ENCUENTRO CON LA ASOCIACION INTERNACONAL DE

FOMENTO

Washington, abril 14 / 2019

A todas y todos, queridos amigos, mi abrazo afectuoso.

Para mi país, Ecuador, es extremadamente grato volver a tener

una buena relación con el Banco Mundial y con los organismos

multilaterales. Lastimosamente, el mecanismo de la “verdad

única” lo único que hace es alejarnos realmente de esa verdad.

Hace un momento conversaba con Kristalina (Georgieva,

directora General del Banco Mundial) de que la verdad, si algún

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momento podemos encontrarla, es variable con el tiempo, es

adaptable y varía según las circunstancias. Y la única forma de

acercarse a ella, es tener la mayor cantidad de criterios

inteligenciados acerca de los temas que queremos abordar.

Cuando decidimos refrescar esta relación, nos encontramos con

un Banco Mundial totalmente distinto al que nos habían dicho

que era. Nos encontramos con un banco presto a dar su

contingente, toda su colaboración para que los programas

sociales, fundamentalmente, beneficien a las personas que están

en mayor grado de indefensión.

Francamente, ha sido una sorpresa muy agradable encontrar un

Banco diferente al que fue excluido de las políticas económicas

nacionales en el gobierno pasado. Ahora es todo lo contrario. Me

he encontrado con personas extremadamente solidarias.

Les comento, por ejemplo, que el señor Axel Van Trotsenburg,

vicepresidente del Banco Mundial, nos visitó en Ecuador hace

pocas semanas. Y su principal preocupación fue lo que

estábamos haciendo y un programa en particular: la Misión

Manuela Espejo, que es la atención integral a las personas con

discapacidad.

Y nos pidió que, por favor, le permitamos que nos acompañe en

las visitas de campo. En ir a los sitios, para darle no solamente el

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análisis de la situación bio-sico-social de las personas con

discapacidad, sino adicionalmente proporcionarles las ayudas

que requieren para poder salir adelante, para lograr ese

bienestar que tanto requieren ellos y sus familias. Muchas

gracias, señor Axel, por esa gentil compañía. Fue muy

enriquecedor escuchar sus gentiles opiniones acerca de ello,

aprovechando este nuevo momento, en el cual el Banco Mundial

está lleno de gente solidaria.

No existe valor más precioso que la solidaridad. La solidaridad es

alegrarse de los momentos gratos que podemos dar,

principalmente a los olvidados de la historia, o como los

llamamos nosotros, “los olvidados entre los olvidados”.

Hace 12 años se había reunido en Naciones Unidas la

“Convención por los Derechos de las Personas con

Discapacidad”. Y cuando fui electo vicepresidente de Ecuador, le

solicité al presidente de la república trabajar con las personas

con discapacidad, entre otros tantos temas.

Otro tema muy lindo fue sacar a los niños de la cárcel. Teníamos

más de mil niños viviendo con sus padres en las cárceles, en más

de una ocasión prostituyéndose, o siendo el transporte obligado

de la droga entre los proveedores y las personas privadas de la

libertad.

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Nos propusimos que hasta finales del primer año íbamos a lograr

que ningún niño esté dentro de las cárceles. Y lo logramos. Ese

fue un objetivo que, lastimosamente, a finales de la década

pasada fue olvidado. En el tema de la discapacidad, suelo decir

que un político es una persona que “sabe” lo que hay que hacer,

hasta que le toca hacerlo. Y cuando le toca hacer, recién se

entera de cómo son las cosas.

La verdad es que para mí el impacto fue bastante grande: no

estaba entre mis aspiraciones tener algún cargo político en mi

vida. Yo estaba dedicado a la vida empresarial privada, inclusive

después de que un chico me asaltó, me disparó y me provocó

esta discapacidad.

A partir de ese momento, tuve un dolor terrible por el

astillamiento de la columna vertebral. Ese astillamiento presionó

mis nervios, impidiendo que sanen y provocando un dolor

terrible que me tuvo cuatro años tirado en una cama. Ya había

perdido la esperanza, porque los médicos no encontraban la

solución para que desapareciera ese dolor terrible, que a veces

no me dejaba dormir 15 días, tres semanas.

Hasta que, de casualidad, un día me encontré con el humor. Un

amigo me visitó, me hizo una broma bastante graciosa. Me reí,

me reí muchísimo, y comprobé que después de cinco minutos de

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risa el dolor había desparecido. Ese momento me enteré del

efecto analgésico del humor, del optimismo, de la fe, de la

esperanza, de creer en los sueños, de perdonar. Sí existe un

elemento maravilloso para aliviarse del dolor del cuerpo y del

alma, sin duda alguna es saber perdonar.

Con esos elementos a la mano, empecé a estudiar intensamente

el humor. Me llegué a convertir en una especie de gurú del

humor, y comprobé que no era el único que lo estaba haciendo.

Había muchas personas en el mundo que lo habían probado y

que les había dado excelentes resultados, haciendo el

tratamiento de sus propios males del cuerpo y del alma, en el

pensamiento de los males de los demás.

Además, me enteré de que el humor no solo tiene efecto

analgésico, sino además inmunológico. Es decir, previene las

enfermedades y tiene efecto terapéutico. Lo pude comprobar en

mi propio cuerpo. Esto fue importante para inyectar fe, para

inyectar optimismo y esperanza en las personas a las cuales

dirigimos este esfuerzo que se llamó “Misión Manuela Espejo”.

Así le llamé en honor a una heroína ecuatoriana, multifacética,

intelectual, poetiza, de fines del siglo 18, que escribía versos

eróticos preciosos. Seguramente por eso y por ser mujer, se trató

de sepultarle en la historia. Su principal cualidad: la solidaridad.

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Ella acudía todos los días a un hospital de Quito a curar, a dar

alivio espiritual y físico a las personas aquejadas por múltiples

causas.

Y esto era cien años antes de que lo hiciera la enfermera

Florence Nightingale, referente de las enfermeras en el mundo.

¡Qué maravilloso! Nosotros tuvimos una mujer igualmente

solidaria cien años antes de la gran Florence Nightingale.

Le pusimos el nombre de Manuela Espejo, y empezamos el

trabajo. Al principio equivocándonos. Qué bueno que el ser

humano pueda equivocarse. Qué bueno que tenga la posibilidad,

siempre, de acuerdo con la mecánica cuántica, de la simetría del

tiempo invertido, de que siempre tiene la posibilidad, cuando se

equivoca, de volver a levantarse y poder caminar. ¡Qué bueno

que así sea!

Nos equivocamos algunas veces. Principalmente creyendo que

había que terminar el estudio biopsicosocial, para recién

empezar a brindar ayuda a las personas con discapacidad.

Verdaderamente, no existen críticos más duros y al mismo

tiempo más sinceros, que la familia cercana. Mi esposa y tres

hijas que siempre estuvieron atentas a decirme aquellas cosas

que crían que estaban mal.

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Cuando una de mis hijas me preguntó: Papá, ¿y cuándo van a

empezar a entregar a la gente las ayudas, el trabajo, la

recreación, el arte, la cultura, el deporte, la educación? Yo dije:

primero (como decíamos antes), tenemos que terminar el

estudio. ¿Y eso cuánto va a durar? Unos 2 ó 3 años. Y me dijo

estas palabras que para mí fueron lapidarias: ¿Tú crees que la

gente con discapacidad puede esperar tanto tiempo?

Ese momento me di cuenta del inmenso error, y empezamos con

la Misión Manuela Espejo a tratar de cumplir de una manera

holística, representar todas las dimensiones en un solo esfuerzo,

tratando de solucionar todos los problemas a todas las personas

con discapacidad. Hicimos una cuadrícula de Ecuador, para que

la Misión llegara a los sitios más escarpados de los Andes hasta

los sitios más espesos de la Amazonía, los más lejanos de nuestra

Costa.

(En Ecuador tenemos una diversidad de climas, de pisos climáticos, de orografía, de

geografía extraordinaria. Al igual que otro tipo de diversidad maravillosa, donde algún

día espero contar con la presencia de todos ustedes)

Así lo hicimos, y debo decir con mucho cariño que, para poder

colaborarnos en este trabajo, nos acompañó un pueblo que tiene

experiencia en el trabajo solidario. Sabemos de sus resultados

económicos, pero en el trabajo solidario es muy consecuente el

pueblo cubano. Les solicitamos que nos envíen brigadistas,

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quienes nos orientaron, capacitaron, y sobre todo motivaron a

nuestros médicos, brigadistas, misioneros, a que consigan el

objetivo.

Yo soy aficionado a la serie Juego de Tronos, en la que veo cómo

es tan fácil ahora hacer realidad virtual, basándose en la

fractalidad. Es decir, detectar elementos comunes que puedan

ser reproducidos y puedan generar escenarios distintos, y

encontrar el atractor extraño, que conduce todas las tendencias

y orienta nuestro comportamiento para lograr el objetivo.

Y los atractores extraños -mis queridos amigos- siempre son la

solidaridad, la práctica de valores, la puntualidad, el humanismo,

la honestidad, la transparencia, la proactividad. Pero, sobre todo,

la sinceridad: decirle a la gente aquello que podemos hacer y

aquello que no podemos hacer por ellos.

Y empezamos a llegar con las ayudas técnicas, construimos

viviendas, capacitamos a los profesores para que puedan acoger

a las personas con discapacidad. Fue un poco dificultoso, porque

los profesores estaban timoratos por no saber qué hacer con las

personas con discapacidad.

Y, por último, cuando empezaron a fluir demasiadas preguntas y

pedidos de ayuda, les dijimos: aquello que le diga su corazón, eso

es lo que tiene que hacer. Y nos encontramos con experiencias

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realmente extraordinarias. La realidad que topamos no es la que

los políticos ven generalmente, o que las personas de empresa

ven en la cotidianidad. Nos encontramos con gente en cuevas, en

gallineros, en perreras, a las cuales se les lanzaba comida una vez

a la semana. Realidades terribles, sin ningún tipo de ayuda. Por

eso les llamamos “los olvidados entre los olvidados”. Y fuimos

solucionando de uno en uno todos los problemas, inclusive

tuvimos una georeferenciación de todas las personas con

discapacidad en Ecuador.

Ustedes recordarán en el terremoto de Japón, había amenaza de

tsunami en la costa sudamericana. Imagínense qué hubiese

pasado con las personas con discapacidad que estaban

encerradas en sus casas. Ese momento usamos la

georreferenciación y acudimos a ellos para alejarles de la costa y

llevarlos a sitios seguros.

Qué importante es ir encajando, uniendo todos los elementos de

este rompecabezas, y ver que encajan perfectamente, y juntos

poder sacar adelante un proyecto como la Misión Manuela

Espejo.

Después ya no fue precisa la ayuda de los médicos, sociólogos y

pedagogos cubanos. Nuestra gente había aprendido a hacerlo y,

además, miles de personas acudían a prestarse como

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voluntarios. La razón la descubría luego, porque seguramente es

una experiencia que la hemos tenido todos.

Cuando pasamos por al lado de una persona con discapacidad,

pensamos: si yo algún momento tengo la oportunidad de ayudar

a este hermano, lo haría. Pero encontramos que son tantos, que

a lo mejor desborda nuestra capacidad de ayuda y nos

concentramos en ayudar a uno, dos o cinco. Pero si se tiene el

poder en la mano, si se tiene la capacidad de tomar decisiones,

es un pecado dejar de atenderlos.

Así fue como iniciamos, y el apoyo fue extraordinario. Todas las

empresas y ciudadanos colaboraban. Estaban prestos a ver un

programa en el que decíamos “Manuela Espejo informa”. Allí le

decíamos a la gente: estamos haciendo lo que tú siempre

soñaste: ayudar a las personas que están en situación difícil en la

vida.

Si ser pobre o viejo no es agradable porque se pierden

capacidades, ya se imaginarán la imagen apocalíptica en la que

encontramos a las personas que visitamos. Había que cambiar

esa realidad.

La pregunta que surgía es: ¿por qué no se lo había hecho antes?

Los políticos decían que las personas con discapacidad no votan,

y con ellos no se podían ganar elecciones. ¡Qué equivocados

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estaban! Yo soy presidente por el cariño de un pueblo que

reconoció un solo trabajo, en el que nos identificamos de mayor

manera: trabajar por los derechos de las personas con

discapacidad.

Y lo hacíamos con ellos, porque un principio de la Convención de

la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad

señala que no hay que hacer nada para ti, sin ti. Que tú seas

parte fundamental para poder comunicar.

A veces creemos saber lo que necesitan los demás. No es verdad.

A veces tenemos que desencriptar frases y gestos para

comprender lo que ocurre. Ahora sí puedo decir que la verdad

no se encuentra en una persona, sino en el criterio

inteligenciado, en la racionalidad múltiple que podemos

encontrar en personas como ustedes.

Lastimosamente, la Misión fue abandonada en la última etapa

del gobierno pasado, no sé con qué criterio, pero ahora la hemos

vuelto a reforzar con el entusiasmo de la mujer que me ha

acompañado toda la vida, desde hace 43 años estoy casado con

ella (Rocío González). Tiempo que me ha permitido conocer el

sentimiento de solidaridad que compartimos.

Ahora es obligatorio que las personas con discapacidad sean

recibidas en los colegios. Y además es obligatorio para las

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empresas y entidades públicas que -por lo menos- el 4% de su

nómina esté integrada por personas con discapacidad. A veces

erróneamente, los empresarios que contrataban a una persona

con discapacidad creían que no servía en el trabajo. ¡Mentira y

mil veces mentira!

Una persona con discapacidad tiene las mismas características

que le han correspondido evolutivamente. La evolución que le ha

permitido mediante la dialéctica de la naturaleza, ir adaptando

nuevas condiciones, recursos, capacidades, potencialidades que

remplacen y suplan a aquellas que fueron conculcadas por la

vida o la naturaleza.

De esa forma, podemos encontrar que -por ejemplo- en China

hay personas con discapacidad visual que han desarrollado tanto

las papilas gustativas, que son capaces de diferenciar hasta tres

mil tipos de té. Al igual que ocurre en Francia, que, mediante el

desarrollo de los elementos olfativos, pueden diferenciar los

componentes de un perfume o de vinos.

Las personas con discapacidad auditiva desarrollan una

capacidad extraordinaria de atención. Y hacen su trabajo con

mucha eficiencia y efectividad. Perfecto para trabajar en joyería,

en microbiología, en nanotecnología.

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Alguien me preguntó algún momento: y las personas con

discapacidad sicológica, ¿qué aporte podrían dar a una empresa?

Les comento que, en Ecuador, por la verticalidad con la que caen

los rayos solares, se producen las rosas más lindas del mundo. Lo

digo sin vanidad. Las he encontrado en los mejores hoteles del

mundo, y dicen: “con rosas ecuatorianas”.

Cuando asistí a visitar a unas personas con discapacidad que

trabajan en las floricultoras, los dueños me decían que son los

mejores trabajadores. Que, por alguna razón, las plantitas

cuidadas por ellos se desarrollaban preciosas.

Ese momento me di cuenta de algo que nosotros todavía no

podemos entender con claridad, pero que sin duda da excelente

resultado: el hecho de amar. No existe nadie que ame más a los

animalitos, que una persona con discapacidad intelectual. A las

plantas las cuidan con tanto esmero, con tanto cariño, con tanto

entusiasmo, que se generan plantas preciosas y animales

lindísimos.

Yo lo comprobé un día, cuando me casé hace 43 años. Como no

había muchos muebles en el pequeñísimo departamento que

teníamos con mi esposa, Rocío, mi suegra nos regaló una planta

de “moneditas”. Era una planta que colgaba del techo casi hasta

el piso, que ella la había cultivado durante muchísimo tiempo.

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Pues bien, la pusimos cerca del techo, preciosa los primeros días.

Le poníamos agua, hacíamos que le dé el sol. Pero llegó un

momento, a menos de diez días, en que la planta empezó a

morir. Y claro, acudimos a la experta, mi suegra. Y le

preguntamos: ¿qué pasaba?, si hemos hecho todo lo que usted

dice.

Entonces nos dijo una frase que se suele utilizar en Ecuador, no

sé si en alguna otra parte también, que tiene que ver más con las

partes mágicas de las capacidades humanas, que con aquellas

que podamos explicar dentro de las leyes de la naturaleza, de la

sociedad o del pensamiento, que nosotros tenemos a la mano.

Dijo: lo que pasa es que ustedes, los jóvenes, “no tienen mano”.

¿Y cuál era la “mano”? Ella les conversaba a las plantas, les

cantaba, les hacía oír música. Y las plantas crecían

maravillosamente hermosas.

Sobre las Misión Manuela Espejo, decía que todos los elementos

fueron tomados en cuenta, y empezamos a entregar ayuda. Y

cuando me dijeron que con nuestro trabajo las Manuelas Espejo

habían recuperado la dignidad de las personas con discapacidad,

les dije no, no. La que está recuperando la dignidad es esta

sociedad miserable, que no fue capaz de desarrollar la ciencia y

la tecnología, al mismo ritmo, para poder atender a todos los

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seres humanos; y se dedicó únicamente a aquellos sectores que

menor atención requerían.

Entonces, ya es hora. Se los dije cuando fui Enviado Especial de

Naciones Unidas en Ginebra para temas de personas con

discapacidad. Se los dije con claridad: qué bueno la ciencia y la

tecnología. Estamos en el país (EE.UU.) que tiene la ciencia y la

tecnología más grande del mundo.

Un país al cual siempre aprendimos a admirar y, en su momento,

también a odiar. Porque también nos enseñaron a odiarle un

poco. Porque nos decían que aquí era donde se generaba el

imperialismo, la intervención en los países, la intervención

democrática. Sí, son momentos y momentos.

Ahora lo hemos dicho en más de una ocasión. Precisamos una

colaboración en la cual nosotros podamos entregar ese pedido

de ayuda, que lo precisamos, y que luego un país desarrollado

sabe perfectamente que esa ayuda se revierte algún momento.

Siempre regresa multiplicado, porque así son las leyes del

universo. Parecería que el sistema de contabilidad del universo

tiene cierto grado de perfección. A veces no sabemos si aquello

que nosotros entregamos va a regresar; sí va a retornar algún

día.

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Pues sí, sí. Regresa siempre y multiplicado. Esa es la gran

contabilidad del universo: el saber que todo lo que le damos a la

vida nos regresa multiplicado. Si damos miseria, regresa

multiplicada; si damos egoísmo, regresa multiplicado; si damos

odio, regresa multiplicado. Pero también si damos amor, afecto,

solidaridad, siempre regresa multiplicada. Y qué bueno que sea

así, porque nos hace creer en un futuro mejor.

Y acudimos nosotros a un país como éste. Inclusive cuando tuve

la oportunidad de conversar con Bill Gates, con quien he

conversado tres o cuatro veces. Me parece un ser humano

extraordinario, que tiene una fundación de mucho empeño y

trabajo social. Le dije: ¿no será el momento de dejar de producir

tanto juguete caro para niño rico, y empezar a preocuparnos de

las necesidades de las personas que lo requieren; de las personas

con enfermedades catastróficas; de las personas con

discapacidad?

¿No será momento de pararle un momento a que el nuevo IPad,

el nuevo IPhone tenga un elemento adicional a lo mejor

innecesario, y dedicarle todo ese tiempo, ese valor agregado, a

generar tecnología y ciencia para las personas con discapacidad?

De eso me ocupé muchísimo, y creo que esa es la razón por la

cual ahora se habla de la tecnología y la ciencia para las personas

con discapacidad.

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La procuraduría jurídica: las mujeres, siempre las mujeres. Son

las mujeres las que se quedan a cargo de las personas con

discapacidad. Yo suelo decir, entre sarcasmo y broma, que

cuando nace un niño con discapacidad, la esposa tiene que

buscar otro trabajo, y los maridos suelen buscar otra mujer.

Ventajosamente ya tenemos una ley que sanciona ese tipo de

comportamiento en Ecuador. Si les contara todo aquello que nos

topamos en este sentido, sería para llamar al llanto.

Queridas y queridos amigos:

Recreación, educación, turismo, sensibilidad social, inclusión,

inclusión en todos los aspectos de la vida: en el arte, en la

cultura, en la recreación.

Ayudas técnicas, accesibilidad, el gran paraguas que cubre todos

los requerimientos de las personas con discapacidad es la

accesibilidad. Me encontré un día en una escuela de Tokio, con

que todos los niños y jóvenes con discapacidad tenían

computadores. Con discapacidad me refiero a cuadriplejía. Había

algunos que apenas podían mover los ojos o la comisura de los

labios.

Hice una buena amistad con Steven Hawking, el gran científico

con discapacidad, ejemplo de que las personas con discapacidad

pueden romper todos los esquemas. A él se le predijo que no iba

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a vivir más allá de 30 años. Pues pasó los 70 años. Y ¿saben lo

que me dijo en la última etapa de su vida? Mi gran sueño de la

vida es conocer las Galápagos. Armamos todo para hacerlo.

Acondicioné el avión presidencial para que nos venga a ver

Steven Hawking, hubiera sido la mayor alegría para los

ecuatorianos.

Además, su coterráneo Charles Darwin estuvo ahí hace poco más

de 140 años. Allí descubrió, mediante la Ley del Aislamiento, el

principio fundamental de la evolución de las especies. No hay

tiempo para contárselo, sería lindo, pero se los voy a contar

cuando visiten mi país y puedan ir a las Galápagos, con todo

gusto.

Sí, allá quería ir. Pero murió antes, que pena. Nos hubiera

encantado tenerlo allí. Fue uno de los seres más extraordinarios

que he conocido en mi vida, y seguramente la mente más

brillante junto con Albert Einstein, que ha tenido la humanidad.

Además, con un corazón y una sensibilidad, con un alma muy

dada a los demás.

Cuando conversaba lo hacía con el movimiento de la comisura de

labios. Un computador, seleccionaba las palabras que él utilizaba

con mayor frecuencia y se le hacía más fácil tenerla escrita en el

computador, y de allí las transformarla en lo que era antes su

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voz. Se podía conversar con él acerca de distintos temas, que de

forma particular a mí me gustan. Me gusta mucho la mecánica

cuántica.

Amigos: ese es el propósito de por qué estoy acá. Porque sé que

en todos ustedes vibra dentro del corazón, ese afecto especial

por las personas más olvidadas. Quizás los agotamientos, los

azoramientos del mundo moderno nos ha impedido hacernos

cargo de ello, pero ahora tenemos la oportunidad gracias a una

institución como el Banco Mundial, que tiene dentro de sus

objetivos el poder ayudar a los más indefensos de la humanidad.

Y si yo puedo colaborar con ello, se lo dije en algún momento a

usted Kristalina, que será un placer poder hacerlo. Y estoy seguro

de que voy a contar con la ayuda de todos ustedes. Cuéntenme

como un trabajador más.

Muchísimas gracias.

LENIN MORENO GARCÉS

Presidente Constitucional de la República del Ecuador

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