Yo 'Soy' Peregrino

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peregrino turista y vagabundo caminata de los andres

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Yo soy peregrino

Yo soy peregrino, porque se camina como se quiere vivirDime como caminas y te dir quin quieres ser. En peregrinacin, lo primero que emerge inmediatamente es que se camina como se vive, o como se desea vivir. Lo cual es estupendo porque te permite verte en accin de un modo ms claro, sin las dobleces y ambigedades. La dificultad de seguir a alguien, una resistencia a la escucha de la propuesta que hacen los que guan (cantar, rezar, testimonios), un encerrarse entre amiguitos sin ayudarse a mirar afuera, el estar cerrado a cualquier novedad, cuyo sntoma patente es el uso afanoso e inconsciente de MP3 y celularesQu gran ocasin para educar y para educarse!Yo soy peregrino. T eres peregrino. No se trata de que te sientas peregrino o te esfuerces por serlo. Se trata de descubrirlo y de aprenderlo. No se trata de yo me siento a veces peregrino, a veces turista, a veces vagabundo. Pidamos aprender a vivir la vida como peregrinos. Vivimos la peregrinacin cmo queremos vivir la vida, caminamos con la actitud y la conciencia con la cual deseamos vivir toda nuestra vida. Miremos a quienes tienen esta conciencia ms despierta. El peregrino tiene la certeza de la meta. La meta es una. La meta es infinita. Sin ella nuestras metas, aunque se cumplan, son demasiado chicas y no bastan. El peregrino es un hombre definido por la meta, o sea por la certeza de la respuesta a sus exigencias ms profundas.

El peregrino es un hombre atrado por la meta. En primer lugar, el atractivo por la meta es ms fuerte que todo. Pero tambin la meta me llama y por eso me atrae. La meta me alcanza y me acompaa, porque Yo soy el camino, la verdad y la vida. El peregrino es un hombre cierto, un hombre que construye, alguien capaz de caminar erguido por la vida. Como deca san Pablo: me lanzo en la carrera para aferrarlo, yo que ya fui aferrado por l. El peregrino es quien conoce la importancia y la conveniencia del seguir a alguien que est delante, es decir de depender. La peregrinacin nos ensea a mirar nuestra vida como una historia de Dios conmigo. La meta se hace compaa, pero en un sentido dinmico: se hace historia. Lo que encuentro hoy -circunstancias, rostros- no est en contradiccin con lo que encontr ayer. Es una historia, un viaje en el cual lo que me ha sostenido cuando salimos me ayuda a reconocer la misma mano que me acompaa cuando estamos a mitad del camino. El como ha cambiado -es un viaje- pero la mano del Infinito que te acompaa es la misma. Cada paso del camino es como un dedo que apunta a la metauno tiene la tentacin de quedarse en ello o de escandalizarse por ellopero entonces deja de caminaren cambio, si reconoces la fidelidad de aquella mano en el presente, tu sigues caminando hacia la plenitud y todo lo que has vivido, todo lo que encuentras, va contigo hacia el cumplimiento. No pierdes nada. Si te detienes mirando atrs, lo pierdes todo. Qu hace crecer el amor al camino? Sin duda la meta, la certeza de la meta. El conocimiento y el amor a la meta. Pero tambin la atencin a todo lo que en el camino es signo de la meta. La pasin por la meta hace valorizar todo encuentro, acontecimiento, toda realidad que es anticipacin real de la plenitud final. sta hace posible que todas las cosas adquieran relieve, como la luz del sol hace salir todas las cosas de la oscuridad. Entonces, qu me ayuda a tomar esta postura de peregrino? Por qu nos conviene ir como peregrinos?

El atractivo de la Meta, que pone en movimiento a la persona, inserta dentro una comunidad, despertando el deseo. La meta se me anticipa, permitindome empezar a caminar, pero necesita toda la implicacin de mi persona para alcanzarla plenamente. El Padre, quien me abre las puertas de su casa, me provoca a un camino, me llama a salir de mi tierra, de la prisin se mis ganas, del cmodo, de mi pequeo criterio y mi mirada chicaLa Belleza que ya se me ofrece me pide un camino para que sea plena, para que sea ma.

Fiarse de la propuesta de Dios, de su promesa de fidelidad, que pasa a travs de la comunidad, de la humanidad diferente que veo. Se trata de obedecer a los amigos que me despiertan. Esto se concretiza en la humildad y en la inteligencia de seguir la propuesta que hace la comunidad parroquial, ir detrs del lienzo. Sigo a otros. Recin salimos de la mina y no logramos mirar el sol. Delante de la tentacin de detenerme, siempre hay alguien ms adelante, cercano a la meta, que ya tiene el rostro inundado de su luz. T no ves el sol, pero ves su rostro iluminado. No puedes todava mirar el sol, te cegara. Mirando a quien le mira, ya recibes mucha luz. Y eso empieza a que tambin t te acostumbres a la luz. En el inicio no se puede mirar el sol directamente, pero se le puede ver reflejado en el espejo de quien ya le mira y eso nos empieza a purificar la mirada y dilata la capacidad visual. Y ms ves, ms crece el deseo de ver hasta que la marcha, antes fatigosa, se convierte en una carrera, una carrera cada vez ms veloz alimentada de todo lo que ya empiezas a pregustar en la medida en que subiendo empiezas a ver: por eso la compaa es fundamental. La conciencia de mi necesidad. Ser turista no me ayuda en nada, porque no afronta la cuestin -la necesidad permanece, tambin el turista la tiene- sino que la evade.

El sacrificio y la fatiga. El sacrificio me empuja a estar despierto. Hay que ser estpidos para que cuando empiezan a doler los pies no se haga presente la pregunta: Por qu? Cul es el sentido? Existe una meta cierta? Cmo lo s? No hay nada ms absurdo que caminar por caminar es antihumanoslo si reconozco en la realidad algo que tiene que ver con lo que busco, me muevo, me apasiono, me sacrificosi no el camino no es soportable El deseo de vivir intensamente, de que toda circunstancia por la que pasamos sea ocasin de nuestra plenitud como personas. No calles cortadas, no algo que al mximo se puede soportar, sino caminos transitables. No conviene tomar atajos, esto es una tentativa de evasin y no lleva a ningn lugar. El atajo es presuncin ingenua: Yo me la puedo. Terminas ms cansado. Se podra objetar: Y si lo logro, alcanzar la meta solo? Te has perdido el camino, la belleza que el Padre te quera entregar. Has aferrado a Dios, pero no te dejaste aferrar por l. Eres un buen atleta, o un tipo con una fuerza de voluntad tremenda. Pero eres un hombre triste y solo. Un idiota incapaz de conmoverse por lo que Dios hace alrededor tuyo.

El deseo. No se puede llenar un corazn que no desea como no se puede llenar un vaso lleno. Solo no puedo llenar esta inmensa necesidad que constituye mi corazn. Belleza de lo que me rodea.

La oracin y el canto, expresin de un pueblo que camina, cierto de la meta.

El sacramento de la Confesin. Sin el perdn no camino, me estanco constantemente. Slo el perdn me regenera, me devuelve a la vida, me hace recomenzar de nuevo.

Todo esto es una ayuda que no puede sustituir el yo de cada uno. En la peregrinacin se ve que la vida no es una cinta transportadora. Pensemos en la experiencia del ao pasado: nadie peregrinaba en mi lugar y sin embargo el seguir la carne de Jess que se nos me haca presente de forma tan atractiva en quienes guiaban, nos hizo vivir con una intensidad impensable y con real con-mocin (que del corazn influa hasta en los pies!) este gesto de la peregrinacin.De verdad conviene seguir esta concrecin de Su presencia! De verdad el cristianismo es esta compaa guiada hacia la Meta, en la cual la Meta se hace compaero de nuestro camino, volviendo todo una ocasin para reconocerLo.

Slo quien vive con esta conciencia aprovecha la Misa. El Seor nos estuvo provocando, buscando, despertando durante todo el camino y ahora, en la Misa, de manera total. La Misa no es un aadido que no tiene nada que ver con el camino, sino la plenitud de la peticin, del seguimiento, de la mirada con la que vivo. El turista y el vagabundo no aprovechan la Misa porque no cambia su manera de concebir la vida. La Eucarista no slo nos espera al final de la peregrinacin, sino que nos acompaa por el camino: no se puede separar la Comunin eucarstica de la Comunin eclesial. La potencia del Espritu hace presente hoy al Hijo en su Cuerpo Eucarstico y en su Cuerpo eclesial. Cuando sientes esta necesidad de ser feliz, te pones a buscarcuando lo encuentras no puedes dejar de reconocer el sitioencontr este sitiono me lo voy a perder, quiero vivirlo, con el sufrimiento, con la alegra

Esta necesidad te hace buscares un recurso, no es un problemaes tan fuerte el deseo, el dolor, la herida, que no me lo puedo perder (C. P.)

Yo buscaba esta mirada que tenan mis monitores. Voy porque aqu todo me despierta (A.)