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E E u u r r o o E E c c o o Revista digital de Ecografía Clínica Junio, 2011 Volumen 2, número 2 Fumadó Queral J, Cañones Garzón PJ, Gombau Cid B, Masià Fumadó M, Bel Berga N, Prime Audi C. Linfoma no Hodgkin. EuroEco 2011;2(2):92-94. 92 Caso clínico Linfoma no Hodgkin 1 Josep Fumadó Queral, 2 Pedro Javier Cañones Garzón, 1 Beatriz Gombau Cid, 1 Miriam Masià Fumadó, 1 Neus Bel Berga, 1 Carme Prime Audi 1 ABS Amposta (Tarragona)- 2 Centro de Salud Isla de Oza. Madrid Varón de 83 años de edad, exfumador, con antece- dentes personales de ictus hace 5 años, coledocolitiasis, hipertensión arterial, insuficiencia renal crónica, enfer- medad de Alzheimer en estadio inicial estable e hiperpla- sia de próstata. Su medicación habitual consiste en risperidona (0,5 mg/24 horas), clopidogrel (75 mg/24 horas), tamsulosi- na (0,4 mg/24 horas), trazodona (100 mg/24 horas), fe- soterodina (20 mg/24 horas), amlodipino (5 mg/24 ho- ras), donepezilo (10 mg/24 horas), fluoxetina (20 mg/24 horas), omeprazol (20 mg/24 horas), indapamida retard (1,5 mg/24 horas) y perindopril (4 mg/24 horas). Acude a la consulta tras 4 meses de evolución de una masa axilar derecha que ha ido aumentando de tamaño, sin presentar dolor en el área. Refiere prurito generali- zado desde hace un mes. Además, desde hace 1 año pre- senta nódulos subcutáneos en el tronco. No tiene fiebre, ni anorexia, pero sí vómitos alimentarios y una discreta pérdida de peso. Figura 1. En la exploración física se observan bultomas en am- bas axilas y otros diseminados por todo el tronco (figu- ras 1, 2 y 3). Figura 2. Figura 3. Se procede a efectuar exploración ecográfica. En las masas axilares se observan imágenes con captación dop- pler. En la exploración abdominal se recogen imágenes hipoecoicas diseminadas en el hígado, riñones y borde- ando el páncreas. Se observa un bazo aumentado de ta- maño (más de 25 cm), con imágenes compatibles con metástasis (figura 4), y discreto derrame pleural dere- cho. Hay un cálculo en la vesícula biliar. En la pared ab- dominal anterior se palpan nódulos subcutáneos, en el mismo contexto oncológico (vídeo 1). Se remite al hospital de referencia para completar el estudio. En la TAC presenta adenopatías supra e infradiafrag- máticas, con esplenomegalia y metástasis hepáticas, que

Vol 2 2 92-94 - euroeco.org · mia y la plaquetopenia y antibióticos de amplio espectro para las infecciones intercurrentes. La histopatología, el estadio de la enfermedad y, en

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Fumadó Queral J, Cañones Garzón PJ, Gombau Cid B, Masià Fumadó M, Bel Berga N, Prime Audi C. Linfoma no Hodgkin.

EuroEco 2011;2(2):92-94. 92

Caso clínico

Linfoma no Hodgkin 1Josep Fumadó Queral, 2Pedro Javier Cañones Garzón, 1Beatriz Gombau Cid, 1Miriam Masià Fumadó, 1Neus Bel

Berga, 1Carme Prime Audi 1ABS Amposta (Tarragona)- 2Centro de Salud Isla de Oza.

Madrid

Varón de 83 años de edad, exfumador, con antece-

dentes personales de ictus hace 5 años, coledocolitiasis,

hipertensión arterial, insuficiencia renal crónica, enfer-

medad de Alzheimer en estadio inicial estable e hiperpla-

sia de próstata.

Su medicación habitual consiste en risperidona (0,5

mg/24 horas), clopidogrel (75 mg/24 horas), tamsulosi-

na (0,4 mg/24 horas), trazodona (100 mg/24 horas), fe-

soterodina (20 mg/24 horas), amlodipino (5 mg/24 ho-

ras), donepezilo (10 mg/24 horas), fluoxetina (20 mg/24

horas), omeprazol (20 mg/24 horas), indapamida retard

(1,5 mg/24 horas) y perindopril (4 mg/24 horas).

Acude a la consulta tras 4 meses de evolución de una

masa axilar derecha que ha ido aumentando de tamaño,

sin presentar dolor en el área. Refiere prurito generali-

zado desde hace un mes. Además, desde hace 1 año pre-

senta nódulos subcutáneos en el tronco. No tiene fiebre,

ni anorexia, pero sí vómitos alimentarios y una discreta

pérdida de peso.

Figura 1.

En la exploración física se observan bultomas en am-

bas axilas y otros diseminados por todo el tronco (figu-

ras 1, 2 y 3).

Figura 2.

Figura 3.

Se procede a efectuar exploración ecográfica. En las

masas axilares se observan imágenes con captación dop-

pler. En la exploración abdominal se recogen imágenes

hipoecoicas diseminadas en el hígado, riñones y borde-

ando el páncreas. Se observa un bazo aumentado de ta-

maño (más de 25 cm), con imágenes compatibles con

metástasis (figura 4), y discreto derrame pleural dere-

cho. Hay un cálculo en la vesícula biliar. En la pared ab-

dominal anterior se palpan nódulos subcutáneos, en el

mismo contexto oncológico (vídeo 1).

Se remite al hospital de referencia para completar el

estudio.

En la TAC presenta adenopatías supra e infradiafrag-

máticas, con esplenomegalia y metástasis hepáticas, que

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orientan como primera opción hacia un síndrome linfo-

proliferativo (figura 5).

Figura 4.

VVÍÍDDEEOO 11

Figura 5.

La biopsia de un ganglio da como resultado linfoma

no Hodgkin de bajo grado, de la zona marginal.

Analítica: bioquímica y hemograma dentro de los lí-

mites de la normalidad. Marcadores tumorales: CEA 21,9

ng/ml; CA 19-9 18,7; PSA 3,4 ng/ml.

Debido a su edad y a su estado de salud, el paciente y

su familia deciden no realizar ningún tratamiento qui-

mioterápico.

COMENTARIO

El linfoma no Hodgkin es una proliferación monoclo-

nal neoplásica de células linfoides en localizaciones del

sistema inmunitario, que incluyen ganglios linfáticos,

médula ósea, bazo, hígado y tracto gastrointestinal. Casi

todos los linfomas comienzan en los linfocitos B o células

B.

Se desconoce el origen de este linfoma en la mayoría

de los pacientes. Puede desarrollarse en personas con

sistemas inmunitarios debilitados. El riesgo de padecerlo

se incrementa después de un trasplante de órganos o en

personas con infección por VIH.

Los linfomas no Hodgkin se clasifican de acuerdo con

la rapidez con que se propagan:

• El cáncer puede ser de grado bajo (crecimiento len-

to), grado intermedio o grado alto (crecimiento rápi-

do). El tumor de Burkitt es un ejemplo de linfoma de

grado alto.

• El cáncer se subclasifica además por la forma en que

aparecen las células bajo el microscopio; por ejemplo,

en relación con ciertas proteínas o marcadores gené-

ticos presentes.

De acuerdo con la Sociedad Estadounidense de Onco-

logía (American Cancer Society), la probabilidad de desa-

rrollar el linfoma no Hodgkin es de 1/50. La mayoría de

las veces afecta a los adultos; sin embargo, los niños pue-

den desarrollar algunas de sus formas. Los grupos de al-

to riesgo incluyen a quienes han recibido trasplante de

órganos o tienen un sistema inmunitario debilitado. Es

ligeramente más común en hombres que en mujeres.

Su sintomatología depende de qué área del cuerpo es-

té afectada por el cáncer y de la velocidad de su creci-

miento. Los síntomas abarcan:

• Sudoración fría y profusa.

• Fiebre y escalofríos intermitentes.

• Prurito intenso e inexplicable.

• Inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello, las

axilas, la ingle u otras áreas.

• Pérdida de peso involuntaria e inapetencia.

Puede haber tos o dificultad para respirar si el cáncer

afecta al timo o a los ganglios linfáticos torácicos, que

pueden ejercer presión sobre la tráquea o el resto de vías

respiratorias.

Algunos pacientes presentan distensión o dolor ab-

dominal, lo que puede llevar a inapetencia, estreñimien-

to, náuseas y vómitos.

La expansión hacia la cavidad craneal origina cefale-

as, alteraciones cognitivas, cambios de personalidad o

crisis comiciales.

Las pruebas complementarias para su identificación

incluyen:

• Analítica sanguínea con hemograma, proteinograma,

pruebas de función hepática, pruebas de función re-

nal y niveles de ácido úrico.

• Aspirado medular y biopsia de médula ósea.

• TAC torácica, abdominal y pélvica.

• Gammagrafía con galio.

• Biopsia de ganglio linfático.

• Tomografía por emisión de positrones.

El tratamiento depende principalmente del tipo de

linfoma, de la edad del paciente, de su estado de salud

general y de la sintomatología acompañante.

La radioterapia se puede utilizar para la enfermedad

confinada a un área corporal.

La quimioterapia es la principal forma de tratamien-

to. Casi siempre se emplean combinaciones de varios

fármacos; entre ellos suele encontrarse el rituximab.

En algunos casos se puede utilizar la radio-inmuno-

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terapia. En los pacientes con mala respuesta terapéutica

o con recidivas frecuentes se pueden emplear dosis altas

de quimioterapia seguidas de autotrasplante de médula

ósea.

Como tratamientos adicionales pueden utilizarse la

transfusión de hemoderivados para compensar la ane-

mia y la plaquetopenia y antibióticos de amplio espectro

para las infecciones intercurrentes.

La histopatología, el estadio de la enfermedad y, en

algunas series, los resultados de los estudios de marca-

dores de superficie influyen significativamente en el pro-

nóstico y la respuesta al tratamiento. Los pacientes con

linfomas de células T generalmente tienen peor pronós-

tico que los que padecen linfomas no Hodgkin. Otros fac-

tores que afectan de forma adversa al pronóstico son mal

estado general, edad superior a los 60 años, nivel eleva-

do de LDH, masas tumorales voluminosas y presencia de

más de dos localizaciones extraganglionares de la en-

fermedad.

CONCLUSIONES

La utilización de la ecografía en atención primaria

mejora la rapidez en la orientación diagnóstica de las pa-

tologías y optimiza la utilización de los servicios sanita-

rios del segundo nivel. Con ello se logra una mayor efi-

ciencia del sistema sanitario.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Echeverría B, Sanmartín O, Guillén C. Púrpura extensa de

largo tiempo de evolución. Actas Dermosifiliogr 2010;101:

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Pa: Elsevier Churchill Livingstone 2008;chap 112.