Devolución del Tutor

Nota: 0.50

Estimado Fernando, de verdad te agradezco mucho el que hayas compartido todo este material conmigo, el de las respuestas al cuestionario y la manera tan creativa y la vez profundísima de haber “releído tu historia” y haberla presentado. Me conmueve sobremanera que compartas conmigo detalles de tu historia personal y familiar, y me alegra mucho pensar que una actividad de un curso de formación en el carisma haya posibilitado esta relectura de la vida que lograste ensayar. Seguramente ya la habías hecho en varias oportunidades y la tendrías más que presente en tu corazón, pero me resulta llamativa la manera como este trabajo te puso en contacto directo con tu historia, sus momentos trascendentales y los desafíos permanentes que la atraviesan y dinamizan, y se logró lo que intuitivamente busca esta propuesta formativa…ayudar a que cada uno entre en contacto consigo mismo de manera profunda, pueda releer la propia vida iluminado por las claves que ofrece el itinerario vital del Hermano Gabriel, y poder así sentirse en algo identificado con él, acompañado por él, inspirado por él en su manera de entender y vivir la vida. Dicho así, veo que en este ejercicio has logrado poner en práctica mucho de estos objetivos, y me alegra. El hablar de “tu Belleydoux” y del paralelismo establecido en las distintas rupturas o invitaciones a crecer que tanto Gabriel como tú fueron viviendo son señal clara de ese logro. Quiero agradecerte la calidad y hondura con que te dedicas a realizar estas actividades. Tengo la sensación de que el compromiso con el que has encarado este proceso de formación te está dando la posibilidad de ir transitando un verdadero camino de maduración espiritual, fruto del revisar, releer, narrar, contemplar tu propia vida a la luz del proceso humano del Hermano Gabriel. No sólo me alegra, sino que me sobrecoge y me emociona poder ser “testigo inmerecido” de este proceso, gracias a la oportunidad que se me ha regalado de ser tutor en esta experiencia.Asimismo, la mención de los elementos que te han llamado la atención de la vida y el contexto de Gabriel son muy pertinentes, por el impacto real que los mismos tuvieron en la construcción personal y vocacional de Gabriel. Del mismo modo, los aspectos de tu historia de vida que rescataste guardan una cierta relación y coherencia con eso que mencionaste sobre Gabriel, porque fueron los elementos que también marcaron a fuego la trayectoria de tu vida hasta el presente. En esa línea, lo que me compartes de tu experiencia de crianza de tus hijos, el desafío y los aprendizajes que cada uno de ellos te presenta, lo mismo que la marca que deja en tu vida la experiencia de Villapaz y de las experiencias misioneras me resultan extremadamente edificantes. Los desafíos ante los que nos encontramos y con los que tenemos que dialogar se multiplican día a día, y seguramente que la ansiedad puede jugarnos en contra, condicionando las posibilidades del diálogo, de la escucha, de la atención a los momentos del otro, a sus propios procesos. El equilibrio entre la paciencia y la necesidad de avanzar y definir es uno de los más difíciles de aprender, incluso, primero, con uno mismo. Nos cuesta

horrores tolerar nuestras propias “zonas grises”, y asumirnos incompletos o imperfectos, “en construcción” y, por lo tanto, relativos, en proceso, en marcha…no hechos del todo. En ese sentido, la experiencia de humildad del Hermano Gabriel, que aún en su vejez decía que “sentía que no había hecho otra cosa que tejer telas de araña…” por la precariedad en la que sentía su obra y su propia realidad personal, puede llenarnos de aliento y esperanza en nosotros mismos, apaciguar nuestras ansiedades y darnos confianza en el valor y la potencialidad de lo pequeño que hoy sembramos, y cuyo fruto, depositado en manos de Dios, puede llegar a ser cosecha abundante, más allá de nuestras fuerzas.Estimado Fernando, que sigamos transitando este camino de aprendizaje y de profundización en nosotros mismos con fruto para cada uno de nosotros y también para quienes comparten nuestra vida: que tu familia, tus amigos, tus compañeros docentes, tus alumnos…disfruten también de lo que este camino de formación pueda sembrar en ti, o mejor dicho, despertar de lo que ya, en semilla, tienes en el corazón. Un abrazo grande, Carlos.