108
DIVISIÓ DE CIÈNCIES DE LA SALUT FACULTAT DE MEDICINA UNIVERSITAT DE BARCELONA UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN EL DIAGNOSTICO Y EN EL TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL: NUEVAS APORTACIONES Memoria presentada por ANTONIA PERELLÓ JUAN para optar al grado de DOCTOR EN MEDICINA Directores: Dr. Jaume Bosch i Genover / Dr. Juan Carlos García Pagán

UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

DIVISIÓ DE CIÈNCIES DE LA SALUT

FACULTAT DE MEDICINA

UNIVERSITAT DE BARCELONA

UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN EL

DIAGNOSTICO Y EN EL TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN

PORTAL: NUEVAS APORTACIONES

Memoria presentada por

ANTONIA PERELLÓ JUAN

para optar al grado de

DOCTOR EN MEDICINA

Directores: Dr. Jaume Bosch i Genover / Dr. Juan Carlos García Pagán

Page 2: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Índice - 2 – ________________________________________________________________________________________

Página Abreviaturas 4 INTRODUCCIÓN 5 1. Concepto de hipertensión portal 6 2. Sistema venoso portal y formación de colaterales portosistémicas 6 3. Fisiopatología de la hipertensión portal 8 3.1. Mecanismos fisiopatológicos implicados en la hipertensión portal

8

3.2. Clasificación fisiopatológica de la hipertensión portal según la localización de las resistencias

10

3.3. Componente dinámico del incremento de resistencia intrahepática 13 4. Consecuencias de la hipertensión portal 14

5. Hemorragia por rotura de varices esófago-gástricas

15

6. Métodos de exploración de la hipertensión portal 18

6.1. Ecografía 18

6.2. Endoscopia digestiva y ecografía endoscópica

19

6.3. Medición de la presión de las varices esofágicas

20

6.4. Medición de la presión portal. Técnicas hemodinámicas

21

6.4.1. Concepto de hipertensión portal clínicamente significativa

21

6.4.2. Medición directa de presión portal

22

6.4.3. Medición indirecta de presión portal

23

7. Hepatopatía crónica por VHC

26

8. Síndrome de Budd-Chiari 28

8.1. Concepto

28

8.2. Etiología

28

Page 3: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Índice - 3 – ________________________________________________________________________________________

8.3. Patogenia

31

8.4. Manifestaciones clínicas

32

8.5. Diagnóstico

33

8.6. Pronóstico

37

9. Tratamiento farmacológico de la hipertensión portal. Papel de las técnicas hemodinámicas

38

10. Tratamiento derivativo intrahepático mediante técnicas hemodinámicas intervencionistas

41

11. Tratamiento específico del síndrome de Budd-Chiari

43

JUSTIFICACION Y OBJETIVOS 48 RESULTADOS 53

ESTUDIO 1 La presión suprahepática enclavada refleja adecuadamente la presión portal en la hepatopatía crónica por virus de la hepatitis C

54

ESTUDIO 2 La derivación portal mediante DPPI es un tratamiento útil a largo plazo en el síndrome de Budd-Chiari no controlado mediante tratamiento médico

60 DISCUSIÓN 69

CONCLUSIONES 81 BIBLIOGRAFÍA

84

Otras publicaciones relacionadas con el tema de tesis aparecidas durante la realización de la misma

108

Otras actividades académicas desarrolladas durante la realización de la tesis

108

Page 4: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Abreviaturas - 4 – ______________________________________________________________________

ABREVIATURAS DPPI: Derivación portosistémica percutánea intrahepática GPVH: Gradiente de presión venosa hepática NO: Oxido nítrico GPP: Gradiente de presión portal PSE: Presión suprahepática enclavada PSL: Presión suprahepática libre SBC: Síndrome de Budd-Chiari VCI: Vena cava inferior

Page 5: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 5 – _________________________________________________________________________________________

INTRODUCCIÓN

Page 6: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 6 – _________________________________________________________________________________________

1. Concepto de hipertensión portal

La hipertensión portal se define como el incremento de la presión hidrostática en

el interior del sistema venoso portal. Este incremento determina que el gradiente

de presión entre la vena porta y la vena cava, es decir, el gradiente de presión

portal (GPP), se eleve por encima del intervalo normal (2 - 5 mmHg.) (Bosch-

Genover, 2000).

El aumento sostenido de la presión portal ocasiona el desarrollo de circulación

colateral que deriva una parte del flujo sanguíneo portal a la circulación sistémica

sin pasar por el hígado. Se configura así un síndrome clínico cuyas

complicaciones (hemorragia digestiva por varices esofágicas, encefalopatía

hepática, ascitis, peritonitis bacteriana espontánea e insuficiencia renal) causan

una elevada mortalidad.

2. Sistema venoso portal y formación de colaterales portosistémicas

El hígado es el único órgano de la cavidad abdominal que cuenta con dos

sistemas de irrigación: la arteria hepática y la vena porta. La sangre procedente

de ambos sistemas se mezcla libremente en los sinusoides hepáticos (Campra,

1988). En condiciones fisiológicas el flujo sanguíneo del hígado es de alrededor

de 1.500 mL/min, lo que supone aproximadamente el 25% del gasto cardíaco; la

arteria hepática aporta 500 mL/min y la vena porta los restantes 1000 mL/min.

La arteria hepática procede del tronco celíaco. En el interior del hígado sufre

ramificaciones sucesivas; las ramificaciones terciarias transcurren por los tractos

portales, dando lugar a un plexo capilar, que irriga los dúctulos biliares, y

termina en pequeñas ramas que conducen la sangre arterial a los sinusoides.

La vena porta, cuya saturación de oxígeno es superior a la de otros sistemas

venosos, se forma a partir de la unión de la vena esplénica y de la vena

Page 7: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 7 – _________________________________________________________________________________________

mesentérica. La vena porta conduce hacia el hígado la sangre proveniente del

bazo, el páncreas, el estómago, el duodeno, el intestino y el mesenterio; 4/5

partes del flujo sanguíneo de la vena porta se originan en el intestino y en el

estómago (Okudaira, 1991). Una vez dentro del hígado, la vena porta se divide

en dos ramas que van a irrigar los lóbulos hepáticos derecho e izquierdo. Estos

dos grandes troncos dan lugar a ramificaciones menores que circulan por el

tracto portal junto con las ramas de la arteria hepática y los conductos biliares.

Desde ahí, estas ramas van a irrigar los sinusoides (Jones, 1990).

Los sinusoides (Brouwer, 1988) son capilares formados por una capa discontinua,

fenestrada, de células endoteliales y células de Kupffer, separados de los

hepatocitos por el espacio de Disse, donde se efectúan los intercambios

metabólicos. Los sinusoides, por sus características morfológicas, presentan una

permeabilidad elevada, incluso para sustancias de elevado peso molecular

(Gannon, 1989).

La sangre sinusoidal, tras perfundir a los hepatocitos, se dirige hacia las venas

hepáticas terminales o venas centrolobulillares; éstas confluyen en las venas

suprahepáticas, que a su vez desembocan en la vena cava inferior (VCI), cerca

del diafragma (Campra, 1988; Okudaira, 1991). Habitualmente se distinguen

tres venas suprahepáticas principales (derecha, media e izquierda).

Cuando existe hipertensión portal, una proporción sustancial del flujo portal no

llega al hígado puesto que se deriva a la circulación sistémica a través de una

extensa red de colaterales. La circulación colateral se forma fundamentalmente

por la dilatación de comunicaciones portosistémicas preexistentes (canales

embrionarios), que funcionalmente están cerradas (Spence, 1984). Si bien

existen evidencias recientes que sugieren un papel importante de los

mecanismos de angiogénesis (Sieber, 2001).

Page 8: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 8 – _________________________________________________________________________________________

Los sistemas anastomóticos entre el territorio portal y el de la vena cava son

esencialmente cuatro (Bosch, 1989; Okuda, 1991): a) el pedículo portocava

superior, formado por colaterales ascendentes que a partir de la vena coronaria

estomáquica y de las venas gástricas cortas originan las varices esofágicas y

drenan mayoritariamente en la vena ácigos; b) el pedículo portocava inferior,

formado por colaterales descendentes que, a través de la vena mesentérica

inferior y del plexo hemorroidal, drenan en la VCI; c) el pedículo posterior,

también denominado sistema de Retzius, formado por colaterales posteriores

que, a través de venas retroperitoneales drenan en las venas renales y en la

VCI; y d) el derivado de los remanentes de la circulación fetal (venas umbilicales

y paraumbilicales, canal de Arancio), que comunican la rama izquierda de la vena

porta con el sistema de la VCI. La aparición de un tipo u otro de circulación

colateral depende básicamente de factores constitucionales.

3. Fisiopatología de la hipertensión portal.

En todo sistema vascular, el gradiente de presión (∆P) entre los dos extremos de

un vaso depende de la magnitud del flujo (Q) que lo atraviesa y de la resistencia

(R) que opone a su paso (Guyton, 1986); su valor se puede calcular mediante el

producto de estos dos valores (Ley de Ohm):

∆P = Q x R

En la circulación portal el gradiente de presión se establece entre la vena porta y

la VCI, Q es el flujo sanguíneo portal y R la suma de la resistencia ejercida por la

vena porta, las vénulas portales intrahepáticas, los sinusoides, las venas

centrolobulillares y las venas suprahepáticas.

3.1. Mecanismos fisiopatológicos implicados en la hipertensión portal

Teniendo en cuenta la ley de Ohm, el incremento del GPP se puede originar tanto

por un aumento del aflujo sanguíneo portal como por un aumento de resistencias

Page 9: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 9 – _________________________________________________________________________________________

en el sistema venoso hepático. Sin embargo, el hígado sano tiene una gran

capacidad para acomodar el aumento de flujo y se ha comprobado como grandes

cambios en el aflujo hepático ocasionan mínimas variaciones del GPP. Son

excepcionales, por tanto, las situaciones en que un aumento aislado del flujo

(como ocurre cuando existe una fístula arterio-portal) provoca hipertensión

portal.

En la gran mayoría de casos, el aumento de resistencia constituye el fenómeno

fisiopatológico primario de la hipertensión portal. Este incremento, que puede

tener un origen prehepático, intrahepático o posthepático, se sigue de un

aumento del aflujo portal que contribuye en gran medida al desarrollo y al

mantenimiento de la hipertensión portal (figura 1).

Figura 1: Mecanismos fisiopatológicos que originan la hipertensión portal. AG: angiotensina; ADH: hormona antidiurética, NE: noradrenalina.

Vasodilatación esplácnica y sistémica

Hipertensión portal

Aflujo portal

Hipovolemia efectiva Activación de sistemas

vasoactivos (AG, ADH, NE)

Resistencia al flujo venoso: pre-, intra-, o post-hepática

Page 10: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 10 – _________________________________________________________________________________________

El aumento del aflujo es secundario a una marcada vasodilatación esplácnica,

debida a una liberación excesiva de vasodilatadores endógenos principalmente de

origen endotelial, pero también neuronal y humoral (Pizcueta, 1992a; Pizcueta,

1992b; Fernández, 1996; Bendsten, 1991; Albillos, 1993). Se ha identificado al

óxido nítrico (NO) como el factor endotelial más determinante en este fenómeno

(Wiest, 2002; Gupta, 1998), aunque también se ha comprobado que es posible

observar una vasodilatación arteriolar en animales de experimentación

genéticamente modificados para abolir la síntesis de NO (Iwakiri, 2002).

Finalmente, cabe considerar que en el síndrome de hipertensión portal

plenamente establecido existe una respuesta neurohumoral compensatoria a la

vasodilatación esplácnica y sistémica, consistente en la hipersecreción de

angiotensina, hormona antidiurética y norepinefrina, cuyos efectos principales

son la vasoconstricción y la retención hidrosalina. De esta forma, se establece

una situación de hipervolemia (Genecin, 1990; Albillos, 1992), que conduce al

aumento del gasto cardíaco y de los flujos sanguíneos regionales y que

contribuye al incremento de la presión portal aumentando el aflujo venoso.

El pleno desarrollo de esta circulación hiperdinámica explica como la hipertensión

portal persiste, por el incremento del flujo esplácnico, a pesar del desarrollo de

una extensa red de vasos colaterales que pueden llegar a derivar el 80 % de la

sangre que llega al territorio portal.

3.2. Clasificación fisiopatológica de la hipertensión portal en relación a la

localización del incremento de la resistencia.

Desde un punto de vista anatómico la hipertensión portal se puede clasificar

(Groszman, 1982) en prehepática, intrahepática o posthepática en función de la

localización del aumento de resistencia respecto al hígado. Y también se puede

Page 11: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 11 – _________________________________________________________________________________________

clasificar desde el punto de vista hemodinámico en función de la localización del

aumento de resistencia respecto al sinusoide hepático (Figura 2).

Figura 2: Clasificación fisiopatológica de la hipertensión portal, según la

localización del incremento de resistencia al flujo portal.

En la hipertensión portal pre-hepática las condiciones que suponen un obstáculo

al flujo esplácnico se localizan en el sistema venoso portal antes de su entrada

en el hilio hepático. Por tanto, en todos los casos se trata de un aumento de

resistencia presinusoidal. Sus causas más frecuentes son las malformaciones

portales y la trombosis esplenoportal, fundamentalmente secundaria a

enfermedades hematológicas que cursan con hipercoagulabilidad sanguínea o a

procesos inflamatorios intrabdominales.

SinusoidalSinusoides

Postsinusoidal

Presinusoidal

Ramas intrahepáticas de la v.porta

Vena porta V. esplénica

V. mesentérica

Rama de la A. hepática

Vena cava

V. suprahepática

V. centrolobulillar

Post-hepática

Intra-hepática

Pre-hepática

Page 12: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 12 – _________________________________________________________________________________________

En la hipertensión portal intra-hepática, que tiene una especial complejidad, el

aumento de la resistencia puede tener una localización presinusoidal, sinusoidal o

postsinusoidal.

a) Hipertensión portal presinusoidal. Se origina por enfermedades que afectan a

las ramificaciones de la vena porta (vénulas portales), sin causar distorsión de la

circulación de los sinusoides. El paradigma de este tipo de hipertensión portal es

la esquistosomiasis, una enfermedad prácticamente inexistente en Europa

aunque globalmente sea una de las principales causas de hipertensión portal.

También pueden ocasionar hipertensión portal presinusoidal las enfermedades

granulomatosas (sarcoidosis, tuberculosis y cirrosis biliar primaria en estadio

precoz). En nuestro medio el proceso más habitual es la denominada

hipertensión portal idiopática o esencial. Esta enfermedad se caracteriza por la

existencia de hipertensión portal sin obstáculo en la circulación portal y sin

patología parenquimatosa hepática; el estudio anatomo-patológico únicamente

pone de manifiesto pequeños cambios en los espacios porta, en los cuales se

observa, con frecuencia, una ligera fibrosis, circunstancia que justifica el nombre

de esclerosis hepatoportal con que también se designa a esta enfermedad.

b) Hipertensión portal sinusoidal. Es la forma más frecuente de hipertensión

portal, puesto que se observa en la cirrosis hepática alcohólica. Otras

enfermedades hepáticas, que no cursan con cirrosis, también pueden

determinarla: hepatitis alcohólicas, hepatitis agudas graves, y algunas

hepatopatías inducidas por fármacos, como la intoxicación por vitamina A.

c) Hipertensión portal postsinusoidal. Se origina cuando la lesión se localiza en

las vénulas hepáticas terminales, como en la enfermedad venooclusiva,

(obliteración por fibrosis subendotelial de la vena centrolobulillar). Esta

enfermedad se observa cada vez con mayor frecuencia como resultado de la

Page 13: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 13 – _________________________________________________________________________________________

utilización de irradiación corporal total y de agentes alquilantes en el trasplante

de médula ósea.

En la hipertensión portal post-hepática el aumento de la presión portal se debe a

una obstrucción a la salida de la sangre del hígado, produciéndose un cuadro

histológico de congestión pasiva. Las causas más frecuentes son la insuficiencia

cardiaca congestiva, la pericarditis constrictiva y el síndrome de Budd-Chiari

(SBC).

3.3. Componente dinámico del incremento de la resistencia intrahepática

Cabe considerar que en la cirrosis hepática, que constituye la causa del 90 % de

los casos de hipertensión portal en nuestro medio, el aumento de resistencia

vascular no se debe únicamente a un componente mecánico, secundario a la

distorsión de la arquitectura hepática, sino que en su génesis también interviene

un componente dinámico, activo, y por tanto, variable en el tiempo y modificable

farmacológicamente. Este aumento dinámico de la resistencia se produce por la

activación de las células con capacidad contráctil que componen la

microcirculación hepática: células estrelladas, miofibroblastos portales y septales

y vénulas portales. Las células estrelladas, que son los pericitos de los sinusoides

hepáticos, ejercen un papel especialmente importante ya que se transforman en

miofibroblastos con capacidad para vasoconstreñir a los sinusoides hepáticos

(Wiest, 2002).

El aumento dinámico de la resistencia intrahepática se produce por un

desequilibrio entre los estímulos vasoconstrictores y vasodilatadores, dado que

éstos son incapaces de contrarrestar la influencia de los primeros. Se ha

demostrado que los vasoconstrictores endógenos como la endotelina, el estímulo

alfa-adrenérgico, los leucotrienos, el tromboxano A2 y la angiotensina II,

Page 14: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 14 – _________________________________________________________________________________________

presentan una actividad aumentada (Moller, 1995; Bosch, 1980; Arroyo, 1983;

Titos, 2000), mientras que está disminuida la producción del vasodilatador

endotelial, el NO (Wiest, 2002; Gupta, 1998; Rockey, 1998). Esta disminución en

la producción de NO es el resultado de una disfunción endotelial en la

microvasculatura hepática (Gupta, 1998; Rockey, 1998) y podría tener además

otras implicaciones en la patogenia de las enfermedades crónicas del parénquima

hepático ya que se ha observado que participa en los fenómenos de fibrogénesis

y trombosis local (Wiest, 2002). Por otra parte, el papel del NO en la patogenia

de la hipertensión portal se ha reforzado tras los resultados obtenidos por una

novedosa área de investigación terapéutica que tiene como objetivo aumentar el

NO intrahepático actuando de forma exclusivamente local. En la actualidad se

pueden identificar dos líneas experimentales que han conseguido resultados

positivos: la primera consiste en la utilización de fármacos donantes de NO

específicos para su acción local exclusiva en el hígado (liver-specific NO donors)

(Moal, 2001), la segunda se dirige a aumentar la expresión y actividad de la

enzima NO-sintasa intrahepática mediante su transferencia con técnicas de

terapia génica (Van de Casteele, 2002), o bien mediante su modificación post-

transduccional (Zafra C, 2004).

4. Consecuencias de la hipertensión portal.

La trascendencia del síndrome de hipertensión portal radica en sus graves

consecuencias: hemorragia digestiva por rotura de varices esófago-gástricas o

por gastropatía, ascitis, peritonitis bacteriana espontánea, síndrome

hepatorrenal, encefalopatía hepática y síndrome hepatopulmonar. La aparición de

alguna de estas complicaciones supone la principal causa de muerte y de

trasplante hepático en los pacientes con cirrosis.

Page 15: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 15 – _________________________________________________________________________________________

5. Hemorragia por rotura de varices esófago-gástricas.

La hemorragia por varices esófago-gástricas es la principal consecuencia de la

hipertensión portal. La historia natural de esta complicación en la cirrosis

hepática, se conoce con detalle ya que se han realizado diversos estudios

prospectivos (Siringo, 1994; de Franchis, 2001).

La prevalencia de varices esofágicas en el momento del diagnóstico de cirrosis

hepática es muy elevada; el 40 % de pacientes no descompensados y el 60 % de

los afectos de ascitis presentan varices. El desarrollo de varices en pacientes que

previamente no las presentaban se produce con una incidencia anual del 5%.

Una vez diagnosticada la presencia de varices, la incidencia global de hemorragia

en pacientes no seleccionados se sitúa alrededor del 25% a los dos años. Los

factores clínicos asociados a un mayor riesgo de hemorragia son el tamaño de las

varices, la presencia de signos rojos sobre la pared de la variz y el grado de

disfunción hepática expresado mediante la puntuación de Child-Pugh (Siringo,

1994; Bosch, 2003). Así, se ha observado que el riesgo de hemorragia a los dos

años es del 7% en los pacientes con varices pequeñas (menores de 5 mm.) y

que esta cifra aumenta hasta un 30 % en pacientes con varices de mayor

tamaño (de Franchis, 2001).

En estudios recientes, la mortalidad inmediata derivada del episodio hemorrágico

oscila entre un 5% y un 8% y la mortalidad a las 6 semanas se sitúa en el 20%

(D’Amico, 1997; de Franchis, 2001). El riesgo de mortalidad durante las 6

semanas siguientes al episodio de hemorragia se relaciona directamente con la

recidiva hemorrágica precoz que ocurre entre un 30% y un 40% de los casos.

La hemorragia es el evento final de una serie de alteraciones fisiopatológicas que

se inician con el aumento de la presión portal, continúan con la formación y la

progresiva dilatación de las varices esofágicas y concluyen con su rotura. Cuando

se incrementa la presión portal, las colaterales ascendentes del pedículo

Page 16: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 16 – _________________________________________________________________________________________

portocava superior, adoptan una disposición varicosa en la unión gastroesofágica

dado que en este punto la circulación venosa del esófago confluye y sigue un

trayecto submucoso. La formación de varices en esa zona se ve favorecida por

varios factores (Bosch Genover, 2000): la presión negativa intratorácica, la

ausencia de tejido de sostén, el efecto de succión durante la inspiración y la

existencia de venas perforantes que comunican las varices con las colaterales

periesofágicas y que actúan de manera similar a las venas comunicantes en la

formación de varices en las extremidades.

Una vez formadas las varices, éstas crecen por dos factores: por el aumento de

la presión en su interior y por el mantenimiento de un elevado flujo sanguíneo

portocolateral. Se ha comprobado fehacientemente que existe una relación

directa entre el tamaño de las varices y el riesgo de sangrado. En un importante

número de trabajos (García-Tsao, 1985; Rigau, 1989; Siringo, 1994) se ha

puesto de manifiesto que los pacientes que han presentado una hemorragia

tienen varices de mayor tamaño que los que no han sufrido esta complicación. En

estudios prospectivos (Zoli 1996; Kim, 1997) se ha podido probar que los

enfermos con varices de tamaño grande (superior a 5 mm. de diámetro)

presentan un riesgo aumentado de desarrollar hemorragia por varices esofágicas

durante su seguimiento clínico respecto a los pacientes con varices de tamaño

pequeño (inferior a 5 mm. de diametro). No obstante, entre el 14% y el 28% de

los pacientes que sufren una hemorragia por rotura de varices esofágicas tienen

varices de tamaño pequeño, lo que indica que el tamaño de las varices por si

solo no es un buen factor discriminante del riesgo de hemorragia (Lebrec, 1980;

García-Tsao, 1985). Cabe considerar que la endoscopia, la técnica utilizada

habitualmente en práctica clínica para estimar el tamaño de las varices, es poco

objetiva y tiene una reproductibilidad escasa; la ecografía endoscópica presenta

un rendimiento muy superior (Miller, 1996).

Page 17: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 17 – _________________________________________________________________________________________

La hipótesis que actualmente explica la rotura de las varices esofágicas sostiene

(Bosch, 1984; Polio, 1986) que el principal factor involucrado en la misma es el

aumento progresivo de la presión hidrostática en el interior de la variz que

aumenta la presión transmural a la que está sometida la pared de la variz.

Además la tensión de la pared varicial también se ve determinada por el tamaño

de la variz y el grosor de su pared, de acuerdo con la Ley de Laplace, que se

expresa por la ecuación:

Tensión =

Esta ecuación (Polio, 1986) destaca un hecho relevante: el aumento de tamaño

de las varices y el adelgazamiento de su pared, multiplican el efecto nocivo del

incremento de la presión de la variz, acercando la tensión de la pared al punto de

rotura. Este concepto fisiopatológico liga con la observación clínica de que una

mayor presión de la variz, un mayor tamaño y la presencia de signos rojos en la

pared, que traducen un menor grosor de ésta, se acompaña de un mayor riesgo

de hemorragia.

Gradiente de presión transmural x radio de la variz

Grosor de la pared de la variz

Page 18: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 18 – _________________________________________________________________________________________

6. Métodos de exploración de la hipertensión portal.

Para establecer el diagnóstico sindrómico y etiológico de la hipertensión portal,

se precisa de una combinación de técnicas de imagen, endoscópicas y

hemodinámicas. Además, tanto las técnicas diagnósticas habituales (ecografía,

endoscopia) como las especiales (medición de la presión portal, ecoendoscopia,

medición de la presión varicial o medida del flujo de la vena ácigos) han

posibilitado el progresivo conocimiento de los cambios hemodinámicos asociados

a la hipertensión portal, de los mecanismos de la hemorragia y de los efectos de

los diferentes tratamientos sobre la hipertensión portal.

6.1. Ecografía.

La ecografía, sobre todo asociada a técnicas de dúplex-Doppler que permiten

objetivar la dirección y velocidad del flujo sanguíneo de los vasos esplácnicos, es

una herramienta muy útil en la valoración de la hipertensión portal. Por su nula

invasividad y por la relevancia de los datos que aporta, constituye la primera

técnica a utilizar en el estudio del paciente con hipertensión portal (Hill, 1985;

Schapiro, 1998; Fevery, 2000).

La ecografía aporta información acerca de la presencia de hipertensión portal y

de su posible etiología, tanto en la hipertensión portal intrahepática, y

prehepática como en la posthepática, mediante la evaluación del sistema venoso

portal, de las venas suprahepáticas y de la morfología del hígado. Así, permite:

a) objetivar signos de hipertensión portal (Bolondi, 1982) como la existencia de

un diámetro portal superior a 12 mm, la ausencia de variaciones respiratorias en

el flujo portal y la presencia de colaterales y de ascitis; b) detectar la presencia

de malformaciones o trombosis en el eje esplenoportal, en la hipertensión portal

prehepática; c) analizar la morfología y el flujo de las venas suprahepáticas, en

Page 19: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 19 – _________________________________________________________________________________________

la hipertensión portal posthepática; y d) poner de manifiesto signos de

enfermedad hepática en la hipertensión portal intrahepática (alteraciones en la

estructura del hígado, presencia de lesiones nodulares, hipertrofia del lóbulo

caudado).

Además, se requiere de la ecografía para dirigir la punción portal en dos

procedimientos clínicos: en el cateterismo percutáneo de la vena porta y durante

la colocación de una prótesis intrahepática mediante hemodinámica

intervencionista (colocación de DPPI) (Abbit, 2002).

Cabe considerar que, aunque mediante eco-Doppler es posible cuantificar los

flujos regionales, y en particular el flujo de la arteria mesentérica, origen

principal del aumento del flujo esplácnico, la información cuantitativa aportada

por la ecografía no ha resultado de gran utilidad. Se ha sugerido (Merckel, 1998)

que la cuantificación de la respuesta al tratamiento con beta-bloqueantes

mediante la constatación de los cambios que se producen en el flujo portal y de

la arteria mesentérica superior, sería un buen índice de la respuesta

hemodinámica, es decir de la reducción de la presión portal. Sin embargo, estos

resultados no se han podido confirmar en otros estudios probablemente porque

las mediciones por Doppler tienen una variabilidad interobservador e incluso

intraobsevador muy importantes (Bosch, 2000).

6.2. Endoscopia digestiva y ecografía endoscópica.

La endoscopia del tracto digestivo superior permite visualizar las varices que

protuyen en la mucosa esófago-gástrico-duodenal. Esta técnica permite estimar

el tamaño y las características de las varices esofágicas que, tal como se ha

expuesto anteriormente, son datos muy importantes por sus implicaciones

pronósticas.

Page 20: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 20 – _________________________________________________________________________________________

La endoscopia también puede poner de manifiesto la presencia de la gastropatía

de la hipertensión portal; sin embargo, es menos eficaz en la visualización de

varices en el fundus gástrico (Boustière, 1993).

La ecoendoscopia utiliza un transductor ecográfico acoplado a un endoscopio y

tiene un mayor rendimiento para la detección de varices fúndicas que la

endoscopia. Colocando el transductor sobre la mucosa gástrica, se visualizan las

varices como una estructura anecogénica localizada en el tejido submucoso

gástrico (Caletti, 1990; Boustière,1993).

Por otra parte, la ecografía endoscópica se ha utilizado para obtener imágenes

transversales del esófago y poder así medir de forma precisa, objetiva y

reproducible el diámetro de las varices esofágicas y evaluar el grosor de su pared

que también es una variable que determina la tensión a la que está sometida la

pared varicosa (Miller, 1996, Schiano, 1996; Escorsell, 1997).

6.3 Medición de la presión de las varices esofágicas.

Añadiendo al endoscopio una cápsula cubierta por una membrana fina y elástica

perfundida con nitrógeno, es posible medir la presión transmural a la que está

sometida la variz (Escorsell, 1997). La medida de la presión varicial tiene interés

clínico ya que su aumento es un factor pronóstico independiente de la evolución

del episodio agudo de hemorragia, de la aparición del primer episodio de

hemorragia y del riesgo de recidiva en pacientes que siguen tratamiento

farmacológico (Nevens, 1996; Escorsell, 1998). En el estudio realizado por

Escorsell y colaboradores (Escorsell, 2000) un descenso superior al 20 % en la

presión varicial durante el tratamiento crónico con beta-bloqueantes, se asoció a

un riesgo muy bajo de recidiva hemorrágica durante el seguimiento.

Sin embargo, la medición de la presión varicial tiene una aplicabilidad reducida,

principalmente por las limitaciones de la técnica. La medición generalmente no es

Page 21: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 21 – _________________________________________________________________________________________

posible en varices pequeñas o medianas; además, los artefactos debidos a la

peristalsis esofágica dificultan o impiden en muchos casos una evaluación

satisfactoria ( Bosch, 2000).

6.4. Medición de la presión portal. Técnicas hemodinámicas.

La medición de la presión portal es el método diagnóstico de referencia para

conocer si existe hipertensión portal y establecer con exactitud el valor del GPP.

Este valor no se modifica por cambios en la presión intraabdominal, como ocurre

en la ascitis tensa o tras la paracentesis de un gran volumen de líquido. Otras

técnicas no invasivas, como la medición de flujos regionales esplácnicos

mediante eco-Doppler, aportan una información complementaria pero no

sustituyen a la medición de la presión portal ya que presentan una menor

fiabilidad y reproducibilidad (Bosch, 2000).

Mediante la medición sistemática del GPP se ha podido establecer su valor

normal y como se ve alterado en la hipertensión portal.

6.4.1 Concepto de hipertensión portal clínicamente significativa.

El GPP normal se sitúa entre 2 y 5 mmHg. Es necesario que este gradiente sea

superior a 10 mmHg para que la hipertensión portal sea clínicamente

significativa, ya que por encima de este valor se pueden formar las varices

esofágicas (García-Tsao, 1985). La hemorragia por varices esofágicas sólo ocurre

cuando este gradiente es superior o igual a 12 mmHg (Groszmann, 1990).

Además, cuando el valor del gradiente desciende por debajo de 12 mmHg, ya

sea de forma espontánea, por la administración de fármacos o mediante la

aplicación de un tratamiento derivativo, se consigue una protección total frente a

la hemorragia por varices (Groszmann, 1990).

Page 22: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 22 – _________________________________________________________________________________________

La presión portal se puede medir de forma directa, mediante punción de algún

vaso del territorio portal o de forma indirecta, cateterizando las venas que

recogen el flujo de salida del territorio portal, las venas suprahepáticas.

6.4.2. Medición directa de la presión portal

La medición directa de la presión se puede realizar mediante punción en

cualquier punto del territorio portal. No obstante, son técnicas poco utilizadas por

su gran invasividad.

Así, mediante la punción percutánea del bazo es posible medir la presión en los

sinusoides esplénicos que se encuentra elevada en todas las formas de

hipertensión portal. Es una técnica que apenas se utiliza por el riesgo de rotura

esplénica. Tampoco se utiliza la cateterización de la vena porta a través de la

canalización de la vena paraumbilical ya que esta técnica precisa de una incisión

abdominal.

Actualmente, la técnica directa más utilizada para medir la presión portal

consiste en el acceso a una rama intrahepática de la vena porta. Ello puede

realizarse por dos vías: mediante un abordaje transhepático por vía yugular o

mediante una punción transhepática percutánea.

El acceso por vía yugular se realiza con una aguja similar a la que se utiliza en la

punción-biopsia hepática transyugular. Bajo visualización fluoroscópica se avanza

la aguja hasta una vena suprahepática y bajo control ecográfico se punciona una

rama portal intrahepática, generalmente la rama derecha, donde se mide la

presión portal. El valor de la presión de la VCI, necesario para calcular el GPP, se

obtiene directamente mediante la cateterización previa de la misma. Este método

es el que se utiliza para la implantación de una DPPI. Este acceso directo al

tronco portal vía intrahepática también se ha utilizado para obtener portografías

Page 23: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 23 – _________________________________________________________________________________________

de calidad y para practicar a través de la DPPI una embolización selectiva de las

colaterales portosistémicas.

La punción transhepática percutánea se realiza con una aguja de Chiba 21 G que,

bajo control ecográfico, se dirige hacia la rama portal derecha; una vez

conseguido el acceso venoso y tras comprobar la posición intravascular con la

aspiración de una jeringa se conecta al transductor de presión. Una vez obtenido

el valor absoluto de la presión portal se precisa de otro procedimiento para

obtener la presión de referencia (Gibson, 1993) en las venas suprahepáticas o la

VCI y poder así calcular el GPP.

Esta técnica, que se describió por primera vez en 1977 (Boyer, 1977) y que

también se usa para, tras inyectar una pequeña cantidad de contraste, dibujar el

árbol portal, se ha utilizado durante muchos años como técnica de referencia o

patrón-oro para el diagnóstico de hipertensión portal intrahepática, ya que el

valor de GPP se encuentra elevado en todas sus formas (Rector, 1984; Pomier-

Layrargues, 1985; Valla, 1984; Rector, 1985; Iwao, 1994; Lin, 1989; Gibson,

1993).

6.4.3 Medición indirecta de la presión portal

El cateterismo de las venas suprahepáticas permite, sin necesidad de punción

portal, medir de forma indirecta el gradiente de presión entre el sistema portal y

las venas suprahepáticas. Por su simplicidad y reproducibilidad, por estar

prácticamente ausente de riesgo y por la información que proporciona, se

considera actualmente la técnica de elección en el estudio del paciente con

hipertensión portal (Bosch, 2000).

Consiste en la cateterización bajo control fluoroscópico de una vena

suprahepática principal (generalmente la derecha). La vía de abordaje más

utilizada es la punción de la vena femoral o de la vena yugular interna derechas.

Con la punta del catéter en el interior de la vena suprahepática, en posición libre,

Page 24: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 24 – _________________________________________________________________________________________

sin ocluirla, se registra la presión suprahepática libre (PSL); que equivale a la

presión en la VCI. A continuación se avanza el catéter a fondo en la vena

suprahepática hasta “enclavarlo”, es decir hasta ocluir con el catéter la luz de la

vena suprahepática, y se registra la presión suprahepática enclavada (PSE)

(Groszmann, 1979; Bosch, 1986). Habitualmente, la PSE se mide por medio de

catéteres provistos de un balón en su extremo distal, lo que permite ocluir la

vena suprahepática y medir la PSE al insuflar el balón (figura 3). El catéter-balón

de oclusión ha demostrado la misma validez que el enclavado manual y ofrece

varias ventajas, como una mayor reproducibilidad, permitir el abordaje femoral y

posibilitar la medición de un segmento hepático mayor y por tanto más

representativo (Groszmann, 1979). La diferencia entre ambas presiones

representa el gradiente de presión de las venas suprahepáticas (GPVH):

GPVH = PSE – PSL

Figura 3: Catéter balón colocado en la vena suprahepática para la

medición de la PSE.

Page 25: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 25 – _________________________________________________________________________________________

La PSE no es la presión portal en sí misma sino que refleja la presión en los

sinusoides hepáticos (Boyer, 1996). Ello se debe a que, al ocluir con el catéter la

vena suprahepática, se detiene el flujo sanguíneo en este segmento y la columna

de sangre inmovilizada recoge la presión existente en el territorio vascular

inmediatamente anterior, los sinusoides hepáticos. Por este motivo, a la PSE se

le denomina también presión sinusoidal. Esta medida indirecta es equiparable a

la presión portal en la hipertensión portal sinusoidal (cuando el aumento de

resistencias intrahepáticas se localiza en el sinusoide hepático). Sin embargo, en

las formas de hipertensión portal presinusoidal como en la hipertensión portal

idiopática, la esquistosomiasis o la cirrosis biliar primaria, la PSE subestima la

presión portal y no se puede utilizar para el diagnóstico y seguimiento de la

hipertensión portal en estas situaciones (Pomier-Layrargues, 1985; Groszmann,

1982).

Desde el inicio de la aplicación de la medición de la presión portal mediante

cateterismo de venas suprahepáticas, se pudo comprobar que en la hepatopatía

crónica alcohólica la PSE se correspondía con la presión portal, por ello se

clasificó como hipertensión portal sinusoidal. Sin embargo, mediante estudios de

diseño similar se puso de manifiesto que en un porcentaje importante de

pacientes con cirrosis hepática de etiología no alcohólica (Pomier-Layrargues,

1985; Valla,1984) la PSE podía subestimar la presión venosa portal. Podemos

suponer que la mayoría de estos pacientes estaban afectos de una hepatopatía

por VHB y, especialmente, por VHC, una enfermedad que no podía diagnosticarse

específicamente y que en la actualidad constituye la principal causa de cirrosis y

de hipertensión portal no alcohólica en los países occidentales. No ha sido hasta

los años noventa cuando se ha publicado el único estudio hemodinámico

específicamente realizado en pacientes con cirrosis hepática por VHC y sus

resultados son limitados por realizar las medidas de la PP y PSE en días

Page 26: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 26 – _________________________________________________________________________________________

diferentes (Deplano, 1999). En la hepatopatía crónica por VHC, se desconoce,

pues, si la PSE equivale a la presión venosa portal y por tanto el valor real de la

medición del GPVH en el manejo clínico del paciente con enfermedad hepática

por VHC.

Por último, cuando se realiza el cateterismo en los casos de hipertensión portal

post-hepática, como ocurre en la insuficiencia cardiaca congestiva, tanto la PSE

como la PSL se encuentran elevadas y el GPVH es normal.

7. Hepatopatía crónica por VHC

La hepatitis por virus C es un problema de salud pública mundial. Alrededor del

3% de la población mundial presenta infección por VHC aunque existen marcadas

diferencias de seroprevalencia para el virus según las zonas geográficas que van

desde el 0,4-1,1 % en Norteamérica hasta el 13,6 % en el norte de África

(Wasley, 2000). En los países occidentales la infección por VHC se ha convertido

en la causa más frecuente, tras la hepatopatía alcohólica, de hipertensión portal,

cirrosis y hepatocarcinoma (García-Torres, 2003); en Estados Unidos constituye

la primera causa de trasplante hepático (NIH, 2002). Aproximadamente el 2 %

de la población española está infectada por este virus cuya caracterización no se

logró hasta el año 1989.

El VHC es un virus RNA hepatotropo que se replica con elevado “turnover” en el

hepatocito y cuya característica principal consiste en su capacidad para inducir

una infección persistente en el 85% de las personas contagiadas a pesar de la

expresión de una buena respuesta inmunitaria humoral y celular. La transmisión

del virus se produce con mayor frecuencia por vía percutánea (transfusión

sanguínea o punción intravenosa) aunque también con menor frecuencia por

contacto sexual o exposición perinatal.

Page 27: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 27 – _________________________________________________________________________________________

Tras la infección por VHC se produce una hepatitis aguda generalmente

asintomática que sólo se resuelve con la desaparición del virus en un 15% de

casos. En el resto de casos el virus permanece aunque el resultado de esta

situación es muy variable. En un porcentaje importante de pacientes la historia

natural de la infección por VHC puede ser muy benigna, sin influencia alguna en

su morbi-mortalidad; en cambio, en un número de enfermos no determinado, se

desarrolla una hepatitis crónica activa que en un tiempo prolongado

(aproximadamente dos décadas) desemboca en una cirrosis hepática (Alter,

2001).

La hepatitis crónica por VHC cursa con escasas manifestaciones clínicas; las

transaminasas están elevadas, aunque suelen adoptar un curso fluctuante que

determina que temporalmente los valores sean normales. Cuando la cirrosis

hepática se ha establecido las manifestaciones clínicas son las propias de la

cirrosis. En los pacientes cirróticos aparece, con frecuencia, un carcinoma

primitivo de hígado.

El diagnóstico se realiza mediante las pruebas serológicas que determinan la

presencia de anticuerpos IgG contra el VHC. También es posible detectar en

suero el RNA específico del VHC como expresión de la multiplicación continuada

del virus en el hígado, aunque su concentración no guarda relación con la

gravedad de la enfermedad hepática.

Para el diagnóstico certero del estadio de la hepatopatía es imprescindible el

estudio anatomopatológico del tejido hepático (NIH, 2002), excepto cuando es

evidente la presencia de cirrosis hepática por las manifestaciones clínicas, los

estudios analíticos y las técnicas de imagen.

Es frecuente que se asocien la infección por VHC y la ingesta excesiva de alcohol;

de hecho el abuso crónico de alcohol se ha reconocido como un factor de riesgo

para la infección por VHC (Rosman, 1996; Parés, 1990). Los pacientes alcohólicos

Page 28: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 28 – _________________________________________________________________________________________

con infección por VHC presentan en el tejido hepático lesiones específicas de

infección viral que no presentan los pacientes enólicos sin VHC; no obstante, el

desarrollo de cirrosis se correlaciona más con la cantidad de alcohol consumida que

con la presencia de VHC (Anderson, 2001).

8. Síndrome de Budd-Chiari.

8.1. Concepto Bajo el término general de SBC se engloban distintos procesos etiológicos que

presentan una patogenia común: la obstrucción, parcial o completa, del flujo

venoso hepático desde las vénulas hepáticas hasta la aurícula derecha (Valla,

2002; Janssen, 2003).

8.2. Etiología

El SBC se considera primario cuando se debe a una lesión endoluminal, que

puede ser una trombosis, una membrana o un proceso de flebitis; el SBC se

considera secundario cuando se origina por una lesión externa al sistema venoso

como un tumor, un absceso o un quiste que invade o comprime la luz venosa

(Janssen, 2003).

En los países occidentales la causa de la obstrucción radica, habitualmente, en

una trombosis, parcial o total, de las venas suprahepáticas. En cambio, en los

países orientales y en el subcontinente indio la causa más frecuente de

obstrucción del flujo venoso hepático es la obliteración de la VCI en su porción

hepática, por una membrana que antes se atribuía a una malformación congénita

y que en la actualidad se considera que es consecuencia de un proceso

trombótico previo (Okuda, 2002).

Page 29: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 29 – _________________________________________________________________________________________

El SBC secundario es infrecuente y se produce por la obstrucción al flujo venoso

hepático debido a lesiones ocupantes de espacio de naturaleza tumoral o

infecciosa y traumatismos (Tabla 1).

Tabla 1.

Procesos que pueden causar SBC secundario Neoplasias Hepatocarcinoma Carcinoma de células renales Angiosarcoma Rabdomiosarcoma Quistes hepáticos simples masivos Enfermedades infecciosas Filariasis Hidatidosis Aspergilosis Traumatismos Estenosis de la VCI post-traumatismo Herniación hepática post-traumatismo Laceración de la VCI Hematoma hepático con compresión

En el SBC primario la trombosis de las venas suprahepáticas es el principal factor

etiopatogénico y ello se produce como consecuencia de la presencia de uno o

más de los trastornos protrombóticos que se exponen en la tabla 2. En series

históricas de SBC (Mitchell, 1982; Hemming, 1996; Ringe, 1995) no se

identificaba ningún trastorno protrombótico en entre el 30 y el 50% de los casos

que, por tanto, se consideraban idiopáticos. Sin embargo, como consecuencia de

los avances que se han producido en el diagnóstico de los síndromes

mieloproliferativos (Murphy, 1997; Pearson, 1996) y de los trastornos

Page 30: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 30 – _________________________________________________________________________________________

trombofílicos (Janssen, 2000), en la actualidad únicamente quedan sin filiar

etiológicamente menos del 10% de los casos.

Tabla 2.

Trastornos protrombóticos asociados al SBC Enfermedades mieloproliferativas Policitemia rubra vera Trombocitemia esencial Mielofibrosis Leucemia mieloide crónica Hemoglobinuria paroxística nocturna Trastornos trombofílicos Síndrome antifosfolípido Déficit de proteínas antitrombóticas (antitrombina III y proteína C y S) Mutación Factor V (= factor V Leiden o resistencia a proteina C activada) Hipoplasminogenemia Déficit del activador tisular del plasminógeno o aumento de su inhibidor Mutación del gen de la protrombina (mutación G20210 A) Hiperhomocisteinemia Otras situaciones protrombóticas Embarazo y post-parto Anticonceptivos orales Enfermedad de Behçet Colitis ulcerosa Enfermedades sistémicas autoinmunes

Los síndromes mieloproliferativos, en especial la policitemia vera y la

trombocitemia esencial, constituyen la causa más frecuente de SBC (Valla, 1985;

Valla, 2002). El síndrome mieloproliferativo subyacente puede haber sido

diagnosticado con anterioridad o bien puede ponerse de manifiesto de forma

simultánea con el SBC; no obstante, en ocasiones, se trata de una forma latente

que precisa de un estudio completo hematológico mediante aspirado, biopsia

medular y cultivo de precursores eritroides en sangre periférica (De Stefano,

1997).

Page 31: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 31 – _________________________________________________________________________________________

Un número relativamente importante de pacientes con SBC están afectos de una

hemoglobinuria paroxística nocturna (Valla, 1987; Kumar, 2000) o de un

síndrome antifosfolípido primario (Pelletier, 1994; Espinosa, 2001). Con menor

frecuencia, el SBC aparece como consecuencia de un estado trombofílico bien por

déficit de antitrombina III (Das, 1985), de proteína S, o de proteína C (Bourlière,

1990) o bien por una mutación del factor V tipo Leiden (Oner, 1999; Denninger,

1997; Deltenre, 2001). Se han comunicado casos esporádicos de SBC asociado a

la enfermedad de Behçet (Corbella, 1991; Orloff LA, 1999) y a la enfermedad

inflamatoria intestinal (Chesner, 1986; Praderio, 2000) y casos en los que

coexistían varios factores trombofílicos (Praderio, 2000; Deltenre, 2001;

Brancaccio, 2002).

Los anticonceptivos orales, parecen jugar un papel, cuanto menos como agentes

coadyuvantes, en el desarrollo de la trombosis de las venas suprahepáticas

(Valla, 1988; Minnema, 2000); esta circunstancia puede explicar, al menos en

parte, el predominio femenino (2:1) de la enfermedad. El embarazo y periodo

post-parto pueden ser circunstancias favorecedoras de la aparición de SBC

(Grant, 2003).

8.3 Patogenia

La obstrucción venosa determina un aumento de la presión hidrostática en los

sinusoides hepáticos que, si es lo suficientemente intensa, ocasiona una necrosis

hepatocitaria hemorrágica alrededor de la vena centrolobulillar. Si el proceso

obstructivo persiste, en los focos necróticos aparecen zonas de fibrosis cicatricial,

uniendo las venas centrolobulillares entre sí o uniendo la vena centrolobulillar

con la vena porta, que pueden llegar a causar una cirrosis (Tanaka, 1998). La

aparición de una insuficiencia hepática fulminante, como consecuencia de la

existencia de una necrosis extensa, resulta una circunstancia excepcional.

Page 32: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 32 – _________________________________________________________________________________________

8.4 Manifestaciones clínicas

La presentación clínica del SBC varía en función de la extensión de la obstrucción

venosa y de la rapidez con que ésta se instaura. Pueden distinguirse tres formas

de inicio: fulminante, subaguda y crónica.

La forma fulminante es muy infrecuente; se constata en menos del 5 % de los

casos. Aparece cuando la obstrucción es rápida y extensa, lo que determina una

intensa necrosis hepática (Powell-Jackson, 1986). Las manifestaciones clínicas

que la caracterizan son las siguientes: dolor abdominal, vómitos, hepatomegalia

dolorosa de instauración brusca, elevación importante de las transaminasas,

ictericia, ascitis y signos de insuficiencia hepática aguda grave, con encefalopatía

e insuficiencia renal. En casos excepcionales, el cuadro clínico se inicia con dolor

abdominal agudo y shock por hemoperitoneo, pudiéndose comprobar la rotura

espontánea del hígado. El pronóstico de esta forma fulminante del SBC es

infausto a menos que se actúe con extrema rapidez.

La forma de presentación clínica subaguda, también denominada “aguda no

fulminante”, es la más frecuente. En ella, el cuadro clínico característico consiste

en dolor abdominal, desarrollo de ascitis, hepatomegalia, aumento de las

transaminasas, hiperbilirrubinemia y descenso del tiempo de protrombina. Se

instaura en un periodo de tiempo más prolongado que oscila entre 2 semanas y 6

meses. También pueden presentar otras complicaciones de la hipertensión portal

como son la hemorragia por varices esofágicas y el síndrome hepatopulmonar

(De BK, 2002). En ocasiones las manifestaciones clínicas pueden ser poco

relevantes y el diagnóstico de SBC se establece en el transcurso de un estudio

puesto en marcha por el hallazgo de una hepatoesplenomegalia o de alteraciones

en la bioquímica hepática (Hadengue, 1994).

En la forma crónica de presentación clínica o de cirrosis, se observan signos y

síntomas prácticamente indistinguibles de los que aparecen en otros tipos de

Page 33: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 33 – _________________________________________________________________________________________

cirrosis con hipertensión portal. Quizás la manifestación más característica sea la

existencia de una ascitis rica en proteínas y de difícil manejo. Los enfermos

suelen presentar esplenomegalia y varices esofágicas. En esta forma, la biopsia

hepática pone de manifiesto un parénquima hepático desestructurado con

bandas de fibrosis que unen las venas centrolobulillares entre sí (cirrosis

invertida).

Independientemente de la forma de presentación clínica, el SBC se asocia con

relativa frecuencia a una trombosis de la VCI. Cuando esto ocurre aparece

circulación colateral cava-cava, edema en extremidades inferiores y síndrome

nefrótico (Mitchell, 1982; Powell-Jackson, 1986).

8.5. Diagnóstico.

Las alteraciones analíticas no son patognomónicas. En la forma fulminante, los

hallazgos son semejantes a los que se observan en otras formas de insuficiencia

hepática aguda grave con aumento marcado de las transaminasas y prolongación

del tiempo de protrombina. En las formas subagudas, el aumento en las

transaminasas es más moderado (50-200 UI/L) y varía en dependencia del grado

de necrosis centrolobulillar existente. En las formas crónicas, las alteraciones de

laboratorio son similares a las que se observan en cirrosis de otras etiologías. El

líquido ascítico de los pacientes con SBC es rico en proteínas (más de 20-30 g/L)

y la celularidad es escasa; cuando ésta es elevada se debe sospechar la

existencia de una peritonitis bacteriana espontánea. El hallazgo de poliglobulia y

una cifra de plaquetas normal o incluso elevada, en el contexto de un paciente

con hipertensión portal, deben llevar a considerar la existencia de un síndrome

mieloproliferativo subyacente (Mitchell, 1982; Valla, 1985).

En pacientes con un síndrome mieloproliferativo, ante cualquier dolor abdominal,

aunque sea inespecífico se debe considerar la posibilidad del desarrollo de SBC.

Page 34: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 34 – _________________________________________________________________________________________

El diagnóstico de certeza se establece mediante exploraciones complementarias.

Las técnicas de imagen permiten establecer el diagnóstico en la mayoría de los

casos (McKusic, 2001). La ecografía abdominal con dúplex-Doppler es la técnica

de elección para el despistaje del SBC (Chawla, 1999).

La ecografía abdominal, realizada por un observador experimentado, permite

detectar la trombosis parcial o completa de las venas suprahepáticas; la

sensibilidad diagnóstica se ve incrementada por el Doppler al objetivar ausencia

o anormalidades en el patrón de flujo de las venas suprahepáticas. En ocasiones

tan sólo se evidencia la presencia de una zona lineal hiperecogénica compatible

con la existencia de un tracto fibroso localizado en el lugar donde debería

hallarse la vena suprahepática. En fases iniciales la ecografía también permite

poner de manifiesto la existencia de pequeñas cantidades de ascitis no

detectables aún con la exploración clínica. En casos más evolucionados, la

ultrasonografía detecta los vasos colaterales que intentan descomprimir el

sistema venoso portal (repermeabilización de la vena umbilical, anastomosis

espontánea entre la rama derecha intrahepática portal y la vena cava, presencia

de vasos colaterales intrahepáticos) y la existencia de hipertrofia del lóbulo

caudado. La ecografía también permite evaluar la permeabilidad portal, dato que

puede ser importante en el manejo posterior del paciente (Bolondi, 1991;

Ralls,1992; Chawla, 1999).

Se han descrito las características de las imágenes obtenidas mediante

tomografía axial computadorizada (Vogelzang, 1987) o mediante resonancia

magnética (Kane, 1995; Noone, 2000). Estas técnicas no presentan ventajas

sobre la ecografía y no deben practicarse de forma sistemática.

La sospecha clínica y ultrasonográfica de SBC se debe confirmar mediante el

estudio angiográfico con cateterismo de venas suprahepáticas, que permite

confirmar la existencia de la lesión trombótica y evaluar su extensión. Cuando el

Page 35: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 35 – _________________________________________________________________________________________

explorador experimentado no es capaz de cateterizar ninguna vena

suprahepática se puede asumir que la trombosis es completa y se extiende hasta

el ostium. Cuando es posible cateterizar la vena suprahepática, la inyección de

contraste pone de manifiesto una o varias de las alteraciones características del

SBC: vasos anormales, de disposición aracniforme denominados en tela de araña

o spider-web (figura 4), dónde la obstrucción es total, estrechamiento irregular

por trombosis parcial o estenosis establecidas con dilatación subestenótica. En

este último caso el cateterismo permite además demostrar el gradiente de

presión generado por la estenosis a lo largo de la vena suprahepática afecta.

Estas estenosis focales son probablemente la secuela de trombosis previas

parcialmente repermeabilizadas. Su detección adquiere gran importancia, ya que

el tratamiento de estos pacientes, con angioplastia en el mismo procedimiento,

es habitualmente más sencillo que en pacientes con una trombosis difusa.

El estudio de la VCI mediante cavografía y medición de presiones reviste también

una gran utilidad a la hora de plantearse el tratamiento. La extensión de la

trombosis a la vena cava o bien su compresión por hipertrofia del lóbulo

caudado, pueden provocar una dificultad de drenaje de esta vena que impida o

limite el tratamiento derivativo mediante anastomosis portocava latero-lateral o

meso-cava (Langnas, 1993; Gaguli, 1998; Kungelmans, 1998).

Page 36: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 36 – _________________________________________________________________________________________

Figura 4: Cateterismo de venas suprahepáticas en un paciente con síndrome de Budd-Chiari. La inyección de contraste muestra el típico patrón aracniforme o en spider-web.

Por último, el cateterismo de venas suprahepáticas permite la realización de una

biopsia hepática por vía transyugular, con un riesgo menor que la percutánea. No

obstante, no se ha podido demostrar que los hallazgos en la biopsia tengan valor

pronóstico . Ello podría ser debido a que la afectación del parénquima hepático

no es homogéneo y por ello la muestra de tejido obtenido en una biopsia podría

no ser representativo del grado real de afectación. Quizás si se realizan biopsias

hepáticas separadas de los lóbulos derecho e izquierdo o, como mínimo, se

practica la biopsia en la zona cuya vena suprahepática está más afecta podría

aportar más información.

Al aplicar las técnicas de imagen que se utilizan en el diagnóstico y en el

seguimiento de los pacientes con SBC, se pone de manifiesto, con relativa

frecuencia, la existencia de imágenes nodulares en el parénquima hepático.

Aunque pueden aparecer en el momento del diagnóstico, habitualmente se

Page 37: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 37 – _________________________________________________________________________________________

constatan durante el seguimiento. Estas lesiones ocupantes de espacio suelen ser

múltiples, de pequeño-mediano tamaño (0.5 a 4 cm.) y con aspecto hipo, iso o

hiperecoico en el estudio ultrasonográfico. Son lesiones benignas, similares a la

hiperplasia nodular focal o a nódulos de regeneración; los que son mayores de 1

cm. presentan una cicatriz central (Tanaka,1998; Brancatelli, 2002; Maetani,

2002). Se ha propuesto denominarlos “nódulos regenerativos multiacinares”

(Vilgrain, 1999).

Se han descrito pacientes afectos de SBC a los que posteriormente se les ha

diagnosticado un hepatocarcinoma; estas comunicaciones se han realizado en

países orientales, en casos con obstrucción (por trombosis o por membranas) de

la VCI (Tanaka, 1998; Kawaguchi, 1999; Okuda, 2002). No obstante, la

posibilidad de que el hígado de los enfermos con SBC presente un mayor

potencial para desarrollar una neoplasia no se ha evaluado en profundidad. En

todo caso, es importante establecer el diagnóstico diferencial entre los nódulos

benignos y un posible hepatocarcinoma. En un estudio reciente se describe que

los nódulos múltiples, de tamaño menor a 4 cm. y que cursan con unos valores

séricos de alfa-fetoproteína normales presentan una alta probabilidad de ser

benignos (Vilgrain, 1999).

8.6. Pronóstico.

La trombosis de las venas suprahepáticas es una enfermedad grave, cuya forma

fulminante causa la muerte en la práctica totalidad de los pacientes. En la forma

subaguda se pueden diferenciar, habitualmente de forma clara, dos

comportamientos diferentes. Un grupo de pacientes con pocos síntomas, en los

que resulta fácil controlar la ascitis y en los que se constatan leves alteraciones

de la función hepática que tienen tendencia a revertir, y un segundo grupo que

presenta los síntomas propios de una hepatopatía descompensada de rápida

Page 38: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 38 – _________________________________________________________________________________________

instauración y que en su evolución sufren un rápido deterioro del estado general

que les lleva al fallecimiento; las principales causas de muerte son la insuficiencia

hepática, la ascitis con insuficiencia renal funcional, la hemorragia digestiva y las

infecciones sobreañadidas.

En la actualidad no se dispone de criterios pronósticos que permitan establecer

de forma fehaciente, en el momento del diagnóstico, cuál será la evolución de un

paciente determinado. Se ha indicado que el grado de necrosis hepatocitaria,

objetivado mediante biopsia, podría tener un valor pronóstico con implicaciones

terapeúticas (Millikian, 1985). Sin embargo en un estudio reciente se ha

descartado que exista relación entre los hallazgos histológicos -congestión,

necrosis, inflamación y fibrosis- en el momento del diagnóstico y la supervivencia

(Tang, 2001). Probablemente sea la evolución clínica del paciente, con

independencia de los hallazgos de la biopsia, el mejor determinante de la actitud

terapéutica a seguir (Tang, 2001).

En un estudio de diseño retrospectivo realizado en 85 pacientes con SBC, se

identificó a la edad, la cifra de creatinina, la ascitis y la puntuación de Child-

Pugh, como variables relacionadas de forma independiente con la mortalidad

(Zeitoun, 1999); no se observó relación con el grado de lesión histológica.

9. Tratamiento farmacológico de la hipertensión portal. Papel de las

técnicas hemodinámicas.

De acuerdo con el concepto fisiopatológico de que las complicaciones de la

hipertensión portal no aparecen hasta que el GPP supera el valor umbral de 12

mmHg., se desprende que un objetivo terapéutico debe ser mantener el

gradiente por debajo de ese valor crítico. La eficacia de esta estrategia se ha

podido comprobar con la práctica de medidas seriadas de la presión portal. Así,

se ha observado que cuando el GPP se sitúa por debajo de 12 mmHg.,

Page 39: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 39 – _________________________________________________________________________________________

farmacológicamente o por mejoría de la hepatopatía, se evita completamente la

aparición de hemorragia por varices esofágicas e incluso se reduce su tamaño.

Otro hallazgo relevante acerca de la eficacia del tratamiento farmacológico en la

prevención de la hemorragia varicial, ha consistido en establecer que una

reducción del 20% en el GPVH basal ofrece también un efecto protector, casi

absoluto, frente a la hemorragia por varices (Feu, 1995; Groszmann, 1990).

Así pues, los objetivos a alcanzar en el tratamiento farmacológico de la

hipertensión portal son esencialmente reducir el GPP un 20% respecto a la

situación basal o llevarlo a un valor por debajo de 12 mmHg. Estos objetivos

requieren necesariamente de la utilización de técnicas hemodinámicas.

Recientemente se ha comprobado que la consecución de estos objetivos

mediante el tratamiento farmacológico comporta también un menor riesgo de

desarrollo de otras complicaciones de la hipertensión portal como la ascitis, la

peritonitis bacteriana espontánea o la encefalopatía (Abraldes, 2003).

La búsqueda de estos objetivos se ha realizado sobre la base racional del

conocimiento de las alteraciones fisiopatológicas que acontecen en la

hipertensión portal (aumento de resistencias intrahepáticas, vasodilatación

arteriolar esplácnica, sistémica y circulación hiperdinámica) y sus posibilidades

de corrección.

Los beta bloqueantes no selectivos (con acción antagonista para los receptores

beta-1 y beta-2), como el propranolol y el nadolol, son los fármacos más

utilizados en el tratamiento crónico de la hipertensión portal porque se ha

demostrado su eficacia clínica en la prevención primaria y secundaria de la

hemorragia por varices esófago-gástricas. Su acción farmacológica se produce

por un bloqueo de los receptores beta-1, con disminución de la frecuencia

cardiaca y del gasto cardiaco y por el bloqueo de los receptores beta-2 que

inducen vasoconstricción y disminución del flujo esplácnico.

Page 40: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 40 – _________________________________________________________________________________________

Los fármacos vasodilatadores se han asociado al tratamiento betabloqueante por

su capacidad de disminuir las resistencias del árbol venoso hepático y/o de la red

de vasos colaterales; el fármaco más utilizado es el mononitrato de isosorbide,

ya que se ha demostrado su capacidad para aumentar el efecto de los beta-

bloqueantes sobre la presión portal (García-Pagán, 1991; Merckel, 1997). Los

fármacos vasodilatadores están gravados con una importante limitación ya que

pueden empeorar la vasodilatación que presentan los pacientes afectos de

hipertensión portal.

Con estos tratamientos la tasa de respuesta hemodinámica que se considera

como satisfactoria es reducida (35-40 %). Por ello se continúa la búsqueda de

nuevos fármacos, mediante una estrategia de investigación que comporta la

medición seriada de la presión portal (Abecasis, 2003; Buerau, 2002; Bañares,

2002; Debernardi, 2003). En la práctica clínica, la valoración de la respuesta del

GPP al tratamiento farmacológico mediante cateterismos repetidos puede guiar la

toma de decisiones en el ámbito del tratamiento farmacológico (Bureau, 2002).

Otros aspectos importantes en el conocimiento de la fisiopatología de la

hipertensión portal que han aportado las técnicas hemodinámicas, han sido las

observaciones de los cambios de presión en relación al periodo del día (García-

Pagán, 1994), a la ingesta (Bellis, 2003) y en respuesta al ejercicio físico (Bandi,

1998). Se asume que parte del efecto beneficioso de los fármacos como los

betabloqueantes o el mononitrato de isosorbide radica en el control del aumento

puntual de la presión portal tras la ingesta o durante el ejercicio físico (Bandi,

1998; Bellis, 2003).

Por último, en pacientes que presentan un episodio de hemorragia aguda, la

medición del GPP resulta también útil en la estratificación de su riesgo de

recidiva hemorrágica (Patch, 1999; Moitinho, 1999; Merckel, 1992; Pomier-

Layrargues, 1987; Villanueva, 2001).

Page 41: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 41 – _________________________________________________________________________________________

10. Tratamiento derivativo intrahepático mediante técnicas

hemodinámicas intervencionistas

El desarrollo de la DPPI en los últimos 10 años, ha aportado una nueva opción en

la terapéutica de las complicaciones de la hipertensión portal. Este procedimiento

ha ampliado las posibilidades del tratamiento derivativo, evitando la elevada

morbi-mortalidad que comporta la cirugía derivativa y la anestesia general,

especialmente en pacientes con hepatopatía avanzada, clase C de Child.

La DPPI consiste en la creación de una derivación portosistémica intrahepática de

diámetro prefijado (“calibrada”) utilizando el acceso hepático transyugular. Dado

que no requiere de la práctica de una laparotomía, puede realizarse incluso en

pacientes con insuficiencia hepática moderada o avanzada (Burroughs, 1999).

El procedimiento comienza con la cateterización de una vena yugular interna y la

colocación de un introductor vascular y con la medición de la presión de la VCI.

Luego se cateteriza la vena suprahepática más adecuada, y por medio de un

equipo de punción transvenosa, se perfora el parénquima hepático bajo control

ecográfico hasta alcanzar una rama portal intrahepática. Una vez cateterizada la

vena porta y tras la medición de su presión, se obtiene el GPP basal (antes de la

derivación). Con posterioridad se procede a dilatar el tracto parenquimatoso, así

como las intersecciones vasculares mediante un balón de angioplastia y,

seguidamente, se coloca una prótesis metálica autoexpandible de diámetro

variable entre 8 y 12 mm.; ésta constituye un soporte mecánico que evita que se

colapse la comunicación portosistémica establecida a través del parénquima

hepático (figura 5).

Page 42: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 42 – _________________________________________________________________________________________

Figura 5: Acceso y posición final de la DPPI

Finalmente se mide el nuevo GPP, que en la mayoría de casos se ha situado por

debajo del umbral de hemorragia (12 mmHg.). En las primeras 48 horas tras la

colocación de la prótesis, la permeabilidad y la buena función de la derivación se

pueden comprobar de forma sencilla manteniendo el mismo acceso yugular. Esta

maniobra es especialmente importante en los casos en que la indicación de la

DPPI sea una hemorragia incoercible o en los que el riesgo de trombosis aguda

de la derivación sea considerable porque el paciente presente un trastorno de

hipercoagulabilidad como ocurre en el SBC.

La DPPI presenta algunas limitaciones. Una de ellas radica en la alta probabilidad

de que aparezcan, con el tiempo, disfunciones, que conlleven un aumento del

GPP sobre el umbral deseado. Estas disfunciones se deben a la estenosis

progresiva del trayecto parenquimatoso y/o de la vena suprahepática, por la

proliferación y fibrosis de la neoíntima que recubre la prótesis; ello obliga a

Catéter

Venas suprahepáticas

Vena porta

Prótesis dibl

Vena yugular

Page 43: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 43 – _________________________________________________________________________________________

efectuar un estrecho seguimiento ecográfico, hemodinámico y angiográfico, para

detectarlas y tratarlas adecuadamente.

Otro inconveniente de la DPPI consiste en la posible aparición de encefalopatía

hepática o en el empeoramiento de una encefalopatía previamente existente.

Posiblemente debido a estas limitaciones, se ha observado en los ensayos

clínicos comparativos que, a pesar de tratarse de un tratamiento eficaz para

evitar la recidiva hemorrágica, la DPPI no supera a los tratamientos comparativos

en cuanto a supervivencia. Sólo en dos situaciones se acepta como tratamiento

de elección: a) en la hemorragia aguda por varices esófago-gástricas que no ha

cesado con tratamiento médico y endoscópico, y b) en la prevención de la

recidiva hemorrágica por varices en aquellos pacientes en que han fracasado los

tratamientos médicos y endoscópicos a largo plazo y en los que la cirugía

derivativa supondría un riesgo excesivo. Por tanto, por el momento, la DPPI se

considera una terapia de rescate en pacientes que lo precisen, en espera de

resultados de nuevos ensayos clínicos que determinen si puede ser mejor

alternativa que otras formas de tratamiento (Boyer, 2003).

Para conocer el alcance real de la técnica en el manejo clínico del paciente con

hipertensión portal, es preciso evaluar en profundidad su eficacia en el

tratamiento de la ascitis refractaria o recidivante, en el síndrome hepatorrenal y

en una miscelánea de enfermedades de baja prevalencia, pero de gravedad

intensa, como la trombosis de la vena portal o el SBC.

11. Tratamiento específico del síndrome de Budd-Chiari.

En el manejo del SBC la primera medida terapéutica, con independencia de la

causa subyacente, debe ser la instauración de la anticoagulación sistémica para

prevenir la extensión de las lesiones trombóticas. Además, deben administrarse

Page 44: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 44 – _________________________________________________________________________________________

diuréticos en caso de constatarse ascitis así como un tratamiento específico de la

enfermedad hematológica de base si ésta lo requiere (Slakey, 2001).

No obstante, el tratamiento principal se encamina al restablecimiento del retorno

venoso. En los casos afortunados, pero anecdóticos, en los que el diagnóstico se

efectúa a las pocas horas de la trombosis venosa, puede instaurarse un

tratamiento trombolítico mediante perfusión local de activador del plasminógeno

tisular, de uroquinasa o de estreptoquinasa (Slakey, 2001; Greenwood, 1983;

McMullin, 1994; Kwan, 1992; Frank, 1994). En la práctica ésta es una opción

terapéutica que rara vez se puede aplicar ya que los pacientes no se diagnostican

tan precozmente (Valla, 1987; Raju, 1996); además debe preverse un

procedimiento alternativo en caso de fracaso del tratamiento (Slakey, 2001).

Otra técnica terapéutica local que se ha utilizado en casos aislados, cuando la

obstrucción está ocasionada por una o varias estenosis segmentarias (afecta sólo

un tramo de las venas suprahepáticas), ha sido la angioplastia por vía

transyugular o percutánea transhepática. La limitación de esta técnica viene dada

por el desarrollo de reestenosis que obliga a sucesivas angioplastias o a la

colocación de una prótesis metálica en un intento de evitar futuras

reintervenciones (Witte,1997; Kohli,1993; Fisher, 1999). La obstrucción

trombótica o membranosa de la VCI, típica forma de SBC en países orientales, es

una patología también susceptible de tratamiento mediante angioplastia

(Kohli,1993; Ishiguchi, 1992).

En la gran mayoría de casos los tratamientos locales no son posibles, bien sea

por razones técnicas o por la cronicidad o la extensión de las lesiones

trombóticas.

Las opciones de que se disponía hasta el advenimiento de la DPPI eran la

derivación portosistémica y el trasplante hepático. La aplicación de una u otra se

Page 45: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 45 – _________________________________________________________________________________________

ha llevado a cabo según las manifestaciones clínicas del caso y de la experiencia

del centro con una u otra técnica.

En las formas fulminantes, el tratamiento más aceptado es el trasplante hepático

(Hemming, 1996; Ganguli, 1998; Kugelmans, 1998; Srinivasan, 2002).

En las formas subagudas el tratamiento que se ha venido considerado de elección

ha sido la derivación portosistémica desde que se demostró que este procedimiento

mejoraba la supervivencia en comparación con la terapéutica médica (Ahn, 1987).

En función de la experiencia del grupo quirúrgico se realiza una anastomosis porto-

cava latero-lateral o meso-cava (Slakey, 2001; Emre, 2000).

La compresión de la VCI por la hipertrofia del lóbulo caudado puede dificultar la

eficacia descompresiva de la anastomosis. En esta situación, diversos grupos

quirúrgicos han aportado soluciones en forma de intervenciones mucho más

complejas, que presentan una elevada morbi-mortalidad, como la anastomosis

mediante una prótesis entre la vena mesentérica y la aurícula derecha o una

derivación meso-atrial (Henderson, 1990; Klein, 1990; Orloff MJ, 1987; Orloff MJ

1992; Panis, 1994; Slakey, 2001).

Otra propuesta ha sido la dilatación y colocación de una prótesis en la zona

estenótica de la vena cava antes de la realización de la anastomosis (Oldhafer,

1998; Redmond, 1987; Ceretti, 1997; Pisani-Cereti, 1998; Gillams, 1991; Emre,

2001).

La derivación porto o meso-cava se considera contraindicada cuando la venografía

pone de manifiesto una obstrucción de la vena cava igual o mayor al 75 % de su

luz o cuando existe un gradiente entre la vena cava infrahepática y la aurícula

mayor o igual a 15 mmHg. (Slakey, 2001). Otros autores han expuesto que, a

pesar de la compresión y aumento de presión en la vena cava, la única situación

que realmente contraindicaría la realización de una anastomosis portocava latero-

Page 46: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 46 – _________________________________________________________________________________________

lateral o meso-cava sería la existencia de una obstrucción completa de la VCI

(Bismuth, 1991).

Otro problema de la cirugía derivativa radica en que un porcentaje no despreciable

de pacientes presenta estenosis con recidiva del SBC y por tanto, precisan de una

reintervención (quirúrgica o mediante radiología intervencionista) para mantener la

permeabilidad del shunt (Panis, 1994; Orloff MJ, 2000).

Existe un alto grado de consenso en considerar que en los pacientes con baja

reserva funcional hepática se debe ofrecer el trasplante como primera opción. Así,

en los casos con SBC fulminante, los pacientes con cirrosis avanzada y los

pacientes en que la derivación quirúrgica no ha sido eficaz o ha provocado una

insuficiencia hepática, debe indicarse un trasplante. Por otra parte, en los casos en

que el defecto trombofílico radique en el parénquima hepático (como en la

deficiencia de proteína C o S) el trasplante será potencialmente curativo y por tanto

también constituye una indicación.

En cuanto a las posibles contraindicaciones por la enfermedad subyacente, se

considera que el síndrome mieloproliferativo sólo influye en el pronóstico vital de

los pacientes si existen signos de mielofibrosis o de leucemia agua o cuando el

tiempo de evolución se ha prolongado más de 25 años (Ganguli, 1998).

Teniendo en cuenta las dificultades del tratamiento quirúrgico derivativo y su

elevada morbi-mortalidad varios grupos han aplicado como primera opción el

trasplante hepático (Hemming, 1996; Ringe, 1995; Malkowski, 2002). La

experiencia con el trasplante hepático en pacientes con SBC es creciente y al

mismo tiempo la supervivencia se ha prolongado desde un 45 % a los 5 años hasta

un 95 % (Halff, 1990; Ringe, 1994; Jamieson, 1991; Shaked, 1992; Srinivasan,

2002). No obstante, no se ha alcanzado un consenso acerca de que el trasplante

hepático constituya la primera opción terapéutica en todos los pacientes con SBC

(Orloff MJ, 1998; Orloff MJ, 2001).

Page 47: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Introducción - 47 – _________________________________________________________________________________________

El SBC crónico con cirrosis hepática requiere el mismo tratamiento que la cirrosis

de otras etiologías. El tratamiento quirúrgico derivativo comporta una elevada

morbi-mortalidad y por tanto se prefiere la opción del trasplante hepático cuando

las complicaciones de la hipertensión portal así lo indiquen (Hemming, 1996;

Ringe, 1995; Ganguli, 1998; Kungelmans, 1999).

La DPPI ha supuesto una nueva alternativa para la creación de una derivación

portosistémica con mínima invasividad y sin los riesgos inherentes a la cirugía.

Además una gran ventaja sobre los shunts quirúrgicos radica en que la derivación

intrahepática drena al tramo suprahepático de la VCI, obviando la obstrucción por

la estenosis de este vaso.

A pesar de la trombosis de las venas suprahepáticas, la DPPI se puede colocar en

más del 90% de los pacientes, si el procedimiento lo practican grupos

experimentados, ya que el acceso hasta la vena porta se puede realizar por

punción de la vena cava intrahepática si no es posible hacerlo desde la

suprahepática.

Los resultados publicados desde la primera utilización de la DPPI en pacientes con

formas subagudas del SBC en 1993, hasta la actualidad, son muy esperanzadores

(Ochs, 1993; Blum, 1995; Uhl, 1996; Ganger, 1999). Sin embargo, no existe

suficiente información acerca de la evolución a largo plazo de la funcionalidad de la

derivación y de la evolución clínica de los pacientes tratados mediante este

procedimiento.

Se ha sugerido que la realización de una DPPI, podría ser también una opción

adecuada en las formas fulminantes de SBC, que aumentaría las probabilidades

de llegar en condiciones aceptables al momento del trasplante hepático. Incluso

se ha observado que la rápida descompresión de la congestión hepática en estos

pacientes ha permitido una recuperación de la función hepática, evitando la

necesidad de trasplante hepático (Kuo, 1996).

Page 48: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Justificación y objetivos - 48 –_________________________________________________________________________________________

JUSTIFICACION Y OBJETIVOS

Page 49: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Justificación y objetivos - 49 –_________________________________________________________________________________________

El síndrome de hipertensión portal presenta una gran trascendencia, por su

incidencia, por la gravedad de sus manifestaciones clínicas y por los elevados

costes económicos y sociales que se derivan de su tratamiento.

En los países occidentales, la gran mayoría de los pacientes con hipertensión

portal están afectos de una cirrosis hepática, de etiología alcohólica o vírica; en

España la cirrosis hepática constituye la octava causa de muerte en varones y la

decimotercera en mujeres.

Sentado este hecho, cabe remarcar que el síndrome de hipertensión portal puede

aparecer durante el curso clínico de muchas otras enfermedades; de entre ellas,

merece destacarse el SBC, un proceso plurietiológico, que afecta a pacientes sin

hepatopatía previa, en el que las manifestaciones clínicas aparecen de forma

aguda o subaguda y que está gravado con una alta morbimortalidad.

En los últimos años se han producido notables avances en el diagnóstico y en el

tratamiento del síndrome de hipertensión portal, que van a aumentar la

supervivencia y la calidad de vida de los pacientes.

En el ámbito del diagnóstico merece destacarse la implementación de las técnicas

hemodinámicas que, mediante la cateterización de las venas suprahepáticas

permiten evaluar el GPP. Estas técnicas se utiliza cada vez con mayor frecuencia en

el manejo clínico del paciente afecto de una hepatopatía inductora de hipertensión

portal. Está establecido que estos procedimientos proporcionan una información

única en cuanto al grado de hipertensión portal y de la respuesta a tratamiento

farmacológico. Todo ello tiene implicaciones pronósticas claras, por lo que las

técnicas hemodinámicas son cada vez más útiles en la toma de decisiones.

En el ámbito de la terapéutica, el advenimiento de la DPPI ha marcado un hito.

Esta técnica ha desplazado la cirugía derivativa en muchos casos; su utilidad en el

Page 50: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Justificación y objetivos - 50 –_________________________________________________________________________________________

tratamiento y prevención secundaria de hemorragia por varices esofago-gástricas

rebelde a la terapéutica farmacológica y endoscópica está probada.

Quedan aún, no obstante, incógnitas por despejar, tanto de índole diagnóstica

como de índole terapéutica, acerca de la utilidad clínica de las técnicas

hemodinámicas en pacientes con hipertensión portal. Mediante esta tesis, que se

enmarca dentro de la línea de investigación sobre hipertensión portal que viene

desarrollando el equipo del Laboratorio de Hemodinámica Hepática del Hospital

Clínico de Barcelona, se analizan dos aspectos que hasta la actualidad, no se han

abordado en profundidad: uno diagnóstico, la concordancia entre el GPP medido de

forma directa y el gradiente de presión de las venas suprahepáticas en pacientes

con hepatopatía crónica por VHC y en la evaluación de la respuesta a propranolol, y

otro terapéutico , el valor de la DPPI en el control a largo plazo del SBC.

Los objetivos generales de esta tesis se estructuran en dos estudios, el primero

dirigido a analizar la utilidad de la medición de la presión portal mediante la técnica

indirecta del cateterismo de venas suprahepáticas en la hepatopatía por VHC y en

la valoración de la respuesta a propranolol; el segundo dirigido a evaluar la utilidad

de la DPPI en el tratamiento de la hipertensión portal causada por el SBC.

ESTUDIO 1

Parece demostrado que en la hepatopatía alcohólica, la PSE es equivalente a la

presión portal (hipertensión portal sinusoidal); dado que la PSL es equivalente a la

presión de la VCI, el gradiente de presión en las venas suprahepáticas equivale al

gradiente de presión porto-cava. En cambio, existen indicios de que en los

pacientes con cirrosis hepática de etiología no alcohólica o con hepatitis crónica

activa, la PSE puede subestimar la presión venosa portal (componente

presinusoidal).

Page 51: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Justificación y objetivos - 51 –_________________________________________________________________________________________

En los pacientes afectos de hepatopatía crónica por VHC, se desconoce si la PSE

equivale a la presión venosa portal.

Por otra parte, no se conoce si los cambios observados en el GPVH durante el

tratamiento con propranolol reflejan adecuadamente los cambios en la presión

venosa portal. Dada la importante prevalencia de la hepatopatía por VHC en

nuestro medio, y la utilización de propranolol como fármaco de primera elección en

el tratamiento de la hipertensión portal, resolver estos interrogantes resulta

imprescindible para establecer el valor de la medición del gradiente de presión en

las venas suprahepáticas en la práctica asistencial.

Hipótesis:

1. La hipertensión portal en la hepatopatía crónica por VHC es de tipo

sinusoidal, por tanto el incremento de la PSE es equivalente al incremento

de la presión portal al igual que ocurre en la hepatopatía alcohólica.

2. Los cambios que se observan en el GPVH durante la administración de

propranolol a pacientes con hipertensión portal sinusoidal concuerdan con

los cambios observados en el GPP.

Objetivos concretos:

1. Analizar la concordancia entre el valor de la presión portal medida

directamente mediante punción y la PSE, obtenida por cateterismo de venas

suprahepáticas; en tres grupos de pacientes: pacientes con hepatopatía

crónica por VHC, pacientes con hepatopatía alcohólica y pacientes con

ambas causas de hepatopatía.

2. Analizar, en un subgrupo de pacientes con hipertensión portal sinusoidal, la

concordancia entre los cambios del GPP y el GPVH durante el tratamiento

agudo con propranolol.

Page 52: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Justificación y objetivos - 52 –_________________________________________________________________________________________

ESTUDIO 2

La implantación de la DPPI permite la creación de una derivación portosistémica en

pacientes con cirrosis muy avanzada, pero tiene algunas limitaciones importantes,

especialmente la disfunción y la encefalopatía. Antes de reconocer una nueva

indicación para la técnica deben analizarse las ventajas e inconvenientes del

procedimiento de forma sistemática .

Entre las indicaciones actualmente sometidas a análisis se encuentra el tratamiento

del SBC. La DPPI se utilizó por primera vez como herramienta terapéutica en el

SBC en 1993. No obstante, su valor en el manejo clínico de los pacientes afectos de

esta patología aún no se ha establecido. En todos los trabajos publicados, el

número de enfermos es bajo y el periodo de evaluación corto; estas circunstancias

determinan que resulte difícil extraer conclusiones válidas acerca de la eficacia de

la técnica, especialmente a largo plazo.

Hipótesis:

1. La DPPI es una técnica útil a largo plazo en el tratamiento de los pacientes

con hipertensión portal secundaria a SBC que no responden a la

terapéutica farmacológica, y su uso puede evitar intervenciones

quirúrgicas gravadas con una considerable morbi-mortalidad.

Objetivos concretos:

1. Analizar los resultados, a largo plazo, del los pacientes afectos de SBC

tratados con DPPI como primera alternativa terapéutica derivativa.

2. Analizar los resultados, a largo plazo, de los pacientes afectos de SBC que no

han precisado tratamiento derivativo.

3. Establecer cuál es la prevalencia de SBC idiopático, si se aplican los nuevos

conceptos diagnósticos en el ámbito de la patología trombofílica, tanto en las

enfermedades mieloproliferativas como en los trastornos de coagulación.

Page 53: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 53 – _________________________________________________________________________________________

RESULTADOS

Page 54: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 54 – _________________________________________________________________________________________

ESTUDIO 1

La presión suprahepática enclavada refleja adecuadamente la presión

portal en la hepatopatía crónica por virus de la hepatitis C.

Wedged hepatic venous pressure adecuately reflects portal pressure in

hepatitis C virus-related cirrhosis

Antonia Perelló, Angels Escorsell, Concepció Bru, Rosa Gilabert, Eduardo

Moitinho, Juan Carlos García-Pagán, Jaume Bosch.

Hepatology 1999; 30: 1393 – 1397.

Factor de impacto: 10.2

Page 55: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 55 – _________________________________________________________________________________________

Page 56: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 56 – _________________________________________________________________________________________

Page 57: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 57 – _________________________________________________________________________________________

Page 58: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 58 – _________________________________________________________________________________________

Page 59: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 59 – _________________________________________________________________________________________

Page 60: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 60 – _________________________________________________________________________________________

ESTUDIO 2

La derivación portal mediante DPPI es un tratamiento útil a largo plazo

en el síndrome de Budd-Chiari que no se ha podido controlar mediante

tratamiento médico.

Tips is a useful long-term derivative therapy for patients with Budd-Chiari

syndrome uncontrolled by medical therapy.

Antonia Perelló, Juan Carlos García-Pagán, Rosa Gilabert, Yanette Suárez, Eduardo

Moitinho, Francisco Cervantes, Juan Carlos Reverter, Angels Escorsell, Jaume

Bosch, Juan Rodés.

Hepatology 2002; 35: 132 – 139.

Factor de Impacto: 10.2

Page 61: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 61 – _________________________________________________________________________________________

Page 62: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 62 – _________________________________________________________________________________________

Page 63: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 63 – _________________________________________________________________________________________

Page 64: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 64 – _________________________________________________________________________________________

Page 65: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 65 – _________________________________________________________________________________________

Page 66: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 66 – _________________________________________________________________________________________

Page 67: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 67 – _________________________________________________________________________________________

Page 68: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Resultados - 68 – _________________________________________________________________________________________

Page 69: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 69 – _________________________________________________________________________________________

DISCUSION

Page 70: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 70 – _________________________________________________________________________________________

Las complicaciones de la hipertensión portal, como la ascitis y la hemorragia

digestiva, constituyen el resultado final de un proceso que comienza, se mantiene

y progresa, a medida que al acontecimiento inicial, el incremento de las

resistencias, se le añade la vasodilatación esplácnica y periférica, la situación de

hipervolemia y el aumento de los flujos regionales.

En la investigación de estos trastornos, las técnicas hemodinámicas, han jugado un

papel trascendental. Su desarrollo ha permitido evaluar la presencia y el grado de

hipertensión portal; además, el acceso intravascular al parénquima hepático y a la

circulación portal ha posibilitado la aparición de técnicas diagnósticas

complementarias como la biopsia hepática transyugular y la portografía retrógrada

con contraste yodado o con CO2 y de técnicas terapéuticas como la DPPI.

En el aspecto diagnóstico, se ha demostrado que la medición de la presión portal

aporta información relevante acerca del riesgo de hemorragia por varices

esofágicas (Villanueva, 1996; Armonis 1997; Ready, 1991), del pronóstico de los

pacientes con hemorragia aguda (Patch, 1999; Moitinho, 1999; Merckel, 1992;

Pomier-Layrargues, 1987) y de la supervivencia a largo plazo de los enfermos

con cirrosis de etiología enólica (Tage-jensen, 1988; Vorobioff, 1996). Además la

medida repetida de presiones una vez instaurado el tratamiento farmacológico

permite cuantificar de forma objetiva la eficacia del tratamiento para disminuir la

presión portal. Este control seriado se practica cada vez con mayor frecuencia ya

que de él se deriva información útil para conocer la eficacia a largo plazo del

tratamiento farmacológico (Feu, 1995; Escorsell, 2000), para mejorar la

supervivencia (Abraldes, 2003) y para tomar decisiones terapéuticas (Bureau,

2002). Por otra parte, la introducción de nuevos fármacos en el tratamiento de la

hipertensión portal precisa de la demostración de su acción hipotensora sobre el

Page 71: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 71 – _________________________________________________________________________________________

sistema venoso portal y de que ésta se mantiene en el tiempo (García-Pagan,

2003; Bosch, 2003; Bañares, 2002).

Por su simplicidad, reproducibilidad y práctica ausencia de efectos secundarios

incluso en pacientes con cirrosis hepática avanzada, la medición del GPVH

mediante cateterismo de las venas suprahepáticas ha sido la técnica más

utilizada para la realización de los estudios hemodinámicos. Sin embargo, esta

técnica no es útil cuando la patología causante de la hipertensión portal provoca

un aumento de resistencias de localización presinusoidal. En esta situación la

presión portal evaluada de forma directa es significativamente más elevada que

la PSE y puede inducir a un error de medida si se considera al GPVH como el

índice de presión portal.

En las fases iniciales del desarrollo de las técnicas de medición indirecta de la

presión portal ya se observó que en la hepatopatía alcohólica el GPVH era

equivalente al GPP medido de forma directa. Sin embargo, al mismo tiempo, se

puso de manifiesto que en un porcentaje elevado de pacientes con cirrosis no

alcohólica la PSE subestimaba la presión portal, debido a un componente

presinusoidal significativo (Pomier-Layrargues, 1985; Valla, 1984). Si la

hepatopatía por VHC también se acompañara de un componente presinusoidal

relevante, sería necesario practicar una punción directa de la vena porta para

obtener una medida exacta de la presión portal.

Las hepatopatías de naturaleza no alcohólica constituyen un heterogéneo grupo

de enfermedades que incluye a la cirrosis biliar primaria, la hepatitis crónica

autoinmune, la enfermedad de Wilson, la hemocromatosis y las hepatopatías de

origen viral. Se conocía que en la cirrosis biliar primaria (Boyer, 1977; Navasa,

1987) y en la hepatitis o cirrosis de origen autoinmune (Boyer, 1977; Pomier-

Layrargues, 1985), el GPVH subestima, con frecuencia, el grado real de

Page 72: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 72 – _________________________________________________________________________________________

hipertensión portal que presenta el enfermo. En cambio la información acerca de

si la PSE equivale a la presión portal en pacientes afectos de hepatopatía crónica

por VHC era muy escasa y con limitaciones metodológicas (Deplano, 1999).

Por otra parte, al cuantificar los cambios producidos tras la administración de

fármacos vasoactivos, especialmente propranolol, también se había detectado la

existencia de una posible discordancia entre la medida directa de la presión

portal y su evaluación indirecta mediante cateterismo de las venas

suprahepáticas. Esta discordancia se observó en estudios realizados en grupos

pequeños de pacientes afectos de cirrosis de etiología enólica (Valla, 1984).

Dada la importante prevalencia de la hepatopatía por VHC y de la amplia

utilización del propranolol en el tratamiento farmacológico de la hipertensión

portal, resolver estas incógnitas resultaba imprescindible para establecer el valor

real de la medición del GPVH en el manejo clínico del paciente con enfermedad

hepática crónica.

El primer estudio de los dos que conforman la presente tesis responde a estas

cuestiones con la medición simultánea de la presión portal y de la PSE en tres

grupos de enfermos: a) en 32 pacientes con hepatopatía crónica causada

exclusivamente por VHC; b) en 25 pacientes con hepatopatía causada

exclusivamente por enolismo crónico y c) en 14 pacientes en que coexistían ambas

circunstancias. En el grupo de enfermos con hepatopatía por VHC, 26 casos

presentaban una cirrosis y 5 una hepatitis crónica activa; en un paciente

únicamente se observaban mínimos cambios inflamatorios en la histología

hepática. El grupo de enfermos con hepatopatía enólica comprendía 23 pacientes

con cirrosis, y dos pacientes con esteatosis. Todos los pacientes enólicos con VHC

positivo presentaban cirrosis hepática. En promedio, los pacientes con hepatopatía

Page 73: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 73 – _________________________________________________________________________________________

por VHC eran de mayor edad, presentaban una hepatopatía menos avanzada y una

menor presencia de ascitis que los pacientes con hepatopatía alcohólica.

El resultado más importante de este primer estudio fue comprobar una elevada

concordancia entre la presión portal medida de forma directa y la PSE como

evaluación indirecta de la presión portal, ya que el coeficiente de correlación

intraclase fue del 0,94 para el grupo de pacientes con hepatopatía por VHC.

Paralelamente, los coeficientes de correlación intraclase fueron similares para los

otros dos grupos (0,93 para el grupo de pacientes con abuso enólico y 0,97 para el

grupo de hepatopatía enólica y VHC positivo). Esta elevada concordancia se

observó tanto en los pacientes asintomáticos como en aquellos que presentaban

una hepatopatía avanzada (cirrosis con Child-Pugh C). Las discrepancias entre la

PSE y la presión portal, definidas por una diferencia entre estas dos medidas mayor

o igual a 5 mmHg., se analizaron en la serie global de 71 pacientes. La PSE

subestimó la presión portal sólo en un paciente (que pertenecía al grupo de

hepatopatía por VHC), ello implica que únicamente el 2 % de los pacientes VHC

positivos de la serie global presentaba un componente presinusoidal significativo.

En cambio, en un número mayor de casos se observó que la PSE sobreestimó la

presión portal real. Esta circunstancia ocurrió en 6 pacientes (8,5 %) (2 con VHC y

4 con hepatopatía alcohólica); en cinco de ellos (83%) el estudio ecográfico y/o

hemodinámico puso de manifiesto alguna alteración en el flujo portal hepático

(flujo hepatofugal, trombosis portal o derivación portal hacia una vena umbilical

dilatada). También se observó alguna de estas alteraciones en el grupo de

pacientes que presentaban concordancia entre la PSE y la presión portal, si bien

con menor frecuencia (19%). Esta asociación entre la presencia de flujo

hepatofugal y una PSE mayor que la presión portal ya se había observado con

anterioridad en casos aislados (Boyer, 1977; Rector, 1988; Bauret, 1989). En esta

Page 74: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 74 – _________________________________________________________________________________________

situación el flujo sinusoidal y la presión hepática sinusoidal no reciben apenas aflujo

portal y dependen en gran medida de la perfusión arterial; por tanto, la PSE puede

reflejar así la mayor presión del sinusoide hepático al estar sometido a las

influencias de una circulación a mayor presión, como es la arterial, en comparación

con el aflujo venoso portal. Aunque no fue posible corroborar el incremento de

aflujo arterial en los pacientes con discrepancias, se conoce que la respuesta

compensatoria de vasodilatación arterial se mantiene incluso en enfermos con

cirrosis hepática avanzada (Zipprich, 2003).

Por otra parte, tal como se ha comentado, se exploró también la posiblidad de que

existiera discordancia entre el GPVH y el GPP durante la administración de

propranolol independientemente de la causa de la hepatopatía. Tampoco en este

caso se observaron discrepancias significativas ya que, en un subgrupo de 9

pacientes, formado con tres enfermos de cada uno de los distintos grupos

etiológicos, la concordancia entre los cambios del GPVH y del GPP fue elevada

(coeficiente de correlación intraclase del 0,87).

En conclusión, con este primer estudio se demuestra que la técnica indirecta de la

cateterización de las venas suprahepáticas resulta adecuada para evaluar el grado

de hipertensión portal en la hepatopatía por VHC y también para valorar los

cambios que se producen tras la administración de fármacos betabloqueantes no

selectivos como el propranolol. En la actualidad, el conocimiento del

comportamiento hemodinámico de la hepatopatía crónica por VHC ha llevado a la

constatación de que la medida del GPVH es un test dinámico que puede reflejar el

estado de progresión de la hepatopatía e incluso servir de marcador de respuesta

al tratamiento antiviral (Burroughs, 2002).

En el aspecto terapéutico, el desarrollo de las técnicas hemodinámicas ha permitido

incrementar el arsenal disponible frente a la hipertensión portal con una nueva

Page 75: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 75 – _________________________________________________________________________________________

arma como la DPPI. Las principales ventajas de esta técnica terapéutica radican en

que constituye una derivación total, no parcial ni selectiva, y en que puede

aplicarse a pacientes con riesgo elevado en los que no puede practicarse una

intervención quirúrgica. Por ello, su primera y principal indicación ha sido el

tratamiento urgente de la hemorragia por varices esofágicas o gástricas en la que

han fracasado el tratamiento farmacológico y endoscópico. Con la DPPI se consigue

una reducción inmediata del GPP que posibilita el control de la hemorragia.

No obstante, la técnica tiene dos limitaciones relevantes que pueden gravar su

influencia en la mejoría de la supervivencia de los pacientes: a) presenta una tasa

muy alta de disfunciones por estenosis, circunstancia que implica la reaparición de

una hipertensión portal significativa; y b) con su aplicación , una parte de la sangre

del territorio portal se deriva sin pasar por el hígado, circunstancia que conlleva un

riesgo no despreciable de inducción de novo de encefalopatía o de agravamiento de

una encefalopatía preexistente. Por otra parte cabe remarcar que apenas existen

estudios controlados en los que se compare esta modalidad terapéutica con otras

previamente existentes.

De hecho, a pesar de la elevada utilización de la técnica en el tratamiento de la

hemorragia por varices (Escorsell, 2002) y de otras complicaciones de la

hipertensión portal como la ascitis refractaria (Guevara, 1998), las indicaciones de

la DPPI aún no están bien establecidas (Boyer, 2003).

El principal objetivo del segundo estudio de la presente tesis fue analizar una de las

indicaciones emergentes de la DPPI, su aplicación en el SBC, una entidad con unas

características muy diferentes a la cirrosis hepática, la principal causa de

hipertensión portal en nuestro medio.

El SBC es un trastorno primariamente hemodinámico ya que el fenómeno inicial

consiste en la obstrucción total o parcial del flujo a través de las venas

Page 76: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 76 – _________________________________________________________________________________________

suprahepáticas por una lesión endoluminal (trombosis, endoflebitis o membranas),

que se instaura sobre un hígado previamente sano. La resolución precoz de la

lesión, con el restablecimiento del flujo de salida hepático a través de las venas

suprahepáticas, revierte la congestión y así el parénquima hepático recupera su

normal estructura y función. Cuando la obstrucción venosa se mantiene, las

lesiones congestivas y la hipertensión portal se establecen, y la enfermedad

progresa, con un curso potencialmente fatal si no se toman las medidas

terapéuticas oportunas. En los últimos 25 años el tratamiento de referencia ha

consistido en la derivación quirúrgica porto-sistémica con el objetivo de convertir a

la vena porta en la vía de salida del flujo hepático y así evitar la situación de

congestión. Aunque con la cirugía se han conseguido en muchas ocasiones la

resolución del cuadro a largo plazo, se ha comunicado una elevada tasa de

trombosis de la derivación, del orden del 32 %, asociada a una alta morbi-

mortalidad (Panis, 1994). La derivación quirúrgica porto-sistémica presenta otras

importantes limitaciones derivadas de la aplicación de la técnica y de la necesidad

de practicar una laparotomía a pacientes que presentan un riesgo quirúrgico

elevado. Además, la dificultad de realizar una derivación quirúrgica se ve

incrementada por la oclusión total o la compresión parcial de la VCI por una

trombosis asociada o por el lóbulo caudado congestivo que puede ser la causa del

fracaso de la derivación porto o meso-cava. La derivación meso-atrial ha sido la

modalidad más utilizada para superar este obstáculo aunque se asocia a una

importante morbi-mortalidad (Orloff MJ, 2000). Por otra parte es destacable el

hecho de que, en un revisión retrospectiva, el tratamiento quirúrgico derivativo no

se asoció a un mejor pronóstico (Zeitoun, 1999).

La introducción de la DPPI conduce a un escenario muy diferente del previo. Las

bases teóricas que sustentan la preferencia de la DPPI frente la derivación

Page 77: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 77 – _________________________________________________________________________________________

quirúrgica consisten en que aquella evita el riesgo inherente a la cirugía y en que

ésta conduce el flujo hepático de salida hasta el segmento de la VCI proximal a la

zona de compresión de esta vena por el hígado congestivo.

Comprobar en la práctica estas ventajas teóricas, fue el ánimo que inspiró la

implantación en nuestro centro en 1992 de la DPPI como modalidad derivativa de

elección en el tratamiento del SBC. Paralelamente se diseñó un protocolo

diagnóstico y terapéutico para que se aplicara uniformemente a todos los pacientes

y poder así extraer una conclusiones válidas en el momento en que se procediera a

analizar los datos obtenidos.

En el periodo entre 1992 y 1999 se incluyeron 21 pacientes con confirmación

diagnóstica de SBC primario. El profundo y extenso protocolo diagnóstico

encaminado a demostrar la presencia de una hemopatía o de un trastorno de la

coagulación permitió detectar por lo menos un trastorno trombofílico en 20

enfermos; es decir, sólo en un paciente se estableció el diagnóstico de SBC

idiopático. La frecuencia de casos idiopáticos fue muy inferior a la que se

comunicaba en series de la década de los setenta y de los ochenta. (Mitchell,

1982; Hemming, 1996; Ringe, 1995).

Se observaron todas las formas de presentación clínica del SBC. El espectro

comprendió desde un paciente asintomático hasta un enfermo con insuficiencia

hepática fulminante; la presentación clínica más frecuente consistió en malestar

abdominal y ascitis.

Con tratamiento médico (anticoagulación, diuréticos y control de la patología

hematológica subyacente) un total de 8 pacientes presentaron una buena evolución

clínica con desaparición de los síntomas y normalización de los parámetros

analíticos y de la histología hepática obtenida mediante biopsia transyugular. En

uno de estos 8 enfermos, el tratamiento también comprendió la corrección de una

Page 78: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 78 – _________________________________________________________________________________________

estenosis de la vena suprahepática mediante angioplastia. Como era de esperar, la

gravedad de la presentación clínica del SBC en estos pacientes era menor; tenían

una menor puntuación de Child-Pugh, una menor frecuencia de ascitis y unos

valores de transaminasas inferiores a los pacientes que precisaron un tratamiento

derivativo.

Otra diferencia significativa fue la observación de que la mayoría de pacientes a los

que se aplicó un tratamiento derivativo presentaban trombosis de las tres venas

suprahepáticas principales mientras que esta circunstancia acaeció únicamente en

un paciente del grupo que no precisó derivación portosistémica.

La DPPI se indicó en los pacientes que presentaron insuficiencia hepática

progresiva o complicaciones de la hipertensión portal a pesar del tratamiento

médico. Se practicaron 13 DPPI, en 4 casos por insuficiencia hepática, en 7 por

ascitis refractaria, en un caso por hemorragia por varices esofágicas y en otro por

peritonitis bacteriana espontánea. En todos los casos fue técnicamente posible, ya

que a pesar de que la trombosis afecte a las tres ramas suprahepáticas es posible

detectar el punto de salida de estas venas en la VCI y practicar ahí la punción. En 3

casos fue preciso realizar directamente una punción a través de la vena cava

intrahepática, sin que se presentaran complicaciones asociadas. Una vez

conseguida la cateterización de la porta se reinstauraba la descoagulación

sistémica, ya que el trastorno trombofílico subyacente conlleva un riesgo no

despreciable de trombosis temprana de la derivación. La trombosis temprana y

repetida de la comunicación portosistémica en un caso obligó a la práctica de una

derivación quirúrgica. En este caso la evolución posterior, con dilatación

segmentaria de la vía biliar planteó la posibilidad de que fuera una sección de esta

vía la causante de la trombosis repetida por el drenaje de bilis en la derivación.

Page 79: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 79 – _________________________________________________________________________________________

En el resto de pacientes, la DPPI tuvo unos resultados excelentes a corto plazo, con

mejoría del control de la ascitis, mejoría de la función hepática y disminución de las

transaminasas, todo ello asociado en la mayoría de los casos a una reducción de la

hipertensión portal hasta valores inferiores a 12 mmHg. Sólo en un caso, que había

debutado como fallo hepático fulminante en una paciente de 67 años, la mejoría

inicial se siguió de una recidiva del cuadro clínico y del éxitus de la enferma.

El resultado más relevante del estudio ha consistido en objetivar, en el seguimiento

de los pacientes, que la mejoría de la enfermedad congestiva hepática se mantiene

a largo plazo y que la mayoría no precisan otro tratamiento añadido ni presentan

signos de progresión de la hepatopatía. Durante el periodo de seguimiento (0,6 –

7,1 años) sólo se indicó el trasplante hepático en una paciente porque se evidenció

insuficiencia hepática, ascitis refractaria y signos de cirrosis hepática en la

histología de la biopsia obtenida por vía transyugular. Cabe exponer que durante el

seguimiento, además de un control clínico y ecográfico se realizaron revisiones

periódicas de la permeabilidad de la prótesis y del gradiente de presión a la que

está sometido el hígado.

La tasa de disfunción de la DPPI fue elevada, circunstancia similar a la que se

observa en pacientes cirróticos. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en estos

enfermos, en los pacientes con SBC la oclusión completa del tracto intrahepático no

se siguió de la reaparición de hipertensión portal, ya que el GPVH fue normal, y no

se observaron signos analíticos o clínicos sugestivos de la presencia de una

hepatopatía significativa; la ecografía puso de manifiesto la existencia de una

extensa red de colaterales intra y extrahepáticas. Es posible que la DPPI haya

servido para ganar tiempo hasta el desarrollo de colaterales porto-sistémicas

suficientes como para mantener la descompresión del hígado a pesar de la oclusión

del procedimiento derivativo. El hecho de que los pacientes afectos de SBC

Page 80: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Discusión - 80 – _________________________________________________________________________________________

asintomático presenten un mayor número de colaterales espontáneas intra o

extrahepáticas que los pacientes con formas sintomáticas de la enfermedad apoya

este hecho (Hadengue,1994).

En conclusión, el SBC requiere de un manejo multidisciplinar. Es absolutamente

necesario dilucidar cuál es la mejor opción terapéutica de una manera

individualizada. En un grupo de pacientes el tratamiento pueden ser

exclusivamente médico; en ocasiones los enfermos pueden beneficiarse de la

angioplastia o de la colocación de prótesis sobre una estenosis clínicamente

significativa. Cuando la patología progresa a pesar del tratamiento médico, se debe

realizar una derivación portosistémica. La DPPI es una técnica derivativa segura y

eficaz , ya que consigue una probabilidad de supervivencia similar a la de los

pacientes con formas más leves de SBC.

Page 81: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Conclusiones - 81 – _________________________________________________________________________________________

_____________________________________________CONCLUSIONES

Page 82: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Conclusiones - 82 – _________________________________________________________________________________________

Estudio 1

1. En pacientes con hepatopatía crónica por VHC la medición del GPVH es

equivalente a la medición del GPP ya que la PSE refleja adecuadamente la

presión portal. En esta patología se puede, pues, utilizar el GPVH como

equivalente de la presión portal de la misma forma que se realiza en la

cirrosis de origen enólico.

2. En cambio, con independencia de la etiología de la hepatopatía crónica,

cuando la perfusión portal se encuentra comprometida por la presencia de

flujo hepatofugal o de una trombosis, existe una elevada probabilidad de que

el GPVH sobreestime el GPP real.

3. Los cambios de la hemodinámica esplácnica en repuesta a la administración

de propranolol son evaluables mediante el cateterismo de venas

suprahepáticas, ya que existe una buena concordancia entre la modificación

del GPP y la del GPVH.

Estudio 2:

4. Parte de los pacientes con SBC, con índices clínico-analíticos

correspondientes a formas leves de SBC, pueden manejarse de forma

satisfactoria sólo con tratamiento médico y anticoagulación.

5. Un elevado índice de sospecha, incluyendo exámenes ultrasonográficos

detallados, permiten efectuar un cateterismo diagnóstico en fases precoces

de la enfermedad, antes de que sea necesario el tratamiento derivativo.

6. En los pacientes con SBC más avanzado, que no responden al tratamiento

médico, la DPPI constituye un tratamiento seguro y eficaz; ya que la

supervivencia que se alcanza es similar a la que presentan los pacientes con

formas leves de Budd-Chiari que no requieren tratamiento derivativo, y en

Page 83: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Conclusiones - 83 – _________________________________________________________________________________________

un seguimiento a largo plazo la mayoría de pacientes no requieren ningún

otro tratamiento invasivo.

7. Con la aplicación de protocolos diagnósticos encaminados a demostrar la

existencia de una hemopatía o de un trastorno de la coagulación, puede

establecerse un diagnóstico etiológico del SBC en la gran mayoría de los

casos. En nuestro medio las causas más frecuentes de SBC son los

síndromes mieloproliferativos, la hemoglobinuria paroxística nocturna y el

síndrome antifosfolípido primario. En la serie que se ha presentado un 10 %

de los casos tenían más de una enfermedad que podía ocasionar un

síndrome de hipercoagulabilidad. El conocimiento de la enfermedad de base

posibilitará la instauración de un tratamiento más individualizado.

Page 84: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 84 – ________________________________________________________________________________________

____________________________________________BIBLIOGRAFIA

Page 85: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 85 – ________________________________________________________________________________________

Abbitt PL (2002). Ultrasonography of the liver. An update on new applications.

Clin Liver Dis, 6: 17-28.

Abecasis R, Kravetz D, Fassio E, Ameigeiras B, García D, Isla R, et al (2003).

Nadolol plus spironolactone in the prophylaxis of first variceal bleed in nonascitic

cirrhotic patients: A preliminary study. Hepatology, 37: 359-65.

Abraldes JG, Tarantino I, Turnes J, García-Pagan JC, Rodés J, Bosch J (2003).

Hemodynamic response to pharmacological treatment of portal hypertension and

long-term prognosis of cirrhosis. Hepatology, 37: 902-8.

Ahn SS, Yellin A, Sheng FC, Colonna JO, Goldstein LI, Busuttil RW (1987).

Selective surgical therapy of the Budd-Chiari syndrome provides superior

survivor rates than conservative medical management. J Vasc Surg, 5: 28-37.

Albillos A, Colombato LA, Groszmann RJ (1992). Vasodilation and Na retention in

prehepatic portal hipertensión. Gastroenterology, 102: 931–5.

Albillos A, Colombato LA, Lee FY, Groszmann RJ (1993). Chronic octreotide

treatment ameliorates peripheral vasodilation and prevents sodium retention in

portal hypertensive rats. Gastroenterology, 104: 568–72.

Alter HJ, Seeff LB (2001). Recovery, persistence and sequelae in hepatitis C virus

infection: a perspective on long-term outcome. Semin Liver Dis, 20:17.

Anderson S, Nevins CL, Green LK, El-Zimaity H, Anand BS (2001). Assessment of

Liver histology in chronic alcoholics with and without hepatitis C virus infection.

Digest Dis Sci, 46: 1393-8.

Armonis A, Patch D, Burroughs AK (1997). Hepatic venous pressure

measurement: an old test as a new prognostic marker in cirrhosis? Hepatology,

25: 245–9.

Armstrong PK, MacLeod C (2003). Infection of transjugular intrahepatic

portosystemic shunt devices: three cases and a review of the literature. Clin

Infect Dis, 36: 407-12.

Page 86: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 86 – ________________________________________________________________________________________

Arroyo V, Planas R, Gaya J, Deulofeu R, Rimola A, Perez-Ayuso RM, et al (1983).

Sympathetic nervous activity, renin-angiotensin system and renal excretion of

prostaglandin E2 in cirrhosis. Relationship to functional renal failure and sodium

and water excretion. Eur J Clin Invest, 13: 271-8.

Bandi JC, García-Pagan JC, Escorsell A, Francois E, Moitinho E, Rodés J, et al

(1998). Effects of propranolol on the hepatic hemodynamic response to physical

exercise in patients with cirrhosis. Hepatology, 28: 677-82.

Bañares R, Moitinho E, Matilla A, García-Pagan JC, Lampreave JL, Piera C, et al

(2002). Randomized comparison of long-term carvedilol and propranolol

administration in the treatment of portal hypertension in cirrhosis. Hepatology,

36: 1367-73.

Bauret B, Mirouze D, Bories P, Mourrut C, Bruel JM, Michel H (1989).

Encéphalopathie hépatique cronique du cirrhotique et anastomose porto-cave

spontanée. Etude manometrique et angiographique portale. Gastroen Clin Biol,

13: 132-5.

Bellis L, Berzigotti A, Abraldes JG, Moitinho E, García-Pagan JC, Bosch J, et al

(2003). Low doses of isosorbide mononitrate attenuate the postprandial increase

in portal pressure in patients with cirrhosis. Hepatology, 37: 378-84.

Bendsten F, Schifter S, Herinksen JH (1991). Increased circulating calcitonin

gene-related peptide (CGRP) in cirrhosis. J Hepatol, 12: 118–23.

Bismuth H, Sherlock DJ (1991). Portasystemic shunting versus liver

transplantation for the Budd-Chiari syndrome. Ann Surg, 214: 581-9.

Blum U, Rossle M, Haag K, Ochs A, Blum HE, Hauenstein KH, et al (1995). Budd-

Chiari syndrome: technical, hemodynamic, and clinical results of treatment with

transjugular intrahepatic portosystemic shunt. Radiology, 197: 805-11.

Bolondi L, Gandolf L, Arienti V, Caletti GC, Corcioni E, Gasbarrini G, et al (1982).

Ultrasonography in the diagnosis of portal hypertension: dismished response of

portal vessels to respiration. Radiology, 142: 167-72.

Page 87: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 87 – ________________________________________________________________________________________

Bolondi L, Gaiani S, Li BS, Zironi G, Bonino F, Brunetto M, et al (1991). Diagnosis

of Budd-Chiari Syndrome by pulsed Doppler ultrasound. Gastroenterology,

100:1324-31.

Bosch J, Arroyo V, Betriu A, Mas A, Carrilho F, Rivera F, et al (1980). Hepatic

hemodynamics and the renin-angiotensin-aldosterone system in cirrhosis.

Gastroenterology, 78: 92-9.

Bosch J (1984). ¿Por qué sangran las varices?. Med Clin (Barc), 82: 401–3.

Bosch J, Mastai R, Kravetz D, Navasa M, Rodés J (1986). Hemodynamic

evaluation of the patient with portal hypertension. Semin Liver Dis, 6: 309-17.

Bosch J, Navasa M, García Pagán JC, de Lacy AM, Rodés J (1989). Portal

hypertensión. Med Clin North Am, 73: 931-53.

Bosch J (1999). TIPS: The first decade. En: Arroyo V, Bosch J, Bruguera M,

Rodés J, Sánchez Tapias JM (eds). Treatment of liver diseases. Barcelona,

Masson: 3–5.

Bosch J, García Pagán JC (2000). Complications of cirrhosis. I. Portal

hypertension. J Hepatol, 32 (suppl. 1): 141-56.

Bosch J (2002). A la carte or menu fixe: Improving pharmacologic therapy of

portal hypertension. Hepatology, 36: 1330-2.

Bosch J, Abraldes JG, Groszmann R (2003). Current management of portal

hypertension. J Hepatol, 38 (suppl 1): S54-68.

Bosch Genover J (2000). Hipertensión portal. En: Rozman C (ed). Medicina

Interna. Madrid, Harcourt: 354–69.

Bourlière M, Le Treut YP, Arnoux D, Castellani P, Bordigoni L, Maillot A, et al

(1990). Acute Budd-Chiari syndrome with hepatic failure and obstruction of the

inferior vena cava as presenting manifestation of hereditary protein C deficiency.

Gut, 31: 949-52.

Page 88: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 88 – ________________________________________________________________________________________

Boustière C, Dumas O, Jouffre C, Letard JC, Patouillard B, Etaix JP, et al (1993).

Endoscopic ultrasonography classification of gastric varices in patients with

cirrhosis. Comparison with endoscopic findings. J Hepatol, 19 : 268-72.

Boyer TD, Triger DR, Horisawa M, Redeker AG, Reynolds TB (1977). Direct

transhepática measurement of portal vein pressure using a thin needle.

Comparison with wedged hepatic vein pressure. Gastroenterology, 72: 584–9.

Boyer TD, Henderson JM (1996). Portal hypertension and bleeding esopphageal

varices. En: Zakim D, Boyer TD (eds). Hepatology. A textbook of liver disease.

Philadelphia, WB Saunders; 720-63.

Boyer TD (2003). Transjugular intrahepatic portosystemic shunt: current status.

Gastroenterology, 124: 1700-10.

Brancaccio V, Lannaccone L, Margaglione M, Guardascione MA, Amitrano L

(2002). Multiple thrombophilic factors in a patient with Budd-Chiari syndrome.

Clin Lab Haematol, 24: 61-3.

Brancatelli G, Federle MP, Grazzioli L, Golfieri R, Lencioni R (2002). Large

regenerative nodules in Budd-Chiari syndrome and other vascular disorders of the

liver: CT and MR imaging findings with clinicopathologic correlation. AJR Am J

Roentgenol, 178: 877–83.

Brouwer A, Wisse E, Knook DL (1988). Sinusoidal endothelial cells and

perisinusoidal fat-storing cells. En: Arias, Jakoby, Popper, Schachter, Shafritz

(eds). The liver. Biology and Pathobiology. New York, Raven Press; 665–82.

Bureau C, Peron JM, Alric L, Morales J, Sanchez J, Barange K, et al (2002). "A La

Carte" treatment of portal hypertension: Adapting medical therapy to

hemodynamic response for the prevention of bleeding. Hepatology, 36: 1361-6.

Burroughs AK, Hons ChB, Patch D (1999). Transjugular intrahepatic

portosystemic shunt. Semin Liver Dis, 19: 457-73.

Burroughs AK, Groszmann R, Bosch J, Grace N, García-Tsao G, Patch D, et al

(2002). Assessment of therapeutic benefit of antiviral therapy in chronic hepatitis

C: is hepatic venous pressure gradient a better end point? Gut,50: 425-7.

Page 89: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 89 – ________________________________________________________________________________________

Caletti G, Brochi E, Baraldini M, Ferrari A, Gibilaro M, Barbara L (1990).

Assessment of portal hypertension by endoscopic ultrasonography. Gastrointest

Endosc, 36: S21-S27.

Campra JL, Reynolds TB (1988). The hepatic circulation. En: Arias, Jakoby,

Popper, Schachter, Shafritz (eds). The liver. Biology and Pathobiology. New York,

Raven Press; 911–30.

Casado M, Bosch J, García-Pagan JC, Bru C, Bañares R, Bandi JC, et al (1998).

Clinical events after transjugular intrahepatic portosystemic shunt: correlation

with hemodynamic findings. Gastroenterology, 114: 1296-303.

Ceretti AP, Intra M, Opocher E, Santambrogio R, Castrucci M, Spina GP (1997).

Application of self-expandable metallic stents in the inferior vena cava followed

by portosystemic shunt in the treatment of primary Budd-Chiari syndrome

complicated by caval obstruction. Surgery, 122: 964-6.

Chawla Y, Kumar S, Dhiman RK, Suri S, Dilawari JB (1999). Duplex Doppler

sonography in patients with Budd-Chiari syndrome. J Gastroen Hepatol,14: 904-7.

Chesner MI, Muller S, Newman J (1986). Ulcerative colitis complicated by Budd-

Chiari syndrome. Gut,27: 1096-100.

Colapinto RF, Stronell RD, Gildiner M, Ritchie AC, Langer B, Taylor BR, et al

(1983). Formation of intrahepatic portosystemic shunts using a balloon dilatation

catheter: preliminary clinical experience. AJR Am J Roentgenol; 140: 709-14.

Corbella X, Casanovas T, Benasco C, Casais L (1991). Budd-Chiari syndrome

complicating Behcet's disease. Am J Gastroenterol;86: 526-7.

D’Amico G, Luca A (1997). Natural history. Clinical-haemodynamic correlations.

Predictions of the risk of bleeding. Baillieres Best Pract Res Clin Gastroenterol, 11:

243-56.

Das M, Carroll SF (1985). Antitrombin III: Deficiency: An etiology of Budd-Chiari

syndrome Surgery,97: 242-45.

Page 90: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 90 – ________________________________________________________________________________________

Debernardi-Venon W, Baronio M, Leone N, Rolfo E, Fadda M, Barletti C, et al

(2003). Effects of long-term Irbesartan in reducing portal pressure in cirrhotic

patients: comparison with propranolol in a randomised controlled study. J

Hepatol, 38: 455-60.

De BK, Sen S, Biswas PK, Mandal SK, Das D, Das U, et al (2002). Bandyopadhyay

K. Occurrence of hepatopulmonary síndrome in Budd-Chiari síndrome and the role

of venous decompression. Gastroenterology, 122: 897–903.

De Franchis R, Primignani M (2001). Natural history of portal hypertension in

patients with cirrhosis. Clin Liver Dis, 5: 645-63.

Deplano A, Migaleddu V, Pischedda A, Garrucciu G, Gregu G, Multinu C, et al

(1999). Portohepatic gradient and portal hemodynamics in patients with cirrhosis

due to hepatitis C virus infection. Digest Dis Sci, 44: 155-62.

De Stefano V, Teofili L, Leone G, Michiels JJ (1997). Spontaneous erythroid

colony formation as the clue to an underlying myeloproliferative disorder in

patients with Budd-Chiari syndrome or portal vein thrombosis. Semin Thromb

Hemost, 23: 411-8.

Deltenre P, Denninger MH, Hillaire S, Guillin MC, Casadevall N, Briere J, et al

(2001). Factor V Leiden related Budd-Chiari syndrome. Gut, 48: 264-8.

Denninger MH, Helley D, Valla D, Guillin MC (1997). Prospective evaluation of the

prevalence of factor V Leiden mutation in portal or hepatic vein thrombosis.

Thromb Haemost, 78: 1297-8.

Emre A, Kalayci G, Ozden I, Bilge O, Acarli K, Kaymakoglu S, et al (2000).

Mesoatrial shunt in Budd-Chiari syndrome. Am J Surg, 179: 304-8.

Emre A, Ozden I, Poyanli A, Bilge O (2001). Vena cava stenting and portorenal

shunt in Budd-Chiari syndrome: combination of the 'modern' and the 'classical'.

Digest Surg, 18: 223-5.

Escorsell A, Bordas JM, Feu F, García-Pagán JC, Ginés A, Bosch J et al (1997).

Endoscopic assessment of variceal volume and wall tension in cirrhotic patients:

effects of pharmacological therapy. Gastroenterology, 113: 1640–6.

Page 91: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 91 – ________________________________________________________________________________________

Escorsell A, Bordas JM, Castañeda B, Llach J, García-Pagan JC, Rodés J, et al

(2000). Predictive value of the variceal pressure response to continued

pharmacological therapy in patients with cirrhosis and portal hypertension.

Hepatology, 31: 1061-7.

Escorsell A, Bañares R, García-Pagan JC, Gilabert R, Moitinho E, Piqueras B, et al

(2002). TIPS versus drug therapy in preventing variceal rebleeding in advanced

cirrhosis: a randomized controlled trial. Hepatology, 35: 385-92.

Espinosa G, Font J, García-Pagan JC, Tassies D, Reverter JC, Gaig C, et al (2001).

Budd-Chiari syndrome secondary to antiphospholipid syndrome: clinical and

immunologic characteristics of 43 patients. Medicine (Baltimore), 80: 345-54.

Fevery J, Nevens F (2000). Oesophageal varices: assessment of the risk of

bleeding and mortality. J Gastroen Hepatol, 15: 842-8.

Fernández M, García-Pagán JC, Casadevall M, Mourelle MI, Piqué JM, Bosch J, et

al (1996). Acute chronic cyclooxigenase blockade in portal hypertensive rats.

Influence on nitric oxide biosíntesis. Gastroenterology, 110: 1529-30.

Feu F, García-Pagán JC, Bosch J, Luca A, Terés J, Escorsell A, et al (1995).

Relation between portal pressure response to pharmacotherapy and risk of

recurrent variceal haemorrhage in patients with cirrhosis. Lancet, 346: 1056-9.

Fisher NC, McCafferty I, Dolpaci M, Wali M, Buckels JAC, Olliff SP, Elias E (1999).

Managing Budd-Chiari syndrome: a retrospective review of percutaneous hepatic

vein angioplasty and surgical shunting. Gut , 44: 568-74.

Frank JW, Kamath PS, Stanson AW (1994). Budd-Chiari syndrome: early

intervention with angioplasty and thrombolytic therapy. Mayo Clin Proc, 69: 877-

81.

Ganger DR, Klapman JB, McDonald V, Matalon TA, Kaur S, Rosenblate H, et al

(1999). Transjugular intrahepatic portosystemic shunt (TIPS) for Budd-Chiari

syndrome or portal vein thrombosis: review of indications and problems. Am J

Gastroenterol, 94: 603-8.

Page 92: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 92 – ________________________________________________________________________________________

Ganguli SC, Ramzan NN, McKusick MA, Andrews JC, Phyliky RL, Kamath PS

(1998). Budd-Chiari syndrome in patients with hematological disease: a

therapeutic challenge. Hepatology, 27: 1157-61.

Gannon BJ, Perry MA (1989). Histoanatomy and ultrastructure of vasculature of

alimentary tract. En. Schultz SG, Wood JD (eds). Handbook of physiology. The

gastrointestinal system. Philadelphia , American Physiological Society; 1301–34.

García-Torres M, Zaragoza A, Giner R, Primo J, Del Olmo J (2003). Incidence and

epidemiological factors of hepatocellular carcinoma in Valencia during the year

2000. Rev Esp Enferm Dig, 95: 381-4.

García-Tsao G, Gorszmann RJ, Fisher RI, Conn HO, Atterbuty CE, Glickman M

(1985). Portal pressure, presence of gastroesophageal varices and variceal

bleeding. Hepatology, 5: 419–24.

García-Pagán JC, Feu F, Bosch J, Rodés J (1991). Propranolol compared with

propranolol plus isosorbide-5-mononitrate for portal hypertension in cirrhosis. A

randomized controlled study. Ann Inter Med, 114: 869-73.

García-Pagan JC, Feu F, Castells A, Luca A, Hermida RC, Rivera F, et al (1994).

Circadian variations of portal pressure and variceal hemorrhage in patients with

cirrhosis. Hepatology, 19: 595-601.

García-Pagan JC, Morillas R, Bañares R, Albillos A, Villanueva C, Vila C, et al;

Spanish Variceal Bleeding Study Group (2003). Propranolol plus placebo versus

propranolol plus isosorbide-5-mononitrate in the prevention of a first variceal

bleed: a double-blind RCT. Hepatology, 37: 1260-6.

Gasparini D, Del Forno M, Sponza M, Branca B, Toniutto P, Marzio A, et al (2002).

Transjugular intrahepatic portosystemic shunt by direct transcaval approach in

patients with acute and hyperacute Budd-Chiari síndrome. Eur J Gastroen Hepat,

14: 567–71.

Genecin P, Polio J, Groszmann RJ (1990). Na restriction blunts expansion of

plasma volume and ameliorates hyperdynamic circulation in portal hipertensión.

Am J Physiol, 259: G458-G503.

Page 93: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 93 – ________________________________________________________________________________________

Gibson PR, Hebbard GS, Gibson RN, Firkin AG, Bhathal PS (1993). Percutaneous

transhepatic measurement of the pressure gradient between the portal and

hepatic veins. Aust NZ J Med, 23: 374-80.

Gillams A, Dick R, Platts A, Irving D, Hobbs K (1991). Dilatation of the inferior

vena cava using an expandable metal stent in Budd-Chiari syndrome. J Hepatol,

13: 149-51.

Grant WJ, McCashland T, Botha JF, Shaw BW, Sudan DL, Mejia A, et al (2003).

Acute Budd-Chiari syndrome during pregnancy: surgical treatment and

orthotopic liver transplantation with successful completion of the pregnancy.

Liver Transpl, 9: 976-9.

Graupera M, García-Pagan JC, Titos E, Claria J, Massaguer A, Bosch J, et al

(2002). 5-lipoxygenase inhibition reduces intrahepatic vascular resistance of

cirrhotic rat livers: a possible role of cysteinyl-leukotrienes. Gastroenterology,

122: 387-93.

Graupera M, García-Pagan JC, Abraldes JG, Peralta C, Bragulat M, Corominola H,

et al (2003). Cyclooxygenase-derived products modulate the increased

intrahepatic resistance of cirrhotic rat livers. Hepatology, 37: 172-81.

Greenwood LH, Yrizarry JM, Hallet JW, Scoville GS (1983). Urokinase treatment

of Budd-Chiari syndrome. AJR Am J Roentgenol, 141: 1057-9.

Groszmann RJ, Glickman M, Blei AT, Storer E (1979). Wedged and free hepatic

venous pressure measured with a balloon catheter. Gastroenterology, 76: 253-8.

Groszmann RJ, Atterbury CE (1982). Portal hypertension: classification and

pathogenesis. Semin Liver Dis, 2: 177–86.

Groszmann RJ, Bosch J, Grace ND, Conn HO, García-Tsao G, Navasa M, et al

(1990). Hemodynamic events in a prospective randomized trial of propranolol vs

placebo in the prevention of a first variceal hemorrhage. Gastroenterology, 99:

1401-7.

Page 94: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 94 – ________________________________________________________________________________________

Guevara M, Gines P, Bandi JC, Gilabert R, Sort P, Jimenez W, et al (1998).

Transjugular intrahepatic portosystemic shunt in hepatorenal syndrome: effects

on renal function and vasoactive systems. Hepatology, 28: 416-22.

Gupta TK, Toruner M, Chung MK, Groszmann RJ (1998). Endothelial dysfunction

and decreased production of nitric oxide in the intrahepatic microcirculation of

cirrhotic rats. Hepatology, 28: 926-31.

Guyton AC (1986). Physics of blood flow and pressure: hemodynamics. En:

Guyton AC (ed). Textbook of medical physiology. WB Saunders, Philadelphia;

206-17.

Hadengue A, Poliquin M, Vilgrain V, Belghiti J, Degott C, Erlinger S, et al (1994).

The changing scene of hepatic vein thrombosis: recognition of asymptomatic

cases. Gastroenterology, 106: 1042-7.

Halff G, Todo S, Tzakis AG, Gordon RD, Starzl TE (1990). Liver transplantation

for the Budd-Chiari syndrome. Ann Surg, 211: 43-9.

Hemming AW, Langer B, Greig P, Taylor BR, Adams R, Heathcote EJ (1996).

Treatment of Budd-Chiari syndrome with portosystemic shunt or liver

transplantation. Am J Surg, 171: 176-80.

Henderson JM, Warren D, Millikan WJ, Galloway JR, Kawasaki S, Stahl RL, et al

(1990). Surgical options, hematologic evaluation and pathologic changes in Budd-

Chiari Syndrome. Am J Surg, 159: 41-8.

Hill MC, Dach JL, Shawker TH (1985). Ultrasonography in portal hypertension.

Clinical Gastroenterol, 14: 83-104.

Ishiguchi T, Fukatsu H, Itoh S, Shimamoto K, Sakuma S (1992). Budd-Chiari

syndrome with long segmental inferior vena cava obstruction: treatment with

thrombolysis, angioplasty, and intravascular stents. J Vasc Interv Radiol, 3: 421-

5.

Iwakiri Y, Cadelina G, Sessa W, Groszmann RJ (2002). Mice with targeted

delection of eNOS develop hyperdynamic circulation associated with portal

hypertension. Am J Physiol Gastrointest Liver Physiol, 283: G1074-81.

Page 95: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 95 – ________________________________________________________________________________________

Iwao T, Toyonaga A, Ikegami M, Sumino M, Oho K, Sakaki M, et al (1994).

Wedged hepatic venous pressure reflects portal venous pressure during

vasoactive drug administration in non-alcoholic cirrhosis. Digest Dis Sci, 39:

2439-44.

Jalan R, Harrison DJ, Redhead DN, Hayes PC (1996). Transjugular intrahepatic

portosystemic stent-shunt (TIPSS) occlusion and the role of biliary venous

fistulae. J Hepatol, 24: 169-76.

Jamieson NV, Williams R, Calne RY (1991). Liver transplantation for Budd-Chiari

syndrome. Ann Chir, 45: 362-5.

Janssen H L, Meinardi JR, Vleggaar FP, van Uum SH, Haagsma EB, Der Meer FJ,

et al (2000). Factor V Leiden mutation, prothrombin gene mutation, and

deficiencies in coagulation inhibitors associated with Budd-Chiari syndrome and

portal vein thrombosis: results of a case-control study. Blood, 96: 2364-8.

Janssen H L, García-Pagán JC, Elias E, Mentha G, Handengue A, Valla DC, for the

European group for the study of vascular disorders of the liver (2003). Budd-

Chiari syndrome: a review by an expert panel. J Hepatol, 38: 364-71.

Jones AL (1990). Anatomy of the normal liver. En: Zakim D, Boyer TD (eds).

Hepatology. A textbook of liver diseases. WB Saunders, Philadelphia; 3–30.

Kane R, Eustace S (1995). Diagnosis of Budd-Chiari syndrome: Comparison

between sonography and MR angiography. Radiology, 195: 117-121.

Kawaguchi T, Sata M, Ono N, Sakisaka S, Koga H, Ijuin H, et al (1999). Budd-

Chiari syndrome complicated by hepatocellular carcinoma with no evidence of

infection with hepatitis virus: a case report. Hepato-gastroenterol, 46: 3237-40.

Kim T, Shijo H, Kowaka H, Tokimtsu H, Kubara K, Ota K et al (1997). Risk factors

for hemorrhage from gastric fundal varices. Hepatology, 25: 307–12.

Kleber G, Steudel N, Behrmann C, Zipprich A, Hubner G, Lotterer E, et al (1999).

Hepatic arterial flow volume and reserve in patients with cirrhosis: use of intra-

arterial Doppler and adenosine infusion. Gastroenterology, 116: 906-14.

Page 96: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 96 – ________________________________________________________________________________________

Klein AS, Sitzmann JV, Coleman J, Herlong FH, Cameron JL (1990). Current

management of the Budd-Chiari syndrome. Ann Surg, 212: 144-9.

Kohli V, Pande GK, Dev V, Reddy KS, Kaul U, Nundy S (1993). Management of

hepatic venous outflow obstruction. Lancet, 342: 718-22.

Kugelmas M (1998). Budd-Chiari syndrome. Treatment options and the value of

liver transplantation. Hepato-gastroenterol, 45: 1381-6.

Kumar KS, Malet PF, Rutherford C (2000). Paroxysmal nocturnal hemoglobinuria

with no evidence of hemolysis presenting as Budd-Chiari syndrome. Digest Dis

Sci, 45: 2238-9.

Kuo PC, Johnson LB, Hastings G, Pais SO, Plotkin JS, Orens JB, et al (1996).

Fulminant hepatic failure from the Budd-Chiari syndrome. A bridge to

transplantation with transjugular intrahepatic portosystemic shunt.

Transplantation, 62: 294-6.

Kwan T, Hansard P (1992). Recombinant tissue-plasminogen activator for acute

Budd-Chiari syndrome secondary to paroxysmal nocturnal hemoglobinuria. NY

State J Med, 92: 109-10.

Langnas A, Sorrell M (1993). The Budd-Chiari Syndrome: A therapeutic gordian

knot?. Semin Liver Dis,13: 352-9.

Lebrec D, De Fleuny P, Rueff B, Nahum H, Benhamou JP (1980). Portal

hypertension size of the varices aand risk of gastrointestinal bleeding in alcoholic

cirrhosis. Gastroenterology, 79: 1139–44.

Leebeek FW, Lameris JS, van Buuren HR, Gomez E, Madretsma S, Sonneveld P

(1998). Budd-Chiari syndrome, portal vein and mesenteric vein thrombosis in a

patient homozygous for factor V Leiden mutation treated by TIPS and

thrombolysis. Br J Haematol, 102: 929-31.

Liebowsky HR (1961). Pathogenesis of esophageal varix rupture. JAMA, A5: 138–

43.

Page 97: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 97 – ________________________________________________________________________________________

Lin HC, Tsai YT, Lee FY, Chang TT, Wang SS, Lay CS, et al (1989). Comparison

between portal vein pressure and wedged hepatic vein pressure in hepatitis B-

related cirrhosis. J Hepatol, 9: 326-30.

Maetani Y, Itoh K, Egawa H, Haga H, Sakurai T, Nishida N, et al (2002). Benign

hepatic nodules in Budd-Chiari syndrome: radiologic-pathologic correlation with

emphasis on the central scar. AJR Am J Roentgenol, 178: 869-75.

Malkowski P, Michalowicz B, Pawlak J, Nyckowski P, Wroblewski T, Grzelak I et al

(2002). Liver transplantation in patients with Budd-Chiari syndrome.

Transplantation Proceedings, 34: 629-30.

McKusick MA (2001). Imaging findings in Budd-Chiari syndrome. Liver Transpl,

7: 743-4.

McMullin MF, Hillmen P, Jackson J, Ganly P, Luzzatto L (1994). Tissue

plasminogen activator for hepatic vein thrombosis in paroxysmal nocturnal

haemoglobinuria. J Intern Med, 235: 85-9.

Merckel C, Bolognesi M, Bellon S, Zuin R, Noventa F, Finuci G, et al (1992).

Prognostic usefulness of hepatic vein catheterization in patients with cirrhosis

and esophageal varices. Gastroenterology, 102: 973-9.

Merckel C, Sacerdoti D, Bolognesi M, Bombonato G, Gatta A (1998). Doppler

sonography and hepatic vein catheterization in portal hypertension: assessment

of agreement in evaluationg severity and response to treatment. J Hepatol, 28:

622-30

Merckel C, Sacerdoti D, Bolognesi M, Enzo E, Marin R, Bombonato G, et al

(1997). Hemodynamic evaluation of the addition of isosorbide-5-mononitrate to

nadolol in cirrhotic patients with insufficient response to the beta-blocker alone.

Hepatology, 26: 34-39.

Merli M, Nicolini G, Angeloni S, Rinaldi V, De Santis A, Merkel C, et al (2003).

Incidence and natural history of small esophageal varices in cirrhotic patients. J

Hepatol, 38: 266-72.

Page 98: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 98 – ________________________________________________________________________________________

Michl P, Bilzer M, Waggershauser T, Gulberg V, Rau HG, Reiser M, et al (2000).

Successful treatment of chronic Budd-Chiari syndrome with a transjugular

intrahepatic portosystemic shunt. J Hepatol, 32: 516-20.

Miller LS, Schiano TD, Adrain AL, Cassidy M, Liu JB, Ter H et al (1996).

Comparison of high-resolution endoluminal sonography to video endoscopy in the

detection and evaluation of esophageal varices. Hepatology, 24: 552-5.

Millikian W, Henderson JM, Sewell CW, Guyton RA, Potts JR, Cranford CA, Cramer

AR, Galambos JT, Warren WD (1985). Approach to the spectrum of Budd-Chiari

syndrome: Which patients require portal decompression?. Am J Surg, 149:167-76.

Minnema MC, Janssen HL, Niermeijer P, de Man RA (2000). Budd-Chiari

syndrome: combination of genetic defects and the use of oral contraceptives

leading to hypercoagulability. J Hepatol, 33: 509-12.

Mitchell MC, Boitnott JK, Kaufman S, Cameron JL, Maddrey WC (1982). Budd-

Chiari syndrome: etiology, diagnosis and management. Medicine (Baltimore), 61:

199-218.

Moal F, Vuillemin E, Wang J, Veal N, Oberti F, Cales P (2001). Chronic antifibrotic

and hemodynamic effects of a new liver specific NO donor (V-pyrro/NO) in bile

duct ligated rats. Hepatology, 32: 186 A.

Moitinho E, Escorsell A, Bandi JC, Salmerón JM, García- Pagán JC, Rodés J, et al

(1999). Prognostic value of early measurements of portal pressure in acute

variceal bleeding. Gastroenterology, 117: 626–31.

Moller S, Gulberg V, Henriksen JH, Gerbes AL (1995). Endothelin-1 and

endothelin-3 in cirrhosis: relations to systemic and splanchnic haemodynamics. J

Hepatol, 23: 135-44.

Murphy S, Peterson P, Iland H, Laszlo J (1997). Experience of the Polycythemia

Vera Study Group with essential thrombocythemia: a final report on diagnostic

criteria, survival, and leukemic transition by treatment. Semin Hematol, 34: 29-

39.

Page 99: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 99 – ________________________________________________________________________________________

National Institutes of Health consensus development conference statement:

management of hepatitis C 2002 (2002). Gastroenterology, 123: 2082-99.

Navasa M, Parés A, Bruguera M, Caballería J, Bosch J, Rodés J (1987). Portal

hypertension in primary biliary cirrhosis. Relationship with histological features. J

Hepatol, 5: 292-8.

Ochs A, Sellinger M, Haag K, Noldge G, Herbst EW, Walter E, et al (1993).

Transjugular intrahepatic portosystemic stent-shunt (TIPS) in the treatment of

Budd-Chiari syndrome. J Hepatol, 18: 217-25.

Okuda K, Matsutani S (1991). Portal-systemic collaterals. Anatomy and clinical

implications. En: Okuda K, Benhamou JP (eds). Portal hypertension. Clinical and

physiological aspects. Springer-Verlag, New York, 1991; 51–62.

Okuda K (2002). Inferior vena cava thrombosis at its hepatic portion (obliterative

hepatocavopathy). Semin Liver Dis, 22: 15-26.

Okudaira M (1991). anatomy of the portal vein system and hepatic vasculature.

En: Okuda K, Benhamou JP (eds). Portal hypertension: clinical and physiological

aspects. Springer Verlag, New York; 3–12.

Oldhafer KJ, Frerker M, Prokop M, Lang H, Boker K, Pichlmayr R (1998). Two-

step procedure in Budd-Chiari syndrome with severe intrahepatic vena cava

stenosis: vena cava stenting and portocaval shunt. Am J Gastroenterol, 93:

1165-6.

Oner AF, Arslan S, Caksen H, Ceylan A (1999). Budd-Chiari syndrome in a

patient heterozygous for both factor V Leiden and the G20210A mutation on the

prothrombin gene. Thromb Haemostasis, 82: 1366-7.

Orloff LA and Orloff MJ (1999). Budd-Chiari syndrome caused by Behcet’s disease:

treatment bay side-to-side portacaval shunt. J Am Coll Surg, 188: 396-407.

Orloff MJ (1987). Portal-systemic shunts for Budd-Chiari syndrome. Hepatology,

7: 1389-91.

Orloff MJ, Girard B (1989). Long term results of treatment of Budd-Chiari

syndrome by side to side portacaval shunt. Surg Gynecol Obstet, 168: 33-41.

Page 100: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 100 – ________________________________________________________________________________________

Orloff MJ, Daily PO, Girard B (1992). Treatment of Budd-Chiari syndrome due to

inferior vena cava occlusion by combined portal and vena caval decompression.

Am J Surg, 163: 137-42.

Orloff MJ (1998). Budd-Chiari syndrome: shunt or transplant? Surg, 11: 136-9.

Orloff MJ, DailyPO, Orloff SL, Girard B, Orloff MS (2000). A 27-year experience

with surgical treatment of Budd-Chiari syndrome. Ann Surg, 232: 340-52.

Orloff MJ, Daily PO, Orloff SL, Orloff B, Girard B, Orloff MS (2001). Surgical

treatment of Budd-Chiari syndrome-When is liver transplant indicated?

Transplantation proceedings, 33: 1435.

Panis Y, Belghiti J, Valla D, Benhamou JP, Fekete F (1994). Portosystemic shunt

in Budd-Chiari syndrome: long-term survival and factors affecting shunt patency

in 25 patients in Western countries. Surgery, 115: 276-81.

Parés A, Barrera JM, Caballería J, Ercilla G, Bruguera M, Caballería LL, et al

(1990). Hepatitis C virus antibodies in chronic alcoholic patients: association with

severity of liver injury. Hepatology, 12: 1295-9.

Patch D, Armonis A, Sabin C, Christopoulou K, Greensdale L, McCormick A, et al

(1999). Single portal pressure measurement predicts survival in cirrhotic patients

with recent bleeding. Gut, 44: 264–9.

Pearson TC, Messinezy M (1996). The diagnostic criteria of polycythaemia rubra

vera. Leuk Lymphoma, 22 (Suppl 1): 87-93.

Pelletier S, Landi B, Piette JC, Ekert P, Coutellier A, Desmoulins C, et al (1994).

Antiphospholipid syndrome as the second cause of non-tumorous Budd-Chiari

syndrome. J Hepatol, 21: 76-80.

Peltzer MY, Ring EJ, LaBerge JM, Haskal ZJ, Radosevich PM, Gordon RL (1993).

Treatment of Budd-Chiari syndrome with a transjugular intrahepatic

portosystemic shunt. J Vasc Interv Radiol, 4: 263-7.

Pisani-Cereti A, Intra M, Prestipino F, Ballarini C, Cordovana A, Santambrogio R,

et al (1998). Surgical and radiologic treatment of primary Budd-Chiari syndrome.

World J Surg, 22: 48-53.

Page 101: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 101 – ________________________________________________________________________________________

Pizcueta MP, Piqué JM, Bosch J, Whittle BJR, Moncada S (1992a). Effects of

inhibiting nitric oxide biosíntesis on the systemic and splanchnic circulation of

rats with portal hipertensión. Br J Pharmacol, 105: 184–90.

Pizcueta MP, Piqué JM, Fernández M, Bosch J, Rodés J, Whittle BJR, et al

(1992b). Modulation of the hyperdinamic circulation of cirrhotic rats by nitric

oxide inhibition. Gastroenterology, 103: 1909–15.

Polio J, Groszmann RJ (1986). Hemodynamic factors involved in the development

and rupture of esophageal varices: a pathophysiologic approach to treatment.

Semin Liver Dis, 6; 318–31.

Pomier-Layrargues G, Kusielewicz D, Willens B, Villeunueve JP, Marleau D, Coté

J, et al (1985). Presinusoidal portal hypertension in non-alcoholic cirrhosis.

Hepatology, 5: 415–18.

Pomier-Layrargues G, Villeneuve JP, Willems B, Huet PM (1987). Systemic and

hepatic hemodynamics after variceal hemorrhage: Effects of Propranolol and

Placebo. Gastroenterology, 93: 1218-24.

Powell-Jackson PR, Jede Rr and Williams R (1986). Budd-Chiari Syndrome

presenting as fulminant failure. Gut, 27: 1101-5.

Praderio L, Dagna L, Longhi P, Rubin G, Sabbadini MG (2000). Budd-Chiari

syndrome in a patient with ulcerative colitis: association with anticardiolipin

antibodies. J Clin Gastroenterol, 30: 203-4.

Raju GS, Felver M, Olin JW, Satti SD (1996). Thrombolysis for acute Budd-Chiari

syndrome: case report and literature review. Am J Gastroenterol, 91: 1262-3.

Ralls PW, Johnson MB, Radin DR, Boswell WD, Lee KP, Halls JM (1992). Budd-

Chiari Syndrome: detection with color Doppler sonography. Am J Radiol

1992;159:113-16.

Ready JB, Robertson AD, Golf JS, Rector WG (1991). Assessment of the risk of

bleeding from esophageal varices by continuous monitoring of portal pressure.

Gastroenterology, 100: 1403–10.

Page 102: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 102 – ________________________________________________________________________________________

Rector WG, Redeker AG (1984). Direct transhepatic assessment of hepatic vein

pressure and direction of flow using a thin needle in patients with cirrhosis and

Budd-Chiari syndrome. Gastroenterology, 86: 1395-9.

Rector WG (1985). Propanolol for portal hypertension. Evaluation of therapeutic

response by direct measurement of portal vein pressure. Arch Intern Med, 145:

648–50.

Redmond PL, Kadir S, kaufman SL, White RI Jr, Cameron JL (1987). Mesoatrial

shunts for Budd-Chiari syndrome and inferior vena cava thrombosis: Angiographic

and hemodynamic evaluations. Radiology, 163: 131-4.

Rigau J, Bosch J, Bordas JM, Navasa M, Mastai R, Kravetz D et al (1989).

Endoscopic measurement of variceal pressure in cirrhosis: correlation with portal

pressure and variceal hemorrhage. Gastroenterology, 96: 873–80.

Ringe B, Lang H, Oldhafer KJ, Gebel M, Flemming P, Georgii A, et al (1995).

Which is the best surgery for Budd-Chiari syndrome: venous decompression or

liver transplantation? A single-center experience with 50 patients. Hepatology,

21: 1337-44.

Rockey DC, Weisiger RA (1996). Endothelin induced contractility of stellate cells

from normal and cirrhotic rat liver: implications for regulation of portal pressure

and resistance. Hepatology, 24: 233-40.

Rockey DC, Chung JJ (1998). Reduced nitric oxide production by endothelial cells

in cirrhotic rat liver: endothelial dysfunction in portal hypertension.

Gastroenterology, 114: 344-51.

Rosado B, Kamath PS (2003). Transjugular intrahepatic portosystemic shunts:

An update. Liver Transpl, 9: 207-17.

Rosemurgy AS, Bloomston M, Ghassemi P, Serafini F (2002). Preshunt and

postshunt portal vein pressures and portal vein-to-inferior vena cava pressure

gradients do not predict outcome following partial portal decompression. Am

Surg, 68: 70-4.

Page 103: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 103 – ________________________________________________________________________________________

Rosman AS, Waraich A, Galvin K, CasianoJ, Paronetto F, Lieber CS (1996).

Alcoholism is associated with hepatitis C but not hepatitis B in an urban

population. Am J Gastroenterol, 91: 498-505.

Rossle M, Siegerstetter V, Huber M, Ochs A (1998). The first decade of the

transjugular intrahepatic portosystemic shunt (TIPS): state of the art. Liver 18:

73-89.

Rossle M, Siegerstetter V, Olschewski, Ochs A, Berger E, Haag K (2001). How

much reduction in portal pressure is necessary to prevent variceal rebleeding? A

longitudinal study in 225 patients with transjugular intrahepatic portosystemic

shunts. Am J Gastroenterol, 96: 3379-83 .

Rubenstein JH, Inadomi JM (2003). Empiric beta-blockers for the prophylaxis of

variceal hemorrhage: cost effective or clinically applicable? Hepatology, 37: 249-

52.

Ryu RK, Durham JD, Krysl J, Shrestha R, Shrestha R, Everson GT, et al (1999).

Role of TIPS as a bridge to hepatic transplantation in Budd-Chiari syndrome. J

Vasc Interv Radiol, 10: 799-805.

Sarin SK, Jain AK, Lamba GS, Gupta R, Chowdhary A (2003). Isolated gastric

varices: prevalence, clinical relevance and natural history. Digest Surg, 20: 42-7.

Schapiro RS, Stancato-Pasik A, Glajchen N, Zalasin S (1998). Color Doppler

applications in hepatic imaging. Clin Imaging, 22: 272-9.

Schiano TD; Adrain AL, Cassidy MJ, McCray W, Liu JB, Baranowsky RJ et al

(1996). Use of high-resolution endoluminal sonography to mesure the radius and

wall thickness of esophageal varices. Gastrointest Endosc, 44: 425–8.

Shaked A, Goldstein RM, Klintmalm GB, Drazan K, Husberg B, Bussuttil RW

(1992). Portosystemic shunt versus orthotopic liver transplantation for the Budd-

Chiari syndrome. Surg Gynecol Obstet, 174: 453-9.

Shrestha R, Durham JD, Wachs M, Bilir BM, Kam I, Trouillot T, et al (1997). Use

of transjugular intrahepatic portosystemic shunt as a bridge to transplantation in

Page 104: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 104 – ________________________________________________________________________________________

fulminant hepatic failure due to Budd-Chiari syndrome. Am J Gastroenterol, 92:

2304-6.

Sieber CC, Sumanovski LT, Stumm M, van der Kooij M, Battegay E (2001). In

vivo angiogenesis in normal and portal hypertensive rats: role of basic fibroblast

growth factor and nitric oxide. J Hepatol, 34: 644-50.

Siringo S, Bolondi L, Gaiani S, Sofia S, Zironi G, Rigamonti A, et al (1994).

Timing of the first variceal hemorrahage in cirrhotic patients: prospective

evaluation of Doppler flowmetry, endoscopy and clinical parameters. Hepatology,

20: 66–73.

Slakey DP, Klein AS, Venbrux AC, Cameron JL (2001). Budd-Chiari syndrome:

current management options. Ann Surg, 233 : 522–7.

Spence RAJ (1984). The venous anatomy of the lower esophagus in normal

subjects and in patients with varices: an image análisis study. Br J Surg, 71:

739–44.

Spiegel BM, Targownik L, Dulai GS, Karsan HA, Gralnek IM (2003). Endoscopic

screening for esophageal varices in cirrhosis: Is it ever cost effective?

Hepatology, 37: 366-77.

Srinivasan P, Rela M, Prachalias A, Muiesan P, Portmann B, Mufti GJ, et al (2002).

Liver transplantion for Budd-Chiari syndrome. Transplantation, 73: 973–7.

Strunk HM, Textor J, Brensing KA, Schild HH (1997). Acute Budd-Chiari

syndrome: treatment with transjugular intrahepatic portosystemic shunt.

Cardiovasc Intervent Radiol, 20: 311-13.

Tage-jensen U, Henriksen JH, Christensen E, Widding A, Ring-Larsen H, Juel N

(1988). Plasma catecholamine level and portal venous pressure as guides to

prognosis in patients with cirrhosis. J Hepatol, 6: 350-8.

Tanaka M, Wanless IR (1998). Pathology of the liver in Budd-Chiari syndrome:

Portal vein thrombosis and the histogenesis of veno-centric cirrhosis, veno-portal

cirrhosis and large regenerative nodules. Hepatology, 27: 488-96.

Page 105: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 105 – ________________________________________________________________________________________

Tang TJ, Batts KP, de Groen PC, van Hoek B, Haagsma EB, Hop WC, et al (2001).

The prognostic value of histology in the assessment of patients with Budd-Chiari

syndrome. J Hepatol, 35: 338–43.

Titos E, Claria J, Bataller R, Bosch-Marce M, Gines P, Jimenez W, et al (2000).

Hepatocyte-derived cysteinyl leukotrienes modulate vascular tone in

experimental cirrhosis. Gastroenterology, 119: 794-805.

Uhl MD, Roth DB, Riely CA (1996). Transjugular intrahepatic portosystemic shunt

(TIPS) for Budd-Chiari syndrome. Digest Dis Sci, 41: 1494-9.

Valla D, Bercoff E, Menu Y, Bataille C, Lebrec D (1984). Discrepancy between

wedged hepatic venous pressure and portal venous pressure after acute

propranolol administration in patients with alcoholic cirrhosis. Gastroenterology,

86: 1400-3.

Valla D, Casadevall N, Lacombe C, Varet B, Goldwasser E, Franco D, et al (1985).

Primary myeloproliferative disorder and hepatic vein thrombosis. A prospective

study of erythroid colony formation in vitro in 20 patients with Budd-Chiari

syndrome. Ann Intern Med, 103: 329-34.

Valla D, Dhumeaux D, Babany G, Hillon P, Rueff B, Rochant H, et al (1987).

Hepatic vein thrombosis in paroxysmal nocturnal hemoglobinuria. A spectrum

from asymptomatic occlusion of hepatic venules to fatal Budd- Chiari syndrome.

Gastroenterology, 93: 569-75.

Valla D, Benhamou JP (1988). Liver diseases related to oral contraceptives.

Digest Dis, 6: 76-86.

Valla DC (2002). Hepatic vein thrombosis (Budd-Chiari syndrome). Semin Liver

Dis, 22: 5–14.

Van de Casteele M, Omasta A, Janssens S, Roskams T, Desmet V, Nevens F, et al

(2002). In vivo gene transfer of endothelial nitric oxide synthase decreases portal

pressure in anaesthetised carbon tetrachloride in cirrhotic rats. Gut, 51: 440-5.

Page 106: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 106 – ________________________________________________________________________________________

Vianna A (1991). Anatomy of the portal venous system in portal hypertensión.

En: McIntyre N, Benhamou JP, Bircher J, Rizzeto M, Rodés J (eds). Oxford

textbook of clinical hepatology. Oxford University Press, Oxford; 393–9.

Vilgrain V, Lewin M, Vons C, Denys A, Valla D, Flejou JF, et al (1999). Hepatic

nodules in Budd-Chiari syndrome: imaging features. Radiology, 210: 443-50.

Villanueva C, Balanzó J, Novella MT, Soriano G, Sainz S, Torras S, et al (1996).

Nadolol plus isosorbide mononitrate compared with sclerotherapy for the

prevention of variceal rebleeding. New Engl J Med, 334: 1624-9.

Villanueva C, Ortiz J, Miñana J, Soriano G, Sàbat M, Boadas J, et al (2001).

Somatostatin treatment and risk stratification by continuous portal pressure

monitoring during acute variceal bleeding. Gastroenterology, 121 : 110-17.

Vogelzang R, Anschuetz S, Gore R (1987). Budd-Chiari syndrome: CT observations.

Radiology, 163: 329-33.

Vorobioff J, Groszman RJ, Picabea E, Gamen M, Villavicencio R, Bordato J, et al

(1996). Prognostic value of hepatic venous pressure measurements in alcoholic

cirrhosis. Gastroenterology, 111: 701–9.

Wasley A, Alter MJ (2000). Epidemiology of hepatitis C: Geographic differences

and temporal trends. Semin Liver Dis, 20: 1-16.

Wiest R, Groszmanm RJ (2002). The paradox of nitric oxide in cirrhosis and

portal hypertension: too much, not enough. Hepatology, 35: 478-91.

Witte AM, Kool LJ, Veenendaal R , Lamers CB, van Hoek B (1997). Hepatic vein

stenting for Budd-Chiari Syndrome. Am J Gastroenterol, 92: 498-501.

Yamada K, Nakamura K, Ogawa K, Kuroki S, Yamashita A, Morimoto A, et al

(1999). A case of Budd-Chiari syndrome successfully treated by transcatheter

recanalization of the right hepatic vein and transjugular intrahepatic

portosystemic shunt. Radiat Med, 17: 85-9.

Yang W, Benjamin IS, Moore K, Portmann B, Alexander B (2003). The action of

nitric oxide on hepatic haemodynamics during secondary biliary cirrhosis in the

rat. Eur J Pharmacol, 461: 41-8.

Page 107: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Bibliografía - 107 – ________________________________________________________________________________________

Zafra C, Abraldes JG, Turnes J, Cortez C, Berzigotti A, Tarantino I, et al (2004).

Simvastatin administration enhances hepatic NO production and decreases the

hepatic vascular tone in patients with cirrhosis. Gastroenterology, 126: 749-55.

Zeitoun G, Escolano S, Hadengue A, Azar N, El Younsi M, Mallet A, et al (1999).

Outcome of Budd-Chiari syndrome: a multivariate analysis of factors related to

survival including surgical portosystemic shunting. Hepatology, 30: 84-9.

Zhuang ZW, Teng GJ, Jeffery RF, Gemery JM, Janne d'Othee B, Bettmann MA

(2002). Long-term results and quality of life in patients treated with transjugular

intrahepatic portosystemic shunts. AJR Am J Roentgenol, 179: 1597-603.

Zipprich A, Steudel N, Behrmann C, Meiss F, Sziegoleit U, Fleig WE et al (2003).

Functional significance of hepatic arterial flow reserve in patients with cirrhosis.

Hepatology, 37: 385-92.

Zoli M, Merkel C, Magalotti D, Marchesini G, Gatta A, Pisi E. (1996). Evaluation of

a new endoscopic index to predict first bleeding from the upper gastrointestinal

tract in patients with cirrhosis. Hepatology, 24: 1047–52.

Page 108: UTILIDAD DE LAS TÉCNICAS HEMODINÁMICAS EN …diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/42160/1/TESIS_A_PERELLO_JU… · Manifestaciones clínicas 32 8.5. Diagnóstico 33 8.6. Pronóstico

Otros - 108 – ________________________________________________________________________________________

Otras publicaciones relacionadas con el tema de la tesis aparecidas

durante el periodo de la realización de la misma

Inserte J*, Perelló A*, Agullo L, Ruiz-Meana M, Schluter KD, Escalona N,

Graupera M, Bosch J, Garcia-Dorado D. Left ventricular hypertrophy in rats with

biliary cirrhosis.

Hepatology 2003;38: 589-98.

* Primeros autores

Andreu V, Perelló A, Moitinho E, Escorsell A, García-Pagán JC, Bosch J, Rodes J.

Total effective vascular compliance in patients with cirrhosis: effects of

propranolol.

J Hepatol 2002;36: 356-61.

García-Pagán JC, Perelló A, Bosch J. Síndrome de Budd-Chiari.

Gastroenterol Hepatol 2000;23: 491-7.

Otras actividades académicas desarrolladas durante la realización de la

tesis

1. Capacitación como investigador en animales de experimentación

(Universitat Autónoma de Barcelona, 2001) (8 créditos).

2. Programa de postgrado Diseño y Estadística en Ciencias de la Salud

(Universidad Autónoma de Barcelona), finalizando los siguientes cursos:

a. Fundamentos de Diseño y Estadística, 2001 (14 créditos):

Sobresaliente-matrícula de honor.

b. Proceso de datos sanitarios, 2002 (6 créditos): Sobresaliente