13
Polonia. Cracovia. En la redacción del semanario Solidarnosc. 1981. Asunto: La caída del comunismo y sus consecuencias. Estados Unidos y el fin de la guerra fría. El final de la guerra fría. Madrid, 21 de marzo de 2014. A quien corresponda: Ante las afirmaciones de que la política de Occidente jugó un papel decisivo en el final de la guerra fría, durante la década de los ochenta y primeros noventa, hay que reconocer que fue la evolución del adversario lo que la facilitó 1 . Con Gorbachov tuvo lugar una nueva distensión que devolvió al mundo una colaboración entre las grandes potencias que no se había producido desde 1945. Esta colaboración fue posible por la desaparición como adversario de uno de los contendientes en la guerra fría. Kennan, tenía razón en los años cuarenta cuando predijo que una vez contenida la expansión soviética su sistema de gobierno sufriría un cambio y se abriría una nueva época de relaciones internacionales. Problemas irresolubles desaparecieron en cuestión de unos meses. Entre 1945 y 1989 once secretarios 1 Fuente principal: Javier Tusell. Manual de Historia Universal. 9. El mundo actual. Historia 16, 2001.

Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Polonia. Cracovia. En la redacción del semanario Solidarnosc. 1981.

Asunto: La caída del comunismo y sus consecuencias. Estados Unidos y el fin de la guerra fría. El final de la guerra fría.

Madrid, 21 de marzo de 2014.

A quien corresponda:

Ante las afirmaciones de que la política de Occidente jugó un papel decisivo en el final de la guerra fría, durante la década de los ochenta y primeros noventa, hay que reconocer que fue la evolución del adversario lo que la facilitó 1. Con Gorbachov tuvo

lugar una nueva distensión que devolvió al mundo una colaboración entre las grandes potencias que no se había producido desde 1945. Esta colaboración fue posible por la desaparición como adversario de uno de los contendientes en la guerra fría. Kennan, tenía razón en los años cuarenta cuando predijo que una vez contenida la expansión soviética su sistema de gobierno sufriría un cambio y se abriría una nueva época de relaciones internacionales. Problemas irresolubles desaparecieron en cuestión de unos

meses. Entre 1945 y 1989 once secretarios de Estado norteamericanos no habían visto cambiar las fronteras internacionales sustancialmente, ahora en tan solo tres años y medio habían cambiado por completo. El clima fue propicio para llegar a acuerdos en otros conflictos menores en los que no intervendrían las grandes superpotencias.

La evolución se debió al impacto de la Perestroika. Gorbachov afirma en sus memorias que “nuestro estilo diplomático era la dureza” y que él estuvo dispuesto desde un principio a que la situación cambiara de forma sustancial y fuera posible una cooperación real con Occidente. Él y sus colaboradores descubrieron el peso del gasto militar y de las inversiones efectuadas en investigación tecnológica militar. Gorbachov se propuso formar un equipo nuevo con sus colaboradores más cercanos. Shevarnadze, nuevo ministro de Exteriores, en principio no tenía experiencia diplomática. Como

1 Fuente principal: Javier Tusell. Manual de Historia Universal. 9. El mundo actual. Historia 16, 2001.

Page 2: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

decidido defensor de la política reformista, con el tiempo incluso, pareció más convencido del ideario democrático que su propio presidente.

Una vez afianzado su poder en el interior, pronto se lanzó a una larga serie de iniciativas en materia de relaciones internacionales, como, por ejemplo, una moratoria de seis meses en la implantación de los misiles intermedios. Otra propuesta consistió en la reducción del 50 % en las armas estratégicas y su no implantación en el espacio exterior, punto incompatible con las tesis de Reagan sobre la Iniciativa de Defensa Estratégica. El deseo de Gorbachov era dar prioridad a la reforma interna de la Unión Soviética. Esto le obligó a abrir un nuevo paréntesis de distensión, pero en principio resultó poco creíble, en parte porque las diferencias de régimen existentes entre la URSS y los países democráticos hacia poco probable construir la casa común europea y, más probable, que intentara una neutralización de la Europa Occidental, como hasta el momento había ocurrido.

Con el tiempo, la política de Gorbachov impregnó a la política exterior de los países democráticos, tal como lo hizo en la propia política interna. El dirigente soviético dejó de emplear términos como la idea de la lucha de clases en política internacional o la incompatibilidad entre el sistema capitalista y el socialista. Sin embargo, se reveló en norma la apelación a principios humanos universales, como objetivo de un nuevo orden internacional.

Cada vez se identificaba más su política con el antiguo adversario. Además, ante los dirigentes de otros países, a menudo, hizo afirmaciones autocríticas acerca del suyo: aludiendo a las dificultades alimentarias que padecía.

Pero esta vertiente netamente positiva no explicaba otras afirmaciones peregrinas acerca del sistema que construiría con la Perestroika. Hablaba, por ejemplo, de pasar de la propiedad del Estado a la colectiva y manifestaba su deseo de que su país se pareciese a Suecia. Sus declaraciones abstractas sobre la conveniencia de los cambios y la necesidad de ellos constituyeron su estilo.

Al secretario de Estado norteamericano, James Baker, sus declaraciones le parecían teología académica, pero, a medio plazo, supuso la elevación de los principios fundamentales de su antiguo adversario. Otro aspecto muy característico suyo fue el conducir él mismo la política exterior y negoció a menudo sobre materias –por ejemplo, del armamento nuclear– que desconocía. Esto y la voluntad de agradar al adversario le hicieron ceder en puntos sustanciales. Los chinos referían a los norteamericanos que no entendían que casi tomara tantas posturas como opciones tenía.

Al mismo tiempo se produjo una evolución en la política norteamericana quizás menos decisiva pero nada desdeñable. Con Reagan en la presidencia, en 1981, no se esperaban cambios sustanciales en las relaciones soviético-norteamericanas. El lenguaje dialéctico de Reagan parecía imposibilitar cualquier tipo de acuerdo, pero su gestión fue

Page 3: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Suiza. Ginebra. La cumbre entre Ronald Reagan, el presidente de Estados Unidos y Mijail Gorbachov, el secretario general del Partido Comunista de la URSS. 1985.

pasando de una actitud de pura dureza a un conservadurismo pragmático que representó, sobre todo, el secretario de Estado, Shultz. El cambio empezó a percibirse en 1983, antes de la llegada de Gorbachov al poder. Por lo tanto, cuando Reagan decía que había que llevar acabo una negociación “desde la fuerza”, en realidad se refería a la utilización de esta en Granada, invadiendo la isla caribeña que parecía decantarse hacia el comunismo. Por otro lado, una argumentación más sofisticada de la mecánica del equilibrio del terror nuclear, requeriría acuerdos concretos en puntos concretos y Shultz la denominaría “construcción de coral” por la lentitud de su gestación y la solidez final del acuerdo alcanzado.

La posición de Reagan tenían la ventaja de ser mas constructiva que el exceso de sutiliza de las negociaciones de desarme. Imaginó soluciones hasta entonces implanteables, por más que fuesen verosímiles desde el punto de vista tecnológico. No es erróneo pensar que los cambios de los soviéticos estuvieran motivados por la iniciativa de defensa estratégica, pero más bien sería un obstáculo para alcanzar acuerdos con ellos. También alude Reagan en sus memorias a una inminente crisis económica del sistema soviético pero ésta no tuvo efecto inmediato sobre la política exterior.

Reagan se encontró incómodo en una situación en la que parecía que se enfrentaban

dos pistoleros sin llegar a saberse quién desenfundaría primero; así describió la situación. El embajador soviético en Estados Unidos, Dobrynin, veía en Reagan un militarista y pensaba seriamente en la posibilidad de que provocara una guerra nuclear. En 1982, las relaciones de Estados Unidos con la URSS eran inexistentes. Pero para 1988 , sin embargo, se había producido un cambio en ellas como para hablar del final de la guerra fría.

Habría que preguntarse qué razones motivaron a Reagan a pasar de la primera posición a la segunda. El pragmatismo y una acumulación de errores propios le hicieron cambiar de opinión. El cambio efectivo se produjo cuando Reagan acosado por el caso Irangate, es decir, la ilegal ayuda a la Contra nicaragüense despertó todo tipo de protestas en su propio país. Otro factor importante a tener en cuenta fue la duración de

Page 4: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Suiza. Ginebra. La cumbre entre Ronald Reagan, el presidente de Estados Unidos y Mijail Gorbachov, el secretario general del Partido Comunista de los URSS. Los dos líderes con sus esposas. Desde la izquierda, Mikhail Gorbachev y Raisa, Nancy y Ronald Reagan. 1985

las conversaciones entre Reagan y Gorbachov, más allá del horario previsto, con lo que podrían haber acabado congeniando. El presidente estadounidense siempre tuvo la sensación de poder llegar a acuerdos con el líder soviético. Reagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis del leninismo, ni en sus principios internacionales.

A la Cumbre de Ginebra, celebrada en noviembre de 1985, Reagan llegó con confianza en sus capacidades como comunicador pero se encontró con una sorpresa que le hizo replantear sus fundamentos. Para él, la reunión significó sustituir la imagen del Imperio del Mal por la de un político concreto, Gorbachov, afable y dispuesto a conversar (y a ceder). Reagan empezaría a comprender la preocupación objetiva de Gorbachov por las armas en el espacio exterior. Sería la primera reunión en la Cumbre tras seis años, desde 1979 y puede ser considerada como el comienzo del fin de la guerra fría. Aunque la discusión se centró sobre la Guerra de las Estrellas quedó abierta la posibilidad de acuerdo en fuerzas nucleares de alcance intermedio.

Más importante sería la crisis de Rejkiavik, de octubre de 1986. Gorbachov había propuesto una acuerdo que eliminara todas las armas nucleares para el año 2000, pero con contrapropuestas admisibles. Éste, ya empezó a evolucionar hasta ver el mundo como única realidad compartida por todos los seres humanos que la ponían en peligro. Así mismo, abandonaba las aventuras en el Tercer Mundo y describía lo sucedido en Afganistán como “una herida dolorosa”. La reunión en Islandia fue concebida como una cumbre ocasional entre dos reuniones más importantes, pero su contenido resultó ser mucho más trascendente.

Gorbachov acudió a la reunión con un gran número de expertos y con su esposa. Reagan estuvo a punto de suscribir los acuerdos, en realidad tuvo que rebuscar verdadero motivos de discrepancia para no suscribirlos. Gorbachov, por su parte, llegó a la conclusión de que era posible superar la coexistencia pacífica. Al final Reagan estuvo dispuesto a ceder en la Iniciativa de Defensa Estratégica, única propuesta novedosa. El

Page 5: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Islandia. Reykjavik. La cumbre entre Ronald Reagan, el presidente de Estados Unidos y Mijail Gorbachov, el secretario general del Partido Comunista de la URSS.

principio de acuerdo por parte de Reagan sobre eliminación de los euromisiles dejó en difícil situación al Alto Mando norteamericano, pero más aún a los dirigentes europeos, porque les dejaba inermes ante la superioridad convencional del Ejército soviético en Europa.

El primer acuerdo efectivo suscrito entre las dos superpotencias fue el relativo al establecimiento de un centro para evitar los riesgos nucleares en las dos capitales de los respectivos Estados. En diciembre de 1987, firmaron el Tratado de Washington los mandatarios de las superpotencias que ya se tuteaban. Era la primera Cumbre tras catorce años que concluía en un tratado y la tercera de la Historia concluida en suelo norteamericano. El acuerdo preveía el desmantelamiento y destrucción de las armas nucleares intermedias; fue la primera ocasión en que se decidió la desaparición de una categoría completa de armas. Tan solo afectó al 5 % de las armas nucleares, pero los soviéticos eliminaban un número mucho más elevado que sus adversarios que disponían de armamento más sofisticado.

Permanecerían, no obstante, las armas nucleares británicas y francesas, que no contaron en el cómputo final. Sí se avanzó en el establecimiento de un sistema de verificación muy sofisticado, hasta ahora reticente por la URSS que consideraba que camuflaban el espionaje occidental. La popularidad de Gorbachov aumentaba por encima de la de Reagan entre los norteamericanos.

En junio de 1988, tuvo lugar en Moscú una nueva reunión de los dos líderes mundiales. En ella Gorbachov acudió con objetivos concretos y una vez superada la estrategia del coral-building propuesta por Shultz y Dobrynin para mejorar las relaciones entre los dos países, se llegaron a acuerdos de menor importancia acerca de los misiles y las experiencias atómicas, pero sobre todo se trató de los derechos humanos. A fines de año, Gorbachov anunció la retirada unilateral de fuerzas soviéticas

Page 6: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

en Europa, aunque se mantendría el predominio soviético en armas convencionales en el Viejo Continente.

Con Bush en la presidencia se haría una revaluación de la política exterior norteamericana. A través de Kissinger se hizo llevar un mensaje a Gorbachov pidiéndole la no intervención soviética en una Europa del Este en ebullición. A cambio los Estados Unidos no obtendrían ventajas estratégicas en ella. A estas alturas, los expertos norteamericanos consideraban que Gorbachov duraría poco en el poder y que un nuevo período revolucionario podría tener consecuencias irreversibles. Bush finalmente aprobó un documento titulado NSR-3 que proponía una política que atrajera a Gorbachov a moverse poco a poco en la dirección apropiada.

Bush y su secretario de Estado, Baker, considerados conservadores pragmáticos, fueron prudentes ante la negativa situación expuesta por la CIA sobre la situación de la Unión Soviética. Tanto Bush como su secretario de Estado mantuvieron una clara prevención ante los éxitos de popularidad de Gorbachov en Occidente, pero recibieron prontas sorpresas debido a la vertiginosa implosión del sistema comunista. Esto les hizo aparecer como desbordados por los acontecimientos: por ello, Bush pareció estar más próximo a Jaruzelski que a Walesa.

En agosto de 1990, se enteraron ambos del intento de golpe de Estado en Rusia por medio de la CNN y la preocupación del presidente norteamericano fue descubrir si tenía algo que reprocharse a sí mismo o que alguien le pudiera reprochar por los acontecido. La posterior actitud pasiva del equipo norteamericano en política exterior y su unión fueron las dos cualidades más importantes para que concluyera el proceso hacia el final de la guerra fría. Los Estados Unidos no intervinieron en los acontecimientos de 1989 o de 1991 en la Unión Soviética, pero tampoco trataron de destruir el proceso reformador que hubiera complicado la relación entre las dos superpotencias.

Un paso importante para la conclusión de la guerra fría se daría en diciembre de 1989 en una reunión celebrada en Malta entre Gorbachov y Bush. Como en la de Rejkiavik, no se discutió ningún tratado en concreto. Bush y Gorbachov declararon la amistad entre las dos superpotencias, ya que Reagan había roto el hielo con el presidente soviético, anteriormente. Se habló de posibles elecciones en Nicaragua, pero también de tratar a la URSS como nación más favorecida en el terreno comercial. Gorbachov repudió, en el momento de la caída del Muro, la declaración de que los valores occidentales habían triunfado en Europa del Este, afirmando que eran valores universales los verdaderamente vencedores.

Los comentaristas periodísticos de todo el mundo insistieron en la apertura de una nueva etapa en las relaciones internacionales jugando con las palabras Yalta y Malta para referirse a esa realidad. En adelante, Bush pensó que si los soviéticos estaban dispuestos a ceder en lo relativo a Alemania los cambios iban a ser decisivos. Bush se

Page 7: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Los presidentes Bush y Gorbachov se unen por los principales ayudantes para las conversaciones de Camp David, Maryland, el sábado 2 junio de 1990. Secretario de Estado James Baker y el asesor de seguridad nacional Brent Scowcroft, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores soviético Eduard Shevardnadze se sienta por Gorbachov.

limitó a aceptar las propuestas de Gorbachov, pero solicitando a cambio contrapartidas concretas y tangibles.

Gorbachov que sabía que esa era la posición norteamericana, al poco tiempo tuvo lugar una reducción unilateral de las fuerzas soviéticas en Europa Central y, por primera vez, se aceptó una política de cielos abiertos que permitía la verificación absoluta de los acuerdos de armamento. En la práctica, no tendría significado por la desaparición del Pacto de Varsovia, pero indicaba la disposición de Gorbachov para satisfacer a su antiguo adversario. Esto propició seguramente satisfacer los problemas económicos de la Unión Soviética debido a la ayuda occidental. Dada la incertidumbre la única seguridad parecía ser ésta. Pero ello implicaba una dependencia absoluta de Occidente.

Desde 1988, Gorbachov se había convertido en una figura patética a remolque de los acontecimientos. Es muy posible que las relaciones exteriores propicias a la consecución de la paz mundial contribuyeran a evitar que se produjera la intervención

violenta de los soviéticos en los Países Bálticos. No obstante, las crecientes cesiones de la URSS en el terreno estratégico a partir de 1990 provocaron la aparición de una oposición interna, principalmente de carácter militar. Sin estos antecedentes no es posible explicar el intento de golpe de Estado de 1990. Asimismo, los principios de acuerdo se multiplicaron de una forma uniformemente acelerada e imparable. En junio de 1990 se llegó a un acuerdo en Camp David, por el que se preveía la reducción de las armas estratégicas del orden de un 50 %.

Si hay que señalar una fecha para el final de la guerra fría ésta puede situarse entre julio y agosto de 1990. Por primera vez, con la invasión de Kuwait, las dos grandes potencias adoptaron una postura común sobre un problema esencial de la política internacional y la mantuvieron durante toda la duración del conflicto. Además, por estos mismos meses, Gorbachov llegó a aceptar que la Alemania unificada siguiera perteneciendo a la OTAN.

Esto significó un cambio decisivo en la política exterior soviética, al perder la zona oriental de su glacis defensivo. Gorbachov pensaba que los países del Este vivían por encima de sus posibilidades; sabía perfectamente que búlgaros y alemanes orientales reexportaban a Occidente buena parte del petróleo recibido de la URSS. Además, desde 1985 no hicieron caso a sus propuestas relativas a una política reformista. Esto no hizo

Page 8: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

Rusia. Moscú. El 21 de agosto de 1991, a las 6:00 de la mañana. Tanques próximos a las barricadas en frente de la Casa Blanca, junto a los manifestantes.

Boris Yeltsin y George HW Bush, 1992.

más que corroborar lo que era sencillamente inevitable por parte de Gorbachov que fue la reunificación de Alemania previa a ciertas contrapartidas económicas.

En definitiva, como señaló Shevardnadze, la URSS no alentó en modo alguno la evolución de los acontecimientos en esos países y Gorbachov, presionado por las circunstancias, acabó convirtiéndose en testigo impotente que las desagradables consecuencias que su política había iniciado. Bush acertó en no empujar demasiado en el caso de la URSS y, a facilitar las condiciones de desestabilización en interés de las propias políticas.

Tras el golpe en julio de 1991 tuvo lugar en Moscú la primera Cumbre de la posguerra fría. Liquidada la invasión iraquí de Kuwait, concibieron las dos superpotencias la idea de convocar una Conferencia sobre la paz en Oriente Próximo. El

acuerdo START, suscrito, supuso la reducción de un 25-30 % del arsenal estratégico. Fue el acuerdo de armamento más importante logrado desde 1945. Se hicieron propuestas audaces sobre desarme. En el verano de 1992 se suscribió en Camp David una carta de cooperación entre los dos países. A comienzos de 1993, Bush y Yeltsin firmaron el tratado START II, que preveía la desaparición en diez años de dos tercios de ojivas nucleares existentes. Solo en este año, los Estados Unidos renunciaron definitivamente a la Iniciativa de Defensa Estratégica.

Una de las cuestiones más espinosas fue la relación entre los dos grandes con el conjunto de unidades políticas surgidas de la descomposición de la URSS. En este terreno Bush se mostro prudente al dar la sensación de no apoyar la independencia de Ucrania hasta que fue inevitable. De hecho, la CIA no jugó ningún papel en la descomposición de la URSS que, como es lógico, hubiera creado más incertidumbre de la necesaria. En 1994, los Estados Unidos suscribieron un acuerdo con Ucrania para el

desmantelamiento de su antiguo arsenal atómico.

A partir de 1995, la política exterior de Rusia y Estados Unidos tendió ya a alejarse. La causa

Page 9: Web viewReagan le pidió a Gorbachov que no fuera demasiado teórico en sus exposiciones y que no insistiera en las tesis ... los riesgos nucleares en las dos capitales de

aparente fue la integración en la OTAN de países de Europa Central que antaño habían pertenecido al desaparecido Pacto de Varsovia.

Afectuosamente, JAG.stilo.