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Universo Centro: ¿de Medellín al mundo?
Luis Alejandro Beltrán Velásquez
Trabajo de grado para optar al título de
Comunicador Social
Periodista
Director
José Agustín Jaramillo
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Carrera de Comunicación Social
Bogotá D.C
2013
6
"La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus
tesis de grado. Sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la moral católica, y
porque las tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales. Antes bien, se vea en
ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia"
7
Bogotá, 20 de noviembre de 2013
Señor
José Vicente Arizmendi
Decano Académico
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana
Ciudad
Estimado decano:
Presento a su consideración el Trabajo de Grado titulado Universo Centro: ¿de Medellín al
mundo? desarrollado con el fin de optar por el título de Comunicador Social-Periodista.
Esta investigación ha puesto a prueba las habilidades que durante 5 he cultivado en la
universidad. Culmino este proyecto con la satisfacción de mi crecimiento como profesional y
como persona.
Agradezco eternamente a todas las personas que han hecho de este camino uno de los más
fructíferos de mi vida.
Cordialmente,
Luis Alejandro Beltrán Velásquez.
8
Cc.
Facultad de Comunicación y Lenguaje
FORMATO RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Este formato tiene por objeto recoger la información pertinente sobre los Trabajos de Grado que se presentan para
sustentación, con el fin de contar con un material de consulta para profesores y estudiantes. Es indispensable que
el Resumen contemple el mayor número de datos posibles en forma clara y concisa.
FICHA TÉCNICA DEL TRABAJO
Autor (es): Nombres y Apellidos completos en orden alfabético)
Nombre(s): Luis
Alejandro
Apell
ido(s):
Beltrán
Velásquez
Nombre(s): Apell
ido(s):
Nombre(s): Apell
ido(s):
Nombre(s): Apell
ido(s):
Campo profesional:
Periodismo
Asesor del Trabajo
José Agustín Jaramillo
Título del Trabajo de Grado:
9
Universo Centro: ¿de Medellín al mundo?
Tema central:
Universalidad de un periódico hiperlocal
Subtemas afines:
Análisis de medios culturales
Fecha de presentación: 20 M
es:
11 A
ño:
2013 Pág
inas: 123
II. RESEÑA DEL TRABAJO DE GRADO
1. Objetivo o propósito central del trabajo:
Evaluar el contenido de una publicación cultural, de contexto hiperlocal, en la web; y la
posibilidad que esta tiene de llegar a un público más universal.
2. Contenido (Transcriba el título de cada uno de los capítulos del Trabajo)
Introducción
Antecedentes
Marco Teórico-conceptual
Análisis
Conclusiones
Bibliografía
Anexos
10
3. Autores principales (Breve descripción de los principales autores referenciados)
Néstor García Canclini: Escritor, profesor, antropólogo y crítico cultural argentino. Experto en
temas referentes al consumismo, la globalización, la interculturalidad y la industria cultural,
autor de libros como Culturas híbridas y Las industrias culturales en la integración
latinoamericana.
Daniel Cassany: Escritor, profesor e investigador universitario español. Experto en temas
como análisis del discurso, redacción y ciencias del lenguaje. Escribió un libro en 2012
titulado En línea. Leer y escribir en la red, que entre otros temas investiga acerca de las
narrativas propias de la red.
4. Conceptos clave (Enuncie de tres a seis conceptos clave que identifiquen el Trabajo).
Narrativa web
Contracultura
Cultura
Periodismo
Hiperlocalidad
Universalidad
5. Proceso metodológico. (Tipo de trabajo, procedimientos, herramientas empleadas para
alcanzar el objetivo).
Entrevista Juan Fernando Ospina
Encuesta a cinco seguidores de Universo Centro
Análisis cualitativo de las diferentes ediciones de Universo Centro
6. Reseña del Trabajo (Escriba dos o tres párrafos que, a su juicio, sinteticen el Trabajo).
11
Considerando el trato de la información cultural como un entorno de crisis, pero al tiempo de
posibilidades, el problema que se plantea en este proyecto de grado es entender las temáticas y
dinámicas que se utilizan en un sitio web dedicado al ámbito cultural, procurando analizar qué de
lo que este propone puede partir de lo local y al mismo tiempo expresar un sentir cultural que
llegue a ser global, y cómo se podría relacionar con el desarrollo tecnológico, los cambios en el
ejercicio periodístico y los hábitos de consumo de información que ha generado Internet. Cabe
entonces preguntarse ¿Puede la producción cultural que se desarrolle en un entorno local adquirir
un espectro global debido a su virtualidad?
12
Para mis tres ángeles, Gaby, Flora y Mati
13
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………15
ANTECEDENTES………………………………………………………………………………17
OBJETIVO GENERAL………………………………………………………………………...27
OBJETIVOS ESPECÍFICOS…………………………………………………………………..27
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL………………………………………..28
1. De la cultura y el periodismo……………………………………………………………...28
1.1.Paradigmas de la alta y baja cultura…………………………………………………...28
1.2.Producción de información cultural……………………………………………...……34
1.3.¿Cultura o farándula?.....................................................................................................36
1.4.¿Realmente existe el periodismo cultural?.....................................................................38
1.5.Géneros en el periodismo cultural…………………………………………………......41
2. Cultura de red……………………………………………………………………………...45
2.1.Periodismo cultural en la red…………………………………...……………………...46
2.2.Periodismo hiperlocal………………………………………………………………….48
2.3.Narrativa web………………………………………………………………………….49
3. Historias locales, culturas globales……………...………………………………………...52
3.1.Derribando fronteras………………………………………………………...………...52
3.2.Cultura y contracultura………………………………………………………………...55
4. Cultura 2.0…………………………………………………………………………………57
4.1.Híbrido cultural…………………………...……………………………………………………58
4.2.La libertad de escribir…………......................................................................................60
4.3.Relato de la parsimonia…………………...…………………………………………………..64
CAPÍTULO II. ANÁLISIS………….………………………………………………………….67
1. Metodología……………………………………………………………………………….67
2. Nadaístas en la cuna de los godos………….……………………………………………………69
3. El „hijo pródigo‟ incendia la casa……………………………..…………………………………73
4. En versión „beta‟………………………………………………………………...………………….76
14
5. Cultura del relato…………………….....................................................................................80
6. Los putañeros de bien montan en el metro de la esvástica…………………….……………...85
7. De naturaleza dual………………………………………………………………………………….88
CONCLUSIONES………………………………………………………………..93
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………97
ANEXOS……………………………………………………………..………….101
15
INTRODUCCIÓN
―Hemos visto a cuidadores de carros y señoras de peluquería leerlo con una sonrisa
burlona. Entre sus ventajas está que hace reír a muecos y a recién blanqueados. Los lectores de
prensa corriente encuentran en Universo Centro una sorpresa que los hace desdeñar el compañero
de todos los días. Los curiosos de la ciudad, los que miran una foto vieja en un restaurante, los
que se paran 10 segundos en el agáchese de libros viejos, los que saben que apagan el radio
saturados de la indignación corriente de cada día‖.
Así se describe el periódico en su portal web, como un espacio para toda clase de públicos.
Leído por curiosidad, por morbo, por interés o por desdeño. Eso sí, algo seguro es que quien se
siente a leerlo quedará más de una vez con la boca abierta. Los relatos de Universo Centro
cuentan la historia de una Medellín escandalosa para la mayoría.
―No creo que el gran porcentaje de la población de Medellín esté de acuerdo con muchas de
nuestras opiniones; pero a nosotros pues eso no nos preocupa, a nosotros precisamente lo que nos
interesa es que se dé la discusión‖ asegura Juan Fernando Ospina, director y fundador del
periódico, enmarcando toda una línea editorial que acompaña los contenidos del medio durante
sus ya 50 ediciones. Estas historias de ciudad construyen todo un relato cultural, uno que como el
mismo Ospina afirma, es ajeno a una gran parte de la sociedad medellinense. Narraciones que se
podrían catalogar como contraculturales.
En medio de estas dinámicas transcurren las ediciones de un periódico nacido en Medellín a
finales del año 2008 y que en cinco años ha ganado reconocimiento como periódico cultural –
aunque a Ospina no le gusta que el periódico se encasille en ningún género específico−. Este
prestigio, también se ve reflejado en la aparición de textos escritos por personajes de renombre
nacional e internacional, tales como: Gustavo Gómez, Alejandro Gaviria, Pascual Gaviria,
Eduardo Escobar o Paulo Coelho.
16
Por las razones ya mencionadas, y algunas más, se decidió hacer un análisis de Universo
Centro, abordando la investigación desde varias perspectivas; abordando todos los contenidos
publicados en la página web, la visión del periódico planteada por su director, y la posición de los
seguidores del medio frente a ciertos factores presentes en las dinámicas del mismo.
Las tres posiciones: la del autor de este trabajo, la del director del medio y la de sus
seguidores, buscan dar respuesta a una serie de tensiones en las cuales, en términos generales, se
encuentra inmerso el periodismo cultural de la actualidad: el trato que se le da al término cultura,
la difusión de información cultural en nuevos formatos, posibles gracias a los avances
tecnológicos y de la globalización; la noción tan atractiva para esta generación de presentarse
como medio contracultural, la disyuntiva entre apuntar a cubrir historias de barrio o aprovechar
la omnipresencia de la red para buscar nuevos lectores, la adopción de nuevas narrativas que
proporciona la web.
Bajo los anteriores factores se analizará el periódico antioqueño, resaltando sus fortalezas y
debilidades, afrontando las problemáticas del periodismo de cultura en la actualidad.
17
ANTECEDENTES
El periodismo cultural y su incidencia en la producción de contenidos de interés humano ha
sido un tema de investigación recurrente en Colombia. Su estudio ha involucrado varios trabajos
académicos que retratan el panorama de lo que ha sido el mismo durante los últimos 20 años.
El análisis también ha variado mucho con el pasar de los años. Las primeras
investigaciones apuntaban a una definición de periodismo cultural, un género aún en construcción
y delimitación; sin embargo, las nuevas tecnologías aplicadas a la producción de información
cultural han hecho que trabajos recientes enfoquen su estudio en la pertinencia del periodismo
cultural, ya sea como una rama informativa de calidad y profundidad, o tan solo una agenda
cultural con información superficial, difícilmente catalogable como periodística.
La primera referencia encontrada sobre el tema data de 1989. En este trabajo de grado, la
aspirante a periodista Elisa Álvarez Mera analiza los rasgos principales del periodismo cultural.
Su investigación, llamada Reflexión sobre periodismo cultural en Colombia, relaciona la
divulgación de hechos culturales (aquí tomados también como artísticos) con la producción de
material periodístico. Álvarez, afirma que el periodismo ha cometido un error al no producir una
diferenciación entre la producción artística como acontecimiento y del acto artístico como hecho
(Álvarez, 1989, p. 2).
Su trabajo se centra en el manejo del espacio dedicado a las noticias sobre arte (aquí
tomado como periodismo cultural) concluyendo que ―hay que aprender a tratar periodísticamente
procesos artísticos porque es lo noticioso lo que entra dentro de la cotidianidad de las gentes‖
(Álvarez, 1989, p. 5).
Acerca de la concepción de periodismo cultural postulada por Elisa Álvarez en su
investigación, es necesario abordar el problema teniendo claros tres conceptos esenciales en el
desarrollo de este trabajo: Cultura, Cultura Popular y Periodismo Cultural, con el fin de crear un
concepto propio de este género periodístico, más coherente con los paradigmas actuales.
18
Las primeras definiciones que se pueden hallar sobre cultura abordan un sentido más
estético, cercano a las bellas artes. El periodista argentino Jorge Rivera, en su libro Periodismo
Cultural, hace referencia a las definiciones hechas por autores como Ortega, Gasset y Eliot, que
describen cultura como ―el recorte escogido de las producciones más refinadas del espíritu
humano…destinadas a una minoría de consumidores de arte y literatura en su nivel más
decantado‖ (Rivera, 1995, p. 16).
En otra investigación, de 1993, Catalina González Quintero presentó su trabajo de grado,
llamado ―Descripción y análisis de revistas culturales colombianas‖, el cual analiza la producción
informativa de todas las revistas culturales colombianas que circularon, al menos una vez, en
1992.
González, desde su investigación, aborda el periodismo cultural primordialmente como un
difusor de las actividades artísticas en el país y el mundo, afirmando que el campo de las artes es
el de mayor recurrencia al analizar las revistas culturales de aquella época. La investigación parte
de esta concepción para definir el periodismo cultural como ―la forma de dar a conocer y difundir
los productos culturales de una sociedad a través de los mass-media‖ (González, 1993, p. 8)
Sin embargo, los procesos socio culturales de finales del siglo XX e inicios del XXI han
sido precursores de una nueva concepción de lo que es cultura. Esta nueva definición, que ya
abarca dos conceptos opuestos en un pasado: la cultura de bellas artes y la cultura popular,
también está referenciada en el libro de Rivera. Esta fue formulada por el antropólogo E.B
Taylor, que se refirió a ella como ―conjunto complejo que incluye conocimiento, creencias, arte,
moral, costumbres y otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la
sociedad‖ (Rivera, 1995, p. 16).
Por último, Jorge Rivera integra ―dos concepciones básicas de cultura: la concepción
ilustrada que restringía el campo a las producciones selectivas de las ―bellas letras‖ y las ―bellas
artes‖, y la que –sobre todo a partir de la expansión de las perspectivas de la antropología
cultural– lo ampliaba hasta convertirlo en una muestra más abarcativa e integradora.‖ (Rivera,
1995)
19
Partiendo de definiciones como la de E.B Taylor, nació el concepto de la cultura popular.
Este término denomina a una cultura no exclusiva a las bellas artes, propias de la elite, y abarca
un sentido mucho más amplio de la misma, que incluye el análisis de la religión, la política, los
movimientos sociales, la economía y otros factores propios de cualquier sociedad.
Siguiendo esta línea conceptual, podemos encontrar los postulados que hace el periodista
Jorge Eduardo Patiño en su trabajo de grado, presentado en 2002, El periodismo cultural: algo
más que un espectáculo”. Este trabajo, precisamente, propone una replanteamiento de lo que los
medios consideran como periodismo cultural. En su investigación, Patiño aborda la cultura desde
una perspectiva que trasciende lo artístico. ―La cultura no sólo tiene que ver con la idea romántica
del artista encerrado en su mundo, sino también con la producción del arte en medio de una
economía que impone sus lógicas y de una institucionalidad estatal que no siempre obra según lo
que habla‖ (Patiño, 2002, p. 13). Desde esta concepción, Patiño habla de un periodismo cultural
que también se ve permeado por procesos sociales antes no considerados como relevantes dentro
de la cultura, tales como la economía o la política.
En sus conclusiones, Jorge Patiño afirma que el arte sigue siendo el tema más recurrente
dentro del periodismo cultural; sin embargo, al ser la cultura un concepto que abarca cualquier
proceso social, la producción cultural puede abordar prácticamente cualquier tema (Patiño, 2002,
p. 69). Finalmente, el autor invita al lector a pensar en la cultura alejándonos del estereotipo del
espectáculo o la farándula, para abordarlo como un tema profundo que nos retrata, nos describe y
nos influencia como sociedad.
En lo concerniente a la cobertura de los principales medios de comunicación colombianos a
sucesos culturales y la perspectiva de los mismos frente a la noción de ‗lo cultural‘, el Ministerio
de Cultura colombiano, en colaboración con el FNPI (Fundación Nuevo Periodismo
Iberoamericano) desarrolló una investigación llamada Periodismo y Cultura, la cual concluyó
que las manifestaciones de la cultura culta ocupan aún el lugar más importante de la cobertura
informativa cultural (Rey, 2009). Uno de los objetivos de esta tesis será, entre otras cosas,
demostrar que existen medios culturales que abordan esta rama como una representación íntegra
de la sociedad, sin limitarse a la difusión cultural estrictamente artística.
20
De acuerdo a los nuevos paradigmas de ‗lo cultural‘ presentados en las anteriores
investigaciones, y aceptando entonces que la cultura es mucho más que lo que los medios
presentan como un género que deviene de las bellas artes, este trabajo acepta como fenómeno de
origen cultural a todo proceso comunicativo y social que vive un grupo dentro de una sociedad.
Lo cultural puede ser religioso, político, económico, deportivo y, por supuesto, artístico. Es un
espejo de un grupo o una sociedad, sea cual sea el aspecto que se analice. Cultura es tradición,
costumbres, creencias, mitos, adagios; es un proceso social que comprende todas las capas de una
sociedad.
Para estudiar el periodismo cultural en la actualidad, la discusión tiene también que analizar
a aquel encargado de producir la información, aquel que le da a la misma discusión ese toque de
subjetividad. El periodismo cultural es visto bajo el impredecible ojo humano, el ojo que
interpreta: el ojo del periodista. Debido a la discutible delimitación de lo que es y lo que no es
cultural, es necesario abordar el rol del periodista cultural en la producción de información de
impacto social y en su aporte a la construcción de un periodismo de cultura más sólido como
género reconocido y aceptado.
En 2007, Rocío del Pilar Bolívar presentó su trabajo de grado ―Periodismo Cultural: un
campo para la agenda cultural y la formación de públicos‖ Esta investigación presenta al
periodista de manera más humana, más cercano al público y más alejado de la verdad. ―Es un
profesional del campo que no se las sabe todas, ni quiere hablar por el pueblo, ni mucho menos
quiere establecerse como sabio portador de la verdad única. Es un periodista, un jugador, un
agente dentro del campo del periodismo cultural, que, como sus compañeros de juego, lucha por
imponer su hegemonía a través de su propia legitimación y le legitimación de lo que visibiliza‖
(Bolívar, 2007).
Tomando al periodista como difusor de una especie de ‗verdad subjetiva‘, Bolívar imparte
al periodista cultural un deber que, además de formar públicos —audiencias más elaboradas— es
el de dar visibilidad y legitimar lo que expone –apoyado en su posición de veedor privilegiado–,
representar al pueblo y re-crear la realidad (Bolívar, 2007).
21
Por último, Bolívar invita a repensar el periodismo cultural, por medio de un proceso que
implica resemantizar los prejuicios que sobre él recaen y lo polarizan constantemente de lo banal
de la farándula, llevándolo a una concepción más elaborada y erudita de las elevadas artes que
alimentan el espíritu. Esta resemantización de fronteras implicaría, según Bolívar, no solo el
desarraigo al terruño, sino la hibridación de lo local y lo global, de lo popular y de élite en lo
cultural, de la novedad y lo tradicional, de la administración burocrática y lo público −lo del
pueblo− (Bolívar, 2007).
Esta hibridación entre lo local y lo global, entre lo popular y lo de élite, es abordada por
Diana González Fajardo en su trabajo de grado 2011, llamado Revista Arcadia: modelo de
publicación cultural en Colombia. Esta investigación es, de las consultadas, la que más puntos en
común tiene con la presente investigación, pues hace un análisis del corpus de un medio cultural
colombiano de prestigio, como lo es Arcadia.
González analiza en su trabajo las características del modelo de periodismo cultural
presentado en Arcadia, concluyendo que dicha revista, más allá de algunas deficiencias en la
calidad de su trabajo, atribuidas por la autora a problemas logísticos o de presupuesto, propone
una nueva visión de periodismo de cultura que aleja la labor periodística de sus comunes vicios
en el sector cultural: el amiguismo, la publicidad y la acrítica a las producciones culturales
(González, 2011, p. 87). Además, Arcadia se plantea, según González, como un medio que rompe
los esquemas tradicionales de cultura, alejándose de las bellas artes para acceder a un panorama
cultural mucho más amplio.
Una de las conclusiones a las que llega Diana González es que Arcadia, una revista que por
su difusión puede ser catalogada como de nicho, tiene como objetivo un impacto mucho más
amplio. La revista, según González, quiere sacar a la cultura del nicho y acercarla al público
general, propósito que su corta difusión y circulación no le permiten lograr y que en cambio la
acercan a lo que nunca ha querido ser, una publicación cultural de nicho (González, 2011, p. 89).
Esta cambiante noción de periodismo cultural, y la transformación del periodista que
produce estos contenidos, han estado sujetas a un cambio trascendental en su narrativa. Los
antiguos métodos para contar una historia se quedan cada vez más cortos, dando paso a nuevas
22
tecnologías más innovadoras. ―En la actualidad es como si estuviésemos dos días después de la
invención de la imprenta por Gutemberg. Todo es experimental‖, comentó Alan Rusbnidger,
director de The Guardian, durante la conferencia inaugural de la escuela de Periodismo de
Sciences Po en Paris, el 7 de septiembre de 2012. Esta frase resume al periodismo de la
actualidad.
Mariana Santos, diseñadora audiovisual para este mismo diario londinense, afirma que las
nuevas tecnologías permiten acceder a una narrativa con posibilidades muchos más amplia, ―nos
permiten contar historias periodísticas con muchos recursos, más allá de las palabras. Muchas
veces, la narración visual es la mejor manera de lograr que esas historias tengan impacto y que se
facilite su comprensión por parte de las audiencias‖ (Santos, 2013)
La cultura, al ser una fuente indispensable de historias de interés para el lector, no puede ni
debe estar ajena a estos cambios. Narratively, sitio web que fue nombrado por la revista Time
como uno de ―los 50 mejores sitios web de 2013‖ es un portal que cubre historias originales sobre
la vida en Nueva York –aunque debido a su éxito cuenta, cada vez más frecuentemente historias
de otras urbes– y que retrata mediante sus textos la cultura neoyorquina. En su portal, al
responder a la pregunta de quiénes son, afirman ser ―una comunidad de talentosos narradores que
están comprometidos en destapar y compartir a profundidad historias locales con un atractivo
universal‖ (Narratively, 2013).
La perspectiva de Narratively permite preguntarse acerca de la continua tensión entre lo
local y lo global. En la universalidad de la red, por ejemplo, parece que los límites de uno y otro
se difuminan; casos de portales web de contenido cultural, tales como Narratively, demuestran
como un medio de nicho puede acceder a una variedad de públicos ilimitada a través de historias
de barrio, muchas veces de ciudad, tal vez en algunas ocasiones internacionales, pero en todos los
casos con una atracción a un público que trasciende fronteras.
Ahora, si la cultura define a una sociedad, une masas, su némesis es aquel fenómeno
secular que, debido a su oposición a las tendencias culturales, atrae la atención de un público que
termina trascendiendo aquellas barreras que la cultura no rompe. El término contracultura –una
subcultura formada por aquellos que se oponen a la cultura predominante– ha tomado gran
23
importancia en los medios desde la última mitad del siglo XX. Al ser el inconformismo una llama
que se extiende como una plaga, el fenómeno contracultural ha sido foco de uso y abuso por parte
de los medios, que buscan aquella cultura alternativa para convertirla en una tendencia masiva.
La contracultura dentro del periodismo cultural es planteada en este trabajo como un factor
trascendente, que rompe barreras. En los relatos culturales nos podemos observar como sociedad,
pero son estos mismos relatos los que relatan aquello que está afuera de la cultura establecida,
son los que narran un surgir, un nuevo pensamiento, un nuevo estilo de vida. Estos relatos, únicos
debido a su propia novedad, además de por su crítica a lo fijo, a lo inerte; invitan al cambio, son
revolucionarios, son todo aquello que el periodismo busca ser.
Un ejemplo de cómo el periodismo contracultural puede ser masivamente reconocido nos
llega a través del análisis que hace Anadeli Bencomo, estudiosa de la literatura contemporánea
latinoamericana con énfasis en el estudio de México, de la obra del reconocido periodista
mexicano Carlos Monsivais. En su libro Voces y voceros de la megalópolis. La crónica
periodístico-literaria en México, Bencomo describe así a la obra de Monsivais: ―Las crónicas
monsivaisianas han creado un estilo propio y un espacio para la reflexión cultural y nacional que
ha conseguido lectores fieles a lo largo de las últimas décadas. Un público generalmente joven…
y relacionado con las propias corrientes de la contracultura que la obra de Monsivais pretende
emular‖ (Bencomo, 2002).
El matiz contracultural que Monsivais imprime en sus obras es, según Bencomo, una de las
características principales de su relato. Un autor de tanto renombre a nivel hispanoamericano, con
historias que rompen la cultura para buscar lo que se esconde tras de ella, es un ejemplo claro del
papel que puede protagonizar la contracultura en la conformación de un periodismo de cultura
amplio, en movimiento; crítico y al mismo tiempo abierto a otros mundos, a otros relatos, pero
ante todo a otros públicos.
Este periodismo narrador de sucesos culturales, al igual que otras ramas del periodismo,
han encontrado en el boom digital del siglo XXI su base para extenderse al mundo: la web es
ahora su plataforma a públicos mucho más amplios. El periodista colombiano Mario Morales,
coordinador del campo de periodismo de la Pontificia Universidad Javeriana, analizó en su
24
artículo Tendencias y debates actuales en el periodismo digital, para la revista Signo y
Pensamiento en su edición N° 47, de 2005, los cambios que supone para el periodismo esta etapa
de acoplamiento al mundo digital. Morales analiza en su artículo diferentes características que
han hecho evolucionar la narrativa tradicional a una que se adapte más a la inmediatez y la
multimedialidad –presentación de información en distintos formatos– de la red, entre las más
destacadas están la interactividad y el hipertextualidad (Morales, 2005).
La Dra Lizy Navarro Zamora, profesora de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de
la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (México) y miembro del Sistema Nacional de
Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en México (Conacyt), hizo en 2009
una investigación acerca de los avances del periodismo digital con motivo de los 15 años del
inicio del periodismo en internet. En esta investigación hace hincapié, al igual que Mario
Morales, en la importancia de la hipertextualidad y la interactividad, pues ―configuran la esencia
de la relación entre periodismo y tecnologías de la información y comunicación‖. (Navarro, 2009,
p. 35)
Dentro de los resultados de esta investigación, que incluyó el análisis a 170 medios
mexicanos e internacionales y el envío de dos mil correos electrónicos a un corpus de la misma
cantidad de periodistas (reporteros, editorialistas y webmaster) para investigar el aspecto de la
interactividad como elemento fundamental en la construcción de la convergencia de las
tecnologías de la información y la comunicación. Navarro encontró que existe un rezago
considerable entre quienes presentan contenidos de acuerdo a la nueva retórica de las redes como
Internet y aquellos que se concretan solamente a imitar lo que presenta el medio impreso
(Navarro, 2009, p. 36).
Navarro también, de acuerdo con los hallazgos de su investigación, recomienda el uso de
algunas herramientas esenciales en la narrativa digital, algunas de ellas son: Hipertexto –vínculos
que unen dos o más informaciones textuales–, Hiperaudio –vínculos que unen dos o más
informaciones sonoras–, e Hipervisual –vínculos que unen dos o más informaciones visuales–
(Navarro, 2009, p. 37).
25
Otro de los importantes hallazgos de la investigación llega a través de la retroalimentación
que tiene Navarro de los dos mil correos que envía a periodistas, reporteros, editorialistas y
webmaster. Concluyendo que, debido a la tardía respuesta en su mayoría del correo, la
interactividad del periodista y de los medios de comunicación en la red es o tardía o inexistente.
(Navarro, 2009, p. 37)
Por último, Navarro aborda el concepto de multimedialidad. Para definirla, se basa en la
concepción presentada por Javier Díaz Noci, licenciado en periodismo y actual profesor de la
Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, en su libro La escritura digital. Hipertexto y
construcción del discurso informativo en el periodismo electrónico. En él, Nocí define la
multimedialidad como ―la integración, en una misma unidad discursiva, de información de varios
tipos: texto, imágenes (fijas o en movimiento), sonidos e, incluso, bases de datos o programas
ejecutables‖ (Navarro, 2009, p. 38)
Esta multimedialidad, según Navarro, en los primeros años del periodismo digital era
mínima y, en la actualidad, la mayoría de los medios se han limitado a copiar la información tal
como se plasma en el medio impreso, haciendo una suma y no una integración del texto, el audio
y la imagen (Navarro, 2009, p. 38). Sin embargo, Navarro aclara que en este caso el problema no
se debe solo a la ineficacia de los medios para reunir distintos formatos informativos y hacerlos
convergentes, sino también a la disparidad tecnológica, que contribuye a la división entre los
habitantes informados y los subinformados por cuestiones tecnológicas, económicas y de
conocimiento (Navarro, 2009, p. 38).
Este proyecto se relaciona de alguna manera con las matrices de las investigaciones
anteriormente citadas, desde aquellas definiciones de cultura íntimamente relacionadas con las
producciones artísticas, hasta el análisis de medios culturales que otrora solo contaban con el
papel y la tinta para poder llegar al público; desde la consolidación del periodismo cultural como
un género informativo legítimo hasta la diferenciación entre entretenimiento y cultura, entre
información periodística de profundidad y agenda cultural superficial.
Sin embargo, en estas páginas se hará énfasis en un nuevo formato de periodismo: el
digital. Este trabajo busca adentrarse en la universalidad de la red, con el fin de analizar las
26
posibilidades de un portal sin límites físicos, que trasciende barreras y llega adonde los medios
tradicionales apenas podían soñar hace no más de 15 años. Un portal que, como muchos otros,
tiene la capacidad potencial de aliviar la siempre existente tensión de los medios entre apostar a
lo local o a lo global.
A pesar de las posibilidades viables que ofrece la red, en la actualidad no existe un modelo
de producción cultural definido, que pueda ser aplicado en las prácticas periodísticas actuales y
genere contenidos que en el ámbito cultural sean efectivos, especializados, y de convergencia
virtual, con el fin de producir mayor audiencia en sitios web que manejen contenido de esta
índole.
Considerando el trato de la información cultural como un entorno de crisis, pero al tiempo
de posibilidades, el problema que se plantea en este proyecto de grado es entender las temáticas y
dinámicas que se utilizan en un sitio web dedicado al ámbito cultural, procurando analizar qué de
lo que este propone puede partir de lo local y al mismo tiempo expresar un sentir cultural que
llegue a ser global, y cómo se podría relacionar con el desarrollo tecnológico, los cambios en el
ejercicio periodístico y los hábitos de consumo de información que ha generado Internet. Cabe
entonces preguntarse ¿Puede la producción cultural que se desarrolle en un entorno local adquirir
un espectro global debido a su virtualidad?
27
OBJETIVO GENERAL
Evaluar el contenido de una publicación cultural, de contexto hiperlocal, en la web; y la
posibilidad que esta tiene de llegar a un público más universal.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Identificar el modelo cultural de Universo Centro, mediante el análisis de sus contenidos.
¿Cómo un periódico contracultural contribuye a formar pensamiento crítico?
¿Cuál es la recepción que he tenido el medio y qué tanto ha incidido en sus contenidos?
¿Cómo funciona la interactividad, la hipertextualidad y la multimedialidad de Universo
Centro
28
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL
1. De la cultura y el periodismo
Los sucesos representativos de una sociedad: sus costumbres, creencias, dinámicas, siempre
han formado una parte esencial del relato periodístico. Siendo la cultura una fuente fundamental
en la construcción del relato de una sociedad, el periodismo se ha valido de estas expresiones
para construir todo un género: el periodismo cultural. Sin embargo, este campo informativo ha
tenido varias transformaciones. A través de este capítulo se hará un repaso por las concepciones,
tanto anticuadas como actuales, del periodismo de cultura, así como su tensión frente a las
dinámicas capitalistas de los medios de producción.
1.1. Paradigmas de la alta y baja cultura
Para analizar algunos de los aspectos predominantes en las dinámicas del periodismo
cultural en Colombia, que han prevalecido en muchos de sus principales medios durante varias
décadas, primero es necesario entender qué se puede considerar como información cultural.
El arte siempre ha sido un campo primordial del periodismo de cultura. Hasta hace pocos
años era considerado la fuente fundamental de este tipo de información. Basta ver los trabajos de
grado hechos por dos egresadas de la universidad Javeriana, que en su tesis para aspirar al título
de periodistas investigaron acerca este género del periodismo.
Tanto Elisa Álvarez Mera, en 1989, como Catalina González Quintero, en 1993, basaron
sus estudios en la idea de una producción de información cultural, abordada como un género
directamente relacionado con las bellas artes. ―Hay que aprender a tratar periodísticamente
procesos artísticos porque es lo noticioso lo que entra dentro de la cotidianidad de las gentes‖
(Álvarez, 1989, p. 5), esta es una de la conclusiones hechas por Elisa Álvarez en su trabajo de
29
grado Reflexión sobre periodismo cultural en Colombia, la cual demuestra la relación que había
entre un término y el otro: cuando se hablaba de periodismo cultural, se refería a la difusión de
información relacionada con actividades artísticas.
Lo mismo ocurre en la investigación hecha en 1993 por Catalina González, llamada
Descripción y análisis de revistas culturales colombianas, que encuentra a los medios como ―la
forma de dar a conocer y difundir los productos culturales de una sociedad‖ (Quintero, 1993, p.
8)
Sin embargo, la globalización ha sido uno de los factores fundamentales para ampliar el
panorama cultural sin limitarse expresamente a lo artístico. El desarrollo tecnológico y científico,
por ejemplo, hacen parte ahora de aquellos procesos de tradición o de los comportamientos de un
pueblo. Un ejemplo actual es la llegada de los celulares inteligentes, o smartphones. Estos
productos, mundialmente reconocidos y de gran acogida en nuestro país, han redefinido los
métodos de comunicación e interacción entre las personas, a tal punto que su relevancia dentro
del estilo de vida de una gran parte de la sociedad colombiana es ahora mayor que la del teléfono,
uno de los inventos más relevantes del siglo XX. Este es sólo un ejemplo de cómo un elemento
alejado por completo del campo artístico puede ser considerado como la característica cultural de
toda una generación.
El periodista español Manuel Calvo toca el tema de la tecnología como factor cultural en un
artículo que publicó la revista ecuatoriana Chasqui en 1998, llamado Periodismo cultural,
conceptos y problemas. Ya para ese entonces, los cambios científicos, tecnológicos, sociales,
etc… que deslumbraban al mundo obligaron a que se replanteara la concepción de lo que era
aceptado como periodismo cultural.
En su artículo, Calvo considera que ―con la llegada de la globalización, la dimensión
cultural de las sociedades se ha ampliado. Ahora no se trata solo del análisis detallado del aspecto
social e histórico de una cultura; también involucra una exploración de los diferentes cambios
globales en el aspecto económico, político y tecnológico; que son ahora parte vital de las
construcciones culturales de las diferentes comunidades‖ (Calvo, 1998, p. 14). Esto indica que el
30
cambio en la producción de información que pueda ser considerada como cultural no viene de
tiempo atrás: es un campo nuevo de análisis aún poco explorado.
Una posición similar tiene Germán Rey, periodista encargado de liderar una iniciativa del
Ministerio de Cultura, que en colaboración con la FNPI –Fundación Nuevo Periodismo
Iberoamericano– publicó en el año 2009 los resultados de una investigación de medios llamada
“Periodismo y cultura”: trabajo que tenía como objetivo analizar a fondo los comportamientos
del público ante la presentación de información de tipo cultural en los diferentes medios y canales
de información: escritos, auditivos y visuales.
En la presentación de los resultados de la investigación, Rey afirma que ―Al poblarse el
universo simbólico del país por los efectos de la modernización, las transformaciones urbanas y
la secularización, cambiaron radicalmente desde la composición de los textos dedicados a lo
cultural, como la propia percepción y práctica de la cultura‖ (Rey, 2009, p. 8). Su posición da a
entender que nuestra propia concepción de cultura abarca muchos más factores y temas diferentes
al artístico. Cosa que no sucedía en otras épocas.
El documento tiene como objetivo exponer un panorama general de lo que ha sido el
periodismo cultural en Colombia desde el siglo XX, en el cual sólo contaba con los periódicos
como canales para ser difundido; hasta la actualidad, donde la radio y principalmente la televisión
son los medios que más llegan a las masas.
―Los periódicos del siglo XX tenían una dinámica cultural muy distinta a la que tuvo
después la televisión, puesto que uno narraba la cultura tradicional y culta, mientras en otro se
apegó a la cultura y las expresiones culturales masivas: como las telenovelas, los eventos
deportivos, los carnavales, el juego, el humor, las fiestas, la música popular, el cine y, en general,
los grandes eventos‖. (Rey, 2009, p.10).
Este extracto del análisis hecho en la investigación de medios da a entender que los
periódicos eran un canal de consumo enfocados en un periodismo cultural cuyas fuentes
habituales hacían parte de lo que se consideraba artístico y culto; sin embargo, con la llegada de
31
la televisión, la información se enfocó más en lo popular: La televisión se convirtió en el difusor
cultural con mayor aceptación por parte del público.
Aquí hacen aparición dos vertientes del concepto de cultura: cultura popular y cultura
masiva. La primera es, según su definición histórica, aquella que se encarga de contar la historia
de los antes excluidos por la cultura de élites. Tiene en su haber la misión de estudiar todas las
manifestaciones consideradas como populares: de un público de clase social media o baja; y que
en la actualidad, por la masividad de la clase media, ha tomado preponderancia en los medios.
Por esta razón suela confundirse a la cultura popular con la segunda vertiente: la cultura
masiva. Aquella difusora de tendencias, de la denominada industria cultural (Adorno y
Horkheimer, 1944). Para solucionar esta confusión, Néstor García Canclini, profesor, escritor y
crítico cultural argentino, propone dejar atrás una teoría reduccionista. ―Lo popular no aparece
entonces como lo opuesto a lo masivo, sino como un modo de actuar en él. Y lo masivo no es, en
este caso, sólo un sistema vertical de difusión e información; también es, como dice una
antropóloga italiana1, la "expresión y amplificación de los varios poderes locales, que se van
difundiendo en el cuerpo social‖ (García, 1987).
Aterrizando estos conceptos a las dinámicas mediáticas en Colombia, por medio de la
investigación del Ministerio de Cultura encabezada por Germán Rey, se descubre que los
periódicos siguen siendo el canal de información menos permeado por el concepto de cultura de
masas; sin embargo, estos no están exentos de seguir las tendencias de lo que algunos medios
consideran en la actualidad ‗periodismo de cultura‘: un difusor de los eventos sociales y
culturales de una sociedad. ―La cultura masiva fue colonizando los espacios de los periódicos,
hasta que su propia identidad se mimetizó con la cultura en general‖ (Rey, 2009).
No obstante, la investigación no se limitó a analizar los medios escritos. Teniendo en
cuenta las nuevas tendencias en la búsqueda de información, en la eficiencia y en la rapidez para
acceder a ella, el proyecto también estudió a profundidad la información que se obtiene por
medio de la red. Acerca de la misma y de la implicación de los medios digitales en la
1 Néstor García Canclini se refiere a Carla Pasquinelli, que acuñó esta frase en su artículo de 1983 La secoralizzaciones della
cultura di masa, para la revista La Ricerca Folclorica.
32
construcción de lo que llaman ‗cultura de masas‘, Germán Rey, director del proyecto, tiene su
propia opinión.
―La reflexión de los medios digitales y su conexión con la cultura es prácticamente
inexistente, cuando buena parte de la cultura empieza a pasar y empezará a pasar cada vez más
fuertemente por medios digitales‖ (Rey, 2009). El análisis ahora deberá enfocarse en las redes,
un campo aún inexplorado a profundidad, pues es ahí donde se construye actualmente lo que se
construía en la televisión hace menos de 5 años: cultura de masas.
Examinando las conclusiones a las que llega el estudio hecho por el Ministerio de Cultura y
la FNPI, que documentan cómo las expresiones populares toman cada vez mayor relevancia
dentro de los contenidos que los medios denominan ‗culturales‘, más los conceptos planteados
por Manuel Calvo, que hablan de una cultura atravesada por los cambios tecnológicos, aquella
barrera entre la información cultural y las expresiones populares, comienza a cuestionarse; pues
se empieza a teorizar la validez tanto de la cultura de élite como de la cultura popular.
Sin embargo, la sensación de que no hay una posición clara por parte de los medios sobre
los límites entre cultura, cultura popular y cultura de masas toma fuerza. Esta confusión, en gran
parte, se debe a la mezcla de estos conceptos dentro de los contenidos de los mismos. Al ser la
cultura popular aquella con la cual la mayoría de una sociedad se identifica, y la de mayores
réditos para los medios, esta termina presentándose en sus contenidos como la cultura de masas:
una cultura impuesta por la llamada industria cultural termina por ser la que identifica a una gran
parte de la sociedad. Tal vez, una frase de García Canclini es la que mejor describe la tensión de
este cambio en el paradigma de ‗lo cultural‘: ―La cultura popular, que en la antigüedad era
entendida como sinónimo de ‗lo primitivo‘, se considera ahora como expresión de todo lo
mediático y masivo‖.
Germán Rey, que concuerda con la definición de Canclini, afirma que ―La cultura es una
especie de hojaldre conformada por cultura culta, masiva y popular‖. Esta concepción de lo que
la cultura es para Canclini y para Rey, da a entender que la producción de información este tipo
está en la actualidad vinculada tanto a representaciones o manifestaciones cultas, o de élite, como
a las consideradas populares. Este es un cambio significativo a la primera concepción, que se
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limitaba únicamente a la producción de información que estuviese relacionada con el campo de
las ‗bellas artes‘.
Para ser testigos de dichas concepciones, solo hace falta analizar las publicaciones
culturales de la actualidad. Arcadia, una de las revistas de mayor prestigio en el ámbito cultural
colombiano, publica en su página web artículos que van desde un homenaje al trabajo
discográfico del recién fallecido Lou Reed, músico fundador de la mítica banda The Velvet
Underground, hasta la cantidad de volúmenes literarios que hay en la cárcel El Buen Pastor de
Bogotá; pasando por temas tan opuestos como el reality de Caracol La Voz Colombia y el
asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos por órdenes de Pablo Escobar.
Esta variedad se repite en otras publicaciones, incluyendo Universo Centro, que maneja un
amplio panorama de tópicos que enmarcan su carácter irreverente. Cabe destacar la crudeza de
sus portadas: Un niño desaliñado y con la cabeza gacha, posando tras una puerta con el escudo de
la bandera colombiana pintada en ella; Una porcelana de la virgen María abrazando a Juan Pablo
II, acordonada por una cadena y con una etiqueta de precio; un arrume de mandarinas y en la
cima una cáscara de esta fruta rellena con monedas.
La connotación de la última portada mencionada, publicada por la época del paro agrario
ocurrido en Colombia en agosto de 2013, consolida la reputación del periódico como medio
crítico de diversos sectores de la sociedad. El paro agrario, un fenómeno socio-económico, tiene
la misma cabida en Universo Centro que el relato sobre una tienda colombiana en un pequeño
pueblo de Ontario, Canadá, artículo incluido en esa misma edición de agosto de 2013.
Ahora bien, ya entendiendo el periodismo de cultura como un campo que comprende no
solo los aspectos artísticos característicos de una sociedad, y que gracias a las teorías actuales de
la cultura exploras otros campos tales como la política, la economía el deporte o las
manifestaciones populares, se puede afirmar que el término cultura, en cuanto a contenido,
depende más del enfoque que del tema a tratar. Todo puede ser entendido como periodismo
cultural si enmarca una característica típica de un grupo, una comunidad, un barrio, una ciudad, o
un país.
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1.2. Producción de información cultural
¿En virtud de qué criterios, ideas o creencias construyen los periodistas los grandes temas
que ofrecen a los auditorios como motivos centrales del gran relato de la actualidad?
Esa pregunta se hace el catalán Albert Chillón en su artículo de finales de 1994 llamado
Periodismo y Cultura, cuestionándose los factores que afectan en el consumo informativo de las
audiencias durante un periodo específico. La respuesta aparece como la base de su artículo, el
cual busca analizar la cercanía entre el periodismo y la literatura: ―El periodismo y la producción
de información, al igual que la literatura, son fenómenos sociales que dependen precisamente de
los acontecimientos y las transformaciones en los gustos y en el consumo de información y
literatura que puedan sufrir las sociedades en sus diferentes periodos‖ (Chillón, 1994, p.32).
De acuerdo a Chillón, el periodismo cultural no se puede ver como un fenómeno aparte de
los acontecimientos sociales dentro de una cultura; al contrario, la producción informativa tiene
que ser acorde con los acontecimientos de la comunidad que consume esa información.
Esta aseveración, no obstante, va en contra de la dinámica que plantea la investigación
desarrollada por el Ministerio de Cultura y la FNPI en el año de 2009, en la cual las expresiones
populares de una sociedad son difundidas de manera selectiva, buscando el beneficio particular
del medio. Esta problemática, denominada como la teoría del establecimiento periodístico de
temas de discusión, mejor conocida como agenda setting, postula que los grandes emporios
mediáticos poseen una gran influencia sobre el público al determinar qué historias poseen interés
informativo y cuánto espacio e importancia se les da.
Los primeros en hablar sobre esta teoría fueron los docentes de la Universidad de Carolina
del Norte, en Estados Unidos, Donald L. Shaw y Maxwell McCombs, que analizan, a través de
sucesivos trabajos empíricos, el papel que juegan los medios en la formación del efecto agenda-
setting. Su investigación concluyó que la selección de las noticias por parte de los medios, y la
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credibilidad de éstos, tienen directa influencia en el marco en el que se establece la referencia del
debate político.
En el contexto colombiano se puede encontrar un ejemplo reciente del funcionamiento de
esta dinámica: el paro agrario ocurrido en septiembre de 2013, por el cual miles de personas
salieron a marchar en varias ciudades de Colombia, e incluso del mundo, para exigir al gobierno
una mayor inclusión del campesinado colombiano dentro de las nuevas políticas económicas y de
producción del país.
Dentro de los medios, el tema del paro agrario ocupó una gran parte de la agenda
informativa; sin embargo, el debate se limitó a una perspectiva social del tema, dando gran
cobertura a los aspectos negativos que dicho paro trajo al país, tales como disturbios,
taponamientos de las vías, pérdida o escasez de alimentos, vandalismo, etc. En este caso, los
medios dieron tan solo una visión distorsionada y conveniente de lo que fue el paro, sin presentar
la visión de los campesinos, las razones por las que estos entraron en paro, sus exigencias y su
posición actual dentro del sistema económico que propone el gobierno colombiano.
Este es solo un ejemplo reciente del poder de los medios para influir en lo que la gente ve,
consume, o incluso piensa. Algo muy similar ocurre en el campo cultural, pues las audiencias se
han acostumbrado a una sección cultural que trata de temas de agenda: el concierto de un
cantante famoso, las vidas de los actores o actrices, los eventos culturales por venir, las
entrevistas a escritores, pintores, escultores o demás artistas a propósito del lanzamiento de sus
obras; en fin, temas de coyuntura superficialmente abordados, mientras la crónica, la
investigación, el reportaje y demás herramientas del periodismo de fondo y grandes aliadas del
periodismo cultural narrativo y analítico son dejadas a un lado.
Otra perspectiva tiene, en cambio, Albert Chillón sobre la relación público-agenda. Según
él, la preponderancia de información concerniente a la agenda cultural sobre otra más profunda y
analítica se debe precisamente a la alta demanda del público de la misma. No obstante, Chillón al
concluir su artículo, afirma que debe haber una cercanía mayor entre el público y el periodista a
la hora de conformar una mejorada agenda setting, pues los géneros periodísticos, incluyendo el
cultural –Chillón considera en su escrito que el periodismo cultural es un género– dependen en
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gran medida de la demanda de información que esté haciendo el público. Si la producción de
información cultural en la actualidad tiene como base el cubrimiento de conciertos, exposiciones
de arte, carnavales, fiestas y demás, que es el tipo de información a la cual el público da mayor
relevancia, es porque este es el concepto que la sociedad relaciona con periodismo cultural.
1.3. ¿Cultura o farándula?
―Los medios suelen ofrecer al público unos materiales que responden más a sus deseos de
orden emocional, afectivo o problemático que a sus otras y más importantes necesidades
vinculadas con la actualización del conocimiento adquirido en la fase de formación y que
necesita un reciclado permanente, como consecuencia de los avances constantes de la ciencia, la
cultura y la tecnología‖ (Calvo, 1998).
Esta es otra de las reflexiones que hace Manuel Calvo en su artículo ―Periodismo cultural,
conceptos y problemas‖. Según él, el público prefiere consumir información de tipo emocional
que formativa.
Esta tendencia a la priorización de información cultural masiva han partido de un concepto
nacido poco después del fin de la segunda guerra mundial: industria cultural. El término fue
acuñado por Theodor Adorno y Max Horkheimer en su artículo La industria cultural. Iluminismo
como mistificación de masas, el cual fue escrito por ambos entre 1944 y 1947, y publicado en el
libro Dialéctica de la ilustración o Dialéctica del Iluminismo.
El artículo, que define industria cultural como la producción masiva, de corte capitalista,
de mercancía cultural (Adorno y Horkheimer, 1944), resalta una nueva tendencia de los medios a
una cultura global, una que no entiende de fronteras. Llegado este punto, en el cual la
información es una mercancía para los medios, la difusión de información cultural profunda y
analítica es relegada a un segundo plano, mientras la agenda cultural, sensacionalista y más
acorde a las dinámicas capitalistas, toma el mando.
37
Gracias a esta fusión entre información cultural y agenda cultural, el público empieza a
confundirse acerca de lo que significa el periodismo cultural. Si tanto la información formativa
como la emocional son abarcadas dentro de los medios como material de tipo cultural, implica
que son los mismos medios los que presentan dos tipos de información diferente en una misma
sección.
Según la investigación hecha por el Ministerio de Cultura y la FNPI, el público colombiano
confunde los contenidos culturales con términos como el entretenimiento o el ocio, debido a la
ambigüedad de los mensajes enviados por los periódicos, revistas, programas radiales y los
programas de televisión.
"Si me tuviera que referir al periodismo cultural por el tiempo que la televisión le dedica,
entonces sería prácticamente nulo". Esta es la reflexión con la que el novelista y ex director del
Canal 22 de México, Jorge Volpi, trazó la cuarta sesión del primer seminario Nuevas Rutas del
Periodismo Cultural, anotando que la televisión ha marginado a tal grado los contenidos
culturales porque se pondera más el espectáculo y la farándula. Su afirmación refuerza la
posición de Calvo sobre la poca delimitación entre cultura y farándula dentro de los contenidos
de los medios.
Acerca de esta problemática, Volpi plantea la fusión entre noticias de carácter social con las
de orden cultural, pues considera que una información que trate sobre las dinámicas sociales de
una población es al mismo tiempo cultural. ―Otro ingrediente importante es vincular la
información cultural con la realidad del país (…) de ese modo Canal 22 logró aumentar su
audiencia. El ejemplo demuestra que las noticias cultas y de trasfondo no están alejadas de las
demandas del mercado y de la necesidad de obtener ganancias‖ (Volpi, 2011).
Con esta propuesta, Volpi logra unir dos conceptos al parecer distantes e integrar una
información cultural profunda dentro del concepto mercantilista de los medios. Todo depende del
trato que se le dé a la noticia; la coyuntura de una ciudad o un país puede ser una poderosa
herramienta para retratar, por medio de un contexto cultural y social, un rasgo, una costumbre,
una tradición, una marca propia de nuestra sociedad.
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1.4. ¿Realmente existe el periodismo cultural?
De esta variedad de perspectivas en cuanto a lo que es y lo que no es periodismo cultural,
nace una pregunta de vital importancia. Considerando como aspectos culturales temas como la
política, la ciencia, la tecnología, el deporte, la economía y, por supuesto, el arte, ¿es posible
hablar de un campo de información delimitada, al cual se le pueda llamar periodismo cultural?
Leila Guerriero, en el seminario organizado por la FNPI (Fundación Nuevo Periodismo
Iberoamericano) en septiembre de 2011, llamado Nuevas rutas para el periodismo cultural, titula
a su presentación “El periodismo cultural no existe”. Su intervención habla de la necesidad del
periodista de saber un poco de todo. Al referirse al campo cultural, afirma que ya no existe aquel
periodista que puede sentarse a escribir sobre una exposición o una obra exclusivamente. ―El
periodismo cultural no existe (…) Los mejores periodistas culturales son aquellos que pueden
escribir sobre cualquier cosa‖ (Guerriero, 2011).
Por esta razón, la reflexión de Guerriero invita al periodista ‗cultural‘ a ser más observador;
a escribir, tanto de la obra como del autor, o el lugar, o el contexto. Todo es susceptible de ser
narrado según Guerriero, desde lo artístico hasta lo mundano. ―Una mirada capaz de hacer cruces
entre diversas disciplinas, relacionar un cuadro con una crisis económica o un gesto artístico con
una obsesión, no se cultiva tomando cursos de poesía metafísica sino abriendo el campo y
aprendiendo a mirar‖ (Guerriero, 2011).
Al final de su intervención, Guerriero concluye que no existe el periodismo cultural en la
medida en la que la información cultural no se puede referir únicamente al campo artístico. ―Lo
único que un periodista debería preguntarse a la hora de escribir un texto sobre el aniversario de
la muerte de Rulfo no es en qué sección va a publicarlo sino qué tiene él para decir. Sobre los
aniversarios, sobre la muerte, sobre Rulfo‖ (Guerriero, 2011).
Lo que el periodista debe saber hacer, más que analizar los acontecimientos, el personaje, la
obra o la situación, es darle un matiz a ella. El periodismo, según Guerriero, basa su fuerza en
39
narrar una historia, sea cual sea, desde un punto de vista novedoso. Especialmente en el campo de
la cultura, que da la posibilidad de abordar un relato desde una gran cantidad de perspectivas.
Este tema también ha sido tocado en Colombia. De hecho, un egresado de la carrera de
Comunicación Social en la Universidad Javeriana basó su trabajo de grado en el análisis del
comportamiento de los medios en la producción de información considerada como cultural. Jorge
Eduardo Patiño, en su tesis El periodismo cultural algo más que un espectáculo, se refiere a la
perspectiva que puede tomar un periodista frente a una noticia, y cómo transformarla en un relato
cultural si se toma desde una perspectiva que construya más un relato social que una noticia.
Según Patiño, el carácter cultural de un escrito no está tanto en el tema que se escoge para
escribir, sino en cómo se escribe o se trata dicho tema. ―Si se piensa en lo que Jursich llama
periodismo literario2, se pueden incluir trabajos como A sangre fría, de Truman Capote; Relato
de un náufrago y Noticia de un secuestro, de Gabriel García Márquez o Mi alma se la dejo al
diablo, de Germán Castro Caycedo. Son trabajos en los que un hecho noticioso se recrea con
herramientas literarias y que, una vez terminados, constituyen un producto cultural, no por el
simple hecho de formar parte de la cultura humana, sino porque han pasado a un nivel estético, de
creación sensible e intelectual‖ (Patiño, 2002, p.33)
Otro tema relevante en la tesis de Patiño es la importancia de que la información cultural se
base en el contexto sociocultural en el que se desarrolla, postura muy similar a la expresada por
Leila Guerriero. Según Patiño, la producción de información cultural tiene que ver no solo ―con
la idea romántica del artista encerrado en su mundo, sino también con la producción del arte en
medio de una economía que impone sus lógicas y de una institucionalidad estatal que no siempre
obra según lo que habla‖. (Patiño, 2002, p.21)
Patiño afirma que el periodista tiene que incluir en su narrativa el contexto del mundo en el
que vive. Para él, las dinámicas económicas y políticas influyen no solo en estos campos, también
2 Mario Jursich, editor de la revista colombiana El Malpensante dice: “A mí el término periodismo cultural no me gusta mucho,
por las implicaciones inmediatas que tiene. Cuando uno oye ese término piensa inmediatamente en lo que uno agrupa bajo la expresión “bellas artes”. Yo preferiría un término que ha hecho cierta carrera y es el de “periodismo literario” porque la parte del periodismo se refiere a la parte documental, lo literario tiene que ver con el tratamiento que se le da a este asunto, la calidad de la escritura, el enfoque novedoso que se le da”
40
deben hacer parte del panorama del periodista a la hora de hacer una crónica, reportaje, noticia o
perfil de cualquier tipo. A la hora de dar un matiz a la información, basarse en las dinámicas
actuales de la sociedad es fundamental para dar credibilidad y sostén a la misma.
Leila Guerriero cita un pequeño extracto del libro de Wylie Sypher; llamado Literatura y
tecnología. Este aparte, según Guerriero, resume la situación del periodismo cultural a finales de
los años 60; concepción en la que, si se compara con los métodos y la producción periodística
cultural en la actualidad, se podrían encontrar varias similitudes.
―Las teorías de la relatividad se han utilizado para explicar el concepto vigente en la pintura
a partir del cubismo. Las técnicas empleadas en la psicología de la visión han contribuido al arte
óptico; la topología, la electrónica y la dinámica de campos han influido en el expresionismo
abstracto, en la música concreta, en la poesía letrista. La interacción entre la tecnología, las
ciencias y las artes nunca ha sido más frecuente. Los tecnólogos a su vez han adoptado los
métodos del expresionismo abstracto‖ (Guerriero, 2011)
La frase de Sypher acerca las posturas del periodismo cultural de los 60 con el de la
actualidad. Tal vez, el periodismo cultural nunca ha sido un género definido, y tampoco lo
necesita. Tal vez, este tipo de periodismo es un extracto de varias áreas del conocimiento, de allí
lo valiosa que es su información. Tal vez, quizás, no exista en realidad un género concreto al cual
se le pueda llamar ‗periodismo cultural‘, pero lo que sí existen son relatos integrales de un vivir,
de un sentir, de un andar.
José Muñoz González, en su libro Televisión, sociedad y educación, afirma que el objetivo
de la información cultural debería ser producir un discurso de la cultura. ―Hay una diferencia
entre difundir noticias sobre los acontecimientos de la vida cultural, generalmente reducidos a
actividades artísticas en la actualidad, y producir un discurso de la cultura: crear mediante formas
simbólicas la comprensión y la interacción de individuos y grupos acerca de su realidad‖,
(Muñoz, 1998, p.40) concluye.
Esos relatos, aquellos que construyen memoria colectiva, son los aquí considerados como
‗periodismo cultural‘.
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1.5. Géneros en el periodismo cultural
Definido el periodismo cultural como un difusor de memoria colectiva, el debate se traslada
ahora a los géneros idóneos para la producción del mismo. Aquí volvemos a entrar en un dilema,
pues no hay acuerdo en cuanto a qué géneros periodísticos pueden ser considerados para el
ámbito cultural.
Manuel Calvo afirma que, debido a la ampliación de las fronteras en el ámbito comercial, el
concepto de cultura también ha abierto su horizonte a terrenos desconocidos (Calvo, 1998).
Ahora podemos encontrar un pedazo de lo que somos desde terrenos tan inesperados como un
perfil hasta en una nota necrológica.
No obstante, es posible hallar autores que en la actualidad se han atrevido a demarcar estos
límites de género y establecer cuáles pueden ser afines a la difusión de contenido cultural. Por
ejemplo, Jorge Rivera en su libro El periodismo cultural hace una detallada descripción de los
diferentes géneros que, en la actualidad, pueden ser alineados dentro del gran espectro que es
ahora la información cultural, estos son algunos de los géneros más relevantes que expone y sus
características.
Crítica: Principal fuente de valorización literaria para las personas que están alejadas del
ámbito académico, por lo que subyacen de ella muchas variaciones, hay una valoración
para cada tema. Citando las palabras de Rivera, se trata de una ―interpretación y una
estimación‖ de un suceso cultural. Siendo así, una crítica cultural puede tratar temas desde
un suceso político hasta una obra de arte.
Para la construcción de una crítica, hay dos patrones literarios que imponen su
estilo, por su contundencia y argumentación. Estos son el ensayo y la reseña. Ambas son
considerablemente diferentes y, sin embargo, mantienen estable una misma idea: valorar
con argumentos un suceso cultural; la diferencia radica en la extensión y la profundidad
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con la que se analiza dicho acontecimiento, pues en la primera se valoran distintos
elementos que dan una perspectiva más detallada del porqué de la opinión presentada por
el escritor, mientras que en la segunda se define un concepto acerca del suceso con frases
y argumentos más cortos, pero igual o tal vez más contundentes que en el caso del ensayo.
Perfil: Esbozo literario e informativo de alguna figura que pueda ser considerada dentro
del ámbito cultural. Este bosquejo, hecho a grandes rasgos, requiere sin embargo de un
conocimiento previo del personaje, que permita ahondar en temas claves del mismo. El
perfil es también un género de instinto, ya que la adecuada presentación de las diferentes
facetas del personaje será el factor que en definitiva aumente o difumine aquella presencia
imponente de cualquier protagonista de un perfil. La cercanía que proyecta un perfil entre
el personaje y el lector es, precisamente, ese puente invisible que debe cruzar un
periodista para humanizar a aquella personalidad del ámbito cultural en su escrito.
Nota necrológica: Si humanizar a un personaje dentro de un perfil es tarea complicada, lo
es mucho más hacerlo dentro de un homenaje póstumo. Como se afirma de manera
coloquial, ―no hay muerto malo‖, razón por la cual hacer una caracterización de una
personalidad cultural que se acerque a lo que esta fue en vida es de enorme dificultad.
Aquí se debe valer el periodista, aún más que en el perfil, de un amplio conocimiento de
lo que fue el personaje, además de una reportería exhaustiva de su entorno. Sin embargo,
el homenaje nunca es negativo, se trata precisamente de ensalzar aquellas gestas de
personajes de la cultura de una manera elocuente y poética, más sin cometer el error de
divinizarlo.
Este género funciona de manera un poco distinta a los demás, pues su escritura no
depende específicamente de un tiempo preciso. Un homenaje puede comenzar a ser
escrito muchos años antes de que el personaje muera, ser actualizada con el correr de los
años y tener su último lustro días después de la muerte del protagonista. Abstraído de un
tiempo específico, el homenaje puede ser tarea de uno o varios periodistas, otra
característica inusual de otros géneros periodísticos culturales.
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Crónica: Herramienta indispensable de la memoria cultural. Es el relato de un episodio
cultural, encargado no solo de describir el momento, sino también de transmitir las
sensaciones, de retratar el ambiente, de rescatar las sensaciones de aquella época que
describen. La crónica parte de lo episódico y efímero para después adentrarse en lo
trascendental, en lo imperecedero.
Debido a su alto contenido informativo, la crónica suele ser reemplazada por otros
géneros más breves, adaptados a la vida ajetreada del siglo XXI; es por esto que este
género es especialidad de pocos periodistas, de aquellos que saben combinar la reportería
con un estilo definido, que le dé ritmo y que mantenga la atención del lector.
Entrevista: Espacio que, a diferencia del perfil, busca retratar a un personaje a través del
mismo. Es por esto que el género exige al periodista el uso de una herramienta poco
común dentro de otros géneros: la pregunta. La entrevista demanda que el periodista sea
un experto en la formulación de preguntas claves, que mediante la respuesta del personaje
logren hacer un bosquejo de lo que dicha persona es; de su color, de su ánimo, de su
energía, de lo que no se puede ver.
Por supuesto que hay diferentes enfoques en las entrevistas, el periodista puede
buscar desde un acercamiento profundo a la figura cultural, hasta un enfrentamiento de
posiciones entre uno y otro. Esta es otra de las razones por las cuales las preguntas toman
gran relevancia a la hora de enfocarlas.
Por último, otra de las habilidades de un buen entrevistador es la capacidad de
escucha, pues de esta condición depende que pueda armar un panorama completo de lo
que es el objetivo de la entrevista, además de ser esencial a la hora de repreguntar
incógnitas que haya dejado el entrevistado con sus respuestas.
Reportaje: Análisis profundo de un suceso, que se basa en el mismo para recrear un
contexto amplio y detallado de todos los factores que influyeron en él; llámense factores a
sucesos, personajes o al contexto histórico. Recopila otros géneros periodísticos tales
como la entrevista, la crónica, el perfil y la crítica para armar una narración detallada de
44
lo sucedido; recoge los testimonios de las partes involucradas y contextualiza
históricamente al lector brindándole información histórica de hechos relacionados con el
tema.
Su relato viene siempre acompañado de certezas, por lo cual el reportaje se nutre de
encuestas, entrevistas, estadísticas o cualquier otro dato certero que aporte veracidad al
enfoque que se le dé al suceso. Teniendo en cuenta que los datos que se exponen llevan en
la mayoría de casos a que el periodista se decante por contar la historia desde un enfoque
personal, el reportaje es un género que abarca tanto la subjetividad como la objetividad:
los testimonios, datos, contexto, y demás hacen parte de la objetividad; sin embargo, el
relato de quien une las piezas y las presenta como una historia es completamente
subjetivo.
Sumado a todos estos hay otro género importante de mencionar, pues será la base del
análisis a realizar en este trabajo. Jaime Alberto Vélez, profesor de la Universidad de Antioquia
en el área de Ciencias del lenguaje, lo define en el título para su artículo de El Malpensante de
1998, como ―El más humano de los géneros‖ (Vélez, 1998). El ensayo.
Este género creado, o al menos nombrado por primera vez, por Miguel de Montaigne en
1598 al dar a conocer una serie de escritos a los que denominó Essais, no tenían fin alguno más
que, dicho por el mismo Montaigne, ―Cuando me pierdan (…) puedan volver a hallar algunos
rasgos de mi condición y humor‖. Esta es una de las características fundamentales del ensayo:
retrata parte de la esencia del autor, es personal, privado, propio. Este género es único pues
plasma la voz del autor, su punto de vista frente a lo que escribe.
El ensayo nace entonces en el esplendor del Renacimiento como ―un intento abierto y
liberal de plantear las propias opiniones, lejos de la pretensión de verdad irrefutable que tanta
rigidez confería a la filosofía y a la religión de la época‖ (Vélez, 1998). Visto así, el ensayo no
busca convencer, mucho menos determinar; más bien, es un género que mediante una voz y un
relato de sucesos y cavilaciones busca persuadir al lector, inclinarlo hacia la visión del autor. ―Su
45
autor habla al ser humano corriente con una voz más cercana a la conversación que a la lección o
al sermón‖ afirma Vélez.
Por estas características, afines a los objetivos y la metodología de este trabajo, se ha
escogido al ensayo como en género literario y periodístico idóneo para retratar los contenidos de
Universo Centro; pues con el discurso que se presentará en estas páginas no se busca alcanzar la
‗visión perfecta‘ del medio, tampoco determinar categóricamente si el mismo alcanza o no ciertos
parámetros de análisis planteados en este marco conceptual. El análisis de Universo Centro
pretende ser un relato proveniente de una voz que, lo menos subjetivamente posible, plasma una
opinión, una frase, un pensamiento o una conclusión, basándose en una investigación minuciosa
del contenido del periódico. Este trabajo no busca afirmar; más bien, busca persuadir.
2. Cultura de red
Esta expresión define a toda una generación: aquella que creció en medio de una revolución
tecnológica que ha cambiado nuestra forma de vivir, interactuar, de comportarnos. Nuestra
cultura tiene un antes y un después de la red. Este capítulo busca analizar las nuevas dinámicas
culturales dentro del vasto campo de la red. Aquí veremos la dinámica de una nueva sociedad, y
sin duda, de una cultura trasformada por completo.
2.1. Periodismo cultural en la red
―El periodista del futuro –es decir, del presente– no es un periodista tradicional equipado
con un teléfono inteligente e Internet. El cambio es mucho más profundo. El periodismo del siglo
XXI (ese que tendríamos que estar haciendo desde hace doce años) requiere de un nuevo lenguaje
siempre en construcción, no de refritos de las fórmulas avejentadas de lo que fue el periodismo‖
46
Esta reflexión, formulada por Jorge Tirzo, reconocido periodista cultural mexicano, refleja
el cambio de las estrategias mediáticas de los medios de comunicación en el auge de la cultura
2.0.
El origen del periodismo cultural en la red tiene una historia similar a la del resto del
periodismo y a la de los diarios digitales. En su principio nació como sección digital de los
diarios posteados en la red. Ahora hay páginas completas dedicadas a brindar información
cultural a diferentes sectores de la sociedad. La información se ha diversificado de tal manera que
es difícil pensar en un evento o acontecimiento cultural que no tenga eco dentro de la red.
Con el auge de la producción e información para plataformas virtuales, el ámbito cultural,
de naturaleza investigativa, se desató de las restricciones espaciales que le imponían otros
formatos como el periódico o la televisión. Esta última se encuentra supeditada a un tiempo de
emisión específico, el periódico al número de páginas que el editor considere pertinente darle a
un tipo de información; en cambio, la red es un espacio infinito, sin límite de tiempo o de hojas.
En este espacio la dinámica de producción toma un giro trascendental, apoyado en características
excepcionales de la red que acercan los contenidos al público como nunca ningún otro formato lo
había hecho.
Este trabajo considera que las principales características que hacen únicas las dinámicas de
difusión de información en la red son:
Interactividad: participación y respuesta del público frente a la información posteada.
Hipertextualidad: posibilidad que da la red de relacionar varios documentos entre sí.
Multimedialidad: utilización conjunta de formas básicas de información como texto,
sonido e imagen fija o animada.
Estos tres factores son determinantes para que el periodismo en general dé un paso
definitivo a la virtualidad.
Sin embargo, no se trata solo de adoptar estas características para adaptar de manera exitosa
los contenidos de los medios. El problema principal del denominado ‗periodismo cultural‘: su
47
ambigüedad en el trato que le dan los medios, vuelve a estar presente en el formato virtual. En la
red, tampoco hay un límite entre lo que se presenta como información cultural y la agenda
cultural.
Gumersindo Lafuente, editor y director adjunto del diario El País de España, busca hacer
una diferencia entre la producción cultural y lo que el marketing vende como ‗cultura a las
masas‘ en una reciente entrevista con el portal Universia. ―La comunicación se encarga de poner
de moda cosas que se nos venden como cultura y que en realidad son productos del
marketing. Bienvenidos sean, si son una entrada hacia asuntos culturales más relevantes para
nuevos lectores que estén incorporando los medios‖ (Lafuente, 2012).
Este problema es una de las causas importantes de la escasa producción cultural real en la
red; sin embargo, este fenómeno ha ido cambiando. La producción cultural digital viene
creciendo en los últimos años. No obstante, aún no existen esas grandes cadenas mediáticas que
apuesten a un buen proyecto cultural. La diversidad de contenidos en la red es una causa de este
fenómeno, pero no el único responsable. La falta de apoyo al periodismo cultural, y la poca
relevancia que dan los medios al mismo, es lo que tiene a este género ‗contenido‘ en relación con
otros que sí han encontrado en la red mayores oportunidades.
Y aunque los medios culturales no están estructurados para tener una gran envergadura,
pues apuntan a públicos con características específicas, hay algunos casos de revistas que reúnen
contenido cultural de diferentes partes del mundo –tema a ser tratado en un capítulo posterior−.
Esta información, sin embargo, no busca unificar contenidos culturales con los de otras
sociedades. Su fin debe apuntar a la exposición de unos propios de la idiosincrasia, con un
trasfondo social o cultural de interés masivo.
2.2. Periodismo Hiperlocal
Parece un énfasis opuesto al periodismo en la red, pero narrar historias de barrio o de
ciudad tiene una aceptación creciente dentro de los usuarios de internet, y es una de las apuestas
de medios digitales que deciden escribir de los acontecimientos locales dentro de una pequeña o
mediana comunidad. El periodismo hiperlocal dentro de la red aprovecha la masividad de la
48
misma de una manera diferente a los grandes medios, pues apunta siempre a un mismo objetivo,
tiene su nicho definido: sus conciudadanos.
Y apuestan a la fidelidad de ellos, a su interés en recibir información afín a su cotidianidad,
para sentar las bases de su proyecto, de pequeña envergadura, pero de popularidad constante
dentro de su público.
La razón por la cual el periodismo ‗de barrio‘ funciona tiene una premisa muy sencilla:
hace veedoras a las personas que conforman su comunidad, las hace partícipes de lo bueno y de
lo malo y se convierte en una herramienta de supervisión de enorme utilidad para una pequeña
sociedad.
―Los periodistas del futuro seguirán contando historias, pero lo harán de manera colectiva:
valiéndose del aporte de usuarios interesados o especializados. Y además, reflejarán los
acontecimientos de los barrios o comunidades‖ (Piccato, 2010). Con esta afirmación Franco
Piccato, periodista y profesor argentino especializado en medios digitales, pretende describir lo
que a su parecer debe ser el futuro del periodismo en la red. En su opinión, los reporteros
digitales del futuro deberán apuntar a ofrecer una experiencia de inmersión total en la realidad, en
propia y en la que le ayuda a construir aquel público que hace parte de su entorno.
Universo Centro es un perfecto ejemplo de periodismo hiperlocal, pues define su nicho
desde su mismo título, para apuntar así a las historias de un sector determinado -centro de
Medellín- y relatar al mismo tiempo un suceso que puede ocurrir en muchas partes del mundo. La
historia, el personaje, su entorno y su contexto son locales; sin embargo, el suceso en sí no lo es.
En la edición N° 46 del periódico, de junio de 2013, el periodista Mauricio López relata la
historia de un joven que vendía billetes de lotería para comprarse una bicicleta nueva; ese niño, al
que los paramilitares le mataron su padre, se convertiría en el año 2012 en el primer medallista
olímpico en ciclismo de ruta para Colombia. La historia de este joven, Rigoberto Urán, tiene
matices, detalles, situaciones y protagonistas únicos, pero parte de un suceso que puede ser
universal: la historia de un joven humilde que trabaja para comprarse una bicicleta.
49
Y así es como se difuminan los rostros de los protagonistas y toman poder las situaciones,
las historias que se repiten aquí y allá. La historia del joven que vendiendo boletos de lotería
logró comprarse una bicicleta es, sin duda, un relato universal.
2.3. Narrativa web
La web es un medio completamente novedoso en comparación con la televisión o los
medios impresos. La infinita variedad de posibilidades, a la distancia de un click, da la
oportunidad al púbico de escoger con mucha más rigurosidad qué desea leer.
Y, al parecer, las dinámicas de la red apuntan a suplir una necesidad de inmediatez propia
de nuestra sociedad ataviada por las responsabilidades y las prisas. Los medios, las redes sociales,
los blogs y las agencias de noticias han diseñado sus páginas para difundir una enorme masa
informativa dentro de un formato claro y certero que el público pueda leer y comprender mientras
hacen una pausa dentro de sus muchos quehaceres diarios. El contexto, el trasfondo, las noticias a
profundidad, los grandes reportajes, las historias bien contadas, han pasado a un segundo plano.
¿Cómo afecta esta tendencia a la búsqueda de información resumida dentro del panorama
cultural? Según Gumersindo Lafuente, internet es una plataforma con muchas posibilidades. "Los
medios digitales no son sólo inmediatez, sino que también es posible investigación y análisis. No
son conceptos exclusivos de los periódicos de papel" (Lafuente, 2009).
Teniendo en cuenta que las redes sociales son las principales herramientas del periodismo
de inmediatez, ¿cuáles pueden ser entonces aquellos instrumentos del periodismo de
investigación y crítico, el cual Lafuente afirma que también tiene un espacio en la red?
Daniel Cassany, profesor e investigador universitario español, escribió un libro llamado
En_línea. Leer y escribir en la red, en el cual se hace un recorrido por las herramientas propias
de la web y su diferencia con otras plataformas, tales como los medios impresos.
50
Para Cassany, la principal diferencia entre un escrito posteado en la web y un libro es,
precisamente, el estado ‗en línea‘ del escrito web, lo que lo provee de una conexión directa con
―millones de recursos, que aprovechamos para construir significados de manera diferente y más
sofisticada‖ (Cassany, 2012, p. 50).
Estos recursos, según el catalán, superan por completo la experiencia de leer un libro, pues
la red provee al lector de una amplia variedad de datos, significados, contexto, y vocabulario
extra que hacen de la lectura en la red una vivencia más completa para el lector y más simple para
la comprensión de lo que lee.
En cuanto a las herramientas propias de la narrativa web, Cassany afirma que algunas de las
mismas, que ya han aparecido en otras plataformas –tales como la televisión y los impresos−
adquieren un nivel superior dentro del marco digital. Algunos de estos instrumentos, mejorados o
creados por la web, son:
Multimodalidad: concepto similar a la multimedialidad –anteriormente analizado− que
abarca la unión de diferentes formatos informativos: imágenes, videos, tablas, fotos,
dibujos, audios, íconos, para presentar desde diferentes ángulos la misma noticia.
Remix: Mezcla de elementos de otras fuentes que, bajo el matiz propio de un autor,
adquieren una connotación nueva o, al menos, novedosa.
Leída y comentada: Herramienta de interacción y retroalimentación entre el autor y su
lector.
Cooperativa: Brinda la posibilidad de co-crear material en la web incluso entre internautas
que pueden compartir el mismo interés, pero que ni siquiera necesitan conocerse.
51
Estas herramientas, propias de la web o mejoradas por la misma, convierten al público, más
que en un consumidor pasivo de información, en un ente activo y determinante para la
conformación de una agenda informativa.
También hace a los internautas más selectivos y específicos en cuanto a lo que en realidad
buscan encontrar. De no integrar todas estas herramientas, la información de los medios digitales
puede quedarse en aquel tipo de información inmediata y sin trasfondo mencionada en un
principio. Esta posibilidad no es viable para el periodismo cultural, al que no le alcanzan 140
caracteres –los máximos que permite twitter− para contar una historia que no deje interrogantes.
Todo medio que apueste por producir información cultural crítica y profunda debería dejar a un
lado los afanes y aprovechar las enormes oportunidades que brinda a esté ‗género‘ la web.
¿Y cuál es la principal ventaja de la web? No hay un consenso general para la respuesta a
esta pregunta; sin embargo, muchos de los académicos aquí reseñados se refieren constantemente
a un mismo concepto: universalidad.
Este capítulo ha enfrentado dos conceptos en teoría anacrónicos: una web infinita frente a
un periodismo que en teoría apunta, más que a la sociedad, a la comunidad, al barrio, a lo que
subyace de la cultura: la contracultura. Al final del debate, se ha planteado que dichos conceptos,
trabajados de manera conjunta pueden conformar una producción de información que, al final,
logre captar la atención de las masas.
De lo local, o lo hiperlocal, a lo global. Al suponer que la universalidad de la red reduce
inexorablemente al primer modelo, lo local parece no tener más margen de expansión que el que
le da su reducido público, o sí?
3. Historias locales, culturas globales
A través de todo este marco conceptual, se ha trabajado el concepto de la cultura atravesado
por la globalidad de la web. Tomando a la red como un difusor masivo de lo que se conoce como
52
industria cultural, este capítulo busca analizar los conceptos que pueden llevar a una cultura de
barrio o comunidad a adquirir rasgos, matices o características propias de una cultura
generalizada; de historias que se repiten aquí y allá, en las calles de Medellín, de Bogotá, de
Nueva York, y que logran despertar el interés de aquel que ve reflejada su cultura en ellas.
3.1. Derribando fronteras
―Uno de los mayores temores que despertaron los cambios globales de los últimos años (la
expansión de las nuevas tecnologías y de la industrialización), reforzados todos ellos por la caída
del Muro de Berlín en 1989, fue que, "instaurada la modernidad" (cualquier cosa que eso
signifique), quedaría sepultada la cultura local‖ (Villalobos, 2003).
Con esta frase da inicio el periodista Mexicano Juan Manuel Villalobos a un artículo de
2003 para la revista Letras Libres, llamado Cultura local, cultura global. El escrito informa sobre
la publicación de una colección de obras de autores tan renombrados en el ámbito cultural como
Néstor García Canclini, Jean Pierre Warnier –autor del libro La mundialización de la cultura−, o
de George Judice –autor de El recurso de la cultura: usos de la cultura en la era global−.
El objetivo de esta colección, según Villalobos, es conocer más a fondo los movimientos
sociales que se están gestando en campos como el trabajo, la comunicación o la industria, así
como al interior de las fronteras entre países (Villalobos, 2003). García Canclini, director de la
colección, afirma que ni la modernidad ni la globalización anulan las culturas tradicionales y
locales, pero considera al mismo tiempo que éstas no pueden ser entendidas sin los procesos y los
movimientos globales.
Y es que la globalización reconfigura por completo el panorama global de las sociedades.
Saskia Sassen, socióloga y escritora holandesa, ganadora en 2013 del premio Príncipe de Asturias
en la rama de ciencias sociales, es una de las mayores críticas de la globalización y de sus
consecuencias en el panorama actual. En su libro Los espectros de la globalización, Sassen
53
analiza un factor determinante en la conformación de estas nuevas culturas globales: la
transnacionalización de la mano de obra.
―Hay representaciones de la globalidad que no han sido reconocidas como tales o que son
representaciones discutidas. Estas representaciones incluyen la inmigración y sus ambientes
culturales asociados, a menudo agrupados bajo la noción de etnicidad‖. (Sassen, 2003, p. 29).
Según Sassen, la problemática de la inmigración y la etnicidad son, en realidad, una serie de
procesos relacionados con la globalización de la actividad económica, de la actividad cultural y
de la formación de identidad.
La problemática de la inmigración, en el marco de la globalización, altera entonces la
concepción clásica de la cultura: un amasijo de costumbres, mitos, tradiciones y creencias que
conforman el imaginario de una sociedad que convive dentro de un mismo territorio. Nuestros
vecinos, compañeros de trabajo, amigos u profesores pueden no compartir nuestras raíces.
Vivimos en la actualidad en una sociedad pluricultural; y esto ocurre principalmente, tal y como
afirma Sassen, en las grandes urbes (2003).
Colombia, naturalmente, no es ajena a estos procesos. Un estudio publicado en 2010 por la
agencia estadounidense Ibernet Media & Consultants, con sede principal en Nueva York, y
divulgado por la cadena colombiana Caracol Radio, afirma que para finales del año 2010 la cifra
de colombianos que viviría por fuera del país sería de seis millones.
Teniendo en cuenta que según estimaciones del DANE, publicadas en una reseña web de
Wikipedia, en mayo de 2011 Colombia alcanzó los 46 millones de habitantes (DANE, 2013). De
acuerdo a estas cifras, el porcentaje de población colombiana que vivía en el extranjero para el
año 2011 era aproximadamente del 11,5%. En 2011, más de uno de cada diez colombianos
formaba parte del proceso de reconstrucción cultural en cualquier parte del mundo, y esa cifra
puede ser aún mayor en la actualidad.
Sin embargo, la migración no es el único factor responsable de las reconstrucciones
culturales a nivel global. Como ya fue tratado en el capítulo II de este trabajo, la red ha sido otro
factor fundamental en la desterritorialización de identidades.
54
Jesús Martín Barbero, experto en cultura y medios de comunicación de origen español, y
residente en Colombia, se refiere a las barreras que la globalización sobrepasó gracias a los
adelantos tecnológicos, especialmente en el aspecto comunicativo. ―Lo que necesitamos pensar
hoy es la hegemonía comunicacional del mercado en la sociedad: la comunicación convertida en
el más eficaz motor del desenganche e inserción de las culturas –étnicas, nacionales o locales- en
el espacio/tiempo del mercado y las tecnologías globales‖ (Barbero, 2002, p. 6).
Es entonces la comunicación, según Barbero, aquello que nos une como cultura
transnacional, que no conoce de razas o países, pero que está atravesada por una especie de
adoración a la tecnología y a los aspectos sociales e interactivos que nacen de ella.
Ambos factores conforman aquel concepto al cual se refieren Canclini y aquellos que hacen
parte de dicha colección a la que hace referencia Juan Manuel Villalobos en su artículo. Cultura
Global; con la caída del muro de Berlín, como apunta Villalobos, terminaron de caer todas las
fronteras.
No obstante, la conformación de una cultura global no implica de ninguna forma la
desaparición de la cultura local −tema tratado en la sección Periodismo Hiperlocal−. Las
historias de barrio, de comuna, de pueblo, aquellas que construyen identidad cultural a nivel local
o nacional, también hacen parte de una dinámica que nos une y nos desconecta al mismo tiempo.
En esa cultura global de la que habla Canclini y otros, rompemos nuestra propia barrera cultural y
exponemos lo que somos al mundo; de esta interacción recibimos material simbólico que también
transforma nuestro imaginario cultural, pero seguimos siendo una cultura particular, con nuestras
características propias y nuestra idiosincrasia única.
¿Y qué pasa con aquellas historias que retratan lo que subyace de nuestra cultura? ¿Cuáles
son las dinámicas de los relatos que parecen lejanos a retratar una cultura popular, o al menos
masiva? Cómo puede llegar un medio contracultural, crítico de la cultura popular, a ser global?
55
3.2. Cultura y contracultura
¿Cómo escribir poesía después de Auschwitz? esta fue la famosa pregunta que se formuló
el filósofo Theodor Adorno tiempo después del holocausto nazi; esta pregunta resumía en sentir
de una generación que había perdido su encanto hacía el humano, hacia su presunción de belleza.
La cultura, por lo tanto, también sufrió una transformación.
Marianne Ponsford, directora de Arcadia, retoma esta frase en un editorial de agosto de
2008, preguntándose por lo que en realidad es la cultura en el siglo XXI. Si bien acepta que en
tiempos pasados el concepto se remitía a todo lo considerado como bellas artes, en la actualidad
está es una visión limitada. Ahora, tomando como punto de ruptura la segunda guerra mundial, la
cultura se preocupa por lo humano, por la interacción entre sociedades y como la misma afecta la
vida de cada una.
―La alta cultura examina y se interroga sobre lo humano. El artista no vive en una torre de
cristal. Ve televisión, sale a la calle, lee la prensa, vive, se enamora, sufre, y por lo tanto, la esfera
de la política forma parte de su mundo‖ (Ponsford, 2008). Esta humanización de la cultural hace
que sus temas se diversifiquen. Ahora todo relato de lo humano y sus formas de vida es cultura;
la historia y la política se convierten en temas de importancia a la hora de hablar de cultura.
Ponsford invita a sus lectores, al final de su editorial, a que acepten la diversificación de la
cultural; a que entiendan que las bellas artes son tan solo un punto de vista a la hora de describir a
toda una sociedad. Finalmente, reivindica la política como un tema esencial a la hora de hablar de
cultura. ―Es en la esfera de lo político donde más fácilmente se aprecian las grandes
contradicciones de la condición humana. Por lo tanto, pocas cosas más legítimas que la reflexión
del artista en torno a la política‖ (Ponsford, 2008).
Y es precisamente en la política y en su historia en donde el hombre se acepta como
humano, aquel que comete errores y que representa, en ocasiones, más horror que belleza. Por
esto también se tuvo que autoevaluar el periodismo, que entendió que su trabajo no consistía en
analizar lo bello, sino todo. El humano es lo malo y lo bueno, lo feo y lo bello y, por lo tanto, a la
hora de hablar de su cultura es necesario abarcar todo lo que lo refleja. El trabajo del periodismo
56
cultural tiene que hablar historias humanas, tiene que confrontar al lector con lo que es, así a este
le resulte incómodo enfrentarse a su realidad.
Es por esto que la política y la historia son el perfecto reflejo de nuestra cultura del siglo
XXI, que no es ni tan optimista y egocéntrica como la del renacimiento, ni tampoco tan lúgubre
como la de la época oscura, en la cual la reciente decadencia del imperio romano había
extinguido toda posible esperanza de la humanidad hacia su propia especie. Esta época requiere
de confrontación entre nuestras virtudes y defectos, entre lo que somos y lo que aún nos falta por
aprender. La crítica es para la cultura una catarsis, algo que la hace revolcarse en medio de su
conformismo y superarse a sí misma.
Y el pensamiento crítico de aquellos que debaten acerca de la cultura es uno de los
bálsamos que mueve a nuestra sociedad. Cuando el periodista se acerca a la política desde una
concepción cultural, es cuando más podemos acercarnos a una visión de lo que somos en
realidad; y cuando se atreve a criticarla, es cuando entendemos qué es lo que definitivamente no
queremos ser.
Algunos podrían llamar a estos críticos periodistas contraculturales, y no estarían del todo
lejos. Porque para estar decidido a cuestionar todo lo que hace parte de una cultura y tradiciones
de una sociedad, se tiene que tener un espíritu de desarraigo a las costumbres que definen a la
mayoría de sus conciudadanos.
José Luis Herrera Zavaleta, egresado de la Escuela Práctica de Altos Estudios - Sección VI
de Ciencias Económicas y Sociales de La Sorbona, Paris, define de esta manera al paradigma
cultural. ―Es una forma específica de ver la realidad, establece límites a lo hegemónico, formula
interrogantes, introduce enigmas en el imaginario social‖ (2009, p. 73). En estas bases se funda el
periodismo contracultural, o crítico, para llegar a una mayor audiencia, pues uno de los
paradigmas más globales e universales de la cultura es, precisamente, el limitar los alcances de
‗lo hegemónico‘.
Esa es una de las bases de Universo Centro, un periódico que no busca a la Medellín de
antaño, a la tradicional. El medio busca contar historias diferentes, retratos de aquello o aquellos
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que no se ven reflejados por la industria cultural paisa, relatos que van más allá del Parque
Lleras, del barrio El Poblado, de la bandeja paisa, de las hermosas mujeres, del metro de
Medellín. Estos relatos alternativos son la base de este estudio, son relatos que construyen una
cultura alterna a la tradicional, una concepción atractiva en el mundo digital –no solo en esta
plataforma− por su capacidad crítica y analítica frente a lo establecido.
Universo Centro será nuestra base de estudio; sin embargo, no es un caso aislado, ni mucho
menos, en lo que se refiere a medios web culturales, pues existen otros medios de similares
características que gozan de gran reputación en la web y tienen una plataforma mucho más
estructurada que el periódico antioqueño; portales culturales que merecen ser analizadas.
4. Cultura 2.0
No es sencillo transformar maneras, hábitos, tradiciones, modos de vivir. Esta reflexión no
solo es válida para la cultura, que ha evolucionado de una concepción limitada a su propia
localidad hacía una interconexión de sociedades que, al mismo tiempo que ‗actualizan‘ su propia
identidad, hacen parte de la reconstrucción de cultural en territorios ajenos. Los medios, difusores
de estas culturas entremezcladas, han sido parte fundamental del cambio y, al mismo tiempo, han
llevado su propio proceso de ‗reconfiguración‘. En el campo de la cultura, hay algunos ejemplos
de medios que han entendido a la red como un campo de oportunidades, y por tanto han creado
una plataforma virtual cercana a los ideales que, en este trabajo, planteamos para la web como
esenciales: multimedialidad, interactividad e hipertextualidad.
4.1. Híbrido cultural
Anfibia y el nuevo relato investigativo
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―Lo anfibio es el cruce de los discursos del periodismo hacia las fronteras académicas y de
los discursos de la teoría y el análisis hacia las nuevas narrativas‖ (Anfibia, 2013).
Anfibia, portal web argentino que nace el 14 de mayo de 2012, propone por medio de esta
frase un discurso periodístico que combina lo académico con lo vivencial, lo investigativo con lo
narrativo. Como bien denota su nombre, la revista digital busca una mezcla ―de los nuevos relatos
con los nuevos académicos, intelectuales de lo fractal, ya desatados de los corsets teóricos‖.
Basada en su concepción de nuevo periodismo narrativo, apoyado en la academia, Anfibia
es un medio que expone la cultura por medio de historias locales –generalmente del área de
Buenos Aires− con un estilo de relato novedoso, fresco, ajeno a la complejidad propia de los
discursos culturales académicos. Esto, sin embargo, no significa que no haya en la revista un
discurso afín con la teoría.
No hay que ir muy lejos para encontrar un ejemplo de esta ‗hibriedad‘ de Anfibia. En una
crónica titulada El candidato esponja: de liberal a conservador popular, publicada el 21 de
octubre de 2013, la revista plantea hacer un perfil de un político argentino mediante una
investigación conjunta entre el cronista Andrés Fidanza y el sociólogo Lucas Rubinich.
Este trabajo, que combina el análisis sociológico del personaje, hecho por Rubinich, con la
investigación y el relato detallado de Fidanza, es un claro ejemplo de como la teoría y el suceso
son trabajados como uno solo en Anfibia. Sin el suceso no hay análisis teórico y sin el análisis
contextual el suceso quedaría como un hecho aislado.
Su portal, sin embargo, no parece aprovechar todas las posibilidades que da la red en
cuanto a espacialidad se refiere. Sus contenidos se encuentran categorizados de manera escueta;
solo existen cinco secciones: crónicas, fotos, videos, blog y feria, denominaciones que no llaman
la atención del internauta ni tampoco seccionan de manera más especializada los textos, con el fin
de orientar sobre qué tipo de información se puede encontrar en cada sección.
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Esta interconexión fallida entre los diferentes contenidos publicados por Anfibia ocasiona
que el portal parezca lejano de aplicar efectivamente algunas de las dinámicas propias de las
narrativas web –multimedialidad, hipertextualidad e interactividad−. Sus crónicas carecen de
hipervínculos incluidos en el propio texto –Al final de algunos textos se encuentra la opción
―también te puede interesar‖: un hipervínculo a otros textos de similar tópico− y en la mayoría de
los casos el texto va acompañado tan solo por una galería fotográfica, por lo cual los casos de
multimedialidad dentro de una misma crónica son escasos.
No obstante, Anfibia busca mantener una continua interacción con sus lectores. Al final de
cada artículo, el portal da la opción al internauta de opinar acerca del texto que acaba de leer con
tres diferentes opciones a la pregunta ―te gustó la crónica‖: ―¡sí!, tal vez…, o mmmno‖. Abajo, el
lector puede postear una opinión más amplia sobre el contenido leído. La página en Facebook de
la revista postea comentarios, fragmentos de crónicas, fotos, convocatorias y noticias varias veces
al día, síntoma de su interés por mantener una conversación constante entre el medio y sus
lectores.
Otra característica, que se puede constatar en la misma interacción de la revista con sus
lectores, es el reducido alcance de la misma a públicos de diferentes contextos sociales y
culturales. Anfibia es un medio de relatos locales para un público local. La mayoría de sus
contenidos son relatos generalmente desarrollados dentro del área metropolitana de Buenos
Aires. La escasez de variedad narrativa retrata al medio como un portal cultural propio de los
argentinos, y sin aparentes aspiraciones de incursionar en otros discursos socio-culturales más
globales
En síntesis, la esencia de la revista Bonaerense, nacida en el seno de la facultad de
periodismo de la universidad San Martín, plantea un discurso hibrido entre lo investigativo y lo
académico, un concepto que parece unificar aquella clásica tensión de los discursos culturales
entre lo académico, ‗lo de élite‘ y el rigor investigativo de la cultura popular.
Sin embargo, y con el fin de acercar este discurso a su público por medio de la red, Anfibia
tiene aún camino por recorrer, pues las dinámicas propias de las narrativas web no se encuentran
del todo presentes en la revista, razón por la cual algunos contenidos, tal y como están plasmados
60
en el portal, pueden ser perfectamente aptos tanto para el portal web como para una posible
versión impresa.
Tal vez la mayor deuda de Anfibia con la red, su medio de difusión, es la inclusión dentro
de su producción periodística de temas que abarquen discursos más globales. Una revista web
que además de no implementar herramientas propias de las narrativas web, propone un discurso
cultural limitado única y exclusivamente al contexto en el que convive, desaprovecha una de los
preceptos principales de este formato: la universalidad.
4.2. La libertad de escribir
Letras Libres y la irrupción de las nuevas narrativas del periodismo
Como una explosión visual para el internauta, se despliega la página inicial del portal
cultural Letras Libres, una revista publicada tanto en versión web como impresa, nacida en
Ciudad de México en 1999 y lanzada en su versión España para 2001 (Letras Libres, 2013). Las
opciones son extensas: una crónica sobre la clasificación a trompicones de la selección mexicana
al mundial, una reseña sobre los efectos especiales de la película Gravity, el relato del olvido en
que se encuentra una de las estatuas más emblemáticas del DF (Distrito Federal)… ¿por dónde
comenzar?
Lo primero, resaltar el más que atractivo diseño virtual de la revista. Cada texto posteado
en el portal viene acompañado de una imagen y, además, de un título sugerente. ¿Continúo
navegando o satisfago mi curiosidad, irremediablemente ligada al deporte, sobre un artículo del
18 de octubre acerca de la selección mexicana? Decido seguir.
Desplazándome abajo encuentro una sección llamada ―conversaciones digitales‖, un
espacio que busca la discusión entre los internautas y un especialista acerca de un tema
61
coyuntural. La última conversación, del 10 de septiembre de 2013, plantea la necesidad de una
reforma energética en México, producto de la caída en la producción de barriles de petróleo.
La ‗charla‘, que duró exactamente una hora y se nutrió de casi 30 comentarios de los
internautas, es uno de los espacios de mayor contacto entre los lectores de la revista y aquellos
que la conforman. Un espacio sin duda interactivo en su esencia como novedoso en su
presentación. Aquel formato web en el que el periodista se explaya argumentando su opinión y
luego el internauta opina sobre la pertinencia de estos argumentos tiene ahora una versión más
inmediata, se podría decir incluso una versión 2.0.
Estas conversaciones son también un índice del alcance que tiene el medio, al menos esa es
la reflexión que me queda de leer los comentarios hechos por los internautas y de la diversidad en
sus opiniones. La variedad de conceptos, datos e historia que aportan los lectores me hace pensar
en las diferencias que hay entre ellos, personas que en la vida fuera de la virtualidad chocarían,
que son opuestas y que posiblemente su única conexión sea precisamente la revista.
La pluralidad de público en un medio suele ser un síntoma de la propia variedad de
conceptos, opiniones y críticas que emite el mismo. Un medio plural en sus contenidos abarca
muchos más seguidores, más aún si está apoyado en la universalidad de públicos propia de la red.
Letras Libres, analizada bajo esta perspectiva, es pluricultural; además de los espacios ya
mencionados, publica contenidos que relatan historias de cualquier parte del mundo: un reportaje
sobre El Calafate, pueblo argentino de donde es oriunda la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner; un ensayo acerca de la literatura brasileña, una noticia sobre la línea de sucesión del
clan Assad en el gobierno de Siria; todo esto añadido a la recurrente producción de información
concerniente a la sociedad mexicana y la española, las dos sedes principales de la revista.
Estos relatos reciben varios comentarios de lectores que añaden o rebaten datos al
contenido; vuelve a aparecer la pluriculturalidad en cuanto a perspectivas y a concepciones socio-
culturales.
62
Ambos casos denotan la construcción de un discurso hipertextual, con la colaboración de
internautas de varias partes del mundo, lo que refuerza la imagen de Letras Libres como un
espacio diverso en cuanto a historias, a lugares, a sociedades: un espacio diseñado para toda la
cultura latinoamericana.
Esta diversidad no es solo atribuible a los contenidos que produce, pues los formatos
narrativos que provee son tan variados en sus formatos como equiparables en su calidad. Uno de
sus formatos, una sección de podcasts, ofrece en esta edición la intervención de la doctora Ana
María Fabre Y Del Rivero, psicoterapeuta especialista en jóvenes, acerca de la etapa de la
adolescencia. Este formato, auditivo en su esencia, forma parte toda esta variedad de
posibilidades producidas por la revista; Letras libres acompaña sus textos con imágenes, videos,
infografías, podcasts, ilustraciones; medios visuales que proporcionan a las letras un rostro, un
dato, una voz.
El proceso también se puede dar de manera inversa, pues no es el medio el único con
potestad para postular un comentario, una opinión, un conocimiento. Esta es la sensación que
deja el medio cuando se analiza una de sus herramientas narrativas más propagadas: el blog.
La revista ibero-mexicana es propensa a explorar en su portal web el mundo del escritor
anónimo, brindando un espacio de difusión a aquel que construya, al que analice, al que
reivindique, al que critique; a aquel que tenga algo importante para expresar. Esta dinámica, no
obstante, no es ajena al equipo periodístico que da vida a Letras Libres. Blog de la redacción es
el espacio destinado para que los miembros del medio, encabezados por su director Enrique
Krauze, aborden temas tan variados como un relato personal acerca del líder Mexicano Manuel
Gómez Morín, reflexiones sobre la guerra entre mexicanos y estadounidenses del siglo XIX, e
incluso una colección de los mejores enlaces proveídos por los lectores del portal web.
Por supuesto que no todo el mundo puede escribir en Letras Libres, la revista perdería su
validez como productora de contenido cultural de calidad. En este espacio se pueden encontrar
ensayistas, expertos, periodistas, constructores de las ciencias sociales; todo un compendio de
personajes, no necesariamente famosos, con la capacidad y el conocimiento necesario para
63
aportar un nuevo punto de vista, y que encuentran en el blog el espacio idóneo para difundir sus
pensamientos.
‗Bloggear‘: una de las dinámicas relevantes en el portal de Letras Libres, otro de los
aspectos a tener en cuenta dentro de su espectro multimedial. Sin embargo, conforme se navega a
través del portal y se descubre que el texto es solo una opción más, crece la sensación de
‗libertad‘ que el mismo título exhorta; una libertad de letras para ser escritas, dejar que sean
escritas, y si no hacen falta, prescindir de ellas. Bien puede encontrarse el lector con un texto
extenso, reforzado con uno o varios complementos audiovisuales, como pueden también los
caracteres estar de más para desarrollar un tópico cualquiera. Las letras, en esta revista, aparecen
cuando les da la gana.
Pero me he desviado, demasiado; vuelco de nuevo mi atención en la página principal del
portal; luego, al llevar la vista a la derecha del portal me encuentro con una sección que contiene
los artículos de mayor circulación según el portal, clasificados como: más leído, más reciente y
más comentado. La curiosidad de saber el porqué de su ‗popularidad‘ me lleva a ‗clickear‘ sobre
el título de mayor interés para los internautas. Al actualizarse la página, me encuentro con La
tentación de san Antonio, un cuadro renacentista de Bernardo Parentino, que ilustra a la
perfección la locura, la desesperación, las alucinaciones propias del tema a tratar; sin embargo,
qué sorpresa, el contenido más popular de letras libres no consta de una sola letra.
Un podcast es el contenido favorito de los lectores del este portal, un fiel retrato de la
versatilidad de la revista. Ejemplo de adaptabilidad a las dinámicas de la red y portal en constante
construcción de contenidos ‗alternativos‘ a la tradicionalidad de los relatos textuales, Letras
Libres es un espacio en que las letras gozan de total libertad para construir o no un relato, dando a
su vez paso a narrativas integrales, que construyen una experiencia en la que se considera la
estimulación de todos los sentidos.
4.3. Relato de la parsimonia
64
Narratively: relatos sociales de la capital del mundo
―Él solía vender bienes raíces a millonarios en España. Antes de eso, predijo el precio del
trigo a compradores en las tiendas de materias primas. Pero la recesión no fue amable con
Riordan. Ahora, a sus cincuenta y tres años, trabaja en el área de servicio al cliente en la tierra
natal de su familia, St. Louis, manejando un taxi como trabajo extra para ganar algo más de
dinero. Y de noche, vende historias de fantasmas a 20 dólares el tiquete‖ (Narratively, 2013).
Esta es la historia de David Riordan, una cara más de la debacle política, económica y
social que supuso la recesión mundial que comenzó el año de 2008 y que aún está causando
estragos. Dicha recesión frenó el avance de la sociedad norteamericana en muchos sentidos;
produjo el despido masivo de miles de estadounidenses, ocasionó la caída en picada de varios de
los bancos más importantes de este país –e incluso, del mundo−, exilió a miles de familias del
hogar por el que con mucho esfuerzo, y trabajo, pagaban mes a mes cuotas de intereses al borde
de la usura a los bancos –el sector inmobiliario fue la razón principal por la cual explotó la crisis
en Estados Unidos−.
Lo paradójico es que el gobierno, como si se tratara de un mal chiste, salió al rescate de los
bancos; aquellos que con su avaricia causaron la ruina de gran parte de una sociedad. Los medios
hicieron eco de la cuestionable decisión gubernamental. Algunas historias del desastre fueron
contadas. Pero las dinámicas mediáticas indicaban que había que seguir; ya no había más noticias
merecedoras de primera plana, el relato de una familia caída en desgracia no era más que el pan
de cada día. ¿Quién cuenta entonces la historia de los que no son noticia?
Pues resulta que el relato de los invisibles, de los comunes, de los vecinos, taxistas,
panaderos, campesinos, de la masa de la sociedad, despiertan la atención de muchas personas. A
tal punto que un portal dedicado a contar este tipo de historias fue nombrado por la revista Time
como una de las 50 mejores páginas web del 2013 (Time, 2013).
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Narratively, portal web con sede principal en Nueva York y lanzado en septiembre de
2012, es, según sus creadores, ―una plataforma dedicada a las historias originales, investigadas a
fondo y aún no contadas‖.
Historias como la de David Riordan, el antes exitoso agente de bienes raíces que ahora
conduce un taxi y en la noche es el guía turístico de la ruta de los fantasmas en St. Louis; la de
James Darling, un joven transexual que es actor porno de día y repartidor de pizzas en la noche; o
la de una mujer, no revela su nombre, que trabaja pro-bono en una programa extraescolar para
mujeres con problemas económicos y en la noche es bailarina en un club de ‗strippers‘, son el
relato de una sociedad, de aquellos que la conforman. En palabras del portal cultural, son ―las
ricas e intrincadas narrativas que llegan al corazón de lo que un lugar y sus personas son en
realidad.
Los alcances de portal web neoyorquino, no obstante, no buscan enfocarse únicamente en
los relatos encerrados dentro de la gran manzana. Narratively es una página que desde su
fundación ha establecido la misión de contar historias atractivas no solo para los residentes de
Nueva York, sino para todo aquel al que le interese leer una historia contada a profundidad.
―Estamos comprometidos a destapar y compartir a profundidad historias locales con un atractivo
universal‖ reza el lema del medio.
Sin embargo, dicha atracción universal no es palpable ni al revisar el portal web, ni
tampoco al visitar su página en Facebook; Narratively no suele escribir historias que transciendas
las barreras espaciales del país norteamericano, y la interacción que tiene con sus seguidores
tampoco denota una atención especial por parte de público no estadounidense.
Tal vez cuando hablen de historias universales se refieran entonces a la capacidad de estás
para llamar la atención. Muchas historias de las aquí publicadas son, sin duda, envolventes,
independientemente del contexto en el que se desarrollen. En gran medida, esto es posible gracias
a que los textos suelen estar reforzados por una amplia variedad de recursos audiovisuales,
cualidad que transforma simples narraciones en historias vívidas; los textos aquí son un discurso
narrativo más. ―Podemos ofrecer un extenso artículo el lunes, seguido de un documental animado
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el martes, después un foto-ensayo, o un audio, o un corto documental‖ afirma el portal. Estas
características lo convierten en un medio versátil en el uso de herramientas multimediales.
En cuanto a las conexiones narrativas que hay entre un relato y otro, y a pesar de las pocas
secciones que presenta el portal, Narratively hace buen uso de los hipervínculos web. Sus
artículos contienen varias conexiones con temas relacionados y términos clave. Además, al final
de cada artículo hay una sugerencia para el lector sobre otro contenido que también pueda ser de
interés, hipervinculando dos o más relatos con temas clave en común. Las redes internas del
portal están bien tejidas.
Tal vez lo único que se pueda extrañar de un medio web con el reconocimiento de
Narratively es la interactividad que maneja con sus lectores. Si bien tiene varias redes sociales
por las cuales publica material del portal y comparten información de otros medios, dentro de su
portal web tiene un contacto mínimo con los internautas. Llama la atención ver una página web
en la actualidad, más cuando se trata de un portal que tiene como objetivo dar voz a los que no
serían escuchados de otra forma, que no tenga habilitado el recuadro de comentarios al final de
cada contenido. La única medición que tienen de la popularidad de cada material que publican es
la cantidad de ‗me gusta‘ que den los internautas en su página de Facebook.
A pesar de la percepción de lejanía que puede dejar Narratively frente a sus lectores, es
placentero comprobar el tiempo que toman para narrar cada historia. El portal cultural
neoyorquino sin duda no hace parte de aquellas dinámicas periodísticas de la prontitud y de la
producción masiva de noticias; para todo se toman su tiempo, tal vez a sabiendas que una historia
bien contada y original siempre hará parte de la primera página de una sociedad que, de vez en
cuando, también necesita alejarse de la inmediatez y excavar un poco más hondo.
67
CAPÍTULO II: ANÁLISIS
1. Metodología
El desarrollo del objetivo general y de los objetivos específicos propuestos en este proyecto
requerirá de la implementación de diversos métodos de análisis e investigación, que posibilitarán
el adecuado instrumento para la obtención de información relevante para el proyecto, la
comprensión de los datos obtenidos durante el estudio, la proposición de una hipótesis que
contenga la esencia de los resultados obtenidos en los diferentes métodos de estudio propuestos y
la formulación de las conclusiones obtenidas una vez desarrollado el proyecto.
En total, se utilizarán tres métodos distintos para la recopilación de información relevante
para el desarrollo del proyecto; a continuación, se enumerará cada uno ellos.
1. Análisis del contenido de Universo Centro basado en un método de lectura cualitativa,
que consiste en analizar un contenido textual en determinados números del periódico,
sirviéndose de muestras independientes que refuercen una postura del mismo frente a
factores esenciales en la fundamentación teórica de este trabajo.
Esta trayectoria será evaluada basándose en seis (6) factores de análisis que serán
las variables constantes durante la investigación; estos factores son: Contracultura, Línea
editorial, Narrativa de la web, Tecnología, Cultura y Tensión local-global.
Adicionalmente, se elaborará un ensayo que a grandes rasgos describe el periódico (sus
contenidos, colaboradores, contexto).
Analizando estos seis (6) parámetros se busca definir la posición del medio frente a
los parámetros bajo los cuales se ha construido este trabajo: la concepción de cultura, la
producción de información cultural en la web, la tecnología como punto de ruptura en la
producción de contenido periodístico, las oportunidades narrativas y estructurales que
proporciona la web dentro de la experiencia del ‗nuevo periodismo‘, la disputa entre la
68
producción de información local y su difusión en una plataforma enmarcada por la
globalidad y la concepción de lo contracultural como crítica, interesante para la nueva
juventud, a una cultura establecida.
El análisis de dichos parámetros dentro del contenido de Universo Centro será
presentado en seis (6) ensayos; uno por cada factor a estudiar. Esta modalidad fue
escogida con el fin de presentar los resultados dentro un discurso más cercano, alejándose
de las estadísticas y de los resultados numéricos y acercándose al núcleo del asunto. Este
trabajo no tiene como objetivo brindar datos, números, tablas o cuadros; al contrario,
busca dejar una frase, un caso, un ejemplo, un testimonio.
2. Entrevista al director de Universo Centro, Juan Fernando Ospina, con el fin de recoger
sus impresiones acerca del contenido del periódico, de su posición editorial, del manejo
de diferentes temas de controversia, de su interacción con sus lectores y la
retroalimentación que reciben de los mismos, de las herramientas propias de la web que
ha adoptado el medio en su portal y de la universalidad que, según él, puedan tener sus
contenidos.
3. Encuesta mixta, mezcla de preguntas cerradas y abiertas, que se hará a cinco (5)
seguidores de Universo Centro en su página de Facebook, acerca del estilo e ideología de
los contenidos publicados en el periódico, su uso de herramientas y narrativas web y de la
localidad o globalidad de sus contenidos. Los resultados ayudaran a construir las
conclusiones de este análisis.
Los tres métodos seleccionados para la ejecución del proyecto buscan tomar tres puntos de
vista que, en conjunto, darán una visión global y completa de los diferentes elementos que
determinan el contenido, el funcionamiento y el nivel de aceptación que tiene el periódico; estos
puntos son: el contenido publicado, los autores y el público que lo recibe.
Una vez recopilado el material resultante del análisis, la entrevista y la encuesta a los
seguidores del medio, se procederá a formular las conclusiones de la investigación, con el fin de
69
determinar la desviación entre el objetivo general y los objetivos específicos propuestos
inicialmente y el resultado final de la investigación.
2. Nadaístas en la cuna de los godos
Un primer acercamiento a Universo Centro
En medio de la cultura tradicionalista y conservadora de Antioquia, un periódico
conformado por miembros de esta misma región, cansados de proyectar siempre la misma
imagen de paisas retrógrados, expone los temas más polémicos para los habitantes de la capital
antioqueña: Medellín. Esta ciudad de tradición y abolengos, en muchos casos ajena a ellos, es la
cuna de periodistas y escritores que dan forma a Universo Centro: un espacio que busca rescatar
todos aquellos lugares de Medellín de los que no se habla en otros medios, la que rescata esa
parte de la ciudad que otros buscan esconder.
A finales de 2008, de la mano de Juan Fernando Ospina, su director; y Sergio Valencia,
conocido humorista y creador de Tola y Maruja, se imprimió la primera versión de Universo
Centro. En ese entonces el periódico solo estaba en formato impreso, pero el medio ha ido
creciendo y ahora la mayoría de sus contenidos están ya en formato digital. Después de 5 años de
estar rotando por todo Medellín, el medio está celebrando la publicación de su edición número
50.
Su contenido es indefinible, no es estático, sus intenciones rozan la sátira para después
abordar la crónica y reportería de investigación profunda. Los temas tampoco tienen un punto en
común: un mes pueden discutir en una editorial sobre el parecido de la arquitectura de una iglesia
de Medellín con una planta nuclear y en el siguiente analizar la polémica ley 30 al estudio –
ediciones 22 y 23 respectivamente−. No parecen desarrollar un tema en específico durante sus
diferentes ediciones, lo que concuerda con su ideal; Universo Centro, como se define en su portal
web ―Va un paso más allá de la información y la opinión (…) es una "gaceta" que tiene a la
creación su principal interés‖.
70
Más allá de sus diferentes estilos de redacción, sin duda alguna Universo Centro busca ser
la antítesis de la típica cultura antioqueña. Por esta razón, muchos de sus artículos y secciones
dedican su espacio a retratar de manera satírica a Medellín, a su gente, sus costumbres, su manera
de ver la vida y su modo de vivirla. Este periódico retrata a la Medellín alternativa, aquella que
los miembros más encopetados del barrio El Poblado niegan como suya.
Por ser precisamente un medio transgresor de la cultura conservadora paisa, Universo
Centro parece tener como norte editorial el desbaratar figuras emblemáticas de la cultura
antioqueña para darles, a su modo de ver, su real valor. Dos de las temáticas que más se reiteran
en sus editoriales son las constantes críticas al gobierno del ex presidente Álvaro Uribe y los
insistentes reclamos para que se debata la posibilidad de legalizar la droga.
Estos temas son de gran polémica en el entorno medellinense, en el primer caso por el
ataque a una figura que dentro de Medellín goza de una amplia aceptación –en gran parte debido
a su paso por la Gobernación de Antioquia− y en el segundo caso por la proposición de una ley
más que censurable para una sociedad conservadora y, sobre todo, católica.
De esta problemática precisamente nació todo el proyecto editorial. El director del
periódico, Juan Fernando Ospina, en una entrevista realizada en 2013 exclusivamente para el
desarrollo de esta investigación, narra por qué él, junto a un grupo de amigos, decidieron
aventurarse en este camino.
―Universo Centro no salió como un proyecto planeado, ni un grupo de personas que
quisieran producir algo a nivel editorial, periodístico o literario, simplemente salió como un
proyecto de un grupo de personas que frecuentamos un lugar en el centro de Medellín, un bar que
se llama El Guanábano. Allí coincidimos y se empezó a dar en los alrededores un problema, el
bar está al lado de un parque donde siempre ha habido como cierta tolerancia frente al tema de la
marihuana, el Parque del Periodista; entonces se empezó a dar como un rechazo hacia el parque;
mucha gente lo comenzó a señalar como un sitio donde surgían los principales males del centro
de la ciudad porque mucha gente fumaba marihuana‖
Ese parque en el centro de Medellín, nombrado así por un busto erigido en él del ‗padre del
periodismo en Colombia‘: Manuel del Socorro Rodríguez, recibía las constantes críticas de la
71
directora del círculo de periodistas de Antioquia, Zoila Isabel Carvajal Almario, quien
manifestaba su inconformidad con que un personaje tan importante como este estuviera
inmortalizado en un lugar en el que se consumen sustancias ilícitas. Según Ospina, la señora
Carvajal Almario no encontraba en el parque nada que valiera la pena. La opinión de esta
periodista sobre el lugar y sus alrededores fue el detonante para la creación de Universo Centro.
―Nosotros dijimos, como llevándole la contraria, porque ella dice que de aquí no sale nada
bueno; hagamos una publicación y mostremos que los que frecuentamos los alrededores del
parque sí tenemos cosas que decir, que sí tenemos cosas que opinar, que sí somos personas que
pensamos, que producimos y que simplemente que nos guste estar en esta zona de la ciudad no es
una razón para que nos señalen‖. Así nació este periódico, en las entrañas de un espacio de
Medellín menospreciado, en el cual ―no había nada que valiera la pena‖.
Justamente en este medio, tan despreciable para algunos como la zona en la que surgió, han
colaborado algunos de los mejores periodistas y pensadores del país. Por las páginas de Universo
Centro han pasado escritos de personajes de renombre a nivel nacional: Gustavo Gómez,
periodista de Caracol Radio y colaborador de Cromos y Soho; Alejandro Gaviria, ganador en
2009 del premio Simón Bolívar por su columna en el diario El Espectador llamada Matar a un
elefante y actual Ministro de Salud y Protección Social; o Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín,
aspirante en las elecciones de 2010 a la Vicepresidencia de la República y actual Gobernador de
Antioquia. Estos tres paisas (Gaviria nació en Chile, pero creció en Medellín) han sido parte de
editoriales, crónicas y artículos que van desde la polémica por la reforma a la ley de educación,
hasta un pequeño memorial que se despide con irónica tristeza del entonces presidente Álvaro
Uribe.
No obstante, los colaboradores de planta del periódico no son de menor renombre,
Universo Centro cuenta con la participación constante de periodistas de trayectoria y relevancia
en Colombia. Nombres como Pascual Gaviria, periodista de La Luciérnaga, El Mundo de
Medellín y de la desaparecida revista Cambio; Camilo Jiménez, antes colaborador de El
Malpensante y redactor jefe de Soho. Actualmente escribe, aparte de Universo Centro, en Soho,
Publimetro, Arcadia y Carrusel y es autor de un blog referencia en el ámbito cultural como es El
Ojo En La Paja; o Eduardo Escobar, cofundador del movimiento Nadaísta en 1958 y periodista
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galardonado con el premio Simón Bolívar en el año 2000 por su columna Contravía, que publica
desde hace 20 años en el periódico El Tiempo. Ellos, entre otros más, son los encargados de
mantener la línea crítica del periódico, a la vanguardia de la contracultura antioqueña.
Nombres como estos pueden explicar el ingenio y la creatividad narrativa a la hora de
matizar críticas acérrimas con toques sutiles de gracia e ironía. Sin embargo, Universo Centro no
se vale siempre de florituras y símiles para analizar o criticar determinado tema. Todo en el
periódico es dual: al lado de la sátira, la ironía y las metáforas, está la crítica directa, sin adornos.
El medio antioqueño también busca el debate abierto y frontal a temas que considera de
importancia.
El ejemplo más llamativo es una sección dedicada enteramente al tema de la droga y, en
especial, de la marihuana. El solo título es ya sugerente. Crónica verde es el espacio que reserva
el periódico para hablar de las sustancias psicoactivas y sus problemáticas. En la mayoría de los
artículos se considera la posibilidad de legalizarla y los posibles beneficios que traería esta
decisión al país, basándose en los ejemplos de otros países o ciudades para los que ha funcionado
la despenalización de la venta de estupefacientes. Universo Centro, sin lugar a dudas, le da
enorme preponderancia a este debate y muestra una posición clara frente al mismo.
Ese es precisamente el valor del periódico: siempre deja entrever, de manera directa o
indirecta, una posición frente a los temas que aborda. Una persona puede estar o no de acuerdo
con lo que se encuentra escrito en cada edición, en cada editorial, en cada artículo, en cada
denuncia, pero sabe a qué atenerse. Sabe que si quiere leer a un periodista que ensalce la gestión
del anterior mandato, Universo Centro no es una opción; sabe que si desea enterarse de las
actividades culturales de la élite medellinense, allí no las va a encontrar; entiende que si
pertenece a aquella parte de Medellín que se aferra a las tradiciones y a los tabúes, leer este
periódico le va a revolver hasta las entrañas.
Y justo allí es adonde quiere llegar este medio: a las entrañas del pueblo antioqueño. Quiere
apostarse en el centro de la cultura paisa, conservadora por naturaleza, y sacudirla. Su misión
pasa por ser todo lo que la Medellín de costumbres y tradiciones no espera de ella, una visión
alternativa a la que normalmente es considerada la ‗cultura antioqueña‘.
73
3. El ‘hijo pródigo’ incendia la casa
La línea editorial de Universo Centro
Esa sociedad paisa tan orgullosa de sus raíces, de su cultura, de su civismo; cuna de
Fernando Botero, de Juan Esteban Aristizábal (Juanes), cómo no, del expresidente Álvaro Uribe,
de Mariana Pajón, del único metro de Colombia; reconocida en 2012 junto a San Francisco, en
Estados Unidos, por su sistema de transporte con el premio anual al transporte sostenible;
denominada en 2013 por un concurso organizado por Citibank y The Wall Street Journal como la
ciudad más innovadora del mundo y catalogada en este mismo año por el asesor del presidente
Barack Obama, Dan Restrepo, como ―la ciudad de referencia en Latinoamérica‖
Esa urbe, símbolo de progreso y desarrollo, ha parido de todo; incluso a algunos que no
comparten la visión minimalista que tanto abunda en la ciudad. Existen hijos de Medellín,
también ilustres, que ven con ojos críticos a la capital antioqueña, que la cuestionan, que
desmitifican aquellos símbolos de Medellín de los cuales la mayoría de ciudadanos se sienten
orgullosos.
Universo Centro, sin duda alguna, hace parte de aquel grupo. Sus editoriales son un claro
ejemplo de las ideas que conforman los contenidos del periódico y por consiguiente, del grupo de
reporteros que la construyen mes a mes.
El periódico tiene sus cruzadas particulares, pocas editoriales no tocan un tema polémico,
ya sea de origen local o nacional. Solo hace falta retroceder a la primera editorial archivada en el
portal, de la edición número tres de 2008, llamada Arte y parque. En ella se plasma la primera
gran batalla de Universo Centro: la legalización de la droga.
74
La despenalización del consumo es un tema que ocupa varias editoriales del periódico,
buscando concientizar a sus lectores y a las autoridades, de la necesidad de permitir el uso de
sustancias psicoactivas y así acabar con lo que, según el medio, es una ―inocua estrategia
prohibicionista‖.
Y es que la lucha de Universo Centro por la despenalización data de mucho tiempo atrás.
De hecho, esta batalla es, en palabras coloquiales, su ‗florero de Llorente‘ como relataba su
director Juan Fernando Ospina acerca de los inicios del periódico.
Sin duda, otra de las batallas que lucha Universo Centro a través de sus editoriales ha sido
aquella que busca derribar la concepción con la que tradicionalmente ha cargado la región
antioqueña, vista como católica por naturaleza, apegada a sus costumbres de antaño, de carácter
recio y moralista.
Cansado de llevar esa cruz, el periódico antioqueño clama por la emancipación de Medellín
de sus costumbres moralistas aún remanentes en la sociedad. Una fiel prueba: su editorial de
octubre de 2009. ―En Universo Centro levantamos nuestra voz para afirmar como los nadaístas
BASTA, ―basta de inquisiciones, basta de intrigas teológicas. Basta de sofismas. Basta de
verdades reveladas, basta de morales basadas en el terror de Satanás. Basta de comerciar con la
vida eterna. Basta de aliarse con dictaduras militares y burguesas. Basta de asistir al banquete de
la Andi. Basta de viajar en ―Cadillacs‖ último modelo. Basta de catolicismo‖
Esta concepción también, según Juan Fernando Ospina, ha sido producto de la continua
relación de la capital antioqueña con el catolicismo, lo que ha llevado a ligar a Medellín y su
cultura con los preceptos férreos de la religión. Para Ospina, sin embargo, la actualidad cultural y
social de la ciudad demuestra lo contrario.
―Esa historia de que Medellín ha sido una cultura católica y tradicional yo creo que ya
también es como un cliché. En Medellín se ha mostrado que se ha dado una cultura y unos
movimientos de vanguardia dese hace mucho tiempo (…) acá se hicieron las primeras bienales
internacionales de arte del país; acá surgió un movimiento como el nadaísmo, acá han surgido
75
muchas cosas. (…) cada vez que se mira Medellín se vuelve y se cae también en eso que digo yo
que creo que es un cliché, que acá solamente somos rezanderos y conservadores‖.
Pero Medellín continua en su lucha, el estigma sigue. Y es que durante 8 años, periodo de
―un gobierno malaclase, regañón, intransigente, buscapleitos, anticuado y socarrón‖ descripción
del gobierno saliente, plasmada en la editorial de agosto de 2010, un personaje reafirmó la
imagen intolerante de Medellín, reavivó su condición de ‗cuna de godos‘. A raíz de su lucha
contra la ley de la dosis mínima y sus fanáticas convicciones religiosas, Álvaro Uribe logró un
retroceso a la concepción tradicional de cultura paisa; al menos para los ojos del que lo veía en
televisión, con su ruana puesta cada domingo, y entendía que él representaba un modelo de
colombiano a seguir.
Esa imagen anticuada es precisamente la que busca combatir Universo Centro, Uribe
encarna un imaginario cultural que Medellín, según el periódico, debe superar. Por esta razón, el
ahora ex presidente de Colombia fue blanco continuo de las críticas editoriales del periódico.
El ejemplo más contundente es en agosto de 2010. Con motivo del fin de su segundo
mandato, el periódico hizo una editorial en la que reunió a varios personajes de la actualidad
colombiana para que dieran su sentido adiós al mandatario. ―Lo que nos emociona ahora es la
palabra FUERON; por eso invitamos a distintos personajes para... para no, mejor a... a despedir,
cada uno a su manera, al presidente Uribe. Este es pues un editorial a varias manos y varias
cabezas, sin que con ello queramos aludir a una fosa común ni mucho menos‖.
Los adjetivos o calificativos no mejoran, sin embargo, conforme avanza la editorial. Camilo
Jiménez se refiere a Uribe con términos como ―ex presidente colérico‖, ―maldito gaznápiro‖,
―mandón energúmeno‖ o ―tirano en disfraz de demócrata‖. Está claro que para UC la partida de
Uribe de la casa de Nariño es un motivo de júbilo.
Quizás, esta satisfacción se deba a que la salida de Álvaro Uribe también representa un
adiós a una percepción de lo que es la cultura antioqueña, la cual para Universo Centro es ajena a
la realidad de la ciudad. Para el medio, Medellín es mucho más que religión, mucho más que la
cuna del partido conservador; es tolerancia, es diversidad, es respeto, es eso y muchos otros
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valores que el periódico busca resaltar a través de sus relatos, que cuentan la historia de la real
Medellín: la terrenal, la de los emboladores, vendedores de dulces, peluqueras, payasos,
mensajeros, abogados, maestros, periodistas; la Medellín pluricultural.
4. En versión ‘beta’
La narrativa web de Universo Centro
Así se plantea la versión digital de Universo Centro: una página web en desarrollo, verde.
Será tal vez porque este proyecto en un principio fue pensado solo para una versión impresa, pues
los gestores de esta idea, aunque jóvenes, aún sienten pasión por el papel, por embarrarse los
dedos de tinta, sentir la satisfacción y el orgullo del trabajo terminado al imprimir el último
ejemplar de cada edición y, finalmente, sentarse a saborear la victoria a pequeños mordiscos cada
vez que se le da vuelta a la hoja.
Y es que Juan Fernando Ospina y sus compañeros de aventura, el día que decidieron juntar
varios escritos con el fin de defender al parque del periodista como un espacio de cultura y
tolerancia en el centro de Medellín, y crear una publicación de la que no esperaban producir más
de tres o cuatro ediciones, jamás se imaginaron que cinco años después habrían de llegar a
celebrar la publicación de la edición número cincuenta del periódico.
―Nosotros no tenemos manual, ni misión ni visión, ni nada; nosotros simplemente somos un
grupo de amigos que tenemos un proyecto que se nos creció, bastante; y que nos dimos cuenta
que se está volviendo importante y eso pues lo ha hecho también de cierta forma evolucionar,
pero que nunca empezamos esto como una cosa planeada, estudiada, ni nada‖ afirma Ospina,
evidenciando el desparpajo con el que se tomó la iniciativa, en medio de una reunión de amigos
en el bar El Guanábano.
Esa naturalidad con la que nació el periódico ha sido una constante en su evolución; no hay
un guion a seguir, no hay un plan que cumplir, razón por la cual los cambios han venido más
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como una consecuencia del crecimiento del medio que como una decisión tomada por quienes lo
conforman. Esa característica también es aplicable si se analiza la creación de su portal web.
Ospina, fotógrafo de profesión, afirma que él y sus compañeros comparten esa visión
romántica que añora la información impresa; por esta razón, asegura que su paso a manejar tanto
una versión física como una digital del periódico obedece más el tener que aceptar a
regañadientes las dinámicas actuales de la difusión de información. ―¿Por qué tenemos una
página web? porque sabemos que no le podemos llegar a todo el mundo, que no alcanzamos a
distribuir en todas partes, entonces podemos tener más cubrimiento; pero para nosotros el interés
primordial es mantener el periódico físico‖.
Esta visión explica en parte el funcionamiento del portal web de Universo Centro, que
según el mismo Ospina no produce contenidos diferentes a los que un seguidor del medio puede
encontrar en su versión impresa. ―Lo que hacemos en la página web es simplemente poner lo que
publicamos cada mes en el periódico y esporádicamente ponemos dos o tres cositas nuevas‖. La
versión web, lamentablemente, no es más que un espejo digital de la versión impresa.
Y digo lamentable por dos motivos: el primero llega a través del mismo director del
periódico, que es consciente del déficit del portal ―Queremos aprovechar la web como un espacio
donde podemos ampliar la información. Nosotros no metemos más cosas en la web en este
momento porque no nos da el tiempo, no tenemos la capacidad‖.
El segundo motivo es fruto del sinsabor que deja el comparar los dos tipos de formatos.
Sentarse a leer Universo Centro y encontrarse con la singularidad de sus relatos, de sus retratos,
de sus testimonios, de sus críticas, de su irreverencia, incitan a querer más, a buscar conocer a
fondo los protagonistas de sus historias. Estos vacíos que el periódico impreso no puede cubrir
podrían ser llenados por una versión digital cargada de imágenes, de videos, de podcasts, de
algún contexto proveniente de un hipervínculo a otro relato o quizás a otra página; de un rostro,
de una sonrisa, de unos ojos, de un paisaje.
La realidad del portal dista mucho de este panorama. Cuando un lector decide dejar la
versión impresa e ir en búsqueda de una versión digital con contenido extra, se encuentra con las
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mismas fotos, las mismas ilustraciones −narrativa visual más frecuente en el periódico− y poco
más. Desde la primera publicación en el portal web de un video, para la edición número ocho de
diciembre de 2009, Universo Centro, hasta la fecha, ha subido 10 videos más –un promedio de
uno cada cuatro meses−. En cuanto a audio, el único que provee el portal es una pista de un
artista recomendado por el periódico.
Tal vez, si existe una sección que encarne los principios de la narrativa web, esa es
Exclusivo Web, un espacio que, como su título lo dice, contiene todo el contenido producido por
el periódico para su portal digital. Aquí, por primera vez, siento que estoy en una publicación
web. Hay videos, artículos ampliados de la versión impresa, acompañados de una galería de
fotos, pinturas, un reportaje gráfico –relato acerca de los niños en medio del conflicto en
Medellín−. Relatos independientes que construyen un portal web visualmente más atractivo y
acorde a su naturaleza.
No obstante, dicha independencia es al mismo tiempo su verdugo, pues su contenido tiene
poca o inexistente conexión con los relatos que sí aparecen en cada edición del periódico. Son
historias aisladas a las que el internauta no accede a menos que explore a profundidad el portal.
Además, Exclusivo web es un espacio que está en la parte inferior del portal, desprovisto de algún
énfasis o jerarquía por parte del medio. Si hay contenidos exclusivos para la narrativa a la cual el
internauta se está tomando el trabajo de remitirse, ¿por qué no priorizar esta sección con un
espacio de mayor visibilidad en el portal?
Quizás para responder a esta pregunta tengamos que remitirnos nuevamente a la filosofía
que ha caracterizado a Universo Centro desde su lanzamiento, filosofía que expresa claramente
Juan Fernando Ospina. ―No tenemos manual, ni misión ni visión ni nada (…) nunca empezamos
esto como una cosa planeada, estudiada‖. Esta ‗naturalidad‘ investigativa es la principal causante
de la desconexión de contenidos del periódico; sin un lazo temático, Universo Centro se presenta
como un medio que escribe de todo, pero que no profundiza en ningún tema en específico.
En resumen el periódico, en términos narrativos, simplemente fluye. Surge de un instinto
investigativo aleatorio, sin ninguna atadura que lo ligue a cubrir determinada información. Esta
característica puede parecer muy atractiva para sus seguidores, que entienden que, con sus
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contenidos, el medio no está ‗casado con nadie‘. Sin embargo, gracias a la falta de una temática
que enmarque cada edición, Universo Centro pierde la oportunidad de la hipertextualidad, una
cualidad esencial de la narrativa web.
La multimedialidad sufre una suerte parecida; y aunque Ospina achaca esta falencia a la
falta de personal y tiempo, es también consciente de que hay mucho por mejorar. Los relatos
publicados en el periódico carecen de una narrativa integral, que combine diferentes formatos
para contar una misma historia, en el portal no hay un solo texto que esté acompañado al mismo
tiempo de video, fotografía y audio.
Por otro lado, la interacción del periódico con sus seguidores está marcada por las
paradojas. Las estadísticas oficiales de la página en Facebook de Universo Centro, las cuales el
medio compartió para esta investigación, muestran una publicación que es seguida por 8.095
personas. De este número, 1.205 han interactuado de alguna manera con la página; ya sea
haciendo comentarios en las publicaciones del periódico, dando click en ‗me gusta‘ a alguna de
ellas o compartiendo su contenido. Estos datos indican que, en proporción a la cantidad de
seguidores, pocos llegan realmente a interactuar con el medio y a discutir sus contenidos.
No obstante, si se miran las cifras detenidamente, se encuentra interacción de seguidores en
rincones del mundo inalcanzables para un medio impreso. Universo Centro tiene adeptos
interactivos desde Estados Unidos, Argentina, México, Ecuador, España, Francia, Venezuela,
Alemania, Italia; hasta países como Israel, Finlandia, Papúa Nueva Guinea, Madagascar, y Corea
del Sur. La lista de seguidores, no necesariamente interactivos con el periódico, es mucho mayor.
A la luz de los números, Universo Centro es un medio con lectores en muchas partes del
mundo; sin embargo, al comparar el número de seguidores en Facebook del periódico con el de
otras publicaciones similares, como Anfibia, Letras Libres o Narratively, encontramos que su
nivel de popularidad es de los más bajos −aunque no el más bajo−: Letras libres, 71.581; Anfibia,
25.325 y Narratively, 6.433. ¿Por qué dos medios populares en sus respectivos entornos no tienen
una popularidad tan alta en una red social tan ampliamente usada como Facebook?
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La respuesta puede llegar si se analiza el portal web de cada una. Ni Universo Centro, ni
Narratively tienen secciones dedicadas a la discusión o debate virtual: charlas de los internautas
con algún redactor, entrevistas digitales; en el caso específico del medio antioqueño, tampoco
categoriza su contenido de acuerdo a una medición dada por la aceptación que haya tenido en los
lectores. Todos estos factores contribuyen a que el lector pueda no percibir un interés del medio
por tener una discusión abierta de sus contenidos y, por tanto, el nivel de interacción sea bajo.
Y como las redes sociales son la herramienta interactiva por excelencia del siglo XXI,
también son el reflejo de la política de un medio en cuanto a su interés de mantener una relación
en doble vía con sus lectores. La popularidad del periódico en Facebook y la cantidad de
personas que interactúan con él son una consecuencia de las herramientas interactivas del portal
web, que no proporciona espacio alguno de debate entre el medio y su público.
Al finalizar el análisis, la sensación sigue siendo la misma: Universo Centro es un medio
con contenidos más que llamativos, textos que justifican su lectura, imágenes que –valga el
cliché− valen más que mil palabras. Sin embargo, el paso que el periódico dio a la red obedece
más a la naturalidad y desenvoltura con la cual Juan Fernando Ospina y su grupo de
colaboradores manejan el medio, que a una transición consciente al manejo de otro estilo de
narrativas, de otros formatos informativos; a la decisión de que Universo centro incursionara en
el mundo de los relatos para la web. Concuerdo con la opinión expresada por Ospina en su
entrevista: ―Yo creo que todavía la página web de Universo Centro es algo que está por
desarrollar y organizar mucho más‖.
5. Cultura del relato
La cultura para Universo Centro
―Es una mezcla entre los añorados magazines culturales de los periódicos centenarios, los
cuadernos de crónicas sobre la ciudad que no existen pero se piensan cada tanto y algo de las
hojillas de sátira y caricatura que fueron famosas a comienzos del siglo XX. Todo eso puede
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leerse, u ojearse, como un catálogo parcial de creadores de la ciudad y como un directorio de
amigos con ideas cercanas o lejanas, pero ideas al fin y al cabo‖.
Esta descripción de Juan Fernando Ospina sobre lo que Universo Centro busca como
periódico guarda todo un ideal editorial de tinte romántico, de antaño; que evoca aquellos
tiempos en los que se podía encontrar en la sección cultural de cualquier pasquín un relato
mágico. O quizás se remonta a un pasado más remoto, recordando esa tradición oral que siempre
ha enmarcado a nuestra sociedad; a esos abuelos que se sentaban a contar historias de amores
prohibidos, de barcos que se perdían de vista en medio de la bruma, de aventuras a través del río
Magdalena, de pueblos inhóspitos, de suegros armados hasta los dientes; de reencuentros, de
asesinatos, de intrigas, de chismerío, de heroísmo, de odios, de venganzas, de fiestas, de
esperanza, de tradiciones, de cultura.
Todo esto puede caber en un mismo relato; estos factores y muchos más hacen parte de lo
que somos, de nuestras raíces. No obstante, esta tradición se ha perdido. Tal vez, los horrores de
la actualidad superen nuestra capacidad de imaginar de nuevo aquellos pueblos serenos, ajenos a
la violencia, a las masacres, a las venganzas, en los cuales la única preocupación era sacar
adelante su pedacito de tierra para subsistir de manera humilde, pero tranquila. Los relatos de la
actualidad son distintos, más turbios, sórdidos por naturaleza.
Igual, al fin y al cabo, tenemos que comprender que estas historias construyen nuestro
discurso cultural actual, y que esos pueblos de cuentos de los años cincuenta ya no existen. Sin
embargo, la tradición literaria que acompañó a aquellas épocas de esplendor no debería morir
junto con sus relatos. Las historias, como bien lo dice este aparte inicial, crean ciudad; y en
mayor medida, sociedad. Estas son la base para narrar la historia de un pueblo, de una urbe e
incluso de un país. A base de historias se construye toda una cultura.
Universo Centro, aparentemente, comparte esta visión, puesto que apuesta a la fuerza
narrativa de los relatos, ya sean como crónicas, reportajes, cuentos, e incluso caricaturas, para
contar la historia de la ciudad que lo vio nacer, Medellín. Esa Medellín tan golpeada por la
violencia en los años 90, esa misma que hoy, 20 años después de la muerte de Pablo Escobar, es
símbolo de progreso; esa que sobresale por sus equipos de fútbol, por el bienestar de su industria,
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por su metro, por sus mujeres, por su pujanza, está construida a base de historias de calles,
parques, tiendas, casas. O de bares, como El Guanábano, donde precisamente nació esa historia
de resistencia que encarna Universo Centro, que mediante su creación se negaba a que se
encasillara un espacio de Medellín como lugar para el vicio.
Como se puede ver, aquí todo se trata de contar; y todo lo que sucede, según Ospina,
construye un espectro cultural. ―La cultura es simplemente cualquier tipo de expresión de los
seres humanos, esas expresiones espontáneas que se dan. La cultura es eso que uno ve en la calle
todos los días, sea estético o no sea estético. La cultura es también esa cantidad de rasgos que van
marcando nuestro comportamiento‖.
Con esta aseveración, Ospina también desmarca al medio que dirige de aquella concepción
que relaciona directamente el concepto de cultura con el de bellas artes. Analizando los
contenidos del periódico medellinense, se encuentra de todo. Por un lado, si se quiere ver la
cultura por medio del arte, basta ver Arte Central, una sección dedicada a exponer pinturas,
fotografías y cualquier otro material visual. Por el otro lado, no hay relato que refleje nuestra
sociedad más que el del tendero, el del vendedor de dulces, del taxista, de un ciudadano común.
Esas historias encuentran su espacio en Estilario, sección que retrata en cada edición –hizo parte
del periódico hasta la edición 40− historias de calle que cimentan un discurso de ciudad.
Así confluye lo artístico con lo popular en Universo Centro, demostrando que el periódico
tiene espacio para todo tipo de expresiones. Lo cultural, como bien lo expresa Ospina, va mucho
más allá de las bellas artes; pasa también por lo feo, lo vergonzoso, lo punible; en fin, lo humano.
También varían sus escenarios, pues el periódico, como bien afirma Ospina, no se dedica
únicamente a contar las historias del centro de Medellín. ―Recibimos historias de todos los lados;
nos gusta mucho el centro, entonces hay historias que tienen esa marca de centro de ciudad más
evidente. Pero por supuesto nosotros podemos hablar de El Poblado. En la edición número 50 vas
a encontrar que hay una sección que hicimos, en la que invitamos a cuatro colaboradores a que
hicieran recorridos por la ciudad y nos narraran sus recorridos. Nos interesa cualquier lugar
donde haya una buena historia‖.
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Para rematar, Juan Fernando Ospina hace énfasis en ese otro factor a tener en cuenta; el
primordial: su público. Universo Centro, según él, cuenta con relatos de toda índole, escenarios
que cubren toda una ciudad; y principalmente, seguidores de todo tipo. ―A nosotros nos gusta
mucho saber que nos encontramos nuestros personajes en la calle: cuidadores de carros que ya
nos conocen, vendedores ambulantes que siguen el periódico. Y que lo lea también, por ejemplo,
una persona que es asiduo lector mensual de Universo Centro como Sergio Fajardo, el
gobernador. Eso es lo que me pone a mí más orgulloso, que lo pueda leer cualquier persona.
No obstante, la variedad en historias, lugares y lectores no obedece a un plan prestablecido
del periódico. ―A nosotros nos interesan los temas que se nos van dando, que van apareciendo”
afirma Ospina. Eso sí, el fotógrafo medellinense tiene claro el principio elemental que debe tener
cada relato que se plasme en el periódico. ―Nos interesan las historias distintas, nos interesan las
historias que normalmente no se cuentan en otros medios, en otros espacios‖.
¿Y qué pasa con las dinámicas del periodismo cultural en la actualidad, que en muchos
casos recae en la producción de simple agenda cultural; o peor, en información de farándula?
Ospina es categórico en su respuesta. ―No nos interesa mucho ese tema de la farándula y eso; y
cuando se ha tocado, se ha tocado de una manera crítica o irónica o humorística‖
El trato que le da el periódico a estos temas trae a mi mente una editorial que leí hace unos
meses, de la edición número 27, que trata el tema que por ese entonces, septiembre de 2011, era
la comidilla de todos los programas de entretenimiento: El ataque del extécnico de la selección
Colombia, Hernán Darío ‗El Bolillo‘ Gómez a una mujer que lo acompañaba en un reconocido
bar del centro de Bogotá.
Este texto, que también condena de antemano el comportamiento del técnico antioqueño,
narra una historia similar a la sucedida entre ‗El Bolillo‘ y esta mujer, descrita por la editorial
como ―una víctima de rostro tan borroso como las heroínas de los mitos‖. El relato trata de una
pareja que, concentrada en sus mutuas expresiones de cariño, cayeron sobre un andén del centro
de Medellín. Al ponerse de pie, y mientras se sacudían, los rodeó una banda de maleantes
ansiosos de hacer justicia por sus propias manos. El jefe sacó una navaja e hirió en el mentón al
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hombre que, accidentalmente, había caído sobre su enamorada, y luego profirió esta frase ―Las
mujeres no se tocan, pirobo‖.
El relato, que no pasa de ser un chisme de calle narrado por un personaje del periódico en
medio de un cierre de edición, cuestiona aquellas historias que nacen al calor de unos tragos y
que despiertan la ira de una persona, o un grupo, o una sociedad, que no conoce a ciencia cierta lo
sucedido, que juzga −y cómo nos encanta eso− a priori.
Esta visión, alterna a la presentada por muchos otros medios, termina de ser expuesta con
un toque de ironía que refuerza la afirmación de Ospina acerca del trato de los temas ‗light‘. Así
reza el final de esta editorial: ―Recomendamos al ciudadano XY evitar los autobuses repletos,
olvidarse de las tumultuosas promociones del Éxito o Flamingo, desafiliarse de la tumultuosa
barra brava a la que acaso pertenezca y pasarse al otro lado de la acera si su paseo coincide con la
salida de un colegio femenino. Como van las cosas, cualquiera es candidato al linchamiento‖.
Sátira en estado puro, una de las principales armas de los relatos que copan las páginas de
Universo Centro, la misma que le imprimían nuestros antepasados para narrar sus historias; ese
toque de humor que hacía, y hace de un relato, la comedia de lo insólito. Y es que si en épocas
anteriores se valían de la sátira para retratar con humor un suceso en muchos casos trágico, ¿qué
decir ahora que vivimos en una sociedad llena de desastres, violencia, desigualdad, pobreza,
corrupción y demás males?
La risa es ese elemento cultural que nos define como una sociedad cansada de tanto
sufrimiento. Universo Centro hace uso de esta característica para retratar con humor a un pueblo
hastiado de los reportajes sensacionalistas, de las crónicas rojas, de los noticieros plagados de
malas noticias. En medio de todo este panorama lúgubre, desolador, siempre es bueno saber que
se puede uno sentar a leer este periódico antioqueño, encontrar relatos que también reflejen a esa
misma sociedad enferma y, paradójicamente, reír.
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6. Los putañeros de bien montan en el metro de la esvástica
La contracultura en Universo Centro
No cabe duda de que los creadores de Universo Centro, se lo propongan o no, han generado
un periódico de tinte contracultural, un producto periodístico, literario, humano, una narración
oral que se vuelve escrita y viceversa, un relato que se rebela contra los puristas ortodoxos de la
lengua, de la vida, de la cultura y contra las tradiciones prohibicionistas inocuas.
No puedo dejar de pensar en la edición número diez del periódico, en especial en el artículo
titulado Rumores que lleva el metro, en donde por medio de la sátira y la ironía se hace una fuerte
crítica a lo podríamos llamar el estandarte de la cultura paisa, el orgullo de cualquier
medellinense, el metro de la capital antioqueña. Sí, el mismo que en 2012 se hizo acreedor del
premio al transporte sostenible –Sustainable transport award–, ese metro que se ha convertido en
el hijo prodigio que el padre jactancioso muestra a los visitantes de la casa.
Así, Fernando Mora Meléndez, autor del transgresor artículo desacraliza uno de los más
grandes santuarios de Medellín y en medio de la burla; una burla seria, pues es en la jocosidad
donde se denuncian las mayores verdades, critica la manera fascista y dictatorial que han
empleado las autoridades de la ciudad para mantener el medio de transporte inmaculado e
impoluto. Es en ese mismo metro donde el ―Gran Hermano‖ hace su entrada triunfal para
monitorear a las masas, incapaces de controlarse a sí mismas, por medio de la voz omnipresente,
casi divina, una voz que demuestra que todo lo ve y que emana, potente, de los parlantes de la
estación para decirle a los usuarios no sólo qué hacer, sino también cómo hacerlo.
El artículo, a su vez, demuestra como irónicamente los reglamentos del medio de transporte
más moderno de Latinoamérica, parecen sacados del Manual de urbanidad de Carreño, escrito en
1853, para enseñar las normas y reglas de civilidad y etiqueta que debían seguir los hombres y
mujeres de bien. Así son los ciudadanos que necesita el metro, sumisos, reverentes, respetuosos
del artefacto que ha puesto a Medellín en la cúspide de la fama y que transporta a sus habitantes y
foráneos.
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De modo que Mora Meléndez quita de una bofetada la máscara de la cultura metro, una
cultura, que deja de serlo cuando necesita de policías y controladores para que los usuarios sigan
las reglas. Y es que la cultura no podría estar más alejada de esa idea, pues es todo aquello
inherente al ser humano, es natural, espontánea, dice Mora: ―la cultura es lo que queda después
de haber olvidado todo, eso han dicho. Y subido en un vagón del metro nunca olvidaremos que
estamos vigilados por el ojo Impecable del metro más limpio y más moderno de este lado del
Atlántico‖.
Luego, para rematar, el artículo expone de entrada la imagen del endiosado y dichoso metro
cerca de la foto de un Hitler que lo saluda con su característica mano extendida a modo de saludo
fascista y que en su brazo derecho porta un brazalete que, reemplazando la insignia nazi, tiene
dibujado el símbolo del Metro de Medellín, como dice Mora en su obstinada jocosidad: "¡Ave
maría Metro, los que van a viajar te saludan!" Si eso no es contracultura, ¿entonces qué lo es?
Al conversar con el director del periódico sobre lo que podría ser uno de los textos más
polémicos y comentados del impreso, este expresó su acuerdo con la crítica expuesta en el mismo
y si bien no cataloga al medio como contracultural, sí dejó claro lo que, para él, no es cultura.
―Hay gente que considera que el metro es intocable, la ‗cultura metro‘ en Medellín es una cosa
bastante fascista, es una cultura que nace a punta de cantaleta y el metro es muy limpio, muy
eficiente y eso está bien. Nosotros no lo rechazamos; pero en lo que insistimos es en que no
puede haber tanta cantaleta, no puede ser una cosa que se haga porque haya un policía siempre al
lado diciendo ¡no haga esto! ¡no haga lo otro! Entonces, por lo tanto, nosotros decimos que una
cultura impuesta de esta forma no es cultura‖
Juan Fernando Ospina y su grupo de amigos amantes del centro de Medellín, al parecer
nunca buscaron ser vistos como los contestatarios que van en contra de los cánones impuestos y
retan a las reglas preestablecidas. Sin embargo, el experimento surgido en un bar ha hecho
erupción, ha expulsado un contenido caliente y efervescente que para unos es merecedor de
admiración y para otros causa comezón, molestia e incluso levanta algunas ronchas. ―Hay gente
que nos considera como contestatarios, críticos o criticones; y como te decía, por ejemplo en
temas como lo del metro; si eso es ser contraculturales entonces en ese sentido somos
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contraculturales. Lo que pasa es que nunca es como una intención, nunca es un propósito nuestro
ser contraculturales‖.
Y es que resulta imposible no asociar tan peculiar y osado periódico con la definición de
contracultura, los articulistas que colaboran en Universo Centro, con su pluma eléctrica e
intranquila, no pueden evitar escribir sobre esas realidades tan presentes como tan ausentes, esas
realidades que para algunos pueden resultar vergonzosas, impúdicas, transgresoras de los valores
morales y éticos de esta, la sociedad amparada por la gracia del Sagrado Corazón.
Sin embargo, para otros es simplemente la vida que transita repleta de fenómenos
imposibles de ignorar, fenómenos que no pueden ser descritos ni expuestos con cifras, pues son
historia, son vida, son cuerpo, sangre, carne, fenómenos que existen incluso dentro de la
cotidianidad oscura de los más ortodoxos, los puritanos que en secreto disfrutan de los placeres
carnales y dejan al desnudo sus más bajos instintos.
No hay mejor ejemplo que Alfredo, un abogado de 34 años, padre de dos hijos y amante
esposo, pero también acreedor de una férrea y larga trayectoria como ―putañero‖, fanático de la
fornicación con respiración acelerada que va acompañada del riesgo de la clandestinidad; uno de
esos pocos hombres que se pueden dar el lujo de tener sexo un martes en la tarde. Alfredo fue el
fiel compañero y dedicado profesor de Andrés Delgado, el colaborador de Universo Centro que
se le midió a vivir la agitada experiencia de visitar uno de esos prostíbulos llamados
eufemísticamente como ―Casas de Masajes‖ y que, en la edición número 20, publica su
experiencia en el artículo titulado con el mismo apelativo.
El texto es una fiel muestra de que no somos más que el experimento de una sociedad
repleta de una moral débil, tan hipócrita como para esconder esos deseos que ante la más pequeña
tentación salen del cuerpo con ferocidad para tener lo que le es prohibido; entonces la fachada
moralista y rezandera se derrumba como un castillo de naipes. Las necesidades de la carne no
saben de Dios y es que, como afirma Delgado en su artículo, "¿Qué sería de los solteros, con los
dientes torcidos y caspa en el pelo, sin sus putas? Ni que decir de los casados."
Universo Centro se atreve a mostrar a esa Medellín de contrastes, sin vendas, ni tapujos, la
que no ven (o no quieren ver) los lentes de las cámaras. El silencio de los Andes, artículo escrito
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por Juan Fernando Hernández y publicado en la edición número 37 del periódico, fotografía,
nítidamente, a esa capital que se escurre entre el orgullo paisa y que está repleta de desigualdad,
en la que hay un cementerio de los ricos, donde descansan los muertos más distinguidos de la
sociedad medellinense, que colinda con el cementerio de los pobres, el barrio de unos vivos que
parecen muertos; los desposeídos, los desterrados, los migrantes, los rechazados, los olvidados,
los invisibles.
Sin lugar a dudas, aquellos que colaboran en cada edición de Universo Centro, no son más
que pintores de una realidad desdibujada a la fuerza, desacralizadores de tradiciones, rebelados
contra la inercia, carpinteros de la urbe, transgresores de los moldes de la sociedad santurrona e
hipócrita; atrevidos que preguntan ¿qué trae el cura debajo de la sotana?
Como Pandora, Universo Centro abre la caja prohibida, para que Medellín, el país y ¿quién
dice que no? el mundo, se encuentre cara a cara con su realidad. Para obligar al hombre a
desnudarse y a enfrentarse con sus entrañas. Los escritores de este periódico prueban los pies y la
pluma más allá de los permisos.
7. De naturaleza dual
Tensión entre lo local y lo global en Universo Centro
Así consideraba Platón al hombre, un ser atrapado en una realidad dual, entre un cuerpo y
un alma: entre lo material y lo inmaterial, entre lo divino y lo humano. Este concepto de dualidad
es aplicable a muchos otros aspectos de nuestras vidas: tenemos un lado bueno y uno malo, un
Dr. Jekyll y un Mr. Hyde; divagamos entre lo que somos y lo que queremos ser, de allí
reivindicamos la discusión sobre si vale más ser o aparentar.
Ser o no ser, se preguntaba William Shakespeare a través del príncipe Hamlet, personaje
emblemático en su carrera como dramaturgo. Esta pregunta encierra toda la angustia
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existencialista del ser humano, que busca constantemente tomar esa decisión trascendental: tomar
el camino A o el B.
La pregunta que se hace el joven Hamlet aún no ha sido contestada; tal vez, porque ese
camino ‗correcto‘, esa verdad absoluta, en realidad no existe. Visto de ese modo, quizás la mejor
opción para el humano y lo que subyace de él sea, simple y llanamente, fluir con el universo: el
ser en su estado más puro.
A través de todo este análisis, se ha descrito a Universo Centro como medio abanderado de
este simple precepto. La naturalidad con la que Juan Fernando Ospina y el grupo de
colaboradores del periódico dejan emerger sus contenidos sin planeación alguna. El orgullo con
el que afirma no tener fin alguno más que narrar. Su satisfacción ante la incertidumbre de los
temas que harán parte de la siguiente edición. Conversar con Ospina deja la firme sensación de
que en su mente nunca ha existido la necesidad de responder a la pregunta de Hamlet, que no le
preocupa si el periódico es o no es.
Como decisión editorial, esta perspectiva ha sido criticada en alguno de los ensayos de este
trabajo, pues la falta de lineamientos claros y de objetivos específicos a cumplir en cada edición
priva al periódico de narrativas esenciales para un portal web, como pueden ser la
hipertextualidad o la multimedialidad.
Sin embargo, a la hora de analizar el contenido de la página web, de leer los textos
publicados en ella, es fascinante encontrar estas historias que hablan de todo un poco. Por
ejemplo, ir de Otros Centros, espacio que cuenta las historias de otras urbes, de otras culturas, a
Estilario, sección que recopila las historias de Heidy, de Bárbara, de María José, de Nelson de
Jesús, de personajes singulares que hacen parte de un discurso cultural propio de Medellín. Pasar
de las historias de barrio, hiperlocales, a los relatos foráneos, es otra de las facetas que maneja
Universo Centro con gran destreza.
Y aunque el periódico no cuenta con corresponsales en otras ciudades, sus relatos han
trascendido fronteras. ―Es muy bonito, por ejemplo, darnos cuenta que una mujer colombiana de
familia china, que vive en Boston en este momento sigue UC y nos escribe desde allá. Y es muy
constante que nos escriban personas de otros países y de otras ciudades‖ afirma Ospina.
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Historias como la de esta seguidora, que puede acceder con facilidad a los contenidos del
periódico, han sido posibles, en gran medida, gracias a la omnipresencia de la red. Para dar un
ejemplo, habría que abordar de nuevo las cifras que entrega la página oficial de Facebook de
Universo Centro. El medio es leído en ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México,
Barcelona, Lima, Nueva York, Madrid, La Plata, París o Londres; y suma entre todas estas
ciudades un total de 202 seguidores, los cuales verían imposible seguir de manera constante sus
contenidos si no existiera el portal web.
No obstante, la creación del portal web explica el por qué los contenidos del periódico
antioqueño pueden ser accesibles para cualquier persona en el mundo; pero no explica la razón
por la cual una persona que no viva en Medellín exprese interés por relatos que en gran mayoría
son propios de esta ciudad.
En este punto habría que volver a analizar la filosofía editorial de Universo Centro, sin un
norte fijo, o algún estilo de relato en particular. Habría que recalcar nuevamente esa única meta
que debe cumplir cada texto: contar una historia bien contada.
Historias de esas, hay muchas para escoger en el periódico. Por ejemplo, está la de José
Saule, un futbolista uruguayo que se radicó en Medellín en 1949, después de un paso de un año
por el club Los Millonarios y de una lesión de meniscos que le impediría volver a las canchas
como jugador de fútbol. Saule relata sus vivencias como extranjero en medio de la sociedad
medellinense y de los años de esplendor en el fútbol colombiano, también llamada época de El
Dorado, con el fin explicar cómo esta camada de jugadores extranjeros que llegaron a jugar al
país llamaron la atención, por primera vez, de las damas hacia este deporte. El artículo, que se
llama ―Las mujeres del fútbol‖ y aparece en la edición número 32 de la revista, retrata los
círculos sociales que se formaban alrededor del fútbol en los años 50 y de la aparición de la mujer
en este panorama, ansiosas de llamar la atención de aquellos rubios de ojos azules poco comunes
en los partidos anteriores a su llegada.
También llega a mi mente la crónica de Paula Camila Osorio, publicada en la edición 41 de
diciembre de 2012, que relata con pelos y señales los ires y venires de una sala de urgencias
91
localizada en una de las comunas de Medellín, a la cual llega como acompañante de su tío, que se
fracturó el fémur cerca de la zona de la cadera. Osorio, relata, además de la evolución de su tío, la
entrada de una joven de 20 años con los ojos inyectados en sangre y que pedía con toda clase de
improperios que le dieran algo para el dolor. Cuenta también la historia de un hombre que llega
herido por una riña al lado de una joven a la que después se le pide que se retire de la sala.
Osorio, además, describe los detalles de la sala: la indiferencia de las enfermeras, la suciedad del
lugar, la mirada inexpresiva de los guardias, los gritos la tos incesante, las groserías, lo turbio del
lugar.
Ambas historias construyen un panorama cultural determinado, el de Medellín. No
obstante, obviando todos esos detalles propios de un lugar determinado, José Saule podría estar
contando su historia de migración al fútbol de Perú, Ecuador o de Venezuela; Paula Camila
Osorio podría estar describiendo la sala de emergencias de algún barrio marginal en Nueva York,
París, o en Buenos Aires. Estas historias, relatos de Medellín, podrían reproducirse en cualquier
lugar del mundo.
Esta apreciación concuerda mucho con la sensación de Juan Fernando Ospina acerca de los
contenidos publicados en el periódico que dirige. ―Nuestros contenidos tocan a veces situaciones
específicas de la ciudad, pero yo creo son historias que se pueden repetir en cualquier ciudad o en
cualquier país del mundo. No creo que sean una cosa exclusiva o rara de nuestro medio. Nosotros
nunca dejamos de pensar cuando escribimos nuestras historias que sea algo que puedan leer acá
en Medellín o en Moscú‖.
Estas, y muchas otras historias, podrían repetirse fuera de la capital antioqueña; solo
necesitan reflejar algo. Ser el ejemplo de una problemática o de una costumbre que abarque una
discusión de origen cultural es una característica propia de las buenas historias, de aquellas que
pueden ser leídas por personas de diferentes contextos sociales. Ese es el ideal que persiguen los
contenidos culturales que están pensados para la web.
De estas misiones o visiones ni se entera Universo Centro, que poco se preocupa de adoptar
o no la dinámicas que rigen a otros medios más estructurados. ¡Allá ellos con su orden! Con su
estandarización de contenidos y formatos, con su necesidad de tener norte. El periódico
92
medellinense se caracteriza precisamente por esa capacidad manejar a la perfección sus
dicotomías: sus tensiones entre las historias de barrio y el contenido cultural subyacente,
potencialmente universal.
93
CONCLUSIONES
La trayectoria de Universo Centro como medio alternativo, que ha sumado otros relatos al
discurso cultural de Medellín, es intachable. Sus textos son historias de vida, quizás no del estilo
de vida que comúnmente se asocia con la cultura medellinense; no obstante esa es precisamente
una de sus mayores virtudes. Es un medio trasgresor que al mismo tiempo termina de construir un
panorama cultural antioqueño que va mucho más allá de las comunes asociaciones con la capital
paisa.
Su crítica a símbolos de Medellín, tales como el catolicismo o el metro, a personajes de
amplia aceptación como Álvaro Uribe, o a la cultura mojigata y retrograda que se niega a una
legalización de la marihuana, consolidan la percepción que tienen los seguidores de Universo
Centro como un medio crítico de su ciudad. Y a pesar de que la mayoría no le da el título de
periódico contracultural, sí consolidan a través de sus relatos una noción de periódico
irreverente, concepto de enorme aceptación entre los jóvenes de esta generación.
―Hace cuestionamientos a muchas de las políticas de la ciudad, desnuda situaciones que
algunos desconocemos‖ afirma una seguidora del medio. ―Propone otras narrativas de ciudad sin
el amarillismo acostumbrado de la industria morbosa de las realidades locales‖ asegura otra. De
cinco encuestas hechas, todas concuerdan en que Universo Centro construye relatos críticos de la
cultura tradicional. Esta característica es esencial a la hora de repensar los imaginarios culturales
de Medellín.
Sin embargo, otro de los íconos universales de nuestra generación: la web, no encuentra en
Universo Centro a un socio que adopte sus dinámicas. Analizando detenidamente todas las
herramientas web facilitadas en el portal del periódico antioqueño, se encuentran pocos espacios
destinados a la interacción: tan solo las casillas de comentarios y el correo de contacto directo
con el medio.
94
En cuanto a la hipertextualidad y multimedialidad, tampoco se habilitan herramientas que
permitan la construcción de un relato más integral: hipervínculos en los textos a otros contenidos,
secciones dedicadas a la conversación entre el medio y su público, podcasts, cortos,
documentales, animaciones, infografías. Hay que aclarar que el contenido visual del periódico,
sus fotografías e ilustraciones, son uno de los atractivos principales del medio. Sin embargo, y
junto a la caricatura, pertenecen a los formatos predominantes en ambas versiones; visualmente,
Universo Centro basa sus relatos en estos tres géneros, dejando a un lado toda otra gama de
opciones que darían más versatilidad al portal.
En conjunto, la propuesta digital del medio tiene muchos vacíos por subsanar. Juan
Fernando Ospina, director del medio, es el primero en admitir estas falencias, pero el reconocer
los errores no es suficiente. Durante todo el proceso que llevó el desarrollar esta investigación,
aproximadamente año y medio, se acudió en cientos de oportunidades a la página web del
periódico para revisar citas, relatos, galerías y demás. Su evolución en este periodo fue casi nula;
quizá la única implementación de una herramienta básica de la web en este lapso fue la de la
casilla de comentarios al final de cada texto.
Una de las explicaciones a la ligereza con la que se toma la tecnificación del portal web, la
cual fue analizada anteriormente, es la preponderancia que da el medio a su versión impresa.
Atado a una añoranza de la cultura narrativa de antaño, Universo Centro demuestra que la cultura
no está dividida entre lo popular y lo bello, que esta es un todo, cualquier rasgo que nos defina o
nos refleje. Y que la mejor manera de identificar esas raíces es contando nuestras historias. El
relato en el periódico se eleva como máximo exponente de las características de una sociedad.
Esta visión pasa del debate entre cultura popular y cultura de élite, entendiendo que ambas
conforman un solo reflejo, una misma cara; que una no excluye a la otra, que convergen en un
mismo discurso cultural. De paso, Ospina también deja claro que el medio se abstiene de hacer
parte de dinámicas actuales del periodismo que relacionan directamente la información de tipo
cultural con la agenda cultural y la farándula.
Si un tema de estos es tocado por el periódico, como se vio anteriormente en el caso de la
editorial sobre el incidente del ‗bolillo‘ Gómez, el texto está atravesado por la ironía; otro rasgo
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esencial a la hora de definir esa tradición satírica de nuestro país que busca reírse en medio de
tanto horror.
¿De Medellín al mundo?
Al final de la encuesta realizada a Juan Manuel Pérez, uno de los seguidores del periódico
antioqueño, encuentro un paréntesis que sirve como añadidura a la respuesta que da a mi
pregunta. Pérez, lejos de llenar el cuestionario sin prestarle atención alguna y colaborarme
explícitamente con lo requerido: responder lo antes posible, siente la necesidad de aclarar un
concepto que para él parece básico, casi una obviedad. La culpa es mía por haber formulado una
pregunta de más.
Para mi satisfacción, la frase de Juan Manuel Pérez consolida todo un trabajo de
investigación arduo, en un principio incierto. ¿Cómo ligar un periódico de carácter local con
dinámicas de difusión globales? A esa pregunta no le di respuesta hasta hace poco, después de
analizar decenas, tal vez cientos de artículos del medio medellinense. Por qué es tan difícil de
relacionar lo local con lo global ¡Pero si es que es tan evidente para Pérez! ―No hay nada más
universal que lo local‖.
Quizás se debe a lo obtusos que somos al creer que lo que pasa en nuestra sociedad es
único, que no se replica en ningún otro lugar. Es cierto que Colombia, Medellín, su centro,
guardan historias de lo insólito, de lo increíble. La capital antioqueña conserva su propia cultura,
sus raíces irrepetibles e inimitables. No obstante, también encierra los relatos de taxistas,
vendedores de dulces, peluqueros, electricistas, recepcionistas, empresarios, médicos; miembros
de una sociedad única, pero que comparten sus angustias sus temores, sus retos, con pares de
todos los lados del mundo.
En estas páginas se han plasmado relatos como el de Mauricio López, sobre los esfuerzos
del ciclista colombiano Rigoberto Urán para comprarse una nueva bicicleta. O la crónica de Paula
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Camila Osorio sobre una noche en la sala de urgencias de un hospital apostada en un barrio
marginal de Medellín.
Ambas historias se desarrollan en la capital antioqueña, sin embargo, niños que vendan
tiquetes de lotería para conseguir comprar comida, ropa, y hasta de pronto una bicicleta, existen
en otros continentes. Clínicas de mala muerte; infestadas de enfermos, de preocupación, de ira, de
indiferencia, hay de a una y tal vez más en cada ciudad del mundo.
En definitiva, las historias que expresan las mayores alegrías o tristezas, las hazañas o
miserias, no son más que el reflejo de la esencia humana, el reflejo de la vida que pasa,
implacable. Esos son los relatos que cuenta Universo Centro, pinturas que pueden ser colgadas en
los muros de cualquier lugar, simplemente porque no existe nada más universal que eso que nos
hace visceralmente humanos.
97
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101
ANEXOS
Anexo 1. Entrevista a Juan Fernando Ospina, director y fundador de Universo
Centro
Luis Beltrán: ¿Cómo nació Universo Centro?
Juan Fernando Ospina: Universo Centro no salió como un proyecto planeado, ni un grupo
de personas que quisieran producir algo a nivel editorial, periodístico o literario, Universo Centro
simplemente salió como un proyecto de un grupo de personas que frecuentamos un lugar en el
centro de Medellín, un bar que se llama El Guanábano, en ese bar nosotros coincidimos y en ese
bar se empezó a dar en los alrededores un problema, el bar está al lado de un parque, es un parque
donde siempre ha habido como cierta tolerancia frente al tema de la marihuana, el Parque del
Periodista; entonces se empezó a dar como un rechazo hacia el parque; mucha gente lo comenzó
a señalar como un sitio donde surgían los principales males del centro de la ciudad porque mucha
gente fumaba marihuana. Ese parque se llama el parque del periodista porque ahí hay un busto de
Manuel del Socorro Rodríguez, se considera el padre del periodismo en Colombia; entonces un
día la directora del círculo de periodistas de Antioquía dijo que ese busto había que quitarlo del
parque, llevárselo de allá porque era indigno que un personaje como Manuel del Socorro
Rodríguez estuviera inmortalizado en un lugar tan horrible: lleno de vagos, de drogadictos, que
allá no había nada que valiera la pena y que la gente que visitaba ese parque eran unos vagos y
que nada bueno podía surgir del parque del periodista. Inclusive decía que eso era una
alcahuetería de la ciudad, que debían demoler toda esa zona.
Entonces nosotros dijimos, como llevándole la contraria, porque ella dice que de aquí no
sale nada bueno, hagamos una publicación y mostremos que los que frecuentamos los alrededores
del parque sí tenemos cosas que decir, que sí tenemos cosas que opinar, que sí somos personas
que pensamos, que producimos y que simplemente que nos guste estar en esta zona de la ciudad
no es una razón para que nos señalen. Decidimos hacer una publicación en la cual el amigo que
hacía comic pudiera publicar, el ilustrador también pudiera publicar; yo que soy fotógrafo
102
pudiera tener mis fotos; amigos escritores, amigos periodistas; como una recopilación y en los
primeros números mencionábamos que para nosotros era muy importante que ese tipo de sitios
existiera en la ciudad y que era muy importante mantener el centro con su tradición de un lugar
donde mucha gente va, transita todos los días. Nosotros creemos que el centro es el corazón de
Medellín.
Sacamos una publicación, le pedimos a unos amigos que tenían como negocios que nos
sacaran un avisito, montamos una platica y sacamos el primer número en Noviembre de 2008;
que nosotros pensábamos que esto iba a durar dos o tres publicaciones y ya. Resulta que el
periódico tuvo muy buena acogida y nosotros nos fuimos como enviciando con esto y nos
quedamos haciéndolo; pero nunca fue un proyecto estructurado, en que decidiéramos qué línea
editorial íbamos a tener, como iba a ser la publicación, fue algo que surgió. Inclusive eso lo
hicimos en mes y medio, planeamos el primero, lo publicamos, lo lanzamos. Y era más como una
respuesta a esta señora más que la intención de quedarnos.
LB: ¿Con quién comenzaron a escribir la revista quiénes fueron los que comenzaron a
escribir la revista?
JFO: Ese primer número, la persona que más le camelló al lado mío fue Sergio Valencia, él
ha escrito algo, pero se dedica más al humor, él fue el creador de Tola y Maruja. Sergio antes se
dedicaba al humor y había amigos que frecuentaban el bar que les pedimos que nos pasaran
textos; por ejemplo Ricardo Aricapa que es un cronista de acá de Medellín; Pascual Gaviria… él
en un principio no tenía un papel como tan protagonista en el periódico, era más como un
colaborador, un amigo que también frecuentaba este bar y le decíamos que nos pasara un textico,
que nos para algo para publicar. En este momento es el editor del periódico y es la persona que
está al lado mío haciendo gran parte del trabajo, pero en un principio era una de las personas que
nos pasaba su trabajo. Estuvo Pascual Gaviria, Ricardo Aricapa, Sergio Valencia, un escritor de
acá que se llama Rubén Vélez.
LB: ¿Cuál consideras que ha sido el artículo, o la edición, algo en específico que haya
causado más estupor entre la gente de Medellín, o no solo de Medellín sino de Colombia?
103
JFO: Pues no sé si estupor, no creo que nuestros artículos causen estupor. Pero hay uno que
ha sido el que más nos sigue sirviendo de tema de conversación y discusión y es uno, el número
10, una edición en la que hablamos de la ‗cultura metro‘ en Medellín. Ese pues hay gente que
considera que el metro es intocable, la ‗cultura metro‘ en Medellín es una cosa bastante fascista,
es una cultura que nace a punta de cantaleta y el metro es muy limpio, muy eficiente y eso está
bien nosotros no lo rechazamos; pero lo que nosotros insistimos es que no puede haber tanta
cantaleta, no puede ser una cosa que se haga porque haya un policía siempre al lado diciendo ¡no
haga esto! ¡no haga lo otro! Entonces por lo tanto nosotros decimos que una cultura impuesta de
esta forma no es cultura; pero nunca decimos que eso está mal hecho, ni que sea una cosa que no
nos guste que el metro este limpio esté ordenado, lo que decimos es que eso no puede
considerarse cultura cuando se hace a punto de una cosa casi que fascista y unos ojos que están
siempre encima de vos mirando, y unos parlantes que están todo el tiempo echando cantaleta
diciendo qué no se debe hacer.
LB: ¿Cuáles han sido los temas estandartes hablando de las editoriales?
JFO: Nosotros no es que tengamos muchas secciones fijas, nosotros no queremos… una de
las cosas que más interesante me parece del periódico a mí es que nosotros no tengamos como un
manual que sigamos todos los meses. Vos ves una unidad en el diseño. Nosotros básicamente
somos un periódico que hacemos este proyecto para la edición física. ¿Por qué tenemos una
página web? porque sabemos que no le podemos llegar a todo el mundo, que no alcanzamos a
distribuir en todas partes, entonces podemos tener más cubrimiento; pero para nosotros el interés
primordial es mantener el periódico físico, inclusive lo que hacemos en la página web es
simplemente poner lo que publicamos cada mes en el periódico y esporádicamente ponemos dos
o tres cositas nuevas, pero en realidad lo que nos interesa es sobre todo el periódico físico porque
nos gusta que todavía haya una publicación hecha en papel y tinta cuando ya la gente dice que
eso ya está llamado a recoger.
Pues tenemos, sí hay ciertos temas que nos interesan. Si vos te metes en la página de
internet en una cosa que dice qué es UC, es un periódico mensual de distribución gratuita, que se
piensa en Medellín, se escribe y se dibuja desde los escritorios de diferentes ciudades. Ahí está un
poquito nuestra información básica, lo que nosotros consideramos, pues lo que nosotros
104
pensamos; pero de verdad nosotros no nos hemos dedicado a pensar mucho y a tener un manual.
Cada mes dejamos que sean los mismos temas los que nos van generando interés y curiosidad,
nos van enmarcando el sendero de cada edición.
LB: Pero…viendo la revista veo que por ejemplo, también hablan mucho de Álvaro Uribe,
hablan mucho de lo de la ‗cultura metro‘…
JFO: No pues uno habla de Álvaro Uribe porque da mucho de qué hablar. Al ser el tema de
la discusión por el consumo de drogas, más específicamente por el consumo de marihuana, fue
uno de los temas que llevó a que surgiera el periódico, entonces es una discusión que
mantenemos. Nos interesan las historias de ciudad y los temas que a las personas que participa
nos va llamando la atención; pero no es que tengamos un listado de temas que debemos tocar
obligatoriamente cada mes; simplemente se van dando, están muy ligados a los intereses
personales e cada uno, lo que nos llaman la atención, lo que nos pone a pensar a cada uno de
nosotros son los temas que vamos reflejando en el periódico. Pero hay otra cosa además Luis; el
periódico se hace también en gran parte por las colaboraciones que nos llegan: unas de escritores
de más peso y más reconocimiento y otros simplemente gente que se atreve y nos manda sus
textos y los somete a nuestro juicio, para ver si lo publicamos y mucha gente, a muchísima gente
le hemos rechazado, pero también una buena cantidad de escritores nuevos han publicado por
primera vez en UC y simplemente fue que se decidieron y mandaron su texto y nosotros se lo
publicamos.
El periódico se hace, nosotros no tenemos un staff de periodistas, ni de redactores ni nada,
somos un grupo de personas que lo hacemos y cada número invitamos a amigos y a desconocidos
a que hagan parte y a que nos manden sus colaboraciones; entonces eso también ha sido parte de
la política nuestra, esperar también qué va surgiendo y qué va llegando e ir escogiendo entre las
cositas que cada mes aparecen en nuestro correo.
Y eso nos parece muy bueno, que así como podemos a veces invitar a Gustavo Álvarez
Gardeazábal o a Héctor Abad o a escritores de un poco más, de más peso y más reconocimiento,
podamos tener un perfecto desconocido que ubica su trabajo por primera vez en un medio, en
UC. Eso nos llena de satisfacción.
105
LB: ¿Pensando en UC como revista, qué es UC, es una revista de periodismo cultural, es
una revista de qué?
JFO: Nuestra respuesta está en la página cuando decimos UC es una mezcla entre los
añorados magazines culturales de los periódicos centenarios, los cuadernos de crónicas sobre la
ciudad que no existen pero se piensan cada tanto y algo de las hojillas de sátira y caricatura que
fueron famosas a comienzos del siglo XX. Todo eso puede leerse, u ojearse, como un catálogo
parcial de creadores de la ciudad y como un directorio de amigos con ideas cercanas o lejanas,
pero ideas al fin y al cabo; es lo que yo te digo, es como un grupo de amigos y de gente
entonces… yo tengo al amigo al que frecuentemente le pido algo para el periódico y todos vamos
juntando el contenido de esa manera. No sé si eso sea bueno o malo, a mí me parece en palabras
de alguien que vea esto como un proyecto que deba ser más estructurado, pero a mí me parece
maravilloso que nosotros dejemos simplemente que cada mes el periódico como de una manera
espontánea y orgánica se vaya haciendo.
Por qué pusimos eso en la página, porque cada rato nos hacen esas preguntas; y nosotros
mismos no tenemos manual, ni misión ni visión ni nada; nosotros simplemente somos un grupo
de amigos que tenemos un proyecto que se nos creció, bastante; y que nos dimos cuenta que se
está volviendo importante y eso pues lo ha hecho también de cierta forma evolucionar, pero que
nunca empezamos esto como una cosa planeada, estudiada, ni nada.
LB: ¿Cuál es la visión que tiene sobre cultura, la cultura es algo específicamente de las
bellas artes, o la cultura en la actualidad es algo mucho más que eso?
JFO: Nooo, la cultura es simplemente la expresión, cualquier tipo de expresión de los seres
humanos, esas expresiones espontáneas que se dan. La cultura es eso que uno ve en la calle todos
los días, sea estético o no sea estético la cultura es esa cantidad de rasgos que van marcando
nuestro comportamiento también; y nosotros entendemos cultura como eso, nosotros
simplemente lo pensamos como algo relacionado a las artes.
106
LB: ¿En cierta manera sienten que muchos de los contenidos sí pueden rozar, pueden
retratar mucho de lo humano de Medellín y no solo de Medellín porque ustedes también tienen
relatos de otros lugares, sí tiene, existe la sensación de que retratan mucho lo humano y de que
eso en gran medida es el periodismo cultural.
JFO: Sí exactamente. Y hay una cosa importante. Cuando nosotros surgimos en el centro de
Medellín y nos llamamos Universo Centro, la gente nos dice ¡ay, periódico del centro! Pero no
por tema. Nos interesan los temas del centro de la ciudad y no solamente de Medellín sino de las
ciudades, y de los países; nosotros cada vez nos abrimos más; publicamos en Medellín, somos de
Medellín, vivimos acá pero eso no quiere decir que ese sea nuestro único tema. Si vos ves los
artículos, pues sí la mayoría son sobre esta ciudad, pero vos ahí empezás a encontrar historias de
muchos lados y nos encanta cuando nos llega una historia de otra ciudad, de otro país.
LB: ¿A qué parte de la sociedad de Medellín busca llegar UC, es una revista que leen las
élites, UC es una revista que leen todos?
JFO: Nosotros queremos que el periódico lo puedan leer, eso también no sé si eso está acá
en la página. El público más entusiasta de UC son, sin duda, los estudiantes universitarios. En
segundo lugar, todas las personas dedicadas a oficios y ocios creativos. En ese caso, UC es una
vitrina y una oportunidad para mostrar sus trabajos. Entre sus ventajas está que hace reír a
muecos y a recién blanqueados. Los lectores de prensa corriente encuentran en UC una sorpresa
que los hace desdeñar el compañero de todos los días. Los curiosos de la ciudad, los que miran
una foto vieja en un restaurante, los que se paran 10 segundos en el agáchese de libros viejos.
Nosotros en realidad no hacemos un periódico pensando en quién lo va a leer, nosotros
pensamos, queremos que lo lea ojalá el que cuida carros hasta el ejecutivo de una empresa. A
nosotros nos gusta mucho saber que nos encontramos nuestros personajes en la calle: cuidadores
de carros que ya nos conocen, vendedores ambulantes que siguen el periódico; y que lo lea
también, por ejemplo, una persona que es asiduo lector mensual de Universo Centro como Sergio
Fajardo, el gobernador; y mucha gente pues así, eso es lo que me pone a mí más orgulloso, que lo
pueda leer cualquier persona. Hay unos temas y unas cosas que requieren que por supuesto
exigen tener cierto conocimiento político, cultural, de actualidad, histórico, lo que sea, como en
107
todas las cosas; pero tratamos siempre de que nuestros textos no sean muy complejos, de que
nuestros textos se puedan leer de una manera fácil y entretenida.
LB: En cuanto a lo que UC produce como información, UC produce información más de…
es algo diverso, puede producir algo desde el centro de Medellín, hasta El Poblado, las comunas,
de pronto de fuera de Medellín…
JFO: Claro, es que mira los temas en cada edición; pues claro, la mayor cantidad de
información es sobre Medellín pero es porque básicamente somos de acá y es lo que nos queda
fácil, y no tenemos reporteros ni corresponsales en otros lados; simplemente amigos que a veces
llamamos y les pedimos que nos escriban desde otra parte. A nosotros nos encanta que haya
información desde otras ciudades y desde otros países.
LB: ¿Y dentro de Medellín la idea es cubrir toda la urbe, o las historias se centran en un
lugar en específico?
JFO: La idea es poder estar, recibimos historias de todos los lados; pero por supuesto nos
gusta mucho el centro entonces hay historias que tienen esa marca de centro de ciudad más
evidente. Pero por supuesto nosotros podemos hablar de El Poblado. En este número, yo creo que
ya a principios de semana estará ya publicado en la web, en este número vas a encontrar que hay
una sección que hicimos, que invitamos a cuatro colaboradores a que hicieran recorridos por la
ciudad y nos narraran sus recorridos. No, nos interesa cualquier lugar donde haya una buena
historia.
LB: ¿En cuanto a géneros narrativos, cuáles son los que más usan, aparece mucho la
crónica, hacen muchos reportajes, perfiles?
JFO: Si, por supuesto. La crónica yo creo que es la que más se encuentra en UC.
LB: Para ustedes qué supone la tecnología en la actualidad, en cuanto a su capacidad de
traspasar barreras y llegar a otros públicos?
108
JFO: Nosotros surgimos como con una idea romántica de tener un medio impreso. Nos
gusta eso, nos gusta que los dedos queden untados de tinta. Pero precisamente la tecnología nos
da la posibilidad de que vos nos conozcas en Bogotá sin tener un periódico físico, que tus amigos
hablen de UC, que nos conozcan en otros países, en otras regiones. Esa es la gran ventaja, la gran
ayuda que nos da la tecnología.
LB: ¿Entonces, cuándo y por qué se decidió dar el paso a la red?
JFO: Nosotros, después de esa pausa, y que decidimos desde el número cinco que el
periódico iba a volver a circular, ahí dijimos –bueno, una de las cosas que teneos que hacer es
permitir que otra gente lo lea− ahora por ejemplo estamos con colecciones de dieciocho mil
ejemplares, pero en esos mementos sacábamos cuatro, cinco mil. Entonces con más razón, y
entonces ese paso simplemente lo dimos cuando encontramos las personas que nos pudieran
echar una mano y ayudar a montar esa plataforma y a crear la página de UC.
LB: ¿Las herramienta web, en algún momento fueron decidiendo implementar herramientas
como videos, fotos, galerías?
JFO: Sí, inclusive esa es una de las cosas que queremos, aprovechar la web como un
espacio donde podemos ampliar la información. Nosotros no metemos más cosas en la web en
este momento porque no nos da el tiempo, no tenemos la capacidad; pero uno de los planes para
este año que viene es ampliar la cobertura en la web, y que no simplemente se ponga la edición
en versión digital, sino tengamos cosas que no se pueden ver; tener muchos más videos, muchas
más cosas.
LB: ¿Y cómo es en la actualidad la web de UC?
JFO: Sí, con algún contenido extendido en algunos casos, sobre todo en fotografía y
algunos videítos, y uno que otro texto que ocasionalmente llega a nuestras manos y por
actualidad decidimos incluirlo ahí. Yo creo que todavía la página web de UC es algo que está por
desarrollar y organizar mucho más.
109
LB: ¿La interacción que ustedes tienen con sus seguidores, cómo funciona?
JFO: Nosotros por principios y por lo que, por cómo somos, nunca vamos a dejar de darle
prioridad a la interacción física, con las personas; pero bueno, precisamente las redes, el portal
nos da la posibilidad de interactuar con gente que no tenemos a nuestro lado; y es bueno ver que
nos leen, que nos escriben. Amigos y gente desconocida nos mandan y nos escriben de otros
países. Es muy bonito, por ejemplo, darnos cuenta que una mujer colombiana de familia china,
que vive en Boston en este momento sigue UC y nos escribe desde allá. Y es muy constante que
nos escriban personas de otros países y de otras ciudades.
LB: ¿Seguidores de fuera de Colombia tiene que no tengan raíces colombianas?
JFO: Sí, siguiendo las estadísticas más básicas en Facebook… yo te voy a decir por
ejemplo entrando a nuestras estadísticas de Facebook. Tenemos un seguidor en China,
Marruecos, Eslovaquia, Emiratos Árabes Unidos, Siria, Papua, Nueva Guinea; en Qatar,
Madagascar, Turquía, Vietnam, Paraguay, Trinidad y Tobago. Y van aumentando, cuando
llegamos a Nicaragua, Bolivia, Finlandia, Uruguay van subiendo los números de seguidores. El
país fuera de Colombia donde más nos leen es Argentina, luego Estados Unidos, luego México,
luego España, luego Perú, luego Brasil, luego Francia, luego Canadá, luego Venezuela, luego
Ecuador, luego Reino Unido, luego Chile, luego Alemania e Italia; y así va la cosa.
LB: ¿UC busca ser una revista de tipo más local, nacional, que sea universal; los contenidos
apuntan a ser de una estructura mucho más grande?
JFO: Pues sí, siempre va a haber un contenido, para nosotros los que hacemos UC es más
fácil incluir las historias de Medellín porque aquí vivimos y no tenemos la capacidad de estar
viajando o de estar cubriendo otros lugares. Pero siempre vamos a estar abiertos a recibir
contenidos y a publicar historias de otros lados, yo creo que tú lo ves a medida, en cada número
ves que nos abrimos a temas de otros centros; pero por ahora sí, Universo Centro es una
publicación que tiene una mayor parte de contenido local.
110
LB: ¿Cree que en la actualidad de Medellín existe una cultura alterna a lo que ha sido la
tradicionalidad?
JFO: Lo que pasa es que esa historia de que Medellín ha sido una cultura católica y
tradicional yo creo que ya también es como un cliché. En Medellín se ha mostrado que se ha dado
una cultura y unos movimientos de vanguardia dese hace mucho tiempo; yo creo que ya eso se
quedó como un cliché porque si acá miramos acá se hicieron las primeras bienales
internacionales de arte del país; acá surgió un movimiento como el nadaísmo, acá han surgido
muchas cosas. Nosotros simplemente seguimos mostrando que la cultura paisa no es solamente
católica y conservadora. Entonces seguimos como una tradición que se ha dado pero que cada
vez que se mira Medellín se vuelve y se cae también en eso que digo yo que creo que es un
cliché, que acá solamente somos rezanderos y conservadores.
LB: ¿Crees que esa cultura que se da mucho en la televisión y en internet ha permeado
mucho en los jóvenes de Medellín?
JFO: Sí, es que esto no es una ciudad aislada. Así como en otras partes también todas esas
manifestaciones culturales que se dan a través de los medios sean electrónicos o no, pues todo eso
toca también a los jóvenes de acá.
LB: ¿Y a UC le importa ese tipo de información, ese tipo de información entra dentro de
los contenidos de UC?
JFO: No, a nosotros no nos interesa mucho ese tema, el tema de la farándula y eso, no nos
interesa, y cuando se ha tocado, se ha tocado de una manera crítica o irónica o humorística, pero
no nos interesan los temas de farándula ni de actualidad de ese tipo.
LB: ¿Ustedes se considerarían una revista contracultural?
JFO: Ni yo ni ninguno de los del periódico hacemos algo como pensando que vamos a ser
contraculturales, simplemente nosotros hacemos lo que nos gusta, hablamos de los temas que nos
interesan, manifestamos lo que creemos o lo que pensamos; pero nunca pensamos si somos
111
contraculturales o no, eso lo tiene que decir alguien que conozca, que mire al medio y decida
pues; pero nosotros, que dentro de nuestras intenciones esté que seamos contraculturales, nunca
lo hemos considerado. Hay gente que nos considera como contestatarios, críticos o criticones; y
como te decía, por ejemplo en temas como lo del metro; si eso es ser contraculturales entonces en
ese sentido somos contraculturales. Lo que pasa es que nunca es como una intención, nunca es un
propósito nuestro ser contraculturales.
LB: ¿Ha habido contenidos de ustedes que se hayan hecho teniendo en cuenta la migración
que pueda haber en Medellín de culturas ajenas?
JFO: A nosotros nos interesan los temas que se nos van dando y que se van apareciendo y
nos interesan las historias distintas, nos interesan las historias que normalmente no se cuentan en
otros medios, en otros espacios; pero no es que nosotros digamos −vamos a darle énfasis al tema
de las migraciones hacia esta región−. Puede ser que en dos o tres números se dé la coincidencia
y vos encontrés múltiples textos al respecto y puede ser que en los próximos días nunca lo
volvamos a hacer y después volvamos. La cosa se da como de una manera más espontánea.
Nosotros vamos armando cada mes el periódico a partir de las ideas nuestras y de muchos
amigos; pero no siguiendo un manual de estilo, ni de redacción, ni temático ni nada, eso es algo
que como que se hace de manera más espontánea y más orgánica.
LB ¿Y en cuanto a las influencias externas de otras culturas, ustedes han visto que se ha
mezclado mucho la cultura en estas últimas épocas?
JFO: Pues sí, la globalización, o eso que llaman globalización pues claro que tiene que
hacer que nuestra cultura, como cualquier otra, sea una mezcla de otros sabores; claro que eso se
da. Pero en general nosotros creemos que ojalá que en nuestro país se hubiera dado más esa
mezcla de culturas. Claro que todo eso ya se va volviendo, por la facilidad de obtener
información, por la facilidad de viajar, por la facilidad de estar en contacto con otros lugares pues
claro que las culturas van dejando su mapa acá en la de nosotros. En Medellín hay una intención
ahora como de abrirse hacía el mundo y hacia otras manifestaciones y hacia otras culturas casi
que desde la institución. Pero de resto yo creo que Medellín sigue cargando con un señalamiento
de godos y rezanderos que yo creo que no es justo.
112
LB: ¿Por qué existe tanto la percepción de que Medellín es una cultura cerrada a otras
culturas?
JFO: Porque en algún momento lo fue, los paisas siempre nos manteníamos muy orgullosos
de lo que éramos.
LB: ¿A usted le parece que para la juventud es atractiva un medio que sea crítico de la
sociedad, un medio que sea contracultural?
JFO: Pues sí, a la juventud siempre le va a interesar ir en contra y siempre le va a interesar
la crítica.
LB: A experiencia personal dan la percepción de que no es algo intencionado pero es algo
que es precisamente por su manera de vivir la cultura algo que termina saliendo de UC…
JFO: Sí, es algo constante porque puede ser que nosotros… precisamente por eso nos
reunimos este grupo de amigos y por eso es la marca o la firma de UC, porque coincidimos en
que pensamos de una manera distinta digamos a la gran mayoría de la sociedad paisa. No creo
que el gran porcentaje de la población de Medellín esté de acuerdo con muchas de nuestras
opiniones pero nosotros pues eso no nos preocupa, nosotros precisamente lo que nos interesa es
que se dé la discusión.
LB: ¿Considera que sus contenidos precisamente por esa noción tan interesante para los
jóvenes de crítica, considera que eso puede llegar a ser universal, que sus contenidos pueden
llegar a ser universales?
JFO: Yo creo que sí, yo creo que nuestros contenidos si los hemos visto, tocan a veces
situaciones específicas de la ciudad pero yo creo son historias que se pueden repetir en cualquier
ciudad o en cualquier país del mundo. No creo que sean una cosa exclusiva o rara de nuestro
medio. Yo creo que nuestros contenidos… nosotros nunca dejamos de pensar cuando escribimos
nuestras historias que sea algo que puedan leer acá en Medellín o en Moscú
113
Anexo 2. Encuestas a seguidores de Universo Centro
1)
Nombre: Johnatan Cabrera
Correo electrónico: [email protected]
Encuesta Universo Centro
1. Describa brevemente qué encontró en UC que no ha encontrado en otros medios.
Rta: Universo Centro es el vivido encuentro con la ciudad, con esas historias que
pertenecen al pueblo contadas para el pueblo, es un medio que escribe sin miedo ni limitantes, es
un verdadero ejercicio periodístico alejado de la limitantes publicitarias y comerciales.
2. ¿Cuál ha sido el artículo o la edición de UC que más recuerda?¿Por qué?
Rta: ―A las maricas nos quieren sacar de acá‖ David E. Guzmán., por que narra el drama de
las personas que fueron despojadas de un lugar que ya les pertenecía, y que el gobierno
aprovecho para desalojar tomando como excusa ―acabar con las ollas‖, echando esas mujeres
pero sin darles ninguna garantía laboral.
3. ¿Catalogaría a UC como un periódico cultural?
Sí X No
4. ¿Encuentra en el portal de internet de UC contenidos distintos a los existentes en la
edición impresa?
Sí No X
5. ¿Encuentra con frecuencia en la versión digital de UC herramientas narrativas propias de
la web (hipervínculos, videos, fotos, audios, infografías).
Sí X No
114
6. ¿Es UC un periódico que interactúa con sus lectores? Justifique brevemente su respuesta.
Rta: Diría que sí, primero porque a través de la página virtual existe la posibilidad de enviar
comentarios de los artículos y segundo por la participación que da al lector en la forma de
redacción e intención de los artículos.
7. ¿Considera que UC es un medio crítico de la sociedad medellinense? ¿Por qué?
Rta: Claro que sí, es un medio critico por que constantemente sus escritos son sobre temas
de actualidad que los demás medios no escriben pero que son importantes para la sociedad, como
fue hace poco contar nuevamente el aniversario de la ―muerte de los niños de villatina‖ en la cual
nos están invitando a no olvidar y hacer llamados a la justicia. Es un medio en el cual no se
escribe por escribir, en este todo está pensado y todo tiene un trasfondo de crítica social y
política.
8. ¿Catalogaría a UC como un periódico contracultural?
Sí No X
9. ¿Podría una persona que no vive en Medellín encontrar interesantes los contenidos de
UC? ¿Por qué?
Rta: Si, por que son historias reales, que tocan que el corazón que incitan a la reflexión y si
bien es un medio de Medellín, la manera como está escrito permite ser leído en otras regiones sin
caer en los regionalismos.
10. Con base en la anterior respuesta, ¿cree que los contenidos de UC podrían considerarse de
interés en cualquier parte del mundo: universales?
Sí No X
115
2)
Nombre: Juan Manuel Pérez
Correo electrónico: [email protected]
Encuesta Universo Centro
1. Describa brevemente qué encontró en UC que no ha encontrado en otros medios.
Rta: Los artículos de UC son diferentes de los de cualquier otro periódico que haya leído
últimamente. Su temática suele ser urbana, crítica, irónica e independiente, lo cual no se suele
encontrar en otros medios en nuestra ciudad.
2. ¿Cuál ha sido el artículo o la edición de UC que más recuerda? ¿Por qué?
Rta: Particularmente recuerdo un artículo de Eduardo Escobar, publicado en el número 46
con el nombre de ―On the road‖. En realidad me gustan mucho todos los artículos de Escobar,
pero este me hizo reír muchísimo con su sarcasmo y su descripción del desastre que son las
carreteras de Colombia; además, la escritura de Escobar es exquisita.
3. ¿Catalogaría a UC como un periódico cultural?
Sí X No (Esto depende de qué definamos como cultura)
4. ¿Encuentra en el portal de internet de UC contenidos distintos a los existentes en la
edición impresa?
Sí X No
5. ¿Encuentra con frecuencia en la versión digital de UC herramientas narrativas propias de
la web (hipervínculos, videos, fotos, audios, infografías)?
Sí X No
6. ¿Es UC un periódico que interactúa con sus lectores? Justifique brevemente su respuesta.
116
Rta: Por lo que he podido ver, sí, aunque no tengo cuenta en ninguna red social. Creo que
falta dar un poco más de acceso a lectores y posibles articulistas para que tengan contacto directo
con los editores.
7. ¿Considera que UC es un medio crítico de la sociedad medellinense? ¿Por qué?
Rta: Más que el periódico en sí, cada articulista puede o no ser crítico tanto de la sociedad
Medellinense como de la sociedad en general. Creo que, en general, los articulistas lo son.
8. ¿Catalogaría a UC como un periódico contracultural?
Sí No X (Todo depende de la definición de cultura)
9. ¿Podría una persona que no vive en Medellín encontrar interesantes los contenidos de
UC? ¿Por qué?
Rta: Claro que sí. No todos los artículos hablan solamente de Medellín, y, como lo expresa
su nombre, es un periódico ―universal‖
10. Con base en la anterior respuesta, ¿cree que los contenidos de UC podrían considerarse de
interés en cualquier parte del mundo: universales?
Sí X No (no hay nada más universal que lo local)
3)
Nombre: Lorena Zapata Lopera
Correo electrónico: [email protected]
Encuesta Universo Centro
1. Describa brevemente qué encontró en UC que no ha encontrado en otros medios.
117
Rta: UC es un periódico que dan ganas cogerlo, tenerlo, ojearlo, degustar cada espacio
finamente diseñado, es una producto que respeta al lector, lo invita y lo seduce. Es fresco, tiene
unas ilustraciones buenísimas, las portadas son maravillosas, y sobre todas esas cosas lo que me
gusta es que su contenido está atravesado por reflexiones antropológicas y sociológicas que nos
invitan a pensar las dinámicas urbanas que se tejen en la cotidianidad, exaltándolas
alegóricamente con el carácter de patrimonio cultural.
2. ¿Cuál ha sido el artículo o la edición de UC que más recuerda? ¿Por qué?
Rta: uno sobre la cultura metro, lo recuerdo porque me reí mucho y me gusto la descripción
detalladas que hacían de la escena. Me gusto la crudeza de citar a Carreño para introducir al
contexto. Sentí complicidad con la lectura porque he padecido la cultura metro.
3. ¿Catalogaría a UC como un periódico cultural?
Sí X No
4. ¿Encuentra en el portal de internet de UC contenidos distintos a los existentes en la
edición impresa?
Sí X No
5. ¿Encuentra con frecuencia en la versión digital de UC herramientas narrativas propias de
la web (hipervínculos, videos, fotos, audios, infografías)?
Sí No X
6. ¿Es UC un periódico que interactúa con sus lectores? Justifique brevemente su respuesta.
Rta: creo que no deja mucho para interactuar, las personas esperan la próxima edición.. y
listo. No he visto convocatorias, ni concursos, ni premisos, ni eventos para los lectores de UC,
aclaro que no soy la más fiel seguidora y puedo estar equivocada.
7. ¿Considera que UC es un medio crítico de la sociedad medellinense? ¿Por qué?
118
Rta: por que propone otras narrativas de ciudad sin el amarillismo acostumbrado de la
industria morbosa de las realidades locales.
8. ¿Catalogaría a UC como un periódico contracultural?
Sí X No
9. ¿Podría una persona que no vive en Medellín encontrar interesantes los contenidos de
UC? ¿Por qué?
Rta: porque le mostraría otra cara de la capital de la montaña.
10. Con base en la anterior respuesta, ¿cree que los contenidos de UC podrían considerarse de
interés en cualquier parte del mundo: universales?
Sí X No
4)
Nombre: Milena Guzmán
Correo electrónico: [email protected]
Encuesta Universo Centro
1. Describa brevemente qué encontró en UC que no ha encontrado en otros medios.
Rta: Me gusta las historias, pero no solo las historias si no la forma de narrarlas, pues te
acercan a los personajes de una manera entrañable, tanto que me siento dentro de la historia
recorriéndola oliendo los entornos, los espacios.
Además de enterarme de lo que pasa en mi ciudad.
2. ¿Cuál ha sido el artículo o la edición de UC que más recuerda?¿Por qué?
119
Rta: bueno de las ediciones todas. Pero la que más me gusto fue la que le hicieron a las
maricas de la calle que se llama Barbacoas.
Sus fotografías son maravillosas, dicen mucho y en esta edición sí que se lucieron. Las
historias y el lenguaje que se utilizó tan coloquial en esta edición me pintan el centro de mi
ciudad, y eso me parece muy bacano en periodismo, que el lector se identifique en sus textos, es
un gran logro.
3. ¿Catalogaría a UC como un periódico cultural?
Sí X No
4. ¿Encuentra en el portal de internet de UC contenidos distintos a los existentes en la
edición impresa?
Sí No X
5. ¿Encuentra con frecuencia en la versión digital de UC herramientas narrativas propias de
la web (hipervínculos, videos, fotos, audios, infografías)?
Sí X No
6. ¿Es UC un periódico que interactúa con sus lectores? Justifique brevemente su respuesta.
Rta: Si, ellos siempre están presentes en eventos de ciudad sobretodo en casos específicos
que tienen que ver con el centro o temas que tienen que ver como con su línea editorial.
Por ejemplo, en sus cumpleaños, ellos hacen un evento este año fue en el Pablo Tobón
Uribe en donde interactúan con el público y hablan de temas culturales referentes a la ciudad.
Ellos también hacen parte de los paneles de discusión en temas que concierne al centro.
7. ¿Considera que UC es un medio crítico de la sociedad medellinense? ¿Por qué?
120
Rta: Si tiene buenos criterios a la hora de enfrentarse a los fenómenos sociales que ocurren
alrededor del centro, pero no solo del centro también a nivel nacional. Constantemente saca un
obituario y sepulta algún personaje de la política, escritor, cantante entre otros. El contenido que
genera para este obituario es muy chévere porque lo hace en un tono sarcástico pero sin ser
fastidioso.
Y en lo que concierne a Medellín me parece que los argumentos que plantea a la hora de
plantear una problemática sus fuentes, contrastan de manera crítica la noticia.
Y si es el editorial opina dejando una posición marcada hasta que termina, pero el lector
saca sus propias conclusiones.
8. ¿Catalogaría a UC como un periódico contracultural?
Sí X No
9. ¿Podría una persona que no vive en Medellín encontrar interesantes los contenidos de
UC? ¿Por qué?
Rta: Si es liberal como yo sí. Si no, se asusta con las fotos, con las historias bohemias, de
droga, sexo que contiene el periódico. Por ejemplo mi abuela dice que eso no es periodismo, y yo
se lo perdono por ser mi abuela. jejejejeejee
10. Con base en la anterior respuesta, ¿cree que los contenidos de UC podrían considerarse de
interés en cualquier parte del mundo: universales?
Sí X No
5)
Nombre: Nora Carmona
Correo electrónico: [email protected]
121
Encuesta Universo Centro
1. Describa brevemente qué encontró en UC que no ha encontrado en otros medios.
Rta: Crónicas muy entretenidas, historias de ciudad y una narrativa excelente
2. ¿Cuál ha sido el artículo o la edición de UC que más recuerda? ¿Por qué?
Rta: mi memoria es corta pero una que recuerdo es la del perrito milord
3. ¿Catalogaría a UC como un periódico cultural?
Sí X No
4. ¿Encuentra en el portal de internet de UC contenidos distintos a los existentes en la
edición impresa?
Sí No X
5. ¿Encuentra con frecuencia en la versión digital de UC herramientas narrativas propias de
la web (hipervínculos, videos, fotos, audios, infografías)?
Sí X No
6. ¿Es UC un periódico que interactúa con sus lectores? Justifique brevemente su respuesta.
Rta: Sí los veo en actividad en redes como facebook, twitter etc
7. ¿Considera que UC es un medio crítico de la sociedad medellinense? ¿Por qué?
Rta: Sí es un periódico crítico, porque hace cuestionamientos a muchas de las políticas
de la ciudad, desnuda situaciones que algunos desconocemos.
8. ¿Catalogaría a UC como un periódico contracultural?
122
Sí No X
9. ¿Podría una persona que no vive en Medellín encontrar interesantes los contenidos de
UC? ¿Por qué?
Rta: Claro que sí, pues aparte de contar e ilustrar historias propias de la ciudad,
también cuenta de otros lugares, habla de personajes del medio cultural, como escritores de
talla nacional e internacional.
10. Con base en la anterior respuesta, ¿cree que los contenidos de UC podrían considerarse de
interés en cualquier parte del mundo: universales?
Sí X No
123
Anexo 3. Cifras de seguidores en la página oficial de Universo Centro en Facebook
Estadísticas por fans
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125
Estadísticas por personas a las que llegan las publicaciones
126
127
Estadísticas por personas que interactúan