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  • Revista Latinoamericana de Poltica Comparada

    ISSN: 1390 - 4248 enero 2010 Volumen N. 3

  • ndice

    Editorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

    PARTE I PERSPECTIVAS TERICAS

    Consolidacin de la democracia y jurisdiccin constitucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15-43Dieter Nohlen

    Anlisis y comentarios:

    Allan R. Brewer-Caras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45-47Jos Enrique Molina Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48-49

    PARTE 2PODER JUDICIAL Y SISTEMA POLTICO

    Justicia Constitucional y Derechos Humanos en Amrica Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53-68Julio Ros Figueroa

    Evaluando el gobierno judicial en Amrica Latina: el caso de El Salvador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69-98Sebastin Linares

  • REVISTA LATINOAMERICANA DE POLTICA COMPARADACELAEP ISSN: 1390-4248 Vol. No. 3 Enero 2010

    5Uno de los trminos que siempre genera inters entre quines hacen poltica com-parada es el de democracia y, pese a los cuestionamientos, el de consolidacin dela democracia. Pese a que en los ltimos tiempos ha aumentado el nmero de pases que son o, al

    menos, pretenden ser democrticos, hay gran confusin, cuestionamientos y discrepan-cias. Esto se pone en evidencia por la proliferacin no solo de los adjetivos utilizados almomento de definir el trmino democracia sino tambin por las caractersticas o elemen-tos constitutivos que stas deberan tener.

    Como es de suponer, los criterios en torno de la democracia no son homogneos. Porlo tanto, las definiciones existentes necesitan todava ser suficientemente discutidas y acla-radas. En este contexto, Dieter Nohlen, en el artculo inicial de la presente edicin de laRevista Latinoamericana de Poltica Comparada, enriquece la discusin al analizar la inte-rrelacin que puede existir entre consolidacin de la democracia y jurisdiccin constitu-cional.

    En cuanto a la jurisdiccin constitucional, Nohlen no se interesa por el diseo institu-cional de los tribunales constitucionales (modelo, composicin, competencias y reglas pro-cesales) sino de su relacin funcional en el sistema y en el proceso poltico. Para su formade ver, la relacin de jurisdiccin constitucional y consolidacin de la democracia es rec-proca y multidimensional. De todo esto concluye que, en primer lugar, la consolidacinde la democracia depende de varios factores, cada uno con distintos grados de influenciay, en segundo lugar, que los efectos de la jurisdiccin constitucional depende del tipo dedemocracia que estemos hablando.

    En la segunda parte de la revista, al igual que en nmeros anteriores, destinamos esteespacio para el tratamiento de un tema en particular. En esta ocasin hemos escogido eltpico del poder judicial pero analizado desde la perspectiva de la ciencia poltica.

    El tratamiento del poder judicial en ciencia poltica no es nuevo pero lamentablemen-te no ha sido suficientemente tratado en la regin. Nos referimos, por ejemplo, al anlisisde los fallos polticos de los jueces, a los problemas originados en la seleccin de magistra-

    EditorialQuines deciden quien nos gobierna? Estudiando las Cortes en las sentencias reeleccionistas de Costa Rica y Nicaragua . . . . . . . . . . . . . 99-121Elena Martnez Barahona

    PARTE 3METODOLOGA

    El mtodo comparativo y el anlisis de configuraciones causales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125-148Anbal Prez-Lin

    RESEAS BIBLIOGRFICAS

    Resea: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151-153Luca Miranda

    Resea: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154-157Diego Prez

    Resea: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158-161Lina Mara Cabezas Rincn

    Resea: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162-164Arturo Moscoso Moreno

    Resea: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165-166Pablo Atencio

    Resea: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167-169Luca Zini

  • Consolidacin de la democracia y jurisdiccin constitucionalConsolidation of Democracy and Constitutional Jurisdiction

    Dieter Nohlen

    ResumenEste artculo centra su atencin en tres aspectos. Primero, analiza los requisitos irrenuncia-bles que tienen que darse para que los tribunales constitucionales cumplan con su funcin;segundo, estudia algunos mbitos de jurisdiccin de los tribunales constitucionales y surelevancia para la consolidacin de la democracia; tercero, se hace un anlisis comparativoentre jurisdiccin constitucional y consolidacin de la democracia, resumiendo algunas delas afirmaciones que de manera diferenciada se han hecho al respecto.

    Palabras clave: Consolidacin de la democracia; tribunales constitucionales; jurisdiccinconstitucional

    AbstractThis article focuses its attention on three aspects. First, it analyzes the requirements thatmust be kept so that the constitutional courts fulfill their function; secondly, it studiessome scopes of jurisdiction of the constitutional courts and their relevance for the consol-idation of democracy; lastly, it develops a comparative analysis between constitutionaljurisdiction and consolidation of democracy, to sum up some of the affirmations distin-guished that have been done on this matter.

    Keywords:Consolidation of democracy; constitutional tribunals; constitutional jurisdiction

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    ResumenAbstract

    dos, a la persistencia de problemas relacionados con la gestin del poder judicial, de la efi-ciencia y eficacia, independencia, etc.

    Estos temas, en el mayor de los casos, son cuestiones jurdicas y de derecho pero abor-dadas sobre la base de un amplio conocimiento del contexto poltico y terico. Por cierto,hay que tomar en cuenta que, aunque sea desconocido y soslayado por muchos especialis-tas, derecho y poltica, estn estrechamente vinculados.

    En este sentido, los tres artculos que presentamos en la segunda parte de la Revistaabordan diversas problemticas de este interesante campo de estudio conocido ms comojudicial politics pero desde perspectivas tericas diferentes. Julio Ros-Figueroa analiza eltema de la justicia constitucional y los derechos humanos en Amrica Latina. Explora variasexplicaciones del porqu algunas cortes constitucionales defienden ms activamente losderechos establecidos en las constituciones. Sebastin Linares, en su trabajo Evaluando elgobierno judicial en Amrica Latina: el caso de El Salvador, describe en primer lugar losdiferentes modelos de gobierno del poder judicial en Amrica Latina; en segundo lugar, eva-la el rendimiento del gobierno judicial en El Salvador y, finalmente, expone algunas con-clusiones y recomendaciones que se podran llevar adelante para mejorarlo. Elena Martnez,en su artculo Quines deciden quien nos gobierna?, analiza las sentencias de las Cortesreeleccionistas de Costa Rica y Nicaragua. Hace referencia al estudio del proceso llevadoa cabo en estos dos pases centroamericanos con respecto a las decisiones de las Cortes Su-premas de aprobar la reeleccin presidencial. La autora examina la relacin de dichas deci-siones judiciales con el perfil de los magistrados que participaron en estos procesos.

    En la tercera parte de la Revista presentamos un artculo indito y muy sugerente deAnbal Prez-Lin en el mbito metodolgico. En su artculo El mtodo comparativo yel anlisis de configuraciones causales Prez-Lin revisa los fundamentos lgicos y algu-nos desarrollos recientes del mtodo comparativo. En la primera parte de su artculo se eva-lan los requisitos que debe observarse para hacer una comparacin exitosa; en la segun-da, se presentan dos estratgicas clsicas de anlisis la contrastacin de casos similares ydiferentes- y los problemas de inferencia causal relacionados a estas estrategias; en la terce-ra, se introduce el anlisis de los mecanismos causales complejos y la utilizacin de tipolo-gas con el fin de seleccionar casos cruciales y, finalmente, se desarrolla el marco concep-tual y metodolgico para el anlisis de configuraciones causales necesarias y suficientes deacuerdo a lo propuesto por Charles Ragin.

    Esperamos que al igual que en ediciones anteriores, este nuevo esfuerzo sea de su ente-ra satisfaccin. Mantenemos intacto el inters y el anhelo de contribuir desde Amrica La-tina al fortalecimiento de la poltica comparada como disciplina cientfica.

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    EDITORIAL

  • Evaluando el gobierno judicial en Amrica Latina: el caso de El SalvadorAssessing the Judicial Government in Latin America:

    El Salvador Case

    Sebastin Linares

    ResumenEn este artculo est dividido en tres partes. Primero, se describen los diferentes modelosde gobierno del poder judicial en Amrica Latina, y se exponen diferentes hiptesis teri-cas sobre el rendimiento de los mismos. Se argumenta que an no tenemos evidencias parainferir qu modelo es mejor, en trminos comparativos, y que el rendimiento de los mis-mos depende de cmo se articulen distintos componentes de diseo institucional, entreellos las competencias asignadas, la seleccin de los miembros, la toma de decisiones, y losmecanismos de control. Segundo, a la luz del argumento anterior, se evala el rendimien-to del gobierno judicial receptado por El Salvador, representativo del modelo de CortesSupremas. El artculo identifica, de forma inductiva, cuatro problemas del gobierno judi-cial en El Salvador: a) alta concentracin de funciones administrativas, b) deficiente siste-ma de seleccin de magistrados, c) opacidad en la toma de decisiones gerenciales y d) faltade controles adecuados. Tercero, se exponen las conclusiones y algunas recomendacionesde diseo institucional.

    Palabras claveModelos de Gobierno judicial; rendimiento gobierno judicial; diseo institucional; El Salvador

    AbstractThis article focuses its attention on three aspects. The first part describes the differentmodels of the judicial power government in Latin America and different theoreticalhypothesis are exposed about their performance. It is argued that there is no evidence toinfer what model, in comparative terms, is better, and that the performance of thesedepends on how different components from the institutional design articulate, amongthem the assigned competence, the selection of members, decision making, and controlmechanisms. Secondly, with the previous argument, the performance of the judicial gov-ernment applied by El Salvador is evaluated, which represents the model of SupremeCourts. Lastly, some conclusions and institutional design recommendations are exposed.

    KeywordsJudicial government model; judicial government performance; institutional design; El Salvador

    Justicia Constitucional y Derechos Humanos en Amrica LatinaConstitutional Justice and Human Rights

    in Latin America

    Julio Ros Figueroa

    ResumenQu explica el nivel de proteccin judicial de los derechos? En Amrica Latina, por ejem-plo, mientras la Corte Constitucional del Colombia o la Cuarta Sala de la Corte de CostaRica han sido altamente activas en trminos de la proteccin de derechos, la CorteSuprema de Mxico o el Tribunal Constitucional de Chile no lo han sido. Por qu, enton-ces, solo ciertas cortes constitucionales trabajan activamente en la garanta de derechos? Eneste trabajo se exploran posibles explicaciones del porqu algunas cortes constitucionalesdefienden ms activamente los derechos establecidos en las constituciones que otras. Estasexplicaciones se articulan en torno a tres dimensiones: socio-poltica, individual, e institu-cional. Adems, se discute y explora la relacin que puede darse entre estas tres variables,presenta datos nacionales y sugiere varias hiptesis para futuras investigaciones dentro deeste campo de estudio.

    Palabras clave: Justicia constitucional; derechos humanos; cortes constitucionales;

    AbstractWhat explains the level of judicial protection of rights? In Latin America, for example,while the Colombian Constitutional Court or the Costa Rican Sala Cuarta have beenhighly active in the protection of rights, the Mexican Supreme Court or the ChileanConstitutional Tribunal have not. Why, then, only some constitutional courts decide toactively engage in upholding rights? This paper classifies different answers to this questionbased on three dimensions: socio-political, personal or ideological, and institutional. Thepaper discusses and explores relations among variables across the three dimensions, pres-ents some cross-national data, and suggests some hypotheses for future research.

    KeywordsConstitutional justice; human rights; constitutional courts

    REVISTA LATINOAMERICANA DE POLTICA COMPARADACELAEP ISSN: 1390-4248 Vol. No. 3 Enero 2010

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  • El mtodo comparativo y el anlisis de configuraciones causalesComparative Method and the

    Causal Configuration Analysis

    Anbal Prez-Lin

    ResumenEn aos recientes, el mtodo comparado ha visto importantes desarrollos que amplan sig-nificativamente nuestra capacidad analtica dentro de la tradicin cualitativa. De qumanera es posible verificar hiptesis a travs de la comparacin? La respuesta a esta pregun-ta parece inicialmente sencilla, pero suele resultar engaosa. En este artculo se revisan losfundamentos lgicos y se exponen algunos desarrollos recientes del mtodo comparativo.

    Palabras clave: Mtodo comparado; anlisis causal configurativo; causalidad mltiple ycoyuntural; estrategias de similitud y diferencia

    AbstractIn recent years, the comparative method has seen important developments that broadensignificantly our analytical capacity within the qualitative tradition. How is it possible toverify hypothesis through comparison? The answer to this question seems simple at first,but it may be unreliable. In this article the logical basics are reviewed and some recentdevelopments of the comparative method are exposed.

    Keywords:Comparative method; Configurative causal analysis; multiple and conjuncture causality;similitude and difference strategies

    Quines deciden quin nos gobierna? Estudiando las Cortes en las sentencias reeleccionistas de Costa Rica y Nicaragua Who is Deciding who is Governing us?

    Studying the Reelection Courts Decisions

    in Costa Rica and Nicaragua

    Elena Martnez Barahona

    ResumenEn los ultimos aos dos pases de la regin centroamericana han aprobado la reeleccinpresidencial gracias a sendas deciciones de sus Cortes Supremas. A pesar de los argumen-tos jurdicos dados por ambas Cortes, es imposible deslindar esta decisin del componen-te subjetivo de las mismas. El objetivo de este artculo es examinar entonces dichas deci-siones judiciales para comprobar si existe una conexin entre el perfil de los magistradosque estaban en los foros judiciales en cuestin.

    Palabras clave: Cortes Supremas de Justicia; decisiones judiciales; decisiones polticas;magistrados; asamblea

    AbstractDuring the past years two countries from the Central America have approved the presi-dential re-election due to some decisions of their Supreme Courts. Despite the legal argu-ments given by both Courts, it is impossible to set this decision apart from the subjectivecomponent of the same. The objective of this article is then to examine the judicial deci-sions to verify if there is a connection among the profile of the magistrates who were inthe judicial forums in this matter.

    KeywordsSupreme Court; judicial opinions; political decisions; justices; Assembly

    REVISTA LATINOAMERICANA DE POLTICA COMPARADACELAEP ISSN: 1390-4248 Vol. No. 3 Enero 2010

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  • PARTE 1

    Perspectivas tericas

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    Consolidacin de la democracia yjurisdiccin constitucional

    Dieter Nohlen*

    * Profesor titular emrito de la Universidad de Heidelberg, Alemania. Agradesco el apoyo de Jos ReynosoNez en la revisin de este este estudio.

    ResumenEste artculo centra su atencin en tres aspectos. Primero, analiza los requisitos irrenunciables quetienen que darse para que los tribunales constitucionales cumplan con su funcin; segundo, estudiaalgunos mbitos de jurisdiccin de los tribunales constitucionales y su relevancia para la consolida-cin de la democracia; tercero, se hace un anlisis comparativo entre jurisdiccin constitucional yconsolidacin de la democracia, resumiendo algunas de las afirmaciones que de manera diferenciadase han hecho al respecto.

    Palabras clave: Consolidacin de la democracia; tribunales constitucionales; jurisdiccin constitu-cional

    AbstractThis article focuses its attention on three aspects. First, it analyzes the requirements that must bekept so that the constitutional courts fulfill their function; secondly, it studies some scopes of juris-diction of the constitutional courts and their relevance for the consolidation of democracy; lastly, itdevelops a comparative analysis between constitutional jurisdiction and consolidation of democra-cy, to sum up some of the affirmations distinguished that have been done on this matter.

    Keywords:Consolidation of democracy; constitutional tribunals; constitutional jurisdiction

    Fecha de recepcin: 8 de septiembre de 2009Fecha de aceptacin: 22 de septiembre de 2009

  • Por ltimo, sabemos por experiencia que el contexto s importa. Tal vez conocen miartculo El contexto hace la diferencia, publicado por el Instituto de InvestigacionesJurdicas de la UNAM,2 en el que hice nfasis en la necesidad de diferenciacin3 entre ins-tituciones y contexto, demostrando adems cmo el contexto interviene en los efectos queexhiben las instituciones.4 Lo mismo puede hacerse valer para el derecho. Como apuntaJos Afonso da Silva,5 la misma norma o el mismo texto normativo tiene un sentido o sig-nificado diferente cuando est situado en contextos diferentes. Enfocando en seguida lasfunciones de la jurisdiccin constitucional, me dedicar, primero, a los requisitos irrenun-ciables que tienen que darse y las condiciones favorables que fomentan el cumplimientode sus funciones por parte de los tribunales constitucionales. Segundo, entrar en algunosmbitos de jurisdiccin constitucional en bsqueda de su relevancia para la consolidacinde la democracia. Finalmente, terminar al artculo afirmando el carcter circular de larelacin entre jurisdiccin constitucional y consolidacin de la democracia, resumiendoalgunas de las afirmaciones que de manera diferenciada se han hecho con respecto a ella.

    De este programa se desprende que aunque siendo institucionalista no me va inte-resar hoy el diseo institucional de los tribunales constitucionales (su modelo, su compo-sicin, sus competencias, sus reglas procesales, que obviamente difieren segn los casos y,sin lugar a duda, tienen efectos relevantes), sino su relacin funcional en el sistema y en elproceso poltico. Tampoco nos interesa aqu el origen kelseniano o austriaco de la jurisdic-cin constitucional y la diferencia de su versin europea con el judicial review estadouni-dense, objetos tantas veces tratados y recapitulados en los recientes trabajos comparativos.6

    El enfoque funcionalista tiene en su centro el papel real de la jurisdiccin constitucionalen el sistema poltico.7 Su aplicacin se ve an ms fundamentada por la reciente tenden-cia en el derecho pblico de tematizar no tanto el Estado, ni el Estado de derecho, o el

    CONSOLIDACIN DE LA DEMOCRACIA Y JURISDICCIN CONSTITUCIONAL

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    I. Introduccin

    El presente artculo abre una perspectiva de anlisis que es tpica en investigacionespolitolgicas. Consiste en establecer una relacin causal entre los fenmenos enfo-cados, es decir, entre la jurisdiccin constitucional y la consolidacin de la demo-cracia.

    Cul es el efecto que tiene la jurisdiccin constitucional sobre la consolidacin de lademocracia? De forma anloga, la Ciencia Poltica ha estudiado la relacin causal entre sis-temas electorales y sistemas de partidos polticos, llegando a precisar en qu condiciones lavariable independiente ejerce tales u otros efectos sobre la variable dependiente.1 Podemosproceder analticamente de forma parecida respecto a nuestro tema de hoy? Podemos es-perar llegar a semejantes alcances, aunque la relacin parezca ms compleja y, como tal,menos susceptible a mediciones empricas?

    La pregunta parece an ms pertinente dado que nuestro tema est prcticamenteausente en la literatura politolgica. Consideraciones sobre la consolidacin de la demo-cracia se refieren al mundo de las democracias de la tercera ola y respecto a este grupo depases, raras veces involucran la jurisdiccin constitucional como objeto relevante. En elmbito del derecho pblico s encontramos este tipo de referencias, incluso en rpidoaumento, las que, sin embargo, se caracterizan por su grado de generalizacin y una ten-dencia a sobre- o subestimar la importancia de la jurisdiccin constitucional en sus efectossobre la consolidacin de la democracia.

    Nuestro conocimiento proveniente de la experiencia nos dice que la relevancia de unavariable tratada como independiente respecto a otra dependiente, en el campo de las cien-cias humanas, es siempre relativa. As, en la primera parte de mi conferencia, me dedicara la multidimensionalidad del problema, refirindome a los factores que influyen en el pro-ceso de la consolidacin de la democracia.

    Por experiencia, sabemos tambin que la relacin enfocada depende de los conceptosque se aplican; en nuestro caso, del concepto de democracia y del concepto de consolida-cin que tengamos. En este sentido, en segundo lugar, introducir en la multidimensiona-lidad de los conceptos y en la relevancia que dentro de los diferentes conceptos alcanza lajurisdiccin constitucional.

    Nuestro conocimiento proveniente de la experiencia nos dice, adems, que a menudose establecen interdependencias entre las variables observadas. As, en tercer lugar, mis con-sideraciones apuntarn a la interrelacin recproca (Wechselwirkung) entre democracia yjurisdiccin constitucional, destacando el carcter poltico de su relacin.

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    DIETER NOHLEN

    1 Vase Nohlen, D., Sistemas electorales y partidos polticos, tercera ed., Mxico, Fondo de Cultura Econmica,2004.

    2 Nohlen, D., El contexto hace la diferencia, Mxico, UNAM, 2003.3 Conforme con Spencer-Brown, G., Laws of Form, Londres, Allen and Unwin, 1969.4 Vanse tambin Nohlen, D., El institucionalismo contextualizado. La relevancia del contexto en el anlisis y

    diseo institucionales, edicin e introduccin de R. Ortiz Ortiz, Mxico, Editorial Porra/ UNAM, 2006 yOrtiz Ortiz, R. y Reynoso Nez, J., Dieter Nohlen y el estudio de la democracia y las instituciones pol-ticas en Amrica Latina, Lpez Rub Caldern, J. R. (Coord.), Poltica y ciencia poltica en Dieter Nohlen,Puebla, Benemrita Universidad Autnoma de Puebla, 2007, pp. 17-57.

    5 da Silva, J. A, Comentrio contextual constituiao, Sao Paulo, Malheoros Editores, 2005, p. 17.6 Vanse el Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional y la Revista Iberoamericana de Derecho

    Procesal Constitucional as como los recientes libros colectivos sobre la materia, por ejemplo GarcaBelaunde, D. y Fernndez Segado, F. (Coord.), La jurisdiccin constitucional en Iberoamrica, Madrid,Dykinson y otras, 1997; Ferrer Mac-Gregor, E. (Coord.), Interpretacin Constitucional, 2 tomos, Mxico,Porra/UNAM, 2005; Palomino Manchego, J. F. (Coord.), El derecho procesal constitucional peruano.Estudios en homenaje a Domingo Garca Belaunde, 2 tomos, Lima, Editora Jurdica Grijley, 2005.

    7 Grimm, D., Jurisdiccin Constitucional, Diccionario de Ciencia Poltica. Teoras, mtodos, conceptos, dostomos, Nohlen, D., et al., Mxico, Porra, El Colegio de Veracruz, 2006, p. 793.

  • que se enfoca en la persistencia de la pobreza y la desigualdad social;10 (3) la hiptesis dela carencia poltica, que se basa en los dficits de la democracia de no cumplir, a los quelos informes sobre el desarrollo humano de las agencias de desarrollo llaman continuamen-te la atencin; (4) la hiptesis de la carencia poltico-institucional que hace hincapi en losproblemas estructurales de los sistemas polticos, hiptesis con mayor consenso en elmundo acadmico, como seala por ejemplo el estudio del PNUD11 sobre la democraciaen Amrica Latina; (5) la hiptesis de la falta de confianza de la poblacin en la democra-cia como el orden poltico preferido y en la satisfaccin con los resultados de la poltica;12

    y (6) la hiptesis de la carencia de capital social que focaliza la sociedad y su capacidad degenerar confianza en los otros. Segn esta ltima tesis tiene que existir una cierta medidade confianza interpersonal para formar una comunidad eficiente, cuyo progreso econmi-co y social pueda producir un sistema poltico consolidado.13

    En comparacin con la variable jurisdiccin constitucional, no cabe duda que los seisfactores o grupos de factores enumerados alcanzan un valor explicativo mayor para el pro-blema de la consolidacin democrtica. De esta manera no debe sorprender que la juris-diccin constitucional como ya deca antes casi no entra en las consideraciones polito-lgicas sobre consolidacin de la democracia en Amrica Latina. Vase por ejemplo el libroms citado, el de Linz y Stepan14 sobre Democratizacin y consolidacin de la democra-cia, el estudio de J. Mark Payne y otros15 titulado La poltica importa, as como el infor-me del PNUD16 sobre el desarrollo de la democracia en Amrica Latina. Por cierto, se de-bate el control de las instituciones, especialmente del Ejecutivo, y la manera de poner lmi-tes al ejercicio del poder. Pero entran en escena por sobre todo la sociedad civil y los mediosde comunicacin como principales actores garantes del poder limitado. Por lo dems, sedebate el ejercicio del poder tal cual, no tanto el ejercicio del poder conforme a las normasconstitucionales.

    CONSOLIDACIN DE LA DEMOCRACIA Y JURISDICCIN CONSTITUCIONAL

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    Estado social, sino el Estado constitucional en sus dimensiones funcionales.8 De igual ma-nera, se observa en la Ciencia Poltica la tendencia de tematizar no el Estado, sino las ins-tituciones y la estructura institucional, o sea, de observar lo pblico en un nivel, en el quees posible precisar ms los objetos de estudio y tratarles como variables en su interrelacincausal. As, los tribunales constitucionales se encuentran en el mismo nivel de las demsinstituciones constitucionales (aunque la jurisdiccin constitucional en Amrica Latina nosiempre tiene un estatus autnomo, separado de la jurisdiccin ordinaria).

    II. Multidimensionalidad de los factores en el proceso de consolidacin

    En el caso de la relacin entre sistemas electorales y sistemas de partidos, intervienen fac-tores de contexto que explican la razn por la cual no existe una relacin lineal entre ambosfenmenos.

    En el caso que estudiamos hoy tampoco se da este tipo de relacin causal. Existenvarios factores muy relevantes que a su manera pueden tener altsima importancia para laconsolidacin de la democracia, incluso para el tipo de rgimen poltico. En comparacin,de entre estos factores el papel de los tribunales constitucionales parece dbil. Sin embar-go, esta consideracin no debera irritarnos, pues conforme con la teora del caos, factoresde primer orden por s mismos no tienen que ejercer necesariamente grandes efectos,mientras que mnimas modificaciones provenientes de factores secundarios pueden tener-los, percibidos sobre todo si el anlisis integra perspectivas de mediano o largo alcance. Porotra parte, si nos damos cuenta de la multidimensionalidad de factores que influyen en elproceso de la consolidacin democrtica en Amrica Latina y del reducido papel de los tri-bunales constitucionales, nos protegemos frente a la exageracin de la importancia atribui-da a la jurisdiccin constitucional en este proceso, cuya parte concomitante podra resul-tar en sobrecargarla con funciones que sencillamente no puede cumplir.

    En las explicaciones causales que se han dado en la literatura cientfica para el proble-ma de la consolidacin de la democracia en la regin, se puede distinguir a grandes rasgosentre (1) la hiptesis de la carencia econmica que apunta al insuficiente desarrollo econ-mico, sustentada por la teora de la modernizacin;9 (2) la hiptesis de la carencia social,

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    DIETER NOHLEN

    8 Vanse Valads, D. y Carbonell, M. (Coord.), El Estado constitucional contemporneo. Culturas y sistemas jur-dicos comparados, 2 tomos, Mxico, UNAM, 2006; Salazar Ugarte, P., La democracia constitucional. Unaradiografa terica, Mxico, Fondo de Cultura Econmica/ IIJ-UNAM, 2006.

    9 Jaguaribe, H., Political Development. A General Theory and a Latin American Case Study, Nueva York,Harper & Row, 1973; Pasquino, G., Modernizacin y desarrollo poltico, Barcelona, Editorial Nova Terra,1974; Graciarena, J. y Franco, R., Social Formation and Power Structures in Latin America, Londres/ BeverlyHills, Sage Publications, 1978.

    10 Midlarsky, M. I. (Ed.), Inequality, democracy, and economic development, Cambridge, Cambridge UniversityPress, 1997; Lamounier, B., Brazil: Inequalities against Democracy, Diamond, L. et al., (Eds.), Democracyin Developing Countries: Latin America, Boulder, Lynne Rienner, 1999, pp. 131-189.

    11 UNDP, Democracy in Latin America. Towards a Citizens Democracy, Buenos Aires, Aguilar etc., 2004.12 Vase Latinobarmetro de 1996 en adelante. Latinobarmetro 1996-2006, entregas anuales, Santiago de

    Chile.13 Putnam, R. D., Making Democracy Work: Civil Traditions in Modern Italy, Princeton, Princeton University

    Press, 1993.14 Linz, J.J. y Stepan, A., Problems of Democratic Transition and Consolidation, Baltimore, Johns Hopkins

    University Press, 1996.15 Payne, J.M./ Zovatto, D./ Carrillo Flrez, F./ Allamand, A., La poltica importa. Democracia y desarrollo en

    Amrica Latina, Washington, D.C., Banco Interamericano de Desarrollo, 2003.16 UNDP 2004, op. cit., nota 11.

  • marco de este inicial concepto de consolidacin que se fija en los actores polticos, es fcilubicar y evaluar alto el rol de la jurisdiccin constitucional: mantener encarriladas sus ac-ciones, en lo que la constitucin prescribe. Diez aos ms tarde, Juan J. Linz y AlfredStepan21 distinguan ya entre varias dimensiones del problema de la consolidacin: (1) ladimensin conductual: ningn actor poltico, social o econmico persigue sus objetivoscon medios que tengan como consecuencia el establecimiento de un sistema no democr-tico; (2) la dimensin actitudinal: una gran mayora de la opinin pblica mantiene la va-loracin de la democracia como la mejor forma de gobierno, aunque est insatisfecha conlos logros de los gobiernos democrticos; (3) la dimensin constitucional: tanto el gobier-no como la oposicin se someten a la constitucin y solucionan sus conflictos en el marcode las reglas de juego del sistema poltico.

    Se observan grandes diferencias del rol y posible impacto de la jurisdiccin constitu-cional en la consolidacin segn las dimensiones sealadas. En las dos primeras es extre-mamente relativo para no decir quantit ngligeable. Slo en la ltima dimensin, llamadaconstitucional, la jurisdiccin constitucional encuentra su enlace de forma muy explcitacon el proceso de consolidacin democrtica.

    Finalmente, en la triloga de dimensiones de Andreas Schedler,22 no se sostiene este vn-culo. Schedler, tras una amplia revisin de los diferentes enfoques, destaca tres modelos deenfocar el problema de la consolidacin: (1) el procesual, en el que se afirma o no si las de-mocracias son capaces de imponerse y dominar los desafos antidemocrticos; (2) el acti-tudinal, orientado a la lite poltica, en el sentido de que sus miembros, y sobre todo losgobiernos, desarrollan normativamente los valores democrticos, disean estrategias racio-nales y desarrollan las habilidades necesarias para mantener la democracia; y (3) el orien-tado a las bases socioeconmicas, en el sentido de que su desarrollo sea propicio para lacontinuidad democrtica.

    Ninguna de estas dimensiones es apta para poner de relieve la funcin de la jurisdiccinconstitucional para la consolidacin democrtica. Incluyendo la dimensin econmica al pro-blema de la consolidacin de la democracia, Schedler reintroduce no slo una variable de altovalor explicativo cuya carrera en ciencias sociales se remonta a los orgenes de la teora de lamodernizacin, sino una variable que en nuestro contexto se destaca por dos caractersticas.

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    III. Multidimensionalidad de los conceptos

    En el caso del sistema de partidos, existe un alto grado de consenso sobre el concepto y susdimensiones que hay que tomar en cuenta a la hora de medir el efecto que el sistema elec-toral tenga sobre el mismo.17 En el caso de los conceptos de democracia y de consolidacinde la democracia no es as. Respecto a nuestras consideraciones, lo importante es que laambivalencia conceptual existente tiene altsima importancia sobre el posible efecto quepuede atribuirse a la jurisdiccin constitucional en la vida poltica, as como a su mediciny evaluacin.

    Si se define la democracia a la manera de Alain Touraine, como la lucha de los suje-tos, en su cultura y en su libertad, contra la lgica dominadora de los sistemas,18 la juris-diccin forma parte del sistema a combatir. Cuando lo sustantivo de la democracia es ladeconstruccin de su propia institucionalidad, no interesa la jurisdiccin constitucional, oslo interesa desde un punto inverso, para pasar por encima de su funcin en el procesode liberacin. Si se entiende la democracia en su sentido radical, de democracia directacomo la entienden algunos intelectuales y aquellos actores que quieren sustituir la demo-cracia representativa por la as llamada democracia participativa, la jurisdiccin constitu-cional tiene una importancia relativa, subordinada a la toma de decisiones por parte delsoberano popular mismo que en cada momento puede imponerse sobre la constitucinvigente y sus supuestos guardianes. En cambio, si se entiende la democracia en su sentidorepresentativo,19 entonces s la jurisdiccin constitucional puede jugar un rol importante,sobre todo si se identifica la democracia representativa con la democracia constitucional,tendencia que en los ltimos aos ha recuperado fuerza ante la extensin del uso de losconceptos de contraste.

    El concepto de la consolidacin democrtica, por su parte, es tambin multidimensio-nal y muy controvertido, vinculado por lo dems con diferentes conceptos de legitimidad.Leonardo Morlino vea en 1986 la consolidacin como un proceso que tiene como conse-cuencia la continua adaptacin de los actores polticos a las reglas del juego democrtico y,con ello, la continua ampliacin de la legitimidad20 del orden poltico establecido. En el

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    17 Vase Nohlen, D., Sistemas electorales y partidos polticos, op. cit., nota 1. 18 Touraine, A., Podemos vivir juntos? Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1997, p. 114.19 Para este y otros conceptos de la democracia vase Nohlen, D. et al., Diccionario de Ciencia Poltica. Teoras,

    mtodos, conceptos, dos tomos, Mxico, Editorial Porra/ El Colegio de Veracruz, 2006, pp. 338-356.20 La pretensin de legitimidad de un orden poltico apunta a un concepto normativo del mismo. Se puede

    entender como cualidad objetiva de un sistema social o sistema poltico (por ej., la legitimidad que se le atri-buye como inherente a un sistema poltico democrtico en el marco de los horizontes mentales correspon-dientes, o la legitimidad entendida como el mantenimiento de la legalidad) o estar basada en escalas nor-mativas externas, respecto a las cuales se compara esta pretensin. De acuerdo con esto, la legitimidad puedeser definida como: (1) la coincidencia de un orden poltico con el Derecho, en el cual est garantizada la

    realizacin de determinados principios (en la democracia, pluralismo poltico, derechos democrticos departicipacin, Estado de Derecho, etc.), o (2) la capacidad de un orden poltico de ser reconocido comolegtimo, por lo cual la pretencin de un sistema poltico de gozar de legitimidad slo existe, cuando lasexpectativas de comportamiento elevadas a norma expresan intereses capaces de ser generalizados (Cf.Habermas, J., Problemas de legitimacin en el capitalismo tardo, Buenos Aires, Amorrortu, tercera edicin,1989, vase tambin Heidorn, J., Legitimitt und Regierbarkeit [Legitimidad y gobernabilidad], Berln,Duncker & Humblot, 1982).

    21 Linz, J.J. y Stepan, A., Problems of Democratic Transition and Consolidation, op. cit., nota 14, p. 30.22 Schedler, A., Los clculos de consolidacin democrtica, Republicana. Poltica y Sociedad 1 (1) 2002, p. 20.

  • nal ha entrado un nuevo actor en la escena poltica. Respecto a su rol, Dieter Grimm25

    enfatiza que la jurisdiccin constitucional no slo hace valer en el caso concreto las deci-siones generales previas de la constitucin, sino que toma tambin decisiones polticas porsu cuenta. Puesto que muchas veces estas decisiones tienen como objeto el comportamien-to de los rganos superiores del Estado y de los partidos polticos que actan en ellos, lajurisdiccin constitucional participa, si se aplican criterios funcionales, en la direccin delEstado. Siendo los tribunales constitucionales instituciones polticas como las dems,aunque de legitimidad democrtica secundaria y carentes de un aparato propio para hacerejecutar sus decisiones, ellos disponen de importantes funciones en el proceso poltico concapacidad de decisin ltima en asuntos de alta importancia en el juego poltico. DolfSternberger26 puntualiz: El derecho es en s mismo un eminente factor poltico.

    En la perspectiva de la teora de los jugadores de veto,27 los tribunales constitucionalesconstituyen jugadores de veto institucionales dentro del sistema poltico. Aunque el prin-cipio de racionalidad propia puede articular dentro de los jugadores de veto individuales (osea miembros de los tribunales) asociados con los partidos polticos, se puede imponer lalgica de la competencia poltica que a su vez puede determinar decisiones en pro o en con-tra de otras instituciones del sistema poltico, especialmente referidas a la voluntad polti-ca del gobierno. Es por esto que se establece otra circularidad: al control constitucional queejercen los tribunales sobre el Ejecutivo se aade el intento por parte de los partidos pol-ticos y especialmente del gobierno de hacerse del control del tribunal constitucional.

    En la perspectiva de la teora sistmica, se trata de una relacin entre el sistema polti-co con su propia racionalidad la racionalidad del poder y de la jurisdiccin constitucio-nal con la suya la racionalidad del derecho o sea entre un (marcado) sistema y su entor-no. Segn el enfoque de la autopoisis,28 la incidencia que tiene el factor externo (aqu lajurisdiccin constitucional) es dependiente de la estructura del sistema (aqu el sistema po-ltico) y del comportamiento de los actores institucionales. Las decisiones de los tribuna-les constitucionales, en general (en el lenguaje sistmico) de efecto irritante, pueden serinterpretadas como estimulantes y de esta manera asumidas por los actores, o percibidascomo perturbantes. La ltima percepcin puede conducir a que el sistema (poltico) tratede compensarlas, impedir su cumplimiento o tomar las precauciones pertinentes (porejemplo sustitucin de magistrados) para que no se repitan situaciones perturbantesdebido a decisiones del poder judicial.

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    Primero es la variable con menores probabilidades de sufrir efectos provenientes dedecisiones de los tribunales constitucionales en su manera de incidir en la consolidacin dela democracia y, segundo, es probablemente la variable ms susceptible a la medicin en susefectos sobre la consolidacin democrtica, de modo que facilita marcar diferencias en lamedicin de efectos de distintos factores causantes de la consolidacin. En el caso de lavariable econmica se observa precisamente una correlacin positiva entre las tasas de cre-cimiento econmico y el grado de satisfaccin con la democracia, como sealan las encues-tas.23 Podemos concluir entonces que el desempeo del gobierno importa. Es el rendimien-to poltico que aumenta la legitimidad de salida (output legitimacy) de la democracia y assu consolidacin. Respecto al desempeo, como vamos a ver a continuacin, la jurisdiccinconstitucional puede aportar algo, aunque este algo ser siempre difcil de medir. Por lodems, es casi imposible establecer correlaciones directas y medibles entre jurisdiccinconstitucional y valoracin o consolidacin de la democracia. Por otra parte, se excluyetambin que una baja en la aceptacin de la democracia que se pudo observar en el ltimodecenio, sea un efecto directo de la actuacin (mal evaluada) de la jurisdiccin constitucio-nal. En otros trminos, tampoco existe una relacin causal determinante de ndole negati-va entre jurisdiccin constitucional y consolidacin de la democracia.

    IV. La relacin interdependiente de los factores

    Las observaciones presentadas anteriormente nos invitan a poner atencin en otro conoci-miento proveniente de la experiencia que apunta a la relacin recproca de los fenmenos.Incluso en el estudio de la relacin causal entre sistema electoral y sistema de partidos, seobservan efectos circulares. El propio sistema de partidos tiene influencia sobre el efectoque tiene el sistema electoral sobre el mismo. Este tipo de interdependencia es mucho msfuerte en la relacin que estudiamos, especialmente por el hecho de que la jurisdiccinconstitucional as como el derecho pblico en general estn percibidos como eminente-mente polticos, o sea dependientes de factores que provienen de la poltica. Jorge Carpizoy Hctor Fix-Zamudio24 apuntan precisamente a esta reciprocidad cuando dicen que a tra-vs del derecho constitucional el derecho penetra y se introduce en la vida de la comuni-dad y a su vez los factores polticos, sociales y econmicos determinan en buena parte elderecho constitucional. An ms, con la creacin de rganos de jurisdiccin constitucio-

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    23 Vase Latinobarmetro 2006.24 Carpizo, Jorge y Fix-Zamudio, Hctor,. Algunas reflexiones sobre la interpretacin constitucional en el

    ordenamiento mexicano, Interpretacin constitucional, 2 tomos, Ferrer Mac-Gregor, E. (Coord.), Mxico,Editorial Porra, tomo 1, 2005, p. 424.

    25 Grimm, D., Jurisdiccin Constitucional, Diccionario de Ciencia Poltica. Teoras, mtodos, conceptos, op.cit., nota 7, p. 793.

    26 Sternberger, D., Lebende Verfassung [Constitucin viviente], Meisenheim, Verlag Anton Hain, 1956, p. 24.27 Tsebelis, George, Veto Players. How Political Institutions work, Princeton, New Jersey, Russell Sage

    Foundation New York, Princeton University Press, 2002.28 Vase Maturana, H. y Varela, F., Der Baum der Erkenntnis [El rbol del conocimiento], Bern, Scherz, 1984.

  • la vieja tensin entre Estado y sociedad en Amrica Latina en limitar al gobierno. Al con-trario, tienen que posibilitar y fomentar el gobierno democrtico capaz de atender a las de-mandas de la gente, procurando mayor legitimidad de salida al sistema de gobierno y apo-yando por este camino a la consolidacin de la democracia. Es el camino ms seguro parapropiciar relevancia a su propio quehacer.

    V. Funciones de la jurisdiccin constitucional

    En trminos generales, aunque existe un alto grado de consenso sobre el papel de la juris-diccin constitucional, conviene puntualizar que su funcin no hace que incida de formadirecta sobre la consolidacin de la democracia por la simple razn que ya hemos dado aentender antes. Tan exigente objetivo depende tambin de otros factores. De modo que,los tribunales constitucionales, en caso de peligros de derrumbe inminente, son obviamen-te incapaces de contrarrestar o contener el proceso.

    Esta tesis no se ve deslegitimada por el reciente anlisis de Ahumada Ruiz,31 quien afir-ma que la garanta de la Constitucin no ha sido nunca la principal funcin de los tribu-nales constitucionales. Ella considera que su contribucin ms notable se ha producido enel plano poltico y tiene que ver con su rol en la consolidacin del sistema de democraciaconstitucional, orientando la actuacin de los poderes pblicos y ayudando a generar usosy comportamientos democrticos tanto en el ejercicio del poder como en la sociedad. Estatesis presupone, sin embargo, la definitiva consolidacin de la democracia segn patronesdel constitucionalismo democrtico. La realidad poltica de Amrica Latina es otra y noconfirma el anlisis: persisten los retos a la democracia, y ltimamente se han extendidoespecialmente aquellos referidos a la democracia constitucional, como vamos a ver en ade-lante. Nuevamente el contexto hace la diferencia. Ex ante de la consolidacin democrti-ca, la incertidumbre sobre su desenlace no permite un balance tan determinante de la ac-tuacin de los tribunales constitucionales.

    Conviene, adems, cuidarse en individualizar demasiado las funciones de la jurisdic-cin constitucional, pues con la precisin se expone su actuacin a nivel emprico a unaprueba que no pasa fcilmente de forma positiva. Por ejemplo, es cierto que la jurisdiccinconstitucional puede contribuir a la extensin de valores democrticos, pero tampoco con-viene establecerlo como objetivo directo, sino como efecto colateral deseado. De otramanera, la medicin de la aceptacin de la democracia como norma que ha exhibido una

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    De todos modos, resulta claro que la influencia del factor externo nunca ser determi-nante, sino relativo conforme a las estructuras del sistema y las mentalidades de sus actores.Dentro de esta perspectiva sistmica es posible marcar diferencias entre sistemas susceptiblesde reaccionar acorde con la percepcin estimulante o perturbante de la labor de la juris-diccin constitucional. Respecto a esta disyuntiva, la mayor diferencia que se impone esaquella entre democracias consolidadas y democracias que an viven el problema de su con-solidacin. Mientras que el primer grupo de pases se puede asociar con una interpretacinestimulante, el segundo grupo de pases tiende a una percepcin perturbante.

    Otras diferencias pueden referirse a caractersticas de menor calibre que pueden sertransversales a la anterior categorizacin en grupos de pases, por ejemplo una cultura detoma de decisiones jerrquica-decisionista as como el presidencialismo y el bipartidismo.Estas mentalidades y estructuras son especialmente proclives al intervencionismo polticoen la esfera de la jurisdiccin constitucional que por lo dems hace bien visible la interre-lacionalidad de los fenmenos observados. Inversamente, todos los atributos de la civili-dad, o sea comprensin, moderacin y gentileza, cualidades basadas en la estima y el res-peto a otras personas,29 son favorables a la jurisdiccin constitucional en su efecto sobrela consolidacin de la democracia, aunque lo son tambin directamente para tal objetivo.Esta concordancia estriba en que el pluralismo de los equilibrios dinmicos que se nutrede moderacin, reconocimiento, respeto y dilogo recprocos, de eminente importanciapara el desarrollo democrtico, constituye tambin el objetivo ms profundo de los tribu-nales constitucionales.30

    Un aspecto relevante en trminos del efecto de la consolidacin de la democracia y lajurisdiccin constitucional, es crear y mantener cierto grado de independencia de los tri-bunales constitucionales frente a los dems actores. Adems, para que se mejore el funcio-namiento del sistema poltico y progrese la consolidacin de la democracia, el aumento dela cantidad de jugadores de veto en un sistema poltico requiere que los principales acto-res polticos desarrollen comportamientos ms acordes con el modelo de consenso de tomade decisiones. Me parece que Mxico se encuentra actualmente en esta encrucijada. Otroaspecto relevante consiste en modificar la percepcin de las decisiones jurisdiccionales porparte de los actores polticos de perturbante en estimulante. Sin embargo, el procesode la consolidacin involucra a ambos lados. En la democracia constitucional el fin de laConstitucin y la funcin de la jurisdiccin constitucional no deben agotarse acorde con

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    29 Como lo defina en otro lugar, vase Nohlen, D. et al., Diccionario de Ciencia Poltica. Teoras, mtodos, con-ceptos, op. cit., nota 19, p. 204.

    30 Zagrebelsky, G., Jueces constitucionales, Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional 6,2006, p. 324. Respecto a los conceptos de poltica y su relevancia para la jurisdiccin constitucional vasetambin Crdova Vianello, P. La contraposicin entre derecho y poder desde la perspectiva del control deconstitucionalidad en Kelsen y Schmitt, Cuestiones Constitucionales 15, 2006, pp. 47-68.

    31 Ahumada Ruiz, M., La jurisdiccin constitucional en Europa. Bases tericas y polticas, Navarra, Universidadde Navarra-Civitas, 2005, pp. 302 y ss.

  • Como observamos en Amrica Latina, mientras se ha establecido el Estado constitucio-nal en trminos formales, en trminos materiales sigue siendo una aspiracin. Reciente-mente se escuchan voces que lo menosprecian, argumentando que un sistema de democra-cia constitucional con una Constitucin sustrae determinadas materias a la decisin a tra-vs del proceso democrtico a la vez que delega en los jueces la competencia para decidirsobre el contenido y alcance de ciertos derechos considerados fundamentales, apuntandoque la democracia constitucional constituye una opcin por un sistema de democracia res-tringida, rebajada, ms limitada y no de democracia sustantiva.34 Al mismo tiempo seobservan reformas constitucionales y procesos constituyentes que sobrepasan la constitucio-nalidad del orden poltico y el respectivo control por parte de rganos pertinentes.

    El segundo requisito irrenunciable tiene que ver con la democracia. Ya hemos seala-do las diferencias en el concepto de democracia. Quisiera estar bien claro en que la condi-cin irrenunciable consiste en la existencia de una democracia representativa que se defi-ne segn Robert Dahl35 por la participacin a travs de elecciones libres y por el plura-lismo poltico a travs de la competencia entre diferentes partidos polticos para llenar losmandatos de representacin y para ocupar los puestos de gobierno. Se podra evocar tam-bin a Norberto Bobbio36 con su definicin de la democracia como un conjunto de reglasde sus procedimientos para la formacin de decisiones colectivas, sin decir nada del con-tenido o resultado de las mismas.37 Cuando se introducen principios, contenidos y funcio-nes en la definicin, lo importante en nuestro contexto es que se relativiza tanto la impor-tancia de las reglas como la de cuidar por su cumplimiento. Recientemente, un constitu-cionalista38 atribua a la democracia la principal funcin de asegurar la libertad de los indi-viduos frente al Estado. De all conclua que el sujeto protagnico es el individuo parti-cipativo. Y segua argumentado que es necesario promocionar una nueva ciudadana, cen-trada en la participacin y la cultura poltica democrtica para la consolidacin de estossistemas. As, deca que la participacin est ntimamente ligada al acceso en la toma dedecisiones en los asuntos polticos y tiene como funcin legitimar los sistemas polticosdemocrticos. Estas ideas parecen inocentes pero sirven de antesala para postular un con-cepto de democracia diferente que recientemente se est articulando en forma de la demo-cracia participativa. Sus protagonistas no se restringen a pedir que se introduzcan mecanis-mos de democracia directa en la democracia representativa, experiencia que han vivido ya

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    tendencia a la baja en Amrica Latina en el ltimo decenio32 podra figurar como pruebaemprica del fracaso de la jurisdiccin constitucional en este su desempeo.

    El posible aporte de la jurisdiccin constitucional a la consolidacin de la democraciapuede resultar como efecto inherente del desempeo de su funcin principal: cuidar elcumplimiento de las normas de la Constitucin por parte de los rganos pblicos. El cum-plimiento de esta funcin por su parte est vinculado a diferentes condiciones externas queinteractan con la jurisdiccin constitucional.

    VI. Requisitos y condiciones para la jurisdiccin constitucional

    Si hemos llegado al punto de hacer depender la jurisdiccin constitucional de factores pol-ticos, econmicos y sociales, conviene indagar sobre estos factores diferenciando entre pre-rrequisitos irrenunciables y condiciones favorables, tal y como se dan hoy en da en Am-rica Latina.

    Requisitos irrenunciables

    Respecto a los requisitos irrenunciables, quisiera mencionar primero la existencia de un Es-tado constitucional. La jurisdiccin constitucional presupone la constitucionalidad de laestructura del Estado. Sin constitucin en el sentido material del concepto no habr cons-titucionalidad ni jurisdiccin constitucional. Los respectivos requisitos son bien conoci-dos: derechos humanos, principio democrtico, separacin de poderes, como mnimos.Slo el establecimiento de un Estado constitucional hace posible el control de concordan-cia con la norma del proceso poltico y de las decisiones emanadas de este proceso. Im-poniendo lmites al ejercicio del poder, este control puede tener efectos positivos sobre laconsolidacin de la democracia. Por lo dems, el Estado constitucional sustrae determina-dos principios consustanciales con s mismo a decisiones a travs del proceso democrtico,limitando las modificaciones constitucionales y garantizando a travs de las as llamadasclusulas de eternidad la identidad del Estado constitucional. As, el tipo de Estado cons-titucional ha comenzado segn Peter Hberle33 a institucionalizar y a constitucionali-zar el proceso constituyente, anteriormente concebido como salvaje, originario, quecomenzaba explosivamente desde cero.

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    32 Vanse las entregas anuales desde 1996 de Latinobarmetro.33 Hberle, P., El Estado constitucional, Mxico, UNAM, 2001, p. 289.

    34 Ahumada Ruiz, M., La jurisdiccin constitucional en Europa. Bases tericas y polticas, op. cit., nota 31, p. 125.35 Dahl, R.A., Poliarchy. Participation and Opposition, New Haven, Yale University Press, 1971.36 Bobbio, N., El futuro de la democracia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1996.37 Vase Salazar Ugarte, P., La democracia constitucional. Una radiografa terica, op. cit., nota 8, pp. 136 y ss.38 Nez Muoz, I. K., La ciudadana y su desempeo en los sistemas polticos democrticos, Cuestiones

    Polticas 37, 2007, p. 52.

  • muchos pases con mayor o menor xito.39 La idea que se promueve es sustituir la demo-cracia representativa por una de tipo participativa. Repito: la jurisdiccin constitucionalslo tiene sentido en una democracia constitucional, con garantas constitucionales de losderechos humanos y los derechos polticos, con separacin de poderes dentro de un Estadode derecho, un bloque de constitucionalidad que antecede las decisiones que pueda tomarel pueblo a travs de los canales de participacin directa. Si al contrario, en una democra-cia participativa, toda estructura y toda decisin estn sujetas al veredicto del soberanopopular, incluso de liquidar derechos integrantes del bloque de constitucionalidad, de abdi-car a la democracia y de establecer una dictadura, no habr jurisdiccin constitucional. ElTribunal Constitucional sera una farsa, como demuestra ya el caso venezolano, donde laSala Constitucional del Tribunal Nacional de Justicia se declar incompetente en asuntosde su competencia o interpreta actos obviamente inconstitucionales como legitimados porel proceso que este pas actualmente pasa de una democracia representativa a otra partici-pativa.40 Sin embargo, no es necesario citar casos extremos. Cuando el Ejecutivo convoca aun referendo, sin haber cumplido con los requisitos constitucionales por ejemplo el de dis-poner del apoyo mayoritario, a veces calificado del parlamento y el Tribunal (ConseilConstitutionelle) se declara incompetente como ocurri en Francia en el referendo sobrela introduccin de la eleccin directa del presidente en 1958, propulsado por el General deGaulle el resultado del referendo, si es positivo, es considerado capaz de curar la incons-titucionalidad de su origen. La democracia directa permite legitimar acciones inconstitu-cionales ex post. Qu importancia le queda para el control de constitucionalidad por unrespectivo tribunal? En resumen, concuerdo con Diego Valads:41 el control del poder ni-camente existe en un sistema constitucional de orden democrtico-representativo.

    Como tercer requisito irrenunciable quisiera estipular que la jurisdiccin constitucio-nal tiene que ser establecida de tal forma, a lo mejor autnoma, de modo que pueda cum-plir efectivamente con sus funciones. En Amrica Latina es notable el desarrollo de la juris-diccin constitucional en los ltimos dos decenios. Se refleja tambin en el auge de la juris-diccin constitucional como materia acadmica. Sin embargo, la autonoma de los rga-nos pertinentes sigue cuestionada. Se observan luchas por el control poltico de los tribu-nales, intervencionismo del Ejecutivo, sustitucin de jueces que toman decisiones adversas

    al poder en ejercicio. La defensa de la constitucin queda al margen de procesos constitu-yentes que recientemente se han constituido en Amrica Latina como el mecanismo mseficaz de cambio de las relaciones de poder.

    Condiciones favorables

    Al lado de las condiciones irrenunciables, hay que considerar condiciones que pueden fomen-tar el buen ejercicio de las funciones de la jurisdiccin constitucional. La primera condicinfavorable que me viene en mente es la existencia de un Estado de derecho. Por otra parte, sepodra argumentar como lo hace Jorge Carpizo en su ltimo libro42 que el Estado constitu-cional y el Estado de derecho forman un insoluble conjunto, aunque el Estado de derechono es siempre la misma cosa.43 Sin embargo, frente a la desconfianza que siguen teniendo lospueblos respecto al Poder Judicial como constan las encuestas de Latinobarmetros y sonde-os nacionales ,44 es tal vez conveniente diferenciar entre jurisdiccin normal y jurisdiccinconstitucional, pues esta ltima como rgano poltico en competencia con otros de origendemocrtico, necesita este tipo de legitimidad para cumplir con sus funciones.

    La segunda condicin favorable consiste en la permanencia del orden constitucional.Para que la constitucin pueda formar una referencia con autoridad, es necesario que tengacontinuidad. Si los rganos, cuyos actos tienen que ser controlados por la jurisdiccin cons-titucional respecto a su concordancia con la norma, pueden modificar la constitucin se-gn les conviene, la funcin descrita est en el fondo obsoleta. Por lo dems, una consti-tucin que sobrevive con incesantes modificaciones se degrada al nivel de una ley ordina-ria y la materia constitucional se confunde con la lucha poltica cotidiana.45

    De la continuidad de la constitucin dependen otras condiciones de la efectividad dela jurisdiccin constitucional. Por ejemplo, el desarrollo de una cultura de constitucionali-dad es, tal vez, el factor ms importante para el ejercicio del poder conforme a la constitu-cin. Ms importante incluso que la propia constitucin. Es por eso que algunos pases notienen ni constitucin ni jurisdiccin constitucional pero cumplen con el criterio de unEstado democrtico constitucional. La continuidad de las constituciones es como de-muestra una comparacin sencilla entre Europa y Amrica Latina tremendamente depen-diente del contexto.

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    39 Para Amrica Latina vanse Valads, D., Constitucin y democracia, Mxico, UNAM, 2000, pp. 39-44, yZovatto, D., Las instituciones de democracia directa, Nohlen, D./ Zovatto, D./ Orozco, J./ Thompson,J. (Comp.), Tratado de derecho electoral comparado de Amrica Latina, segunda edicin, Mxico, Fondo deCultura Econmica, 2007, pp. 134-161.

    40 Vase Nohlen, D. y Nohlen, N., El sistema electoral alemn y el Tribunal Constitucional Federal. La igual-dad electoral a debate con una mirada a Venezuela, Revista de Derecho Pblico (Caracas), enero-marzo2007, 109, pp. 7-26.

    41 Valads, D., El control del poder, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1998, pp. 17 y 43.

    42 Carpizo, J., Concepto de democracia y sistema de gobierno en Amrica Latina, Mxico, UNAM, 2007, pp. 99y ss.

    43 Zagrebelsky, G., Jueces constitucionales, op. cit., nota 30, p. 312.44 Vase tambin Ahrens, H. y Nolte, D. (Coord.), Rechtsformen und Demokratieentwicklung in Lateinamerika,

    [Sistemas de derecho y desarrollo de la democracia], Francfort, Vervuert, 1999.45 Zagrebelsky, G., Jueces constitucionales, op. cit., nota 30, p. 318.

  • Chile, con el alma permanente de Chile.51 En Per, en cambio, fue la jurisdiccin cons-titucional la que trat de adaptar las normas constitucionales a la realidad. Samuel B. AbadYupanqui52 destaca cmo el aporte del Tribunal Constitucional ha sido determinante paraprecisar el alcance de lo dispuesto en la Constitucin de 1993, e, incluso, para asumir uncontenido distinto de la misma que en varios aspectos se ha alejado de la intencin de quie-nes en su momento la elaboraron.53 El Tribunal como mximo intrprete de la Constitu-cin la redise la versin de 1993. Diversas sentencias han permitido interpretar dispo-siciones constitucionales en un sentido distinto al otorgado por el constituyente, opern-dose verdaderas mutaciones constitucionales, con el argumento de adecuar los preceptosconstitucionales a las nuevas situaciones sociales.54 Aunque no haya una reforma consti-tucional, la interpretacin constitucional y la creacin por va interpretativa de nuevosderechos confieren dinamismo a las normas de la Constitucin. Concluimos con GustavoZegrebelsky55, quien asegura que la ley de la buena vida de las constituciones es el des-arrollo en la continuidad. El instrumento normal es la jurisprudencia; la reforma es un ins-trumento excepcional. La continuidad de la Constitucin como condicin favorable for-talece e intensifica el papel de la jurisdiccin constitucional en el proceso de consolidacinde la democracia.

    La tercera condicin favorable consiste en la extensin de valores concordantes con elEstado democrtico constitucional. Esto se refiere a la cultura democrtica y sus normas,56

    a la cultura de la legalidad,57 a la cultura jurdica,58 y a la cultura de la jurisdiccin consti-tucional.59

    En Amrica Latina se observa que en la lucha por el poder, la constitucin no alcanzaa ser un argumento para mantener encarrilada la accin. A menudo, los actores individua-les y colectivos estn dispuestos a actuar contra la constitucin, priorizando el objetivo porsobre el procedimiento. Tampoco la permanencia de la constitucin parece importar mu-cho, pues el proyecto de elaboracin de una nueva tiende a rendir polticamente, tal ycomo demuestran los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En el caso ecuatoriano, el Tri-

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    Estas consideraciones no involucran un concepto esttico de la constitucin. Comoseala la teora sistmica, para que el sistema cumpla con su funcin clave de sobrevivir,tiene que modificarse constantemente. Las Constituciones no son inertes, viven tambinsu vida, lo que se ha expresado en el concepto de constitucin viviente (lebende Verfas-sung),46 sensible a las exigencias constitucionales del tiempo que cambia.47 En trminosgenerales, las adaptaciones a los tiempos cambiantes pueden producirse por diferentescaminos. El ms ostentoso es el de las reformas constitucionales, aunque constituyen aveces caminos bastante complicados por los procedimientos especiales que se contemplanen las Constituciones para conservar la continuidad normativa.

    Estas precauciones a menudo conducen a efectos contraproducentes en trminos deque desencadenan un proceso de sustitucin de la constitucin inerte por una nueva, ini-ciado por un referendo y el siguiente establecimiento de un constituyente, en el que sepierde todo sentido de continuidad. ltimamente, este proceso, resultante de las crisis degobernabilidad democrtica en Venezuela, Bolivia y Ecuador, tiende a la demolicin insti-tucional de las instituciones de la democracia representativa y del Estado de derecho, sinque la jurisdiccin constitucional tenga medios para impedirlo.48

    El otro camino es el de la interpretacin constitucional por parte de los jueces consti-tucionales.49 Es un proceso por cierto inverso. Segn Hctor Fix-Zamudio y Jorge Car-pizo,50 por un lado el cambio y las modificaciones de la realidad afectan y deben afectarla interpretacin de la Constitucin, por el otro, la interpretacin es uno de los caminospara adecuar la norma a la realidad, es un esfuerzo para que las normas no caigan avasalla-das ante los constantes golpes de la vida. Aunque la interpretacin ajustada a los cambiosde la vida es menos ostentosa, sale fcilmente a la vista la importancia de la jurisdiccinconstitucional para hacer viable la democracia.

    Las alternativas descritas se observan ntidamente cuando las constituciones que seintrodujeron en tiempos autoritarios, enfrentan el cambio de rgimen. As, Chile opt porcontinuas reformas de la constitucin autoritaria de 1980, acordando en el correr del tiem-po 18 reformas constitucionales, hasta llegar a una constitucin democrtica, en palabrasdel Presidente Ricardo Lagos a Una Nueva Constitucin...., acorde con el espritu de

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    46 Sternberger, D., Lebende Verfassung, op. cit., nota 26.47 Zagrebelsky, G., Jueces constitucionales, op. cit., nota 30, p. 316.48 Brewer-Caras, A.R., Golpe de Estado y proceso constituyente en Venezuela, Mxico: UNAM, 2002 y Brewer-

    Caras, A. R., Estudio sobre la reforma constitucional de 2007, mimeo, an no publicado, 2007.49 Vase al respecto la compilacin de estudios de Ferrer Mac-Gregor, E. (Coord.), Interpretacin

    Constitucional, 2 tomos, Mxico, Porra/UNAM, 2005.50 Carpizo, J. y Fix-Zamudio, H., Algunas reflexiones sobre la interpretacin constitucional en el ordena-

    miento mexicano, op. cit., nota 24, p. 425 ss.

    51 Ros lvarez, L., La reforma de 2005 a la constitucin chilena, Anuario Iberoamericano de JusticiaConstitucional 10, 2006, pp. 617 y 637.

    52 Abad Yupanqui, S.B., Constitucin y procesos constitucionales, Lima, Editorial Palestra, 2005.53 Cit. segn Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional, 2006, p. 559.54 Ibid., p. 558.55 Zagrebelsky, G., Jueces constitucionales, op. cit., nota 30, p. 319.56 Vase Bertelsmann Stiftung (ed.), Bertelsmann Transformation Index 2006, Gtersloh, Bertelsmann Stiftung,

    2005, p. 227; Nohlen, D., El institucionalismo contextualizado, op. cit., nota 4, pp. 47-52.57 Vase Laveaga, G., La cultura de la legalidad, Mxico, UNAM, 2006. 58 Vanse Concha Cant, H.A./ Fix-Fierro, H./ Valads, D., Cultura de la Constitucin en Mxico. Una encues-

    ta nacional de actitudes, percepciones y valores, Mxico, UNAM, 2004; Valads, D. y Carbonell, M. (Coord.),El Estado constitucional contemporneo. Culturas y sistemas jurdicos comparados, op. cit., nota 8.

    59 Vase Hberle, P., El Estado constitucional, op. cit., nota 33.

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    bunal Constitucional, metido de lleno en el conflicto poltico, desobedeca incluso a laconstitucin que tena que defender.

    En este sentido, Peter Hberle60 llama la atencin a los lmites de la defensa jurdica dela Constitucin. Extiende la funcin de ser guardianes de la Constitucin a todos los ciu-dadanos y remite a Konrad Hesse, citndolo:61 Una Constitucin solamente puede serprotegida polticamente o en la profundidad cultural. Si bien los instrumentos jurdicosson importantes, solamente son eficaces cuando todos poseen una voluntad de Consti-tucin y sta desenvuelve duraderamente su fuerza normativa. En los tratados de CienciaPoltica, se habla de la importancia de la necesaria vitalidad de una sociedad civil que apoyea la democracia,62 o del objetivo de desarrollar una sociedad de ciudadanos, prerrequisitode una democracia de ciudadanos.63

    Respecto a la democracia ciudadana, conviene comentar que es una visin simpticadel futuro de la democracia, fundamentada en el reciente debate social-filosfico europeo,de la cual dista mucho la realidad y especialmente la realidad latinoamericana. La mayorade los investigadores que transmiten esas ideas a Amrica Latina como modelo y norte dela democracia en esta regin, pecan de la falacia de no diferenciar bien entre ideas y con-texto y de all de desconocer la importancia del contexto que constituye un elemento claveen el desarrollo de tales visiones.64 Fjense slo en la sociedad civil, su estado y mentalidaden ambos lados del Atlntico. Mientras que florece bien en Europa, en Amrica Latina, engeneral, es dbil su desarrollo y all donde despliega una cierta vida, se caracteriza por acti-tudes y movilizaciones anti-institucionales. Sus actividades sustraen en ltima instancia lasbases a la democracia en vez de proporcionarle un fundamento seguro.65 En resumen, eslindo invocar al ciudadano participante en el desempeo de sus funciones, la jurisdiccinconstitucional no puede contar con la sociedad civil como sera oportuno y necesario.

    60 Hberle, P., El Estado constitucional, op. cit., nota 33, p. 287.61 Hberle, P., Ibid., p. 286.62 Vase Bertelsmann Stiftung (ed.), Bertelsmann Transformation Index 2006, op. cit., nota 56.63 UNDP 2004, op. cit., nota 11.64 Vase Simon, F.B., Einfhrung in Systemtheorie und Konstruktivismus [Introduccin a la teora sistmica y al

    constructivismo], Heidelberg, Carl-Auer, 2006, p.65.65 Vanse Bertelsmann Stiftung (ed.), Bertelsmann Transformation Index 2006, op. cit., nota 56, p. 228,

    Nohlen, D., El institucionalismo contextualizado. La relevancia del contexto en el anlisis y diseo instituciona-les, op. cit., nota 4, p. 47 ss.

    VII. mbitos de la jurisdiccin constitucional

    Evaluando la labor y el efecto de la jurisdiccin constitucional, es imprescindible diferen-ciarla por mbitos. Sus incidencias varan por lugar y por tiempo conforme a los proble-mas a los que la poltica y el derecho se ven enfrentados. Un buen ejemplo es el estado deemergencia como mbito de la constitucionalidad.66 Es un mbito muy importante de pro-teccin de los derechos fundamentales, pero ocupa a la jurisdiccin constitucional slodonde el desafo poltico-militar al interior del pas conduce al Ejecutivo a declarar el esta-do de emergencia (o excepcin) como una de las medidas para poder manejar la situacin.De esta manera, ha sido un objeto de jurisdiccin constitucional slo en algunos pases deAmrica Latina, en especial Colombia. En Mxico sobresale como en ningn otro pasde Amrica Latina el mbito electoral. Este hecho ms all del problema real que cons-tituye el fenmeno electoral en la vida poltica del pas debido a caractersticas poltico-cul-turales se ve fomentado por la inclusin de una gran parte de las reglas del proceso elec-toral en la propia constitucin. De esta manera, el papel de la jurisdiccin constitucionaldepende tambin de la amplitud de las materias que la sociedad poltica quiso que se deter-minen en la Carta Magna. Podemos concluir que por estas y otras razones las experienciascomparadas son ciertamente dismiles.67

    Como primer mbito se impone el de los derechos humanos y fundamentales:68 A tra-vs de las decisiones de los Tribunales Constitucionales, la gente percibe que las institucio-nes le protegen. Pueden apoyar en sembrar una cultura institucional. Dado que cada vezcon ms frecuencia las Constituciones incluyen en su contenido declaraciones sobre aspec-tos que persiguen derechos sociales, tales como el derecho al trabajo, a la seguridad social,a la proteccin a la salud, a la educacin, a la vivienda, etctera.69 Esta situacin se obser-va en Amrica Latina como una tendencia a admitir el activismo del juez constitucional,que, sin importar su costo, hace efectivos directamente ese tipo de derechos, los que afec-tan tambin el disfrute de otros derechos considerados fundamentales como la dignidad y

    66 Vase Zovatto, D., Los estados de excepcin y los derechos humanos en Amrica Latina, San Jos, IIDH/Editorial Jurdica de Venezuela, 1990.

    67 Vase tambin Acua, J.M., Contribuciones de la jurisdiccin constitucional para la eficacia jurdica de losderechos sociales en la experiencia comparada, Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional 6,(Julio-diciembre), 2006, pp. 7 ss.; Zagrebelsky, G., Jueces constitucionales, op. cit., nota 30, p. 312 ss.

    68 Vase la compilacin exhaustiva de estudios comparativos y nacionales de Fix-Zamudio, H. y Ferrer Mac-Gregor, E. (Coord.), El derecho de amparo en el mundo, Mxico, UNAM/ Editorial Porra/ KonradAdenauer Stiftung, 2006; para Mxico en perspectiva comparada Fix-Zamudio, H. y Valencia Carmona, S.,Derecho Constitucional mexicano y comparado, cuarta ed., Mxico, Editorial Porra/ UNAM, 2005. ParaColombia, vase el reciente estudio de Uprimny R., Fuentes, A., Botero, C. y Jaramillo, J.J. Libertad deprensa y derechos fundamentales. Anlisis de la jurisprudencia constitucional en Colombia (1992-2005),Bogot, Fundacin Konrad Adenauer, etc., 2006.

    69 Carpizo, J., Concepto de democracia y sistema de gobierno en Amrica Latina, op. cit., nota 42, p. 105.

  • valente. La constante intromisin confirma la importancia del rol que las dems institu-ciones y, especialmente, el Ejecutivo concede a los Tribunales Constitucionales. Por otraparte, es una muestra de su real debilidad como institucin autnoma.

    El tercer mbito es el de las normas electorales. Lo escog por su relacin ntima con elproceso poltico mismo y su impacto directo sobre la consolidacin de la democracia (rela-cionada con la legitimidad de entrada, input legitimacy), aunque es un mbito en generalorganizado independientemente de los tribunales constitucionales, en rganos autnomos(a veces considerados como cuarto poder). Sin embargo, su labor es similar en cuanto aque tiene que vigilar el proceso electoral y tratar de hacer cumplir las normas constitucio-nales y legales y proveer justicia electoral. La importancia de la funcin de la justicia elec-toral es tanto mayor cuanto ms disten de estas normas los valores practicados por los indi-viduos y los grupos de la sociedad.

    En este sentido, Jess Orozco Henrquez,77 refirindose a Mxico, atribuye a la Su-prema Corte de Justicia de la Nacin un papel fundamental en la as denominada transi-cin democrtica, toda vez que al ser un garante de la regularidad constitucional se haconstituido en un factor de estabilidad y seguridad jurdica. Cabe destacar en este senti-do las sentencias del Poder Judicial de la Federacin en materia electoral. La SupremaCorte de Justicia de la Nacin en su funcin de tribunal constitucional78 ha resuelto diver-sos casos sobre distintos aspectos de esta materia: representacin proporcional, candidatu-ras independientes para ser Presidente de la Repblica, o procedimiento para la eleccinde gobernador interino, entre otros. As por ejemplo, (a) la accin de inconstitucionalidad34/2005, presentada por el Partido del Trabajo (PT) en la que impugn la Ley Electoraldel Estado de Quertaro por considerarla violatoria de los derechos de los partidos polti-cos minoritarios al aumentar el umbral de 2.5% a 3% de la votacin total estatal para tenerderecho a la asignacin de Diputados. La Suprema Corte decidi que dicha accin erainfundada y reconoci la validez de la Ley declarando que no era violatoria del principiode representacin proporcional. (b) Igualmente el amparo en revisin 43/2005 promovi-do por Jorge Castaeda Gutman en contra de la ley electoral, impugnando el derecho deser votado previsto en el artculo 35, fraccin II, de la Constitucional Federal. Accin quefue sobreseda. (c) Finalmente, la accin de inconstitucionalidad 28/2005 presentada porel Partido de la Revolucin Democrtica (PRD) que impugnaba las reformas hechas a laConstitucin Poltica del Estado de Colima, las cuales establecan, entre otras cosas, el pro-

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    la libertad del ser humano. Esta intromisin en la poltica es fcilmente comprensible por-que no se puede ignorar las expectativas econmicas y sociales de la gente si se quiere man-tener su condicin de norma fundamental que provee las bases a todo el orden jurdico.No obstante, varios constitucionalistas llaman la atencin sobre los lmites del intervencio-nismo social creativo. Carlos Bernal Pulido,70 por ejemplo, seala que esta alternativa lle-vada al extremo parece conducir a desestructurar el Estado, a negar las probabilidades deplaneacin econmica a mediano y largo plazo, y a limitar desmedidamente la democraciarepresentativa.71 Jorge Miranda,72 por su parte, nos recuerda que el texto de la Constitucintiene su eficacia condicionada por la realidad fctica, por los hechos concretos de la socie-dad y no est en condiciones de cambiar de inmediato la realidad que tiene que regular.Esto es especialmente cierto en el caso de Amrica Latina, como apunta correctamente JosManuel Acua73 al sealarnos la paradoja, consistente en que los pases que ms necesitandel desarrollo de los derechos sociales son aquellos en los cuales justamente la jurisdiccinconstitucional se ve limitada en (la tutela de estos derechos) debido a la asuncin concien-te de las limitaciones econmicas imperantes. Es una de las razones para consentir conBernal Pulido74 que la coercin organizada mediante la jurisdiccin constitucional noresulta suficiente para promover el progreso, construir una sociedad ms equitativa, o seapromover la legitimidad de salida y prevenir reveses en el proceso de consolidacin de lademocracia.

    Como segundo mbito se perfila el de la separacin de poderes. Se trata de hacer valeruno de los principios fundamentales de la constitucionalidad: que el gobierno es limitado.Empricamente, ha sido un principio menos respetado en Amrica Latina, no slo pensan-do en su completa negacin en tiempos autoritarios, sino tambin en tiempos de demo-cracia. Existe toda una tradicin en el presidencialismo latinoamericano de invadir o coac-cionar por parte del Ejecutivo a los dems poderes. Respecto a la propia jurisdiccin cons-titucional, conviene recordar lo que hemos ya sealado antes, el constante intento de con-trolar los respectivos tribunales para impedir su posible papel de jugador de veto o paraprevenir posibles efectos perturbantes. Sobran los ejemplos en Amrica Latina. Se desta-can ltimamente como los ms dramticos Venezuela75 y Bolivia.76 La conclusin es ambi-

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    70 Bernal Pulido, C., La democracia como principio constitucional en Amrica Latina, CuestionesConstitucionales 17, 2007, p. 51.

    71 Id.72 Miranda, J., Constituiao e cidadania, Lisboa, Coimbra Editora, 2003, p. 190.73 Acua, J.M., Contribuciones de la jurisdiccin constitucional para la eficacia jurdica de los derechos socia-

    les en la experiencia comparada, op. cit., nota 67, p. 26 ss.74 Ibid., p. 43.75 Vase Brewer-Caras, A. R., Estudio sobre la reforma constitucional de 2007, op. cit., nota 48; Nohlen, D. y

    Nohlen, N., El sistema electoral alemn y el Tribunal Constitucional Federal. La igualdad electoral a deba-te con una mirada a Venezuela, op. cit., nota 40.

    76 Lazarte, J., Bolivia. Nueva constelacin de poder y gobernabilidad, La Paz, mimeo, 2006.77 Orozco Henrquez, J.J., La Suprema Corte de Justicia de la Nacin a partir de 1995 y el nuevo orden cons-

    titucional, Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional 10, 2006, p. 290.78 Vase Fix-Zamudio, H., La Suprema Corte como tribunal constitucional Las nuevas bases constitucionales y

    legales del sistema judicial mexicano. La reforma judicial de 1986, Mxico, Editorial Porra, 1987, pp. 345-390.

  • VIII. Consideraciones finales

    Al principio del artculo nos hemos preguntado si es posible medir el efecto que ejerce lajurisdiccin constitucional sobre la consolidacin de la democracia. El proceso argumen-tativo que hemos recorrido para llegar a una suerte de respuesta ha consistido en apuntarprimero que la consolidacin de la democracia depende de muchos otros factores, cadauno de mayor impacto en comparacin con nuestra variable jurdico-constitucional; se-gundo, que el efecto que queremos medir depende del tipo de democracia as como delaspecto de la consolidacin que tenemos en mente. Aplicando el enfoque funcionalista, elque hace referencia sobre la interaccin de las instituciones en el sistema poltico, hemosindagado ms estas dependencias que determinan en mayor o menor el grado la actuaciny efectividad de los tribunales constitucionales, considerando algunos prerrequisitos irre-nunciables y condiciones favorables para que la jurisdiccin constitucional pueda cumplircon sus funciones.

    En trminos metodolgicos, podemos afirmar que existe una intensa relacin recpro-ca entre democracia y jurisdiccin constitucional. Es la primera generalizacin que se haimpuesto a lo largo de nuestras consideraciones. Otras se refieren a resultados de conteni-do. A nivel muy general podemos constatar que el sistema poltico en el que la jurisdic-cin constitucional puede alcanzar efectos reales sobre el futuro de la democracia es lademocracia constitucional representativa. Este resultado parece de alguna manera trivial.Sin embargo, permite concluir que las tendencias recientes de priorizar la participacindirecta de los ciudadanos en la toma de decisiones e incluso de sustituir la democraciarepresentativa por la democracia participativa, corre en contra de la constitucionalidad delorden poltico y as va en detrimento de la funcin de su proteccin por parte de los tri-bunales constitucionales. No hay que equivocarse, el discurso participacionista incluye ensu pensar antisistema no slo las instituciones polticas representativas sino tambin lasjudiciales que se perciben como dependientes de ellas.

    Otro resultado consiste en que la autoridad de los tribunales constitucionales dependede la autoridad de la constitucin. Esta tesis, nuevamente, suena trivial. Sin embargo,constituye un fuerte antecedente terico para dudar acerca de la conveniencia de cambiarcontinuamente la Constitucin. La continuidad de la Constitucin es en s misma un altovalor. Sin ella, sera adems difcil pensar que se pudiera desarrollar una cultura constitu-cional que segn ciertos constitucionalistas sera el mayor aporte a la constitucionalidad dela vida pblica. En nuestras reflexiones sobre la adaptacin de las constituciones a los cam-bios que se dan en la sociedad, necesaria para su supervivencia, hemos concluido que lasreformas constitucionales tendran que ser cuidadosas y bien pensadas. Por otra parte,hemos llamado la atencin a no subestimar la capacidad de los tribunales constitucionales

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    cedimiento para eleccin de un gobernador interino, en caso de falta absoluta del gober-nador dentro de los primeros dos aos de su cargo, y el procedimiento que se seguiraentonces para la eleccin extraordinaria para un nuevo gobernador. Respecto de lo prime-ro, la Corte desestim la accin de inconstitucionalidad por no reunir los ocho votos nece-sarios para conformar la mayora calificada; respecto de lo segundo, s declar la invalidezde las normas que establecan un periodo de tiempo considerado muy breve para la reali-zacin de las elecciones extraordinarias.

    Por su parte, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin (TEPJF), hatomado decisiones: (a) respecto a las candidaturas independientes, reconocindoles validezconstitucional aunque las leyes electorales ordinarias omiten regular este aspecto, (b) res-pecto a usos y costumbres en trminos de admitir que los comicios se llevan a cabo porusos, costumbres o derecho comunitario, siempre que estos no sean incompatibles con losderechos fundamentales establecidos en la Constitucin o instrumentos internacionalessuscritos y ratificados por Mxico; (c) respecto a la designacin de los integrantes del rga-no de direccin de los procesos electorales, por mayora calificada de la respectiva asamblealegislativa, para evitar que un solo partido poltico tome la decisin (como ocurri enYucatn en 2000/2001); (d) respecto a la financiacin de los partidos polticos. El Tribunaldecidi que el Instituto Federal Electoral (IFE) s tiene atribuciones para acceder a la con-formacin bancaria, fiduciaria y fiscal para funciones de control, vigilancia y sancin delorigen de los recursos que reciben los partidos polticos.79 Sin embargo, a pesar de toda estaenorme labor para procurar confiabilidad judicial que deba generar seguridad y certezajurdica, no ha sido posible que las ltimas elecciones generales en Mxico quedaran fuerade cualquier duda y protesta. La reforma electoral aprobada en septiembre de 2007 porambas cmaras y posteriormente por la mayora de las legislaturas de las entidades federa-tivas, ampliando nuevamente el mbito de control constitucional en materia electoral, serun nuevo intento para superar realidades adversas a la consolidacin a travs del derecho.Sin duda, es este el camino que corresponde ms, acorde con el concepto europeo, articu-lado por la Comisin de Venecia del Consejo Europeo, cuyo lema es: democratizacin porel derecho.

    Es bien conocida la frase de Max Weber sobre la esencia de la poltica prctica, quecompara con la perforacin de tablones gruesos (Bohren dicker Bretter). Hacer justicia, ha-cer respetar la constitucin, apoyar a la consolidacin de la democracia a travs de losmedios que son los pertinentes al quehacer jurisdiccional, es frente a los retos de la polti-ca, de las demandas econmicas y sociales de la gente y de la cultura poltica de la elite, unproceso duro y paciente comparable al atribuido a la profesin poltica.

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