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Comunidad Vuelta del Mero, Tumaco, Nariño
Colombia
Formación en gestión ambientaly cadenas productivas sostenibles
En busca de los saberes ancestrales
Cultivos de hortalizas tradicionales
para el mejoramiento de
la dieta alimenticia y
la generación de ingresos
Formación en gestión ambiental y cadenas productivas sostenibles
Convenio SENA-Tropenbos
Cultivos de hortalizas tradicionales para el
mejoramiento de la dieta alimenticia
y la generación de ingresos
Formación en gestión ambiental y cadenas productivas sostenibles Convenio SENA-Tropenbos
Fotografías © Comunidad de El Charco
Coordinación Convenio SENA-Tropenbos Luis Carlos Roncancio B.
Equipo de trabajo Convenio SENA-Tropenbos María Clara van der Hammen Sandra Frieri María Patricia Navarrete Norma Zamora Mauricio García Javier Fernández Daniela Pinilla
Coordinación editorial Catalina Vargas Tovar
Diseño Oscar Sanabria
Corrección de estilo Fredy Javier Ordóñez
Ilustraciones Álvaro David Gil
Diagramación Alejandro Mancera Obando
Impresión Lorena Martínez
Bogotá D.C., 2012
Los integrantes de la UFPI somos:
Efigenia Sánchez Santana
María Eider Enríquez
Arsecia Camacho Enríquez
Lina Cruz Moreno Orobio
Luz María Hurtado Ocoró
Cruz Guerrero Hinestroza
Mary Orobio Estupiñán
Ana Elsa Belalcázar
María Doris Sánchez
Luz Dalia Orobio Sánchez
José Evangelista Balanta
María Jesenia Serna
Luz Miriam Grueso Ibarbo
Carmelina Obando
Ana Edilvia Montaño
Diana Ortiz Sánchez
Luz Dennis Torres Santana
María Ilda Cuero Hurtado
María Sufelina Belalcázar
María Dina Naranjo
Edi María Panchano
Eucaris Segura
Katherine Cundumi
Recuperación de los cultivos de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y la generación
de ingresos en la comunidad Vuelta del Mero, municipio
de El Charco, departamento de Nariño
Instructora encargada: Claudia Patricia Quiñones Caicedo
Instructora en Producción Agropecuaria
Equipo de trabajo de la caracterización y autodiagnóstico:
Adalgiza Rivas Ordóñez
Evaristo Hurtado Bravo
Solyenicen Toloza Cuero
Catalina Montaño
Elisa Palomino
Gladys Virginia Escobar
Yuly Viáfara
Roger Estacio
Walter Junior Segura
Centro Regional y Pesquero de la Costa Pacífica SENA, Regional Nariño
2. Autodiagnóstico 23
2.1 Historia de vida 23
2.2 Distribución del terreno 24
2.3 Espacio y uso del territorio 25
2.4 Añorando el pasado 27
2.5 Viviendo el presente 28
2.6 La esperanza en el futuro 30
2.7 Lo que comemos y nuestra salud 31
2.8 Calendario productivo 33
2.9 Calendario agrícola 34
2.10 Calendario de caza 35
2.11 Calendario de pesca 37
2.12 Resultados del autodiagnóstico 39
2.13 Análisis DOFA de la comunidad 40
2.14 Problemas encontrados 40
3. UFPI seleccionada 41
3.1 resumen de la propuesta 42
3.2 Avances de la UFPI 43
Telaraña de nuestra UFPI 44
3.3 Resultados 47
4. Experiencias y aprendizajes 49
4.1 Árbol de preguntas 52
4.2 Línea de tiempo 63
4.3 Mapa de actores de la experiencia 73
4.4 Conclusiones 78
4.5 Recomendaciones y lecciones aprendidas 80
Tabla de contenido
Presenación 6
Introducción 7
1. Nuestro territorio 9
1.1 Historia de la comunidad de Vuelta del Mero 11
1.2 Aspecto geográfico 12
1.3 Aspecto poblacional 12
1.4. Economía y subsistencia 13
1.5 Educación 15
1.6 Cultura y tradiciones 17
1.7 Salud 21
1.8 Necesidades básicas 21
Presentación
El presente documento contiene la caracterización, autodiagnóstico y carac-
terización, realizado por un grupo de estudiantes del curso de formación
titulado Tecnólogo en Formulación de Proyectos. El trabajo realizado tenía
como objetivo principal caracterizar a la población y conocer los aspectos
sociales, ambientales, geográficos, económicos y culturales de los habitantes
de la vereda Vuelta del Mero (afro), en el municipio de El Charco, departa-
mento de Nariño. De igual forma, contiene también la narrativa de todo el
proceso, de las experiencias y lecciones aprendidas por parte de la instructora
que implementó la UFPI y se recoge la experiencia vivida por la comunidad
beneficiaria.
Introducción
En el marco del convenio SENA-Tropenbos, se abre una puerta de opor-
tunidades para los habitantes de la vereda Vuelta del Mero, en el Municipio
de El Charco, a través de la implementación de una Unidad de Formación
Producción Intercultural –UFPI–, denominada Recuperación de los cultivos
de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y
generación de ingresos en la comunidad Vuelta del Mero (afro), municipio
de El Charco, departamento de Nariño, que se ejecutó en 2011. La cual
se constituyó como una alternativa de seguridad y soberanía alimentaria
para todos los beneficiarios del proyecto, que permitió además recuperar
saberes ancestrales y lograr un intercambio de saberes intercultural entre
las comunidades del proyecto y los instructores técnicos del SENA como
actores involucrados en su implementación y desarrollo.
El presente documento contiene información detallada de todo el proceso
de implementación de la UFPI, que comprende la caracterización, el auto-
diagnóstico, la ejecución y la implementación de la misma. Este documento
además cuenta con relatos y narraciones que le permiten al lector ubicarse
en el contexto y momento en que se realizó cada actividad y recoge las expe-
riencias vividas y los aprendizajes de la comunidad que ejecutó el proyecto.
8 9
El municipio de El Charco se encuentra
ubicado al suroeste de Colombia, en la
costa norte del departamento de Nariño,
en la zona costera del litoral Pacífico; la
temperatura promedio es de 28 grados
centígrados. Se encuentra a cinco metros
sobre el nivel del mar y dista 465 km de
la capital del departamento. Los límites
del municipio son: por el Oriente, con el
municipio de Santa Bárbara de Iscuandé;
por el Occidente, con los municipios de
La Tola y de Olaya Herrera; por el Norte,
con el océano Pacífico, y por el Sur, con los
municipios de Magüí Payán y Policarpa. En
la zona baja se encuentran 28 asentamientos
humanos (rurales) y la cabecera municipal.
1. NuesTro TerrITorIo
Municipio de el Charco, Nariño
De igual forma se describe la importancia que tuvo la apropiación y puesta
en escena de las metodologías participativas y el uso de herramientas y meto-
dologías para trabajar con comunidades rurales apartadas a partir sus propios
autodiagnósticos; estas caracterizaciones nos permitieron recoger información
desde la misma visión y conocimiento de la comunidad, hasta la ejecución final
del proyecto con cada uno de los beneficiaros, a fin de que la experiencia de la
formación y producción surtiera sus efectos y mostrara resultados verificables
en habitantes de la vereda Vuelta del Mero (afro) del municipio del Charco.
10 11
A esta población se llega por vía fluvial, en
un medio de transporte local muy parti-
cular llamado zapatico; se trata de lanchas
pequeñas, por lo general con un motor
fuera de borda de 15 hp, con capacidad
para 4 o 6 personas; también se pueden usar
potrillos o canoas. El recorrido entre la
cabecera municipal y la vereda tarda entre
10 y 20 minutos.
La vereda Vuelta del Mero fue fundada en
1960 por Felipe Huila y Timotea Huila
y después fueron llegan otros habitantes:
Luisa María Montaño, Santos Candelo,
Fidel Reina, Alejo Cundumi (todos ya
fallecidos) y los Belalcázar. Llegaron a
este territorio después de la guerra de
los Mil Días y venían de la playa Mundo
Nuevo, que desapareció. Unas de las
primeras familias que llegaron a la comu-
nidad Vuelta del Mero fueron Bernardino
Escobar (fallecido) y su esposa Gregoria
Santana, que aún vive.
Historia de la comunidad de Vuelta del Mero
1.1
El Charco fue fundado por Fidel D’Croz
y Federico Archer en 1886. Se encontraba
habitada por personas de origen alemán y
francés que se dedicaban especialmente a
la minería, la pesca y la madera. El nom-
bre que se le dio al fundarlo fue San Juan
Bautista, pero, como quedaba al frente de
la olleta o recodo, se le llama El Charco.
Posteriormente, hacia 1967, el municipio
que hasta entonces pertenecía al vecino
Santa Bárbara de Iscuandé tomó legiti-
midad municipal mediante ordenanza
pública 011.
[Plan de Desarrollo 2004-2007]
En el municipio encontramos población
indígena, que corresponde al 5% de la
población del municipio, y comprende seis
resguardos indígenas ubicados en las vere-
das de San Antonio de La Laguna, Santa
Bárbara, Vuelta del Mero, Morrito, Taijita
y Maíz Blanco, pertenecientes a la etnia de
los eperara siapidaara.
12 13
En la actualidad existen en la vereda 209
habitantes afrodescendientes, distribuidos
de la siguiente manera: 42 mujeres, 58
niños, 47 hombres y 62 niñas, comprendi-
dos en 43 familias y 30 casas.
Aspecto geográfico
1.2
La vereda, por su ubicación geográfica,
tiene una gran biodiversidad, por el reco-
rrido del río Tapaje y Sequihonda. Además
está ubicado cerca a la cabecera municipal.
La vereda está localizada en el municipio
de El Charco, hace parte del concejo
comunitario El Porvenir y su población
es 100% afrodescendiente. Tiene una
extensión de 150 hectáreas, su temperatura
promedio es de 27 ºC, su clima es cálido,
Aspecto poblacional1.3
En épocas antiguas, los pobladores de la
comunidad de Vuelta del Mero realizaban
las siembras: seleccionaban el terreno
de acuerdo con el producto que se iba a
sembrar, después procedían a zanjear y
hacer canales en el terreno, posteriormente
empezaban la rocería, luego tumbaban los
árboles para dar claridad a la siembra y el
pudre lo dejaban de 15 a 30 día para iniciar
la siembra; este procedimiento servía para
abonar la tierra.
Las herramientas que se utilizaban eran la
pala, el machete, el hacha, el garabato y el
barretón. El hacha se utilizaba para la tumba;
el machete, para la rocería; el garabato, para
recoger el monte; el barretón, para arar la
tierra, y la pala, para zanjear. Actualmente
se utiliza la pala, el machete, la motosierra
y la guadañadora. El producto principal era
el plátano, seguido por el maíz, la yuca, y el
banano. El plátano se sembraba primero que
los otros productos, y el maíz se sembraba a
partir de la segunda rocería; para la siembra
del maíz se requería poca sombra y para la
siembra del arroz el terreno debía de ser
fangoso. Actualmente se siguen las mismas
técnicas. El plátano lo sembraban de enero a
noviembre; en diciembre no acostumbraban
a sembrar ya que, según ellos, las matas
no producían; ahora se siguen las mismas
costumbres. En enero había media cosecha
de maíz y la grande se daba en abril, mayo
y junio. El arroz se cosechaba en la misma
época.
Las hortalizas se sembraban en huertas
caseras y en abundancia, aprovechando
que en cada hogar había una huerta. Esto
se debía a que antes no se importaban estos
productos, se utilizaban en la dieta diaria y
en la medicina casera.
economía y subsistencia1.4.
Anteriormente también se realizaban
actividades de cacería. En épocas de
verano, cazaban conejos, venados, gua-
tines y tatabras. Los pobladores se iban
a cazar con perros, escopetas y ganchos;
se montaban en los árboles a “aguaitar”
(espiar) a los animales que tenían en ceba
(es decir, animales a los que primero se les
había hecho seguimiento y a los que luego
se les había puesto alimento para atrapar-
los). La cacería era llevada a cabo, en las
quebradas, por los hombres, ya que las
mujeres se dedicaban a otras actividades.
Para pescar, utilizaban corrales, atarrayas,
varas, catangas y cabos; las especies que se
daban eran la mojarra, el bocón, el sábalo,
el barbudo, la guaña, el salvapalo, el gua-
lajo, el cubo y el ñato.
su hidrografía principal comprende los
ríos Tapaje, Quebrada y Juanchillo y se
encuentra a una altura de cinco metros
bajo el nivel del mar.
Limita al norte con la vereda La Capilla; al
sur, con la vereda Hilario López; al oriente,
con la quebrada La Capilla, y al occidente,
con el estero Martínez.
14 15
La época en que se cogían los peces era de
media quiebra hasta principios de puja,
ya que en la puja había mucha corriente;
los hombres se encargaban de pescar y las
mujeres camaroneaban (es decir, cogían
camarón). Hoy esta actividad se realiza
muy poco; aunque aún es posible hacer
trueques de coco, yuca o papachina por
pescado, para poder comerlo por lo gene-
ral hay que comprarlo en el mercado de la
cabecera municipal.
Actualmente, la gente de la vereda de
Vuelta del Mero vive principalmente de la
agricultura, cuyos cultivos más importan-
tes son el plátano, la papachina, la yuca, la
caña y, en menor medida, se explota el coco
y los frutales como la naranja, el zapote y la
guaba; además, en los alrededores y en las
huertas de las casas, hay pequeñas parcelas
con tomate, pepino, cebolla pimentón,
chirarán y chillángua, que se dan muy
bien y de forma abundante ya que los
suelos son muy ricos en materia orgánica.
Aunque los cultivos antes mencionados
hacen un aporte relativamente regular para
la seguridad alimentaria y para la economía
de los algunas familias, una de las actividades
que mas jalona la economía es la explotación
de especies maderables, ya que en Vuelta del
Mero hay un aserrío que, a través del corte,
el cargue y el descargue de madera, genera
más de 15 empleos a jóvenes y adultos de
la comunidad; mucha de la madera que se
lleva es cortada por los mismos miembros
de la comunidad y, una vez procesada, es
llevada hasta el puerto de Buenaventura y
otros municipios de la costa Pacífica. En
la vereda, aún se consiguen especies made-
rables como el cuángare, el cedro, el sajo,
el roble, el caucho, la jigua, el palialte y el
chanul.
Anteriormente, la gran mayoría de fami-
lias de Vuelta del Mero vivía del corte de
la madera; hoy los bosques se encuentran
muy lejos y la presencia de algunos grupos
ilegales en la zona no permiten explorar
los bosques. Hoy, después de ser explota-
dores de madera, pasaron a ser empleados
de los foráneos que llegaron a sus tierras
y que los someten a extensas jornadas
retribuyéndoles una escasa remuneración.
En el aserrío no se trabaja todos los días, sino
en promedio 3 o 4 días a la semana. Mien-
tras los hombres laboran en dicho lugar, las
mujeres se encargan de preparar la alimen-
tación de sus hijos, hermanos y esposos. Los
días en que no hay trabajo en el aserrío, los
hombres y mujeres se van al monte a limpiar
y cuidar sus cultivos o realizar labores de
pesca en el río, donde pueden obtener pes-
cados como el sábalo y camarones como el
chambero. En la comunidad es mínima la
explotación pecuaria puesto que las pocas
especies que hay se pueden contar con los
dedos de las manos: algunas gallinas criollas,
pavos criollos o chumbos y algunos pollos
de engorde. Según cuentan los mismos
habitantes, la mayoría de las gallinas se las
comió Rambo, el perro de uno de los due-
ños del aserrío, y desde entonces no se han
preocupado mucho por volver a criar dichas
aves. Otra de las actividades que se realizan
es la venta de gasolina y ACP, la cual está a
cargo de una de las familias de la comunidad
y que, junto con el aserrío, pertenece a uno
de los líderes políticos del municipio, nacido
en dicha vereda y quien en época electoral les
recuerda a sus paisanos dónde y por quién
trabajan y les recomienda por quién votar.
La vereda cuenta con una sede de la Institu-
ción Educativa del Hormiguero, donde se
imparte educación primaria, desde el grado
primero hasta el grado quinto. Tiene un
solo salón, que sirve para formar a alumnos
de todos los grados. La sede cuenta con
dos profesoras, que se desplazan todos los
días desde la cabecera municipal. Cuando
los niños terminan la primaria, se van al
Hormiguero o a El Charco a continuar con
su educación. El 90% de los niños y adoles-
centes de la vereda cursan sus estudios en la
comunidad y el resto en el municipio de El
Charco, para lo cual deben desplazarse todos
los días hasta la cabecera municipal, en horas
de la mañana, y para volver a sus casas toman
una embarcación entre la 1 y las 2 de la tarde.
educación1.5
16 17
Algunos estudian porque ven en la educación
el único medio para lograr un mejor futuro,
pero otros solo lo hacen motivados por
sus padres para acceder a los subsidios del
programa Familias en Acción, ya que si no
tienen el certificado de estudios no pueden
recibir los beneficios del programa. Ninguno
de los miembros del grupo ha terminado el
bachillerato, ya que desde temprana edad los
hombres se dedican a trabajar y a asumir la
responsabilidad de ser padres y esposos y no
ven en el estudio una forma de salir adelante;
las mujeres, por su parte, desde temprana
edad se convierten en madres y esposas y esta
responsabilidad les dificulta la posibilidad de
dedicarse a estudiar, ya que la prioridad es
atender a sus esposos y cuidar de sus hijos.
La mayoría de los habitantes adultos no
terminó la primaria, pero dentro de los
beneficiarios del proyecto la gran mayoría
sabe leer y escribir.
Es de anotar que a Vuelta del Mero se llevó
el programa Transformemos; inicialmente
este programa, en el que participaron la
gran mayoría de los habitantes, les donó un
televisor pantalla plana de 32” y un com-
putador, pero el televisor no ha podido ser
utilizado por falta de energía y el computa-
dor aún no llega. A la fecha el programa está
suspendido porque los estudiantes dejaron
de asistir, por lo que la maestra debió sus-
pender la formación. Ellos dan mil excusas,
pero la verdad es que en algunos procesos
si no se cuenta con la voluntad decidida de
la comunidad no se puede hacer nada. La
razón que dan es que la profesora no estaba
a la altura del cargo, que los confundía, que
no programaba las clases y que en muchas
ocasiones dictaba algo y luego les hacía
borrar, aunque más parece que fueron ellos
quienes optaron por no asistir más a clases.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que
las condiciones no eran las mejores, pues las
clases eran por la tarde y la mayoría de la
población utiliza ese tiempo para realizar
las labores del hogar o para ir en busca de
su sustento; la falta de energía y quizás el
uso de una metodología poco adecuada es
la causa de lo que se tiene hoy: un aula de
clases sin alumnos y sin docentes.
Por la cercanía de la vereda al casco urbano,
los pobladores se unen a las celebraciones de
las fiestas de la virgen del Carmen (el 16 de
julio), San Juan Bautista (el 24 de junio) y las
demás fiestas que se realizan en la cabecera
municipal.
Anteriormente los pobladores participaban
activamente en las balsadas, embarcaciones
decoradas e iluminadas que se desplazan
por el río en las noches de víspera de las
fiestas.
Cultura y tradiciones 1.6
Como muchos de los pueblos de comunida-
des negras, la vereda de Vuelta del Mero ha
ido perdiendo su identidad cultural, lo que
se refleja en los cambios en las costumbres y
la pérdida de la religiosidad que los caracteri-
zaba: los chigualos, los velorios, las balsadas,
los arrullos a los santos y a los muertos hoy
son nostalgias del pasado, recuerdos de lo
que solían hacer sus ancestros e incluso ellos
mismos hasta hace algunos años. Para ellos
la afrocolombianidad no es más que tener
la piel oscura y la posibilidad de obtener
algún subsidio del Estado; el trabajo de los
consejos comunitarios es muy deficiente
a la hora de trabajar el aspecto cultural y la
identidad como pueblo negro. Sin embargo,
estas comunidades muestran interés en recu-
perar y conservar sus tradiciones e identidad;
nos queda un largo camino por recorrer
para rescatar la especificidad cultural de los
afrodescendientes en el Pacífico.
18 19
Pese a la pérdida de muchos de los aspec-
tos culturales, aún hay muchos habitantes
que creen en ciertos modos de expresarse
–muy comunes y populares entre la gente
de la costa Pacífica–, cuyo fin es invocar
personajes espirituales del bien o del mal,
para favorecernos en caso de tener dificul-
tades o causar daño (por ejemplo el mal
de ojo, que consiste en un dolor fuerte,
causado por la mirada de otra persona
y que solo puede ser sanado cuando el
curandero hace un rezo secreto en el que
invoca un espíritu del bien). También creen
con certeza que el espanto es un miedo
terrible, cuya cura es un secreto rezado.
Creen en la Mula, una mujer, que vive con
un sacerdote y se convierte en dicho animal
por las noches. La madre agua es una mujer,
hermosa y simpática, a la que el sol dejó su
calor en su cabellera y en la piel; está hecha
en el molde perfecto por el hacedor, y así
como es una diosa griega, también lo es
india americana. La Tunda es un espíritu
malo, de sexo femenino, que vive el monte y
cerca de las casas donde hay muchachos que
son groseros con la mamá, el papá o algún
mayor. Por lo general la Tunda se lleva a los
hombres jóvenes y se muestra semejante a
la madre en su físico y en su vestimenta, de
tal manera que el muchacho no duda que
es su madre. Cuando ella se va a llevar a un
muchacho o se encuentra enamorada, canta
por las noches. Lo llama por su nombre y
lo invita a realizar el trabajo que la mamá
estaba haciendo en ese momento. Este
espíritu es reconocido por los habitantes
por sus rastros, una pata de molinillo y una
de niño. Cuando ella se lleva a su víctima,
le da camarón “peido”, el cual los marea
y los confunde; luego los lleva a un sitio
apartado. La única manera de recuperar a
las víctimas es buscando a los padrinos y el
sacerdote que salen a buscarlo con rezos y
bombos. Cuando lo encuentran está espu-
Niños cogiendo chambero (camarón de río)
meando y se encuentra adormilado, por lo
que le echan agua bendita y rezan para que
vuelva en sí. El Duende es un hombre de un
metro de estatura, siempre viste sombrero
grande, camisa de manga larga, pantalón
largo, corbata y zapatos. Su profesión es
músico, sabe tocar la guitarra y le gusta ena-
morarse de las mujeres vírgenes; a estas se
les presenta como un espíritu en diferentes
lugares, y cuando la joven se encuentra sola
le tira palitos, basura o lo que él pueda, para
que lo mire; cuando la joven lo mira, le da
miedo y puede enloquecer. Este personaje
solo es visible para la joven en la que él se fija.
Para alejarlo, la joven tiene que dejarse tocar
o besar de cualquier hombre o enamorarse;
de esta manera se siente celoso y se retira.
20 21
En medio de tanta carencia cultural y
olvido por lo propio, es rescatable que,
aunque solo sea para asustar a los mucha-
chos, aun en las noches de luna menguante
se sienten con una vela, sobre las tablas del
piso de la casa, y atentos escuchen de los
mayores las fantásticas y temerosas histo-
rias del duende, la Tunda, la madre agua, el
Marabelí y todos aquellos espíritus y per-
sonajes que han ayudado a que los niños se
comporten un poco mejor.
Según cuenta doña Doris Sánchez, oriunda
de Vuelta del Mero, muchas de las tradicio-
nes que se tenían se han ido perdiendo con
el correr de los años:
… antes, la gente era más unida, se trabajaba
en minga y no había egoísmo, se celebraba
la fiesta de Las Marías, donde los hombres
celebraban a todas las mujeres y les daban
aguardiente y se divertían, la fiesta de Los
Joseces, en la que las mujeres les daban
trago y celebraban a los hombres; ahora no
hay nada, hasta las comidas que se hacían
se han perdido, la majaja, el birimbí, la
mazamorra; ni se baila con bombo, ya no
se hacen las Balsadas, ya no se hace nada.
Ahora cada uno jala pa’ su canasto, solo
es el egoísmo, hasta las muchachas ya no
son como antes, ya no hay ese respeto por
el mayor; antes todos ayudaban a todos,
si uno hacía su casa, el otro le ayudaba, y
cuando el otro la iba a hacer la de él, el que
ya la tenía también le ayudaba y la gente
vivía tranquila, sin hambre, sin pasar nece-
sidades.
[Doris Sánchez]
La vereda Vuelta del Mero no cuenta
con un puesto de salud; pero por la corta
distancia a la cabecera municipal, los
habitantes acuden a un hospital de primer
nivel, el Sagrado Corazón de Jesús; además
cuentan con un carné de Asmet Salud,
Caprecom y Sisbén.
salud
1.7
El Marabeli, o buque fantasma, es un barco
con diferentes tipos de luces que se presenta
por la noche en lugares cercanos a la costa;
los tripulantes de este barco son almas con-
denadas que están en el infierno, a las que se
llama a lista por su nombre y apellido; si la
persona ya murió, responde: “presente”, y si
no ha muerto, los otros responden: “ausente”.
A este buque lo encuentran los navegantes,
pescadores o personas endemoniadas, y
como no tiene máquinas, no se le oye cuando
viene. Cuando una persona encuentra con el
Marabelí, se asusta de los espíritus malos que
se encuentran ahí y puede matarlo. Para des-
aparecer el Marabelí, se reza el credo, el padre
nuestro o el magníficat.
Pese a que la vereda está a solo 15 minutos
de la cabecera municipal, son muchas las
necesidades básicas insatisfechas: la comuni-
dad no cuenta con energía permanente (solo
se tiene una planta eléctrica que funciona de
forma deficiente y permanece sin funcionar
buena parte del año y, pese a deficiencia del
servicio, cada casa conectada debe pagar
$30.000 mensuales a la empresa que sumi-
nistra el servicio); el agua que utilizan para
beber y realizar las labores diarias y cotidia-
nas la obtienen del río y esta no se somete
a ningún tipo de tratamiento, y, cuando
llueve, utilizan el agua de lluvia para tomar
y se toma de los techos (después de que ha
escurrido el excremento y las basuras que
pueda haber) o de los envases en los sitios
donde no hay un techo.
Necesidades básicas 1.8
22 23
Según doña Doris Torres, en años pasados
esta vereda era conocida con el nombre de
Tumaquito, pero debido a la aparición de
un mero (un pez gigante) entre La Capilla
y El Recodo, se le cambió el nombre y se
le llamó «Vuelta del Mero», motivo por el
cual los niños aprendieron a nadar en las
quebradas existentes en la comunidad.
En 1993 aparecen los indígenas (eperara
siapidaara), que se ubicaron al frente de
la comunidad afrodescendiente. En esta
vereda nació el exalcalde del municipio de
El Charco, Víctor Candelo Reina.
En cuanto a las comidas, antes se prepa-
raban con aliños propios de las huertas
(tomate criollo, cebolla criolla, albahaca,
poleo, chillangua, limoncillo, ajengibre, ají
dulce, picante, achiote, coco, etc.) y eran:
sancocho de pescado, arroz con coco, arroz
atollado con camarón, bala canosa-cecina
y plátano, sopa de camarón de río, sanco-
cho de gallina, sudado de conejo, sudado
de tatabra, sudado de ardilla, sudado de
perico, sudado de ratón de monte, sanco-
cho de tortuga, sancocho de loro, sancocho
de paletón, seco de zorra ahumada, maza-
morra de maíz, otaya, mazamorra de arroz,
birimbí, casabe, cabello de ángel. «Hoy en
día la costumbre de cocinar ha cambiado
considerablemente, las mujeres prefieren
cocinar con productos químicos de tienda
que utilizar los productos cultivados por
ellas mismas». Los animales que se con-
seguían antes han escaseado debido a la
deforestación y la cacería indiscriminada.
2. AuTodIAgNósTICo
Historia de vida
2.1
La comunidad se queja de la poca presencia de
las entidades públicas en su localidad, ya que,
según ellos, a los indígenas siempre les envían
ayudas y mercados y a ellos nos les llega nada.
Aunque la gran mayoría está en Familias en
Acción, tiene Sisbén y cuenta con carné de
salud subsidiada de la empresa Asmet Salud,
afirman que les sirve de poco porque van muy
pocas veces al médico y, cuando lo hacen, no
les solucionan nada, ya que, o no hay medica-
mentos, o no hay un médico especialista que
los pueda atender como ellos esperan; además,
la mayor parte del tiempo deben esperar entre
10 y 12 horas para ser atendidos y muchos de
los casos son remitidos a Tumaco en lancha,
en un viaje que tarda entre 4 y 5 horas.
Las viviendas de la comunidad están cons-
truidas en madera, a excepción de una que
está construida en concreto. Estas viviendas
son las típicas casas de las costa Pacífica:
consta de una sala, 2 o 3 cuartos, una cocina
y una azotea, que por lo general se usa
para lavar los platos, la ropa y para poner
algunas materas con plantas aromáticas y
condimentarias y hortalizas. En cada casa
viven en promedio 5 personas.
24 25
El terreno de la vereda es plano, tiene tex-
tura arcillosa y buen contenido de materia
orgánica, pero presenta excesiva acidez y
humedad, ya que por estar ubicado en las
laderas del río se anega con frecuencia y
esto por un lado afecta el adecuado desa-
rrollo de algunos cultivos pero favorece a
otros. La vereda se extiende a ambos lados
distribución del terreno 2.2
del río Tapaje. A un lado queda el resguardo
indígena y al frente queda la población
de afrodescendientes. Utilizan pequeños
rastrojos para ir a la fincas, aunque poco
se utilizan debido a los grupos al margen
de la ley que se han tomado la mayor parte
del territorio, lo cual imposibilita el libre
tránsito por la vereda y sus inmediaciones.
Los espacios y suelos del territorio de la
vereda Vuelta del Mero se utilizan en patios
o huertos familiares. Antes las plantas
comestibles y medicinales se sembraban
en barbacoas (y aún hoy muchas familias
conservan esta costumbre); dicha barbacoa
era construidas en guadua o madera a una
altura considerable del suelo (un metro
aproximadamente), para evitar que los ani-
males se comieran o dañaran los sembríos.
Entre estas plantas cultivadas en este sis-
tema destacan el tomate criollo, la cebolla
criolla o cebollín, la albahaca, el poleo, el
chillangua, el limoncillo, el jengibre, el ají
dulce y el picante. Las plantas comestibles
más grandes eran sembradas en el patio, en
pequeñas huertas que se adecuaban según la
planta que se iba a sembrar; las más comu-
nes eran el achiote, el coco, el plátano, el
banano, la caña, la guanábana, la naranja, el
aguacate, la pomarrosa, el mamey, la guaba,
el zapote, el anón, etc. Hay una buena
variedad de plantas medicinales sembradas
en barbacoas tenemos: el discanser, la yerba
de ojo, la yerba de espanto, la flor amarilla,
el gallinazo, la amansatoro y la albahaca.
Entre las plantas medicinales sembradas en
el suelo se encuentran la hoja de mano, la
malva, el zapatico, la santamaría boba, la
santamaría de anís, la poveda, el anamú, el
matarratón, la milagrosa, el espiritusanto y
el limoncillo. La gente de la vereda Vuelta
del Mero estaba acostumbraba a criar en
los patios o huertos algunos animales
como gallinas (en especial las cariocas, por
ser buenas ponedoras), patos, chumbos y
cerdos (de estas especies solo se pueden
ver hoy en día unas cuantas gallinas y
dos parejas de pavos criollos o chumbos).
«Queremos rescatar estas costumbres»,
dice doña Doris Torres, «porque a veces
es difícil conseguir esos productos que
son necesarios para nuestro diario vivir».
Antes las tierras eran más extensas, había
más árboles y las siembras producían más
frutos, además de que se conseguían más
animales; hoy en día, por la erosión y la
tala indiscriminada de árboles, los anima-
les han emigrado a otros lugares y algunas
especies se han extinguido.
En lo que al aspecto hidrográfico se refiere,
el río principal es el Tapaje, el cual posee
tres quebradas: Juanchillo, Cipriano y la
de los Marulanda. En épocas anteriores
los pobladores se beneficiaban mucho de
las diferentes especies que había en el río;
hoy en día, debido a la contaminación quí-
mica, el ruido de los motores, el derrame
de combustible de los motores, las basuras
arrojadas al río, muchas especies han des-
aparecido.
espacio y uso del territorio2.3
26 27
La gran mayoría de familias de la vereda
cuenta con fincas o monte, como localmente
suelen llamarle al sitio donde tienen sus
parcelas y cultivos. Las fincas de la comu-
nidad Vuelta del Mero se encuentran en la
parte trasera de las casas y algunas en las
quebradas. Los productos que se dan en
estas fincas son principalmente el borojó, el
plátano, el banano, la papachina, la yuca y
la rascadera; también se dan, pero son más
escasos, el chontaduro, el aguacate, el cho-
comprarlos, como el plátano, el coco, la
chillangua, la papachina, la naranja, la yuca,
el limón, la papaya y la caña.
Los productos que se adquieren en la
tienda son: arroz, azúcar, caldo maggi,
jabón, Límpido, panela, leche, aceite, azú-
car, brilladora, atún, café, papa y casi todas
las carnes (pescado, pollo, carne de cerdo
y res, que solo se obtienen en la cabecera
municipal).
TiendaArroz, azúcar, aceite, maggi,
sal, panela, leche, atún, jabón,
límpido.Plátano
Papachina, chillangua, coco.
Yuca
Tomate
La casita
Vereda Vuelta del Mero
colate, el maíz, la guayaba, la guanábana, el
coco y el arroz, que desapareció desde hace
algunos años. En la vereda solo es posible
hallar una pequeña tienda, que cuenta con
productos básicos, y el resto es comprado
en la cabecera municipal. Los habitantes
acostumbran a comer tres veces al día; la
alimentación no es tan nutritiva como antes,
dado el consumo de productos enlatados
y embutidos. Existen aun productos que
se consumen sin que haya sido necesario
Según cuentan los habitantes de Vuelta del
Mero, todo era mejor en el pasado, y resaltan
la solidaridad, la tranquilidad, la abundancia
de productos y, sobre todo, que no se pasaba
hambre. Las mujeres mayores aseguran que
antes se compartía la comida, se podía dejar
la ropa y las cosas afuera y allí amanecían; se
cocinaba y se trabajaba en minga; «la gente
podía navegar por el río a cualquier hora,
sin que le pasara nada y, si no querían o no
podía navegar, se podían quedar en cualquier
casa y le daban hospedaje y comida y se le
trataba como gente de la casa», dice Doña
Cruz. Pero hoy no se puede, pues el miedo
y la desconfianza se apoderó de la gente,
ya que con la llegada de los paramilitares
muchos de los que pedían posada iban a
matar a los dueños de las casas; de hecho, en
la vereda hubo dos jóvenes víctimas de los
paramilitares; además, no solo los mataban,
sino que también intimidaban a los familia-
res y los obligaban a pagar vacunas por la
coca que producían; aquel que produjera
más de 40 arrobas debía “hacer su aporte a
la causa”. Fue una época de mucho miedo,
zozobra, silencio y sometimiento; muchos
se desplazaron hasta la cabecera municipal,
pero volvieron y con mucha dificultad están
retomando su vida cotidiana, con unas fin-
cas poco productivas, baja producción de
pan coger, altísimas tasas de desempleo. No
obstante, se sienten unas ganas enormes de
salir adelante y de ver el mañana con espe-
ranza posible.
MarranoPato
Arroz
Plátanomanzano
Gallina
Añorando el pasado2.4
28 29
También cuentan que antes la producción
local era muy buena, se daba mucho el
plátano, el coco, la yuca, las frutas y había
ganado y animales de todo tipo (gallinas,
pavos, patos, marranos, etc.); la gente vivía
de lo que producía en sus fincas y, cuando
alguien carecía de algo, acudía a otra per-
sona para hacer un intercambio (incluso
hoy se realizan estos trueques). Y si un
hombre estaba interesado en una mujer,
iba hasta la casa de los padres a pedir per-
miso para visitarla y cortejarla, pero hoy,
según doña Doris Sánchez (actual líder y
madre comunitaria de la vereda), las cosas
han cambiado, «hoy se van juntando sin
permiso de nadie».
Es mucho lo que se ha perdido, pero,
así mismo, es mucho lo que se puede
recuperar. Quizás Vuelta del Mero nunca
vuelva a ser lo que fue, tal vez no vuelvan
las mingas, ni las vacas y mucho menos las
pedidas de mano de las muchachas, pero
lo que sí se puede recuperar es el deseo de
recuperar parte de lo que eran, de conser-
var su cultura y de hacer para las futuras
generaciones un mejor lugar para vivir.
Las cosas no han cambiado mucho desde
que se fundó esta vereda. Pareciera que los
años no han pasado para la gente de estas
tierras; el olvido de hoy es el mismo de hace
veinte años. Incluso, si se tienen en cuenta
los rostros de nostalgia y los relatos de año-
ranzas de sus habitantes, se podría afirmar
que las cosas están peor que antes. Hay
muchas necesidades en el aspecto socioeco-
nómico y, sobre todo, en la infraestructura
y las necesidades básicas; además, solo se
cuenta con una aula escolar, que atiende
a niños desde el grado preescolar hasta
quinto de primaria. El problema de fondo
tiene que ver con el cubrimiento de las
necesidades básicas, ya que no se cuenta
Viviendo el presente2.5
con agua potable; el agua que utilizan la
obtienen del río y de la lluvia: la del río sirve
para hacer las labores del hogar (bañarse y
lavar la ropa) y la de lluvia se utiliza para
beber y cocinar. Sin embargo, en la época
seca deben utilizar el agua del río, con
todos los riesgos que esto implica, pues no
se tiene el hábito de hervir el agua o desin-
fectarla para evitar problemas intestinales o
problemas digestivos por la contaminación
que este presenta. Por lo anterior, es fácil
ver niños con problemas de alimentación y
síntomas de desnutrición. De igual forma,
no se cuenta con luz permanente, ya que
hay una planta eléctrica que no funciona
adecuadamente y cuando funciona solo
se presta el servicio desde las 6 de la tarde
hasta las 10 de la noche. No cuentan con un
puesto de salud, así que cuando se presenta
alguna emergencia deben desplazarse hasta
la cabecera municipal.
El sector productivo local tampoco está en
su mejor momento y es claro que los años
pasados fueron mejores para este. Como
resultado de la producción de coca, un alto
porcentaje de los suelos son improductivos
o tienen baja fertilidad, lo que dificulta que
los cultivos de siempre se puedan imple-
mentar y desarrollar de forma adecuada.
Es escandaloso ver que en muchos de los
hogares ni siquiera se consume plátano
(uno solo cuesta $1.000) y las familias
deben privarse de este producto, que es
bandera en todos los rincones de la región
Pacífica. En el río, con dificultad y pacien-
cia, se consiguen algunos peces y unos
cuantos camarones que se pueden contar
con los dedos de las manos. Con respecto a
las especies menores, tampoco es mucho lo
que se tiene: solo se pueden ver unas cuan-
tas gallinas, una pareja de chumbos (pavos
criollos) y pollos de engorde, que crían
algunas de las familias y cuyo número se
amplió con las primeras ganancias obte-
nidas por venta de productos de la UFPI.
En lo que se refiere al sector ganadero, no
se encuentra ganado bovino. Y el sector
porcícola se está recuperando gracias a la
implementación de una unidad productiva
de cría y manejo de cerdos entregada por el
SENA, en el marco del programa Jóvenes
Rurales Emprendedores que se viene eje-
cutando desde octubre de 2011.
30 31
los que solo se puede llegar en potro
(los tramos son cortos y la inversión que
se requiere no es muy significativa). El
futuro se ve con buenos ojos, con mucho
optimismo y el deseo de ver que su tierra y
su gente tengan un mejor mañana, aunque
para conseguir esto es necesario ir más allá
del optimismo y las buenas intenciones. Al
parecer estamos dando los primeros pasos,
La esperanza en el futuro 2.6
que se basan en un cambio de actitud. Pero
el deseo de que las cosas mejoren no solo
es una necesidad para los habitantes, sino
que también es el deseo de los que de una
u otra forma se han involucrado con esta
comunidad y conocen de primera mano su
situación real, sus problemas, sus alegrías y
sus preocupaciones.
Todos los miembros de la comunidad
confían en que los días venideros serán
mejores y traerán consigo más trabajo,
más desarrollo, más educación y un mejor
futuro para ellos y sus hijos. Esperan tener
agua potable, energía permanente, una
escuela en la cual puedan el bachillerato,
un salón comunal, un restaurante escolar
y puentes que unan algunos sectores a
Pese al tiempo, en la comunidad no se han
perdido muchos de los conocimientos
ancestrales sobre las propiedades medicinales
de algunas plantas, que aún se conservan en
barbacoas, potrillos y ollas viejas; a falta de
médico, han sido desde siempre las primeras
en solucionar de los problemas de salud que
aquejan a la comunidad. La verdolaga, por
ejemplo, sirve para tener una mejor visión,
el espíritu santo, la hoja de borojó y la
santamaría de anís son eficaces para acabar con
el dolor de cabeza; si no oye bien, el yantén y
la albahaca de olor; si sufre de paludismo, el
matarratón lo puede curar; si sus huesos están
débiles, está la infusión de flor amarilla; si
sufre de hemorroides, puede controlarlas con
poveda, y un dolor de muelas se puede aliviar
con un taquito de coca.
Lo que comemos y nuestra salud2.7
Chillangua
Sueldaconsuelda,hierba de ojo
Flor amarillaVerdolaga
Verdolaga
Zapatico,amargo andrés
Llantén, albahacade olor
Santamaría de anís,espíritu santo, hojade borojó
Lo que comémos y nuestra salud
32 33
Partes del cuerpo Producto
ojos Verdolaga
dolor de cabeza santamaría de anís, espíritu santo, la hoja del borojó
oído Llantén, la albahaca de olor
Pelo suelda con suelda, hierba de ojo
Paludismo Matarratón
Hígado Zapatico, amargo andrés
estomago Verdolaga
Huesos Flor amarilla
Hemorroide Poveda
Anemia Chillangua
Algunas de las hierbas, como se les llama localmente, no se obtienen fácilmente en la misma
vereda, pero algunas de las personas de las veredas aledañas las tienen y generosamente las
comparten con quienes la necesitan e incluso comparten el material vegetal para que cada
familia pueda contar con ellas y utilizarlas cuando se requiera.
A pesar de la devastación que dejó el
cultivo de coca en su momento, todavía
se cuenta con algunos cultivos que, aun
con el mal estado del suelo, se dan como
fruto de la tierra y del río Tapaje. La gente
mayor tiene claro cuáles son los meses más
apropiados para sembrar ciertos cultivos,
cazar determinados animales y pescar
Calendario productivo de Vuelta del Mero
Plátano Yuca Caña Arroz Lluv ia Zapote
Enero Febrero Marzo Abri l Mayo Junio
Pol los Conejo Maíz Navidad
Ju l io Agosto Sept iembre Octubre Noviembre Dic iembre
distintas clases de peces; aún se conservan
viejas prácticas que no han cambiado y que
de su buena ejecución depende el sustento
de muchas familias de la vereda. La
actividad de caza la realizan generalmente
los hombres, quienes utilizan trampas o
escopetas para atrapar animales como el
venado, la tatabra, el tigrillo y los conejos.
Calendario productivo2.8
34 35
Producto Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Plátano X X X X X X X X X X X
Maíz X
Papachina X X X X X X X X X X X X
Yuca X X X
Zapote X X X
Caimito X X
Pomarrosa X X X
guaba X X
Caña X X X X X X X X X X X X
Naranja X
Chilma X X X
Borojó X X X X X X X X X X X X
De acuerdo con lo plasmado en la
herramienta utilizada por la comunidad,
productos como el plátano, la papachina,
la caña y el borojó se dan durante todo el
año. Estos cultivos no suelen tener muchos
problemas con la humedad y, en ocasiones,
soportan largas sequías. La yuca, por su
parte, según los habitantes se puede sembrar
entre los meses de febrero y abril. El zapote,
que es una fruta muy apreciada y que se
comercializa cuando hay buena producción,
se cosecha entre los meses de junio a agosto.
La cosecha de maíz suele darse en octubre
o según el mes en que se haya sembrado.
El caimito, que es otra de las frutas que se
comercializa en toda la región, se cosecha
dos veces en el año; la primera cosecha se
da en mayo y la segunda ocurre en diciem-
bre. La pomarrosa, que es una especie de
manzana tropical, se cosecha en abril, mayo
y noviembre. La cosecha de guaba se da a
mitad de año, en julio y agosto. La naranja
se cosecha en julio, y la chilma, en enero,
noviembre y diciembre.
Calendario agrícola 2.9
Con respecto a la caza, aunque escasos aún
se pueden cazar animales como el guatín,
el conejo, el perico o perezoso, el ratón de
monte, la tatabra (especie de cerdo salvaje),
la zorra y el venado. Estos animales pueden
capturarse durante todos los meses del año,
a excepción del guatín, que se puede cazar
desde enero hasta octubre: entre noviembre
y diciembre no se ven por ningún lado. La
carne de estos animales en muy apreciada
por la gente de estas tierras; en ocasiones se
destina para la alimentación familiar, pero
en otras se venden o se comercializan en
la cabecera municipal a costos más altos
que los de la carne de res, cerdo y pollo.
De igual manera, son muy importantes
en la dieta de las familias, aunque hoy en
día es muy raro verlos en los almuerzos y
meriendas de la gente de Vuelta del Mero.
A continuación se presenta el calendario
de caza de la vereda Vuelta del Mero.
Según cuentan los pobladores, antes se
cazaba en todos los meses del año, espe-
cialmente en época de verano y menguante.
En verano, por la sequía, los animales
salían a beber agua a las quebradas. En
la menguante los animales no veían a los
cazadores, sin embargo los cazadores los
identificaban por el brillo de los ojos. El
guatín se caza de las seis de la mañana hasta
las doce de la tarde.
Animal Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
guatín X X X X X X X X X X
Conejo X X X X X X X X X X X X
Perico X X X X X X X X X X X X
Venado X X X X X X X X X X X X
ratón de monte X X X X X X X X X X X X
Tatabra X X X X X X X X X X X X
Zorra X X X X X X X X X X X X
Calendario de caza
2.10
36 37
Gracias a esta actividad, los pobladores de
Vuelta del Mero conseguían el principal
producto de su canasta familiar. Actual-
mente esta actividad se realiza muy poco,
debido a la contaminación del río. Esto ha
generado una disminución considerable de
la producción de peces, por lo que algunos
habitantes de Vuelta del Mero se ven en la
necesidad de desplazarse hasta las playas
a pescar en épocas de apertura de la veda
Peces Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
sábalo X X X X X X X X X X X X
Mojarra X X X X X X X X X X X X
Bocón X X X X X X X X X X X X
gualajo X X X X X X X X X X X X
Ñato X X X X X X X X X X X X
Barbudo X X X X X X X X X X X X
Micuro X X X X X X X X X X X X
salvapalo X X X X X X X X X X X X
Viringo X X X X X X X X X X X X
(época autorizada para pescar). Así mismo,
antes se pescaba chautiza (pescados
diminutos que no alcanzan más de 3 cm)
durante la Semana Santa, pero desapareció.
En otras épocas la pesca fue una actividad
de gran relevancia para los miembros de
esta comunidad, pero diversos factores han
hecho que hoy en día esta actividad se haya
diezmado, por lo que las personas que se
dedican a la pesca no lo hacen más en el
río, sino que lo hacen en el mar, para poder
asegurar la alimentación de sus familias
y obtener recursos para los mismos. Los
productos que no se venden se intercam-
bian por plátano, yuca, papachina, coco o
cualquier otro producto.
Calendario de pesca2.11
38 39
Con el uso y aplicación de las herramientas
necesarias para realizar un autodiagnós-
tico, se logró obtener información muy
valiosa sobre la comunidad, su cultura,
tradiciones y actividades productivas. Es
de destacar que muchas de las actividades
que se realizaban antes se han perdido por
diversas circunstancias. Tras dialogar con
los miembros de la comunidad, fácilmente
se percibe un exceso de confianza por las
ayudas que brinda el Estado a través de
los diferentes programas, como Familias
en Acción, Proyectos Productivos y otros
programas de ayuda a la población despla-
zada (el 90% de los habitantes figura como
personas en situación de desplazamiento y
el resto espera en algún momento ser con-
siderado como tal). En lo que respecta a la
producción agropecuaria, se logró deter-
minar que existe una gran disminución o
escasez de productos que tradicionalmente
se venían explotando en la zona (cacao,
chontaduro, maíz, arroz, plátano, banano,
primitivo, manzano, gallinas nativas y cer-
dos). Es de recalcar que el cultivo de arroz
desapareció de esta comunidad, y no se ha
hecho ningún esfuerzo por recuperarlo.
De igual modo, las mujeres ya no se dedi-
can a la instalación y cuidado de huertas
que tanto aportaban a la economía fami-
liar; solamente unas pocas siguen con esta
tradición, pero la gran mayoría no lleva a
cabo esta práctica.
Como aspectos positivos, tenemos que los
mayores aún conservan sus saberes ancestra-
les; aunque muchos no los llevan a la práctica,
se pueden generar espacios que propicien la
recuperación de los mismos a través de las
nuevas generaciones. Es preciso recuperar los
cultivos de plátano, coco, yuca, cacao y hacer
un mejor uso de los recursos maderables,
fortalecer la producción pecuaria y recuperar
el cultivo de hortalizas en huertas aromáticas,
medicinales y condimentarias que no solo
ayuden a disminuir los costos de la canasta
familiar, sino que con cuyos excedentes se
generen pequeños ingresos para las familias.
Pero es aun más importante lograr que la
comunidad deje de depender de terceros y
sea la verdadera gestora de su progreso y el
promotor y único responsable de su seguri-
dad y de su soberanía alimentaria.
2.12 resultados del autodiagnóstico
Chillangua sembrada
40 41
Gracias al autodiagnóstico se lograron
identificar los principales factores que
dieron lugar a la situación en la que hoy se
encuentran las familias de Vuelta del Mero
(afro).
Causas:
> La sustitución de productos lícitos por
ilícitos.
> Contaminación ambiental (fumiga-
ción).
> Falta de apoyo institucional.
> Negligencia de la comunidad en reali-
zar actividades productivas.
Soluciones:
> Erradicación de productos ilícitos y
restitución de los lícitos.
> Abonamiento de los terrenos con
materia orgánica.
> Generación de proyectos de recupera-
ción y aprovechamiento de productos
tradicionales.
> Motivación a la comunidad para que
retome las actividades que tradicional-
mente se realizaban.
Fortalezas Debilidades
Conocimiento de los mayoresPropietarios de la tierraTierras no contaminadas o no fumigadasConocimientos empíricos
Negligencia de la comunidadFalta de sentido de pertenencia por los cultivos tradicionalesAusencia de especies criollasLa poca comercialización de los productosBaja fertilidad de los suelos
Oportunidades Amenazas
Apoyo del seNAApoyo de la uMATACapacitaciónPosibilidad de organización
La fumigación con glifosatoLa erosión de las tierrasLa presencia de grupos al margen de la ley La presencia de los dueños de lo ajeno
> Baja producción de plátano.
> Escasez de gallinas criollas.
> Disminución de pesca.
> Baja fertilidad de los suelos.
> Escasez de siembra de hortalizas.
> Alta deforestación.
> Nula producción porcícola.
2.14
Problemas encontrados
Análisis doFA de la comunidad2.13
3. uFPI seLeCCIoNAdA
el establecimiento de una Unidad de For-
mación Producción Intercultural UFPI,
Recuperación de los cultivos de hortalizas
tradicionales para el mejoramiento de la
dieta alimenticia y generación de ingresos
en la comunidad Vuelta del Mero (afro),
municipio de El Charco, departamento
de Nariño, como estrategia para el forta-
lecimiento de la seguridad y la soberanía
alimentaria y la generación de ingresos a
escala familiar.
Como resultado del autodiagnóstico, se determinó
42 43
Resumen de la propuesta
Nuestra propuesta
Recuperación de los cultivos de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y generación de ingresos en la comunidad de Vuelta del Mero, municipio de El Charco, departamento de Nariño.
¿Cuántos somos? 34 familias.
¿Cuánto tiempo? Un año.
¿Localización del proyecto?Vereda Vuelta del Mero (El Charco, Nariño), a 15 minutos de la cabecera municipal.
¿Qué queremos hacer y para qué? Recuperar los cultivos de hortalizas tradi-cionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y generación de ingresos en la comunidad Vuelta del Mero, municipio de El Charco, departamento de Nariño.
¿Qué queremos lograr?
> Estimular el interés por la siembra de hortalizas a los habitantes de la vereda Vuelta del Mero, en seis meses. > Fortalecer a las organizaciones de base en el manejo técnico, organizativo, de cultura ambiental sostenible.
¿Qué pasos vamos a dar?
> Aprovechar en un 80% los lugares aptos y con suelos de buena calidad en la comunidad de Vuelta de Mero.
> Abastecer el mercado de hortalizas en un término de seis meses en la zona urbana, rural y pueblos circunvecinos.
resumen de la propuesta
3.1
generación de pequeños ingresos
A la fecha se han logrado generar peque-
ños ingresos (en promedio $200.000
mensuales) para las familias beneficiarias
con la venta de hortalizas, en especial con
la venta de chirarán y chillangua (albahaca
y cilantro cimarrón). Es grato ver a las
mujeres salir hasta la cabecera municipal
en potrillos o en cualquier otro medio
para vender sus productos. Los ingresos
que se generan no son muy significativos,
ya que un pequeño atado de estas especias
cuesta $500 o se entregan 3 por $1000; sin
embargo, ayudan para obtener otros pro-
ductos y su aporte es muy importante para
la economía familiar.
3.2
Avances de la uFPI
Intercambio de saberes
Con la ejecución de la UFPI en la comu-
nidad de Vuelta del Mero, fue posible
un grato intercambio de saberes entre la
parte técnica y el conocimiento empírico
y ancestral. Durante la implementación de
las huertas se aplicaron ciertos parámetros
técnicos, pero sin dejar de lado las prácti-
cas y el conocimiento local que a lo largo
de los años han venido desarrollando los
habitantes de esta comunidad.
soberanía alimentaria
Durante el inicio del proyecto, la soberanía
alimentaria requirió especial atención, pues,
debido al paso de la coca (y la consecuente
infertilidad de los suelos), muchos de los
productos que tradicionalmente se explo-
taban en la zona dejaron de cultivarse. Por
lo anterior, se vieron en la necesidad de
reemplazar estos productos por otros. Por
ejemplo, el plátano se cambió por la papa;
el sabor característico que se les daba a las
comidas con la tradicional leche de coco
se cambió por leche en polvo o leche pas-
teurizada. Hoy en día la comunidad está
haciendo un gran esfuerzo por recuperar su
soberanía alimentaria y es ella la que decide
lo que quiere y lo que necesita cultivar, pro-
curando que los productos que se hicieron
parte de la dieta de sus ancestros continúen
haciendo parte de las actuales generaciones.
44 45
Inicio UFPI Junio 2011
Avances Julio 2011
Estado actual de la UFPI
1
2
3
4
5
6
7
8
1
2
3
4
5
Generación depequeños ingresos
Organizacióncomunitaria
Recuperaciónde saberes
Soberaníaalimentaria
Intercambiode saberes
Seguridadalimentaria
Recuperaciónde semillas
Implementaciónde huertas
0
Telaraña de nuestra uFPI
Implementación de huertas
Con la participación activa de toda la
comunidad beneficiaria se implementa-
ron 18 huertas caseras con semillas de
hortalizas (tomate, chirarán, chillangua,
pimentón, cebollín y medicinales) que tra-
dicionalmente se cultivaban y que se habían
perdido por diferentes factores sociales,
culturales y económicos. Este proceso no
tuvo ningún inconveniente: cada familia
construyó sus huertas aplicando algunas
recomendaciones técnicas e incorporando
sus propios saberes.
seguridad alimentaria
Ha mejorado, ya que la gente está vol-
viendo a producir en la huertas. De este
modo no solo producen sino que además
se reducen los gastos de alimentación,
pues muchos de los productos que antes
tenían que adquirir en la tienda los están
produciendo en sus propias azoteas y los
productos que les sobran los están ven-
diendo, con lo que consiguen incrementar
los ingresos para sus hogares.
recuperación de saberes
Durante el desarrollo de las diferentes
prácticas que se requerían para la ejecución
y puesta en marcha de la UFPI, se recupera-
ron muchos de los saberes que la comunidad
utilizaba en sus trabajos agrícolas, tales
como la desinfección del suelo con agua
hervida o cenizas, la elaboración de trampas
para algunas plagas como la hormiga arriera
y el establecimiento de camas altas para evi-
tar la afectación de los cultivos por causa de
las lluvias o la creciente del río.
recuperación de semillas
Además de recuperar el cultivo de hor-
talizas tradicionales, también fue posible
recuperar otras semillas que desde hace
muchos años no se veían en la población,
entre estas la de ají dulce, la de achiote,
la de naranja china y la de arazá. Para la
comunidad fue muy grato ver la cara de
sorpresa de los beneficiarios al ver unas
semillas que desde hace mucho tiempo no
penetraban los suelos de su comunidad ni
se fructificaban para afianzar su cultura y
preservar sus costumbres.
46 47
organización comunitaria
Mientras se ejecutaba la unidad produc-
tiva, se organizó la junta directiva del
grupo beneficiario, con el fin de que cada
miembro asumiera roles y responsabilida-
des dentro de la misma. Ya se cuenta con
una presidenta, una vicepresidenta, una
secretaria, una tesorera, fiscales y vocales.
La elección se hizo por votación del grupo
y fueron ellos quienes postularon a los
que hoy conforman la junta directiva de
este grupo. Pese a esto todos tienen voz
y voto dentro de la unidad y todos son
gestores y colaboradores en busca de un
mejor bienestar para todos.
El proyecto se inició con 34 beneficiarios,
pero, debido a los diferentes inconvenien-
tes presentados a lo largo de la misma,
el grupo se redujo a 18 beneficiarios, la
gran mayoría mujeres. Esto dejó como
resultado la implementación de 18 huertas
caseras, donde cada huerta tiene en pro-
medio 6 camas que permiten la adecuada
distribución y desarrollo de las distintas
especies de hortalizas sembradas. De igual
manera se recuperaron 4 tipos de semillas
(ají dulce, naranja china, arazá y achiote),
adicionales a las que ya hacían parte del
proyecto. Como parte del proyecto, se
recibieron 10 tipos de semillas de hortalizas
(tomate, cebollín, diente de león, pepino,
pimentón, arvejas, borraja, caléndula,
ahuyama, cilantro) y 10 pequeñas parce-
las sembradas con chirarán y chillangua.
Además de las semillas ya mencionadas,
se obtuvieron semillas y se sembró una
pequeña cantidad de maíz en la mayoría
de las fincas de los beneficiarios, de donde
se espera obtener material suficiente para
aumentar el número de predios sembrados.
resultados
3.3
48 49
Cerca para chillangua sembrada
4. eXPerIeNCIAs Y APreNdIZAjes
Para entender el proceso indagamos sobre
los siguientes aspectos o dimensiones:
> Conocer cómo se han dado los proce-
sos de cambio actitudinal en las mujeres
y hombres que participaron en estos
espacios comunitarios.
> Conocer cómo se ha dado el encuentro
intercultural entre el instructor SENA
y las mujeres y hombres de la comuni-
dad de Vuelta del Mero.
> Entender cómo se han desarrollado los
enfoques o miradas con las que se ha
abordado la experiencia.
El presente trabajo de sistematización
busca compartir la experiencia de acom-
pañamiento como instructora del SENA
a un grupo de mujeres y hombres benefi-
ciarios de una experiencia de formación,
producción en contextos interculturales
promovido por el convenio SENA-Tro-
penbos, con el cual se pretende trabajar
directamente con comunidades negras
e indígenas para que, desde su propia
vivencia y experiencias, identificaran un
proyecto acorde con su identidad cul-
tural. En este marco nace el proyecto de
Recuperación de los cultivos de hortalizas
tradicionales para el mejoramiento de la
dieta alimenticia y generación de ingresos
en la comunidad Vuelta del Mero (afro),
municipio de El Charco, departamento de
Nariño, en la zona baja del río Tapaje, en
la región Pacífica de Nariño.
Queremos compartir nuestro encuentro
con este grupo de mujeres y hombres
negros que sufren hasta hoy las conse-
cuencias de la discriminación, la exclusión
y la marginalidad, porque no han tenido la
oportunidad de completar su proceso de
inclusión social (desarrollando los ritos y
costumbres a través de los cuales reafirman
su identidad cultural). Esto implica hacerse
a los medios de vida para superar la falta
de oportunidades y la exclusión y mar-
ginalidad histórica que han padecido por
falta de presencia real y efectiva del Estado.
Muchos de ellos sienten y manifiestan la
pérdida de recursos, costumbres, prácticas,
cultivos y tradiciones que los hacían reen-
contrarse con su identidad como pueblo
negro, porque se dejaron seducir por otras
formas de vivir, que les trajo muerte y
tragedia (como fue dedicarse al cultivo y
comercialización de hoja de coca y pasta
de coca). Hoy con este proyecto redescu-
bren el valor de sus costumbres, cultivos
y tradiciones como hombres del Pacífico.
50 51
A continuación se presenta el desarrollo
de una serie de herramientas de sistemati-
zación que han sido aplicadas tanto por el
instructor como por el grupo beneficiario
de la UFPI. El propósito del uso y apli-
cación de estas herramientas consiste en
facilitar la recopilación de información
y análisis de la experiencia de implemen-
tación de la UFPI Recuperación de los
cultivos de hortalizas tradicionales para
el mejoramiento de la dieta alimenticia y
generación de ingresos en la comunidad
Vuelta del Mero (afro), municipio de El
Charco, departamento de Nariño.
El proceso de sistematización inició con
el planteamiento de una pregunta eje que
nos permite interrogar la experiencia
que se va a sistematizar. Cada una de las
herramientas de sistematización en su
desarrollo intentará responder la pregunta
eje, con lo cual esta pregunta se constituye
en la compañera de viaje en la aplicación de
todas las herramientas que a continuación
se presentan.
beneficios económicos con la imple-
mentación de la Unidad Formación
Producción Intercultural por la venta
de plantas y condimentos; el grupo está
motivado y atento al diálogo intercultural
entre lo técnico del instructor y lo local
de los beneficiarios en aras de su propio
proceso organizativo; a raíz de la presen-
tación y ejecución de la UFPI el grupo
ha gestionando nuevos proyectos que
buscan la recuperación de sus actividades
agropecuarias tradicionales; hay mayor
conciencia de parte de la comunidad para
no dejar perder sus saberes ancestrales y
desde sus núcleos familiares están traba-
jando para preservarlos.
Pregunta eje de sistematización: ¿Cómo
contribuyó la UFPI Recuperación de los
cultivos de hortalizas tradicionales para
el mejoramiento de la dieta alimenticia y
generación de ingresos en la comunidad
Vuelta del Mero (afro), municipio de El
Charco, departamento de Nariño en el
afianzamiento de los saberes locales de
la vereda Vuelta del Mero?, ¿la unidad
productiva es sostenible?, ¿el proyecto fue
pertinente para la comunidad?
Dentro de los aspectos más relevan-
tes de la UFPI se pueden destacar los
siguientes: un grupo homogéneo y con
muchas ganas de trabajar y recuperar
sus cultivos tradicionales; se han logrado
52 53
La herramienta conocida como árbol de
preguntas nos permitió interrogar sobre la
experiencia vivida en la implementación de
la UFPI. Primero elaboramos una lista de
preguntas pertinentes asociadas a la experiencia
para profundizar en sus principales aspectos y
luego los colocamos en un árbol que dibujamos
previamente. Estas preguntas se desprenden de
la pregunta eje antes mencionada. A continua-
ción se presenta la narrativa derivada del árbol
de preguntas.
1
¿Cómo ha contribuidola UFPI a la organización del grupo?
¿Cómo ha incidido la implementación de la UFPI en las relaciones del grupo?
¿Cómo contribuyó la UFPI Recuperación del cultivo de hortalizastradiconales en el afianzamiento de los saberes locales de
la vereda Vuelta del Mero?
1
2
5
3
3
¿Cómo ha aportado la UFPI al empoderamiento de la comunidad?
¿De qué manera la puesta en marcha de la UFPI ha aportado para la seguridad alimentaria?
¿Cómo ha contribuido la UFPI en la generación de ingresos?
2
4Social
Económico
Organizacional
Seguridad alimentaria
Saberes
¿De qué manera ha incidido la UFPI en la recuperación de saberes locales?
45
Árbol de preguntas
4.1
se contactó a la comunidad, al consejo
comunitario, y se lograron acuerdos para
realizar los autodiagnósticos participativos
y hacer la caracterización de la comuni-
dad. Durante todo este tiempo de obtuvo
información valiosísima, que finalmente
arrojó unos resultados que dieron paso a la
formulación de un proyecto a partir de las
necesidades sentidas por la comunidad. El
trabajo directo con la gente, el intercambio
de saberes y la aplicación de las distintas
herramientas lograron que poco a poco
creciera el interés y entusiasmo del grupo
de aprendices por este proyecto, hasta que
finalmente se logró un verdadero compro-
miso por recuperar sus prácticas y saberes
ancestrales.
La UFPI Recuperación de los cultivos de
hortalizas tradicionales para el mejora-
miento de la dieta alimenticia y generación
de ingresos en la comunidad Vuelta del
Mero (afro), municipio de El Charco,
departamento de Nariño surge del sen-
tido social y pertenencia de un grupo de
estudiantes del programa de formación
titulada Tecnólogo en Formulación de
Proyectos del SENA (Centro Agroin-
dustrial y Pesquero de la Costa Pacífica).
Inicialmente el proyecto solo representaba
una práctica constitutiva al proceso de
formación y una manera de dar cumpli-
miento a las competencias que el aprendiz
debe desarrollar. La unidad de formación
producción intercultural tiene sus inicios
en junio de 2010; a partir de este momento
54 55
El Municipio de El Charco, como gran
parte del territorio nacional, se vio afec-
tado por el «boom de la coca», que tantos
estragos causó y sigue causando en el país.
En la Vuelta del Mero, según relatos de la
comunidad, muchos abandonaron sus cul-
tivos tradicionales (plátano y el coco, entre
otros), para dedicar todos sus esfuerzos y
disposición de sus tierras al cultivo de la
hoja de coca. Se comenta que hubo mucha
plata y esta bonanza económica generó
inflación de precios y alta dependencia de
víveres y abarrotes traídos del interior del
país, lo que hacía extremadamente cara
la vida en estas comunidades. De hecho,
aunque hoy en día son pocos los cultivos
de coca que sobreviven, los precios de
productos de pancoger como el plátano
son muy elevados, ya que una ración (64
plátanos) cuesta entre $60.000 y $55.000.
La producción local en general es baja,
comparada con otros años en los que
los cultivos como el plátano, el coco, la
papachina, la yuca, el zapote, el caimito y
la naranja abundaban y se comercializaban
a otros municipios de la costa Pacífica y
al Valle del Cauca por medio de barcos de
cabotaje. Pero hoy en día lo poco que se
produce es, en la mayoría de los casos, para
el autoconsumo. La comunidad afirma que
en sus alrededores ya no hay coca, puesto
que ellos mismos tomaron conciencia y
erradicaron todos los cultivos y los que no
se erradicaron los erradicó la fumiga como
les llaman a las avionetas que fumigan por
aspersión aérea los cultivos de uso ilícitos
y los lícitos, llevándose por delante los de
pancoger y las esperanzas y el alimento de
muchas familias. Miembros de la comu-
nidad manifiestan no entender por qué a
cada rato los fumigan si ya no hay coca, no
solo por los problemas que les causa, sino
porque además el precio actual de hoja es
demasiado bajo: en los momentos actua-
les una arroba se está comprando entre
$50.000 y $55.000. A pesar del gran daño
causado por la coca en la gran mayoría de
nuestras comunidades, es grato ser testigo
de la toma de conciencia de gran parte de la
comunidad y, sobre todo, del hecho de que
puedan reconocer que con la coca optaron
por el camino errado y así retomen lo que
siempre les ha dado para hacerse a los
medios de vida y les ha “permitido acos-
tarse y levantarse tranquilos”.
Limpia del terreno para la siembra
Gracias a los hábitos adquiridos en el
cultivo de coca, muchos de los campesinos
se acostumbraron y se volvieron depen-
dientes de los agroquímicos para fertilizar
sus suelos y obtener resultados en menor
tiempo, mucha de la gente está perdiendo
la costumbre de abonar la tierra o de tener
en cuenta las fases de la luna, como anti-
guamente se hacía, ahora se cree que estos
productos solucionan cualquier problema
y “eso de trabajar como antes, es matarse”,
lo que muchos no saben es que con las
maravillas de los agroquímicos se afecta el
suelo a largo plazo, como ellos mismo han
podido ser testigos, pues los suelos en los
que se cultivaba la coca hoy, están inférti-
les, no producen nada y ayudan día con día
a agudizar la pobreza y la desesperanza de
muchas familias de esta población.
Cuando se emprendió este proyecto en el
marco del convenio SENA-Tropenbos,
había un promedio de 35 beneficiarios, y tras
la llegada de la instructora SENA y una vez
iniciadas las actividades, se tuvo un promedio
de 17 mujeres y un hombre. Las mujeres,
muy trabajadoras y comprometidas, tiran
machete, limpian y se trepan a los arboles
cuando es necesario; todas son madres, el
55% viven con sus esposos y el 45% son
madres solteras (lo que las convierte en
madres cabeza de hogar).
Pero también hay quienes no están de
acuerdo con erradicar estos cultivos: según
Dalia, «si no nos fumigaran nosotros,
todavía tendríamos sus cultivos». De
hecho algunos, aun después de todo lo
que ha pasado, continúan sembrando y
cultivando la hoja, la cual camuflan entre
los cultivos lícitos o de pancoger (plátano,
yuca, papachina, etc.) y por ello en oca-
siones cuando fumigan también se afectan
dichas plantaciones, lo que los deja sin coca
y sin productos de pancoger, con hambre y
sin esperanzas.
56 57
Desde el primer contacto se mostraron muy
amables y dispuestas a trabajar. Al princi-
pio expresaron los avances del proyecto e
indicaron que habían sembrado chirarán y
chillangua al voleo con instructor Roger
Iván Estacio, quien las acompañó en la pri-
mera fase de implementación del proyecto
y con quien no pudieron culminar debido
a los fluctuantes cambios de instructores
que se presentaron durante aquel semestre.
Después de hablar y conocer un poco de la
comunidad, se acordó la construcción de
camas para el establecimiento del cultivo
de hortalizas. Primero se pensó en cons-
truir camas altas para evitar problemas con
el exceso de lluvias, y al respecto, el único
hombre que formó parte del grupo, don
José Evangelista, acotó: «Es mejor hacer
las camas en el suelo, porque si se hacen
altas la tierra se seca y se pone muy dura en
la sequía y las plantas se mueren». En ese
momento todos comprendieron la obser-
vación y se hicieron las camas según la
recomendación de nuestro único hombre.
Después de realizar la construcción de
camas y la siembra de semillas, se le hizo un
encierro a las hierbas aromáticas (chirarán y
chillangua) que ya se habían sembrado, con
el objetivo de protegerlas de las personas,
las gallinas y otros animales que transitan
permanentemente por la parcela sembrada.
Se realizaron dos encierros, ya que, como
se sembró al voleo, había un grupo en un
lado y otro en otro lado; el trabajo se hizo
solo con las mujeres y algunos niños que
ayudaron a transportar las tirillas (trozos
delgados de madera, que suelen utilizarse
para cercar o estaquillar). El área cercana
tiene un tamaño considerable, del cual se
obtuvo una muy buena producción. En la
cabecera Municipal y en algunas veredas
cercanas la demanda es permanente y un
atadito pequeño se vende en $ 500 y a quien
compra tres ataditos se le dejan en $ 1.000.
Algunas de las beneficiarias ya se dedican
a la venta de estas plantas y en medio día
se venden entre $ 10.000 y $15.000, cada
semana que son de gran ayuda para la eco-
nomía de sus hogares.
Esperaron con mucho entusiasmo la
germinación, floración, fructificación y
cosecha de las mismas, todos llevaron a sus
hogares las semillas restantes para sembrar
en sus casas y realizar todo el proceso
de acuerdo a lo hecho en el lote, que nos
facilitó doña Aida, quien inicialmente hizo
parte del proyecto, pero se desvinculó
porque prefirió no trabajar con los demás
miembros del grupo, según ella «eso de
trabajar en grupo es pa’ problema, mi
marido me dijo que si era sola, sí, pero en
grupo, no, los más pendejos trabajan y los
más vivos se quedan con las cosas».
Siembra de semillas
Después de construir las camas, se logró
conseguir semilla de tomate y pepino. Las
camas se construyeron rápidamente y se
abonaron gracias a la buena dinámica del
grupo; días después se realizó el proceso
de siembra. Este proceso fue interesante ya
que todos pensaron que la siembra se haría
al voleo o simplemente tirando las semillas
en las camas, pero fue preciso indicarles que
se debe sembrar conservando una distancia
de siembra entre plantas y entre líneas a
fin de evitar la competencia y para que,
además, el cultivo se desarrolle de mejor
forma y no se genere competencia entre
las plantas y cada una alcance a recibir la
cantidad de nutrientes necesarios. Una las
más sorprendidas fue doña Checha, quien
comentó: «Yo pensé que eso no más se
tiraba y ya». Todas estuvieron dispuestas a
realizar la siembra de semillas y el riego de
las mismas, con una sonrisa y un gran entu-
siasmo en sus rostros; esto lo catalogamos
como diálogo de saberes.
58 59
En octubre de 2011, se llevó a cabo la entrega
de materiales de la UFPI: 13 pares de botas,
25 machetes, 6 azadones, 8 rollos de cabuya,
50 metros de polisombra, 3 bombas de
espalda, 10 baldes de 12 litros de capacidad,
3 serruchos y 4 hachas. La distribución de
los materiales se hizo de forma individual,
en lo que respecta a las botas y los machetes,
y el resto de materiales se distribuyó por
zonas (es decir, la vereda se dividió en tres
zonas: centro, abajo y arriba), y se escogió
un líder por zona, quien sería el responsable
de los materiales del grupo de acuerdo con
su ubicación. Debido a que las botas no
alcanzaron para todos los miembros del
grupo, fue necesario vender el tanque con
capacidad para 500 litros. Este tanque se
vendió por la suma de $100.000; con estos
recursos se adquirieron los 5 pares de botas
que quedaron haciendo falta. En noviembre
se llevó a cabo la entrega de semillas de
hortalizas, plantas medicinales y condimen-
tarias.
El total de semillas recibidas fue dividido
entre todas las beneficiarias. Las semillas
era lo único que hacía falta para poder
dar inicio a la UFPI. Aunque buena parte
de la semilla era suficiente para las par-
ticipantes, en el caso de la habichuela no
Huertas construidas por la
s fam
ilias
Entrega de semillas por familia
Entrega de m ateriales U
FPI
alcanzó, ya que solo eran 100 gramos para
18 personas, por lo que a algunas solo se
les pudo dar 2 o 3 granos. No obstante la
gente quedó muy contenta con la entrega
de las semillas, ya que hacía más de un año
que estaban esperando que se ejecutara el
proyecto. Antes de recibir las semillas se
construyeron las camas para la siembra;
esta actividad se hizo de manera individual
(por familias), pues quedó comprobado
que de esta forma se apersonan más y tie-
nen más responsabilidad en las actividades
diarias que requieren los cultivos. Como la
pequeña parcela creada en grupo no fun-
cionaba si no estaban todos, ninguno era
capaz de regar las camas, aun estando muy
cerca de la huerta; por ello se le dio a cada
familia para que cada una respondiera por
lo que se le entregó y se comprometiera
totalmente con su pequeño cultivo. Antes
de la entrega, cada beneficiario construyó
camellones con subdivisiones para realizar
la respectiva siembra; algunos lo hicieron
el día de la entrega y los demás en los
días siguientes, pero absolutamente todos
construyeron sus camas con los materiales
que tenían disponibles en la zona. Tras el
establecimiento de los sembríos, se hizo el
riego para favorecer la germinación, la cual
se dio dentro de los tres días siguientes a la
siembra; en el caso de la borraja y el diente
de león, no hubo germinación de semilla,
debido a que el clima de la zona no es el
ideal para este tipo de cultivos; el cilantro,
aunque se demoró un poco más, se dio
después de más o menos 10 días.
En cada una de las camas, se instaló
polisombra, a fin de disminuir el fuerte
impacto del sol sobre los sembradíos. A
quienes viven en la zona de abajo, les fue
preciso hacer camas a más o menos 50 cm
de altura del suelo, ya que cuando crece el
río se inunda con mucha facilidad y ello
ha hecho que los suelos en esa zona en
especial no sean muy buenos: ni siquiera
se da la albahaca y el cimarrón, que se dan
con tanta facilidad y que son bandera en
el resto de la zona. Además de hacer las
camas altas, están muy pendientes del
suministro de agua para las plantas, a fin
de evitar que se afecten por falta de riego.
Es de resaltar que la comunidad se motivó
mucho más con la llegada de los materiales,
pero solo depende de ellos que todo sea
solo por un momento o que a partir de
este proceso se genere una nueva actitud
en cada uno de los miembros, y entonces
pierdan esa dependencia que tienen para
con el Estado. Es decir, se espera que a
partir de sus fortalezas generen procesos
que les proporcionen una mejor calidad
de vida o que al menos sea igual a la que
tenían en el pasado.
Como producto final, quedaron instalados
18 camellones sembrados con hortalizas,
plantas medicinales y condimentarias y
cada uno de los beneficiarios obtuvo botas
y machetes para realizar las labores propias
de la agricultura. Se espera que el trabajo
realizado culmine de la forma que se espera
y que todo el tiempo y esfuerzo dedicado
por parte de todos los involucrados en este
proceso culmine como va hasta ahora.
60 61
Durante el desarrollo e implementación de
la unidad productiva se lograron recolectar
algunas semillas que, aunque se pueden
encontrar en la zona, no se encuentran
disponibles en la comunidad de Vuelta
del Mero, por lo que fue preciso traerlas
desde Tumaco. Las semillas que se obtu-
vieron fueron: arazá o guayaba brasilera,
guanábana, achiote, ají dulce, guayabilla y
naranja uva. Una vez las plantas alcancen la
madurez necesaria, se hará la distribución
por familias y esperamos poder experimen-
tar injertando la naranja que se produce en
la vereda con la naranja uva para ver qué
resultados se obtienen. También se realizó
el proceso de extracción y conservación
de semillas para que todos conocieran el
procedimiento y puedan realizarlo cuando
se requiera. Esta actividad se realizó con
la participación activa de todos los bene-
ficiarios: después de extraer las semillas,
extracción y conservación de
sem
illas
semillas r
ecupe
ra
das
Preparación de chillangua para
la v
enta
se dejaron por dos días en agua aquellas
que tienen mucílago, como la guanaba, la
naranja, el arazá y la guayabilla; después
que se ha eliminado el mucílago por efecto
del agua, se dejan al sol hasta que estén
totalmente secas; para las semillas de ají y
achiote, solo se extraen las mejores semillas
y se dejan al sol por varias horas; luego
se empacan en bolsitas de papel para que
absorba la humedad y pueda conservarse
mejor; pero si lo que se quiere es conser-
varlas por varios meses, se empacan en
frascos de vidrio con tiza o cal y se tapan
dejándolos en un lugar fresco y seco. El
procedimiento quedó así totalmente claro
para los beneficiarios; unos ya lo conocían
y otros lo venían aplicando en sus huertas y
parcelas. Solo se espera que todos lo lleven
a la práctica y que una vez se queden sin
semillas puedan obtenerlas de los cultivos
que ya poseen.
cosecha de las plantas aromáticas (chirarán y
chillangua) que están disponibles en la zona y
que el grupo había sembrado con antelación.
El grupo cosechó toda la parcela que estaba
sembrada, se empacaron en pequeños atados
y se vendieron en el municipio de Tumaco.
Con lo que se obtuvo se realizó la compra de
pollos de engorde para levantarlos en patio,
a fin de que las familias tengan variedad de
productos agropecuarios que les den seguri-
dad alimentaria, soberanía alimentaria y que
se conviertan en una opción de ingresos para
cada uno de los beneficiarios, ya que el pollo
tiene buena acogida en la comunidad y en los
alrededores: el precio de un pollo de 4 libras
Para diciembre, se llevó a cabo la primera Después de realizar los procesos de obten-
ción y conservación de semilla se procedió
a sembrarlas en los semilleros y se escogió
una pequeña área para cada tipo de semilla.
Antes de la siembra, se humedecieron las
camas, ya que por la temporada de verano
la tierra se seca y se demora más de lo nor-
mal el proceso de germinación. Además de
aplicar agua a las camas se removieron y
se abonaron con aserrín, hojas secas, restos
de cosecha y gallinaza. Se espera que en un
lapso no mayor a 30 días estén germinadas
todas las semillas para hacer la distribución
entre todos los beneficiarios a fin de que
cada uno pueda tenerlos y cultivarlos en
sus propias huertas.
62 63
oscila entre $25.000 y $30.000. Una vez lle-
garon los pollos, se realizó una capacitación
en cría y manejo. Pese a que la producción
se hizo por familias, la comercialización se
hace en forma grupal, tal como se hizo en la
primera venta de plantas aromáticas. Con el
dinero obtenido de la venta de las hierbas aro-
máticas, se compraron 50 pollos de engorde,
que se repartieron entre las 18 beneficiarias;
cada beneficiaria recibió 2 pollos, pues se pre-
sentó una tasa de mortalidad del 5% (algunos
murieron por las condiciones climáticas
y otros fueron comidos por animales más
grandes, esto ocurrió porque las aves tenían
solo dos días de nacidos cuando llegaron a
la vereda), mortalidad que se considera muy
baja, teniendo en cuenta las condiciones del
lugar. La mayoría de la comunidad no suele
comprar animales tan pequeños porque pien-
san que no van a sobrevivir por la edad, pero
con esta experiencia pudieron comprobar
que sí es posible levantar aves muy pequeñas
sin mayores inconvenientes.
Cada familia construye pequeños galpones para levantar sus pollos la primera semana; luego sueltan los pollos al patio para
que se adapten a las condiciones de la región y puedan pastorear y alimentarse de plantas y hierbas.
La gran mayoría ha aumentado el número
inicial de aves y algunos ya tienen más de
diez pollos, que venden cuando tienen la
edad adecuada. Todos están muy satisfe-
chos con el uso que se les dio a los recursos
obtenidos con la venta de las hierbas aro-
máticas y están criando sus aves con mucho
entusiasmo. Además, se está elaborando
concentrado casero con materia prima de
la región para alimentar a las aves. Todo
este proceso ha sido sumamente intere-
sante y enriquecedor para ambas partes
y, es de destacar, el hecho de poder con-
tinuar como instructora en el municipio
de El Charco, pues el proceso no termina
La siguiente herramienta, que llamamos
línea de tiempo, nos permitió identificar los
principales hitos o acontecimientos ocurri-
dos en la experiencia de implementación de
la UFPI. Para esto definimos claramente el
momento de inicio y de finalización de la
experiencia que queríamos reconstruir e
hicimos un listado de los hitos. Esta infor-
mación fue luego colocada en un gráfico, que
dio como resultado una línea de tiempo. Pos-
teriormente tomamos algunos de los hitos
identificados y los colocamos en el centro de
una estrella con el propósito de explorar en
aquellos aspectos del contexto que rodean y
explican el hito, observando las dinámicas de
lo sucedido y explorando aspectos relaciona-
dos a la experiencia que probablemente no se
han tenido en cuenta. Para hacer esta lectura
de contexto, establecimos unas dimensiones
o variables que nos permitieron acercarnos
al contexto y extraer enseñanzas, teniendo
en cuenta que los actores y sus relaciones
son diferentes y cambiantes entre un hito y
otro. Entonces, entre los hechos relevantes
que marcaron el proceso entre los que se
destacan los siguientes:
Línea de tiempo
4.2
cuando se entregan los materiales, sino que
apenas comienza cuando estos llegan; es
necesario hacer seguimiento al proceso,
de tal forma que se pueda orientar a los
beneficiarios en los procesos previamente
establecidos y poderles seguir brindando
herramientas que permitan fortalecer y
consolidar la Unidad de Formación Pro-
ducción Intercultural establecida, todo
con el fin de que se genere un impacto
realmente positivo, que vaya más allá de la
entrega de materiales, y que en la medida
de las posibilidades se logren los objetivos
trazados o propuestos en la propuesta.
64 65
Junio
Agosto
Abril
Octubre
Diciembre
Septiembre
Noviembre
2010
2011
2012
Se presenta el proyecto a la comunidad y se acuerdan las reglas de juego y las actividades necesarias para recolectar información.
Se inicia el proceso de ejecución e implementación de la UFPI bajo la orientación del instructor Roger Iván Estacio.
Se asigna una nueva instructora a la UFPI y se continúa el proceso de ejecución e implementación de la unidad productiva.
Acuerdos con la comunidad e intercambio de saberes técnicos y empíricos en torno a las labores de preparación y adecuación.
Se realiza una minga entre todos los miembros del grupo en torno a la siembra de las primeras camas que sirvieron como modelo para los beneficiarios.
El grupo obtiene los primeros beneficios económi-cos por la venta de hierbas aromáticas e invierte dichos recursos en la compra de pollos de engorde.
La comunidad ve consolidada la ejecución de la UFPI con la entrega de materiales y la siembra de semillas por unidad familiar.
El proyecto presentado para beneficio de la comunidad es aprobado.
Línea de tiempo > Se presenta el proyecto a la comunidad
y se acuerdan las reglas de juego y las
actividades necesarias para recolectar la
información.
> El proyecto presentado para benefi-
cio de la comunidad es aprobado en
diciembre de 2010.
> Se inicia el proceso de ejecución e
implementación de la Unidad de
Formación Producción Intercultural
(UFPI), bajo la orientación del instruc-
tor Roger Estacio.
> Se asigna una nueva instructora a la
UFPI y se continúa con el proceso de
ejecución e implementación del pro-
yecto.
> Se llevan a cabo acuerdos con la comu-
nidad e intercambio de saberes técnicos
y empíricos que van más allá de las
labores de preparación y adecuación de
terreno.
> Se realiza una minga con todos los
miembros del grupo en torno a la siem-
bra de las primeras camas que sirvieron
como modelo para los beneficiarios del
grupo.
> El grupo obtiene los primeros benefi-
cios económicos por la venta de hierbas
aromáticas e invierte dichos recursos en
la compra de pollos de engorde.
> La comunidad ve consolidada la eje-
cución de la UFPI, con la entrega de
materiales y la siembra de semillas por
unidad familiar.
A continuación se resaltan los acon-
tecimientos más relevantes durante la
implementación y ejecución de la UFPI.
66 67
Se presenta el proyecto a la comunidad y se acuerdan las reglas
Aspecto cultural
Recuperación de prácticas y saberes propios.
Se presenta el proyecto a lacomunidad y se acuerdanlas reglas de juego y lasactividades necesarias pararecolectar información
Aspecto económico
Generación de ingresos a la economía familiar.
Aspecto social
Toda la comunidad logra beneficiarse del proyecto.
Aspecto ambiental
Más diversidad agroecológica parala comunidad y su entorno.
Aspecto organizacional
Organización del grupo y concertaciones.
Hito
La presentación del proyecto a la
comunidad se hizo a través del grupo
de aprendices del curso Tecnólogo en
Formulación de Proyectos, quienes,
como parte de una competencia de su
formación, vieron a bien realizar un
autodiagnóstico participativo sobre esta
comunidad. En principio solo se tomó
como una actividad más del curso, pero,
durante su transcurso, el contacto con
la gente y el vivenciar de la comunidad
sobre su realidad y lo perdido en términos
de cultivos, alimentación y costumbres, se
vio la necesidad de formular el proyecto
y presentarlo a la convocatoria realizada
por el convenio SENA-Tropenbos sobre
las reales necesidades de dicha comunidad.
Esto generó un mayor compromiso de
esta comunidad para resolver ella misma
sus propios problemas. Posteriormente,
y de común acuerdo con los miembros
de la vereda, se expresaron las reglas de
juego y lo que requería el grupo para
poder iniciar el trabajo de identificación
del proyecto más pertinente, utilizando
para esto una serie de herramientas para
la caracterización y autodiagnóstico de la
población. Este acontecimiento se con-
sidera un hito, ya que fue el punto de
partida de la UFPI, y se constituyó en
una herramienta muy poderosa para el
autorreconocimiento y la consolidación
de la recuperación de los cultivos y sabe-
res locales.
68 69
El grupo obtiene los primeros beneficios económicos
Aspecto cultural
Afianzamiento de las actividadesculturales, trabajo familiar.
El grupo obtiene los primerosbeneficios económicos por laventa de hierbas aromáticas einvierte en la compra de pollosde engorde
Aspecto comercial
Realización de pequeñas actividades comerciales.
Aspecto pertenencia
Crecimiento del sentido de pertenencia yvaloración de lo que se tiene y se produce.
Aspecto productivo
Recuperación de huertas caserasy producción local de hortalizas.
Aspecto organizacional
Organización del grupo en torno ala actividad de comercialización.
Hito
«¿Y la venta de eso sí alcanza pa’ algo?,
¿cuánto vale en Tumaco un atao de
chillangua?». Las preguntas de Miriam
generaron una pequeña discusión; unos
decían que sí alcanzaba, pero otros no
estaban muy seguros. En todo caso se
inició la recolección y de inmediato se
organizaron los atados de las hierbas, que
en El Charco se venden a 3 por $1.000.
En total se alcanzaron a recoger unos 40
atados y, según los cálculos de Lina, una
joven madre de 5 niños, «eso da como
12.000 pesos. ¿Y eso pa’ que alcanza?».
A lo que doña Doris respondió: «¡Niña!,
pero en Tumaco dan más plata por atao».
Se hicieron distintas especulaciones y cál-
culos por varios minutos entre el grupo,
hasta que finalmente se organizó todo el
producto y con algo de duda pero entre
sonrisas dijeron: «tamos exportando a
Tumaco». Pocas veces se es testigo de
semejante luz de esperanza estampada en
un pequeño fragmentico de tierra. Pese a
las dudas, y a todo lo que esto implicaba,
se llevaron las hierbas hasta Tumaco y se
vendieron a $1.000 cada atado, sin mayor
inconveniente, ya que, como en la mayo-
ría de territorios costeros de la región
Pacífica, estas hierbas hacen parte de la
esencia misma de los pueblos y utilizarlas
no es una opción sino una necesidad que
afianza la identidad y las tradiciones.
Terminadas las labores de siembra de las
plantas aromáticas (chirarán y chillangua),
se concertó con los miembros del grupo la
cosecha de estas para comercializarlas en
Tumaco e invertir los recursos obtenidos
en algo que les generara beneficio a todos
los miembros, la primera propuesta fue
invertir dichos recursos en la compra
de pollos de engorde, aprovechando la
víspera decembrina y que la misma se
constituyera en una buena oportunidad
para generar ingresos adicionales a la
economía familiar; sin embargo, algunos
no creían que la venta de dichas plantas
fuese a generar recursos suficientes para
comprar un pequeño lote de aves. Miriam
fue una de las primeras en preguntar:
70 71
Aspecto cultural
Recuperación de antiguasprácticas de trabajo colaborativo.
Se realiza una minga entretodos los miembros delgrupo en torno a la siembrade las primeras camas quesirvieron como modelo paralos beneficiarios del grupo
Aspecto social
Se propician la armonia y las buenasrelaciones del grupo.
Aspecto de género
Consolidación de los roles de acuerdoal genero según la tradición local.
Aspecto productivo
Implementación de camasy siembra grupal.
Aspecto organizacional
Trabajo en equipo, designación de roles.
Hito
Se realiza una minga número de estas. Días después todos los
pollos estaban en plena etapa de levante con
una baja tasa de mortalidad. A la gente le
sorprendió que, habiendo llegado de muy
poca edad, lograran desarrollarse, ya que
normalmente compraban pollos con una o
dos semanas de edad a un precio de $5.000
a cada uno, mientras que comprándolos
con una edad de 2 a 3 días tienen un valor
de $1.200 cada uno en Tumaco. Gracias a
los resultados obtenidos, se compraron
más aves, traídas desde Tumaco, con baja
mortalidad y muy buena conversión; estas
aves los acompañaron en las festividades de
Navidad y Año nuevo y dejaron ingresos
adicionales y nuevas experiencias para el
grupo.
Otro momento de gran importancia
para UFPI y para el grupo en general
fue la realización de una «minga» en
torno a la construcción de camas que
servirían como modelo para el resto de
beneficiarios. Dicho evento fue todo un
acontecimiento, ya que logró la integra-
ción total del grupo, en una actividad que
resultó bastante satisfactoria para todos.
Inicialmente se acordaron las actividades
y las fechas en las que se harían. Se con-
taba con semilla de tomate y pepino y en
principio se pensó en sembrar en camas
altas, pero después del diálogo de saberes
se llegó a la conclusión de que lo más per-
tinente era realizar las camas en el suelo.
Instalación y adecuación de condiciones del suelo de las camas
Como resultado de las ventas de expor-
tación, se obtuvieron $40.000 y, con un
aporte adicional, se compraron 50 pollos
de engorde de tres días de nacidos y, gracias
a que por esos días se estaba implemen-
tando una unidad productiva por parte del
SENA, se contó con alimento para suplir
los requerimientos de las aves durante los
primeros días. Una vez llegaron las aves a la
comunidad, la mayoría afirmó que dichos
animales no iban a sobrevivir ya que su
edad (tres días de nacidos) no se los iba a
permitir; sin embargo, a medida que los días
transcurrían los animales crecían y desarro-
llaban de forma adecuada; esto motivó a la
gente a construir pequeños galpones para
albergar las aves y a pensar en aumentar el
72 73
Fue grato ver a las mujeres, a los niños y a
nuestro único hombre trabajando juntos,
charlando y sonriendo, en compañía de
una olla de aguapanela con limón. El área
trabajada, aunque no era grande, requirió
de podas, deshierbas e, incluso, fue nece-
sario cortar algunas ramas de árboles que
podrían afectar las plántulas cuando se
presentaran lluvias, por lo que Diana, una
de las participantes más jóvenes, sin pen-
sarlo dos veces, se trepó al árbol de más de
10 metros, con tal facilidad y rapidez que,
cuando menos se pensaba, estaba pidiendo
espacio para que pudiese caer la rama de
más de 5 metros que había cortado a punta
de machete. En dicha ocasión, mientras se
limpiaba una de las zanjas (drenajes), se
apareció una culebra cabezona, como la
llamó doña Doris; «esas diablas son vene-
nosas, toca cortarles la cabeza, porque esas
lo muerden a uno», dijo, pero por más
que se buscó la famosa culebra, ya había
desaparecido en medio de la maleza y las
hojas de los árboles. Después esta primera
dificultad, se continuó con el trabajo,
hasta que finalmente se instalaron cuatro
camas; debido al tipo de suelo (arcilloso)
en el que se establecieron los camellos,
fue preciso mejorarlo y se le incorporó
aserrín descompuesto, que abunda en la
zona (debido al aserrío que se encuentra
en la comunidad); además de esto, se ela-
boraron abonos de hojas verdes y restos
de cosechas a fin de mejorar las cualidades
físicas y químicas del suelo.
Al ponerse el sol y vestirse de colores el
cielo que cubre la extensa ruta del río
Tapaje, la actividad propuesta estaba
terminada y la satisfacción rondaba entre
todos los participantes por la labor desem-
peñada. Días después se sembró la semilla,
y, al igual que la preparación del lote, fue
un acontecimiento memorable, porque la
mayoría del grupo no conocía la semilla
de pepino y porque además conocieron
el procedimiento de siembra en camas,
teniendo en cuenta los parámetros técnicos
y las distancias de siembra establecidas.
Doña Ilda, una de las mujeres de mayor
edad del grupo, sonreía mientras hacía
los agujeros para depositar las semillas y
solo atinaba a decir: «¡Vea!, así es que ha
sido esto», frase con la cual le sacaba más
de una pequeña carcajada o comentario a
sus demás compañeras. Esto se constituyó
además en una valida ocasión para recordar
que una de las principales características de
los pueblos afrocolombianos son las famo-
sas mingas, que, pese a que el tiempo se ha
marchado con ellas, aún en pequeños espa-
cios y por efímeros momentos de nuestra
nueva realidad se aparece, para afianzar
las costumbres y recordar que quizás en
algunos aspectos «todo tiempo pasado fue
mejor».
La herramienta mapa de actores nos per-
mitió identificar los principales actores
relacionados de manera directa e indirecta
con la UFPI y valorar el tipo de relación
establecida entre dichos actores y la unidad
productiva. En su desarrollo, comenzamos
elaborando un listado de los actores y sus
características.
Mapa de actores de la experiencia
4.3
74 75
ConflictoCooperación
Puntual
Buena
Excelente
Andres Fajardo
Aidé Ortega y Eugencio Cuero
Instructora SENA
Instructora SENA
Alcaldía municipal
Beneficiarios
BeneficiariosAndres Fajardo
Aidé Ortega y Eugencio Cuero
Mauricio García
Alcaldía municipal
Tropenbos
Mauricio García
Tropenbos
Proveedor
Aidé Ortega y Eugencio Cuero
Instructora SENA
Mauricio García
Proveedor
Doris SánchezDoris Sánchez
UFPI
Mapa de actores beneficiarios (cuyo número inicial fue de
30 participantes, pero que al final se redujo
a 18 integrantes plenamente activos) y la
señora María Doris Sánchez, líder actual
de la vereda de Vuelta del Mero. Todos los
anteriores actores fueron determinantes
para que la UFPIS, tras un proceso con-
cienzudo de autodiagnóstico participativo
con los propios involucrados, pudiese
ejecutarse de la forma en que se diseñó.
Es de destacar el compromiso mostrado
por parte de las entidades que realizaron el
convenio (SENA y Tropenbos), cada una
en la medida de sus posibilidades brindó
apoyo técnico, logístico y formación para
los instructores involucrados y, aten-
diendo oportunamente las necesidades las
comunidades objetivo, aunaron esfuerzos
para que la meta se cumpliera a cabalidad,
priorizando siempre a las comunidades.
Este proceso dio a lugar a todo tipo de
relaciones entre los actores involucrados;
las mejores relaciones se dieron entre los
beneficiarios, el líder y la instructora a
cargo de la implementación, quienes logra-
ron estrechas relaciones, hasta alcanzar un
perfecto engranaje, donde todos aportaban
y cada uno era parte relevante para el
proceso. Se intercambiaron experiencias
y conocimientos y surgieron dudas, sin
perder en ningún momento el entusiasmo
y las ganas de trabajo del grupo, pese al
tiempo y a las diversas circunstancias por
las que pasó la comunidad en la implemen-
tación del proyecto.
María doris sánchez, líder de la vereda, vendiendo papachina y yuca en la cabecera municipal
Durante el proceso de implementación de
la UFPI participaron varios actores, fun-
damentales en el desarrollo de la misma y
responsables de los resultados que hoy se
alcanzaron. Estos actores fueron el SENA
(a través del subdirector de Centro, doctor
Andrés Fajardo), Tropenbos, la O.I.E
(proveedor de insumos), el asesor Mauricio
García (Tropenbos), los coordinadores del
programa jóvenes rurales emprendedores
del SENA, Aidé Ortega (actual coordi-
nadora del programa) y Eugenio Cuero
(quien inició este proceso cuando se
estableció el convenio), la alcaldía del
Municipio de El Charco, los instructores
encargados de implementar las unidades,
Roger Estacio (quien inició la implemen-
tación de la UFPI) y Claudia Patricia
Quiñones (quien continuó la implemen-
tación y culminó con la ejecución de la
misma); de igual modo, participaron los
76 77
También hubo relaciones muy puntuales
entre los involucrados y en las que solo
se hacía contacto para tratar temas muy
precisos; tales relaciones se presentaron
entre la líder del grupo y los coordinadores
del programa, la instructora y el asesor del
convenio.
De igual forma hubo relaciones de coo-
peración entre el SENA y Tropenbos,
quienes trabajaron de la mano para hoy
ver consolidado algo que inició en ideas,
continuó en páginas y que hoy es una rea-
lidad para las familias que se beneficiaron
del mismo.
de derecha a izquierda: Aidé ortega, actual coordinadora de programa jóvenes rurales del
sena, Mauricio garcía, asesor de Tropenbos y Claudia Patricia Quiñones, instructora sena.
La cooperación entre las partes fue cons-
tante, con gran compromiso de lado y
lado, lo que hizo posible que los objetivos
se cumplieran satisfactoriamente. Entre el
asesor del convenio y el coordinador del
programa se dieron las mismas relaciones
de cooperación, un trabajo mancomunado
que siempre apuntó hacia el mismo norte,
buscando siempre acuerdos y en procura
de una perfecta armonía. Así mismo hubo
cooperación entre el SENA y la Alcaldía
del municipio de El Charco; pese a que no
esta no hizo ningún aporte económico para
el proyecto, es rescatable la ayuda brindada
por algunos funcionarios (Evaristo) en
cuanto a la información brindada sobre la
comunidad objetivo, el contacto con los
líderes y la motivación constante que le
imprimió al grupo para no solo trabajar en
este proyecto, sino para que también pre-
sentaran otras propuestas. «Ahí tienen a la
instructora, aprovéchenla», solía decir Eva-
risto, un funcionario de la alcaldía local que,
aunque no hizo ningún aporte material para
la causa, siempre estuvo pendiente de esta,
ya que fue uno de los miembros del grupo
que realizó la caracterización y el autodiag-
nóstico de la UFPI y siempre estuvo muy
pendiente de esta.
Beneficiarios de la UFPI
Pero no todas las relaciones entre los invo-
lucrados son buenas, ya que, por ejemplo,
entre la alcaldía municipal y los beneficia-
rios no son las mejores. Entre estos dos
actores hay relaciones de conflicto, debido
a que el alcalde de turno no era de la misma
corriente política de los beneficiarios. Este
caso es muy común en todo el municipio,
puesto que la política es determinante
para los habitantes del lugar; ser amigo del
gobierno de turno es sinónimo de trabajo,
de estudio, de contactos y de rosca y, para
el caso de Vuelta del Mero, no se encontra-
ban en esa rosca, ya que, como dice doña
Doris, «a nosotros nos toca votar por el
que diga Checho». Checho es un exlíder de
la localidad con un deseo de poder que no
mengua con los años, sino que al parecer
se acrecienta cada que sus enemigos llegan
a gobernar. Checho, además de nacer en la
vereda en la que se ejecutó el proyecto, es
cuñado el propietario del aserrío que hay
en la vereda, que no da ni exige seguridad
social y donde los accidentes son tan
normales como cortar los árboles. Este
negocio genera gran parte de los empleos
que se dan en esa comunidad, y, gracias a
esa dependencia laboral, es fácil para Che-
cho subordinar y manipular a la gente cada
que lo considera necesario. Así, Checho
parece el alcalde de esa vereda, ya que hace
lo quiere, pero no le genera ningún benefi-
cio a la misma.
Esto hace que los alcaldes de turno, que no
gobiernan para todos sino para sus amigos
y para los que votan por ellos, mantengan
marginada a la gente de Vuelta del Mero,
a tal punto que, estando a no más de 10
minutos de la cabecera municipal, no
cuenta con servicios básicos y ni siquiera
ha sido posible construir pequeños puen-
tes que permitan unir algunas zonas de la
vereda que se fragmentan cada día por la
erosión y la influencia del río Tapaje.
En general las relaciones entre los acto-
res son buenas. Cada uno, en mayor o
menor proporción, hizo lo posible para
que la UFPI se implementara y ejecutara
conforme a lo establecido, respetando las
posiciones. Cada actor desempeñó su labor
y cooperó en la medida de sus posibilida-
des, en un marco de respeto y equidad, que
hoy nos permite plasmar estas líneas con
la plena convicción y la satisfacción del
trabajo hecho.
78 79
La implementación y ejecución de la UFPI
ha sido un proceso largo, con subidas y
caídas en diferentes momentos, desde su
concepción y caracterización hasta su
autodiagnóstico. Es de anotar que fue un
proyecto pertinente y que la adecuada
aplicación de las diferentes herramientas
permitió que el resultado obtenido expre-
sara la realidad y las verdaderas necesidades
la comunidad objetivo.
Este no ha sido un trabajo fácil para nin-
guna de las partes, ya que aunque todos
tenían la voluntad de hacer las cosas bien,
no bastaba con las buenas intenciones, era
necesario ejecutar acciones que permi-
tieran hacer de esto lo que realmente se
quería y lo que en realidad necesitaban los
beneficiarios. Ha sido una experiencia rica
en diálogos, remembranzas, risas, dudas,
descontentos, saberes, interculturalidad,
pero sobre todo ha sido una experiencia
que nos permitió a los directos involucra-
dos afianzar lazos, a reconocernos como lo
que somos, apreciando y valorando nuestra
cultura, nuestros orígenes y no olvidando
los padecimientos de nuestros ancestros,
esos cimarrones que lograron liberarse de
las cadenas que aprisionaron por tantos
años nuestros sueños, nuestra idiosincra-
sia, pero que no pudieron despojarnos
de nuestra esencia libre. Esta Unidad de
Formación Producción Intercultural no
Conclusiones
4.4
soluciona los problemas de fondo que
padecen los integrantes del grupo y que
seguramente continuará padeciendo la
comunidad. La UFPI no va a ser el salva-
vidas de los habitantes de estas tierras. Es
más bien la oportunidad de participar y de
llegar a una comunidad desconocida, una
comunidad constituida por gente con la
que solo se coincidía en el color de piel, en
las sonrisas estampadas y en la «arrechera
y la calentura» que se les dio por herencia
a aquellos cuya piel fue besada por el sol y
cuyos sueños se sembraron en las extensas
tierras colombianas, entre las raíces de los
manglares de la costa Pacífica nariñense y
sobre el imponente mar de Balboa. Hoy,
gracias a todo este proceso, hay mucha
más conciencia comunitaria y más empo-
deramiento y sabemos más de nosotros
mismos, de «nuestros viejos», se tiene más
soberanía y más seguridad alimentaria.
Hoy nos sentimos más negros que nunca.
A diferencia de otros proyectos simila-
res, las UFPI son esencialmente étnicos,
persiguen la valoración y el respeto por
el entorno, las creencias y estilo de vida
de la gente que se involucra, para que, a
partir de estos componentes, se consolide
el proyecto, se brinde una oportunidad
para el logro de la seguridad y la soberanía
alimentaria y de pequeñas oportunidades
de emprendimiento y además las comuni-
dades negras e indígenas involucradas se
empoderen. La implementación de la UFPI
hace que el negro se sienta más negro y que
el indígena se sienta más indígena, tengan
sentido de pertenencia por sus creencias,
sus costumbres y se siembre la semilla para
que sus saberes y su prácticas culturales no
desaparezcan, sino que se rescaten y conser-
ven, se fortalezcan y se dejen como legado a
las futuras generaciones negras, a fin de que
los integren a sus entornos, como parte de
la esencia misma de los pueblos negros del
Pacífico nariñense.
80 81
Al dar una mirada retrospectiva al proyecto
Recuperación de los cultivos de hortalizas
tradicionales para el mejoramiento de la
dieta alimenticia y generación de ingresos
en la comunidad Vuelta del Mero (afro),
municipio de El Charco, departamento de
Nariño, fue mucho lo que se hizo, pero
también fue mucho lo que quedó por hacer.
El desconocimiento de muchos aspectos,
situaciones y circunstancias hicieron que
se cometieran errores tanto por parte del
SENA, como por parte de Tropenbos, los
instructores e incluso las mismas comuni-
dades. Estos errores, si bien no afectaron la
implementación y desarrollo de la UFPI,
nos dejaron unas lecciones aprendidas y
nos permitieron presentar una serie de
recomendaciones a fin de que sean tenidas en
cuenta por el SENA, en especial por el Cen-
tro Agroindustrial y Pesquero de la Costa
recomendaciones y lecciones aprendidas
4.5
Pacífica (uno de los protagonistas de este
proceso), y por Tropenbos, en la operación
e implementación de proyectos en contextos
interculturales. A continuación las lecciones
aprendidas.
> Implementar unidades que sean
pertinentes a las comunidades, según
su entorno e idiosincrasia, y no por
cuestiones personales o políticas. Las
unidades debe ser el resultado único
y real de las comunidades. Las herra-
mientas y metodología aportadas por
Tropenbos al SENA deben aplicarse y
se deben realizar autodiagnósticos par-
ticipativos en las comunidades antes de
iniciar o implementar cualquier tipo
de formación destinada a proyectos
> Cuando se implementen proyectos
agrícolas, buscar que las semillas, en la
medida de lo posible, sean locales y se
puedan conseguir parcial o totalmente
en las comunidades en las que se va
a implementar, a fin de garantizar la
recuperación de semillas locales y evitar
pérdidas de nuestras semillas. Evitar en
un 100% traer semillas foráneas, que no
estén adaptadas al medio y puedan com-
petir con las nativas y ocasionar pérdida
de la biodiversidad de la zona o región.
> Procurar que los instructores o profe-
sionales que inician los procesos puedan
culminarlos y que dichos procesos no se
corten o retrasen por cuestiones admi-
nistrativas. De esta forma se obtendrán
mejores resultados ya que el sentido de
pertenencia y el compromiso será mucho
mayor y que solo se haga un cambio de instructor cuando las comunidades así lo requieran.
productivos en territorios colectivos.
82 83
> Establecer como política institucional
la formación de instructores y directi-
vos en temas étnicos, interculturalidad
y manejo de herramientas de autodiag-
nósticos participativos en contextos
interculturales.
> Involucrar a las comunidades en toda la
fase de la formación, para que esta sea
pertinente y adecuada a las reales necesi-
dades de la comunidad; en el caso de los
programas especiales que los proyectos
productivos se concerten e identifiquen
desde su creación, implementación y
ejecución.
> Se hace necesario involucrar a las
alcaldías para que también participen y
cooperen con este tipo de procesos que
tanto les aportan a las comunidades y
que pueden ser replicados en todos los
territorios negros e indígenas del país.
> El SENA debe adoptar como política
institucional las herramientas y meto-
dologías transferidas por Tropenbos,
fundamentalmente en territorios
colectivos de comunidades negras e
indígenas, sin desconocer que se pue-
den aplicar en contextos de economías
campesinas del país. Así mismo, se debe
propender por dotar a los instructores
de todos los materiales físicos y logís-
ticos y velar para que estos funcionen
adecuadamente en pro del beneficio de las comunidades.
> Establecer como política institucio-
nal la formación de instructores en
sistematización de experiencias, para
que puedan sistematizar las experien-
cias vividas y queden registro de los
aprendizajes en la institución. Por otro
lado, se hace necesario capacitar a los
instructores que inician formación en
el manejo de estas herramientas y no
cuando el proceso ha finalizado o que
estén en formación, ya que en muchos
casos el trabajo se hace a las carreras y
los documentos no reflejan realmente
el proceso que se llevó a cabo.
> Se recomienda además cambiar la
forma de trabajar del SENA con comu-
nidades rurales, pues en la medida de lo
posible se deben diseñar programas a la
medida y según los requerimientos de
las comunidades negras e indígenas en
sus territorios colectivos con estructu-
ras curriculares pertinentes y adecuadas
para estos contextos.
> Por último, podemos decir que aún
no es posible evaluar totalmente los
resultados de largo plazo de la UFPI,
pero al menos se va por buen camino.
Las lecciones aprendidas nos muestran
que este tipo de propuestas de inclu-
sión comunitaria es el camino para que
las comunidades reconozcan que ellas
tienen las capacidades de jalonar sus
propios procesos de desarrollo local,
pues la gente se compromete y entu-
siasma con el desarrollo de este tipo
de proyectos y, así, tanto ellos como el
SENA logran confiar en que todos los
objetivos propuestos se van a lograr de
manera sostenible.
84
Este ha sido un proceso de largo aliento,
especialmente para los beneficiarios que
desde hace más de un año estaban espe-
rando los resultados de la ejecución del
mismo. Hoy podemos decir que el deber
está cumplido, aunque faltan caminos
por recorrer y esperamos que puedan
ser muchos más, pues estamos, todos los
involucrados, convencidos que este tipo
de iniciativas desarrolladas con la misma
gente y para ellos mismos es el camino
que se debe trazar el SENA, para que la
formación que imparta sea de mayor dura-
ción e impacto en comunidades rurales.
El aprendizaje y sus resultados exitosos
verificables por la Unidades de Formación
Producción Intercultural demuestran que
en contextos de comunidades negras e
indígenas se debe trabajar desde su propia
cosmovisión y en relación con sus usos y
costumbres. En un mundo cada vez más
globalizado, las comunidades locales cada
día tienen mayor vigencia y pertinencia a
la hora de luchar por la diferenciación y
producción desde lo local a partir de sus
prácticas tradicionales, que son las que
les ha permitido persistir y vivir bien en
condiciones extremas.
No queda si no agradecer a estos hom-
bres y mujeres de piel entintada, de
corazón grande e inmenso como sus
territorios ancestrales, que viven en medio
de la mayor riqueza y biodiversidad del
país, pero abandonados por el Estado. La
experiencia nos muestra que hoy es posible
vivir de modos diferentes y en condiciones
diferentes; solo se requiere de las condicio-
nes necesarias para tener una buena calidad
de vida y para habitar en un territorio sin
conflictos, traídos de otras tierras y de
culturas de la intolerancia y la exclusión
del otro.
Pero hoy estamos dando los pasos para
reconstruir el tejido roto, acabar con la
indiferencia y volver a nuestros ancestros
para recuperar el territorio con autonomía y
soberanía alimentaria. La UFPI nos volvió a
dar posibilidad de soñar. Esperamos de todo
corazón que esta sea el génesis de muchos
procesos de recuperación de identidad
y saberes tradicionales desde las mismas
comunidades negras del Pacífico nariñense.
Para que los rostros oscuros y blancas son-
risas de la vereda Vuelta del Mero vuelvan a creer en ellos mismos. Un mejor Pacífico es posible hoy.
Comunidad Vuelta del Mero, Tumaco, Nariño
Colombia
Formación en gestión ambientaly cadenas productivas sostenibles
En busca de los saberes ancestrales
Cultivos de hortalizas tradicionales
para el mejoramiento de
la dieta alimenticia y
la generación de ingresos