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MIÉRCOLES 11 DE ABRIL DEL 2012 512 Escrituras Vida de Terenci Moix La vibrante biografía literaria del escritor barcelonés centra ‘El tiempo es un sueño pop’ de Juan Bonilla, premio Gaziel 2011 Página 6 En directo Ópera abierta El Teatro Real estrena una ópera sobre Marina Abramovic, artista de la performance que es además protagonista de un filme documental Página 24 Licencia para prohibir Gracias a la apertura de archivos sabemos cómo actuó la censura franquista contra los escritores Páginas 2 a 5 Reciclaje Rock censurado El franquismo se dedicó también a cortar y alterar canciones y discos de Bob Dylan, Leonard Cohen, los Rolling Stones, Lou Reed o el grupo Veneno Página 30

Vida y obra de Marina Abramovic - The Artist is present

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Artículo sobre la obra "Vida y muerte de Marina Abramovic" en el Teatro Real y el documental de la HBO "The artist is present". La Vanguardia, suplemento CULTURA/S. 11 de abril de 2012 © Ferran Mateo

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MIÉRCOLES11

DEABRILDEL2012

512 EscriturasVida de Terenci MoixLa vibrante biografíaliteraria del escritorbarcelonés centra ‘Eltiempo es un sueño pop’de Juan Bonilla, premioGaziel 2011Página 6

En directoÓpera abiertaEl Teatro Real estrenauna ópera sobre MarinaAbramovic, artista dela performance que esademás protagonista deun filme documentalPágina 24

Licencia para prohibirGracias a la apertura dearchivos sabemos cómo actuóla censura franquista contralos escritoresPáginas 2 a 5

ReciclajeRock censuradoEl franquismo se dedicótambién a cortar y alterarcanciones y discos de BobDylan, Leonard Cohen,los Rolling Stones, LouReed o el grupo VenenoPágina 30

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Miércoles,11abril2012

ENDIRECTO

FERRAN MATEONadie está vacunado para los ner-vios en los estrenos. A MarinaAbramovic le preocupa la reacciónque pueda tener el público delReal ante su obra. “Me han dichoque es bastante conservador”, mecomentadesdeNuevaYork.Le res-pondo que tal vez Peter Sellars leha allanado el camino. Semanasmás tarde, al hacermeelmismoco-mentario desdeMilán, le aviso queconAlain Platel noha ido demasia-dobien.Para concertar estas llama-das he hablado con tres asistentes.Hace tiempo queMarina Abramo-vic dejó de ser la performer que vi-vía en una furgoneta con su parejaUlay. Ahora tiene detrás toda unainfraestructura, cuida al detalle sulegado y Rem Kolhaas proyecta sufuturoCentro para la PreservacióndelArte de laPerformance. Le pre-gunto qué se siente al asistir a supropio entierro, aun siendouna fic-ción teatral. “La muerte siempreha formado parte de mi vida”, res-ponde. Me cuenta la historia de subisabuela, que reunió a toda la fa-milia cuando creyóque le había lle-gado lahora.Tenía la ropaprepara-

dadesdehacíamuchosaños.Yaha-bía leído este pasaje de su vida, pe-ro no la interrumpo. Hago caso aJamesWestcott, autorde la biogra-fía When Marina Abramovic dies:“Cada vez queMarina explica unahistoria, la mejora”, condición ne-cesaria para construir un mito. Lamuerte también planeó en algunasde sus performances, como cuan-do dejó un arma cargada a merced

del público (Rythm0), se tumbóenel centro de una estrella de fuego(Rythm 5) o se dejó apuntar poruna flecha (Rest energy). Y no con-tenta con ello, en su testamento hadejado estipulado cómo serán susexequias. Tres féretros, uno con sucuerpo y dos vacíos, se enterraránen tres ciudades distintas. Y se ser-virá unpastel con la formade la ar-tista, elementodignodeunapelícu-la de Greenaway. Abramovic no secansa demejorar la historia.EnEl artista del hambre, deKaf-

ka, un ayunador enjaulado hace lasdelicias del público. La expecta-ción crece cadadía quepasa sin co-mer. Sequedamirandoel vacío, de-lante de sí, con ojos semicerrados,y sólo de vez en cuando bebe agua.Ochenta años después Abramovicejecutó The House with the OceanView en la neoyorquina galeríaSean Kelly. Fueron doce días deayuno viviendo en tres cubículos

abiertos al público, anclados a lapared. En cada uno reposaba unaescalera cuyos peldaños eran cu-chillos. Cuando al artista de Kafkalepreguntanpor quénopuede evi-tar la práctica del ayuno respondeque no come porque no ha encon-trado un alimento de su gusto. Lavida y el arte del ayunador eran in-disolubles. Lomismo puede decir-se de la artista serbia, que ha situa-do la herida íntima (literalmente)en el centro de su obra, como elcorte en las telas de Lucio Fontana

o las brechas en las esculturas deAnish Kapoor. Siempre ha afirma-do que su “terrible infancia”, en elcontexto del sacrificado y heroicocomunismo de Tito, la había surti-do de materia prima para su arte.SusanSontag, conquien trabó fuer-te amistad, escribióEl artista comosufridor ejemplar sobre los diariosde Pavese. ¿Por qué nos interesa lavida íntima del artista? Según Son-tag, nuestra curiosidad no se debeal afán por comprender mejor suobra sino que exigimos, como enlas épocas de fe religiosa respectoal sacrificio humano, “la desnudezdel autor”. Participar de su intros-pección, además de descubrir suyo, supone descubrir un yo que su-fre. En la conciencia contemporá-nea el artista es el sufridor ejem-plar y, conel sufrimiento comomo-neda de cambio, este se mueve enla economía del arte. Hemos pasa-do de un artista que desvelaba laverdadde algo al artista quedescu-bre la verdad de sí mismo. En eso,Abramovic es ejemplar.Noes la primera vez que la artis-

ta pone en bandeja a un directorde escena su exploración de los lí-

MarinaAbramovicPionera del arte de la performance, elTeatroReal deMadrid estrenaunaóperasobre suvida yobra. La actualidadde la artista serbia incluye tambiénundocumental y una exposición

El entierro de la performer

Endirecto Un instante de la

ópera que seestrena en el Realde MadridFOTO LUCIE JANSCH

Hemos pasado del artista que desvelaba laverdad de algo al artista que descubre la verdadde sí mismo; en eso, Abramovic es ejemplar

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ENDIRECTOmites del cuerpo y la mente. Fue

necesaria la crisis existencial poste-rior a la separaciónde supareja ar-tística durante doce años, UweLaysiepen (Ulay), cuyo final subli-maron en la performance The lo-vers: cadauno avanzódesde unex-tremode laMuralla chinahasta en-contrarse en un punto donde, trasun abrazo, se separaron para siem-pre. Ulay se enamoró de su traduc-tora. Marina atravesó un periodode inseguridad, necesitaba reivin-dicarse como la artista autónomaque había sido antes de la relación.EnBiography (1992), Charles Atlaspuso enescena una lectura de la vi-da y obra deAbramovic. Aunque laartista volvía a reproducir algunasde sus performances nada teníaque ver con la esencia del género:impredecible, vulnerable, no repe-tible. Pero el fin era otro, cogerperspectiva de sí misma, proyectarsus deseos, ser extravagante y ba-rroca cuando todavía estaba reha-ciendo su carrera y vida personal.El constructo teatral se fue enrique-ciendo connuevos episodios. Le si-guieron Delusional (1994) con elmismodirector, que incluyóunvia-je a los Balcanes, y The BiographyRemix (2005) deMichael Laug, es-trenada en Aviñón, donde por pri-mera vez cede la ejecución de susperformances a sus alumnos. Trasel estreno enManchester, es el tur-no de Robert Wilson.

A la manera de Diághilev, La vi-da y la muerte de Marina Abramo-vic presenta un repóquer de nom-bres de disciplinas distintas: ade-más de la performer, estánWillemDafoe como narrador, el cantanteAntony Hegarty, el compositorWilliam Basinski, el vestuario deJacques Reynaud y la dirección deWilson.Pero de todo elmenú, el di-rector texano es el plato especial.Si primero trabajó con el dolor,

Abramovic ahora se centra en laduración, el tiempo mental mol-deable comoelemento transforma-tivo. En ese sentido, Robert Wil-son es su alma gemela en el teatro.Él también ha planteado duros de-safíos al público, comounaproduc-ción de siete días ininterrumpidoso las doce horas de The life and ti-mes of Joseph Stalin. Pero tambiénles une la conciencia del cuerpo, lalentitud, el flujo de energías queatraviesa el escenario modeladopor la luz en la creación de un ta-bleau vivant, la invitación a la con-templación. De la misma genera-ciónqueAbramovic,Wilsonnona-ció en la Yugoslavia de Tito, perosí en elWaco de la segregación ra-cial y la homofobia. Ambos huye-ron del nido y crecieron con el artede acción y la danza contemporá-nea. En esta ocasión, Wilson se hacentrado en la biografía de Abra-movic, que hará de sí misma y desumadre. Asistirá primero a su fu-neral y luego le seguirá un largoflashback desde su infancia hastala muerte, de la luz a la oscuridad.Sólo queda averiguar si, en el Real,Abramovic mejorará su historia. |

Desde la acción de Joseph BeuysI like America and America likesme (1974) ninguna performancehabía dejado huella tan honda enEE.UU.Cuando lamáquina de le-gitimación, el museo, abrió laspuertas a su retrospectiva, la abue-la de la performance se encontrócon que el tiempo había pasado,pero la institución por antonoma-sia del arte aún no había resueltolamanera de acoger el género, co-mo sí lo había hecho con el vídeo,la fotografía o el arte digital. ¿Po-demos contentarnos con la docu-mentación del arte de acción, quenunca sustituirá su esencia, la ex-periencia directa y efímera, o per-mitimos que se reinterprete co-mo si fueraunapartituraounaco-reografía para que siga vivo? Lapregunta sigue en el aire. Al mu-seo se le escurre el presente, tiem-po verbal del arte de acción.The artist is present, la perfor-

mance que se desarrolló durantelos 90 días de la retrospectiva delmismo título en elMoMA, se con-sidera la esencia de toda su trayec-toria, el suprematismo de la ac-ción. Las verdaderas obras de ar-te, escribió Kandinski, nacenmis-teriosamente del artista por la víade la mística. Sentada en una sillaen el centro de un perímetro cua-drado, la artista esperaba inmóvil,sin descansos, el intercambio deenergía con los visitantes del mu-seo. Si 30 segundos es el prome-dio que nos detenemos ante unaobra de arte, el espectador sostu-vo la mirada sentado ante Abra-movic 20 minutos de media. Esuna relectura de Nightsea cros-sing que, entre 1981-86, practicócon Ulay: uno sentado frente alotro, en silencio, hasta el límite delas fuerzas. En elMoMA el públi-co tomaba el asiento de Ulay si-

guiendo la premisa de que el pú-blico es quien completa la obra dearte. ¿Y por qué eso lo es? Para laartista balcánica es arte porquetransforma, crea un espacio fueradel tiempo en que el artista es unespejo que muestra lo que refleja,pero nunca el propio espejo. Yesa embriaguez del arte, alcanza-da tal vez en algún instante de eseintercambio, decía Baudelaireque era la más apta para velar losterrores del abismo.HBO se embarcó en la produc-

ción del documental, codirigidoporMatthew Akers y Jeff Dupre.Se presentó en la última Berlinaley recibió el premio del Público.¿Documental? Aspira a algo más,

como El sol de membrillo de Eri-ce, pero con la dificultad ontológi-ca de que no sólo sigue los prepa-rativos ymotivaciones, sino lapro-pia performance, su esencia intan-gible; no hay aquí el movimientode un pincel, sólo miradas. Akerscomenta lo que ha supuesto estereto: “Al principio pensaba queera posible crear una película conun estilo basado en la observa-ción cuyo eje sería la retrospecti-va, la nueva acción y los preparati-vos. Pero luego en posproduccióncreamos un artificio con el soni-do, el montaje musical y la edi-ción que, además de comunicarconceptos clave de la obra,trans-mitiera algoparecido a loque sen-timosnosotros.Después de traba-jar enmuchos documentales esta-

ba precavido y sabía que este gé-neromientemásqueel cinede fic-ción, porque se vende como realpero es siempre subjetivo. Nocreoque lamisión fuera serverda-dero sino contar una historia con-vincente. Por eso mientras rodá-bamos intentábamos estetizar laimagen y, en la sala de edición, lasescenas se impregnaron de ten-sión y estímulos. A diferencia delas performances, el cine es antetodo entretenimiento. Pero creoque esta película permanece en elrecuerdo no a pesar de sino gra-cias a la subjetividad que destila”.El documental se condimenta

condetalles biográficos opersona-jes que remueven los sentimien-tos de la artista y con ello se fuer-za la empatía del espectador. PoresoUlay tiene un peso tan especí-fico como notario del “quién te havisto y quién te ve”. Su reencuen-tro en el MoMA, sentado de nue-vo ante Abramovic, es uno de losclímax de la cinta.Si bien el documental parece

noposicionarse respecto aunper-sonajeque el comisariode la expo-sición dice que siempre está ac-tuando, sí muestra de manera su-til sus debilidades y contradiccio-nes, lo cual ayuda a tener una ideaaún más compleja de Abramovic,comediante para unos, chamánpara otros. De haberse excedidoen la crítica, el espectador se ha-bríadespistado del principal obje-tivo: (re)vivir la experiencia. Perocomo en elMoMA, no deja de serun acto íntimo, frustrante o exito-so pero íntimo. Abramovic hacetiempoquebuscaunarte sin obje-tos yThe artist is present es su ale-gato. “Por desgracia, hoy en díasentarse simplemente ante al-guien y mirarle a los ojos es unaidea profunda”, dice Akers. F.M.

ÓPERAThe Life andDeath of MarinaAbramovic(Vida y muertede Marina Abra-movic)

TEATRO REALMADRID

Una creación deMarina Abramo-vic y RobertWilson. Directormusical, composi-tor y letrista:Antony Hegarty.Del 11 al 22 deabril. www.tea-tro-real.com

DOCUMENTALMarinaAbramovic. TheArtist is Present

Director:Matthew Akers.El documentalsigue lospreparativos dela exposiciónretrospectiva yperformance dela artista en elMoMA de NuevaYork. Presentadoen los festivalesde Berlín (premiodel Público) ySundance 2012,está previsto suestreno enEspaña elpróximoseptiembre

EXPOSICIÓNMarinaAbramovicSelected EarlyWorks

LA FÁBRICA GALERÍAMADRID

Fotografías yvídeos de algunasde las másdestacadas perfor-mances de laartista. Hasta el 2de junio.www.lafabrica.com

LIBROMarinaAbramovicThe Kitchen

LA FÁBRICAEDITORIAL

Edición limitadadel trabajo ‘TheKitchen. Homena-je a Santa Tere-sa’, una serie defotografías sobrela performancerealizada en lascocinas de LaLaboral de Gijón.www.lafabrica.com

‘The artist is present’

Documentando lo efímero

Una imagen de laartista serbia taly como aparece enel documental ‘Theartist is present’

El filme, que recogela performance de laartista en el MoMA.no renunciaa la subjetividad