Viejas Experiencias

Prof. y Mtra. Luz Marina Torres de Chargoñia

Viejas experiencias, nuevos escenarios

La trayectoria educativa de toda persona se da en múltiples escenarios, se encuentra impregnada de diversas escenas (sociales, psicológicas, epistemológicas, pedagógicas) y atravesadas por sentimientos, aprendizajes, pasiones e imaginarios. Desde ese lugar es que surgen las diferentes concepciones respecto al rol del docente, a la relación docente-alumno, a la función del conocimiento, desde ahí se construyen significaciones, y se produce “saber didáctico”

Mucho antes de tomar la decisión de ser docente, de la obtención del título habilitante y el ejercicio real de la docencia, es que se va construyendo “el educador”. Una serie de circunstancias, combinadas con experiencias de vida y educativas determinadas, generan un ambiente propicio para esa elección de vida, como si existieran ciertas fuerzas que impulsaran a ello.

En la práctica docente y en la forma de ejercer la docencia influyen variadas experiencias, muchas de ellas invalorables y riquísimas, otras no tanto, pero ambas son parte de los que hoy somos como profesores. Rememorar las prácticas educativas de nuestros docentes permite visualizar aspectos con los que acordamos y con lo que disentimos, pero tanto una como otra nos enriquece y contribuyen a la construcción de nuestro perfil docente.

La narrativa de esas experiencias es de gran valor al momento de reflexionar respecto a la didáctica y práctica docente, los “docentes memorables” imprimen una huella imborrable, son como vectores que indican el camino a seguir para que se produzca conocimiento, para que el alumno quiera verdaderamente aprender, apropiarse de los saberes. En ocasiones no podemos explicar el por qué estos docentes nos marcaron, ya que sus clases nos atrapaban, pero no diferían quizás de las de otros profesores, pero ahí estaban, ellos, impulsándonos a aprender, motivándonos, incentivándonos para crecer.

Esas vivencias contribuyen a interiorizar modelos de enseñanza, saberes, comportamientos, creencias y supuestos de la vida escolar a las cuales se puede recurrir en cualquier momento. Al decir de Friedrich Nietzsche, en Ecce Homo, “No tenemos oídos para escuchar aquello a lo cual no tenemos acceso desde la vivencia” , por ello estas experiencias son una etapa formativa de gran importancia, la propia biografía escolar no sólo recrea la acción personal del docente, sino la situación áulica y hasta lo vivido institucionalmente, narrar la trayectoria escolar es como una retrospección, es como retornar a un lugar de donde jamás hemos salido, es como rememorar aquello que nunca se ha ido, pero hoy viéndolo no como adolescente sino como adulto y esencialmente como enseñante.

Al realizar la narración surge el planteamiento desde qué lugar se rememora la escena escolar que se identifica como movilizadora y que si se narra es porque incide en la decisión de la persona de ser docente, qué conexiones o explicaciones se desarrollan para adjudicarle a esa experiencia la capacidad de determinar propensiones o vocaciones, qué

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aporta, ¿será la personalidad del docente lo que nos marca?, ¿su concepción y estrategias didácticas?, ¿su vocación?, ¿su posicionamiento epistemológico? ¿Su modalidad de trabajo? Otro aspecto a tener en cuenta es cómo transmitir esa experiencia que presenta una fuerte dimensión subjetiva. ¿Cuánto de imaginación se puede filtrar entre los datos reales? Pero quizás eso sea lo interesante.

El modelo predominante vivenciado durante la época de estudiante se inclinó hacia la concepción conductista y empirista, por ello considero que los docentes memorables a los que se recuerda marcan el pasaje por la educación media, en el entendido que constituye una experiencia diferente, y constructiva. Analizando mis propias prácticas se experimenta una confluencia de modelos, algunos desde la elección y otros desde la incorporación vivencial; con los que se convive y que cooperan en la construcción de la identidad docente, implicando comportamientos conductistas, cognitivistas, constructivistas; de ahí que la conformación del “ser docente” es visualizada como un proceso a rever constantemente.

El modelo de aprendizaje asociativo (en ellas encontramos el conductismo y la psicología computacional) es el que prevalecía y el que marcó quizás las prácticas del momento. El otro grupo de teorías de aprendizaje, son aquellas que adhieren a un modelo estructuralista, a las que Pozo denomina como "teorías de la reestructuración”, entre sus exponentes más destacados se encuentran los de la Teoría de la Gestalt, Piaget, Vygotski, y Ausubel. Los enfoques de los dos últimos autores recién se comenzaron a estudiar en profundidad a fines de los ’80 y principio de los ’90.

Por lo expresado se destaca como una de las experiencias más valiosas la vivida en las clases de “la profesora de Historia”. Al momento de realizar una mirada reflexiva y no tan nostálgica del docente memorable, se abre la posibilidad de analizar la naturaleza del quehacer educativo de esa experiencia y la razón del recuerdo.

Mi docente memorable:Alicia, fue mi profesora de Historia en 3er año de Secundaria, vivaz, alegre, comprensiva, siempre entraba a la clase con una “novedad”, según ella decía. Esa novedad la compartía con nosotros y saben qué era… un nuevo chiste o historia cómica, que siempre se relacionaba con el tema del día. Lo entretenido no era el chiste o historia en sí, sino su narración, los suspensos, los cambios de voz, el clima que se generaba… nos atrapaba. Si bien en un principio la clase se planteaba como una enseñanza expositiva luego la hacía participativa y recreábamos entre todos los acontecimientos históricos lejanos, pero que ella los hacía cercanos, y como decía, “vamos a vivir y sentir la historia”, no a través de los grandes relatos de los historiadores, sino a veces con dramatizaciones, vivenciándola. Por lo general como tarea nos mandaba relatar el acontecimiento y hacer en equipos una sistematización del tema que podíamos presentar a la clase usando distintas técnicas (exposición, relato, debate, planteo de inquietudes que nos generara lo estudiado, etc.) y recursos (retroproyector, papelógrafo, esquema o diagrama en pizarrón, presentación de diapositivas, etc.). Nos dejaba elegir y pedía que “la sorprendiéramos”. Estudiábamos más que para otras asignaturas y comprendíamos mejor, hasta el día de hoy recuerdo los contenidos teóricos aprendidos, con la misma vivacidad del año 1979. Un día nos invitó a visitar el Hogar de ancianos, el 19 de junio, ¿qué hicimos?, compartir una merienda, narrarles historias y ellos a nosotros, llevamos guitarras, música, cantamos y bailamos, festejamos el día del abuelo, recordaron su juventud y nos contaron anécdotas que nos sirvieron para ilustrar una época y la sensibilidad de la misma, sus creencias, sus concepciones y convicciones. Ahí pudimos comprender muchas cosas que hasta el momento pensábamos que era aburrido estudiar o que no sabíamos por qué debíamos hacerlo. Fue maravilloso. Ésta es mi docente memorable. ¿Cómo no serlo?

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Mirando las experiencias a distancia, y realizando un análisis de los relatos que surjan, se puede construir un instrumento muy rico de reflexión didáctica ya que se puede apreciar factores, prácticas, estrategias, modalidades, corrientes que se encuentran subyacentes en las propuestas áulicas de cada docente.

Análisis de la experiencia del relato del docente memorable:

1º) Primero se aprecia su propuesta didáctica desde la motivación inicial del grupo, utilizando su “novedad” que en realidad implica el uso de la narrativa como estrategia, a la cual autores como Mc Ewan y Egan en su libro “La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación” le asignan un papel preponderante como dispositivo de enseñanza, capaz de movilizar los saberes y promover la reflexión.

Les adjudica la propiedad de ser “paquetes de conocimiento situado” que comprometen lo cognitivo, lo afectivo y que posibilita por ello una vivencia mayor del hecho o fenómeno a aprender. La narración le brinda sentido a las acciones, es una manera de recuperar los acontecimientos, muy válida en este caso de Alicia ya que es profesora de Historia. Con la narración se ponen en juego varias cosas, entre otras genera concentración de la atención por las características propias del relato que intenta involucrar al auditorio, en este caso al alumnado; por otro lado intenta movilizar la memoria lógica al decir de Vigotsky ya que contribuye con la categorización y organización de los hechos y a su vez al sentirse involucrados se puede generar en los estudiantes la necesidad de conocer, de aprender, e interiorizarse más en el tema. Dando lugar al desarrollo de otras capacidades en posteriores etapas.

Si bien al principio parecía una clase destinada a que la docente expusiera y el alumno fuera el receptor, nada más alejado que ello, ya que luego se pasaba a otro nivel.

2º) En esta etapa la docente se preocupaba por despertar en el alumno muchas facetas que contribuyen al aprendizaje. Pasábamos de una etapa más bien emocional y de concentración de la atención a otra reflexiva, donde se llevaban a cabo procesos de abstracción, pasando de lo cotidiano a la construcción de conocimiento científico. Usaba estrategias que invitaban a asimilar procesos, incorporar información, madurar ideas.

3º) Otro aspecto que tomaba en cuenta era la exteriorización y socialización del conocimiento, incluso la construcción y producción conjunta de los mismos. Vigotsky menciona la importancia de la zona de desarrollo próximo (ZDP), lo que hace alusión a determinadas funciones que aún no han madurado en el individuo, pero que se encuentran potencialmente, y debido a la interacción del niño o joven con otras personas y su entorno, es que se despiertan una serie de procesos evolutivos que lo conducen al aprendizaje de aquello que de otra forma no hubiera podido aprender.

No sólo se desarrollan procesos de interiorización sino también de exteriorización. La socialización de los conocimientos permite evitar prejuicios y errores así como la radicalización.

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El concebir un relato, preparar la clase, desarrollar frente al grupo, trabajar en equipo, se aprecia como una forma de plantear desafíos a los alumnos, la propuesta no puede ser muy fácil ya que no habría un estímulo para sortear, una dificultad, si la propuesta es demasiado sencilla sería según Ranciére como subestimar la capacidad de los mismos, atontarlos, “Lo que atonta al pueblo no es la falta de instrucción, sino la creencia en la inferioridad de su inteligencia.”1 Hay que plantear situaciones de cierta complejidad, que implique procesos interesantes y coordinados de asimilación, reflexión, análisis, construcción e intercambio. Se concibe como un prerrequisito para educar el “suponer al otro como un ser educable”.

Esa tarea de relatar nos ayudaba a pensar en nuestro propio proceso de aprendizaje, a rememorar lo que aprendimos y re-construir ese conocimiento pero profundizándolo aún más. Se asemeja a la idea de “reflexión” expuesta por Bruner2. Se observa que hay una motivación, un abordaje de los conocimientos, una interiorización de los mismos, una apropiación, socialización y exteriorización, un aprender y relacionarse consigo mismo, con el otro (alteridad), con el entorno y esencialmente con el conocimiento.

Luego de analizar brevemente la clase considero que la docente que es mi profesora memorable tenía una tendencia constructivista, pero a su vez atravesado por algunos componentes de un enfoque desde la complejidad, ya que intentaba construyéramos el conocimiento e interpretáramos la realidad cargándola de significado, brindándole sentido, pero a su vez lo hacía a partir del planteo y análisis de problemas y situaciones, vinculando los saberes.

Los docentes memorables inciden quizás en la elección profesional o más bien en la decisión de aquellos que optan por la docencia, hasta en ocasiones en la forma de plantear las propuestas pedagógicas y didácticas.

De acuerdo al análisis de las prácticas de la docente memorable, de mi biografía escolar, y de de mis prácticas docentes se puede concluir que todos esos aspectos inciden en las concepciones didácticas y en los enfoques a los que se adhiere desde la psicología del aprendizaje, ya sea las “buenas” como las “malas” experiencias se asimilan, pero al hacerlas conscientes se da la oportunidad de reorientar las prácticas partiendo de visualizar como necesidad varios aspectos:

- Participación Guiada: “Saber” como algo compartido, alumnos y docentes se implican, se constituyen mutuamente y construyen el conocimiento.

- Apropiación Participativa: Los sujetos se transforman a través de sus implicancias en una u otra actividad. Cambian y manejan nuevas situaciones de la forma aprendida en su participación en una situación previa.

- Docente Y Escenario: “Provocadores de situaciones de aprendizaje”- No hay que perder de vista que la situación actual plantea un cruce de caminos,

donde se dan dos racionalidades diferentes que presentan variadas dicotomías: diversidad-homogeneidad, imagen-palabra, reflexión-inmediatez, certezas-incertidumbres, razón-experiencia.

- Instituciones modernas-jóvenes posmodernos

1 Rancière, J. (2002:56) “El maestro ignorante” 2 Bruner, J (2001) “La educación, puerta de la cultura”

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BIBLIOGRAFÍA

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VIGOTSKY, Lev. S. (1979) “El desarrollo de los procesos psicológicos superiores”, Ed. Grijalbo, Barcelona

Datos personales:

Profesora egresada de IPA de Sociología y Derecho.

Maestra egresada de IFD Carmelo

Especializada en Derechos del Niño y del Adolescente

Diplomada en Enfoque CTS de Universidad de Oviedo (España) y OEI.

Estudiante de Licenciatura en Ciencias de la Educación (opción Investigación)

Maestrando de Posgrado en Didáctica de Educación Media (Sociología). IPES

Docente de Sociología, Sociología de la Educación y Pedagogía del IFD de Carmelo

Docente de Sociología y de Derecho del Liceo Nº 2 de Carmelo

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Docente de Informática

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