· PDF file(viene de la p!Ígína anler-iol') La tarea de la Iglesia es enseñar religión; pero los hogares también dehen hacerlo. Sabemos que la

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  • PRIMER CONSEJERO DE LA PRL\1ERA PRESIDENCIA

    r::>.ACS de importancia fundamental para nuestra vida futura que mientras seamos ---V jvenes decidamos qu queremos ser, adnde queremos llegar y cunto

    e&fuer;;:o estamos dispuestos a realizar para conseguir lo que deseamos.

    Si estamos en una ciudad y queremos ir a otra tenemos que consultar

    mapas, revisar nuestro automvil, respetar las seales del tdU1sito, llevar el dinero

    necesario, etc. Y sobre todo, no debemos desalentamos si algo nos sucede.

    Haramos una tontera si en la mitad del camino decidiramos regresar porque

    se nos pinch un neumtico. Nuestra vida mortal es como un viaje al cabo del cual recibiremos una

    recompensa, si hemos obedecido las leyes de la vida. Este premio no tiene

    valor terrenal y excede todo lo que podamos imaginar con nuestras mentes

    mortales. El vehculo en el cual viajaremos a travs de la vida es nuestro propio

    cuerpo. Las luces que nos iluminan el camino son el conocimiento y el Espritu

    Santo, y con la ayuda de ambos debemos aprender a cuidar y controbr nuestro

    cuerpo, mantenerlo en perfectas condiciones y llevarlo limpio hacia la meta

    deseada. Por supuesto que tendremos que vencer muchas dificultades, salvar estorbos

    y sufrir vicisitudes. Pero nuestro xito o fracaso depender de nuestro conow

    cimiento, disciplina y cumplimiento. Como dijimos al principio, debemos decidirnos. Tenemos que elegir la

    manera de pensar, los libros que hemos de leer, nuestros amigos, las peliculas

    que veremos y, ms que nada, debemos elegir nuestros compaeros para la

    eternidad. Recordemos que nuestra existencia terrenal es slo una simple parte de

    nuestra vida eterna, pero nos ayuda a acostumbrar nuestras mentes a elegir

    entre el bien y el mal.

    EN ESTE NUMERO EL HOGAR Y LA IGLESIA

    --v~~id-:Ak~y 153

    POR QUE DEBE HABER TEMPLOS? .................................. . Jos Fielding Smith

    154

    TESORO EN MIS MANOS .. . ....... ..... . .................... . 155 Alicift Marta Piaserico

    "EL MAYOR DE VOSOTROS . H~~~Y"i5. Taylor 156

    LA IGLESIA Y LA EXPOSICION MUNDIAL ................. . 158 Bernard P. Brockbank

    EL ORIGEN DEL HOMBRE ... .................... 16Z Truman G. Madsen

    EL RINCON DE LOS NIOS - {Seccin lnfontill. ..... 164~A Varios

    LA PAGINA DE LA ESCUELA DOMINICAL .............. 164-H The Instructor

    DE INTERES PARA PRESIDENCIAS DE QUORUM..... ............................... 165 Comit _General del Sacerdocio de Melquisedec

    DOS EVENTOS EN LA MISION URUGUAYA................ . . .............. 166 Libertad Noguera

    LA SOCIEDAD DE SOCORRO-SERVIDORA DEL SACERDOCIO... 168 Marianne C. Sharp

    EL VALOR DE LA AMISTAD. R.~~aii: ii~~d~;;,

    170

    CULTIVAMOS LA PERCEPCION EN NUESTROS ALUMNOS? .. Neil ]. Flinders

    17Z

    CANTO AL PARAGUAY ............................. . 173 Anita C ortesi de ] arvis

    BRILLANTES CONVENCIONES DE JOVENES EN MEXICO ................... . 174 M isl.oneS Mexicanas del N arte y de Occidente

    LOS COMUNISTAS Y LA FE.......................................... . ............... Contmtapa The Church News

    La hermana Dorothlj' P. H andley ha titulado la serie de ilustraciones que desde enerO' hemos venido reproduciendo en nuet;tra portada, "Tqmbin tengo otras ovejas que no son de e8te redil ... " (Juan 10:16.) La de este mes est

    relacionada con el pasaie de .3 Nef 18:6, 7-en el Libro de Mormn. {Placas cortesa de the Children's Friend, elaboradas por the Deseret News Press.)

    - -_ ' __ -. : .. " ---- -_ --------- ;-------:- --- ----- ~--'- ---- - ---- ':'- '--:-- ----::-- ,_ P~bli~oci6n: }f!n~~~i- _Ed_it;O~a-._- )o_~- -~t -o_~lt: Misi~_nci '< .-._:->.-- _: ---- : ___ :: >". : _:- -d&J::~g(7Sicf;tle:A~s\:'ristO:_.-'_ ---_ ._---,~:'- __ '_:d~:-l_o_~-:-_$~ntos' dJ$ U)timOs: pa~ -- ----- :_: _: - :. -.: -- 4_7 .E;_-,~~ti-th_ -i.e~pi~_-S:t~~et;)di ~tt,k~_citv, ut~_h; 'rtu.A;--

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  • ]DE Jos hogares de hoy .saldrn los ciudadanos (lel n1aana; stos dependern di? aqullos. El poeta Vctor I-I11go dijo: "El futuro de todo pas p11edc ser determinado por la actitud de su juventud, especialmente de los jvenes entre 18 y 21 aos de edad." Pero antes de que un joven llegue a esa edad, parte de su personalidad estar formada. Uno de los estadistas ms conocidos, Herbert Hoover, escribi acerca de esto hace algunos aos:

    Luego de descubrir todo fen6meno cientfico, de crear todos los elementos de seguridad pblica, de construir los edi-ficios necesarios para educacin, entrenamiento, hospitaliza-cin o diversin, nos damos cuenta de que esto no es ni la dcima parte de los valo1'es fsicos, morales y espirituales que el don de la maternidad crea y el hogar confiere.

    Ninguna cosa material puede compararse al cario y la devocin de una madre.

    Ningn hombre puede hallar felicidad andando por cami-nos del error. La propia naturaleza nos ensea que nuestras acciones estn limitadas. El crecimiento y la felicidad se encuentran en reas restringidas, fuera de las cuales yacen inhibiciones dolorosas. El comer es un placer saludable, pero es doloroso glotonear; es agradable y placentero realizar ejer-cicios fsicos, pero extenuante el abusar de ellos.

    E D li T o JR li A L

    No hay mejor lugar que el hogar para en-sciar el concepto de la responsabilidad a Jos JJifos, para hacerles felices y mostrarles el valor del derecho ajeno. La desdicha, ya sea en la niez como en la edad 1nadura, ocasiona, tarde o temprano, la desconformidad para con las le-yes naturales y sociales. El hogar es el mejor lugar para desarrollar en los nios la obediencia que la sociedad demanda. Algunas madres pa-san esto por alto y dejan a sus hijos hacer lo que les place, lo cual slo es correcto cuando se saben fijar los limites.

    Debernos permitir que los nios obren por s mismos, usando sus propios derechos, siempre que no interfieran con el derecho de uno de sus hermanos; en este caso los padres deben dete-nerle y ensearle. El sentido de la individualidad se fundamenta y desarrolla mejor cuando est de acuerdo con los principios sociales. Si el nio logra aprender las reglas del juego, quizs quiera modificarlas; pero mientras no las aprenda, todo intento suyo ser rudimentario y vano. En cam-bio, si nunca llega a aprender esas reglas su individualismo se ver frustrado y su felicidad marchita.

    Es mi opinin-y la experiencia lo confir-ma-que el perodo ms adecuado para que un nio aprenda estas cosas es cuando tiene entre 3 y 4 aos de edad. Si una madre no consigue controlar a su hijo en esta edad, es muy .probable que nunca ms lo logre. Y conste que no digo controlar por medio de la fuerza o malos tratos, sino simplemente hacindole ver que l es una parte de la comunidad y que sus hermanitos tam-bin tienen derechos que l debe respetar. Esta es la base de la democracia y es imprescindible ensearla en el hogar.

    Es fcil de entender, por tanto, en qu for-ma el hogar contribuye a la felicidad de un nio. Prirriero, inculcndole la obediencia; segundo, ensendole a tener consideracin hacia los dere-chos de los dems; tercero, colocndole en un plano donde la confianza y el consuelo se balan-ceen; cuarto, haciendo del hogar un refugio y un descanso de los problemas y vicisitudes de la vida.

    N o es muy difcil tener un hogar as; hay miles de ellos en la Iglesia. De estas familias salen los futuros ciudadanos del pas. Sobre la cabeza de cada Santo de los Ultimas Das descansa la responsabilidad de desarrollar un hogar de esta categora.

    (pasa a la siguiente plana)

    El Hogar y la ~gle~ia _.~~. "' -$( -fn.

    por el presidente David O) McKay

    JULIO DE 1964 . 153

  • (viene de la p!gna anler-iol')

    La tarea de la Iglesia es ensear religin; pero los hogares tambin dehen hacerlo. Sabemos que la Biblia no slo ha sido suprimida en las escuelas, sino tambin en muchos hogares. Hay negligencia por par-te de los padres en ensear religin en la casa; la prctica de la oracin familiar ha sido abandonada.

    Padres, si no hacis otra cosa, aunque sea arro-dillos con vuestrOs hijos en la maana y orad al Seor. S perfectamente lo ocupadas que son las maanas en el seno de toda familia-aprontar a los nios para la escuela, servir el desayuno, etc.-pero no olvidis tener unos momentos de oracin para invitar al Seor a morar en vuestro hogar. La oracin es un manantial de fuerza. Son muchos los que dicen que la oracin es un pensamiento. Aun as, es beneficiosa. Cada uno de nosotros necesita invitar a Dios que entre en nuestros hogares.

    Patrick Henry estaba en lo cierto cuando mani-fest: "He dado todo lo que tengo a mi familia; pero hay algo ms que quisiera poder darles: la religin Cristiana.