VOLUMEN XXV (2013) · 2015-06-24 · H.), Legajo 11052/2; Libro de Actas. Las siguientes citas de actas de sesiones son del mismo legajo, salvo que se indique lo contrario. al sur

VOLUMEN XXV(2013)

ISSN: 0214‑2473

Institución de Estudios ComplutensesAlcalá de Henares

Anales Complutenses XXV ‑ 2013

Dirección / EditorsEsther SÁNCHEZ MEDINA (Universidad de Alcalá ‑ IEECC)

Secretaría / Assitant EditorLidia FERNÁNDEZ FONFRÍA (Universidad de Salamanca ‑ Université Abdelmalek Essaadi)

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Edita:Institución de Estudios ComplutensesPALACIO LAREDOPaseo de la Estación, 1028807 ‑ Alcalá de Henares (Madrid)Teléfono: 918802883 ‑ 918802454Correo electrónico: [email protected]

Anales Complutenses es una revista anual, editada por la Institución de Estudios Complutenses, que tienecomo objetivo publicar artículos originales y recensiones con una cobertura temática amplia, aunqueespecialmente centrada en aspectos de la Historia de Alcalá de Henares y su entorno. Fue fundada en1987 y, desde 2008, está bajo la dirección de Esther Sánchez Medina. Está abierta a todos los investiga‑dores que deseen utilizar sus páginas para dar a conocer sus trabajos y estudios. Los artículos recibidosson examinados tanto por el Consejo Editorial como por el Comité Científico, los cuales deciden sobre elinterés de su publicación. Los autores deben ajustarse estrictamente en la presentación de sus trabajosa las normas de presentación incluidas al final de este volumen.Las opiniones y hechos consignados en los artículos son responsabilidad exclusiva de los autores. LaIEECC no se hace responsable, en ningún caso, de la credibilidad, veracidad, autenticidad y originalidadde los trabajos.Reservados todos los derechos: ni la totalidad ni parte de esta Revista puede reproducirse o transmitirsepor ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación y sistema de recupe‑ración, sin permiso. Cualquier acto de explotación de sus contenidos precisará la oportuna autorización.

Imprime: Solana e Hijos Artes Gráficas, S.A.U.ISSN: 0214‑2473D.L.: M‑22933‑1987

ÍNDICE

PresentaciónVALLE MARTÍN, José Luis 7‑8

Todo es edadSÁNCHEZ MEDINA, Esther 9‑11

ESTUDIOS

San Francisco de Asís en éxtasis: obra de Juan Alonso de Villabrilley Ron del Colegio‑Convento de los Capuchinos de Alcalá deHenaresCANO SANZ, Pablo 15‑57

La Guerra de Sucesión española en Alcalá de Henares hacia 1706GARCÍA PUENTE, Roberto 59‑85

La vida intramuros en el Colegio Complutense de los jesuitasentre 1543 y 1633LÓPEZ PEGO, Carlos 87‑120

El parque del general O’Donnell en Alcalá de Henares. Crónica desu nacimiento, desarrollo y situación actualRUBIO FERNÁNDEZ, Javier 121‑155

Legislación ordenancista municipal de Alcalá de Henares al finaldel Antiguo RégimenSÁNCHEZ MOLTO, M. Vicente 157‑208

La Defensa de Arganda contra inundaciones. Una obra deingenería olvidadaDE LA TORRE BRICEÑO, Jesús Antonio 209‑236

5

Relaciones institucionales entre el Colegio Mayor de SanIldefonso de la Universidad de Alcalá y las autoridadeseclesiásticas del arzobispado de Toledo: Tensiones y conflictos enla Edad ModernaGUTIÉRREZ TORRECILLA, Luis Miguel 237‑280

FONDOS BIBLIOGRÁFICOS Y DOCUMENTALES

Anecdotario epistolar de una vecina de Alcalá (1690‑1708)BARBEITO CARNEIRO, Isabel 283‑315

Los foráneos recuperan a Cervantes para AlcaláBARROS CAMPOS, José 317‑339

ACTIVIDAD INSTITUCIONAL

Memoria de Actividades 343‑356

NORMAS GENERALES PARA COLABORADORES 357‑363

6

EL PARQUE DEL GENERAL O’DONNELL EN ALCALÁ DE HENARES. CRÓNICA DE SU NACIMIENTO, DESARROLLO Y

SITUACIÓN ACTUAL

Javier RUBIO FERNÁNDEZInstitución de Estudios Complutenses

[email protected]

RESUMEN

Como expresión de las ideas reformadoras sobre urbanismo y espacios públicos,tan extendidas durante el siglo XIX, Alcalá tuvo su primer parque municipal,lugar de paseo y ocio. Al mismo tiempo, con él se rendía homenaje a uno de losbenefactores de la ciudad, don Leopoldo O’Donnell. Nos detenemosespecialmente en su creación y primeros pasos, sus artífices y situación. También,llamamos la atención sobre los peligros que hoy día lo amenazan.

Palabras claves: Parque Municipal, General Leopoldo O’Donnell, Francisco Rajasy Gómez, Martín Pastells, Félix Huerta y Huerta, Ronda Fiscal, zonas verdes.

RÉSUMÉ

Comme expression des idées réformatrices sur urbanisme et des espacespublics, si étendues durant le XIXe siècle, Alcalá a eu son premier parcmunicipal, lieu de promenade et des loisirs. Avec lui il rendait un hommageà un bienfaiteur de la ville, Leopoldo O’Donnell. Nous nous arrêtonsspécialement dans sa création et ses premières étapes, ses artisans etsituation. Aussi, nous attirons l’attention aux dangers qui de nos jours lemenacent.

Mots clés: Parc Municipal, General Leopoldo O’Donnell, Francisco Rajas yGómez, Martín Pastells, Félix Huerta y Huerta, Ronda Fiscal, espaces verts.

Anales Complutenses, XXV, 2013, pp. 121‑155ISSN: 0214‑2473

Fecha de recepción: 29 de mayo de 2013Fecha de aceptación: 11 de julio de 2013

En los primeros meses de 2013, ha saltado nuevamente a laactualidad el espacio verde municipal más antiguo y entrañable de laciudad, el Parque O’Donnell, popularmente conocido también como«parque de los patos» o, sencillamente, «el Parque» por antonomasia. Lasabusivas talas, el vandalismo, su cuestionable gestión —a la vista del tristeestado que presenta actualmente— lo han aupado a los titulares de prensaen diferentes ocasiones. Lo hemos visto también, al calor de las campañaselectorales, vinculado a ambiciosos proyectos de reforma que lo podríancambiar de manera radical. Se habla de la construcción de un inmenso lago,de alterar sus formas; como si su alma se pudiera borrar de un plumazo yreelaborar de nuevo. No hablamos de un parque más. Nos referimos a unParque Histórico, con una larga trayectoria quizá no muy conocida; o pocodivulgada. Por ello, nos sentimos en la necesidad de intentar dar prontapublicidad a estas líneas, parte de un trabajo de investigación que hubieradeseado ser más extenso y profundo. Las actuales circunstancias de cambiosinminentes aconsejan adelantar su publicación. Esperemos que estosesbozos y datos basten para, al menos, ponernos en antecedentes de laimportancia de esta página de la historia local.

Cuando se indaga en la génesis de este parque, hay dos hechos quellaman la atención: que su origen fuera el fruto de una cierta casualidad, oconfluencia de circunstancias; inicialmente se pretendía tan solo efectuar unreordenamiento urbano, el trazado de una nueva calle, no la creación de unespacio verde. Por otra parte, destaca el olvido sobre la figura de donFrancisco Rajas y Gómez, alcalde presidente de la corporación municipalque compró el terreno, le dio destino y puso nombre, comenzando con losprimeros y cruciales trabajos; artífice y promotor en las etapas iniciales delparque. Olvido injusto. No se trata de un personaje menor en la historiacomplutense. Don Francisco Rajas fue, también, el alcalde que concluyó einauguró el quiosco de música de la Plaza de Cervantes1. A la vez, loencontramos implicado en algunas de las comisiones que se formaron parala colocación de la estatua de Cisneros en Alcalá2. Reivindicamos también elParque O’Donnell como otra de sus obras; compartida, por supuesto, conotras corporaciones municipales, como suele ocurrir con las obras que seextienden a lo largo de varios años. Tomando como punto de partida los

EL PARQUE DEL GENERAL O’DONNELL EN ALCALÁ DE HENARES 123


1 SÁNCHEZ MOLTÓ, M. (2001): El quiosco de la música de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares,Ayuntamiento de Alcalá de Henares/Fundación Colegio del Rey, p. 18.2 HUERTA VELAYOS, J. (2009): La Sociedad de Condueños y el monumento a Cisneros, Alcalá deHenares, Sociedad de Condueños, pp. 37 y 43.

libros de actas de la corporación municipal de Alcalá de Henares, trataremosde hacer un recorrido por los orígenes y primeros desarrollos de este parquemunicipal que ahora nos ocupa, esbozando después sus avatares hasta laactualidad.

1. EN LOS LIBROS DE ACTAS MUNICIPALES

La primera noticia de las gestiones previas —aún sin aparecer la ideade parque— la encontramos en el Libro de Actas, sesión del 5 de septiembrede 1898. En esa jornada se registra que:

«[…] el Señor Presidente [don Francisco Rajas] manifestó que como eranecesario irse preparando para organizar los trabajos que han deemprenderse en el invierno3 tenía proyectado que uno de ellos fuese laterminación de la Ronda fiscal: que como ya saben los Sres. Concejales nopuede tratarse con ninguno de los Sres. Propietarios de los terrenos que hande ocuparse por que no ha podido llegarse a un acuerdo y por lo tanto erapreciso instruir el expediente de expropiación forzosa con arreglo a la Ley yque como existe plano de alineación aprobado proponía al Ayuntamiento sesirva declarar como obra de utilidad pública la conclusión de la Rondafiscal, trozo comprendido entre la calle del Moral y la carretera de Madrid aFrancia por la Junquera, que es el primer período de los cuatro que exige laLey de 10 de Enero de 1879 para que pueda realizarse una obra porexpropiación forzosa. El Ayuntamiento, conforme en un todo con suPresidente, acordó por unanimidad declarar de utilidad pública laterminación de la Ronda fiscal, instruyéndose al efecto el oportunoexpediente»4.

Lo que pretendía el Ayuntamiento era avanzar con el trazado de la«Ronda Fiscal de Consumos», en su nombre completo. Las gestionesiniciales no tenían otro propósito. Esta ronda pretendía ser una víaperimetral, de circunvalación, establecida para «normalizar la vigilancia delramo de Consumos», probablemente en coordinación con los fielatos. Pocotiene que ver con la vía urbana que actualmente se denomina de tal modo,

124 JAVIER RUBIO FERNÁNDEZ


3 Era tradicional que el Ayuntamiento organizara trabajos comunitarios en los meses deinvierno, para dar ocupación y salario a una población eminentemente agraria, una vezconcluida la actividad en el campo.4 Archivo Municipal de Alcalá de Henares (= A.M.A.H.), Legajo 11052/2; Libro de Actas. Lassiguientes citas de actas de sesiones son del mismo legajo, salvo que se indique lo contrario.

al sur de la población. En lo que afecta al norte, el trazado que se pretendíaconseguir avanzaba por la actual Vía Complutense, desde la torre albarrana,en dirección este. A la altura del Paseo de los Pinos, enlazaría directamentecon lo que hoy es la calle de Daoíz y Velarde, a través del parque actual. Así,con este nuevo trazado de la circunvalación, se evitaría el tránsito quebradopor la calle del Moral, que resultaba estrecha para el paso de carruajes decarga.

Pese a las gestiones del Ayuntamiento, no se había conseguido llegara un acuerdo de compra con los propietarios. Intentando desbloquear lasituación, el pleno planteaba conseguir los terrenos mediante expropiaciónforzosa, para lo que daban los primeros pasos. Pocos días después5 vuelvena tratar el asunto. Se entrevistan con don Benito Fernández, administradorde don Ricardo Urrutia y Ovaldía, propietario de la huerta másdirectamente afectada, sita frente a la puerta de san Bernardo (Figura 1). Eladministrador ofrece dos posibilidades: la venta por 15.000 pesetas de laentera huerta, incluyendo en el precio las tres casas que en ella habíaenclavadas; o bien, 5.000 pesetas por «la parcela de terreno que ha deexpropiarse para la obra mencionada, lo que hacía presente para que laCorporación acordase lo que creyera más acertado». En la discusiónsubsiguiente toman parte los señores Fernández, Aberturas, Rica, Salinas yel alcalde presidente, don Francisco Rajas. No llegan a un acuerdo, optandopor aplazar la decisión, para poder sopesar adecuadamente cuál de las dosproposiciones conviene más al municipio.

El día 26 de septiembre, ante la petición del concejal Rica, se acuerdareclamar «con toda urgencia» al arquitecto municipal, don Martín Pastells yPapell, «los antecedentes que existan sobre el particular». No en vano, habíasido su cometido trazar las alineaciones de calles, señalando los límites ycriterios a seguir. Esos planos de alineaciones iban a fijar la base para actuar.

Nuevamente consideran el asunto en la sesión del 10 de octubre:

«El Señor Presidente manifestó que estando acordado quedara sobre lamesa, para su estudio, el asunto que se refiere a la terminación de la Rondafiscal, deseaba saber si alguno de los Señores, quería hacer uso de la palabrasobre el mismo. Abierta discusión sobre si debía tomarse el todo o parte dela huerta de Don Ricardo Urrutia, cuyo terreno es preciso adquirir pararealizar tal pensamiento, hicieron uso de la palabra los Señores Salinas,Aberturas, Fuertes, Fernández, Rica, Cortés, Ortiz y Presidente y al



5 Sesión del 21 de septiembre.

proponer este Señor la fórmula de votación, el Señor Cortés dijo que sinsaber el precio no se podía votar si se adquiría el todo o una parte».

Sorprende que arguya no conocer el precio de la operación, pese aque en el pleno del 21 de septiembre se habían indicado las cuantías. Si enel ínterin hubo algún cambio o retracto, las actas no informan de ello.

Intentando llegar a algún acuerdo que desatascara la situación,primero necesitan dilucidar qué es lo que en verdad interesa comprar. Elalcalde Sr. Rajas propone se vote bajo la fórmula «¿El Ayuntamiento acuerdacomprar el todo, o parte de la Huerta del Señor Urrutia?». A favor decomprar sólo la parte afectada, votaron Salinas, Palero, Aberturas, Acebrón,Sanz, González, Guerra y el Presidente; total, ocho personas. Por comprar latotalidad de la finca, Fuertes, Rica, Cortés, Ortiz y Fernández; total, cinco.Visto lo cual, y tras dejar constancia varios concejales de su protesta portener que votar sin conocer el precio de la posible compra, se acordó que«para la terminación de la ronda fiscal se adquiera la parte de huerta delSeñor Urrutia que sea necesaria».

El día 24 de octubre el alcalde da cuenta en el pleno de nuevasgestiones. Ha acudido a él don Benito Fernández, administrador de donRicardo Urrutia —ausente de Alcalá— «exhibiéndole una carta de este en laque pedía por el terreno preciso que ha de tomarse de la huerta de supropiedad para la terminación de la ronda fiscal cinco mil pesetas,teniéndole que abonar además el trozo que queda dividido y la parte quecorresponda a la casa». El alcalde Rajas se decanta por la idea de conseguirun concierto amistoso, proponiendo la creación de una comisión quenegocie con el administrador. Los concejales aceptan la idea, y se acuerdapor unanimidad que «la Presidencia con la Comisión de Hacienda quedabaautorizada para entenderse con los propietarios de terrenos que han deocuparse con la construcción de la ronda fiscal a fin de conseguir la cesiónde ellos sin ir a la expropiación forzosa».

Sin embargo, no todo iba a ser sinsabores. En esta misma sesión se dacuenta de que otro de los propietarios afectados, don Manuel Fernández yMartínez de Septién, «cedía gratuitamente la parte de tierra de su propiedadque fuera necesaria para terminar dicha ronda fiscal y así lo había encargadolo hicieran sus hermanos, acordando la Corporación conste en acta tangeneroso desprendimiento y se le dé un voto de gracias».

El 4 de noviembre se informa de nuevas y fructíferas gestiones:

«[…] la Comisión de Hacienda ha celebrado dos reuniones con Don BenitoFernández por si podrían ponerse de acuerdo para adquirir el terreno que



de la huerta de Don Ricardo Urrutia es necesario tomar para la terminaciónde la ronda fiscal: que son precisos 2061 metros o sean 26556 pies cuadradospara el trazado de la ronda quedando otro trozo de terreno aislado de 1057metros o sean 13621 pies cuadrados y por lo tanto el total que hay queadquirir eran 40177 pies cuadrados por los que se piden 6000 ptas. y comoel cerramiento de la casa cuesta 375 y la construcción de la cerca 3600 segúnpresupuesto hecho por el Señor Fernández, resultaba en definitiva que laparte necesaria para concluir la ronda costaba 9975 pesetas y como segúnparece, toda la huerta la darían 13.500 pesetas, dejaba a la resolución delAyuntamiento el asunto».

Ante esta nueva situación —al no existir ahora tanta diferencia entrelos precios a pagar por la parte y el todo—, y tras una «detenida discusión»donde hacen uso de la palabra los concejales señores Fernández, Rosado, DePedro, Salinas, Ortiz, Aberturas, Fernández, Fuertes y el alcalde presidente,se acuerda finalmente de manera definitiva y por unanimidad adquirir laentera huerta. Una decisión importante, pues ahora la ciudad va a disponerde más terreno del estrictamente necesario para el nuevo trazado de laRonda Fiscal. Es de suponer que, en este punto, comenzarían a brotar lasideas y proposiciones acerca de qué hacer con la parcela restante. Es cuandodebió surgir la idea del nuevo parque, animada por la vecindad del muypopular y frecuentado Paseo de los Pinos, que enlazaba con la fuente delChorrillo.

El 21 de noviembre expone el alcalde Rajas que:

«[…] reunida la Comisión de Hacienda con Don Benito Fernández parahacerle saber el acuerdo adoptado en la sesión última acerca de la forma enque podía adquirirse la huerta [...] manifestó que la cedería en 14.000 pesetasa pagar en cuatro plazos iguales en cuatro años, por que como existía sobreella una hipoteca era preciso ver si el hipotecario se conformaba con laproposición: que para ganar tiempo llamó a Don Juan Gallego [el acreedorhipotecario] quien hizo presente que accedería a que se le pagase en dosplazos y dos años pero que en el día de ayer se le presentó y le dijo que nole era posible sostener su ofrecimiento por que le hacía falta realizar fondospara las operaciones de su casa: que en su vista trató de indagar si habríaalguna persona que facilitase fondos al Municipio con dicho fin yefectivamente Don Ángel del Campo se hallaba dispuesto a facilitar la sumaque al Ayuntamiento haga falta al ocho por ciento de interés anual».

Tras esta exposición, hicieron uso de la palabra los señores Aberturas,De Pedro, Rosado, Rica, Fernández y Fuertes. La conclusión a la que



llegaron fue reafirmarse en la compra del entero terreno y casas,confirmando el acuerdo tomado en la última sesión. Al mismo tiempo seacordó dar «las más expresivas gracias a Don Ángel del Campo por suofrecimiento, que no puede aceptarse por que el capital con que estágravada la huerta del Señor Urrutia reditúa el seis y medio por ciento».

2. PRIMERA NOTICIA DEL PARQUE DE RECREO

El 28 de noviembre se da lectura en el pleno a una instancia dirigidaal Ayuntamiento por don Benito Fernández, en calidad de apoderado delseñor Urrutia. En ella propone la venta de «la huerta y casa que este Señorposee frente a la puerta de san Bernardo a la derecha de la carretera deMadrid a Francia por la Junquera». Es en esta sesión de finales de noviembrede 1898 cuando, por primera vez y de manera oficial, aparece por escrito enel Libro de Actas el propósito, no solo de ensanchar la ronda, sino deconstruir en los terrenos restantes un parque municipal:

«[…] teniendo en cuenta que con la adquisición de las fincas mencionadasse realizan las mejoras de terminar la Ronda fiscal con lo que se consiguenormalizar la vigilancia del ramo de Consumos, ensanchar la calle del Moralpor la que en la actualidad apenas pueden pasar carros y reformar el paseodel Chorrillo construyéndose un parque de recreo del que carece lapoblación: que el precio de la venta no es lesivo para los interesesmunicipales dadas las condiciones de la localidad y el valor de las fincasrústicas y urbanas: que la forma del pago facilita la adquisición singravamen de importancia para los presupuestos sucesivos y que se tieneacordado realizar reformas de tanta conveniencia aun cuando fuera conexpediente de expropiación forzosa, lo cual demuestra la necesidad yutilidad de modificar y embellecer esa parte de la población en la que estáenclavado uno de sus mejores y frecuentados paseos, acordó porunanimidad adquirir las fincas de Don Ricardo Urrutia que se detallan en lainstancia de su apoderado Don Benito Fernández en la cantidad de diez yseis [mil] doscientas setenta y cinco pesetas, con todas las pueblas que a lasmismas pertenecen, maquinaria hoy existente en el pozo de la noria ycuanto en ellas al citado Sr. pertenezca: que el pago de dicha suma severifique en cuatro plazos; el primero de 4410 pesetas al año delotorgamiento de la escritura: el segundo de 4182,50 pesetas al año dehaberse satisfecho el primero: el tercero de 3955 al año de haberse pagado elsegundo; y el cuarto de 3727,50 pesetas al año de satisfacerse el tercero acuyo efecto se consignará en el respectivo presupuesto la suma necesariapara cumplir el compromiso que se adquiere, si merece la sanción de laJunta municipal y de la Superioridad y con la condición de que si la



situación de fondos permitiese adelantar alguno de los plazos, el vendedorquedará obligado a admitirlo en cuyo caso bonificará a la Corporaciónmunicipal la suma de mil trescientas setenta y cinco pesetas si adelantase el2º, 3º y 4º, la de 682,50 si adelantase los dos restantes y la de 227,50 siadelantase el último, entendiéndose además que la adquisición de las fincasse hace en la seguridad de que han de estar libres de toda carga o gravamensin que el Ayuntamiento tenga que intervenir para nada en las cuestionesque pudieran suscitarse entre el propietario y colono de la huerta o concualquier otra persona, Corporación o entidad».

Las noticias trascendieron los muros del Ayuntamiento, con unacierta premura. Obviamente, las gestiones de compra de terrenos así comosu novedoso destino, no pasarían desapercibidas para el vecindario. Confecha del 6 de diciembre de 1898, el periódico “El Liberal” publicó en sucolumna «Desde Alcalá (por telégrafo)» que «El Ayuntamiento, paraterminar la Ronda fiscal, ha comprado en 14.000 pesetas la huerta de losSres. Urrutia, situada á la entrada del gran paseo del Chorrillo, dedicando elsobrante del terreno á construir un amplio parque, mejora de importancia yque ha de gustar mucho»; algo que denominaba como «proyecto notable».Firmaba el corresponsal como R. Brigo6.

Las gestiones van progresando, aunque no con tanta rapidez. ElAyuntamiento de Alcalá eleva al Gobierno Civil de la provincia de Madridel expediente «con motivo de la adquisición del terreno necesario paraconcluir la Ronda fiscal y construir un paseo», para que sea aprobado. Confecha del 12 de diciembre se recibe la respuesta. Se deja copia literal de sucontenido ante el notario don Calisto García Lablanca7, al objeto de unirlaposteriormente a «la escritura de compra de las casas números tres y cincode la calle del Moral y de la huerta en el Camino de Talamanca». Con esteescrito de respuesta, el Gobierno Civil devolvía el expediente alAyuntamiento, señalando que no se le debió enviar; no se necesitaba laaprobación superior. El Gobierno Civil, considerando que se trata deasuntos de «apertura y alineación de calles y plazas y de toda clase de víasde comunicación», que son «de la exclusiva competencia de losAyuntamientos» —artículo 72 de la Ley municipal— y que el precio de laexpropiación forzosa se había convenido ya con el dueño del terreno, «conperfecta conformidad entre el Ayuntamiento y el propietario» —artículo 26



6 Referencia cortesía de Gregorio Sierra.7 A.M.A.H., Sig. 1311, Protocolo 257, notario Calisto García Lablanca, 29/12/1898.

de la ley de expropiación forzosa—, no consideraba que fuera asunto dondedebiese intervenir. El Ayuntamiento tenía, pues, libertad para decidir yactuar.

Con estos antecedentes, el día 14 de diciembre se celebra una sesiónextraordinaria:

«[…] abierta a la hora de costumbre en la casa Consistorial bajo lapresidencia del Señor Alcalde Don Francisco Rajas Gómez, con asistencia delos Sres. anotados al margen [concejales Manuel Fuertes, Rosado, Marianode Pedro, Palero, Aberturas, Francisco Sanz, Estévez, Ortiz, Lera y ManuelGuerra], no pudiendo concurrir por enfermedad u ocupaciones perentoriaslos Sres. Rica, Salinas, Comas, Cortés, Acebrón, Fernández y González».

Se lee la resolución del Gobernador Civil. Se considera que elexpediente está ultimado por considerar que el asunto es de la exclusivacompetencia del Ayuntamiento y «como a ese resultado ha contribuido enprimer término el Diputado provincial Don Lucas del Campo,consiguiéndose poder empezar las obras de la Ronda y dar colocación a losbraceros, proponía se le diese un expresivo voto de gracias y así se aprobópor unanimidad».

Se acuerda también por unanimidad «autorizar a Don FranciscoRajas y a Don Mariano de Pedro para que como Alcalde Presidente yRegidor Síndico, respectivamente, en su nombre y representación firmen laescritura de venta de las casas y huerta de Don Ricardo Urrutia». Es en esemomento y con estos protagonistas, que el parque comienza a ser unarealidad, un hecho concreto, sin restar méritos a quienes tuvieron el honor yel empuje de llevarlo posteriormente a su conclusión. Como en tantas obraso proyectos municipales, donde cambian alcaldes y concejales, unosempiezan la obra y otros la terminan. La memoria suele ser frágil en estosaspectos y parece que siempre quedan inmortalizados los nombres dequienes aparecen en la foto final. Sin restar méritos a éstos, no sería justoolvidar los trabajos y logros de aquéllos. Gracias a todos ellos, los queprincipian y los que finalizan, es como se consigue el resultado final.

Regresamos al pleno, que aún no ha terminado, donde los munícipescontinúan tratando asuntos relativos al colono. Éste permanece en la huerta,con contrato de arriendo que no vencería hasta el siguiente 31 de enero.Además, el colono tendría derecho a continuar en posesión de la huertahasta finales de febrero, para arrancar o vender la puebla, según loestablecido en el contrato de arrendamiento. Tal situación impedía elcomienzo de los trabajos planeados, que se estaban postergando mucho más



de lo previsto. Los ediles acuerdan, pues, entablar negociaciones con él, paraindemnizarle según la manera en que la Comisión de Hacienda estime.

3. UN NOMBRE PARA UN PARQUE

En esta misma sesión del 14 de diciembre, extensa y fecunda, se llegaa un acuerdo que perdura hasta nuestros días: asignarle nombre al parque.Don Francisco Rajas expone esa necesidad, al ser un espacio de nuevacreación. «El Señor Aberturas emitió su opinión de que siendo el General ODonnell (sic) el que ordenó la construcción del cuartel del Príncipe deAsturias, como muestra de deferencia y gratitud debe darse su nombre alpaseo en proyecto». La propuesta es aplaudida, manifestando el alcalde que:

«[…] merecedor de tal distinción era el hombre que con solo cuarenta milsoldados había conseguido dominar el Ejército marroquí llegando hasta dondele digeron (sic) basta y en continua victoria: que al construir el cuartel indicadopor el señor Aberturas, con la indemnización de guerra, proporcionó trabajodurante muchos años a la clase jornalera y además la estabilidad en estaPoblación cuando menos de un Regimiento del arma de Caballería».

Con motivo de perpetuar la memoria del militar y político que tantobien se consideraba que había hecho a Alcalá, se decide que el nuevo parque«lleve el nombre de General O Donnell». Así se acordó «por unanimidad ycon gran satisfacción de la Corporación municipal». Decisión que no fuevariada ni en esta, ni en las sucesivas corporaciones municipales.

El parque llevaría el nombre del militar y político don LeopoldoO’Donnell y Jorís8 (Santa Cruz de Tenerife, 12 de enero de 1809 – Biarritz(Francia) 5 de noviembre de 1867), conde de Lucena y duque de Tetuán,Capitán General de La Habana, senador vitalicio, director general de laAcademia de Infantería de Toledo, presidente del Consejo de Ministros,entre otras responsabilidades (Figura 2). El General O’Donnell no era unpolítico más para Alcalá. Siendo él presidente del Consejo de Ministros,dieron comienzo las obras de construcción del Cuartel del Príncipe, o de sanDiego, el día 1 de abril de 18599, bajo la dirección del Coronel Comandante



8 De segundo apellido Jorís, según señala su expediente en el Senado. Otras fuentes lo citancomo Jorris, tal es el caso de la Enciclopedia Espasa‑Calpe.9 LOPE HUERTA, A. (2008): Otras historias de Alcalá, Alcalá de Henares, 2ª ed., Mingaseda, pp.97‑107.

de Ingenieros don León de Gamir; obras que finalizaron en 1863, cuando yase había hecho cargo de ellas —desde septiembre de 1859— el TenienteCoronel don Francisco Javier del Valle. Su construcción fue posible gracias ala indemnización que había percibido España de Marruecos, tras la firma delTratado de Paz y Amistad que puso fin al conflicto. En todo ello O’Donnellhabía tenido mucho que ver, como reconocían a través de este gesto losediles complutenses. Merced a esta nueva construcción —con un costeaproximado de 20 millones de pesetas— se pudo dar trabajo a la poblaciónde Alcalá por varios años, al grado de que llegó a ser necesario llamartrabajadores de fuera, incluso emplear a presos, por la necesidad que habíade mano de obra. Al mismo tiempo, con este nuevo cuartel se garantizaba lapermanencia en la ciudad de, al menos, un regimiento de Caballería, con loque significaba de positivo para la maltrecha economía local. Pocospersonajes podían concitar más admiración, entre partidarios y antagonistaspolíticos, consiguiendo tal unanimidad del pleno municipal. Desde esemomento, el nombre de Leopoldo O’Donnell quedaría definitivamenteunido a la ciudad de Alcalá y su nuevo parque.

En la sesión del 19 de diciembre, se informa de las negociacionesefectuadas por el alcalde y la Comisión de Hacienda ante el colono de lahuerta. Ya ha comenzado la ocupación de terreno para concluir la ronda, loque hace complicado conciliar ambas actividades hasta el final del contrato,tal como se había estipulado. Por lo tanto, se decide concederle laposibilidad de «continuar en la parte que queda de huerta hasta el 30 deJunio sin pago de renta y como indemnización de los perjuicios que se leirrogan y con la prohibición de hacer nuevas plantaciones: lo que fueaprobado por unanimidad».

Como detalle anecdótico cabe señalar que, en esta misma sesión, elconcejal Rica planteó si estaba previsto celebrar la fiesta del árbol. Se leresponde que no se considera necesaria,

«[…] pues en la ciudad se aman y respetan los árboles. En vez de esa fiesta,que se gaste el dinero en jornales. La ciudad es de las más abundantes enárboles de la provincia. El pueblo no necesita estímulo en esto. Hace dosaños se concedieron unas medallas al Ayuntamiento por contribuir alfomento del arbolado. Éste crece en la población».

En aquel tiempo quizá no fuese una afirmación tan pretenciosa comopueda parecer. En su Guía de 1929, Heliodoro Castro afirmaba que:

«Alcalá no cede lugar a las poblaciones más importantes en lo de ofrecersitios de solaz y esparcimiento, en alamedas y jardines públicos, por la



loable solicitud de su Ayuntamiento en la repoblación forestal y en lafloricultura. Circunda la ciudad, desde la Puerta de Madrid hasta la Estacióndel ferrocarril, una zona de arbolado y de jardines sugestivos y atrayentespor su amenidad, y, por el lado opuesto, hasta alcanzar las frondosasmárgenes, la ciñen los paseos del Val, del Puente del Zulema, de la Fuentedel Cura, etc.»10.

Aunque su vinculación con el Ayuntamiento —fue primer tenientealcalde de la ciudad— pueda arrojar dudas acerca de su objetividad,podemos suponer que alguna razón tendría. Lamentablemente, ese amorpor las plantaciones y cuidados de jardines y parques, no ha llegado taníntegra a nuestros días. Las externalizaciones en el mantenimiento dejardines, así como la supresión del servicio de guardería, junto con losplanes a cuatro años —según cambian los cargos políticos—, han supuestouna seria merma y descuido para muchos parques y áreas arboladas.

Finalmente, el 29 de diciembre de 1898 se formaliza ante notario11 laescritura de venta de dos casas, números 3 y 5 de la calle del Moral, y de lahuerta del Camino de Talamanca. Comparece don Benito Fernández yFernández, casado, practicante de cirugía, como mandatario de suconvecino hoy ausente don Ricardo Urrutia y Ovaldía, quien tendría porentonces unos 36 años, soltero y farmacéutico. En nombre delAyuntamiento, como alcalde presidente, comparece don Francisco Rajas yGómez, casado, propietario, junto con don Mariano de Pedro y del Moral,casado, propietario, en calidad de regidor síndico del Ayuntamiento. En elmismo acto comparece el acreedor hipotecario de la finca, don Juan GallegoPajares, comerciante, casado con doña Luisa de la Fuente.

En la escritura se detalla que don Ricardo Urrutia y Ovaldía es dueñoen pleno dominio de las fincas que allí se describen. En primer lugar, unacasa en la calle del Moral, nº 3, que consta de planta baja con corral, demedida superficial desconocida. Linda por la derecha entrando con otracasa, que perteneció a don Ignacio Urrutia y que a continuación se describe;linda por izquierda y espalda, con la casa de la huerta y con la huerta misma,que pertenece a don Ricardo. Se valora en 2.937 pesetas. Además, hay otracasa que antes fueron dos, en la misma calle del Moral, nº 5 moderno, 10 y11 antiguos; se compone de planta baja, con superficie 16.000 pies



10 CASTRO, H. (1929): Guía‑Ilustrada de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares, Imprenta de laEscuela de Reforma de Alcalá de Henares, p. 42.11 A.M.A.H., Sig. 1311, Protocolo 257, notario Calisto García Lablanca.

cuadrados, según escritura de adquisición que se otorgó a don IgnacioUrrutia el 27 de octubre de 1874; linda por la derecha con tierras que fueronde doña Dominga Echevarría, y entonces eran de doña AlejandraFernández; izquierda, la casa anteriormente descrita, y espalda o testero, conla huerta; se tasa en 2.938 pesetas. También, una huerta situada en el Caminode Talamanca, saliendo por la Puerta de san Bernardo, que incluye pozonoria con maquinaria para sacar el agua, estanque, varios árboles yplantaciones de diferentes clases, de caber 5 fanegas y 5 celemines,equivalentes a 1 hectárea, 68 áreas y 20 centiáreas. En la huerta, y comoperteneciente a la misma, existe una casa que tiene entrada por la calleMoral, nº 1 moderno, destinada al servicio del hortelano, que había divididoel dueño de la finca, dejando una parte para dicho hortelano y otra paraalquilar. Toda la finca linda al norte con tierras que fueron de doña DomingaEchevarría, que hoy son de doña Alejandra Fernández; al mediodía, limitacon la Ronda o Camino Real —la actual Vía Complutense—; poniente, elcamino y paseo del Chorrillo y otras tierras; y al saliente, con las casas de laCalle del Moral anteriormente descritas y la misma calle. Su valor se tasa en10.400 pesetas. Las fincas descritas fueron compradas por don Ricardo a suhermano don Alberto Urrutia —así le nombra aquí, desconociendo siIgnacio y Alberto son personas distintas o se trata de una errata; ¿quizáfuera Ignacio el padre de ambos?—, ante notario de Madrid, el 22 deseptiembre de 1888. Se hace notar que estas fincas se hallaban hipotecadas afavor del compareciente, don Juan Gallego y Pajares, en garantía de unpréstamo de 20.000 pesetas. Se habían hipotecado para garantizar parte delprincipal e intereses, por la cantidad de 12.750 pesetas.

De tal manera, por ese acto don Benito, como mandatario de donRicardo Urrutia, vende al Excelentísimo Ayuntamiento las casas y fincadescritas, libres de cargas, por 16.275 pesetas Los representantes delAyuntamiento especifican que se adquieren las fincas «para la terminaciónde las obras de la Ronda Fiscal y construcción del Parque o Paseo que tieneproyectado en esa parte de la Ciudad, habiendo acordado la Excma.Corporación que lleve el nombre de ‘Parque del General O’Donnell’».

Sin embargo, parece que la terminación del parque, con los terrenosya comprados y comenzadas las obras, se demora. En el pleno del 22 demarzo de 1899, el concejal don Manuel Fuertes pregunta «si el estanque dela huerta últimamente adquirida se iba a poner en condiciones para poderregar el arbolado, puesto que creía era obra de poca importancia». Seconsidera que la obra podría consistir tan solo en elevar las paredes de lanoria y el piso. Se pide al arquitecto municipal, don Martín Pastells, queinforme. Se pedía su opinión sobre la conveniencia de la obra, si la



conservación de la noria afearía el sitio, teniendo presente que el terreno sehabía comprado para parque municipal.

En la sesión del 17 de abril, es el concejal Rosado quien pide se lefacilite agua para regar el arbolado de la Ronda Fiscal que, a su juicio, yadebería haberse efectuado. Podemos imaginar su preocupación. Al ser unacalle de nueva construcción, con los árboles recién plantados, las fechasprimaverales avanzadas debían hacer necesario el riego. Responde elconcejal Fuertes que la comisión no se opone a facilitar agua; pero con lascondiciones que tiene el estanque de la noria, no pueden llegar al sitio quese quiere. Que de conducirlas por canal, solo irían las que sacasen loscangilones de la noria, cantidad que estima no sería suficiente. Se precisaríaefectuar reparaciones para que fuera posible regar todo el arbolado de laronda. Señala que el viaje de aguas del Chorrillo no proporcionaba máscantidad que la suficiente para el abastecimiento de las fuentes. Enprevisión, ha pedido precio de cadenas de hierro para la noria. Pero, dadoque esas reparaciones llevarían su tiempo, el concejal Acebrón cree que hayque buscar una solución más rápida, poniendo maromas de esparto. Elalcalde presidente, don Francisco Rajas, interviene, recordando que estápendiente del arquitecto municipal el estudio de la reforma de la noria,«teniendo en cuenta que aquel terreno está destinado a parque». Ergo, aúnno lo tenían por tal; el parque seguía siendo un proyecto, aunque endesarrollo. A continuación interviene el concejal Fuertes, quien ha debidohablar con el arquitecto, e informa de que «dicho perito encuentra bienemplazado el sitio donde existe la noria puesto que en nada ha de afear elparque». Martín Pastells se había comprometido a enviar un croquis, que nonos ha sido posible localizar en el Archivo Municipal, caso de que se hayaconservado.

Se estima la necesidad de regar toda la ronda, inclusive con lainstalación de una boca de riego que, además, facilitara poder llevar cubas yutilizarla en caso de incendio. Se propone la construcción de un estanquenuevo en forma de herradura que, según ya ha proyectado el arquitectoPastells, costaría de 2.500 a 3.000 pesetas, «siendo la capacidad del estanquepara 183 metros cúbicos con una línea de 125 metros por uno y medio dealtura». El Ayuntamiento acuerda, en principio, aprobar el proyecto deconstrucción del nuevo estanque, con la condición de presentar previamenteel presupuesto de la obra. También se decide que la Comisión de Policíarural proceda a colocar maromas de esparto en la noria, habilitando que seempiece a regar el arbolado. Aun con estos arreglos, el concejal Rosado hacenotar que no llegaría el agua a la torre de la Albarrana, se supone que pararegar los árboles plantados en ese tramo de la Ronda Fiscal.



El 22 de mayo se insiste en los riegos. Solicita el concejal Fuertes quedé comienzo la construcción del estanque, para poder regar el arbolado.Sigue sin considerarse como parque, pues se refieren al terreno como «lahuerta que el Ayuntamiento adquirió del Señor Urrutia». Según el proyectoelaborado por Martín Pastells, «iba a resultar una vía en el parque elevandola noria y formando una especie de montaña rusa». El coste ascendería aunas cinco mil pesetas, pero «como puede llevarse a cabo por cuartas partes,podía ejecutarse una de ella en cada presupuesto». El concejal Fuertes hacenotar que existe mampostería disponible, de aprovechamientos, para llevara cabo casi toda la cimentación prevista. Estima que con 3.000 pesetas,habría bastante para terminarla, colocándose además una boca de riego paralas cubas destinadas a la limpieza, con lo que se descargaría de ese servicioa la tubería del viaje de agua de Villamalea. El alcalde presidente propusoque se empezase la obra con cargo al capítulo de imprevistos, ejecutándosela parte que se pudiera. Se acuerda actuar según lo propuesto, porunanimidad.

4. NUEVA CORPORACIÓN MUNICIPAL

El 1 de julio de 1899, con el terreno comprado, decidido el destino, lastrazas hechas, y avanzando las obras —si bien no todo lo rápidamente quehubiera sido de desear— se produce el relevo en el Ayuntamiento. Sale dealcalde presidente don Francisco Rajas y Gómez, entrando en su lugar donFélix Huerta y Huerta, según telegrama del Gobernador Civil. Los cimientospara el nuevo parque estaban sólidamente establecidos. Pero aún quedababastante por hacer.

No cesan los progresos en la realización del parque, haciendo suyo elproyecto el nuevo alcalde y concejales. En la sesión del 14 de agosto elconcejal Lázaro «indicó la necesidad también de arreglar el piso delpuentecillo del estanque de la huerta de S. Bernardo, acordándose se hagaen la forma que la Comisión crea más conveniente».

Desafortunadamente, surgen inconvenientes que suponen másretrasos. El día 2 de octubre, el alcalde presidente expuso que:

«[…] habiéndose producido un hundimiento en el estanque que seconstruyó en la huerta de S. Bernardo, efecto de las filtraciones queprodujeron movimiento en el asiento de la obra por la gravedad del peso,cree podrá volverse a colocar el material que es preciso recoger,registrándose antes toda la obra por si acaso las hubiera en otro punto».



Pese al retroceso sufrido, considerando indispensable lareconstrucción, proponía se pusiera a trabajar en ella una cuadrilla, sinperjuicio de lo que el arquitecto dictaminara. Así se acordó por unanimidad.

«[El 9 de octubre] pasando a ocuparse el Ayuntamiento si procede o noreconstruirse el estanque de la huerta de S. Bernardo y después de unaamplia discusión en la que tomaron parte los señores Mínguez, Málaga,Yárritu, Aceitero, Fernández, Guerra y Presidente, se acordó porunanimidad: que se ordene al Sr. Arquitecto reconozca el estanque dereferencia, certifique de su estado, proponga las obras de reconstrucción quesean necesarias, forme su presupuesto y manifieste si se han de ejecutar porsubasta o por administración».

Es llamativo constatar las demoras que evidencian las sesionesmunicipales. Asuntos que, a juzgar por actas anteriores, ya debían estarsolucionados, vuelven a ser objeto de consideración. Suponemos que, o bienlas actas no registran todo lo tratado, o el secretario que las transcribía semostraba exageradamente optimista, adelantando acontecimientos. O, másposiblemente, las actas deberían ser completadas y entendidas junto conotra documentación, de la que no tenemos registro. El día 23 del mismo mes,el alcalde presidente manifestaba en el pleno que «por el Sr. Arquitecto nose ha presentado documento alguno referente a las obras del estanque».

Finalmente, en la sesión del 6 de noviembre se tiene nuevas noticias.En ese día se lee una comunicación del arquitecto municipal, fechada eltreinta de octubre. Ha visitado el estanque y visto con detalle el estado enque se encuentra, después de destruida una porción de su muro. En elescrito propone las obras que estima precisas para su reparación, que calculaen un coste de tres mil pesetas. Alcalde y concejales acuerdan porunanimidad, con base en el informe, reconstruir el muro destruido:

«Que se construyan alrededor del zócalo y hasta la altura de 0’30m sobre lalínea divisoria de la mampostería y ladrillo, contrafuertes de 0’80m espesoren forma trapezoidal, cuya bases sean 0’30m y 1,20m y colocados en el sentidode los radios espaciados a 2 metros de entreeje. [...] Que se construya unpavimento formado de un triple solado de baldosones colocados amatajunta y sentados a baño flotante de mortero hidráulico, debiendo antesde sentar el primer solado regularizar el suelo con la profundidad ypendiente necesaria, mediante una capa de mortero hidráulico. [...] Que serevistan los muros que sean necesarios con una capa de mortero de cementoy arena hasta la altura de 1’30m y de 0,03m de espesor. [...] Que se baje el tubosobrante treinta centímetros. [...] Que se protejan los muros con unrevestimiento de tierra bien apisonada, formando talud y sobre el cual



pueda plantarse gasón y [...] Que se proceda enseguida a ejecutar la obra poradministración, que se llevará a cabo, por ahora, por una sola cuadrilla en laque figure un buen oficial de albañil».

El 11 de noviembre vuelve a ser este un asunto a tratar. El señorFernández matiza la lectura y aprobación del acta anterior, del día 6,manifestando no estar conforme con que se lleve a cabo la obra dereconstrucción del estanque sin la competente autorización, «para evitar laresponsabilidad en que pudiera incurrir si el día de mañana se produjera enella otro hundimiento, pidiendo constase así en acta, a cuya petición seadhirió el señor Aceitero». Su matización es rebatida por el concejalAberturas, quien hace notar que la corporación municipal tan solo apruebael dictamen del arquitecto, quien sería responsable en caso necesario. No sevuelve a incidir en el asunto en esa jornada. Sin embargo, para la sesión deldía 20, el alcalde presidente recuerda a la Comisión de Obras la necesidadde que empezase cuanto antes la reconstrucción del estanque. Alega elconcejal Málaga que no se había comenzado por no encontrarse un buenoficial de albañil.

No dejan de ser interesantes las reformas y modificaciones de la noriay su estanque. No perdamos de vista que esa noria y su sistema hidráulicoson los que dan razón de ser al actual estanque elevado, en la posición enque hoy día se encuentra. Dicho de otro modo, si el estanque del ParqueO’Donnell está en la ubicación que ahora conocemos, sobre esa «montañarusa», es porque ahí estaban el estanque y noria originales que abastecían lahuerta.

Llega el 4 de diciembre y todavía sigue el asunto sin resolver:

«El Sr. Lázaro expuso que la Comisión de Policía Rural deseaba saber quéiba a hacerse con la huerta de San Bernardo, adquirida recientemente, en laque pensaba empezar a talar los árboles existentes, demoler unas tapias delo que fue casa del hortelano y arar el terreno con vertedera para quequedase en disposición de llevar a cabo lo que se acordase: que era tambiénpreciso desapareciera un charcón que se forma en el camino de Ajalvir, paralo que él ofrecía el guijo que pudiera dar su tierra sita en San Roque; que encuanto al arbolado hay bastantes faltas que es preciso reponer, utilizando lasde los viveros del Cementerio, y Torre de la Albarrana y que también eranecesario podar los árboles del Chorrillo por las muchas ramas que tienesecas y en particular los situados a la parte Norte. El Sr. Presidenterespondió que la Huerta se compró para instalar un Parque: que tambiénestá acordada la recomposición del estanque de dicha huerta que podrállevarse a los trabajos extraordinarios: que las plantaciones que se hagan endicho sitio deben ser para sombra: que cuando venga el Sr. Arquitecto se



hará el replanteo de los paseos del mismo y que como debe admitirse lapropuesta del arreglo del camino de Ajalvir y de la calle de la Estación,podría también comprenderse en los trabajos extraordinarios la apertura dehoyos para las plantaciones de árboles, los que habrá precisión de adquirirpara algunos sitios en que se necesitan sean más fuertes que los que setienen en los viveros, como así también arbustos. El Sr. Yárritu indicó lanecesidad de que por el Sr. Arquitecto se levantara el plano para elestablecimiento del Parque, contestando el señor Mínguez que dichofuncionario había manifestado vendría a hacerlo. El Sr. Presidente manifestóque como el Ingeniero Jefe del arbolado de Madrid y el capataz encargadodel mismo, vienen con alguna frecuencia a la Ciudad, podrían servir deasesores para llevar a cabo la poda de los árboles del Chorrillo, encargandoa la comisiones los visitara con ese fin, proponiendo que en principio seacuerde se lleve a cabo el arreglo del estanque de la Huerta referida, delcamino de Ajalvir, el de la calle de la Estación y la apertura de hoyos, comotajos para los obreros de los trabajos extraordinarios y así se acordó porunanimidad».

El 11 de diciembre, nuevamente en el pleno,

«el Sr. Lázaro manifestó que haciendo falta agua para el riego de lasplantaciones que van a efectuarse, era preciso arreglar provisionalmente elestanque de la huerta de S. Bernardo. El Sr. Saldaña cree que con que seconstruya un sardinel de unos 0’50 centímetros de altura habrá bastante. ElSr. Málaga considera la obra de poca importancia. El Sr. Yárritu manifestóque resulta son ahora dos las obras que en un mismo punto van a ejecutarsey por lo tanto su opinión es que se proceda a la reconstrucción del estanquecomo se tiene acordado. El Sr. Mínguez no cree sea necesaria la obra queproyecta el Sr. Lázaro, porque puede regarse con el sobrante de Villamalea;y resultando que no podía llevarse a cabo esto último y que la obra es depoca importancia se acordó con el voto en contra del Sr. Yárritu, seconstruya un sardinel a los dos lados de la abertura del actual estanque dela puerta de S. Bernardo para que puedan regarse las nuevas plantaciones».

Avanzando el mes, el 20 de diciembre de 1899 se da un importantepaso: «Por el Sr. Presidente [D. Félix Huerta] se presentó el croquis delParque de O’Donnell con designación de plaza y paseos». Pero, al parecer,no se alcanzaba un consenso pleno, pues algunos vecinos pretendíanaprovechar la situación para conseguir mejoras personales de estos cambios.

«El Sr. Málaga manifestó que al ir a verificar el replanteo de dicho croquislos vecinos de la Calle del Moral piden se les deje terreno para el avance desus fincas, habiéndoles contestado que el Ayuntamiento tiene ya aprobadoel plano de alineación. El Sr. Mínguez manifestó que si bien se halla



pendiente de informe una instancia pidiendo lo mismo, la Comisión no loha efectuado hasta oír el dictamen del Sr. Arquitecto: que lo que resulta esque las plantaciones y lo afirmado frente a la calle del Moral se han hecho acapricho y fuera de línea. El Sr. Presidente dijo que considera de importanciala obra por la necesidad de variar el afirmado y trasladar las plantas de unsitio a otro. El Sr. Yárritu indicó que la cuestión está reducida a si se respetalo hecho o si se ejecuta la obra con arreglo al plano, toda vez que lo quesolicitan los vecinos es el avance de las fachadas de sus casas, con lo que sepierde todo lo ejecutado y que la calle del Moral quede más separada de lade Diego de Torres. El Sr. Lera cree deben quedar las cosas en el estado enque están. El Sr. Saldaña opina que debe meditarse bien lo que se hace,puesto que los vecinos pueden venir reclamando contra lo que se ha hechoy pedir se cumplimente la línea oficial. Y después de una detenida discusiónen que tomaron parte los señores que se dejan citados, se acordó porunanimidad aprobar el croquis presentado por el Sr. Arquitecto para laconstrucción del parque y con el voto en contra del Sr. Lera, que semodifique el trazado que se dio a los terrenos que existen frente a la calle delMoral, reformándolo con sujeción al plano que aprobado consta en elexpediente».

Se pierde quizá la unanimidad y acuerdo de otras ocasiones, pero elproyecto avanza imparable, respetando las trazas y alineaciones queaprobara el Ayuntamiento en su día.

El 3 de enero del nuevo año de 1900,

«El Sr. Lázaro expuso que la Comisión de Policía Rural ha estadoinspeccionando el Vivero en el que existe mucha planta y buena, que puedeutilizarse en la demarcación del Parque, creyendo procede no se adquieraotra, hasta ver lo que resulta. El Sr. Presidente conforme con la idea de laComisión, propuso que se empieze (sic) la renovación del arbolado,colocando las plantas que existan en los Viveros y si luego faltase alguna, seadquiera, y así se acordó».

Esto parece indicar que, en principio, los árboles del parque saldríande viveros propios de la ciudad, que los tenía —viveros del Cementerio yTorre de la Albarrana—; y serían sin coste para el municipio. Solo si faltaseplanta, como así ocurrió, se acudiría a los viveros de San Fernando delJarama —hoy conocido como San Fernando de Henares—, donde seríanecesario comprar la planta.

En la sesión del día 22 del mismo mes,

«El señor Presidente expuso que en la semana anterior acompañó a laComisión que pasó al pueblo de San Fernando a adquirir plantas para la



renovación del arbolado y dentro de la escasez de ellas eligió álamos, tilos ycastaños: que las dejó señaladas pero parece que se estaban arrancando paraotros particulares y alegando el dueño de los Viveros que en aquel pueblono hay gente que se dedique a la extracción, era preciso mandarla de aquí ypor lo tanto lo proponía pasen a San Fernando diez o doce jornaleros,descontándose al dueño del referido Vivero el importe de los jornales, orebajándosele un real del tipo en que se ha de adquirir cada planta y así seacordó por unanimidad».

Aunque en esta ocasión no se explicita el destino de la planta, es desuponer que, de acuerdo con lo anteriormente acordado, al menos unabuena parte de lo adquirido fuese a parar al parque.

El 7 de febrero actúa como alcalde interino el primer teniente dealcalde, don Francisco Mínguez. El presidente ha pedido un «largo espaciode tiempo de licencia» (seis meses, según acta anterior). Sin embargo, fuesenlos que fueran los asuntos que le llevaron a pedir la excedencia, se ve quetuvieron solución antes de lo previsto, pues el 7 de marzo don Félix Huertay Huerta vuelve a presidir las sesiones.

El 12 de marzo:

«El Sr. Aberturas12 manifestó que antes de procederse a la lectura de lamencionada cuenta tenía que hacer una observación cual era que comorecordarán los Sres. Concejales al constituirse el actual Ayuntamiento seencontró con que estaban emprendidas dos obras de importancia, laconstrucción del estanque en el Parque de O’Donnell y la recomposición deminas del viaje de agua de Villamalea: que la primera estaba acordado sehiciera con cargo a imprevistos y a este mismo concepto venía cargándose lasegunda y que como al empezar a regir el presupuesto de mil ochocientosnoventa y nueve a novecientos los ingresos eran escasos se había acordadoen una de las sesiones celebradas en Julio último se continuase aplicando alpresupuesto de mil ochocientos noventa y ocho a noventa y nueve los gastosque tales obras produjeran, puesto que había crédito y fondos: que alexaminar la cuenta como individuo de la Comisión de Hacienda, recordóesos extremos, los que sin saber la causa no aparecen en actas, por lo quepedía se hiciera constar que los gastos hechos con las dos obrasmencionadas estaban autorizados por acuerdo del Ayuntamiento para quese satisfacieran (sic) con cargo al período de ampliación de mil ochocientosnoventa y ocho a noventa y nueve en su capítulo de imprevistos. El



12 Recordemos que el concejal Aberturas también había formado parte de la anteriorcorporación municipal, siendo quien propusiera el nombre del parque; se distingue comouno de los principales implicados en su adelanto.

Ayuntamiento, conforme con lo expuesto por el Sr. Aberturas acordó porunanimidad que conste en el acta de esta sesión que es cierto lo manifestadopor dicho señor».

El día 9 de abril, «el Sr. Mínguez pidió autorización para colocarbancos en el Parque de O’Donnell, que le fue concedida, si bien procurandoverificarlo, entresacando los posibles del paseo del Chorrillo para evitargastos». El 23 del mismo mes, «el Sr. Presidente rogó a las Comisiones detubieran (sic) al menor personal posible, dando preferencia a la obra delestanque, limpieza de alcantarillado y pavimento del Matadero».

En la sesión del 11 de junio:

«El Sr. Mínguez expuso que por varios vecinos que concurren de paseo alparque O’Donell (sic) se le ha suplicado hiciera presente la conveniencia deque se coloquen en él una docena de bancos, habiendo presentado unaproposición de un cantero, comprometiéndose a facilitar ese número, de dosmetros de largo, en precio de cuarenta pesetas cada uno. Abierta discusiónsobre si dichos bancos han de ser de madera, hierro o piedra, usaron de lapalabra los señores Málaga, Mínguez, Lera, Yárritu, Palero, Aceitero yFernández, acordándose a propuesta de la Presidencia autorizar a laComisión para que construya un banco de madera y hierro que sirva demodelo, toda vez que en el caso de inclinarse a que fueran de piedra habríande ser iguales a los que existen en el Paseo de Cervantes».

No tenemos confirmación de lo que finalmente se hizo, si llegó aconcretarse o fue una idea pospuesta. Tampoco hemos podido localizar lafecha exacta de la inauguración del Parque de O’Donnell. Esta es una de lasincógnitas que por ahora no hemos conseguido despejar con las actas, niotros escritos que hayamos podido consultar. Las Actas no dejan constanciade ello, ni señalan si se hizo alguna clase de celebración o ceremoniainaugural. Como apuntábamos al principio, es este un trabajo deinvestigación sin concluir. De todos modos, cuando en abril de 1900 se estápidiendo autorización para colocar bancos, y cuando además el 11 de juniose habla de los «vecinos que concurren de paseo al parque», comprobamosque este espacio estaba ya en pleno uso por los vecinos de Alcalá, muyprobablemente inaugurado.

La última anotación que encontramos en el Libro de Actas que hemosvenido siguiendo, es referente a la sesión del 25 de junio. Allí, entre otrosasuntos, se indica que «[…] como la Comisión de policía urbana tenía entrato una yegua de poco precio para dedicarla a sacar agua de la noria delparque, proponía se le autorizara para su adquisición en precio de 180



pesetas, lo que fue acordado por unanimidad […]». La huerta había perdidosu condición de tal, ya era parque; pero la noria seguía cumpliendo sumisión de extraer agua. En los siguientes e inmediatos meses, no hay másreferencias a este espacio verde. Lo que no significa que esté todo dicho. Lahistoria del Parque O’Donnell, no terminada aún, deberá ser ampliada entiempos venideros. No obstante, hasta ahora nos hemos centrado en susorígenes, en su desarrollo. En recordar la importancia histórica que tieneeste espacio complutense, estrechamente vinculado a los devenires de laciudad de Alcalá y su población. Esta es, según los Libros de Actas delAyuntamiento de Alcalá, la génesis del Parque.

5. LA IMPORTANCIA DEL PARQUE

Para el visitante moderno que desconozca los avatares de este parquehistórico, a caballo entre dos siglos, su visita puede parecer de poco interés.No se le presta apenas atención en las guías turísticas de la ciudad. El olvido,los actos vandálicos y usos inapropiados, la poca atención que le han prestadolas diferentes corporaciones municipales —al menos, en lo referente a suhistoria y singularidad— lo dejan relegado al papel de parque modesto, cadavez menos frondoso, con menos arbolado de porte majestuoso. Un parque enel que parece que se pudiera acometer toda clase de modificación, sin quehaya escrúpulos en variar caprichosamente su fisonomía.

No siempre fue así. Heliodoro Castro, en su Guía de 192913, escribíaque era el «Parque O’Donnell, gala y prez de la ciudad, y del que justamentese gloría, porque pocas poblaciones ofrecen un paseo público tan extenso,tan bien atendido y tan esmeradamente cuidado». Elías Tormo, alrededor de1930, narraba que:

«[…] a las espaldas del convento de San Bernardo, saliendo por la calle deSan Bernardo y por el citado arco de la muralla [...] se sale del recintoantiguo de la ciudad al Parque «de O’Donnell», lindamente establecido,cruzada la carretera general que sigue por la que fué ronda al lado N. de laciudad, hasta las Eras. Del lado W. del Parque, a su vez arranca el Paseo delChorrillo, lugar apacible de descanso y merienda»14.



13 CASTRO, H. (1929): Guía‑Ilustrada de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares, Imprenta de laEscuela de Reforma de Alcalá de Henares, p. 96.14 TORMO Y MONZÓ, E. (c. 1930): Alcalá de Henares, Madrid, Patronato Nacional de Turismo,pp. 70‑71.

Durante la Guerra Civil, pese a los destrozos de la contienda,mantuvo la frondosidad característica. Tanta, que el parque pudo serutilizado para ocultar los carros de combate15 de la vista del enemigo, bajosus tupidos árboles; algo que hoy día sería casi imposible de efectuar, de tanescaso como va quedando. Anselmo Reymundo escribe en 1951, elogiandoal alcalde don Félix Huerta y Huerta que:

«[…] de todas las reformas, la que más importancia tuvo fué la de convertiruna buena extensión de tierras de cultivo en un hermoso Parque, que llevapor nombre O’Donnell, el gran General que se distinguió en la guerra y enla paz. Es el Parque lugar precioso de expansión y de gran belleza: tancompleto por sus jardines y arbolado que hay pocas capitales de provinciaque puedan presentar otro parecido»16.

Tras consultar las actas municipales, sabemos que don Félix Huertano fue el artífice original del Parque, aunque sí quien llevaría a buen fin, consumo interés, una laboriosa tarea que se encontró comenzada, sin finalizar.

Pese a sus inicios un tanto azarosos, tal como hemos podidoexaminar, la construcción del parque había encontrado su razón de ser en lascorrientes renovadoras imperantes en el siglo XIX. La expansión urbana,alentada por los cambios a que movía la Revolución Industrial, cambiaría lamanera tradicional de entender las ciudades. Surgirían poblaciones dondelos parques y jardines, «más que para el disfrute de unos cuantos como parteintegrante de las grandes residencias señoriales, se crean sobre todo parasatisfacer las exigencias higiénicas, recreativas y educativas de los habitantesde las ciudades»17. Alcalá no se quedaba atrás en esta corriente. A la par queensanchaba calles, eliminaba soportales, actuaba sobre los elementosurbanos comunes, buscando luminosidad e higiene, proyectaba y llevaba acabo obras destinadas al disfrute y ocio de la población. En ese contextopodemos situar la construcción del parque y la importancia que obtuvo a losojos de munícipes, así como de ciudadanos. El parque O’Donnell sepresentaba como una actuación pionera18, ejemplar, que recibía elogios enuna época donde los parques municipales no eran aún comunes.



15 LLEDÓ COLLADA, P. (1999): Alcalá en Guerra, Alcalá de Henares, Brocar, nota en p. 157.16 REYMUNDO TORNERO, A. (1951): Datos Históricos de la ciudad de Alcalá de Henares, Alcalá deHenares, Talleres Penitenciarios de Alcalá de Henares, pp. 1025‑1026.17 FARIELLO, F. (2009): La arquitectura de los jardines: de la antigüedad al siglo XX, Madrid,Reverte, p. 261.18 Coetáneo del complutense O’Donnell es el Parque del Oeste, de Madrid, cuyas obrasempezaron en el año 1893, inaugurándose el 3 de septiembre de 1905; las demoras no eranasunto exclusivo de Alcalá.

6. PUNTO Y SEGUIDO DEL PARQUE

Según apunta Gregorio Campelo en su libro, el 14 de agosto de 1901el Ayuntamiento aprueba colocar bancos en el parque. No sabemos si por nohaberse colocado aún los acordados el año anterior, o por tratarse dereemplazos; más probable sería la primera posibilidad, a la vista delhistorial de actuaciones. En esta ocasión, se trata de bancos de piedra calizade Colmenar de Oreja, a un coste de 40 pesetas por unidad. Coste ymateriales coinciden con la propuesta que en el mes de junio había hecho elconcejal Mínguez. El 17 de febrero de 1902 se toma la decisión de plantarpinos carrascos; algunos de aquellos ejemplares son los que, sin otrasesperanzas, están sucumbiendo en el triste mes de mayo de 2013. El 29 deseptiembre de este mismo año de 1902 se paga a don Martín Benítez 421,09pesetas por la obra de la balaustrada que bordea el estanque, parte de la cualpermanece hoy día, aunque muy alterada y mutilada19. Son reconocibles lasdiferentes facturas y calidades en los materiales, pese al poder unificador dela pintura moderna.

En los años 30, el parque se mantenía en sus dimensiones originales,a modo de trapecio, limitado al norte por la Ronda Fiscal —prolongación dela actual calle de Daoíz y Velarde—, al este por la calle del Moral, al sur porla carretera de Madrid a Francia —actual Vía Complutense— y al oeste porla confluencia del Paseo de los Pinos con la Ronda citada (Figura 3). En algúnmomento de esa misma década de los años 30, según los planos, el parqueha avanzado hacia el norte, sin llegar a ocupar aún sus límites hasta la víaférrea (Figuras 4 y 5). Quedaría fuera, pues, lo que después se dio en conocercomo Pista Florida. Pero en cambio tendría cabida el bien conocido campode fútbol, donde el 5 de noviembre de 1934, según registraba el “Eco deAlcalá”, la Sociedad Deportiva Alcalá —bajo la II República perdería elapelativo de «real»— caía ante el Atlético de Madrid, por cinco goles.

En 1946 se abre la carretera de Daganzo —actual calle Luis AstranaMarín—, que hasta entonces no tenía continuidad al norte de la vía férrea,con lo que el parque pierde una importante franja de terreno20. Parte de esaparcela sirve para el trazado de la carretera; otra parte, seccionada delresto, queda convertida en un solar que se edifica pocas décadas después(Figura 6).



19 CAMPELO ÁLVAREZ, G. (1987): Árboles y arbustos del Parque O’Donnell de Alcalá de Henares,Alcalá de Henares, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, pp. 13‑14.20 ID. (1987): p. 14.

Del año 1951 es el «Proyecto técnico para cerrar una parcela que lindacon la vía férrea para prolongación del parque municipal O’Donnell»21.

El 15 de mayo de 1953, don José de Azpíroz, a la sazón arquitectomunicipal, firma un «Proyecto de jardines en el parque»22. Según la escuetamemoria del proyecto, el criterio que se sigue es «conservar todos loselementos de fábrica de pérgola que estaban ya construidos». Buscando «nodescomponer la perspectiva del eje del paseo de los pinos con la armadurade madera de la pérgola, se ha pensado el realizar esta doble utilizando laconstrucción existente». En la perspectiva hacia la vía del tren, se busca elefecto contrario. Al fondo se encuentran edificadas unas casas de malaspecto, de composición desordenada. Se propone la erección de unapantalla vegetal conformada por diferentes especies, tales comomacrocarpas, aligustres, dos cedros y una pérgola elevada. Entre esoselementos, se situaría un jardín bajo, de tipo parterre, que llevaría en sucentro una fuente con surtidor. Sin embargo, a juzgar por el plano delproyecto (Figura 7) y las fotografías aéreas, la modificación no se llevaría acabo; al menos tal como propuso el arquitecto municipal.

Para 1956, las fotos aéreas y planos muestran que ya formaba partedel parque todo el terreno hasta la vía del tren, aunque con desigualtratamiento (Figura 8). El menoscabo que sufriera esta zona verde con laconstrucción de la carretera de Daganzo, se vio también compensado por ladesaparición de la ronda que lo atravesaba. Esta vía entró a formar parte delterreno ajardinado. Por una vez, la vegetación vencía afortunadamente alasfalto. Hoy día el antiguo trazado permanece, con pocas modificaciones;aunque convertido en lugar de paseo peatonal, sin sufrir el tránsito devehículos. En 1957/1959 se elaboran proyectos de construcción y ampliacióndel quiosco del parque, también obra del arquitecto municipal Azpíroz23.

En 1971 se elabora el proyecto para la piscina municipal, la mismaque hoy pervive (Figura 9), donde tantos alcalaínos tuvimos la oportunidadde aprender a nadar y tragar agua a la vez, en aquellas frescas mañanasestivales de olor a pan. La piscina estaría dotada de vestuarios y otrasdependencias anejas, ocupando el mismo lugar que hasta el día de hoy.

También se presentaron negros nubarrones en la historia de nuestroparque. 1973 sería un año aciago. Las reformas que se efectúan en él son



21 A.M.A.H., Leg. 4315/26.22 A.M.A.H., Leg. 1480/3.23 A.M.A.H., Sig. 9000190.

drásticas, desvirtuadoras, y demostrarían con el tiempo ser más nefastasaún. En aras de estilos más modernos, se le da un foráneo aspecto de parqueinglés, lo que se traduce en la tala de numerosos árboles, con el objeto depoder colocar amplias extensiones de césped. El parque pierde parte de susseñas de identidad, preparándose para mayores pérdidas en el futuro. Susentencia estaba firmada.

Los pinos habían crecido con una cierta densidad, cobijados entre síen apretado bosquete. Habían ascendido a una altura considerable mercedal cuidado y la necesidad natural de buscar la luz, apoyándose unos enotros. La entresaca efectuada, poco meditada, que buscaba dar lugar a laspraderas de césped, sumada al riego abundante que desde entonces no lefaltaría —para alimentar las exigentes praderas de césped, en una ciudadcon ancestral y persistente carencia de agua—, provocarían las gravesdeformaciones que fueron tumbando los pinos, ahora sin apoyo. Que esasinclinaciones no fueran tratadas a tiempo, como hubiera sido menester, diolugar a mayores vicios; aunque no irrecuperables. Sin embargo, han sido laexcusa necesaria para talar bastantes más pinos de los necesarios, comohemos podido sufrir en los primeros meses del año 2013. La malaplanificación, la falta de previsión, junto con la facilidad con la que se optapor la solución rápida —talar—, han seguido mutilando y deformando elúnico parque municipal histórico que recibimos de nuestros predecesores.Aquel paraje tan frondoso que alabaran los cronistas y visitantes, es hoy untriste remedo de mayores glorias. Ha ganado en espacio, pero ha perdido encalidad y espíritu.

Al observar las talas recientes sufridas por los centenarios pinos delparque, no podemos sino hacernos eco de las palabras que José CésarÁlvarez publicara en referencia a las fatales talas, premonitorias, de 1973:

«Ha sido perpetrado sobre nuestros lares la primera parte del magnoarboricidio. El motor asesino de la aserradora hacía trepidar los cristales ymuros de la casa mía [...] Tendidos y troceados, como en un infame campode batalla, yacían los árboles. Así quedó el legado de nuestros mayores,nuestro opulento botín autoexterminado»24.

Palabras que por desgracia recuperan su vigor, tan válidas hoy comoayer.



24 Ibid., p. 160.

7. CONCLUSIONES: EL FUTURO DEL PARQUE

El parque ha sufrido a través de sus más de cien años, casiimperturbable, los vaivenes de las cambiantes políticas municipales. Elpresente tampoco parece ser muy halagüeño. No son tan solo las talasgenerosas las que ahora lo amenazan. Sobre este secular espacio campea unfaraónico proyecto que podría terminar de desvirtuarlo por completo,provocando la tala de más árboles, la construcción de un gran lago y otrassoluciones que, pudiendo ser adecuadas para un parque de nueva creación,aquí serían heridas innecesarias; como reescribir la Historia, como elaborarun falso histórico. Este parque es patrimonio complutense, y como taldebería ser tratado, reconociendo las diferentes fases constructivas;buscando su rehabilitación, como si de un retablo artístico, como si de unmonumento valioso se tratara. A fin de cuentas, eso es.

El Parque del General O’Donnell es una pieza más de la historiacomplutense, ligada a sus edificios, calles y personajes, dentro de uncontexto histórico y cultural determinados. Al repasar su creación, susprimeros pasos y desarrollo hasta la actualidad, hemos pretendidotransmitir una idea más profunda y amplia sobre su razón de ser, su lugaren Alcalá. No es un espacio que se pueda acomodar a efímeros antojos.Necesita, previo a cualquier actuación sobre él, la elaboración de planesexpertos a medio y largo plazo —décadas—, que no estén a merced delcargo político de turno; algo imposible de efectuar sin un amplio consensoentre todas las fuerzas sociales alcalaínas. Necesita un servicio de vigilanciapermanente, específico; una guardería del parque, que vele por suintegridad y seguridad. Necesita que se mantengan y amplíen los cuidados,por parte de profesionales cualificados; jardineros permanentes. Necesita,también, que se tomen en cuenta las diferentes épocas de su desarrollo, pararecuperar sus valores e identidad; al hablar del Parque O’Donnell, de «ElParque», estamos hablando de Patrimonio Histórico Complutense.

Este espacio verde necesita, en definitiva, del cariño y cuidado detodos los alcalaínos, así como del respeto real y eficiente de las autoridades;actuales y venideras. Solo así podrá recuperar la grandeza con la que fuecreado, su sabor popular y decimonónico, mirando con valentía y orgullo alfuturo.



BIBLIOGRAFÍA

CAMPELO ÁLVAREZ, G. (1987): Árboles y arbustos del Parque O’Donnell de Alcaláde Henares, Alcalá de Henares, Ayuntamiento de Alcalá de Henares.

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TORMO Y MONZÓ, E. (c. 1930): Alcalá de Henares, Madrid, Patronato Nacionalde Turismo.



Figura 1: Recreación de la huerta de Urrutia sobre el plano catastral de 1870



Figura 2: El General D. Leopoldo O’Donnell y Jorís (Álbum siglo XIX – MuseoZumalakarregi)



Figura 3: El parque en los años 30; plano aproximado (Patronato Nacional deTurismo)

Figura 4: Contornos del parque en torno a 1943 (A.M.A.H.)



Figura 5: 1946. Fotografía aérea (CAM)




Figura 7: 1953. Trazas de Azpíroz para pérgolas en el Parque (A.M.A.H.)

Figura 8: 1961. Parcial de plano de la ciudad (Servicio Geográfico del Ejército)






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VOLUMEN XXV (2013) · 2015-06-24 · H.), Legajo 11052/2; Libro de Actas. Las siguientes citas de actas de sesiones son del mismo legajo, salvo que se indique lo contrario. al sur