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XIX JORNADAS DE HISTORIA ECONOMICAASOCIACION ARGENTINA DE HISTORIA ECONOMICA
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUESan Martín de los Andes, Neuquén, 6, 7 y 8 de octubre de 2004.
Mesa 3 - Sistemas fiscales, finanzas y moneda
Impuestos, Estado y familias: un negocio para pocos en la Salta de fines del siglo XIX
María Fernanda Justiniano y María Elina Tejerina Universidad Nacional de Salta
[email protected] producción historiográfica local no centró su interés en obras de síntesis que
permitan conocer globalmente el desarrollo de la economía y sociedad salteña durante la
etapa de la Argentina conservadora. Entre los trabajos más ilustrativos puede citarse la
obra de Bernardo Frías, abogado y hombre perteneciente a los grupos dominantes, de
quien puede decirse que es el primer historiador profesional local. Fue el gobernador
Robustiano Patrón Costas quien encargó en el año 1913 a Frías la tarea de sistematizar
la obra del general Martín Miguel de Güemes y de situar su figura de héroe provincial y
nacional.
Así tomó forma una de las producciones más importantes de la historiografía salteña:
Historia del General Martín Güemes, que dejó sistematizados conocimientos sobre la
economía, la política y la sociedad entre 1810-1840. Frías tuvo la posibilidad de
incursionar en archivos oficiales y particulares, como así de contar con testimonios
orales de testigos de los hechos y sus descendientes. Es por ello que el trabajo de este
historiador adquirirá en el futuro no sólo el carácter de una obra histórica sino también
de fuente.
Los estudiosos locales de la historia de la primera mitad del siglo XX no avanzarán
mucho más allá de Bernardo Frías. Atilio Cornejo, abogado perteneciente a los sectores
dirigentes salteños, ubicado en una concepción tradicional de la práctica historiográfica,
dejará un detalle enumerativo de la evolución de la propiedad inmobiliaria durante la
etapa colonial.
Estas producciones, como muchas que les sucedieron, se caracterizan por mostrar una
élite poderosa, culta, rica, orgullosa, patriota, cuyos hombres y mujeres, descendientes
de los primeros conquistadores, son superiores al resto de los mortales1. Incluso hasta
hoy muchos estudiosos no escapan a estas visiones de opulencia y linaje.
Será Tulio Halperín Donghi, historiador santafesino de relieve internacional, uno de los
primeros en advertir que este grupo dominante que se concibe a sí mismo como antiguo
y consolidado es, en realidad, reciente2. Años más tarde, Myriam Corbacho, como
resultado tangencial de sus investigaciones sobre el selecto club 20 de Febrero, socavará
otra de las grandes elaboraciones simbólicas que contribuyó a definir las distancias entre
dominantes y dominados3. La historiadora salteña avanzará, aún más allá, al sostener
que las luchas fratricidas de la primera mitad del S XIX empobrecieron a numerosas
familias de ilustre apellido, que debieron recurrir a los cargos públicos como la más
firme posibilidad de vida digna4.
En resumen, los años 70 del siglo pasado asisten al cuestionamiento de “la marca de
origen” linaje y opulencia que distinguía y aún pretende distinguir a la elite local5. Sin
embargo estas tímidas líneas no llegaron a tomar forma alguna. El derrotero de terror en
el que se sumergió nuestro país fortaleció las antiguas interpretaciones y anuló toda otra
posibilidad6.
1 Estas preconcepciones explican la constante tensión en la que se encuentra Bernardo Frías entre una plebe llena de vicios, producto de la mezcla grosera de razas pero que también integró las montoneras de Güemes. 2 HALPERÍN DONGHI, Tulio (1994), Revolución y Guerra, formación de una élite dirigente en la Argentina criolla, (1ª ed., 1972), Buenos Aires, p. 29. 3 Pierre Bourdieu expresa que los símbolos son los instrumentos por excelencia de la integración social”: en tanto que instrumentos de conocimiento y de comunicación hacen posible el consensus sobre el sentido del mundo social, que contribuye fundamentalmente a la reproducción del orden social. Estas producciones simbólicas deben entenderse como instrumentos de dominación, porque al contrario del mito que es un producto colectivo o colectivamente apropiado, las ideologías sirven a intereses particulares que tienden a presentarse como universales. De esta manera la cultura dominante contribuye a la integración real de la clase dominante asegurando una comunicación inmediata entre todos sus miembros y distinguiéndolos de las otras clases, a la integración ficticia de la sociedad y por tanto a la desmovilización de las clases dominadas, a la legitimación del orden establecido y la legitimación de estas distinciones. En BOURDIEU, Pierre (2000), Poder, Derecho y Clases Sociales, Bilbao, Desclée de Brouwer, pp. 92-93.4CORBACHO, Myriam (1976), "El Club 20 de febrero, una leyenda salteña", en Revista Todo es Historia, Nº 110. La historiadora salteña desprendió tal afirmación de las actas y memorias del selecto Club 20 de Febrero, en las que observó recurrentes pedidos de disminución de la cuota societaria y frecuentes demandas contra la ostentación de vestimentas5 Las diferencias de origen social están siempre asociadas a otras diferencias importantes. Sin embargo debe notarse que los principios de diferencias se expresan tanto en las competencias adquiridas como en las maneras de llevarlas a las prácticas. La manera es una manifestación simbólica cuyo sentido y valor dependen tanto de los que la perciben como del que la produce, y en particular aquellos que están considerados como los atributos de la excelencia, constituye uno de los contrastes privilegiados que acreditan la “clase”. BORDIEU, Pierre (1999), La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, (1ª ed. en francés, 1979), España, Taurus, pp. 63.6 En el caso concreto de Salta la historiadora Myriam Corbacho fue apresada y declarada cesante en la Universidad.
La vuelta a la democracia trajo aparejados cambios en los modos de historiar. La
economía atrajo la atención de los historiadores y no sólo de éstos. Desde la pasada
década de los 80 el concepto de región se convierte en una categoría analítica clave.
Guillermo Madrazo y Sara Mata renovaron las preocupaciones por el comercio y sus
circuitos en la etapa colonial. Armando Raúl Bazán buscó reinterpretar el rol del
Noroeste en el proceso histórico nacional a través de la búsqueda de las conexiones
vitales del proceso histórico regional con los desarrollos nacionales7.
La década del noventa vio surgir sobre el Noroeste argentino nuevos trabajos ya no
referidos específicamente a la dimensión política, sino a las relaciones de ésta con la
estructuración y consolidación del espacio económico regional y sus articulaciones con
el Estado nacional. En estudios como los de María Silvia Fleitas, Daniel Campi o
Marcelo Lagos puede observarse cómo el concepto de región se impone como categoría
de análisis histórico8.
Así, los trabajos de Campi y Lagos demostrarán que la producción azucarera tucumana
brindó a un sector de la élite del Noroeste Argentino, no sólo a la tucumana, la
oportunidad de acumular beneficios e integrarse a las clases prósperas de la pampa
agroexportadora.
Casi simultáneamente, Antonio Mitre, Erik Langer y Viviana Conti pondrán el énfasis
en los circuitos comerciales de la región de los Andes meridionales entre 1870 y 1930.
Sobre éstos señalarían que en la última década del S XIX y las primeras del XX el
ganado salteño se canalizó mayoritariamente hacia los nuevos mercados abiertos en el
Norte de Chile, aunque por su bajo precio redituó escasa ganancia a la élite local9.
7 BAZÁN, Armando (1986), Historia del Noroeste, Buenos Aires, Plus Ultra. ----------------------- (1992), El Noroeste y la Argentina contemporánea, Buenos Aires, Plus Ultra.8FLEITAS, María Silvia (1993), "Desarrollo regional, azúcar y política en el Noroeste argentino", en CAMPI, Daniel (Coord.), Jujuy en la historia. Avances de investigación, I, Universidad Nacional de Jujuy.FLEITAS, María Silva (1995), "Posturas de los sectores dirigentes del NOA ante la cuestión del "desequilibrio regional" en la Argentina", en LAGOS, Marcelo (coord.), Jujuy en la Historia. Avances de Investigación, II, Universidad Nacional de Jujuy.FLEITAS, María Silvia (1996), “El pensamiento político y social de la élite azucarera del Noroeste argentino, 1910-1930", en REVISTA DE INDIAS, Madrid, Vol. LVI, Nº 206.CAMPI, Daniel (1995), "Estado nacional y desarrollo regional. El noroeste argentino y el modelo agroexportador, 1870-1914", en VI Jornadas Interescuelas, Montevideo.CAMPI, Daniel (1997), "La renovación historiográfica en el Noroeste argentino en las últimas dos décadas", en las VI Jornadas Interescuelas, Montevideo.CAMPI, Daniel, y LAGOS, Marcelos (1996), "Auge azucarero y mercado de trabajo en el Noroeste argentino, 1850-1930", en Revista Andes, Universidad Nacional de Salta, Nº 6.9 MITRE, Antonio Mitre (1987), El monedero de los Andes. Región económica y moneda boliviana en el S XIX , La Paz, Hisbol.LANGER, Erick Langer (1987), "Espacios coloniales y economías nacionales: Bolivia y el norte argentino (1810-1930)", Siglo XIX, Revista de Historia, Monterrey, Nº 4.
De esta manera la irrupción de la región como categoría de análisis amplió
notablemente el conocimiento que se tenía del pasado regional. Las dos líneas
interpretativas que emergieron por los años noventa definieron dos espacios
económicos. Uno -delineado por la actividad azucarera- ligará a Salta a los puertos del
Atlántico, mientras que el otro -afirmado en la venta de ganado en pié- integrará la
economía salteña al Pacífico.
Sobre estas líneas investigativas y sobre la real envergadura de la economía salteña
pretende transitar y contribuir el trabajo que aquí se presenta. A continuación se
avanzará sobre este último punto.
Envergadura y movimientos de la economía salteña
El desarrollo vertiginoso de la pampa húmeda argentina en las últimas décadas del siglo
XIX no implicó un crecimiento igual para todas las regiones del país. El Chaco y la
Patagonia se constituyeron en áreas marginadas, y Salta, a su vez, en una región aislada
del boom expansivo que incorporaría una gran parte de la República Argentina a la
modernidad y al capitalismo.
Si bien este cuadro de aislamiento no varió demasiado hasta el día de hoy, las élites
gobernantes de la provincia de Salta desplegaron diversas estrategias para conservar el
poder e integrarse en forma exitosa al grupo dominante, que adquirió relieve nacional
mientras se consolidaba un régimen de acumulación basado en la renta agraria y se
afianzaba el control del Estado nacional sobre el territorio.
Salta resultó ser después de Buenos Aires el distrito provincial con mayor representación
política a nivel nacional. Dos presidentes de la república y once ministros fueron salteños
durante el período del orden conservador en la Argentina (1880-1916). Además fue de las
catorce provincias existentes la primera en censar su población y bienes. El primer censo
provincial de la etapa independiente se realizó a mediados de la década de 1860.
Sin embargo esta vocación de mensura se detuvo en la década siguiente. A tal punto que en
los 80 el gobernador Miguel Ortiz no pudo ver los frutos de la Oficina de Estadística, y a
principios del S XX las autoridades nacionales dieron cuenta de la imposibilidad de obtener
los registros de muertes y defunciones en la Provincia.
LANGER, Erick y CONTI, Viviana "Circuitos comerciales tradicionales y cambio económico en los Andes centromeridionales (1830-1930)", en Desarrollo Económico, Buenos Aires, v. 31. Nº 121, abr-jun.CONTI, Viviana (1989),"Una periferia del espacio mercantil andino, el norte argentino en el siglo XIX", en AVANCES DE INVESTIGACIÓN, Salta.CONTI, Viviana, (1993), "El norte argentino y Atacama: Producción y mercados", en Revista SXIX, nueva época, Nº 14, julio-dic, 1993.
Las fuentes analizadas indican que la élite salteña optó por la ganadería teniéndola como
actividad que requiere poca mano de obra y escasa inversión. Desde esta perspectiva la
aparición de nuevos mercados en el Norte de Chile, junto a los tradicionales de Bolivia,
habría sido un factor que coadyuvó al desarrollo ganadero en la región10.
Sin embargo, el principal ingreso provincial estaría dado por las ventas de suela al litoral y
no por las exportaciones de ganado en pié al Pacífico. Detrás de las suelas se ubicaban las
colocaciones de vacunos en Tucumán y Santiago del Estero y -por debajo de éstas- el
comercio de animales invernados dirigidos a Perú y Bolivia.
Las últimas décadas del siglo XIX se caracterizaron por un marcado empobrecimiento y
estancamiento de la economía provincial. Para los contemporáneos los obstáculos del
progreso estaban, fundamentalmente, en las precarias comunicaciones y medios de
transportes.
En síntesis, a mediados de la década del 60 el comercio era considerado por sus
protagonistas como bastante activo. La posición continental de la provincia y su relieve
cordillerano eran vistos como una desventaja que los salteños sorteaban con relativo
éxito11.
Los datos registrados en 1865 -cuando la Pampa y el Litoral no habían experimentado el
boom expansivo, ni las vías férreas unían a las ciudades más importantes de la
Argentina- indican que las principales actividades económicas de la provincia eran la
ganadería y las curtiembres.
Chile y Bolivia constituían los mercados receptores de novillos en pié, ganados de cría,
ovejas y cabras. También de suelas labradas, aperos y calzados. El segundo gran
comprador de los productos salteños era Buenos Aires que demandaba suelas. Junto con
las mercaderías y las carretas salían las mulas, principal producto de exportación de la
provincia12.
Aunque la salida de productos a Buenos Aires equiparaba en pesos bolivianos los
montos que salían a Chile y Bolivia, no sucedía lo mismo con la importación. Buenos
10 A partir de 1860 la extracción de nitratos en el Norte de Chile, para satisfacer las demandas de fertilizantes de Europa, atrajo una gran población para trabajar en los campamentos mineros. Hacia allí se dirigiría parte del ganado en pie salteño. 11 "El Comercio, á pesar de la desventaja de una posición enteramente continental, desventaja aumentada por las cordilleras que por todas partes cruzan la Provincia, que hacen los caminos difíciles é intransitables en algunos meses del año, se mantiene bastante activo con Chile, Bolivia y Buenos Aires". En Registro Estadístico de la Provincia de Salta. Con el resumen del censo de la Población de año de 1865. Parte Primera. Registro Estadístico de 1866. Parte Segunda. P. 95.12 Ver cuadro 3 del Apédice estadístico.
Aires casi triplicaba el valor de mercaderías que entraba por Chile, y a su vez éste
duplicaba el monto de lo ingresado por Bolivia, que igualaba lo introducido por las
provincias13.
El flujo de correspondencia estaba al tono de los intereses mercantiles que mantenía la
provincia con los países limítrofes. Cuatro mensajerías funcionaban además del correo
nacional. Las mismas unían a la ciudad de Salta con Copiapó y Bolivia dos veces por
semana. Además, ligaban diariamente a la capital salteña con Jujuy y una vez cada
quince días con la ciudad de Orán.
Un cuarto de siglo después la economía provincial comienza a ser pensada en futuro.
Leyes, decretos, códigos, trenes, caminos se constituyen en las súplicas laicas del
progreso. Los contemporáneos advierten el estado de pobreza y miseria en la que se
encuentra la economía provincial14.
La ganadería y las curtiembres son todavía las principales actividades económicas. Sin
embargo los destinos de los productos de la provincia son distintos. A diferencia del
período anterior las ventas de suela al litoral conforman ahora el principal ingreso
provincial. En el orden siguiente se ubican las colocaciones de ganado vacuno en pie en
Tucumán y Santiago del Estero y -por debajo- el comercio de animales invernados
dirigidos a Perú y Bolivia15.
La importancia comercial de las mulas retrocede a medida que avanzan las vías férreas
y los caminos carreteros sobre los de herradura. Desde 1876 el ferrocarril Central Norte
comunica a la ciudad de Tucumán con Córdoba. A esta última ciudad se dirigirá una
parte del ganado vacuno en pié, cueros de vaca y pieles de cabra y cabrito, para enviarse
luego a las localidades de Rosario de Santa Fé y Capital Federal16. Luego el trayecto en
mulas y en carretas será más corto, cuando el trazado del ferrocarril llegue a Chilcas y
más tarde a la Capital salteña.
13 Ver cuadro 4 y gráfico 4.14 "…y si el ferrocarril nos encuentra en el estado de pobreza y miseria en que nos encontramos hoy en vez de ser un beneficio para nosotros, nos será perjudicial; pues nos empobrecerá más". En Diario La Reforma, 1880.15 El comercio de los productos salteños registró en el año 1887 un total aproximado de 1.246.600 $ m/n, de los cuales corresponden a los rubros antes mencionados 1.115.000 $ m/n que se discriminan de la siguiente manera:Suelas……………………………………………………………….500.000 $ m/nVacunos a Tucumán y Santiago del Estero…………………………400.000 $ m/nVacunos a Perú y Bolivia…………………………………………...215.000 $ m/n16 En Cuadros de la producción de la provincia de Córdoba y de importación de frutos á sus mercados con procedencia de otras provincias en el 1883. Imprenta de "El Interior", 1884.
También Tucumán será destino del ganado vacuno en pie procedente de los
departamentos salteños de Anta, Rosario de la Frontera y Rivadavia. Las ferias de Huari
en Bolivia y la de Vilque en Perú atraerán el comercio de caballos, mulas y asnos que
salen en arreos o tropas de 100 cabezas, herradas en las cuatro patas. A la vez, los
departamentos de Cachi, Molinos, La Poma y Salta continuarán abasteciendo al litoral
Peruano y Boliviano de vacas, caballos, mulas, asnos y ovinos.
Entre los productos agrícolas, hacia fines del siglo XIX ocupaba el rango más
significativo el comercio de harina, que en el año 1887 permitió un ingreso de 10.000 $
m/n. El valor de la producción irá mermando a medida que avance el período, como así
también la cantidad de molinos en uso. La producción de la caña de azúcar no llega a
cubrir las demandas internas. Las 9/10 partes del azúcar que se consume en Salta
proceden de los ingenios de Jujuy. Tanto la producción de vinos como de azúcar irán en
aumento a lo largo del período. Los productores se inclinaron, de hecho, hacia aquellos
rubros donde se experimentaba con menos intensidad la competencia de la Pampa y el
Litoral.
En 1988 los servicios de mensajería y correo unen Salta y Jujuy en forma diaria. Salvo
Campo Santo, que está ligada por cuatro viajes mensuales, los demás centros urbanos
como Atacama, Cafayate, Santa Victoria, Rivadavia y Orán merman los contactos a dos
veces por mes con la capital salteña.
En el último cuarto del siglo XIX se asiste a una declinación y reorientación atlántica de
la economía provincial. Ambos movimientos ya estaban presentes antes del desarrollo
sin precedentes de la pampa húmeda. El crecimiento sostenido de la economía nacional
traerá como correlato el aislamiento económico de la provincia de los beneficios de la
Argentina agroexportadora.
La situación descripta se observa también en el movimiento que presenta la evolución
de los presupuestos provinciales. Paradójicamente, Salta es entre las provincias del
Norte17 la que registra el mayor crecimiento de sus presupuestos provinciales entre 1895
y 1914 aunque es, por otra parte, la que observa el menor aumento en el número de
habitantes. Ahora bien, al analizarse las cifras absolutas se encuentra que este
extraordinario dinamismo de la economía provincial es sólo aparente si se compara la
evolución de los presupuestos provinciales de las distintas provincias del Norte.
Tabla 1:
17 Se parte de los criterios de regionalización de la época. Las provincias del Norte son Tucumán, Salta y Jujuy. En el transcurso del trabajo las comparaciones se establecen en relación a estas provincias.
Crecimiento relativo de los presupuestos y la población de las provincias seleccionadas
PRESUPUESTOS Año 1895-1914 Población
Nación Crece un 252% Crece un 96 %
Buenos Aires Crece un 323% 128%
Tucumán Crece un 210% 58%
Jujuy Crece un 345% 43%
Salta Crece un 737% 33%
Fue: Censo Nacional de 1914
Al analizarse comparativamente los valores absolutos de los presupuestos con los de las
provincias vecinas se observa un exiguo desarrollo de la economía salteña. Tanto es así
que en los años 1906 y 1907 la provincia de Jujuy supera en el monto presupuestario a
la provincia de Salta. Mientras que Tucumán mantiene casi a lo largo del período un
presupuesto cuatro veces mayor. De las provincias del Norte, esta última es la que
capitalizó el mayor crecimiento y desarrollo. De esta manera las desigualdades que se
manifiestan a escala nacional se expresan también en la escala regional18.
Tabla 2
Evolución de los presupuestos de la Provincia de Salta, Tucumán y Jujuy entre 1880 y 1914
AÑO MONTO EN $ m/nProvincia de Salta*
MONTO EN $ m/nProvincia de Tucumán**
MONTO EN $ m/nProvincia de Jujuy**
1880 147.9681885 244.488,841886 281.006,801888 780.943,821889 780.943,821891 1.082.554,641893 552.5001894 449.387,541896 553.371 1.983.066 288.398,361897 466.297,31 2.556.156 308.1161898 503.573,07 2.368.956 326.9261899 508.520,87 2.581.303,19 362.059,631900 528.005,04 2.336.396 380.109,381902 515.124,3 2.447.988,42 472.5601903 526.000 2.383.445,88 499.4771904 546.794,4 2.275.457,65 526.835
18 Algunos aspectos que aquí se enuncian fueron planteados en el trabajo de Justiniano, María Fernanda y Tejerina, María Elina (2003), “Estado, finanzas y familias: Los presupuestos provinciales y su ejecución. El caso de la Provincia de Salta (1880-1914)”, presentado en las Terceras Jornadas de Historia Económica, Montevideo, desde 9 al 11 de julio.
1905 527.452 2.228.293,16 564.8511906 589.600 2.988.476,51 620.5771907 732.515 2.988.476,51 827.6831908 814.234,2 2.988.476,51 681.9591909 955.100 4.221.863,36 722.5071910 1.082.500 4.549.585,94 1.014.0061911 1.105.274 4.909.285,94 1.014.0061912 2.664.594 5.842.505,94 791.983,721913 2.063.318 5.842.505,94 791.983,721914 3.764.041,58 6.210.720,99 1.249.285,72Fuente: * presupuestos provinciales de la Provincia de Salta, AHS. ** Censo Nacional de 1914
Roberto Cortés Conde sostiene que la historia económica argentina desde el decenio de
1870 hasta la primera guerra mundial puede dividirse en tres períodos. El primero,
caracterizado de crecimiento rápido y dinámico, se extiende desde el fin de la crisis de
1873-1876 y alcanza su punto más alto previo al hundimiento de 1890. El segundo,
conceptualizado como depresión, se inicia en 1890 y termina en la segunda mitad del
decenio. El último se corresponde con la gran expansión. Exceptuando las breves
recesiones de 1899 y 1907, comienza a finales del decenio de 1890 y se sostiene hasta la
crisis de 191219.
De la lectura de los valores absolutos de los presupuestos provinciales puede
desprenderse que la economía salteña, durante el período en estudio, sigue un
movimiento semejante al propuesto por Cortés Conde a nivel nacional. Es decir un
crecimiento sostenido hasta 1891, seguido por un retroceso que se extiende hasta 1906,
año en que se inicia un nuevo período de crecimiento.
Es dable señalar que los presupuestos provinciales como fuentes para el análisis
económico deben tomarse con cautela. No todos los años estas leyes son promulgadas.
Ello sucedió, por ejemplo en 1887 y en 1890. Tanto la epidemia del cólera que alejó a
los legisladores provinciales de la capital salteña, como la crisis de 1890 y la muerte del
gobernador Adolfo Martínez, fueron óbices para que las leyes de esos años económicos
no fueran sancionadas respectivamente.
Las más de las veces las expectativas de los cálculos no coinciden con la realidad de los
ingresos. Los presupuestos son deficitarios y el Estado provincial salteño debe recurrir
en forma constante al crédito público para lograr el equilibrio de egresos e ingresos20.
19 En CORTÉS CONDE, Roberto (1992), “El crecimiento de la economía argentina, 1870-1914, en BETHELL, Leslie (ed) Historia de América Latina 10. América del Sur, c. 1870-1930, Barcelona, Critica-Cambridge University Press.20 Esto lo observa el gobernador Delfín Leguizamón en el año 1895: “Nuestros presupuestos anuales, -necesario es confesarlo-, no han sido llenados nunca con las entradas de la Administración, ocurriéndose casi todos los años a recursos extraordinarios para cubrir gastos indispensables. La causa no es ni puede
Sin embargo a pesar de estas observaciones los presupuestos constituyen una fuente
relevante para tomar cuenta acabada de la envergadura de la economía, de las
principales actividades económicas que tienen lugar en el territorio provincial y de las
políticas que despliegan los sucesivos gobiernos.
El detalle de las expectativas de los ingresos para determinados años económicos nos
remite directamente al sistema impositivo. Detenerse en el estudio de los impuestos no
es cosa menor. Su análisis puede proveer de insumos explicativos que permitan conocer
mejor la relación entre gobernantes y gobernados, las competencias de intereses
políticos y económicos entre los distintos grupos, las formas de ejercicio del poder y de
distribución de los excedentes, entre otros.
Legislación e impuestos
A fines del siglo XIX el Estado provincial salteño está en pleno proceso de
construcción, a un ritmo que le imponen las normativas y el accionar del gobierno
nacional además del clima de ideas decimonónico. Durante estos años se define el
territorio provincial cuyos límites se mantendrán hasta el desmembramiento del
Territorio Nacional de los Andes en 1943.
Su ordenamiento, control y delimitación siguió una lógica basada en la posibilidad de
acceder a recursos que adquirían envergadura según las necesidades de los grupos
dirigentes de la época.
Durante la primera mitad del siglo diecinueve fue la actividad azucarera la que empujó
las fronteras provinciales hacia el Chaco. Los dueños de los ingenios acrecentaron sus
excedentes con la explotación de la mano de obra de las poblaciones originarias. Estos
avances privados antecedieron a la acción tanto del Estado provincial como del
nacional21.
Durante la década de 1880 el Oeste de la provincia encontrará sus límites, en un
momento que reverdece el tráfico de ganado en pie hacia Chile. La Puna queda excluida
ser otra que la ya apuntada, y así, de año en año, vemos acumularse sumas considerables en el inciso denominado rentas a cobrar y que, con el transcurso del tiempo, pasan indefectiblemente a la categoría de incobrables. De esa manera el déficit jamás podrá dejar de figurar en nuestros cálculos y su acumulación progresiva será una amenaza constante, un peligro para la marcha administrativa de la Provincia”. En AHS, Mensaje del Gobernador de la Provincia a las Honorables Cámaras Legislativas al abrir sus sesiones ordinarias en el período constitucional de 1895, Salta, Imprenta la Actualidad, p. 33.21 En la década de 1860 el gobierno provincial presionado por aquellos interesados en contar con el acceso permanente a la mano de obra indígena erigirá Colonia Rivadavia y luego el Departamento del mismo nombre. Estos tópicos son abordados en JUSTINIANO, María Fernanda (2003), “La oferta ambiental y la construcción del Estado provincial salteño (1880-1900)”, en Revista 2, Escuela de Historia, Salta, Argentina.
del territorio provincial al formarse el Territorio Nacional de Los Andes. Para los
dirigentes de la época “no valía ni servía de nada”22.
Este proceso de ordenamiento y control del territorio va acompañado del
establecimiento de un sistema legal, un sistema fiscal, la formación de una burocracia y
la extensión del monopolio de la fuerza por todo el territorio provincial a través de la
creación de la policía de campaña.
Las sucesivas reformas de la Constitución, las luchas por el acceso al poder y la
dificultad en el cobro de los impuestos muestran que estos procesos no estuvieron
exentos de contradicciones internas. Aquí interesa detenerse, por las razones ya
señaladas, en el ordenamiento del sistema fiscal.
Este proceso no será fácil y estará atravesado durante todo el período por una tensión
que emerge entre la intención universalista que le es atribuible al Estado y los intereses
individuales que no están dispuestos a obedecer totalmente las normas emanadas del
propio poder central provincial, aunque a su vez están preparados para arrogarse ciertos
privilegios.
Ello inclusive queda reflejado en los propios textos constitucionales. En el año 1821 se
establece como atribución de la Representación provincial de Salta y Jujuy “recibir
empréstitos sobre los fondos públicos en los casos que lo exija la necesidad pública; y
decretar contribuciones sobre toda propiedad indistintamente, que como el resto de los
ciudadanos, satisfarán también el Gobernador, miembros del Cuerpo representativo
demás empleados rentados, sin perjuicio de los descuentos que por Ley deben hacerse
de sus sueldos”23.
A diferencia de la que le antecede, ningún párrafo de la Constitución de 1855 se plantea
los objetivos abstractos característicos de las pretensiones de un Estado en el siglo XIX
como: bienestar del pueblo, la búsqueda individual de la felicidad, o como expresa el
propio texto constitucional de 1821, “disponer cuánto de mas creyeren conveniente a su
bien y felicidad”24. 22 AGN. Archivo del Dr. Cané, Legajo 1, 28, IV, 1896. Citado por Lalanne, Pedro Fernando (1989), Los Uriburu, Buenos Aires, emecé, pp. 219.23 Constitución de Salta y Jujuy de 1821, en Justiniano, María Fernanda y Tejerina, María Elina (dir.) (2002). Constituciones y Leyes Electorales de Salta. Aportes para un debate. Argentina. Pro.E.S.A.24 Gianfranco Poggi afirma que entre los rasgos significativos del proceso político interno en el Estado del siglo XIX se encuentra lo que él denomina la Apertura. Al respecto expresa “…consecuentemente, el proceso político comenzó a orientarse hacia objetivos abstractos y siempre lejanos: fuera la promoción del poder del Estado en el concierto de las naciones, el bienestar del pueblo o la búsqueda individual de la felicidad. En POGGI, Gianfranco (1997), El desarrollo del Estado moderno. Una introducción sociológica, (1ª ed. en inglés, 1978), Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, p. 162.Para un acercamiento al clima de ideas del cual participan los constituyentes de 1855 baste considerar que este texto propone en su artículo 14 elecciones cencitarias. Este ítem será observado por las Cámaras de
Esta situación se revertirá con la reforma de 1875. Aquí el preámbulo expresa
taxativamente que los representantes de la Provincia de Salta se reúnen con el objeto de
constituir el mejor gobierno de todos y para todos, afianzar la justicia, consolidar la paz
interna, proveer a la seguridad común; además de promover el bienestar general y
asegurar los beneficios de la libertad para el pueblo y para los demás hombres que
quieran habitar su suelo”25.
Sin embargo, este cuerpo claro de objetivos relacionados con el interés general entrará
en contradicción en el mismo texto constitucional. El artículo 184 de la sección 6ª,
referida al régimen municipal, advierte que “toda creación o aumento de impuestos
necesita ser sancionado a mayoría absoluta de votos por el Consejo aumentado para ese
acto con un número igual al que lo componga, de los contribuyentes mayores en el
Municipio”.
Aquí, en la misma letra de la ley madre de la Provincia queda expresa la tensión en la
que se debatirán los diferentes gobiernos. Tensión que parece constituirse en un rasgo
del proceso político salteño: el Estado concebido para responder a intereses particulares
sobre los públicos o generales. Esta afirmación se aclarará cuando se avance sobre
quiénes y cómo recaudan los impuestos.
Este mismo texto constitucional también abre un espectro de conflictos que hasta el día
de hoy no encuentra resolución26. Se trata de la relación entre los municipios y el poder
ejecutivo provincial. Hasta 1875 las municipalidades tienen la atribución de crear los
impuestos. La reforma constitucional de 1883 les quitará esa prerrogativa, que pasará a
Diputados y Senadores de la Confederación que obligó a la convención constituyente provincial a modificarlo. Recién en 1861 se contará a nivel provincial con la ley electoral que contemple las modificaciones observadas, la cual regirá paradójicamente en la materia hasta 1906.
25 Constitución de la Provincia de Salta reformada en 1875, en Justiniano, María Fernanda y Tejerina, María Elina (dir.) (2002), ob. cit. 26 Hasta la fecha se debate en la ciudad de Salta qué impuestos debe recaudar el municipio o cuáles la provincia. A pesar de ser ambos del mismo signo partidario, el ejecutivo provincial arguye constantemente que el municipio capital no tiene el poder de recaudación. En estos últimos años el impuesto al automotor y el inmobiliario pasaron a la esfera provincial.
ser propia de la Legislatura provincial27. Cinco años después la facultad de crear tributos
volverá a las comunas28 para perderla nuevamente en 190629.
Esta última, primer texto constitucional del siglo XX, contiene en su letra dos
innovaciones relevantes en materia de ciudadanía e impuestos. Durante la segunda
mitad del siglo XIX los textos constitucionales hacen referencia a la uniformidad de los
impuestos. Este concepto podría entenderse definido de acuerdo a criterios
territoriales30.
Habrá que esperar hasta la promulgación de la Constitución de 1906 para que en su
artículo quinto declare que las contribuciones impuestas por la Legislatura deben ser
equitativas y proporcionales, además de establecer que la igualdad es la base del
impuesto y de las cargas públicas. Sin embargo nuevamente se presentan
contradicciones que muestran que el espíritu de los convencionales constituyentes de
1855 sigue vigente. Tanto es así que se agudizará a comienzos del siglo XX.
Si la vocación censitaria en materia electoral de la primera Constitución salteña fue
abortada por el Congreso de la Confederación Argentina, ello no se aplicó en el régimen
municipal donde el saber leer y escribir permaneció como requisito -impuesto a partir
de 1875- para ser elegido autoridad municipal31.
27 La Constitución reformada de 1883 en su artículo 180, inciso 4 aclara que “la facultad de establecer los impuestos que deben percibir e invertir las Municipalidades, queda reservada la Legislatura a la cual podrán presentarle los proyectos de las leyes de impuestos municipales que sean convenientes se sancionen para sus distritos”. En Justiniano, María Fernanda y Tejerina, María Elina (dir.) (2002), ob. cit. 28 La Constitución reformada de 1888 en la sección correspondiente al régimen municipal, artículo 177 establece que “todo distrito que tenga un centro urbano de 5000 habitantes será administrado por una Municipalidad que será Juez único en la elección de sus miembros; votará anualmente su presupuesto de gastos y cálculo de recursos, establecerá los impuestos que deba percibir, e invertir pudiendo enajenar sus bienes raíces y contraer empréstitos”. Justiniano, María Fernanda y Tejerina, María Elina (dir.) (2002), ob. cit. 29 El artículo 175 de la Constitución de 1906 establece que todo distrito que tenga un centro urbano de 5000 habitantes será administrado por una municipalidad que será juez único en la elección de sus miembros; votarán anualmente su presupuesto de gastos y cálculo de recursos, establecerá los impuestos que deberá percibir, e invertir pudiendo enajenar sus bienes raíces y contraer empréstitos. Las dos últimas facultades requerirán la aprobación de la Legislatura para su vigencia.30 A modo de ejemplo, a fines de la década de 1850 las autoridades preocupadas en acrecentar la población de Orán, decretan para tal fin la excepción impositiva para el departamento. El decreto del 30 de marzo de 1858 en su artículo primero establece que “de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 del decreto del 19 de diciembre del año anterior; empezará a recaudarse en toda la Provincia, excepto en el distrito de Orán, desde el mes de abril entrante la contribución territorial y mobiliaria correspondiente al presente año”.31 La Constitución reformada de 1875 establece en su artículo 182, inciso tercero que “serán electores los que lo sean de Diputados, estando inscriptos en el Registro Cívico del Municipio, y además los extranjeros mayores de 22 años domiciliados en él, que paguen impuesto directo, sepan leer y se inscriban en un registro especial que estará a cargo de la Municipalidad”. Mientras que el inciso cuarto del mismo artículo expresa que serán elegibles todos los ciudadanos mayores de 25 años, vecinos del distrito con 6 meses de domicilio anterior a la elección, que sepan leer y escribir; y si son extranjeros que además de estas condiciones, paguen una contribución directa o en su defecto ejerzan alguna profesión liberal”.
Los discursos de igualdad en boga están originando nuevas prácticas que la exclusora
respuesta del texto constitucional de 1906 muestra que son entendidas como anómalas y
amenazantes. Justamente, cuando llega a su fin el ciclo depresivo en el que se
encontraba sumida la economía provincial, los grupos dirigentes del siglo XX se ven
obligados a desplegar todo un trabajo de construcción simbólica y material que asegure
las distancias social e históricamente construidas. Ello se plasmó, por ejemplo, en el
artículo 177, que en la órbita municipal se retrotrae medio siglo, al establecer como
requisito para ser elector saber leer y escribir32. Nuevamente como en 1855 el propio
texto constitucional revela que los intereses particulares se imponen sobre los generales.
Igual apreciación se desprende al analizar quiénes y cómo se recaudan los impuestos.
La recaudación
El cobro de los impuestos durante toda la época que nos ocupa está en manos privadas.
Ello se encuentra en la génesis misma del sistema fiscal. Aunque también tal situación
puede ser explicada a partir de las prácticas propias de ejercicio del poder de los grupos
dirigentes, descritas en el apartado anterior.
Mientras que la ley nacional del 4 de diciembre de 1854 establece que todo dueño de
propiedad territorial sea urbana, rural o enfitéutica adquirida por compra, sucesión,
donación o cualquier otro título, deberá hacer tomar razón de sus títulos en la respectiva
administración del Banco, la ley provincial que da cumplimiento a esta normativa
expresará en su artículo tercero que todo propietario queda obligado a verificar el
registro de sus propiedades raíces presentándose ante la comisión del departamento al
que pertenecen. Más adelante el decreto provincial aclara en el inciso octavo que estas
comisiones percibirán por esta vez un 5% del valor que recaudaren en compensación de
su trabajo33.
Esto que se redactó “por esta vez” vino para quedarse. Durante el gobierno de Miguel S.
Ortiz (1881-1883) la percepción de la renta comienza a hacerse por medio de remates
públicos. El fisco resignaba, de esta manera, un 25% del total de la recaudación. Al
32 La Constitución de 1906 estable en su articulo 176º que “serán electores de ciudadanos residentes en el distrito inscriptos en el Registro Cívico Municipal, que sean mayores de veintidós años de edad, sepan leer y escribir, paguen contribuciones directa o patente comercial o industrial o ejerzan profesión liberal y los extranjeros que reúnan todas esas condiciones y a más tengan una residencia inmediata en el distrito por el término no menor de dos años”. Y en el artículo 177 que “serán elegibles todos los que reúnan las condiciones exigidas en el artículo anterior y que tengan a más seis meses de residencia en el distrito, anterior a la elección, si fueren ciudadanos y tres años si fueren extranjeros”.33 Ley del 16 de octubre de 1855, promulgada durante el gobierno de José María Todd, a fin de dar cumplimiento al Estatuto para la organización de la Hacienda y Crédito Público, establecido por el Congreso General Constituyente de la Confederación Argentina por ley del año 1854.
asumir Juan Solá la primera magistratura provincial (1883-1886), el sistema de remate
públicos es abandonado para comisionarse directamente la percepción de la renta a
“personas de conocida honradez y responsabilidad”34.
Las principales fuentes de recursos de la provincia por estos años son la contribución
territorial, patentes, papel sellado y papel de multas. Las papeletas de conchavo, las
contribuciones mobiliarias, las herencias transversales, las multas de la capital y las
ventas de montescos desaparecen a fines del siglo XIX. En los años 1905, 1906, 1907 y
1910 comienza a recaudarse el Impuesto al Azúcar cuyo monto no superará los 6.000 $
m/n. A partir de 1902 se incorpora el cobro de Guías de Ganado y Frutos, que se
mantendrá hasta 1910. La siguiente tabla muestra la evolución de estos conceptos
durante el período que nos ocupa.
Tabla 3:
Fuentes de recursos para cubrir los gastos estipulados en los presupuestos, en $ m/n
AñoContribución territorial
Patentes Guías y marcas
Papel sellado
Utilidades del Banco Provincial
Rentas atrasadas
1885 45.000 30.000 300 15.000 45.0001886 45.000 30.000 300 15.000 42.0001888 95.000 50.000 5.000 15.000 134.0001889 95.000 50.000 5.000 15.000 42.0001891 180.000 75.000 500 37.0001893 200.000 92.000 3.000 80.0001894 190.000 75.000 4.000 40.0001896 170.000 70.000 2.000 45.0001897 175.000 20.000* 70.0001898 175.000 120.000 25.000* 60.000 15.0001899 175.000 100.000 23.000* 60.000 30.0001900 185.000 100.000 30.000* 84.0001902 175.000 11.5000 70.000 83.000 50.0001903 180.000 115.000 75.000 90.000 40.0001904 185.000 95.000 75.000 85.000 60.0001905 160.000 90.000 75.000 65.000 39.000 45.0001906 166.000 90.000 75.000 65.000 45.0001907 170.000 120.000 75.000 120.000 33.000 62.0001908 180.000 140.000 75.000 110.000 55.000 40.0001909 300.000 150.000 85.000 110.000 77.900 35.0001910 320.000 190.000 114.000 125.000 50.000
34 Mensaje del Gobernador a las Honorables Cámaras Legislativas al abrir sus Sesiones Ordinarias de Octubre de 1884, Salta, Imprenta de F. Alsina.
1911 310.000 200.000 180.000 80.000 80.0001912 330.000 220.000 285.000 100.000 75.0001913 330.000 220.000 310.000 100.000 115.0001914 600.000 220.000 310.000 125.000 110.000Fuentes: Presupuestos provinciales de los años citados.* A partir de 1897 se desglosa en Impuesto de Guía y Registro de Marcas. Aquí lo computamos en forma conjunta. En 1902 recibe el nombre de Guías de Ganado y Frutos.
La dificultad para lograr que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones, como así
también para evitar que los recaudadores se apropien de los recursos fiscales y los
distraigan en sus negocios particulares, es una constante durante todo el período. En su
informe a las Cámaras Legislativas, el gobernador Delfín Leguizamón advierte que uno
de los principales inconvenientes con que ha tropezado su gestión está en relación a la
insuficiencia de las leyes fiscales. Bien aclara que “necesitamos, más que crear renta,
asegurar eficazmente su percepción”35.
Esta tensión entre quién recauda, quien se apropia y quién paga, también es una
constante durante los años que toma este trabajo. No en vano advertía el Receptor J.
Méndez que: “El pobre es el único que paga con aproximación casi absoluta”. Y
explicaba que existen dos razones para ello: “… la primera es que se le cuenta
fácilmente su haber por ser poco y la segunda, aunque amarga, es por ser pobre, porque
sabe si reclama pierde su tiempo, corriendo el riesgo muchas veces de ser mayormente
perjudicado”36.
La incipiente estructura institucional y burocrática del Estado provincial salteño
contribuye a que este estado de cosas permanezca, en vez de modificarse. Muchos de
los receptores son a su vez miembros de la comisión municipal, comisarios de policía o
jueces de paz. En la campaña esta situación se agrava porque la ausencia de
delegaciones del poder judicial los encuentra como jueces y partes de los conflictos. En
1906 la preocupación por la inequidad en el cobro de impuestos llegará a manifestarse
en el propio texto constitucional.
El libro del Ministerio de Hacienda 1897-1902 detalla quiénes efectivamente
recepcionaron las rentas y el monto de las comisiones que recibieron. Llama la atención
que la comisión más elevada lograda durante el gobierno de Pío Uriburu, corresponda a
35 Mensaje del Gobernador de la Provincia a las Honorables Cámaras Legislativas al abrir sus sesiones ordinarias en el período constitucional de 1895, Salta, Imprenta la Actualidad, p. 33.36 En Memoria del Ministros de Hacienda presentada a la H. Legislatura, 1881.1882-1882, Salta , Imprenta de Solíverez y Alsina.
otro Uriburu (Juan N.), quien recibe 2632,71 $m/n, además de ser juez de paz suplente
y jurado de Reclamos.
Otros receptores fueron designados durante el período en estudio pero no figuran en el
citado libro. Es el caso de Domingo Patrón Costas, quien reemplaza a Atilio Lanzi.
Justamente, por estos años su hermano ejerce el cargo de ministro de Hacienda.
Otra gran mayoría de los receptores porta apellidos que gozan de una gran presencia en
la estructura de poder provincial: Niño, Diez, Aleman, Güemes, López, de los Ríos,
Vélez, Castellanos, Zapata, Barrantes. Sin embargo también hay apellidos nuevos como
Andreu o Colque
Si confrontamos los datos del libro de Hacienda con los registros oficiales se encuentra
casos como el de Eduardo Escudero quien tiene a su cargo cobrar patentes y rentas por
el período 1901 y 1903, pero que sólo aporta al fisco el concepto de renta en el año
1902.
Juan B. Peyret quien es uno de los que más recauda en el departamento de Campo
Santo, acompaña a su función recaudadora la de comisario de policía. En igual situación
se encuentra Juan Menú. Ambos son además catastradores de mieses y plantaciones.
Secundino Mariño no sólo cumple sus obligaciones para el fisco sino que integra la
comisión municipal del departamento, es comisario de policía y se desempeña en el
Jurado de Reclamos.
También Miguel Colque y Luciano de los Ríos se encuentran en condición de jueces y
partes. Lo expuesto es a título de nombrar sólo algunos de los receptores que se detallan
en la tabla que sigue.
Tabla 4
Receptores de Renta que rindieron y recibieron sus comisiones entre 1897-1902
Año Receptor Departamento Monto Folio Núm1902 Eduardo Escudero,
calificador de patenteCampo Santo 425,44 p. 375, 179
Antonio Padovani 423,84 p.375, Nº 178
Napoleón Piedrabuena 54,21 p. 373, Nº 161Juan B. Peyret 1394,94 p.367,Nº 42Samuel Cortés 108,72 p. 367, Nº 8Daniel Villagrán 360 p. 365, Nº 4
1901 Daniel R. Villagrán Rosario de la Frontera y la Candelaria
88,50 p. 361, Nº 1332
Guachipas, Viña, 56,20 p. 361, Nº 1333
Chicoana, Rrio. de Lerma y CerrillosCachi, Molinos, San Carlos, Cafayate, Guachipas y Viña
255,70 p. 361, Nº 1334
Juan Menú Guachipas 373,10 p.361,Nº 1327Anacleto Toranzos 623,39 p.752, Nº 752José Andreu Rosario de la Frontera 1286,67 p. 327, Nº 682José Andreu Candelaria 239,11 p. 327, Nº 683Tomás Vargas 204,25Secundino Mariño S/c 141,90 p.327, Nº 340Miguel Colque Orán 905,34 p.313, Nº 456David G. Orellana De la Sección Sudeste 1245,34 p.307, Nº 340Herederos de Receptor M. Gauna
Cerrillos 362,17 p.295, Nº 124Rosario de Lerma 536,03 p.295, Nº 125Guachipas 304,82 p.295, Nº126Viña 245,47 p.295, Nº127
Juan R. Uriburu 2632,71 p.289, Nº 21900 Luciano de los Ríos 170 p.265, Nº, 773
Cachi 505,60 p. 259, Nº656Molinos 214,32 p. 259, Nº657San Carlos 751,33 p. 259, Nº658Poma 217,23 p. 259, Nº659Cafayate 1144,25 p. 259, Nº660
Martín Gauna Rosario de Lerma 273 p.255, Nº 584Cerrillos 615,28 p.253, Nº 582Chicoana 499,81 p.253, Nº 583
1899 Tomás Vargas Hijo Iruya 139,19 p. 219, Nº 1252Martín Gauna Guachipas 511.17 p. 213, Nº1157
Viña 325,92 p. 213, Nº 1158Benjamín Peyret Molinos 40 p.201, Nº 938Martín Gauna Cerrillos 226,95 p. 187, Nº 671
Chicoana 432,59 p. 187, Nº 672Miguel N. Vélez Cachi 527,92 p. 187, Nº 674Francisco Alderete Campo Santo 430,69 p. 163, Nº 164Francisco Terrones 1002,72 p.151, Nº 35
1898 Felipe López San Carlos 363,3 p. 145, Nº2726Manuel Aleman 12,52 p.137, Nº2578
90,84 p. 137, Nº 2579Juan José Castellanos 160,13 p. 135, Nº 2521Amadeo de la Cuesta 632,13 p. 129, Nº 2419Pedro A. Michel y Marcelo M. Schaffino
1200 p. 123, Nº 2324
Lisímaco Barrantes 101,16 p. 97, Nº1866Paulino Echazú 363,52 p. 93, Nº 1787Francisco Alderete 877,79 p. 81, Nº 1564Justo B. Zapata Rosario de la Frontera 99,55 p. 79, Nº 1516Miguel Diez Cafayate 1805,17 p. 79, Nº 1533Lisímiaco Barrantes Chicoana 306,80 p. 79. Nº 1534
Isidoro Vázquez Guachipas 393,28 p. 79, Nº 1535Justo B. Zapata 87,16 p. 77, Nº 1471
Rosario de la Frontera 1702,40 p. 77, Nº 1483Rosario de Lerma 186,91 p. 73, Nº 1414
1897 Juan José Castellanos La Candelaria 206,11 p.71, Nº 1380Paulino Echazú 358,48 p.59, Nº 1175Gregorio Casasola 106,93 p. 57, Nº 106,93Adolfo Cajal 217,01 p. 51, Nº 1009Manuel Alemán 84,42 p. 47, Nº 927Anacleto Toranzos 173,67 p.45, Nº 886Adolfo Cajal 476,86 p. 45, Nº 908Domingo Niño 228,35 p. 43, Nº 860Amadeo de la Cuesta 533,27 p. 41, Nº 815Domingo Niño 276,15 p. 39; Nº 796Mariano Armella Iruya 102,91 p. 39, Nº 811Alejandro Vargas 147,74 p. 37, Nº 751Napoleón Villagrán 39,11 p. 27, Nº 590Justo B. Zapata 60 p. 23, Nº 511Alejandro Vargas 72,45 p. 23, Nº 524José M. Ceballos 24 p. 21, Nº 454Napoleón Güemes 102 p. 7, Nº 227Francisco Terrones 712,24 p. 5, Nº 165Miguel Diez S/c como receptor 1167,81 p. 1, Nº 128
Fuente: Libro Ministerio de Hacienda, Libro de órdenes de Pago del 29-01-1897 a Marzo de 1902.
------ Están identificados aquellos que también fueron jueces de paz en el periodo.
Por lo expuesto es posible afirmar que la recaudación de los impuestos fue una de las
estrategias seguidas por los grupos dirigentes, vinculados directamente al poder político
para apropiarse de una gran parte de los recursos destinados al fisco. Una de las vías fue
la comisión. Pero también hubo otras alejadas de la ley como la de cobrar y no presentar
lo recaudado a las autoridades, entre otras formas que obviamente no pueden inferirse
desde estas fuentes.
María Fernanda Justiniano
María Elina Tejerina