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578 Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012; 29(4):578-85. CARTAS AL EDITOR 1 Unidad de Análisis y Generación de Evidencias en Salud Pública, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú. 2 Harvard Medical School. Boston, EE. UU. 3 Veterans Affairs Boston Healthcare System. Boston, EE. UU. 4 Dirección de Salud Mental, Ministerio de Salud del Perú. Lima, Perú 5 Hospital Hermilio Valdizán. Lima, Perú a Médico-cirujano, b médico psiquiatra, c médico epidemiólogo Recibido: 30-08-12 Aprobado: 17-10-12 Citar como: Calderón M, Gálvez-Buccollini JA, Cueva G, Ordoñez C, Bromley C, Fiestas F. Validación de la versión peruana del PHQ-9 para el diagnóstico de depresión. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):578-9. VALIDACIÓN DE LA VERSIÓN PERUANA DEL PHQ-9 PARA EL DIAGNÓSTICO DE DEPRESIÓN VALIDATION OF THE PERUVIAN VERSION OF THE PHQ-9 FOR DIAGNOSING DEPRESSION María Calderón 1,a , Juan Antonio Gálvez- Buccollini 2,3,b , Gloria Cueva 4,b , Carlos Ordoñez 5,b , Carlos Bromley 4,b , Fabián Fiestas 1,c Sr. Editor. Las enfermedades psiquiátricas explican el 16% de los años de vida saludable perdidos por discapacidad o muerte prematura en el Perú, lo que coloca a este grupo de enfermedades como la causa más importante de carga de enfermedad en el país. De estas, la depresión unipolar es una de las más importantes, junto con los problemas relacionados al consumo de alcohol (1) . El problema de las enfermedades mentales se ve agudizado debido al reducido número de psiquiatras, y su distribución muy desigual en las regiones, con una concentración mayor en Lima, ciudad capital. Ha quedado establecido que el 90% de los problemas psiquiátricos pueden ser manejados en la atención pri- maria de salud (2) , por ello la detección y manejo por parte de los médicos no psiquiatras constituye un gran apoyo para enfrentar la depresión unipolar en las pobla- ciones. Sin embargo, se ha evidenciado que los médi- cos no psiquiatras no reconocen los síntomas ni esta- blecen el tratamiento adecuado (3) . Para lograr que más personas puedan acceder a trata- mientos de calidad para depresión, es importante contar con instrumentos diagnósticos validados localmente. El PHQ-9 (Patient Health Questionnarie-9) es una prueba de tamizaje de depresión que ha sido validado en mu- chos países, incluyendo Chile (4,5) . La principal ventaja del PHQ-9 sobre otros instrumentos de tamizaje para depresión es su rapidez; puede ser autoaplicado y, ade- más de ser una herramienta diagnóstica, también indica la gravedad del cuadro, por lo que serviría para hacer un seguimiento del manejo y evolución de cada paciente. Aunque los creadores del instrumento presentaron una versión oficial para el Perú (disponible en Patient Health Questionnaire (PHQ) Screeners), este instru- mento aún no ha sido validado; es por ello que la Di - rección de Salud Mental del Ministerio de Salud del Perú (MINSA), en coordinación con el Instituto Nacio- nal de Salud (INS), dentro del marco del desarrollo de “Algoritmos de Diagnóstico y Tratamiento de Depre- sión” ha realizado la validación por juicio de expertos del PHQ-9, como primer paso para su validación en el contexto peruano. Esta validación se realizó en una reunión técnica con la presencia de especialistas en salud mental, incluyendo 23 psiquiatras, 3 psicólogos y una enfermera. En general, la percepción entre los especialistas fue que el PHQ-9 es un buen instrumento para el diagnóstico de depresión, y que puede ser de fácil uso en el contex- to del sistema de atención primaria en el Perú. Algunos comentarios en el sentido de perfeccionar el instrumen- to incluyeron los siguientes: i) especificar el número de días para la clasificación de ¨para nada”, “varios días”, “más de la mitad de los días” y “casi todo los días¨; con el fin de que sea más entendible para la mayoría de pa- cientes; ii) en el ítem 2, añadir la palabra “triste” para reforzar el concepto de “deprimido”; iii) en el ítem 7, se recomendó no especificar la palabra “periódico”, y dejar el ítem fraseado de la siguiente manera: “Dificultad para poner atención o concentrarse en las cosas, tales como leer o ver televisión”; iv) en el ítem 9 debe añadirse la frase “hacerse daño” ya que la palabra “lastimarse” no es de amplio uso en el contexto peruano. En conclusión, el PHQ-9 es un instrumento válido para diagnosticar depresión, a juicio de los expertos, para ser aplicado en el Perú. En el futuro sigue una fase de vali- dación de criterio en poblaciones costeñas, de la sierra y de la selva, que además permita detectar variaciones en la sensibilidad y especificidad del instrumento depen- dientes de los contextos socioculturales que existen en el país. Fuentes de financiamiento: autofinanciado. Conflictos de interés: los autores declaran no tener conflictos de interés. Referencias Bibliográficas 1. Velásquez A. La carga de enfermedad y lesiones en el Perú y las prioridades del plan esencial de aseguramiento universal. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2009;26(2):222-31. 2. Organización Panamericana de la Salud. Marco de referencia para la implementación de la Estrategia Regional de Salud Mental. Washington, DC: OPS; 2011.  

VALIDACIÓN DE LA VERSIÓN Aunque los creadores …sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/medicina_experimental/v29_n4/pdf/a...Boston, EE. UU. 3 Veterans Affairs Boston Healthcare System

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012; 29(4):578-85. CARTAS AL EDITOR

1 Unidad de Análisis y Generación de Evidencias en Salud Pública, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.

2 Harvard Medical School. Boston, EE. UU.3 Veterans Affairs Boston Healthcare System. Boston, EE. UU.4 Dirección de Salud Mental, Ministerio de Salud del Perú. Lima, Perú5 Hospital Hermilio Valdizán. Lima, Perúa Médico-cirujano, b médico psiquiatra, c médico epidemiólogo

Recibido: 30-08-12 Aprobado: 17-10-12

Citar como: Calderón M, Gálvez-Buccollini JA, Cueva G, Ordoñez C, Bromley C, Fiestas F. Validación de la versión peruana del PHQ-9 para el diagnóstico de depresión. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):578-9.

VALIDACIÓN DE LA VERSIÓN PERUANA DEL PHQ-9 PARA EL

DIAGNÓSTICO DE DEPRESIÓN

VALIDATION OF THE PERUVIAN VERSION OF THE PHQ-9 FOR DIAGNOSING DEPRESSION

María Calderón1,a, Juan Antonio Gálvez-Buccollini2,3,b, Gloria Cueva4,b, Carlos Ordoñez5,b,

Carlos Bromley4,b, Fabián Fiestas1,c

Sr. Editor. Las enfermedades psiquiátricas explican el 16% de los años de vida saludable perdidos por discapacidad o muerte prematura en el Perú, lo que coloca a este grupo de enfermedades como la causa más importante de carga de enfermedad en el país. De estas, la depresión unipolar es una de las más importantes, junto con los problemas relacionados al consumo de alcohol (1). El problema de las enfermedades mentales se ve agudizado debido al reducido número de psiquiatras, y su distribución muy desigual en las regiones, con una concentración mayor en Lima, ciudad capital.

Ha quedado establecido que el 90% de los problemas psiquiátricos pueden ser manejados en la atención pri-maria de salud (2), por ello la detección y manejo por parte de los médicos no psiquiatras constituye un gran apoyo para enfrentar la depresión unipolar en las pobla-ciones. Sin embargo, se ha evidenciado que los médi-cos no psiquiatras no reconocen los síntomas ni esta-blecen el tratamiento adecuado (3).

Para lograr que más personas puedan acceder a trata-mientos de calidad para depresión, es importante contar con instrumentos diagnósticos validados localmente. El PHQ-9 (Patient Health Questionnarie-9) es una prueba de tamizaje de depresión que ha sido validado en mu-chos países, incluyendo Chile (4,5). La principal ventaja del PHQ-9 sobre otros instrumentos de tamizaje para depresión es su rapidez; puede ser autoaplicado y, ade-más de ser una herramienta diagnóstica, también indica la gravedad del cuadro, por lo que serviría para hacer un seguimiento del manejo y evolución de cada paciente.

Aunque los creadores del instrumento presentaron una versión oficial para el Perú (disponible en Patient Health Questionnaire (PHQ) Screeners), este instru-mento aún no ha sido validado; es por ello que la Di-rección de Salud Mental del Ministerio de Salud del Perú (MINSA), en coordinación con el Instituto Nacio-nal de Salud (INS), dentro del marco del desarrollo de “Algoritmos de Diagnóstico y Tratamiento de Depre-sión” ha realizado la validación por juicio de expertos del PHQ-9, como primer paso para su validación en el contexto peruano. Esta validación se realizó en una reunión técnica con la presencia de especialistas en salud mental, incluyendo 23 psiquiatras, 3 psicólogos y una enfermera.

En general, la percepción entre los especialistas fue que el PHQ-9 es un buen instrumento para el diagnóstico de depresión, y que puede ser de fácil uso en el contex-to del sistema de atención primaria en el Perú. Algunos comentarios en el sentido de perfeccionar el instrumen-to incluyeron los siguientes: i) especificar el número de días para la clasificación de ¨para nada”, “varios días”, “más de la mitad de los días” y “casi todo los días¨; con el fin de que sea más entendible para la mayoría de pa-cientes; ii) en el ítem 2, añadir la palabra “triste” para reforzar el concepto de “deprimido”; iii) en el ítem 7, se recomendó no especificar la palabra “periódico”, y dejar el ítem fraseado de la siguiente manera: “Dificultad para poner atención o concentrarse en las cosas, tales como leer o ver televisión”; iv) en el ítem 9 debe añadirse la frase “hacerse daño” ya que la palabra “lastimarse” no es de amplio uso en el contexto peruano.

En conclusión, el PHQ-9 es un instrumento válido para diagnosticar depresión, a juicio de los expertos, para ser aplicado en el Perú. En el futuro sigue una fase de vali-dación de criterio en poblaciones costeñas, de la sierra y de la selva, que además permita detectar variaciones en la sensibilidad y especificidad del instrumento depen-dientes de los contextos socioculturales que existen en el país.

Fuentes de financiamiento: autofinanciado.

Conflictos de interés: los autores declaran no tener conflictos de interés.

Referencias Bibliográficas

1. Velásquez A. La carga de enfermedad y lesiones en el Perú y las prioridades del plan esencial de aseguramiento universal. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2009;26(2):222-31.

2. Organización Panamericana de la Salud. Marco de referencia para la implementación de la Estrategia Regional de Salud Mental. Washington, DC: OPS; 2011.  

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012; 29(4):578-85. Cartas al editor

3. Galvez-Buccollini JA, Fiestas F. Necesidad de evaluar las guías clínicas peruanas de tratamiento para trastornos mentales [car-ta]. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2011; 28(4):698-9.

4. Gilbody S, Richards D, Brealey S, Hewitt C. Screening for de-pression in medical setting with the Patient Health Question-naire (PHQ): a diagnostic meta-analysis. J Gen Intern Med. 2007;22(11):1596-602.

5. Baader T, Molina JL, Venezian S, Rojas C, Farías R, Fierro-Freixenet C, et al. Validación y utilidad de la encuesta PHQ-9 (Patient Health Questionnaire) en el diagnostic de depression en pacientes usuarios de atención primaria en Chile. Rev Chil Neuro-Psiquiat. 2012;50(1):10-22.

Correspondencia: Fabian Fiestas Dirección: Capac Yupanqui 1400, Lima 11, Perú.Teléfono: (+511) 985-765-743Correo electrónico: [email protected]

NECESIDAD DE VIGILAR LA RESISTENCIA DEL P. falciparumAL ARTESUNATO EN EL PERÚ

A NEED TO MONITOR P. falciparum RESISTANCE TO ARTESUNATE IN PERU

Salomón Durand1,2,a, Moisés Sihuincha2,a, Arnaldo Lachira3,a, Jorge Chaves3,a, César Cabezas4,a

Sr. Editor. A finales del 2001, el Perú se convirtió en el primer país de las Américas en adoptar la terapia com-binada (TC) con mefloquina/artesunato (MQ/AS) y sulfa-doxina pirimetamina/artesunato (SP/AS) como terapia de primera línea para la malaria no complicada por P. falci-parum. Posteriormente, Bolivia, Brasil, Guyana y Ecuador cambian también su esquema de tratamiento a la TC.

Ante la amenaza de la propagación de cepas resistentes a partir del sudeste asiático, en donde últimamente se ha demostrado retardo en el aclaramiento de la parasitemia y resistencia in vitro e in vivo a la artemisinina (1), realizamos una revisión a partir de la

1 Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Marina de los EE. UU. (NAMRU-6). Iquitos, Perú.

2 Hospital de Iquitos “César Garayar García”, Dirección Regional de Salud Loreto. Iquitos, Perú.

3 Dirección Regional de Salud Piura. Piura, Perú.4 Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.a Médico infectólogo-tropicalista

Recibido: 05-10-12 Aprobado: 31-10-12

Citar como: Durand S, Sihuincha M, Lachira A, Chaves J, Cabezas C. Ne-cesidad de vigilar la resistencia del P. Falciparum al artesunato en el Perú. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):579-80.

base datos MEDLINE, en busca de estudios realizados en nuestro país. Se buscó conocer la rapidez de acción del artesunato sobre la carga parasitaria, establecer un registro basal que sirva como punto de comparación para estudios futuros de eficacia, e identificar los factores clave donde se podría intervenir para evitar la propagación de la resistencia, en caso que esta cepa se introdujera en el Perú o para evitar que se genere en nuestra región.

Se encontraron cinco estudios sobre la eficacia de la TC en el Perú publicados entre el 2000 y 2006. El primer problema para compararlos fueron los días de segui-miento, ya que hasta el 2004, usualmente, se realizaba seguimiento por 28 días, pero en vista del prolongado tiempo de vida media de la mefloquina, posteriormente, se recomendó seguir al paciente por más de 28 días. Hasta el 2006, fecha del último estudio revisado, la TC fue muy eficaz (98-100%), aun en el seguimiento a 63 días, y la tasa de parasitemia persistente al día 3 fue menor al 3%. (Tabla 1).

En el estudio de Macedo et al. (2) se evaluó el esquema actual utilizado en el Perú, el cual consiste en adminis-trar AS el primer día y MQ/AS el segundo y tercer día. Se evidenció así el efecto a las 24 horas del AS usado como monoterapia. En los otros estudios, los pacientes recibieron el esquema MQ/AS el primer y segundo día y AS el tercer día. A las 24 horas, el porcentaje de láminas positivas fue 31%, y a las 48 horas (ya agregada la MQ) fue de 5%. Lo hallado difiere de lo descrito por Rogers

Tabla 1. Resultados de los estudios de eficacia de TC para el tratamiento de la malaria por P. falciparum no complicada realizados en el Perú, 2000-2006.

Porcentaje de láminas positivasdurante el seguimiento

esquema día1

día2

día3

día28

día 56

día 63

Macedo et al. (2006) (2) MQ/AS 31/100

(31,0%)5/100 (5,0%)

1/100 (1,0%)

1/96 (0,9%)* - -

Gutman et al. (2004) (3) MQ/AS 3/38

(7,8%)2/38

(5,2%)1/38

(2,6%) 0/38 0/38 -

Grande et al. (2005) (4) MQ/AS 108/260

(42,5%)10/260 (3,8%) 0 - - 1/236

(0,4%)

DHA/PPQ 84/260 (32,3%)

3/260 (1,9%) 0 - - 4/230

(1,7%)

Marquino et al. (2000) (5) SP/AS - - 2/94

(2,1%)1/94

(1,0%) - -

Marquino et al. (2000) (6) MQ/AS - 9/51

(17,6%)1/51

(1,9%) 0/51 - -

MQ - 34/47 (72,3%)

12/47 (25,5%) 0/47 - -

* En el examen de genotipificación se halló que se trataba de una cepa diferente, probable reinfección.

MQ/AS: mefloquina/artesunato; SP/AS: sulfadoxina pirimetamina/artes-unato; DHA/PPQ: dihidroartemisinina/piperaquina.

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Cartas al editor

et al. en el sudeste asiático, donde 11% de las láminas permanecieron positivas al día 3 (1). Cabe señalar que en todos los estudios realizados en el Perú la persisten-cia de parasitemia al día 3 fluctuó entre 0 y 2,6%.

Al final de la Tabla 1 observamos los resultados de un estudio realizado en la Amazonía, donde los pacientes solo recibieron mefloquina. A diferencia de lo observado con la TC, al día 3 el 25,5% todavía persistió con para-sitemia; por lo tanto, la rapidez en el aclaramiento de la misma se debería a un efecto del artesunato, más que de la mefloquina en la TC.

Este esquema actual estaría amenazado no solo por la posibilidad, en un mundo cada vez más globalizado, de la importación y dispersión de cepas procedentes del sudeste asiático sino también por el riesgo de que una cepa resistente se origine aquí. Las debilidades de nuestro programa de control que harían posible este fe-nómeno serían las siguientes: 1. La baja cobertura de tratamiento directamente observado (DOT por sus si-glas en inglés), ya que diversos estudios lo sitúan entre 40 y 60% en la Amazonía (7). 2. El esquema usado en el Perú, el cual favorece la monoterapia en caso de aban-dono. Se administra solo AS el primer día, mientras que el segundo día se incluye mefloquina en una dosis su-boptima (12,5 mg/kg). Según resultados de un estudio de adherencia (Durand comunicación personal) se da tratamiento supervisado al día 2 solo al 70%, y al día 3 al 60%, por lo que en el 30% de los pacientes que ini-cian tratamiento no se garantiza que hayan continuado con la terapia y estarían recibiendo dosis suboptimas de antimaláricos; por lo tanto, se posibilita la generación de cepas resistentes al artesunato. 3. La reactivación de focos endémicos donde la malaria falciparum ya se había eliminado, como en la costa norte, y por último, 4. La presión de las cepas de países limítrofes; Brasil, Ecuador, Bolivia y Guyana que tienen a la MQ/AS como esquema de primera línea.

Por lo tanto se hace necesario reactivar el sistema de vigilancia de la resistencia a los fármacos antimaláricos en el Perú, mejorar la capacidad del MINSA para admi-nistrar tratamiento antimalárico supervisado y modificar el esquema AS/MQ al propuesto por la OMS: AS+MQ a la dosis de 15 mg/kg de MQ el primer día y 10 mg/kg el segundo día, con la finalidad de administrar un esquema óptimo aun con solo un día de tratamiento, lo cual dis-minuiría el riesgo de generación de cepas resistentes y, por último, mejorar los planes de contención de brotes de malaria para evitar su dispersión.

En conclusión, tenemos evidencia que hasta el 2006 la TC era eficaz para el tratamiento de la malaria por P. falciparum y el artesunato conservaba su propiedad de

aclarar rápidamente la parasitemia. La inquietud surge al preguntarnos si esos resultados serían similares si lo aplicamos en la actualidad.

Conflictos de interés: los autores declaran no tener conflictos de interés.

Declaración de responsabilidad: las opiniones y afirmacio-nes contenidas aquí son propias de los autores y no deben interpretarse como posición oficial o que reflejan la opinión del Ministerio de Salud del Perú, del Departamento de la Marina o del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Referencias Bibliográficas

1. Rogers WO, Sem R, Tero T, Chim P, Lim P, Muth S, et al. Failure of artesunate-mefloquine combination therapy for uncomplicated Plasmodium falciparum malaria in southern Cambodia. Malar J. 2009;8:10.

2. de Oliveira AM, Chavez J, de Leon GP, Durand S, Arrospide N, Roberts J, et al. Efficacy and effectiveness of mefloquine and artesunate combination therapy for uncomplicated Plasmodi-um falciparum malaria in the Peruvian Amazon. Am J Trop Med Hyg. 2011;85(3):573-8.

3. Gutman J, Green M, Durand S, Rojas OV, Ganguly B, Queza-da WM, et al. Mefloquine pharmacokinetics and mefloquine-artesunate effectiveness in Peruvian patients with uncompli-cated Plasmodium falciparum malaria. Malar J. 2009;8:58.

4. Grande T, Bernasconi A, Erhart A, Gamboa D, Casapia M, Delgado C, et al. A randomised controlled trial to assess the efficacy of dihydroartemisinin-piperaquine for the treatment of uncomplicated falciparum malaria in Peru. PLoS One. 2007;2(10):e1101.

5. Marquiño W, Ylquimiche L, Hermenegildo Y, Palacios AM, Falconí E, Cabezas C, et al. Efficacy and tolerability of arte-sunate plus sulfadoxine-pyrimethamine and sulfadoxine-pyrimethamine alone for the treatment of uncomplicated Plasmodium falciparum malaria in Peru. Am J Trop Med Hyg. 2005;72(5):568-72.

6. Marquiño W, Huilca M, Calampa C, Falconí E, Cabezas C, Naupay R, et al. Efficacy of mefloquine and a mefloquine-artesunate combination therapy for the treatment of uncom-plicated Plasmodium falciparum malaria in the Amazon Basin of Peru. Am J Trop Med Hyg. 2003;68(5):608-12.

7. Grietens KP, Soto V, Erhart A, Ribera JM, Toomer E, Teno-rio A, et al. Adherence to 7-day primaquine treatment for the radical cure of P. vivax in the Peruvian Amazon. Am J Trop Med Hyg. 2010;82(6):1017-23.

Correspondencia: Salomón DurandDirección: Av. La Marina con Trujillo S/N, NAMRU-6 IquitosTeléfono: 065-601470Correo electrónico: [email protected]

Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012; 29(4):578-85.

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Cartas al editor

LA OBESIDAD EN EL PERÚ: RECOMENDACIONES PARA UN

SISTEMA DE VIGILANCIA

OBESITY IN PERU: RECOMMENDATIONS FOR A SURVEILLANCE SYSTEM

Julio A. Poterico1,a, Rodrigo M. Carrillo-Larco2 ,b, Renato Quispe3, a

Sr. Editor, las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) constituyen la principal carga de enfermedad en el mundo, que afecta más a países de medianos y bajos ingresos. En la actualidad, las organizaciones internacionales exhortan la vigilancia de los factores de riesgo comunes a las ENT: la inactividad física, patrones de alimentación, y consumo de tabaco y alcohol (1). El sobrepeso y la obesidad también forman parte de los pilares de la vigilancia de las ENT. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere el uso del índice de masa corporal (IMC) como un indicador de malnutrición en adultos, así como otras referencias antropométricas para el caso de los niños y adolescentes (1).

En el Perú, se cuenta con un sistema de vigilancia de salud en las mujeres en edad fértil y niños menores de 5 años mediante la Encuesta Nacional Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). Esta última ha venido presentando in-formación orientada hacia las enfermedades infecciosas, desnutrición infantil y acceso a servicios de salud; aunque recientemente (desde el 2010 y de manera progresiva) ha incorporado recolección de algunos datos de ENT. Sin em-bargo, la exclusión del sexo masculino y otros grupos de edad en la ENDES conlleva a un vacío en la supervisión de la obesidad en la población peruana. Así por ejemplo, un es-tudio reciente –con información de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) en los años 2009 y 2010– demostró una distribución diferente de los determinantes sociales en el ex-ceso de peso según la edad, sexo y nivel socioeconómico en el Perú (2). Esto demuestra la necesidad de un sistema constante y completo en la vigilancia de la obesidad en una sociedad con rápida transición nutricional, como la peruana.

El sistema de vigilancia de sobrepeso y obesidad en los países de bajos y medianos ingresos se

1 CRONICAS Centro de Excelencia en Enfermedades Crónicas, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

2 Facultad de Medicina “Alberto Hurtado”, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

3 Instituto de Medicina Tropical “Alexander von Humboldt”, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

a Médico cirujano, b estudiante de MedicinaRecibido: 14-10-12 Aprobado: 31-10-12

Citar como: Poterico JA, Carrillo-Larco RM, Quispe R. La obesidad en el Perú: recomendaciones para un sistema de vigilancia. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):581.

ha estado desarrollando a través del IMC (3). Sin embargo, este indicador tiene como limitación su baja sensibilidad para identificar a la población con exceso de grasa corporal (4). Esto sugiere que las personas clasificadas como obesas por el porcentaje de grasa corporal, evidencian factores de riesgo cardiovascular, aun cuando el IMC se encuentre en rangos normales o en sobrepeso. El radio cintura-altura, el radio cintura-cadera y la circunferencia abdominal, estimarían mejor (en comparación con el IMC) el riesgo de tener alguna ENT (5).

En consecuencia, recomendamos la extensión y complementación de las encuestas nacionales, abarcando tanto a la población masculina como la femenina, y todos los grupos etarios de una manera constante; además de incluir medidas antropométricas adicionales al IMC. Ello asistiría en la generación de políticas públicas con evidencia para respaldar estrategias efectivas contra la pandemia de la obesidad.

Agradecimientos: al Dr. J. Jaime Miranda por los comentarios realizados en la elaboración de la presente publicación.

Fuente de financiamiento: autofinanciado.

Conflictos de Interés: los autores declaran no tener conflicto de interés en la publicación de este artículo.

Referencias Bibliográficas

1. World Health Organization. A comprehensive global monitoring framework including indicators and a set of voluntary global targets for the prevention and control of noncommunicable diseases. Geneva: World Health Organization; 2012.

2. Álvarez-Dongo D, Sánchez-Abanto J, Gómez-Guizado G, Tarqui-Mamani C. Sobrepeso y obesidad: Prevalencia y determinantes sociales del exceso de peso en la población peruana. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(3):303-13.

3. Alwan A, MacLean DR, Riley ML, d´Espaignet ET, Mather CD, Stevens GA, et al. Monitoring and surveillance of chronic non-communicable diseases: progress and capacity in high-burden countries. Lancet. 2010;376(9755):1861-8.

4. Okorodudu DO, Jumean MF, Montori VM, Romero-Corral A, Somers VK, Erwin PJ, et al. Diagnostic performance of body mass index to identify obesity as defined by body adiposity: a systematic review and meta-analysis. Int J Obes (Lond). 2010;34(5):791-9.

5. Herrera VM, Casas JP, Miranda JJ, Perel P, Pichardo R, Gonzalez A, et al. Interethnic differences in the accuracy of anthropometric indicators of obesity in screening for high risk of coronary heart disease. Int J Obes (Lond). 2009;33(5):568-76.

Correspondencia: Julio Antonio Poterico Rojas Dirección: Av. Armendáriz 497, 2do piso, Miraflores, Lima 18 Perú.Teléfono: (511) 241 69 78Correo electrónico: [email protected]

Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012; 29(4):578-85.

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Cartas al editor

PRÁCTICAS DEL PERSONAL DE SALUD RELACIONADAS CON LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN DE LA

TUBERCULOSIS

PRACTICES OF THE HEALTH CARE PERSONNEL IN RELATION TO TUBERCULOSIS

PREVENTION MEASURES

Manuel A. Virú-Loza 1,2,a

En los medios hospitalarios peruanos hay un riesgo muy elevado de adquirir tuberculosis (1), que se puede extender a otros niveles de atención. Por ello, se han emitido recomendaciones y guías nacionales e internacionales para la prevención y control de tuberculosis. Sin embargo, un tema crítico aún por resolver en nuestro país son los problemas de implementación de estas recomendaciones y guías (2); en este contexto, es importante hacer que el personal adopte las medidas de protección establecidas.

Los profesionales de salud conocen las formas de contagio de tuberculosis y reconocen la existencia de medidas de prevención básicas como el uso de mascarillas faciales; sin embargo, esto no asegura que acaten estas medidas (1,3). Este problema no solo se debe a disponibilidad de recursos que pueda utilizar el personal de salud para protegerse sino que también podría implicar la poca disposición a acatar, por diversos motivos, las medidas establecidas.

Actitudes como la disconformidad que expresan algunos profesionales de la salud con respecto al uso y a las características de las mascarillas faciales (3,4), teniendo en cuenta la evidencia que sugeriría que no ocurren variaciones fisiológicas o subjetivas significativas producto del uso de máscaras quirúrgicas durante una hora (5), serían una muestra de poca colaboración al cumplimiento de las normas. Sin embargo, este no es el único argumento. Otros más preocupantes tratan sobre que el uso de máscaras faciales podría hacer que el paciente se sienta discriminado; incluso están los profesionales que indican que es una medida poco útil puesto que ellos llevan varios años en el mismo establecimiento y no han contraído tuberculosis ni

1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.2 Asociación para el Desarrollo de la Investigación Estudiantil en Ciencias

de la Salud (ADIECS-UNMSM). Lima, Perú.a Estudiante de Medicina Recibido: 07-10-12 Aprobado: 31-10-12

Citar como: Virú-Loza MA. Prácticas del personal de salud relacionadas con las medidas de prevención de la tuberculosis. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):582.

han visto que algún compañero de trabajo la haya contraído.

Estos comportamientos y actitudes hacia las normas preventivas y de control son observados por los estudiantes e internos de las ciencias de la salud, quienes están en un proceso de adquisición no solo de conocimientos sino también de experiencias. Como bien se puede deducir, los ejemplos inadecuados de algunos profesionales pueden afectar seriamente las acciones futuras que tomen los estudiantes expuestos a este tipo de influencia, cayendo así en un círculo vicioso.

Por tanto, se recomienda estudiar las actitudes y prácticas relacionadas a las medidas de prevención y control de tuberculosis en el personal de salud, así como también las estrategias que mejoren la aceptación de los profesionales de la salud hacia estas medidas. Al mismo tiempo, es necesario ser más estrictos acerca del uso de medidas de protección. Se debe incluir sanciones severas para contribuir a cambiar el comportamiento de aquellos profesionales que se resistan a aplicar medidas de protección. Todo esto no solo con la finalidad de prevenir la tuberculosis en el personal de salud sino también para evitar que los estudiantes que asisten a los diferentes centros de salud observen y repitan malas prácticas.

Referencias Bibliográficas

1. Bonifacio N, Saito M, Gilman RH, Leung F, Cordova Chavez N, Chacaltana Huarcaya J, et al. High risk for tuberculosis in hospital physicians, Peru. Emerg Infect Dis. 2002;8(7):747-8.

2. Cabezas C. Tuberculosis en personal y estudiantes de salud: un tema pendiente para los servicios de salud y la universidad. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(2):179-80.

3. Huaroto L, Espinoza MM. Recomendaciones para el control de la transmisión de la tuberculosis en los hospitales. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2009;26(3):364-9.

4. Baig AS, Knapp C, Eagan AE, Radonovich LJ Jr. Health care workers’ views about respirator use and features that should be included in the next generation of respirators. Am J Infect Control. 2010;38(1):18-25.

5. Roberge RJ, Kim JH, Benson SM. Absence of consequential changes in physiological, thermal and subjective responses from wearing a surgical mask. Respir Physiol Neurobiol. 2012;181(1):29-35.

Correspondencia: Manuel André Virú-LozaDirección: Jr. Piedra Bigua 2241-a, San Juan de Lurigancho. Lima 36, Perú.Telefono: (511) 3043417Correo electrónico: [email protected]

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Cartas al editor

1 Facultad de Medicina “Alberto Hurtado”, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

2 Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina Cayetano Heredia (SO-CEMCH). Lima, Perú.

3 Escuela de Postgrado “Víctor Alzamora Castro”, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

a Estudiante de Medicina, b médico magíster en Salud Pública y Epide-miología.

Recibido: 06-09-12 Aprobado: 31-10-12

Citar como: Carrillo-Larco RM, Segura ER. Presupuesto participativo, ¿las regiones más vulnerables lo invierten en salud? Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):583-4.

PRESUPUESTO PARTICIPATIVO,¿LAS REGIONES MÁS VULNERABLES

LO INVIERTEN EN SALUD?

PARTICIPATIVE BUDGET: DO THE MOST VULNERABLE REGIONS INVEST

IT IN HEALTH CARE?

Rodrigo M. Carrillo-Larco1,2,a, Eddy R. Segura3,b

Los países latinoamericanos han adoptado un modelo de gestión en el que la población coordina con sus autoridades los planes de inversión social (1); a ello se le conoce como presupuesto participativo (PP). En el Perú, la Ley 28056, junto con su reglamento e instructivo, aseguran la participación civil en la programación del presupuesto regional o local, en proyectos de alcance social que incluyen a la salud; cabe resaltar que la información sobre el uso de este presupuesto es pública y está disponible en el portal electrónico del Ministerio de Economía y Finanzas (2). El porcentaje de proyectos en salud, en los PP desde el 2010 y para todas las regiones, se muestra en la Tabla 1 de donde se desprenden observaciones que destacamos más adelante.

Llama la atención que en algunas regiones como Huancavelica, Huánuco, Cajamarca, Madre de Dios y Piura, no hayan aumentado el número de proyectos en temas de salud dentro del PP, aun cuando estas regiones son consideradas de alta vulnerabilidad (3). Aun más preocupante es que tres de ellas (Madre de Dios, Piura y Huancavelica) hayan disminuido el número de proyectos año tras año.

En general, el bajo número de proyectos en salud es congruente con lo reportado sobre la relación inversa entre tasas de desnutrición y mortalidad infantil, con la inversión per cápita en salud a nivel regional también en nuestro país (4).

El decreciente número de proyectos en salud en el PP puede ser explicado por varias razones reportadas previamente (1,5). Entre ellas tenemos la falta de voluntad

política de las autoridades que dirigen, o impulsan el PP; una sociedad civil poco participativa, o que se siente menos frente a su contraparte institucional. Respecto a lo último, el fomento de la participación ciudadana, y la coordinación con las autoridades locales en el desarrollo de políticas sociales, es parte de las funciones del primer nivel de atención (PNA), según la NTS 021-MINSA/DGSP-V.02. También, el PNA debe identificar las carencias en salud en su jurisdicción, elaborar planes y análisis, y socializarlos con la población. Así, puede buscar motivar en la población el ánimo por asumir una participación activa en el contexto de los programas sociales, regionales o nacionales, como lo es el PP.

La participación ciudadana, a partir del empoderamiento e información, promueve que la sociedad civil, muchas veces marginada, se beneficie del desarrollo social y eco-nómico (5). En la actualidad las políticas, y proyectos para combatir los problemas de la salud pública no deberían basarse solo en teoría epidemiológica, cifras estadísticas, u oportunidades políticas; deben contar también con la participación directa de todos aquellos actores involucra-dos, incluyendo la sociedad civil. Los autores considera-mos importante reforzar la actividad del PNA y esfuerzos similares en cuanto a informar y empoderar a la población

Tabla 1. Número de proyectos en salud en los PP de todas las regiones. Perú, 2010-2012.

Gobiernoregional

Proyectos priorizados por PPLínea de

acción: saludTotal de

proyectos %

Callao 52 102 51,0Cajamarca 10 26 38,5Puno 29 128 22,7Apurímac 139 723 19,2Amazonas 16 86 18,6Piura 58 313 18,5Huánuco 20 116 17,2Loreto 10 66 15,2Ucayali 12 84 14,3Arequipa 69 549 12,6La Libertad 41 333 12,3San Martín 19 161 11,8Pasco 7 61 11,5Huancavelica 142 1278 11,1Cusco 31 289 10,7Lima 23 220 10,5Lambayeque 30 306 9,8Tumbes 26 286 9,1Ancash 59 663 8,9Junín 9 105 8,6Ica 21 251 8,4Madre de Dios 79 1150 6,9Moquegua 8 128 6,3Tacna 6 95 6,3Ayacucho 7 125 5,6Fuente: Dirección General de Presupuesto Público.

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para que busquen continuar, o aumentar, las iniciativas en salud en el PP. Lo mismo también es aplicable a otros programas sociales, en especial en aquellas regiones donde la situación de salud no tiene buenos indicadores.

Fuentes de financiamiento: autofinanciado.

Conflicto de interés: los autores declaran no tener conflictos de interés.

Referencias Bibliográficas 1. Montecinos E. Democracia participativa y presupuesto par-

ticipativo en Chile: ¿complemento o subordinación a las ins-tituciones representativas locales? Rev cienc polít (Santiago). 2011;31(1):63-89.

2. Perú, Ministerio de Economía y Finanzas. Presupuesto Partici-pativo [Internet]. Lima, Perú: MEF; [citado el 13 de agosto de 2012]. Disponible en: http://presupuesto-participativo.mef.gob.pe/app_pp/db_distedit.php

3. Perú, Ministerio de Salud, Dirección General de Epidemiolo-gía. Análisis de la situación de salud del Perú. Lima: 2010.

4. Monje-Vargas JA. Equidad e inversión en salud pública de la República del Perú. Rev Cubana de Salud Pública. 2011;37(4):452-61.

5. Parkinson S. Power and perceptions in participatory monitor-ing and evaluation. Eval Program Plann. 2009;32(3):229-37.

Correspondencia: Rodrigo M. Carrillo Larco.Dirección: Av. 28 de Julio 818, Lima 18, Perú. Teléfono: (51) 997951551Correo electrónico: [email protected]

1 Departamento de Investigación. Fundación Hematológica Colombia. Bogotá, Colombia.

2 Facultad de Enfermería y Rehabilitación, Universidad de la Sabana. Bo-gotá, Colombia.

a Enfermero, especialista en estadística aplicada; b bacterióloga y laborato-rista clínica; c magister en ciencias.

Recibido: 15-10-12 Aprobado: 31-10-12

Citar como: Cruz-Bermúdez H, Forero-Rincon S, Moreno-Collazos J. Reactividad contra Treponema pallidum en donantes de sangre, Ibagué, Colombia, 2011. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2012;29(4):584-5.

REACTIVIDAD CONTRA Treponema pallidum EN DONANTES DE SANGRE,

IBAGUÉ, COLOMBIA, 2011

REACTIVITY TO Treponema pallidum IN BLOOD DONORS, IBAGUÉ, COLOMBIA, 2011

Harold Cruz-Bermúdez1,a, Sandra Forero-Rincon1,b, Jorge Moreno-Collazos2,c

El uso seguro de los componentes sanguíneos es un constante reto para los entes reguladores de salud pública y, en general, para los bancos de sangre. En

Colombia se encuentra estipulado en el Decreto 1571 de 1993, “Manual de normas técnicas, administrativas y de procedimientos en banco de sangre”, la realización obligatoria de pruebas de tamizaje de las unidades de sangre, para detección de agentes potencialmente transmisibles por transfusión, como son: los anticuerpos para virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) 1 y 2; anticuerpos para hepatitis C; antígeno de superficie para hepatitis B (HbAgS); serología para sífilis, y por último, anticuerpos para el Tripanozoma cruzi (1).

La prevalencia de sífilis es variable, en países desa-rrollados resultados positivos a VDRL ocurren entre el 0,05 al 0,6% (2); en países africanos alcanza el 13,8%; en Asia la proporción es de 5,8%, mientras que en Lati-noamérica alcanza valores entre 0,7 al 4,1% (3-4). En la mayoría de los casos los bancos de sangre y sistemas de vigilancia epidemiológica de estos países calculan la prevalencia según los casos sobre el total de unida-des procesadas por los hemocentros, este cálculo se hace considerando la posibilidad de detectarse picos epidemiológicos en donde la infección se puede pre-sentar con mayor frecuencia.

Con el objetivo de caracterizar a los donantes de sangre que presentaron reactividad contra Treponema pallidum durante el 2011 en un banco de sangre de la ciudad de Ibague, Colombia, se realizó un estudio transversal en el Banco de Sangre Fundación Hematológica Colombia, sede Ibagué. Se analizó el total de la población de registros de donantes de sangre que presentaron reactividad en el el tamizaje para Treponema pallidum durante el año 2011. Las variables analizadas fueron: edad, sexo, estado civil, régimen de filiación, estado civil, y ocupación.

En el análisis estadístico descriptivo se aplicaron medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas, y frecuencias absolutas y relativas para las variables cualitativas; se calculó la prevalencia de reactividad para T. pallidum. En el análisis bivariado se aplicó la prueba chi cuadrado. El desarrollo de la investigación cuenta con el aval de la institución y del comité de ética e investigación de la Fundación Hematológica Colombia; la investigación se enmarca en la categoría de investigación sin riesgo puesto que fue un estudio retrospectivo según la resolución 008430 de 1993 del Ministerio de salud de Colombia.

Durante el 2011 en la sede de Ibagué se procesaron un total de 37 998 unidades de sangre en el Banco de Sangre Fundación Hematológica Colombia; se encontró una prevalencia de infección de 1,92%, es decir 733 registros de donantes de sangre, de los

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cuales el 52,3% pertenecían al sexo masculino, la edad promedio fue de 38,9 ± 12,4 años. En cuanto al estado civil, el 44,5% era soltero y el 26,3% se encontraba en unión libre; el 63,7% se encontraba empleado, y dentro de la distribución de régimen de filiación el 55,9% pertenecía al régimen contributivo.

En cuanto a la distribución de la reactividad para el tamizaje de Treponema pallidum, el mes con mayor número de casos fue mayo (91 casos) en contraste con el mes de julio en donde se presentó el menor número de casos de reactividades de todo el periodo de estudio (25 casos).

Para la distribución de variables por sexo, se encontraron diferencias significativas con relación a la agrupación de la edad, y el estado civil, con predominio de “soltero” para ambos sexos; y en ocupación donde “desempleado” predomina en las mujeres (61,7%) y “empleado” en los hombres (86,9%), para la distribución de las otras variables no se encontraron datos significativos.

En general la prevalencia de la reactividad para sífilis encontrada en nuestro estudio se encuentra dentro del rango descrito para Latinoamérica (3-4), en donde se pueden encontrar prevalencias del 0.68% informadas por los bancos de sangre de la Cruz Roja, así como prevalencias del 1,1% en Montería, Colombia (5)

Estos casos se siguen presentando aun cuando se indaga sobre conductas sexuales de riesgo en los donantes de sangre, situación por la cual el fortalecimiento del uso seguro de los componentes sanguíneos debe ser un trabajo constante de los bancos de sangre, ya que la presencia de la infección no está ligada netamente a sujetos con factores de riesgo.

En este estudio se encontró que la prevalencia de reac-tividad para sífilis en donantes de sangre es congruente con la informada en otros estudios para Latinoamérica, con una mayor prevalencia de esta infección entre los donantes solteros. El tamizaje y el uso seguro de los componentes sanguíneos, como tarea de los bancos de sangre, así como el conocimiento de las caracterís-ticas de los donantes son necesarios para el control y la prevención de probables infecciones vinculadas al uso de hemoderivados.

Fuentes de financiamiento: Fundación Hematológica Co-lombia.

Conflictos de interés: Los autores declaran no tener conflic-tos de interés en la publicación de este artículo.

Referencias Bibliográficas

1. República de Colombia. Manual de normas técnicas, admi-nistrativas y de procedimientos en bancos de sangre. Decreto 1571. 12 de agosto de 1993.

2. Montiel M, Arias J, Pozo E, Mogollón A. Importancia de las pruebas específicas e inespecíficas para el diagnóstico de sífilis en donantes de sangre. Kasmera. 2008;36(2):169-76.

3. Pérez D, Máttar S. Prevalencia de marcadores infecciosos en el banco de sangre del hospital San Jerónimo de Montería: 1996 – 2001. Infectio. 2003;7(1):15-20.

4. Rivera-López M, Arenas-Esqueda A, Ambriz-Fernández R. ¿Son necesarios los estudios de sífilis en los donadores de san-gre? Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2009;47(1):65-8.

5. Viamonte R, Cabal E. Prevalencia de la prueba VDRL reactiva en donantes del banco de sangre de Guanabacoa. Rev Cubana Hig Epidemiol. 2002;40(3).

Correspondencia: Harold Fabián Cruz BermúdezDirección: Carrera 65 No 81 – 67. Bogotá, Colombia.Teléfono: (57) 4379999 Ext 122Correo electrónico: [email protected]

Tabla 1. Distribución por sexo de los donantes reactivos a sífilis.

VariablesSexo

PFemenino MasculinoN.° (%) N.° (%)

Edad*< 40 años 166 (47,4) 211 (55,1) 0,038> 40 184 (52,6) 172 (44,9)Estado civil Casado 64 (18,3) 86 (22,5) <0,001Soltero 152 (43,4) 174 (45,4)Unión libre 88 (25,1) 105 (27,4)Viudo/divorciado 46 (13,1) 18 (4,7)OcupaciónDesempleado 216 (61,7) 50 (13,1) <0,001Empleado 134 (38,3) 333 (86,9)Régimen de afiliaciónContributivo 197 (56,3) 213 (55,6) 0,855Subsidiado 153 (43,7) 170 (44,4)

* Se agrupo la variable edad tomando como punto de corte su mediana

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