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La reforma laboral impuesta por el Gobierno del PP, con el beneplácito y apoyo parlamentario de UPN, es un auténtico misil contra la Negociación Colectiva y contra los propios sindicatos, a los que se pretende arrinconar, para que no puedan ejercer la función constitucional de “defender y promover los intereses económicos y sociales que les son propios”. Pero no hay misil que no pueda ser desactivado, y el principal instrumento de defensa de las condiciones laborales que tenemos los trabajadores es la Negociación Colectiva articulada, tal y como la concibe la UGT. La derecha política y económica pretende acabar con la Negociación Colectiva porque sabe que es el principal obstáculo para arrebatar los derechos de los trabajadores e imponer su modelo neo- liberal. En este sentido, el objetivo de la reforma laboral es desequilibrar las relaciones laborales, dando prácticamente todo el poder a los empresa- rios y debilitando a los trabajadores, para que aquellos puedan imponer las condiciones más beneficiosas para sus intereses particulares, sin mayores impedimentos. Y como el principal obstáculo para que impere el “ordeno y mando” empresarial en una sociedad democrática y regida por el Derecho es la obliga- toriedad de negociar las condiciones laborales con los sindicatos que representan a los trabajadores, a través de la Negociación Colectiva, la reforma laboral viene a alterar esta premisa, para tratar de devolvernos a una situación más propia de la Dictadura. Por tanto, la reforma laboral es un ataque a la concepción democrática de las relaciones laborales. Porque no hay sociedad avanzada que haya conseguido estándares de calidad de vida elevados sin acuerdos económicos y sociales, prescindiendo de los trabajadores y sus sindica- tos, y, menos aún, destruyendo los instrumentos de consenso. Para la UGT, la Negociación Colectiva es un instrumento de redistribución de la riqueza. Por eso hay que defenderla con uñas y dientes. Porque la pretensión del Gobierno de Rajoy con la reforma laboral, impuesta con la excusa de la crisis, es abaratar salarios, destruir el empleo digno y terminar con los derechos conquistados durante décadas por los trabajadores. Y esta defensa de los derechos e intereses de los trabajadores se realiza manteniendo la Nego- ciación Colectiva articulada, empezando por un Convenio Estatal, que sea una garantía de condiciones mínimas para todo el sector; pasando por el Convenio Sectorial Provincial o Autonómico, que mejore y adapte esas condiciones a la realidad de cada territorio, y, concluyendo, allí donde la correlación de fuerzas lo permita y sea posible avanzar más, en un Convenio de Empresa. La UGT no excluye ningún ámbito de negociación, pero reducirla al Convenio de Empresa, como pretenden la reforma laboral, la patronal más reaccionaria y el sindicato nacionalista ELA, cuando más del 90% de las empresas de este país y de Navarra son pymes, muchas de ellas sin representación sindical ni posibilidad de elegirla por no contar con número suficiente de trabajadores, y sin capacidad alguna de nego- ciación, significa condenar al desamparo y la indefensión, y dejar en manos de la voluntad caprichosa de los empresarios a millones de trabajadores. Y la UGT no lo va a hacer. La UGT defiende la Negociación Colectiva articulada frente a la agresión de la reforma laboral Y para que los paladines del Convenio de Empresa vayan tomando nota, entre los convenios de empresa que ha firmado la UGT, como TRW, Nissan, Cementos Portland, etc., ahí está el reciente Convenio de Volkswagen Navarra, cuya negociación ha liderado la UGT, en la mayor y mejor empresa de Navarra desde el punto de vista económico, tecnológico, social y laboral, y en la que ELA ni siquiera tiene representación. El Convenio de Volkswagen es todo un ejemplo de remate de la negociación articulada que desarrolla la UGT. Un convenio que, en este caso sí, cierra la puerta a la reforma laboral; que garan- tiza el poder adquisitivo de los trabajadores durante cinco años, recuperando el IPC como referencia; que compromete impor- tantes inversiones; que blinda el empleo descartando los despidos durante su vigencia; que posibilita flexibilidad a la empresa, si es necesaria para atender aumentos de producción, a cambio de importantes contraprestaciones; y que introduce mejoras sociales y de condiciones de trabajo, posibilitando procesos de rejuvenecimiento de la plantilla, mediante prejubila- ciones e incorporando coeficientes reductores que posibiliten la salida anticipada a través de bajas voluntarias, lo que constituye una medida pionera en el sector. Esto sí es un Convenio de Empresa, amparado además por un Convenio Sectorial que apunta en la misma dirección: frente a la arbitrariedad y a la imposición empresarial, la negociación y el acuerdo como fórmulas idóneas para abordar los problemas y dar soluciones. Volkswagen Navarra: un Convenio de Empresa ejemplar Desde el Convenio Estatal de mínimos, pasando por el Convenio Sectorial Provincial, hasta el Convenio de Empresa, donde sea posible Boletín informativo de la UGT de Navarra / Noviembre 2013 Boletín informativo de la UGT de Navarra / Noviembre 2013 Reducir la Negociación Colectiva al Convenio de Empresa, como pretenden la reforma laboral, la patronal más reaccionaria y el sindicato nacionalista ELA, significa condenar al desamparo y la indefensión a millones de trabajadores y dejarles en manos de la voluntad caprichosa de los empresarios. Cierra la puerta a la reforma laboral, garantiza el poder adquisitivo, compromete importantes inversiones y blinda el empleo descartando los despidos. Para evitar descuelgues generalizados, el convenio recoge fórmulas de flexibilidad negociadas, con límites estrictos, a cambio de garantías de empleo. disminución persistente de ingresos ordinarios o ventas (tres trimestres consecutivos respecto al mismo periodo del año anterior, dice la reforma laboral), para poder recurrir al despido colectivo. 2. Da prioridad aplicativa al Convenio de Empresa respecto a los convenios sectoriales de ámbito superior (provincial, autonómico o estatal) en materias como retribuciones, tiempo de trabajo, clasificación profesional, contratación y conciliación de la vida laboral y familiar. 3. Limita la vigencia de los convenios (la llamada ultraactivi- dad) a un año a partir de la fecha en que se haya producido la denuncia, salvo pacto en contrario recogido en el propio conve- nio. Pero una cosa es la voluntad con la que el Gobierno y buena parte de la patronal plantearon la reforma y otra muy distinta que consigan sus objetivos. La UGT habla menos que ELA (sobre todo insulta menos), pero hace mucho más. Y el mejor ejemplo de que un Convenio Secto- rial puede convertirse en un auténtico dique frente a la reforma laboral es el Convenio del Metal de Navarra, el principal conve- nio de nuestra Comunidad. Partiendo de la base de que la combinación de crisis económica y reforma laboral podía provocar un ajuste bestial de empleo en el sector, la UGT se planteó un convenio que evitase las tres líneas de agresión de la reforma. Para evitar descuelgues generalizados en empresas con proble- mas de competitividad, el convenio recoge fórmulas de flexibili- dad negociadas, con límites estrictos y a cambio de garantías de empleo. El convenio permite aumentos de jornada, que es una materia reservada al ámbito de negociación sectorial, por exigencias de competitividad, pero los vincula a planes industriales y a mantenimiento del empleo, y sin que ello signifique devaluación salarial. El convenio no permite flexibilidad si no hay unos niveles de estabilidad en el empleo, si no es para traer inversiones y producto, y si no hay acuerdo. Y además, obliga a volver a la jornada establecida por el convenio al finalizar su vigencia. Esta fórmula ha posibilitado a la UGT firmar convenios de empresa o acuerdos en Nissan, TRW, Sapa (antigua Alcoa), Faurecia y en las principales industrias de automoción. El convenio recupera también, por acuerdo entre las partes, la tutela judicial, figura que ha eliminado la reforma laboral. De esta forma, las empresas, en todos los procesos de modificación de condiciones de trabajo, inaplicación salarial del convenio o expedientes de regulación de empleo, tanto de extinción como de suspensión, deben demostrar que las medidas propuestas son justificadas, necesarias y proporcionales. En ningún caso se pueden imponer unilateralmente y sin negociación, y en caso de que no se respete el convenio, la parte social podrá reclamar ante el juzgado. Finalmente, el convenio incorpora garantías de ultraactividad durante dos años más allá de la finalización de su vigencia y un tercer año por acuerdo entre las partes.

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La reforma laboral impuesta por el Gobierno del PP, con el beneplácito y apoyo parlamentario de UPN, es un auténtico misil contra la Negociación Colectiva y contra los propios sindicatos, a los que se pretende arrinconar, para que no puedan ejercer la función constitucional de “defender y promover los intereses económicos y sociales que les son propios”. Pero no hay misil que no pueda ser desactivado, y el principal instrumento de defensa de las condiciones laborales que tenemos los trabajadores es la Negociación Colectiva articulada, tal y como la concibe la UGT.La derecha política y económica pretende acabar con la Negociación Colectiva porque sabe que es el principal obstáculo para arrebatar los derechos de los trabajadores e imponer su modelo neo- liberal. En este sentido, el objetivo de la reforma laboral es desequilibrar las relaciones laborales, dando prácticamente todo el poder a los empresa-rios y debilitando a los trabajadores, para que aquellos puedan imponer las condiciones más beneficiosas para sus intereses particulares, sin mayores impedimentos.Y como el principal obstáculo para que impere el “ordeno y mando” empresarial en una sociedad democrática y regida por el Derecho es la obliga-toriedad de negociar las condiciones laborales con los sindicatos que representan a los trabajadores, a través de la Negociación Colectiva, la reforma laboral viene a alterar esta premisa, para tratar de devolvernos a una situación más propia de la Dictadura. Por tanto, la reforma laboral es un ataque a la concepción democrática de las relaciones laborales. Porque no hay sociedad avanzada que haya conseguido estándares de calidad de vida

elevados sin acuerdos económicos y sociales, prescindiendo de los trabajadores y sus sindica-tos, y, menos aún, destruyendo los instrumentos de consenso.Para la UGT, la Negociación Colectiva es un instrumento de redistribución de la riqueza. Por eso hay que defenderla con uñas y dientes. Porque la pretensión del Gobierno de Rajoy con la reforma laboral, impuesta con la excusa de la crisis, es abaratar salarios, destruir el empleo digno y terminar con los derechos conquistados durante décadas por los trabajadores.Y esta defensa de los derechos e intereses de los trabajadores se realiza manteniendo la Nego-ciación Colectiva articulada, empezando por un Convenio Estatal, que sea una garantía de condiciones mínimas para todo el sector; pasando por el Convenio Sectorial Provincial o Autonómico, que mejore y adapte esas condiciones a la realidad de cada territorio, y, concluyendo, allí donde la correlación de fuerzas lo permita y sea posible avanzar más, en un Convenio de Empresa.La UGT no excluye ningún ámbito de negociación, pero reducirla al Convenio de Empresa, como pretenden la reforma laboral, la patronal más reaccionaria y el sindicato nacionalista ELA, cuando más del 90% de las empresas de este país y de Navarra son pymes, muchas de ellas sin representación sindical ni posibilidad de elegirla por no contar con número suficiente de trabajadores, y sin capacidad alguna de nego-ciación, significa condenar al desamparo y la indefensión, y dejar en manos de la voluntad caprichosa de los empresarios a millones de trabajadores. Y la UGT no lo va a hacer.

La UGT defiende la Negociación Colectiva articulada frente a la agresión de la reforma laboral

Y para que los paladines del Convenio de Empresa vayan tomando nota, entre los convenios de empresa que ha firmado la UGT, como TRW, Nissan, Cementos Portland, etc., ahí está el reciente Convenio de Volkswagen Navarra, cuya negociación ha liderado la UGT, en la mayor y mejor empresa de Navarra desde el punto de vista económico, tecnológico, social y laboral, y en la que ELA ni siquiera tiene representación.

El Convenio de Volkswagen es todo un ejemplo de remate de la negociación articulada que desarrolla la UGT. Un convenio que, en este caso sí, cierra la puerta a la reforma laboral; que garan-tiza el poder adquisitivo de los trabajadores durante cinco años, recuperando el IPC como referencia; que compromete impor-tantes inversiones; que blinda el empleo descartando los despidos durante su vigencia; que posibilita flexibilidad a la empresa, si es necesaria para atender aumentos de producción, a cambio de importantes contraprestaciones; y que introduce mejoras sociales y de condiciones de trabajo, posibilitando procesos de rejuvenecimiento de la plantilla, mediante prejubila-ciones e incorporando coeficientes reductores que posibiliten la salida anticipada a través de bajas voluntarias, lo que constituye una medida pionera en el sector.Esto sí es un Convenio de Empresa, amparado además por un Convenio Sectorial que apunta en la misma dirección: frente a la arbitrariedad y a la imposición empresarial, la negociación y el acuerdo como fórmulas idóneas para abordar los problemas y dar soluciones.

Volkswagen Navarra: un Convenio de Empresa ejemplar

Desde el Convenio Estatal de mínimos, pasando por el Convenio Sectorial Provincial, hasta el Convenio de Empresa, donde sea posible

Boletín informativo de la UGT de Navarra / Noviembre 2013

Boletín informativo de la UGT de Navarra / Noviembre 2013

Reducir la Negociación Colectiva al Convenio de Empresa, como pretenden la reforma laboral, la patronal más reaccionaria y el sindicato nacionalista ELA, significa condenar al desamparo y la indefensión a millones de trabajadores y dejarles en manos de la voluntad caprichosa de los empresarios.

Cierra la puerta a la reforma laboral, garantiza el poder adquisitivo, compromete importantes inversiones y blinda el empleo descartando los despidos.

Para evitar descuelgues generalizados, el convenio recoge fórmulas de flexibilidad negociadas, con límites estrictos, a cambio de garantías de empleo.

disminución persistente de ingresos ordinarios o ventas (tres trimestres consecutivos respecto al mismo periodo del año anterior, dice la reforma laboral), para poder recurrir al despido colectivo.2. Da prioridad aplicativa al Convenio de Empresa respecto a los convenios sectoriales de ámbito superior (provincial, autonómico o estatal) en materias como retribuciones, tiempo de trabajo, clasificación profesional, contratación y conciliación de la vida laboral y familiar.3. Limita la vigencia de los convenios (la llamada ultraactivi-dad) a un año a partir de la fecha en que se haya producido la denuncia, salvo pacto en contrario recogido en el propio conve-nio.Pero una cosa es la voluntad con la que el Gobierno y buena parte de la patronal plantearon la reforma y otra muy distinta que consigan sus objetivos.La UGT habla menos que ELA (sobre todo insulta menos), pero hace mucho más. Y el mejor ejemplo de que un Convenio Secto-rial puede convertirse en un auténtico dique frente a la reforma laboral es el Convenio del Metal de Navarra, el principal conve-nio de nuestra Comunidad.Partiendo de la base de que la combinación de crisis económica y reforma laboral podía provocar un ajuste bestial de empleo en el sector, la UGT se planteó un convenio que evitase las tres líneas de agresión de la reforma.Para evitar descuelgues generalizados en empresas con proble-mas de competitividad, el convenio recoge fórmulas de flexibili-dad negociadas, con límites estrictos y a cambio de garantías de empleo.El convenio permite aumentos de jornada, que es una materia reservada al ámbito de negociación sectorial, por exigencias de competitividad, pero los vincula a planes industriales y a mantenimiento del empleo, y sin que ello signifique devaluación salarial. El convenio no permite flexibilidad si no hay unos niveles de estabilidad en el empleo, si no es para traer inversiones y producto, y si no hay acuerdo. Y además, obliga a volver a la jornada establecida por el convenio al finalizar su vigencia.Esta fórmula ha posibilitado a la UGT firmar convenios de empresa o acuerdos en Nissan, TRW, Sapa (antigua Alcoa), Faurecia y en las principales industrias de automoción.El convenio recupera también, por acuerdo entre las partes, la tutela judicial, figura que ha eliminado la reforma laboral. De esta forma, las empresas, en todos los procesos de modificación de condiciones de trabajo, inaplicación salarial del convenio o expedientes de regulación de empleo, tanto de extinción como de suspensión, deben demostrar que las medidas propuestas son justificadas, necesarias y proporcionales. En ningún caso se pueden imponer unilateralmente y sin negociación, y en caso de que no se respete el convenio, la parte social podrá reclamar ante el juzgado.Finalmente, el convenio incorpora garantías de ultraactividad durante dos años más allá de la finalización de su vigencia y un tercer año por acuerdo entre las partes.

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La semana del 21 al 27 de octubre, ELA desplegó una campaña propagandística a favor de la negociación de Convenios de Empresa, con el mensaje de que “lo único que puede parar la reforma laboral es un buen Convenio de Empresa”.Como, a diferencia de lo que defiende la UGT, para ELA, el Convenio de Empresa y el Convenio Sectorial son realidades excluyentes, el sindicato nacionalista contrapone lo que en su opinión son avances para los trabajadores cuando ellos firman convenios, exclusi-vamente de empresa, y lo que son retrocesos cuando la UGT firma convenios sectoriales y de empresa.Para justificar su “descuelgue” de los convenios sectoriales, ELA tiene el morro de afirmar lo siguiente: “En los acuerdos no firmados por ELA, la congelación y la moderación salarial están a la orden del día; incluso hay varios convenios en los que no se llega a pactar subidas salariales, diciendo que se negociarán más adelante (…)”. Esto, dicho así, de forma genérica, es falso y lo sabe ELA, pero debería sonrojarles cuando se constata lo que ellos están haciendo en muchas empresas, bajo el eslogan propagandístico ‘Ejemplos de luchas que logran doblegar la reforma laboral’.En Navarra y como exitoso balance de su lucha contra la reforma a través del Convenio de Empresa, ELA alardeaba recientemente de haber alcanzado acuerdos en 8 empresas, que apenas afectan a 300 trabajadores. En alguno de ellos, como la empresa papelera de Villava, Newark, tras seis días de huelga, el único compromiso fue negociar un convenio de empresa. El convenio se negoció finalmente para 2012 y 2013, y ELA firmó la conge-lación salarial para ambos años. En otros también ha

firmado la congelación salarial, como en Suministros Uribo, Funvera y Ademobel. Y éstos son los que denuncian que los demás firmamos moderación salarial.Así que vamos a desenmascarar el cuento chino de ELA. Porque los de ELA han hecho cosas bastante peores. ● Hormigones Puente la ReinaY si no, que se lo pregunten a los 5 trabajadores de Hormigones Puente la Reina, a los que ELA mantuvo un año en huelga indefinida, luchando por un convenio de empresa para evitar una rebaja salarial. El resultado fue que no se consiguió el convenio de empresa y que los 5 trabajadores acabaron despedi-dos.● Lázaro EcheverríaOtro ejemplo de nefasta gestión de un conflicto ha sido lo ocurrido en la empresa Lázaro Echeverría, de Alsasua. Sus 25 trabajadores se pegaron más de seis meses en huelga para evitar 6 despidos y lograr un convenio de empresa. El resultado no pudo ser más desolador: no se logró evitar ni un solo despido, no se consiguió el convenio de empresa y ELA firmó una reducción salarial. Eso sí, ELA todavía tuvo el valor de afirmar: “El no haber conseguido nuestro mayor objetivo no es un obstáculo para poner en valor la lucha y la pelea que han llevado a cabo los trabajadores, que ha posibilitado ponerle freno al chantaje que planteaba la empresa”. En fin, más vale que le han puesto freno.● Club de Golf de GorraizTampoco creemos que se puedan echar las campanas al vuelo en el conflicto del Club de Golf de

Gorraiz, en este caso con una representación integrada por 2 delegados de LAB y 1 de ELA, donde tras 52 días de huelga para exigir la readmisión de 3 trabajadoras despedidas y mejorar el convenio de empresa, lo único que se ha logrado es mantener las condiciones del anterior convenio y pactar la ultraac-tividad del convenio hasta el año 2017. Ni readmisión de las despedidas, ni incremento salarial ni mejora de condiciones laborales.● Zona Azul de TudelaY para qué hablar de la huelga que mantuvieron durante dos años 4 empleados de la Zona Azul de Tudela, dirigidos y subvencionados económicamente con la caja de resistencia de ELA, y que acabó sin un solo logro laboral y con el anuncio de un despido. Las declaraciones públicas de los propios trabajadores afiliados a ELA lo dicen todo: “Nos sentimos engaña-dos y vendidos por ELA”. “El único interés que tenía ELA con esta huelga era arremeter contra el Ayuntamiento y hacer propaganda”.● Deportes IrabiaY la guinda del pastel es el acuerdo firmado por ELA y LAB en Deportes Irabia, principal empresa del sector de Comercio Vario, que el sindicato nacio-nalista ha abandonado a su suerte. Pues bien, la apuesta de ELA en esta empresa, frente al convenio sectorial, ha consistido en firmar una reducción salarial del 30% para los años 2013 y 2014, y establecer un sistema de retribución variable con la finalidad de estimular las ventas, manteniendo, eso sí, las mejoras que la plantilla tenía por encima del convenio sectorial. ¡Jódete y baila! que dice el refrán popular.● Amma Betelu y Amma IbañetaHemos puesto sólo cinco ejemplos de cómo ELA dice “doblegar” la reforma laboral en las empresas. Podríamos hablar también de las trabajadoras de Amma Betelu y Amma Ibañeta, únicas residencias del Grupo Amma en las que ELA mantiene la mayoría, después de que la UGT se la arrebatase en el resto de centros y lograra firmar un convenio, lo que no había conseguido ELA con su mayoría sindical en cuatro años. Pues bien, las trabajadoras de estas dos residencias han quedado fuera del convenio de empresa firmado por la UGT, sin que ELA haya podido impedir que se les aplique el convenio nacional, lo que significa rebajas salariales de entre el 8% y el 19%, según categoría, y un aumento de jornada de 93 horas anuales. Hay más, pero para qué seguir con las “lecciones” de sindicalismo que nos da ELA.

El objetivo de la reforma laboral de debilitar la Negociación Colectiva y, a través de ella, al propio movimiento sindical, tiene tres ejes fundamentales: posibilitar al máximo los descuelgues del Convenio Sectorial por parte de las empresas, dar prioridad aplicativa al Convenio de Empresa respecto a los de ámbito superior y limitar la ultraactividad de los convenios cuya vigencia ha vencido a un año como máximo, de no recoger el propio convenio un pacto en contrario.Este claro atentado a la Negociación Colectiva sectorial, que es el único paraguas bajo el que pueden protegerse a la mayor parte de los trabajadores de las pymes, cuenta con un aliado en el campo sindical: ELA.La estrategia del sindicato nacionalista ELA, ya antes de la reforma laboral y reforzada después de su imposición, propugna reducir la negociación colectiva al ámbito de las empresas y a aquellas empresas en la que dicho sindicato tiene una afiliación sólida. ELA nunca ha buscado dar cobertura y defender con los convenios a la mayor parte de los trabajadores, sino reforzarse como organización, negociando exclusivamente para sus afiliados. Así que su coincidencia con la reforma laboral en materia de Negociación Colectiva es notable.El problema es que esta estrategia no tiene en cuenta la realidad de nuestro tejido productivo, que, como es conocido, está compuesto en más del 90% por pymes. Y lo que demuestra ELA con su estrategia es que le importan un bledo los derechos de los trabajadores, si no le reportan beneficios sindicales.Cuando su máximo dirigente Adolfo Muñoz dice que no han abandonado los convenios sectoriales, miente como un bellaco. En el ámbito de Euskadi, donde ELA es el sindicato mayoritario, Álava sólo cuenta con 6 convenios sectoriales en vigor de los 21 que se negocian en ese territorio, en Guipúzcoa están vigentes 9 de 48 convenios y en Vizcaya solamente 6 de 48 convenios sectoriales.En Navarra, sólo hay tres convenios sectoriales que no están vigentes ni cuentan con garantías de ultraactividad: el Convenio de Ikastolas de Navarra, único con mayoría nacionalista en el sector de Enseñanza, y en el sector de Comercio, los de Comercio Vario y Comercio Mayorista de Productos Químicos, también los únicos en los que ELA tiene mayoría y que curiosamente ni tienen acuerdo de renovación ni han pactado su ultraactividad. Afortunadamente, la UGT, combinando presión y negociación, ha logrado renovar en Navarra 15 convenios en todos los sectores, que dan cobertura a 74.435 trabajadores, y garantizar la ultraac-tividad, a la espera de alcanzar acuerdos, en otros 17 convenios, que afectan a 32.550 trabajadores. Porque una cosa es predicar y otra dar trigo.En definitiva, que la reforma laboral no sólo ha intentado dinami-tar la Negociación Colectiva sectorial, de momento sin éxito, sino que cuenta con un aliado en el seno del movimiento sindical, que funciona a modo de cuña, y que se llama ELA.

La reforma laboral y ELA, dos buenos aliados

El Convenio Sectorial como dique frente a la reforma

El cuento chino de ELA: los convenios de empresa

ELA propugna reducir la Negociación Colectiva al ámbito de las empresas y a aquellas empresas en las que tiene una afiliación sólida.

La combinación de crisis y reforma laboral provocaría un ajuste bestial de empleo en el sector del Metal y la UGT se planteó un Convenio que lo evitase.

ELA alardeaba recientemente de haber alcanzado acuerdos en 8 empresas, que apenas afectan a 300 trabajadores. En alguno de ellos, como la empresa papelera de Villava, Newark, tras seis días de

huelga, el único compromiso fue negociar un convenio de empresa. El convenio se negoció finalmente para 2012 y 2013, y ELA firmó la congelación salarial para ambos años.

Como podemos ver, el discurso antirreforma laboral de ELA no va mucho más allá de la propaganda. Tras la semana de “movili-zación” a favor del Convenio de Empresa, ha distribuido un panfleto en la que nos acusa a UGT y CCOO de colaborar con la patronal en la aplicación de la reforma laboral en Navarra.ELA vuelve a desacreditar los convenios sectoriales asegurando que “no sirven para neutralizar la reforma laboral”, que los convenios que se han firmado “son peores que los anteriores” y que “pueden ser incumplidos por las empresas al día siguiente de la firma”. Y lo dicen convencidos, porque, al menos en Navarra, a base de no negociar ni firmar nunca, se les ha olvidado qué es un convenio sectorial, y los pocos convenios sectoriales que firman en Euskadi, como los de gasolineras de

Guipúzcoa y Vizcaya, no aportan ni una sola garantía más que los que firma la UGT.Pero ELA solo es capaz de citar ocho empresas, que apenas suman 300 trabajadores, y con la boca pequeña, ya que no puede alardear de nada, porque no ha logrado nada. Bueno sí, colaborar con sus acciones al cierre de más de una empresa y arruinar a muchos trabajadores.La UGT es plenamente consciente de que uno de los objetivos de la reforma laboral es cargarse los Convenios Sectoriales. Pero de ahí, a que lo permitamos, hay un trecho importante.La reforma laboral ataca los Convenios Sectoriales en tres direcciones:1. Rebaja la fuerza vinculante del Convenio Sectorial, posibilitando que el empresario se descuelgue de la aplicación en la empresa. Alegando causas económicas, técnicas, organiza-tivas o de producción, puede modificar la jornada, el horario, el trabajo a turnos, los salarios y las funciones. Basta una