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ITALIA Roma La cittá eterna VISUAL | TRAVEL | CULTURE | DOCUMENT 22 P A G E S PHOTO REPORT

Visual | TraVel | CulTure | DoCumenT ItalIa · Por tanto, muchas son las rutas y los destinos a los que uno puede recurrir en una estancia en la capital de Italia. Una forma podría

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RomaLa cittá eterna

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22p A G e s pHOTORepORT

Si como dijo Cicerón “Pensar es vivir dos veces”, viajar podría ser “vivir miles de veces”. Para cada persona puede tener distintos significados y formas.

Para unos es descansar, para otros conocer, para algunos olvidar,… La perspectiva adoptada en un viaje va a condicionar el resultado final del mismo. Pero

independiente a la actitud con que se afronta, un viaje implica siempre una ilusión por acceder a una “realidad paralela” en la que embarcarse por un tiempo.

Todo amante del viajar que persiga acceder a esa otra efímera vida va a idear entre sus proyectos visitar en algún momento determinados lugares.

Para la mayoría de esas personas, Roma va a ocupar uno de sus destinos preferentes.

Mi abuela fue una de esas soñadoras que aspiraba a conocer la capital italiana. Yo la animaba y la intentaba convencer de que algún día iríamos. Por

desgracia, ese capricho quedó sin saciar… hasta este momento. Este reportaje y el siguiente recorrido se presentan como una oportunidad gráfica para que

aquella longeva y cariñosa anciana, a través de su recuerdo aún presente y de mis cálidas palabras, visite la que es conocida como la Cittá Eterna.

Para adentrarnos en Roma hay que partir del conocimiento de que es la ciudad con mayor concentración de bienes histórico-

artísticos del mundo. Por tanto, muchas son las rutas y los destinos a los que uno puede recurrir en una estancia en la capital de Italia.

Una forma podría ser la que se desglosa en este reportaje, que toma como referencia una mirada de Roma a lo largo de su evolución

histórica, conociendo de ella algunas de sus principales épocas. Sin embargo, esta es solo una mirada como otra más, de las miles que

se podrían llevar a cabo en este destino.

Capital de Italia y de la provincia del Lazio, Roma se asienta sobre siete colinas: Aventino, Palatino, capitolino, Quirinal, Viminal,

Esquilino y Celio. Nació en la orilla del río Tíber, en un valle aluvial, el campo de Marte. Desde la unificación del país en 1870 creció

rápidamente, lo que se debió en parte a su situación geográfica: emplazada cerca del mar y en el centro del país, lo que propició en gran

manera la migración interior. En el 2011 poseía una población de más de dos millones setecientos mil habitantes.

Roma, La cittá eterna

Miles de vestigios arquitectónicos fueron testigos del dominio de Roma durante siglos

Según la leyenda fue fundada por Rómulo y Remo. En un

principio, en torno a las siete colinas, se asentaron varios pueblos

alrededor del río Tíber. Roma nació de la unión de varias de esas

poblaciones. Una cultura de anterior desarrollo que los romanos

fueron los etruscos, los cuales en el siglo VII a.c. crearon el primer

foro de cuyo centro todavía se conservan algunas características.

En la historia de Roma se deben distinguir varios periodos:

monarquía, república e Imperio.

El periodo de la monarquía abarca desde la fundación de

Rómulo y Remo en el 753 hasta el 509, en ella gobernaron siete

reyes entre los que destacó Servio Tulio con el que comienza la

plena urbanización de esta civilización.

De toda esta época no quedan prácticamente restos, por lo

que en la visita a la ciudad principalmente se podrán conocer los

periodos republicano e imperial.

La república comienza en el 509 y durará hasta la

proclamación del Imperio en el 27 a.c. por parte de Octavio Augusto,

sobrino del famoso Julio César. Este reunió todo el poder bajo su

persona y desde entonces se sucedieron cuatro familias dinásticas,

puesto que el título de emperador se convierte en hereditario: Julio

claudios, Flavios, Antoninos y Severos.

Historia

TB I Roma 4

Muchas guías de Roma, comienzan sus itinerarios

en la Plaza Venecia. Imprescindible sin duda para captar

la grandilocuencia de la Roma más contemporánea, nos

sirve además de referencia para movernos por la ciudad,

pues de ella parten algunas de sus principales calles.

Vamos a centrarnos en un primer momento, en la

grandeza de la Roma antigua, muy cerca del monumento a

Víctor Manuel colocado en la mencionada plaza, partiendo

para ello del lugar desde el que nosotros comenzamos

nuestra visita.

Todos los emperadores quisieron dejar su enseña.

Y muchos lo consiguieron en la parte más importante de

la ciudad. El antiguo foro romano, que podemos observar

en su conjunto desde el mirador de la Galería del Palacio

Senatorio, era el centro neurálgico de la ciudad. Allí se

aglutinaban las instituciones principales de gobierno,

palacios, edificios religiosos… La gran expansión de Roma

y de sus instituciones hicieron que el foro se quedase

pequeño, y surgieran otros a su alrededor. Por tanto, los

vestigios del llamado Foro romano es en la actualidad una

conjunción de varios foros que se fueron realizando en

época republicana e imperial (Foro de Trajano, Foro de

Augusto, Foro de César,…)

Un agradable paseo nos mostrará los relieves del

arco de Tito, las impresionantes bóvedas de la basílica

de Majencio, las columnas del Templo de Saturno o el

trazado de sus principales vías.

Paseando por la Roma republicana e Imperial.

Los foros eran el centro económico, político, administrativo y religioso de la ciudad

Al este del foro, patrimonio de la Humanidad desde 1980,

encontramos el Coliseo, cuyo verdadero nombre es el de Anfiteatro

Flavio. Ideado e iniciado por el primer emperador de la dinastía

Flavia, Vespasiano, fue culminado por su hijo Tito.

Deteriorado parcialmente, en esta magna obra se erige

todo un enjambre de laberintos, celdas y pasadizos en el subsuelo,

siendo además capaz de acoger a más de 55.000 personas. A la

calidad y las innovaciones que introdujo en el plano arquitectónico,

el edificio supo incorporar numerosos recursos estilísticos.

Una vez dentro de este recinto nos vendrán a la memoria

cientos de escenas de películas e imágenes donde hemos visto cómo

luchaban a vida o muerte los gladiadores en la arena. Este edificio,

proclamado una de las siete maravillas del mundo actual, representa

la grandilocuencia de la institución imperial en la Roma antigua. A la

arquitectura se le asignó una función propagandística del gobierno.

De esta idea nace una famosa locución latina “Panem et circenses”,

que alude de un modo peyorativo a cómo los emperadores, para

ocultar algún suceso controvertido o alguna decisión impopular se

proveía a la población de alimento y entretenimiento. Esa diversión

se la proporcionaban los enfrentamientos de gladiadores, las obras

teatrales,…

TB I Roma 6 La complejidad de su estructura arquitectónica y su importancia histórica han convertido el Coliseo en uno de los símbolos de la ciudad

TB I Roma 7

Muy cerca del mismo podemos acceder a otra singular construcción como es la Domus Aurea. Mandado construir por Nerón tras el gran incendio de la ciudad, esta Casa . Dorada fue un palacio del siglo I que presenta un buen estado de conservación, gracias a ser sepultado por Trajano a

principios del siglo II tras sufrir daños.

La arquitectura era un útil medio de propaganda. Con ella los emperadores demostraban todo el poder que poseían

Al Norte de la Via del Foro Imperial junto a la Plaza Venecia podemos también visualizar, sino lo hemos

hecho antes, la Columna de Trajano. Fue un monumento conmemorativo realizado en mármol de Carrara en

el que sobresalen los impresionantes relieves narrativos que en espiral decoran la columna y que narran las

victorias de este emperador hispano frente a los Dacios.

Desde la Plaza Venecia, bajando dirección al río llegamos al Teatro Marcelo, monumento que da nombre

a la calle. Bastante alterado hoy día, este teatro supuso una nueva concepción de esta tipología constructiva

en relación al teatro griego, de cuya influencia bebían los romanos.

Tomando como referencia nuevamente la Piazza Venecia, vamos a dirigirnos por la Via del Corso, en la

que se alzan una ingente cantidad de construcciones histórico-artísticas. Al girar un par de calles más adelante

avanzaremos hasta alcanzar una de las iglesias más desconocidas de Roma, la cual, aunque no pertenece a la

Roma antigua, podemos aprovechar para conocer, pues es considerada la única iglesia gótica de la ciudad. Las

capillas de Santa María Sopra Minerva reúnen obras pictóricas y escultóricas de artistas tan relevantes como el

maestro Miguel Ángel (Cristo Resurgiendo). Sus columnas y pilastras de mármol y la decoración de las bóvedas

apuntadas son una muestra sin parangón en la ciudad. La preciosa plaza que contiene este edificio es visitada

para fotografiar el Pulcino Della Minerva, una estatua de Bernini de un elefante que porta un obelisco.

El foro de Trajano pertenece al conjunto de los foros imperiales de Roma.

Colindante a este espacio se encuentra otra bella plaza, más concurrida aún, Rotonda;

y es que no se puede ir a Roma sin visitar uno de sus monumentos más significativos: el

Panteón. La acumulación de turistas es una característica propia de casi todos los lugares de

la ciudad, pero muy especialmente de este espacio. El panteón abre aproximadamente de 8:30

a 19:30 de lunes a sábado y los domingos hasta la 17:30. Dependiendo del tiempo dedicado

en nuestro itinerario podemos aprovechar para almorzar algo en alguno de los restaurantes

italianos de alrededor. En ellos podrás comer algo rápido y sabroso, aunque ya no se puede

asegurar que a bajo coste, pues Roma no es una ciudad barata.

Cuando nos decidamos a entrar, el Panteón nos impresionará por su imponente aspecto

que desprende gracias a su gran cúpula. Esta supuso para su época uno de los grandes avances

arquitectónicos, llegando a ser una de las más grandes del momento. Construido un primer

panteón por Agripa en el 27 a.c., el emperador Adriano lo rehabilitó tras ser destruido en un

incendio y que le confirió el aspecto que ha llegado hasta nuestros días. Si destaca la imagen

externa, la cúpula en su interior es rematada por un orificio de nueve metros de diámetro, la

misma distancia que hay hasta el suelo, y que ilumina toda la estancia.

Desde la plaza Rotonda, sise gira a la izquierda se sale a la Via Della Scrofa que

culmina en el río, en el puente Cavour, donde encontraremos el comienza una nueva calle: la

Via di Ripetta. En esta confluencia hallaremos otros dos referentes de la Roma imperial.

Por un lado, el Mausoleo de Augusto, es un imponente monumento funerario de planta

circular que data del siglo I a.c. El que en otros tiempos fuera el lugar de enterramiento más

importante de Roma, es ahora un espacio no muy bien conservado en el que tendremos que

realizar un ejercicio de imaginación. Ha sufrido todo tipo de avatares a lo largo de los tiempos,

siendo utilizado como viñedo, jardín, e incluso fortaleza medieval y plaza de toros en el XVIII.

Por otro lado, frente a este encontramos el Museo del Ara Pacis. Parada imprescindible

para los buenos amantes del arte clásico romano. Este céntrico museo es interesante tanto por lo que

alberga como por la calidad de su edificio, obra de Meier. En él se encuentra el Ara Pacis, uno de los

monumentos conmemorativos más representativos de la escultura romana. Puedes visitar este museo de

martes a domingos de 9:00 a 19:00, costando la entrada en torno a los 6,50 euros o los 4,50 euros para

niños y jubilados.

La luz que penetra al interior del Panteón por el óculo de su cúpula imprime una atmósfera mística al interior de este edificio pagano

Desde la plaza Rotonda, si se gira

a la izquierda se sale a la Via Della Scrofa

que culmina en el río, en el puente Cavour,

donde encontraremos el comienza una nueva

calle: la Via di Ripetta. En esta confluencia

hallaremos otros dos referentes de la Roma

imperial.

Por un lado, el Mausoleo de Augusto,

es un imponente monumento funerario

de planta circular que data del siglo I a.c.

El que en otros tiempos fuera el lugar de

enterramiento más importante de Roma, es

ahora un espacio no muy bien conservado en

el que tendremos que realizar un ejercicio de

imaginación. Ha sufrido todo tipo de avatares

a lo largo de los tiempos, siendo utilizado

como viñedo, jardín, e incluso fortaleza

medieval y plaza de toros en el XVIII.

Por otro lado, frente a este

encontramos el Museo del Ara Pacis. Parada

imprescindible para los buenos amantes del arte

clásico romano. Este céntrico museo es interesante

tanto por lo que alberga como por la calidad de su

edificio, obra de Meier. En él se encuentra el Ara

Pacis, uno de los monumentos conmemorativos

más representativos de la escultura romana.

Puedes visitar este museo de martes a domingos

de 9:00 a 19:00, costando la entrada en torno a los

6,50 euros o los 4,50 euros para niños y jubilados.

Iglesia del Jubileo, conocida como Iglesia de Dios Padre Misericordioso, en Tor Tre Teste, al este de la capital. Obra de Richard Meier

Roma es también famosa por ser el epicentro de la cristiandad. Sin

embargo, toda la Roma antes descrita se caracterizó por su paganismo, el

cual no se erradicó hasta el Edicto de Milán de Constantino en el año 313

d.c, cuando ya se implantó como religión oficial el cristianismo.

En Roma es bien sabido que se localiza el centro principal del

mundo católico, la ciudad del Vaticano, que atrae por su historia y que es

valorada por acaparar la mayor concentración de obras de arte del mundo.

Este pequeño territorio es un Estado dentro de una ciudad. Con menos de

80 hectáreas, es un claro exponente del gran poder que puede llegar a

ejercer en el mundo un lugar de dimensiones tan ínfimas.

El Vaticano comprende una extensión que abarca la plaza y la

Basílica de San Pedro, varios palacios y anexos que componen la residencia

papal, y los magníficos jardines que fueron diseñados por Bramante, uno

de los padres del Renacimiento.

Todo el mundo ha visto alguna vez en su vida la imagen de la Plaza

de San Pedro, la más famosa del mundo, compuesta por dos plazas: la

mayor posee forma elíptica; y la siguiente, trapezoidal, es la Plaza Retta. En

este espacio han trabajado maestros tan importantes como Miguel Ángel o

Bernini.

Lo primero que vamos a observar en la Cittá del Vaticano es la

Basílica. Obra cumbre del Renacimiento, cuya cúpula fue diseñada por

Miguel Ángel Buonarroti. Frente a esta se erige la mentada plaza de San

Pedro, donde se reúnen miles de peregrinos, turistas y feligreses en

diferentes celebraciones a lo largo del año como el domingo de Pascua.

Concluida en 1667, la Plaza San Pedro es un ejemplo del tiempo del Barroco

por sus numerosas ilusiones ópticas, con sus formas ovaladas.

Visita por la Roma del Renacimiento

Protagonista de los cónclaves vaticanos, en ella se congr egan cientos de miles de fieles para aclamar a los líderes de la iglesia católica

En su perfecta perspectiva se visualiza, en medio de 184 columnas y 88 pilastras, la cúpula de San

Pedro, mientras que en el centro de este armonioso y diáfano espacio se emplaza un obelisco egipcio.

La Basílica de San Pedro es la más grande del mundo; capaz de acoger a unos 60000 fieles y la

cual se tardó en construir 120 años, donde participaron los más prestigiosos arquitectos del momento:

Bramante, Miguel Ángel, Maderno, Bernini.

Una vez dentro, sobresale la visualización de la Piedad de Miguel Ángel en la primera capilla lateral.

En este lado derecho de la fábrica podemos encontrar otras obras como el Monumento a León XII; o el

Monumento a Clemente XIII realizado por Canova. Antes de pasar al ala izquierda, en el centro del edificio,

centralizando el transepto y bajo la cúpula de Miguel Ángel, observamos otra de las principales referencias

artísticas de este lugar: el Baldaquino de San Pedro de Bernini, símbolo de la posición de la iglesia como

centro espiritual del mundo terrenal. Por último, en el lado izquierdo destacan dos tumbas: la de Pío VII del

genio escultor Thorvaldsen, y la de Alejandro VII realizada por Bernini.

Una opción es subir a la cúpula por ascensor o, para los más intrépidos, por las escaleras. Sin duda,

las vistas de la ciudad merecen la pena.

Cada metro cuadrado de la Basílica de San Pedro contiene alguna pieza de valor artístico

Junto a la basílica se encuentran los museos vaticanos que albergan algunas de las obras más famosas e

importantes de todos los tiempos. Fue con el ya mencionado Julio II, cuando Roma se erigió como epicentro artístico

mundial, y empezaron en ella a trabajar pintores como Leonardo Da Vinci, arquitectos como Bramante, escultores

como Bernini, o genios polivalentes como Miguel Ángel. Este conjunto lo componen unos 14 museos con más de

1400 salas, unos siete kilómetros de longitud y más de 50 mil obras de arte.

El palacio sito a la Basílica comprende más de mil salas (Galerías, bibliotecas, Archivos,…) y en su mayoría

se albergan los Museos Vaticanos. La entrada, a la que se accede rodeando la Plaza de san Pedro hasta la Plaza del

Risorgimento, es de 9:00 a 16:00 de lunes a sábado, y cuesta unos 16 euros aproximadamente. Encontraremos

algunas de las piezas artísticas referentes del arte universal como los frescos de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel,

las Estancias Vaticanas de Rafael Sanzio, obras de Caravaggio, Boticelli,…

¡No tiene pérdida! Encontrarás a cientos de turistas esperando para alcanzar la entrada. Lo mejor es adquirir

alguna de las muchas Tarjetas Turísticas de Roma por la cual puedes entrar a numerosos museos y no hacer cola.

TB I Roma 13Rafael Sanzio fue uno de los grandes maestros del Renacimiento, por su dominio del dibujo y la perspectiva,como demuestra las pinturas de las Estancias Vaticanas

Una vez visitado este pequeño país, lo mejor es seguir conociendo la Roma

Renacentista y con ella uno de los barrios más singulares y agradables para el

visitante como es el famoso Trastevere.

Desde la Via de la Conciliazione salgamos al río y bordeémoslo por su

vertiente oeste. Dejando atrás el Puente Mazzini, llegaremos a la Via de Lungotevere

de la Farnesia. Aquí observaremos el Palacio Corsini, otro bonito edificio famoso en

esta zona de Roma.

Un paseo tranquilo por este barrio nos llevará hasta la Plaza de Santa

María in Trastevere, donde es un buen momento para almorzar en alguno de sus

restaurantes. La basílica que domina la plaza fue una de las primeras fundadas en

Roma en el siglo III

Pero sin duda, la obra monumental más significativa tanto del Trastevere

como de la Roma Renacentista es el Templete de San Pietro in Montorio. Realizado

por Bramante, se encuentra en el patio de la actual embajada de España. Se puede

visitar gratis, pero antes de las 16:30, pues cierran a las cinco. Este famoso edificio

costeado a principios del XVI por los Reyes Católicos es el máximo exponente del

ideal renacentista: sobriedad, proporción, órdenes clásicos,…

Desde este barrio se puede cruzar a la isla Tiberina, situada en medio del río,

y desde allí saldremos cerca del Teatro Marcelo.

Una vez aquí podemos regresar como el día anterior hacia la Plaza Venecia

para situarnos cerca de nuestro siguiente destino, o alcanzarlo callejeando por las

entrañas de la ciudad. Si nos interesa instruirnos sobre el desarrollo humanístico

del siglo XVI, y observar las altas cotas de originalidad que se alcanzaron, debemos

sin más remedio conocer la Iglesia del Gesú. En la plaza homónima se encuentra

la iglesia madre de los jesuitas, la Chiesa del Sacro Nome di Gesú, obra de dos

de los principales arquitectos del manierismo: Vignola y Giaccomo della Porta. La

portada de este edificio, con un interior de gran decorativismo propio de décadas

posteriores, se toma como ejemplo de la evolución manierista hacia el Barroco. Este

modelo arquitectónico fue adoptado en otras construcciones posteriores, sobre todo

en la América hispana.

Por último, no hay mejor manera de acabar este día que conociendo

otro de los lugares más encantadores de la capital italiana. El Campo di Fiori, sin

mucho misterio, recibe este nombre porque antes de ser plaza, el terreno acogía

un campo de flores. A pesar de su origen bucólico, en este espacio se realizaron

numerosas ejecuciones, a hombres ilustres como Giordano Bruno. Actualmente

puede ser un bello rincón para pasear de día o para divertirse de noche. Es muy

famoso su mercadillo, con productos típicos italianos y flores. En sus alrededores

tienen fama sus tiendas de restauración de muebles. Sin embargo, si lo que

queremos es introducirnos en la vida romana, por la noche este es uno de los

sitios elegidos por turistas e italianos para disfrutar en algunas de sus terrazas,

con música en directo, buena comida y precios aceptables. Gran parte de estos

locales son los llamados Risto-bares o Risto-discos, en los que se puede comer y

bailar.

¡Tú eliges si antes, durante o después!

Giordano Bruno, filósofo italiano cuyas teorías teológicas le hicieron ser juzgado de hereje por la Inquisición y quemado en la hoguera

Por todo lo dicho, es aconsejable comenzar

este tour por una de las obras barrocas más simbólicas

y llamativas de la ciudad como es la famosa Fontana

de Trevi. Sucesora de una anterior fuente de menor

narratividad y dramatismo, el conjunto marmóreo que

se presenta hoy al visitante, fue adherido, tras varios

proyectos de eminentes artistas como Pietro da Cortona,

Bernini o Salvi, al palacio de los duques de Poli, al que

dotó de una nueva fachada.

En este punto los visitantes, que diariamente

abarrotan la fuente, tienen la ocasión de asegurar su

regreso a Roma arrojando una moneda a la fuente.

Leyendas a parte, lo cierto es que son muchos los miles

de euros diarios que se calcula que son arrojados a la

fuente. Si el tiempo acompaña, los más atrevidos podrán

intentar emular a Anita Ekberg en La Dolce Vita dándose

un refrescante baño.

Para los que dispongan de mayor tranquilidad

o les interese profundizar en la esencia barroca sería

interesante desviarse hacia la Via del Quirinal para conoce

una de las referencias del barroco universal como es San

Carlos de las cuatro fuentes. Realizada en torno a 1637

por Francesco Borromini muestra una fachada de dos

cuerpos con un gran movimiento por el retranqueo de

sus partes y la curvatura de sus paredes. Realmente a los

que no la conozcan y la descubran por primera vez, les

resultará impactante, ya que imprime grandes cotas de

genialidad y de originalidad respecto a otros obras de su

género.

A partir de la celebración del Concilio de Trento

en la segunda mitad del siglo XVI. La iglesia cristiana

comenzó un proceso de renovación interno de su

imagen con el objetivo de recuperar en muchos casos

la credibilidad perdida y conectar con los fieles tras una

época de expansión laica en las centurias anteriores del

Renacimiento y la mentalidad humanística. Para ello,

uno de los instrumentos de reafirmación y difusión de la

religión católica va a ser el estilo artístico que comienza

en el siglo XVII. El barroco, va ser un arte que se preste a

las necesidades del que lo ejecute. Servirá en Francia a la

monarquía, en Holanda a la burguesía o en Italia y España

a la iglesia.

Es una época en la que se lleva a cabo una

profunda reconstrucción urbanística de muchas ciudades

europeas. Se abrirán grandes plazas acompañadas

de nuevos edificios y fuentes que las embellezcan; se

planificarán nuevas calles, largas avenidas que unan

puntos importantes de la ciudad, y, en ocasiones, con

juegos de perspectivas que hagan más impactantes la

visualización de la ciudad.

Un claro exponente de toda esta nueva mentalidad

barroca va a ser Italia, en la que durante el siglo XVII se

reformará la imagen de la ciudad de Roma, no solo como

eje neurálgico del cristianismo, sino para mostrarse al

mundo como una de las ciudades más bellas.

El embellecimiento de la ciudad:

la Roma Barroca.

A pesar de ser también uno de los más populares monumentos de la ciudad, la Fontana de Trevi impacta por su belleza y situación

Si la alcanzan les recomendamos subir por la

Via de las Cuatro Fuentes y la Via Sistina hacia nuestro

siguiente destino. Si no se van a desviar hacia este

monumento de Borromini, muy cerca de la Fontana de

Trevi, saliendo por la Via del Tritone y subiendo por la

de Due Macelli, llegamos a otro espacio tan significativo

como los anteriores: la plaza de España. Diseñada por

Francesco de Sanctis a principios del XVIII, es uno de los

puntos de reunión de los turistas para descansar durante

unos minutos. Es una de las más preciosas plazas que se

habilitan durante el barroco, llena de color y de un aire

bohemio. El intento de efectuar juegos de perspectiva,

como hemos señalado en párrafos anteriores, durante el

barroco queda patente en esta plaza. Se puede obtener una

bella visión de conjunto desde la fuente de la Barcaccia,

hacia la monumental escalinata de 135 escalones que nos

asciende hacia la iglesia de la Trinitá dei Monti. En ella

encontraremos una ingente cantidad de artistas y turistas,

y además en época primaveral las graderías laterales se

inundarán de de flores.

TB I Roma 17

En la parte posterior de este conjunto encontraremos

uno de los principales parques de la ciudad: la Villa Borghese.

Mandado edificar por el Cardenal Borghese para rodear

su palacio (Galería Borghese) de hermosos jardines que

sustituyeran los terrenos llenos de viñedos que los antecedían.

Podremos disfrutar de la naturaleza, pasear de modo agradable

por este tranquilo lugar o alquilar una barca durante algunos

minutos en el pequeño lago.

Además de ser un parque convencional en él se inserta

la famosa Galería Borghese. Este museo de la primera mitad

del siglo XVII es uno de los pocos ejemplos de construcciones

concebidas para dar cabida a las significativas obras escultóricas

y pictóricas del ya mencionado Cardenal. La familia Borghese

fue una de las grandes mecenas de Italia, gracias a quienes hoy

día se conservan en este fabuloso museo obras de Caravaggio,

Rubens o de Tiziano, como es el caso de su famosa obra “amor

sacro, amor profano”. A estas piezas barrocas se suman otras

de este estilo como el “Apolo y Dafne” de Bernini, o de periodos

posteriores como es la fantástica escultura que realizó Canova

de Paolina Borghese entre 1805 y 1808. A diferencia de otras

galerías, la disposición de las obras permite su contemplación

de un modo agradable en poco tiempo, aunque por el contrario,

su precio, algo caro, ronda los doce euros, con reducciones por

edades.

No es el único museo al que podemos acudir en este

inmenso retiro, en él se encuentran otros como el Museo

Nacional Etrusco, el Museo de Arte Moderno o el de Arte

Africano, así como el Museo Zoológico.

TB I Roma 18

Justo al salir de este recinto encontramos la Plaza del Popolo,

la cual podemos divisar desde la propia Villa Borghese. Aunque Carlo

Rainaldi ya arregló esta plaza en el siglo XVII proyectando las iglesias

que hoy se albergan en ella, fue a finales del Setecientos cuando

el urbanista Valadier, le otorgó su forma circular por la cual hoy es

reconocible. Este diáfano espacio marca el origen de tres largas calles:

la Via del Corso, la Via del Babuino (que llega a la Plaza España) y la

Via di Ripetta, las cuales están delimitadas por dos iglesias gemelas

donde intervinieron grandes maestros como Bernini o Carlo Fontana. El

“enfrentamiento” de ambos edificios se reproduce a escala social entre

dos de los cafés de mayor raigambre de la ciudad: el Café Rosati y el

Café Canova. Cualquiera de ellos es una buena opción para tomar café

mientras observamos los alrededores de la plaza, en cuyo centro se

erige un elevado obelisco.

Sin duda, del barroco el autor mas popular y más conocido es

Bernini, no obstante, en Roma también trabajó otro magnífico arquitecto,

cuya obra se viene revalorizando cada vez más con el paso del tiempo.

Ya hemos hablado de Francesco Borromini, quien además de la original

iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes despliega todo su ingenio

en la famosa iglesia de San Ivo. Cogiendo desde la Plaza del Popolo la

Via di Ripetta y la Via di Scrofa, y girando levemente hacia la Via dei

Pianellari, debemos atravesar hasta el final el Corso del Rinascimiento.

En el número 40 de esta calle nos toparemos la Iglesia de San Ivo alla

Sapienza. En ella Borromini, entre 1642 y 1660 adapta la planta de

esta construcción a un palacio existente anteriormente. Este edificio

pertenecía a la Universidad de Roma, llamada la Sapienza, de ahí su

nombre. Al parecer, en esta iglesia que se inserta junto al mencionado

conjunto académico, el artista introduce referencias del arte hispano-

musulmán como la cúpula gallonada del interior, volviendo a mostrar

grandes cotas de singularidad y personalidad en su estilo.

Durante el siglo XVII numerosas plazas renovaron la estética de la ciudad de Roma, entre los gran-des proyectos urbanísticos se encuentra la Plaza del Pueblo

Finalmente, nuestro recorrido por la capital del

Lacio concluye como empezó, en uno de los puntos

referentes de la ciudad. La Plaza Navona supone sin

ninguna duda el principal exponente del proyecto de

embellecimiento de Roma. Su forma alargada y redondeada

en los extremos, proviene de un espacio anterior en el que

se situaba un estadio del siglo I, erigido por el déspota

Domiciano. Una de las plazas más bonitas de Italia (y del

mundo) donde es posible conjugar la monumentalidad de

sus edificios y el encanto y dinamismo de la vida italiana

que de ella se desprende. Esta fue uno de los espacios que

durante el barroco se abrieron para adecentar la imagen

de la ciudad. De hecho se consiguió, pues este lugar

siempre está lleno de turistas que se fotografían junto

a sus tres impactantes fuentes, la más sobresaliente, la

Fuente de los Cuatro Ríos, obra del maestro Bernini. En

ella se reproduce una alegoría de los cuatro grandes ríos

conocidos del planeta: le Ganges, el Río de la Plata, el Nilo

y el Danubio.

El ambiente bohemio de la plaza llena de artistas

creará un sentimiento de acogida en el visitante, quien

podrá descansar tomando un café o cenando, una opción

fantástica para disfrutar de la atmósfera nocturna de este

singular rincón de Roma.

La cuna de la civilización: Grecia y Roma

Toda esta riqueza artística da muestras de la importancia de

la civilización romana en la historia.

Grecia y Roma conforman los cimientos de la cultura europea.

La Historia, la Literatura, la Epigrafía, la Arqueología o la Numismática

son las principales fuentes del legado cultural que han transferido a

la civilización occidental.

La cultura etrusca influyó sobremanera en el pueblo romano,

sin embargo, Roma fue una civilización que acabó sobrepasando a

todos los que le precedieron.

En arquitectura, por ejemplo, muchos de los templos y

obras urbanísticas beben del pueblo griego, no obstante, hoy día se

ha comprobado que el arte romano es griego en su vestidura pero

romano en su concepción, con una personalidad propia. Véanse los

capiteles mixtos, toscanos, el desarrollo de las cúpulas, o el progreso

de proyectos de ingeniería como puentes, acueductos o carreteras.

Pero si hay que destacar avances culturales en los que se

ejemplifica de manera muy elemental la trascendencia de la herencia

romana ese es el ámbito del derecho civil. Desde la primera recopilación

de leyes en las Doce Tablas del siglo V a.c hasta el Corpus Iuris Civilis

de Justiniano en el siglo VI d.c el derecho y la legislación romana han

servido de punto de partida. Aún hoy se estudia esta materia de la que

emanan muchas de las compilaciones legislativas actuales.

TB I Roma 20

Roma fue en su día la ciudad más grande del mundo y hoy es una de las principales

metrópolis europeas. Alrededor del centro se han construido barrios más modernos: en los

barrios del norte y del sur viven las clases acomodadas, mientras que en el este y oeste

residen las clases populares.

Además de centro cultural y corazón de la vida artística italiana, Roma lo es de la

política y economía del país y símbolo del papado.

Roma es una ciudad mediterránea, con un invierno moderado y un verano caluroso,

cuando el termómetro puede alcanzar los 40º. Por tanto, como todo el turismo de la zona, es

un destino apto para los visitantes durante todo el año, principalmente en verano.

Por estos motivos, Roma está perfectamente comunicada tanto dentro del país como

en el plano europeo e internacional. Si quieres viajar en tren, las redes ferroviarias llegan a

todo el país. Las líneas de alta velocidad conectan las principales ciudades, mientras otros

tipos de trenes alcanzan regiones rurales menos pobladas, no por ello menos hermosas. La

estación de Termini es el centro neurálgico no solo de Roma sino de las principales ciudades

de Italia. Por ejemplo, puedes tardar a Florencia una hora y media, a Milán unas tres horas o

a Venecia menos de cuatro.

De Termini también parten las líneas de autobús y metro. De esta última existen dos

líneas, la A y la B que es circular. Más recomendable este último transporte que el autobús,

pues el tráfico en Roma es caótico.

En cuanto a las conexiones por avión Roma posee dos aeropuertos. El principal

es Fiumicino, el más grande de Italia, a unos 25 kilómetros del centro, pero está muy bien

conectado por autobús y metro. En la Terminal 3 puedes por ejemplo comprar la Tarjeta Pass

que te será muy útil en tu recorrido turístico. El otro aeropuerto, el de Ciampino, está más

cerca en la parte sur-este, pero peor comunicado. Es más pequeño y posee solo una terminal.

Por último, para ir desde España, además de por avión hay una opción que es viajar

en ferry desde Barcelona hasta el puerto de Civitavechia. Puedes consultar las tarifas en

ww.directferries.com

Todos los caminos llevan a Roma.

Roma, por su situación céntrica en el mapa y por ser la capital del país, presenta una amplia pero sencilla red de comunicaciones,tanto internas como con otras ciudades

CREDITOS Fotografia : Jesús Lopez

Texto: Pablo Ponte Ortega

Diseño: Pedro Laguna

Toda esta aglomeración artística y cultural, no solo se

concentra en la urbe romana. Existen lugares en sus cercanías,

menos visitados y conocidos que también pueden resultar una

bella sorpresa, y que suelen quedar eclipsados por las maravillas

de la metrópolis.

Una de estas visitas interesantes, que puede

complementar nuestra visión histórica de Roma, es la ciudad

de Ostia Antica. El puerto de Ostia fue el primero de la capital

italiana, situado antaño en la orilla del río Tíber aproximadamente

a 25 kilómetros de la ciudad. Hoy día se encuentra cerca del

aeropuerto de Fiumicino.

Fue fundada, según cuenta la leyenda, por Anco Marcio

en el siglo VII, uno de los reyes de Roma. No obstante los estudios

arqueológicos desvelan que probablemente sea posterior, un

lugar creado como zona defensiva.

Este puerto obtuvo gran importancia como centro

comercial a donde llegaban aceites, vinos, especies… de las

provincias del Imperio. En torno a él nació una ciudad donde

muchos emperadores dejaron su huella. Llegó a tener unos

cincuenta mil habitantes en el siglo II, pero su decadencia fue

unida a la de la propia Roma. De su foro se conservan restos

de algunos de sus templos, termas, la llamada Plaza de las

Corporaciones y su teatro, uno de sus mayores atractivos.

Si nos dirigimos dirección este, a un poco más de 20

kilómetros de Roma se encuentra la actual Tívoli, antigua

Tibur. Fue un lugar escogido por algunos emperadores para su

residencia de verano. Entre los complejos arqueológicos que

mejor se conservan es la llamada Villa Adriana, en las afueras de

La sombra de Roma es alargada.

Tívoli. Erigida en el siglo II por Adriano, hijo del gran emperador

Trajano ha sido nombrada patrimonio de la humanidad en la

actualidad, pues conserva numerosos restos y edificios de la

época. Construida en varas fases, era un complejo constituido

por más de treinta edificios: palacios, templos, fuentes,

bibliotecas,… Si hay que resaltar alguna de sus construcciones,

sin duda, debemos mencionar el Teatro Marítimo que presenta

una gran piscina con una isla interior, al parecer, usada por

Adriano como lugar de retiro.

Por último, muy cercano a Roma se encuentra la villa de

Castelgandolfo. Un pequeño pueblo situado en el lago Albano

y en cuya parte más elevada se afinca la Quinta Pontificia, la

residencia del papa durante los meses estivales. Sin embargo, la

tranquilidad que encontraremos en este lugar puede resultar un

aliciente más satisfactorio que la belleza del conjunto palaciego

papal.

Una vez me dijo mi abuela que para viajar no hacia falta moverse de

casa, sólo bastaba con soñar. Pero yo siempre le respondía que lo bonito

de tener sue ños, es que algún día puedan hacerse realidad.

Y pocas ciudades hay más parecidas a una evocación onírica, a un

recuerdo del pasado, como l o es Roma. La herencia de un esplendor

que ha quedado impregnado en los vestigios artísticos de su historia,

y que aún hoy le otorgan la potestad de erigirse como una referencia

cultural en el mundo.

Una ciudad eterna y llena de magia e ilusiones, a la que si quieres

regresar sólo debes arrojar una pequeña moneda al agua.

TB I Roma 22

Aunque el imperio romano cayó hace muchos siglos, su recuerdo queda aún latente, no solo en Roma y en Italia, sino por todo el Mediterráneo