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Comunidad Vuelta del Mero, Tumaco, Nariño En busca de los saberes ancestrales Cultivos de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y la generación de ingresos

y c ad e nas produ t iv so b l e s

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Page 1: y c ad e nas produ t iv so b l e s

Comunidad Vuelta del Mero, Tumaco, Nariño

Colombia

Formación en gestión ambientaly cadenas productivas sostenibles

En busca de los saberes ancestrales

Cultivos de hortalizas tradicionales

para el mejoramiento de

la dieta alimenticia y

la generación de ingresos

Page 2: y c ad e nas produ t iv so b l e s

Formación en gestión ambiental y cadenas productivas sostenibles

Convenio SENA-Tropenbos

Cultivos de hortalizas tradicionales para el

mejoramiento de la dieta alimenticia

y la generación de ingresos

Page 3: y c ad e nas produ t iv so b l e s

Formación en gestión ambiental y cadenas productivas sostenibles Convenio SENA-Tropenbos

Fotografías © Comunidad de El Charco

Coordinación Convenio SENA-Tropenbos Luis Carlos Roncancio B.

Equipo de trabajo Convenio SENA-Tropenbos María Clara van der Hammen Sandra Frieri María Patricia Navarrete Norma Zamora Mauricio García Javier Fernández Daniela Pinilla

Coordinación editorial Catalina Vargas Tovar

Diseño Oscar Sanabria

Corrección de estilo Fredy Javier Ordóñez

Ilustraciones Álvaro David Gil

Diagramación Alejandro Mancera Obando

Impresión Lorena Martínez

Bogotá D.C., 2012

Los integrantes de la UFPI somos:

Efigenia Sánchez Santana

María Eider Enríquez

Arsecia Camacho Enríquez

Lina Cruz Moreno Orobio

Luz María Hurtado Ocoró

Cruz Guerrero Hinestroza

Mary Orobio Estupiñán

Ana Elsa Belalcázar

María Doris Sánchez

Luz Dalia Orobio Sánchez

José Evangelista Balanta

María Jesenia Serna

Luz Miriam Grueso Ibarbo

Carmelina Obando

Ana Edilvia Montaño

Diana Ortiz Sánchez

Luz Dennis Torres Santana

María Ilda Cuero Hurtado

María Sufelina Belalcázar

María Dina Naranjo

Edi María Panchano

Eucaris Segura

Katherine Cundumi

Recuperación de los cultivos de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y la generación

de ingresos en la comunidad Vuelta del Mero, municipio

de El Charco, departamento de Nariño

Instructora encargada: Claudia Patricia Quiñones Caicedo

Instructora en Producción Agropecuaria

Equipo de trabajo de la caracterización y autodiagnóstico:

Adalgiza Rivas Ordóñez

Evaristo Hurtado Bravo

Solyenicen Toloza Cuero

Catalina Montaño

Elisa Palomino

Gladys Virginia Escobar

Yuly Viáfara

Roger Estacio

Walter Junior Segura

Centro Regional y Pesquero de la Costa Pacífica SENA, Regional Nariño

Page 4: y c ad e nas produ t iv so b l e s

2. Autodiagnóstico 23

2.1 Historia de vida 23

2.2 Distribución del terreno 24

2.3 Espacio y uso del territorio 25

2.4 Añorando el pasado 27

2.5 Viviendo el presente 28

2.6 La esperanza en el futuro 30

2.7 Lo que comemos y nuestra salud 31

2.8 Calendario productivo 33

2.9 Calendario agrícola 34

2.10 Calendario de caza 35

2.11 Calendario de pesca 37

2.12 Resultados del autodiagnóstico 39

2.13 Análisis DOFA de la comunidad 40

2.14 Problemas encontrados 40

3. UFPI seleccionada 41

3.1 resumen de la propuesta 42

3.2 Avances de la UFPI 43

Telaraña de nuestra UFPI 44

3.3 Resultados 47

4. Experiencias y aprendizajes 49

4.1 Árbol de preguntas 52

4.2 Línea de tiempo 63

4.3 Mapa de actores de la experiencia 73

4.4 Conclusiones 78

4.5 Recomendaciones y lecciones aprendidas 80

Tabla de contenido

Presenación 6

Introducción 7

1. Nuestro territorio 9

1.1 Historia de la comunidad de Vuelta del Mero 11

1.2 Aspecto geográfico 12

1.3 Aspecto poblacional 12

1.4. Economía y subsistencia 13

1.5 Educación 15

1.6 Cultura y tradiciones 17

1.7 Salud 21

1.8 Necesidades básicas 21

Page 5: y c ad e nas produ t iv so b l e s

Presentación

El presente documento contiene la caracterización, autodiagnóstico y carac-

terización, realizado por un grupo de estudiantes del curso de formación

titulado Tecnólogo en Formulación de Proyectos. El trabajo realizado tenía

como objetivo principal caracterizar a la población y conocer los aspectos

sociales, ambientales, geográficos, económicos y culturales de los habitantes

de la vereda Vuelta del Mero (afro), en el municipio de El Charco, departa-

mento de Nariño. De igual forma, contiene también la narrativa de todo el

proceso, de las experiencias y lecciones aprendidas por parte de la instructora

que implementó la UFPI y se recoge la experiencia vivida por la comunidad

beneficiaria.

Introducción

En el marco del convenio SENA-Tropenbos, se abre una puerta de opor-

tunidades para los habitantes de la vereda Vuelta del Mero, en el Municipio

de El Charco, a través de la implementación de una Unidad de Formación

Producción Intercultural –UFPI–, denominada Recuperación de los cultivos

de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y

generación de ingresos en la comunidad Vuelta del Mero (afro), municipio

de El Charco, departamento de Nariño, que se ejecutó en 2011. La cual

se constituyó como una alternativa de seguridad y soberanía alimentaria

para todos los beneficiarios del proyecto, que permitió además recuperar

saberes ancestrales y lograr un intercambio de saberes intercultural entre

las comunidades del proyecto y los instructores técnicos del SENA como

actores involucrados en su implementación y desarrollo.

El presente documento contiene información detallada de todo el proceso

de implementación de la UFPI, que comprende la caracterización, el auto-

diagnóstico, la ejecución y la implementación de la misma. Este documento

además cuenta con relatos y narraciones que le permiten al lector ubicarse

en el contexto y momento en que se realizó cada actividad y recoge las expe-

riencias vividas y los aprendizajes de la comunidad que ejecutó el proyecto.

Page 6: y c ad e nas produ t iv so b l e s

8 9

El municipio de El Charco se encuentra

ubicado al suroeste de Colombia, en la

costa norte del departamento de Nariño,

en la zona costera del litoral Pacífico; la

temperatura promedio es de 28 grados

centígrados. Se encuentra a cinco metros

sobre el nivel del mar y dista 465 km de

la capital del departamento. Los límites

del municipio son: por el Oriente, con el

municipio de Santa Bárbara de Iscuandé;

por el Occidente, con los municipios de

La Tola y de Olaya Herrera; por el Norte,

con el océano Pacífico, y por el Sur, con los

municipios de Magüí Payán y Policarpa. En

la zona baja se encuentran 28 asentamientos

humanos (rurales) y la cabecera municipal.

1. NuesTro TerrITorIo

Municipio de el Charco, Nariño

De igual forma se describe la importancia que tuvo la apropiación y puesta

en escena de las metodologías participativas y el uso de herramientas y meto-

dologías para trabajar con comunidades rurales apartadas a partir sus propios

autodiagnósticos; estas caracterizaciones nos permitieron recoger información

desde la misma visión y conocimiento de la comunidad, hasta la ejecución final

del proyecto con cada uno de los beneficiaros, a fin de que la experiencia de la

formación y producción surtiera sus efectos y mostrara resultados verificables

en habitantes de la vereda Vuelta del Mero (afro) del municipio del Charco.

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10 11

A esta población se llega por vía fluvial, en

un medio de transporte local muy parti-

cular llamado zapatico; se trata de lanchas

pequeñas, por lo general con un motor

fuera de borda de 15 hp, con capacidad

para 4 o 6 personas; también se pueden usar

potrillos o canoas. El recorrido entre la

cabecera municipal y la vereda tarda entre

10 y 20 minutos.

La vereda Vuelta del Mero fue fundada en

1960 por Felipe Huila y Timotea Huila

y después fueron llegan otros habitantes:

Luisa María Montaño, Santos Candelo,

Fidel Reina, Alejo Cundumi (todos ya

fallecidos) y los Belalcázar. Llegaron a

este territorio después de la guerra de

los Mil Días y venían de la playa Mundo

Nuevo, que desapareció. Unas de las

primeras familias que llegaron a la comu-

nidad Vuelta del Mero fueron Bernardino

Escobar (fallecido) y su esposa Gregoria

Santana, que aún vive.

Historia de la comunidad de Vuelta del Mero

1.1

El Charco fue fundado por Fidel D’Croz

y Federico Archer en 1886. Se encontraba

habitada por personas de origen alemán y

francés que se dedicaban especialmente a

la minería, la pesca y la madera. El nom-

bre que se le dio al fundarlo fue San Juan

Bautista, pero, como quedaba al frente de

la olleta o recodo, se le llama El Charco.

Posteriormente, hacia 1967, el municipio

que hasta entonces pertenecía al vecino

Santa Bárbara de Iscuandé tomó legiti-

midad municipal mediante ordenanza

pública 011.

[Plan de Desarrollo 2004-2007]

En el municipio encontramos población

indígena, que corresponde al 5% de la

población del municipio, y comprende seis

resguardos indígenas ubicados en las vere-

das de San Antonio de La Laguna, Santa

Bárbara, Vuelta del Mero, Morrito, Taijita

y Maíz Blanco, pertenecientes a la etnia de

los eperara siapidaara.

Page 8: y c ad e nas produ t iv so b l e s

12 13

En la actualidad existen en la vereda 209

habitantes afrodescendientes, distribuidos

de la siguiente manera: 42 mujeres, 58

niños, 47 hombres y 62 niñas, comprendi-

dos en 43 familias y 30 casas.

Aspecto geográfico

1.2

La vereda, por su ubicación geográfica,

tiene una gran biodiversidad, por el reco-

rrido del río Tapaje y Sequihonda. Además

está ubicado cerca a la cabecera municipal.

La vereda está localizada en el municipio

de El Charco, hace parte del concejo

comunitario El Porvenir y su población

es 100% afrodescendiente. Tiene una

extensión de 150 hectáreas, su temperatura

promedio es de 27 ºC, su clima es cálido,

Aspecto poblacional1.3

En épocas antiguas, los pobladores de la

comunidad de Vuelta del Mero realizaban

las siembras: seleccionaban el terreno

de acuerdo con el producto que se iba a

sembrar, después procedían a zanjear y

hacer canales en el terreno, posteriormente

empezaban la rocería, luego tumbaban los

árboles para dar claridad a la siembra y el

pudre lo dejaban de 15 a 30 día para iniciar

la siembra; este procedimiento servía para

abonar la tierra.

Las herramientas que se utilizaban eran la

pala, el machete, el hacha, el garabato y el

barretón. El hacha se utilizaba para la tumba;

el machete, para la rocería; el garabato, para

recoger el monte; el barretón, para arar la

tierra, y la pala, para zanjear. Actualmente

se utiliza la pala, el machete, la motosierra

y la guadañadora. El producto principal era

el plátano, seguido por el maíz, la yuca, y el

banano. El plátano se sembraba primero que

los otros productos, y el maíz se sembraba a

partir de la segunda rocería; para la siembra

del maíz se requería poca sombra y para la

siembra del arroz el terreno debía de ser

fangoso. Actualmente se siguen las mismas

técnicas. El plátano lo sembraban de enero a

noviembre; en diciembre no acostumbraban

a sembrar ya que, según ellos, las matas

no producían; ahora se siguen las mismas

costumbres. En enero había media cosecha

de maíz y la grande se daba en abril, mayo

y junio. El arroz se cosechaba en la misma

época.

Las hortalizas se sembraban en huertas

caseras y en abundancia, aprovechando

que en cada hogar había una huerta. Esto

se debía a que antes no se importaban estos

productos, se utilizaban en la dieta diaria y

en la medicina casera.

economía y subsistencia1.4.

Anteriormente también se realizaban

actividades de cacería. En épocas de

verano, cazaban conejos, venados, gua-

tines y tatabras. Los pobladores se iban

a cazar con perros, escopetas y ganchos;

se montaban en los árboles a “aguaitar”

(espiar) a los animales que tenían en ceba

(es decir, animales a los que primero se les

había hecho seguimiento y a los que luego

se les había puesto alimento para atrapar-

los). La cacería era llevada a cabo, en las

quebradas, por los hombres, ya que las

mujeres se dedicaban a otras actividades.

Para pescar, utilizaban corrales, atarrayas,

varas, catangas y cabos; las especies que se

daban eran la mojarra, el bocón, el sábalo,

el barbudo, la guaña, el salvapalo, el gua-

lajo, el cubo y el ñato.

su hidrografía principal comprende los

ríos Tapaje, Quebrada y Juanchillo y se

encuentra a una altura de cinco metros

bajo el nivel del mar.

Limita al norte con la vereda La Capilla; al

sur, con la vereda Hilario López; al oriente,

con la quebrada La Capilla, y al occidente,

con el estero Martínez.

Page 9: y c ad e nas produ t iv so b l e s

14 15

La época en que se cogían los peces era de

media quiebra hasta principios de puja,

ya que en la puja había mucha corriente;

los hombres se encargaban de pescar y las

mujeres camaroneaban (es decir, cogían

camarón). Hoy esta actividad se realiza

muy poco; aunque aún es posible hacer

trueques de coco, yuca o papachina por

pescado, para poder comerlo por lo gene-

ral hay que comprarlo en el mercado de la

cabecera municipal.

Actualmente, la gente de la vereda de

Vuelta del Mero vive principalmente de la

agricultura, cuyos cultivos más importan-

tes son el plátano, la papachina, la yuca, la

caña y, en menor medida, se explota el coco

y los frutales como la naranja, el zapote y la

guaba; además, en los alrededores y en las

huertas de las casas, hay pequeñas parcelas

con tomate, pepino, cebolla pimentón,

chirarán y chillángua, que se dan muy

bien y de forma abundante ya que los

suelos son muy ricos en materia orgánica.

Aunque los cultivos antes mencionados

hacen un aporte relativamente regular para

la seguridad alimentaria y para la economía

de los algunas familias, una de las actividades

que mas jalona la economía es la explotación

de especies maderables, ya que en Vuelta del

Mero hay un aserrío que, a través del corte,

el cargue y el descargue de madera, genera

más de 15 empleos a jóvenes y adultos de

la comunidad; mucha de la madera que se

lleva es cortada por los mismos miembros

de la comunidad y, una vez procesada, es

llevada hasta el puerto de Buenaventura y

otros municipios de la costa Pacífica. En

la vereda, aún se consiguen especies made-

rables como el cuángare, el cedro, el sajo,

el roble, el caucho, la jigua, el palialte y el

chanul.

Anteriormente, la gran mayoría de fami-

lias de Vuelta del Mero vivía del corte de

la madera; hoy los bosques se encuentran

muy lejos y la presencia de algunos grupos

ilegales en la zona no permiten explorar

los bosques. Hoy, después de ser explota-

dores de madera, pasaron a ser empleados

de los foráneos que llegaron a sus tierras

y que los someten a extensas jornadas

retribuyéndoles una escasa remuneración.

En el aserrío no se trabaja todos los días, sino

en promedio 3 o 4 días a la semana. Mien-

tras los hombres laboran en dicho lugar, las

mujeres se encargan de preparar la alimen-

tación de sus hijos, hermanos y esposos. Los

días en que no hay trabajo en el aserrío, los

hombres y mujeres se van al monte a limpiar

y cuidar sus cultivos o realizar labores de

pesca en el río, donde pueden obtener pes-

cados como el sábalo y camarones como el

chambero. En la comunidad es mínima la

explotación pecuaria puesto que las pocas

especies que hay se pueden contar con los

dedos de las manos: algunas gallinas criollas,

pavos criollos o chumbos y algunos pollos

de engorde. Según cuentan los mismos

habitantes, la mayoría de las gallinas se las

comió Rambo, el perro de uno de los due-

ños del aserrío, y desde entonces no se han

preocupado mucho por volver a criar dichas

aves. Otra de las actividades que se realizan

es la venta de gasolina y ACP, la cual está a

cargo de una de las familias de la comunidad

y que, junto con el aserrío, pertenece a uno

de los líderes políticos del municipio, nacido

en dicha vereda y quien en época electoral les

recuerda a sus paisanos dónde y por quién

trabajan y les recomienda por quién votar.

La vereda cuenta con una sede de la Institu-

ción Educativa del Hormiguero, donde se

imparte educación primaria, desde el grado

primero hasta el grado quinto. Tiene un

solo salón, que sirve para formar a alumnos

de todos los grados. La sede cuenta con

dos profesoras, que se desplazan todos los

días desde la cabecera municipal. Cuando

los niños terminan la primaria, se van al

Hormiguero o a El Charco a continuar con

su educación. El 90% de los niños y adoles-

centes de la vereda cursan sus estudios en la

comunidad y el resto en el municipio de El

Charco, para lo cual deben desplazarse todos

los días hasta la cabecera municipal, en horas

de la mañana, y para volver a sus casas toman

una embarcación entre la 1 y las 2 de la tarde.

educación1.5

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16 17

Algunos estudian porque ven en la educación

el único medio para lograr un mejor futuro,

pero otros solo lo hacen motivados por

sus padres para acceder a los subsidios del

programa Familias en Acción, ya que si no

tienen el certificado de estudios no pueden

recibir los beneficios del programa. Ninguno

de los miembros del grupo ha terminado el

bachillerato, ya que desde temprana edad los

hombres se dedican a trabajar y a asumir la

responsabilidad de ser padres y esposos y no

ven en el estudio una forma de salir adelante;

las mujeres, por su parte, desde temprana

edad se convierten en madres y esposas y esta

responsabilidad les dificulta la posibilidad de

dedicarse a estudiar, ya que la prioridad es

atender a sus esposos y cuidar de sus hijos.

La mayoría de los habitantes adultos no

terminó la primaria, pero dentro de los

beneficiarios del proyecto la gran mayoría

sabe leer y escribir.

Es de anotar que a Vuelta del Mero se llevó

el programa Transformemos; inicialmente

este programa, en el que participaron la

gran mayoría de los habitantes, les donó un

televisor pantalla plana de 32” y un com-

putador, pero el televisor no ha podido ser

utilizado por falta de energía y el computa-

dor aún no llega. A la fecha el programa está

suspendido porque los estudiantes dejaron

de asistir, por lo que la maestra debió sus-

pender la formación. Ellos dan mil excusas,

pero la verdad es que en algunos procesos

si no se cuenta con la voluntad decidida de

la comunidad no se puede hacer nada. La

razón que dan es que la profesora no estaba

a la altura del cargo, que los confundía, que

no programaba las clases y que en muchas

ocasiones dictaba algo y luego les hacía

borrar, aunque más parece que fueron ellos

quienes optaron por no asistir más a clases.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que

las condiciones no eran las mejores, pues las

clases eran por la tarde y la mayoría de la

población utiliza ese tiempo para realizar

las labores del hogar o para ir en busca de

su sustento; la falta de energía y quizás el

uso de una metodología poco adecuada es

la causa de lo que se tiene hoy: un aula de

clases sin alumnos y sin docentes.

Por la cercanía de la vereda al casco urbano,

los pobladores se unen a las celebraciones de

las fiestas de la virgen del Carmen (el 16 de

julio), San Juan Bautista (el 24 de junio) y las

demás fiestas que se realizan en la cabecera

municipal.

Anteriormente los pobladores participaban

activamente en las balsadas, embarcaciones

decoradas e iluminadas que se desplazan

por el río en las noches de víspera de las

fiestas.

Cultura y tradiciones 1.6

Como muchos de los pueblos de comunida-

des negras, la vereda de Vuelta del Mero ha

ido perdiendo su identidad cultural, lo que

se refleja en los cambios en las costumbres y

la pérdida de la religiosidad que los caracteri-

zaba: los chigualos, los velorios, las balsadas,

los arrullos a los santos y a los muertos hoy

son nostalgias del pasado, recuerdos de lo

que solían hacer sus ancestros e incluso ellos

mismos hasta hace algunos años. Para ellos

la afrocolombianidad no es más que tener

la piel oscura y la posibilidad de obtener

algún subsidio del Estado; el trabajo de los

consejos comunitarios es muy deficiente

a la hora de trabajar el aspecto cultural y la

identidad como pueblo negro. Sin embargo,

estas comunidades muestran interés en recu-

perar y conservar sus tradiciones e identidad;

nos queda un largo camino por recorrer

para rescatar la especificidad cultural de los

afrodescendientes en el Pacífico.

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18 19

Pese a la pérdida de muchos de los aspec-

tos culturales, aún hay muchos habitantes

que creen en ciertos modos de expresarse

–muy comunes y populares entre la gente

de la costa Pacífica–, cuyo fin es invocar

personajes espirituales del bien o del mal,

para favorecernos en caso de tener dificul-

tades o causar daño (por ejemplo el mal

de ojo, que consiste en un dolor fuerte,

causado por la mirada de otra persona

y que solo puede ser sanado cuando el

curandero hace un rezo secreto en el que

invoca un espíritu del bien). También creen

con certeza que el espanto es un miedo

terrible, cuya cura es un secreto rezado.

Creen en la Mula, una mujer, que vive con

un sacerdote y se convierte en dicho animal

por las noches. La madre agua es una mujer,

hermosa y simpática, a la que el sol dejó su

calor en su cabellera y en la piel; está hecha

en el molde perfecto por el hacedor, y así

como es una diosa griega, también lo es

india americana. La Tunda es un espíritu

malo, de sexo femenino, que vive el monte y

cerca de las casas donde hay muchachos que

son groseros con la mamá, el papá o algún

mayor. Por lo general la Tunda se lleva a los

hombres jóvenes y se muestra semejante a

la madre en su físico y en su vestimenta, de

tal manera que el muchacho no duda que

es su madre. Cuando ella se va a llevar a un

muchacho o se encuentra enamorada, canta

por las noches. Lo llama por su nombre y

lo invita a realizar el trabajo que la mamá

estaba haciendo en ese momento. Este

espíritu es reconocido por los habitantes

por sus rastros, una pata de molinillo y una

de niño. Cuando ella se lleva a su víctima,

le da camarón “peido”, el cual los marea

y los confunde; luego los lleva a un sitio

apartado. La única manera de recuperar a

las víctimas es buscando a los padrinos y el

sacerdote que salen a buscarlo con rezos y

bombos. Cuando lo encuentran está espu-

Niños cogiendo chambero (camarón de río)

meando y se encuentra adormilado, por lo

que le echan agua bendita y rezan para que

vuelva en sí. El Duende es un hombre de un

metro de estatura, siempre viste sombrero

grande, camisa de manga larga, pantalón

largo, corbata y zapatos. Su profesión es

músico, sabe tocar la guitarra y le gusta ena-

morarse de las mujeres vírgenes; a estas se

les presenta como un espíritu en diferentes

lugares, y cuando la joven se encuentra sola

le tira palitos, basura o lo que él pueda, para

que lo mire; cuando la joven lo mira, le da

miedo y puede enloquecer. Este personaje

solo es visible para la joven en la que él se fija.

Para alejarlo, la joven tiene que dejarse tocar

o besar de cualquier hombre o enamorarse;

de esta manera se siente celoso y se retira.

Page 12: y c ad e nas produ t iv so b l e s

20 21

En medio de tanta carencia cultural y

olvido por lo propio, es rescatable que,

aunque solo sea para asustar a los mucha-

chos, aun en las noches de luna menguante

se sienten con una vela, sobre las tablas del

piso de la casa, y atentos escuchen de los

mayores las fantásticas y temerosas histo-

rias del duende, la Tunda, la madre agua, el

Marabelí y todos aquellos espíritus y per-

sonajes que han ayudado a que los niños se

comporten un poco mejor.

Según cuenta doña Doris Sánchez, oriunda

de Vuelta del Mero, muchas de las tradicio-

nes que se tenían se han ido perdiendo con

el correr de los años:

… antes, la gente era más unida, se trabajaba

en minga y no había egoísmo, se celebraba

la fiesta de Las Marías, donde los hombres

celebraban a todas las mujeres y les daban

aguardiente y se divertían, la fiesta de Los

Joseces, en la que las mujeres les daban

trago y celebraban a los hombres; ahora no

hay nada, hasta las comidas que se hacían

se han perdido, la majaja, el birimbí, la

mazamorra; ni se baila con bombo, ya no

se hacen las Balsadas, ya no se hace nada.

Ahora cada uno jala pa’ su canasto, solo

es el egoísmo, hasta las muchachas ya no

son como antes, ya no hay ese respeto por

el mayor; antes todos ayudaban a todos,

si uno hacía su casa, el otro le ayudaba, y

cuando el otro la iba a hacer la de él, el que

ya la tenía también le ayudaba y la gente

vivía tranquila, sin hambre, sin pasar nece-

sidades.

[Doris Sánchez]

La vereda Vuelta del Mero no cuenta

con un puesto de salud; pero por la corta

distancia a la cabecera municipal, los

habitantes acuden a un hospital de primer

nivel, el Sagrado Corazón de Jesús; además

cuentan con un carné de Asmet Salud,

Caprecom y Sisbén.

salud

1.7

El Marabeli, o buque fantasma, es un barco

con diferentes tipos de luces que se presenta

por la noche en lugares cercanos a la costa;

los tripulantes de este barco son almas con-

denadas que están en el infierno, a las que se

llama a lista por su nombre y apellido; si la

persona ya murió, responde: “presente”, y si

no ha muerto, los otros responden: “ausente”.

A este buque lo encuentran los navegantes,

pescadores o personas endemoniadas, y

como no tiene máquinas, no se le oye cuando

viene. Cuando una persona encuentra con el

Marabelí, se asusta de los espíritus malos que

se encuentran ahí y puede matarlo. Para des-

aparecer el Marabelí, se reza el credo, el padre

nuestro o el magníficat.

Pese a que la vereda está a solo 15 minutos

de la cabecera municipal, son muchas las

necesidades básicas insatisfechas: la comuni-

dad no cuenta con energía permanente (solo

se tiene una planta eléctrica que funciona de

forma deficiente y permanece sin funcionar

buena parte del año y, pese a deficiencia del

servicio, cada casa conectada debe pagar

$30.000 mensuales a la empresa que sumi-

nistra el servicio); el agua que utilizan para

beber y realizar las labores diarias y cotidia-

nas la obtienen del río y esta no se somete

a ningún tipo de tratamiento, y, cuando

llueve, utilizan el agua de lluvia para tomar

y se toma de los techos (después de que ha

escurrido el excremento y las basuras que

pueda haber) o de los envases en los sitios

donde no hay un techo.

Necesidades básicas 1.8

Page 13: y c ad e nas produ t iv so b l e s

22 23

Según doña Doris Torres, en años pasados

esta vereda era conocida con el nombre de

Tumaquito, pero debido a la aparición de

un mero (un pez gigante) entre La Capilla

y El Recodo, se le cambió el nombre y se

le llamó «Vuelta del Mero», motivo por el

cual los niños aprendieron a nadar en las

quebradas existentes en la comunidad.

En 1993 aparecen los indígenas (eperara

siapidaara), que se ubicaron al frente de

la comunidad afrodescendiente. En esta

vereda nació el exalcalde del municipio de

El Charco, Víctor Candelo Reina.

En cuanto a las comidas, antes se prepa-

raban con aliños propios de las huertas

(tomate criollo, cebolla criolla, albahaca,

poleo, chillangua, limoncillo, ajengibre, ají

dulce, picante, achiote, coco, etc.) y eran:

sancocho de pescado, arroz con coco, arroz

atollado con camarón, bala canosa-cecina

y plátano, sopa de camarón de río, sanco-

cho de gallina, sudado de conejo, sudado

de tatabra, sudado de ardilla, sudado de

perico, sudado de ratón de monte, sanco-

cho de tortuga, sancocho de loro, sancocho

de paletón, seco de zorra ahumada, maza-

morra de maíz, otaya, mazamorra de arroz,

birimbí, casabe, cabello de ángel. «Hoy en

día la costumbre de cocinar ha cambiado

considerablemente, las mujeres prefieren

cocinar con productos químicos de tienda

que utilizar los productos cultivados por

ellas mismas». Los animales que se con-

seguían antes han escaseado debido a la

deforestación y la cacería indiscriminada.

2. AuTodIAgNósTICo

Historia de vida

2.1

La comunidad se queja de la poca presencia de

las entidades públicas en su localidad, ya que,

según ellos, a los indígenas siempre les envían

ayudas y mercados y a ellos nos les llega nada.

Aunque la gran mayoría está en Familias en

Acción, tiene Sisbén y cuenta con carné de

salud subsidiada de la empresa Asmet Salud,

afirman que les sirve de poco porque van muy

pocas veces al médico y, cuando lo hacen, no

les solucionan nada, ya que, o no hay medica-

mentos, o no hay un médico especialista que

los pueda atender como ellos esperan; además,

la mayor parte del tiempo deben esperar entre

10 y 12 horas para ser atendidos y muchos de

los casos son remitidos a Tumaco en lancha,

en un viaje que tarda entre 4 y 5 horas.

Las viviendas de la comunidad están cons-

truidas en madera, a excepción de una que

está construida en concreto. Estas viviendas

son las típicas casas de las costa Pacífica:

consta de una sala, 2 o 3 cuartos, una cocina

y una azotea, que por lo general se usa

para lavar los platos, la ropa y para poner

algunas materas con plantas aromáticas y

condimentarias y hortalizas. En cada casa

viven en promedio 5 personas.

Page 14: y c ad e nas produ t iv so b l e s

24 25

El terreno de la vereda es plano, tiene tex-

tura arcillosa y buen contenido de materia

orgánica, pero presenta excesiva acidez y

humedad, ya que por estar ubicado en las

laderas del río se anega con frecuencia y

esto por un lado afecta el adecuado desa-

rrollo de algunos cultivos pero favorece a

otros. La vereda se extiende a ambos lados

distribución del terreno 2.2

del río Tapaje. A un lado queda el resguardo

indígena y al frente queda la población

de afrodescendientes. Utilizan pequeños

rastrojos para ir a la fincas, aunque poco

se utilizan debido a los grupos al margen

de la ley que se han tomado la mayor parte

del territorio, lo cual imposibilita el libre

tránsito por la vereda y sus inmediaciones.

Los espacios y suelos del territorio de la

vereda Vuelta del Mero se utilizan en patios

o huertos familiares. Antes las plantas

comestibles y medicinales se sembraban

en barbacoas (y aún hoy muchas familias

conservan esta costumbre); dicha barbacoa

era construidas en guadua o madera a una

altura considerable del suelo (un metro

aproximadamente), para evitar que los ani-

males se comieran o dañaran los sembríos.

Entre estas plantas cultivadas en este sis-

tema destacan el tomate criollo, la cebolla

criolla o cebollín, la albahaca, el poleo, el

chillangua, el limoncillo, el jengibre, el ají

dulce y el picante. Las plantas comestibles

más grandes eran sembradas en el patio, en

pequeñas huertas que se adecuaban según la

planta que se iba a sembrar; las más comu-

nes eran el achiote, el coco, el plátano, el

banano, la caña, la guanábana, la naranja, el

aguacate, la pomarrosa, el mamey, la guaba,

el zapote, el anón, etc. Hay una buena

variedad de plantas medicinales sembradas

en barbacoas tenemos: el discanser, la yerba

de ojo, la yerba de espanto, la flor amarilla,

el gallinazo, la amansatoro y la albahaca.

Entre las plantas medicinales sembradas en

el suelo se encuentran la hoja de mano, la

malva, el zapatico, la santamaría boba, la

santamaría de anís, la poveda, el anamú, el

matarratón, la milagrosa, el espiritusanto y

el limoncillo. La gente de la vereda Vuelta

del Mero estaba acostumbraba a criar en

los patios o huertos algunos animales

como gallinas (en especial las cariocas, por

ser buenas ponedoras), patos, chumbos y

cerdos (de estas especies solo se pueden

ver hoy en día unas cuantas gallinas y

dos parejas de pavos criollos o chumbos).

«Queremos rescatar estas costumbres»,

dice doña Doris Torres, «porque a veces

es difícil conseguir esos productos que

son necesarios para nuestro diario vivir».

Antes las tierras eran más extensas, había

más árboles y las siembras producían más

frutos, además de que se conseguían más

animales; hoy en día, por la erosión y la

tala indiscriminada de árboles, los anima-

les han emigrado a otros lugares y algunas

especies se han extinguido.

En lo que al aspecto hidrográfico se refiere,

el río principal es el Tapaje, el cual posee

tres quebradas: Juanchillo, Cipriano y la

de los Marulanda. En épocas anteriores

los pobladores se beneficiaban mucho de

las diferentes especies que había en el río;

hoy en día, debido a la contaminación quí-

mica, el ruido de los motores, el derrame

de combustible de los motores, las basuras

arrojadas al río, muchas especies han des-

aparecido.

espacio y uso del territorio2.3

Page 15: y c ad e nas produ t iv so b l e s

26 27

La gran mayoría de familias de la vereda

cuenta con fincas o monte, como localmente

suelen llamarle al sitio donde tienen sus

parcelas y cultivos. Las fincas de la comu-

nidad Vuelta del Mero se encuentran en la

parte trasera de las casas y algunas en las

quebradas. Los productos que se dan en

estas fincas son principalmente el borojó, el

plátano, el banano, la papachina, la yuca y

la rascadera; también se dan, pero son más

escasos, el chontaduro, el aguacate, el cho-

comprarlos, como el plátano, el coco, la

chillangua, la papachina, la naranja, la yuca,

el limón, la papaya y la caña.

Los productos que se adquieren en la

tienda son: arroz, azúcar, caldo maggi,

jabón, Límpido, panela, leche, aceite, azú-

car, brilladora, atún, café, papa y casi todas

las carnes (pescado, pollo, carne de cerdo

y res, que solo se obtienen en la cabecera

municipal).

TiendaArroz, azúcar, aceite, maggi,

sal, panela, leche, atún, jabón,

límpido.Plátano

Papachina, chillangua, coco.

Yuca

Tomate

La casita

Vereda Vuelta del Mero

colate, el maíz, la guayaba, la guanábana, el

coco y el arroz, que desapareció desde hace

algunos años. En la vereda solo es posible

hallar una pequeña tienda, que cuenta con

productos básicos, y el resto es comprado

en la cabecera municipal. Los habitantes

acostumbran a comer tres veces al día; la

alimentación no es tan nutritiva como antes,

dado el consumo de productos enlatados

y embutidos. Existen aun productos que

se consumen sin que haya sido necesario

Según cuentan los habitantes de Vuelta del

Mero, todo era mejor en el pasado, y resaltan

la solidaridad, la tranquilidad, la abundancia

de productos y, sobre todo, que no se pasaba

hambre. Las mujeres mayores aseguran que

antes se compartía la comida, se podía dejar

la ropa y las cosas afuera y allí amanecían; se

cocinaba y se trabajaba en minga; «la gente

podía navegar por el río a cualquier hora,

sin que le pasara nada y, si no querían o no

podía navegar, se podían quedar en cualquier

casa y le daban hospedaje y comida y se le

trataba como gente de la casa», dice Doña

Cruz. Pero hoy no se puede, pues el miedo

y la desconfianza se apoderó de la gente,

ya que con la llegada de los paramilitares

muchos de los que pedían posada iban a

matar a los dueños de las casas; de hecho, en

la vereda hubo dos jóvenes víctimas de los

paramilitares; además, no solo los mataban,

sino que también intimidaban a los familia-

res y los obligaban a pagar vacunas por la

coca que producían; aquel que produjera

más de 40 arrobas debía “hacer su aporte a

la causa”. Fue una época de mucho miedo,

zozobra, silencio y sometimiento; muchos

se desplazaron hasta la cabecera municipal,

pero volvieron y con mucha dificultad están

retomando su vida cotidiana, con unas fin-

cas poco productivas, baja producción de

pan coger, altísimas tasas de desempleo. No

obstante, se sienten unas ganas enormes de

salir adelante y de ver el mañana con espe-

ranza posible.

MarranoPato

Arroz

Plátanomanzano

Gallina

Añorando el pasado2.4

Page 16: y c ad e nas produ t iv so b l e s

28 29

También cuentan que antes la producción

local era muy buena, se daba mucho el

plátano, el coco, la yuca, las frutas y había

ganado y animales de todo tipo (gallinas,

pavos, patos, marranos, etc.); la gente vivía

de lo que producía en sus fincas y, cuando

alguien carecía de algo, acudía a otra per-

sona para hacer un intercambio (incluso

hoy se realizan estos trueques). Y si un

hombre estaba interesado en una mujer,

iba hasta la casa de los padres a pedir per-

miso para visitarla y cortejarla, pero hoy,

según doña Doris Sánchez (actual líder y

madre comunitaria de la vereda), las cosas

han cambiado, «hoy se van juntando sin

permiso de nadie».

Es mucho lo que se ha perdido, pero,

así mismo, es mucho lo que se puede

recuperar. Quizás Vuelta del Mero nunca

vuelva a ser lo que fue, tal vez no vuelvan

las mingas, ni las vacas y mucho menos las

pedidas de mano de las muchachas, pero

lo que sí se puede recuperar es el deseo de

recuperar parte de lo que eran, de conser-

var su cultura y de hacer para las futuras

generaciones un mejor lugar para vivir.

Las cosas no han cambiado mucho desde

que se fundó esta vereda. Pareciera que los

años no han pasado para la gente de estas

tierras; el olvido de hoy es el mismo de hace

veinte años. Incluso, si se tienen en cuenta

los rostros de nostalgia y los relatos de año-

ranzas de sus habitantes, se podría afirmar

que las cosas están peor que antes. Hay

muchas necesidades en el aspecto socioeco-

nómico y, sobre todo, en la infraestructura

y las necesidades básicas; además, solo se

cuenta con una aula escolar, que atiende

a niños desde el grado preescolar hasta

quinto de primaria. El problema de fondo

tiene que ver con el cubrimiento de las

necesidades básicas, ya que no se cuenta

Viviendo el presente2.5

con agua potable; el agua que utilizan la

obtienen del río y de la lluvia: la del río sirve

para hacer las labores del hogar (bañarse y

lavar la ropa) y la de lluvia se utiliza para

beber y cocinar. Sin embargo, en la época

seca deben utilizar el agua del río, con

todos los riesgos que esto implica, pues no

se tiene el hábito de hervir el agua o desin-

fectarla para evitar problemas intestinales o

problemas digestivos por la contaminación

que este presenta. Por lo anterior, es fácil

ver niños con problemas de alimentación y

síntomas de desnutrición. De igual forma,

no se cuenta con luz permanente, ya que

hay una planta eléctrica que no funciona

adecuadamente y cuando funciona solo

se presta el servicio desde las 6 de la tarde

hasta las 10 de la noche. No cuentan con un

puesto de salud, así que cuando se presenta

alguna emergencia deben desplazarse hasta

la cabecera municipal.

El sector productivo local tampoco está en

su mejor momento y es claro que los años

pasados fueron mejores para este. Como

resultado de la producción de coca, un alto

porcentaje de los suelos son improductivos

o tienen baja fertilidad, lo que dificulta que

los cultivos de siempre se puedan imple-

mentar y desarrollar de forma adecuada.

Es escandaloso ver que en muchos de los

hogares ni siquiera se consume plátano

(uno solo cuesta $1.000) y las familias

deben privarse de este producto, que es

bandera en todos los rincones de la región

Pacífica. En el río, con dificultad y pacien-

cia, se consiguen algunos peces y unos

cuantos camarones que se pueden contar

con los dedos de las manos. Con respecto a

las especies menores, tampoco es mucho lo

que se tiene: solo se pueden ver unas cuan-

tas gallinas, una pareja de chumbos (pavos

criollos) y pollos de engorde, que crían

algunas de las familias y cuyo número se

amplió con las primeras ganancias obte-

nidas por venta de productos de la UFPI.

En lo que se refiere al sector ganadero, no

se encuentra ganado bovino. Y el sector

porcícola se está recuperando gracias a la

implementación de una unidad productiva

de cría y manejo de cerdos entregada por el

SENA, en el marco del programa Jóvenes

Rurales Emprendedores que se viene eje-

cutando desde octubre de 2011.

Page 17: y c ad e nas produ t iv so b l e s

30 31

los que solo se puede llegar en potro

(los tramos son cortos y la inversión que

se requiere no es muy significativa). El

futuro se ve con buenos ojos, con mucho

optimismo y el deseo de ver que su tierra y

su gente tengan un mejor mañana, aunque

para conseguir esto es necesario ir más allá

del optimismo y las buenas intenciones. Al

parecer estamos dando los primeros pasos,

La esperanza en el futuro 2.6

que se basan en un cambio de actitud. Pero

el deseo de que las cosas mejoren no solo

es una necesidad para los habitantes, sino

que también es el deseo de los que de una

u otra forma se han involucrado con esta

comunidad y conocen de primera mano su

situación real, sus problemas, sus alegrías y

sus preocupaciones.

Todos los miembros de la comunidad

confían en que los días venideros serán

mejores y traerán consigo más trabajo,

más desarrollo, más educación y un mejor

futuro para ellos y sus hijos. Esperan tener

agua potable, energía permanente, una

escuela en la cual puedan el bachillerato,

un salón comunal, un restaurante escolar

y puentes que unan algunos sectores a

Pese al tiempo, en la comunidad no se han

perdido muchos de los conocimientos

ancestrales sobre las propiedades medicinales

de algunas plantas, que aún se conservan en

barbacoas, potrillos y ollas viejas; a falta de

médico, han sido desde siempre las primeras

en solucionar de los problemas de salud que

aquejan a la comunidad. La verdolaga, por

ejemplo, sirve para tener una mejor visión,

el espíritu santo, la hoja de borojó y la

santamaría de anís son eficaces para acabar con

el dolor de cabeza; si no oye bien, el yantén y

la albahaca de olor; si sufre de paludismo, el

matarratón lo puede curar; si sus huesos están

débiles, está la infusión de flor amarilla; si

sufre de hemorroides, puede controlarlas con

poveda, y un dolor de muelas se puede aliviar

con un taquito de coca.

Lo que comemos y nuestra salud2.7

Chillangua

Sueldaconsuelda,hierba de ojo

Flor amarillaVerdolaga

Verdolaga

Zapatico,amargo andrés

Llantén, albahacade olor

Santamaría de anís,espíritu santo, hojade borojó

Lo que comémos y nuestra salud

Page 18: y c ad e nas produ t iv so b l e s

32 33

Partes del cuerpo Producto

ojos Verdolaga

dolor de cabeza santamaría de anís, espíritu santo, la hoja del borojó

oído Llantén, la albahaca de olor

Pelo suelda con suelda, hierba de ojo

Paludismo Matarratón

Hígado Zapatico, amargo andrés

estomago Verdolaga

Huesos Flor amarilla

Hemorroide Poveda

Anemia Chillangua

Algunas de las hierbas, como se les llama localmente, no se obtienen fácilmente en la misma

vereda, pero algunas de las personas de las veredas aledañas las tienen y generosamente las

comparten con quienes la necesitan e incluso comparten el material vegetal para que cada

familia pueda contar con ellas y utilizarlas cuando se requiera.

A pesar de la devastación que dejó el

cultivo de coca en su momento, todavía

se cuenta con algunos cultivos que, aun

con el mal estado del suelo, se dan como

fruto de la tierra y del río Tapaje. La gente

mayor tiene claro cuáles son los meses más

apropiados para sembrar ciertos cultivos,

cazar determinados animales y pescar

Calendario productivo de Vuelta del Mero

Plátano Yuca Caña Arroz Lluv ia Zapote

Enero Febrero Marzo Abri l Mayo Junio

Pol los Conejo Maíz Navidad

Ju l io Agosto Sept iembre Octubre Noviembre Dic iembre

distintas clases de peces; aún se conservan

viejas prácticas que no han cambiado y que

de su buena ejecución depende el sustento

de muchas familias de la vereda. La

actividad de caza la realizan generalmente

los hombres, quienes utilizan trampas o

escopetas para atrapar animales como el

venado, la tatabra, el tigrillo y los conejos.

Calendario productivo2.8

Page 19: y c ad e nas produ t iv so b l e s

34 35

Producto Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Plátano X X X X X X X X X X X

Maíz X

Papachina X X X X X X X X X X X X

Yuca X X X

Zapote X X X

Caimito X X

Pomarrosa X X X

guaba X X

Caña X X X X X X X X X X X X

Naranja X

Chilma X X X

Borojó X X X X X X X X X X X X

De acuerdo con lo plasmado en la

herramienta utilizada por la comunidad,

productos como el plátano, la papachina,

la caña y el borojó se dan durante todo el

año. Estos cultivos no suelen tener muchos

problemas con la humedad y, en ocasiones,

soportan largas sequías. La yuca, por su

parte, según los habitantes se puede sembrar

entre los meses de febrero y abril. El zapote,

que es una fruta muy apreciada y que se

comercializa cuando hay buena producción,

se cosecha entre los meses de junio a agosto.

La cosecha de maíz suele darse en octubre

o según el mes en que se haya sembrado.

El caimito, que es otra de las frutas que se

comercializa en toda la región, se cosecha

dos veces en el año; la primera cosecha se

da en mayo y la segunda ocurre en diciem-

bre. La pomarrosa, que es una especie de

manzana tropical, se cosecha en abril, mayo

y noviembre. La cosecha de guaba se da a

mitad de año, en julio y agosto. La naranja

se cosecha en julio, y la chilma, en enero,

noviembre y diciembre.

Calendario agrícola 2.9

Con respecto a la caza, aunque escasos aún

se pueden cazar animales como el guatín,

el conejo, el perico o perezoso, el ratón de

monte, la tatabra (especie de cerdo salvaje),

la zorra y el venado. Estos animales pueden

capturarse durante todos los meses del año,

a excepción del guatín, que se puede cazar

desde enero hasta octubre: entre noviembre

y diciembre no se ven por ningún lado. La

carne de estos animales en muy apreciada

por la gente de estas tierras; en ocasiones se

destina para la alimentación familiar, pero

en otras se venden o se comercializan en

la cabecera municipal a costos más altos

que los de la carne de res, cerdo y pollo.

De igual manera, son muy importantes

en la dieta de las familias, aunque hoy en

día es muy raro verlos en los almuerzos y

meriendas de la gente de Vuelta del Mero.

A continuación se presenta el calendario

de caza de la vereda Vuelta del Mero.

Según cuentan los pobladores, antes se

cazaba en todos los meses del año, espe-

cialmente en época de verano y menguante.

En verano, por la sequía, los animales

salían a beber agua a las quebradas. En

la menguante los animales no veían a los

cazadores, sin embargo los cazadores los

identificaban por el brillo de los ojos. El

guatín se caza de las seis de la mañana hasta

las doce de la tarde.

Animal Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

guatín X X X X X X X X X X

Conejo X X X X X X X X X X X X

Perico X X X X X X X X X X X X

Venado X X X X X X X X X X X X

ratón de monte X X X X X X X X X X X X

Tatabra X X X X X X X X X X X X

Zorra X X X X X X X X X X X X

Calendario de caza

2.10

Page 20: y c ad e nas produ t iv so b l e s

36 37

Gracias a esta actividad, los pobladores de

Vuelta del Mero conseguían el principal

producto de su canasta familiar. Actual-

mente esta actividad se realiza muy poco,

debido a la contaminación del río. Esto ha

generado una disminución considerable de

la producción de peces, por lo que algunos

habitantes de Vuelta del Mero se ven en la

necesidad de desplazarse hasta las playas

a pescar en épocas de apertura de la veda

Peces Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

sábalo X X X X X X X X X X X X

Mojarra X X X X X X X X X X X X

Bocón X X X X X X X X X X X X

gualajo X X X X X X X X X X X X

Ñato X X X X X X X X X X X X

Barbudo X X X X X X X X X X X X

Micuro X X X X X X X X X X X X

salvapalo X X X X X X X X X X X X

Viringo X X X X X X X X X X X X

(época autorizada para pescar). Así mismo,

antes se pescaba chautiza (pescados

diminutos que no alcanzan más de 3 cm)

durante la Semana Santa, pero desapareció.

En otras épocas la pesca fue una actividad

de gran relevancia para los miembros de

esta comunidad, pero diversos factores han

hecho que hoy en día esta actividad se haya

diezmado, por lo que las personas que se

dedican a la pesca no lo hacen más en el

río, sino que lo hacen en el mar, para poder

asegurar la alimentación de sus familias

y obtener recursos para los mismos. Los

productos que no se venden se intercam-

bian por plátano, yuca, papachina, coco o

cualquier otro producto.

Calendario de pesca2.11

Page 21: y c ad e nas produ t iv so b l e s

38 39

Con el uso y aplicación de las herramientas

necesarias para realizar un autodiagnós-

tico, se logró obtener información muy

valiosa sobre la comunidad, su cultura,

tradiciones y actividades productivas. Es

de destacar que muchas de las actividades

que se realizaban antes se han perdido por

diversas circunstancias. Tras dialogar con

los miembros de la comunidad, fácilmente

se percibe un exceso de confianza por las

ayudas que brinda el Estado a través de

los diferentes programas, como Familias

en Acción, Proyectos Productivos y otros

programas de ayuda a la población despla-

zada (el 90% de los habitantes figura como

personas en situación de desplazamiento y

el resto espera en algún momento ser con-

siderado como tal). En lo que respecta a la

producción agropecuaria, se logró deter-

minar que existe una gran disminución o

escasez de productos que tradicionalmente

se venían explotando en la zona (cacao,

chontaduro, maíz, arroz, plátano, banano,

primitivo, manzano, gallinas nativas y cer-

dos). Es de recalcar que el cultivo de arroz

desapareció de esta comunidad, y no se ha

hecho ningún esfuerzo por recuperarlo.

De igual modo, las mujeres ya no se dedi-

can a la instalación y cuidado de huertas

que tanto aportaban a la economía fami-

liar; solamente unas pocas siguen con esta

tradición, pero la gran mayoría no lleva a

cabo esta práctica.

Como aspectos positivos, tenemos que los

mayores aún conservan sus saberes ancestra-

les; aunque muchos no los llevan a la práctica,

se pueden generar espacios que propicien la

recuperación de los mismos a través de las

nuevas generaciones. Es preciso recuperar los

cultivos de plátano, coco, yuca, cacao y hacer

un mejor uso de los recursos maderables,

fortalecer la producción pecuaria y recuperar

el cultivo de hortalizas en huertas aromáticas,

medicinales y condimentarias que no solo

ayuden a disminuir los costos de la canasta

familiar, sino que con cuyos excedentes se

generen pequeños ingresos para las familias.

Pero es aun más importante lograr que la

comunidad deje de depender de terceros y

sea la verdadera gestora de su progreso y el

promotor y único responsable de su seguri-

dad y de su soberanía alimentaria.

2.12 resultados del autodiagnóstico

Chillangua sembrada

Page 22: y c ad e nas produ t iv so b l e s

40 41

Gracias al autodiagnóstico se lograron

identificar los principales factores que

dieron lugar a la situación en la que hoy se

encuentran las familias de Vuelta del Mero

(afro).

Causas:

> La sustitución de productos lícitos por

ilícitos.

> Contaminación ambiental (fumiga-

ción).

> Falta de apoyo institucional.

> Negligencia de la comunidad en reali-

zar actividades productivas.

Soluciones:

> Erradicación de productos ilícitos y

restitución de los lícitos.

> Abonamiento de los terrenos con

materia orgánica.

> Generación de proyectos de recupera-

ción y aprovechamiento de productos

tradicionales.

> Motivación a la comunidad para que

retome las actividades que tradicional-

mente se realizaban.

Fortalezas Debilidades

Conocimiento de los mayoresPropietarios de la tierraTierras no contaminadas o no fumigadasConocimientos empíricos

Negligencia de la comunidadFalta de sentido de pertenencia por los cultivos tradicionalesAusencia de especies criollasLa poca comercialización de los productosBaja fertilidad de los suelos

Oportunidades Amenazas

Apoyo del seNAApoyo de la uMATACapacitaciónPosibilidad de organización

La fumigación con glifosatoLa erosión de las tierrasLa presencia de grupos al margen de la ley La presencia de los dueños de lo ajeno

> Baja producción de plátano.

> Escasez de gallinas criollas.

> Disminución de pesca.

> Baja fertilidad de los suelos.

> Escasez de siembra de hortalizas.

> Alta deforestación.

> Nula producción porcícola.

2.14

Problemas encontrados

Análisis doFA de la comunidad2.13

3. uFPI seLeCCIoNAdA

el establecimiento de una Unidad de For-

mación Producción Intercultural UFPI,

Recuperación de los cultivos de hortalizas

tradicionales para el mejoramiento de la

dieta alimenticia y generación de ingresos

en la comunidad Vuelta del Mero (afro),

municipio de El Charco, departamento

de Nariño, como estrategia para el forta-

lecimiento de la seguridad y la soberanía

alimentaria y la generación de ingresos a

escala familiar.

Como resultado del autodiagnóstico, se determinó

Page 23: y c ad e nas produ t iv so b l e s

42 43

Resumen de la propuesta

Nuestra propuesta

Recuperación de los cultivos de hortalizas tradicionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y generación de ingresos en la comunidad de Vuelta del Mero, municipio de El Charco, departamento de Nariño.

¿Cuántos somos? 34 familias.

¿Cuánto tiempo? Un año.

¿Localización del proyecto?Vereda Vuelta del Mero (El Charco, Nariño), a 15 minutos de la cabecera municipal.

¿Qué queremos hacer y para qué? Recuperar los cultivos de hortalizas tradi-cionales para el mejoramiento de la dieta alimenticia y generación de ingresos en la comunidad Vuelta del Mero, municipio de El Charco, departamento de Nariño.

¿Qué queremos lograr?

> Estimular el interés por la siembra de hortalizas a los habitantes de la vereda Vuelta del Mero, en seis meses. > Fortalecer a las organizaciones de base en el manejo técnico, organizativo, de cultura ambiental sostenible.

¿Qué pasos vamos a dar?

> Aprovechar en un 80% los lugares aptos y con suelos de buena calidad en la comunidad de Vuelta de Mero.

> Abastecer el mercado de hortalizas en un término de seis meses en la zona urbana, rural y pueblos circunvecinos.

resumen de la propuesta

3.1

generación de pequeños ingresos

A la fecha se han logrado generar peque-

ños ingresos (en promedio $200.000

mensuales) para las familias beneficiarias

con la venta de hortalizas, en especial con

la venta de chirarán y chillangua (albahaca

y cilantro cimarrón). Es grato ver a las

mujeres salir hasta la cabecera municipal

en potrillos o en cualquier otro medio

para vender sus productos. Los ingresos

que se generan no son muy significativos,

ya que un pequeño atado de estas especias

cuesta $500 o se entregan 3 por $1000; sin

embargo, ayudan para obtener otros pro-

ductos y su aporte es muy importante para

la economía familiar.

3.2

Avances de la uFPI

Intercambio de saberes

Con la ejecución de la UFPI en la comu-

nidad de Vuelta del Mero, fue posible

un grato intercambio de saberes entre la

parte técnica y el conocimiento empírico

y ancestral. Durante la implementación de

las huertas se aplicaron ciertos parámetros

técnicos, pero sin dejar de lado las prácti-

cas y el conocimiento local que a lo largo

de los años han venido desarrollando los

habitantes de esta comunidad.

soberanía alimentaria

Durante el inicio del proyecto, la soberanía

alimentaria requirió especial atención, pues,

debido al paso de la coca (y la consecuente

infertilidad de los suelos), muchos de los

productos que tradicionalmente se explo-

taban en la zona dejaron de cultivarse. Por

lo anterior, se vieron en la necesidad de

reemplazar estos productos por otros. Por

ejemplo, el plátano se cambió por la papa;

el sabor característico que se les daba a las

comidas con la tradicional leche de coco

se cambió por leche en polvo o leche pas-

teurizada. Hoy en día la comunidad está

haciendo un gran esfuerzo por recuperar su

soberanía alimentaria y es ella la que decide

lo que quiere y lo que necesita cultivar, pro-

curando que los productos que se hicieron

parte de la dieta de sus ancestros continúen

haciendo parte de las actuales generaciones.

Page 24: y c ad e nas produ t iv so b l e s

44 45

Inicio UFPI Junio 2011

Avances Julio 2011

Estado actual de la UFPI

1

2

3

4

5

6

7

8

1

2

3

4

5

Generación depequeños ingresos

Organizacióncomunitaria

Recuperaciónde saberes

Soberaníaalimentaria

Intercambiode saberes

Seguridadalimentaria

Recuperaciónde semillas

Implementaciónde huertas

0

Telaraña de nuestra uFPI

Implementación de huertas

Con la participación activa de toda la

comunidad beneficiaria se implementa-

ron 18 huertas caseras con semillas de

hortalizas (tomate, chirarán, chillangua,

pimentón, cebollín y medicinales) que tra-

dicionalmente se cultivaban y que se habían

perdido por diferentes factores sociales,

culturales y económicos. Este proceso no

tuvo ningún inconveniente: cada familia

construyó sus huertas aplicando algunas

recomendaciones técnicas e incorporando

sus propios saberes.

seguridad alimentaria

Ha mejorado, ya que la gente está vol-

viendo a producir en la huertas. De este

modo no solo producen sino que además

se reducen los gastos de alimentación,

pues muchos de los productos que antes

tenían que adquirir en la tienda los están

produciendo en sus propias azoteas y los

productos que les sobran los están ven-

diendo, con lo que consiguen incrementar

los ingresos para sus hogares.

recuperación de saberes

Durante el desarrollo de las diferentes

prácticas que se requerían para la ejecución

y puesta en marcha de la UFPI, se recupera-

ron muchos de los saberes que la comunidad

utilizaba en sus trabajos agrícolas, tales

como la desinfección del suelo con agua

hervida o cenizas, la elaboración de trampas

para algunas plagas como la hormiga arriera

y el establecimiento de camas altas para evi-

tar la afectación de los cultivos por causa de

las lluvias o la creciente del río.

recuperación de semillas

Además de recuperar el cultivo de hor-

talizas tradicionales, también fue posible

recuperar otras semillas que desde hace

muchos años no se veían en la población,

entre estas la de ají dulce, la de achiote,

la de naranja china y la de arazá. Para la

comunidad fue muy grato ver la cara de

sorpresa de los beneficiarios al ver unas

semillas que desde hace mucho tiempo no

penetraban los suelos de su comunidad ni

se fructificaban para afianzar su cultura y

preservar sus costumbres.

Page 25: y c ad e nas produ t iv so b l e s

46 47

organización comunitaria

Mientras se ejecutaba la unidad produc-

tiva, se organizó la junta directiva del

grupo beneficiario, con el fin de que cada

miembro asumiera roles y responsabilida-

des dentro de la misma. Ya se cuenta con

una presidenta, una vicepresidenta, una

secretaria, una tesorera, fiscales y vocales.

La elección se hizo por votación del grupo

y fueron ellos quienes postularon a los

que hoy conforman la junta directiva de

este grupo. Pese a esto todos tienen voz

y voto dentro de la unidad y todos son

gestores y colaboradores en busca de un

mejor bienestar para todos.

El proyecto se inició con 34 beneficiarios,

pero, debido a los diferentes inconvenien-

tes presentados a lo largo de la misma,

el grupo se redujo a 18 beneficiarios, la

gran mayoría mujeres. Esto dejó como

resultado la implementación de 18 huertas

caseras, donde cada huerta tiene en pro-

medio 6 camas que permiten la adecuada

distribución y desarrollo de las distintas

especies de hortalizas sembradas. De igual

manera se recuperaron 4 tipos de semillas

(ají dulce, naranja china, arazá y achiote),

adicionales a las que ya hacían parte del

proyecto. Como parte del proyecto, se

recibieron 10 tipos de semillas de hortalizas

(tomate, cebollín, diente de león, pepino,

pimentón, arvejas, borraja, caléndula,

ahuyama, cilantro) y 10 pequeñas parce-

las sembradas con chirarán y chillangua.

Además de las semillas ya mencionadas,

se obtuvieron semillas y se sembró una

pequeña cantidad de maíz en la mayoría

de las fincas de los beneficiarios, de donde

se espera obtener material suficiente para

aumentar el número de predios sembrados.

resultados

3.3

Page 26: y c ad e nas produ t iv so b l e s

48 49

Cerca para chillangua sembrada

4. eXPerIeNCIAs Y APreNdIZAjes

Para entender el proceso indagamos sobre

los siguientes aspectos o dimensiones:

> Conocer cómo se han dado los proce-

sos de cambio actitudinal en las mujeres

y hombres que participaron en estos

espacios comunitarios.

> Conocer cómo se ha dado el encuentro

intercultural entre el instructor SENA

y las mujeres y hombres de la comuni-

dad de Vuelta del Mero.

> Entender cómo se han desarrollado los

enfoques o miradas con las que se ha

abordado la experiencia.

El presente trabajo de sistematización

busca compartir la experiencia de acom-

pañamiento como instructora del SENA

a un grupo de mujeres y hombres benefi-

ciarios de una experiencia de formación,

producción en contextos interculturales

promovido por el convenio SENA-Tro-

penbos, con el cual se pretende trabajar

directamente con comunidades negras

e indígenas para que, desde su propia

vivencia y experiencias, identificaran un

proyecto acorde con su identidad cul-

tural. En este marco nace el proyecto de

Recuperación de los cultivos de hortalizas

tradicionales para el mejoramiento de la

dieta alimenticia y generación de ingresos

en la comunidad Vuelta del Mero (afro),

municipio de El Charco, departamento de

Nariño, en la zona baja del río Tapaje, en

la región Pacífica de Nariño.

Queremos compartir nuestro encuentro

con este grupo de mujeres y hombres

negros que sufren hasta hoy las conse-

cuencias de la discriminación, la exclusión

y la marginalidad, porque no han tenido la

oportunidad de completar su proceso de

inclusión social (desarrollando los ritos y

costumbres a través de los cuales reafirman

su identidad cultural). Esto implica hacerse

a los medios de vida para superar la falta

de oportunidades y la exclusión y mar-

ginalidad histórica que han padecido por

falta de presencia real y efectiva del Estado.

Muchos de ellos sienten y manifiestan la

pérdida de recursos, costumbres, prácticas,

cultivos y tradiciones que los hacían reen-

contrarse con su identidad como pueblo

negro, porque se dejaron seducir por otras

formas de vivir, que les trajo muerte y

tragedia (como fue dedicarse al cultivo y

comercialización de hoja de coca y pasta

de coca). Hoy con este proyecto redescu-

bren el valor de sus costumbres, cultivos

y tradiciones como hombres del Pacífico.

Page 27: y c ad e nas produ t iv so b l e s

50 51

A continuación se presenta el desarrollo

de una serie de herramientas de sistemati-

zación que han sido aplicadas tanto por el

instructor como por el grupo beneficiario

de la UFPI. El propósito del uso y apli-

cación de estas herramientas consiste en

facilitar la recopilación de información

y análisis de la experiencia de implemen-

tación de la UFPI Recuperación de los

cultivos de hortalizas tradicionales para

el mejoramiento de la dieta alimenticia y

generación de ingresos en la comunidad

Vuelta del Mero (afro), municipio de El

Charco, departamento de Nariño.

El proceso de sistematización inició con

el planteamiento de una pregunta eje que

nos permite interrogar la experiencia

que se va a sistematizar. Cada una de las

herramientas de sistematización en su

desarrollo intentará responder la pregunta

eje, con lo cual esta pregunta se constituye

en la compañera de viaje en la aplicación de

todas las herramientas que a continuación

se presentan.

beneficios económicos con la imple-

mentación de la Unidad Formación

Producción Intercultural por la venta

de plantas y condimentos; el grupo está

motivado y atento al diálogo intercultural

entre lo técnico del instructor y lo local

de los beneficiarios en aras de su propio

proceso organizativo; a raíz de la presen-

tación y ejecución de la UFPI el grupo

ha gestionando nuevos proyectos que

buscan la recuperación de sus actividades

agropecuarias tradicionales; hay mayor

conciencia de parte de la comunidad para

no dejar perder sus saberes ancestrales y

desde sus núcleos familiares están traba-

jando para preservarlos.

Pregunta eje de sistematización: ¿Cómo

contribuyó la UFPI Recuperación de los

cultivos de hortalizas tradicionales para

el mejoramiento de la dieta alimenticia y

generación de ingresos en la comunidad

Vuelta del Mero (afro), municipio de El

Charco, departamento de Nariño en el

afianzamiento de los saberes locales de

la vereda Vuelta del Mero?, ¿la unidad

productiva es sostenible?, ¿el proyecto fue

pertinente para la comunidad?

Dentro de los aspectos más relevan-

tes de la UFPI se pueden destacar los

siguientes: un grupo homogéneo y con

muchas ganas de trabajar y recuperar

sus cultivos tradicionales; se han logrado

Page 28: y c ad e nas produ t iv so b l e s

52 53

La herramienta conocida como árbol de

preguntas nos permitió interrogar sobre la

experiencia vivida en la implementación de

la UFPI. Primero elaboramos una lista de

preguntas pertinentes asociadas a la experiencia

para profundizar en sus principales aspectos y

luego los colocamos en un árbol que dibujamos

previamente. Estas preguntas se desprenden de

la pregunta eje antes mencionada. A continua-

ción se presenta la narrativa derivada del árbol

de preguntas.

1

¿Cómo ha contribuidola UFPI a la organización del grupo?

¿Cómo ha incidido la implementación de la UFPI en las relaciones del grupo?

¿Cómo contribuyó la UFPI Recuperación del cultivo de hortalizastradiconales en el afianzamiento de los saberes locales de

la vereda Vuelta del Mero?

1

2

5

3

3

¿Cómo ha aportado la UFPI al empoderamiento de la comunidad?

¿De qué manera la puesta en marcha de la UFPI ha aportado para la seguridad alimentaria?

¿Cómo ha contribuido la UFPI en la generación de ingresos?

2

4Social

Económico

Organizacional

Seguridad alimentaria

Saberes

¿De qué manera ha incidido la UFPI en la recuperación de saberes locales?

45

Árbol de preguntas

4.1

se contactó a la comunidad, al consejo

comunitario, y se lograron acuerdos para

realizar los autodiagnósticos participativos

y hacer la caracterización de la comuni-

dad. Durante todo este tiempo de obtuvo

información valiosísima, que finalmente

arrojó unos resultados que dieron paso a la

formulación de un proyecto a partir de las

necesidades sentidas por la comunidad. El

trabajo directo con la gente, el intercambio

de saberes y la aplicación de las distintas

herramientas lograron que poco a poco

creciera el interés y entusiasmo del grupo

de aprendices por este proyecto, hasta que

finalmente se logró un verdadero compro-

miso por recuperar sus prácticas y saberes

ancestrales.

La UFPI Recuperación de los cultivos de

hortalizas tradicionales para el mejora-

miento de la dieta alimenticia y generación

de ingresos en la comunidad Vuelta del

Mero (afro), municipio de El Charco,

departamento de Nariño surge del sen-

tido social y pertenencia de un grupo de

estudiantes del programa de formación

titulada Tecnólogo en Formulación de

Proyectos del SENA (Centro Agroin-

dustrial y Pesquero de la Costa Pacífica).

Inicialmente el proyecto solo representaba

una práctica constitutiva al proceso de

formación y una manera de dar cumpli-

miento a las competencias que el aprendiz

debe desarrollar. La unidad de formación

producción intercultural tiene sus inicios

en junio de 2010; a partir de este momento

Page 29: y c ad e nas produ t iv so b l e s

54 55

El Municipio de El Charco, como gran

parte del territorio nacional, se vio afec-

tado por el «boom de la coca», que tantos

estragos causó y sigue causando en el país.

En la Vuelta del Mero, según relatos de la

comunidad, muchos abandonaron sus cul-

tivos tradicionales (plátano y el coco, entre

otros), para dedicar todos sus esfuerzos y

disposición de sus tierras al cultivo de la

hoja de coca. Se comenta que hubo mucha

plata y esta bonanza económica generó

inflación de precios y alta dependencia de

víveres y abarrotes traídos del interior del

país, lo que hacía extremadamente cara

la vida en estas comunidades. De hecho,

aunque hoy en día son pocos los cultivos

de coca que sobreviven, los precios de

productos de pancoger como el plátano

son muy elevados, ya que una ración (64

plátanos) cuesta entre $60.000 y $55.000.

La producción local en general es baja,

comparada con otros años en los que

los cultivos como el plátano, el coco, la

papachina, la yuca, el zapote, el caimito y

la naranja abundaban y se comercializaban

a otros municipios de la costa Pacífica y

al Valle del Cauca por medio de barcos de

cabotaje. Pero hoy en día lo poco que se

produce es, en la mayoría de los casos, para

el autoconsumo. La comunidad afirma que

en sus alrededores ya no hay coca, puesto

que ellos mismos tomaron conciencia y

erradicaron todos los cultivos y los que no

se erradicaron los erradicó la fumiga como

les llaman a las avionetas que fumigan por

aspersión aérea los cultivos de uso ilícitos

y los lícitos, llevándose por delante los de

pancoger y las esperanzas y el alimento de

muchas familias. Miembros de la comu-

nidad manifiestan no entender por qué a

cada rato los fumigan si ya no hay coca, no

solo por los problemas que les causa, sino

porque además el precio actual de hoja es

demasiado bajo: en los momentos actua-

les una arroba se está comprando entre

$50.000 y $55.000. A pesar del gran daño

causado por la coca en la gran mayoría de

nuestras comunidades, es grato ser testigo

de la toma de conciencia de gran parte de la

comunidad y, sobre todo, del hecho de que

puedan reconocer que con la coca optaron

por el camino errado y así retomen lo que

siempre les ha dado para hacerse a los

medios de vida y les ha “permitido acos-

tarse y levantarse tranquilos”.

Limpia del terreno para la siembra

Gracias a los hábitos adquiridos en el

cultivo de coca, muchos de los campesinos

se acostumbraron y se volvieron depen-

dientes de los agroquímicos para fertilizar

sus suelos y obtener resultados en menor

tiempo, mucha de la gente está perdiendo

la costumbre de abonar la tierra o de tener

en cuenta las fases de la luna, como anti-

guamente se hacía, ahora se cree que estos

productos solucionan cualquier problema

y “eso de trabajar como antes, es matarse”,

lo que muchos no saben es que con las

maravillas de los agroquímicos se afecta el

suelo a largo plazo, como ellos mismo han

podido ser testigos, pues los suelos en los

que se cultivaba la coca hoy, están inférti-

les, no producen nada y ayudan día con día

a agudizar la pobreza y la desesperanza de

muchas familias de esta población.

Cuando se emprendió este proyecto en el

marco del convenio SENA-Tropenbos,

había un promedio de 35 beneficiarios, y tras

la llegada de la instructora SENA y una vez

iniciadas las actividades, se tuvo un promedio

de 17 mujeres y un hombre. Las mujeres,

muy trabajadoras y comprometidas, tiran

machete, limpian y se trepan a los arboles

cuando es necesario; todas son madres, el

55% viven con sus esposos y el 45% son

madres solteras (lo que las convierte en

madres cabeza de hogar).

Pero también hay quienes no están de

acuerdo con erradicar estos cultivos: según

Dalia, «si no nos fumigaran nosotros,

todavía tendríamos sus cultivos». De

hecho algunos, aun después de todo lo

que ha pasado, continúan sembrando y

cultivando la hoja, la cual camuflan entre

los cultivos lícitos o de pancoger (plátano,

yuca, papachina, etc.) y por ello en oca-

siones cuando fumigan también se afectan

dichas plantaciones, lo que los deja sin coca

y sin productos de pancoger, con hambre y

sin esperanzas.

Page 30: y c ad e nas produ t iv so b l e s

56 57

Desde el primer contacto se mostraron muy

amables y dispuestas a trabajar. Al princi-

pio expresaron los avances del proyecto e

indicaron que habían sembrado chirarán y

chillangua al voleo con instructor Roger

Iván Estacio, quien las acompañó en la pri-

mera fase de implementación del proyecto

y con quien no pudieron culminar debido

a los fluctuantes cambios de instructores

que se presentaron durante aquel semestre.

Después de hablar y conocer un poco de la

comunidad, se acordó la construcción de

camas para el establecimiento del cultivo

de hortalizas. Primero se pensó en cons-

truir camas altas para evitar problemas con

el exceso de lluvias, y al respecto, el único

hombre que formó parte del grupo, don

José Evangelista, acotó: «Es mejor hacer

las camas en el suelo, porque si se hacen

altas la tierra se seca y se pone muy dura en

la sequía y las plantas se mueren». En ese

momento todos comprendieron la obser-

vación y se hicieron las camas según la

recomendación de nuestro único hombre.

Después de realizar la construcción de

camas y la siembra de semillas, se le hizo un

encierro a las hierbas aromáticas (chirarán y

chillangua) que ya se habían sembrado, con

el objetivo de protegerlas de las personas,

las gallinas y otros animales que transitan

permanentemente por la parcela sembrada.

Se realizaron dos encierros, ya que, como

se sembró al voleo, había un grupo en un

lado y otro en otro lado; el trabajo se hizo

solo con las mujeres y algunos niños que

ayudaron a transportar las tirillas (trozos

delgados de madera, que suelen utilizarse

para cercar o estaquillar). El área cercana

tiene un tamaño considerable, del cual se

obtuvo una muy buena producción. En la

cabecera Municipal y en algunas veredas

cercanas la demanda es permanente y un

atadito pequeño se vende en $ 500 y a quien

compra tres ataditos se le dejan en $ 1.000.

Algunas de las beneficiarias ya se dedican

a la venta de estas plantas y en medio día

se venden entre $ 10.000 y $15.000, cada

semana que son de gran ayuda para la eco-

nomía de sus hogares.

Esperaron con mucho entusiasmo la

germinación, floración, fructificación y

cosecha de las mismas, todos llevaron a sus

hogares las semillas restantes para sembrar

en sus casas y realizar todo el proceso

de acuerdo a lo hecho en el lote, que nos

facilitó doña Aida, quien inicialmente hizo

parte del proyecto, pero se desvinculó

porque prefirió no trabajar con los demás

miembros del grupo, según ella «eso de

trabajar en grupo es pa’ problema, mi

marido me dijo que si era sola, sí, pero en

grupo, no, los más pendejos trabajan y los

más vivos se quedan con las cosas».

Siembra de semillas

Después de construir las camas, se logró

conseguir semilla de tomate y pepino. Las

camas se construyeron rápidamente y se

abonaron gracias a la buena dinámica del

grupo; días después se realizó el proceso

de siembra. Este proceso fue interesante ya

que todos pensaron que la siembra se haría

al voleo o simplemente tirando las semillas

en las camas, pero fue preciso indicarles que

se debe sembrar conservando una distancia

de siembra entre plantas y entre líneas a

fin de evitar la competencia y para que,

además, el cultivo se desarrolle de mejor

forma y no se genere competencia entre

las plantas y cada una alcance a recibir la

cantidad de nutrientes necesarios. Una las

más sorprendidas fue doña Checha, quien

comentó: «Yo pensé que eso no más se

tiraba y ya». Todas estuvieron dispuestas a

realizar la siembra de semillas y el riego de

las mismas, con una sonrisa y un gran entu-

siasmo en sus rostros; esto lo catalogamos

como diálogo de saberes.

Page 31: y c ad e nas produ t iv so b l e s

58 59

En octubre de 2011, se llevó a cabo la entrega

de materiales de la UFPI: 13 pares de botas,

25 machetes, 6 azadones, 8 rollos de cabuya,

50 metros de polisombra, 3 bombas de

espalda, 10 baldes de 12 litros de capacidad,

3 serruchos y 4 hachas. La distribución de

los materiales se hizo de forma individual,

en lo que respecta a las botas y los machetes,

y el resto de materiales se distribuyó por

zonas (es decir, la vereda se dividió en tres

zonas: centro, abajo y arriba), y se escogió

un líder por zona, quien sería el responsable

de los materiales del grupo de acuerdo con

su ubicación. Debido a que las botas no

alcanzaron para todos los miembros del

grupo, fue necesario vender el tanque con

capacidad para 500 litros. Este tanque se

vendió por la suma de $100.000; con estos

recursos se adquirieron los 5 pares de botas

que quedaron haciendo falta. En noviembre

se llevó a cabo la entrega de semillas de

hortalizas, plantas medicinales y condimen-

tarias.

El total de semillas recibidas fue dividido

entre todas las beneficiarias. Las semillas

era lo único que hacía falta para poder

dar inicio a la UFPI. Aunque buena parte

de la semilla era suficiente para las par-

ticipantes, en el caso de la habichuela no

Huertas construidas por la

s fam

ilias

Entrega de semillas por familia

Entrega de m ateriales U

FPI

alcanzó, ya que solo eran 100 gramos para

18 personas, por lo que a algunas solo se

les pudo dar 2 o 3 granos. No obstante la

gente quedó muy contenta con la entrega

de las semillas, ya que hacía más de un año

que estaban esperando que se ejecutara el

proyecto. Antes de recibir las semillas se

construyeron las camas para la siembra;

esta actividad se hizo de manera individual

(por familias), pues quedó comprobado

que de esta forma se apersonan más y tie-

nen más responsabilidad en las actividades

diarias que requieren los cultivos. Como la

pequeña parcela creada en grupo no fun-

cionaba si no estaban todos, ninguno era

capaz de regar las camas, aun estando muy

cerca de la huerta; por ello se le dio a cada

familia para que cada una respondiera por

lo que se le entregó y se comprometiera

totalmente con su pequeño cultivo. Antes

de la entrega, cada beneficiario construyó

camellones con subdivisiones para realizar

la respectiva siembra; algunos lo hicieron

el día de la entrega y los demás en los

días siguientes, pero absolutamente todos

construyeron sus camas con los materiales

que tenían disponibles en la zona. Tras el

establecimiento de los sembríos, se hizo el

riego para favorecer la germinación, la cual

se dio dentro de los tres días siguientes a la

siembra; en el caso de la borraja y el diente

de león, no hubo germinación de semilla,

debido a que el clima de la zona no es el

ideal para este tipo de cultivos; el cilantro,

aunque se demoró un poco más, se dio

después de más o menos 10 días.

En cada una de las camas, se instaló

polisombra, a fin de disminuir el fuerte

impacto del sol sobre los sembradíos. A

quienes viven en la zona de abajo, les fue

preciso hacer camas a más o menos 50 cm

de altura del suelo, ya que cuando crece el

río se inunda con mucha facilidad y ello

ha hecho que los suelos en esa zona en

especial no sean muy buenos: ni siquiera

se da la albahaca y el cimarrón, que se dan

con tanta facilidad y que son bandera en

el resto de la zona. Además de hacer las

camas altas, están muy pendientes del

suministro de agua para las plantas, a fin

de evitar que se afecten por falta de riego.

Es de resaltar que la comunidad se motivó

mucho más con la llegada de los materiales,

pero solo depende de ellos que todo sea

solo por un momento o que a partir de

este proceso se genere una nueva actitud

en cada uno de los miembros, y entonces

pierdan esa dependencia que tienen para

con el Estado. Es decir, se espera que a

partir de sus fortalezas generen procesos

que les proporcionen una mejor calidad

de vida o que al menos sea igual a la que

tenían en el pasado.

Como producto final, quedaron instalados

18 camellones sembrados con hortalizas,

plantas medicinales y condimentarias y

cada uno de los beneficiarios obtuvo botas

y machetes para realizar las labores propias

de la agricultura. Se espera que el trabajo

realizado culmine de la forma que se espera

y que todo el tiempo y esfuerzo dedicado

por parte de todos los involucrados en este

proceso culmine como va hasta ahora.

Page 32: y c ad e nas produ t iv so b l e s

60 61

Durante el desarrollo e implementación de

la unidad productiva se lograron recolectar

algunas semillas que, aunque se pueden

encontrar en la zona, no se encuentran

disponibles en la comunidad de Vuelta

del Mero, por lo que fue preciso traerlas

desde Tumaco. Las semillas que se obtu-

vieron fueron: arazá o guayaba brasilera,

guanábana, achiote, ají dulce, guayabilla y

naranja uva. Una vez las plantas alcancen la

madurez necesaria, se hará la distribución

por familias y esperamos poder experimen-

tar injertando la naranja que se produce en

la vereda con la naranja uva para ver qué

resultados se obtienen. También se realizó

el proceso de extracción y conservación

de semillas para que todos conocieran el

procedimiento y puedan realizarlo cuando

se requiera. Esta actividad se realizó con

la participación activa de todos los bene-

ficiarios: después de extraer las semillas,

extracción y conservación de

sem

illas

semillas r

ecupe

ra

das

Preparación de chillangua para

la v

enta

se dejaron por dos días en agua aquellas

que tienen mucílago, como la guanaba, la

naranja, el arazá y la guayabilla; después

que se ha eliminado el mucílago por efecto

del agua, se dejan al sol hasta que estén

totalmente secas; para las semillas de ají y

achiote, solo se extraen las mejores semillas

y se dejan al sol por varias horas; luego

se empacan en bolsitas de papel para que

absorba la humedad y pueda conservarse

mejor; pero si lo que se quiere es conser-

varlas por varios meses, se empacan en

frascos de vidrio con tiza o cal y se tapan

dejándolos en un lugar fresco y seco. El

procedimiento quedó así totalmente claro

para los beneficiarios; unos ya lo conocían

y otros lo venían aplicando en sus huertas y

parcelas. Solo se espera que todos lo lleven

a la práctica y que una vez se queden sin

semillas puedan obtenerlas de los cultivos

que ya poseen.

cosecha de las plantas aromáticas (chirarán y

chillangua) que están disponibles en la zona y

que el grupo había sembrado con antelación.

El grupo cosechó toda la parcela que estaba

sembrada, se empacaron en pequeños atados

y se vendieron en el municipio de Tumaco.

Con lo que se obtuvo se realizó la compra de

pollos de engorde para levantarlos en patio,

a fin de que las familias tengan variedad de

productos agropecuarios que les den seguri-

dad alimentaria, soberanía alimentaria y que

se conviertan en una opción de ingresos para

cada uno de los beneficiarios, ya que el pollo

tiene buena acogida en la comunidad y en los

alrededores: el precio de un pollo de 4 libras

Para diciembre, se llevó a cabo la primera Después de realizar los procesos de obten-

ción y conservación de semilla se procedió

a sembrarlas en los semilleros y se escogió

una pequeña área para cada tipo de semilla.

Antes de la siembra, se humedecieron las

camas, ya que por la temporada de verano

la tierra se seca y se demora más de lo nor-

mal el proceso de germinación. Además de

aplicar agua a las camas se removieron y

se abonaron con aserrín, hojas secas, restos

de cosecha y gallinaza. Se espera que en un

lapso no mayor a 30 días estén germinadas

todas las semillas para hacer la distribución

entre todos los beneficiarios a fin de que

cada uno pueda tenerlos y cultivarlos en

sus propias huertas.

Page 33: y c ad e nas produ t iv so b l e s

62 63

oscila entre $25.000 y $30.000. Una vez lle-

garon los pollos, se realizó una capacitación

en cría y manejo. Pese a que la producción

se hizo por familias, la comercialización se

hace en forma grupal, tal como se hizo en la

primera venta de plantas aromáticas. Con el

dinero obtenido de la venta de las hierbas aro-

máticas, se compraron 50 pollos de engorde,

que se repartieron entre las 18 beneficiarias;

cada beneficiaria recibió 2 pollos, pues se pre-

sentó una tasa de mortalidad del 5% (algunos

murieron por las condiciones climáticas

y otros fueron comidos por animales más

grandes, esto ocurrió porque las aves tenían

solo dos días de nacidos cuando llegaron a

la vereda), mortalidad que se considera muy

baja, teniendo en cuenta las condiciones del

lugar. La mayoría de la comunidad no suele

comprar animales tan pequeños porque pien-

san que no van a sobrevivir por la edad, pero

con esta experiencia pudieron comprobar

que sí es posible levantar aves muy pequeñas

sin mayores inconvenientes.

Cada familia construye pequeños galpones para levantar sus pollos la primera semana; luego sueltan los pollos al patio para

que se adapten a las condiciones de la región y puedan pastorear y alimentarse de plantas y hierbas.

La gran mayoría ha aumentado el número

inicial de aves y algunos ya tienen más de

diez pollos, que venden cuando tienen la

edad adecuada. Todos están muy satisfe-

chos con el uso que se les dio a los recursos

obtenidos con la venta de las hierbas aro-

máticas y están criando sus aves con mucho

entusiasmo. Además, se está elaborando

concentrado casero con materia prima de

la región para alimentar a las aves. Todo

este proceso ha sido sumamente intere-

sante y enriquecedor para ambas partes

y, es de destacar, el hecho de poder con-

tinuar como instructora en el municipio

de El Charco, pues el proceso no termina

La siguiente herramienta, que llamamos

línea de tiempo, nos permitió identificar los

principales hitos o acontecimientos ocurri-

dos en la experiencia de implementación de

la UFPI. Para esto definimos claramente el

momento de inicio y de finalización de la

experiencia que queríamos reconstruir e

hicimos un listado de los hitos. Esta infor-

mación fue luego colocada en un gráfico, que

dio como resultado una línea de tiempo. Pos-

teriormente tomamos algunos de los hitos

identificados y los colocamos en el centro de

una estrella con el propósito de explorar en

aquellos aspectos del contexto que rodean y

explican el hito, observando las dinámicas de

lo sucedido y explorando aspectos relaciona-

dos a la experiencia que probablemente no se

han tenido en cuenta. Para hacer esta lectura

de contexto, establecimos unas dimensiones

o variables que nos permitieron acercarnos

al contexto y extraer enseñanzas, teniendo

en cuenta que los actores y sus relaciones

son diferentes y cambiantes entre un hito y

otro. Entonces, entre los hechos relevantes

que marcaron el proceso entre los que se

destacan los siguientes:

Línea de tiempo

4.2

cuando se entregan los materiales, sino que

apenas comienza cuando estos llegan; es

necesario hacer seguimiento al proceso,

de tal forma que se pueda orientar a los

beneficiarios en los procesos previamente

establecidos y poderles seguir brindando

herramientas que permitan fortalecer y

consolidar la Unidad de Formación Pro-

ducción Intercultural establecida, todo

con el fin de que se genere un impacto

realmente positivo, que vaya más allá de la

entrega de materiales, y que en la medida

de las posibilidades se logren los objetivos

trazados o propuestos en la propuesta.

Page 34: y c ad e nas produ t iv so b l e s

64 65

Junio

Agosto

Abril

Octubre

Diciembre

Septiembre

Noviembre

2010

2011

2012

Se presenta el proyecto a la comunidad y se acuerdan las reglas de juego y las actividades necesarias para recolectar información.

Se inicia el proceso de ejecución e implementación de la UFPI bajo la orientación del instructor Roger Iván Estacio.

Se asigna una nueva instructora a la UFPI y se continúa el proceso de ejecución e implementación de la unidad productiva.

Acuerdos con la comunidad e intercambio de saberes técnicos y empíricos en torno a las labores de preparación y adecuación.

Se realiza una minga entre todos los miembros del grupo en torno a la siembra de las primeras camas que sirvieron como modelo para los beneficiarios.

El grupo obtiene los primeros beneficios económi-cos por la venta de hierbas aromáticas e invierte dichos recursos en la compra de pollos de engorde.

La comunidad ve consolidada la ejecución de la UFPI con la entrega de materiales y la siembra de semillas por unidad familiar.

El proyecto presentado para beneficio de la comunidad es aprobado.

Línea de tiempo > Se presenta el proyecto a la comunidad

y se acuerdan las reglas de juego y las

actividades necesarias para recolectar la

información.

> El proyecto presentado para benefi-

cio de la comunidad es aprobado en

diciembre de 2010.

> Se inicia el proceso de ejecución e

implementación de la Unidad de

Formación Producción Intercultural

(UFPI), bajo la orientación del instruc-

tor Roger Estacio.

> Se asigna una nueva instructora a la

UFPI y se continúa con el proceso de

ejecución e implementación del pro-

yecto.

> Se llevan a cabo acuerdos con la comu-

nidad e intercambio de saberes técnicos

y empíricos que van más allá de las

labores de preparación y adecuación de

terreno.

> Se realiza una minga con todos los

miembros del grupo en torno a la siem-

bra de las primeras camas que sirvieron

como modelo para los beneficiarios del

grupo.

> El grupo obtiene los primeros benefi-

cios económicos por la venta de hierbas

aromáticas e invierte dichos recursos en

la compra de pollos de engorde.

> La comunidad ve consolidada la eje-

cución de la UFPI, con la entrega de

materiales y la siembra de semillas por

unidad familiar.

A continuación se resaltan los acon-

tecimientos más relevantes durante la

implementación y ejecución de la UFPI.

Page 35: y c ad e nas produ t iv so b l e s

66 67

Se presenta el proyecto a la comunidad y se acuerdan las reglas

Aspecto cultural

Recuperación de prácticas y saberes propios.

Se presenta el proyecto a lacomunidad y se acuerdanlas reglas de juego y lasactividades necesarias pararecolectar información

Aspecto económico

Generación de ingresos a la economía familiar.

Aspecto social

Toda la comunidad logra beneficiarse del proyecto.

Aspecto ambiental

Más diversidad agroecológica parala comunidad y su entorno.

Aspecto organizacional

Organización del grupo y concertaciones.

Hito

La presentación del proyecto a la

comunidad se hizo a través del grupo

de aprendices del curso Tecnólogo en

Formulación de Proyectos, quienes,

como parte de una competencia de su

formación, vieron a bien realizar un

autodiagnóstico participativo sobre esta

comunidad. En principio solo se tomó

como una actividad más del curso, pero,

durante su transcurso, el contacto con

la gente y el vivenciar de la comunidad

sobre su realidad y lo perdido en términos

de cultivos, alimentación y costumbres, se

vio la necesidad de formular el proyecto

y presentarlo a la convocatoria realizada

por el convenio SENA-Tropenbos sobre

las reales necesidades de dicha comunidad.

Esto generó un mayor compromiso de

esta comunidad para resolver ella misma

sus propios problemas. Posteriormente,

y de común acuerdo con los miembros

de la vereda, se expresaron las reglas de

juego y lo que requería el grupo para

poder iniciar el trabajo de identificación

del proyecto más pertinente, utilizando

para esto una serie de herramientas para

la caracterización y autodiagnóstico de la

población. Este acontecimiento se con-

sidera un hito, ya que fue el punto de

partida de la UFPI, y se constituyó en

una herramienta muy poderosa para el

autorreconocimiento y la consolidación

de la recuperación de los cultivos y sabe-

res locales.

Page 36: y c ad e nas produ t iv so b l e s

68 69

El grupo obtiene los primeros beneficios económicos

Aspecto cultural

Afianzamiento de las actividadesculturales, trabajo familiar.

El grupo obtiene los primerosbeneficios económicos por laventa de hierbas aromáticas einvierte en la compra de pollosde engorde

Aspecto comercial

Realización de pequeñas actividades comerciales.

Aspecto pertenencia

Crecimiento del sentido de pertenencia yvaloración de lo que se tiene y se produce.

Aspecto productivo

Recuperación de huertas caserasy producción local de hortalizas.

Aspecto organizacional

Organización del grupo en torno ala actividad de comercialización.

Hito

«¿Y la venta de eso sí alcanza pa’ algo?,

¿cuánto vale en Tumaco un atao de

chillangua?». Las preguntas de Miriam

generaron una pequeña discusión; unos

decían que sí alcanzaba, pero otros no

estaban muy seguros. En todo caso se

inició la recolección y de inmediato se

organizaron los atados de las hierbas, que

en El Charco se venden a 3 por $1.000.

En total se alcanzaron a recoger unos 40

atados y, según los cálculos de Lina, una

joven madre de 5 niños, «eso da como

12.000 pesos. ¿Y eso pa’ que alcanza?».

A lo que doña Doris respondió: «¡Niña!,

pero en Tumaco dan más plata por atao».

Se hicieron distintas especulaciones y cál-

culos por varios minutos entre el grupo,

hasta que finalmente se organizó todo el

producto y con algo de duda pero entre

sonrisas dijeron: «tamos exportando a

Tumaco». Pocas veces se es testigo de

semejante luz de esperanza estampada en

un pequeño fragmentico de tierra. Pese a

las dudas, y a todo lo que esto implicaba,

se llevaron las hierbas hasta Tumaco y se

vendieron a $1.000 cada atado, sin mayor

inconveniente, ya que, como en la mayo-

ría de territorios costeros de la región

Pacífica, estas hierbas hacen parte de la

esencia misma de los pueblos y utilizarlas

no es una opción sino una necesidad que

afianza la identidad y las tradiciones.

Terminadas las labores de siembra de las

plantas aromáticas (chirarán y chillangua),

se concertó con los miembros del grupo la

cosecha de estas para comercializarlas en

Tumaco e invertir los recursos obtenidos

en algo que les generara beneficio a todos

los miembros, la primera propuesta fue

invertir dichos recursos en la compra

de pollos de engorde, aprovechando la

víspera decembrina y que la misma se

constituyera en una buena oportunidad

para generar ingresos adicionales a la

economía familiar; sin embargo, algunos

no creían que la venta de dichas plantas

fuese a generar recursos suficientes para

comprar un pequeño lote de aves. Miriam

fue una de las primeras en preguntar:

Page 37: y c ad e nas produ t iv so b l e s

70 71

Aspecto cultural

Recuperación de antiguasprácticas de trabajo colaborativo.

Se realiza una minga entretodos los miembros delgrupo en torno a la siembrade las primeras camas quesirvieron como modelo paralos beneficiarios del grupo

Aspecto social

Se propician la armonia y las buenasrelaciones del grupo.

Aspecto de género

Consolidación de los roles de acuerdoal genero según la tradición local.

Aspecto productivo

Implementación de camasy siembra grupal.

Aspecto organizacional

Trabajo en equipo, designación de roles.

Hito

Se realiza una minga número de estas. Días después todos los

pollos estaban en plena etapa de levante con

una baja tasa de mortalidad. A la gente le

sorprendió que, habiendo llegado de muy

poca edad, lograran desarrollarse, ya que

normalmente compraban pollos con una o

dos semanas de edad a un precio de $5.000

a cada uno, mientras que comprándolos

con una edad de 2 a 3 días tienen un valor

de $1.200 cada uno en Tumaco. Gracias a

los resultados obtenidos, se compraron

más aves, traídas desde Tumaco, con baja

mortalidad y muy buena conversión; estas

aves los acompañaron en las festividades de

Navidad y Año nuevo y dejaron ingresos

adicionales y nuevas experiencias para el

grupo.

Otro momento de gran importancia

para UFPI y para el grupo en general

fue la realización de una «minga» en

torno a la construcción de camas que

servirían como modelo para el resto de

beneficiarios. Dicho evento fue todo un

acontecimiento, ya que logró la integra-

ción total del grupo, en una actividad que

resultó bastante satisfactoria para todos.

Inicialmente se acordaron las actividades

y las fechas en las que se harían. Se con-

taba con semilla de tomate y pepino y en

principio se pensó en sembrar en camas

altas, pero después del diálogo de saberes

se llegó a la conclusión de que lo más per-

tinente era realizar las camas en el suelo.

Instalación y adecuación de condiciones del suelo de las camas

Como resultado de las ventas de expor-

tación, se obtuvieron $40.000 y, con un

aporte adicional, se compraron 50 pollos

de engorde de tres días de nacidos y, gracias

a que por esos días se estaba implemen-

tando una unidad productiva por parte del

SENA, se contó con alimento para suplir

los requerimientos de las aves durante los

primeros días. Una vez llegaron las aves a la

comunidad, la mayoría afirmó que dichos

animales no iban a sobrevivir ya que su

edad (tres días de nacidos) no se los iba a

permitir; sin embargo, a medida que los días

transcurrían los animales crecían y desarro-

llaban de forma adecuada; esto motivó a la

gente a construir pequeños galpones para

albergar las aves y a pensar en aumentar el

Page 38: y c ad e nas produ t iv so b l e s

72 73

Fue grato ver a las mujeres, a los niños y a

nuestro único hombre trabajando juntos,

charlando y sonriendo, en compañía de

una olla de aguapanela con limón. El área

trabajada, aunque no era grande, requirió

de podas, deshierbas e, incluso, fue nece-

sario cortar algunas ramas de árboles que

podrían afectar las plántulas cuando se

presentaran lluvias, por lo que Diana, una

de las participantes más jóvenes, sin pen-

sarlo dos veces, se trepó al árbol de más de

10 metros, con tal facilidad y rapidez que,

cuando menos se pensaba, estaba pidiendo

espacio para que pudiese caer la rama de

más de 5 metros que había cortado a punta

de machete. En dicha ocasión, mientras se

limpiaba una de las zanjas (drenajes), se

apareció una culebra cabezona, como la

llamó doña Doris; «esas diablas son vene-

nosas, toca cortarles la cabeza, porque esas

lo muerden a uno», dijo, pero por más

que se buscó la famosa culebra, ya había

desaparecido en medio de la maleza y las

hojas de los árboles. Después esta primera

dificultad, se continuó con el trabajo,

hasta que finalmente se instalaron cuatro

camas; debido al tipo de suelo (arcilloso)

en el que se establecieron los camellos,

fue preciso mejorarlo y se le incorporó

aserrín descompuesto, que abunda en la

zona (debido al aserrío que se encuentra

en la comunidad); además de esto, se ela-

boraron abonos de hojas verdes y restos

de cosechas a fin de mejorar las cualidades

físicas y químicas del suelo.

Al ponerse el sol y vestirse de colores el

cielo que cubre la extensa ruta del río

Tapaje, la actividad propuesta estaba

terminada y la satisfacción rondaba entre

todos los participantes por la labor desem-

peñada. Días después se sembró la semilla,

y, al igual que la preparación del lote, fue

un acontecimiento memorable, porque la

mayoría del grupo no conocía la semilla

de pepino y porque además conocieron

el procedimiento de siembra en camas,

teniendo en cuenta los parámetros técnicos

y las distancias de siembra establecidas.

Doña Ilda, una de las mujeres de mayor

edad del grupo, sonreía mientras hacía

los agujeros para depositar las semillas y

solo atinaba a decir: «¡Vea!, así es que ha

sido esto», frase con la cual le sacaba más

de una pequeña carcajada o comentario a

sus demás compañeras. Esto se constituyó

además en una valida ocasión para recordar

que una de las principales características de

los pueblos afrocolombianos son las famo-

sas mingas, que, pese a que el tiempo se ha

marchado con ellas, aún en pequeños espa-

cios y por efímeros momentos de nuestra

nueva realidad se aparece, para afianzar

las costumbres y recordar que quizás en

algunos aspectos «todo tiempo pasado fue

mejor».

La herramienta mapa de actores nos per-

mitió identificar los principales actores

relacionados de manera directa e indirecta

con la UFPI y valorar el tipo de relación

establecida entre dichos actores y la unidad

productiva. En su desarrollo, comenzamos

elaborando un listado de los actores y sus

características.

Mapa de actores de la experiencia

4.3

Page 39: y c ad e nas produ t iv so b l e s

74 75

ConflictoCooperación

Puntual

Buena

Excelente

Andres Fajardo

Aidé Ortega y Eugencio Cuero

Instructora SENA

Instructora SENA

Alcaldía municipal

Beneficiarios

BeneficiariosAndres Fajardo

Aidé Ortega y Eugencio Cuero

Mauricio García

Alcaldía municipal

Tropenbos

Mauricio García

Tropenbos

Proveedor

Aidé Ortega y Eugencio Cuero

Instructora SENA

Mauricio García

Proveedor

Doris SánchezDoris Sánchez

UFPI

Mapa de actores beneficiarios (cuyo número inicial fue de

30 participantes, pero que al final se redujo

a 18 integrantes plenamente activos) y la

señora María Doris Sánchez, líder actual

de la vereda de Vuelta del Mero. Todos los

anteriores actores fueron determinantes

para que la UFPIS, tras un proceso con-

cienzudo de autodiagnóstico participativo

con los propios involucrados, pudiese

ejecutarse de la forma en que se diseñó.

Es de destacar el compromiso mostrado

por parte de las entidades que realizaron el

convenio (SENA y Tropenbos), cada una

en la medida de sus posibilidades brindó

apoyo técnico, logístico y formación para

los instructores involucrados y, aten-

diendo oportunamente las necesidades las

comunidades objetivo, aunaron esfuerzos

para que la meta se cumpliera a cabalidad,

priorizando siempre a las comunidades.

Este proceso dio a lugar a todo tipo de

relaciones entre los actores involucrados;

las mejores relaciones se dieron entre los

beneficiarios, el líder y la instructora a

cargo de la implementación, quienes logra-

ron estrechas relaciones, hasta alcanzar un

perfecto engranaje, donde todos aportaban

y cada uno era parte relevante para el

proceso. Se intercambiaron experiencias

y conocimientos y surgieron dudas, sin

perder en ningún momento el entusiasmo

y las ganas de trabajo del grupo, pese al

tiempo y a las diversas circunstancias por

las que pasó la comunidad en la implemen-

tación del proyecto.

María doris sánchez, líder de la vereda, vendiendo papachina y yuca en la cabecera municipal

Durante el proceso de implementación de

la UFPI participaron varios actores, fun-

damentales en el desarrollo de la misma y

responsables de los resultados que hoy se

alcanzaron. Estos actores fueron el SENA

(a través del subdirector de Centro, doctor

Andrés Fajardo), Tropenbos, la O.I.E

(proveedor de insumos), el asesor Mauricio

García (Tropenbos), los coordinadores del

programa jóvenes rurales emprendedores

del SENA, Aidé Ortega (actual coordi-

nadora del programa) y Eugenio Cuero

(quien inició este proceso cuando se

estableció el convenio), la alcaldía del

Municipio de El Charco, los instructores

encargados de implementar las unidades,

Roger Estacio (quien inició la implemen-

tación de la UFPI) y Claudia Patricia

Quiñones (quien continuó la implemen-

tación y culminó con la ejecución de la

misma); de igual modo, participaron los

Page 40: y c ad e nas produ t iv so b l e s

76 77

También hubo relaciones muy puntuales

entre los involucrados y en las que solo

se hacía contacto para tratar temas muy

precisos; tales relaciones se presentaron

entre la líder del grupo y los coordinadores

del programa, la instructora y el asesor del

convenio.

De igual forma hubo relaciones de coo-

peración entre el SENA y Tropenbos,

quienes trabajaron de la mano para hoy

ver consolidado algo que inició en ideas,

continuó en páginas y que hoy es una rea-

lidad para las familias que se beneficiaron

del mismo.

de derecha a izquierda: Aidé ortega, actual coordinadora de programa jóvenes rurales del

sena, Mauricio garcía, asesor de Tropenbos y Claudia Patricia Quiñones, instructora sena.

La cooperación entre las partes fue cons-

tante, con gran compromiso de lado y

lado, lo que hizo posible que los objetivos

se cumplieran satisfactoriamente. Entre el

asesor del convenio y el coordinador del

programa se dieron las mismas relaciones

de cooperación, un trabajo mancomunado

que siempre apuntó hacia el mismo norte,

buscando siempre acuerdos y en procura

de una perfecta armonía. Así mismo hubo

cooperación entre el SENA y la Alcaldía

del municipio de El Charco; pese a que no

esta no hizo ningún aporte económico para

el proyecto, es rescatable la ayuda brindada

por algunos funcionarios (Evaristo) en

cuanto a la información brindada sobre la

comunidad objetivo, el contacto con los

líderes y la motivación constante que le

imprimió al grupo para no solo trabajar en

este proyecto, sino para que también pre-

sentaran otras propuestas. «Ahí tienen a la

instructora, aprovéchenla», solía decir Eva-

risto, un funcionario de la alcaldía local que,

aunque no hizo ningún aporte material para

la causa, siempre estuvo pendiente de esta,

ya que fue uno de los miembros del grupo

que realizó la caracterización y el autodiag-

nóstico de la UFPI y siempre estuvo muy

pendiente de esta.

Beneficiarios de la UFPI

Pero no todas las relaciones entre los invo-

lucrados son buenas, ya que, por ejemplo,

entre la alcaldía municipal y los beneficia-

rios no son las mejores. Entre estos dos

actores hay relaciones de conflicto, debido

a que el alcalde de turno no era de la misma

corriente política de los beneficiarios. Este

caso es muy común en todo el municipio,

puesto que la política es determinante

para los habitantes del lugar; ser amigo del

gobierno de turno es sinónimo de trabajo,

de estudio, de contactos y de rosca y, para

el caso de Vuelta del Mero, no se encontra-

ban en esa rosca, ya que, como dice doña

Doris, «a nosotros nos toca votar por el

que diga Checho». Checho es un exlíder de

la localidad con un deseo de poder que no

mengua con los años, sino que al parecer

se acrecienta cada que sus enemigos llegan

a gobernar. Checho, además de nacer en la

vereda en la que se ejecutó el proyecto, es

cuñado el propietario del aserrío que hay

en la vereda, que no da ni exige seguridad

social y donde los accidentes son tan

normales como cortar los árboles. Este

negocio genera gran parte de los empleos

que se dan en esa comunidad, y, gracias a

esa dependencia laboral, es fácil para Che-

cho subordinar y manipular a la gente cada

que lo considera necesario. Así, Checho

parece el alcalde de esa vereda, ya que hace

lo quiere, pero no le genera ningún benefi-

cio a la misma.

Esto hace que los alcaldes de turno, que no

gobiernan para todos sino para sus amigos

y para los que votan por ellos, mantengan

marginada a la gente de Vuelta del Mero,

a tal punto que, estando a no más de 10

minutos de la cabecera municipal, no

cuenta con servicios básicos y ni siquiera

ha sido posible construir pequeños puen-

tes que permitan unir algunas zonas de la

vereda que se fragmentan cada día por la

erosión y la influencia del río Tapaje.

En general las relaciones entre los acto-

res son buenas. Cada uno, en mayor o

menor proporción, hizo lo posible para

que la UFPI se implementara y ejecutara

conforme a lo establecido, respetando las

posiciones. Cada actor desempeñó su labor

y cooperó en la medida de sus posibilida-

des, en un marco de respeto y equidad, que

hoy nos permite plasmar estas líneas con

la plena convicción y la satisfacción del

trabajo hecho.

Page 41: y c ad e nas produ t iv so b l e s

78 79

La implementación y ejecución de la UFPI

ha sido un proceso largo, con subidas y

caídas en diferentes momentos, desde su

concepción y caracterización hasta su

autodiagnóstico. Es de anotar que fue un

proyecto pertinente y que la adecuada

aplicación de las diferentes herramientas

permitió que el resultado obtenido expre-

sara la realidad y las verdaderas necesidades

la comunidad objetivo.

Este no ha sido un trabajo fácil para nin-

guna de las partes, ya que aunque todos

tenían la voluntad de hacer las cosas bien,

no bastaba con las buenas intenciones, era

necesario ejecutar acciones que permi-

tieran hacer de esto lo que realmente se

quería y lo que en realidad necesitaban los

beneficiarios. Ha sido una experiencia rica

en diálogos, remembranzas, risas, dudas,

descontentos, saberes, interculturalidad,

pero sobre todo ha sido una experiencia

que nos permitió a los directos involucra-

dos afianzar lazos, a reconocernos como lo

que somos, apreciando y valorando nuestra

cultura, nuestros orígenes y no olvidando

los padecimientos de nuestros ancestros,

esos cimarrones que lograron liberarse de

las cadenas que aprisionaron por tantos

años nuestros sueños, nuestra idiosincra-

sia, pero que no pudieron despojarnos

de nuestra esencia libre. Esta Unidad de

Formación Producción Intercultural no

Conclusiones

4.4

soluciona los problemas de fondo que

padecen los integrantes del grupo y que

seguramente continuará padeciendo la

comunidad. La UFPI no va a ser el salva-

vidas de los habitantes de estas tierras. Es

más bien la oportunidad de participar y de

llegar a una comunidad desconocida, una

comunidad constituida por gente con la

que solo se coincidía en el color de piel, en

las sonrisas estampadas y en la «arrechera

y la calentura» que se les dio por herencia

a aquellos cuya piel fue besada por el sol y

cuyos sueños se sembraron en las extensas

tierras colombianas, entre las raíces de los

manglares de la costa Pacífica nariñense y

sobre el imponente mar de Balboa. Hoy,

gracias a todo este proceso, hay mucha

más conciencia comunitaria y más empo-

deramiento y sabemos más de nosotros

mismos, de «nuestros viejos», se tiene más

soberanía y más seguridad alimentaria.

Hoy nos sentimos más negros que nunca.

A diferencia de otros proyectos simila-

res, las UFPI son esencialmente étnicos,

persiguen la valoración y el respeto por

el entorno, las creencias y estilo de vida

de la gente que se involucra, para que, a

partir de estos componentes, se consolide

el proyecto, se brinde una oportunidad

para el logro de la seguridad y la soberanía

alimentaria y de pequeñas oportunidades

de emprendimiento y además las comuni-

dades negras e indígenas involucradas se

empoderen. La implementación de la UFPI

hace que el negro se sienta más negro y que

el indígena se sienta más indígena, tengan

sentido de pertenencia por sus creencias,

sus costumbres y se siembre la semilla para

que sus saberes y su prácticas culturales no

desaparezcan, sino que se rescaten y conser-

ven, se fortalezcan y se dejen como legado a

las futuras generaciones negras, a fin de que

los integren a sus entornos, como parte de

la esencia misma de los pueblos negros del

Pacífico nariñense.

Page 42: y c ad e nas produ t iv so b l e s

80 81

Al dar una mirada retrospectiva al proyecto

Recuperación de los cultivos de hortalizas

tradicionales para el mejoramiento de la

dieta alimenticia y generación de ingresos

en la comunidad Vuelta del Mero (afro),

municipio de El Charco, departamento de

Nariño, fue mucho lo que se hizo, pero

también fue mucho lo que quedó por hacer.

El desconocimiento de muchos aspectos,

situaciones y circunstancias hicieron que

se cometieran errores tanto por parte del

SENA, como por parte de Tropenbos, los

instructores e incluso las mismas comuni-

dades. Estos errores, si bien no afectaron la

implementación y desarrollo de la UFPI,

nos dejaron unas lecciones aprendidas y

nos permitieron presentar una serie de

recomendaciones a fin de que sean tenidas en

cuenta por el SENA, en especial por el Cen-

tro Agroindustrial y Pesquero de la Costa

recomendaciones y lecciones aprendidas

4.5

Pacífica (uno de los protagonistas de este

proceso), y por Tropenbos, en la operación

e implementación de proyectos en contextos

interculturales. A continuación las lecciones

aprendidas.

> Implementar unidades que sean

pertinentes a las comunidades, según

su entorno e idiosincrasia, y no por

cuestiones personales o políticas. Las

unidades debe ser el resultado único

y real de las comunidades. Las herra-

mientas y metodología aportadas por

Tropenbos al SENA deben aplicarse y

se deben realizar autodiagnósticos par-

ticipativos en las comunidades antes de

iniciar o implementar cualquier tipo

de formación destinada a proyectos

> Cuando se implementen proyectos

agrícolas, buscar que las semillas, en la

medida de lo posible, sean locales y se

puedan conseguir parcial o totalmente

en las comunidades en las que se va

a implementar, a fin de garantizar la

recuperación de semillas locales y evitar

pérdidas de nuestras semillas. Evitar en

un 100% traer semillas foráneas, que no

estén adaptadas al medio y puedan com-

petir con las nativas y ocasionar pérdida

de la biodiversidad de la zona o región.

> Procurar que los instructores o profe-

sionales que inician los procesos puedan

culminarlos y que dichos procesos no se

corten o retrasen por cuestiones admi-

nistrativas. De esta forma se obtendrán

mejores resultados ya que el sentido de

pertenencia y el compromiso será mucho

mayor y que solo se haga un cambio de instructor cuando las comunidades así lo requieran.

productivos en territorios colectivos.

Page 43: y c ad e nas produ t iv so b l e s

82 83

> Establecer como política institucional

la formación de instructores y directi-

vos en temas étnicos, interculturalidad

y manejo de herramientas de autodiag-

nósticos participativos en contextos

interculturales.

> Involucrar a las comunidades en toda la

fase de la formación, para que esta sea

pertinente y adecuada a las reales necesi-

dades de la comunidad; en el caso de los

programas especiales que los proyectos

productivos se concerten e identifiquen

desde su creación, implementación y

ejecución.

> Se hace necesario involucrar a las

alcaldías para que también participen y

cooperen con este tipo de procesos que

tanto les aportan a las comunidades y

que pueden ser replicados en todos los

territorios negros e indígenas del país.

> El SENA debe adoptar como política

institucional las herramientas y meto-

dologías transferidas por Tropenbos,

fundamentalmente en territorios

colectivos de comunidades negras e

indígenas, sin desconocer que se pue-

den aplicar en contextos de economías

campesinas del país. Así mismo, se debe

propender por dotar a los instructores

de todos los materiales físicos y logís-

ticos y velar para que estos funcionen

adecuadamente en pro del beneficio de las comunidades.

> Establecer como política institucio-

nal la formación de instructores en

sistematización de experiencias, para

que puedan sistematizar las experien-

cias vividas y queden registro de los

aprendizajes en la institución. Por otro

lado, se hace necesario capacitar a los

instructores que inician formación en

el manejo de estas herramientas y no

cuando el proceso ha finalizado o que

estén en formación, ya que en muchos

casos el trabajo se hace a las carreras y

los documentos no reflejan realmente

el proceso que se llevó a cabo.

> Se recomienda además cambiar la

forma de trabajar del SENA con comu-

nidades rurales, pues en la medida de lo

posible se deben diseñar programas a la

medida y según los requerimientos de

las comunidades negras e indígenas en

sus territorios colectivos con estructu-

ras curriculares pertinentes y adecuadas

para estos contextos.

> Por último, podemos decir que aún

no es posible evaluar totalmente los

resultados de largo plazo de la UFPI,

pero al menos se va por buen camino.

Las lecciones aprendidas nos muestran

que este tipo de propuestas de inclu-

sión comunitaria es el camino para que

las comunidades reconozcan que ellas

tienen las capacidades de jalonar sus

propios procesos de desarrollo local,

pues la gente se compromete y entu-

siasma con el desarrollo de este tipo

de proyectos y, así, tanto ellos como el

SENA logran confiar en que todos los

objetivos propuestos se van a lograr de

manera sostenible.

Page 44: y c ad e nas produ t iv so b l e s

84

Este ha sido un proceso de largo aliento,

especialmente para los beneficiarios que

desde hace más de un año estaban espe-

rando los resultados de la ejecución del

mismo. Hoy podemos decir que el deber

está cumplido, aunque faltan caminos

por recorrer y esperamos que puedan

ser muchos más, pues estamos, todos los

involucrados, convencidos que este tipo

de iniciativas desarrolladas con la misma

gente y para ellos mismos es el camino

que se debe trazar el SENA, para que la

formación que imparta sea de mayor dura-

ción e impacto en comunidades rurales.

El aprendizaje y sus resultados exitosos

verificables por la Unidades de Formación

Producción Intercultural demuestran que

en contextos de comunidades negras e

indígenas se debe trabajar desde su propia

cosmovisión y en relación con sus usos y

costumbres. En un mundo cada vez más

globalizado, las comunidades locales cada

día tienen mayor vigencia y pertinencia a

la hora de luchar por la diferenciación y

producción desde lo local a partir de sus

prácticas tradicionales, que son las que

les ha permitido persistir y vivir bien en

condiciones extremas.

No queda si no agradecer a estos hom-

bres y mujeres de piel entintada, de

corazón grande e inmenso como sus

territorios ancestrales, que viven en medio

de la mayor riqueza y biodiversidad del

país, pero abandonados por el Estado. La

experiencia nos muestra que hoy es posible

vivir de modos diferentes y en condiciones

diferentes; solo se requiere de las condicio-

nes necesarias para tener una buena calidad

de vida y para habitar en un territorio sin

conflictos, traídos de otras tierras y de

culturas de la intolerancia y la exclusión

del otro.

Pero hoy estamos dando los pasos para

reconstruir el tejido roto, acabar con la

indiferencia y volver a nuestros ancestros

para recuperar el territorio con autonomía y

soberanía alimentaria. La UFPI nos volvió a

dar posibilidad de soñar. Esperamos de todo

corazón que esta sea el génesis de muchos

procesos de recuperación de identidad

y saberes tradicionales desde las mismas

comunidades negras del Pacífico nariñense.

Para que los rostros oscuros y blancas son-

risas de la vereda Vuelta del Mero vuelvan a creer en ellos mismos. Un mejor Pacífico es posible hoy.

Page 45: y c ad e nas produ t iv so b l e s

Comunidad Vuelta del Mero, Tumaco, Nariño

Colombia

Formación en gestión ambientaly cadenas productivas sostenibles

En busca de los saberes ancestrales

Cultivos de hortalizas tradicionales

para el mejoramiento de

la dieta alimenticia y

la generación de ingresos