral, a quien corresponda la direccin generalde los estudios y la designacin del rector. Esta ltimafacultad la perdi al organizarse la corporacin comola totalidad de maestros y alumnos, reservndose lasnaciones el derecho a elegir rector. Al Canciller, confunciones un tanto protocolarias, le corresponda elotorgamiento de los grados.

    El modelo de Bolonia fue imitado por la Uni-versidad de Salamanca y por la mayora de las uni-versidades de Europa meridional; el de Pars influyen la estructura de las de Europa septentrional. Lasuniversidades coloniales de Hispanoamrica, creadaspor la Corona espaola, se inspiraron en el esquemade Salamanca. En cambio, las creadas por las rde-nes religiosas generalmente siguieron el modelo dePars.

    La universidad medieval frente a los poderes ecumnicos

    Slo los dos poderes ecumnicos de la poca, el Papao el Emperador, podan otorgar a las universidades elius ubique legendi o docendi, que les facultaban paraconceder grados y licencias de validez universal. De

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    ah la importancia que tena para las corporacionesuniversitarias el reconocimiento por alguno de estospoderes, o por ambos. Adems, a ellos recurran enbusca de privilegios y de proteccin frente a los abusosde las comunas o de los obispos. Frecuentemente se

    valieron de uno u otro de los poderes ecumnicos paralograr el equilibrio que les asegurara la mayor libertadposible. En sus pugnas con los obispos, por ciertofrecuentes, la corporacin universitaria legitimaba suexistencia como entidad autnoma mediante el reco-nocimiento papal. Roma favoreci la independenciade la Universidad frente a la jerarqua eclesistica lo-cal. Si bien Roma favoreci la lnea de independenciadel Obispo, esto no signific que la Universidad gozara

    de absoluta autonoma de los poderes eclesisticos.El Papa sustrajo a la Universidad de la jurisdiccinde los obispos para ponerla bajo la jurisdiccin deRoma, reservndose la vigilancia sobre su actuaciny la posibilidad de disciplinar su enseanza.

    Ciertamente que los universitarios medievales tu-vieron que agudizar su ingenio y valerse de las luchasy rivalidades entre los distintos poderes para ejercerlibremente su oficio, lo cual no siempre consiguieron.

    Pero la resea que hemos hecho de los primeros siglosde existencia de la ms eminente institucin creadapor el hombre confirma lo que decamos al principioque desde sus orgenes las universidades encarnanuna decidida y constante vocacin de independen-cia y libertad. Como afirma el erudito Padre AlfonsoBorrero S.J., ex rector de la Universidad Javerianade Bogot:

    As lo fue la autonoma, connatural nota de la

    novedosa institucin de los siglos XII y XIII. Porque sibien es cierto que a la autonoma del saber precediel proceso de la condensacin corporativa; se hizonecesario que la universidad cumpliera internamen-te con los dictados de la ciencia y externamente lodemostrara para ganar, en beneficio suyo, el recono-

    cimiento social de su propia autonoma institucional.La autonoma fue de la institucin. Derecho con-natural; requiri, sin embargo, ejercicios meritoriosque la hicieran respetable y por ende, digno tambinel universo de los ejercicios propios y efectivas las

    normas y leyes que para s misma la universidad ibaconcibiendo.4

    Universidad y Estado

    El desenvolvimiento histrico de la universidad nosmuestra, desde sus orgenes, la tensin que ha existidoentre la autonoma de la comunidad universitaria,como institucin con fines propios, y las fuerzas socia-les, principalmente los poderes pblicos y religiosos,

    deseosos de controlarla.Desde la consolidacin de los Estados naciona-

    les, al finalizar la Edad Media europea, la tensin semanifiesta entre el Estado y la universidad, de suerteque la autonoma de sta se define principal, aunqueno exclusivamente, frente al Estado, representado porel gobierno central. En ltima instancia, la autono-ma ser desde entonces el resultado de la particularrelacin dialctica que se establece entre el Estado

    y la universidad, segn sea el contexto poltico ysocioeconmico.

    Se trata, ms especficamente, como lo sealaJos Medina Echavarra, de

    una peculiar relacin entre el poder poltico y unpoder social, entre el Estado y una institucin espi-ritual. Y esa relacin ha sido siempre, como otrastpicas de occidente, de equilibrio o, si se quiere, decompromiso. Por eso no se reduce a ser meramente

    una cuestin estatutaria o que pueda resolversede una vez por todas por un precepto jurdico. La

    verdadera autonoma deriva del mbito de libertadreconocida a la universidad por el Estado por raznde que acepta la autoridad que sta posee ya pors misma. En este sentido, perdura la autonoma

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    espiritual de la universidad an all donde se haconvertido en miembro uniforme de la actividadadministrativa del Estado. La fascinante historiade la universidad en los distintos pases es slola historia de las distintas formas que ha tomado

    esa relacin y de los delicados mecanismos deequilibrio que la han mantenido. Slo el anlisishistrico-sociolgico descubre en cada caso lascondiciones de compromiso, siempre inestable,entre las distintas fuerzas y estructuras sociales quehicieron posible la aparicin y persistencia de unmedio favorable a los afanes cientficos.5

    De ah, agregamos nosotros, que el problemade la autonoma universitaria se relacione con el ms

    amplio de la distribucin del poder en la sociedad yrequiere una redefinicin en cada poca histrica.

    La tendencia hacia el absolutismo que caracteri-z a los recin constituidos Estados nacionales, afectla autonoma de las universidades, que en muchasocasiones perdieron su tradicional independencia yfueron incorporadas al engranaje estatal. Adems,el Estado trat tambin de utilizarlas para su pro-psito de afirmacin nacional frente a los poderes

    supranacionales, que anteriormente haba otorgadosu proteccin a la universidad. En algunos casos launiversidad lleg a identificarse tan estrechamente conlos poderes constituidos que degener en instrumentode un determinado inters poltico o confesional yutilizada como mecanismo de represin en contrade la libertad intelectual y el desarrollo de la cultura,que constituyen su esencia. En esos momentos dedegradacin universitaria, los verdaderos pensadores

    y los hombres de ciencia realizaron su labor al margende las universidades.6

    En Alemania se dio un fenmeno muy especialen la relacin entre la universidad y el Estado. Elabsolutismo de los monarcas no impidi el desarrollodel espritu indagador. El caso alemn es un ejemplo

    de lo que antes decamos acerca de los delicadosmecanismos de equilibrio que muchas veces adoptala relacin Universidad-Estado. Bajo el dominio demonarquas autocrticas y en el seno de universida-des estatales carentes de autonoma fue posible un

    notable florecimiento universitario, gracias al principiode la libertad acadmica, la libertasphilosophand,caracterstico de las universidades alemanas. En laUniversidad de Halle, donde se destaca el magiste-rio de Cristian Wolf, se produce un extraordinariodesarrollo en casi todas las ramas cientficas. En laUniversidad de Gottinga (1737) se desenvuelve elsistema de enseanza a travs de seminarios, detanta importancia para el arraigo de la investigacin

    cientfica. Ms tarde, con la fundacin de la Universi-dad de Berln (1810), segn el esquema de Guillermode Humboldt, la libertas philosophandi llega a sumadurez. La estrecha relacin entre docencia e inves-tigacin en que se inspira el esquema, influye luegoen la organizacin de muchas otras universidades dediferentes partes del mundo y fue un elemento clavepara el enorme desarrollo cientfico que se produjo, apartir de entonces, en Alemania. Este esquema pas

    a los Estados Unidos cuando se cre la Escuela deGraduados de la Universidad de John Hopkins enBaltimore, Estado de Maryland.

    Autonoma y libertad de ctedra

    El caso de la universidad alemana del siglo pasadoilustra las consideraciones de quienes sostienen que lalibertad de ctedra puede existir aun sin autonoma,por lo menos sin autonoma administrativa, y de

    quienes estiman que lo fundamental en el quehaceruniversitario es la libertad acadmica. As, GermnRama nos dice que este tipo de relacin entre elpoder poltico y la institucin de la inteligencia quefundamentara la autonoma, tiene el carcter de queen ella lo esencial sera la libertad de ctedra y en un

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    grado menor el derecho de autogestin, segn fr-mulas muy variables de compromiso entre el Estadoy la corporacin acadmica, a partir de un reconoci-miento de la autoridad moral de la universidad... Lalibertad puede ser negada en la propia universidad en

    virtud de valores religiosos o polticos que sostenganlos grupos dominantes en su seno mientras que puedeestar garantizada en una universidad dentro de lacual las decisiones relativas a la estructura emanendirectamente del poder poltico central.7El educadorchileno, don Luis Galdams, partiendo del conceptode la autonoma como un medio que permite a launiversidad el cumplimiento de sus altas finalidades,sostiene que a una universidad le bastara realmente,

    para sentirse autnoma con afianzar en forma inva-riable la libertad de la docencia, porque sobre ellahabr de edificarse toda su obra.8

    Conviene reflexionar un poco ms sobre estepunto de las relaciones entre la autonoma universita-ria y la libertad de ctedra, que forma parte de la re-lacin ms general entre la universidad y el Estado.

    En el mundo de habla inglesa, advierte RisieriFrondizi, se confunde con frecuencia la autonoma

    con la libertad acadmica o libertad de ctedra.Se habla de ambas como si se tratara de la mismacosa. Es cierto que los dos principios estn relacio-nados, pero no se les debe confundir. La distincines sencilla: la autonoma se refiere a las relacionesde la universidad con el mundo externo y enparticular con el gobierno. La libertad de ctedra,en cambio es un problema interno. Puede haber,por lo tanto, autonoma sin que haya libertad de

    ctedra -como ocurri en Oxford a principios delsiglo XIX- y libertad de ctedra sin autonoma,como sucedi en las universidades prusianas delsiglo pasado.9

    Pero, evidentemente, la mejor garanta de lalibertad de ctedra es una amplia autonoma. En

    Amrica Latina la experiencia nos ensea que sinautonoma es difcil que florezca una autntica libertadde ctedra.

    Pareciera que la autonoma es su atmsferanatural. Adems, en nuestro continente, no basta la

    autonoma docente, sino que es necesario que estase extienda a lo administrativo y financiero para ga-rantizar el cabal ejercicio del oficio universitario, quepara su desenvolvimiento requiere una atmsfera delibertad, en todos los aspectos.

    El caso particular de la universidad en Amrica

    Latina

    La universidad colonial hispnica fue seorial y clasis-

    ta, como la sociedad a la cual serva y de la que eraexpresin. Creada dentro del contexto de la polticacultural trazada por el imperio espaol, tuvo comomisin atender los intereses de la Corona, la Iglesiay las clases superiores de la sociedad.

    En cuanto a su organizacin, Salamanca y Alcalde Henares, las dos universidades espaolas msfamosas de la poca, fueron los modelos que inspira-ron las fundaciones universitarias del Nuevo Mundo,

    siendo el de Alcal el ms imitado. Entre ambosmodelos existieron diferencias bastante significativas,que se proyectaron en sus filiales de Amrica, dandolugar a dos esquemas universitarios que en ciertomodo prefiguraron la actual divisin de la educacinuniversitaria latinoamericana en universidades es-tatales y privadas (fundamentalmente catlicas).La Universidad colonial no goz de autonoma plena,pero en las que siguieron el modelo de Salamanca sus

    claustros elegan a sus autoridades y disfrutaron de uncierto grado de autonoma asediada por las constantesintervenciones de los Virreyes, que trataban de con-trolarla. En el caso de las confesionales, que siguieronel modelo de Alcal de Henares, las intromisionesprovenan de la autoridad eclesistica.

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    A raz de la independencia, la adopcin del es-quema napolenico en Amrica Latina no produjolos frutos esperados y fue ms bien contraproducen-te. En primer lugar, destruy el concepto mismo deUniversidad, desde luego que la nueva institucin nopas de ser ms que una agencia correlacionadora defacultades profesionales aisladas. En segundo trmino,

    hizo an ms difcil el arraigo de la ciencia en nuestrospases, desde luego que el nfasis profesionalista pos-terg el inters por la ciencia misma. La universidadlatinoamericana que surgi del injerto napolenicoprodujo posiblemente los profesionales requeridospor las necesidades sociales ms perentorias, queasumieron la tarea de completar la organizacin de lasnuevas repblicas, pero estos graduados fueron, pordefecto de formacin, simples profesionales, sin duda

    hbiles en su campo profesional, mas no universitariosen el pleno sentido de la palabra. La burocratizacinde la universidad en el pleno sentido de la palabra. Laburocratizacin de la universidad y su supeditacin alEstado acab tambin con la menguada autonomaque hasta entonces haba disfrutado.

    2. Breve evolucin del concepto de autonoma universitaria

    en Amrica Latina. La autonoma con responsabilidad social

    La Reforma de Crdoba

    La llamada Reforma de Crdoba de 1918, que en

    el 2008 cumplir 90 aos, fue el primer cuestiona-miento a fondo de nuestras universidades y sealael momento histrico del ingreso de Amrica Latinaen el siglo XX y del ascenso de las clases mediasurbanas que, en definitiva, fueron las protagonistasdel Movimiento.

    La Reforma de Crdoba replante las relacionesentre la universidad, la sociedad y el Estado. HastaCrdoba, la universidad y la sociedad marcharon

    sin contradecirse, pues durante los largos sigloscoloniales y en la primera centuria de la Repblica,la universidad no hizo sino responder a los interesesde las clases dominantes de la sociedad, dueas delpoder poltico y econmico y, por lo mismo, de launiversidad. El Movimiento de Crdoba fue la pri-mera confrontacin en una sociedad que comenzabaa experimentar cambios en su composicin interna,una universidad enquistada en esquemas obsoletos.

    Si la Repblica trat de separar la universidad de laIglesia, mediante la adopcin del esquema napole-nico que, a su vez, la supedit al Estado, Crdobatrat de separarla del control del Estado mediante unrgimen de autonoma.

    El concepto de autonoma sustentado por elmovimiento reformista era muy amplio: implicaba elreconocimiento del derecho de la comunidad universi-taria a elegir sus propias autoridades, sin interferencias

    extraas; la libertad de ctedra; la designacin de losprofesores mediante procedimientos puramente aca-dmicos que garantizaran su idoneidad; la direcciny gobierno de la institucin por sus propios rganosdirectivos; la aprobacin de planes y programas deestudio; elaboracin y aprobacin del presupuesto

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    universitario, etctera. Incluso se lleg a recomendarla bsqueda de un mecanismo que permitiera a launiversidad su autofinanciamiento (autarqua patri-monial), con el fin de evitar las presiones econmicaspor parte del Estado, o de las otras fuentes de ingresos,

    que en determinado momento podan hacer irrisoriala autonoma formal. Ms tarde, y ante las constantesamenazas de parte de las fuerzas pblicas, se incluyla inviolabilidad de los recintos universitarios, de re-conocido abolengo medieval. Con esto, el conceptode autonoma adquiri caractersticas que, en esemomento, no existan en otras partes del mundo.Seguramente, al movimiento reformista se debe elnfasis puesto en este aspecto de la vida universitaria

    latinoamericana, cuya necesidad e importancia parael desarrollo universitario y social del continente haquedado plenamente demostrada.

    Desde el grito de Crdoba, la autonoma haestado en la primera lnea de las reivindicacionesuniversitarias en Amrica Latina. Consagrada enla mayora de los textos legales y elevada en variospases a rango de precepto constitucional, su acci-dentada historia, escrita algunas veces con la sangre

    generosa de la juventud, est generalmente ligada alxito o fracaso de la democracia en nuestros pases.Representa una aspiracin permanente de los univer-sitarios latinoamericanos y una de las condiciones quedefinen su universidad. Sin embargo, no existe en laactualidad un criterio uniforme acerca del sentido yel alcance de la autonoma.

    La evolucin del concepto de autonoma universitaria

    El concepto de autonoma universitaria ha sido mo-tivo de muchos debates, tanto a nivel nacional comointernacional. Se le ha examinado desde muchos n-gulos (jurdico, sociolgico, poltico, filosfico) dandolugar a una amplia bibliografa que sera imposibleresear y analizar dentro de los reducidos lmites de

    esta ponencia. Nos limitaremos a referirnos al con-cepto que de ella se tiene en los medios universitariosy a las principales consideraciones que hoy en da sehacen acerca de su naturaleza, carcter dialctico yrelatividad, de suerte que en varias reuniones univer-

    sitarias se ha abogado por la conveniencia de llevara cabo un anlisis profundo del tema y una revisinde su conceptualizacin, a la luz de las actuales cir-cunstancias socioeconmicas y polticas.10

    En 1965, en la IV Conferencia de la AsociacinInternacional de Universidades (AIU), celebradaen Tokio, se intent, a nivel mundial, elaborar unadefinicin de lo que debe entenderse por autono-ma universitaria en la comunidad acadmica. Tras

    arduas discusiones, la Conferencia de Tokio declarque siglos de experiencia demuestran que las uni-

    versidades pueden realizar en forma satisfactoria latarea que se les ha encomendado, cuando se sientenlibres para tomar decisiones que comprenden lassiguientes reas:1. Cualesquiera que sean las formalidades para

    los nombramientos, la universidad deber tenerderecho de seleccionar su propio cuerpo de pro-

    fesores.2. La universidad deber responsabilizarse de la

    seleccin de sus estudiantes.3. Las universidades debern responsabilizarse de

    la formulacin de los currculos para cada gradoy del establecimiento de los niveles acadmicos.En aquellos pases donde los grados y ttulos parapracticar una profesin estn reglamentados por laley, las universidades debern participar de mane-

    ra efectiva en la formulacin de los currculos y elestablecimiento de los niveles acadmicos.

    4. Cada Universidad deber tener el derecho detomar las decisiones finales sobre los programasde investigacin que se llevan a cabo en su seno.

    5. La Universidad debe tener el derecho, dentro de

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    amplios lmites, de distribuir sus recursos financie-ros, entre sus diversas actividades, es decir, porejemplo, espacio y equipo; capital e inversiones.

    El Consejo Ejecutivo de la UDUAL, en 1966,hizo suya la declaracin de Tokio, agregando que la

    autonoma y su cabal ejercicio estriban tambin en elespacio del recinto universitario, que ha sido inviolabledesde hace siglos y que si ahora no lo es por dictadode la ley, s lo es por mandato de la historia y de latradicin, ya que constituye una garanta para la digni-dad de profesores y estudiantes en el libre ejercicio desu vida universitaria. Entindase, sin embargo, quela inviolabilidad del recinto universitario no significaextraterritorialidad ni mucho menos impunidad

    para delitos comunes. La fuerza pblica, previa auto-rizacin de las autoridades universitarias competentes,

    puede penetrar en los recintos universitarios cuandose trate de la comisin de delitos comunes, para loscuales la autonoma no debe servir de escudo.

    A los fines legales, la autonoma es el status queel Estado concede a la universidad para que se go-

    bierne de manera independiente en los asuntos de suincumbencia. Tales asuntos conllevan: a) Autonomapara investigar, por medio de la cual la universidadelige libremente el campo de indagacin que mejorle parezca, por encima del juego de intereses creadosde los grupos sociales; b) Autonoma para ensear,o derecho de transmitir conocimiento libremente(libertad de definir el contenido de las asignaturas);c) Autonoma administrativa, es decir, libertad para

    crear y manejar sus propios rganos de gobierno,hacer nombramientos, remociones y disponer asig-naciones, y; d) Autonoma econmica, que quieredecir libertad para elaborar el presupuesto y manejarlopara adelantar la gestin financiera, sin perjuicio de lafiscalizacin a posteriori por parte de organismos decontralora competentes, cuando se trata de fondospblicos.

    Considero conveniente reproducir aqu las

    Conclusiones del Foro Internacional sobre Auto-noma Universitaria auspiciado por la AsociacinColombiana de Universidades (ASCUN), en el mesde junio de 2004.

    La autonoma universitaria es uno de los temasms sensibles para la universidad, en el marcode las relaciones que ella mantiene con los de-ms actores sociales. En el mundo acadmico,considerado por muchos como el tercer sector,

    este cuidado por preservar, e incluso defender, elcarcter autnomo de la universidad ha sido tareaconstante a lo largo de su historia y para cadamomento, ante diversos actores que han aplica-do frmulas de intervencin tambin distintas, aligual que los argumentos esgrimidos, pero con la

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    constante de limitar las posibilidades de la accinuniversitaria buscando subordinarla a fines quele son ajenos.

    Segn este Foro, la Autonoma abarca los as-pectos siguientes:

    La autonoma de carcter acadmico, para sinte-tizar, hace referencia a la diversidad como idea, alencuentro creativo entre las diferentes escuelas depensamiento y a la concepcin de mltiples formasy metodologas para el ejercicio de la docencia ypara el desarrollo de la actividad misma del edu-cando. Seran propias de este tipo de autonoma,las siguientes facultades:a. Establecer los programas acadmicos de su

    propio desarrollo.b. Definir y organizar sus labores formativas,acadmicas, docentes, cientficas y culturales.c. Fijar los planes de estudio que regirn suactividad acadmica.d. Otorgar los ttulos correspondientes.Por otra parte, la autonoma de Gobierno

    comprende la posibilidad con la que cuenta todainstitucin universitaria para organizarse y para

    regularse, producto de la ya mencionada reflexinpermanente y profunda sobre su desarrollo vital.Como elementos de organizacin en este sentidose tiene:a. Determinar libremente sus propios estatu-tos.b. Definir su rgimen interno.c. Libertad de nombrar a sus autoridades y laparticipacin de la comunidad en los rganos

    de gobierno.Finalmente, la autonoma de carcter admi-

    nistrativo y financiero, que alude de manerafundamental, al libre y adecuado manejo de losrecursos fsicos, tcnicos y financieros, adems deestablecer los criterios de seleccin y permanencia

    del recurso humano al frente de la institucin estcontemplada en facultades como:a. Estatuir los mecanismos referentes a la elec-cin, designacin y periodo de sus directivos yadministradores.

    b. Sealar las reglas sobre seleccin y nomina-cin de profesores.c. Admitir a sus alumnos.d. Aprobar y manejar su presupuesto.11

    La autonoma que se da frente a los poderes delEstado proporciona el marco jurdico que permite elamplio ejercicio de la libertad acadmica, base detoda enseanza genuinamente universitaria. No setrata con la autonoma de crear un Estado dentro

    de otro Estado ni de contraponer un poder a otropoder. La autonoma es condicin que permite ala universidad cumplir, en la mejor forma posible,la tarea que le es propia. Impone, por cierto, seriasresponsabilidades, pues la universidad, duea de sudestino, debe responder por lo que haga en el uso ydisfrute de su libertad. El quehacer de la universidadconsiste, fundamentalmente, en el cumplimiento desus funciones, una de las cuales es, por cierto, la fun-

    cin crtica, que la autonoma debe preservar a todacosta. La autonoma no debe provoc