Upload
flabiocifuentes
View
97
Download
2
Embed Size (px)
Citation preview
“YO CREO EN DIOS”
“En castellano se usa a veces el verbo „creer‟ en un sentido dubitativo. En el uso
propio del verbo, “creer” indica certeza y seguridad y excluye la posibilidad de
equivocarse”. Es interesante el estudio de este tema, porque a Diario estamos
invitados a dar testimonio de nuestra fe, de lo que creemos, las circunstancias de
la vida y la misma naturaleza humana hacen que lo que creemos no concuerde
con lo que hacemos, es entonces cuando nace el anti-testimonio.
Al analizar este tema y ver las dos connotaciones, un creer dubitativo, y un creer
con certeza, definitivamente a todos nos compete de una u otra manera, y, que
triste y hasta divertido se puede escuchar cuando nuestra fe es floja e interesada;
Llegué a escuchar un amigo que decía: “yo creo en Dios, si me gano la lotería” lo
lamentable es que a los días partió de este mundo, con esas ideas, Dios en su
inmensa sabiduría y como tanto nos ama salva al hombre de diversas maneras,
no juzgo a mi amigo, nadie tiene el derecho de hacerlo, sólo me pregunto, ¿en qué
estamos?.
Es lamentable que, nos llamemos cristianos católicos y digamos que creemos
firmemente en Dios, incluso, en los actos litúrgicos somos muy piadosos y
espirituales, pero, después de salir del templo, demostramos que no amamos al
hermano, debido, a nuestras actitudes; mas decimos que creemos, y como se ha
estudiado, el verbo creer implica praxis, está estrechamente ligado con el
comportamiento; en conclusión, si decimos creer, pero, no hacemos lo que implica
creer, en realidad no creemos, son mascaras o sentimentalismos, demostraciones
religiosas sin caridad, sin misericordia, sin amor, y esto no sirve para nada.
El pueblo de Israel durante su larga historia ha tenido muchos tropiezos, muchos
de ellos por alejarse de Dios, pero, cuando el pueblo era fiel y agradecía, siempre
vencían, uno de tantos ejemplos sólo por citar algunos, lo podemos ver en el
primer libro de los macabeos, con Judas Macabeo, que fe tan impresionante, un
ejército menor en número, pequeño relativamente luchando contra un ejército que
los triplicaba, decía Judas que no eran ellos los que vencían, sino que lo hacía
Yahvé, pero, aunque era Dios quien los protegía y vencía, ellos no se podían
quedar sentados en el desierto, tenían que pelear como leone. Entonces, creer
que venceré implica pelear para hacerlo, sabiendo y reconociendo que Dios está
con nosotros
Al analizar el verbo creer y al ver que el verdadero sentido de la palabra encierra
la práctica, las actitudes, el obrar; nos podemos referir al libro de Santiago (2, 18)
que dice: "Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus
obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras", es un lenguaje netamente religioso,
es una experiencia de fe que me lleva a amar y a tener misericordia. De que vale
estar en el templo, cantando aleluyas, respondiendo ¡amen! si no amo,
definitivamente no sirve para nada, entonces al yo decir que creo en Dios debo
estar muy consciente porque puedo estar diciendo mentiras pues mis obras,
pueden estar muy alejadas de lo que creo.
Como decía san Francisco de Asís a sus religiosos, “vamos a evangelizar y si es
necesario hablan”, es el testimonio de vida con lo que se evangeliza en realidad,
posiblemente es muy fácil decirlo, y cumplirlo sea otra cosa, pero debe escribirse,
memorizarse, ya que nuestra fe, se transmite con el ejemplo. Y si en misa
mostramos mucha piedad y espiritualidad, es necesario que nos cuestionemos
acerca del comportamiento que tenemos fuera de la liturgia, o si esta está muy
desligada muy separada de la vida común, si es así la tarea es aprender a vivir en
una constante eucaristía, sería el mundo muy distinto, si aplicásemos lo que
decimos creer.
Para concluir este interesante tema, debemos anotar que en la actualidad en
nuestras comunidades, en el clero, entre los laicos falta mucha coherencia de
vida, muchas veces somos muy buenos para juzgar y saber qué hacer, para
orientar, decir que está bien y que está mal, pero, sabiendo todo eso nos vamos
por caminos torcidos que no tienen nada que ver con lo que creemos, antes por el
contrario, están en contraposición.
Como seminaristas, sacerdotes padres de familia debemos aprender que creer
implica hacer lo que creo y después de yo hacerlo enseñarlo a los demás con el
ejemplo y si es necesario hablando.