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Así eres, hermosa, inexplorada, destellante, Con tus encantos, con tus bellezas excitantes. Así eres… Sierra Madre.
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Sierra Madre.
El encanto de tus montañas,
Me deslumbra.
Recorrerte lenta y delicadamente,
Sentir que el tiempo no pasa en mí andar,
Así eres, extensa e infinita,
Así eres, hermosa, inexplorada, destellante,
Con tus encantos, con tus bellezas excitantes.
Así eres…
Sierra Madre.
3
Un mar en la montaña.
Cuando llueve como hoy, tiemblas,
Se siente en toda la sierra.
Cuando llueve como hoy, vibras,
Y vibra la cordillera entera.
Cuando llueve como hoy, tumbas,
Y te siguen las montañas.
Hay agua en tus entrañas,
Hay un mar inmenso en tu interior,
Dicen los abuelos que habitan
Tus faldas y alrededores.
Eres volcán de agua,
Se escucha correr el río en tu ser,
Al acercarse a la gruta,
A la cueva del encanto,
Que es la puerta a tu escondida
Y húmeda dimensión.
Así eres, mágico, desconocido,
En ti reposan las aguas serranas,
Las que no buscan el mar,
Las que por respeto a tus años, a tu antigüedad,
Desembocan en ti.
En tus entrañas, en tu interior.
Así eres, “malé”, cerro del encanto,
Guardián de los pueblos serranos.
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Instantes.
Me detengo en Guadalupe a contemplarte
Cuanto me has dado, y cuan poco te he correspondido
Se pierde mi mirada en Xelajú, allá a lo lejos
Donde nace el rio grande.
Contemplo el Malé, la mina, los cerros
Y me doy cuenta que tus encantos me han atado,
Me abrazaste a tus raíces.
Me quedo hasta el atardecer, y escucho aun ladrar los perros,
Algunas cuantas cotorras se esconden en las faldas de este cerro
Escucho sus cantares, y se me enchina la piel.
Aun me despierto en las madrugadas
Salgo al patio, y me encantas…
Aun cantan los grillos,
Aun ladran los perros,
Camina a lo lejos uno que otro campesino
Aun encuentro calles de tierra,
Allá por los caminos a chimalapa,
Palos de copal se resisten a desaparecer,
Y el órgano, la fruta de esta tierra,
Lucha por no ser extinguida.
Aun rebuzna algún burro por Sarabia,
Relinchan los caballos por el cuartel militar,
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Aun suenan las campanas de la iglesia
Llamando a misa de seis.
Aun la luna nos habla al oído por las noches
Y el frio entra por las rendijas de la viga,
Este invierno salió “pashte” en la montaña
Y fruta de pino para el nacimiento.
Aun pasa la llorona por san Antonio dicen,
Y por los rumbos del panteón
Aun juegan “tipacha”
Canicas, y trompos con “matoche”
Tienes un encanto especial
Enclavado en un agujero geográfico
Emana de ti una fuerza magnética
Que nos ata a tus entrañas
Nadie se va de ti,
Y los que se van, tarde o temprano regresan
Los que llegan, como yo, se quedan para siempre
A vivir aquí y a morir contigo.
Me detengo en el sabino a contemplarte,
Recorro el camino viejo, la ladrillera
Desciendo a san Lucas por la vereda
Y sigo sin entender, porque eres tan generoso.
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Me detengo a cada instante, y reflexiono
“cuanto me has dado, y que tan poco te he correspondido”
Gracias Motozintla, tierra amorosa, que adoptas a cualquiera
Para que viva en ti.
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El sendero del Malé.
Escarpados los senderos que transitan a tu gloria
Se respiran nubes, neblinas y pinos
Sientes el corazón latir exageradamente
Casi saliéndote del pecho
Transitar con el canto de la ardilla
El trino de los pájaros
Y la brisa del rocío matinal.
Eres el guardián de los pueblos serranos
El gigante dormido en la gran cordillera.
En ti no pasan los años, guardas en tu seno la historia
De las generaciones, de la gente serrana.
Tu conquista requiere esfuerzo y sacrificio
Para alcanzar a deleitar los ojos
Con los paisajes hermosos
De las encantadas montañas.
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Andares en la Sierra.
Hoy anduve por la Sierra
Recorrí toda la montaña
Aprendí que siempre vive la esperanza
Al Igual que el sol sale en la mañana.
Descendí por el camino de herradura
Y llegué hasta el límpido arroyuelo
Aprendí que la vida es un instante
Que nos presta el Creador desde los cielos.
Caminé cruzando las veredas
Donde pasan los pies del campesino
Aprendí que lo bueno lo heredas
Cuando dejas una huella en el camino.
Aprendí que hay que ayudar al desvalido
Como el agua llena los pozuelos
Como lo hace el pájaro en su nido
Cuando trae comida a sus polluelos
Contemple al roble que en el suelo
Se aferra con raíces a la vida
Levanté la cabeza hasta su copa
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Y tuve ganas de emprender el vuelo.
Aprendí que él nunca se declina
Se mantiene siempre remontado al cielo
Aprendí que es cuestión de disciplina
Tener siempre los pies sobre el suelo.
Andar por la Sierra es enseñanza
Recorres sus senderos es escuela
Se aprende de los pinos su templanza
Y soñamos cuando el halcón vuela
Aprendí la labor de las ardillas
Que siembran la vida en las laderas
Sabiendo que algún día las semillas
Serán la comida en las madrigueras
Hoy anduve por la Sierra
Recorrí toda la montaña
Y mantengo bien firme la esperanza
De continuar el día de mañana.
10
Huele a café.
Doquiera mis pasos transiten, tu esencia se percibe,
Por cada rincón de esta hermosa serranía,
Los poros de esta hermosa tierra, emanan de si,
Ese aroma reconfortante.
En las montañas más altas, en la cumbre,
Se percibe tu aroma,
En los fogones de leña,
Al despuntar el alba,
En la parte más baja del valle,
Al recibir el rocío matinal,
Se acompaña con la fragancia de tu tostado,
A donde quiera que vaya, en toda la serranía,
Me recibes cálidamente.
Hueles a café, por tus venas corre esta esencia,
La bebida preferida de los hombres montañeses,
De nosotros, los serranos,
Los que con las manos te hacemos, te formamos,
Te cuidamos y además te disfrutamos,
Huele a café, en cada casa de nuestra gente,
Motivos de alegría o de tristeza,
De ventura o desgracias,
Siempre estas presente, porque eres nuestro,
Porque eres serrano,
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Simplemente,
Eres el café de la sierra.
12
Cuando llueve en la sierra
Tócame, con la irresistible humedad de tus encantos.
Abrázame, con la letal atadura de tus manantiales.
Me encanta cuando llueves, cuando mojas mi ser,
Como hoy, que desprendes ese olor grato y atrayente,
A tierra mojada, a sentimientos encontrados,
Que despiertan amores, pasiones, deseos.
Me encanta cuando emanas agua de tus entrañas,
Y mojas mi rostro, me empapas con tus brisas,
Y despiertas en mí el deseo de quemarme,
El deseo de arderme, en la hoguera del amor marital.
Me encanta cuando llueves, porque tu lluvia,
Atrae a los enamorados a la cama,
Los empierna, los enlaza, los atrapa,
Los calienta, así hasta la madrugada.
Me encanta cuando llueves, porque lloras,
Por los amores inconclusos,
Por los que no han sido,
Por los que no serán.
Me encanta cuando llueves, porque amas,
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Porque deleitas, porque estremeces,
Me encanta cuando llueves,
Como hoy.
14
Frontera
Hay una frontera poco conocida,
Divide el cielo y la tierra,
En una inmensidad escalofriante,
Que desgarra la piel del visitante.
A centímetros del cielo, te encuentras atrapado,
Por la majestuosidad del escenario,
Andas sobre nubes, como un Ángel celestial,
Sin necesidad de alas, te transportas por los aires,
Contemplado la hermosa serranía.
Es una frontera poco conocida,
Divide le cielo y la tierra,
Convergen dos ambientes,
El terrenal y el celestial,
En un mismo instante, un mismo lugar.
Es una frontera poco conocida,
El tiempo se detiene en ella,
El aire casi no se siente,
La calma y tranquilidad se apoderan de ti,
Te atrapa, te mueres en un suspiro,
Te resucita con el delicado roce del beso divino.
15
Es una frontera poco conocida,
Es la sierra, la frontera con lo desconocido.
16
Mi linda Serranía
Esta es mi tierra, mi linda serranía,
La que huele a café,
Y guarda en sus entrañas,
Un hermoso canto de pinos.
Esta es mi tierra, mi linda serranía,
Donde llueve intensamente,
Donde amanece a cada instante,
Donde despertar es nacer de nuevo.
Esta es mi tierra, mi linda serranía,
La de montañas pintadas,
La de paisajes eternos,
Donde caminar es transitar el cielo.
Esta es mi tierra, mi lida serranía,
La que nos abraza a diario,
Acá, donde la necesidad nos mata,
Pero la esperanza nos levanta día a día.
Esta es mi tierra, mi linda serranía,
Donde la creación divina se mantiene,
Donde el tiempo se ha detenido,
17
A observarnos, a ser nuestro testigo.
Así es mi tierra, mi linda serranía,
La de senderos eternos,
La de paisajes inmensos,
donde las noches parecen días.
Esta es mi tierra, mi linda serranía,
Fría, embriagante a nuestra vida,
Absorbente, atrayente.
Así es mi tierra, mi linda serranía.
18
Pájaro Nocturno.
El susurro de tu canto adormece el alma del serrano,
El silbido es encanto al oído del cansado campesino,
Eres viento,
Que emana de las entrañas de la tierra,
Eres aire,
Que da vida al moribundo,
Eres paz y tranquilidad,
Tu canto resucita el alma,
Tu canto da vida, es creación.
Vives entre pinos, en la obscuridad de la montaña,
Rodeas los senderos con cantos celestiales,
Eres pájaro nocturno,
De regocijos vespertinos, de encantos en madrugada,
Eres dueño de los aires,
Eres viento.
Pájaro nocturno.
19
Errante.
Así son mis pasos
En la infinidad de tu existencia,
Entre tus majestuosas montañas
Donde el aire alocado
No sabe ni conoce su rumbo;
Nos golpea de cualquier parte,
Inesperadamente, imprevisto.
Mis huellas se pierden
En tus senderos rojizos de barro,
Se mezclan con el pisar de las
Mulas de carga.
Así soy en tus entrañas,
Errante,
Sin rumbos definidos,
Solo viviendo intensamente,
Tu magnificencia lo amerita,
Tu eternidad lo requiere así.
Tus húmedos amaneceres
Son la brújula en la vida,
Tus atardeceres marcan la pauta.
Así somos todos por acá,
Errantes,
Vamos de paso por tu esencia,
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Por tus inmensas maravillas,
Somos errantes en tu vida,
Y tú eres eterna:
Hermosa Serranía.