Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

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  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

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      RCELON

    ED ITORIAL HERDER

    t98

    J t tr~cc ioHts . pa tol~ ia s   par~áoj~s

    TEORí E· L

    COMUNICACiÓN HUMANA

    PAUL

    WATZLAWICK,

    . JA NE T H ELMICK B EA VIN   DON D . JACKSON

     

    t

    I

     

    ¡  

    I

     

    RCELON

    ED ITORIAL HERDER

    1

    TEORfA DE LA COMUNICACiÓN HUMANA

    . Por PA UL WA TZ LAW JC K, JANET HELMICK BEAVIN

     

    DON D J CKSON

    B IB LIOTECA DE PS ICOLOGíA

    1

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    2/24

    P UH mIN

    SPAINIPÓlllO L OAL:B.9. '-1'

    .,, ...

    1 ·~• ;

     o

    1947 W. W. NMQIt

      c_ .

    lile. N~. Y..-k

    @ 1911EdI~ltIl H rdn

    S.A.  .. _

     

    C,egory   ttllon

    mentor

     I  mlgo

    Vcnió.. caslellanade l. obr. de

    P U 

    WATU4WJCr.,JANO HsUUCK  ''''IN y [ uN D.¡ACUON,

    PrQi  ;n Dj H_ C_mMIJ;tol¡OIf.W. W. NOflon ... Compall)', 1M., 1967

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

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    3 2 imposfbtlfdad de no comunicarse

    Ya nos bemos referido (S.2.23) al dilema de los esquizofré·

    nieós, al señ l r que estos pacientes se co mpo rtan c om o si

    trotaran de negar·que   comunican   luego encuentran ne

    cesario negar tambib gu.e esa negaci6n .~nstituye en sí mis

    ma una comunicaci6n. Pero es .igualmente poSible que el p -

    ciente. dé l im presi6n de querer com unicarse aunque sin

    aceptar

    el

    compromiso inb~rente a toda comunicación.,Por

    ejemplo, una   o v n esquizofrénica entr6 de golpe en eleon

    sultor: i o d el psiquiatra con quien tenía su . primerp entrevista y

    l.

    La s

    transcrfpdoDel

    de

    IDtercamblOlverbaJes IImplifican

    CODSiderablt-

    me~

    el material

    p er o p or e sa

    misma

    razón 

    resultan

    en

    últiina instan

    cia

     nsatftfaetorlas  

    dado que tr nsmiten poco m que el contenido lé:dro

      omiten Cal todo el material anal6gico, como Inf lex iÓn de la v oz ritmo.

    pausas, tODOS emocionales contenidos en la risa, los suspiros, etc. Para

    un análid. similar de efemplo. de interacción, en forma tanto ela ita co

    mo grabada, cf Watzlawiclc (157)

    CI lda . uno de l os a x ioma s d e sc ri pt os implica. como co ro la riO s

    ciertas patologías inheren·es que se examiDlU ~nabara. En

    nllestra opinión, la mejor manera de i lu st ra r 1 01 efectos prag-

    m átic os d e

    NOI·

    a xio m as c on si st e e n r el ac io na rl os con trastor

    no s que pueden desarrollarse en la comUDicacló~humana. Es

    decir. dados ciertos principios de com~clón, examinare

    mos de qu mameras  con qué consecuencias pueden verse

    d~torsionados esos principios. Se comprobad qUe l as c on se -

    cuencias de tales fen6menos a nivel   e la conducta a menudo

    corresponden a diversas psicopatologfas. individuales, de mo

    do que, además de ejemplificar nuestra teoría, sugeriremos

    otro marco de referencia desde el cual pueden entenderse

    aquellas conductas habitualmente considerados

      o o

    sínto

    mas de enfermedad mental. Dado que el material se hace ca

    da vez m6s complejo (las patologías de .cada axioma se exa-.

    minar n en la m ism a secuencia que en el ca pItulo 2  ~xcep ·

    tuando

    algunas

    superposleiones.inevitables).

     ·  

    3 Introducción

     

    La comunicación patológica

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    75

    Sin embargo. este fenómeno no

    se

    limita a los cuentos de

    ha -

    da s o a la esquizOfrenia, sino que tiene consecueneías mucho

    más ampUas para la interacción humana. Cabe suponer que

    el

    intento

    de no comunicarse puede existir ell cualquier

    otro

    contexto en que

    se desea evitar

    el compromísc inherente

    a

    toda comunicación. Una situación tfpica de esta clase es un

    encuentro cmtre dos desconocidos, uno de Jos ~ales quiere

    entablar convenac ón y el otro no, por ejemplo, dos pasajeros

    en un avión que comparten un asiento.' Supongamos que el

    pasajero J\ sea el que no quiere hablar, Hay dos cosas que

    no puede hacer: no puede abandonar Hsicamente el campo y

    .no puede

    no

    comunicarse. La prngmátjca de este contexto co·

    Queret.noade st ac :a r una v e z

     

    q ue, a 1 01 fin es d e nuemo aDiliJI s

    comunfcacfemaJ,la. mo oac on l l

    rupectlva. d loado .

    IndiViduo.

    c a r e -

      flD totalmen te de

    Importancia.

    3   2 3

    Sólo cabe maravillarse ante la intuición del autor con respecto

    a los efectos pragmáticos de este tipo de comunicación iló

    gica, pues luego de un lapso de lavado de cerebro. hace que

    AUcia

    s o

    desmaye.

     Estoy segura de que no quise decir ...   empezó' Alicia , pero l a R ei na

    Ne¡ra

    la

    interrumpl6 con

    impaciencia.

     ¡ Pr eci aa me nte d e e so m e q \l~ iC JI ¡Tendrlas qué h e l b e r q ue ri do d ecid

    ¿Para

    qué supones que

    sirve

    un

    nm o

    siD.

    ninsún lii nl fl ca do ? H asta

    lIOa 

    broma debe tener

    U

    lignif icado,   un nlfto es mA s importo.nte

    Qu e

    UD a

    b r oma , supongo .

    No

    podrlas

    nC lilar

    e so , a unque

    lo

    intentaT as

    CO n ambas mano,  .

     No niego cosa, con Jas manos , protestó AJicia.

     Nadie dijo que lo hiCieras , dijo la R eino. Negra. Djje que no

    po-

    drÚls

    .aunQue trataras .

     S e eDcuentra en eae e st ad o d e ·ánlmo. dijo la   Reina. Blanca.   en que

    quiere

    Degar

    algo, pero DO

    sabe

    qué negar .

     Ua caricter deta¡radab1e

    y renccroso ,

    observó la Re in.l Neogra¡

    y

    lueio hub o

    un

    Incómodo

    silencio

    durante

    uno o

    do s m inutos.

    La situación opuesta se describe en  

    través

    del

    espejo

    cuan

    do

    e l l av ad o

    de cerebro  al que

    la  R e ina N eg ra

    y la

    Reina

    Blanca someten a Alicia, corrompe su estilo directo de co

    municación. Aquéllas

    alegan

    que Alicia trata de negar algo y

    lo atribuyen a su estado de Animo. -

    3 2 2

    El

    esquísofrenés , elltonces.. es un len

    lU..

    aje que. obliga al in

    terlocutor a elegir entre muchos

    significados

    posible$ qu,'

    no

    sólo son distintos, sino que incluso pueden resultar mcompa

    ,tibies entre

    sí .

    Así

    se

    hace posible negar cualquier aspecto.

    de un mensaje o todos, sus aspectos: Si

    se la

    hubiera presio

    nado para que dijera

    qué significabr

    su comentario, la pa

    ciente mencionada podría haber dicho con aiJ:e casuah  IOh,

    DO ~; supongo que debo estar

    local ,

    Si

    se

    le hubiera pedido

    qu e aclarara algún aspecto de lo dicho, podria haber respón-

    dido:  O h no, es o  DO es en absoluto

     1

    qu e quise declf.:.

    Pero aún cuando su aseveraci6n

    est

    condensada de. tal

    modo 

    que hace imposible iodo reconocimiento

    inmediato.

    constf

    tuye

    una descripción coherente de

    la

    situación parad6fi~ en

    la que

    S

    encuentra. y el comentario

     debo

    estar loca podrla

    resultar muy adecuado en vista del grado do autoon&aflo no

    cesarlo para adaptarse a este universo paradójfco.· ~ara un

    amplio examen de la negación de In comunicación en Ja es

    quizofrena se remite al lector a Haley  60 p&gs. 89~9Q).donde

    se

    traza

    una sugestiva analogía con

    lo s

    subgrupos

    CUniCOI

    de

    la esquizofrenin. . .

    3 2

    1) elln era el resultado de

    IIn em h¡:rOlzo

    ¡legitimo;

    2) este hecho de algún; manera había

    causado

    su

    psiCQSis ;

    3)  tuvo que casarse se refería la n a.turaleza

    f O l Z l l d a

    d. la

    boda.

    de

    .u nudre

    y

    pocU Significar

    que

    la m ad re

    DOera

    etdpable de

    que·

    la presión soei:tl la hubiera obligado a c:uarse o' blea que la

    madre lamentaba esa dt'CíslÓfi

    fOl:zn(b

    y la exiltencia misma de

    la padtDte, que la ha b ía ob li ga do a tomBJ la.

    4)

      aqul

    JlgDific:abataDto

    el

    ecn u torio

    de l

    psiquiatra como

    1.1

    e' ds

    tencia

    de

    la

    p:u;iente 

    sobre la tierra e

    implicaba  sI

    qu por un

    . lad~. la

    mlldre

    la · babía vuelto loca mfefttra. que,: por el

    otro,

    es

    t ab a e it emaJD lmt e

    c.-Odeuda can

    la m ad re ,

    quien

    babia  pecado y

    , su&ido

    p:lra

    traerla al mundo.

    nnuncíé

    alegremente: Mi madre tuvo que casarse y ahora

    estoy aquí . Se necesitaron semanas para elucidar algunos de

    los

    múltiples

    significados condensados en esa asev 'Jlc,ió.n. sig..

    nificados que, al mismo tiempo, quedaban ,descalificados   r

    .su

    estructura críptica y por el despliegue de aparente buen

    humor y entusiasmo. Su gambito, scgún resultó luego. impli

    caba informar al terapeuta que

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    Entrev.lstador: ¿Qué ~l

    le

    resulta., Sr. R.. que IUI padres 'vivan en la

    mi$ma.

    c i udad.

    que.

    u a t e c I y Al fa inl l la?

    Sr. R: Bueno,

    nosotros

    tratamos... este peJlOftalmente quiero de

    cir. ..

    este. ro prefiero que

    Muy

    (su esposa) maneje las cosas con

    ellos, en lugar de hacerlo yo. Me. gusta verlos, pero no trato dema

    siado de hacerme una obligad6n '.de conrerme hasta all1 o hacer

    que

    ellos... Ellos saben claramente que... siempre fue

    aptes

    de que

    Muy

    y

    yo

    DOI

    ~ramos

     1

    era ••   muy aceptado

     yo 10'1

    hiff'

    ílDl__

    y

    eJ lOf

    prefflrfaa DO. _ la medida

    d e lo poatb1e... este.

    fn.:

    t e r fedr .

    No creo

    qU I

    haya,.. de cualquier manera ereo que llempre

    ha)'

    UD,

    UDa

    corriente mbtermnea en cualquier

    familia. ee

    nuestra

    fa·

    nidia '

    o en cualquier

    otra.

    Y es al80 que mcluso Mary y yo

    Smt imo.

    cuaDClo•• • aoIOtrOl

    do s

    som os m As

    bien

    pelÚi:ciODi.stu. Y... . este •• ,

    sin embar¡o. somos

    muy... 1 O I D 0 5

    tomoI:..

    este, rígido. y ...

    esperlmoa

    J o a ü i m o .

    do ios

    chicc» y pentamol

    que

    si

    uno

    t ieDe

    que

    vigilar. .. quiero decir,

    ti 

    ate....

    11 ha y

    aJauna lDterferencia de

    101

    padent~ D OI Otr Ol ~ . bémoI visto eso

    eD

    otro.

    y

    n o so tr os •.•.

    es algo coutra

    J o

    cual

    ml propia f am i l i a trat6 d.

    protegerse pero, ...

    este...

    y ...

    ate, como en este caso, por qull

    nosot ros •••

      0no di

    ría que nos maIllenemos IleJados de

    lo s

    viejos

     151 

    pÁgs. 20·21).

     

    Ellos

    m

    dljercm' que estuviste con. ella

    y

    que me JIlnlciomsle a él;

    ella

    d iO

    de . DÚ bueDa l· re f~ ,

    pelO

    d ijo q ue

      O DO

    te

    nada r • .

    Elles

    avis6

    q~ Y O .DO

    habia id o

    (J I qSOtros

    sablamos

    que era

    verdad)

    el

    ella hubie~ Uevado

    el

    uun l o

    . :de lante .

    tquo sería de

    ti ?

    Yo

    le di UD O

    a ella, eUOIa él dos,

    tú DO S

    diale t res o mis, todos vol

    Yie roQ de él a ti, aunque antes fueron mlOI .

    yasí prosigUe en

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    79

    logra convencerse

    o  

    misma de que se encuentra

    a

    merced

    de fuerzas que están más allá de su control y se libera así

    de la censura por parte de los otros significativos y de los

    remordimientos de su propia conciencia.

    Con

    todo,

    esto sélo

    significa decir que tiene un síntoma (neurótico, psicosomático

    , o psicótico). Al describir la diferencia entre las personalida

    de s

    norteamericana y rusa, Margaret Mead señal6 que un

    norteamericano podría utilizar

    la

    excusa de una. cefalea para

    abandonar una reunión, mientras que. un ruso sentiría

    re l-

    mente

    dolor de

    cabeza .

    En el campo de

    la

    psiqufntrfa,

    Fromm

    Relchmarm seíial6 en un trabaJo poco conocido el uso de lo s

    síntomas catat6nicos como comunicación

    (51)

    y, en

    1954, [ a ek -

    son indicó la utilidad que tienen los síntomas histéricos de

    Un

    paciente

    para

    comunicarse con

    su

    familia

     0 1 .

    Para un

    estudio más amp1io del síntoma como eomunícae íén, se re -

    mito al lector a Szasz (151) y Artiss (3).

    Esta definici6n eomunícaeíonal de un síntoma quid parezca

    contener U supuesto

    discutible,

    a sa ber, que

    es posible

    con-

    vencerse a sí mismo de est manera. En lugar de r ec ur ri r a l

    poco

    convincente argumento de que la experiencia clfnica

    cotidiana corrobora plenamente este supuesto, preferíriamos

    mencionar los experimentos

    de

    McCiñnies  sobre defensa

    per

    eeptual

    lQ2 .

    co loca

    a un sujeto frente  a

    Un

    taquitosco

    pio,

    un aparato

    mediante el

    cual púeden hacerse visibles

    pa

    labras durante perlodos breves ae tiempO en una pequefia

    abertura. El umbral del sujeto se determina para unas pocas

    palabras de prueba y luego se le indica que informe· a l ex-

    perimentador de todo lo que ve o

      r

    ver en cada exposición.

    So utilizan palabras neutrales y   críticas , con carga emocio

    nal, por ejemplo, violación, suciedad, prostituta.

    Una

    eompa

    ración entre la actuacl6n del sujeto con las palabru neutrales

    y

    con las palabras criticas revela umbrales significativamente

    más altos

      e 

    re(lOnocimientos para

    la s

    segundU, este es ve·

    un DÚm.ro menor·

    de

    tales palabras. Pero ello significa que,

    para 10grar mayor número ~e fallas con las  palabras social

    mente reptobadal, el sujeto debe primero identificarlas Corno

    tales

    y

    Juego toB\ eDCerse de alguna manera de que no

    pudo

    leerlas.

    A sí

    se evita

    l

    incomodidad de t~ner que leerlas en

    voz álta. frente al experimentador. (En esto sentído, debemos

    mencionar que, en general,

    la s

    personas que idean los tests

    psiool6gicos

    ha n descuidado el  ontexto

    cOJ]\unleacional de

    dichos

    tests.

    Por ejemplo, no cabe duda

    a lguna

    de que para .

    el sujeto,  y para su rendimiento,·

    l

    Cosa

    stri muy.

    distinta si

    debe comunicarse con un viejo

     apergamínado

    profesor con

    un robot o con una hermosa rubia. De hecho, las recientes y

    cuidadosas investigaciones de Ro.enthal sobre la  istorsión

    proveniente del experimeatador (véase 5 . .2.53, nota al pie)

     

    4. En tal sentido, se remite al lector a un análisis comumcacional del

    concepto pSicoanalítico de transferencia , que puede entenderse como

    la

    única respuesta posíble frente a una .ituacl6n harto insólita.

    Cf.

    Jaclt

    son

    y

    Haley (76), que también se examina.en   7.5, ejemplo 2.

    Por último, ha y una cuarta respuesta que el pasajero A pue-·

    de emplear para defenderse contra

    l

    locuacidad de B: puede

    fingir somnolencia, sordera, borrachera, ignorancia del idio

    m a . o cualquier otra deficiencia o incapacidad que justifique

    la imposibilidad de comunicane. En lodos estos casos, en

    tonces, el mensaje es el mismo:   mt no me molestada

    ha

    blarJe, pero algo más fuerte qu é yo, de 1 0 cual no puede eul

    pArseme. me lo ímpíde ,

     a

    técnica de recurrir a la fuerza

    de motivos que están más all del propio control, sigue ofre

    ciendo una faUa:

    A

    sabe que est enga6ando al otro. Pero la

     treta comunicacional se vuelve perfecta cuando una persona

    3 34 El sintoma como comunlctzcf6n

    No

    es

    sorprendente que habitualmente recurra

    a

    este tipo de

    comunicaci6n todo aquel que se

    ve

    atrapado

    en

    una situación

    en la que se siente obligado a comunicarse pero, al mismo

    tiempo. desea evitar el compromiso inherente a

    toda

    comuní

    caci6n. Desde el punto de vista comunicacional, por lo tanto.

    no hay una diferencia esencial entre la conducta de un

    ind i -

    viduo lJamado normal que ha caído en manos de un entre

    vistador experimentado

    y

    la de un individuo llamado men

    talmente perturbado que se encuentra

    en

    id~ntico dilema:

    ninguno de los

    dos puede

    abandonar

    el

    campo, ninguno pue

    de no

    comunicarse, pero probablemente por razones propias

    tiene miedo o no desean hacerlo, En cualquiera de los dos casos, .

    probablemente el resultado sea un balbuceo incoherente, con

    la excepción de que, en el caso del enfermo mental, el en

    trevistador, - si se trata de un psicólogo conocedor de los

    símbolos de la mente- tiende a entenderlo

    5 6 1 0

    en términos

    de manifestaciones inconscientes, mientras que para el pa

    cieSlte

    tales

    comunicaciones pueden constituir una

    buena

    ma

    nera de complacer al entrevistador mediante el sutil arte de

    no . decir

    nada diciendo algo. Del mismo modo , un an lisis

    en

    términos de perturbación eognítíva o irracionalidad sos

    l aya

    la consideración necesaria del

    contexto

    en la evaluatl16n

    de tales comunicacionel.. Señalemos una vez más el

    hechO

    de que en el extremo clínico del

    espectTo

    de

    la

    conducta,  la

    comunicación (conducta ) alienada no es necesariamente la

    . ruánifestación de una mente enfbnna. sino quizi

    la

    única re

    acci6n posible frente a un contexto

    d e

    comunícacíén absurdo

    o insostenible.

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

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    81

    3. Entre ambos extremos hay varias formas mixtas impor

    tantes:

    1. En

    si peor

    ds los CtJ . tOI,

    encont ramo,

    lo dtUQci6~ fnt- er fQ:

    10 1

    particlpante6 e fán

    en dsMCUBrdo co n re p ec to a l n lvt'f d el

    cont6tMdo V tambMn al ds relacf6n .

    Antes de pasar a lo s trastornos que pueden surgfr en el ~~l\

    do los aspectos de contenido

    y

    relacionales, consideremos de

    modo esquemitico cu*les son tas

    vpcioBes

    posibles:

    1. En el-

    r M f o r el e l

    ctUO 1m partklpant~

    concuerdan con

    r up 6 cto a l c on tlJ flid o de

     f

    comunicacfone8 fI a la deffnld6n

    de .su

    re lacf6n.

    ..}.Al reJac&oDe.~ea perteDec:en a UD piaDO doDde DO r lpn ...

    aormaa

    corrfeDbII de l

    t l e f o

    y · Ia  

    CODduda

    Se a

    UD

    laberinto

    de

    tu- .

    mne., dispUta. y

    recoad]laclo.... cuya

      I c a el a~tocontrad lctur ia..

    cuya ~ surl. d. \la e6aJda tu ,I.,

    y c:u,oI

     . lores y criterlOl 

    estAD

    dlatonloaadOl

    com o el el¡lado eII O

    de

    DD

    unlftrso

    cermado.

    Se

    ~ta ~.

    UDuaiver lO sa turado d. r ecue tdOl,

    ptro

    IOn ~~lIerdoa de

    ro q no ,. . entJ. fItIdG:

    ltlItmItIo

    d.

    p O t l o

    q no J W t 1 1 H f  

    ~ o rV n I tIcI6 n ,_ . d. futuro. En .

    delpvll

    d.

     oda

    ¡ q . . r e c o n c t l l c f d n •  lempo

    c~ .,. nllfto

    L s   tIrln

     ~ ,, af4

    m •

    IlIlo MO.

    ( 88 , p a S. 128. la. butardlJla. IOnnuestras.)

    contenido y el relacional. El y su esposa hablan experimen

    tado muchas escaladas. sim~tricas vi~lentas. por lo común des

    tinadas

    a establecer q'Rién tenía razón con respecto a algún

    conteDido biYiaI . Cierto día ella pudo demostrarle de manera

    concluyente que él estaba cometiendo un error,

    y

    él contest6:

    1

     Bu~,

    quiá

    tengas razón. pero estás equivocada, porque el-

    • t4I ~ conmlgo .

    Todo psicoterapeuta está famillari·

    zado con estas cOnfusiones entre el aspecto del contenido y

    el aspecto relacional

    de.

    un problema, sobre todo en la COID\J-

    nlcaclón marital,

    y

    tambi~n con la enorme dificultad con que

    se tropIeza pana

    e)lininar la confusión. Mientras que para .el

    terapeuta

    J.

    mon6tpria redundancia de los pseu

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    8/24

    83

    5. Cualquiera de

    estaa

    doa posibilidades podrla resultar adecuada o

      -

    adecuada, buena o

      m a J a H , sesÚD

    Ja relaciÓn de que se trate.

    6 . S . Po t te r , Qu i en iD lr o du l o el W miDO, o&e c :e a l r u pe c :to m ucho . ejem -

    plos peMtranta y divertidos, (118).

    • Aqul. .

    e a o tru pu de l texto,

     

    M ee referl D cl a o un t6r mioo in-

    traducibie:

    m w - u P f U J f l lh i J 1 .

    creado por

    UD

    humorista

    fnalés,

    Slt:phllll

    Po to

    E] fenómeno del desacuerdo ofrece un buen marco de' refe

    r en cia p ar 

    estudiar

    l o s t r .1 s tomos

    de la comunicaci6n

    debidos

    a la confusión entre el contenido y la relación. El desacuerdo

    puede

    surgir

    en

    cualquiera de los dos niveles,

    y

    ambas

    foro

    mas dependen una de la otra.: Por ejemplo, el desacuerdo con

    respecto

    al valor de verdad de la afirma~i6n: El uranio tiene

    92

    electrones , aparentemente

    s610

    puede resolverse

    recurr íen-

    do a pruebas objetivas, tales

    como

    un

    texto

    de química, pues

    e1'0 no s610 demuestra que el átomo de uran io t iene en efecto

    92

    elec t rones ,

    sino que uno de ·los antagonistas estaba en

     0

    cierto

    y el o t r o equivocado. De eltos dos resultados, el p r ·

    mero resuelve

    el

    desacuerdo' en el

    nivel

    del contenido y el

    otro crea un problema de relaci6n. Evidentemente para

    resol-

    ver este nuevo problema los dos individuos no pueden seguír

    hablando sobre lo s átomos sino que deben comenzar a hablar

    acerca do si mismos

    y

    de

    su

    relaci6n.

    Con

    tal

    fi n

    deben lograr

    una definición de su relación en términos de simetría o com

    plementaridad: por ejemplo, el que estaba equivocado puede

    admirar

     

    otro por su mayor conocimiento, o sentirse fasti-

    diado ánte su superioridad y tomar la decísíén de mostrarse

    .superior a

    él

    en cuanto se le presente la oportunídad a fin

    de

    res t ablecer

    la igualdad.' Desde ~uego, si no pudiera es

    perar hasta

    la

    próxima ocasión, pod ría utilizar un. técnica

    del tipo -al demonio con la :lógica- y tratar de ganar la

    dís-

    cusi6n afirmando que el número 92 debe ser un er ro r de írn

    prenta o que tiene un amigo cíentífíco que acaba de demos

    trar que el número de electrones en realidad cuece

    de

    sig

    nificado,

    etc. Un excelste e jemplo de

    esta

    técnica

    nt'tS lo ofre-

    cen los ide6Iogos rusos y chinos con sus sutUes interpretacio

    nes de lo que Marx.  realmente quíso decir, tendientes a

    demoltrar hast'a qué punto los otros son matos ma~l~as. En

    tales controversias, las palábras llegan a p~er su último ves

    t i ,do de

    contenido'

    y se

    convierten exclusivamente

    en helTa-

    mientas de lIUperiorldad ' como lo eq>resa Humpty Dumpty

    con admirable claridad:

    3 3

    vital c on o tra p ers on a.

    Esto lleva a pautas

     

    comunícacién

    paradój i ca

    que

    se examinarán en el capitulo e .

    82

    aJ L os partic ipantes e stán e n de sac uerdo e n e l. n iv e l del c on·

    te nid o, p er o e llo no perturba

    fU

    ,elacf6n. Quizás ésta sea la

    forma más madura de mlJ.nejar el desacuerdo; los participan

    tes acuerdan estar en desacuerdo, por

    ad

    decirlo  cf. 8.3.64,

    ej. 3).

    b L os p a rtic ip an tes están d e acu erd o en el ~ ve l

    de l cont~-

    nido

    pero

    no en el r~on l  cf. 5.3.33   síg.). Ello s ru~

    fica que Ja estabUidad de su ~e~ci6n se v~r;i seriamente ame

    nazada en cuanto deje de

    exíst ír

    la necesidad de

    acuerdo

    en

    el

    mve l del contenido.

    No

    resul ta dificil encontrar ejemplos

    de esta

    secuencia.

    Como

    se

    sabe,

    muchos

    matrimonios tienen .

    crisis precisamente cuando

    s

    superan las dificultades exter

    nas que hasta ese momento obligaban a los ~n)'Uges • un

    esfuerzo

    conjunto

    y a un

    apoyo mutuo. Idéntico fen6meno

    puede observane en

     a

    esfera política, cuando alf.ados. con

    ideologial bbicamente incompatibles se welven

    enemigos

    despu~ de eliminar un peligro que constitufa una amenaza

    para

    ambos

    (por

    e je m pl o, l os

    Estados Unidos

    y

    la Uni6n

    So-

    viética

    despu& de la derrota: de Alemania y Jap6n) o cuand?

    un gobierno de coalici6n se deshace al.desapare~r.la ne~Sl

    dad externa de una coalición entre partidos con

    distl~ta

    onen

    tación polLtica (Austria en 1906). Este mismo mecanismo es

    do

    particular importaneia

    eneleempo

    de la diná~ica fam liar,

    a

    saber,

    la función de ch vo ~

    de

    un niño

    cuyo (:Ir?-

    bJelM (bajo rendimiento escolar, enfermedad fisica, neurosis.

    psicosis delincuencia)

    im po ne a

    los

    padres

    la necesidad

    cons -

    tante ~ tomar decisioneJ confuntas

    y

    de intervenir en sítua

    clones de crisis, cosa que confiere a su relación una .fseudo

    estabilidad que, en realidad •.no existe. En todos

    estOS

    casos

    es posible predecir con

    certeza

    casi matemitica que

    .cualq~ler

    mejorla del paciente se ver' seguida por una crísís marital

    que, a su vez, a menudo hace que reaparezca la patología del

    hijo.  d.

    8.5.42.)

    e) Otra posibilidad ~

    la s

    ~nfusionet eu.tre los dos aspectos,

     contenido y relaci6n , que ya 'se mencion6 previamente.

    Pl  e-

    den consistir en un intento por resolver un problema relacío

    nal en el nivel del contenido (donde no eXÍ5te) o por el con

    t rario,

    en una reacción frente a un desacuerdo objetivo con

    una variación del reproche básico: Si me amaras, no me con

    tradecírías

    S.3.32).

    d

    Por último,

    y

    de particular importancia clínica,

    S?D

    todas

    aquellas situaciones en l s r, u e u na p erso na se ve o blig ad a d e

    un

    m o d o

    u

    o tro a

    dudar

    de

    su s

    p ro pia s p er ce pc io ne s e n.

    el

    n iv e l d e l c o nt en id o , 4 fi n de

    no p o ne r e n p e ll gr o  

    reladdn

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    9/24

    85

    o

    p ue de a ce pta r

    (confirmar)

    la de flnicl6n qu e

    P

    da

    de

    d

    mismo. En n ue stra o pin ió a, e sta c on firm ac ió n p or p arte

    de

     

    de la visión Q 'lo P tiene do s{ mismo   p ro ba ble me nte e l fa c

    tor que

    más

    pesa en

    el

    desarrollo y

    la

    e st ab il id ad men ta le s

    de lo s q ue hemos · pod ido detectar has ta el p rese nte a partir

    do n ue ttro s estu dio s so bre c om unjca ci6n . P or so rpren de nte

    qu e

    parw.ca, .•

    e st e e fe c to a u toCQDf in n ado r la comunicación

    hum ana no se babria desarro1lado m ár a llá de los m uy es

    trechos lím ite s d e lo s interca mbio s In dü pen sab les para Ja pro

    tección

    y

    la sup erviv enc ia ; n o h abría m otiv Os p ara co mu ni

    c ars e p or la c om un ic ac ió n m ism a. S in e mb arg o, la e xp erie nc ia

    co tid ia na d em uestra qu e gra n p arto

    de

    nu es tr as c omun íc ac io

    nes tienden precisamente a ese prop6sito. La vasta gam a de

    emoc io ne s q ue.

    J o s

    i ndiv iduos exper imen tan

    lo s

    unos con res-

    1. Cf.

    Cummlng:

    He mgeridoq_

    ~aD

    parte de J o que

    Laqer

    llama

    .,. . mera e x p r C I i 6 D de Id. - o 'ac t iv idad lhnb61 ta por y pan dmisma,

    correspoDde en

    J a a persouaI D G r I I l a 1 e t

    a

    la fu~D d

    recorutrufr

    CON-

    t aD t emeQ te

    iIl

    ooncepto del

    wll.

    de ohe complementaria o simétrica.

     No s~

    q

    quiere decir con

     gloria ,

    dilo'

    AJlá .

    Humpty Dumpty

    tonrió

    de.sdeñosamente.: Por supuesto que no.•• hasta

    (fue yo te lo diga. Quiero dedr 'debe ser on argumento aplutante

    PAra ti . .

     Pero

    'gloria'

    no s ig n if ic a  U D argwneDto áp lastaD te '' ',

    protett6 aJidL

     CuaDdo

    1 10 u SO u na p a l a b r a . . .

    d ijo H um pty D um pty ,

    en tODO'aJ,o

    despectiVO,

     esa

    p a lab rl s ig n íl ic a

    exaétamente lo

    qu e

    yo deddo

    qu e

    sllnlflque, DI di

    ni

    menos . .

     E\

    IrunlO el , dijo

    Alicia.

      Á

    usted

     .,.a.

    hacer que

    l••

    paJlbrÜ

    s;,nl(¡Quen tan ta. I OOSl. l distinta....

      11 .. uato

    d ~plic6

    HuDJpty Dumpty,

     11 u el

     , o oquf;

    _ tIIM eso el todo .

    (La. última.

    b a s t a r d .l J J a • .IOD Duutras).

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    10/24

    9.. ~ veces; muy pocu, e. cierto, l a inde te rmJnacf6~ l i te ra l

    detempda

    un . papel. Importante 'en una ~bci óD , c om o pue de · ob le rv an e e n la 11·

    .g\lleDte transcripCión

    de UD a

    resl6n de psicot.apia

    CODjuDta. La p r

    habla lOlidtado

    ayuda

    porque

      u peIaas,

    mocbu veces violentas,

    los

    deja_ ~

    preocu~ CO D ~o a

    Iq 

    f racaso como ..

    )'U.eI. Eltaban

    c a sa d oI d e sd e hac la ~1

    aftos.

    El

    mar ido · e ra

    UD homb re

    c;1e

    necodol

    de

    ¡ran

     ita

    Al

    comIet\zo

    de

    elle

    Intercambio,

    la

    esposa

    acababa de señ:l ar que en todo. etcs años nunca

    habla

    aabido cu'l era

    5U

    iituacióa

    c& .

    respecto a

    6

    PsiquJatra~ Aá

    q~

    usted .dice que 00 reci. ,.· de su espoao 1.. seftalet

    que ~ para saber

    Si

    usted lO esti d e tem peñan do b ien .

    EIpoa¡

    No. .. .

    I'.k¡ulatr&:

    dLa

    erlttca Dan cuando

      I  te d lo

    merece quiero decir

    t ft

    for-

    ma

    positiva

    o Mjt:\tiva?· . •

    Marido: Rara vez la critico.. . .

    Esposa (.lmulbiueaDlente)

     

    Rara vez me erlHca.

    Psiqulntra: Bu~r.o,· ¿cómo I labe usted ... ?

    Eapoaa

    (interrumpiendo)·:

    E l

    elogia (breve risa);

    V e r' u ste d,

    eJO

    es J o

    IDÚ comulG   : Supóa¡ue

    que

    y O c :o dDO aJ¡o y 10

    quemo.

    bueno,

    eotonoes

    ~l dice que

    ati

     muy, íltuy

    rioo .

    ·Después.

    si

    hago

    A1 lu

    que esti muy . nc o, entonces dlee que está

    UlDUy~

    ~y rico . Lo dije

    La tercera posibilidad es, quizá, la

    más

    importante, tanto des

    de el punto de

    vista

    pragmático como desde el psícopatolégl

    co, Se trata del fenómeno de la desconfirmaci6n que, como

    veremos.

    es

    muy distinto del

    r e cha zo d ir e ct o

    de

    la

    definición

    que

    el otro hace

    de

    sí mismó.

    Utilizamos

    aquí,

    en parte, e l

    material presentado por

    L al Dg ( 88 ).

    del

    Tavfstock Uute  

    Human

    R e l a t w n s

    de Londres, además de nuestros propios ba -

    l Ia zg o s e n

    el campo de la comunicación

    esquizofrénica.

    Lalng

    ~ita a William. J a m e s   quien escribió cierta 'vez: No podria·

    ídearse un castigo

    mis

    monstruoso;

    aun

    cuando ello fuera 6 ..'

    sicamente poSible, que S )ltar a un individuo en una sociedad

    y ha.eer que pasara totalmente desapercibido para sus míem

    brOs (88.

    pág. 89).

    No cabe mayor duda

    de que

    tal situación

    llevada a u n a

     P'relida de

    la mismidad , que no es más que

    una traduoeíén del término

     alienación ' .

    Tal como la obser

    vamos en la

    comunicación

    patológica, la desconfirmaeió~ ya

    no sereñere a la verdad o falsedad  si existen tales

    eriterios

    de la definición

    que P da

    de si mismo. sino más bien niega

    la realidad de   como fuente de

    tal

    definici6n. En otras pe

    Ia~s

    mi~tras q~e el rechazo equivale al mensaje: Estás

    eqUlvoc8do,

    la .

    desconf~ci6n

    aflnná

    de hecho:

      Tú

    'no

    exist~ O,

    para

    expre$al'Io en térmíaos más

    ngurosos ,

    si

    e n

    J6giéa

    fOrmal

    se identificaran la conñrmaelén y el

    rechazo

    del

    sell.del

    otro con los .conceptos

    de verdad

    y

    falsedad, respec

    tivamente, entonces Iá desconfirmaci6n corresponderla al con

    cepto de indetenninaci6n, que. como se sabe. pertenece a un

    orden lógico distinto.

      I  

    3  3 3 3 D es co nfÚ m a c i 6 n

    86

    3 _33 2 R e c I u w J

    La seguuda respuefta poiible de O frente a la definición que

    P propone

    de

    si mismo coasíste en rechazarla. Sin embargo.

    por penoso que'

    r e su l te , .

    el rechazo presupone por lo menos

    un reconccímíento limitado de

    10

    que se

    rechaza

    y.

    por ende,

    DO

    niega necesariamente

    la

    realidad de la Imagen

    que  

    tiene

    de al

    mtamo:

    De hecho clertaI  formu de rechazo

    ~eden

    Incluso ser constructivas. como ocurre con

    la

    negativa de un

    psiquiatra

    a aceptar la definición que

    un

    paciente

    da

    de si

    mismo en la situaci6n transferenclal

    y

    con la que el paciente

    puede tratar de imponer al terapeuta su. propio jue

    go relacional , Se remite aquí

    al

    lector a dos áutores que, den

    tro de sus propios marcos conceptuales, se

    h an

    dedicado am

    pliamente a este tema, a saber,

    Berne

    (23, 24) y HaIey  80 .

    pecto de

    10

    otros -desde el amor basta el odio- probable

    mente no

    existirfa.

    y viviríamos en un mundo vacío de

    todo

    lo

    que no fueran

    las

    actividades mis utilitarias. un mundo

    carente de belleza, poesía, fuego y humor. Parecería que. eom-

    pletamente aparte del ~ro intercambio de

    inf~ción.

    el

    hombre fiene que comumcarse'

    co n lo s

    otros a lo s fiDeI de S\l

    autopercepcf6n

    y

    percataci6n,

    y

    la verificación ezperimental

    de este supuesto intuitivo se hace cada vez más  ~onvillcente

    a partir de las investigaciones sobre la deprivación sensorial.

    que

    demuestra que

    el hombre es incapaz de mantener su es

    tabilidad emocional

    durante

    períodos prolongados en

    que

    sólo

    s e C o m un ic a c on si go mismo. Pensamos que

    lo

    qu e lo s existen-

    cialistas naman el

    ~cuemro

    corresponde a esta esfera, así co

    ID O cualqUi~

    olra

    forma de conciencia Úl Cl'~mentada de

    si

    mf ll\o que sobreviene como resultado

    de

    estab~r una re

    laci6n con otro individuo.

    Como

    sostenía MartÚl Bu~:

      'E n la sociedad

    hUmaD l,

    e n tod os s us n iv ele .,

    las

    persooas

     fe

    confir-

    man UDaI a otr as de modo prActico, en mayor o meDOl'medida , en

    IUJ

    cualidades

    y

    c apa c id ade s p e rs o na le s ,

    y

    uu a lOCiedad puede O O J W

    d.erar$e hu_na en la medkb en que  U miembros se coafirmaD en-

    .:.. sl~.. . ..

    La

    base de

    la

    .ida del hombre con

    el

    h omb r e  

    el

    doble.

    y

    el·.UDa

    toÍa: e l deseo de todo hom bre dé ser conftnnado por lo s hombres

    cQIno

    Jo que es. O h lc lu s o c om o Jo qu e pu ede Degar a _ y '1. ca

    ~3d innata

    del bom bre para e onfirm ar a SU: .l e II Ie ) ao te l d e esbi

    manera. El hecho de que tal C3paeidad esü tul Iocomnensurablemeatc

    d~idada consUtu)'o IR ~ debilidad

    y

    eaeltioDabWclad de

    la

    ~ hUJn3na; la. humanidad· real ió10 existe e n.oc io e sa m pac idad ~

    desarrolla. (32, pA,io 101-2).

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    11/24

     

    3.34. Niveles

    de

    percepción ínterpersonal

    Estamos en condiciones

    ya

    de volver a la jerarquía

    de

    men

    sa je s que

    surge

    cuando

    analizamos las

    comunicaciones

    en el

    nivel relacional.

    Hemos

    visto que la

    de finic ión

    que

    P

    da de

    . sí

    mismo C'Así es como me veo ...  ) puede

    tener

    tres res

    puestas posibles por parte de

    o:

    cOnfirmación.

    rechazo

    o des

    confirmación. (Desde Juego esta clasificaci6n es

    virtualmente

    idéntica

    .a

    l a u ti li za da en las

    secciones 3.231· 3.233.)

    Ahora

    El la de l

    paciente

    e sc la re ce s u diJema;. él.díee

      n o

    puedo

    ser mb

    que

    y o

    mismo 

    peto

    mantiene

    el

    interrogante:

    ¿yo

    mismo

    es yo o ellos ?Decir

    que esto constituye

    una

    prueba

    de 'únites yoieos lábiles  o algo por el estilo significa pasar

    por alto el hecho interaccional de la deseonñrmacíén a que

    no s

    acabamos de referir. no sólo en la descripción

    que David

    hace de sus visitas de fin de semana, sino también por la

    in

    mediata

    desconfírmacíén que

    la madre hace de

    la

    validez

    de

    la imprésíén que tiene

    David

    en el e; et1l1 lo pre sent e (1-5) .

    A la

    luz

    de la

    desconfirmación presente

    y

    pasada de

    su

    seli.

    el

    lapstl Unguae

    del paciente adquiere un

    nuevo sentido.

    3. David: Bueno ya

     sI:

    que era ...

    4. Madre (simultbeamente): Si, pero incluso t'n ... sí. últirrurnen

    .te,

    lal

    últimas do.

    veceI

    dem que tuviste el. auto,

    5. David: Sí,

    muy

    bien; de cu;1)quier'maneJa (suspiro)...

    Iluisirm

    DO tener

    que .

    se r lUÍ,

    supongo, sería lindo

    5; yc;

    pudiera

    lIiVM

    t:lrme

    o algo

    por

    el estilo... (1UIpIro. pausa).

    8. Pliquiatnu UIIt:edcambia su frase a mitad de camino ~ndo

    su madre • muestra. agradable con usted. Lo cual... rrmlt:l

    comprenaible,

    pero en su posición no puede

    dar se ese lujo .

    7.

    David (IimultbeameDfe):

    Hwnm.

    8. P liq ula tr a: L o v uelve mil chiflado. De ea m anen , us ted ni

    st o

    quiMa ..

    be

    quÍl piensa.

    9. Madre: 

    ¿Qué

    cambio

    hizo?

    lO: .Psiquiatra: Bumo, yo no urdo leer su mente, de m od o q ue no

      euetamente

    que

    ib a a d ec ir, sólo tengo una Ide a

    general,

    bao

    &Ida

    ea la

    exper ieDCia•••

    11. David (ioterrumpieDdo): Bueno,

    .Implemente,

    lo que iba • de

    dr es qu e yo soy el enfermo d. la (ami)la yeso le da a lod os

    Jos

    demál... una... oportunidad de ser buenos tipos y levan

    tarle la

    mora

    a David, tengo

    DaoWl

     

    dnl~

      O f

    el

    pilo o no.

    SIentoque a veces

    eIO

    es 10 que

    pl Sa

    En

    olr :lS

    palabraJ . yo no

    puedo

    t r

    oua

    C08Il

    .mb que

    yo

    mismo:

    y

    ri

    a la

    genfe

    no

    k

    guita

    la

    manera en

    q1Je

      ~O rl • ••

    ee«...

    la

    fIl eftl

    e n

    que

    ltO

    JO  .

    entonces yo les agradezco cuando ellos... me lo dicen, o 'al 

    n~i

    y

    eso es lo que quiero decir. (78, pig. 89).

      f

    que no~ cuAndoalgo

    está

    rleo, que no ~ 11me critica o me eJogfa.

    Po+ que ~

    cree' que al eJogtarme puede hacer que me .upere,

    y

    cullndn mrfeZCO un cumplido. ..  J l iempre me hace eJosiot, u[ es,

    do mOdo

    que

    )10

    pierdo el valor del elogio. '

    PJiq l: t ra. : As r

    que en realidad u.rted

    DO

    sabe cuAles

    ¡u

    sltuaclón

    co n

    alg u¡~ n que siempre elog ia ..•

    EspoJa (interrumpiendo): No, no .é cutDdo me critica y cuándo me

    . elogia COJ I verdadera IIncerfd.d.

    1.0 que

    OtorgR

    tanto

    In terés 11

    este ejemplo es que, auuque ambos

    eón-

    ) Ustt l

    tiC nt'nplena conciencia del patrón en el Que.están atrapados, eso

    rIB In~

    nrud ll en

    lo mh mínimo para

    hacer Rlgo

    .1 respecto. .

    l. David:' Bueno, a ve ce s l ie n to que mi. padres.

    y

    ·Charle. también,

    son muy aensiblel con respecto a cómo me l iento, quizA dema

    siado s en sibles. p orqu e no M ,

    DO

    l ie nt o que hap ta nto J {oCUladO

    . voy a casa, o .•.

    2.   bdrc: Humm. Davfd, tú no has est.u)o a~1 detde que tuviste

    el nuto, sino que ..• pero

    cmf~,

    eras .,(.

    y ahora veamos un ejemplo especifico que se -ha publicado

    cón mayores detalles en' otra parte (78). Esbi tomado de

    UDa

    sesión de psicoterapia eonfunta de una familia compuesta por

    los padres, su hijo David,

    de

    25 dos (. quien primeramente

    -mientras se encontraba cumpliendo el servicio militar n los

    m  

    años- se le hizo

    un

    diagnóstico oficial de esquizofrenia y

    que luego vivió en su casa basta aproximada~te.un año

    antes de esta entrevista, época en' que fue neeesarío intemar~·

    lo), ' / su hifo Charles, de 18.aftos. Cuando

    surgió

    el

    tema

    de

    la tenri6n

    que

    1..

    vfsitaS de fin de semana del ~¡ente síg

    nifiCáhan

    para t o da la f am il ia,

    el

    psiquiatra· seiiaJ6

    que .

    daba .

    1 1 \ impresión de que le' pedían a David que soportara la into

    lerable carga de 1a atención solfcita de la familia.

    Así

    David

      convertía en e1único indicador de la forma en que habfan

    andando las cosas durante

    el

    fin de

    semana.

    Sorprendentemen

    fe. el paciente no

    vaciló

    en encarar esta

    cu estión:

    Para citar a Laing:

    El patr6n

    familiar

    aua~lsUco que

    ha

    iur&ido del estudio de

    fa -

    miJlu de 'etquizofrénlcos

    DO

    laduye tanto • un

    hffo

    sometido   un

    d es cu id o to ta l o a iq ui er a a

    UD

    t ra uma e v td e Jr te ,

    siDO

    a

    UD

    hifo

    cuya

    lutf>nllcid.d le ha vIato

    IOmetid.

    a m enU do ID'Ioluntarlamente, • una

    mutilnciÓn.util pero persittente.

    ({)á .

    91.)

    E l r e.u lt: d o fI nA l d e e tto le .lcama.. . c ua Ddo , i nd ep en di en te men te

      c óm o

    (una persona) aet1Íe o

    le

    lieota. Independientemente de qué

    si¡ni(icado de •

    su

    Iituaclón,

    IUJ

    t ef tt lDÚemO l 1 00 t eD l dO l

    eD

    cuenta,

    l t

    ac to s s on d es co ne ct ad os de IUJ mot ivo s , iDt enc iones

    y

    conseCuencias,

    la

    tJtu3dén el despojada del lignificado que tiene pata ella, de modo

    q ue q ue da

    totalmente

    cxmfundida

    y alienad•.

    (ngs. 135-6.)

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    12/24

    · 91

    Un hombre sieote que eu esposa DO lo compreDde. ¿Q\l1Ipuede lig

    nlIlcar elto? Podría si¡oifialr que él creo quo ella DO comprt:nde

    qUe 61.. IieDto abandonado. O él puede creer que ella DO c:ompreodo

    que él la ama. O bien podrla ser

    qu e

    ~l cree que ellá cree que ét es

    mezquiDo.

    cuando

    él simplemeato quiere

    se r

    caute lOfOl

    Qu e

    él

    eS

    cruel,

    cundo eU sólo quiere mostrarSe firme: que 'él es e go (a ta , c ua nd o 1 6 10

    quiero

    evi ta r q ue  o u se n c omo f el pu do.

    Su espo~ puedo HDlir que él Creo que eIJa cree que él ·es

    esoSita •

    ién como ejemplo de lo diffcil que resulta ezpre

    $&resta relaci6n en lenguaje

    digítah ' . .

    E l elQulzolr~nlco ve e~ punto de vista .d e la madre mejor de  o que

    éste 've el del eaquizolrénlcO. .

    El .elquizofl~eo eomprel de que la madre DO comprende que '1 ve

    su .punto de vitta,

    90

    10. A prhnem vista, esta f6rmula parece

    DO

    adecuarte al concepto de

    dt ~C 'OnfInnAc:f6n

    t  . . I

    comn In hel1J()'

    d P o . c c r l p t n  

    SIn e mb or gl), I'n (l' til1J()

    3~1I'¡5, Inrl1t~ f'1menAAle Pilla mi tú no eldstea como UDa '-ntldact

    por

      mísme  equivale a '~Es

    as t 

    COOlO yo te ven: tú no existes ; El hecho

    de que esto sea paradójicn no $ignifica que

    110 Pll 'da

    ocurrir.

    COmo

    se

    ~lIgeriráen detalle en el

    ~pítlll0

    6.

    3.35. Impenetrabilidad

    J')~bemos casi todo lo que se' sabe acerca de tales consecuen

    -clas a las inv:esUgaciones

    de

    Laing, Phillipson y Lee, quienes

    deseríbiemn su trabajo en un libro reciente (90

    bu .

    En

    In.

    introducción, dichos autores señalan que las teorías psicológi

    eas siguen estando basadas en gran parte en conceptos ego

    '~rttrico~ v mOD,'dico l.El psicoanálisis. por ejemplo. postula

    el Yo. el Supe'1'ó y el Ello, pero no el

     tú   .

    Sin embargo. en

    la realidad interpersonal de la vida diaria, mi   está las más

    de

    las veces enfrentado por un

    Alter

    y. desde el punto de

    vhta del Alter mi Yo es su Alter Así , la visión que el otro

    tiene de

     

    es tan importante (por lo menos en las relaciones .

    personales estrechas) como la visi6n que yo tengo de m' mis

    mo pero. en el mejor de los casos, ambas visiones  l:61oson

    m:\lI o menos similares. Empero, este  M. \ o menos determí

    na, m:\s que cualquier otro (actor, la naturaleza de nuestrR

    relación y. por consiguiente, mi sensacíén (y la del otro) de

    ser entendidos y tener una identidl\d: :

    bien, estas tres respuestas tienen un denominador común, ya

    que por medio de cualquiera de enas O comunica: As' es

    como te veo . 10

    As~ en el discurso a nivel metacomunicacional hay un men

    saje de   a O: Así es corno me veo , Está seguido por un

    mensaje

    de O a   As'

    es

    como te veo . A este mensaje,  

    responderá con un mensaje que afirma, entre otras cosas, •As(

      sf

    es como veo que

    me ves , y

    O,

    a

    su

    vez, oon

    el

    men

    saje •As es corno veo que

    ves que yo te veo . Como ya se

    sugirió. cabría considerar que se trata, al menos teóricamente,

    de un r eg re uo infinitum  aunque PQ r motivos de orden prác

    tico debe suponerse que resulta imposible manejar mensujes

    de un orden más alto de abstracción que el del mencionado en

    último ténnino. Ahora bien, cabe señalar Que también cual

    quiera de estos mensajes puede ser sometido por el receptor

    a la

    confirmación, el rechazo o la de5COnfinnaci6n yn des

    criptos. y que. naturalmente, e110 se aplica también a la de

    finiCión que O da de sí mismo y al discurso metaeomuníea

    cional con   que le sízue, Esto neva a contextos comunica

    cionales cuya complejidad hace tambalear la imaginación y

    que sin embargo, tienen consecuencias pragmáticas muy es-

    ~ m c a s .  

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    13/24

     

    En término generales, resulta gratuito suponer no 561 0 que el

    otro cuenta COn la misma Información que uno mismo. sino

    también que el otro debe sacar de dicha informaci6n idénti

    cas conclusiones. Lo s expertos en comunicaci6n han calculado

    que una persona recibe diez mil impresiones sensoriales  E X -

    teroceptivas y propioceptivas) por segundo. Resulta evidente.

    3 4

    Desde luego, las discrepancias en cuanto a la puntuaci6n.

    de

    la s secuencias de hecho tienen lugar en todos aquellos casos

    en qué por lo menos uno de los comunicantes no cuenta con

    la misma cantidad de información que el otro, pero

    DO

    lo sabe.

    Un ejemplo simple de tal secuencla sería el siguiente: Pes·

    cribe

    una carta a O Proponiéndole un negocio e invitllndolo

    a participar. O acepta la proposición, pero su carta no llega

    a destino. Después de un tiempo, P llega a la conclusión de

    que

    O

    no ha tenido en cuenta su propuesta y. a su vez. re

    suelve no interesarse m s por él. Por otro lado, O se siente

    ofendido porque no tuvo contestación   su carta y tambien

    decide no establecer nuevo contacto con P. A partir de ese

    momento, su disputa silenciosa puede durar eternamente, a

    menos que se decidan a Investigar qulS sucedl6 ron SU comu

    nicaciones, esto es . a menos que comiéncen a metacomuniear

    se, S6lo entonces averiguadn que P .no sabía que O habia

    contestado, y que O no sabía que su respuesta nunca habla

    llegado a manos de P. Como puede verse, en este eJemplo' un

    hecho exterior fortuito interfirió la congruencia de la runo

    tuac16n.

    3.41

    Unos pocos ejemplos de las complicaciones potenciales inhe

    rentes a este fen6meno  ehan presentado ya en el capítulo

    anterior. Ellos muestran que las discrepancias no resueltas en

    la puntuaCión de las secuencias comunicacionales pueden

    n e -

    var directamente a ' t7If 'GIU' interaccionales en los que. even

    tualmente, se hacen acusaciones mutuas de locura o maldad.

    Se rl6 porque creyó que DO le

    podlan acertar -no imaginaba

    que estabau practictndo cómo

    errarle--. BRECliT.

    3.   •  a puntuación

      e 

    la se uenciade hechos

    11. Ad:lpt~dode Lalng y Estenon  90 pAJ  188).

    Pien :. por Su propin cuenta.

     un han intentado domJnarla.

    La f al ta

    de armonl.

    el.

    tb com

    pleta que resulta impodhle de

    cirle

    nada

    a lo s padres.

    Mediante .el ~rcalmo. 10, rue-

    10 . e l . .

    idienlo, Intentaron go

    bernar

    sU

    vida· en todos los as

    pectos Importantes.

    Es verdad en cierto sentido, pe

    ro el terror que le sigue Inspl

    raDdo el padre Je hnpfde revc

    larle rus verdadero. lentimien

    tos, y toda l. Se lIente contro-

    lada

    por él .

    Sil verdadera manera de ser es

    viva. y

    aJetre .

    Hay arm o nla e n

      familia.

     

    A

    menudo deprimido y atemor ·

    .do. .

    Fingia todo el tiempo.

    Siemprft

    feliz.

    Nauft tr ibuoiona Mchtu por

    l l  .,tn

    t

    c W n l

    AsJ . Eg o y Aller se enfrentan uno al otro en creciente aliena

    ción, una aHenaci6n cuya naturaleza

    ~nterpersonal

    est mis

    aU' de la percepción indiVidual y cuyas consecuencias, por lo

    tanto se abibuyen, . al otro.

    Laing y Esterson· oftecen un a pran variedad de ejemplos cl í

    nicos de impenetrabilidad en el nivel relaciona} como el que

    so acapa de describir. A continuación se ofrece un ejemplo:

      que tila ate Que ella· ve

      puDto

    de viIta,

    y

    que

    eI a DO

    entieode

    que no es .d .

    POI otro lado. la madre cree que ve el punto de vista del esql1~

      énko . .

    y que el esquizo éDfco

    DO

    ve el de ella,

    y

    n;J se

    da

    cuenta de que el elquiz.ofrénico sabe que eso es lo que

    ella cree, y que

    ella

    DO sabe que él lo sabe. (90 b1I.

    pll . 41).

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    14/24

    Esposo

    (111

    terapeuta):

    UOO

    larga

    ezperlencia

    m e ha eD Señado que si

    qu ie ro D l aD t eDe r

    la paz

    en

    mi

    casa

    lID debo

    oponerme a qu 

    1u

    C l O sa as e h a ¡ lI l c o m o ella quiere.

    Esposa: Eto no es cierto.

    M e ,ustada

    que mostrara. un poco má de

    iDiciativa y ~ecidieras por lo menos algo cada tanto, porque ..•

    Esposq (lotemJmpleooo): ¡NuDca me

    dejarías

    haCerloI

    Espoaa: 'te dejarla de buen lirado, pero cuando lo hago nUJIcapasa

    l Iada~ ' y eutoDCes~o

    teDiO Que

    hacer to do a últim o m om eD to,

     POlO ( a l t er ap e ut a):  clLo ve ? Uno DO puede OCUparlO d e la s c os as

    a m edida

    que

    Se

    presenf~~ ; hace

    falta

    planearlas

    orgaJlizarlas

    .co n UDa   e I J l l l a d e a nti cl pac i6n .

    Espala ( enojada):

    D a me UI\  

    ejemplo en

    lo s

    ú ltim os

    años en

    qu e

    bayal hecho al,o.

    Esposo : .

    Supongo que no

    puedo

    hacerlo. .. porque

    e s m e jo r p ar a todos,

    incluso para fo s chicos, sí dejo que te salg:1Scon la tuya. Es o lo

    descubrí muy a comlenzos de nuestro matrimonio.

    Esposa : Nunca te has portado de o tra m :mera, nunca, desde el co -

    m íenzo , siem pre m e h as d ejad o

    todo

    a m I.

    Esposo: Por amor de Dios, escuchen esto (pause, luego dir igi~ndo.e al

    terapeuta). Supongo Que ahora se refiere a que liempro lo pre

     UJlto

    qu6 es lo que  Ila quiere; por ejemplo ¿Dón4e te ,ustarla

     

    etb nocheP

    o

     ¿ Q u6 te p starla

    hacer este fin de

    .Mabar

    y

    Desde el punto de vista pragm~tico, hay muy poca

    n

    ninguna

    dilerenc~a entre las interacciones de las naciones y las de los

    hidiViduós una vez que la puntuación díserepante ha llevado

    a visiones distintas de la realidad. incluyendo la naturaleza

    de la relación. y. por 'ende, a un conflicto interpersonal o la

    ternacíonal, El siguiente ejemplo muestra In influencia del

    mismo patrón. en el nivel ínterpersonal:

    , .. En otra¡ palabras, los sist em as antiballstiros so n defensivos pelo

    ~ ,.~ ,~ , ~n sist e en afirm ar, m odiE iC llDel

    ltatul quo

    b as ad o e n

    la

      m e n z ·

    de un ataque nuclear. Ello da orige n

     

    lo pregunta: ~quién

    ha de ¡an,tr y quién deberá enfrent:u'  serias

    dificultades . Tomemcs

    dos , ,se., \1 ,nopacífico y preocupado por mantener l a paz y la segu

    r idad,

    y el otro

    in clin ado a

    un a política agresiva y nada reacio a·

    re -

    currir o cohetes nucleares para sus fin es a gr esívos, pero con un m ín imo

    de p6rdidas.

    Resulta ev idente Que

    fa c reaelén

    de

    UD. \

    defensa nn tiballst ic a eficaz sólo

    sirvo

    para

    p r es e rv a r l a·

    seguridad

    de l

    pall pacífiCO

    y

    no

    I Igresivo;

    el

    hech o de que esté en posesión de una comb inación d e m ed Io s antlba

    II sticos

    y colletes nucleares

    efectivo s .ií vo pllra

    promover ti

    tarea

    de

    detener a UD as re sor po tenc ia l, · afillnzando su propia st'guridad   man-

    ten iendo Ja estllbilid.,d

    de

      ¡:la mundía] . U n país

    que

    no está

    c l t s -

    puesto a abandonar su po){tici. ag resiV¡l naturalmente no se sentid de

    masiado feliz

    an te

    Inl situación. (15

    bis 

    p A g o 28).

    94

    12 . Ta l

    me tncomunlene l6n

    DO et neeelUlamente

    verbal.

    DI

    t ampoc o d . .

    b e Idt'nti(leársela a la ligera con  lmi hl cf S. 7.3i

    ·3,~ Causa

    y

    efecto

    Solemos observar en estos casos de puntuación discrepante un

    conflicto acerca de cuél es Ja causa y cuil el efecto. cuando

      e n realidad ninguno de estos conceptos resulta aplicable de

    bido a la circularidad de la interacci6n. Para volver una vez

    .~ al ejemplo de Toad (S.2.42), podemos ver que la nación

    . A.se arma porqu se siente amenazada por la nación B (esto

    es, para

     

    su propia conducta es el efecto de la de B), mien

    tras C J ue la nación B considera que los armamentos de A son

    la causa de sus propias medidas  defensivas , Joad publicó

    sus ideas sobre la guerra hace aproximadamente treinta años.

    Se comprobará cuán poco han cambiado las cosas desde en

    tonces a través del símríente pasaje, tomado de un artículo

    sobre el problema de los proyecti les antibaHsticos, publicado

    hace poco por el general Talenslcy del Estado Mayor sovíé

    tico, que revela la misma puntuaci6n falaz Que subyace vír

    tualmente a todo el pensamiento militar en el hemisferio oc

    cidental:

    por lo tanto, que se necesita efectuar un proceso drástic? de

    selección para impedir que los centros cerebrales superlOl 'e5

    se vean inundados por información irrelevante, Pero, aparen

    temente, la decisión en cuanto a qué es esencial y qué es

    irrelevante, varía de un individuo a otro y parece estar de

    terminada por criterios que, en gran medida quedan fuera de

    la conciencia. Probablemente la realidad es según como la

    vemos o para decirlo con las palabras de Hamlet: ..... porque

    DO

    bay nada ni bueno ni malo que no

    10

    hagamos tal con s 6 1

    pensarlo .

    Sólo

    podemos conjeturar que en la raíz de estos

    conflic tos de puntuación existe la eonvíccíén firmemente es

    tablecida y por lo común no euestícnada, de que sólo hay

    una realidad, el mundo tal como

    yo

    lo veo, y que cualquier

    visión que difiera de la mía tiene que deberse a irraciona

    lidad o mala voluntad. Hasta aquí nuestras especulaciones.

    Lo que podemos obseroor en casi todos estos casos de comu

    rucaci6n

    patológica es que constituyen círculos viciosos que

      .Se pueden -romper a menos que la comunicaci6n misma se

    convierta en el ·terna de la comunicación, en otras palabras,

    hasta que los comunicantes estén en condiciones de metaeo

    municarse.

     

    Pero para ello tienen que colocarse

     fu r

    del

    efticuJo~Esa necesidad de salir de una contingencia dad. pa-

    · 8

    poder resolverla reaparecerá con frecuencia como tema en

    o e c t e libro.

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    15/24

    , Al

    19ua t

    que la escritUra china, el material del mensaje ana

    lógico~ como

    ya

    se sef1a16

    earece

    de muchos de los elementos

    que forman Parte de la morfologia y la sintaxis del lenguaje

    digital.

    A sí

    al tradUcir mensajes analógicos al lenguaje digital.

     

    ,

    3 5

    Al tratar de describir estos errores, acude a la mente una

    anécdota tomada de la novela dé Daniele VaJé, The

    Gat

    t

    appll S parrOW l 

    El

    protagonis ta ,

    un,

    europeo

    que

    vive

    en

    Pekfn durante la década de 1900, toma lecciones de escritura

    c~ con un profesor

    de

    esa naclonalJdad. quien

    le

    pide que

    traduzca una

    oración a;>mpuesta

    por tres,

    earacteres, que el

    protagcmista correct,.mente descifra como los IÍgnos eorrespen

      e n t e s

    a -redonde:z-', sentado  y  agua , En

    $U

    intento por

    combinar' tales

    ~tOf y

    formar una oración (por expre

    sarlOs en lenguaje digital, como diríamos nosotros) elije Al·

    guien se está dando un bafio de asiento , ante la mirada des

    preciativa del dist{nguido profesor, dado que en realidad. la ora

    ción consfstfa en una descripción muy poética de una puesta

    de sol en el mar.

    3 5 E ora

    de

     traducción  entrematerial ancáógfco

      d4 ftal

    mostrar el profundo efecto que los rupuestos

    y

    las creencias

    del experimentador ejercen sobre el reudimiento de los sujetos

    experimeDtade.. aun cuando todavía

    De)

    se sabe a ciencia cier

    ta de qué modo y por medio de qué caoales se traD IDiteD

    tales distorsiones.

    Un u so c urio so

    de

    la s

    profeciu' a lt~WDplidoras

    p u ed e e nc on - '

    trarse en la tradición de la s familias judias orientales, donde

    'los padres por lo general decidían el futuro matrimonio de

    los hijos y como puede imaginarse su elecci6n no siempre

    coincidía con

    la s

    preferencias de los jóvenes.

    Les

    padres so

    lian utilizar loi servicios de un casamentero profesional. Este

    experto en relaciones interpersonales conversaba primero con

    uno de 101 futuros 06n)'U8es y le informaba ·confidencial

    mente que

    el Ob;O

    estaba muy interesado ~n él pero que no

    se atrevía a manifestarlo. Por ejemplo, solicitaba a

    la

    futura

    novia que se fijara.en la forma en que

    el

    joven Ja miraba

    cuando ella DO 1 0 observaba y, de manera igualmente confi

    dencia . despert ,ba el .interés del hombre por el supuesto

    interés que

    la

    joven sentia por él.

    Por

    lo común, ambas pro

    fecw no tardaban en cumplirse.

    3.44

    Eato

      s

    lleva al importante concepto de la ~ocUm

    ~ que, desde el punto de vista de' la eoDI-

    h(uye quizás el fenómeno más iriteresante en el campo de la '

    puntuación, Esta profecía puede entenderse como el equiva

    Jente comunicacionaJ de una

    p itlo prlncipil.

    Se trata de

    una conducta que provoca en los demás la reacción frente a

    la.

    enal esa co nd ucta seda una reacción aprepiada. P or

    ejemplo, una' persona que parte de la premisa nadíe me

    qo¡er~t, se

    comporta

    con desconfianza, a la

    defensiva,

    o con

    agresiVidad, ante

    lo cual

    es probable que los otros reaccionen

    c o n

    desagrado, corroborando uf su premisa original.

    A

    los

    fines de Ja pragm'tica ..de

    la

    comurucaci6n humana. rerulta

    una vez

    mil

    irrelevante preguntar

    f O

    quA

    una per~ parte

    de

    t a t p r en \ fs a ,

    de dónde

    surgi6

    ~st..

    Y ha st a

    qu6

    punto e s fn ..

    consciente. En términos pragm6.ticos, lo que se psede obser

    VIlr

    es

    qu e ]a

    conduela

    fnterpersonal

    de

    es e

    individuo mues

    tra esa clase de redundancia.

    y

    que ejerce U n efecto

    comple

    mentario sobre los dcmú, fordndoJos a asumir ciertas acti

    tudes especfficas. Lo

    qu e

    caracteriza Ja seeuenc:ia y la con

    vierte

    en un nmblema de puntuaci6n es que el individuo con

    sidera que él sólo est' reaccionando ante esas actitudes, y

    no

    que las provoca.

    Una vez más merece citarse, por su

    relaeíén

    con este tema,

    to s

    el~rimentos de Rosenthal (130 bis). Como ya Sé sefialó

    hrevemente en una nota al pie en la S.2.53, este autor pudo

     

    HI  : Y

    1 3 i e n   ¿por qu' te ataqu~?

    Quid.

    buscaba atio, al,go que me

    f a lt abA. Afecto , quizá tenia

    avidez

    de

    .fecto.

    Madre: No qufirlas nada de eSO.Siempre pensaste que e1a empalagoso.

    Hija: Bueno, ¿cuáDdo me lo ofrec:isteP

    Ma dr e: P o r e Je m plo , st er a

      0

    la qU e q u ed a besarte,

    dedal.,

     N o leu

    Clr¡oa ,  

    Hlfn:

    p~o 'UlflCQ

    'u,,,

    qu túm

    ,mnttfrla,

    beHrf .   fJ j.

    págs. 20.21).

    en

    lu¡ar

    de

    comprender

    que sólo queda ser amable con ella,

     

    eDOjaba,., •

    Esposa, (al terapeuta) Sí.

     

    que '1 todavl. no' eélmpreade

     

    que

    If

    u na e sc uc ha

    OIte

    aswito

    4.  CUGlqui« COlO

    que qw eru bacer,

    q u er id a, e st A b ie n p ar a

    mi UD

    mes tra. Ob 'o , u a o e om i eD r a

    a Mo tif

      ¡\le M d c a

    de

    la

    q1&eun a qu ie re le

    importa., ,

    Idéntico mecanÍJmo puede observarse en

    UD

    ej mpW ofrecido

    por Laing y Esterson, en, el que participan una madre y su

    hija esquizofrénica. Poco antes de su hospitalización, la hija

    atacó Hsicamente, a la madre, aunque s n llegar a lastimarla.

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    16/24

    99

    Tal como se exPlii:óen el cap it~ lo an te r io r , el lquaJe digi

    tal posee un a ~s lógica que lo hace particularmente apto

    para la c om um ca cló n e n e l n iv el d el c on te nid o. P ero al traducir

    el IllateriaJ analógico,· al l en g ua je d ig it al , deben introducirse

    la. ~cloDel lÓgicas de verdad, puel 'stas faltan ea el modo

    &w. \16g ico .Ta l ausenc ia. se w elv e particularmente n ot R ) o e n

    el caso de .~ negació n, ya que fa lta el equ tvalea te d el.  ftO~

    digItal.

    En

    o tr as p a la b ra s,

    míentiu·

    que

    resulta

    limpie tnUlS.

    ~tir

    e l

    mensaje 1lIJa ~gico:re atacaré , es m uy difJcil trans-

    mitir:   te atacare. tal como re~a difici l si no impo si hl e

    intrOducir negativos en las com putadoras a~ '\)6gicas.. '

    ~n la Do~la de KoestIer. A r rl VG l aM D parturll  e l p ro ta g o-

    nist~. un Joven que

    ha

    escapado de su p aí s o t.'U pa do por

    los

    nazIS y cuyo rostro ha quedado desfigurado por las torturas,.

    se enam ora de una herm os~ m ujel'~ N o tie ne e sp era nz as de

    que ella l 'esponda a sus sentimientos, y   6 1 0 d e se a p e rman ec e r

    ~ su lado

    y

    acariciarle el cabello.

    La

    joven .e o.PQ D ea e sta s

    lnocent~ caricia,: c osa q ue d es pie rta e n é l ta nta d ese sp era ció n

    c om o a paslo na mum to hasta . qu e ~ste te rm ina po r IOlnet rJa.

      5

    Cuordo

    UD

    puJpo

     o

    wta

    Ilación

    hDee un Ic.tu :lIncn.'\~ador.el

    ot rCl

    podria Jlcpr • la

    CO ia cI Uli6 a e q .. a qu 41 e s tu .te o . . .. d isp uesto

    a luehar , pero

    esto DO

    maba Jnclu1doen el. m e o c n J o nrigíua1. Da hecho,

    el

    l DC DS :l jo z ni sm o el ·DO

    i ll dJ ea tJ vo ) ' s ed a me jo r am li de ra tl o

    cOmo

    Ilná1oco eL

    UDa vroPtluttJ.

    o una

     regtl.

    en

    el

    mundo

    d1ii~l.

    En tal sentido, debe recordarse que todos

    l o s

    mem;o. jesana-

    lógicos

    m~n lignificado. a nivel relacional, y

    que,

    por

    Jo

    ta nto , c on stitu ye n p ro pu esta s a cerca de

     

    reg l~ (u tU fR s d e

    la

    ~elaci6n.para

    utilizar

    otra de las definiciones de Bateson.

    S eg ún s ug ie re é ste , m e dia nt e mí con du cta pu ed o m encio nar o

    p ro po ne r amor , o di o, pelea, ete., pero es e l o tr o el que atribuye

    fu tu ros va lores de ve rdad po sitiv os o ~ gativ0 5 a mi propues-

    tao

    E:vidt»ltemente, ésta . es

    .la

    Suente ·

    c M

    iQnumerables

    confIJc.

    tos relaclonalea.

    l.

     

    I

    l  

    En · u n tra ba jo in éd ito . B ate so n su gie re la h ip óte sis d e q ue o tro

    d e lo s e rro re s

    b4sicos

    que re com eten al' traducir de un m odo

    d e comun ic a ci ón al otro es el supuesto de que un men.o: a'¡c

    a na ló gic o e s p or n atu ra le za a firm ativ o o d en ota tiv o, ta l c om o

    lo IOD lo s m e ns aj e. d ig it al es . Empe ro , e xi st en buenos motivos

    l,ara pensar que

    ello no

    es asf. Dicho

    autor

    escribe:

    3 5

    98

    @ Un;t a d F f tl tu r sll tll~   ln e  19t13

    e l ' n ecesar io p ro v ee r · t al es e lemen to s e i ns er ta rl os , tal. como. en

    la i nt er pr et ac ió n d e 1 05 s u eú os e s o ec es ar lo introdUCIl en . to r-

    ma más o menos intuitiva la estructura digital en l a : s Imá·

    genes caleidoscópicasdel.suefío. ...

    C om o y a v ím os, el mate na l d e lo s m en sa je s a pa l~ glCO s e s 1 0 1 1 ·

    mamente alJtítéticoi se presta· a i a te rpr e tac iones d igi ta l es muy

    distintas y a m en ud c in co mp atib le s. Así. no sólo le resulta

    difícil· a l e miso r v erb aliz ar s us p ro pia s c om un ic ac io ne s aoa I

    ¡iw s in o q ue , si surge una coD tl'OversJa interpersonal en

    CWlDto

    al

    s ig u if ic a do d e

    una

    comUBicacl6n

    aoaI6gica

    particu~

    Ju ,':

    es vrobable que cualquiera de los dos participantes in -

    tro du zc a, e n e l p ro ce so de tra du ec ló n a l m od o disital, la cIue

    de digitalización que concuerde con ' hnagead. la. na

    tul':tlcza

    de la

    reJllcwn.

    El

    hecho de traer un regalo , por eJew -

    plÓ~ constituye

    ~in

    duda u na c om un íc ae íé n a na ló giC lO.·Empe-

    ro . ;  egón la c l m que tenga de su relaci6n ~ el dador, el

    re ce pto r p ue de e nte nd erlo c om o u na d em ostra ció n de afecto,

    UD

    soborno o una re stitu ción . M ás d e un esp oso h a po dido

    co mp rob ar, con d esespera nz a, q ue se le a trib uy e alg oD a culp a

    inconfesa si rompe la s r eg la s d el·OC juego ma tr tmon ia l a l traer

    espontáneamente UD ram o de flores a su esposa. .

    ¿~~I es ~I 5ignifi~::1f,tal de .empalidecer, temblar,..trB~S

    pírai'

    y

    tartamudear se

    so m ete a ·un a

    pérSODa

    a U D I n-

    t er ro g nt or io P Pu ed e cons ti tu ir la p ru eba d e fi niUva de su c ulp a

    o bien tan sólo la-conducta de una persona inocente que vive

    WI&

    situación d. pesadilla: I&~ 'Iue  e l o a cu sa de UD crimen

    y .

    oomprende

    q... .. su tem or puede interpretarle c om o c ulpa ..

    IA

    pIicoteNpia l ocupa sin d u d a

    de

    la digitaUzaci4n correcta

    y c or re ct iv a d e

    lo

    aua16giooi .de . hecho, el éxito o el fracaso ~e

    UJI8 Wer ¡l l' 8t ac i6 n d epende. de .la capacidad del

    terapeuta

    pa-.

    n a · traducir ua-modo al otro y d. la disposícl6n de l

    .paciente

    puar cambiar

    SU

    propia d is it aU J ac l6 n po r otra. múadecuada

    y. meDOSallguJtiaDte. Par. una r ev is ión d e e sto s .,ro b1 em as

    coa especial re fe rpnda ]a comunicacl6n esquizotWnfca, •

    · Ia

    relación médico.pac1entey a una amplia varIedad de fenóme.

    n05

    I IOclala · y

    wlturales,

    vé~

    Rioch,

     lZl, UB . ,

    Incluso cuando la traducción parece adecuada, la eomuníca

    c íé n d igital en el nivel r e l i o n l l l pu ed e se gu ir ra ultand o p oco

    convincente. E ste hec ho es caricatu riz ad o en este ep isod io de

    la hístorieta Peanw (Rabanito.).

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    17/24

     

    Como lo sugiere el ejemplo del delfín, el

    rittllll

    puede ser el

    ~ intermedio entre

    la

    comunicaciÓñ

    ana16gw. y

    la di

    gttá~ ya que se asemeja

    al

    material de un mensaje

    p e r o

    de

    una· manera repetltiva y estilizada ubicada entre la analogía

    y el .fmbolo.

    A s {

    podemos observar que algunos animales ,

    como

     05 gatos,

    establecen en fonoa rutinaria una relación

    complementaria pero no violenta por medio del siguiente ri

    tual. El animal inferior (por lo común el

    má s

    joven o el

    que está fuera de su propio territorio) se coloca de espaldas

    dejando

    ·expuesta su vena yugular, que el otro gato aprieta

    3.532

    es sólo aparentemente irracional  puede observarse no sólo en

    la interacción animal, sino también en el nivel humano.

    He~os observado una pauta comunicacional muy interesante

    para establecer relaciones de confianza entre

    seres

    humanos

    y delfines. Si bien éste puede constituir un ritual desarrollado

     en privado

    sólo

    por dos de los animales, aun así constitu)'c

    un excelente ejemplo de la comunicación analógica del  fIU .

    Evidentemente, lo s animales habían lleg ado a la conclusión

    de

    que

    la

    mano

    11

    una

    de

    las

    partes

    más wlnerables e im

    portante,

    d el c ue rp o

    humano. Ambos trataban de

    establecer

    contacto con un desconocido tomándole

    la

    mano con la boca

    y

    apretándola suavemente entre

    la s

    mandíbulas, que cuentan

    , con dientes agudos

    y la

    fuerza suficiente como para amputar

    UDa

    mano limpiamente. SI el ser humano se sometía a ello, el

    deJEin p r e c r aceptarlo

    como un

    mensaJe

    de

    confianza total,

    S u p ró xim o paso c on si st ia e n devolver la ~enti1eza colocando

    l a p O rc ió n

    ventral

    anterior de s u c ue rp o  IU p arte m ás vu lne-

    rabie en cierto modo equivayente en euanto a su ubicación

    a

    la

    garganta humana) sobre la mano. la pierna o el pie de'

    hombre, manifestando flsísu confianza en las intenciones amis

    tosas

    de l

    ser humano. Sin embargo, este procedimiento está

    evidentemente plagado de posibles Interpretaciones erróneas,

    En

    un nivel poético. una forma

    .esenc:iabnente

    simUar

    de .

    re

    lación, en este caso entre el hombre y Jo trascendente, se ex

    presa en

    la s

    l íneas iniciales de

    la

    primera

    Elegía

    de ..Duiqo,

    de Rilke, donde la belleza. se experimenta eomo la negación

    . de una destrucción inherente siempre' posible:

    ¿Qu~n. si yo c ln lJ U 'l rn . m e e sc u chn ri a entre

    Id

    jerarquÍDs

    de

    lo s

    ángeles?

    Y.

    slq)Cniendo Que. repentinamente,

    .uno

    de ello:rme

    estrecb:\f8

    .,bre Sil

    corazón:

    yn

    ~lIcllmhir{a

    nhogndo

    por· Su existpnct¡\ miÍs poderosa. Pli~

    Jo . b ello no es

    nadn

    m ús q ue e l primer

    grado de

    lo

    tl'rTible;

    a pe na s In

    5Op:-rt mos

    y,   tambltn 1 tJdmi Gm~ .

    orque cen

    deroú,

    te

    ol l rl

    de

    de8tnllrnos.

     J2{i

    p. 21; In b:istardllla es nuestra.]

    100

    3.531

    Ahora bien, si se observa la conducta animal en busca de

    tales contingencias , como hizo Bat~n, se

    comprueba qu~

    la

    única solución para poder transJDltír una negación CODSiste.

    pritnm),

    en demostrar o

    p r o p o n e r

    la acción que se quiere negar

    y luego en no llevarla a cabo. Esta interesante conducta que

    l'ada ~ IJa erm

    la

    cara

    v u e 1 ta ~

    la

    pued. la

    cabeza ex tr a lament e

    t o rt ld • • t omo la de u na mufieca

    CO D

    e l c u eD o r o to .

    y

    ahora, por fin, él

    p o d a

    acariciarle el cabello, mave,

    duJcemeDte,

    como

    s lt 'mp r e h abl a

    querido

    haeedo . S e dio cu llm a ento nces de

    que

    ella

    lloraba, que sus b o m b r o J le e a t r e m e C l a n con IOllozO secos e inaudibles.

    SI,ui6 acarid6ndoJe J o s

    c : a b e J l o I

    y los hombros y murmuró:

    - t qu e tú n o qu cr ia . esc:udwme.

    De

    pronto

    ell.. w

    qued6 inm6vJl

    y def6

    de

    101Iorar:

    .;Qu diJiste? .

    -Dije

    que

    todo

    lo que queda

    e r a

    que

    D o

    te fuerat

    y

    que me

    perml-

    t ic ,. . a ca ri ci ar te e l c ab e Jl o y dute UDa bebida beJada . en reaUdad,

    _, es todo lo que queda. .

    Lo. hoinbroa

    de

    la

    jovÚ. le sacudleroD co n · ua a riSa l evemen te h ist érica .

    -Dios .....

    1 tonto

    mb s r a D d e que lle

    visto

    ea

    mi

    vida.

    ~EItt.

    e p o j l l d a

    c o o m f I O ?

     N o

    eDQjIda. .

    N o fue

    m r

    i n t e D C i Ó D

    E U a ~

    las

    l 'odlllas•.apa~ de él

    y

    apretándose cc:mtra la pared.

    . .. .[ )é lame . .. ... P o r f av or ,

    ftte y

      J a m e tnDqul1a

    UD rato , . .

    . V olv ió • Danr. esta . mU aruq u......... E l se d e s 1 i s 6 d e s d e

    el

    diván, Icurruc6ndose ua a. ye z mil .obre

    la

    a lf om b ra , p e ro l e t oD 1 6u u a

    mano, que yael. ooJa sobre el almohadón. Era una mano liD vJda,

    ~ayÑ~ . .

    -Sabe., -diJo ~.

    I fn tJ éDdos ea len tadO po rq ue e l la n o r e ti rab a

    la.~,

    cuando Ba

    ulIo

    telÚamOl

    UD &

    ¡atita

    Delta

    .CQIJ

    la

    que si~· quise

    • .,., pero ella tela demasiado miedo

    y

      ,e .. ~paba.

    Qerto

    di.,

    .necliante t od a clase

    de

    ~etu, couep l Q ue

    eDlnra .1

    cuar to

    de .1. nii\ol, pero

    le

    e s cond i6 d~baJo .de l aperador y DO

    queda

    IaBr .

    .  1)1 11 1 ~ el aparador

    de · 1a

    J I ~ e d

    y

    me

    fui·

    eDOjaDdo cada ye z

    as

    p l S q U e ella

    no me d e j a ba

    ~idarla,

    '1

    e D ta D ce I •

    escoudió

    debajo

    .de la .... y

      O di

    weJta la mea

    y r ompl

    dot

    audroI

    que eltabao

    .. la

    ,...ed e 

    I esord- todo el ~ J pe rl e lJ u l • l ¡atila co n lIIIIl

    .Jlila

    pM toda

    la

    b a b b d 6 n . &tooeeI e ntró m i m ad re y me presuDth

    '. estaba Mol_o le

    d ije l I 6 IG

    queria acuidIr ...

    lIbíplda

    pUta, Y 1Ma l

    _ha

    unible. Pero habta dicho la ~., ,

    (85~ p.lp. 4O-4l).

    A ~ f

    la

    desesp~~ación de. ~ntkÍie rechazado e ~paz de

    demostrar que no se tenia intención de hacer daño lleva a la

    violencia.

  • 8/17/2019 Watzlawick Et Al - Comunicación Patológica

    18/24

    1 3

    13. Tambl~D aqu ( hay muy poaa dlfetellda entre Jo CODduc t a de 101

    tndlvfduoe  lo

    de

    la s nac i oDel .

    CuDdo

    s urg e u na ¡tall tensl6Deutre

    do I

    pat_,

    Jo

    habi tua l

    e . :;laefODll dfpJom6tleat  1 .pG I

    J o  

    .,taI I Io,

    recurrir •

    c:om a D Ica doa e. • com o Ju m c m J J z a d c l l l e l C I O D O I J I I r a

    '~ d. tropaa otroII I D I D I I I . '~OOI del mlI1IIo. t ipo. Lo· q1 i t

    resul ta tu a blu rd ó e a m e ~ • q u e la ~D

      t l (pro.

    oecItmeato dlploúttco) .. IDtemuDpe preeftameute e u aD iI o . . la De

    oetfta

    mil que

    DUDC8. La  1 f D e a di rec ta

    entre

    WubfDIl loD

    MoIcú pue

    d e . .. . p ro ft l6 c t1 c a

    eD

    ..te M D tId o, a va c ua ud o IU fust i ll c :a d6D of te fa ) 1610

    ~a la de acelerar las comunlcadonet ea

    )01

    momeDtolde «11'..

    Si

    t en emos

    en cuenta

    que

    la primera consecuencIa de

    U D

    d e-

    rrumbe en la comunicación· suele ser

    la

    ~rdida parcial de la

    capaefdad para me t a e om um e a r s e en forma

    digftal acerca

    de

    los aspectos .relaciÓDales,este regreso a. 1 0 aaal6tz:ico parece

    una plausible solución tr~cciona1.

    1_ . La

    naturaleza

    Rmbó ·

    U ca de Jo s

    M t O m a s

    d e c O nV e rS ió n   y, en general, su afinidad

    c o n

    'el

    simbolismo oJÚrico, se coaocen' desde la ~ de LU

    bault, Bemhetm y

    Cba r co t .

    y.

    dqu~ es

    un

    nmbo l o

    s iDo la

    re -

    presentación, ea magDltudes reales, de algo

    q u e

    ooastltuye

    .e n e s en c ia

    UDa

    funci6n 'abstracta,

    un ,

    aspecto

    de

    .una

    relacIÓD,

    hd como

    18

    la cWin fó

    en

    S .1 . 2 1 1  

    En

    toda su· obra,

    C.

    G. JUDS

    demuestra que el sfmbol0 aparece aUf donde 10que namamos

     dicolalizaci6n

    a 1 m

    no es

    pOsible .

     Pe ro

    e r e e m o i

    que .la

    s im -

    bolizaci6n también tiene lugar cuando la dlgltaHzac~ f4 11 0

    es posible   que ello suele suceder

    CUlndO·

    una relacl6D ame

    nam

    con

    abarcar

    úeas

    · . o c I a J

    o moralmente prohibidas como

    po r ejemplQ,.el Incesto.

    Q ,n

    rerpeeto a

    11\ histeri a

    lUl'Ie

    UD

    problema

    fuvetso ,

    pero

    1 I I U c : b o

    mi. coml , lejo . Si n

    duda,

    elta pa la bra a ba rc a 11M DlllPlla ·

    la- d.

    patrones formale pero PIlreceria que por lo

    m e D O

    . I O S

    ea. im

    plican errore. de trnducci6a del Jeaauajo diSftlllal anal6l1lco. SI

    te

    . despoja al inat~l '(JlgltaJ

    de

    sus JDdlcndorel de

    tfpoI

     6trlcot; se lIe

    . ga a una formaef6o··

    err6aea

    de IfDtClmás.

    La

    -faquem ver. qUe

    fu e iDveDt ..d a c o m a u na e zc us a

    convenefonal

    paro

    DO rea l izar

    a),una

    tarea puede volverse

    sU~lDI JÑe

    reAl

     

    adquirir ·mapltudes coa-

    éfetn.o;~n

    J.

    dlm,ensl6ridel dolor. (19.

    pAl.

    181).

    Bateson y Jackson han sefialado

    la

    importanc~.. de la

    codifi-

    cación analógica versus la

    digital·

    en la formación de los s'n

    t om a s

    histéricos.

    D e

    acuerdo con. esos autores, tiene

    l ugar

    aquí

    u n

    proceso opuesto

    al

    que

    h emo s

    estado

    examin ando .

    una

    nuev a

    retraducción, por

    a sí

    decirlo, de

    lo s

    mensajes

    ya

    digitalizados

    al mo d o

    analógico:

    3   5 5

      2

    Quienes están famUiiuizadc;ls con la lógica simbólica podrán

    (.'omprender ahora

    que quizá

    no sea necesario demostrar la

    ausencia de fotUu las· funciones lógicas de verdad en

    el

    ma

    teria) analógico sino 1610de {ligonas que son

    cr i t i cas.

    La fun

    ci6n lógica de verdad de

    a l I emac f6 n

    (o no exclusivo), ideada

    para denotar uno u otro o ambos , también está ausente del

    lenguaje anal6gico. Si bien resulta

    f cU

    transmitir el sigilifi

    cado

     uao u

    otro

    O ambos en el len~fe

    digital,

    no

    resulta

    claro de qué manera podría insertarse esta relación lógIca en

    el material analógico; dé hecho, probablemente resulte im

    posible. Los lógicos simbóUcos (por ejemplo, 119, págs. 9~12)

    hao señalado que para representar

    la s

    principales funciones

    do verdad (negación, conjunción, disyunción, implicación y

    equivalencia) dos de ellas -negación

    y

    alternación (o, de

    modo similar,

    negación

    y

    conjunción)- son

    suficientes y, de

    las cinco n~ para representar las tres restantes. De

    aeuerdo con este razonamiento, aunque no sabemos

    casi

    nada

    especllico acerca de

    la

    importancia

    pragm'tica de

    la. ausen

    c i a .

    de

    la s

    otras

    f u n c i oDes

    d e verdad en el material ana16gico,

    podemos llegar a la conclusión de que, puesto que ~ no

    son mAs que variaciones do -no y

    ·0·,

    presentarán difie.:.l

    tades similares de

    traducción.

    3   5 4

    cutre las n~andíbu)as impunemente. Este método de estable

    cer una relación de tipo No te atacaré parece ser compren

    sible

    para ambos; pero lo

    que resulta

    aún más interesante

    es

    que

    esta

    codificación

    resulta

    eficaz en

    la

    comunicación

    entre

    especies distintas, por ejemplo, gatos

    y

    perros. Los materia

    les analógicos a menudo se formalizan en los rituales de las

    sociedades humanas,

    y

    cuando ese material se canoni2;a se

    acerca a la

    comunicación simbólica

    o

    digital. reve'ando

    una

    l tlosa

    superposición.

    En

    un plano patológico ese mismo mecanismo parece inter

    venir en el masoquismo sexual,

    S e

    tendría

    la

    impresión de

    que el

    mensaje

    -no te destruiré ,

    sólo

    r~ulta

    convincente (y

    sólo alivia, al menos temporaria mente, el profundo temor del

    masoquista a un castigo terrible) grncias

    .  la

    negación ana

    tógica