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“Yo pon, tu pon, si no pon también com” La ronpondapa afro-pacífica, un aporte a la pedagogía del reconocimiento desde el aula de preescolar 2 del hogar infantil Jairo Ojeda Karent Rocío Cabezas Rosero 20081187033 Universidad Distrital Francisco José de Caldas Proyecto Curricular Licenciatura en Pedagogía Infantil Facultad de Ciencias y Educación Bogotá, Colombia 2015

“Yo pon, tu pon, si no pon también com”

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Karent Rocio Cabezas RoseroTrabajo de grado en modalidad de monografía para optar al título de:Licenciada en Pedagogía Infantil Titulo: “Yo pon, tu pon, si no pon también com”La ronpondapa afro-pacífica, un aporte a lapedagogía del reconocimiento desde el aula depreescolar 2 del hogar infantil Jairo Ojeda.Año: 2014 Universidad Distrital Francisco José de Caldas Bogotá Colombia

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  • Yo pon, tu pon, si no pon tambin com La ronpondapa afro-pacfica, un aporte a la

    pedagoga del reconocimiento desde el aula de preescolar 2 del hogar infantil Jairo Ojeda

    Karent Roco Cabezas Rosero 20081187033

    Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas

    Proyecto Curricular Licenciatura en Pedagoga Infantil

    Facultad de Ciencias y Educacin

    Bogot, Colombia

    2015

  • Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    La ronpondapa afro-pacfica, un aporte a la pedagoga del reconocimiento desde el aula de

    preescolar 2 del hogar infantil Jairo Ojeda

    Karent Rocio Cabezas Rosero

    Trabajo de grado en modalidad de monografa para optar al ttulo de:

    Licenciada en Pedagoga Infantil

    Directora:

    Maritza Pinzn Ramrez

    Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas

    Proyecto Curricular Licenciatura en Pedagoga Infantil

    Facultad de Ciencias y Educacin

    Bogot, Colombia

    2015

  • Agradecimientos Agradezco a Jehov Dios, por estar siempre a mi lado, escuchando cada una de mis

    splicas y cumpliendo mis sueos, tambin a mis ancestros, aquellos que me enviaban

    fuerzas de resistencia para culminar la carrera y proyecto investigativo.

    Con amor agradezco a mi madre Rosario Rosero, por cada palabra de aliento, porque me

    demostr que para obtener un logro hay que luchar, y como muchas veces me lo ha dicho,

    resistir porque esta vida es para los fuertes, palabras que quedarn marcadas como una

    huella en mi mente y corazn. A mis hermanas, aquellas que me han apoyado

    incondicionalmente.

    A Pacheco, quien un da confo en mi talento y me apoyo para que ingresara a la

    Universidad Distrital con esos miedos que hoy solo son polvo.

    Agradezco a dos padres putativos, Luisa Garca Merio y Arturo Rivera Vargas, voces de

    apoyo y aliento.

    A cada una de mis amigas y amigos que me han dado mucho cario y compartido muchos

    conocimientos, en especial a las y los del CEUNA con quienes siempre vivenciamos eso

    que mencione en la tesis, Yo pon, Tu pon, Si No Pon Tambin Com una Uramba, un

    intercambio de solidaridad, amor sincero y complicidad en pro de una misma lucha.

  • VI Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    Gracias a la Maestra Maritza Pinzn por el apoyo incondicional, por salirse de los

    parmetros y entender este proyecto como una didctica que comprende el ser, el hacer

    desde la prctica y del partir de las necesidades de una maestra afrocolombiana con ganas,

    mostrar una parte del lado B de la historia Colombiana por medio del juego tradicional.

    Y dedico este logro a cada una de esas sonrisas que permitieron que se diera en su

    momento este proyecto, a cada nio y nia de los que conformaron preescolar 2 en el

    Hogar Infantil Jairo Ojeda, aquellos que vivenciaron y me rectificaron que Colombia es

    una diversidad que debe dejar de medirse por el color de la piel.

  • Resumen VII

    Resumen El presente trabajo investigativo reflexiono en su misma prctica, los nios y nias

    realizaron un grandioso viaje el cual les permiti construir un palenque en el que

    defendan sus races y la de los otros, otras. Es as como naci una nueva pedagoga, La

    Pedagoga del reconocimiento que propicio en los nios y nias del grado preescolar 2

    del hogar infantil Jairo Ojeda identificar, compartir y respetar activamente la diversidad

    cultural existente dentro y fuera del aula como tambin en el pas.

    Se implementaron tres estrategias que permitieron ensear a las nias y los nios dicha

    pedagoga y para ello se tom como ejemplo las prcticas culturales de un pueblo que por

    aos en el pas colombiano ha sido relegado, invisibilizado y del que pocas veces se

    cuenta sus verdaderas historias, y fue gracias a los juegos de palabras, rondas de tradicin

    oral y enseanzas significativas como el de compartir que las y los sujetos cimarronearon

    en el aula, urambearon entre pares y aprendieron ronpondapas propias de la regin del

    pacifico, recrendose en el aula una decolonialidad sujeta a una didctica no parametral y

    con miras a una pedagoga esperanzadora que transforme y fortaleca las identidades de las

    y los educandos a travs del juego y la prctica vivida.

    Palabras Claves: pedagoga del reconocimiento, cimarronaje, Uramba, ronpondapa

    afropacfica, interculturalidad critica, colonialidad.

  • Contenido VIII

    Contenido

    Pg.

    Presentacin ................................................................................................................. 1 Introduccin .................................................................................................................. 3 1. Captulo I. ................................................................................................................ 7

    1.1 Contexto ............................................................................................................. 7 1.1.1 Contexto Social ............................................................................................. 7 1.1.2 Contexto Pedaggico .................................................................................... 7 1.1.3 Contexto Jurdico .......................................................................................... 8

    1.2 Justificacin ...................................................................................................... 10 1.3 Planteamiento del Problema ............................................................................ 12 1.4 Objetivos .......................................................................................................... 15

    1.4.1 Objetivo General ......................................................................................... 15 1.4.2 Objetivos Especficos .................................................................................. 15

    1.5 Antecedentes Investigativos ............................................................................. 15 2. Captulo II. Marco Terico ................................................................................... 19

    2.1 La Ronda: Parte mia, parte tuya, parte de la historia. ...................................... 19 2.2 El Origen de las Rondas Infantiles ................................................................... 22

    2.2.1 Estructura y etapas de las rondas infantiles ............................................... 23 2.3 La Ronda Afropacfica ...................................................................................... 26

    2.3.1 Recreacin de la palabra ronda: Ronpondapa ......................................... 28 2.3.2 La Ronpondapa Afropacifica Como Herramienta De Reconocimiento ...... 30

    2.4 Cimarronaje ...................................................................................................... 31 2.5 La Uramba ........................................................................................................ 35

    3. Captulo III. Marco Pedaggico ........................................................................... 37 3.1 La Didactica No Parametral, De Estela Beatriz Quintar ............................... 37 3.2 Pedagoga de la Esperanza ............................................................................. 40

    4. Captulo IV. La Pedagoga del Reconocimiento ................................................ 43 4.1 Cimarroneando en el Aula ................................................................................ 46

    4.1.1 Recreacin del cimarronaje dentro del aula ............................................... 47 4.2 Urambeando entre pares ................................................................................. 50

    5. Captulo V. Construccin Metodolgica ............................................................ 53 5.1 Primera Etapa: Sensibilizacin y Acercamiento ............................................... 53

    5.1.1 Actividad: La Chuspa de Aire ...................................................................... 54 5.1.2 Cmo Jugar La Chuspa De Aire ............................................................... 58

    5.2 Segunda Etapa: Cimarroneando En El Aula .................................................... 59

  • Contenido IX

    5.2.1 Actividad: Velo Que Bonito ......................................................................... 59 5.2.2 Cmo Se Juega y Canta La Ronda ............................................................ 60

    5.3 Tercera Etapa: Urambeando Entre Pares ........................................................ 67 5.3.1 Actividad: Rondondapa Mi mamita ........................................................... 67 5.3.2 Cmo Se Juega Mi Mamita ...................................................................... 69

    6. Captulo VI. Anlisis y reflexiones pedaggicas ............................................... 75 6.1 El Dilogo ......................................................................................................... 75 6.2 La Equidad ....................................................................................................... 76 6.3 Respeto Activo ................................................................................................. 77

    7. A modo de conclusin ......................................................................................... 79 ANEXOS ....................................................................................................................... 81 Referencias .................................................................................................................. 95

  • Presentacin

    Crec y viv dentro de una comunidad en la que todo se haca con msica y todo era msica, era

    una cajita mgica que abras y all estaba la meloda, el ritmo, el sonido los cuerpos danzantes y

    las bocas de colores, cantando Con esa secuencia de sonidos, con esa impregnacin de olores y

    sabores llegu a Bogot.

    En la gran ciudad capitalina, ni el ruido de los autos, ni el de la gente afanada para llegar a sus

    casas, ni los reproches, ni las estigmatizacioneslograron apagar ese rumor de arrullos, de rondas,

    de currulaos, de olasMe di cuenta que segua como una tortuga, transportando mi cultura, la

    llevaba conmigo; y mis trenzas continuaban sealndome otras nuevas rutas de liberacin para m,

    para el resto de amigas, amigos, compaeros, compaeras, estudiantes, vecinos afrocolombianos

    concentrados en esta ciudad tan amable como cruel con sus visitantes.

    Cuando llegu a la Universidad Distrital, se fortaleci mi resistencia, porqu el fro tambin

    congela en muchos casos la cultura, no quera que mi cultura se convirtiera en estatua de sal, no

    quera ser otra, ni moldearme por conveniencia Desde all, saba que quera apostarle a un

    proyecto de interculturalidad desde la educacin, an ms, cuando observaba los escasos y

    deprimentes puestos o espacios que ocupbamos la comunidad afrocolombiana dentro del mbito

    laboral y social, comprenda que algo estaba fallando dentro del sistema social y que la escuela

    tena implicaciones en ello.

    Cuando ingres a mi primer trabajo formal como maestra de preescolar 2 en el Hogar Infantil Jairo

    Ojeda, a pesar de la coraza que llevabaLogr asomarme a una maravillosa ventana: Vi nios y

    nias diversos y diversas, con cabellos, caras, brazos, formas de hablar, de cantar diferentes y se

    me vino tambin un canto de una ronda para arrullar aquel momento: Velo que bonito lo vienen

    bajando, con ramos y flores lo van adorando, oiii, oaaa, San Antonio ya se va

    Esos nios y nias tambin venan de distintas regiones, y tambin luchaban por adaptarse a un

    nuevo medio y contexto en el que no se les preguntaban que quera o sentan, solo se les impona

  • 2 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    olvidar y anular. Este proyecto surgi bajo la dinmica del recuerdo, yo me record, record de

    donde vena, record mi proceso, los nios y las nias tambin recordaronabrimos juntos aquella

    cajita de msica con los cantos de rondas, y las rondas despertaron la identidad dormida, la cultura

    arropada con otra culturaarrastramos a los padres y madres a ese mar de sonidos ancestrales, que

    traa tambin a los abuelos, abuelas, a los antepasados

    Este proyecto se construy como mi canto de amor hacia mi historia (para ellos-ellas), y como su

    canto de amor hacia su historia (para m)Esa es la magia del auto-reconocimiento y del

    reconocimiento del otro y de la otra. Nunca nuestra aula de clases estuvo silente, los nios y nias

    lo invadieron de lenguaje, de su propio lenguaje, de un lenguaje diverso que transport con la

    magia de la oralidad a ellos, ellas, a sus madres, padres y a m, a nuestros lugares de origen.

    Convencida, que as como yo jams he olvidado aquellas rondas de mi infancia que me hacan

    saltar, mover mi cuerpo como un saltamontes, decid emplear la ronda como herramienta para

    transformar ese mundo que imposibilita y niega a los y las que ramos diferentes culturalmente,

    porque no era posible que como maestra le diera la espalda a tal hostilidad colonial.

    Como el lenguaje tambin es juego, me permit jugar con mis nios, nias y renombrar la ronda

    bajo el trmino de Ronpondapa. No hay nio, nia que se niegue a una ronda, la ronda facilita el

    intercambio de conocimientos al salirse de los esquemas y estrategias formales educativas. Es por

    eso que la tomo y tomo en especfico la Ronpondapa afropacfica por que no aparecan en el

    repertorio de rondas, porque lo afro no estaba tampoco en ese repertorio-repetitivo de los

    currculos escolaresPorque quera visibilizar una comunidad invisibilizada, porque saba que

    quien conoce la historia del otro-otra y se sensibilizaba frente a ella, es capaz de valorarla y

    respetarla, porque estaba convencida que era un ejercicio que terminara revirtindose en

    autovaloracin de la propia cultura e historia.

    As que la Ronpondapa afropacfica se decidi a viajar y hospedarse en el Hogar Infantil Jairo

    Ojeda, se quit las chanclas, chores, pantalonetas, camisillas; se puso saco y ruana y mostr los

    maravillosos rostros de los hombres, mujeres, nios y nias de la poblacin afropacfica y se

    hizo espejo revertido para los otros rostros. Al final de este proyecto terminamos todos bailando

    nuestra cultura viva al comps de un bombo y un tambor: Velo que bonito, lo vienen bajando,

    con ramos y flores lo van adorando. Oooiii, oooaaa, San Antonio ya se va.

  • 3

    Introduccin

    Esta investigacin est enfocada a la implementacin de la ronda afropacfica para construir una

    pedagoga del reconocimiento a partir de las estrategias Cimarroneando en el Aula y

    Urambeando entre Pares dentro del aula de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda.

    Est proyecto est pensado a partir de la resignificacin de la historia y del lenguaje para iniciar

    procesos de descolonizacin dentro del aula, trabajar el tema de reconocimiento, respeto y

    valoracin cultural entre los nios y nias de la primera infancia. Pretende la reivindicacin y

    visibilizacin de la historia y la cultura de las comunidades afrocolombianas, es as como en este

    ejercicio se reemplazan algunos trminos categricos por otros construidos desde nuestras culturas;

    tambin se permite jugar con el lenguaje, ya que, como planteaba Freire, el lenguaje como la

    imaginacin son entes transformadores y liberadores sociales; de esta manera Uramba es

    Interculturalidad, Cimarronaje es Decolonialidad y Ronpondapa es Ronda.

    Una nueva pedagoga aflora desde esta investigacin: La Pedagoga del Reconocimiento que se

    alimenta de la Pedagoga de la Esperanza de Paulo Freire, de la Didctica no Parametral y la

    Pedagoga de la Potenciacin de Estela Quintar; pero en especial de los saberes ancestrales de la

    comunidad afropacfica, los saberes previos y culturales de nios, nias y maestra.

    Est proyecto surge en medio de un panorama en el que hacan faltas apuestas pedaggicas y

    luchas esperanzadas: Bogot es uno de los sitios de Colombia que tiene la mayor diversidad en su

    poblacin, esta ciudad concentra personas de diferentes partes del pas que emigran a la capital a

    causa de la violencia, del centralismo que disminuye las posibilidades de empleo en las otras

    regiones, especialmente de las ms apartadas. Las escuelas capitalinas son un ejemplo de esa

    diversidad, pero que a la hora de implementar programas pedaggicos y disear los currculos

    escolares es echada al olvido.

  • 4 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    Aunque existen acuerdos como el 1122 de 1998 en el cual exige el desarrollo de la Ctedra de

    Estudios Afrocolombianos en todos los planteles educativos nacionales o la ley 1381 del 2010 que

    anuncia el reconocimiento, fomento, proteccin, preservacin de las lenguas de los grupos tnicos

    de Colombia etc. Hay poca o nula preparacin de algunos y algunas docentes de las ctedras de

    estudios afrocolombianos y etnoeducacin, situacin que resulta agravante en un pas en el que

    an persisten altas cifras de discriminacin, incluso, desde la primera infancia; enfermedad social

    producto del desconocimiento de las identidades tnicas y culturales, de la homogenizacin social,

    la monopolizacin epistemolgica por parte de Occidente que excluye el conjunto de saberes

    tradicionales y ancestrales de las comunidades.

    Cuando estas leyes en pro del reconocimiento de la diversidad se desconocen dentro de la escuela,

    se ocasionan situaciones que resultan graves para los y las estudiantes, porque consciente o

    inconscientemente ocurre la discriminacin que obliga a los nios, nias y jvenes a rechazar su

    herencia ancestral para poder ser aceptados dentro de una sociedad capitalista, colonialista y

    consumista que oprime a los dbiles.

    La niez representa una oportunidad para construir una sociedad basada en la justicia y el respeto

    activo, para educar en la diversidad y animar hacia la esperanza. El juego como actividad

    inherente a esta etapa, debe tenerse en cuenta dentro de este proceso de formacin, porque, aunque

    haciendo parte del mundo simblico-cultural de los nios y nias, no se le ha dado la suficiente

    validez y pertinencia dentro del proceso educativo formal, no se aborda como una de las

    didcticas a travs de las cuales el nio y la nia aprenden a hacer lectura de su mundo y del

    mundo de los otros-otras.

    Esta propuesta pedaggica se da entonces ante la carencia de pedagogas, herramientas, ldicas y

    estrategias que se apropien de la necesidad de aprender a convivir dentro de la diferencia; una

    pedagoga que no slo se preocupe como se ensean las matemticas, las ciencias naturales o

    sociales sino que tambin ensee a los nios y nias a convivir entre ellos y ellas y con la

    naturaleza, una pedagoga inclusiva que tenga en cuenta los saberes ancestrales y previos que

    traen los y las estudiantes, que articule escuela, familia, cultura y sociedad y adems sea tambin

    poltica.

    Este proyecto pretende ser un aporte para la paz desde el respeto activo y la comprensin de las

    identidades, es un compromiso, una deuda de esperanza con las comunidades afropacficas, ya que

    es una necesidad histrica preservar la memoria e identidad de los grupos culturales y ancestrales

  • 5

    en medio de una sociedad meditica y consumista, donde los medios de comunicacin, el

    consumismo indiscriminado, la indiferencia hacia nuestros pueblos amenazan con la aculturacin,

    el aislamiento de nuestra identidad y la pertenencia a una comunidad, por tanto urge evitar el

    riesgo de olvidar el pasado de los pueblos , nuestro pasado; y derrumbar practicas colonialistas

    dentro de las aulas de clase.

    El proyecto investigativo lo conforman VII captulos. El primer captulo hace una

    contextualizacin social del barrio y localidad en la que se encuentra situado el hogar infantil,

    evidenciando que es una zona comercial e industrial que no permite que sus habitantes cuenten

    con zonas de esparcimiento. Una contextualizacin Pedaggica que hace una descripcin del aula

    en la que se desarroll el proyecto. Una contextualizacin jurdica sobre la legislacin de las

    comunidades afrocolombianas desde el marco constitucional y poltico.

    Dentro del mismo captulo se encuentra la justificacin, el planteamiento problema , un objetivo

    general y siete especficos, con los que se desarroll y mantuvo la propuesta pedaggica; y finaliza

    con los antecedentes investigativos en donde se resaltan los aportes a las temticas que repercuten

    a este proyecto, desde los trabajos investigativos realizados en Amrica Latina, resaltando las

    luchas que desde la pedagoga emprendi Paulo Freire, hasta las iniciativas interculturales desde

    Colombia con las exploraciones de Marulanda, el trabajo etnogrfico y de campo de las

    estudiantes Olga Arango y Mara Marlene Bulla, las propuestas y proyectos de las maestras Mara

    del Carmen Ararat y Ana Mara Melo.

    En el Captulo II se hace un despliegue de las categoras abordadas: Ronda Infantil, Ronpondapa

    Afropacfica, Jeringonza, Cimarronaje y Uramba.

    En el Captulo III se resumen y explican las pedagogas asumidas para fortalecer y cimentar la

    nueva Pedagoga del Reconocimiento: Didctica no Parametral de Estela Quintar y Pedagoga

    de la esperanza de Paulo Freire.

    El Captulo IV describe la Pedagoga del Reconocimiento y sus herramientas ldicas:

    Cimarroneando en el aula y Urambeando, con las que se apuntan a generar relaciones basadas en el

    dialogo, la equidad y el respeto activo por la diferencia, se fortalecen los procesos de

    reconocimiento y se aporta a la preservacin de la memoria histrica y cultural de los pueblos

    afrocolombianos.

  • 6 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    En el Captulo V se expone la construccin metodolgica desde el modelo propuesto por Elliot:

    Investigacin Accin Reflexin. Se explican las maneras como se construyeron y

    desarrollaron las actividades que partieron desde las necesidades, curiosidades y reflexiones de

    las nias y los nios de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda.

    En el Captulo VI se explica Por qu el proyecto logr generar relaciones basadas en el dilogo,

    equidad y respeto activo por la diferencia? mediante una breve reflexin por cada uno de los

    valores contenidos en el objetivo general y que demarca la anterior pregunta de referencia

    reflexiva. Se concluye este captulo con la sntesis de los hallazgos y las deducciones, fruto del

    desarrollo del proceso investigativo que determinaron el cumplimiento de los objetivos que se

    formularon y establecieron.

    El captulo VII est compuesto por los anexos que arrojan datos o informacin precisa y verdica

    del documento socializado.

  • Captulo I.

    1.1 Contexto

    1.1.1 Contexto Social

    Gracias a la consulta del Plan Operativo Anual (POA) del Hogar Infantil Jairo Ojeda,

    documentos distritales y habitantes del sector, se logr construir la siguiente caracterizacin del

    barrio Cundinamarca:

    Hace parte de los siete barrios que conforman la zona. Se encuentra situado en la localidad 16

    (Puente Aranda). En los Planes de Ubicacin Zonal (UPZ) corresponde al nmero 108 de la Zona

    Industrial. Las grandes viviendas construidas con ladrillo y cemento, fueron adecuadas en

    pequeos apartamentos o apartaestudios convirtindose en inquilinatos, habitados en su mayora

    por trabajadores de la misma zona y sectores aledaos a fin de ahorrar costos y movilidad. Estas

    viviendas son ocupadas hasta por cuatro o cinco familias provenientes de diferentes regiones del

    pas.

    Alrededor del barrio se halla gran variedad de bodegas de almacenamiento, empresas comerciales

    e industriales productoras de alimentos, textiles, plsticos y productos metalmecnicos entre otros;

    el mayor volumen de compradores se halla entre la poblacin flotante que por razones de empleo

    o actividad econmica deben desplazarse por la zona.

    1.1.2 Contexto Pedaggico

    El Hogar Infantil Jairo Ojeda se encuentra ubicado en el barrio Cundinamarca, quedando al lado

    del Saln Comunal del barrio, en la Calle 19c con carrera 34 y a dos cuadras del colegio distrital

    Espaa sede B. El plantel est enriquecido con una estupenda diversidad tnica y cultural, que

    aporta y fortalece el aprendizaje mediado por relaciones de tolerancia, respeto, afecto, entre unos y

    otros.

  • 8 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    El Hogar Infantil Jairo Ojeda es un espacio en el que los nios y nias se sienten visibilizados

    puesto que se les brinda importancia a sus deseos de explorar, crear, socializar; potenciando sus

    habilidades con el fin de lograr un desarrollo integral. Los padres de familia se caracterizan en su

    mayora por ser jvenes, algunos y algunas trabajan en la zona o son amas de casa y cuidadoras

    de sus hijos.

    Descripcin del aula de los educandos

    El grado preescolar 2 se encuentra constituido por 21 nios y nias entre los 4 aos y medio a 5

    aos y medio. Son, en relacin con los otros y otras estudiantes, los ms grandes del Hogar

    Infantil. Las nias constituyen la poblacin mayoritaria con el 75%.

    Los nios y nias provienen, con sus madres y padres, de diferentes lugares del pas. Nario,

    Tolima, Cesar, Valle del Cauca, Crdoba, Guajira y Cundinamarca son los departamentos

    predominantes. Estos desplazamientos han generado que las familias modifiquen sus costumbres a

    causa de las mismas dinmicas de la ciudad. La alegra es una de las virtudes que caracteriza a los

    nios y nias de este centro educativo, les encanta escuchar msica, cuentos e historias, cantar,

    bailar, colorear, realizar cartas con dibujos bellos y llamativos que llevan a sus familiares (Ver

    anexo 1)

    1.1.3 Contexto Jurdico

    En Colombia existe un amplio marco legislativo que dicta el reconocimiento a la diversidad

    tnica y cultural del pas, el derecho de las comunidades tnicas para poseer los territorios de

    ocupacin ancestral, a la no discriminacin, a vivir en situacin de igualdad e inclusin en las

    esferas sociales y polticas.

    Estas contribuciones, en materia legislativas hacia la reivindicacin de la poblacin

    afrocolombiana, se iniciaron con la Ley de Libertad de Vientres (Ley 21 de 1821), la sucedieron

    el Decreto 28, de junio de 1827, que cre la Direccin de Manumisin y otras disposiciones que

    abonaron el camino hacia la promulgacin de la Ley 21 de 1851, la cual determin la abolicin de

    la esclavitud. A pesar que Colombia es reconocida como pas de leyes, lo que sigui luego fue

    un periodo de 140 aos de silencio legislativo, durante los cuales la poblacin afrodescendiente

    permaneci ignorada e invisibilizada en lo referente a sus derechos y a su presencia como sujeto

    social en el territorio nacional (Roux, 2010, p. 17).

  • Captulo I 9

    Ese amplio espacio y silencio se rompi cuando en 1991, Colombia adopt una nueva constitucin

    democrtica y pluralista que reconoce la diversidad tnica y cultural del pas, protege a las

    minoras y valora la existencia de indgenas en la nacin, asignando a las comunidades indgenas

    dos escaos en el senado. La nueva constitucin seala el fin de la Carta Magna de 1886, que por

    ms de un siglo mantuvo a los colombianos y colombianas bajo un sistema poltico altamente

    centralizado que desconoca la diversidad.

    Con la creacin de dos curules en el Senado para las comunidades indgenas y dos curules para las

    comunidades afrocolombianas, la Constitucin de 1991 reconoce la larga tradicin de

    organizaciones de los indgenas, que se han aferrado a su tierra, sus tradiciones y su lengua desde

    la conquista.

    Esta nueva Constitucin fue estructurada ante la necesidad de ajustar la Carta Poltica a las nuevas

    realidades sociales y polticas del pas, a su diversidad cultural y tnica, a las reivindicaciones de

    los movimientos sociales, e inclusive, a las demandas de la insurgencia. Asimismo, su

    promulgacin respondi especialmente a la necesidad de amoldar la arquitectura del Estado a los

    preceptos del Estado Social de Derecho (Roux, 2010, p. 17).

    Sin embargo la nueva constitucin poltica no cuestiona la imagen de Colombia como una nacin

    patriarcal mestiza (de ascendencia europea india).Tampoco rompe el silencio que las lites

    colombianas han mantenido desde el comienzo del siglo XIX sobre la contribucin sustancial de la

    poblacin de ascendencia africana a la formacin de la nacin, excepto en el Artculo Transitorio

    55.

    Este artculo, adoptado como renuncia por la Asamblea Constituyente de 1991 como respuesta a la

    movilizacin de las organizaciones negras de base sin representacin, anunciaba que en el

    transcurso de dos aos el Gobierno legalizara la tenencia de tierras comunales tradicionales de las

    comunidades negras localizadas en la costa del pacifico.

    A mediados de 1993, despus de mucho cabildeo de activistas, los negros colombianos

    finalmente obtuvieron algn reconocimiento legal con la Ley 70 de Negritudes. Esta ley se centra

    en las comunidades negras de las hoyas de los ros de la cuenca del Pacfico; reconoce su

    propiedad de las tierras comunitarias ancestrales y protege su identidad cultural. Sin embargo, al

    dar nfasis a la ascendencia afrocolombiana, la homogeneidad y la singularidad cultural, as

    como la ubicacin en una regin riberea rural especfica, excluye a los negros de otras zonas y

  • 10 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    deja tambin por fuera la negritud a los pardos (de ascendencia africana mezclada), a los zambos

    (de ascendencia africana e indgena) y a los mulatos (de ascendencia africana y europea). Podra

    decirse que el principal logro de la ley de negritudes ha sido el hecho de sacar algunos negros

    colombianos de la invisibilidad (para usar la palabra de la antroploga Nina S. de Friedmann) a

    la que estaba sometidos desde la independencia y, con ello, iniciar un debate sobre los temas de la

    raza y el racismo (Helg, 2011).

    En la Esfera de la Enseanza, que fue adoptada en 1960 y entr en vigor en 1962, la cual proclama

    la igualdad de trato en la educacin sin distincin o exclusin; el Pacto Internacional de Derechos

    Civiles y Polticos de 1966 ratificado por la Ley 74 de 1969 y el gran logro con el Decreto 1122 de

    1998 que estipula la enseanza de la ctedra de estudios afrocolombianos y etnoeducacin en

    todos los establecimientos de educacin formal en el pas.

    Posteriormente el estado ha seguido sacando a flote una secuencia de decretos, tratados, convenios

    y otras leyes orientadas a disminuir la situacin de desigualdad y de vulnerabilidad de la poblacin

    afrodescendiente, de sus territorios y comunidades. (Ver anexo 3)

    1.2 Justificacin Resulta importante la aplicacin de este trabajo pedaggico dentro del aula de clase, ya que en

    Bogot escasean las propuestas pedaggicas en materia de reconocimiento e interculturalidad para

    la Primera Infancia. El proyecto YO PON, TU PON SI NO PON TAMBIN COM: La

    Ronpondapa afro-pacifica, un aporte a la pedagoga del reconocimiento desde el aula de

    preescolar 2 del Hogar infantil Jairo Ojeda, es pionero en utilizar Las Ronpondapas

    Afropacficas y las estrategias Cimarroneando en el Aula y Urambeando entre Pares para

    acompaar a los nios y nias en su proceso de autoreconocimiento y reconocimiento de los

    otros y otras.

    Es pertinente trabajar la Pedagoga del Reconocimiento en la primera infancia, puesto que los

    nios y nias nacen ligados a una cultura y por tanto no es posible separar al estudiante de ella, ya

    que la cultura constituye una necesidad inevitable en los hombres y mujeres. Est proyecto viene a

    acompaar y fortalecer la identidad cultural que desde temprana edad los nios y nias empiezan a

    construir con sus familias y en sus territorios, en los que cimientan las primeras relaciones

    interpersonales, con la naturaleza y consigo mismos, porque segn el mtodo de crianza de la

  • Captulo I 11

    poblacin zul sudafricana una persona solamente es una persona junto con otras personas

    (Brooker & Woodhead, p. 20).

    Acompaar el viaje hacia la construccin personal y social de los nios y nias a travs de este

    proyecto pedaggico es de suma importancia y relevancia porque es en la primera infancia en que

    los nios y nias determinan y cultivan sentimientos y valoraciones, ya sea positivos o negativos,

    frente a s mismos y frente a los otros y otras. Fortalecer y apreciar las identidades culturales

    dentro de la escuela, es tambin un aporte a la transformacin de sociedades ms justas y

    equitativas porque desde temprana edad, se les alejara de prcticas discriminatorias.

    Es meritorio como parte de este proceso de inclusin y de educacin intercultural en la escuela,

    presentar otras posibilidades de conocimiento, ceir nuevos procesos, actividades, proyectos, ideas

    que retomen los saberes y tradiciones ancestrales, no como una cosa aislada, pegada a un

    contexto especfico y exotizado, sino como una parte fundamental que nos sugiere una forma de

    ver y reconocer al medio ambiente y a los seres humanos. Justamente, la ronda es una de esas

    prcticas construidas y reproducidas tradicionalmente que debe tenerse en cuenta y emplearse

    como una herramienta pedaggica indispensable dentro del aula de clase para formar ciudadanos

    prestos al dialogo, la justicia y la tolerancia, pues es con el juego que los nios y nias aprenden

    los primeros cdigos, reglas y valores para la convivencia social.

    Este proyecto pretende emplear la Ronda Afropacfica para propiciar un autntico dilogo

    intercultural entre los nios y nias de la primera infancia, puesto que es en estos primeros aos

    que los y las estudiantes aprehenden valores que determinaran sus relaciones sociales durante el

    resto de sus vidas.

    Trasmitir las rondas tradicionales afropacficas, es una manera de mostrarle a los nios y nias

    otras posibilidades de vivir, de creer y sentir. A travs de sus rondas los nios y nias lograrn

    acercarse y conocer a uno de los territorios ms excluidos del pas: La regin Pacifica, ya que

    conocer al otro y conocer sus razones de vida, sus condiciones polticas, econmicas, ideolgicas

    es tambin respetarlo, entenderlo y valorarlo. Como la oralidad es la primera competencia que

    desarrollan los nios y las nias, la ronda, como parte de esa oralidad, constituye un excelente

    medio de aprehensin, que muchas veces es desperdiciado por los maestros y maestras. Desde este

    proyecto se aprovechar la oralidad mediante la Ronda y las estrategias Cimarroneando en el

    Aula Urambeando Entre Pares, como parte de una Pedagoga del Reconocimiento que deja ser,

    que deja vivir, que deja pensarque educa en el respeto activo; valor esencial para erradicar

  • 12 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    dentro de las escuelas y la sociedad las practicas de segregacin, subalternizacin, interiorizacin,

    estereotipacin y construir relaciones interpersonales bajo un marco de legitimidad, dignidad e

    igualdad.

    1.3 Planteamiento del Problema

    Desde la dcada de los 90 en Amrica Latina se ha generado un creciente inters por los trminos

    Diversidad y Cultura , de igual manera, tres aos ms tarde, en Colombia tambin llegaron a

    invadir las esferas educativas y polticas, cuando las comunidades afrocolombianas, indgenas y

    defensores de derechos humanos los colocaron sobre las mesas de discusiones como asuntos

    prioritarios e importantes para las propuestas gubernamentales y sociales; aun as, por encima de

    esta coyuntura y del amparo de nuevas leyes (Ver anexo 3) que proclaman el reconocimiento, la

    reivindicacin, proteccin y preservacin de las lenguas, creencias, tradiciones, territorios y

    culturas de los grupos tnicos del pas, lo que se demuestra en la prctica son notables carencias

    en las propuestas de interculturalidad que se presentan en las aulas de clases y los programas de

    gobierno para la convivencia social, que faltos de los principios de equidad y respeto activo, lo

    que hacen es perpetuar el ejercicio de utilizar la diferencia para oprimir y remarcar relaciones de

    privilegio y poder.

    La escuela colombiana cae en una deficiente dinmica integracionista, en el que los y las docentes

    manejan de manera superficial el trabajo intercultural dentro del aula de clases.

    En el caso de Bogot, aunque en los planteles educativos se concentra una poblacin de

    estudiantes provenientes de distintas regiones del pas, est diversidad no es tenida en cuenta a la

    hora de planear las propuestas educativas y curriculares, por el contrario, es rechazada, agredida o

    mal abordada.

    Aunque existen acuerdos como el 1122 de 1998, el cual exige el desarrollo de la Ctedra de

    Estudios Afrocolombianos y Etnoeducacin en todos los planteles educativos, hay poca o nula

    preparacin de algunos y algunas docentes en el ejercicio de estas asignaturas, situacin que resulta

    agravante en un pas en el que an existen altas cifras de discriminacin, incluso desde la primera

    infancia, producto del desconocimiento de la historia y de la identidad cultural, de la

    homogenizacin social, la monopolizacin epistemolgica por parte de Occidente, que excluye el

    conjunto de saberes tradicionales y ancestrales que las comunidades traen consigo.

  • Captulo I 13

    En las escuelas se ven claramente algunas dificultades para asumir a las minoras, en parte a que

    esa homogeneizacin social conlleva a la comparacin y desvalorizacin de los y las estudiantes

    de las poblaciones minoritarias con respecto al resto del grupo escolar; y es de saber que,

    aunque nadie nace con ideas o sentimientos discriminatorios, estas actitudes se van dando a medida

    que interactan con espacios en los que no se fortalecen la valoracin y el respeto activo por la

    diferencia; y la escuela puede llegar a ser uno de esos escenarios, cuando promueve practicas

    excluyentes y no genera posibilidades para visibilizar la historia e identidad de las poblaciones

    marginadas culturalmente y socialmente como las comunidades indgenas y afrocolombianas .

    Dentro del Hogar Infantil Jairo Ojeda se evidenciaron algunas problemticas que indicaban la

    necesidad de aplicar una educacin para la diversidad, y que se requera con urgencia una nueva

    pedagoga de reconocimiento, estas dificultades fueron:

    Los nios y nias de preescolar 2 presentaban dificultades para identificar y hablar de sus

    lugares de origen entre ellos, ellas, con maestros, maestras y directivas del plantel; esta situacin

    se le atribua a que en las familias, provenientes de otras regiones, terminaban transformando sus

    huellas culturales como variantes dialectales, alimentacin y comportamientos, como

    requerimiento de adaptacin y aceptacin, promovido por familiares, comunidad y docentes al

    nuevo contexto capitalino; es as como las prcticas culturales de los nios y nias que nacen en

    lugares distintos a la capital del pas, estn sometidas a constantes modificaciones que las

    conducen al olvido y encaminan a los y las estudiantes a una aceptacin de prcticas culturales

    distintas a la que inicialmente han incorporado en sus territorios de origen.

    Los nios y nias, incluso algunos maestros y maestras, rechazan los diferentes dialectos y

    camuflan su lenguaje para que se adapte a un lenguaje institucionalizado dentro de los espacios

    acadmicos de Bogot, que deslegitimiza conceptos y expresiones autctonas, bajo la pretensin

    de estandarizacin del castellano y cierta exclusividad lingstica que privilegia regularmente a la

    cultura o poblacin mayoritaria.

    Las anteriores situaciones evidenciadas en el Hogar Infantil Jairo Ojeda, tambin dadas en otras

    escuelas, son marcas colonialistas persistentes en las sociedades actuales que siguen perpetuando

    relaciones de privilegio, estableciendo marcas de valoracin de lo mejor a peor, superior a

    inferior Una sociedad que aventaja al blanco sobre el negro el rico sobre el pobre, la

    ciudad sobre el campo, el hombre sobre la mujer, Occidente sobre frica, la Amrica indgena y

    Oriente.

  • 14 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    Regularmente, la academia y la escuela se suman a esas dinmicas excluyentes, anuladoras,

    discriminatorias cuando no da cabida a los saberes ancestrales y culturales de los nios y nias,

    cuando solo cree y comparte una historia nica , cuando desconoce y deslegitimiza los aportes

    histricos y culturales de los pueblos no europeos, no blancos, no occidentales. Cuando los

    maestros y maestras desconocen los contextos geogrficos, culturales, sociales de los estudiantes,

    cuando no logra aterrizar los conocimientos a la vida y la realidad de los y las estudiantes.

    La niez representa una oportunidad para construir una sociedad basada en la justicia y el respeto

    activo, para educar en la diversidad y la esperanza. El juego como actividad inherente a esta etapa,

    debera tenerse en cuenta dentro de este proceso de formacin, porque, aunque haciendo parte del

    mundo simblico-cultural de los nios y nias, no se le ha dado la suficiente validez y pertinencia

    dentro del proceso acadmico, no se aborda como una de las didcticas a travs de las cuales el

    nio o la nia aprenden (y aprehenden) a hacer lectura de su mundo y del mundo de los otros,

    otras.

    Dentro de ese repertorio de rondas que se cantan y juegan en las escuelas de Bogot, hace falta

    incluir tambin las rondas afrocolombianas, ya que cuando los nios y nias de la dispora

    ingresan a la escuela no encuentran un reflejo de identidad que los y las acerquen a sus orgenes,

    historia y cultura, por otra parte no se les presenta a los otros nios y las otras nias las diferentes

    posibilidades y posturas de sentir, hablar, vivir y concebir el mundo.

    Inquieta por las escasas apuestas pedaggicas interculturales que en Bogot se dan, para el caso

    de la Primera Infancia, y las problemticas evidenciadas en los proyectos ya existentes surge la

    pregunta que hizo brotar est proyecto de investigacin.

    Cmo la Ronda Afro- pacifica puede aportar a la construccin de la Pedaggica de

    Reconocimiento para que los nios y nias de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda

    generen y fortalezcan relaciones basadas en el dilogo, la equidad y el respeto activo por

    la diferencia?

  • Captulo I 15

    1.4 Objetivos

    1.4.1 Objetivo General

    Implementar la Pedagoga del Reconocimiento a travs del trabajo con la Ronpondapa Afropacfica y las estrategias Cimarroneando en el Aula y Urambeando entre Pares, para que los nios y nias de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda construyan relaciones basadas en el dialogo, la equidad y el respeto activo por la diferencia.

    1.4.2 Objetivos Especficos

    Construir mediante las estrategias pedaggicas Cimarroneando en el aula y Urambeando

    entre Pares una sntesis creativa de la historia afrodiasprica para que pueda ser

    fcilmente comprendida y acogida en los nios y nias de la primera infancia.

    Promover la comprensin de las diferencias tnicas y culturales dentro del aula de clases a

    travs del establecimiento de la ronpondapa afropacfica como espacio pedaggico.

    Desarrollar las bases de una Pedagoga del Reconocimiento, con la inclusin y aplicacin

    de los saberes previos y prcticas culturales de los nios y nias para la formacin de

    personas y sociedades libres de discriminacin.

    Incentivar la comprensin de los textos de las ronpondapas afropacficas como estrategia

    de conocimiento de las diferentes cosmogonas, modos de ver y vivir que tienen los otros

    y las otras.

    Identificar y valorar de manera conjunta, dentro de los espacios de reflexin de la

    Pedagoga del Reconocimiento, actitudes y aportes cotidianos de los nios y nias para la

    paz y el respeto activo por la diferencia.

    1.5 Antecedentes Investigativos En los aos 60 el investigador y pedagogo Paulo Freire dio inicio a la Pedagoga Critica que fue

    retomada por muchos educadores y activistas intelectuales a lo largo del mundo hasta los 90. Su

    texto La pedagoga del Oprimido (Paulo Freire) gener las bases para un anlisis social y

    poltico de las condiciones vividas de las clases pobres y excluidas a partir de un repensar critico-

    poltico de la pedagoga en el contexto educativo (Walsh, p. 14).

    En los aos 90 el tema de la Diversidad cultural cobr gran auge en el pas (Walsh, p. 2). Se

    hizo presente en las polticas pblicas y reformas educativas y constitucionales, as que el termino

  • 16 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    interculturalidad es nuevo en el pas ya que antes de la anterior fecha el respeto a la diversidad

    tnica y cultural no haba sido uno de los objetivos primordiales en las escuelas y colegios, solo

    ante el trabajo incansable de los movimientos de las comunidades indgenas y afrodiaspricas se

    logr abrir caminos de reflexin y discusin, siendo inicialmente los movimientos indgenas,

    especialmente en Ecuador, quienes despertaron y alentaron en Amrica Latina el inicio de una

    lucha por la visibilizacin, la igualdad y la defensa de los derechos a la tierra. De aqu, que estos

    resurgimientos fueran el espacio del aprovechamiento del desenfocado multiculturalismo

    neoliberal y una intercultural de estilo funcional que lo que realmente favoreca era a los diseos

    globales, el capital y al poder.

    Por efecto de la constitucin poltica de 1991 y ante ese panorama de cambios vividos en

    Amrica Latina, en el pas se han dado notables intervenciones con la presentacin de proyectos y

    programas a fin de proponer nuevas experiencias para educar hacia el respeto y reconocimiento de

    la diversidad. A continuacin citaremos algunas propuestas y aportes en Colombia:

    Aragn de Ocoro Olga y Bulla Rios Mara Marlen, estudiantes de Licenciatura en Educacin

    Bsica Primaria de la Universidad Distrital, en 1995 construyeron una bella apuesta

    intercultural con el proyecto de tesis: CMO SE DESCRIBEN Y DESARROLLAN ALGUNOS

    JUEGOS INFANTILES DE LA REGIN PACFICA. Est propuesta, que inicialmente se

    empez a desarrollar en Bogot en el barrio Britalia y que a la falta de resultados se termin

    ejecutando en Buenaventura, tena como objetivos rescatar los elementos ldicos de la cultura

    local y regional pacifica mediante la recopilacin de juegos, reconocer y organizar juegos de la

    regin del pacifico para practicarlas en algunas comunidades de Bogot, elaborar un documento

    que contribuyera a ampliar e implementar los conocimientos que tienen los nios del interior sobre

    la ldica y el folklor de la regin pacfica.

    Por otra parte el investigador, escritor y folklorista colombiano Octavio Marulanda, ha contribuido

    al fortalecimiento de una educacin que afianza los valores de identidad cultural de la nacin con

    su trabajo Las Rondas y Juegos Infantiles-Folklor Y Educacin. Est texto fue el producto de

    exhaustiva investigacin del folklor colombiano que desde 1998 realiz en todas las regiones del

    pas y surgi como consecuencias de innumerables experiencias con nios, nias, maestros,

    maestras, promotores y promotoras de educacin y grupos familiares; y fue un gran motivador para

    su escritura, lo vivido en el Primer Encuentro de Rondas y Juegos Infantiles realizado en Armero

    Tolima, en 1980, al cual concurrieron nios de todo el pas (SECAB, 1998). La importancia de

  • Captulo I 17

    este proyecto ejecutado por Marulanda, radica en que por primera vez en Colombia se estudie la

    teora del juego como un aspecto esencial de la cultura.

    En Bogot, la maestra e investigadora Mara del Carmen Ararat lanz la cartilla especializada

    sobre afrocolombianidad Con Buen Modo se Saca Al Cimarrn del Monte a travs y con el

    Colegio Distrital Carlos Arango Vlez. Esta cartilla constituye uno de los textos ms importantes

    y completos en Colombia con respecto al trabajo intercultural dentro del aula de clases que

    emplea la oralidad afropacfica. Este proyecto, de la profesora Ararat, inicio en 1999, como ella

    misma dice: Tomando de aqu y de all me he impuesto la tarea de recopilar algunas

    muestras de la Oralidad Afrocolombiana de nuestro pas, para compartirlas con mis

    compaeras del Carlos Arango Vlez y con todos los que deseen leerlas. El texto recoge

    en sus 76 pginas, diferentes manifestaciones orales del pacifico como refranes, coplas, retahlas,

    canciones, y talleres empleadas como herramienta intercultural para que los nios y nias

    comprendan la importancia que tiene la cultura para el ser, el hacer, el relacionarse y que la

    comprendan no como un ente aislado y ajeno a ellos y ellas.

    Otro gran aporte desde el mbito de la oralidad afropacfica lo realizo la investigadora Ana Mara

    Arango Melo, con el nombre de Cocorob: Cantos y Arrullos del Pacifico Colombiano (2013).

    Designo una creativa compilacin de cantos y arrullos que hacen parte de la cotidianidad y del

    repertorio de cantos de los nios y nias de esta regin.

    Justamente, la primera parte de este texto alberga una serie de canciones de cuna que soportaron

    tambin el maravilloso Proyecto de Investigacin, de la misma autora, Velo que Bonito,

    Prcticas sonoro-corporales en la primera infancia de la poblacin afrochocoana, que se estuvo

    realizando desde el ao 2010 en los municipios de Tad, Crtegui, Quibdo, Bajo Baud y Atrato.

    La autora define el proyecto como un esfuerzo por comprender las cosmologas, formas de

    organizacin social e imaginarios que marcan la contribucin de ticas y estticas en la

    relacin cuerpo sonido-movimiento en la primera infancia de los afrochocoanos

    En el tercer captulo del libro COCOROB: Cantos y Arrullos del Pacifico Colombiano, se

    expone una muestra de veintitrs rondas infantiles. Algunas de estas canciones responden a las

    variaciones de antiguas rondas hispnicas y de otras que hacen parte fundamental de los mundos

    infantiles del territorio de Pacifico.

  • 18 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    Muchas de las rondas recopiladas son producto de la investigacin del maestro Leonidas Valencia

    (algunas son composiciones de l) y otras hacen parte de la juiciosa investigacin que presenta en su

    libro Compendio de cantos, poemas, rondas y otras ldicas del profesor Omar Palacios, gran

    pedagogo y conocedor de la ldica en el territorio chocoano (Arango, 2013, p. 16).

    Arango Melo considera que su libro Es una oportunidad para reconocer, valorar y celebrar la

    diferencia en medio de unas realidades sociales que cada vez nos aproximan ms a un otro

    (Arango, 2013, p. 209).

    La consulta de las anteriores investigaciones y propuestas, como tambin la de otras herramientas,

    cimentaron los rumbos de este proyecto que surgi ante el estudio y reflexin de las siguientes

    inquietudes:

    1) Hacan falta propuestas interculturales para la primera infancia. 2) Cmo aprovechar el

    contexto diverso de las escuelas capitalinas para construir conocimiento? 3) Qu hacemos los y

    las educadoras con la cultura? 4) Las rondas infantiles no son aprovechadas dentro de la escuela

    como fuentes de construccin de conocimiento y formadoras de valores. 5) La ronda y la

    interculturalidad merecan un acompaamiento desde la escuela. 6) Hacia falta aplicar un

    proyecto que acudiera al juego y la ronda como herramienta de reconocimiento. 7) Los saberes

    previos y prcticas ancestrales, las experiencias cotidianas sociales y culturales de los nios y

    nias no eran tenidos en cuenta dentro del sistema educativo.

    Por lo tanto est proyecto: Yo pon, tu pon, si no pon tambin com, La Ronpondapa afro-

    pacfica, un aporte a la pedagoga del reconocimiento desde el aula de preescolar 2 del hogar

    infantil Jairo Ojeda surge como aporte para que a travs de la ronda los nios y nias se

    construyan relaciones basadas en el dialogo, la equidad y el respeto activo por la diferencia,

    capaces de transformar y transformarse desde el encuentro con el otro-otra, de valorar las

    diferentes visiones del mundo, sus herencias ancestrales y territoriales.

  • Captulo II. Marco Terico

    1.6 La Ronda: Parte mia, parte tuya, parte de la historia. Las rondas infantiles han viajado paralelamente en los mismos viajes de los hombres y mujeres,

    se han fortalecido a medida que el mismo ser humano se enriquece en el encuentro con el otro y

    con la otra.

    Las rondas infantiles surgen inicialmente bajo el propsito de recrear la cosmovisin de una

    cultura, representar sus tradiciones y creencias. Ests constituyen la transportacin de elementos

    tradicionales de un pueblo o de unos pueblos, puesto que surgieron y se han ido transformando con

    el mestizaje cultural.

    Cundo una ronda viaja de una regin a otra se trasmuta, ya que, como portadora de tradicin y

    cultura, adopta singularidades de cada lugar que la acoge; en Colombia, por ejemplo, una misma

    ronda puede ser jugada, cantada o bailada de diversas maneras en diferentes lugares y cada sitio

    posee una versin distinta, es el caso de las rondas Hilito, Hilillo de oro, Arroz con leche, El

    seor don Gato

    Marulanda (1998, p. 52) tambin cita otros ejemplos en las que se dan variaciones en cuanto al

    lxico La chuspa de aire, del Cauca, que se llama La seorita Bertha en el Tolima; y Mirn

    Mirn, que es uno de los tantos nombres que en la zona Andina ha adquirido El puente est

    quebrado, llamada por otros Que pase el rey etc., (Marulanda, 1998. p. 52). Otros aspectos de

    transformacin lingstica es cuando los nombres o ttulos que se le dan a las rondas varan de una

    regin a otra, adems de la desaparicin de algunos versos, pasajes recitativos o estrofas completas

    que muchas veces tambin se enriquecen con figuras literarias o en el contacto con otras rondas

    (se prestan y aportan sus elementos).

    Algunas de las causas por las que se producen estos cambios en las rondas infantiles son:

  • 20 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    1. Se adaptan de acuerdo al carcter y las tradiciones de cada regin.

    2. Como iniciativa espontnea y natural de los nios y nias en cada regin. Marulanda

    (1998) explica esta causa as: Los nios por naturaleza, tienden a liberarse de moldes

    esquemticos, aunque no sea ese su deseo. Lo hacen inconscientemente porque en este

    caso prima la intencin ldica, pero el autor tambin aclara que los nios tienden a

    hacer modificaciones de forma, perifricas, dejando sin alteracin la estructura bsica y

    el contenido, con lo cual la ronda y el juego no pierden nunca su funcionalidad y

    fisionoma

    En Colombia aunque en sus inicios, las rondas fueron una herencia hispnica, han recibido

    ciertas variaciones en el proceso de adaptacin a las condiciones sociales y culturales del nuevo

    contexto enfrentado a los retos del mestizaje, que se ha encargado, a travs del tiempo, de

    imprimirles variantes, que en muchos casos, significan una asimilacin total. Es decir, que han

    adquirido fisionoma colombiana (Marulanda, 1998, p. 52).

    El folklrologo describe las principales transformaciones que se han dado dentro del juego en dos

    aspectos fundamentales: Los textos y los esquemas literarios y la estructura, con sus contenidos.

    Las Rondas Infantiles son una Resonancia Cultural, ya que en lo que se canta y como se canta

    van incorporadas las creencias, formas de sentir, de vivir y de pensar de una

    poblacinconvirtindose en parte de la tradicin popular.

    Por la anterior razn los maestros y las maestras deben estar comprometidos y comprometidas con

    la recuperacin y divulgacin de la ronda como una herramienta importante que aporta a la

    construccin de la identidad en los nios y nias. La defensa de la ronda por parte de los

    educadores y las educadoras se traduce en la defensa de los espacios en los que los nios y nias

    pueden ser y en el que los saberes culturales y tradicionales se miran sin prejuicios.

    Gaviria (1999, p. 8) considera que: las rondas folclricas colombianas, son especies autctonas

    respetuosas de la tradicin, pues reproducen con gran fidelidad el sentido de participacin

    colectiva, innato en el hombre primitivo y esencial en todas las culturas autctonas. Entonces, se

    puede reafirmar que las rondas infantiles provenientes de las comunidades afrocolombianas son

    una herramienta intercultural que permite propiciar espacios en donde los nios y nias tengan la

    posibilidad de reconocernos y aportar a los procesos de paz porque la paz inicia en el momento

    que se reconoce al otro -otra y se trabaja en equipo, no desde la individualidad.

  • Captulo II 21

    Las Ronpondapas Velo que bonito (como se canta y juega en Buenaventura), La chuspa de

    aire (como se canta y juega en Puerto tejada Cauca) y Mi mamita (como se canta y juega en

    Tumaco Nario) tendrn tres dinmicas: La primera de Autoreconocimiento y valoracin de la

    propia cultura: PARTE MIA; la segunda de Reconocimiento y valoracin del otro-otra:

    PARTE TUYA y la tercera de Visibilizacin de los aportes histricos: PARTE DE LA

    HISTORIA

    PARTE MIA: Con la trasmisin de la Ronpondapa Afro-pacifica el nio y la nia reconocer

    que la historia del otro se encuentra con su historia, ya que est ejercicio visibilizar los aportes

    sociales y culturales que a travs del tiempo ha hecho la comunidad afrocolombiana a la historia

    nacional. Es tambin un ejercicio introspectivo en el que los y las infantes a travs de los rasgos

    culturales del otro-otra, valoran sus propios rasgos y huellas culturales.

    PARTE TUYA: En esta fase se inicia un proceso de reconocimiento de las diversas costumbres de

    cada nio y nia que conforma el grado de preescolar 2. Se generan espacios de dilogo y escucha

    para compartir y comprender de donde vienen, y qu les gustaba del anterior lugar en el que vivan

    para llegar a la reflexin de respetar y valorar eso que para el otro es importante; del mismo modo

    recrearlo en el aula llegando a consensos de los lugares a los que se viajara y de las cosas que se

    realizara en colectividad con la nica intencin de conocer cada cultura que representaba a cada

    nio y nia.

    Para entender lo anterior se parte de una frase muy empleada en el pacfico que se trae al aula para

    trabajar en el proceso de intercambio cultural que es Yo pon, tu pon, sino pon tambin com que

    quiere decir: Yo pongo, tu pones, si no pones tambin comes. Ese compartir de experiencias

    parte segn la iniciativa y comodidad de cada persona, lo que quieran y se les facilite compartir,

    dar a conocer, consultar etc. Aplicar este juego de palabras en el contexto signific un encuentro de

    ancestralidades, un reconocimiento de las diversas prcticas de crianzas que les permiti a cada

    una-uno conocer y comprender las realidades de sus compaeros y compaeras.

    PARTE DE LA HISTORIA: Colombia ha dejado por mucho tiempo fuera de la historia general, la

    historia de los y las negras, de los y las indgenas a causa de las dinmicas colonizadoras que

    repercuten constantemente dentro de la sociedad, del gobierno y del sistema educativo. Este

    proyecto propone el encuentro de los pasados de todas las comunidades excluidas, que los nios y

    nias comiencen a comprender que ninguna historia es aislada puesto que nos une un hile ancestral

    que nos compromete unos a otros a reconocernos.

  • 22 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    1.7 El Origen de las Rondas Infantiles

    Las rondas infantiles tienen antecedentes en las antiguas danzas de ruedas espaolas que fueron

    los primeros esquemas de baile acogidos por los pueblos peninsulares y constituyeron el molde

    que nos lleg durante la poca de la colonia (Marulanda, 1998, p. 25).

    Para algunos autores clsicos como Platn, Estrabon, Luciano, las danzas de rueda eran una

    imitacin del movimiento circular alrededor de la tierra (Machabey, A) partiendo de la base que

    para la antigua Grecia los astros giraban alrededor de la tierra: el centro del universo. De hecho

    el trmino ronda en su sentido ms simple quiere decir Dar vueltas alrededor de una cosa.

    Este tipo de representacin coreogrfica del movimiento de los astros y la tierra, fue acogida por

    el teatro con las tragedias griegas, particip en las diferentes esferas sociales y culturales de la

    vida romana y durante la Edad Media, tuvo una adaptacin bajo el nombre de Carola, que

    consista en un baile en los que hombres y mujeres giraban alrededor de un rbol, una hoguera,

    una fuente o un personaje que representaba al diablo.

    Existen referencias de otros bailes similares en diferentes partes del mundo, en Francia por ejemplo

    se bailaba una danza en rueda denominada Farola, afirma Marulanda (1998; p 26) que en La

    literatura musical del siglo XVII se reconoce que estas prcticas populares del canto colectivo

    entrabado rtmicamente con un baile, al refinarse, dieron origen al rondo, rondat de carole,

    como se deca en la Francia de aquellos tiempos.

    Marulanda considera que la Carola cre un arquetipo en Europa, que se ha conservado a travs de la

    historia, y no slo sintetiz una costumbre milenaria, sino que sirvi de molde espontneo para

    manifestaciones colectivas de carcter ldico y festivo, como es el caso de las rondas infantiles, que

    tienen una estructura idntica a la carola, de la cual puede decirse son rplicas aclimatadas por el

    mestizaje. (Marulanda, 1998, p. 26).

    Las rondas infantiles son una sintetizacin de las diferentes culturas, que inevitablemente

    influyeron en los pueblos de la Amrica Hispnica. Segn Marulanda, el origen de las rondas y los

    juegos infantiles en Colombia hay que buscarlo en los terrenos del mestizaje, tomando en

    consideracin los aportes de los africanos (as) y sus descendientes, espaoles (as) e indgenas. Se

    suma la misma condicin de la Espaa clsica, recin salida de la invasin rabe, que acogi un

  • Captulo II 23

    cumulo de manifestaciones literarias, culturales, tcnicas de trabajo y cosmovisiones de los moros,

    africanos y antiguos Celtas ms las heredadas por el imperio romano. Como resultado de estas

    intervenciones multiculturales En este sentido, Marulanda (1998, p. 28) seala que: el lenguaje de

    las rondas y de los juegos, que a menudo est lleno de alusiones muy antiguas, muchas veces

    incomprensibles, es una huella, hispnica inconfundible, como que las investigaciones literarias lo

    han comprobado hasta la saciedad y agrega que: En Colombia, durante el perodo colonial y la

    poca republicana los maestros y maestras espaolas, sacerdotes y miembros de comunidades

    eclesisticas, los misioneros y gentes de relieve social fueron quienes dieron a conocer las rondas

    infantiles.

    1.7.1 Estructura y etapas de las rondas infantiles

    Toda ronda viene acompaada de rima, es decir de versos o estrofas que sirven de marco

    literario para el canto, la declamacin o recitativo o la descripcin dialogada de los temas y

    argumentos. La rima es la letra de las rondas. Marulanda define y describe los elementos

    que componen la estructura de la ronda de esta manera:

    1. El canto: Se expresa a travs de tonadas muy elementales, o cantinelas, glosas con

    exclamaciones y estribillos, o voces individuales o en coro, emitidas al unsono,

    utilizando entonaciones simples ( bitnicas, dos notas; tritnicas, tres notas), en base a un

    texto inmodificable y conocido por todos.

    2. La Pantomima: Es la parte teatral, que se cumple con gesticulacin sin dialogo, imitando,

    remedando, inventando personajes, animales, seres u objetos, y an creando una cierta

    atmsfera escnica, con determinacin de lugares, situaciones y conflictos muy sencillos.

    3. La danza: Se define as los movimientos y actitudes corporales (individualmente, por

    parejas, por grupos, o con integracin social) que exigen un ordenamiento basado en el

    ritmocon expresiones de conjunto armnico y de sentido coreogrfico. Los

    desplazamientos sobre el suelo se denominan planmetros, y los que se hacen en el

    espacio, en sentido vertical, con el cuerpo (torso, cabeza, brazos, piernas) se llaman

    estereomtricos.

    4. El recitado: Es la elocucin individual, mltiple o colectiva, en forma de frases, versos,

    textos corridos, exclamaciones repetidas, dados sin ningn tipo de entonacin musical, con

    la voz natural, pero con intencin oratoria.

  • 24 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    5. El dilogo: Es el intercambio de textos, en forma de preguntas y respuestas unas veces, y

    otras de frases alternadas en actitud coloquial, con voz natural, o sin modularla. El dialogo

    puede ser entre dos o ms participantes, y an entre grupos, o entre una vos y un coro que

    tambin responde, o tambin pregunta.

    6. El juego: No todas las rondas tienen juego, entendido como tal, es decir, como conjunto de

    movimientos, combinaciones, destrezas o actitudes corporales hechos sin asociacin con

    el canto ni con el ritmo, pero que llevan a cumplir un argumento, tales como saltar, correr,

    acuclillarse, perseguirse, esconderse, capturarse, tocarse, darse palmadas, girar, etc.

    El autor del texto Las Rondas y los Juegos Infantiles: Folklor y educacin, tambin clasifica tres

    etapas dentro de la ronda:

    Etapa preparatoria: Los nios y nias se renen, escogen el sitio donde van a actuar,

    nombran personajes ms importante o el lder que dar las pautas.

    Etapa de Realizacin o de Actuacin: Es la fase ms importante y significa que las

    condiciones estn dadas para que transcurra el proceso argumental. Es cuando los nios se

    desempean con mayor vivacidad y entusiasmo, y cuando logran el clmax de la funcin

    recreativa.

    Etapa Final o desenlace: Cumplida la actuacin se da por disuelta la ronda; pero es

    frecuente que de manera instintiva surja el balance de ella, o el deseo de repetirla o

    mejorarla, antes de pasar a otra cosa. Es el momento de la compensacin psquica,

    derivada de la distensin y de la alegra.

    La ronda y el juego infantil tienen diferencias y semejanzas, puesto que la ronda es un juego de

    varias personas, en donde pueden involucrar el palmoteo ms el canto, y el juego puede llegar a ser

    grupal como individual y por lo general se necesita de un objeto que le d sentido e indique de que

    se trata el mismo. A continuacin un mapeo sobre las semejanzas y diferencias de las que hacen

    mencin Marulanda & Gonzlez (1998) y analizan el siguiente cuadro1:

    1 Octavio Marulanda, Gladys Elena Campo, Las rondas y los juegos infantiles folclor y educacin, secretaria ejecutiva del convenio Andrs bello. (1998). Cuadro realizado a partir de la lectura de las Pg. 43-45.

  • Captulo II 25

    SEMEJANZAS DE LAS RONDAS Y LOS JUEGOS INFANTILES

    RONDA JUEGO

    a) La ronda es una expresin ldica.

    b) Se utiliza la voz en el canto.

    c) Es una tradicin oral grupal.

    d) Tienen un tiempo determinado.

    e) Deja aprendizajes.

    f) Da seguridad y trasmite satisfaccin.

    g) Es repetitivo.

    h) Es una ocupacin.

    i) No obliga es contagioso.

    j) Se aparta de lo cotidiano.

    k) Es un texto.

    a) El juego es una expresin ldica.

    b) Se utiliza la voz como expresin para

    decir las reglas del juego.

    c) Es una tradicin oral individual o

    grupal.

    d) Tienen un tiempo determinado.

    e) Deja aprendizajes.

    f) Da seguridad y trasmite satisfaccin.

    g) Se juega ms de una vez.

    h) Es una ocupacin.

    i) No obliga Se juega si se quiere.

    j) Se aparta de lo cotidiano.

    k) Hace parte del texto.

    DIFERENCIA DE LAS RONDAS Y LOS JUEGOS INFANTILES

    RONDA JUEGO

    Se llama ronda a la actuacin ldica grupal

    (rueda, caracol, filas, cuadrillas etc.) para cuyo

    cumplimiento se hace necesario que los nios

    aporten elementos expresivos de sentido

    esttico como el canto, cantinela o tonada; el

    baile o el movimiento rtmico que nosotros

    Denominamos juego la actuacin ldica para la

    cual no se requiere el aporte de los elementos

    expresivos anteriormente citados, y que se

    pueden cumplir bien en forma individual o en

    grupos pequeos o grandes unas veces sin uso

    de objetos, y otras con uso indispensable de

  • 26 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    asimilamos a danza; la antonimia (actuacin

    mmica), con asent representativo teatral; el

    sonido rtmico acompaante (palmoteo, golpes

    sonoros, zapateos, exclamaciones etc.)

    Movimientos corporales acordes.

    No son institucionales pues su dinmica es

    autnoma.

    objetos. En estos ltimos, el objeto (aro, rueda,

    lazo, ruedas, bolas, trompos, pelotas, piedras,

    palos, cometas, etc.) por sus cualidades

    naturales, determina las leyes que deben

    cumplirse en el juego.

    1.8 La Ronda Afropacfica

    En territorios de la dispora africana, la ronda se transcribe al plano de las manifestaciones

    culturales, es decir que cada palabra, concepto, estrofa, verso, copla transfiere las esferas del

    juego para convertirse en la representacin o expresin de lo que viven y anhelan estas

    comunidades, como en el pacifico, que les permite recordar sus orgenes, preservar y compartir

    costumbres y prcticas de crianza; sus rondas contienen las tristezas, gozos, ventajas y desventajas

    que sienten dentro del territorio y el estado.

    Al ser poblaciones en las que la expresin corporal juega un papel muy importante, la cotidianidad

    va a estar influenciada, mediada, invadida por el movimiento, la gestualidad y el cuerpo sonoro,

    vibrante: Ese cuerpo que no se queda quieto y que se manifiesta a travs del baile, la ronda y el

    juego.

  • Captulo II 27

    En el caso de las rondas del pacifico, tienen la principal particularidad de la teatralizacin;

    Marulanda las describe de dentro del

    contexto afropacifico de esta manera:

    En las rondas infantiles la expresin se

    acenta, y, entonces, la primera forma de

    manifestacin que les imprime relieve, es

    el ritmo, que no slo hace que en ciertos

    momentos las rondas se conviertan en

    verdaderas danzas, sino que los coros y

    recitales adquieren una dimensin

    musical, clara y fluida (Las Rondas y los

    Juegos Infantiles. (Marulanda, 1998, p.

    25).

    Las rondas del pacifico ensean cmo cuidar

    un nio y una nia, como arrullarlo hasta

    hacerlo dormir, las nanas o cantos de cuna se

    convierten en cantos relevantes dentro de la

    comunidad. La invencin de cuentos

    armoniosos inducen a los nios y nias al sueo, con gran y particular imaginacin de las y los

    habitantes del pacifico que transforman una cancin de cuna o arrullo en ronda juego y finaliza

    siendo una danza.

    Las rondas del pacifico llegan a los nios y las nias como un gnero musical, que ms que

    infantil es folclrico, y con est llega la danza, la atraccin por cantar y tocar los instrumentos

    musicales propios de la regin: el guas, la marimba, los cununos, las maracas, el bombo, las

    claves entre otros, as que mientras se juega y canta, tambin se toca. No solo se juega la ronda,

    sino que tambin se agudiza el odo, se incorpora el ritmo en el cuerpo y se desarrolla

    efectivamente la motricidad gruesa que como lo evidencia Marulanda (1998) se compenetra el

    sentido participativo obteniendo un alto grado de entusiasmo (Marulanda, 1998. p. 191 - 192).

  • 28 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    1.8.1 Recreacin de la palabra ronda: Ronpondapa

    La oralidad juega un papel dinmico en las rondas afropacficas, ya que en estas comunidades el

    lenguaje tambin se vuelve juego, se vuelve creacin, se vuelve portador de la cultura porque es un

    lenguaje cargado de sonoridad, de msica, de ritmo Esas caractersticas de las que estn

    impregnadas la vida diaria del hombre y la mujer de la dispora.

    De ese juego lingstico surgen en las costas Caribe y Pacifica la Jerigonza: Un juego de palabras,

    una desmembracin de las frases y de su sentido comn para hacer de la conversacin un cdigo

    secreto y dinmico.

    La jerigonza pretende con su vocabulario ldico despistar a aquellos que no saben hablarlo para

    que no entiendan ni hagan parte de la conversacin. Los nios y nias de muchas regiones

    colombianas lo aprenden a temprana edad. En el pacifico sur la jerigonza se ha convertido en un

    cdigo de nios, nias y adolescentes que se retoma durante la tercera edad para tambin

    trasmitirla a los nietos, nietas, vecinos, familiares etc.

    La manera de hablar en jerigonza es intercalar a cada silaba algunas consonantes, en especial con

    la letra p, y aumentarle la vocal con la que inici o termin cierta silaba. Ejemplo:

    PALABRA

    ORIGINAL JERIGONZA

    Ignacio Igpinapaciopo

    Ventana Venpetapanapa

    Carpintero Carpapinpiteperopo

    Algunas palabras y frases en jerigonza usadas e interpretadas en el pacifico sur se expresan de la

    siguiente manera:

  • Captulo II 29

    PALABRA ORIGINAL

    JERIGONZA

    Adis Apadipiospos

    Veni Vepenipi

    Yo Yopo

    Chuspa Chuspuspapa

    Te quiero

    Tepe Quipieperopo

    Cmo ests?

    cpomopo

    espetaspas?

    Hasta maana

    Haspatapa

    Mapaapanapa

    Buenas

    Bupuepenaspa

    Ronda

    Ronpondapa

    Como est proyecto apunta a la recuperacin y la inclusin de las epistemologas excluidas dentro

    de la educacin y en la atencin que la escuela debe poner sobre los aspectos culturales de los y las

    estudiantes, entrar a jugar con el juego que propone la lingstica afropacfica y se permitir

    renombrar a la ronda con el termino de ronpondapa, palabra construida en la jerigonza que en

    su originalidad dice ronda.

  • 30 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    1.8.2 La Ronpondapa Afropacifica Como Herramienta De

    Reconocimiento

    El juego hace parte fundamental en la vida de los nios y las nias, no slo como medio de

    recreacin sino tambin para la adquisicin de destrezas sensomotrices, la transmisin y

    preservacin cultural y la formacin en valores. Al no tener est caractersticas formalizantes, el

    nio y la nia se involucran fcilmente en l y genera un espacio didctico propicio para inducir al

    nio-nia en temas relacionados con el reconocimiento del mundo, la autopercepcin y la

    valoracin del otro.

    El principal canal de transmisin de la Ronpondapa Afropacfica es la oralidad, se transmite de

    adulto a nio-nia y de nio (a) a nio (a). Teniendo en cuenta est forma natural o libre de

    difusin, implementar est estrategia dentro de la escuela facilita el trabajo intercultural que se

    realiza dentro de ella, La Ronpondapa permite el autoreconocimiento y reconocer al otro -otra

    mediante la dinmica de esto es lo que s, esto es lo que te comparto, con lo que te comparte,

    revivo lo que s. Ese s es entendido desde las construcciones que he formado a partir del

    encuentro con el medio ambiente y con la comunidad a la cual pertenezcoEst es el inicio de un

    trabajo para erradicar la discriminacin dentro de las sociedades.

    Cuando La Ronpondapa hace que el nio o la nia explore, memorice, comunique algo, exprese

    un sentimiento, trasmita conocimientos previos o ya construidos colectivamente, imagine, cante,

    desarrolle habilidades corporales, enriquezca su lenguaje para ser entendido por los otros/as ( todas

    estas destrezas destinadas en la primera infancia para nios y nias entre 4 y 5 aos) se convierte

    en un canal, propicio para que los nios y nias compartan valores, para depositar semillas de

    respeto, para abandonar actitudes discriminaras porque el nio no slo aprende, sino que

    ensea lo aprendido a padres, madres, compaeros, compaeras o a las personas de su entorno.

    Cada Ronpondapa se adapta al territorio que la utiliza, cada comunidad deposita en ella sus

    rasgos distintivos, as que mediante la Ronpondapa el nio, la nia se transporta a un territorio y

    a una comunidad especifica, ya que como dice Marulanda (1998; p 50)

    Al margen de cualquier aplicacin especfica que se d en las rondas infantiles en las reas estticas

    o en las preocupaciones educativas, ellas poseen una cualidad indiscutible en el desenvolvimiento de

    las facultades intelectuales del nio: es el estmulo de la imaginacin

  • Captulo II 31

    Cuando se habla de Ronpondapa Afropacfica, se remite a un lugar geogrfico, una poblacin con

    unos rasgos culturales, polticos y sociales particulares. La inclusin de la Ronpondapa en el

    repertorio de rondas del Hogar Infantil Jairo Ojeda, es tambin la inclusin de un territorio y de los

    saberes de ese territorio que por muchos aos ha sido marginado dentro de la educacin tradicional

    con enfoque occidentalista.

    La Ronpondapa Afropacfica se convierte en una herramienta pedaggica que abre caminos para

    la interculturalidad, mediante el encuentro de las diferentes culturas que convergen dentro del

    plantel educativo

    1.9 Cimarronaje

    El Cimarronaje, son formas de resistencia y liberacin, ya sea de cuerpo, pensamiento y accionar,

    que como acto de rebelda emprendieron los y las indgenas, africanos, africanas y sus

    descendientes en contra del sistema colonial opresor, para abrir caminos a los procesos de

    reestructuracin y fortalecimiento social, poltico y cultural de estos pueblos.

    Inicialmente el trmino Cimarrn fue impuesto por los colonizadores espaoles para hacer una

    analoga entre el ganado domestico que escapaba a las montaas y los esclavizados indios y

    negros que lograban fugarse de los espaoles (Price, 1981, p. 12). Los colonizadores franceses

    Viernes , 17 septiembre de 2014

    Silvana una nia de Cali (Valle) conoca la

    ronda infantil la chuspa de aire y varias

    veces se la explico y repiti con gran

    insistencia a sus compaeras Karen y Jimena

    nacidas en Bogot.

    Hasta que un da sus grandes amigas se aprendieron la ronpondapa y estaban

    tan emocionadas que durante la jornada la cantaron y jugaron una y otra vez

    hasta regresar para la casa.

  • 32 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    emplearon la palabra marrn y los ingleses la palabra maroon como derivaciones del trmino

    espaol.

    En el caso de las, los africanos y sus descendientes se agruparon por afinidades tnicas, lingsticas

    e histricas para preservar lo que Nina de Friedmann denomina Huellas de Africana, es decir,

    El bagaje cultural sumergido en el subconsciente de los africanos esclavizados, que se hace

    perceptible en la organizacin social, en la msica, en la religin o en el teatro de carnaval de sus

    descendientes, justamente a esos momentos en los que se conspiraba, compartan,

    intercambiaban saberes y representaciones simblicas de la dispora se conocieron con el

    nombre de Cabildos negros (Friedmann, N.).

    Los cabildos negros son significativos ya que permitieron que por aos un pueblo que fue

    explotado, saqueado y oprimido mantuviera su identidad ancestral, conservara sus conocimientos,

    evocara su tierra, olores, sabores y preservara sus creencias a travs de la oralidad.

    Los cabildos actuaban tambin como centros de auxilio momentneos, apoyos para los que

    llegaban de frica en situacin de esclavizacin, respaldar a los y las que deseaban comprar la

    carta de libertad y recaudar fondos para las diferentes necesidades de la comunidad. En

    Cartagena de Indias fueron famosos los cabildos Arar y Mina hasta que, en el siglo XVIII, sus

    casas fueron cerradas por las autoridades.

    Gracias a esos momentos de conspiracin en los cabildos se dio la construccin de los palenques,

    que eran asentamientos de personas de distintos lugares del continente africano. Navarrete (2003)

    describe las caractersticas de los palenques de esta manera:

    Eran asentamientos estables de base agrcola, en muchos casos, defendidos con estacas y fosos

    escondidos; para las guerras contra las milicias espaolas, los cimarrones usaban armas de fuego,

    arcos y flechas. Las empalizadas con las que rodeaban sus aldeas dieron origen al nombre genrico de

    palenque, utilizado para denominar a las comunidades cimarronas en gran parte de las indias

    espaolas. (Arango, 2013, p. 10).

    Y en cuanto a los que significo en trminos de animacin y reivindicacin cultural y social Rafael

    Daz (2003) describe estos espacios como La posibilidad real de que tanto africanos, como sus

    descendientes, en Amrica pudieran inventar, recrear, asimilar o modificar su cultura sin sentir el

    peso de los esquemas culturales impuestos por la sociedad colonial.( p. 17)

  • Captulo II 33

    Aunque existe muy poca informacin y registros acerca de los palenques en Amrica Latina, en

    Colombia se tiene referencia que desde muy temprano existieron palenques en la pennsula de la

    Guajira, Cartagena, Santa Marta y Cauca. A lo largo y ancho de todo el territorio cartagenero se

    multiplicaron los palenques, especialmente en el norte que sobresalieron los asentamientos de

    Betancur y Matuber ubicados en la Sierra de Luruaco. En el centro se destacaron las comunidades

    cimarronas de San Miguel y El Arenal, situadas en las estribaciones de la Sierra de Mara, en el

    sur, se citan los asentamientos de Cimarrn y Norosi que se instauraron en la Serrana de San

    Lucas y ejercieron su dominio en los territorios situados entre los ros Magdalena y Nech. Por otra

    parte, fue posible detectar la existencia de palenques en Remedios y Zaragoza, dos poblaciones

    mineras al norte de la provincia de Antioquia, las cuales tenan contacto y comunicacin con el

    puerto de Cartagena a travs de los ros que circundaban en la regin (Navarrete, 2003, p. 18).

    En el siglo XVIII los palenques se situaron a lo largo de los valles formados por los ros Cauca y

    Magdalena. Un buen ejemplo lo constituye El Castigo, ubicado en el suroccidente del virreinato de

    Santa Fe.

    El cuadro social de los palenques era bastante heterogneo puesto que convivan dentro de ellos

    personas de diferentes grupos culturales de frica como por ejemplo: Congos, Angolas, Minas,

    Arars, Luangos, Pops, Jolofos, Branes, bran, carabal, goyo y bifara criollos nacidos en los

    palenques llamados del monte o de la montaa y criollos de la provincia de Cartagena

    Segn Thornton clasifica las acciones de resistencia de los esclavizados en tres clases: resistencia

    cotidiana, las otras dos nombradas por Gabriel Debien como Petit marronage y gran

    marronage.

    Entre las luchas de los y las mujeres provenientes de frica y sus descendientes estaban la

    reivindicacin en el campo lingstico y creencias. Con respecto a esta ltima los colonos y el

    cristianismo deformaron y desvirtuaron esa espiritualidad, bajo los nombres de brujera o

    hechicera siendo cruelmente estigmatizados y condenados, cuando eran prcticas africanas de

    sanacin porque estos hombres y mujeres provenientes de frica y sus descendientes eran

    maravillosos especialistas en zoologa y botnica, dedicados a sanar los males fsicos y espirituales

    en un mundo de unidad entre vivos y muertos, Los curanderos y curanderas eran llamados (as)

    maestros (ras) o mohanes .

  • 34 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com

    Estas formas de ver y vivir la espiritualidad choc con la religiosidad de los espaoles ya que

    consideraron estas creencias y practicas amenazantes para una religin que estableca una moral

    acomodada y en beneficio del poder colonial, fue as como muchos de estos (as) conocedores (as)

    de del mundo de los animales, las plantas, los minerales y el corazn de los seres humanos fueron

    cruelmente castigados ante y por el Tribunal del Santo Oficio.

    La oralidad constituy la herramienta fundamental para la resistencia y preservacin de toda la

    sabidura ancestral africana, a travs de la palabra se logr la transmisin de rituales y de la

    riqueza iconogrfica de las culturas africanas.

    Tipos de Cimarronaje

    Cundo la estrategia para recobrar la libertad se centraba en la guerra, se cobijaba bajo el nombre

    de CIMARRINAJE ARMADO y a los y las acogan este tipo de lucha se les denominaban

    Cimarrones huidos o alzados

    El cimarronaje Jurdico, se daba cuando los esclavizados se valan de las vas jurdicos para dejar

    su condicin de sometido. Dentro de ste medio existan diferentes opciones: La manumisin

    conseguida por concepcin o gracia, es decir, cuando el exclavizador liberaba por voluntad propia

    al esclavizado, sin ningn tipo de pago, contraprestacin u intercambio; la auto manumisin,

    consista cuando la libertad se lograba porque el mismo esclavizado pagaba el dinero equivalente a

    su precio y pagaba su carta de libertad, lograda gracias a la solidaridad , al ahorro, el trabajo arduo

    y los vnculos de apoyo entre la comunidad esclavizad