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Los catequistas de la Biblia XXIV Mes de la Biblia Setiembre 2017

XXIV Mes de la Biblia Setiembre 2017 - cenacat.org · a Moisés, el gran líder del pueblo hebreo, que supo liberar y conducir al pueblo a la tierra de promisión, con la guía y

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Los catequistas de la Biblia

XXIV Mes de la Biblia

Setiembre 2017

CoordinaCión del proyeCto: Sección de Animación Bíblica

de la Pastoral - CENACAT

editorial: CENACAT

CoordinaCión editorial: Departamento de Producciones y Comunicación

diseño y diagramaCión: Lorena Barrantes A.

diseño de portada:

impresión:

IndIce

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

A los participantes de los encuentros del Mes de la Biblia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Pregón de la Palabra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

1 “Yo estaré en tu boca”(ambas) Moisés, el “catequista liberador” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

2 “Aquí estoy, mándame” Isaías, el catequista dispuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

3 “Yo pongo mis palabras en tu boca” Jeremías, el catequista de la Palabra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

4 “Come este rollo” Ezequiel, el catequista de los signos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

5 “Jesús recorría toda Galilea enseñando…” Jesús, el catequista por excelencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

6 “Y saludó a Isabel…” María, la primera mujer catequista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

7 “Tú eres Pedro” Pedro, el catequista que edifica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

8 “Saulo… ¿por qué me persigues?” Pablo, el catequista misionero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

9 “Apolo, lleno de fervor…enseñaba con precisión”(E) Apolo, el catequista formado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94

ANEXO 1

CELEBRACIÓN DE ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108

PresentacIón

En nombre de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR), y como Obispo responsable de la

Catequesis, presento con gran gozo este subsidio para trabajar el XXIV Mes de la Biblia, o como se le ha llamado desde el principio, la “XXIV Semana Bíblica”. El tema escogido para este año es el siguiente: “los Catequistas de la biblia”, con motivo de la celebración del 50 aniversario de la Comisión Nacional de Catequesis (CONEC).

Una vez más, el material que los Obispos ponemos en manos de ustedes, es el resultado de un trabajo coordinado por la Sección de Animación Bíblica de la Pastoral, de la CONEC.

La temática de este año, además de centrarse en el tema mencionado, quiere presentar a varios modelos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, teniendo a Jesús como el catequista por excelencia, para que sean estímulo tanto para quienes imparten la catequesis, como también una invitación o llamada, a quienes deseen colaborar en la tarea catequística de la Iglesia.

Es nuestro deseo que en todas las comunidades cristianas del país, durante el mes de setiembre se desarrollen estos encuentros bíblicos, con el fin de acercar la Sagrada Escritura a las manos del pueblo de Dios, para que toda la acción pastoral de la comunidad eclesial brote de la fuente que es la Palabra.

Agradezco cordialmente a todos los colaboradores, no solo en la edición sino también en la divulgación y aplicación del subsidio. Dios colme de bendiciones a todos los que hacen posible que la Palabra se anuncie al mundo, especialmente por el trabajo tesonero de la catequesis.

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Que María Santísima, la primera catequista y madre de la fe, mujer discípula y pedagoga, nos aliente y acompañe al encuentro con Jesús y su propuesta de vida mediante su Palabra.

Con afecto fraternal,

Mons. Javier Román Arias Obispo de Limón

Obispo responsable de la Comisión Nacional de Catequesis (CONEC)

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a los PartIcIPantes de los encuentros del Mes de la BIBlIa

Este año hemos querido dedicar los encuentros, desde la presentación de los “catequistas” de la Biblia. Un catequista

se define hoy como aquel que se dispone a servir al Reino de Dios, comunicando la experiencia de la fe cristiana. En este sentido, los cuatro protagonistas de la historia bíblica que hemos escogido para este año 2017, no fueron catequistas en el sentido teológico y pastoral que se entiende hoy, sino que son modelos para nosotros en el ejercicio del ministerio de la Palabra y cuyo privilegio y tarea primordial lo tiene la catequesis. Por eso los hemos llamado “los catequistas de la Biblia”.

Con ellos, queremos agradecer al Señor y celebrar también el 50 aniversario de la existencia, el servicio y la ardua labor de la Comisión Nacional de Catequesis, como también un homenaje y reconocimiento merecido a tantos catequistas de nuestra Iglesia de Costa Rica, que se han entregado abnegada y generosamente a este servicio, así también a todos aquellos que en este largo tiempo, han trabajado en la catequesis de todas nuestras parroquias. Que Jesús, el catequista por excelencia, les pague con creces sus sacrificios.

Por eso, para aprovechar los encuentros del presente instrumento, sugerimos lo siguiente:

• Organizar la motivación junto con los sacerdotes (párroco, vicario cooperador), y agentes de evangelización, la preparación y celebración de los nueve encuentros en los días que consideren convenientes, durante el mes de setiembre. Casi siempre, la última semana del mes es la “Semana de la Biblia”, que culmina el 30 de setiembre con la fiesta del gran biblista san Jerónimo, el gran estudioso de la Escritura.

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• Elegir un animador o coordinador de los encuentros.

• Utilizar la experiencia y creatividad, preparando con anticipación un lugar adecuado para los encuentros, con cantos, colores litúrgicos y frases alusivas tomadas del lema central de este año, y el de cada uno de los encuentros, dándoles continuidad.

• Entronizar la Biblia en cada encuentro y preparar una especie de ambón, mesa o lugar adecuado para colocarla, debidamente adornado, acompañada de una o dos velas, que indiquen la presencia de Cristo Resucitado, Luz y Palabra viva del Padre.

• Favorecer la participación de todos los del grupo.

• Practicar el esquema de la llamada “lectura orante de la Palabra” (Lectio divina).

• Solicitar a los participar traer sus biblias a los encuentros.

• Invitar a la comunidad parroquial y general a participar de los encuentros.

• Organizar un compartir de la mesa después de cada encuentro y animar a perseverar asignando pequeñas responsabilidades a cada participante.

• Favorecer la oración, meditación y puesta en práctica de las enseñanzas de cada encuentro, en un clima de respeto y apertura por la Palabra de Dios.

• Participar y comunicar a los participantes de estos encuentros, la gestación de un proyecto social y comunitario que se organizará durante el desarrollo de los nueve encuentros, finalizando con una convivencia, donde pongan en juego su creatividad artística, festiva y comensal: desde la preparación del salón o lugar donde se reúnan, hasta la música y la comida, entre otros.

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Pregón de la PalaBra

He aquí, hermanas y hermanos, la palabra que nos llegacomo un legado del Amor sin fronteras.

Tu Palabra, que resuena desde siempre en el ámbito eterno de Dios Padre, de Dios Hijo, y de Dios Espíritu, se nos viene, peregrina en nuestra historia, pronunciando nuestros nombres y llamando a nuestras puertas.

Es la voz del silencio sonoro de Dios;la voz de la eternidad hecha tiempo,la voz del misterio hecho luz,la voz de Dios hecha letra, y sílaba y palabra.

Tu palabra tiene un rostro humano:Jesucristo, tu Hijo Amado.El que pudo decirnos: “hermanos”y es ahora la Palabra que pronuncia nuestros nombresy llama a nuestras puertas.

Abrámosle, hermanas y hermanos, la puerta…todas las puertas y ventanas.Abrámosle las manos y los brazos,los ojos y los oídos.Abrámosle el corazón y todo nuestro ser,y pongamos de rodillas el alma para acogerla.

Jesús-Palabra pondrá su luz radianteen la noche oscura de nuestras mentiras,alumbrará su fuego ardiente en el frío de nuestro egoísmo,nos liberará de las esclavitudes antiguas y nuevas,y llenará de esperanza nuestros ojos cansados.

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Jesús-Palabra derramará su Espíritu de resucitado en nuestros corazones,para hacerlos capaces de amar;pondrá en nuestros labios palabras de profecía y esperanzanos hará ver las necesidades de los hermanospara que aprendamos a compartir,y dará a nuestros corazones el alientode una oración semejante a la suya.

Abramos, pues, hermanos y hermanasnuestros corazones y nuestra casaa la Palabra de Dios. Amén.

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1“Yo estaré en tu boca”(ambas) Moisés, el “catequista liberador”

Anda,teenvíoalFaraón,paraquesaquesdeEgiptoamipueblo

(Éxodo 9,10)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

SeanbienvenidosacelebrarelMesdelaBiblia,enelcualvamosa conocer algunas de las figuras bíblicas más relevantes tantodelAntiguocomodelNuevoTestamento,comomodelosde todocatequista.LaComisiónNacionaldeCatequesiscelebraenesteaño2017,su50aniversariodeservicioalacatequesiscostarricenseyquémejormaneradecelebrarlo,enestemesdesetiembredesdelaPalabradeDios,teniendoencuentaelejemplodeestoselegidosdeDios,quepuedenserpuntodereferenciaparatododiscípulo

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misionero. Hoy veremos a la figura de Moisés, este caudillo,organizador y jefe de su pueblo, legislador y líder, hombre delapalabra,quesupoescucharaDiosyconsuayuda, liberaralpueblodeIsraeldesuesclavitud.

Llenos de alegría y agradecimiento con el Señor, iniciamos cantando.

Tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios.

NOS ESCUCHAMOS

Tanto Moisés, como los profetas, Jesús y los apóstoles, se destacaron por su liderazgo, no solo como hombres de la Palabra. Vamos a conocer a Moisés, el gran líder del pueblo hebreo, que supo liberar y conducir al pueblo a la tierra de promisión, con la guía y la ayuda de Dios. Pero antes, vamos a ver la definición de lo que es un buen líder cristiano y las cualidades que debe tener y luego conversaremos si Moisés las tuvo, o algunas de ellas:

• Un conductor, uno que conduce una nave con un destino seguro.

• El que hace que un grupo de personas lo sigan de manera voluntaria.

• El que no hace solo las acciones, sino que motiva a cada persona que está bajo su dirección, la corresponsabilidad.

• Es el que siempre está dispuesto a oír con atención las quejas, recomendaciones, sugerencias de sus colaboradores y tiene la capacidad de valorarlas y ponerlas en práctica.

• Es el que percibe ideas de otros líderes o de sus ayudantes.

• Es el que mantiene un horario exacto y cumplido en sus actividades.

• Es el que conserva serenidad en tiempos tormentosos, sabiendo que no está solo, pues cuenta con la ayuda de Dios.

• Es el que está con los demás cuando lo necesitan. (ver Cualidades de un buen líder: https://csalazar.org/2011/07/08/cualidades-de-un-buen-lder/)

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¿Conocemos a algún hombre o mujer, que reúna estas cualidades? ¿En dónde lo hemos visto actuar? ¿Qué nos parece? ¿Agregaríamos algunas otras cualidades o condiciones, para ser un buen líder? ¿Podemos identificar alguna de estas características en mi persona? (Comentar esta experiencia de vida).

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS (Éxodo 3,7-10)

ElSeñordijo (aMoisés): “Yohevisto laopresióndemipueblo,queestáenEgipto,yheoídolosgritosdedolor,provocadosporsuscapataces.Sí,conozcomuybiensussufrimientos.Poresohebajadoalibrarlodelpoderdelosegipciosyahacerlosubir,desdeaquelpaís,aunatierrafértilyespaciosa,aunatierraquemanalecheymiel,alpaísdeloscananeos,loshititas,losamorreos,losperizitas, los jivitasylos jebuseos.Elclamordelosisraelitashallegadohastamíyhevistocómosonoprimidosporlosegipcios.Ahorave,yoteenvíoalFaraónparaquesaquesdeEgiptoamipueblo,alosisraelitas…”

REFLEXIONAMOS

El presente texto de Éxodo 3,7-10 forma parte del relato de la vocación de Moisés, que encontramos en Éxodo 3,1-4,17, que es bueno leerlo completo. Moisés es llamado por Dios a liberar a Israel de las manos de los egipcios. El escenario de esta llamada es la montaña del Horeb, lugar sagrado donde Moisés había llevado al ganado de su suegro llamado Jetró, sacerdote de Madián (Éxodo 3,1-2).

Allí, en primer lugar, Moisés tiene un encuentro con el Señor, el Dios de sus antepasados. Dios se le revela en forma de llama de fuego entre zarzas, que indica su presencia. La expresión “Ángel del Señor”, es una forma de decir que es Dios mismo quien se le manifiesta, resaltando su trascendencia. Es el Dios de los patriarcas (Éxodo 3, 3.6.13.15), que se interesa por su pueblo que se encuentra esclavo y al que quiere liberar, llevándolo a la tierra prometida, pues el Señor había escuchado el clamor que le arrancaban sus opresores (Éxodo 3,8-9; ver Éxodo 2,23-25). Así se lo hace saber a Moisés, por eso “baja” para liberar a Israel.

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Moisés se había descalzado en aquella montaña santa y se había cubierto su cara ante la presencia de Dios, en señal de respeto y veneración hacia Él (Éxodo 3,5-7). Ahora el Señor lo envía a cumplir con una misión: “Yahora,anda,queteenvíoalfaraónparaquesaquesdeEgiptoamipueblo,alosisraelitas” (Éxodo 3,10), a lo que se siente abrumado, preguntando al Señor: “¿Quiénsoyyo,paraacudiralfaraónoparasacar a los israelitas deEgipto?” (Éxodo 3,11). Ante esto, Dios le responde: “Yoestarécontigo…” (Éxodo 3,12). La misión que Dios le encomienda va más allá de sus fuerzas humanas, por eso lo anima y lo conforta, prometiéndole su presencia. Moisés no va a estar solo, tendrá la plena asistencia del Señor, quien le dice que tendrá una señal: “Cuandosaques al pueblo de Egipto, darán culto a Dios en este monte” (Éxodo 3,12).

Moisés no se contenta con ello, por eso pregunta al Señor cuál es el nombre del Dios de sus padres. Y Él le responde diciendo: “Yosoyelque soy” (Éxodo 3,14-15). Las credenciales del Señor es Él mismo (Yahvé, el Señor), su identidad más profunda, que actúa a favor de su pueblo. El Señor siempre estará con su pueblo, siempre estará presente y siempre actuará con fidelidad a su palabra. Al revelar su nombre, el Señor manifiesta su fidelidad a Moisés, que existe desde siempre y para siempre, válida para el pasado (“Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”, Éxodo 3,6), y para el futuro (“estaré contigo”, Éxodo 3,12). Por lo tanto, Dios se manifiesta como un Dios que siempre está con Moisés y especialmente con su pueblo Israel para salvarlo (Éxodo 4,16-17).

PROFUNDIZAMOS

En toda esta historia personal de Moisés y la llamada que Dios le da, junto a la orden tajante de presentarse al faraón, se descubre su misión. Llamada y misión, que siempre van juntas y son inseparables. Dios le indica también la forma que debe realizar esta misión: debe presentarse al faraón para que deje salir a su pueblo (Éxodo 3,10), y luego ir a los ancianos, es decir, a los jefes del pueblo, para anunciarles la noticia (Éxodo 3,16). Todo será obra de Dios, cuyo poder supera las limitaciones humanas, como así lo sentía Moisés.

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Pero el Señor lo acompañará ayudándole en todas estas dificultades, poniendo en juego su omnipotencia. Y aún en sus momentos de dificultad o titubeos, el Señor, por su medio, logró terminar con esta situación de esclavitud y humillación, que pesaban sobre las espaldas del pueblo elegido.

En ese sentido, Moisés es un “catequista liberador”, convencido de la necesidad de liberar, con un profundo sentido de Dios. Todo discípulo misionero, como hombre o mujer de la Palabra, que se siente movido por ella, debe sentirse llamado a liberar, como expresión de su servicio a esa misma Palabra y como Moisés estará abocado a convertirse en un instrumento clave de la tarea evangelizadora de la Iglesia, teniendo una fuerte preocupación social.

Para ello, debe, como Moisés, volver su mirada a la realidad, pues Dios mismo ya se había fijado en la situación de marginación, explotación y esclavitud que vivía Israel (Éxodo 2,23-25; 3,7). Ya Moisés se había dado cuenta antes, “cuandosiendoyaunhombre,salióenciertaocasióna visitar a sus hermanos, y observó los penosos trabajos a queestaban sometidos. También vio que un egipcio maltrataba aunhebreo,aunodesushermanos.Entoncesdirigióunamiradaa su alrededor, y como no divisó a nadie,mató al egipcio y loescondióenlaarena…” (Éxodo 2,9-11). Por eso, desde el Documento de Aparecida, la Iglesia enseña que:

Estonosdeberíallevaracontemplarlosrostrosdequienessufren. Entre ellos, están las comunidades indígenas yafroamericanas,que,enmuchasocasiones,nosontratadascondignidadeigualdaddecondiciones;muchasmujeres,que son excluidas en razón de su sexo, raza o situaciónsocioeconómica; jóvenes, que reciben una educación debaja calidad y no tienen oportunidades de progresar ensus estudiosnide entrar en elmercadodel trabajoparadesarrollarse y constituir una familia; muchos pobres,desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sintierra,quienesbuscansobrevivirenlaeconomíainformal;niñosyniñas sometidosa laprostitución infantil, ligadamuchasvecesalturismosexual;tambiénlosniñosvíctimasdelaborto.

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Millones de personas y familias viven en la miseria eincluso pasan hambre. Nos preocupan también quienesdependen de las drogas, las personas con capacidadesdiferentes, los portadores y víctima de enfermedadesgraves como la malaria, la tuberculosis y VIH - SIDA,quesufrendesoledadysevenexcluidosdelaconvivenciafamiliarysocial.Noolvidamostampocoalossecuestradosy a los que son víctimas de la violencia, del terrorismo,de conflictos armados y de la inseguridad ciudadana.Tambiénlosancianos,queademásdesentirseexcluidosdelsistemaproductivo, se venmuchas veces rechazadosporsufamiliacomopersonasincómodaseinútiles.Nosduele,enfin,lasituacióninhumanaenquevivelagranmayoríadelospresos,quetambiénnecesitandenuestrapresenciasolidariaydenuestraayudafraterna.

Una globalización sin solidaridad afecta negativamentea los sectoresmáspobres.Yano se trata simplementedelfenómenodelaexplotaciónyopresión,sinodealgonuevo:laexclusiónsocial.Conellaquedaafectadaensumismaraízlapertenenciaa la sociedaden laque sevive,puesyanose estáabajo, en laperiferia o sinpoder, sinoque se estáafuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino“sobrantes”y“desechables”(DAp 65).

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN DENTRO DE LA COMUNIDAD

Dentro del proceso evangelizador la catequesis es fundamental, no solamente en lograr una educación en la fe, sino que debe acompañar al cristiano durante toda su vida, especialmente en la etapa adulta, con atención especial a la familia y a los jóvenes. Es necesario asumir la Biblia como texto de catequesis por excelencia, en la cual nuestros pueblos puedan encontrar la luz esperanzadora en su lucha hacia la liberación total; impulsar la animación bíblica de la pastoral; atender a los procesos de educación popular desde los pobres con sus aspiraciones, usos, valores, signos y creatividad; impulsar a una continua conversión y crecimiento de una fe transformadora de la persona, la comunidad y la sociedad.

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La catequesis ha de formar comunidades cristianas como lugar, fuente y meta de la profundización de la fe; impulsar los debidos procesos de conversión personal y comunitario, permanente, sistemático y creciente de la fe, para construir una sociedad libre, justa, fraterna y pacífica; la formación específica para todos los agentes evangelizadores en todas las acciones del proceso, contando con recursos humanos y materiales necesarios; para fomentar un mayor liderazgo del laicado en las decisiones del compromiso comunitario y responder a las necesidades sociales concretando la unión entre fe y vida.

Podríamos llamar una verdadera “catequesis liberadora”, que anuncia el mensaje de Cristo, cuya fuerza promueve la dignidad integral de las personas, invitándolas a liberarse de sus esclavitudes, que se sitúa en el marco de la evangelización como matriz y sustento de toda acción pastoral (que se inscribe en un contexto de pobreza generada por diversos mecanismos de injusticia), y surge desde la Iglesia, como sacramento del Reino de Dios, solidaria con las causas de la justicia y a favor de los pobres y de los que sufren, que lo va logrando, poco a poco, por medio de sus agentes evangelizadores, inspirados en la experiencia de Moisés liberador y desde la experiencia del Éxodo como acontecimiento de liberación.

En las Orientaciones para la Catequesis en Costa Rica, se nos enseña al respecto, lo siguiente:

“La catequesis debe ser entendida también como promoción humana, servidora y sanadora (diakonía), pues, en palabras de san Isidoro: ‘No puede amar a Dios quien se extravía en el amor al prójimo’. Ella fomentará el servicio de la caridad, la transformación de la realidad sociocultural desde el Evangelio y desde la Doctrina Social de la Iglesia y atenderá particulares servicios pastorales según contextos culturales, edades existenciales y ambientes especiales. Quien se inicia en la fe no se conforma en conocer lo de la palabra, sino que comienza a asumir, desde ella, un compromiso de servicio a los demás. Una fe comprometida incluye la dimensión social de ésta. Según San Basilio Magno: ‘Cuando das al necesitado, lo que le das se convierte en algo tuyo y se te devuelve acrecentado’…” (OCCR 85).

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ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• ¿Qué le dice Dios a Moisés en la montaña del Sinaí, desde la zarza ardiente? ¿Qué significa que el Señor es consciente de la situación de opresión de Israel? ¿A qué nos llama el Señor, ante las nuevas opresiones actuales?

• Dios baja para liberar a Israel y envía a Moisés a sacar a su pueblo de la opresión… ¿Cómo realiza el Señor esta liberación? ¿Qué papel jugará Moisés en esta tarea?

• Al ver la situación de opresión actual y de los rostros que la sufren, tan diversos y en situaciones tan lamentables, según Aparecida n° 65 ¿Cuáles de estos pobres, marginados y “esclavizados”, se encuentran especialmente entre nosotros? ¿Cuál es la actitud de la Iglesia para con ellos? ¿Qué estamos haciendo nosotros para liberarlos, promoverlos y ayudarlos a salir de su situación?

• Ante ello ¿qué papel juega nuestro servicio de discípulo misionero? ¿Con cuáles acciones concretas experimentamos el interés por estos hermanos nuestros? ¿Qué estamos haciendo o cómo debemos actuar? ¿Puede reducirse algún grupo de nuestra parroquia a una simple “labor social”? Todo discípulo misionero ¿debe ser “promotor social”? ¿O es algo más? ¿Qué relaciones de colaboración, corresponsabilidad y práctica pastoral y evangelizadora, debe existir entre todos nosotros los discípulos misioneros de esta parroquia?

• ¿Cómo nos inspira Moisés en esta tarea? ¿Cómo la figura del libertador de Israel, puede ser modélica para un “discípulo misionero liberador” hoy?

• ¿Qué hemos aprendido de la Palabra de Dios y de la enseñanza de la Iglesia?

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ORAMOS con este Cántico de Moisés y de los hijos de Israel (Éxodo 15,1b-2.3-4.5-6.17-18)

CantaréalSeñor,quesehacubiertodegloria:élhundióenelmarloscaballosyloscarros.ElSeñoresmifuerzaymiprotección,élmesalvó.ÉlesmiDiosyyologlorifico,eselDiosdemipadreyyoproclamosugrandeza.

ElSeñoresunguerrero,sunombrees“Señor”.ElarrojóalmarloscarrosdelFaraónysuejército,lomejordesussoldadossehundióenelMarRojo.Elabismoloscubrió,cayeroncomounapiedraenloprofundodelmar.Tumano,Señor,resplandeceporsufuerza,tumano,Señor,aniquilaalenemigo.

Túlollevasyloplantasenlamontañadetuherencia,enellugarquepreparasteparatumorada,enelsantuario,Señor,quefundarontusmanos.¡ElSeñorreinaeternamente!”.

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana en el ámbito de la caridad, entendida como promoción social de las personas. Por eso, el grupo contemplará las necesidades más urgentes de la comunidad parroquial, para proponer un plan que promueva la unidad, fraternidad, empatía y corresponsabilidad de todos los agentes evangelizadores en función de la misión evangelizadora de la parroquia haciendo vida lo que la Palabra de Dios ha inspirado y enseñado, en este primer encuentro. Para el próximo encuentro, cada participante deberá traer por escrito las cualidades que debe alimentar para ser un discípulo misionero liberador.

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CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de la zarza con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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2“Aquí estoy, mándame”

Isaías, el catequista dispuesto

“¿Aquiénmandaré?¿Quiénirádenuestraparte?”Contesté:“Aquíestoy,mándame” (Isaías 6,8)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

Una vez más, sean bienvenidos al segundo encuentro con laPalabradeDios,quenosdalaoportunidaddeentrarencontactocon Jesucristo y con cada uno de nuestros hermanos, en lacelebracióndelMesdelaBiblia2017,eneste50aniversariodelaComisiónNacionaldeCatequesis,queportantosañoshaservidoconentregaydedicaciónalacatequesisdeCostaRica.

En el anterior encuentro contemplábamos a Moisés, comoel catequista liberador, que gracias a su palabra, liderazgo,

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capacidady entrega,guiadode lamanodeDios, supo sacaralpueblohebreodelaesclavituddeEgipto,siendomodelohoyparasercatequistaliberador,dentrodeunacatequesisquellamamos“liberadora”. Hoy veremos a Isaías, profeta disponible a Dios,mensajerodelSeñorquesupoponerseadisposicióndeYahvé,quenosenseñaaestaratentos,comodiscípulosmisionerosdenuestracomunidadparroquial,dispuestosadarloqueDiosnospideyloquelacomunidadcristiananossolicita.

El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Comenzamosnuestrareunióncantandoyorando (tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios).

NOS ESCUCHAMOS

Asignar el siguiente diálogo a dos personas para que lo lean.

Vamos a conocer el testimonio de un delegado de comunidad, Abel Fwalanga, zambiano, en la parroquia de Kankolonkolo de la Diócesis de Solwezi que, con sus 57 años, sigue respondiendo generosamente a la llamada de Dios, de evangelizar a su propia gente, en la siguiente entrevista:

Ba (señor) Fwalanga, cuéntanos de dónde eres, tu familia y tus primeros pasos en la fe.

—Tengo57añosynací enZambezi,enunpobladojuntoalgranríoquedanombreaZambia.MispadressondelatribuLuvale,yasílosoyyotambiénytodosmishermanos.MispadresnoerancatólicossinodelaUCZ,UnitedChurchof Zambia (iglesia protestante). Siendo niño conocí a uncatequistacatólicoquevinoanuestracasayapartirdeahíempecéatenerrelaciónconlaIglesiaCatólica,aunquesinparticiparmucho.En1980,con24años,vineaKasempapara trabajar comovigilante enun comercioy esdondeconocíaSarah,laqueconeltiemposerámimujer.Unosañosdespués,en1989,recibíjuntoconSarahelbautismoy elmatrimonio demanos del padreNicolás, natural deNigeria.Denuestromatrimonionacierondoshijos.

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¿Cómo y por qué te hiciste catequista? ¿Qué es lo que te empujó?

—Despuésderecibirelbautismo,meempezóadarvueltasla ideadepoderparticipardeunmodomásactivoen laparroquia de Kasempa. Me gustó mucho la catequesisrecibidaparaelbautismoyelmatrimonio,ymepreguntéporquénopoderseryotambiéncatequista,paraayudara los demás a conocermejor a Jesús y a Dios. En 1997empecé en la Escuela de Catequistas de la Diócesis enSolwezi,recién inaugurada, la formaciónde3añosparaserMinistro de la Palabra y Catequista. A partir de ahíempecéatrabajarcomoCatequista,enlaparroquiadeSt.AndrewenKasempa.

¿Cómo viniste a parar a este centro de Nselauke?

—Enel2001,Fr.Mobela,curalocal,viocómolapoblaciónde Nselauke, a 45kms de Kasempa, estaba creciendomuchoynohabíauncatequistaquesehicieracargodelainstruccióndecatecúmenos,catequesisdejóvenesyniños…Mepreguntósiestaríadispuestoairallí.Yolerespondíquesí,queparaesomehabíahechocatequista,paraayudarallídondemássenecesitara.Asíqueconmi familiavineaquí.MeencontréunaIglesiasinvida,sincatequesis,conpocagente,conpocointerés.Empecéavisitaralasfamiliasy animarlos a participar los domingos; creamos dosComunidadesCristianasdeBase,paraque los cristianospudieran compartir su fe y aprender al mismo tiempo.Tambiénempecéavisitarloscentrosmáscercanos,paraanimara losMinistrosde laPalabraa ser constantes,aencontrarnosdevezencuando.

Hace 8 años, un misionero joven, Gabriel, vino a tu poblado para estar contigo 6 meses, para aprender la lengua local, conocer mejor a los Kaondes y compartir la fe que nos une. ¿Qué te pareció la experiencia?

—Fueunagransorpresaparamíymifamiliaporquecreíamosqueun“muzungu”(unblanco),nopodríavivircomonosotrosvivimosycomercomonosotroscomemos.Fueunaexperiencia

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muybonitayagradecemosaDiosesteregaloparanuestrafamiliaytodalaComunidadqueleconsideraroncomounomás,unodenosotros.Ahoraes sacerdote connosotros,asíque nos alegramos mucho de haberle ayudado a conocermejornuestralenguaycostumbres.

Tú ya tienes 57 años. No eres un mulumendo (muchacho) para hacer tantos kilómetros en bici, para estar todos los fines de semana disponible para la catequesis de adultos, pequeñas comunidades cristianas, para ser el catequista coordinador de la Zona 2… ¿de dónde sacas la fuerza?

—(Seríe)…ADiosgraciasmeencuentrobiendesalud,conunavidasanayesoselodeboalafequeundíaDiosmedio,enlaquehecrecido,laquequierocompartir.CuandovoyaNyansonsocadatressemanas,elpueblomáslejosdeaquí,(a40kmsdedistancia)piensoenlagentequemevoyaencontrar,losqueesperanquemispalabraslesayude,alosqueestoypreparandopararecibirlossacramentos.Sindudaeslafelaquemedafuerzasparaseguiradelanteconmitareasinesperarrecompensapormitrabajo.

¿Qué te gustaría decir a “tus colegas”, a los catequistas de todo el mundo, especialmente los africanos?

—Animarlesatodosmucho,serfuertesenlasdificultades,tenemos una labor muy importante y podemos ayudarmuchoennuestrasparroquiaseiglesias.Hayunacitaquemegustamucho:2Cor.5,20quenosrecuerdaquesomosembajadoresdeCristo;tenemosquetrabajarcodoconcodoconnuestrossacerdotes,ellossolosnopuedencontodoeltrabajo,parahacerque la feempape loscorazonesde lagente.Comodijo el papa enUganda (PabloVI) tenemosqueser“africanosdeverdadycristianosdeverdad”yloscatequistas somos responsablesde evangelizaranuestrapropia gente, evangelizar desde nuestras tradiciones ycultura (Entrevista al catequista Abel Fwalanga, Zambia en http://misionessevilla.blogspot.com/2014/01/entrevista-al-catequista-abel-fwalanga.html).

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El grupo comentará lo que más les llama la atención acerca de esta experiencia y la disponibilidad de este catequista africano, cómo da ejemplo de entrega a su tarea catequística y misionera, en aquella iglesia africana y cómo nos puede motivar en este mes de la Biblia, a tener una actitud atenta y disponible para cumplir con nuestro servicio en nuestra comunidad parroquial.

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS (Isaías 6,1-9)

ElañodelamuertedelreyOzías,yovialSeñorsentadoenuntronoelevadoyexcelso,ylasorlasdesumantollenabanelTemplo. Unos serafines estabandepiepor encimadeél.Cadaunoteníaseisalas:condossecubríanelrostro,y condos se cubrían los pies, y condos volaban. Y unogritabahaciaelotro:“¡Santo,santo,santo,eselSeñordelos ejércitos!Toda la tierra está llenade sugloria”. Losfundamentosde losumbrales temblabanal clamorde suvoz,ylaCasasellenódehumo.

Yodije:“¡Aydemí,estoyperdido!Porquesoyunhombrede labios impuros, y habito en medio de un pueblo delabios impuros; ¡ymisojoshanvistoalRey, elSeñordelosejércitos!”. Unodelosserafinesvolóhaciamí,conuncarbón encendido, que había retiradodel altar conunastenazas; lo aplicó a mi boca y me dijo: “Mira: esto hatocadotuslabios;tuculpahasidoborradaytupecadohasidoexpiado”.

YooílavozdelSeñorquedecía:“¿Aquiénenviaréyquiénirápornosotros?”.Yorespondí:“¡Aquíestoy:envíame!”.

REFLEXIONAMOS EN TORNO A LA PALABRA

El texto de Isaías 6,1-8, forma parte del pasaje de Isaías 9,1-13. Se trata de una de las páginas más impresionantes y profundas del Antiguo Testamento y se distingue de los demás relatos de vocación profética, en que no se trata solamente de una vocación, sino más bien de una

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legitimación de la misión profética. Isaías no solamente es llamado, sino que se ofrece a sí mismo como instrumento en las manos de Dios.

Como vemos, este texto está redactado con finísimo arte. La visión de Dios y la purificación del profeta sirven de introducción a la conversación, durante la cual Isaías recibe el mandato profético. Lo que viene luego es una consecuencia y una puntualización sobre el encargo recibido. La descripción de la visión es acorde a las formas tradicionales. Podemos distinguir cuatro partes en ella:

1) se describe la visión de Yahvé en su gloria (v.v. 1-4)

2) viene la purificación del profeta y la aceptación del encargo (v.v. 5-8)

3) se subraya la naturaleza de la predicación profética (v.v. 9-10)

4) y se narra el resultado final (v.v. 11-13).

Pues bien, en este texto de Isaías 6,1-8, el profeta toma conciencia de ser un enviado de Dios. Es probable que, estando en una celebración litúrgica en el templo de Jerusalén, tuvo esta profunda experiencia de Dios, quien se le manifiesta en una grandiosa e impresionante teofanía, en la que el Señor se le presentó como “el tres veces santo”, es decir, trascendente y Todopoderoso, ante el cual el profeta se sintió indigno y fascinado (de “labios impuros”), recordándonos al respecto, la experiencia de Moisés ante la zarza ardiendo en el Sinaí (Éxodo 3,6), compartiendo la creencia del pueblo de Israel, de que nadie puede ver a Dios y seguir viviendo (Éxodo 33,20). Isaías experimenta la presencia impresionante de Dios, que le hizo tomar conciencia de su indignidad. Con todo, ante esta experiencia de la santidad de Dios, Isaías nunca se sintió aniquilado, sino impresionado…

Por eso, se nos cuenta que uno de los serafines que se cubrían la cara con sus alas por respeto al Dios Santísimo y su gloria, tomó con unas tenazas una de las brasas encendidas del altar y con ella purificó los labios de Isaías. Con ello, Dios lo invistió como profeta y lo preparó para la misión que le aguardaba, de iluminar y convertir al pueblo de Israel, pero que, sin embargo, sería ocasión del endurecimiento de su pueblo, a causa de su terquedad y rebeldía (ver Isaías 6,8-10). De esta experiencia fulgurante con el Señor, Isaías sale del templo perdonado, transformado y listo, dispuesto para la tarea que Dios habría de encargarle. Llama la atención la prontitud con que el profeta responde a Dios: “¡Aquíestoy:envíame!” (v.8).

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Aquí comienza la conversación de Dios con Isaías, el cual ya limpio, puede oír la pregunta celeste y responder prontamente. Dios no dirige directamente la palabra al profeta, sino que pregunta como pidiendo consejo, a quién enviará como su mensajero. De parte nuestra, parece un plural majestuoso (recordemos al respecto Génesis 1,26; 3,22; 1 Reyes 22,19-20; Job 1,6-7). También puede hacer referencia a la corte celeste que al modo de una asamblea divina es consultada por Dios. Y también puede ser una referencia remota a la Trinidad de personas.

Yorespondí:“¡Aquíestoy:envíame!”. Isaías comprende perfectamente el sentido de las palabras de Yahvé y de la visión. El mensajero que Dios quiere enviar, tiene la tarea de alabar a Yahvé y de proclamar su santidad, para que la gloria divina llene toda la tierra. Isaías se presenta a sí mismo ante Yahvé y, con firmeza y generosidad, se declara dispuesto a aceptar el encargo de profeta de la santidad divina. Y aunque se escuche mal, esta actitud contrasta con la resistencia tímida de Jeremías (ver Jeremías 1,6), y la obstinada de Moisés (ver Éxodo 4,10). Se parece, más bien, a la prontitud de Abraham, que le responde al Señor y se pone en marcha (ver Génesis 12,1-4).

PROFUNDIZAMOS

Isaías fue un profeta de Jerusalén, que vivió en el siglo VIII a. C. Su nombre en hebreo significa “Dios es salvación”. Había nacido hacia el año 760 a. C. Al cumplir aproximadamente los 20 años, en el año 740 a. C, tuvo una visión grandiosa de Dios, allá en el templo de Jerusalén, durante la cual recibió la llamada del Señor a ser profeta, pese a que no se sentía digno y más bien hombre pecador (Isaías 6,1-8). Vivió y predicó durante los reinados de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías, que fueron reyes de su pueblo (Isaías 1,1), es decir, entre los años 767 y 698 a. C. aproximadamente. Recibió una esmerada educación cultural y religiosa. Pronto se casó y tuvo dos hijos, a los que les puso nombres simbólicos y a los que integró a su misión (Isaías 7,3; 8,3.18).

El texto que reflexionamos sobre su vocación, resume de forma muy bella la experiencia de todas las personas, nosotros los discípulos misioneros al igual que Isaías, le hemos dicho a Dios: “¡Aquí estoy: envíame!”. Dios siempre llama en un lugar y tiempo determinados. La persona llamada

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usualmente reconoce su debilidad y la “impureza” de sus labios, lo cual confirma que la vocación es un asunto de gratuidad divina y no de cualidades humanas. Dios nos da todo lo que se necesita para la misión, especialmente a nosotros que estamos dispuestos como Isaías, a salir de la zona de confort y en serio asumir la misión encomendada, pero sin saber cómo será de larga o intensa.

Por eso, cuando Isaías le dice al Señor: “¿Hasta cuándo, Señor?” (Isaías 6,8), es un tanto inocente, comparado con la visión eterna del plan de Dios. De allí que hoy día necesitamos cristianos y especialmente discípulos misioneros que como Isaías, estemos dispuestos a responder a la pregunta de Dios: “¿A quién enviaré?”, pues el mundo y nuestra comunidad parroquial necesitan de testigos, discípulos misioneros ¡no tengamos miedo!

Como podemos ver, en todos los casos de la vocación siempre hay una constante: Dios llama para confiar una misión. Pues vocación y misión están profundamente unidas. La vocación, que es un don gratuito de Dios, implica una tarea y un compromiso para el llamado. Y Dios siempre espera que el elegido responda y esté dispuesto. Así lo vemos con Isaías y así el Señor espera lo mismo de nosotros.

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN EN LA COMUNIDAD

En efecto, una de las cosas que más satisfacción y “orgullo” nos produce es la presencia en nuestra Iglesia costarricense, de tantos agentes evangelizadores generosos, disponibles, sacrificados y atentos, dispuestos a darlo todo en su servicio. Las Orientaciones para la Catequesis en Costa Rica, nos recuerdan el camino histórico de la Catequesis en Costa Rica, en estos cincuenta años de la Comisión Nacional:

(…) En la etapa posconciliar, destaca el cambio en laidentidadyfuncionesdeloscatequistaslaicos,inicialmenteconunamayoríademujeres,dejóvenesydemaestrosdereligióndelámbitoescolar.Desdeladécadadelosochentase fue incrementando en Costa Rica una participaciónprogresivadecatequistasvarones.Esimportanteresaltar

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entreotros,lossiguientesaspectos:…Unserviciovoluntariode catequistas, que implica la asistencia a sesionesformativas, planeamiento en equipo y organización deencuentros catequísticos, en todo lo cual tiene su propioprotagonismo los catequistas de la base, los formadoresde catequistas, los coordinadores y otros catequistasespecializados…(OCCR 4.a).

Tenemos, gracias a Dios, un “ejército” de discípulos misioneros en todas nuestras parroquias. En ocasión a la celebración de la CONEC, podemos distinguir la disposición de los catequistas, caracterizados por ser dinámicos, alegres, espirituales, sedientos de la Palabra y de la experiencia de encuentro en su camino formativo que provoca la respuesta generosa, en salida a la misión con gran disponibilidad, cuando se les solicita su colaboración.

Todo discípulo misionero está llamado a ser instrumento en las manos de Dios, pero no basta solo con la buena voluntad, sabe de la necesidad de conocer, aprender y especialmente asumir que somos una comunidad de fe, amor y esperanza dispuestos a salir para dar lo mejor en nuestro servicio, en medio de las limitaciones y necesidades, como un compromiso suscitado por la misericordia que hemos experimentado.

Hemos conocido con el testimonio de: Abel el catequista africano, la experiencia de fe de Isaías el profeta y el modelo de Jesús Maestro, para asumir una actitud de disposición y la entrega incondicional en la misión encomendada en nuestra parroquia. Convencidos que actuamos unidos, no solos, ni cada uno por su lado, sino apoyándonos unos con otros, en comunidad.

Por otro lado, es justo reconocer la disposición de tantas mujeres comprometidas, a pesar de tantas situaciones familiares limitantes y que a pesar de todo son felices compartiendo la misión a los demás de su propia experiencia de Dios y, como Isaías y los mensajeros de Dios en el Antiguo Testamento, han dejado sus miedos para lanzarse a la tarea evangelizadora y pastoral de la Iglesia, con entusiasmo y valentía, con un corazón abierto a Dios, disponible a Él y a la Iglesia.

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Por todo esto, damos gracias a Dios y desde las Orientaciones para la Catequesis de Costa Rica, decimos:

BrotaespontáneaunaprofundaaccióndegraciasaDios,porelcaminohistóricodelacatequesisenCostaRica;accióndegraciasporeltrabajoenequipoquesehalogrado,conlaparticipacióndemuchaspersonasquesehandedicadoatiempocompletoa lacatequesis.Entreellas,abnegadosobispos y presbíteros, así como religiosos, religiosas ylaicos que hicieron de la catequesis su primera opción,comopartedesucompromisobautismal.Igualmente,porlosprocesosdeformacióndeagentesaralacatequesisquese han logrado y por los textos nacionales que han sidoelaborados,editadosydistribuidosconlamejorintenciónevangelizadora(…)ADiosyPadrenuestrosealagloriaporlossiglosdelossiglos.Amén(Filipenses 4,20)… (OCCR 24).

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

Todos experimentamos como Isaías la santidad de Dios en nuestras limitaciones y fragilidades y a la vez el amor, la grandeza y el poder del Señor que nos llama, nos elige y nos invita a responderle:

• Compartimos con los demás el momento personal en el que más se han sentido interpelados por la Palabra de Dios y cuál ha sido la respuesta.

• El día de su llamada a ser profeta, en presencia de Isaías, el Señor se preguntaba a quién enviaría e Isaías respondió con presteza: “Aquí estoy, Señor, mándame” (Isaías 6,8) ¿Qué nos enseña Isaías? ¿Nos encontramos disponibles para lo que el Señor quiera de mí? ¿Cuáles son las limitaciones?

• ¿Cuáles actitudes debemos enriquecer para asumir la disposición adecuada al llamado misionero de Dios en nuestra comunidad parroquial? ¿Qué nos impide ser una comunidad unida dispuesta a salir?

• ¿Cómo nos sentimos ahora? ¿por qué no damos más de nuestro tiempo y de los dones, para unirnos como comunidad?

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• Volviendo a la experiencia del señor Abel Fwalanga, allá en África, de su testimonio y de su compromiso como cristiano y catequista ¿Qué es lo que más les ha gustado de él? ¿qué les llama más la atención? ¿les gustaría ser como él? ¿Estarían dispuestos, como Isaías y como Abel, a entregarse por entero en algún servicio? ¿Cuáles son mis temores, reticencias o preocupaciones?

• Muchas veces decimos que como somos pecadores, limitados y débiles, Dios no se fija en nosotros, que somos inútiles e incapaces de hacer el trabajo por el Reino, que hay otros mejores que nosotros para hacerlo y no nosotros… ¿Es cierto esto, desde la experiencia de Isaías? ¿Qué nos enseña él al respecto?

• ¿Conocemos agentes de nuestra parroquia disponibles? ¿Qué pensamos o decimos de ellos? ¿En qué nos interpelan? Lo contrario: cuando descubrimos que hay personas poco generosas, que le “huyen” al compromiso o al trabajo, que son vagos, poco entregados y disponibles… ¿Qué opinamos de ellos?

• ¿Qué es lo que más está necesitando nuestra comunidad cristiana, en concreto, desde el compromiso? ¿Qué vacíos vemos y cómo podríamos colaborar a que no existan? ¿En qué podría yo, colaborar con mi parroquia? ¿Lo he pensado en serio? ¿He escuchado, en algún momento, la llamada de los sacerdotes, de agentes evangelizadores, a colaborar con las tareas de la Iglesia? ¿Qué he pensado de ello? ¿Me he vuelto sordo o indiferente a estas llamadas? ¿Por qué?

• ¿Qué he aprendido del profeta Isaías y del testimonio de Abel Fwalanga?

ORAMOS con el siguiente canto (u otro similar, que el grupo escoja): Tómame

Comoungritoenmivida,tupalabraescuché.¿Quiéniráparahablarpormí?¿Aquiénenviaré?Aesavozquemeapremiaquieroyoresponder,yametienesaquíestoy,Señorenvíame.

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Tómame,(tómame)envíame(envíame)quierohacertuvoluntad,séquetúpensabasdesdesiempreenmíparapregonartuverdad,parasertestigosdetuamorsinfin,paradaratodoslapaz.

Muchostodasuvida,buscansindescansar,noconocenquetú,Señor,enesavidaestás.¿Cómovanaencontrarte?notepuedenoír.¿Cómovanacreer,Señor,sinadiehabladeTi?

Tómame…

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana en el ámbito de la entrega, entendida como respuesta generosa de nuestra parte ante la misericordia de Dios. Por eso, el grupo dialogará sobre el plan propuesto el pasado encuentro y proponer una actividad a nivel parroquial para fortalecer el sentido de pertenencia comunitaria de todos los participantes. Para el próximo encuentro, cada participante traerá completo el mensaje: ¡Aquí estoy: envíame ”

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen del carbón encendido con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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3“Yo pongo mis palabras en tu boca” Jeremías, el catequista de la Palabra

Teconsagréytenombréprofeta… ( Jeremías 1,5b.c)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

Sean bienvenidos, una vez más, a este tercer encuentro con laPalabradeDios,enestemesdelaBibliayespecialmente,acelebrarelcincuentenariodelaComisiónNacionaldeCatequesis,queesteaño2017cumplesus“bodasdeoro”deexistencia.DamosgraciasaDiosportodoelloyquémejorformadehacerlo,quereuniéndonosentornoalaPalabradeDiosquenosconvocayalimenta.

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El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Comencemosnuestra reuniónorandoy entonando cantos todosjuntos (tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios).

NOS ESCUCHAMOS

Los seres humanos nos comunicamos y desenvolvemos por medio de la palabra que hablamos, la que aprendimos desde siempre, con la cual nos expresamos y nos dirigimos a los demás o ellos lo hacen con nosotros. Pensemos ¿qué sería de nosotros si viviéramos en un mundo ausente de palabras? Vamos a analizar la siguiente experiencia, sobre el poder de la palabra:

Es increíble el poder que ejerce lapalabrahablada ennuestrasvidas,ymásincreíbleaún,quemuchosdenosotrosnotengamosrealmente en cuenta su importancia. Las palabras no sonmásque los pensamientos exteriorizados de la mente y las quecontinuamente van creando nuestra realidad. Siempre estamosutilizandopalabras,perolamayorpartedeltiemponopensamosloquedecimosnicomolodecimos.Laverdadesqueponemosmuypocaatenciónalaeleccióndenuestraspalabras.Dehecho,lagranmayoríadenosotrossuelehablarentérminosnegativos.

Lastimosamente cuando éramos pequeños, nadie nos enseñó laimportanciadesaberelegirnuestraspalabras,yqueestaspodíanliteralmente conformar nuestras vidas. Jamás nadie nos dijo,quelosmismospensamientosexpresadosenformasdepalabrasvolveríanenformadeexperiencias.Tampoconadienosdijo,queposeemosungranpotencialyquelavidaestáparaapoyarnos.

Muchos de nosotros crecimos en un ambiente negativo, creadoinvoluntariamentepornuestrospadresydigoinvoluntariamente,porqueaellostambiénlestocóvivirelmismoambiente.Amuchos,nosrepitieronunayotravez,palabrasofrasesnegativasquesenosconvirtieronenuncondicionamientomental.Estosmensajes,fueron los primeros que recibimos en nuestra infancia y queademás, contribuyeron a la configuración de nuestro diálogo

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interno, es decir la manera en que nos hablamos a nosotrosmismos.

Debidoaquelapersonapromediohablaconsigomismamásdelamitaddesudía,hacequeeldiálogointernoseamuyimportante,yaqueesteconstituyelabasedenuestraspalabrashabladas.Enotraspalabras,eldiálogointernocreaelambientementalsegúnel cual vamosactuar,determinando la clasede experienciaqueatraemos.Sinossubestimamos,lavidavaasignificarmuypocoparanosotros;encambio,sinosamamosyvaloramos,entonceslavidapuedesermaravillosa…Empiezaahoramismoaprestaratención a todo lo que dices; cambia tus palabras negativas ylimitadoras.Llena tuspensamientosdepositivismoygrandeza,paraqueestosasuvez,seexterioricenpormediodetuspalabras,creandoasítusexperienciasdevida…

(http://seamaxpositivo.blogspot.com/2011/10/el-poder-de-la-palabra-hablada.html).

El grupo, después de haber escuchado esta experiencia sobre el poder de la palabra y antes de escuchar la Palabra de Dios, comenta y analiza, si la experiencia contada, se ha vivido en la vida de los participantes.

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS

La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: “Antes deformarteenelvientrematerno,yoteconocía;antesdequesalierasdelseno,yotehabíaconsagrado,tehabíaconstituidoprofetaparalasnaciones”. Yorespondí:“¡Ah,Señor!Miraquenoséhablar,porquesoydemasiadojoven”.

ElSeñormedijo:“Nodigas:“Soydemasiadojoven”,porqueirásadondeyo te envíeydirás todo loqueyo te ordene. No temasdelantedeellos,porqueyoestoycontigoparalibrarte-oráculodelSeñor-”.

El Señor extendió sumano, tocómi boca yme dijo: “Yo pongomis palabras en tu boca. Yo te establezco en este día sobre lasnacionesysobrelosreinos,paraarrancaryderribar,paraperderydemoler,paraedificaryplantar” ( Jeremías 1,4-10).

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REFLEXIONAMOS

La vocación del profeta Jeremías la encontramos en Jeremías 1, 4-10. Es interesante comparar este relato con otros parecidos que encontramos en Éxodo 3,1-4,17 (Moisés); 1 Samuel 3 (Samuel); 1 Reyes 19, 19-21 (Eliseo), Isaías 6,1-13 (Isaías); Ezequiel 2 (Ezequiel) y Lucas 1,26-38 (María). Vamos a dividir el texto de su vocación en seis momentos:

1. el enCuentro Con dios (Jeremías 1,4). Llama la atención el carácter tan diferente con respecto a las anteriores vocaciones. Mientras que Moisés observa la zarza sin consumirse (Éxodo 3,2-4), Isaías contempla el trono de Dios rodeado de serafines (Isaías 6,2), y Ezequiel describe una extraña teofanía (Ezequiel 1), Jeremías se limita a decir “recibí la palabra del Señor”. Ella es lo único decisivo para toda su vida. El lugar, incluso la forma, son secundarios. Todo el peso recae en esta palabra que se comunica al elegido.

2. disCurso iniCial (Jeremías 1,5). La idea principal se encuentra al final del versículo: “te nombré profeta de los pueblos”. Pero esta decisión de Dios es muy antigua. No se produce en un momento, ni se basa en un ofrecimiento personal del elegido, como en el caso de Isaías, que se puso a disposición de Yahvé. Dios piensa en Jeremías antes de que nazca. Lo que más subraya el texto es la acción de Dios (tres verbos en primera persona: “te he formado”, “elegido”, “consagrado”), y el sujeto que se beneficia de esa acción de Dios (cuatro veces la forma pronominal “te”). Sin embargo, al final se rompe la relación “yo-tú” para abrirse a los otros, a todos los pueblos. Jeremías, al que se ha definido con frecuencia como el profeta de la intimidad, nos dice desde el principio que no ha sido elegido para “gozar de Dios” sino para entregarse a los demás. Y el modo de esa entrega será el de un profeta, es decir, el de una persona que habla en nombre de Dios.

3. obJeCión (Jeremías 1,6). A la acción divina sigue la reacción humana. Jeremías siente miedo, no por hallarse ante el Dios Santo, como Moisés e Isaías, sino por la grandeza de su misión, para la que se considera incapaz. Como Moisés, alega que no sabe hablar (Éxodo 3,10), y añade un argumento de mayor peso, su edad tan joven.

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4. orden (Jeremías 1,7). Pero Dios no acepta su objeción, porque no le preocupan los valores o cualidades de sus mensajeros. La orden incluye cuatro verbos fundamentales para la concepción del profeta: “enviar” y “confiar una orden” por parte de Dios; “ir” y “hablar” por parte del hombre. Los cuatro se corresponden en doble sentido: enviar-ir, confiar una orden-hablar. Esta experiencia es básica en Jeremías, que acusará repetidamente a los falsos profetas de que Dios no los ha enviado ni les ha dado una orden (ver Jeremías 14,14). Al exponer su objeción, Jeremías se había quedado en su problema personal, prescindiendo de los intereses de Dios y de las necesidades ajenas. Ahora el Señor restablece la relación yo-tú-ellos, la única que justifica una vocación.

5. palabras de aliento (Jeremías 1,8), con la fórmula típica “yo estaré contigo”. El verso revela un dato muy importante: el problema de Jeremías no radica en sus cualidades oratorias, ni en su juventud, sino en su miedo; no un miedo al mensaje, sino a las personas. El resto del libro demuestra que éste fue uno de los grandes problemas del profeta durante toda su vida: sentir miedo, pánico, inseguridad, soledad…

6. signo (Jeremías 1,9-10). Se inserta perfectamente en el contexto. Todo lo anterior está centrado en el tema de la palabra y del hablar. Por eso Dios toca la boca del joven Jeremías y pone sus palabras en ella. Con esta última expresión se refrenda la autoridad del profeta, al subrayar que su mensaje no es invención humana sino palabra del Señor. En el v.10, las consecuencias de la actividad de Jeremías se expresan con seis verbos; dos de ellos (“destruir” y “demoler”) rompen el ritmo, el paralelismo, es decir, dos frases paralelas y las aliteraciones (la repetición de un sonido o los mismos sonidos en una frase). En cualquier caso, la misión de Jeremías implica la destrucción de lo antiguo y la creación de algo nuevo. No es una vocación para el inmovilismo o para conservar lo anterior. En una época de crisis, Dios va a pronunciar una palabra importante, que no cabe en moldes antiguos.

Pero las diferencias con el relato de la vocación de Isaías son notables. El conjunto parece totalmente diferente. El concepto de intimidad resulta más acentuado que el de servicio y disponibilidad, propios de Isaías.

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Sin embargo, hay coincidencias fundamentales. Todo está en función de la palabra que se debe transmitir al pueblo, palabra de condena y de esperanza, que chocará inevitablemente con las expectativas de sus contemporáneos. Por otra parte, Jeremías también descubre aspectos nuevos de Dios, inesperados quizá para él, que condicionarán toda su vida. Sobre todo, ese aspecto del Dios que lo obliga a aceptar un destino que no le atrae ni le gusta.

PROFUNDIZAMOS

Jeremías había nacido en Anatot, un pueblecito situado a unos 7 kms al norte de Jerusalén, posiblemente por el año 650 a. C. Llamado desde muy joven al ministerio profético ( Jeremías 1,6), era de un carácter tierno y sensible, apocado y tímido al principio, un hombre sencillo y delicado. Pese a todo, el joven profeta Jeremías fue muy valiente y firme. Gracias al llamado de Dios, aquel “carajillo” (jovencito) pudo darse cuenta de la gravedad de la situación y del pecado de su pueblo, que le impedía reaccionar ante todo lo que sucedía. Se convirtió, gracias a la llamada divina, en “plaza fuerte, columna de hierro y muralla de bronce”, ante los reyes de su tiempo (ver Jeremías 1,17-19).

Pero, ante todo, Jeremías fue el hombre de la Palabra, un auténtico catequista, pues todo profeta es la persona forjada por la Palabra. El Señor forjará con su palabra la vida de Jeremías: “irás adonde yo te envíe y hablarás todo lo que yo te ordene”( Jeremías 1,7). El proyecto de Dios no consiste en que Jeremías “diga las cosas de Dios”,sino en que “hable las cosas de Dios”.El simple “decir” alcanza los oídos, en cambio el “hablar” llega al corazón del oyente de la palabra y lo trasforma.

En tiempos de Jeremías, algunos “decían” cosas que alegraban los oídos de muchos, pero que eran incapaces de penetrar en el corazón. El rey “decía” que vencería a Babilonia, el imperio que destruiría al pueblo judío. El culto falso celebrado en el templo “decía”, desde su hipocresía, que Dios salvaría Jerusalén. El pueblo elegido “decía” que la presencia material del palacio y el templo mantendría segura la ciudad santa y que todos se salvarían. Había muchos que “decían” cosas… pero sólo Jeremías “hablaba en profundidad”. El profeta “habló” al rey advirtiéndole cómo su orgullo

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destruiría la nación. Habló contra el templo denunciando la piedad falsa y fingida. Habló al pueblo amonestándole contra la ficticia confianza que había depositado, en el poder de la corte y del templo de Jerusalén.

En cambio, Jeremías, transformado por la Palabra, llegó a ser el profeta que trasmitía la voz de Dios ( Jeremías 1,7). Cuando Dios trasforma nuestras vidas, permanece junto a nosotros (ver Isaías 7,14; Mateo 1,23). Dios, al forjarnos con su palabra, no modela empleados, sino amigos. La presencia cálida del Señor junto a Jeremías aparece clara en dos expresiones: “no les tengas miedo” y “yo estoy contigo para librarte”( Jeremías 1,8).

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN DENTRO DE LA COMUNIDAD

Esto lo podemos vivir también quienes somos discípulos misioneros, los padres de familia en su hogar, los pastores y los laicos que, en la Iglesia, se dedican especialmente al ministerio de la Palabra, desde el acercamiento, meditación, celebración y puesta en práctica de las enseñanzas de la Escritura, la Palabra escrita de Dios, así como su transmisión en la catequesis de la Iglesia. Pero es imprescindible escucharla primero y asimilarla, como Jeremías, en el día de su vocación. Desde estos presupuestos, en las Orientaciones para la Catequesis en Costa Rica, se nos dice lo siguiente:

“Los catequistas deben tener una relación cotidiana con la Sagrada Escritura, para que en su escucha atenta y reflexión, asuman conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios… Mediante la lectio divina y otras formas de oración, pueden hacer una lectura orante de la Sagrada Escritura, con la ayuda de la liturgia de las horas, procuran la unión con Dios en los salmos, lecturas bíblicas y oraciones. Todo su ser y quehacer se fundamentarán en la Palabra, por eso han de ser coherentes al conocerla y vivirla… En la obediencia de la Palabra, los catequistas, hambrientosdeoírlaPalabradelSeñor(Am 8,1), darán sus frutos. Su espiritualidad radica, no sólo en saber desempeñar su tarea, sino también en su habilidad como comunicadores fieles del mensaje de salvación…” (cf. OCCR 101-102).

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Recordemos que “quien se encuentra con Jesús, corresponde a su amor, asumiendo tareas y ministerios para edificar la Iglesia. Dentro de esos ministerios, se cuenta el de la Palabra, que es fundamental al interior del proceso evangelizador, por el cual la Iglesia transmite la Revelación (DGC 50). Aprender a gustar el sentido profundo de la Palabra de Dios en la vida y en los acontecimientos, es una forma de educar, que atañe a la catequesis…” (OCCR 89).

Dios “habló” a Jeremías; por medio de su Palabra se dirigió a él y a todos los mensajeros del Antiguo Testamento, en la vida del pueblo de Israel. Tanto Jeremías como el resto de estos profetas, se sintieron intermediarios de esta Palabra ( Jeremías 1,9), incapaces de resistirse ante su empuje y fuerza arrolladora, que les llega para que la anuncien a su pueblo (Amós 3,8). En la plenitud de los tiempos, “Dios…ha hablado por el Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas” (ver Hebreos 1,1-2), siendo Él mismo la “Palabra hecha carne” ( Juan 1,1.14). De manera que, como aquellos mensajeros de Israel, los discípulos misioneros han de hacer esta experiencia del encuentro con la Palabra, en especial, con Jesucristo, en las diversas formas tal como lo enseña la Iglesia, como ya hemos visto, y luego anunciar a Jesucristo.

Jeremías, con su experiencia de ser transformado por la Palabra, es testigo y modelo para nosotros, que también como este muchacho, hemos sido llamados a vivenciar esta Palabra que Dios nos dirige, que es como lluvia en la tierra y semilla en el surco, que llega a nuestras mentes y a nuestros corazones (Isaías 55,10-11; Mateo 13,3-8.18-23). Y que, como discípulos misioneros, somos llamados a hacerla nuestra, para luego llevarla a los demás.

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• ¿Desde cuándo el Señor llamó al joven Jeremías? ¿Qué significa el hecho de que Dios lo eligió desde el seno materno? ¿Cómo fuimos llamados nosotros en el servicio de la Iglesia y desde cuándo percibimos la llamada del Señor?

• ¿Cuál fue el “pero” que Jeremías le puso a Dios y qué le respondió el Señor? ¿Cuáles son los “peros” u objeciones que nosotros le ponemos a Dios? ¿Qué alegamos a nuestro favor para no comprometernos con su servicio?

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• ¿Cuál fue la misión que Dios confió a Jeremías? ¿Cuál es la nuestra? ¿Cuál es la vocación, a la que me he sentido llamado, en la familia, en la comunidad cristiana, en la sociedad o en el lugar donde vivo? ¿Cómo he respondido a ella?

• ¿Cuál fue el temor que sentía Jeremías, para servir a Dios? ¿Cuál sentimos o experimentamos en este momento de nuestra vida? ¿Cuáles miedos me están impidiendo desenvolverme y servir incondicionalmente a la Iglesia?

• ¿En qué sentido Jeremías es modelo para la evangelización y para todo discípulo misionero? ¿En qué se le puede imitar y en qué no? ¿Descubro en su ejemplo de vida, un estímulo para mi llamado? (exponer ejemplos).

• ¿Cuáles rasgos debe tener todo discípulo misionero, para ser hombres y mujeres de la Palabra? ¿Qué ofrece la Iglesia para lograrlo? ¿Cuáles actitudes deben brillar de manera especial, en todo discípulo misionero, padre de familia y agente evangelizador, para que la Palabra de Dios y la enseñanza de la Iglesia, se transmitan con efectividad y de forma adecuada?

• Desde la persona de Jeremías y desde lo que enseña la Iglesia ¿cuál es la identidad de todo discípulo misionero que anuncia la Palabra de Dios? ¿Cuáles son los instrumentos, que todo discípulo misionero debe disponer para lograr su identificación con la Palabra de Dios y con el mensaje que transmite?

• ¿Nos percibimos como instrumentos de la Palabra? ¿Cómo podemos ayudarnos, apoyarnos y caminar todos juntos como discípulos misioneros?

• ¿Qué nos enseña hoy Jeremías, el día de su vocación? ¿En qué nos ha ayudado conocer su experiencia con la Palabra? ¿A qué nos invita en nuestra vida personal, familiar y eclesial?

ORAMOS en torno a la Palabra (con el Sal 119,33-40)

Muéstrame,Señor,elcaminodetuspreceptos,yyoloscumpliréalaperfección.

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Instrúyeme,paraqueobservetuleyylacumpladetodocorazón.

Condúcemeporlasendadetusmandamientos,porqueenellatengopuestamialegría.Inclinamicorazónhaciatusprescripcionesynohacialacodicia.

Apartamivistadelascosasvanas;vivifícamecontupalabra.Cumpleconmigotupromesa,laquehicisteatusfieles.

Apartademíeloprobioquetemo,porquetusjuiciossongenuinos.Yodeseotusmandamientos:vivifícameportujusticia.

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana redescubriendo mi vocación, entendida como mi respuesta ante el llamado de Dios. Por eso, el grupo dialogará sobre la actividad parroquial propuesta el pasado encuentro y definirán responsabilidades para ejecutarla. Para el próximo encuentro, cada participante traerá por escrito cuáles son las objeciones que le pone a Dios.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de una persona evangelizando con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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4“Come este rollo”

Ezequiel, el catequista de los signos

“Comeesterollo,yveahablaralosisraelitas” (Ezequiel 3,1).

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

BienvenidostodosaestecuartoencuentroconlaPalabradeDios,encomunidad.Nosalegramosdequeestemosreunidos,paraescucharlas enseñanzas bíblicas,meditarlas y hacerlas vida, en esteMesdelaBibliaydentrodelacelebracióndeloscincuentaañosdelaComisiónNacionaldeCatequesis,queestamoscelebrandoesteaño.

El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Comenzamosnuestrareuniónorandoycantando (tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios).

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NOS ESCUCHAMOS

Muchas veces no solo con las palabras sino con nuestros gestos, podemos “decir” o enseñar muchas cosas. Basta con mirar la cara de las personas o ver cómo se expresan, por ejemplo, con el movimiento de sus manos, para darnos cuenta de lo que quieren expresar, sin necesidad de hablar. Así también, en la vida de fe, sucede lo mismo. Vamos a ver:

Seenseña la fedemuchasmaneras.Tambiéncon losgestos.Lafamiliavaalamisadominical.Antesdeentrarenlaiglesia,lospadreshablanconlavozhabitual.Lleganalapuerta,ypasanconunsilenciollenoderespeto.

El catequista explica que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.Hacelagenuflexiónalllegaroalsalir.Bienhecho,esegestovalemásquemildiscursos.

Unreligiosorezaenunacapilla.Nomiraatodosloslados,nisesientacomosiestuvieraenunsofá.HablaconDios,ysenotaunrespetocariñosoysencillo.

Enelhogar,antesdelacomida,papáymamáhacenunaseñaldelacruzserena,devota,llenadesignificado.

ElsacerdotecelebralaEucaristía.Despliegaarmoniosamenteelcorporal,preparalasofrendasconunhermososentidolitúrgico,tomalapatenayelcálizconcalma,dicelaspalabrasconrespeto.

Losniños,ylosnotanniños,observanestosytantosotrosgestos.Para quienes conocen algo de la fe, cada movimiento explicamucho más que mil discursos. Esto se aplica especialmente atantos bautizados que viven bajo el bombardeo continuo defrivolidades, prisas, consumismo ymal gusto. La limpieza y elsilencioquepercibenenunaiglesia,lespreparanyayudanparaempezarunaoraciónatentayfilial.Lacatequesisde losgestos,unidaalabelleza(untemaquegustabaparticularmenteaPávelFlorenski),deja,pocoapoco,un toque íntimoen los corazones,quelespreparaparaelencuentroconelDiosUnoyTrino,yparavivirmásunidoscomoauténticoshermanos.

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Ese Dios nos enseñó, en Jesucristo, a respetar el templo y noconvertirloencuevadeladrones.Deestemodo,laiglesiaseráunlugardefeauténtica,quefomentaeseasombrofilialycariñoso,dequienseunealPadrequenossalvaatravésdelHijo,yquenoshaenviado,paraconsolarnos,suEspíritu.EsciertotambiénquehayseñalesdelAmordeDiosenlascreaturasyenlossereshumanos.Unclavel,unanube,ungrillo,unpetirrojo,unaliebre,unhalcón:cada uno, a su manera, refleja la ternura y la delicadeza delCreador.

Uncampesino,unoficinista,unmecánico,unniño,unanciano,un matrimonio maduro y armónico: reciben y transmitencontinuamenteelcariñoquevienedelPadredeloscielos.Almiraral mundo y a los hombres podemos reconocer esas señales debondadquedanbelleza,queproducenpaz,quegeneranalegría,queinvitanalagenerosidad… (cf. La catequesis de los gestos y las señales de Dios, por el P Fernando Pascual. Fuente: Catholic.net: https://es.catholic.net/op/articulos/64185/la-catequesis-de-los-gestos-y-las-senales-de-dios.html

El grupo reflexionará y comentará ampliamente a partir de la experiencia en la vida comunitaria parroquial, la importancia de la comunicación no verbal, por medio de los gestos y señales, antes de escuchar la Palabra de Dios.

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS

“Ytú,hijodehombre,escuchaloquetevoyadecir;noseasrebeldecomoesepueblorebelde:abretubocaycomeloquetedaré”.Yomiréyviunamanoextendidahaciamí,yenellahabíaunlibroenrollado.Lodesplegódelantedemí,yestabaescritodelosdoslados;enélhabíacantosfúnebres,gemidosylamentos.

Élmedijo: “Hijodehombre, come loque tienesdelante:comeesterollo,yveahablaralosisraelitas”.Yoabrímibocayélmehizocomereserollo.Despuésmedijo:“Hijodehombre,alimentatuvientreyllenatusentrañasconestelibroqueyotedoy”.Yolocomíyeraenmibocadulcecomolamiel.

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Él me dijo: “Hijo de hombre, dirígete a los israelitas ycomunícalesmispalabras” (Ezequiel 2,8-3,4).

REFLEXIONAMOS

El presente texto lo encontramos “a caballo” entre los capítulos 1 al 3, que nos narran la vocación del profeta y la experiencia impresionante que tuvo Ezequiel con el Señor. La primera parte comienza con el relato de su vocación (ver Ezequiel 1,1-3,15), que tuvo lugar en Babilonia: consta de una teofanía o manifestación de Dios y de la llamada. La visión es espectacular y terrible (Ezequiel 1,1-28): cuando está a punto de desaparecer la Ciudad Santa y el Templo de Jerusalén, señal de la presencia de Dios entre su pueblo, el Señor mismo se hace presente en el país de los caldeos, donde tanto Ezequiel como el pueblo judío habían sido deportados. Pero el Señor no abandona a su pueblo, puesto que está cerca y se hace presente con la manifestación de su “gloria” y además suscita para ellos un profeta. El “carro celeste” con los querubines es una evocación del arca de la alianza, el trono de Dios.

La “gloria del Señor” es el término técnico de la manifestación de Dios. La llamada propiamente dicha (Ezequiel 2,1-3 ,15) contiene otros dos términos importantes: por una parte, la palabra que es dulce como la miel (v.3), pero que ha de ser expresada con una fortaleza más dura que el pedernal (v.9); por otra, la expresión “hijo de hombre”, que aquí aparece hasta ocho veces, indica la condición débil del profeta, como uno de tantos, pero llamado a interpelar con autoridad a un “pueblo rebelde” (v.3).

Dentro del presente texto de Ezequiel 2,8-3,4, vemos descrito un rito o gesto simbólico como señal de consagración (ver Isaías 6; Jeremías 1), tomado de las ordenaciones rituales de Israel o de la entrega de las llaves para un cargo oficial. Desde la “gloria de Dios”, se le presenta al profeta el libro de la Palabra de Dios, que debe asimilarla para poder anunciarla. En efecto, como profeta o mensajero, Ezequiel ha de transmitir palabras de Dios, especialmente palabras de juicio y dureza, que Dios le entrega en un rollo y que él ha de comerse y asimilar para hacerlas propias. El resultado de esas palabras de juicio, será muy duro para el pueblo de Israel, pero para el profeta será algo dulce como la miel (Ezequiel 3,3).

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Este gesto es una señal que pone como manifiesto el contraste de la obediencia de Ezequiel a la voz de Dios y la respuesta de su pueblo ante la palabra del Señor y, al mismo tiempo, expresa la profunda familiaridad de Ezequiel con el Señor, ya que el libro es dulce en la boca, pese a contener amenazas, pero es palabra de su Dios (ver Salmo 19,11; 119,103; Jeremías 15,16). Finalmente, la gloria de Dios (Ezequiel 3,12-15), lo invade y lo transforma, como si fuera la misma fuerza del Señor actuando sobre él. Es una síntesis de este proceso de escuchar a Dios y símbolo de su disponibilidad, para la misión que el Señor le confía.

Seguidamente, siguen las acusaciones y amenazas contra Jerusalén (Ezequiel 4-24).En todos estos 21 capítulos del libro de Ezequiel se contienen oráculos, visiones, alegorías y acciones simbólicas. Recogen en gran medida la predicación del profeta antes del destierro definitivo del pueblo judío; es decir, entre los años 597-587 a.C.

PROFUNDIZAMOS

El profeta Ezequiel perteneció a una familia sacerdotal. Su nombre significa “fuerza de Dios”. Fue sacerdote en el templo de Jerusalén, pero tuvo que convertirse luego en profeta en tiempos difíciles, pues sufrió el destierro a Babilonia, junto a su pueblo en el año 597 a. C. Estando allí, recibió la llamada de Dios a ser su mensajero y centinela de Israel (Ezequiel 3,17).

Fue un gran organizador social entre sus hermanos en cautiverio y ejerció su ministerio en Babilonia. Su personalidad fue rica, compleja y polifacética: místico y razonador, utópico y realista, poeta y jurista, sacerdote y profeta, son algunos de sus rasgos más llamativos. Fue un magnífico profeta, hombre de la palabra y de los signos, valiente, audaz y soñador, fiel a su misión y vocación.

Pero lo que más llama la atención, son sus acciones simbólicas, que son oráculos en acción. A veces son las mismas vivencias del profeta (ver Ezequiel 1-3), interpretadas como designio divino (ver Ezequiel 24,15-27). Otras, son acciones que Dios manda realizar al profeta como método de enseñanza; así son las acciones que leemos en Ezequiel 4-5 (construcción con adobes, rapado de la cabeza, alimento de pan impuro,

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entre otros), son señales de las penalidades y sufrimientos que los judíos habrían de soportar en el asedio de Jerusalén, en los días y meses previos al destierro de Babilonia, que es contado con detalle en 2 Reyes 24-25.

En efecto, los gestos simbólicos de Ezequiel anunciaban el asedio y la caída definitiva de Jerusalén. De ellos, en tiempo de tragedia y desgracia, él supo pasar a la esperanza de tiempos nuevos, con su palabra y sus oráculos. Con sus acciones, señales, visiones y gestos, como posteriormente por medio de sus palabras, el profeta Ezequiel quiso hacer entrar en razón a su pueblo, ante la inminente destrucción del mismo, quedando en pie las promesas del Señor.

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN EN LA COMUNIDAD

Es por eso que a Ezequiel podemos llamarlo “el catequista de los signos”. Muchas veces, al no poder hablar, pues se había quedado mudo (Ezequiel 3,26-27) se valió de estos signos para dirigirse a su pueblo. La Palabra de Dios se trasmitió con gestos concretos (Ezequiel 4-5). Así nos puede suceder en nuestro servicio, pues no solo es palabra, acciones a viva voz, sino también en gestos cargados de significado:

Cadavezqueintentamosvolveralafuenteyrecuperarlafrescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos,métodoscreativos,otrasformasdeexpresión,signosmáselocuentes, palabras cargadas de renovado significadoparaelmundoactual (EG 11).

Un signo es un medio por el cual se representa o evoca algo. Así, las cosas materiales se cargan de significado. Sabemos que el cuerpo humano, con todos sus gestos y actitudes, son signos que emiten significado de las cosas, pensemos en una sonrisa...

Solicite a los participantes formar parejas y sonreírse mutuamente. Luego dialoguen qué le transmitió ese signo.

En este orden de lo significativo y de lo simbólico está el conocimiento de Dios. Recordemos que Dios habla por medio de hechos y palabras íntimamente relacionados, como enseña el Concilio Vaticano II (DV 2).

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Tal es el caso de Jesús que multiplicó los panes y los peces, curó enfermos y afirmó que, en la misión, sus apóstoles realizarían signos como hablar lenguas nuevas, sanar enfermos, entre otros (Marcos 16, 4-20).

En los distintos servicios de nuestra parroquia es indispensable un lenguaje de signos en el agente evangelizador, para salir a compartir ladulce y confortadora alegría de evangelizar (ver EG 9-13). Por ejemplo, en la catequesis actual esos signos también son indispensables. En el Directorio General para la Catequesis del año 1971, se indica que “elcatequistaescomounintérpreteanteloscatequizandos,puesélleeyenseñaaleerlossignosdelafe,deloscualeselprincipaleslamismaIglesia” (DGC 35).

Por ejemplo, en cuanto a la celebración litúrgica: ElConcilioVaticanoII, al impulsar una profunda recuperación de la tradiciónbíblica y patrística, ha vuelto a presentar la liturgia como uncomplejo de signos sensibles, significantes y, en su manerapropia, eficaces (SC 7)… Corresponde a la catequesis ofrecer lacomprensión de los signos litúrgicos, de manera que el pueblocristianopuedaentenderlosfácilmenteyparticiparenellos,pormedio de una celebración “plena, activa y comunitaria” (SS 21).Así, en la experiencia del pueblo cristiano, la liturgia cristianaresaltacomoununiversodesignos,cadaunode loscuales,consuespecificidad,nos introduceenelmisteriodeCristo.Desde laperspectiva pedagógica, la catequesis toma conciencia acercadelaimportanciadeeducarparaelsimbolismoyrevalorizarlafunciónsimbólica,enlaformaciónlitúrgica…(ver OCCR 175).

Por su parte, todo discípulo misionero ha de asumir el lenguaje de Jesús en su enseñanza, un lenguaje de palabras y de gestos, un lenguaje inteligible o comprensible, concientizado, inspirado en el amor, dialogal, vivencial y liberador, que logre anunciar o comunicar el mensaje evangélico a través de distintas acciones en el servicio parroquial.

“Comiendo” el libro de la Palabra de Dios como gesto propio del Señor y luego, con sus diversos gestos simbólicos personales, el profeta Ezequiel fue el catequista de los signos de Yahvé, aun sin poder hablar, que luego podría conseguirlo cuando hubo de anunciar la Palabra de Dios. No obstante, el pueblo supo entender y percibir su mensaje. De ellos, en

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tiempo de tragedia y desgracia, Ezequiel supo pasar a la esperanza de tiempos nuevos, con su palabra y sus oráculos.

Por eso, como seres humanos hemos de revisar en qué medida nuestros gestos, palabras y acciones, pueden ser señal de alegría, de esperanza y de optimismo, de superación y estímulo para los demás, que no simplemente de tristeza, abatimiento y de tiempos difíciles. Jesús y Ezequiel supieron anunciar, a su modo, la salvación y la vida, después de sus oráculos de juicio y de condena. Porque lo primero es más importante que lo segundo.

A esto mismo estamos llamados a dar testimonio como signos vivientes, con sus gestos elocuentes, como también la manera y los diversos medios como palabra, signos y enseñanzas, capaces de transmitir las enseñanzas de Jesús, desde nuestra comunidad parroquial.

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• ¿Qué experimentamos cuando el texto de Ezequiel 2,8- 3,1-3 cuenta de cómo el sacerdote “se comió” el libro de la Palabra de Dios? ¿Qué impresión nos produce y qué quiere decir este gesto de Dios? ¿Qué relación tienen con la Palabra? ¿Qué significa para nosotros hoy “comerse la Biblia”, aunque se trate de un lenguaje figurado y simbólico? Ver también el pasaje de Apocalipsis 10,8-10, donde al vidente se le ordena hacer algo semejante.

• Como en Jeremías 1,10, Ezequiel fue llamado a “arrancar yderribar”, especialmente con el pueblo rebelde de Israel (Ezequiel 2,3-8), no solo con su palabra, sino también con sus diversas acciones simbólicas, descritas en Ezequiel 4-5. ¿Por qué, sin hablar propiamente, al quedarse mudo (Ezequiel 3,26), podemos afirmar que Ezequiel es el “catequista de los signos”? ¿Sigue siendo, como Jeremías, el hombre de la Palabra?

• ¿Qué es un signo? ¿En qué consiste un sacramento, en relación con los signos? ¿Cuáles signos, dentro de la celebración litúrgica, nos llaman más la atención y por qué? (por ejemplo, en el sacramento del Bautismo y de la Eucaristía). Repasar, al respecto, la experiencia inicial de la catequesis de los gestos, en la sección “Nos escuchamos”.

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• De los sacramentos que hemos citado y de sus signos ¿Cuáles entiendo y cuáles no? ¿Por qué? ¿Haría falta una explicación de los mismos o ellos mismos se explican por sí mismos? ¿Cuáles son los más bellos y elocuentes que, sin palabras que los acompañen, nos dicen muchas cosas…?

• Recordando la transmisión de la fe familiar, la que se hizo en nuestra casa ¿Cuáles gestos o signos de nuestros padres, abuelos y parientes, nos llevaron a la fe? ¿Qué enseñaban o transmitían? ¿Siguen siendo válidos hoy día y por qué?

• ¿Por qué un agente evangelizador es el mejor signo de Cristo? ¿Cómo podemos ser signos vivientes para los demás, dentro de la familia o la comunidad cristiana? ¿Qué ejemplo, al respecto, nos da Jesús? ¿Qué nos enseña el profeta Ezequiel? ¿Cuáles signos o gestos debo mejorar en la acogida y acompañamiento en mi servicio desde la comunidad parroquial?

ORAMOS con el Salmo 100AclamealSeñortodalatierra,sirvanalSeñorconalegría,lleguenhastaélconcantosjubilosos.

ReconozcanqueelSeñoresDios:élnoshizoyaélpertenecemos;somossupuebloyovejasdesurebaño.

Entrenporsuspuertasdandogracias,entrenensusatriosconhimnosdealabanza,alabenalSeñorybendigansuNombre.

¡QuébuenoeselSeñor!Sumisericordiapermaneceparasiempre,ysufidelidadportodaslasgeneraciones.

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NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana de testimoniar la alegría del encuentro con Jesucristo, por medio de gestos. Por eso, el grupo dialogará sobre los materiales que cada responsable necesitará para la ejecución de la actividad parroquial propuesta. Cada participante se comprometerá a observar los gestos de acogida de la comunidad parroquial durante la Eucaristía y lo comentará en el próximo encuentro.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de un pergamino con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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5“Jesús recorría toda Galilea enseñando…”

Jesús, el catequista por excelencia

“JesúsrecorríatodaGalilea,enseñandoenlassinagogas” (Mt 4,23a)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1) han de llevar junto a ella alguna imagen de Jesús, en cualquiera de sus advocaciones o un crucifijo. Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

Unavezmás,elSeñornosconvocaparaescucharlasenseñanzasdesuPalabrayparareunirnosencomunidad.EstamosfelicesdecelebrarelMesdelaBibliayademás,recordarquelaComisiónNacionaldeCatequesisestácelebrandosucincuentaaniversariodeexistencia.DamosgraciasaDiosportodoello.

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El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Poreso,recibimosellibrodelaPalabraylaimagendeJesúsquelaacompaña,connuestrocantoinicial.

Tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios.

NOS ESCUCHAMOS

El papa Francisco, en una amplia audiencia con catequistas, trataba con ellos de las tres claves del buen catequista. Por ejemplo: tener familiaridad con Jesús (ser discípulo), ir al encuentro de los otros (salir de uno mismo), y no tener miedo de ir con Él a las periferias (ser misionero), y una cuarta: el amor.

En especial, citamos el tercer elemento o tercera clave, que por una parte, comenta la experiencia del profeta Jonás, pero que enlaza muy bien con la experiencia de Jesús, como lo veremos dirigiéndose a Galilea, la periferia de Israel, como uno de los rasgos de un buen discípulo misionero, a saber:

Eltercerelemento-tres-seencuentrasiempreenestalínea:volverapartirdeCristo,significanotenermiedodeirconÉlalasperiferias.AquímevienealamentelahistoriadeJonás,unafiguraverdaderamente interesante, especialmente ennuestros tiempos de cambios y de incertidumbres. Jonásesunhombrepío,conunavidatranquilayordenada,estolollevaatenersusesquemasbienclarosyajuzgartodoyatodosconestosesquemas,demanerarígida.Tienetodoclaro,laverdadesesta…¡Esrígido!

Por eso cuando el Señor lo llamay le dice que debe ir apredicaraNínive,lagranciudadpagana,Jonásnosesientecapaz.“¡Irallá!¡Perosiyotengotodalaverdadaquí!Nosesientecapaz…Níniveestá fueradesusesquemas,estáenlaperiferiadesumundo.Yentoncesescapa,huye,sevaaEspaña,seembarcaenunanavequevaporesoslados.¡Vuelvana leer el Librode Jonás!Es breve, pero es unaparábola muy instructiva, especialmente para nosotrosqueestamosenlaIglesia.

¿Qué cosa nos enseña? Nos enseña a no tenermiedo desalir de nuestros esquemas para seguir a Dios, porque

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Dios va siempre más allá. Pero ¿saben una cosa? ¡Diosno tiene miedo! ¿Sabían esto ustedes? ¡No tiene miedo!¡Esta siempre más allá de nuestros esquemas! Dios notienemiedodelasperiferias.Poreso,siustedesvanalasperiferiasloencontraranallí… (Discurso del papa Francisco, con miles de participantes al Congreso Internacional sobre la Catequesis, Roma, 26-28 de septiembre de 2013, sobre el tema: “El catequista, testimonio de la fe”, promovido y organizado con ocasión del Año de la fe. Texto completo en http://www.revistaecclesia.com/tres-claves-mas-una-cuarta-del-buen-catequista-por-el-papa-francisco/).

El grupo analizará este texto del papa Francisco, lo comentará y que todos se pregunten: ¿qué significa “salir a las periferias”? ¿Qué es eso? ¿Dónde están las periferias en nuestra comunidad? ¿Quiénes van a ellas, desde la experiencia de servicio evangelizador, pastoral o catequético? ¿Quiénes se destacan, en la Iglesia, que se aventuran en ellas? ¿Qué pensamos de ellos? ¿Qué nos enseñan?

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS (Mateo 4,12-25)Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, seretiróaGalilea.Y,dejandoNazaret,seestablecióenCafarnaúm,aorillasdel lago,enlosconfinesdeZabulónyNeftalí,paraquese cumpliera loquehabía sidoanunciadopor elprofeta Isaías:“¡TierradeZabulón,tierradeNeftalí,caminodelmar,paísdelaTransjordania,Galileadelasnaciones!Elpuebloquesehallabaentinieblasviounagranluz;sobrelosquevivíanenlasoscurasregionesdelamuerte,selevantóunaluz.”

A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar:“Conviértanse,porqueelReinodelosCielosestácerca”.MientrascaminabaaorillasdelmardeGalilea,Jesúsvioadoshermanos:aSimón,llamadoPedro,yasuhermanoAndrés,queechabanlasredesalmarporqueeranpescadores.Entonceslesdijo:“Síganme,y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellosdejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio aotrosdoshermanos:aSantiago,hijodeZebedeo,yasuhermanoJuan,queestabanenlabarcadeZebedeo,supadre,arreglando

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las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron labarcayasupadre,ylosiguieron.

Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas,proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas lasenfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió portoda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos pordiversasenfermedadesysufrimientos:endemoniados,epilépticosyparalíticos,yélloscuraba.LoseguíangrandesmultitudesquellegabanaGalilea,delaDecápolis,deJerusalén,deJudeaydelaTransjordania.

REFLEXIONAMOS EN TORNO A LA PALABRA DE DIOS

El texto de Mateo 4,12-25 corresponde al Evangelio del tercer domingo del Tiempo Ordinario del ciclo A, que lo hemos escuchado en la Eucaristía del domingo 22 de enero de este año. En realidad, el texto de ese domingo llega hasta el versículo 23, pero para que tengamos una idea completa del mismo, lo extendemos hasta el versículo 25, con el que termina el capítulo 3 del Evangelio de San Mateo. Podemos dividir todo este pasaje en tres partes:

• la retirada de Jesús a Galilea (vv.12-17)

• la llamada a los primeros discípulos (vv.18-22),

• y la predicación en aquellas tierras y más allá de ellas, después de abandonar Nazaret (vv.23-25).

Jesús se traslada a Cafarnaún, saliendo de su tierra Nazareth, a ese puerto situado junto al lago de Galilea y junto al llamado “camino del mar”. En este viaje, San Mateo ve cumplidas los oráculos del profeta Isaías (Isaías 8,23-9,1), que anunciaba la luz para los habitantes de aquellas tierras norteñas, luz que ahora es la persona y el mensaje de Jesús, que proclama la cercanía del Reino de los cielos, invita a los galileos a la conversión y reúne a un grupo de discípulos como testigos y continuadores de su misión, como ejemplo y resultado de esta primera llamada apremiante a la conversión. Ellos, atraídos por su llamada, lo dejan todo para seguir a Jesús (vv.12-22).

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Luego, se nos presenta un primer resumen de la actividad de Jesús (vv. 23-25). El ministerio de Jesús consiste en enseñar, proclamar y curar. Para el evangelista san Mateo, enseñar es la aCtividad prinCipal de Jesús. Enseña con autoridad para llamar al pueblo a cumplir su objetivo en cuanto Israel- Siervo, como testigo de la gloria de Dios (Isaías 43, 10-12), para que tuviera la enseñanza de Dios en su corazón (Isaías 51,7; Jeremías 31,31-34). La proclamación en san Mateo tiene como objeto el reino de los cielos (Mateo 3,1; 4,17.23; 9,35). Proclamar el Evangelio viene de la expresión de Isaías del anuncio de liberación del destierro y la restauración del reinado de Dios (ver Isaías 40,1-11; 52,7-9).

La tercera expresión: “curar”, tiene el significado más amplio de “atender, cuidar”. Curar está relacionado con proclamar, y realmente forma parte de la proclamación y de la enseñanza del Señor. Tiene su origen en la promesa del profeta Jeremías, del retorno del pueblo judío desterrado y de la restauración como curación ( Jeremías 30, 12-17). La buena noticia es lo que trae restauración y curación. Las enfermedades y dolencias del pueblo, a quien Jesús sana, remite al Israel que sufre en Isaías 53,3-4. Jesús enseña, cura y restaura al pueblo para que cumpla lo que Dios le anuncia (Mateo 8,17).

PROFUNDIZAMOS

Jesús comienza el anuncio de la Buena Noticia andando por toda Galilea. No se queda parado, esperando que la gente llegue y vaya a él. Él mismo va a las reuniones de la gente, a las sinagogas, para anunciar su mensaje y enseñar al pueblo que se congrega en ellas. La gente le lleva a los enfermos y a los endemoniados, y Jesús acoge a todos y los sana. Este servicio a los enfermos forma parte de la Buena Noticia y revela a la gente la presencia del Reino.

Así, la fama de Jesús se extiende por toda la región, atraviesa las fronteras de Galilea, penetra en Judea, llega hasta Jerusalén, se extiende hasta del río Jordán y alcanza Siria y la Decápolis (10 ciudades).

La principal actividad de Jesús es enseñar. Porque Él es el maestro por excelencia. Su vida fue enseñar, instruir, guiar a su pueblo, mucho mejor que los maestros de su tiempo, con propia autoridad y no como ellos (Marcos 1,22.27). Por ejemplo, basta con leer entero el Evangelio de

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San Mateo, para darnos cuenta de su cualidad principal, como maestro de Israel (ver Juan 3,2). Samuel Marcano, al presentar el papel de Jesús como modelo de maestro, presenta una serie de términos muy precisos en griego, que bien definen a Jesús como tal. Veamos:

HayvariostérminosqueseusanenelNuevoTestamentopara describir el papel docente de Jesús. Estos términosprovienendel idiomagriegoporque era el idiomaoficialquesehablabaenaquelentonces.Unodeestostérminos,y por cierto el más abundante, es “didáskalos”. Aparececuarenta y una veces para referirse a Cristo como unreconocimiento de su tarea docente. Entre los textosdonde se usa esta palabra están Mateo 8,19; 12,38;19,16.Lapalabradescribeaalguienquehaceelpapeldepreceptoroinstructordeotros…Tantoenlaculturagriegacomo en la judía abundaban muchos didáskalos que seencargabandeguiarasusalumnoshaciaundeterminadosaber.Untérminoequivalenteera“rabbí”,quesignificaba“mi maestro” en lengua hebrea (en arameo se utilizaba“raboni”). Esta palabra indicaba un trato honorífico departedeldiscípulohaciasumaestro.

El enfoque del término didáskalos, recae en la habilidadde alguien para transmitir en forma clara y precisa undeterminado conocimiento o destreza a un grupo dediscípulos. El didáskalos se esforzaba por ofrecer a susdiscípulos orientaciones precisas, respuestas claras,entrenamientoespecíficoyconsejosoportunos,afindequeelloslograraneltotaldominiodeladisciplinaqueestabanaprendiendo.

La palabra didáskalos nos hace pensar en Jesúsmoviéndose en diferentes escenarios: sentado frentea sus discípulos y hablándoles de las normas del reinode los cielos (Mateo 5,6.7); respondiendo las constantesconsultasqueleeranpresentadas (Mateo 19,16; 6; 22, 16; 24, 36) odandoinstruccionesasusdiscípulosacercadecómoiban a llevar a cabo sumisión evangelizadora entre losjudíos (Mateo 10,1.15). Directrices, orientaciones, consejoseinstrucciones,todoseconjugabaenlapersonadeJesús

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yporeso le llamabandidaskalos, locual indicabaque lagentereconocíasuenseñanzaconmuchorespeto.

Jesús advirtió a sus discípulos, sin embargo, que nopermitieranque los títuloshonoríficosse lesubierana lacabeza,haciéndolesperderelsentidodehumildadquedebecaracterizaraunverdaderodiscípulo.Criticólasoberbiade los fariseosqueseufanabandeque los llamaranrabí (Mateo 23,7),yadvirtióalossuyosacercadetalpretensión(v.8),aunqueélmismonorechazóestetratamientoyaquesóloaélcorrespondía (Marcos 9, 5; Juan 1,38; 3,2).

Otro término utilizado para describir a Jesús comomaestro es “epístateis”, el cual enfatiza la autoridad delqueenseña.LosdiscípulospodíandistinguirenJesús,nosololacapacidadparainstruir,sinotambiénlaautoridadconlacualestabarevestidosuministerio.CuandoPedro,después de haber pasado toda la noche pescando, fueanimadoporJesúsaecharlasredesdenuevoalmar,dijoconhumildad:“Maestro(epistateis),todalanochehemosestado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tupalabraecharélared”(Lucas 5,5).

¿Quépodíauncarpinterosaberdepesca,quenosupieraun experimentado pescador como Pedro, que ademáshabíaestadopescandotodalanoche?SindudaquePedroreconoció en Jesúsmás queun carpintero ymás queunmaestro-instructor. Las palabras de Jesús no tenían queverconinstrucciones,acercadecómopescarsinodecuandispuestoestabaPedroenobedeceraDiosyreconocerlaautoridaddeJesúscomoHijodeDios.Poreso,despuésdelacontundentedemostracióndelpoderdeJesús(v.6),Pedrosereconocepecadory,derodillasanteelmaestro,reconoceenformaimplícitaladeidaddeAquelqueestabafrenteaélalconfesar:“ApártatedemiSeñor,porquesoyhombrepecador” (v.8).

Finalmente, hay otro término empleado en losevangelios para referirse a Jesús como maestro: el

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término “kateigeiteis”, que sólo aparece enMateo 23,10.Indica un guía, alguien que conduce a otros por undeterminadocamino…Elénfasisdelvocablorecaesobrelaresponsabilidadquetieneelmaestrodeorientaroguiarasusdiscípulos.LosdiscípulosreconocieronquesóloJesúspodíaguiarlescuandoadmitieron:“¿Aquiéniremos?Tútienespalabrasdevidaeterna” ( Juan 6, 68).ParalosjudíosdeltiempodeJesúsnoeradifícilencontrarunmaestroaquienes ellos podían seguir. Pero para los discípulos deJesús,soloelmaestrodeNazaretpodíaguiarlesalavidaeterna… (https://samuelmarcano.wordpress.com/2011/09/28/jesus-modelo-de-maestro-2/).

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN DENTRO DE LA COMUNIDAD

Hemos visto a algunos de los profetas, en los anteriores encuentros, que consideramos como modelos de discípulos misioneros, en sus diversos aspectos, como mensajeros de la Palabra, profetas de la esperanza, comunicadores de la fe. Pero Jesús es maestro y catequista, el modelo por excelencia de todo educador en la fe. Así nos lo presenta el Nuevo Directorio General para la Catequesis, al hablar de la pedagogía de la fe, cuando dice:

Jesúscuidóatentamentelaformacióndelosdiscípulosqueenvióenmisión.SepresentóaelloscomoelúnicoMaestroy,almismotiempo,amigopacienteyfiel;suvidaenterafueunacontinuaenseñanza;estimulándolesconacertadaspreguntas,lesexplicódeunamaneramásprofundacuantoanunciabaalasgentes;lesinicióenlaoración;lesenviódedos endosaprepararsepara lamisión; lesprometióprimeroyenviódespuéselEspíritudelPadre,paraquelesguiaraalaverdadplenaylessostuvieraenlosinevitablesmomentosdedificultad.

Jesucristoes“elMaestroquerevelaaDiosaloshombresyalhombreasímismo;elMaestroquesalva,santificayguía,queestávivo,quehabla,exige,queconmueve,queendereza,

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juzga, perdona, camina diariamente con nosotros en lahistoria;elMaestroquevieneyquevendráenlagloria”.En Jesucristo, Señor y Maestro, la Iglesia encuentra lagraciatranscendente,lainspiraciónpermanente,elmodeloconvincenteparatodacomunicacióndelafe…(DGC 137).

En ese sentido, todo discípulo misionero debe mirarse a sí mismo, al llevar a cabo su tarea catequética, si responde a lo que Cristo es como Señor y Maestro modelo y a lo que Él mismo puede inspirarle en su vocación. Por eso, el mismo Directorio enseña lo siguiente:

Lavocacióndellaico…brotadelsacramentodelBautismo,es robustecida por el sacramento de la Confirmación,graciasa los cualesparticipade la« “misión sacerdotal,profética y real de Cristo”... El Señor Jesús invita así,de una forma especial, a hombres y mujeres, a seguirleprecisamenteencuantomaestroyformadordediscípulos...“DeesteconocimientoamorosodeCristoesdedondebrotaeldeseodeanunciarlo,deevangelizar,ydellevaraotrosal“sí”delafeenJesucristo”… (cf. DGC 231).

Desde estos presupuestos, toca a la Iglesia de todos los tiempos presentar los rasgos auténticos de todo discípulo misionero, que quiera asemejarse a Jesús y hacerlo el criterio, el modelo y el referente principal de su servicio en la comunidad cristiana.

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• Vemos a Jesús como un “evangelizador en movimiento”, expresión de su talante misionero ¿Qué nos enseña para el servicio del evangelizador? Pues hoy se habla de una “Iglesia en salida”. ¿Qué significa esto para nosotros, los discípulos misioneros?

• Jesús recorre Galilea, desde el lago hasta los límites fronterizos de Galilea y más allá, enseñando, curando y expandiendo el Reino de los cielos. ¿Quiénes son sus destinatarios? ¿Por qué ellos especialmente? ¿Qué enseña esto a nosotros los discípulos misioneros? ¿Estamos haciendo lo mismo que hacía Jesús?

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• El papa Francisco, comentando al profeta Jonás que trata de escaparse de su misión, en contraste con Jesús, que sí lo hace, es decir, de salir a las periferias… ¿A qué nos compromete? ¿Deberíamos de salir a otros lugares? ¿A quiénes, desde Jesús y su práctica, como lo enseña el mismo papa Francisco, deberíamos privilegiar?

• Contemplemos a Jesús como misionero y maestro ejemplar ¿Qué nos llama más la atención de su misión? ¿Cuáles rasgos como misionero son modelo para nosotros hoy, en nuestro quehacer evangelizador y en nuestra realidad y por qué? ¿Cuáles de ellos necesitan más hoy los hombres y mujeres de nuestra parroquia o comunidad cristiana? ¿Cuáles rasgos de Jesús hemos dejado en la sombra o hemos descuidado?

• ¿Qué nos enseña la Iglesia de Jesús? Hemos visto que cada uno de los términos griegos definen su quehacer ¿en qué nos enriquece y anima en nuestro servicio y cómo llevarlos a la práctica? ¿Por qué Jesús es el mejor y más perfecto evangelizador de todos los tiempos?

• La palabra de Jesús sobre el Reino de los cielos y de la conversión es apremiante ¿Cómo le respondemos? ¿Cómo nos impacta hoy? ¿En dónde encuentro el Reino de Dios? ¿Será cosa solamente del cielo?

• Jesús llama a sus primeros discípulos y ellos, respondiéndole, lo dejan todo y se van en pos de él… ¿Qué nos dice esto en nuestro compromiso cristiano? ¿En qué consiste eso de ser “pescadores de hombres”?

• ¿Qué hemos aprendido hoy de Jesús como evangelizador modelo? ¿Por qué nos gusta su pedagogía, es decir, su forma de enseñar? ¿En qué nos motiva esto?

ORAMOS

SeñorJesús:Aquímetienesparaservirteycolocaratuspieslalaborenqueestoyempeñado.

Túmeescogisteparasercatequista,paraseranunciadordetumensajealoshermanos.Mesientomuypequeñoeindigno,

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soyamenudoinconstante,peroséqueTúmenecesitas.Graciasporconfiarenmí,pequeñoservidortuyo.Estoyprontoacumplirestahermosatareaconsencillezymodestia,amoryfe.

Quieroserinstrumentotuyoparadespertarenmuchoshermanos:cariñoportupersona,confianzaentuspromesas,deseosdeseguirtecomodiscípulo.Bendicedíaadíamisesfuerzos;pontuspalabrasenmislabios,yhazque,encomuniónconmishermanos,puedacolaborarenextendertuReino.

SantaMaría,Madrenuestra,túqueseguistesiempreconfidelidadlashuellasdetuHijo,guíanosporesemismocamino.

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana asumiendo nuestra condición de profetas que adquirimos en el Bautismo. Por eso, el grupo escogerá un lema a la luz de la Palabra para la actividad parroquial propuesta y los medios para divulgarla. Para el próximo encuentro, cada participante traerá por escrito su experiencia de vivencia de la Palabra.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de un misionero con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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6“Y saludó a Isabel…”

María, la primera mujer catequista

EntróencasadeZacaríasysaludóaIsabel (Lucas 1,40).

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1) y llevar una imagen de la Virgen María en cualquiera de sus advocaciones. Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

Es una alegría el podernos encontrar de nuevo, en torno a la Palabra de Dios, en esta semana (o días), en que nos hemos venido reuniendo como comunidad. Hoy, el Evangelio nos hablará de María nuestra madre, modelo de catequista, la primera mujer en llevar a Jesús como Madre a

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Santa Isabel, su prima. La Virgen María como el mejor modelo de todo catequista que sabe llevar a Jesús, darlo a conocer y testimoniarlo. Que su ejemplo de servicio, nos ayude a nosotros, a hacer lo mismo, en nuestro trabajo evangelizador.

El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Cantamos y oramos para comenzar nuestra reunión (tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios).

NOS ESCUCHAMOS

Una joven catequista española, llamada Lidia López Serrano escribe el siguiente testimonio personal como catequista de primera comunión:

¡Hola!Esta es laprimeravezque colaboroenesteblogyno sési será la última… la colaboradora de este blog me pidió queescribieraunpost,paracontarmiexperienciadentrodenuestraparroquiacomojovencatequista.Yesqueahoramedoycuentadequenomehepresentado;mellamoLidia,tengo18añosysoycatequistaenlaparroquiadelaPresentacióndelaVirgen,desdehacetresaños.

Llegué allí por casualidad, bueno tampoco fue casualidadrealmente. Yo, junto con tres amigas más, quería recibir elSacramento de Confirmación y al hablarlo con el párroco, nosencomendóladifícilygratificantetareadesercatequistasparaniños de Primera Comunión, digo difícil, porque es una granresponsabilidadestaralfrentede12niños,eintentartransmitirlestodoloquealolargodemividamehaninculcado,yrecalcolapalabra GRATIFICANTE, porque es precioso volver cada lunesa nuestra sala y ver cómo recuerdan lo que vimos la semanapasada,teconmueveverquepocoapoco,tecogencariñoyqueun día tan especial, tanto para ellos como para sus familias,quieranagradecertequeleshayasacompañadodurantedosañosy egoístamenteme encanta encontrármelos por la calle, que seacuerdendemíymevenganaabrazaryesquesiempreseránmisniños,losprimeros.

Comohedichoantes llevo tresaños,elañopasadopormotivosacadémicostuvequedejarlacatequesisdePrimeraComunión,pero

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conmuchailusiónquisimosretomarelgrupodePostcomunión,y¿quédecirdemischicas?Cadadomingoveníanconunasonrisa,mecontabansusaventurassemanalesysussecretillos.Nosabéislocortoquesemehahechoesteaño,¡sontangraciosas!Ymuyresponsables, que todas ellas venían cada domingo sin faltar anuestracitasemanal.Yaveisquecuandohablodetodosmischicos,semellenalabocadehalagos,yesquepuedodecirquegraciasa ellos he madurado, y he encontrado mi verdadera vocación,porqueaquílaqueescribeesuna(ya)futuramaestra.

Sólomequedadarlasgraciasatodaslascatequistasque,pocoapococonmuchapaciencia,mefueronenseñandotodoloqueahorasé, gracias también a SergioMartínez por confiar en nosotrasparaesta importante tarea,ygraciasa toda la comunidadporacogernos como lo hizo, os estaremos siempre agradecidas.Firma: Lidia López Serrano (http://www.presentaciondelavirgen.com/2015/09/testimonio-de-catequista.html)

El grupo compartirá esta experiencia testimonial, respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Qué nos llama la atención de esta muchacha? ¿Cómo vive la experiencia de dar catequesis? ¿Qué supone esto para su fe? ¿Conocemos casos similares en nuestra parroquia?

El hecho de ser mujer y de que muchas de nuestras mujeres han sido y son catequistas en nuestras parroquias… ¿Qué significado tiene? ¿Qué les debemos a ellas en las tareas de la Iglesia? ¿Por qué?

Lidia tenía escasos 18 años, al iniciarse en la catequesis… María de Nazareth era una muchachita virgen, cuando fue llamada por Dios a ser la Madre de Jesús y, siendo jovencita, visita a su prima anciana Isabel… ¿Coincidencias? ¿Diferencias? ¿Qué significó para María dar este paso? ¿Qué significó para Lidia dar este paso también? ¿Podría existir un rasgo de madurez y de entrega de las dos jóvenes, a tan corta edad, tanto en la historia de salvación como en la catequesis? ¿Qué piensan al respecto?

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ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS (Lucas 1,39-45)Enaquellosdías,MaríapartióyfuesindemoraaunpueblodelamontañadeJudá.EntróenlacasadeZacaríasysaludóaIsabel.ApenasestaoyóelsaludodeMaría,elniñosaltódealegríaensuseno,eIsabel,llenadelEspírituSanto,exclamó:“¡Túeresbenditaentretodaslasmujeresybenditoeselfrutodetuvientre!¿Quiénsoyyo,paraquelamadredemiSeñorvengaavisitarme?Apenasoí tu saludo, el niño saltó dealegría enmi seno. Feliz de ti porhabercreídoquesecumpliráloquetefueanunciadodepartedelSeñor…”.

REFLEXIONAMOS EN TORNO A LA PALABRA DE DIOS

El conocido pasaje evangélico de la visita de María a su prima santa Isabel, que la Iglesia recuerda en el segundo misterio gozoso del Santo Rosario, forma parte del texto de Lucas 1,39-56. Allí se nos cuenta que ambas mujeres estaban embarazadas. María, de Jesús, e Isabel, de Juan el Bautista. Y sabemos, por el ángel Gabriel en el día de la anunciación, que María supo del embarazo de su prima Isabel, que “ellaestabadeseismeses,laquetodosteníanporestéril” (Lucas 1,36). Es por eso, que María se va presurosa a visitarla y se pone a su servicio.

Podemos observar las dos partes del texto de Lucas 1,39-56 (favor leerlo completo en sus Biblias): la primera, el encuentro de María e Isabel; la segunda, el cántico de María, fijándonos en los verbos y en sus protagonistas (en nuestro estudio solamente comentaremos la primera parte, no el Cántico del Magníficat). Y constatamos lo siguiente:

• Acerca de Isabel: ha sido capaz de interpretar la señal recibida de su hijo de que está en la presencia del Señor y, yendo más allá de las apariencias (lo que sus ojos “ven” en María es a su joven prima o pariente de Nazaret), su fe la proclama: “Madre de mi Señor, bendita y dichosa”. En su felicitación no usa la persona tú, sino la tercera persona: “Dichosa la que ha creído” y eso insinúa una situación de felicidad que puede repetirse en todos los que crean.

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• Acerca de María: es ella la que ha tomado la iniciativa de ponerse en camino (el verbo “levantarse” es el que se usa normalmente, en el Nuevo Testamento, para hablar de la resurrección, como vemos en Juan 2,28), y lo hace a toda prisa, indicándonos algo de su actitud interior de prontitud y disponibilidad. Su voz llena de Espíritu Santo a Isabel y hace que el niño Juan dé saltos de gozo en su seno. Se nos revela como Madre del Señor y como bendita (prolongación de las palabras del ángel en la Anunciación, ver Lucas 1,28), y dichosa (anticipación de la proclamación de las bienaventuranzas). Estos títulos aluden a aspectos más profundos y receptivos que el de sus acciones y nos anuncian que su identidad más profunda, consiste en su relación con Dios y su fe en Él: la Madre del Señor tiene también como nombre: “laquehacreído” (v.45).

• En la segunda parte (Lucas 1.46-55), el cántico nos hace comprender que la alegría y la alabanza de María, nacen de saberse mirada por el Señor, por eso es capaz de ponerse a contemplar el mundo con su misma mirada. Es Él quien hace cosas grandes y a ella no le queda más que “engrandecerle”, y dejarle a Él todo el espacio y todo el protagonismo (vv.47-48).

• Acerca de Dios: aparece dos veces como sujeto del verbo prometer; en el cántico recibe estos títulos: “Señor”, “Salvador”, “Santo”, “Poderoso” y se hace referencia dos veces a su misericordia (vv.47.49-50.54) Sus acciones nos revelan algo de sus “costumbres y preferencias”, las mismas que contemplaremos en Jesús a lo largo de todo el Evangelio.

PROFUNDIZAMOS EN LA PALABRA DE DIOS

Desde este texto ¿en qué sentido María es la primera mujer catequista, si no la vemos como su Hijo Jesús, los apóstoles y los demás colaboradores del Nuevo Testamento, anunciando la palabra de Dios o ejerciendo un ministerio o apostolado?. El papa emérito Benedicto XVI en la Carta Encíclica Verbum Domini (La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia), nos lo enseña con precisión:

EsnecesarioayudaralosfielesadescubrirdeunamaneramásperfectaelvínculoentreMaríadeNazaretylaescucha

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creyentedelaPalabradivina…Efectivamente,todoloquelainteligenciadelafehatratadoconrelaciónaMaría,seencuentraenelcentromásíntimodelaverdadcristiana.Enrealidad,nosepuedepensarenlaencarnacióndelVerbosintenerencuentalalibertaddeestajovenmujer,queconsuconsentimientocooperademododecisivoalaentradadelEternoeneltiempo.EllaeslafiguradelaIglesiaalaescuchade laPalabradeDios,queenellasehacecarne.María es también símbolo de la apertura aDios y a losdemás;escuchaactiva,queinterioriza,asimila,yenlaquelaPalabraseconvierteenformadevida.

… En esta circunstancia, deseo llamar la atención sobrela familiaridad de María con la Palabra de Dios. EstoresplandececonparticularbrilloenelMagníficat.Enciertosentido,aquísevecómoellase identificaconlaPalabra,entraenella;enestemaravillosocánticodefe, laVirgenalabaalSeñorconsumismaPalabra:“ElMagníficat–unretrato de su alma, por decirlo así– está completamentetejidoporloshilostomadosdelaSagradaEscritura,delaPalabradeDios.

…Así se pone de relieve que la Palabra de Dios esverdaderamentesupropiacasa,delacualsaleyentracontodanaturalidad.HablaypiensaconlaPalabradeDios;laPalabradeDiosseconvierteenpalabrasuya,ysupalabranace de la Palabra de Dios. Así se pone de manifiesto,además, que sus pensamientos están en sintonía con elpensamientodeDios,quesuquereresunquererconDios.Al estar íntimamente penetrada por la Palabra deDios,puedeconvertirseenmadredelaPalabraencarnada…”(cf. VD 27.28).

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN EN LA COMUNIDAD

María vive la vocación más alta como mujer de la Palabra, que la hace suya, la asume como parte esencial de su vida y de su ministerio catequístico.

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Llevar a Jesús a los demás, como lo hizo María, desde su seno a Isabel y al darlo a nosotros, como don de Dios, nos da un profundo sentido de que María es la primera discípula misionera del Nuevo Testamento y modelo para nosotros.

Ahora bien, ¿en qué sentido María es modelo de discípula misionera para todos nosotros? Porque ella es la primera catequista, la anunciadora del misterio (Lucas 1,39-40). Con su actitud de apertura y meditación de la Palabra que Dios le ha dirigido, sale después de haber escuchado la Palabra y de haberla recibido en su corazón, hasta convertirse en “carnedesucarne” ( Juan 1,14).

LaVirgendeNazarettuvounamisiónúnicaenlahistoriade salvación, concibiendo, educando y acompañadoa suhijohastasusacrificiodefinitivo.DesdelacruzJesucristoconfióasusdiscípulos,representadosporJuan,eldondelamaternidaddeMaría,quebrotadirectamentedelahorapascualdeCristo:“Ydesdeaquelmomentoeldiscípulolarecibiócomosuya”( Jn 19, 27) (DAp 267).

María hace experiencia de un proceso catequístico que supone una escucha de la Palabra, en el contexto en que ésta resuena, en este caso en la maternidad de estas dos mujeres y en relación a ese encuentro (Lucas 1,40), la Palabra viene a iluminar, a mostrar un camino y después de ser recibida y escuchada, es celebrada (Lucas 1,46). La Palabra recibida es proclamada, la Palabra proclamada en el encuentro donde viene a iluminar termina por ser celebrada, como lo hace María: “MialmacantalagrandezadelSeñorymiespíritusealegraenDiosmisalvador,porquehamiradolahumildaddesuesclava” (Lucas 1,47-48).

María es modelo del anuncio de la Palabra, llega a anunciarla, como debemos hacer todos los agentes evangelizadores. De allí que la vocación es el llamado personal a anunciar la Palabra, la presencia del Espíritu y el don profético que se encierra en este ministerio eclesial. María es la primera discípula misionera y para serlo muestra el camino: el de la escucha de la Palabra, el de la reflexión desde la escucha y desde los acontecimientos que la rodean, el anuncio de la Palabra y la celebración del misterio que se ilumina (oración, liturgia, sacramentos, Eucaristía).

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María enseña que hemos de cultivar la actitud de escucha de la Palabra, la actitud de discernimiento, dejarse llevar por ella y celebrar lo que la Palabra ofrece a los discípulos misioneros. Ella es modelo de la fe como un don de Dios y la Iglesia venera en ella la realización más pura de la fe.

María con su fe llega a ser el primer miembro de lacomunidadde los creyentes enCristo, y también sehacecolaboradoraenelrenacimientoespiritualdelosdiscípulos(DAp 266).

En ese sentido, ella es modelo y maestra en esas dimensiones que brotan de sus mismas actitudes, ante la Palabra que interioriza y transmite, como la contemplamos en relación con la vida, la persona y los acontecimientos en torno a Jesús, su Hijo. “A la Virgen María, que vio a su Hijo Jesús ‘crecer en sabiduría, edad y gracia’ (Lucas 2,52).

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• Este segundo misterio gozoso del Rosario, de la visita de María a Isabel ¿qué nos presenta en su dimensión más profunda? Es encuentro pero ¿de quiénes en ese momento?

• ¿Cuáles son las actitudes más llamativas de María dentro del texto? ¿Qué hace, dice y exclama Isabel? ¿Cuáles son sus sentimientos? ¿Qué significado puede tener el natural “movimiento” del niño Juan, en el seno de María? Ver también, al respecto, lo que hace el rey David ante el arca de la alianza (que aquí es María), en 2 Samuel 6,5.14-16.

• La Virgen María no ejerció ningún apostolado, a ella no se le encargó la enseñanza en los primeros años de la Iglesia, pero es modelo perfecto de discípula misionera ¿en qué sentido? ¿Cuál es su grandeza como discípula de su Hijo? ¿Cómo es modelo de todo discípulo misionero que lleva a Jesús y transmite sus enseñanzas?

• Isabel, cuando saludó a su joven prima, “llenadelEspírituSanto”, intuye el misterio que actúa en ella, por eso exclama: “feliz túquecreíste, porque sin duda se cumplirá lo que te prometió elSeñor” (v. 45) ¿Qué tiene que ver esto con nuestro servicio en la comunidad, como acto y proceso de fe? ¿En qué nos enriquece la fe de María?

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• Cuando, ya en la vida pública de Jesús, una mujer alaba a su madre, Jesús hace de ella la más hermosa alabanza: “Feliceslosqueescuchanla palabra de Dios y la practican” (Lucas 11,27-28), eco de aquella otra frase con la que precisó cuál era en realidad la primacía de su madre: “PorquetodoelquehacelavoluntaddeDios,éseesmihermano,mihermanaymimadre” (Marcos 3, 35) ¿Qué importancia tiene la presencia de María discípula, en nuestra de vida de fe comunitaria, para nuestro crecimiento?

• María, como todo creyente, ha debido recorrer el camino de la fe. Así en Caná de Galilea, la confianza en su Hijo Jesús se manifiesta en las palabras, las últimas, que cita el Nuevo Testamento: “Haganloqueéllesdiga” ( Juan 2, 5) ¿Cómo nos ayuda en nuestro caminar de la fe, en los momentos de luces y los momentos de sombras?

• ¿Qué hemos de hacer para que, como ella, nos convirtamos en auténticos evangelizadores dentro de la comunidad cristiana?

ORAMOS (con el corazón y los sentimientos de María en Lucas 1,46-55)

Maríadijoentonces:

“MialmacantalagrandezadelSeñorymiespírituseestremecedegozoenDios,misalvador,porqueélmiróconbondadlapequeñezdesuservidora.Enadelantetodaslasgeneracionesmellamaránfeliz,porqueelTodopoderosohehechoenmígrandescosas:¡suNombreessanto!

Sumisericordiaseextiendedegeneraciónengeneración,sobreaquellosquelotemen.Desplególafuerzadesubrazo,dispersóalossoberbiosdecorazón.Derribóalospoderososdesutronoyelevóaloshumildes.Colmódebienesaloshambrientosydespidióalosricosconlasmanosvacías.

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SocorrióaIsrael,suservidor,acordándosedesumisericordia,comolohabíaprometidoanuestrospadres,enfavordeAbrahamydesudescendenciaparasiempre”

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana de tomar la iniciativa para ponerse en el camino de la evangelización. Por eso, el grupo pondrá en marcha la logística de la actividad parroquial propuesta. Para el próximo encuentro, cada participante traerá por escrito la elaboración personal de su Magnificat.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de María con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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7“Tú eres Pedro”

Pedro, el catequista que edifica

TúeresPedroysobreestapiedraedificarémiIglesia (Mt 16,18)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

BienvenidosaestesétimoencuentroconlaPalabradeDiosyconloshermanos.Hemosdesentirnosfelices,enestasemana(oMes),de la Biblia, pues el Señor nos alimenta con su Palabra y, pormediodeella,edificaanuestracomunidad.

El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Dispongámonos,pues,ameditaryavivirsusenseñanzas.

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NOS ESCUCHAMOS

El grupo comentará ampliamente las siguientes ideas acerca de la importancia de una buena construcción, antes de escuchar y meditar el texto bíblico:

• De la solidez de la construcción de una casa depende sudurabilidadytambiénlaseguridaddelosquehabitanenella.

• Una edificación sólida tiene la capacidad de resistir, depermanecer, de soportar la fuerza de los temblores, de losvientos, de la lluvia, de las inundaciones, pueden arremetercontra ella pero no se derrumbará, porque está construidasólidamente.

• Hayalgoquetenemosquetenerclaro:lascatástrofesnaturalesnopuedenserevitadas,perosipodemosestarprevenidos,nopodemos evitar que llueva, no podemos evitar que tiemble,no podemos evitar que hayan huracanes, pero si podemosprepararnosparaquenonosdañen.

• Laclaveparaprepararsesellamaprevención,ylaprevenciónesprepararconanticipaciónlonecesarioparaevitarlosdaños,esdecirqueunaedificaciónnoselepuededarsolidezduranteeltemblor,duranteelhuracánodurantelainundación,puesesosetienequehacerantes.

• Cuandonohayprevenciónhayvulnerabilidad,esdecirelriesgodesufrirdaños,cuandounaedificaciónestámalconstruidaesvulnerableacaerse,esvulnerableahundirse,etc.

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS (Hechos 1, 15-17. 20-26)Unodeesosdías,Pedrosepusodepieenmediodeloshermanos–losqueestabanreunidoseranalrededordecientoveintepersonas–ydijo:“Hermanos,eranecesarioquesecumplieralaEscrituraenlaqueelEspírituSanto,porbocadeDavid,habladeJudas,quefueeljefedelosqueapresaronaJesús.Éleraunodelosnuestrosyhabíarecibidosuparteennuestroministerio…EnellibrodelosSalmosestáescrito:‘Quesucasaquededesiertaynadielahabite’.Ymásadelante:‘Queotroocupesucargo’.Esnecesarioqueuno

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delosquehanestadoennuestracompañíadurantetodoeltiempoque el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismode Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto connosotrostestigodesuresurrección”.

Sepropusierondos:José, llamadoBarsabás,desobrenombreelJusto,yMatías.Yoraronasí:“Señor,túqueconocesloscorazonesdetodos,muéstranosacuáldelosdoselegisteparadesempeñarelministeriodelapostolado,dejadoporJudasalirseallugarquelecorrespondía”.

Echaronsuertes,ylaeleccióncayósobreMatías,quefueagregadoalosonceApóstoles.

REFLEXIONAMOS EN TORNO A LA PALABRA

El relato de la elección de Matías como nuevo apóstol y la recomposición del grupo de los Doce, comienza con una composición de lugar: tiempo y actores: “uno de esos días” (después de la ascensión de Jesús al cielo y antes del acontecimiento de Pentecostés); Pedro y la asamblea de hermanos, compuesta por ciento veinte, reunida allí con un mismo propósito.

En el presente texto, omitimos a propósito los versículos 18 al 19 que cuentan, de forma truculenta y un poco desagradable, pero distinta a la que conocemos, el final de Judas, en relación con el conocido texto de Mateo 27,3-10. Los textos que cita Pedro, aquí en el libro de los Hechos, no aluden a la traición y muerte de Judas, sino a la necesidad de elegir a alguien que lo sustituya. De allí que su argumento lo apoya en dos citas de la Escritura, especialmente de los salmos: el salmo 69,26 y el salmo 109,8 que, acomodados a su intención, de que alguien debe ocupar cuanto antes, el puesto vacante de Judas.

Seguidamente, Pedro pone las condiciones para lograrlo: primero que sea varón, uno de los discípulos que estuvieron con Jesús desde el día de su bautismo hasta el día de su ascensión al cielo. Con estas dos condiciones, si se cumplen, podrá ser agregado al número de los doce apóstoles y ser constituido “testigo con nosotros de su resurrección”.

Luego, la asamblea presenta dos candidatos con las condiciones estipuladas: José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo y Matías.

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El modo de elegirlos consistió en orar en común y en “echar suertes”, recayendo en Matías. Las suertes eran una forma arcaica, propia del pueblo de Israel, en discernir la voluntad de Dios (ver Éxodo 33,7; 1 Samuel 14,41; Levitico 1,9).

Como vemos en esta elección del nuevo apóstol Matías, el papel de Pedro es relevante. Es el primero que manifiesta la primera iniciativa en los Hechos de los Apóstoles. Esto supone reconocer en él una función y un lugar especial, en la primitiva comunidad cristiana.

PROFUNDIZAMOS

Dentro del grupo de los Doce, Pedro destaca entre ellos ocupando un puesto de presidencia y de guía. Y en comunión con ellos, dirige la elección de Matías (Hechos 1,15-26). Es portavoz de los discípulos en el acontecimiento de Pentecostés (Hechos 2,14-41), predica con ocasión de la curación del cojo (Hechos 3,12-26), se dirige ante los ancianos y escribas que lo llaman a juicio junto con Juan (Hechos 4,8-12), es juez en el caso de Ananías y Safira (Hechos 5,1-6), y en el de Simón el Mago (Hechos 8,20-24). Él decide bautizar al centurión romano Cornelio (Hechos 10,34-48) y Pablo, después de su conversión, va a visitarlo a Jerusalén, ya que de él dependía que lo acogieran en la comunidad cristiana.

Como sabemos, era pescador y se llamaba Simón. Jesús le cambió el nombre por Cefas (Mateo 16,18; Juan 1,42) que significa “roca”, “piedra”. Por la gracia de este nuevo nombre, Simón Pedro participa de la solidez duradera y de la fidelidad inquebrantable de Yahvé y de su Mesías. Esto explica su misión excepcional.

En el conocido texto de Mateo 16,18-19, Pedro aparece aquí como nuevo Abrahan y cantera, de la que se sacan piedras vivas (Isaías 51,1-2; Mateo 3,9). Es el fundamento sobre el que Cristo edifica su comunidad de salvación, y recibe una misión de la que todo el pueblo de Dios debe beneficiarse. Contra las fuerzas del mal, que son los poderes de la muerte, se asegura la victoria a la Iglesia constituida sobre Pedro. Por eso, a Pedro, que reconoció en Jesús al Hijo de Dios vivo, se le confía la misión suprema de reunir a los fieles en una comunidad, en la que reciben la vida bienaventurada y eterna. El texto de Mateo 16,18-19 afirma que Pedro es

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la piedra sobre la cual Jesús edifica la Iglesia, cuya base es Cristo, Piedra Angular, el único y verdadero fundamento de la Iglesia.

El texto habla de “edificar” la Iglesia, de “construir” la Iglesia. Tarea que realiza el Señor Jesucristo, en primer lugar. Una Iglesia que se “construye” sobre Pedro, sobre cuya base su Fundador la edifica, como nuevo Israel. Pero también Pedro tiene como papel edificarla y construirla, en la medida en que, como Pablo y los demás apóstoles, se dan a la tarea de implantarla y consolidarla, gracias a su ministerio pastoral y a su predicación, como vemos en los textos bíblicos mencionados. En ese sentido, es modelo de todo discípulo misionero que edifica la comunidad y que ésta sea edificada por la evangelización.

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN DENTRO DE LA COMUNIDAD

En el Documento de Puebla se afirma lo siguiente:

Laobraevangelizadoraqueserealizaenlacatequesis,exigela comunión de todos: pide ausencia de divisiones y quelaspersonasseencuentrenenunafeadultayenunamorevangélicoUnadelasmetasdelacatequesisesprecisamentelaconstruccióndelacomunidad…Seexigelacolaboraciónde todos losmiembrosde lacomunidadeclesial, cadaunosegúnsuministerioycarisma.Sineludirresponsabilidadesapostólicas y misioneras para que, en la catequesis, laIglesia edifique a la Iglesia. La Iglesia es constantementeevangelizadayevangelizadora (cf. D P 992-993).

Todos estamos llamados, en ese sentido, a edificar la Iglesia, comenzando con la “Iglesia doméstica”, que es la familia; la comunidad cristiana donde vivimos, que puede ser la parroquia o la filial de la misma, el sector, la pequeña comunidad en la que participamos o en la que servimos, de una u otra forma. Y, en ello, el papel de la catequesis es fundamental, como nos enseña el Documento de Puebla.

Muchos de los cristianos de Costa Rica, todavía recordamos con alegría y nostalgia, la visita del papa san Juan Pablo II, en marzo del año 1983, que tanto bien hizo a nuestra patria y a los países de Centro América

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que visitó. Quiso “edificar” nuestra Iglesia, con su palabra, sus gestos, sus enseñanzas tan precisas y sus celebraciones litúrgicas, así como el contacto con nuestro pueblo, que supo agradecer y corresponder a su presencia de pastor solícito. Todo lo que dijo, resuena aún en nuestros oídos y lo guardamos en la mente y en el corazón. En ese sentido de edificar la Iglesia, recordamos sus palabras en Costa Rica, en su bella homilía en La Sabana, el día 3 de marzo de 1983 (Amor a la Iglesia), al decirnos, entre otras cosas, lo siguiente:

Peronadiepuededecir:laIglesia,susantidad,sumisiónenelmundo,sucultoaDios,nosoncosamía.Atodosnoscorresponde, Obispos, Sacerdotes, Religiosos, Religiosas,Laicos, cada uno en su lugar, edifiCar la iglesia, omejor,servir de instrumentos activos al Señor que la construyepor su Espíritu (Efesios 2,20-22). Y ¿cómo se construye laIglesia?...ConstruyenlaIglesia,quienesejercenfielmentelos ministerios y servicios que les confían sus Obispos.Pienso en los Catequistas, los ministros extraordinariosde la Eucaristía, en los delegados de la Palabra, en losquepreparanasushermanosparaladignarecepcióndelos sacramentosy losque sedesempeñanen losdiversosmovimientosdeapostolado… (n° 5.6 de su homilía).

San Juan Pablo II menciona también a otros actores y agentes de la evangelización. Nos detenemos en los discípulos misioneros y en aquellos que, como él enseña, llevando a cabo su ministerio laical, construyen a la Iglesia de Dios. Su enseñanza no ha pasado, sigue siendo actual en nuestra realidad de “constructores de Iglesia o de comunidad”.

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• ¿Qué estaba sucediendo en la comunidad cristiana, que daba sus primeros pasos allá en Jerusalén? ¿Cuál es la preocupación de Pedro, en relación con el grupo de los apóstoles? ¿Qué dice Pedro en su discurso? ¿Hay una condena de Judas Iscariote en este texto? ¿A quién consulta para la elección del nuevo apóstol? ¿Cuáles elementos entran en juego para lograrlo? ¿Quién queda como nuevo apóstol?

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• ¿Qué más llama la atención de la postura de Pedro? ¿Qué dice esto de él? ¿Qué nos enseña a nosotros, en cuanto a su persona y ministerio? ¿En qué sentido Pedro “edifica” a la Iglesia naciente? Según el texto de Mateo 16,18 ¿en qué consiste su ministerio y papel de la Iglesia?

• ¿Es nuestra catequesis, simplemente, algo preparatorio a los sacramentos, algo así como “un curso”, o es, como tendría que ser, un proceso que la integra en los planes pastorales diocesanos o parroquiales? ¿Cooperan los sacerdotes y catequistas, para que esto se haga realidad? ¿Notamos el vínculo entre catequesis, sacramentos y liturgia en nuestra parroquia o no lo notamos?

• Repasando el párrafo anterior que citamos de las OrientacionesparalaCatequesisdeCostaRica y analizándolo, “discernir” con él la evangelización de nuestra comunidad: si se hace este servicio, si no se hace y por qué, qué le falta, en qué debe enriquecerse… para hablar, entonces, de una evangelización que edifica a la comunidad.

• San Juan Pablo II, en su homilía en La Sabana, hablaba de “edificar la Iglesia” ¿Cómo lo estamos haciendo, entre nosotros, desde aquel memorable día de su visita? ¿Realmente hemos asumido sus enseñanzas y orientaciones o se han quedado en el nivel de lo anecdótico o de un bello recuerdo? ¿En qué nos interpela y a qué nos invita?

• ¿Qué he aprendido hoy del texto del libro de los Hechos? ¿Cómo llevarlo a la práctica en nuestras decisiones? ¿En qué medida me anima al compromiso?

ORAMOS por nuestros catequistas

Diosdeamor,Creadordetodaslascosas,nosllamasaestarenrelacióncontigoyconlosdemás.

Teagradecemosporllamaraloscatequistas,evangelizadoresytestigosdetuPalabra,porlaoportunidaddecompartirconlosdemásloqueleshasdado.

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Quetodosaquellosconquienescompareneldondelafeencuentrenlasmanerasenqueestáspresenteentodaslascosas.

Quelleguenaconocerteati,elúnicoverdaderoDios,yaJesucristo,quienhasenviado.QuelagraciadelEspírituSantoguíesuscorazonesysuslabios,paraquepermanezcaconstanteenamoryalabanzaporti.

QueseantestigosdelEvangelioyministrosdetuverdad.Quetodassuspalabrasyaccionesreflejentuamor.Amén.

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana de edificar la Iglesia desde su misión evangelizadora. Por eso, el grupo construirá la presentación formal de la actividad parroquial propuesta al consejo pastoral y el párroco. Para el próximo encuentro, cada participante traerá por escrito aquellas actitudes y acciones con las que ha contribuido a la edificación del Reino de Dios.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de una roca con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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8“Saulo… ¿por qué me persigues?”

Pablo, el catequista misionero

“Telibrarédelosjudíosydelasnacionespaganas.

Aellasteenvío…”

(Hch 26,17)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con el canto “Id amigos” (o “Sois la semilla”) o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

Bienvenidosseantodosustedes,hermanos,aesteencuentroconlaPalabradeDios,quesenosproclamaráparanuestrameditacióny vivencia, en este cuarto encuentro de hermanos. Ya estamosfinalizando estos días de reflexión y celebración, dentro de lasemana(oMes)delaBiblia,enelmarcodelcincuentaaniversariodelaComisiónNacionaldeCatequesis,yhoyqueremosescuchar,dellibrodelosHechosdelosApóstoles,lanarraciónqueSanLucas

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hadejadodelavocacióndelgranmisioneroyapóstolsanPablo,comomodeloparaunacatequesisdeestilomisioneroyparatododiscípulo misionero, que anuncie, como él, la Buena Nueva deJesucristo.

El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

Por eso, con la procesión de la Biblia y el canto, comenzamosnuestroencuentrodehoy.

Tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios.

NOS ESCUCHAMOS

Uno de los documentos más significativos y orientadores del quehacer evangelizador y misionero de la Iglesia, es el de Aparecida, de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe y cuyo título lo dice todo: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblo en Él tengan vida”, pues como en su momento decía Su Santidad el papa emérito Benedicto XVI, “la Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamado a ser discípulosymisioneros de Jesucristo (cf. Discurso Inaugural, 3).

En este documento se ofrecen orientaciones teológicas y pastorales para lograrlo. En el capítulo 6 se pueden leer con detenimiento “El itinerario formativo de los discípulos misioneros”, del que queremos reflexionar lo siguiente:

SonmuchosloscreyentesquenoparticipanenlaEucaristíadominical,nirecibenconregularidadlossacramentos,niseinsertanactivamenteenlacomunidadeclesial.Sinolvidarla importancia de la familia en la iniciación cristiana,este fenómeno nos interpela profundamente a imaginaryorganizarnuevasformasdeacercamientoaellos,paraayudarlesavalorarelsentidodelavidasacramental,delaparticipacióncomunitariaydelcompromisociudadano.Tenemos un alto porcentaje de católicos, sin concienciadesumisióndesersaly fermentoenelmundo,conunaidentidadcristianadébilyvulnerable.

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Estoconstituyeungrandesafío,quecuestionaa fondo lamaneracomoestamoseducandoen la feycómoestamosalimentandolavivenciacristiana;undesafíoquedebemosafrontar con decisión, con valentía y creatividad, ya queenmuchas partes la iniciación cristiana ha sido pobre ofragmentada.Oeducamosenlafe,poniendorealmenteencontactoconJesucristoeinvitandoasuseguimiento,onocumpliremosnuestramisiónevangelizadora.Seimponelatareairrenunciabledeofrecerunamodalidadoperativadeiniciacióncristiana,queademásdemarcarelqué,détambiénelementosparaelquién,elcómoyeldóndeserealiza.Asíasumiremos el desafío de unanueva evangelización, a laquehemossidoreiteradamenteconvocados.

En nuestro país atendiendo los lineamientos eclesiales latinoamericanos se ha propuesto el proceso evangelizador estructurado en tres acciones, cada una con las siguientes características:

1. la aCCión misioneraparalosnocreyenteseindiferentesreligiosos(cfr DGC 49); que requiere un testimonio cristiano de losevangelizadores,manifestando un acercamiento con alegríaalaspersonasounaacogidacálidaalosqueseacercan;uninterésporlosproblemasquelesaquejanconeldeseodedarrespuestaasusanhelosyasusdudas,asusinquietudesyasusfracasosyalaprácticadeunacaridadsincera.ElejecentraldeestaetapaeslaproclamacióndelKerigma (OCCR 76).

2. la aCCión CatequétiCo-iniCiatoria para los que optan por laBuena Noticia y necesitan completar o reestructurar suiniciacióncristiana(cfr DGC 49);quiénsehaconvertidoaDiosyhaaceptadolafeenJesucristo(ambasdeformainicial)esintroducidoalavidadelafe,pormediacióndelacatequesis,laparticipaciónenlossacramentos,loscomportamientomoralesyeltestimonioquebrotadesuincorporación.Lacatequesispromueveyhacemadurar la fey laconversión inicialy lasreaviva permanentemente. También asegura la adhesión aJesucristoyloincorporaalacomunidadcristiana (OCCR 77).

3. la aCCión pastoral para quienes ya maduros en la fe seincorporanenlacomunidadcristiana(cfr DGC 49);vadirigidaa los cristianos ya iniciados en los elementos básicos, que

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necesitan alimentar, madurar y educar permanentementesufeprofesadaalolargodelavida.Enlacelebracióndelostres sacramentos de iniciación, parte de la etapa anterior,loscreyentessonalimentadosycapacitadosporlafuerzadelEspírituSantopara formar comunidad,acogiendoen ellaatodossinexcepciónyparairaimpregnardelEvangeliolavidacotidiana.Poreso,elejecentraldeestaetapaes laatenciónpastoral que revitaliza permanentemente a la comunidadcristiana(OCCR 79).

Pensemos: ¿Esto está pasando en nuestras parroquias? ¿Por qué? ¿A qué se debe? ¿Qué sucede con nuestras familias? ¿En qué se ha fallado en cuanto a la evangelización? ¿Qué conocemos acerca del proceso evangelizador? ¿Se está impartiendo en nuestra parroquia? ¿Conocemos las distintas acciones que lo componen: misionera, catequético-iniciatoria y pastoral? ¿Sabemos distinguirlas en el quehacer de nuestra comunidad parroquial? ¿Cuál vendría a ser, en este sentido, nuestro papel como discípulos misioneros?

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS (Hechos 26,9-18)Yo,pormiparte, considerabaquedebíacombatirpor todos losmedioselnombredeJesúsdeNazaret.AsílohiceenJerusalén:yomismoencarceléaungrannúmerodesantosconlaautorizaciónde los sumos sacerdotes, y cuando se los condenaba a muerte,mivotoerafavorable.Recorríafrecuentementelassinagogas,yloscastigabaparaobligarlosarenegardesu fe.Llenoderabiacontraellos,losperseguíahastaenlasciudadesextranjeras.Unavez, cuandomedirigía aDamasco conplenos poderes y con laordendelossumossacerdotes,enelcamino,haciaelmediodía,viunaluzmásbrillantequeelsol,queveníadelcieloymeenvolvíaamíyalosquemeacompañaban.

Todoscaímosentierra,yyooíunavozquemedecíaenhebreo:“Saulo, Saulo, ¿por quéme persigues? Te lastimas al dar cocescontraelaguijón”.Yorespondí:“¿Quiéneres,Señor?”.Ymedijo:“SoyJesús,aquientúpersigues.Levántateypermanecedepie,porquemeheaparecidoatiparahacerteministroytestigodelas

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cosasquehasvistoydeaquellasenqueyomemanifestaréati.Telibraréde los judíosyde lasnacionespaganas.Aellasteenvío,paraque lesabras losojos,y seconviertande las tinieblasa laluzydelimperiodeSatanásalverdaderoDios,yporlafeenmí,obtenganelperdóndelospecadosysuparteenlaherenciadelossantos”.

REFLEXIONAMOS EN TORNO A LA PALABRA DE DIOS

El libro de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 9), nos cuenta un acontecimiento fundamental para la vida de san Pablo y para la primitiva Iglesia: su conversión. Saulo, judío y fariseo, pasa de ser el perseguidor de los cristianos, a ser san Pablo, el Apóstol de los paganos o gentiles. El mismo Pablo nos cuenta ese “momento” importante en Gálatas 1,13-17, así como también en Hechos 22,6-16 ante los judíos de Jerusalén y ante el rey Agripa en Hechos 26,12-18, que es el texto que estamos presentando.

Como veremos, aquí el mensaje de Jesús Resucitado a Saulo (luego san Pablo), tiene como sentido último, no la “conversión”, sino su vocación y misión (vv.16-18), al estilo de los relatos de vocación del Antiguo Testamento (ver alguno de los encuentros, de Moisés, Isaías, Jeremías o Ezequiel, que hemos meditado en estos días). En el presente texto, el discurso de Jesús presenta cuatro elementos claves, a saber:

• La orden de levantarse y ponerse en pie, pues Pablo había sido derribado por tierra, por la luz de Cristo.

• Jesús se le aparece a Pablo como garante y testigo de lo que ha visto en Él, como el Señor Resucitado y de lo que verá, cuando se le aparezca en el futuro. La experiencia de Jesús resucitado es fundamental en el testigo (ver 1 Corintios 9,1; 15,5-7). En ésta se basa la autoridad y legitimidad de Pablo.

• Para cumplir su misión debe ser liberado (rescatado) del pueblo judío y de los pueblos gentiles a donde irá… El verbo “liberar” tiene aquí muchas resonancias: conocer, consagrar, constituir (ver Jeremías 1,4-8), pero también proteger de peligros, liberar de enemigos y no tener miedo.

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• La misión de Pablo que vemos en el texto, consiste en abrir los ojos, sacar de las tinieblas a la luz, pasar del poder de Satanás al poder de Dios, otorgar la remisión de los pecados para participar en la herencia de los santos (v.18).

Si comparamos los tres relatos de su vocación, en este último vemos algunas diferencias con respecto a los anteriores: Pablo no menciona la ceguera, ni la curación reciba por Ananías ni la fuga de Damasco. Su conversión se transforma en vocación, al estilo de las llamadas de Dios a los profetas (ver Isaías 42,7; 61,1). Sin embargo, su testimonio es el mismo: Jesús, el primer resucitado de entre los muertos, que es ahora luz universal para judíos y paganos. Así es como termina este último y bellísimo discurso de Pablo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

PROFUNDIZAMOS EN TORNO A LA PALABRA

Nos encontramos ante el último discurso de Pablo, en forma de apología (defensa) ante el rey Agripa, en el cual le cuenta su encuentro con Cristo en el camino de Damasco, que conocemos por Hechos 9,3-18 y 22,6-16. Pablo, en todo este discurso, da a entender su “fidelidad” a Dios, que lo lleva a perseguir el nombre de Jesús (aquí san Lucas “recarga las tintas” sobre la forma en que actuaba el perseguidor). Pero una Luz y una Palabra interrumpen súbitamente la vida de Pablo, el cual encuentra a Jesús en sus propias víctimas.

Él había sido fiel a Dios como fariseo y judío ejemplar, pero esta misma fidelidad lo lleva ahora a contradecir, lo que él creía ser un designio divino (v.14). Pero, convertido, había procedido fiel a su misión como misionero, en Damasco, Jerusalén y Judea, así como entre los gentiles, Pablo afirma que “lesprediquéqueeranecesarioarrepentirseyconvertirseaDios,manifestandosuconversiónconobras” (vv.19-20). De manera que Pablo nos ha contado, una vez más, la historia de su conversión, de cómo pasó de ser un perseguidor a creer en Jesús (vv.9-15).

Por eso, subraya que, en el momento de su conversión, Jesús le encargó que se dedicara a su propio pueblo y a los gentiles (ver Gálatas 1,16), para que, en términos que recuerdan la liturgia bautismal, pudieran volver de las tinieblas a la luz, de Satán a Dios (v.v. 16-18; ver también Isaías

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42,6-7.16). Desde aquel día se convirtió en misionero y modelo de todo discípulo misionero. Fue un gran teólogo que profundizó en el misterio de Jesús y plasmó un retrato grandioso de su importancia para toda la humanidad. Predicó incansablemente a Jesús crucificado y resucitado, convencido de que Dios guiaba su vida, como apóstol de los paganos.

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN EN LA COMUNIDAD

En el nuevo paradigma de iniciación a la vida cristiana, hemos de comprender que el proceso evangelizador está constituido por tres acciones: misionera, catequético-iniciatoria y pastoral, y en esta dinámica es como somos enviados a cumplir nuestra misión en acciones concretas en la comunidad parroquial, en donde nos enfrentamos a los desafíos de hoy, acompañamos a los demás y nos desgastamos, cayendo en muchas ocasiones en activismo, la rutina en el cumplimiento de nuestra misión o dejándonos llevar por las “tentaciones” que entorpecen el avance del proceso evangelizador.

Al respecto, el papa Francisco nos llama la atención en algunos como: Sí al desafío de una espiritualidad misionera, No a la acedia egoísta, No al pesimismo estéril, No a la mundanidad espiritual, No a la guerra entre nosotros y otros desafíos eclesiales como la participación de la mujer, atención a la pastoral juvenil, las vocaciones sacerdotales, entre otros:

DentrodelPueblodeDiosyenlasdistintascomunidades,¡cuántas guerras! En el barrio, en el puesto de trabajo,¡cuántas guerras por envidias y celos, también entrecristianos! La mundanidad espiritual lleva a algunoscristianos a estar en guerra con otros cristianos que seinterponen en su búsqueda de poder, prestigio, placer oseguridadeconómica.Además,algunosdejandevivirunapertenenciacordialalaIglesiaporalimentarunespíritude«internas».MásqueperteneceralaIglesiatoda,consuricadiversidad,pertenecenatalocualgrupoquesesientediferenteoespecial.

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Elmundo está laceradopor lasguerrasy la violencia, oheridoporundifusoindividualismoquedividealossereshumanosylosenfrentaunoscontraotrosenposdelpropiobienestar. En diversos países resurgen enfrentamientosy viejas divisiones que se creían en parte superadas.A los cristianos de todas las comunidades del mundo,quiero pediros especialmente un testimonio de comuniónfraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Quetodospuedanadmirarcómooscuidáisunosaotros,cómoosdaisalientomutuamentey cómoosacompañáis:«Enestoreconoceránquesoismisdiscípulos,enelamorqueostengáisunosaotros»( Jn 13,35).EsloquecontantosdeseospedíaJesúsalPadre:«Queseanunoennosotros[…]paraqueelmundocrea» ( Jn 17,21). ¡Atenciónalatentacióndelaenvidia!¡Estamosenlamismabarcayvamoshaciaelmismo puerto! Pidamos la gracia de alegrarnos con losfrutosajenos,quesondetodos.

A los que están heridos por divisiones históricas, lesresulta difícil aceptar que los exhortemos al perdón yla reconciliación, ya que interpretan que ignoramos sudolor, o que pretendemos hacerles perder la memoriay los ideales. Pero si ven el testimonio de comunidadesauténticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempreunaluzqueatrae.Porellomedueletantocomprobarcómoenalgunascomunidadescristianas,yaunentrepersonasconsagradas, consentimos diversas formas de odio,divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas, celos,deseosde imponer laspropias ideasacostadecualquiercosa, y hasta persecuciones que parecen una implacablecaza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esoscomportamientos?

PidamosalSeñorquenoshagaentenderlaleydelamor.¡Québuenoestenerestaley!¡Cuántobiennoshaceamarnoslosunosalosotrosencontradetodo!Sí,¡encontradetodo!Acadaunodenosotrossedirige laexhortaciónpaulina:«Notedejesvencerporelmal,antesbienvencealmalcon

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elbien» (Rm 12,21).Ytambién:«¡Nonoscansemosdehacerel bien!» (Ga  6,9). Todos tenemos simpatías y antipatías,y quizás ahora mismo estamos enojados con alguno. Almenos digamos al Señor: «Señor, yo estoy enojado conéste,conaquélla.Yotepidoporélyporella».Rezarporaquelconelqueestamosirritadosesunhermosopasoenelamor,yesunactoevangelizador.¡Hagámoslohoy!¡Nonosdejemosrobarelidealdelamorfraterno!( EG 98-101)

Así como san Pablo, nosotros también somos llamados a la conversión, a superar estas tentaciones para dejarnos renovar y construir comunidad, volviendo a nuestro primer amor, creando espacios para que podamos compartir nuestras preocupaciones a la luz de los criterios evangélicos.

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

Se forman grupos y se asigna a cada uno un numeral de la Exhortación Evangelii Gaudium para que la comenten y reflexionen a la luz de la Palabra.

• Síaldesafíodeunaespiritualidadmisionera 78

Llama la atención que aún quienes aparentemente poseen sólidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás a la misión ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!

• Noalaacediaegoísta 81.83

Hoy se ha vuelto muy difícil, por ejemplo, conseguir catequistas capacitados para las parroquias y que perseveren en la tarea por varios años. Pero algo semejante sucede con los sacerdotes, que cuidan con obsesión su tiempo personal. Esto frecuentemente se debe a que las personas necesitan imperiosamente preservar sus espacios de autonomía, como si una tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misión y nos vuelve plenos y fecundos. Algunos se resisten a probar hasta el fondo el gusto

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de la misión y quedan sumidos en una acedia paralizante (…) ¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!

• Noalpesimismoestéril 85-86

Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de limón. Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos (…) ¡No nos dejemos robar la esperanza!

• SíalasrelacionesnuevasquegeneraJesucristo 91-92

Un desafío importante es mostrar que la solución nunca consistirá en escapar de una relación personal y comprometida con Dios que al mismo tiempo nos comprometa con los otros. Es lo que hoy sucede cuando los creyentes procuran esconderse y quitarse de encima a los demás, y cuando sutilmente escapan de un lugar a otro o de una tarea a otra, quedándose sin vínculos profundos y estables (…) ¡No nos dejemos robar la comunidad!

• Noalamundanidadespiritual 95.97

En esta oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero con la misma pretensión de “dominar el espacio de la Iglesia”. En algunos hay un cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción en el pueblo fiel de Dios y en las necesidades concretas de la historia. Así, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos (…) ¡No nos dejemos robar el Evangelio!

• Noalaguerraentrenosotros 99.101

El mundo está lacerado por las guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. (…) A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento

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mutuamente y cómo os acompañáis (…) ¡No nos dejemos robar el ideal de amor fraterno!

• Otrosdesafíoseclesiales 102-108

Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados. Ha crecido la conciencia de la identidad y la misión del laico en la Iglesia. Se cuenta con un numeroso laicado aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebración de la fe. Pero la toma de conciencia de esta responsabilidad laical que nace del Bautismo y de la Confirmación no se manifiesta de la misma manera en todas partes. En algunos casos porque no se formaron para asumir responsabilidades importantes, en otros por no encontrar espacio en sus iglesias particulares para poder expresarse y actuar, a raíz de un excesivo clericalismo que los mantiene al margen de las decisiones. ¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• ¿Qué sucedió con Saulo de Tarso en el camino de Damasco? ¿Cuáles eran sus intenciones para con los cristianos? ¿Con quién se encontró en su viaje? ¿Cómo lo cuenta san Pablo? ¿A qué lo envía el Resucitado? ¿Cómo cambió el Señor Jesús en Saulo, su viaje de perseguidor, en múltiples viajes misioneros para darlo a conocer, ya como Apóstol de los paganos? ¿Qué nos dice esto?

• Dentro del proceso evangelizador ¿dónde se ubica nuestro servicio? ¿en cuál acción? ¿Qué conocemos de ella? ¿Cuáles son sus retos y desafíos, en la situación actual de la Iglesia? ¿Qué importancia se le da a la Palabra de Dios dentro del quehacer de cada acción?

• Muchas veces pensamos que ser misionero es irse muy lejos a anunciar a Jesucristo. Pero ¿será suficiente? ¿Es algo más? ¿Es un proyecto? ¿Cómo entender una catequesis de talante misionero, analizando la situación de nuestras parroquias y de nuestros católicos sin una incisiva evangelización? ¿Qué tipo de catequistas debería tener? ¿En qué consiste el anuncio misionero, según lo que hemos visto? ¿Qué hemos aprendido de este encuentro con la Palabra de Dios?

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ORAMOS a San Pablo misioneroSan Pablo, amigo de Jesús, apóstol de los que están lejos,hermano nuestro en la Iglesia, que conociste la debilidad y laspenas,lapersecuciónyeldolor,laincomprensiónylascadenas,te “deslumbraste” solo por Cristo y compartiste con gozo tuconversión,teentregastesoloalSeñoryloanunciasteconvalentíaypasión,tedamosgraciasportuejemplodesabiduríayamor,defortalezayfervor,decorajeyentrega.NecesitamostuayudadeamigoparaseguirdecercaaJesús.

PeregrinoincansabledelSeñor,mensajeroindecibledelagracia,apóstoldelospueblosynaciones,miraatushermanosquequierenllegaralPadre,protégenosdelospeligrosdelcaminoycondúcenospor las sendas seguras de la Cruz. Pídele a Jesús, el Señorresucitado,quesepamosvivirensupaz,con feyalegría,siendoamablesyfraternos.Quetengamoscorazonesmisioneros,libresyserenos,profundosysinceros,llenosdebuenossentimientos,yquesiemprenosdejemosguiarporelSantoEspíritudeDios.Ayúdanosaseguirtuspasos,ennuestrotrabajoevangelizadoryquenuestracatequesissigatuejemplocomocatequistamisionero.Amén.

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana de salir a las periferias de la comunidad para evangelizar. Por eso, el grupo saldrá a invitar a la comunidad a participar de la actividad parroquial aprobada por el consejo pastoral. Para el próximo encuentro, cada participante vendrá preparado para compartir su experiencia de conversión.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de una sandalia con el mensaje: “soy un discípulo misionero que ”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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9“Apolo, lleno de fervor…enseñaba con precisión”(E)

Apolo, el catequista formado

PriscilayAquila…leexplicaronmásexactamenteelCaminodeDios

(Hch 18,26)

NOS MOTIVAMOS

Para comenzar el encuentro se entroniza la Biblia (anexo 1). Se comienza con la siguiente motivación, y luego se sigue con el rito, aclamando a la Palabra escrita con cantos apropiados o rezando a coro, todos juntos, el “Pregón de la Palabra” (página 9).

Hemos llegado al final de nuestros encuentros con la Palabrade Dios. Sean todos bienvenidos, en este mes de la Biblia y enel cincuentenario de la fundación de la Comisión Nacional deCatequesis que estamos celebrando.Estamos contentosde estartodosjuntos.

El grupo compartirá la tarea asignada en el encuentro anterior.

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Por eso, con la procesión de la Biblia y el canto, comenzamosnuestroencuentrodehoy.

Tener preparados los cantos católicos alusivos a la Palabra de Dios.

NOS ESCUCHAMOS

Todos sabemos que todo profesional, trabajador, médico, maestro, para poder ejercer su profesión como tiene que ser, necesita de una adecuada y esmerada formación y preparación. Pues nunca confiaríamos nuestra salud, por ejemplo, en las manos de un doctor sin la necesaria preparación y cuidados. Y así es en todo. También en la Iglesia es necesaria e imprescindible la formación de los laicos, especialmente los evangelizadores y catequistas que tenemos en nuestras parroquias.

El Pbro. Froilán Hernández Gutiérrez, catequeta del Centro Nacional de Catequesis, escribía al respecto en el Semanario Eco Católico, página 17, del domingo 19 de febrero 2017, lo siguiente:

Lavocación…,espues,unallamada,unregalodeDios,queocurreenunmomentoconcretoyoportunodelavida;estallamada exige una respuesta libre, profunda, confiada yconscientealainvitacióndeDios,portanto,delallamadadeDiosyrespuestadelapersonasurgeelservidor.

Una vez evidenciado lo extraordinario de la vocacióndel servidor, es fácil inducir la importancia de suformación y asumir un decidido compromiso por unaformación oportuna, superando así improvisaciones ysuperficialidades.

La formaciónhacesurgirensuser, saberysaberhacer,capacitándose para ejercitar su misión, de modo que através de la formación se forja su identidad. El procesodeformaciónpropuestoacompañaalosservidoresenunitinerario integral y progresivo de discipulado, para serformadocomodiscípulomisionero.

LafinalidaddelaformaciónescapacitarparacomunicarelmensajedelEvangelioyayudaralamaduracióndesu

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fe,demaneraqueseanverdaderosdiscípulosdeJesús,pormediodeunconocimientovivencialeíntimodesupersonaydesumensaje.Elcatequistaproclamalabuenanoticiaatodos,deformacreíbleyactual(OCCG 72),serácreíblesivaacompañadoporlapropiavida,yactualsirespondealasinterrogantesynecesidadesmásprofundassuyasydesusinterlocutores,estorequiereformación.

(Ver texto completo en www.ecocatolico.org. Ediciones anteriores, 19 de febrero 2017. Artículo: “para ti, Catequista”.

El grupo analizará y comentará con detalle este artículo, antes de escuchar la Palabra de Dios, sobre la necesidad de la formación.

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOSUnjudíollamadoApolo,originariodeAlejandría,habíallegadoaÉfeso.EraunhombreelocuenteyversadoenlasEscrituras.HabíasidoiniciadoenelCaminodelSeñory,llenodefervor,exponíayenseñabaconprecisiónloqueserefiereaJesús,aunquenoconocíaotrobautismomásqueeldeJuan.

Comenzó a hablar con decisión en la sinagoga. Después deoírlo,PriscilayAquila lo llevaronconellosy le explicaronmásexactamenteelCaminodeDios.ComoélpensabairaAcaya,loshermanosloalentaron,yescribieronalosdiscípulosparaquelorecibierandelamejormaneraposible.DesdequellegóaCorintofuedegranayuda,porlagraciadeDios,paraaquellosquehabíanabrazado la fe, porque refutaba vigorosamente a los judíos enpúblico,demostrandopormediodelasEscriturasqueJesúseselMesías (Hechos 18,24-28).

REFLEXIONAMOS

El presente texto sobre la llegada de Apolo a Éfeso, lo ubicamos dentro de la narración del tercer viaje misionero de Pablo (Hechos 18,24-21,14), que tiene como punto principal la ciudad de Éfeso, donde el Apóstol pasó una larga temporada y desde donde hubo de evangelizar a las ciudades más cercanas como Colosas (Hechos 19,10). Un viaje que

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duró aproximadamente entre los años 55 al 58/59. Los versículos 24 al 28 del presente texto constituyen un interludio, al hablar de la llegada de Apolo a Éfeso, que luego es mencionado varias veces en las cartas de Pablo (1 Corintios 1,12; 3,4-6.22; 4,6; 16,12; Tito 3,13).

Pues bien, en cuanto a este judío se cuenta lo siguiente:

• Había llegado a Éfeso y era originario de Alejandría.

• Además de ser cristiano, era un hombre elocuente, instruido y muy versado en la Sagrada Escritura (Antiguo Testamento). Es decir, capaz de interpretar el verdadero sentido espiritual de la Escritura.

• Había sido instruido en el camino del Señor. El término “camino” se utilizaba para identificar a los seguidores de Jesús (Hechos 9,2; 19,9; 24,14, ver también Juan 14,9).

• Hablaba con gran entusiasmo y enseñaba con exactitud lo referente a Jesús, aunque solo conocía el bautismo de Juan. Es probable que haya sido miembro del círculo de los discípulos de Juan el Bautista y que había recibido su bautismo (ver también Hechos 19,1-7).

• Los esposos Priscila y Aquila, después de oírlo, lo tomaron por aparte y le expusieron con mayor precisión el Camino de Dios. Priscila y Aquila era un matrimonio cristiano; ambos aparecen en Hechos 18,1-4, vivían en Corinto y allí Pablo los conoció. Fueron una pareja muy relevante en los comienzos de la Iglesia primitiva, aparte que Priscila (o Prisca) fue una de las colaboradoras más importantes de Pablo en su ministerio (1 Corintios 16,19; Romanos 16,3-4; 2 Timoteo 4,19).

• Es recomendado ante los demás discípulos para ser acogido en Acaya y que su llegada fue muy provechosa a los creyentes, pues tenía un dominio muy grande de las Escrituras, de las cuales se servía para demostrar que Jesús es el Hijo de Dios. Estando en Corinto, Apolo no predicará más en la sinagoga, como lo hacía hasta entonces, sino en público (quizá en el foro u otro lugar público).

Notemos en el presente texto, que la evangelización y posterior formación de Apolo en el camino de Dios, estuvo a cargo del matrimonio mencionado, ¡de Priscila (en primer lugar) y de su marido! Dato que

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indica el papel relevante de la mujer en la Iglesia de aquellos años. De esta forma, Apolo llegó a ser un apóstol completo de Cristo, poniendo al servicio del Evangelio y de la comunidad cristiana, su amplia cultura, su talento y conocimientos. Todo un modelo de evangelizador bien formado.

PROFUNDIZAMOS

Apolo había nacido de padres judíos en Alejandría, Egipto. Era un varón devoto, literalmente: “siendo poderoso en las Escrituras” (Hechos 18,24); pero sólo conocía las enseñanzas de Juan el Bautista. En su momento conoció a dos esposos fabricantes de tiendas de campaña, Aquila y Priscila, los cuales le enseñaron más acerca de Dios. Tras la instrucción recibida de ellos, estuvo dos años en Acaya, y enseñó allí lo que había aprendido.

Más tarde fue maestro en Corinto, después que Pablo se fue de aquella comunidad, fundada por él. En esa ciudad, desgraciadamente hubo divisiones en la Iglesia, pues un grupo se proclamó seguidor de Pablo, otro de Apolo y otro de Cefas (es decir, Pedro), y uno más, seguidor de Cristo. Esa situación llevó a Pablo a escribir su Primera Carta a los Corintios, en la cual les pidió con insistencia unirse “en una misma mente y un mismo parecer” (1 Corintios 1,10). La última mención de Apolo se encuentra en la Carta a Tito (Tito 3,13).

Como vemos, Apolo fue instruido por el matrimonio de Priscila y Aquila, quienes sintieron que algo le faltaba, viendo la necesidad de formarlo para la tarea que emprendería posteriormente, en la Iglesia de sus comienzos. Esto en la Iglesia siempre ha sido necesario e imprescindible, pues el mismo Jesús sacaba el tiempo requerido y dedicaba buenos ratos para formar a los Doce y a los discípulos, ya que una de sus preocupaciones y prioridades como Maestro, era enseñar y formar en las tareas apostólicas, a quienes serían los primeros evangelizadores y sembradores de su Palabra. El ejemplo lo dio el mismo Señor (Mateo 11,1; 13,11-23; 18,1-35; Marcos 6,30-34; Hechos 1,3), incluso después de haber resucitado de entre los muertos.

Sabemos que, en la Iglesia, si alguien quiera trabajar en la evangelización, en la catequesis o en cualquiera de sus tareas, debe prepararse y formarse.

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Desde una simple charla, hasta una exposición, pasando por tantas experiencias formativas con el pueblo, todo agente de evangelización, desde el obispo, sus sacerdotes, religiosos y laicos, deben prepararse debidamente.

Pensemos, por ejemplo, el tiempo de formación que requieren los aspirantes al sacerdocio ministerial o la necesidad de una pareja de novios, de prepararse debidamente al sacramento del matrimonio. No podemos darnos el lujo de tener laicos sin formación, pues, sin ella, “dicen tonteras”, como muchas veces comentamos entre nosotros. Hay que formarlos sin pérdida de tiempo y sin escatimar esfuerzos y apoyo de todo tipo, incluso económico.

EN CUANTO A NUESTRA MISIÓN DENTRO DE LA COMUNIDAD

Por eso, en la perspectiva de la nueva evangelización conviene tener muy presente que “si la catequesis es una de las tareas primordiales de la Iglesia” (CT 1), todo discípulo misionero necesita una buena formación no sólo para ellos mismos y en función de los que evangelizará, sino también para toda la Iglesia, porque la auténtica evangelización depende en buena medida de la calidad de la formación; y no es posible una buena evangelización sin servidores bien preparados.

Aplicado todo esto se le exige particularmente al discípulo misionero, entre otras cosas, que esté dotado de una fe profunda, de una clara identidad cristiana y eclesial y de una honda sensibilidad social. Ha de destacar por su madurez humana, cristiana y apostólica, así como por su formación y capacitación, como corresponde al cometido que ha de desempeñar, en la formación de los discípulos de Cristo. En los comienzos de este siglo XXI y en una situación de secularización y de increencia, al abordar la formación de los agentes, es conveniente que nos fijemos en algunas características básicas de esta formación:

1. definir su finalidad. La primera característica consiste en tener bien clara su finalidad, que es “capacitar para transmitir el evangelio a los que desean seguir a Jesucristo...para que puedan animar eficazmente un itinerario en el que, mediante las necesarias etapas, anuncie a

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Jesucristo; dé a conocer su vida, enmarcándola en el conjunto de la historia de la salvación; explique su misterio de Hijo de Dios, hecho hombre por nosotros, y ayude, finalmente, al evangelizado a identificarse con Jesucristo” (cfr DGC 235).

2. proCurar que los disCípulos misioneros sean protagonistas de su propia formaCión. No deben situarse en su proceso formativo con una actitud pasiva, como la del recipiente que recibe y acumula saberes, técnicas y experiencias, sino como el protagonista y responsable de su maduración personal humana y cristiana. Todo discípulo misionero deberá ser creativo para ser protagonista de su propio aprendizaje. (cfr DGC 245).

3. debe estar impregnada de espíritu misionero. La Iglesia, en los últimos años, ha expresado en muchos de sus documentos la necesidad de la evangelización misionera, como nuevo estilo de acción pastoral, e invita a acentuar en todas las acciones y manifestaciones de las comunidades cristianas: el testimonio de los seguidores de Jesús, el anuncio explícito del evangelio, la conversión o adhesión del corazón a Dios, y la incorporación afectiva y efectiva a la Iglesia.

4. abierta al eCumenismo, la toleranCia y el pluralismo. Los cristianos viven hoy en contextos multiculturales y multirreligiosos; por ello la formación ha de ayudar a profundizar y robustecer la identidad de los bautizados en una confrontación necesaria entre el Evangelio de Jesucristo y el mensaje de las otras religiones; ha de capacitar a los fieles para discernir y descubrir las semillas del evangelio que hay en las distintas religiones y culturas y ha de promover en todos los creyentes un vivo sentido misionero (ver DGC 200).

5. debe ubiCarse en el Contexto de la pastoral general de la dióCesis. La formación capacita a las personas para ejercer esta pastoral, a través de unos procesos coherentes y bien definidos. La formación habrá de cuidar, en consecuencia, los siguientes aspectos:

a) Estará bien ubicada en la pastoral diocesana (OCCR 231). Esta formación ha de tener en cuenta la pastoral de conjunto de la diócesis, sus prioridades, su complementariedad con otras acciones y sus “necesidades evangelizadoras de este momento

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histórico, con sus valores, sus desafíos y sus sombras” (DGC 237). Una formación realista y planificada debe cuidar que no exista en la diócesis, una dispersión excesiva de planes formativos, aunque sí diversidad de cauces, según los niveles de implicación de los servidores y sus responsabilidades. Ha de cuidar también su relación con las otras acciones pastorales de la Iglesia.

b) Tendrá un claro acento misionero que tiene estas prioridades: Una formación bíblico-teológica que atienda y acentúe los contenidos básicos y fundamentales del mensaje cristiano, el kerigma; luego, una formación antropológica que, desde el conocimiento de la realidad socio-religiosa y de los destinatarios de la evangelización, profundice en la urgencia de la misión evangelizadora de la Iglesia; y una formación catequético-pedagógica que cultive la capacidad de diálogo con los destinatarios, escuchando sus preguntas y captando sus búsquedas.

Nos contentamos con estas. Y por supuesto, fundamentada en una fuerte espiritualidad, bien cultivada o alimentada, pues para que todo discípulo misionero no se limite a una transmisión mecánica de la Palabra y de la enseñanza de la Iglesia, hay que ayudarle a crecer en la acogida del evangelio y en la propia vocación.

La espiritualidad es la forma que tiene un creyente de vivir su relación con Dios. Por tanto, hay que capacitar al servidor para vivir en relación con la Palabra de Dios que culmina en Cristo, en el encuentro con él, y que le lleva a la relación con Dios, al que llama Abbá (Padre); en relación con la Iglesia en la que descubre y alimenta su vocación y en la que vive la experiencia de comunidad; y en relación con los hombres, sus hermanos. El cultivo de la espiritualidad, conduce a la madurez en la fe, que capacita al discípulo misionero para dar testimonio de la buena nueva.

No olvidemos que “el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio” (ver EN 41). No está demás en insistir en la práctica de la oración, el contacto asiduo con la Palabra de Dios, especialmente con el método de la lectio divina, la celebración frecuente de la Eucaristía, la formación específicamente litúrgica y el

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aprovechamiento de las instancias parroquiales, diocesanas o nacionales de la formación específica (ver OCCR 232;236).

ESCUCHAMOS LA INVITACIÓN DE LA PALABRA

• ¿Quién era Apolo? ¿Cuáles eran sus virtudes y cualidades? ¿Cuáles sus carencias?

• ¿Por qué Aquila y Priscila se interesaron en su formación? ¿Qué consiguieron con ello? ¿Qué podemos aprender de esta experiencia bíblica?

• ¿Qué cualidades debe tener un servidor, según lo que hemos visto? ¿Por qué es necesario que se prepare concienzudamente? ¿Qué beneficios podrían aportar, en este sentido, a la comunidad en la evangelización?

• La catequesis es formación, preparación y capacitación. Todo un aprendizaje en la fe ¿Cómo se está haciendo esto en la familia, en los grupos eclesiales y en la debida preparación de nuestros servidores, en la parroquia? ¿Qué experiencias conocemos, en este sentido, en la comunidad cristiana donde vivimos?

• ¿Qué nos aporta la reflexión del Padre Froilán, vista desde la experiencia del predicador Apolo y desde la enseñanza de la Iglesia? ¿Qué novedad encontramos?

• ¿Existe alguna escuela de formación en la parroquia? Si no, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué pensamos? ¿Será necesaria? ¿Cómo se capacitan nuestros agentes? ¿En dónde, cuándo y con quién? ¿Conocemos alguna institución de la Iglesia, donde ellos podrían eventualmente formarse?

• Hay, por ahí, algún laico que afirma que con solo orar y con la ayuda del Espíritu Santo, no es necesario formarse, pues el Señor inspira y lo da todo para saber enseñar… ¿Qué piensan ustedes, al respecto? ¿Será cierto? ¿Será suficiente? ¿Qué riesgos conlleva esta manera de pensar?

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• Constatamos a veces, que los laicos quieren trabajar por la Iglesia, pero no quieren prepararse; que se los llama o invita a la formación y no asisten, no quieren o alegan no tener tiempo suficiente... ¿Qué se puede hacer al respecto? ¿Cómo lograr que se motiven y tengan interés en la necesaria formación y preparación?

• ¿Qué hemos aprendido del encuentro de hoy?

• Finalmente ¿cómo han estado los diversos encuentros en este Mes de la Biblia? ¿Qué nos han parecido? ¿En qué nos han ayudado? ¿Cómo pueden motivarnos para nuestro compromiso cristiano? ¿Qué cosas nuevas, ideas y enseñanzas nos han aportado? ¿Qué temas quedaron pendientes? ¿Hizo falta algo más? ¿Nos gustaría reunirnos de nuevo, para seguir en esta formación bíblica, meditación y celebración en torno a la Palabra?

ORAMOS

Señorhazqueyoseatutestigo,paracomunicartuenseñanzayamor.Concédemepodercumplirlamisióndecatequistaconhumildadyprofundaconfianza.

Quemicatequesisseaunservicioalosdemás,unaentregagozosayvivadetuevangelio.RecuérdamecontinuamentequelafequedeseoirradiarlaherecibidodeTiparalosquemeconfías.

HazmeverdaderoeducadordelafeatentoalavozdetuPalabra,Amigosincerodelosdemás,especialmente,demishermanoscatequistas.

QueseaelEspírituSantoquienconduzcamividaparaquenodejedebuscarteyquererte,paraquenomevenzalaperezayelegoísmo,paracombatirlatristeza.

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Señor:unidoaTi,alaIglesiayatuMadreMaría,sepayoguardar,comoella,tuPalabrayponerlaalserviciodelmundo.Amén.

NOS COMPROMETEMOS

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, ha de llevar al compromiso con la comunidad cristiana de formarnos para asumir responsabilidad mi servicio como discípulo misionero. Por eso, el grupo procederá a ejecutar la actividad parroquial aprobada por el consejo pastoral.

CELEBRAMOS

Para finalizar, todos entonan un canto final al Señor, comparten el gesto de la paz e invocan la bendición de Dios, santiguándose… y que se comprometan todos a invitar a quienes no hayan podido participar, para los siguientes encuentros con la Palabra en este Mes de la Biblia. Se distribuye entre los participantes una imagen de una cruz con el mensaje: “soy un discípulo misionero que_____________”, para que cada uno lo complete de acuerdo a su experiencia.

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aneXo 1

CELEBRACIÓN DE ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA

PREPARACIÓN

Preparamos un lugar destacado donde se colocará la Biblia abierta en el pasaje que se va a leer. La vamos a ubicar en una mesa que cubrimos con un mantel o una tela adecuada; la idea es que la Biblia esté en el centro de la reunión. A los lados pondremos una o dos velas encendidas.

Sería conveniente que cada participante tuviera su Biblia.

Tener en cuenta preparar hojas con el o los cantos y oraciones que se van a hacer.

MOTIVACIÓN Y PROCESIÓN DE LA BIBLIA

Estando ya todos reunidos, en silencio y dispuestos a comenzar el encuentro, uno de los integrantes del grupo entra en el lugar de reunión con la Biblia en sus manos, sosteniéndola en alto. Mientras los demás la esperan de pie, cantando… “Tu Palabra me da vida, confío en ti Señor…” (u otro canto adecuado).

guía:  Al reunirnos hoy para escuchar y meditar la PalabradeDios,enestemesdelaBiblia,hemosqueridoenesteencuentro dar gracias a Dios y reconocer en ella elinstrumentoprivilegiadoparaelencuentroconDios,quenosrenuevacadadía.

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ORACIÓN (todos juntos):

¡OhDios,quehasinstruidoatusfielescontuPalabra,iluminandosuscorazonesconlaluzdelEspírituSanto,

concédenosobtenerporelmismoEspírituelgustardelbienyperseverarentusenseñanzas.

¡OhEspírituSanto:guíanosparaencontrarenlaBibliareflexionesquenosremitananuestrapropiaexistencia,

nospermitanencontrarnosconelSeñorysersusverdaderosdiscípulos.

Se coloca la Biblia en el lugar de preferencia preparado para ella.  Todos toman asiento.

leCtura del texto bíbliCo (se leerá con voz fuerte y pausaday loharáunlectorquehayapreviamentepreparadoeltexto)

guía: Escuchamos a ….

guía: en los próximos minutos, cada uno lee nuevamente eltextoensupropiaBibliaylomeditaensilencio.

Después de unos minutos… uno o más de los allí reunidos leen las siguientes intenciones después de la intervención del Guía.

guía:  PidamosalSeñor,siempreatentoanuestrasnecesidades,lassiguientesintencionesyalfinaldecadaunadeellasrespondemos: “Ayúdanos, Señor, a saber escucharte y tener fe en ti”.

leCtor: Que la escucha de la Palabra promueva en nosotros un verdadero encuentro con el Señor y reavive nuestra fe. “AyúdanosSEÑOR…”

leCtor: Que al meditar los textos bíblicos nos permitan reflexionar sobre las  circunstancias actuales de nuestras vidas y las de los que nos rodean. “AyúdanosSEÑOR…”

leCtor:  Que en la Palabra de Dios encontremos la confianza en Él ante las pruebas que nos presenta la vida. “AyúdanosSeñor…”

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leCtor: Que siempre estemos dispuestos a hacer conocer la Palabra de Dios y así colaborar en promover la fe en aquellos que encontremos en el camino. “AyúdanosSEÑOR…”

Se pueden agregar aquí oraciones surgidas de la meditación del texto u otras, si la comunidad reunida lo desea.

guía: Que el Señor nos dé la gracia de saber escuchar suPalabra,meditarla,encarnarlaennuestravidadiariayproclamarlacomofuentedesalvaciónparatodos.JuntosrecemoslaoracióndeloshijosdeDios:Padrenuestro…

guía: Agradecidos por el amor que el Señor nos brinda yconvencidosdequeÉlesnuestraguíaysustentoenlafenosdespedimoscantando:

“Señor, tú tienes palabras de vida,

Señor tú tienes palabras de amor

y dime a quién iré,

a quién buscaré

y dime adónde iré,

sin ti”

(Tú tienes palabra de vida, Hermana Glenda)

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BIBlIografía

Consejo Episcopal Latinoamericano. Las Cinco Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, Publicaciones CELAM, Bogotá, Colombia, 1ª edición 2014.

Directorio General para la Catequesis. Congregación para el clero- Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, Nueva Secam, 1997.

Pablo VI. Exhortación Apostólica. Acerca de la nueva evangelización en el mundo contemporáneo.

Juan Pablo II. La catequesis de nuestro tiempo. Editorial CONEC, CECOR, 1998.

Orientaciones para la catequesis de Costa Rica. Centro Nacional de Catequesis, 1ª edición, San José, Costa Rica, 2016.

Documento del Vaticano II. Constituciones. Decretos. Declaraciones, BAC, Madrid, 1967.

Papa Francisco. Exhortación Apostólica. La alegría del Evangelio (Evangelii Gaudium).

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