Upload
manuel-tanoira-carballo
View
9
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Texto del Arquitecto Santiago de Molina, publicado en su blog Múltiples Estrategias de Arquitectura, donde debate sobre la operación de vaciado como estrategia proyectual.
Citation preview
REM KOOLHAAS, TGB, esquema, IMAGEN oma
VACIAR.
Debe existir, al igual que en la fsica o en la escultura,
un teorema del vaco arquitectnico. Sabemos por lo cotidiano
que todo vaco tiende a llenarse. Y tiende a llenarse sea o
no necesario un uso concreto, -aunque sensu stricto a ese
proceso debiera llamarse ocupacin-. Una mudanza ocupa la
habitacin vaca y aun no dedicada a nada preciso.
Misteriosamente all van a parar objetos, cajas y enseres
expectantes de un lugar definitivo. La arquitectura usa el
vaco de un modo intermedio y provisional. Aunque contemplado
con cierta minuciosidad, ese espacio vaco no es simplemente
espacio de mero almacenaje...
Los escultores dedicados al trabajo sobre el vaco saben que
ste se comporta como una precisa mquina de condensacin.
En fsica el vaco se hace, no est. Estticamente ocurre
igual, el vaco es un resultado, resultado de un tratamiento,
de una definicin del espacio al que ha traspasado su energa
una desocupacin formal. Un espacio no ocupado no puede
confundirse con un espacio vaco. (1).
Y sin embargo cualquier nio sabe que lo ms sabroso de una
rosquilla es su agujero central, y que da sentido incluso al
nombre del dulce...
El esquema del proyecto de Rem Koolhaas para el olvidado
concurso de la biblioteca TGB, -por salir un instante de la
sabrosa metfora de la repostera y la escultura-, muestra
de modo concreto el vaco de la arquitectura. All es un
slido que espera ser habitado. El vaco es, adems de una
singularidad, un lugar extrado del programa. Desde ese
enfoque la arquitectura segn Koolhaas puede trabajar no
solo con el vaco como entidad material en los trminos de
la escultura, sino que puede configurar el vaco como
extraccin de funciones. El vaco de la arquitectura es fruto
de la desocupacin de un programa. Es decir, puede adquirir
el carcter de un espacio antiprogramtico. No el espacio
que queda sin programa, sino el espacio que por su presencia
ayuda a definir por complementariedad el autntico programa.
Desde ese enfoque eso es precisamente la arquitectura para
Koolhaas: lo que queda, los restos, las sobras y los jirones
del programa.
Y hay quien podr pensar con razn: "Igual que el agujero de
la rosquilla..."
(1) FULLAONDO, Juan Daniel, Oteiza y Chillida en la moderna
historiografa del arte, La gran enciclopedia vasca, Bilbao,
1976, pp. 21-22