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Huellas de la Historia, núm. 37, año 4 Noviembre 2012 ISSN 1853-2756 www.huellasdelahistoria.com 1 EUROPA EN EL SIGLO XX La Desintegración de La Desintegración de La Desintegración de La Desintegración de Yugoslavia: Una Introducción Yugoslavia: Una Introducción Yugoslavia: Una Introducción Yugoslavia: Una Introducción Marcos Ferreira Navarro Fabero, España Para Ema Nastran, cuya sonrisa siempre me inspira Introducción Los conflictos armados que se dieron en los Balcanes durante la década de 1990 produjeron un escalofrío en la opinión pública de Europa. ¿Cómo era posible que un nuevo conflicto armado surgiera en la “civilizada” Europa? Los gobiernos de las

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EUROPA EN EL SIGLO XX

La Desintegración de La Desintegración de La Desintegración de La Desintegración de

Yugoslavia: Una IntroducciónYugoslavia: Una IntroducciónYugoslavia: Una IntroducciónYugoslavia: Una Introducción

Marcos Ferreira Navarro

Fabero, España

Para Ema Nastran, cuya sonrisa siempre me inspira

Introducción

Los conflictos armados que se dieron en los Balcanes durante la década de 1990

produjeron un escalofrío en la opinión pública de Europa. ¿Cómo era posible que un

nuevo conflicto armado surgiera en la “civilizada” Europa? Los gobiernos de las

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principales potencias occidentales con gran colaboración de los “Mass Media”

difundieron y fortalecieron una opinión que ya existía entre la opinión pública europea

de que los Balcanes era una región conflictiva por excelencia donde los odios étnicos

entre las diferentes pueblos que habitaban allí eran eternos. Prevaleció la opinión de

profesionales y expertos como Arturo Pérez Reverte, que, interesado más en el

sensacionalismo que en la búsqueda de la verdad, resumió la historia de los Balcanes

durante el siglo XX en la siguiente frase: “Los Balcanes entraron chorreando sangre en

el siglo XX y entrarán del mismo modo en el siglo XXI”1. Sin embargo, si bien es cierto

que la mayoría de periodistas, analistas y otros miembros de lo que podríamos

denominar intelligentzia repetían una y otra vez que los Balcanes eran una zona con

clara tendencia al conflicto, no podemos ignorar la existencia de un conjunto de

profesionales como Josep Palau o Francisco Veiga que decidieron no quedarse en

explicaciones simplistas e ir más allá para ofrecernos o por lo menos intentar ofrecernos

una explicación objetiva a este complicado proceso2 . El objetivo de este artículo no es

tanto tratar las causas que llevaron a la desintegración de la RFSY (República Federal

Socialista de Yugoslavia), sino más bien, dar unas pinceladas generales que sirvan de

punto de partida para poder comprender y analizar dichas causas y el proceso de

desintegración que se derivó de éstas.

El fin de la Guerra Fría. El fin de la RFSY

En el año 1988, Mijaíl Gorbachov insistió en su visita a Belgrado en que no estaba

entraba en sus proyectos imponer un modelo socio-económico a sus aliados. Esta

renuncia a la Doctrina Brezhnev daba confianza a los países comunistas de poder

comenzar un proceso de democratización y cambio sin el temor de que la Unión

Soviética interviniera en su territorio como había sucedido anteriormente, siendo el

ejemplo más relevante el aplastamiento de la Primavera de Praga de 1968. Sin embargo,

esta renuncia que a priori sería una ventaja, se tradujo, en el caso yugoslavo, en un

inconveniente debido a: por un lado, el fin de la Doctrina Brezhnev suponía al mismo

1 VEIGA, Francisco, “Para entender los Balcanes: claves ciertas e inciertas”, en notas y diálogos,

Barcelona, 2001, pág. 94

2 Josep Palau escribió El Espejismo Yugoslavo, mientras que Francisco Veiga escribió La trampa

balcánica, obra que ha sido traducido al búlgaro y al serbio.

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tiempo el fin de la amenaza a una posible invasión de las tropas del Pacto de Varsovia

sobre suelo Yugoslavo, lo que al mismo tiempo suponía que un importante elemento de

unidad entre las diferentes naciones fundadoras y nacionalidades3 de la RFSY como era

la defensa del territorio común ante el invasor externo desapareció de golpe y plumazo.

Por otro lado, la renuncia a la Doctrina Brezhnev permitía entrever que el fin de la

Guerra Fría estaba próximo, por ende, el Movimiento de los Países no Alineados del

cual la RFSY era miembro clave dejaba de tener sentido y por lo tanto, otro elemento de

unión entre los ciudadanos de las distintas repúblicas que formaban la RFSY

desapareció súbitamente. Además, el fin de la Guerra Fría produjo que las principales

potencias de la esfera internacional, particularmente la RFA pudieran ejercer una

presión sobre los territorios de la RFSY sin miedo a que el gobierno de Belgrado

buscara apoyo en el Bloque del Este, ya que este se encontraba en claro proceso de

descomposición con la mayoría de los países buscando el apoyo de los principales

Estados-nación de la comunidad internacional y de las instituciones supranacionales

como la Unión Europea. Debemos tener en cuenta de que ambas características eran

importantes para el mantenimiento de la “fraternidad y unidad”4, por lo que comprender

su pérdida nos ayudará a entender mejor las razones para la desintegración de la RFSY.

Yugoslavia, ese país no tan artificial

Tal vez uno de los puntos más repetidos durante el proceso de Yugoslavia es aquel que

dice que la unión de los eslavos del sur bajo un mismo estado es una quimera, una

composición totalmente artificial. Dejando a un lado la concepción básica, aunque

siempre necesaria de recordar que un Estado-nación es siempre en cierto sentido

artificial, es necesario precisar que ni el Reino de Yugoslavia, ni la RFSY fueron

estados artificiales, sino que los dos contaron con la aprobación y apoyo de las élites

locales, al igual que también tuvieron el apoyo de la masa popular.

3 Los serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos, macedonios y musulmanes de nacionalidad (el término actual para este grupo es bosniacos) pertenecían al grupo de las naciones constituyentes de las repúblicas porque el núcleo central de la nacionalidad se encontraba dentro de la RFSY. En cuanto a los húngaros, checos, albaneses eran considerados simplemente como naciones porque su núcleo central se encontraba fuera de la RFSY.

4 “Fraternidad y unidad” era el “lema” oficial de la RFSY durante su etapa socialista.

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El problema que se arrastra en relación a la creación de un estado único para los eslavos

meridionales no radica en la posibilidad de llevar éste a cabo, posibilidad que queda

demostrada con la creación en 1918 del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que

pasó a ser en 1929 el Reino de Yugoslavia para desaparecer en 1941 tras la invasión de

las fuerzas de la Wehrmacht para volver a reaparecer en 1945 con un nuevo nombre,

(República Federal Popular de Yugoslavia), con un nuevo sistema político, con un

nuevo sistema social-económico, pero a grandes rasgos bajo las mismas fronteras con

las que había contado el Reino de Yugoslavia y con las mismas nacionalidades y etnias

que habían formado parte de la primera experiencia del Estado yugoslavo. Entonces, si

el problema no está en la posibilidad de crear un estado único para diversas

nacionalidades que tuvieron cabida en Yugoslavia, ¿Cuál o dónde estaba el problema?

Para responder a esta cuestión, debemos tener en mente que la diversidad nacional de

Yugoslavia (sea en el Reino, sea en la República Socialista) es una de sus características

principales. Teniendo en cuenta eso podemos afirmar que “el concepto de Estado-

nación se convirtió en una maldición para los Balcanes (…) adoptaron el modelo de

Estado-nación, dejando de lado otras fórmulas más elásticas, como la del Estado

federal”5. No obstante, esta problemática con el Estado-nación sólo nos sirve para el

Reino Yugoslavo, ya que la RFSY contaba con una estructura federal que se fue

profundizando con el paso del tiempo. Además, su organización económica basada en lo

que se denominó como Socialismo de autogestión o Socialismo autogestionario suponía

un proceso de descentralización que otorgaba mayores atribuciones a las republicas

federadas. Para poder entender el colapso y la desintegración de la RFSY deberemos

centrar la atención en las características del sistema económico, político y social de la

“Yugoslavia de Tito”, en la importancia de la esfera internacional y en los problemas

nacionales y culturales derivados de la diversidad nacional con la que contaba la RFSY.

La traumática desaparición de la Yugoslavia Socialista no puede llevarnos a pensar que

este Estado era artificial y/o inestable por la simple razón de conjugar en su seno a

varias nacionalidades y etnias6. Los motivos de esta separación se debieron a otras

5 VEIGA, Francisco, “Para entender los Balcanes: claves ciertas e inciertas”, en notas y diálogos,

Barcelona, 2001, pág. 97

6 Si decimos que Yugoslavia era un Estado artificial por albergar en su seno distintas nacionalidades, también deberíamos usar la categoría de artificial para definir Estados como Bélgica o España, los cuales albergan en su interior varias nacionalidades.

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razones que no podrán ser estudiadas en este artículo con profundidad, pero en cualquier

caso, se debe tener claro que la unión de distintas nacionalidades y etnias bajo el mismo

Estado nunca fue el problema, sino al contrario; “Yugoslavia had for many years served

as a source of stability in the Balkans by providing a framework for positive

cohabitation between diverse ethnic groups and an alternative to self-destructive

nationalism”7.

Nacionalismos buenos y malos

Las Guerras de desintegración de Yugoslavia fueron entendidas como un conflicto entre

el bien y el mal. No había término medio, ni lugar para un análisis más profundo sobre

la problemática nacional y nacionalista. El nacionalismo croata, bosniaco, albano-

kosovar y esloveno resultaron ser nacionalismos aceptables por parte de la opinión

pública, mass media y comunidad internacional, por el hecho de que ellos eran

observados como una consecuencia, como una reacción totalmente lógica ante la

radicalización del nacionalismo serbio, el cual se convirtió en inaceptable. En este

sentido al nacionalismo serbio le había tocado el papel de “Darth Vader” mientras que a

los demás nacionalismos les había tocado el rol de los “Jedis”8. Sin embargo, si

queremos comprender el efecto de los nacionalismos en la muerte de la RFSY debemos

olvidarnos de esta clasificación entre buenos y malos. Una vez eliminado este

preconcepto es posible iniciar un estudio serio sobre la evolución del nacionalismo

durante la RFSY, su papel en el debilitamiento del Estado Yugoslavo y en su final

desaparición.

7 NATION, R. Craig, War in the Balkans, Washington, Strategic Studies Institute, 2003, pág. X

8 En la famosa saga cinematográfica de “Star Wars” (La Guerra de las Galaxias) los Jedi eran los buenos, los héroes que debían vencer el mal representado por Darth Vader y los malvados Sith.

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Tal vez, lo primero que se debe señalar respecto al

nacionalismo en Yugoslavia es que “el nacionalismo

que profesan los balcánicos no es tampoco más

furibundo que el occidental”9. Una vez aclarado que el

nacionalismo de los eslavos del sur es igual que el de

sus “colegas” occidentales, debemos reflexionar sobre

si este nacionalismo provenía de un sentimiento real

por parte de una colectividad o si era una simple

herramienta en manos de unos pocos. Es decir,

¿Existía un verdadero sentimiento nacional que

emanaba directamente de las personas de las diferentes

repúblicas de Yugoslavia? O ¿Fue el nacionalismo un

instrumento de las élites políticas y económicas para

controlar a las masas y así llevar a cabo sus distintos

objetivos más fácilmente? En este aspecto, el que

escribe este artículo opina que es la segunda cuestión

la acertada. El nacionalismo no estaba tan arraigado

entre las masas de las diferentes repúblicas hasta el

nivel de utilizar la guerra como mecanismo para

conseguir sus objetivos nacionales. Me parece más

bien, que los grupos del poder de las distintas

repúblicas se sirvieron “del nacionalismo para

preservar su condición de privilegio: en este marco, el

nacionalismo parece más bien un instrumento que la

causa de los problemas”10. Es decir, fueron las élites

locales que se aprovecharon de la poca cultura política

de sus ciudadanos, provocada, entre otras razones, por

el sistema federal, para influir en ellos haciéndoles ver

que el nacionalismo era su única tabla de salvación, lo

cual funcionó a la perfección a juzgar por los

9 VEIGA, Francisco, “Para entender los Balcanes: claves ciertas e inciertas”, en notas y diálogos,

Barcelona, 2001, págs. 95 y 96.

10 TAIBO, Carlos, “25 Preguntas sobre los conflictos yugoslavos”, en Cuadernos Bakeaz, Bilbao, nº extraordinario, 1996, pág. 3

Serbia: Slobodan Milošević

Croacia: Franjo Tudjman

Bosnia: Alija Izetbegović

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resultados de las primeras elecciones multipartidistas celebradas en 1990; “tres líderes

nacionalistas fueron elegidos presidentes de sus respectivas repúblicas: en Serbia,

Slobodan Milošević; en Croacia, Franjo Tudjman; en Bosnia, Alija Izetbegović. Cada

uno, al igual que en Eslovenia, con intención secesionista”11.

Por último, no me gustaría finalizar este punto sin hacer un comentario rápido sobre la

reaparición de diferentes nacionalismos en el seno de la RFSY. La corriente de opinión

mayoritaria se basa en establecer una relación en donde el resurgimiento de un

nacionalismo radical serbio que con su vocación expansionista produjo la reaparición

de los demás nacionalismos. Sin embargo, eso no es del todo correcto. Cierto es que el

nacionalismo serbio experimentó una radicalización extrema en la segunda mitad de la

década de 1980, pero no es menos cierto que el nacionalismo serbio reapareció como

respuesta a los otros nacionalismos; “la problemática nacional resurgió a partir de 1968

en Kosovo, en Macedonia y un año más tarde entre los croatas”12y se comenzó a

radicalizar a partir de la reforma constitucional de 1974 “que debilitó extremadamente

los poderes federales e introdujo, rasgos de tipo confederal. Mientras se vacía el estado

central, se acentúa, en aparente paradoja, el poder centralista en cada república, excepto

precisamente en la de Serbia, la única que reconoce autonomías en las regiones de

Kosovo y Metojia y Vojvodina”13. Teniendo en cuenta eso, puedo afirmar que el

nacionalismo serbio no tenía una vocación expansionista sobre las demás repúblicas de

la Federación tal y como se nos ha informado desde multitud de plataformas, sino que

su objetivo fundamental y originario era recuperar su cuota de poder sobre Kosovo y

Vojvodina, ya que consideraba injusta esa situación que se daba única y exclusivamente

en Serbia.

11 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 49

12 BONAMUSA, Francesc, Pueblos y Naciones en los Balcanes (Siglos XIX Y XX). Entre la media luna

y la estrella roja, Madrid, Editorial Síntesis, 1998, pág. 151

13 PALAU, Josep, El espejismo Yugoslavo, Barcelona, Ediciones del Bronce, 1996, pág. 49

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Naciones buenas y naciones malas

Si en el caso del nacionalismo se considera que unos fueron los buenos y otro fue el

malo, es lógico que para las naciones inmersas en el conflicto se siga la misma regla.

“La guerra se presentó al mundo como una lucha entre croatas demócratas y serbios

totalitarios comunistas, entre el bien y el mal, lo que simplificaba un problema difícil de

entender”14. Al igual que en el caso de los nacionalismos, para poder estudiar el papel

de cada república en la disolución de la RFSY tenemos que olvidarnos del esquema

preconcebido de buenos y malos.

A la hora de calificar el comportamiento de las distintas repúblicas se ha seguido

generalmente el patrón en donde las acciones cometidas por las autoridades Serbias se

“promocionaban” lo máximo posible. Conceptos como limpieza étnica, matanzas

indiscriminadas, brutalidad y campos de concentración han sido única y exclusivamente

asociados a las autoridades serbias y lo que es aún peor, a toda la etnia serbia en

general. Es cierto que las autoridades serbias cometieron todos los actos mencionados,

siendo ejemplos representativos en este sentido la masacre, que no genocidio, de

Srebrenica y el campo de concentración de Omarska establecido por autoridades

militares serbia en Bosnia y Herzegovina. No obstante, quedarnos con esto y no ir más

allá sería conformarnos con una media verdad. Las autoridades croatas y bosnio-

musulmanas también realizaron los mismos actos descritos anteriormente. Por ejemplo,

en “1993 la milicia croata de Bosnia, con el apoyo directo del ejército de la República

de Croacia (HV) instaló numerosos campos de concentración”15. Otro ejemplo:

“200.000 mil civiles serbios huyeron de la zona de Krajina en la Operación Tormenta de

los croatas (agosto 1995). Se acusó haber usado fuerzas de protección ONU como

escudo para su avance”16.

Mi objetivo en este punto no es justificar o quitar importancia a las acciones llevadas a

cabo por los serbios durante el desarrollo de los diferentes conflictos, sino ser ecuánime

14 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 55

15 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 56

16 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 56

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y poner al mismo nivel las acciones realizadas por las autoridades croatas y bosniacas,

las cuales en muchas ocasiones han sido justificadas o se les ha restado importancia con

el principal objetivo de convertir al bando serbio en el gran malvado de la película.

Esfera internacional

Uno de los temas que más pasiones levantan a la hora de tratar la desintegración de

Yugoslavia es el papel jugado por las principales potencias extranjeras en dicha

desintegración. No es mi objetivo realizar ese juicio de valor, principalmente porque el

grado de importancia de las acciones realizadas por EEUU, Rusia y la Unión Europea

no corresponde al objeto de análisis de este artículo. Sin embargo, me parece básico dar

unos apuntes generales sobre la acción de la comunidad internacional de cara a la

desintegración de Yugoslavia.

La injerencia extranjera sobre la zona de los Balcanes ha sido una constante durante

todo el siglo XIX y el siglo XX; “los Balcanes han sido partidos y repartidos, total o

parcialmente, siete veces en los últimos dos siglos: en 1829-1830, 1856, 1878, 1913,

1919, 1941 y 1945”17 y podrían añadirse otros tres momentos como fueron el

precipitado reconocimiento de los países de la CEE a Croacia y Eslovenia, los acuerdos

de Dayton en 1995 y la lamentable intervención en Kosovo en 1999. No obstante, no

podemos concluir precipitadamente que son las potencias occidentales las que buscan y

acaban por imponer su injerencia sobre los países de la zona, sino más bien podríamos

afirmar que es lo contrario. Es decir, son los países de los Balcanes los que buscan la

participación extranjera en sus conflictos porque consideran que de esa forma podrán

alcanzar sus objetivos de una manera más satisfactoria. A esta presión por parte de los

países balcánicos, se le une la presión del “hagamos algo” de la opinión pública y de los

mass media de la comunidad internacional. El siguiente extracto del artículo “Para

entender los Balcanes” de Francisco Veiga explica perfectamente el esquema que han

seguido a lo largo de la Edad Contemporánea la intervención extranjera en los Balcanes.

“Primero: un patente desinterés inicial por la crisis en cualquier punto de los

Balcanes, se sucede la presión de los medios de comunicación por la

17 VEIGA, Francisco, “Para entender los Balcanes: claves ciertas e inciertas”, en notas y diálogos,

Barcelona, 2001, pág. 101

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amenaza del desprestigio político que comporta la inactividad. Segundo:

ante la presión por el “hagamos algo”, la o las grandes potencias escenifican

una actitud intervencionista para la que no siempre están preparadas.

Tercero: invariablemente, la opinión pública internacional y los actores

balcánicos suponen que los grandes tienen un plan para terminar con la

crisis (casi nunca es así, pero ninguna potencia lo admitiría, al menos de

entrada: su prestigio quedaría dañado). Último acto: caen en la trampa de la

implicación y terminan saliendo como buenamente pueden (…) El patético

colofón es que los balcánicos tampoco suelen obtener lo que buscaban con

sus maniobras implicadoras. Los grandes poderes terminan mirando por su

conveniencia o se preocupan más por fastidiar a los rivales de su talla que

por los intereses de los pequeños intrigantes. El resultado final es un chasco

para todos”18.

Visto este esquema de intervención en los Balcanes, es conveniente analizar brevemente

la actitud de las principales potencias de la comunidad internacional en la desaparición

de la RFSY. La actitud de Rusia, aunque el ejecutivo de Yeltsin intentó tomar

protagonismo, estuvo subordinada a la política de los EEUU. Respecto a la política del

“vencedor” de la Guerra Fría, podemos decir que esta varió a lo largo del proceso. En

un principio, el ejecutivo de George H. W. Bush no tenía intención de entrometerse en

el conflicto ya que tenía suficientes problemas internacionales con la Guerra del Golfo.

Fue con la llegada de la administración Clinton cuando la actitud de los EEUU pasó de

pasiva a activa. El obvio fracaso de la UE para resolver la situación de una forma

satisfactoria, unida a la presión ejercida hacia el gobierno de Clinton por la opinión

pública estadounidense, los mass media y algunos senadores, entre los que se

encontraba el candidato republicando Robert Dole “convenceram a Clinton e os seus

conselheiros de que a Bósnia poderia tornar-se num tema embaraçoso para a campanha

presidencial e que o mais sensato seria tirar partido da situação e convertê-la num

potencial triunfo eleitoral”19. Sin embargo, fue la Unión Europea la que tuvo el papel

18 VEIGA, Francisco, “Para entender los Balcanes: claves ciertas e inciertas”, en notas y diálogos,

Barcelona, 2001, pág. 103

19 AIRES, OLIVEIRA, Pedro, “Lições dos massacres: a intervenção humanitária nos Balcãs durante a Crise do Oriente e a Guerra da Bósnia”, en História e Relações Internacionais: temas e debates, Lisboa, Edições Colibri Colibri e CIDEUS / UE , 2004, pág. 74

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más destacado dentro de la comunidad internacional a la hora de intervenir en el

proceso de desintegración de la RFSY. Era la hora de Europa, como había anunciado el

ministro de exteriores luxemburgués y en esa hora Europa, mejor dicho las principales

naciones que componían la Unión Europea, fallaron estrepitosamente. Pero, ¿Por qué

fracasó la Unión Europea en su primer gran reto? Esta pregunta necesitaría un artículo

propio para poder ser respondida con ciertas garantías, por lo que me limitaré a dar una

serie de coordenadas básicas que pueden ayudar a comprender mejor el rol de la UE en

este apartado. Dentro de la Unión Europea, no existía una hoja de ruta clara de como

actuar respecto al conflicto, sino más bien “múltiples iniciativas, que se contemplan, se

suceden y se superponen”20. Los italianos esperaban una oportunidad de alcanzar cierto

peso internacional, los franceses querían disimular su pérdida de importancia en Europa

debido al proceso de unificación de Alemania, los ingleses comenzaban a mostrar cierto

aislamiento respecto a los asuntos del viejo continente, el Vaticano se mostraba muy

activo en relación al reconocimiento de Croacia y Alemania actuaba en la sombra. De

toda esta divergencia de posturas, debemos prestar especial atención a la postura

sostenida desde el ejecutivo alemán para entender las acciones que venían desde la

Unión Europea. Fue el ejecutivo alemán el que forzó a los demás miembros de la Unión

a reconocer a principios de 1992 a Croacia y Eslovenia. “Después que la Comunidad

Europea reconociera a las repúblicas secesionistas, el canciller Kohl expresó: Es un gran

éxito para la política exterior alemana”21. Además, la Unión Europea fue un factor

decisivo para que Eslovenia y Croacia culminaran con éxito sus procesos de

independencia, tal y como reconoció el ex primer presidente de Eslovenia, Milan

Kučan: “La Unión Europea jugó un gran papel a la hora de hacer posible la ruptura con

Yugoslavia”22.

20 CHECA, HIDALGO, Diego, “La acción exterior de la Unión Europea hacia los países de la antigua Yugoslavia”, en Cuadernos Const. De la Cátedra Fadrique Furió, Valencia, nº 45/46, 2003/2004, pág. 24

21 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 51

22 PALAU, Josep, El espejismo Yugoslavo, Barcelona, Ediciones del Bronce, 1996, pág. 80

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La vía yugoslava hacia el socialismo

El sistema político, económico y social que caracterizó la vida de la RFSY solo

comenzó a desarrollarse de una forma autónoma tras el cisma yugoslavo-soviético.

Hasta que se produjo la ruptura de las relaciones entre Josip Broz Tito y Iósif Stalin y

por ende, la ruptura entre las dos naciones que lideraban, el sistema Yugoslavo tendía a

imitar al modelo social, económico y político levantado durante la década de 1930 en la

Unión Soviética. No tengo el objetivo ni de analizar el sistema político federal

unipartidista que caracterizó la RFSY hasta la celebración de las primeras elecciones

multipartidistas en 1990, al igual que tampoco tengo la intención de analizar en qué

consistía exactamente el Socialismo de autogestión. En definitiva, este apartado no

tratará sobre la vía yugoslava al Socialismo, sino de las consecuencias económicas,

políticas y sociales que se derivaron de ésta.

En relación al sistema político federal, el monopolio de la Liga de los Comunistas en

general y de Josip Broz “Tito” en particular se tradujeron en una falta de educación

política por parte de la mayoría de los ciudadanos de las distintas repúblicas que

formaban la RFSY y en incertidumbre de lo

que iba a pasar tras la muerte de Tito. Es

cierto que se había diseñado un plan

alternativo que consistía en un sistema

“colegiado rotativo: nueve miembros, cada

uno representante de una república de la

Federación o territorio autónomo. Cada uno

ocuparía la presidencia por un año”23. Sin

embargo, el propio Tito intuía que los

problemas que sufría Yugoslavia se

agudizarían aún más tras su muerte. “En

1978 declaró al periodista Tempo ante la

pregunta ¿Qué pasa con Yugoslavia?, Éste

23 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 41

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habría respondido dramáticamente: "No hay Yugoslavia". Cuando le pregunta qué pasa

con el Partido, contesta: Ya no hay Partido”24. La muerte de Tito dos años después de

esta entrevista dejó una profunda huella en la población yugoslava.

Era como si Tito siempre fuera a estar allí, para vigilar y garantizar la unión de la

RFSY. Dos años después de su muerte, los problemas, que ya habían comenzado

cuando Tito aún vivía, se hicieron más visibles. “En el XII Congreso de la Liga de los

Comunistas de 1982 el descontento se manifestó en todos los sectores, pero hubo escasa

capacidad convocatoria para llevar adelante las reformas. De tal manera que condujo al

país a una paralización”25.

Por otro lado, el Socialismo de Autogestión contaba con varios problemas. El más

importante de todos fue sin duda que no pudo disminuir las diferencias económicas

entre las diferentes repúblicas, sino que éstas aumentaron con el desarrollo de la

estructura económica yugoslava. Esto significaba que existían repúblicas ricas (Croacia

y sobre todo Eslovenia) junto con provincias y repúblicas pobres (Kosovo y

Macedonia). Para poder solucionar esta diferencia, se creó un fondo de solidaridad

cuyos fondos provenían de las repúblicas más ricas, las cuales en un contexto donde se

miraba cada vez más por los intereses de cada república, que por los intereses de

Yugoslavia, protestaron enérgicamente contra dicho fondo. Aparte de estas grandes

diferencias económicas, otros problemas económicos deben ser observados como la

excesiva burocratización del sistema o la enorme inflación que llego a ser de 2500% en

1989. Ante Marković, el último “yugoslavo”26, intentó poner en marcha un plan con

grandes recortes para solucionar el problema económico. Sin embargo, la población y

los grupos de poder de las principales repúblicas, pensando ya más en un futuro fuera de

la federación que dentro de ella, manifestaron su rechazo a estas políticas draconianas.

Podríamos resumir el sistema económico de la RFSY y su posterior fracaso con la

24 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 46

25 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 49

26 Utilizo esta expresión porque Ante Markovic fue el último Primer Ministro en la RFSY y por lo tanto, el último político de importancia en la Federación que intentó mantener a las 6 repúblicas que formaban Yugoslavia bajo el mismo Estado.

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siguiente frase: “un país donde las ganancias son nacionalizadas y las pérdidas

socializadas”27.

La crisis política y económica, provocó (lógicamente) un despertar social. “El

cuestionamiento político fue más libre y audaz. Aparecen prácticas sociales y culturales

que dan sentido y dignidad a las personas, fortaleciendo a la sociedad civil o sea a las

estructuras al margen del Estado capaz de realizar transformaciones”28. Esto unido a una

excesiva burocratización del sistema y a que la previsión social comenzó a sufrir un

fuerte deterioro provocó que las personas desconfiaran en la vía hacia el socialismo

yugoslavo, poniendo sus esperanzas en un futuro mejor en unos grupos de poder locales

que agitaban la bandera del nacionalismo como si este fuese el único elemento que

podía llevar a un futuro mejor.

Conclusión

A lo largo de los apartados anteriores he presentado unas nociones básicas sobre

distintos aspectos que bajo mi punto de vista son básicos para poder comenzar una

reflexión sobre la desintegración de Yugoslavia. Este artículo ha sido escrito con un

afán de ir más allá, de no quedarnos con los típicos tópicos que se repitieron durante

mucho tiempo y aún a día de hoy se siguen repitiendo sobre los Balcanes en general y el

proceso de desintegración de Yugoslavia en particular. En este sentido, espero que mi

artículo cumpla su humilde objetivo que no es otro que el hacer reflexionar a todos

aquellos que estén interesados en el fin de la RFSY para que puedan abordar el tema

con un espíritu crítico tan necesario, pero al mismo tiempo tan olvidado en estos

tiempos que corren.

Por otro lado, soy consciente de que no he tratado temas que también son de

importancia para comprender la desintegración de la RFSY. Temas como el tratamiento

del conflicto por los mass media, la razón o razones por la que los conflictos causaron

un impacto tan fuerte en la opinión pública internacional Europea de aquella época, el

27 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 50

28 TOMICIC, PAPIC, Haydée, Yugoslavia. Había una vez un país..., Santiago de Chile, AGD Impresores LTDA, 1998, pág. 49

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entrecruzamiento étnico en la mayoría de las repúblicas de la antigua RFSY, las

tensiones entre el campo y la ciudad o la composición de las fuerzas armadas de la

RFSY, son también importantes para una comprensión “total” del proceso tratado en

este artículo, aunque no hayan sido tratadas en este ensayo. Asimismo, también soy

consciente de que la información escrita sobre los diversos temas que he abordado tiene

un carácter general y por lo tanto puede resultar incompleta. Por este motivo, en el

apartado de bibliografía se podrá encontrar referencias que ayudarán a todos aquellos

que así lo deseen a mejorar su comprensión tanto sobre los aspectos tratados en este

artículo en relación con la desintegración de la RFSY, como aquellos que no pudieron

ser incluidos en este pequeño ensayo.

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