Visiones

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Visiones

de

FierroFierro

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(Música de fondo sugerida: Queen, “It’s a hard life”)

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El día que me robaron la bicicleta, todo se fue al carajo. Lo único que me quedó fueron sus fotos. Sé que fueron los

vecinos del fondo.

Pero no puedo hacer nada porque ellos son los más malos del barrio. Y es mejor llevarse bien con gente así.

Me quedan sus fotos en el celular como recuerdo. Podría iniciar un reclamo o una campaña, pero en cambio

prefiero maldecirnos como raza, como especie, y ver como uno a uno morimos por una peste incurable que llamamos

vida. No hay remedio posible. No todo tiene solución.

Caen civilizaciones, naciones, sistemas de creencias se desmoronan ante esta peste en expansión que llaman

humanidad…

Pero para olvidar este tipo de delitos, otros optan por método de evasión: Yorugüa, por ejemplo, se encerró a ver

en youtube Martín Fierro, el ave solitaria, una película argentina del año 2005. Años después sigue recordando

este film y cada vez que lo rememora, lo cuenta de modos diferentes.

Ofrecemos a continuación algunos ejemplos.

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Caída la noche en medio de un fogón y rodeados por centenar de

indios bailando y gritando, el jefe de la tribu intercede y con palabras

altas dice “Esta noche recuperaremos lo nuestro”. Esa misma noche, se

dirigieron al cuartel.

Algunos escalaron la muralla de palos, se escabulleron entre las

chozas, escalaron las torres y mataron a los vigías, los demás, entre

gritos, salieron dentre los matorrales.

Invadieron el cuartel, apoderándose de los caballos que le habían

robado de sus tierras. Los soldados se levantaron de sus camas al

escuchar las cabalgatas de sus caballos, y al formarse se dieron cuenta

que le habían dado muerte al vigía de la torre.

Enojado por esa situación, el Capitán manda a robarle todo el

ganado de sus tierras a los indios. Forman filas y salen a pie o con los

pocos caballos que les dejaron.

Llegaron a las tierras de los indios al amanecer y se apoderaron de

todas las vacas que vieron.

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En un instante incómodo el aire se llenó de rabia y violencia. El

calor, el pastizal, el maltrato recibido en los fortines, las órdenes

cumplidas a desgano, todo ello pareció conjurarse en ese incómodo

instante desde las venas del gaucho Fierro hasta sacudirle un grito

naciendo desde lo más hondo de su pena.

-El ga ucho no mata al indio.

Su tristeza, su dolor, se originaba en cada una de las injusticias que

venía padeciendo bajo la voluntad y el poder de terratenientes,

gobernantes y militares, que poco a poco y sin más explicación que

servir a la patria, le habían quitado sus posesiones.

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Fierro se escondía, pero siempre sobre el rancho, y vigilaba que la

policía no lo agarre. Un día se encontraba mirando las estrellas y

escucho caballos que se acercaban era la policía que lo iba a buscar por

sus crímenes. Fierro no quería entregarse y tuvieron que pelear. Un

policía le disparo pero erro el tiro. El gaucho aprovecho e hirió a otro

hombre, otros dos se vinieron encima pero con faconazos los mató.

Luego un policía lo fue a atacar pero Fierro le echo tierra en los ojos y lo

mata. Un policía llamado cruz le dijo a los demás que no era justo que le

de muerte así a un valiente. Y se quedó al lado del gaucho mientras que

el resto de la policía escapó. Luego se dirigieron a un rancho y se

pusieron a tomar mates. Cruz le conto su historia, haló de su mujer y le

contó como en una ocasión entró a su rancho y encontró al comandante

abrazando a su china y que este, por temor, sacó su espada tirándose

encima de Cruz con la intención de matarlo aunque el ágil gaucho lo

esquivo y golpeó a comandante. Luego de ese episodio, Cruz agarró sus

ponchos y sus prendas y se fue para siempre del rancho.

Hubo un baile por la zona y Cruz fue, se puso a bailar pero el

guitarrero lo ofende con una payada y Cruz con su espada le cortó las

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cuerdas de su instrumento. Un hombre con fusil acudió en defensa del

cantor y Cruz se vio obligado a salir.

Otro día un juez llamó a Cruz y le propuso ser Sargento, pero él no

abandonó a Fierro y siguió como matrero.

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En medio de una hoguera y con veinticinco armas a mí alrededor

se planeaba una invasión al cuartel por parte de los indios. El objetivo

era recuperar los caballos que han sido sustraídos de mi tierra. Llegada

la media noche se dirigieron hacia el cuartel un centenar de indios.

Algunos treparon la muralla de palo. Se escabulleron entre las chozas,

otros treparon las torres de los vigías que se encontraban durmiendo y

blandiendo sus facones los degollaron. Los demás hacia la salida de

cuartel los soldados al estado por los gritos se levantaron de sus camas,

pero ya era tarde, sus caballos ya habían sido robados y a uno de sus

compañeros ya le habían dado muerte.

El capitán ordena a sus tropas dirigirse a las tierras de los indios y

recuperar sus vacas. Marcharon hacia allí en plena noche, llegaron a la

mañana. Apenaban cuantas vacas se le cruzaran en el camino. Fierro

alertado por el ruido atrás del chircal envainó su facón y se sorprende al

encontrar un indio que se esconde. Entre peleas el indio se cae al piso.

Fierro a punto de darle muerte se arrepiente, clava su facón en la tierra y

grita “el gaucho no mata al indio”. Se sube a su caballo y se pierde en la

llanura.

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Gaucho como la lengua lo explica, los ingleses con su gran ego,

llegaron para terminar con los indios y todo a su paso, mandar en sus

tierras por pensar diferente.

Gaucho, de su tierra, sin nada que importar, dando todo por su

patria, aunque ellos les hacían creer que los indios eran unos lacras,

obedeciendo reglas en las que ellos no estaban de acuerdo, y entre ellos

siempre destacándose un simple soldado, Martín Fierro, al que

mandaron contra su suerte, experimentando dolor y sufrimiento,

aguantando infiernos, haciéndole creer que así se sirve a un gobierno.

Los indios no se quedaron atrás, estaban dispuestos a recuperar lo

que le robaron, sus tierras ,se levantaron contra los ingleses mientras

ellos dormían, los soldados queriendo ocultar el ganado que les

pertenecía a los indios, aun bajo mandato de los ingleses, no pudieron

matarlos como ellos lo deseaban, Martín Fierro siempre opuesto a

obedecerles.

Tanto gaucho como indio, se respetaban por amor a lo suyo, sus

creencias, y lo mas sagrado para ellos, que eran las tierras en las que

habitaban.

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A pesar de que los querían dominar con su dinero, Martín Fierro,

soldado gobernado pero con su alma de gaucho, defendiendo las razones

de los pobres, aun cuando les creían ignorantes, juró ser más malo que

una fiera, espantado de esa esclavitud con valor y coraje, dejando atrás

lo que eso implicaría, volviendo a su rancho, aun que allí sólo encontró

los restos de su guitarra, con la que expresa el amor por sus raíces,

Martín Fierro nunca dejó de ser ese gaucho, un gaucho como el ave

solitaria, que con su cantar se consuela.

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Martín Fierro gaucho es despreciado por su forma de vivir.

Tomados como salvajes en la “sociedad” son reprimidos y llevados al

servicio militar donde tiene que adaptarse a nuevas normas ya que los

gauchos eran libres con sus familias, Fierro con su mujer y sus hijos.

Pero la llegada de militares al pueblo y su llevada dejó un vacío para su

familia.

Estando en el ejército, ya “casi” adaptado, acostumbrado a

perseguir indios y robar el ganando. Se había corrompido el gaucho,

hasta que un día, en medio de una persecución, casi mata a un indio…

ante esta situación sus palabras fueron “el gaucho no mata indio”… para

luego alejarse del lugar y escapar del ejército hasta ser prófugo de la

Ley. Regresa a su hogar en busca de su familia, que ya no estaba. Con

un sentimiento profundo de soledad apenas puede cantar su sufrimiento.

Jamás encuentra a los suyos.

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Y ahora estaba allí, en medio de una llanura despoblada.

Obedeciendo de nuevo una orden.

Lo habían enviado junto a una partida de soldados a recuperar el

ganado que los indios les habían robado la noche anterior.

Anduvieron kilómetros a caballo hasta que se toparon con los

miembros del malón.

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Llegaron los soldados al pueblo y se llevaron a los hombres que se

encontraban en el bar y en su casa, uno de ellos era Martin Fierro, lo

llevaron esclavizado para que luchara en la frontera contra los indios.

Caminaron kilómetros y kilómetros. Al final llegaron a una mini

comunidad donde estaban los otros soldados y el Comandante, iban a

luchar por la patria, decía el comandante, para acabar con los indios, el

Comandante lo mandó a llamar a Martín Fierro y le dijo que lo mandaría

a un campo suyo donde no corría peligro y que se quedaba con su

caballo. Martín se dio cuenta que aquello no era defender la frontera,

eran ratas. A los soldados heridos los amarraban las manos a una tabla, y

así, heridos, lo amarraban en el piso a pleno sol del día, hasta morir.

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Los indios se preparan para atacar a los soldados por la noche

cuando ellos duermen. Silenciosos, arrastrándose por la tierra, llegan al

lugar y asesinan a uno de ellos. Comienza a gritar haciéndoles saber que

están ahí, diciendo “nos llevamos lo nuestro, ladrones” y se van,

despiertan a los soldados gritando para que persigan a los indios. Tienen

pocas armas y las pocas que hay no sirven, pero no van por los indios

sino por su ganado.

Martin Fierro se enfrenta a un indio, lo tiro de su caballo pero no

lo mata. “el gaucho no mata al indio”, grita y se va en su caballo.

Tomando algo Martin Fierro toma la guitarra y canta unas estrofas,

luego entra el Sargento y les dice que “hoy es día de pago, que los van a

ir llamando uno por uno” Llaman a todos menos a Martín Fierro y le

dice “yo no he recibido nada” Y le contestan “es que no vas a recibir

nada porque no están en la lista”. Fierro, enojado, dice tantos años y no

he recibido nada” Cansado y triste, se pone a beber mientras recuerda.

Ebrio, sale gritando a lo cual un soldado lo ve y le dispara. Salen más

soldados a pegarle. Lo atan en el piso de pies y manos, Martín Fierro

enojado se desata y levanta, agarra un caballo y sale rápidamente…

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Martin Fierro vuelve a su casa, pero está todo vacío, no hay nadie,

solo su guitarra rota y sucia, triste comienza a llorar y rompe lo poco que

quedaba, encuentra a un viejo amigo, el cual le dice que su mujer estaba

muy enferma y que a sus hijos se los llevaron. Martin Fierro, ebrio, mata

a otro que se le enfrentó, gritando “Sólo naci, solo muero”.

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Militares obligaban a toda la gente a eliminar a los indios de la

Argentina y representar a esta para ser buenos soldados.

El soldado o gaucho, llamado Martín Fierro, cuento que todo

aquello era triste y frustrante (infierno) servir a ese gobierno. Unos

indios se levantaron contra el pueblo y fueron a las haciendas con lazas y

caballos. Martin Fierro no quiso matar a un indio que lo atacó. Fiero,

muy indignado con sus patrones, se rebeló y lo ataron. Luego se escapó

del ejército y para ellos era delincuente. Después regreso a su rancho

donde lo encontró vacio y se reencontró con sus conocidos donde le

dicen que su mujer había fallecido y se habían llevado a sus hijos

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Recuerdo cuando Martín Fierro se emborracho y se dirigió al

cuartel y se enfrento con los militares.

Lo capturaron, atándolo de pies y manos, el logró escapar con su

caballo. Cabalgo hasta su rancho, encontrándolo destruido y sin

encontrar a su familia.

Entre las ruinas logro encontrar su guitarra, sus vecinos le dieron

que los militares se habían llevado a su esposa e hijos, es allí donde juro

ser más malo que una fiera.

Luego se encuentra en una pulpería tocando con su guitarra,

cantando sus canciones, todos los que estaban aplaudían y gritaban.

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Señor Hernández…. El capitán de los soldados.

Martin Fierro era un gaucho bueno porque dijo Sargento; y lo

querían como un soldado. Hay soldados heridos y eso al gaucho Martín

no le gustaba verlo así.

Después los indios se reunieron para a matar a los perros ladrones

(así le decían a los soldados). Los indios querían matar a Martín. Pero no

pudieron y Martín lo tumbo al indio, pero no lo mató. Solo grito “el

gaucho no mata al indio”…

Los soldados y el gaucho Martín se fueron a tomar y Martín se

puso a cantar mientras los soldados lo escuchaban…. Todos los soldados

cobraron menos Martín y la señora dijo que se quede tranquilo. Después

de la copa se durmió y soñaba que estaba domando. Después de eso se

fue gritando hasta donde estaban los soldados. Hasta que los soldados le

pegaron, lo entraron y lo condenaron, atándolos de los pies y manos

hasta que se escapo del ejército.

Martin se fue para su rancho y no había nada más que su guitarra

hasta que se encontró con su familia y la abrazaba y de la bronca gritaba

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y golpeaba su guitarra. Tomo su caballo y partió al rancho de su viejo

amigo y lo encontró lastimado mientras que la chica lo curaba.

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El primer episodio comienza durante el día, los gauchos se

encontraban escribiendo en sus ranchos, que parecían de palo y paja.

Llegaron los militares a capturarlos para “defenderla patria” en contra de

su voluntad. Al gaucho Martin Fierro fue llevado a otros ranchos que

eran de los militares. Allí le dieron uniformes de milicia. Durante una

noche, llegaron los indios en busca de los suyos. Tomaron por sorpresa a

los militares, Martin Fierro y otros fueron mandados por el capitán a

cuidar el ganado hasta que termine el asalto.

Martín Fierro tenia recuerdos durante su estadía, en ellos

recordaba su bella vida antes de que todo lo nombrado ocurriese.

Recordaba escribiendo, bailando con su china… recitándole, corriendo

carreras a caballo.

Luego de su larga estadía se encontró en una situación de lucha

con un indio, en esta lucha logra tirar al indio al piso, y teniéndolo

“servido en bandeja”, lo mira y aparentemente se da cuenta que no era

eso lo que quería y gritó a los cuatro vientos “el gaucho no mata al

indio”

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La historia ocurre en el proceso de formación del territorio

argentino.

Martin Fierro es un gaucho que es sacado por la milicia de su

querencia.

El, como muchos hombres, fueron apartados de su familia para ser

utilizados en el exterminio del indio y la apropiación de sus tierras.

Vivian en ranchos construidos de paja y adobe. Sus ropas: chiripá,

botas de potro, blusa y poncho de elaboración sencilla, cómoda para el

monte y anda a caballo.

La pulpería era el punto de encuentro al final del jornal, una

ginebra, taba y algo más para matar el tiempo y no pensar.

Son llevados a la fuerza, realizan distintos tipos de tarea.

La autoridad máxima en el lugar es el juez. Él decide como amo y

señor la suerte de los reclutas.

Martin es un rebelde al que pretenden amansar. Horas de cepo y

sol que aquel espíritu no llegan a doblegar.

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Cansado de la denigración, mucho trabajo sin paga, injusticias a

repetición, se rebela y escapa. Lo declaran desertor.

Roba un caballo y huye rumbo a su rancho y no encuentra nada de

lo que ha dejado. Ni mujer, ni hijos, ni sueños del pasado.

“¡Nada enseña tanto como el sufrimiento y el llanto!”

Todo lo perdido tiene valor inesperado.

Ya no descansa, el pasado ataca y clava su puñal en el alma

cuando el cansando y el alcohol mezclan presente con pasado.

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Los gauchos se reunían en la pulpería a tomar tragos, recitar con la

guitarra, jugar a las cartas, a la taba. Hacían comer a los caballos,

bailaban, entre otras cosas. E

Estaban en ese lugar cuando los sorprendieron los soldados del

ejército Argentino y a la fuerza, los obligaron a listarse para defender la

patria, argumentando que eran vagos que perdían el tiempo en la cantina

en vez de estar trabajando.

Con los soldados se encontraba un juez que verificaba y anotaba

los datos.

Atados y a pie, los llevaron para prepararlos. Les prometieron una

paga por sus servicios, aunque a Martín Fierro no se dieron.

Fue ahí que se enojo y se levantó frente a los soldados.

Lo ataron de pies y manos (estaqueado) como castigo, al cual tiró

hasta lastimarse y finalmente soltarse.

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Recuerdo que a Martin Fierro no le pagaron y a sus compañeros sí.

Él le reclamo al Sargento él se le rio respondiéndole que no lo merecía.

El se dirige hacia la pulpería, tomando toda la noche hasta que le dueña

le dijo que fuera.

El sale muy tomado del lugar y se dirige al cuartel donde llega

gritando. Los soldados lo enfrentan. Uno de ellos le dispara. Es allí que

Martín cae al suelo, lo capturan y lo atan de pies y manos. Más tarde

logra escapar en su caballo.

Cabalga toda la noche, mal de su tobillo, logró llegar a su choza,

encontrándola destruida- entra las ruinas logro encontrar su guitarra. Sus

vecinos le dijeron que los militares se habían llevado a su familia, es allí

cuando jura que será más malo que una fiera.

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Primero Martin Fierro no tenia piedad por los indios, mato a un

indio en la frontera cuando pudo dejarlo con vida con otro objetivo

salvar a una mujer, la cual estaba siendo sometida por uno de ellos.

El gaucho le perdona la vida al indio al escaparse de la frontera le

gritaba “el gaucho no mata al indio” y al final Martin Fierro se amiga

con los indios. La película muestra más el punto de los indios.

Tampoco el gaucho tenía muchos problemas con las autoridades,

ya que un oficial le ofrece ir a la frontera más seguro a cambio de su

caballo.

Cando no recibe su paga por los servicios en la frontera, se

emborracha y los castiga y los ata.

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Lo que recuerdo del video visto de la película de Martín Fierro es

que algunas escenas transcurrieron en dos ocasiones del día y la noche.

Martin Fierro era n gaucho muy apuesto, con costumbres

honorables a como lo criaron en su infancia, poco después conoció a una

gitana con la cual tuvo dos hijos varones.

Hay una escena en la cual el está en su casa con su familia y en un

rincón deja una guitarra envuelta en un poncho.

Martin Fierro solía ir a una pulpería junto a muchos hombres de su

pueblo, siempre tomaba y hacia como una ronda, es ahí cuando Martín

Fierro saca su guitarra y canta su forma de pensar. Y todos los que están

en la pulpería lo escuchan atentamente.

Un día llegaron los soldados, Martín Fierro estaba con uno de sus

hijos y le pidió que se escondiera. Los soldados los pusieron todos

parados contra la pared y luego entro el General y les dijo que no servían

para nada, que lo mejor que podían hacer era servir a su pueblo,

entonces comenzaron a llevarse a todos los hombres del pueblo.

Los demás habitantes intentaron socorrerlos con piedras o a gritos,

pero era imposible.

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Luego lo llevaron a una especie de refugio en donde les dieron los

trajes y espadas. Luego unos indios les robaron sus caballos y les

hicieron salir a todos en busca de ellos. Martín Fierro se enfrentó a uno

de ellos, pero les dijo que el gaucho no mata al indio.

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Mientras los gauchos estaban una mañana en la pulpería, lugar

donde se juntaban a tomar y cantar, y sus chinas en sus ranchos, muy

tranquilos, llegan os soldados del ejército argentino.

Se llevan a los gauchos obligados, para convertirlos en soldados y

servir a la patria.

Lo que buscaban era terminar con los indios en la frontera y así

apoderarse de sus ganados.

Al llegar la noche atacan a los indios con la nombrada “espada

chica”. A Martín Fierro no le agrada la idea de luchar y matar, así que

cuando se enfrenta cara a cara con su rival no se anima a terminar con su

vida.

Al enterarse de esto, el capitán del ejército lo castigó, no gozando

de su sueldo.

Lo hacían dormir atado al piso para que no pudiera escapar.

Después de años lo hizo, tomo su caballo y partió hacia sus tierras. Al

llegar se encontró con su rancho vacio y destrozado. Su mujer estaba

enferma, y sus hijos se la habían llevado de allí.

Había quedado solo, como un ave solitaria.

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Era un día soleado, los soldados llevaron a los gauchos con ellos

para unirse como saldados para luchar por la patria,

A Martín Fierro su gente o tenía como “un buen hombre”, era un

hombre de trabajo.

Los indios fueron a buscar a los soldados para recuperar lo que era

suyo, se desato un pequeño enfrentamiento entre Martín y su gente

contra los indios, Martín Fierro tuvo oportunidad de matar a no pero no

tuvo coraje y grito “¡El gaucho no mata al indio!”

Martin Fierro tenia recuerdos de su pasado, de su familia, y en

esos tantos recordó cuando tuvo por primera vez a su hija en brazos. En

ese momento salió de su rancho y enojado comenzó a gritar cosas sin

sentido. Luego se escapa del campamento y traiciona a su patria.

Destruyó su rancho donde ya no vivía y juró ser más malo que una fiera.

Regresó a su hogar y se reunió con su familia.

Para pasar el tiempo jugaban a las cartas y varios juegos de mesa

divertidos, como el ludo.

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Los nativos se organizan para sacar los callos que los militares

tenían junto con los gauchos. En una especie de refugio con vigías en las

torres.

Los gauchos se encontraban en una de las chozas durmiendo.

Los nativos fueron hacia el lugar y se percataron que los vigías se

encontraban durmiendo, y aprovecharon a entrar degollando a uno de los

guardias que se encontraban en la entrada. Abrieron los portones y

retiraron a los caballos.

Uno de los generales se percató de la situación y levanto a todos,

regañando a los gauchos por encontrarse dormidos y los manda a

recuperar los caballos.

Los gauchos dan con el paradero de los caballos que junto a ellos

estaban los nativos que pusieron existencia. Combatieron con los nativos

que llevaban lanzas. Salieron victoriosos los gauchos recuperando a los

caballos y llevándolos d regreso.

En el camino, Martín Fierro se cruzó con un nativo el cual lo

atacó.

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Martin Fierro lucha contra el, con una boleadora que le otorga un

golpe en el tronco e hizo que el nativo cayera al piso. Martin Fierro fue

hacia él y lo asustó. Hizo como que lo iba a matar pero no lo hace. Se

sube a su caballo y grita repetidamente

El gaucho no mata al indio…

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A punta de lanza y gritos, los hicieron desensillar; les robaron lo

caballos y los obligaron a huir a pie. Como en un mar de par de

pastizales, los soldados se hundieron, sufriendo heridas que más tarde

intentaron curar en el fortín. Sólo Fierro se mantuvo en su caballo. Sólo

Fierro fue lo bastante gaucho como para hacer frente a uno de los

salvajes de la indiada. Para tener más fuerza bajó de su caballo.

Se enderezó firme en la tierra y, armándose únicamente con sus

boleadoras, se dispuso al contraataque. Fue un lance directo y certero

Dio de lleno en su enemigo.

El indio cayó a tierra.

Pero Fierro, tan gaucho como para rebelarse por primera vez, no lo

mató.

-El gaucho no mata…

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Cae la noche en el cuartel, los soldados descansan. El capitán,

perdido en el seño como sus hombres, no percibe lo que pasará. Los

vigías en sus altas torres, llevados por la hermosa fresca bajo las estrellas

y el silencio del lugar, caen en el sueño también. A lo lejos, entre gritos

fuego y hambre de sangre guerrera, se encontraban con una tribu de

indios.

Decidido a recuperar lo suyo, invaden en la oscuridad de la noche

el cuartel, trepan el cerco, matan al vigía y se dirigen hacia lo que ellos

decían que era suyo: los caballos. Una vez adentro, aren el portón y con

un grito, se pone a correr a las hermosas bestias, de todo por el ruido,

destruyen. Se despiertan de su sueño, pero ya era tarde. Los habían

robado. El capitán ordena a sus hombres dirigirse a territorio indio, y

capturar sus vacas. Esto pasa en la tarde del día siguiente. Capturan

muchas de ellas y entre pelea contra Martín Fierro, este entre piñas y

demás, pone en jaque al indio, y cuando esta por darle muerto, con su

facón se lo clava al lado de su cabeza y grita “el gaucho no mata al

indio” para luego dejarlo huir.

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Era de día cuando a la pulpería llegan los soldados junto al juez de

paz, pidiendo soldados para la patria.

Al llevárselos de mal modo, las mujeres empezaron a los gritos y

llantos, tratando de evitar que se los lleven.

El juez se para delante de Martín Fierro, diciéndole que es un

rebelde, que no sabe qué hacer con él, y que hasta parecía que estaba en

el bando de los liberalistas y lo toman a la fuerza.

Ellos Vivian en lugares precarios sin mucho lujo, trabajadores de

la tierra.

Luego de llegar al campamento donde se encontraba el jefe, les

dieron ropa para cambiarse y así parecer soldados.

Una noche fueron atacados por indios que se llevaban los caballos.

Martín Fierro salió tras ellos con un par de soldados a atacarlos, pero

luego de tanto esfuerzo, cuando logro tirar al jinete del caballo y apuntar

con su espada, lo mira a los ojos y pega un grito desgarrador “¡el gaucho

no mata al indio!”Se monta al caballo y sale corriendo hasta donde se

encontraba su fuerte.

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Luego llegó la noche de la paga donde llamaban por apellido y les

daban su dinero. Al ver que no lo llamaban entró y preguntó por lo de él

y le contestan que él siempre será un animal. Tan triste se pone a tomar y

luego de ser echado del lugar, se monta a un caballo y se da a la fuga,

volviéndose a sus pagos.

En su casa solo encuentra soledad, recuerdos y tristeza.

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Era de día cuando el gaucho Martín Fierro se encontraba en la

pulpería, tomando. También solía tocar la guitarra. Cuando de pronto se

ven interrumpidos bruscamente por una partida de militares que después

de hacerlos que se queden quietos. El juez les anuncia que quedan

reclutad para servir a su patria.

Cuando se da cuenta que está Martin Fierro le dice: sos un gaucho

rebelde, estás del otro bando, ya te vas acostumbrar.

Así, Martín Fierro junto con otros gauchos, son llevaos a un fortín

lejos de su hogar y de su familia.

Se les ordena que maten a los indios para ganar sus tierras.

Martin Fierro dice que el no va a matar al indio, después de

muchas penurias y cansado de tanto atropello, en una noche de descanso

que le habían dado, se va a la pulpería y toma hasta emborracharse.

Pierde la noción del tiempo.

Cuando quiere regresar al fortín, no lo reconocen por lo borracho

que está. Entonces lo declaran desertor y lo estaquean en el patio,

pasando toda la noche y varios días. Buscando el momento para

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liberarse, después de mucho esfuerzo, logra sacarse las sogas que lo

mantenían atado. Con la oscuridad como testigo, toma un caballo y huye

del lugar. Vuelve a su rancho. Ya no encuentra ni a su china ni a sus

hijos. El lugar es una tapera. Cierra los ojos y recuerda a su familia.

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