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FEBRERO 2014 - Nº. 6 11 YO RECICLO Maria Cacheda, Divulgadora Científica, [email protected] Cada dia la actualidad ecológica en Bio Noticias: www.bioecoactual.com El reciclaje es una estrategia para gestionar los residuos sólidos y es indispensable para preservar los recursos naturales. En la Prehistoria, el reciclaje de instru- mentos, pudo haber sido determinante en las poblaciones cazadoras - recolec- toras del Paleolítico. El reciclaje se aso- cia a un comportamiento expeditivo, a una forma fácil y rápida de disponer de un utensilio cuando surge la necesidad; era parte de la forma de vida. El concepto del reciclaje fue visto por las comunidades prehistóricas como un medio de sobrevivencia y reciclaban sus artefactos de piedra: recogían herra- mientas desechadas o trozos de sílex y huesos, para crear nuevas herramientas como por ejemplo cuchillos. Según Pere Roura (físico de la Universidad de Girona), se puede decir que la actividad recicladora empieza en el mismo momento que la fabricación de materiales. El valor intrínseco del mate- rial de un objeto usado fomenta el reci- claje, puesto que así se ahorra trabajo y energía. Sin duda, las primeras razones del reciclaje fueron estrictamente econó- micas puesto que resultaba más caro fabricar el hierro, por ejemplo, que rea- provecharlo. Durante la Revolución Industrial, el reciclaje disminuye ya que la introduc- ción de una fabricación automatizada y la consecuente bajada de los costes de producción, permitieron que muchas compañías produjeran en masa sus materiales y de esta manera era más barato comprar nuevos productos que reutilizar los viejos. El crack de 1929 y la Segunda Guerra Mundial, devastaron la econo- mía global, crisis que duró en la mayo- ría de los países hasta los años 40. Con la pobreza y el desempleo, el reciclaje volvió a ser importante a través de la reutilización de los materiales viejos. Con la recuperación económica después de la Guerra y los años 60 y 70, se fabrican nuevos artículos y aparece, con la producción a gran es- cala, “el material como residuo”. En 1970 se crea la Agencia de Protección Ambiental en EEUU y los consumido- res y las corporaciones se dan cuenta que la energía y el dinero podrían ser ahorrados, junto con recursos sosteni- bles. La producción de envases a un precio cada vez más bajo no justifica las razones económicas tradicionales para su recuperación. En el siglo XX, aparecen tambien los envases no retor- nables de lata, aluminio, vidrio, papel, plástico, etc. Probablemente, esta es la razón principal del reciclaje en la actuali- dad, ademas de la preoupación pública por la protección del medio ambiente. El los años posteriores, la recolec- ción de basura reciclada fue introduci- da en la cotidianidad y se convirtió en norma, ayudando a establecer el re- ciclaje como una opción más conve- niente. El deterioro de la capa de ozono ganó un reconocimiento más substancial como preocupación am- biental y fue utilizado para motivar los esfuerzos de reciclar en una escala más amplia. Actualmente los esfuerzos por re- ciclar se dan de forma continua. La investigación científica sobre el am- biente y las consecuencias de nues- tras acciones nunca han estado más disponibles para el público, así como la información sobre cómo reciclar y conocer los tipos de material para usarlos de diferentes maneras. Breve historia del reciclaje ESPACIO PATROCINADO POR: Humana. Fundación Pueblo para Pueblo. www.humana-spain.org “Se puede decir que la actividad recicladora empieza en el mismo momento que la fabricación de materiales” Reciclaje de herramientas de sílex en la Prehistoria. FERIAS

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Sección Yo Reciclo del mensual independiente y gratuito de consumo de producción ecológica Bio Eco Actual.

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FEBRERO 2014 - Nº. 6 11

YO RECICLOMaria Cacheda, Divulgadora Científica, [email protected]

Cada dia la actualidad ecológica en Bio Noticias: www.bioecoactual.com

El reciclaje es una estrategia para gestionar los residuos sólidos y es indispensable para preservar los recursosnaturales.

En la Prehistoria, el reciclaje de instru-mentos, pudo haber sido determinante en las poblaciones cazadoras - recolec-toras del Paleolítico. El reciclaje se aso- cia a un comportamiento expeditivo, a una forma fácil y rápida de disponer de un utensilio cuando surge la necesidad; era parte de la forma de vida.

El concepto del reciclaje fue visto por las comunidades prehistóricas como un

medio de sobrevivencia y reciclaban sus artefactos de piedra: recogían herra-mientas desechadas o trozos de sílex y huesos, para crear nuevas herramientas como por ejemplo cuchillos.

Según Pere Roura (físico de la Universidad de Girona), se puede decir que la actividad recicladora empieza en el mismo momento que la fabricación de materiales. El valor intrínseco del mate-rial de un objeto usado fomenta el reci- claje, puesto que así se ahorra trabajo y energía. Sin duda, las primeras razones del reciclaje fueron estrictamente econó-micas puesto que resultaba más caro fabricar el hierro, por ejemplo, que rea- provecharlo.

Durante la Revolución Industrial, el reciclaje disminuye ya que la introduc-

ción de una fabricación automatizada y la consecuente bajada de los costes de producción, permitieron que muchas compañías produjeran en masa sus materiales y de esta manera era más barato comprar nuevos productos que reutilizar los viejos.

El crack de 1929 y la Segunda Guerra Mundial, devastaron la econo-mía global, crisis que duró en la mayo-ría de los países hasta los años 40. Con la pobreza y el desempleo, el reciclaje volvió a ser importante a través de la reutilización de los materiales viejos.

Con la recuperación económica después de la Guerra y los años 60 y 70, se fabrican nuevos artículos y aparece, con la producción a gran es- cala, “el material como residuo”. En 1970 se crea la Agencia de Protección Ambiental en EEUU y los consumido-res y las corporaciones se dan cuenta que la energía y el dinero podrían ser ahorrados, junto con recursos sosteni-bles.

La producción de envases a un precio cada vez más bajo no justifica las razones económicas tradicionales para su recuperación. En el siglo XX, aparecen tambien los envases no retor-nables de lata, aluminio, vidrio, papel, plástico, etc. Probablemente, esta es la razón principal del reciclaje en la actuali-dad, ademas de la preoupación pública por la protección del medio ambiente.

El los años posteriores, la recolec-ción de basura reciclada fue introduci-

da en la cotidianidad y se convirtió en norma, ayudando a establecer el re- ciclaje como una opción más conve-niente. El deterioro de la capa de ozono ganó un reconocimiento más

substancial como preocupación am- biental y fue utilizado para motivar los esfuerzos de reciclar en una escala más amplia.

Actualmente los esfuerzos por re- ciclar se dan de forma continua. La investigación científica sobre el am- biente y las consecuencias de nues-tras acciones nunca han estado más disponibles para el público, así como la información sobre cómo reciclar y conocer los tipos de material para usarlos de diferentes maneras.

Breve historia del reciclaje

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“Se puede decir que la actividad

recicladora empieza en el

mismomomento que la fabricación de materiales”

Reciclaje de herramientas de sílex en la Prehistoria.

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MARZO 2014 - Nº 7 11

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Probablemente, la reducción de resi- duos que se logra con el reciclaje es la razón principal de esta actividad hoy en día.

En los últimos años, el consumo y la producción de mercancías y productos ha crecido de una manera exponencial. Como consecuencia, el aumento de los desechos, representa un gran peligro para el medio ambiente y para la salud de las personas. Una de las principales herramientas para ayudar a mitigar el impacto ambiental es reciclar, además del consumo responsable de productos intentando cambiar algunos hábitos.

La organización ecologista Green-peace popularizó la campaña de las 3 erres: la reducción, la reutilización y el reciclaje de los productos que se con- sumen habitualmente. A medida que se fue profundizando en este discurso propusieron 3 erres más: repensar, rees- tructurar y redistribuir.

REDUCIR el volumen de productos consumidos cuando sea posible. La compra en exceso de artículos sin una necesidad real hace que se derrochen materias primas además de la enorme cantidad de basura que se genera. ¿Qué podemos hacer?

Reducir el uso de productos de una sola utilización, como por ejemplo papel de cocina y pañuelos de papel.

Reducir el uso del papel de alumi-nio y sustituirlo por bolsas de tela o

fiambreras. Reducir el uso de bolsas de plástico, se pueden utilizar bolsas biodegradables, de papel reciclado, cestos, o carros.

Reducir el uso de energía, utilizan-do alumbrado localizado y apagando las luces indirectas, utilizando bombi-llas de bajo consumo y aprovechando al máximo la luz del sol. Apagar y desenchufar los electrodomésticos que no se estan utilizando.

Reducir el consumo de agua. Du- charse en lugar de bañarse, asegurarse que los grifos no pierden agua, llenar bien el lavaplatos o la lavadora antes de ponerlas. Comprar los productos en envases grandes, retornables o poco envueltos, puesto que los embalajes generan el 30% del desecho doméstico.

REUTILIZAR permite prevenir direc-tamente los residuos. Reutilizar es la

acción de volver a utilizar los bienes o productos mediante una acción de mejora o restauración, o darles un nuevo uso si se encuentran en buenas condi-ciones. La reutilización se inscribe en la lógica de un consumo más inteligente y de menor coste, y también más respe-tuoso con el medio ambiente.

RECICLAR comporta fabricar nue- vos productos utilizando materiales obtenidos de otros viejos. Si no es posible reducir el consumo de algo ni reutilizarlo, se propone intentar que al menos sea reciclable. Reciclar es la acción de volver a introducir en el ciclo de producción y consumo productos materiales obtenidos de residuos.

REPENSAR nuestros hábitos y maneras de vivir, especialmente los que tienen que ver con cómo definimos nuestras necesidades básicas.

REESTRUCTURAR el sistema eco- nómico para que el enfoque principal cambie de la maximización de ganan-cias al bienestar de la gente y que se incluyan los costes sociales y ambien-tales en el cálculo final de los bienes de consumo.

REDISTRIBUIR para qué todos tengamos un acceso equitativo a los recursos del planeta, buscando la manera equitativa de satisfacer las necesidades de todos.

Cuidado del medio ambiente y consumo responsable: las 6 erres

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“A medida que se fue

profundizando en este discurso

propusieron 3 erres más:

repensar, reestructurar y redistribuir”

REDUCIR REUTILIZAR RECICLARREPENSAR REESTRUCTURAR REDISTRIBUIR

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ABRIL 2014 - Nº 810 B I O E C O AC T UA L

PLANETA VIVO

El pasado 28 de febrero, el Consejo de Ministros aprobaba el nuevo Plan Hidro-lógico de la cuenca hidrográfica del Ebro. Este Plan se suma a los otros planes hidrológicos aprobados reciente-mente por el Gobierno en Ceuta, Melilla e Islas Baleares, con el informe favorable del Consejo Nacional del Agua.

Los nuevos planes de cuenca, que recuperan el espíritu del Plan Hidrológi-co Nacional de 2001, apuestan por la construcción de grandes infraestructu-ras para vender y mover agua, lo que supone abrir la gestión de los ríos a los mercados y los intereses privados. Solo el Plan Hidrológico del Ebro contempla unas inversiones de más de 2.500 millones de euros a financiar por todas las administraciones.

Las nuevas propuestas de trasvase, así como algunos trasvases existentes, por ejemplo el del río Ter o el del Segura, no consideran de forma suficiente la gestión ambiental del agua. Para el go- bierno central los planes hidrológicos son el producto final de la concepción del agua como un recurso para ser

usado. Los usuarios del agua son los que deciden qué se hace con el recurso, y el medio ambiente es secundario.

Todos estos planes van en contra de la Directiva Marco Europea del Agua (DMA), y suponen un retroceso en la gestión del agua en España. Hoy por hoy, los humanos utilizamos de forma directa o indirecta una gran parte del agua dulce del planeta, ya sea para be- ber, para regar o para producir electrici-dad, y esto nos lleva a una era de esca-sez. La DMA nos obliga a hacer una ges- tión integrada del agua, orientada a man- tener y mejorar el estado ecológico de nuestros ecosistemas acuáticos, y deter-mina un cambio en las propuestas de in- versión, centradas sólo en construir colec- tores, depuradoras o abastecimientos de agua. Así pues, España no solamente no cumple con los plazos establecidos por la Directiva Marco del Agua, sino que tampoco respeta los requisitos ambientales de esta. Una vez más, el Estado español retrocede en la protec-ción del medio ambiente, y previsible-mente tendremos que hacer frente a

importantes multas económicas o la congelación de fondos europeos ante éste y otros incumplimientos de la Di- rectiva Marco del Agua.

Está en marcha la privatización de los ríos, y está en nuestras manos con- seguir que el agua, como la vida, no sea una mercancía.

Los trasvases y la burbuja hidráulica

LA OPINIÓN DEL ESPECIALISTA

El planeta se calienta. Los hielos de nuestros polos se deshacen. El nivel de confort de nuestra cultura occidental nos ha llevado a un proceso imparable que está afectando al planeta. Es com-pletamente necesario reducir las emi- siones de CO2 generados por el hom- bre para frenar el cambio climático.

¿Cuál es el papel del consumo energético de nuestros hogares en este proceso? Encendemos la luz, nos bañamos en agua caliente, nos hacemos una tosta-da, un café, cocinamos, ponemos la calefacción o el aire acondicionado, congelamos alimentos, lavamos ropa … Todas estas acciones implican un consumo de energía. ¿Sabemos la cantidad de energía que consumimos? ¿Conocemos el coste de dicha ener-gía? ¿Somos conscientes de las emisio-nes en CO2 que emitimos?

Las complicadas y liosas facturas

que pagamos en nuestros hogares, la dificultad de entender las unidades de energía, el no conocer el origen de las energías que consumimos, etc. nos llevan a una situación, que por des- concertante, eludimos, desconociendo donde acaba el uso necesario y empie-za el uso innecesario.

Y si desconocemos la cantidad y el origen de la energía que usamos, más aún las emisiones de CO2 que, a través de la energía consumida en nuestros hogares, emitimos.

El consumo energético en nuestros hogaresEl consumo energético en los hogares se distribuye en calefacción, 47%, agua caliente, 18,9%, electrodomésti-cos, 21,7%, cocina de alimentos, 7,4%, y aire acondicionado, 0,8%, ilumina-ción, 4,1%,(Datos IDAE,año 2011).

Dentro del 21,7% de electrodo-mésticos, destacan los frigoríficos en

un 30,6%; seguido por TV, 12,2%; y los aparatos en stand-by, con un 10,7%, (valor que representa un 2,3% del total). Destacamos éste último co- mo dato relevante de desconocimiento de la mayoría de la población. (Datos IDAE,año 2011).

Las emisiones de CO2 de nuestro hogarDejar las luces encendidas en una habitación, durante 2 horas, equivale a emitir entre 60 y 100 gramos de CO2.

Una ducha, en vez de un baño, puede ahorrar al año alrededor de 270Kg de CO2 anuales.

Una TV en stand-by, gasta al día 121wh, equivaliendo a 20,2 Kg. de CO2 al año. El DVD con un gasto de 345wh emite unos 57,2 Kg. de CO2 al año. ¿Cuántos equipos tenemos en stand-by en nuestro hogar gastando energía, simplemente porque así los venden? ¿Cuántos aparatos conecta-

dos con lucecita y marcando la hora innecesariamente?

El consumo medio doméstico de una familia española es de 13,6kilos diarios de CO2, que se traduce en unas 5 toneladas de CO2 al año.

Según datos de 2006, el gasto de energía procedente de nuestros hoga-res representó el 15,2% del consumo de energía; y en 2010 el 17%. Y va en aumento. Se deduce entonces, que nuestro comportamiento a nivel indivi-dual y familiar es un factor importante a la hora de rebajar el nivel de emisio-nes para combatir el calentamiento del planeta.

Hasta aquí, hemos querido expo-ner el gasto energético de nuestros hogares y su incidencia en las emisio-nes de CO2. En el próximo artículo, hablaremos de comportamientos de ahorro y de algunos parámetros bási- cos para reducir el gasto energético de nuestro hogar.

Vivienda sostenible. El gasto energético y las emisiones de CO2 en nuestro hogar. (I)

Pilar Rabasseda, Arquitecta, [email protected]

Enric Cortiñas, Portavoz de l’Asociación de Naturalistas de Gerona, www.naturalistesgirona.org

Rio Ebro, a su paso por Tortosa

ABRIL 2014 - Nº 8 11

YO RECICLOMaria Cacheda, Divulgadora Científica, [email protected]

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La colocación de los contenedores de reciclaje tendría que estar pensada para que todo el mundo tuviera un punto cercano de recogida, ser funcio-nales, ergonómicos y accesibles. Para facilitar el uso tendrían que disponer de un doble sistema de apertura: una palanca manual y un pedal con un sistema de cierre retardado porque se pueda utilizar con una mano y poseer marcas táctiles representativas del residuo para los invidentes.

Hay muchas webs y guías donde podemos encontrar la información de los tipos y colores de los contenedores; normalmente en las webs de los ayun-tamientos se encuentran referencias sobre la gestión de residuos hecha en sus territorios. Encontramos por ejem-plo, en la web del ayuntamiento de Barcelona, la explicación de los conte-nedores más comunes:

El amarillo. Envases: Se puede tirar: envases de plástico (garrafas de agua, bolsas de plástico, envases de yogur), latas de bebidas y conservas, bricks, chapas y tapas de metal, papel de aluminio y film transparente y ban- dejas de porexpan. No se puede tirar: juguetes, mangueras de regar, tubos, materiales como cintas de vídeo y CD, o envases de productos peligrosos.

El verde. Vidrio: Se puede tirar: envases y botellas de cristal. No se puede tirar: vasos rotos, vidrios planos, espejos, restos de cerámica, platos, bombillas, fluorescentes, etc.

El azul. Papel y cartón: Se puede tirar: envases y cajas de cartón, diarios, revistas, libretas sin espiral metálica, sobres, bolsas de papel, folios, papel de regalo, etc. No se puede tirar: papel y material sucio, como por ejemplo servi-lletas de papel o papel de cocina manchados de aceite, que van al conte-nedor marrón. Las cajas de cartón de las pizzas a domicilio van al contenedor gris.

El marrón. Residuos orgánicos: Son residuos de materia orgánica, las sustancias de origen vegetal y/o animal susceptibles de degradarse biológica-mente. Se puede tirar: restos de comida y de jardinería, caparazones de huevo, tapones de corcho, bolsas de infusión,

marro del café, papel de cocina y servi-lletas manchadas de aceite o restos vegetales. No se puede tirar: restos de barrer, cabellos, pañales y excrementos de animales, que van al contenedor gris.

El gris o verde oscuro. Resto de residuos: Incluye todos los residuos que no se han recogido de manera selectiva. Estos residuos se llevan a los ecopar-ques, donde intermediando varios pro- cesos se separan el papel/cartón, los envases, el cristal y otros materiales, pa- ra incorporarlos a la cadena de reciclaje.

Todos los residuos se llevan a plan-tas de reciclaje especializadas para darles un segundo uso.

Los envases se seleccionan y son

compactados, embalados y distribui-dos a los centros de reciclaje. Con los bricks se fabrican bolsas de papel, láminas de aluminio o cartón. Las latas de acero se funden para ser utilizadas en el sector del automóvil y con las latas de aluminio se hacen bicicletas o electrodomésticos. Con los envases de plástico se fabrican por ejemplo bolsas de plástico. El cristal se tritura hasta convertirlo en polvo para fabricar enva-ses nuevos. El papel y el cartón se convierten en grandes balas de papel triturado para hacer nuevas cajas, papel de embalaje, sacos para la cons-trucción, objetos de papelería o papel higiénico.

Gestionando los residuos: los contenedores

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15B I O E C O A C T U A LMAYO 2014 - No 9

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El reciclaje disminuye el volumen de residuos y representa un ahorro para las comunidades y empresas. En ge-neral, el precio del depósito en un ver-tedero se incrementa continuamente, lo que puede hacer más rentable en el futuro la actividad del reciclaje.

La reducción de residuos que se consigue con el reciclaje es la razón principal de esta actividad hoy en día. El depósito en basureros de un volumen de residuos creciente crea problemas serios en la ubicación y el mantenimiento de los espacios dedi-cados a esta finalidad. En general, su instalación genera un gran rechazo social y representa un impacto am-biental considerable. El reciclaje de todos los materiales posibles es una solución.Contenedor de pilas: una vez agota-das, nunca se deben arrojar a la basu-ra, ni al suelo, porque pierden su her-metismo y pueden dejar escapar su contenido. Sus contenedores se pue-den encontrar en aquellos comercios que venden pilas, en supermercados o centros comerciales y también en las calles de las ciudades.Contenedor de bombillas: desde hace un tiempo, asociaciones como Ambilamp luchan por conseguir un reciclaje total de lámparas. Sus conte-

nedores están disponibles en algunas grandes superficies, donde podemos depositar fluorescentes y bombillas de bajo consumo usadas.

Contenedor de ropa: situados en las calles, podemos depositar ropa y cal-zado para darles una segunda vida y colaborar en proyectos de coope-ración. La fundación Humana es un ejemplo.Puntos Sigre: gestionan la recogida de medicamentos usados, caducados o no, a través de las farmacias. La dis-tribución farmacéutica se encarga de recogerlos para su transporte hasta la planta de selección y clasificación.Contenedores de aceite: es habitual

encontrar contenedores espe-cíficos situados al lado de los contenedores comunes. Tam-bién se puede depositar en los puntos limpios. El aceite usado tiene que ir en un recipiente de plástico cerrado.Reciclaje de muebles: pode-mos llevarlos a los puntos lim-pios que nos lo permitan o bien dejarlos en la zona de contene-dores, respetando el día espe-cífico de la recogida, estipulado por el ayuntamiento.Reciclaje de gafas: varias orga-nizaciones como Ópticos por el Mundo, o Medicus Mundi, re-cogen gafas usadas para darles una segunda vida y ayudar a millones de personas a corregir por primera vez sus problemas visuales. Podemos encontrar contenedores en ópticas y tiendas de gafas o centros universitarios.Puntos limpios: son centros de re-cogida de residuos peligrosos o de gran volumen para los que no existe un contenedor específico en la vía pública. Residuos que no tengan ca-bida en ninguno de los contenedores, deberemos depositarlos en el punto limpio. Residuos no reciclables como juguetes, restos de construcción, tinta

de impresora, electrodomésticos, pin-turas, radiografías, etc.

La mayor parte de los residuos recogidos y clasificados son trasla-dados a las diferentes instalaciones de reciclado, donde comienzan los tratamientos específicos para su re-cuperación. El resto son tratados o eliminados de la forma más adecuada mientras no existan instalaciones para su reciclaje.

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Gestionando los residuos, los contenedores menos visibles

La reducción de residuos que se consigue con el reciclaje es la razón principal

de esta actividad hoy en día

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El reciclaje, una cuestión de educaciónObjetivos incumplidos

Un informe sobre reciclaje de la Oficina Estadística de la Unión Eu-ropea, Eurostat (http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/eurostat/home), publicado en marzo, indica que entre los años 1995 y 2012, el 42% de los residuos tratados por los países miembros fueron reciclados o utilizados para hacer compostaje.

Durante este periodo, se genera-ron 492 kg de residuos por persona, y 480 kg fueron tratados de diferentes maneras: el 34% se depositó en ver-tederos, el 24% se incineró, el 27% se recicló y el 15% se utilizó para hacer compostaje. Ha habido un aumento significativo en la participación del reciclaje y el compostaje, del 18% en 1995 al 42% en 2012.

En cuanto a la metodología em-pleada, los residuos municipales incluidos se refieren a los generados dentro de las fronteras de la UE, y no se tiene en cuenta los residuos expor-tados para su futuro tratamiento. La basura que forma parte del análisis es la generada en las casas, pero tam-bién incluye los residuos similares que produjeron los negocios peque-ños e instituciones públicas y fueron recogidos por los ayuntamientos. Esta parte de restos municipales puede variar de municipio a municipio y de país a país, dependiendo del sistema

de administración de residuos local.

Cuando se habla de tratamiento de los restos, el informe se refiere a los métodos siguientes: vertederos: residuos depositados en la tierra, in-cluyendo especialmente el almacena-miento provisional de más de un año en lugares especiales para este uso. La incineración: el tratamiento térmico de residuos en una planta preparada para esta finalidad. El reciclaje: cual-quier operación de recuperación que depende de los materiales de los resi-duos. Y por último, el compostaje: el tratamiento biológico (anaeróbico o aeróbico) de residuos biodegradables que resulta un producto recuperable.

La investigación deja al descubier-to que en España sólo el 27% de los residuos municipales generados se reciclan o se someten a compostaje (frente al 42% de media en la UE), mientras que el 63% de la basura ur-bana va al vertedero sin tratamiento (frente al 34% de media comunitaria). Estas cifras sitúan España en la cola de los países miembros en materia de reciclaje. Cada español generó 464 kilos de basura en 2012, número que se sitúa ligeramente por debajo de la media comunitaria de 492 kilos. Pero de esta cantidad, sólo el 17% se reci-cló, mientras que el 10% se convirtió en compostaje y el 10% se incineró. El

63% restante de los residuos urbanos se depositó en vertederos.

Ante estos números tan decepcio-nantes, el reciclaje sólo se entiende como una práctica cultural a la cual se llega principalmente a través de la educación formal y la informal.

Frente a los graves problemas medioambientales que este estudio de-nuncia, todos tenemos que aportar so-luciones: desde el Estado y organismos oficiales, hasta la ciudadanía. Concien-ciar a las personas para que adquieran actitudes y comportamientos positivos hacia el respeto y la mejora del medio

ambiente, es un proceso de aprendiza-je dirigido a toda la población, con el fin de motivarla y sensibilizarla para conseguir una conducta favorable ha-cia la cura del ambiente, promoviendo la participación de todos en la solución de los problemas ambientales que se presentan.

El objetivo de la educación am-biental es conseguir una población ambientalmente informada, pre-parada para desarrollar actitudes y habilidades prácticas que mejoren la calidad de vida para conseguir un desarrollo sostenible que garantice la vida de las generaciones futuras. n

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11B I O E C O A C T U A LJulio / Agosto 2014 - Nº 11

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La importancia de reciclar aluminioCada año en el mundo se utilizan

más de 100 millones de toneladas de aluminio; es el segundo metal más empleado. La industria está muy interesada en la recuperación del aluminio viejo porque utiliza 20 veces menos energía que la fabricación de aluminio nuevo a partir de la bauxita, el mineral de donde se extrae. La gran cantidad de residuos que genera y de energía que hace falta para procesarlo encarece mucho el producto. Además la energía necesaria se acostumbra a extraer de centrales hidroeléctricas que construyen grandes presas que inundan extensas zonas de importan-te valor natural y obligan a millones de personas a desplazarse.

La extracción de bauxita tiene impactos negativos muy graves en Jamaica, Australia, India o Brasil, in-cluyendo la contaminación del agua y las reservas de peces, destrucción del suelo y desplazamiento de las comuni-dades locales.

El aluminio es un material ideal para aplicaciones arquitectónicas, de-bido a su facilidad para ser moldeado, y su resistencia inherente a la corrosión. Es un material clave también para el sector transportes ya que debido a su solidez y ligereza, se usa para fabricar coches, aviones, barcos y trenes.

La industria del aluminio es res-ponsable de un 1% de las emisiones globales de gases de efecto inverna-

dero. Significativamente, el reciclaje requiere de mucha menos energía; cada tonelada de aluminio reciclado impide la emisión de 9 toneladas de Co2, que la fabricación del nuevo no puede evitar.

Teniendo en cuenta que el alu-minio es 100% reciclable sin perder sus cualidades, la principal prioridad debería ser el apoyo a la reutilización de los envases, vehículos, arquitectura y otras aplicaciones. Las estrategias públicas nacionales y europeas debe-rían frenar la extracción de bauxita y fomentar el reciclaje de este material.

Según un informe de la organi-zación Amigos de la Tierra, en Europa la tasa de recogida para envases de aluminio está en torno al 50% dentro de la normativa europea. El aluminio de uso doméstico y los envases o brics que lo contienen se depositan en los contenedores amarillos.

El aluminio usado llega principal-mente de dos canales a las refinerías: uno, los desechos del consumo ya sea doméstico o industrial y otro, los recor-tes y virutas que se producen durante la fabricación de productos de aluminio. Por lo tanto, los tipos de proveedores son la industria en general, fábricas, pe-queños talleres y plantas de selección.

Las refinerías de aluminio son el úl-timo eslabón de la cadena de reciclaje de este material. En estas instalacio-

nes, se funden latas de aluminio por ejemplo, o cualquier otra chatarra con revestimiento. Se produce la combus-tión de los mismos, siendo captados los diferentes productos mediante unos filtros especiales, por los que pasan los humos para evitar la contaminación atmosférica. Para fundir este tipo de material se necesitan hornos especia-les provistos de instalaciones de filtraje y el producto final que se obtiene, es el aluminio en lingotes de medidas y aleación, según la demanda del cliente.

El reciclado es un proceso rentable ya que el aluminio es un metal va-lioso. Cuando se recicla, se consigue un ahorro del 95% de la energía si se compara con la producción a partir

del mineral; se obtiene un producto con las mismas propiedades y puede reciclarse indefinidamente sin dismi-nuir la calidad del mismo. Debido al ahorro y la sencillez del proceso de recuperación, el aluminio se empezó a reciclar muy pronto y hoy en día es una actividad normal, técnicamente resuelta y rentable, que aporta impor-tantes beneficios medioambientales, económicos y sociales. n

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El aluminio es 100% reciclable sin perder sus cualidades

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11B I O E C O A C T U A LSeptiembre 2014 - Nº 12

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Reciclaje de bombillas y fluorescentes, ¿dónde se depositan?En septiembre de 2009 comenzó

en Europa la substitución progresiva de las bombillas tradicionales y otras lámparas poco eficientes por sistemas de iluminación de bajo consumo. Con este tipo de bombillas se puede ahorrar energía y contribuir con los objetivos de protección del medio ambiente de la UE. El Real Decreto 208/2005, que regula todo lo relativo a la gestión de los aparatos eléctricos y electrónicos una vez finalizada su vida útil, recoge dentro de la catego-ría 5 todas las bombillas y luminarias que debemos reciclar: bombillas de bajo consumo, tubos fluorescentes, bombillas de descarga, LEDS retrofit, luminarias, rótulos luminosos y lumi-narias de emergencia.

Estos sistemas de iluminación contienen una pequeña cantidad de mercurio necesaria para su funcio-namiento que, multiplicada por el número de bombillas presentes en el mercado, podría ser nociva para el medio ambiente y la población, si pasara por el circuito tradicional de residuos domésticos.

Las bombillas y luminarias no de-ben depositarse en los contenedores habituales de basura doméstica, ni romperse, ni arrojarse por el desagüe. Deben llevarse a puntos de recogida para que sean tratados de acuerdo con las normas medioambientales en vigor por parte de los organismos de reciclaje autorizados, que son especialistas en estos procesos. A

continuación, se recuperarán para ser recicladas y volver a utilizar sus componentes. Se puede reciclar entre un 80% y un 93% del material de una de estas bombillas.

Ambilamp, es una asociación fun-dada en 2005 (con unas 159 empresas del sector, adheridas) para potenciar la recogida y el reciclaje de residuos de estas lámparas. Su actividad está regulada por el decreto mencionado anteriormente, creando la infraes-tructura necesaria con una gestión sostenible y en la línea de los otros países de la UE.

En función del tipo de residuo y del lugar de recogida han creado dos tipos de contenedores: uno grande situado en lugares donde se generan muchos residuos (como hospitales o aeropuertos) con dos apartados; uno para las bombillas y otro para los tubos fluorescentes. El otro tipo es un contenedor más pequeño bicaja, situado en centros comerciales o tien-das de iluminación para depositar los residuos cotidianos. Es un contene-dor con los dos espacios claramente visibles, fluorescentes y bombillas de bajo consumo, con un diseño especí-fico para evitar la rotura de los mate-riales y su correcto almacenamiento.

Ambilamp ha implantado un sistema de recogida con más de 22.700 puntos a nivel nacional. Con-cretamente, un localizador a través de su web (http://www.ambilamp.

es/recogida/puntos_de_recogida), utilizando la tecnología Google Maps que proporciona la dirección exacta del lugar donde se puede depositar el residuo. A esta herramienta cada semana se añaden nuevos puntos de recogida que se suman a la red de Am-bilamp. Estos desechos almacenados en los sitios correspondientes son transportados hasta las 5 plantas de tratamiento situadas en Bilbao (Re-cypilas), Barcelona (Pilagest), Sevilla (Recilec), Madrid (Recybérica) y Valen-cia (Vaersa). Allí se separan cada uno de los elementos que las conforman: vidrio, metal, mercurio y plástico. Se encargan de la recogida del 97% del volumen total de lámparas del país.

Desde el inicio de su actividad han ido incrementando su actividad llegando a recoger en 2013, 2.345 to-

neladas, unos 16 millones de lámpa-ras. El mayor volumen de recogida ha sido en Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana. n

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Debemos reciclar: bombillas de bajo consumo, tubos fluorescentes, bombillas de descarga, LEDS retrofit, luminarias, rótulos luminosos y luminarias de emergencia

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El desperdicio alimentarioCuando hablamos de desperdicio

alimentario nos referimos a la comida que se pierde o tira a lo largo de toda la cadena alimentaria destinada al con-sumo humano. La FAO lo define como el descarte de alimentos aptos para el consumo. El Parlamento Europeo am-plía esta definición y habla del conjun-to de productos alimentarios descarta-dos de la cadena agroalimentaria por razones económicas, estéticas o por la proximidad de la fecha de caducidad, siendo perfectamente comestibles y adecuados para el consumo humano y que por falta de usos alternativos aca-ban eliminados como residuos.

Según la ONU, en el año 2050 la producción mundial de alimentos tendrá que incrementarse en un 70% para alcanzar el aumento previsto de la población de 7.000 a 9.000 mi-llones de habitantes. La Comisión Europea estima que al año se des-aprovechan más de 1.300 millones de toneladas de alimentos (1/3 de la producción mundial) en buen estado, que equivaldrían aproximadamente a la mitad de la cosecha mundial de cereales. De estos alimentos el 42% proviene de los hogares, el 39% de los procesos de fabricación, el 5% de la distribución y el 14% de los servicios de restauración y catering.

En el Estado Español se despil-farran 8 millones de toneladas de alimentos al año, convirtiéndose en el sexto país que más comida desapro-vecha detrás de Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia.

El desperdicio alimentario represen-ta una oportunidad desaprovechada de alimentar a una población mundial que crece y sería un paso para combatir el hambre y mejorar el nivel de nutrición de las poblaciones más desfavorecidas. Estas pérdidas, además del problema ético y nutricional, plantean cuestiones económicas y ambientales en térmi-nos de cantidad de recursos naturales finitos y residuos biodegradables, que contribuyen al cambio climático.

Los alimentos se pierden a lo lar-go de toda la cadena de suministro alimentario, desde la producción agraria hasta el consumo final en los hogares o en establecimientos de res-tauración. En los países más pobres los alimentos se pierden en las etapas de producción y procesamiento. En cambio en los países más ricos las pérdidas son generadas por hábitos de consumo inadecuados.

En la fase de gestión, manipula-ción y almacenamiento, de la cadena alimentaria, la eliminación de los productos tiene en cuenta criterios de calidad comercial exigidos por el mercado como por ejemplo el calibre, el color, el peso, los defectos, etc.

En la fase de transformación in-dustrial se producen pérdidas como consecuencia del deterioro de ma-terias primeras o por peso, forma o apariencia no adecuada, envases en mal estado, sin que la inocuidad, el gusto o el valor nutricional de estos alimentos se vea afectado.

En la fase de distribución, co-mercialización y venta, además del deterioro del producto, destacan los residuos generados ligados a las fechas de caducidad y consumo pre-ferente, las bajas por la manipulación del producto del consumidor en los autoservicios, la existencia de están-dares comerciales y los cambios en las preferencias del consumidor.

En la última fase, la de consumo, los malos hábitos a la hora de plani-ficar y hacer la compra y una gestión inadecuada de los alimentos; como la falta de comprensión de la informa-ción en el etiquetado sobre la conser-vación o caducidad; conlleva a que se produzcan residuos en cantidades importantes que podrían evitarse.

El principal objetivo de las políti-cas de prevención ha de ser reducir el derroche a lo largo de todo el ciclo alimentario, desde el campo hasta la mesa. Según el Parlamento Europeo, las acciones concretas a realizar tienen que fundamentarse en dos retos clave:

por un lado, recuperar el valor del alimento y conocer la importancia eco-nómica social y ambiental que implica la obtención y, por otro lado, tomar conciencia que los restos alimentarios son un recurso, no un residuo.

Para acabar, llegamos a la con-clusión, cómo hemos visto a lo largo de todo el artículo, de que no actuar contra el desperdicio alimentario tiene un coste económico, social y ambien-tal muy elevado. Se puede ignorar esta premisa, pero el contexto actual exige responsabilidad y que se utilicen los recursos alimentarios con sentido y responsabilidad. n

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En el Estado Español se despilfarran 8 millones de toneladas de alimentos al año

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11B I O E C O A C T U A LNoviembre 2014 - Nº 14

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Los supermercados y el desperdicio alimentarioLa responsabilidad del desperdi-

cio alimentario o alimentos que des-aprovechamos a pesar de tener valor nutritivo, está repartida entre todos los actores de la cadena alimentaria, desde los productores, distribuido-res, comercializadores, restaurado-res, hasta los hogares.

Según el Programa para la reduc-ción de las pérdidas y el desperdicio alimentario y la valorización de los alimentos desechados, editado por el Ministerio de Agricultura, Alimen-tación y Medio Ambiente en 2013, se estima que en España se desper-dician 7,7 millones de toneladas de alimentos al año.

La parte con mayor impacto mediá-tico y social de este problema es la que corresponde a las pérdidas de alimen-tos en la fase de distribución y comer-cialización en los supermercados.

Las principales causas recaen en el control de calidad de los productos por parte de las empresas y sus políti-cas de eliminación antes de tiempo de productos cercanos a la fecha de dura-ción mínima. La mayoría de las veces, estas normas obedecen a criterios estéticos que no afectan a la calidad higiénico - sanitaria del alimento.

Además, algunas cadenas de distribución disponen de cláusulas con sus proveedores para que la co-mida no vendida sea retirada unos días antes de que supere la fecha de

caducidad. Este criterio tiene que ver también con la imagen de cali-dad que los supermercados quieren transmitir, por lo cual los productos retirados ya no pueden ser rebaja-dos de precio en función de la fecha de consumo preferente.

Otra causa, es que los distribuido-res tienden a mantener las estante-rías llenas de alimentos hasta la úl-tima hora de apertura del comercio, porque entienden que los clientes no se fían de los establecimientos de alimentación con los estantes vacíos. Esto provoca un stock en los exposito-res en condiciones menos favorables que en los almacenes.

Actualmente, muchos supermer-cados ya han introducido mejoras en la cadena de distribución para ajustar la entrega de productos a la demanda estimada, y se empiezan a aplicar también otras medidas, como instalar estantes inteligentes en el almacén o en el centro logístico que indiquen el stock de producto y las fechas de caducidad; o mejorar la preparación de pedidos para facilitar la tarea del operario e instalar sistemas de con-trol de errores en la preparación.

En cuanto a la gestión de producto fresco, se tendría que aplicar un con-trol visual de los alimentos frescos para retirar los estropeados y evitar que la descomposición se propague al resto, y reducir el precio cuando se acerca la fecha de caducidad o

impulsar campañas innovadoras de consumo.

Si se piensa en los consumidores, habría que promover el consumo de productos de proximidad geográfica y sus ventajas, mediante campañas y acciones de sensibilización e infor-mación, para que tengan un mejor co-nocimiento del problema del desper-dicio e introduzcan cambios en sus hábitos de consumo para prevenirlo.

Algunas cadenas de supermerca-dos han puesto en marcha programas para mejorar algunos aspectos acerca de su distribución alimentaria, re-visado la optimización de las opera-ciones de sus centros de distribución, ya que al realizar varias operaciones, pueden comportar errores humanos,

los cuales, trasladados al final de la cadena, pueden implicar desperdicio alimentario. Es por eso que han im-plantado en estos centros, unas mejo-ras tecnológicas y de procedimiento en la gestión de las operaciones, para mejorar el servicio a las tiendas en calidad de preparación de los pedidos y tiempos de entrega. n

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Habría que promover el consumo de productos de proximidad geográfica

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11B I O E C O A C T U A LDiciembre 2014 - Nº 15

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¿Qué hacemos con los libros de la escuela?Cada año cuando empieza el curso

escolar, las familias tienen que contar con un gasto de entre 250 € y 500€ para los libros de texto de cada estudiante. La necesidad de educar a los alumnos en valores como el respeto, el consumo responsable o el reciclaje, han hecho que muchas AMPAS (Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos) de dife-rentes escuelas en todo el Estado se planteen emprender proyectos de reu-tilización de libros que den respuesta a todas estas necesidades. En estos tipos de proyectos se deben involucrar alum-nos, padres y madres, y profesorado.

Los objetivos comunes de todos estos “actores” tendrían que centrarse, además de en la reducción de los gastos económicos de las familias, en fomen-tar la cooperación entre alumnado, fa-milias y profesorado a través de proyec-tos comunes. También en educar para el consumo racional y sostenible y por el ahorro ecológico y económico, y con la intención de fomentar en los alum-nos valores como la responsabilidad, el respeto por los libros y el material comunitario. Es importante promover la cultura del reciclaje y reutilización de recursos existentes. Con todo esto, se garantiza el uso de los nuevos libros un mínimo de cuatro años, tal como marca la normativa.

Modelos de reciclaje

Los modelos se pueden clasificar según la propiedad de los libros. Si los libros son propiedad del centro, hay diferentes sistemas de gestión como el

banco de libros o el préstamo, y si los libros son propiedad del alumnado, el reciclaje se hace con una compraventa o un intercambio.

En el primer modelo, el centro, por medio de la AMPA, tiene a su dis-posición un banco de libros, que son comunitarios y propiedad del centro. El alumnado paga una cuota anual que le da derecho a usarlos con el deber de devolverlos al final del curso en buen estado. En caso de estropearlos, algu-nos centros hacen abonar el coste de comprarlos de nuevo. La revisión de los libros es a cargo de la AMPA del centro, pero en algunos casos, el profesorado e incluso el alumnado de ciclo superior también revisa los libros devueltos.

Un sistema alternativo es el prés-tamo de libros de texto propiedad de la escuela. A pesar de ser de carácter voluntario, los estudiantes del centro

participan en su totalidad porque se considera una opción de centro. Cada año la AMPA prevé el número de libros que harán falta para el curso siguiente en función del alumnado de cada curso. Si no hay bastantes libros para todo el alumnado, se compran los que faltan. Los alumnos pagan una cuota anual. El precio de cada libro es el precio real del mismo dividido por cuatro, tenien-do en cuenta que un libro tiene unos cuatro años de vida, aunque algunas editoriales lo actualizan mínimamente cada año. En caso de uso inadecuado, el alumno tiene que abonar la diferencia entre el precio real y el precio pagado. Cada libro tiene un código informático y un profesor revisa anualmente las bajas y hace el seguimiento.

Cuando los libros son propiedad del alumno el sistema se basa en la compraventa de libros, que consiste en recoger los libros usados y com-

prarlos de segunda mano. Este siste-ma se regula por la ley de la oferta y la demanda y no supone ningún coste al centro. Los propietarios de los libros entregados que no se han vendido tienen la opción de cederlos voluntariamente a los alumnos con pocos recursos o al centro como fon-do de libros.

Hay centros que gestionan los libros de texto de forma similar al de una biblioteca: a principio de curso las escuelas proporcionan los libros a los alumnos que los tendrán que devolver a final de curso para que puedan ser reutilizados por otros alumnos en cursos posteriores. Las familias revisarán los libros antes de devolverlos y borrarán las posibles anotaciones que se hayan podido hacer. Las anotaciones con bolígrafo o rotuladores se considerarán un mal uso y serán objeto de penalización. n

ALIMENTACIÓN

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11B I O E C O A C T U A LEnero 2015 - Nº 16

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Reciclaje de materia orgánica: el compostEl compostaje consiste en favore-

cer el proceso de descomposición y estabilización de la materia orgánica por la acción de microorganismos facilitada por animales detritívoros como gusanos, que comen restos or-gánicos. Para hacerlo, disponemos de la basura orgánica que generamos a la cocina o el jardín, en pilas o contene-dores adecuados para mantener unas buenas condiciones de ventilación, humedad y temperatura.

El compuesto resultante contiene nutrientes asimilables por las plantas además de materia orgánica estable que proporciona al suelo o a los sustra-tos de jardineras una buena estructura y reservas de agua y nutrientes.

Los microorganismos que actúan en el compostaje son seres vivos que nece-sitan ciertas condiciones de tempera-tura, humedad, ventilación y materia orgánica, para un buen desarrollo.

Ventilación: los microorganismos que hacen el compostaje son aerobios, respiran oxígeno. Si falta oxígeno hay descomposiciones anaerobias, que ge-neran malos olores y son muy lentas. Para permitir el paso del aire dentro de una pila de compostaje hace falta que haya poro entre las partículas, que se consigue mezclando los materiales frescos con materiales más fibrosos.

Humedad: la actividad de los mi-croorganismos, el drenaje y el calor del verano, pueden secar la pila de com-

postaje, parando la descomposición. Para retener la humedad hace falta que los poros entre materiales no sean demasiado grandes para que el agua no drene totalmente y tampoco se tiene que poner la pila a pleno sol. Si la pila se ha secado demasiado habrá que regarla, evitando empaparla porque impediríamos una buena ventilación y se crearían condiciones anaerobias.

Temperatura: una temperatura elevada acelera el proceso de descom-posición de la materia orgánica. La propia actividad de los microorganis-mos ya hace aumentar la temperatura pero para mantenerla nos hace falta un volumen mínimo de la pila, ade-más también podemos voltear la pila para estimular la actividad microbiana y cubrirla con un plástico negro, per-meable al paso del aire, que absorba el calor del suelo. Un aumento de temperatura es un indicador de que el proceso de compostaje se ha iniciado correctamente y a medida que madura

el compost la temperatura va disminu-yendo hasta la del ambiente.

Materia orgánica: nos hace falta una mezcla equilibrada de materiales para conseguir una buena actividad de los microorganismos y por lo tanto un buen compostaje. Distinguimos entre: materia orgánica fresca o verde: restos de plantas frescas, de verduras y frutas, de café o bolsitas de infusiones (fácilmente degradable y rica en nitrógeno); y materia orgánica estable, seca o marrón: la paja, hier-bas y hojas secas, ramas o huesos (rica en carbono y de degradación lenta).

Materia orgánica no recomen-dable: hojas negras o ramas de nogal (contiene sustancias nocivas para los vegetales), el carbón y sus cenizas (no-civo para las plantas), leche, huevos, grasas y aceites (atraen bichos), plan-tas enfermas o con insectos (por trans-misión), residuos animales (parásitos, bacterias, virus), restos de poda con

pesticidas (puede matar organismos vitales por el compostaje).

El compostaje casero es la manera de autogestionar el reciclaje de los residuos orgánicos generados. Es una actividad altamente positiva que reper-cute también en otros ámbitos como la educación ambiental y la organización ciudadana. Se tendrá un buen producto para mejorar la fertilidad del suelo, reducirá la contaminación por residuos orgánicos y se evitará la emisión de gases de efecto invernadero. n

ALIMENTACIÓN

© Maria Cacheda

El compostaje casero es la manera de autogestionar el reciclaje de los residuos orgánicos generados

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11B I O E C O A C T U A LFebrero 2015 - Nº 17

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Ecodiseño, medio ambiente y reciclajeEl ecodiseño (también conocido

como diseño para el medio ambien-te o diseño ecológico) es una herra-mienta que puede ayudar a las em-presas a mejorar su comportamiento ambiental mediante la reducción de los impactos que sus productos, pro-cesos o servicios generan sobre el medio. Se trata de considerar crite-rios ambientales durante el diseño y desarrollo de productos y servicios, al mismo nivel en que se tienen en cuenta otros criterios relativos a la calidad, legislación, costes, funcio-nalidad, durabilidad, ergonomía, estética, salud y seguridad. Como re-sultado, los productos ecodiseñados tienen que mantener al menos la misma calidad de su equivalente en el mercado, ser innovadores y tener un menor impacto ambiental.

Con el ecodiseño se consigue la reducción de los costes de fa-bricación y distribución mediante la identificación de los procesos ineficientes a mejorar, y el logro de más valor utilizando menos recur-sos naturales. Además se potencia el pensamiento innovador dentro de la empresa, que puede ayudar a encontrar nuevas soluciones y facilitar la creación de nuevas opor-tunidades de mercado. También se consigue el reforzamiento de la imagen de la marca y del producto gracias a una actitud más innova-dora y sensible con relación a los temas ambientales.

Otra ventaja es la mejora de la calidad de los productos mediante el incremento de su durabilidad y fun-cionalidad, haciéndolos más fáciles de reparar y reciclar, teniendo un me-nor impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida y una mejor calidad.

El producto final podrá acceder a los mercados de compra ambien-talmente correcta o compra verde y tendrá la posibilidad de acceder a los sistemas de ecoetiquetaje, un distinti-vo de garantía de calidad ambiental.

La normativa vigente se debe con-siderar como el punto de partida a mejorar, cumpliendo las normativas ambientales aplicables y anticipándo-se a los futuros cambios legislativos.

Los aspectos negativos en la pro-ducción industrial se pueden invertir con la aplicación de estrategias de ecodiseño en los productos y proce-sos. Si se consigue una reducción de los impactos ambientales globales, se podrá crear más riqueza y competiti-vidad en las empresas, todo compati-ble con la mejora de la calidad de vida y el respeto al medio ambiente.

Como ejemplo de ecodiseño, hoy en día encontramos en el mercado al-gunas empresas de sanitarios que han desarrollado diferentes mecanismos que se incorporan en las cisternas del wáter, grifos y rociadores de ducha para favorecer el ahorro de agua y

energía durante su uso. Una empresa de cava ha reducido hasta 800 gramos el peso del vidrio de sus botellas, ate-nuando así el uso de materias primas y residuos y consiguiendo un ahorro energético en la producción del vidrio y el transporte. Otros ejemplos los encontramos en el diseño de nuevos edificios como el nuevo Jardín de In-fancia de Sant Pere Pescador (Girona), diseñado según la función y los usua-rios y de acuerdo con todo el ciclo de vida del edificio: se han usado estrate-gias como una fachada solar de cristal climático, cubierta verde aislante y sistemas eficientes de luz y agua.

Los sistemas productivos han cam-biado y evolucionado a lo largo de la his-toria. En las últimas décadas, el factor

determinante ha sido principalmente el de lograr el incremento más grande de beneficio económico. Afortunada-mente, actualmente se ha tomado con-ciencia de que hay otros factores a tener presentes para el crecimiento, como son el consumo exagerado de energía y materiales que causan el agotamiento de recursos, y la generación de residuos y emisiones que generan contamina-ción y ocupación de terreno. n

ALIMENTACIÓN

© Maxim Kazmin

La normativa vigente se debe considerar como el punto de partida a mejorar

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11B I O E C O A C T U A LMarzo 2015 - Nº 18

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Sistemas Integrales de Gestión de residuos y reciclaje

Un Sistema Integral de Gestión de residuos (SIG), es el conjunto de relaciones, procedimientos y ac-tuaciones que se ponen en marcha entre los agentes económicos inte-resados (fabricantes y productores) y las administraciones públicas competentes, con la finalidad de garantizar la recogida selectiva de los residuos y su reciclaje, previa autorización y supervisión por las Comunidades Autónomas en cuyo ámbito territorial se implanten.

En la Ley 22/2011 de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, se establece por primera vez un marco legal sistematizado y coherente, en el que productores y empresas que ponen productos en el mercado, se tienen que responsabilizar y asegurar de que sus productos se reciclan pos-teriormente. Es lo que se denomina “el principio de la responsabilidad del productor”. Por eso en muchos casos se crean los Sistemas Integrados de Gestión, entidades que agrupan fabricantes y productores. Los SIG se encargan de que los productos, una vez transformados en residuos, se reciclen al máximo, promoviéndose una gestión acorde con los principios inspiradores de la nueva legislación.

Estos sistemas están gestionados por entidades sin ánimo de lucro

que pueden adoptar diferentes formas jurídicas como la de asocia-ción, sociedad anónima, etc., y las empresas que deciden cumplir sus obligaciones que a través de ellos deben colaborar en la financiación del funcionamiento del sistema.

En el caso de los envases ligeros, cada uno lleva un punto verde para indicar que el fabricante o produc-tor se ha unido al Sistema Integral de Gestión. De esta manera los enva-ses de plástico, de metal, de cartón y de vidrio que entran en el ciclo de recogida selectiva tienen que llevar impreso el logo del Punto Verde. Esto significa que la empresa enva-sadora ha pagado una cuota por el gasto de recogida y tratamiento del envase para que sea recuperado en el SIG correspondiente.

Hay diversos SIG operativos para cada flujo de residuos: envases ligeros, papel y cartón (Ecoembes: sociedad que se hace responsable de estos desechos), envases de vidrio (Ecovidrio, entidad que gestiona la recogida y el reciclaje de este ma-terial), envases de productos fitosa-nitarios (Sigfito), envases de medica-mentos en buen estado y también caducados (Sigre), pilas y acumula-dores (Fundación Ecopilas o European Recycling Platform), neumáticos fuera

de uso (Signus Ecovalor SL y Tratamiento Neumáticos usados SL), aceites indus-triales usados (SIGAUS SL y SIGPI SL) y remanentes de aparatos eléctricos y electrónicos (Ambilamp o Ecofimáti-ca son algunos de los doce SIG que actualmente gestionan este tipo de restos).

Todas estas entidades se encargan de montar un sistema propio de gestión de sus residuos, un método en el que se incluye la instalación y mantenimiento de los diferentes tipos de contenedores, los gastos derivados de la recogida selectiva de cada desperdicio y de su posterior transporte a las plantas de selección, de promover la prevención para reducir el volumen de basura ge-nerada, y lo más importante, de hacer campañas de información y sensibiliza-ción dirigida a los ciudadanos.

Para que este ciclo funcione correctamente y no haya un encare-cimiento en el proceso, se requiere de nuestra colaboración en el mo-mento de reflexionar sobre el me-dio ambiente y su preservación. Es primordial pensar en depositar los residuos en los contenedores ade-cuados y no mezclarlos impropia-mente haciendo que la secuencia se interrumpa y que nuestras acciones ayuden a deteriorar y contaminar el planeta. n

ALIMENTACIÓN

© Lightwise

Productores y empresas que ponen productos en el mercado, se tienen que responsabilizar y asegurar de que sus productos se reciclan posteriormente

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11B I O E C O A C T U A LAbril 2015 - Nº 19

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Normalmente, el reciclaje se asocia con materiales como el papel, el cartón, el plástico, el vidrio y las industrias relacionadas con dichos productos o materias primas. Sin embargo, y gracias al esfuerzo de al-gunas tiendas minoristas y ONGs, la industria textil en algunos países se ha puesto al día con esta tendencia.

En el artículo Textiles and Clothing: Opportunities for Recycling publicado en “Textile Outlook International” en Reino Unido en 2009, se hace referen-cia a las oportunidades que existen en materia de reciclaje para este sector.

Según este artículo existen varias formas de reciclar textiles y confecciones. Una sería la pro-ducción de una prenda de vestir a partir de materiales reciclados: el material más comúnmente utiliza-do es el de las botellas de polietile-no (PET), del cual se fabrica fleece, una tela utilizada en la confección de prendas deportivas.

Otra forma de reciclaje es la reu-tilización de textiles y confecciones que pueden ser reutilizados de for-mas diferentes:

Triturarlos y convertirlos en fi-bras: la lana, por ejemplo, se usa para formar hilos de baja calidad o mate-riales aptos para aislamiento acústi-co. El algodón por su parte, también se utiliza para aislamiento acústico

o para fabricar trapos de limpiar. De igual manera, los desechos resultan-tes del proceso de fabricación de telas de algodón, de poliéster y nailon, de mezclas de fibras naturales y sintéti-cas, y de telas pesadas de nailon, pue-den ser triturados y reutilizados en la manufactura de hilos y fibras.

Ser redistribuidos en su estado natural: consiste en la venta o dona-ción de textiles y confecciones usadas (pero en buen estado) para que sigan siendo utilizadas. Estas prendas pue-den ser vendidas o donadas a organi-zaciones sociales, a comerciantes de textiles o a ONGs que posteriormente venden o exportan la ropa a países de Europa del este, África y Asia.

Cortar en pedazos de tela o re-tazos: para luego ser confeccionados creando nuevos textiles o prendas de vestir: esta práctica ha dado cabida a un nuevo tipo de moda llamado Ecofashion, empresas que desde hace unos años confeccionan prendas de vestir a partir de ropa usada.

Actualmente, la industria textil contamina las vías fluviales alrede-dor del mundo con químicos tóxicos, persistentes y disruptores hormona-les; y utiliza nuestras vías fluviales como alcantarillas privadas. En este momento no existe ningún estándar que garantice que las prendas que usamos no fueron hechas con algún químico tóxico.

El reciclaje textil aporta beneficios muy positivos para el medio ambiente, además de la reducción del volumen de desechos; reduce la emisión de gases que contribuyen a generar el efecto invernadero, reducen (según el tipo de reciclaje implementado) el consumo de recursos escasos como tierra, energía, pesticidas y agua, que normalmente son requeridos en la cadena de producción del sector y son muy contaminantes. También se rebaja la dependencia de materias primas derivadas del petróleo, sobre todo para las empresas que pro-ducen telas a partir de botellas de PET.

Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU),

en el territorio español se desechan entre siete y ocho kilos de ropa al año por persona. En los últimos años han proliferado los contene-dores de recogida de ropa usada, convirtiéndose en un elemento más del mobiliario urbano. El reciclaje de esta ropa suele correr a cargo de organizaciones sin ánimo de lucro que firman convenios con las admi-nistraciones locales y empresas pri-vadas para establecer el número de contenedores a instalar y su ubica-ción. Los beneficios obtenidos por la venta y reciclaje de estos productos se destinan a proyectos solidarios y de cooperación en países pobres o con menos recursos. n

El reciclaje textil

© Montian Noowong

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23B I O E C O A C T U A LMayo 2015 - Nº 20

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Las bolsas de plástico están hechas de petróleo, un recurso renovable y costoso. Tardan 500 años en descom-ponerse y tirarlas afecta a la fauna terrestre y acuática.

Según un informe de Naciones Unidas cada año 6,4 millones de tone-ladas de basura acaban en los océanos de todo el mundo. La Unión Europea se ha propuesto eliminar antes de 2019 el 80% de las bolsas de plástico que se consumen actualmente. El Par-lamento Europeo ha exigido a los Es-tados miembros que tomen medidas para evitar que cada ciudadano de la unión emplee, de media, 200 bolsas al año. Plantean que se impida la distri-bución gratuita en supermercados y otras superficies, o que se establezcan tasas o impuestos. Mientras algunos países han conseguido reducir el número de bolsas, en otros se siguen entregando gratis y su consumo es muy elevado.

Cada año 8.000 millones de bolsas de plástico acaban en la basura, y eso significa que en parte también aca-ban en el mar. Solo el 6,6% se reciclan, según datos de la Comisión Europea. El daño medioambiental es enorme. Una bolsa de plástico tarda mucho en degradarse, y se va fragmentando en trozos minúsculos. Estudios recientes

muestran que el zooplancton ingiere estos minúsculos trozos de plástico, que así entran en la cadena alimen-taria y es casi imposible encontrar un animal marino que no tenga restos de plástico en su organismo. Las tor-tugas marinas pueden perfectamente confundir una bolsa con una medusa, una de sus comidas habituales.

El impacto más visual de esta suciedad marina son las gigantescas islas de plástico que flotan en varios océanos. Varios equipos de investiga-dores de toda Europa han estado más de una década tomando muestras en 32 puntos repartidos por el Atlántico, el Ártico y el Mediterráneo. Y han en-contrado que la basura generada por el hombre está en todas partes: desde las playas hasta los fondos marinos más profundos y más remotos.

Un artículo de la revista PLOS ONE, explica como Joan B. Company, investigador del Instituto de Cien-cias del Mar (CSIC) y su equipo, que investigan los grandes fondos ma-rinos, prospectaron la costa desde Blanes, delante de la costa de Barce-lona, hasta Creta. Desde dos buques oceanográficos del CSIC lanzaron al fondo redes de arrastre de pesca, con las que se atrapa desde pescado hasta la basura más inimaginable.

Mientras el equipo del CSIC contó a mano lo que salió de las redes de arrastre, todo tipo de objetos im-pensables, el resto de investigadores emplearon principalmente vídeos con imágenes submarinas tomadas por vehículos operados con control remoto para denunciar y verificar así su investigación.

La mala gestión de los residuos plásticos y su vertido continuado durante muchos años a los mares y océanos en cantidades ingentes, ha originado la formación de una zona en el Pacífico con una extensión de unos 3,4 millones de km2 y un peso estimado de 100 millones de tonela-das, conocida como el séptimo con-tinente, la isla de la basura o la gran sopa de plástico.

La causa por la que se concentran en un mismo punto miles y miles de toneladas de estos materiales es la circulación de las corrientes marinas que giran en el Pacífico en el mismo sentido que las agujas del reloj. Este movimiento rotatorio facilita que se vayan recogiendo y arremolinando los residuos que, desde los ríos y los barcos, se van vertiendo a nuestras aguas y hace que toda esta basura marina se vaya acumulando en un mismo punto, dando lugar a un remo-lino que impide que los desechos de plástico se dispersen hacia las costas, de manera que no para de crecer.

Nuestra falta de conciencia ecológica ha creado un gravísimo problema medioambiental difícil de solucionar. n

Un continente de plástico

SABES QUE... Unidad de Producción Agraria Ecológica (PAE) - http://pae.gencat.cat/ Generalitat de Cataluña Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural

¿Sabes cómo se prevén los daños por plagas, enfermedades y malas hierbas en producción ecológica?

En agricultura ecológica, la sani-dad de los cultivos se fundamenta en la protección de los enemigos naturales de las plagas, la elección de especies y variedades que sean resistentes a ciertas enfermedades y la aplicación de las técnicas de cultivo más adecuadas, como la rotación de cultivos, que ayuden a preservar la salud de los cultivos.

Los enemigos naturales de los cul-tivos son determinados insectos y otros organismos existentes en la naturaleza que depredan y parasi-tan los organismos que se alimen-tan de las plantas de cultivo. Son, pues, organismos beneficiosos, desde el punto de vista de los agricultores, porque mantienen las plagas “a raya”.

De enemigos naturales hay mu-chos: la mariquita, las tijeretas, los sírfidos, los orius, los macrolo-phus, las arañas y muchos otros. De todos ellos, hay uno que es especialmente voraz: la Crisopa (Crysoperla carnea) y aquí una foto para que la puedas identificar. Si ves alguna en el huerto, ¡cuídala!

La prevención de los daños a los cultivos por plagas, enfermedades y malas hierbas se hará de forma

preventiva y utilizando los recursos naturales y las técnicas de cultivo.

Pero, a veces, con esto no basta y una plaga o una enfermedad amenazan la cosecha. En este caso, la normativa de la produc-ción ecológica, el Reglamento (CE) 889/2008, autoriza que se utilicen una serie de productos que lista en su anexo II. Entre estos productos está el azadiractina o las piretrinas para hacer frente a los insectos,

el bacillus thuringiensis, para las orugas o las moscas, o el sulfato de hierro como fungicida.

En ningún caso se autoriza el uso de fitosanitarios de síntesis quími-ca en producción ecológica.

¿Sabes que en producción ecológica no está permitido cortar sistemáticamente los cuernos de los animales?

En producción ecológica no podrán efectuarse de manera rutinaria operaciones como la colocación de gomas en las colas de las ovejas, el corte de la cola, el recorte de dien-tes o del pico y el descuerne.

Estas operaciones sólo se pue-den llevar a cabo en condiciones excepcionales y por motivos de seguridad o para mejorar la salud, el bienestar o la higiene del ganado.

© Mehmet Timur Dilsiz

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11B I O E CO A C T U A LJunio 2015 - Nº 21

Cada día la actualidad ecológica en Bio Noticias:www.bioecoactual.com

En el mundo se producen entre 20 y 50 millones de toneladas de re-siduos electrónicos según Naciones Unidas. Ordenadores portátiles, pan-tallas o teléfonos móviles, que contie-nen sustancias y materiales químicos peligrosos que pueden plantear serias amenazas para la salud humana y el medio ambiente.

Esta basura electrónica, enmas-carada como “bienes de segunda mano” es enviada a países con poca o ninguna legislación sobre reciclaje como India, China i sobre todo África Occidental, a países como Ghana o Nigeria. Bajo la disculpa de reducir la “brecha digital” los equipos inser-vibles son enviados a países pobres como material usado, pero Greenpea-ce señala que entre el 25% y el 75% de los materiales enviados a África no pueden ser utilizados.

La exportación de residuos electró-nicos es ilegal en la Unión Europea, pero miles de toneladas de estos de-sechos europeos terminan en países en vías de desarrollo transportados

en contenedores etiquetados como “mercancía de segunda mano”.

El alcance de la contaminación quí-mica en estos países afecta a un amplio entorno de los lugares de reciclaje de estos residuos lo que incluye las casas de los trabajadores que separan las pie-zas. Un estudio de Greenpeace sobre este tema en Ghana, denuncia que la mayoría de trabajadores son niños de entre 5 y 18 años que desmontan la chatarra con las manos y con piedras. Buscan las partes metálicas, especial-mente aluminio y cobre, para vender-los a los distribuidores locales. El cobre se encuentra sobre todo dentro de hilos o cables de plástico que queman para extraerlo. Cuando queman los aparatos eléctricos se liberan al aire partículas de polvo y vapores tóxicos que pueden penetrar en sus pulmones. Un ejemplo son los tubos de rayos cató-dicos, usados en televisores y monito-res de ordenador que vierten y liberan al aire sustancias muy tóxicas. Algunas de estas sustancias están prohibidas en Europa debido a su capacidad para acumularse en el medio ambiente.

La directiva de Residuos de Apara-tos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), y la Directiva de Restricción de Sustan-cias Peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos (RdSP), excluyen mu-chas sustancias peligrosas que han sido identificadas por Greenpeace en los emplazamientos de residuos elec-trónicos de Ghana y que continúan siendo utilizadas en los productos nuevos. Sustancias como los ftalatos, el PVC i el antimonio.

Para proteger la salud humana y el medio ambiente, estas directivas ne-cesitan ampliar su campo de acción y cubrir todas las sustancias peligrosas usadas por la industria electrónica. Se necesita con urgencia una legislación más fuerte y amplia, además de la

necesidad de que los fabricantes de productos electrónicos eliminen las sustancias peligrosas de estos y de que se hagan responsables durante todo el ciclo de vida de sus productos, lo que incluye el final de la vida útil, mediante la recogida y reciclaje gra-tuitos en cualquier parte del mundo donde se vendan sus productos.

Los residuos electrónicos se deben minimizar; los que sean inevitables se deben reciclar y eliminar de la for-ma más segura posible. Esto también se puede lograr diseñando productos con una vida útil más larga, que sean más seguros y fáciles de reparar, mejorar y reciclar, y evitar en lo po-sible el uso de sustancias químicas peligrosas. n

Los residuos electrónicos

© Jaroslav Moravcik

YO RECICLOMaria Cacheda, Divulgadora Científica, [email protected] ESPACIO PATROCINADO POR: Humana. Fundación Pueblo para Pueblo. www.humana-spain.org

ALIMENTACIÓN

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14 B I O E C O A C T U A LJulio / Agosto 2015 - Nº 22

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El consumidor, cuando compra un electrodoméstico no puede ver reflejado en la etiqueta el precio del impuesto cobrado al fabricante para su posterior reciclaje después de su vida útil. Esta tasa invisible oscila entre 5 y 30 euros por aparato y está incluida en la factura del fabricante al distribuidor.

El Consejo de Estado censura este margen “fijo” de beneficio adicional para el productor derivado de este impuesto, que no aporta los benefi-cios ambientales que se esperan de su reciclaje ya que dos terceras partes de los residuos electrónicos, acaban no siguiendo la vía legal del reciclaje de la que su destino final serían las plantas de tratamientos de residuos.

El destino de este dinero es des-conocido, puede que se encuentre en fondos de inversión, destinado a beneficios netos de los productores o con suerte, dedicado a futuras gestio-nes de residuos.

La tasa que los fabricantes cobran por el reciclaje debe conocerse. Esto ayudaría a los consumidores a sen-tirse parte del sistema de reciclaje y a pedir responsabilidades cuando no se recicle o se haga de manera no adecuada.

Hace unos diez años se crearon los Sistemas Integrales de Gestión de los cuales una de sus finalidades es asegurar que los electrodomésti-cos acaban desguazados en plantas

autorizadas ya que la ley determina que los productores son los respon-sables del correcto reciclaje de los aparatos usados. En cambio, dos ter-ceras partes de estos residuos aca-ban en chatarreros ilegales y plantas no preparadas para el proceso de su reciclaje; las cunetas, bosques y vertederos del país están plagados de residuos electrónicos. España es el antepenúltimo país europeo en reciclaje sólo por delante de Ruma-nía y Grecia; como ejemplo en 2013, la Organización de Consumidores (OCU) escondió GPRS en 16 electro-domésticos depositados en los pun-

tos limpios y sólo cuatro terminaron en las plantas autorizadas.

El circuito del reciclaje tiene mu-chas grietas: personas que asaltan los puntos limpios para robar estos apa-ratos eléctricos y vender sus metales, o transportistas que los venden sin ningún control por parte del fabri-cante. Todos los días se rompe la ca-dena del reciclaje y se extrae el cobre y otros materiales valiosos liberando gases contaminantes a la atmósfera y abandonando los residuos sobrantes en descampados.

Según el Ministerio de Medio Am-biente, el nuevo diseño de gestión de estos residuos pasa por una gran plataforma informática en la que los actores implicados deberán incluir el código de cada residuo para no perderle la pista y evitar que no siga el camino correcto. Con este número de registro, se evita que la cadena de custodia se rompa antes de que sus componentes sean separados al final de su uso. Sin embargo, para que se cumpla se necesita una logística de la que se carece.

La Administración no se ha puesto seria a la hora de actuar; es evidente que los electrodomésticos no llegan a las plantas de reciclaje y la exporta-ción de estos residuos a países subde-sarrollados es otro fraude que nace en los puertos españoles y provoca ver-tederos industriales en países como Pakistán o Ghana. En estos países se amontonan, entre otros residuos electrónicos, teclados de ordenadores con la letra ñ, que en lugar de ayu-dar al desarrollo de estos países los convierte en vertederos al aire libre. La contaminación ambiental y las en-fermedades generadas por la quema y el tratamiento de estos aparatos para extraer el metal, es el día a día de las personas que precariamente buscan una salida para obtener dinero para sobrevivir. Los plásticos de residuos electrónicos incluyen piro-retardan-tes bromados, que pueden afectar al desarrollo y al crecimiento, además de otros daños renales, hepáticos y malformaciones congénitas. n

El reciclaje de electrodomésticos

ALIMENTACIÓN

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