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Vida y obras agresiva, del Estado totalitario y de la raza «pura de los superhombres». Sin embargo -como lo confirma la edición auténtica de sus escritos- hay que excluir del contexto de su filosofía la interpretación del «super- hombre» de Nietzsche como profeta del nazismo. El superhombre no es el nazi, sino el filósofo que anuncia una nueva humanidad, una humanidad que, liberándose de antiguas cadenas, va «más allá del bien y del mal». Entre estas antiguas cadenas Nietzsche enumeró también la idolatría del Estado: «El más frío de todos los monstruos se llama “Estado”. También es frio en el mentir, y la mentira que sale de su boca es la siguiente: “¡Yo, el Estado, soy el pueblo!"» «En la tierra no hay nada más grande que yo; yo soy el dedo de Dios -así ruge el monstruo [...]. El Estado está allí donde todos, buenos y malos, se embriagan con veneno; allí donde todos se pierden a mismos; allí donde el lento 'suicidio de todos se llama “vida”.›› El Estado es un ídolo que hiede: «Su idolo huele mal -el frío monstruo- y todos hieden, todos los adoradores del ídolo [...]. ¡Huid del mal olor! Huid de la idolatría de los hombres inútiles [...]. Sólo cuando deja de existir el Estado, comienza el hombre no inútil.›› Nietzsche pone estas palabras en boca de Zaratustra. Y en el ensayo Schopenhauer como educador leemos lo siguiente: «Padecemos [...] las consecuencias de aque- lla doctrina predicada en época reciente desde todos los tejados, según la cual el fin supremo de la humanidad sería el Estado y el hombre no tendría deber más alto que servir al Estado: en esto no veo una recaída en el paganìsmo, sino en la estupidez.» «El Estado desea que los hombres puedan idolatrarlo.›› Sin embargo, aconseja Nietzsche, «hieden todos es- tos adoradores del ídolo». En El ocaso de los ídolos, además, Nietzsche sostiene que «la cultura y el Estado son antagonistas». 3. Su viDA Y sus oaims Friedrich Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, cerca de Lützen. Estudió filología clásica en Bonn y en Leipzig, donde tuvo como maestro a Friedrich Ritschl. En Leipzig leyó El mundo como voluntad y como representación de Schopenhauer, y esta lectura dejó una impronta decisiva en el pensamiento de Nietzsche. En 1869, cuando sólo contaba 24 años, Nietzsche fue llamado a ocupar la cátedra de filología clásica en la universidad de Basilea. Allí entabló amistad con el famoso historiador Jakob Burckhardt. En este período se produce su encuentro con Richard Wagner, que en aquella época vivía con Cósima von Bülow en Triebschen, sobre el lago de los Cuatro Cantones. Nietzsche se convierte a la causa de Wagner, a quien siente como «su insigne precursor en el campo de bata- lla», y colabora con él en la organización del teatro de Bayreuth. En 1872 se publica El origen. de la tragedia. Este libro suscitó violentas polémicas y fue salvajemente atacado por Wilamowitz-Möllendorf. Entre 1873 y 1876 Nietzsche escribe las cuatro Consideraciones intempestivas. Mientras tan- to, por motivos personales («Wagner es un histrión sediento de éxitos mundanos››) y por razones teóricas («Wagner no es en absoluto un regene- rador de la cultura››) se produce la ruptura con Wagner. Así lo atestigua la obra Humano, demasiado humano (1878), donde también se toman dis- tancias con respecto a Schopenhauer y su filosofía. Al año siguiente, en 381

Vidayobras agresiva, del Estadototalitarioydelaraza ...€¦ · el paganìsmo, sino en la estupidez.» «El Estado desea que los hombres puedanidolatrarlo.››Sinembargo,aconsejaNietzsche,«hiedentodoses-

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Vida y obras

agresiva, del Estado totalitario y de la raza «pura de los superhombres».Sin embargo -como lo confirma la edición auténtica de sus escritos-

hay que excluir del contexto de su filosofía la interpretación del «super-hombre» de Nietzsche como profeta del nazismo. El superhombre no es elnazi, sino el filósofo que anuncia una nueva humanidad, una humanidadque, liberándose de antiguas cadenas, va «más allá del bien y del mal».Entre estas antiguas cadenas Nietzsche enumeró también la idolatría delEstado: «El más frío de todos los monstruos se llama “Estado”. Tambiénes frio en el mentir, y la mentira que sale de su boca es la siguiente: “¡Yo,el Estado, soy el pueblo!"» «En la tierra no hay nada más grande que yo;yo soy el dedo de Dios -así ruge el monstruo [...]. El Estado está allídonde todos, buenos y malos, se embriagan con veneno; allí donde todosse pierden a sí mismos; allí donde el lento 'suicidio de todos se llama“vida”.›› El Estado es un ídolo que hiede: «Su idolo huele mal -el fríomonstruo- y todos hieden, todos los adoradores del ídolo [...]. ¡Huid delmal olor! Huid de la idolatría de los hombres inútiles [...]. Sólo cuandodeja de existir el Estado, comienza el hombre no inútil.›› Nietzsche poneestas palabras en boca de Zaratustra. Y en el ensayo Schopenhauer comoeducador leemos lo siguiente: «Padecemos [...] las consecuencias de aque-lla doctrina predicada en época reciente desde todos los tejados, según lacual el fin supremo de la humanidad sería el Estado y el hombre notendría deber más alto que servir al Estado: en esto no veo una recaída enel paganìsmo, sino en la estupidez.» «El Estado desea que los hombrespuedan idolatrarlo.›› Sin embargo, aconseja Nietzsche, «hieden todos es-tos adoradores del ídolo». En El ocaso de los ídolos, además, Nietzschesostiene que «la cultura y el Estado son antagonistas».

3. Su viDA Y sus oaims

Friedrich Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, cerca deLützen. Estudió filología clásica en Bonn y en Leipzig, donde tuvo comomaestro a Friedrich Ritschl. En Leipzig leyó El mundo como voluntad ycomo representación de Schopenhauer, y esta lectura dejó una improntadecisiva en el pensamiento de Nietzsche. En 1869, cuando sólo contaba 24años, Nietzsche fue llamado a ocupar la cátedra de filología clásica en launiversidad de Basilea. Allí entabló amistad con el famoso historiadorJakob Burckhardt. En este período se produce su encuentro con RichardWagner, que en aquella época vivía con Cósima von Bülow en Triebschen,sobre el lago de los Cuatro Cantones. Nietzsche se convierte a la causa deWagner, a quien siente como «su insigne precursor en el campo de bata-lla», y colabora con él en la organización del teatro de Bayreuth. En 1872se publica El origen. de la tragedia. Este libro suscitó violentas polémicas yfue salvajemente atacado por Wilamowitz-Möllendorf. Entre 1873 y 1876Nietzsche escribe las cuatro Consideraciones intempestivas. Mientras tan-to, por motivos personales («Wagner es un histrión sediento de éxitosmundanos››) y por razones teóricas («Wagner no es en absoluto un regene-rador de la cultura››) se produce la ruptura con Wagner. Así lo atestigua laobra Humano, demasiado humano (1878), donde también se toman dis-tancias con respecto a Schopenhauer y su filosofía. Al año siguiente, en

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Nietzsche

1879, Nietzsche -por razones 'de salud- pero' también por motivos másprofundosrla- filología no era su destino- abandona la enseñanza y co-mienza su inquieto peregrinaje de pensión en pensión, entre Suiza y Italiay el sur de Francia. En 1881 publica Aurora, donde ya se configuran-lastesis fundamentales de Nietzsche. La gaya ciencia es de 1882: aquí elfilósofo promete un nuevo destino a la humanidad. Escribe estos doslibros en -Génova, donde tiene ocasión de escuchar Carmen, de Bizet, queprovoca su entusiasmo («Aquí habla otra sensualidad, otra sensibilidad,otra serenidad. Esta música es serena [...], tiene sobre sí la fatalidad, sufelicidad es breve, repentina, sin remisión [...]. Esta obra también redime[...], con ella uno se despide del húmedo Norte, de todos los vapores delideal wagneriano››). En 1882 Nietzsche conoce a Lou Salomé, joven rusade 24 años. Cree en ella y quiere contraer matrimonio. Pero Lou Saloméle rechaza y se une a Paul Rée, amigo y discípulo de Nietzsche. La herma-na de Nietzsche, Elisabeth, no fue ajena al fracaso de la relación entre elfilósofo"y la jovenrusa. En 1883, en Rapallo, concibe su obra maestra: Asíhablaba Zaratustra. Esta obra quedó terminada dos años después, entreRoma y Niza. En 1886 entrega a la imprenta Más allá del bien y del mal.La Genealogía dela moral es de 1887, y al año siguiente Nietzsche redactaEl caso Wagner, El ocaso de los ídolos, El Anticristo y Ecce homo. Almismo período pertenece el escrito Nietzsche contra Wagner. Lee a Dos-toievski y le parece haber encontrado una vivienda satisfactoria en Turín,«la ciudad que se ha revelado como mi ciudad». En Turín trabaja en suúltima obra, La voluntad de poder, que sin embargo no logra acabar. El 3de enero de 1889 sufre 'un ataque de locura, tirándose al cuello de uncaballo cuyo dueño estaba apaleando ante su residencia de Turín. Primerofue confiado a la custodia de su madre y, al morir ésta, a la de su hermana.Murió en Weimar, envuelto en las tinieblas de la locura, el 25 de agosto de1900, sin caer en la cuenta del éxito que estaban obteniendo sus libros,que habían editado a sus expensas. Sin ninguna duda, en Nietzsche apare-cen puntos vulnerables, y en especial su actitud polémica agresiva y furi-bunda, no siempre se muestra justa con sus enemigos. En cualquier caso,a tantos años de distancia de su muerte, resulta indiscutible su influjosobre la literatura, el psicoanálisis, la estética y la filosofía, así como sobrela reflexión moral y la filosofía de la religión. Cierto es que un cristianopodría responder a Nietzsche con las mismas palabras que el joven Nietz-sche hacía llegar por carta a un amigo suyo: «¡Querido amigo, la lógica nocrea- ni anula los puntos de vista sobre la vida! Yo me encuentro bien eneste clima y tú, en otro. ¡Respeta mi olfato, como yo respeto el tuyol»Esto es verdad. Pero también es verdad que ética seria y una fe conscienteno pueden ni deben evitar la prueba de fuego que representa el desafío deNietszche.

4. Lo «DroNis'íAco», Lo «Ar›o1.íNEo›› Y EL «PRQBLBMA DE Sóc1umzs››_

En Leipzig Nietzsche lee El mundo como voluntad y como representa-ción de Schopenhauer y queda fascinado. Más adelante escribiría: «Encon-

.tré el libro en la tienda de libros antiguos del viejo Rohn [...] en casa merecosté en el sofá [...] y dejé que aquel genio enérgico y tenebroso_ comen-

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Lo dionisíaco y lo apolíneo

zase a actuar sobre mí. En cada página la renuncia, el rechazo, la resigna-ción, eleva_ban la voz: tenía ante mí un espejo en el cual contemplé [...] elmundo, la vida y mi ánimo mismo. Allí, semejante al sol, estaba fijo en míel gran ojo del arte, separado de todo; allí veía yo enfermedad y curación,exilio y refugio, infierno y paraíso.›› Siguiendo las huellas de Schopen-hauer, Nietzsche piensa que la vida es una irracionalidad cruel y ciega,

fuerza y la capacidad necesarias para afrontar el dolor de la vida, dicién-dolor y destrucción. El arte es el único que puede ofrecer al individuo la 3

dole sí a ésta. En El origen de la tragedia (1872) Nietzsche busca demostrar que la civilización griega presocrática estalla en un vigoroso sentidotrágico, que es una embriagadora aceptación de la vida, una valentía anteel hado y una exaltación de los valores vitales. El arte trágico es un valero-so y sublime decirle que sí a la vida. De este modo Nietzsche invierte laimagen romántica de la civilización griega. Sin embargo, la Grecia de laque habla Nietzsche no es la Grecia de la escultura clásica y de la filosofíade Sócrates, Platón y Aristóteles, sino la Grecia de los presocráticos(siglo vr a.C.), la de la antigua tragedia en la que el coro lo era todo, o porlo menos, el elemento esencial. Nietzsche considera que el secreto de estemundo griego consiste en el espíritu de Dionisos. Dionisos es la imagen dela fuerza instintiva y de la salud, es ebriedad creativa y pasión sensual, esel símbolo de una humanidad en pleno acuerdo con lanaturaleza. Junto alo «dionisíaco››, el desarrollo del arte griego está ligado -afirma_ Nietz-sche- a lo «apolíneo», que es una visión ideal, unintento de expresar elsentido de las cosascon una medida y una moderación, y que se explicitamediante figuras equilibradas y límpidas. «El desarrollo del arte está liga-do a la dicotomía existente entre lo apolíneo y lo dionisíaco, en la mismamanera en que la generación surge de la dualidad de -los sentidos enpermanente contienda recíproca y en reconciliación meramente periódica[...]. En sus [de los griegos] dos divinidades artísticas, Apolo y Dionisos,se fundamenta nuestra teoría, según la cual en el mundo griegoexiste unenorme contraste -enorme por su origen y por su fin- entre el arte figura-tivo, el de Apolo, y el arte no figurativo de la música,_que es propiamenteel .de Dionisos. Los dos instintos, tan diversos entre sí, avanzan uno allado del otro en abierta discordia en la mayoría delos casos [...] hasta que,en virtud de un metafísico milagro de la “voluntad” helénica,-acabancompareciendo emparejados, y gracias a este acoplamiento final engen-dran la obra de arte, tan dionisíaca como' apolínea, que es `la tragediaátiCa.››

Sin embargo, cuando con Eurípides se intenta eliminar- de la tragediael elemento dionisíaco en favor de los elementos morales e intelectualis-tas, entonces la clara luminosidad en relación con la vida se transforma ensuperficialidad silogística: surge Sócrates con _su loca presunción de en-tender y dominar la vida mediante la razón, y así aparece la verdaderadecadencia. Sócrates y Platón son «síntomas de decaimiento,- instrumen-tos de la disolución griega, pseudogriegos, antigriegos››. La dialéctica,escribe Nietzsche, «sólo puede ser un recurso extremo en las manos dequien no posee otras armas [...]. Lo cual nos demuestra su escaso valor».La verdad es que «los filósofos y los moralistas se engañan a sí mismos,cuando creen salir de la décadence_por el simple hecho de que se declaranen guerra contra ella [...] lo que escogen como remedio, como áncora de

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Nietzsche

salvación, en sí mismo considerado no es más que una nueva manifesta-ción de la décadence; transforman su expresión, pero no la suprimen.Sócrates fue una equivocación: toda la moral del perfeccionamiento, in-cluida la cristiana, ha sido una equivocación... La luz diurna más cruda, laracionalidad a cualquier precio, la vida clara, prudente, consciente, sininstintos, en contraposición a los instintos, no era más que una enferme-dad. diferente y en ningún caso un retorno -a la virtud, a la salud, a lafelicidad». «Sócrates, sencillamente, fue un enfermo crónico.›› Se mostróhostil a la vida, quiso morir. Dijo que no a la vida; abrió un período dedecadencia que sigue destrozándonos hasta nuestros días. Luchó contra lafascinación dionisíaca. Sin embargo, «la fascinación dionisíaca no se limitaa renovar los vínculos existentes entre un hombre y otro: también la natu-raleza, alienada, áspera y subyugada, celebra la fiesta de la reconciliacióncon su hijo pródigo, el hombre. La tierra brinda de buen grado sus dones,y las fieras rapaces de las cuevas y de los desiertos se acercan pacíficamen-te. El carruaje de Dionisos, está cubierto de flores y de guirnaldas; lapantera y el tigre tiran de él. Cámbiese el “himno a la alegría” de Beetho-ven en un cuadro pintado con diversos colores, y no se ponga freno a lapropia imaginacióncuando millones de seres se echen temblando al suelo,conmocionados por el prodigio: sólo así podemos aproximarnos a lo quees la fascinación dionisíaca. El esclavo se libera, todos rompen las rígidas yhostiles barreras que la necesidad, el capricho o la moda insolente hanerigido entre los hombres. En el evangelio de la armonía universal todosse sienten reunidos, reconciliados, fundidos con su prójimo y hechos unosolo con él, como si hubiese dcsgarrado el velo de Maya y revolotcasehecho jirones ante el misterio del uno primigenio.»

5. Los naci-ios son 1zsrú|›mos Y LA smuit/telón ms insrom/\ 1zs~uN msuono

El origen de la tragedia fue escrito bajo el influjo de las ideas deSchopenhauer, pero también de las ideas de Wagner. En este último, enefecto, Nietzsche encontraba el prototipo del artista trágico destinado arenovar la cultura contemporánea. El origen de la tragedia' está dedicadoa Wagner, y al final de la dedicatoria se lee: «Considero que el arte es latarea suprema y la actividad metafísica propia de nuestra vida, según elpensamiento del hombre al que me propongo dedicar esta obra, insigneprecursor mío en el campo de batalla.›› Apenas vio la luz esta obra deNietzsche -aunque fue defendida por el mismo Wagner y por Erwin Roh-de- recibió un violento ataque, en nombre de la seriedad de la cienciafilológica, procedente 'del 'gran filólogo Ulrich von Wìlamowitz-Möllen-dorff, quien escribió que «no quiero tener nada que ver con el Nietzscheapóstol y metafísico», acusándole de «ignorancia y escaso amor a la ver-dad». Entre 1873 y 1876, oponiéndose a la exaltación de la ciencia y de lahistoria, Nietszche escribe las Consideraciones intempcstivas. Aquí es elviejo hegeliano D.F. Strauss, junto con Feuerbach -y Comte, quien esconsiderado como la encarnación del filiteísmo y de la mediocridad: «au-tor de un evangelio de cervecería», es el hombre querido e inventado porSócrates. Al mismo tiempo se exalta a Schopenhauer como precursor dela nueva cultura «dionisiaca››. Aquí, sin embargo, Nietzsche lucha tam-

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Distanciamiento de Schopcnhaur y Wagner

bién contra lo que califica de “saturación de historia”. No se trata de queNietzsche niegue la importancia de la historia. Lo que hace es combatir encontra de la idolatría del hecho, por una parte, y las ilusiones historicistas,por otra, con las implicaciones políticas que éstas comportan. Ante todo,en opinión de Nietzsche los hechos siempre son estúpidos: tienen necesidad de intérprete y por eso las teorías son las únicas inteligentes. Esegundo lugar, el que crea «en el poder de la historia [...] se volveravacilante e inseguro, y ya no puede creer en sí mismo». Y al no creer en simismo, se convertirá -en tercer lugar- en fascinado secuaz de lo existente,«ya se trate de un gobierno, la opinión pública o la mayoría numérica». Enrealidad «si cada éxito contiene en sí una necesidad racional, si cada acon-tecimiento es la victoria de lo lógico o de la idea, pues bien, hay quearrodillarse de inmediato y recorrer de rodillas toda la escala de loséxitos».

Ante la historia, según Nietzsche, pueden asumirse tres actitudes. Lahistoria monumental es la historia de quien busca en el pasado modelos ymaestros que le permiten satisfacer sus aspiraciones. La historia anticuariaes la historia de quien considera el pasado de su propia ciudad (las pare-des, las fiestas, las ordenanzas municipales, etc.) como fundamento de lavida actual. La historia anticuaria busca y conserva los valores constituti-vos estables sobre los que radica la vida presente. Por último, está l_ahistoria crítica, que contempla el pasado con el enfoque propio de un juezque aparta y condena todos los elementos que obstaculicen la realizaciónde sus valores específicos. Esta fue la actitud que asumió Nietzsche frentea la historia. Y ésta es la razón por la que lucha contra el exceso o lasaturación de la historia: «Tal exceso perturba los instintos del pueblo, eimpide madurar tanto al individuo como a la totalidad; este exceso provo-ca la creencia siempre perjudicial en la vejez de la humanidad, al creersefrutos tardíos y epígonos; debido a este exceso, una época cae en el peli-groso estado de ánimo de la ironía sobre sí misma, y de dicho estado pasaa otro, el cinismo, aún más peligroso.››

6. EL msrANciAMnaN1¬o DE Scnoraunauaa Y oa WAGNBR

Mientras tanto, empero, Nietzsche iba madurando su apartamiento deSchopenhauer y sobre todo de Wagner. Obras como Humano, demasiadohumano, Aurora y La gaya ciencia atestiguan tal alejamiento. Hay dostipos de pesimismo: el primero es el romántico, «el pesimismo de quienesrenuncian, el de los fracasados y los vencidos››; el otro es el de quienacepta la vida, aunque conozca su carácter trágico. En nombre de esteúltimo pesimismo Nietzsche rechaza el primero, el de Schopenhauer, delque rezuma por todas partes resignación y renuncia, y que es una huidaante la vida y no una «voluntad de tragedia». Schopenhauer «no es másque el heredero de la interpretación cristiana». Nietzsche escribe: «¡Oh,de qué modo tan distinto me habló Dionisos! ¡Oh, qué lejos estaba en-tonces de mí este espíritu de resignación!›› Por otro lado, el distanciamien-to con respecto a Wagner fue un acontecimiento aún más significativo ydoloroso para Nietzsche. Éste había visto en el arte de Wagner el instru-mento de la regeneración, pero pronto tuvo que admitir que había caído en

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Nietzsche

una ilusión. En El caso Wagner se afirma que este músico «halaga todoslos instintos nihilistas (budistas) y los camufla a través de la música, lison-jea toda cristiandad, toda forma de expresión religiosa de la décadence[. . .]. Todo lo que haya echado raíces en el terreno de la vida empobrecida,todaslas acuñaciones de falsa moneda hechas por la transcendenciay elmundo ultraterreno, tienen en el arte de Wagner su defensor más subli-me». Wagner es una enfermedad; «contagia todo lo que toca: ha contagia-do lamúsica». Wagner es «un genio histriónico››; «il est une névrose».

El alejamientode Nietzsche con respecto a sus dos grandes maestrossignificó para él mucho más que la pérdida de una fascinación o la rupturade una amistad. lmplicó un apartamiento y una distanciación crítica conrespecto al romanticismo con su falso pesimismo, con la resignación y laascética casi cristiana de Schopenhauer, y con la retórica de aquel «deses-perado romántico podrido» que fue Wagner. Significó una separación yuna crítica de las pseudojustificaciones y los enmascaramientos metafí-sicos del-hombre y de su historia: el idealismo (que crea un «antimundo››),el positivismo (cuya pretensión de aprisionar sólidamente la realidad, tanvasta, dentro de sus pobres redes teóricas constituye una aspiración absur-da~y ridícula), los redentorismos socialistas de las masas o a través de lasmasas, e incluso el evolucionismo (entre otras cosas, «más afirmado queprobado». «Las especies no crecen en la perfección: los débiles siemprevuelven a aventajar a los fuertes [...]. Darwin olvidó -lo cual es muyinglés- 'el espíritu: los débiles poseen más espíritu››). Con esto, Nietzscheparece colocar las raíces de su propia reflexión en la ilustración, lo cual esefectivamente así. La desconfianza en las metafísicas, la apertura conrespecto a las «infinítas›› interpretaciones posibles del mundo y de la histo-ria, con una consiguiente eliminación de actitudes dogmáticas, el recono-cimiento de la limitación y la finitud humana, así como la crítica de lareligión, constituyen una serie de elementos que llevan a Nietzsche aafirmar, en Humano, demasiado humano: «Podemos enarbolar nuevamentela bandera 'de la ilustración.›› Como es obvio, esta ilustración de Nietz-sche -que aparece¿después del romanticismo- será menos entusiasta ysuperficial que la antigua ilustración. Consistirá más bien en una lúcidaconciencia de la tragedia a la que se enfrenta con un grito de desafío. Yano será aquel optimismo superficial que caracterizó con frecuencia a losilustrados en relación con la vida. Tampoco se tratará, sin embargo, de laresignación de Schopenhauer o de los falsos remedios de Wagner.

7. EL ANuNcio De LA «muunrrz ou Dios»

La crítica al idealismo, al evolucionismo, al positivismo y al romanti-cismo no tiene final. Estas teorías son cosas «humanas, demasiado huma-nas», que se presentan como verdades eternas y absolutas que hay quedesenmascarar. Más aún: Nietzsche, en nombre precisamente del instintodionisíaco, en nombre de aquel saludable hombre griego del siglo vr a.C.«que ama la vida» y, que es totalmente terrenal, anuncia por un lado «lamuerte de -Dios», y' por el otro lleva a cabo un ataque a fondo contra elcristianismo, cuya victoria sobre el mundo antiguo y_ sobre la concepcióngriega del hombre envenenó la humanidad. Además Nietzsche se enfrenta

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El Anticristo

con las raíces de la moral tradicional, realiza su genealogía y descubre quees la moral de los esclavos, de los débiles y de los derrotados, que se hallanresentidos contra todo lo que es noble, hermoso y aristocrático.

En La gaya ciencia el hombre enloquecìdo anuncia a los hombres queDios ha muerto. «¿Qué ha ocurrido con Dios? Yo os lo diré. Nosotros lohemos asesinado, vosotros y yo. ¡Nosotros somos sus asesinos!›› La civili-zación occidental, poco a poco y por diversas razones, se ha ido apartandode Dios: así es como lo ha matado. Pero al «matar›› a Dios, se eliminantodos aquellos valores que sirven de fundamento a nuestra vida, y por lotanto se pierde todo punto de referencia: «¿Qué hacemos, separando latierra de su sol? ¿Adónde irá ahora? ¿Adónde iremos nosotros, lejos detodos los soles? ¿No continuamos cayendo, hacia atrás, hacia los lados yhacia adelante? ¿Existe aún un alto y un bajo? ¿Acaso no avanzamoserrantes en una nada infinita? [...]. ¡Dios ha muerto! ¡Dios sigue.muerto!¡Y nosotros lo hemos matado!›› Hemos eliminado el mundo de lo sobrena-tural, pero al hacerlo también hemos quebrado la tabla de valores, oideales, que estaba vinculada con aquél. Nos encontramos así sin ningúnpunto de referencia: hemos asesinado a Dios, y junto con él ha desapare-cido el hombre viejo, pero el hombre nuevo aún no ha aparecido: «llegodemasiado pronto -dice el loco de La gaya ciencia- aún no ha llegado mitiempo. Este acontecimiento monstruoso dura todavía y aún no ha sidoescuchado por' los oídos de los hombres.››

La muerte de Dios es el más grande de los hechos. Es un aconteci-miento que divide la historia de la humanidad. No es el nacimiento deCristo sino la muerte de Dios la que divide la historia de la humanidad:«Cualquiera que nazca después que nosotros pertenecerá por esomismo auna historia más alta que ninguna de las que hayan transcurrido_.» Zara-tustra comienza por anunciar este acontecimiento -la muerte de Dios- yluego, sobre las cenizas de Dios, levantará la noción de superhombre, delhombre nuevo, dominado por el ideal dionisíaco que ama la vida y que,volviendo la espalda a las quimeras del cielo, volverá a la saludabilidad, dela tierra. «Oh hermanos míos, predica Zaratustra, aquel dios que cree erala obra enloquecida de un hombre, al igual que todos los dioses [...] elhastío, que de un solo golpe con un salto mortal quisiera llegar a la cima,el pobre hastío ignorante, que ya no sabe ni siquiera querer: éste fue elque creó todos los dioses y lo sobrenatural.» Aquellos que predicen mun-dos sobrenaturales son «predicadores de la muerte», porque «todos .losdioses han' muerto».

8. EL Auricmsro, o EL c1us'r1AN1sMo como vicio

La muerte de Dios es un acontecimiento cósmico, del cual son respon-sables los hombres, y que les libera de las cadenas de lo sobrenatural queellos mismos habían creado. Hablando de los sacerdotes, Zaratustra afir-ma: «Me dan pena estos sacerdotes [...] me parecen prisioneros 'y marca-dos. Aquel a quien llaman redentor les cargó de cepos. ¡De cepos forma-dos por falsos valores y palabras enloquecidas! ¡Ah, si alguien pudieseredimirles de su redentor!›› Esta es justamente la finalidad que Nietzschequiere -lograr con su Anticristo, que consiste en una «maldición del cristia-

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Nietzsche

nismo». Según Nietzsche, un animal, una especie o un individuo estápervertido «cuando pierde sus instintos, cuando escoge, cuando prefiereaquello que le es nocivo». ¿Qué otra cosa ha hecho el cristianismo -sepregunta Nietzsche- si no es defender todo lo que es nocivo para el hom-bre? El cristianismo considera como pecado todos los valores y los place-res de la tierra. «Tomó partido por todo lo débil, lo abyecto, lo fracasado;ha hecho un ideal de la contradicción, de los instintos de conservación dela vida vigorosa; ha llegado a destruir la razón de las naturalezas másfuertes intelectualmente, enseñando a sentir que los valores supremos, dela intelectualidad son pecaminosos, fuentes de extravío y tentaciones. Elejemplo más criticable lo constituye la ruina de Pascal, que creía que surazón se hallaba corrompida por el pecado original ¡cuando era su cristia-nismo el único que la había corrompidol» El cristianismo es la religión dela compasión. «Pero, cuando se tiene compasión se pierde fuerza lacompasión entorpece totalmente la ley del desarrollo consistente en la leyde la selección. Conserva lo que ya está dispuesto para el ocaso, oponeresistencia en favor de los desheredados y de los condenados por la vida.»Nietzsche afirma que, en realidad, «la compasión es la praxis del nihilis-mo» y que «nada hay más malsano, en nuestra malsana humanidad, que lacompasión cristiana». Nietzsche ve en el Dios cristiano «la divinidad de lostullidos [...]; un Dios degenerado hasta el punto de contradecir la vida, enlugar de constituir su transfiguración y su eterno sí. En Dios existe unadeclarada enemistad ante la vida, ante la naturaleza, ante la voluntad devivir. ¡Dios, fórmula de todas las calumnias del “más acá”, de todas lasmentiras del “más allá”! ¡En Dios está divinizada la nada, está consagradala voluntad de la nadal» El budismo también es una religión de la deca-.dencia y sin embargo Nietzsche lo encuentra «cien veces más realista queel <_:ristianismo»: en efecto, el budismo no lucha contra el pecado sinocontra el dolor. Y además, «los supuestos del budismo consisten en unaatmósfera de gran suavidad, un gran sosiego y liberalidad de costumbres,y ninguna clase de militarismo».

A pesar de todo esto, Nietzsche está cautivado por la figura de Cristo(«Cristo es el hombre más noble»; «el símbolo de la cruz es el más sublimeque haya existido nunca››) y distingue entre Jesús y el cristianismo («elcristianismo es algo profundamente distinto a lo que su fundador quiso ehizo››). Cristo murió para indicar cómo hay que vivir: «Lo que dejó enherencia a los hombres fue la práctica de la vida: su comportamiento antelos jueces, los esbirros, los acusadores, y ante toda la clase de calumnias yde escarnios, su comportamiento en la cruz [...]. Las palabras dirigidas alladrón sobre la cruz encierran en si todo el Evangelio.» Cristo fue un«espiritu libre», pero el Evangelio murió con él: también el Evangelio«fue suspendido de la cruz» o, mejor dicho, se transformó en Iglesia, encristianismo, es decir, en odio y resentimiento contra lo noble y lo aristo-crático: «Pablo fue el más grande de todos los apóstoles de la venganza.››El cristiano -al que Nietzsche cree conocer- es, desde el primero hasta elúltimo, «por un instinto profundisimo un rebelde contra todo lo privilegia-do: vive y siempre lucha por la igualdad de derechos.››

En el Nuevo Testamento Nietzsche sólo encuentra un personaje dignode ser honrado: Poncio Pilato, debido a su sarcasmo con respecto a laverdad. Más adelante, en la historia de nuestra civilización, el renacimien-

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Genealogia de la moral

to intentó llevar a cabo una transmutación de los valores cristianos, tratan-do de que triunfasen los valores aristocráticos, los nobles instintos terre-nos. Si César Borgia hubiese sido papa, esto habría representado una granesperanza para la humanidad. Pero ¿qué sucedió? Ocurrió que «un monjealemán, Lutero, llegó a Roma. Este monje, que llevaba en su pecho todos-los instintos de venganza de un sacerdote fracasado, se indignó en Roinacontra el renacimiento Lutero vio la corrupción del papado, mientrasque se podía tocar con las manos exactamente lo contrario: ¡en la sedepapal ya no estaba la antigua corrupción, el peccatum originale, el cristia-nismo! ¡Estaba la vida! ¡El triunfo de la vida! ¡El gran sí a todas las cost:elevadas, hermosas, arriesgadasl... Y Lutero volvió a restaurar la Igles '[...|. ¡Ah, estos alemanes, cuánto nos han costadol»

Tales son las razones que impulsan a Nietzsche a condenar al cristianis-mo: «La Iglesia cristiana no dejó nada intacto en su perversión, convirtiótodo valor en un desvalor, toda verdad en una mentira, toda honradez enuna abyección del alma.›› La Iglesia «con su blanqueado ideal de santidad,va bebiendo hasta la última gota de sangre, de amor, de esperanza de,

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vida». El más allá es.la' negación de toda realidad, y la cruz es una conjuraf«contra la salud, la hermosura, la constitución bien conformada, la valen-tía de espiritu, la bondad del alma, contra la vida misma». ¿Qué otra cosadebemos augurar, pues, si no que éste sea el último día del cristianismo?¿Y «a partir de hoy?'A partir de hoy -contesta Nietzsche- transmutaciónde todos los valores».

9. LA GBNuALoGí›. De LA Mouai.

Junto con el cristianismo o mejor dicho, al condenar el cristianismo,Nietzsche somete la moral a una crítica muy profunda. No se refiere tantoa esta moral o a aquélla -cosa que también hace, sin embargo- sino a lapretensión característica de toda moral, consistente en establecer lo queestá bien y lo que está mal. Dicha crítica queda explicitada, en especial, através de dos de sus obras: Más allá del bien y del mal y Genealogia de lamoral. Nietzsche escribe: «Hasta hoy no se ha experimentado la másmínima duda o la más mínima vacilación al establecer que lo “bueno”tenía un valor superior a lo “malo” [...]. ¿Y si fuese verdad lo contrario?¿Y si en el bien se encontrase oculto un síntoma de retroceso, por ejemploun peligro, una seducción, un veneno?›› Este es el problema que plantea laGenealogia de la moral. En ella Nietzsche investiga los mecanismos psico-lógicos que iluminan el origen de los valores; una comprensión de lagénesis psicológica de los valores será suficiente por sí misma para poneren duda su pretendido carácter absoluto e indubitablc. Antes que nada, lamoral es una máquina que fue construida para dominar a los demás, y ensegundo lugar debemos distinguir de inmediato entre la moral aristocráti-ca de los fuertes y la moral de los esclavos. Estos son débiles y fracasados.Y como dice el proverbio, los que no pueden dar mal ejemplo dan buenosconsejos. Debido a ello, los constitutivamente débiles se dedican a sojuz-gar a los fuertes. «Toda moral aristocrática surge de una triunfal afirma-ción de sí mismo, mientras que la moral de los esclavos opone desde el'principio un no a lo -que no forma parte de si misma, a lo que es diferente

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Nietzsche

de ella, y es su “no yo”; y es su acto creador. Esta inversión [...] corres-ponde en propiedad al resentimiento.›› Se trata de un resentimiento contrala fuerza, la salud, el amor a la vida que convierte en-obligación y virtud-elevándolos al rango de bien- comportamientos como el desinterés, elsacriñcio de uno mismo, la sumisión. Por ejemplo, si examinamos la psi-cología del asceta, en apariencia éste mostrará un profundo desinterés porlas cosas y los éxitos de este mundo. Sin embargo, un análisis algo másprofundo pondrá de manifiesto que hay en él una fuerte voluntad dedominio sobre los demás. Su moral es el único modo y el único instrumen-to con el que puede sojuzgar alos otros. Es un fruto del resentimiento. Lamoral de los fuertes o de los señores es la moral del orgullo, de la genero-sidad y del individualismo; en cambio, la moral de los esclavos es la moralde los «filisteos» resentidos, es la moral de la democracia y del socialismo.Y esta moral de los esclavos se halla legitimada por metafísicas que le danapoyo sobre bases presuntamente objetivas, sin caer en la cuenta quedichas -metafísicas no son más que «mundos superiores» inventados parapoder «calumniar y ensuciar este mundo», que los esclavos quisieran redu-cir a mera apariencia. «¡Mirad a los buenos y a los justos! ¿A quién odianmás que a nadie? Al que rompe la tabla de los valores, al violador, alcorruptor. Este, empero, es el que crea.›› Este odio prohibió los instintosmás sanos, los instintos que ligan al hombre con la tierra (alegría, la salud,el amor, el intelecto superior, etc.). Al mismo tiempo, hizo que dichosinstintos «se dirigiesen hacia atrás, contra el hombre mismo». Así fuecomo el hombre, en lugar de desarrollarse hacia el exterior y crear unmundo de hermosura y de grandes obras, se desarrolló hacia el interior ynació el alma, pero un alma aquejada de la «más grave y obscura» en-fermedad.

10. NiHiLisMo, isriaimo niaronno v «Amon Fari»

El nihilismo, según Nietzsche, es «la consecuencia necesaria del cris-tianismo, de la moral y del concepto' de verdad de la filosofía››.Cuando caela máscara que ocultalas ilusiones, no queda nada: estamos ante el abismode la nada. «El nihilismo como estado psicológico aparece por necesidad,en primer lugar, cuando hemos buscado en todo el acontecer un sentidoque no existe en él, de manera que al que busca acaba por faltarle elvalor.›› Este sentido podía consistir en la realización o el aumento deun valor moral (amor, armonía en las relaciones, felicidad, etc.). Empero,debemos constatar con valentía que la desilusión con respecto a este obje-tivo al que se aspira es «una causa del nihilismo». En segundo lugar, se ha«postulado la existencia de una totalidad, una sistematización y hasta unaorganización en todo el acontecer y en su fundamento». Ahora bien, se hacomprobado que este universal, que el hombre había construido parapoder creer en supropio valor, no existe. En el fondo, ¿qué ha sucedido?«Se llegó al sentimiento de la ausencia de valor, cuando se comprendióque no era lícito interpretar el carácter general de la existencia mediantela noción de “fin”, la noción de “unidad” o la noción de “verdad”.››

Se desvanecen «las mentiras de varios milenios», y el hombre se veexento de los engaños propios de la ilusión, pero se queda solo. No hay

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El superhombre

valores absolutos, los valores son disvalores; no existe ninguna estructuraracional y universal que pueda servir de apoyo al esfuerzo del hombre; noexiste ninguna providencia, ni ningún orden cósmico. «La condición gene-ral del mundo para toda la eternidad es el caos, no como ausencia denecesidad, sino en el sentido de una privación de orden o de estructura,'de forma, de hermosura, de sabiduría. El mundo carece de sentido: «Heencontrado en todas las cosas esta feliz certidumbre: prefieren danzar conlos pies del azar.›› No hay un orden, no existe un sentido. Sin embargo,hay una necesidad: el mundo tiene en sí mismo la necesidad de la volun-tad. El mundo' desde la eternidad se halla dominado por la voluntad deaceptarse a sí mismo y de repetirse. Esta es la doctrina del eterno retornoque Nietzsche vuelve a tomar de Grecia y de Oriente. El mundo-no avan-za en línea recta hacia un fin (como cree el cristianismo) y su devenir noconsiste en un progreso (como pretende el historicismo y post-hegeliano),sino que «todas las cosas vuelven eternamente y nosotros con ellas; hemossido eternas veces en el pasado, y todas las cosas con nosotros». Cada dolory cada placer, cada pensamiento y cada suspiro, cada cosa, por infinita-mente pequeña o grande que sea, volverá a ser: «retornará esta telaraña, yeste claro de luna entre los árboles, y también un momento idéntico a éste,y yo m_ismo.›› El mundo que se acepta a sí mismo y se repite: tal es ladoctrina cosmológica de Nietzsche. Hay que vincular con ella la doctrinadel amorƒati: amar lo necesario, aceptar este mundo y amarlo. El hombredescubre que la esencia del mundo es voluntad, ve que es eterno retorno yse reconcilia voluntariamente con el mundo: reconoce en la propia volun-tad de aceptación del mundo la misma voluntad que se acepta a sí misma.Sigue voluntariamente el camino que otros hombres han recorrido ciega-mente, aprueba este camino y no trata de escabullirse de él, como hacenlos enfermos y los decrépitos. Esto es lo que enseña Zaratustra. «Todo loque ha sido es fragmento, enigma, espantoso azar, hasta que la voluntadcreadora añade: así quería que fuese, así quiero que sea, así querré quesea en el futuro.››

11. EL SUPBRHQMBRB es EL sianrmo DE LA TiERRA

El amorƒati es aceptación del eterno retorno, es aceptación de la vida.Sin embargo, no hay que ver en él una aceptación del hombre. El mensajefundamental de Zaratustra consiste en el superhombre. «El superhombrees el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad proclama: sea el super-hombre el sentido de la tierra. ¡Os conjuro, hermanos míos, permanecedfieles a la tierra y no deis fe a aquellos que os hablan de esperanzassobrenaturales! [...] En otras ocasiones el delito contra Dios era el mayorde los maleficios, pero Dios está muerto [...] ¡Ahora la cosa más triste especar contra el sentido de la tierra!›› El hombre, el hombre nuevo, debecrear un nuevo sentido de la tierra, abandonando las viejas cadenas yrompiendo los antiguos cepos. El hombre debe inventar el hombre nuevo,es decir, el superhombre, el hombre que va más allá del hombre, el hom-bre que ama la tierra y cuyos valores son la salud, la voluntad fuerte, elamor, la ebriedad dionisíaca y un nuevo orgullo.. «Mi “yo” -dice Zaratus-tra- me enseñó un nuevo orgullo y yo lo enseño a los hombres: dejad de

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Nietzsche

esconder la cabeza en la arena delas cosas celestiales _v alzadla libremente:una cabeza terrena. que crea ella mismo el sentido de_la tierra.››

El superhombre substituye los viejos deberes por su propia voluntad.¿Existe «un feroz dragón que el espíritu ya no quiere considerar como sudueño _v su Dios? Se llama: "Tú debes." Pero en contra suyo eleespíritu delleón arroja las palabras: “Yo quiero"››. Los predicadores de la muerte seconvienen más adelante en predicadores de la vida etema: éstos predicanmundos sobrenaturales. pero Zaratustra quiere ser «la voz del cuerpodevuelto a la salud». Es la voz del valor y dela altivez; se quiere el amor alprójimo, pero «no vuestra compasión, sino vuestro valor es el que hastaahora ha salvado al que estaba en peligro».

«El hombre es una cuerda tensa, tensa entre el irracional y el super-hombre, una cuerda tensa sobre una vorágine.›› No se encuentra lejos elmomento del paso del hombre viejo, embrutecido por sus “disvalores” ycon la cabeza oculta en la arena de las cosas celestiales, al hombre quecrea el sentido de la tierra, nuevos valores completamente terrenos: «Yresplandecerá el gran sol del mediodía de la vida, cuando el hombre sehalle a mitad de camino entre el irracional y el superhombre, y celebre suocaso como si fuese su mayor esperanza; porque su ocaso será el anunciode una nueva aurora. El que está a punto de perecer se bendecirá en-tonces a sí mismo, feliz de ser uno que va más allá: el sol de su conoci-miento brillará con la luz del mediodía. “Todos los dioses están muertos:ahora queremos que el superhombre viva”.›› Sin lugar a dudas, «el puebloy la gloria giran alrededor de los comediantes››, pero también es cierto«que el mundo gira alrededor de los inventores de nuevos valores».

Al igual que en el caso de Protágoras, también para Nietzsche el hom-bre tiene que ser medida de todas las cosas; tiene que crear nuevos valoresy ponerlos en práctica. El hombre embrutecido inclina la cabeza ante lascrueles ilusiones de lo sobrenatural. El superhombre «ama la vida» y «creael sentido de la tierra», y permanece fiel a esto. En ello consiste su volun-tad de poder.

«¡Ahora Dios ha muerto! Oh hombres superiores, aquel Dios eravuestro peligro más grave. Sólo ahora que él yace en su sepulcro, podéisdecir que habéis resucitado. Ahora está cerca el gran mediodía: ¡sóloahora el hombre superior se convierte en amo! ¿Comprendéis estas pala-bras, hermanos? Estáis aterrados: ¿quizás os domina el vértigo? ¿Se abrede par en par ante vosotros el abismo? ¿Quizás ladra contra vosotros elcan infernal? ¡Pues bien, ánimo, hombres superiores! Ahora es cuando lamontaña del devenir humano se agita con los dolores del parto. Diosmurió: ahora nosotros queremos que viva el superhombre.›› Así hablabaNietzsche-Zaratustra.

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