8
s s u u p p l l e e m me e n n t t o o d d e e a a n n t t r r o o p p o o l l o g g í í a a . . . . . número  29 martes  15  de  mayo  de  2007 Lo s  revolucionarios  de l  pueblo  de  Jiutepec José  Luis  Rodríguez  de  Gante Las  cenizas  de l  zapatismo Edgar  Damián  Rojano  García Po r  es o  seré  zapatista  hasta  el  último  a  de  mi  vida... Plutarco  Emilio  García  Jiménez 10  de  abril  de  1919:  continuidad  y  ruptura  cultural Víctor  Hugo  Sánchez  Reséndiz Y  dicen  qu e  no  murió... *  *  * Ilustraciones  de  Pablo  Peña www.elregional.com.mx/suplementos/regiones.php    E    E   s   s   a   a    t    t   a   a   c   c    i    i    ó    ó   n   n    d    d   e   e    f    f   e   e   r   r   r   r   o   o   c   c   a   a   r   r    i    i    l    l  ,  ,   o   o   r   r    i    i   g   g   e   e   n   n    d    d   e   e   s   s   c   c   o   o   n   n   o   o   c   c    i    i    d    d   o   o  ,  ,    1    1    9    9    0    0    0    0   a   a   p   p   r   r   o   o   x   x    i    i   m   m   a   a    d    d   a   a   m   m   e   e   n   n    t    t   e   e  ,  ,   a   a   r   r   c   c    h    h    i    i   v   v   o   o    d    d   e   e    J    J   o   o   s   s    é    é    L    L   u   u    i    i   s   s    R    R   o   o    d    d   r   r    í    í   g   g   u   u   e   e   z   z    d    d   e   e    G    G   a   a   n   n    t    t   e   e

Zapatista de Jiutepec Regiones29

Embed Size (px)

Citation preview

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 1/7

ss uupp ll eemmeenntt oo ddee aanntt rroopp ooll oog g íí aa .. .. ..

número 29martes 15  de  mayo de  2007

Los revolucionarios  del pueblo de  JiutepecJosé Luis Rodríguez de  Gante

Las cenizas del zapatismo

Edgar Damián  Rojano García

Por eso seré zapatista hasta el  último día de  mi  vida...Plutarco  Emilio García  Jiménez

10  de  abril de  1919: continuidad  y ruptura culturalVíctor  Hugo Sánchez Reséndiz

Y dicen que no  murió...

*  *  *

Ilustraciones  de  Pablo Peña

www.e l r eg iona l . com.mx/ sup lemen tos / r eg iones .php   E   E  s  s  a  a   t   t  a  a  c  c   i   i   ó   ó  n  n

   d   d  e  e   f   f  e  e  r  r  r  r  o  o  c  c  a  a  r  r   i   i   l   l , ,  o  o  r  r   i   i  g  g  e  e  n  n

   d   d  e  e  s  s  c  c  o  o  n  n  o  o  c  c   i   i   d   d  o  o , ,

   1   1   9   9   0   0   0   0  a  a  p  p  r  r  o  o  x  x   i   i  m  m  a  a   d   d  a  a  m  m  e  e  n  n   t   t  e  e , ,  a  a  r  r  c  c   h   h   i   i  v  v  o  o   d   d  e  e   J   J  o  o  s  s   é   é   L   L  u  u   i   i  s  s   R   R  o  o   d   d  r  r   í   í  g  g  u  u  e  e  z  z   d   d

  e  e   G   G  a  a  n  n   t   t  e  e

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 2/7II martes 15 de mayo de 2007

Gabriel Zapata no era un desconocido en elpueblo de Anenecuilco en la segunda mitad delsiglo XIX. Le conocían muy bien los vecinos.Cuando su hijo, Emiliano, nació, éste traíaconsigo el respaldo familiar que da la tradicióndel liderazgo local. Por aquellos años, unindividuo, por el simple hecho de haber nacidoen buena cuna, tenía ya resuelta parte de suvida sin contratiempos económicos. Este tal vezno fue el caso de Emiliano Zapata; sin embargo,su historia tampoco es la del “héroe” aislado delas características de la época.

Las relaciones clientelares y matrimoniales enel siglo XIX permitían el acceso a la élite local y,en algunos casos, a la estatal y nacional. Erafrecuente la herencia de prestigio familiar y eramás fuerte la que se adquiría por laparticipación en la Iglesia local. Antes de lasreformas de Juárez, en muchos pueblos, losmayordomos de una Cofradía eran másimportantes que el presidente municipal. Eratanto el prestigio y poder político que seconseguía al organizar las fiestas del pueblo,que los vecinos no dudaban en permitir almayordomo, por ejemplo, tomar las decisionesdel futuro de las tierras comunales. [1] Algoparecido ocurría en Jiutepec en 1871. ManuelEvangelista, como mayordomo, recolectaba entodo el pueblo las limosnas del Señor de laColumna, y, un año después, era presidentemunicipal. Con el antecedente de que él ymuchos familiares suyos se habían adueñado dela Cofradía más importante de este municipio.Que Manuel participara en esta corporacióncivil fue lo que le ayudó a tener prestigio ycierto poder local. [2]

Manuel Evangelista heredó su prestigio a suhijo Isidro, a quien le tocó estar al frente de lacomunidad en 1916 como presidente municipal.De esta manera, Isidro y su apellido seguíancomo familia líder, acompañándose de otras,también representativas: es el caso de los Alanís,Pichardo y Carnalla, de la cabecera municipal.Para 1916, además de Isidro, participaban en laRevolución: Cliserio Alanís Tapia, BenitoPichardo Mena y Celestino Carnalla Maya. Deellos también sabemos que sus estirpes leshabían heredado el prestigio local que les dabahaber estado en las cofradías del pueblo. Todosestos apellidos los encontramos como cofradesen la iglesia de Santiago Apóstol.

Quizá el que tuvo más participación y quieninició en la guerrilla más tempranamente fueCliserio Alanís; llegó a tener el grado de generalbrigadier. Se incorporó a la lucha armada en1911 junto con Celestino Carnalla, bajo lasórdenes de Modesto Rangel, vecino del pueblode San Francisco Zacualpan, perteneciente almismo municipio de Jiutepec. [3] Cliserio yCelestino —este último se incorpora en elmismo año— lucharon principalmente por suregión. Conocían muy bien las montañas, por loque fueron asignados a luchar en lasinmediaciones de la Sierra Montenegro,teniendo el cuartel en Las Estacas, muy cercanoal cuartel de Tlaltizapán. De esta manera,podían controlar la región atrincherándose enlas montañas cuando fuera necesario. De hecho,actualmente todavía se conocen algunos lugaresde las montañas con el nombre de LasTrincheras. Desde ahí mantenían el control delos pueblos vecinos, tanto del lado oriente comodel poniente de la cordillera. La orografía dellugar sirvió para que controlaran la zona. Otronicho ecológico que fue indispensable en lasbatallas fue El Texcal, lugar donde las cuevasresultaron ser refugios naturales para lasemboscadas.

Familias, región y religión

Los revolucionarios del pueblo de Jiutepec José Luis Rodríguez de Gante *

Por su parte, Benito Pichardo Mena seincorporó en el año de 1912, para participar junto con el coronel Celestino Carnalla Maya,bajo las órdenes de Cliserio Alanís, todospertenecientes a la División de Genovevo de laO. Benito llegó a ser coronel y participó en la

misma zona que Cliserio y Celestino. De estamanera, vemos que la influencia territorial yfamiliar fueron factores que los líderesrevolucionarios tomaron en cuenta para suincorporación al zapatismo, así como paradefender lo que ellos conocían mejor, y que dehecho era su patrimonio familiar ancestral: lastierras de sus abuelos.

Los archivos familiares en este estudio nosdemuestran las relaciones de amistad entre losrevolucionarios, quienes regularmente eranpersonas de la misma región. Por ejemplo, lafamilia Pichardo conserva documentos deacreditación de Benito Pichardo, por parte delcoronel Ceferino Ortega Mendoza, de

Temimilcingo, y de Santos Delgado Catalán, delmunicipio de Emiliano Zapata. [4] Luegoentonces, simplemente hay que observar unmapa del estado de Morelos para darnos cuentade que los participantes de Jiutepec en la lucharevolucionaria, eran todos de una zona bien

definida: los pueblos del poniente de la SierraMontenegro, que a su vez era el territorio delmunicipio de Jiutepec en aquellos años. En otraspalabras, los que lucharon por Jiutepec eran deahí mismo, conocían su terreno y a susenemigos. Esta participación regional dio fuerzaal zapatismo, tanto en la identidad del territoriocomo en el respaldo comunal. Lucharon por loque les pertenecía a ellos desde tiempos lejanos;por lo que fue de sus abuelos y padres, y queahora ellos debían dejar a sus hijos. La lucha eraun sueño con antecedentes reales.

Notas

[1] Rodríguez de Gante, J. L., La familia Evangelistay su cofradía del pueblo de Jiutepec, 1793-1872,mimeo, 2007.

[2] La familia Evangelista de Jiutepec ingresó a laCofradía del Santísimo Sacramento y Tránsitodesde los años treinta del siglo XIX, y terminódespués de que llevó dicha Cofradía a la* Historiador, UAEM.

quiebra en los años sesenta; poco tiempodespués sus miembros aparecen en cargosmunicipales.

[3] Es posible que los tres mencionados llevaranuna amistad y que decidieran ingresar juntos ala lucha armada por ideales similares.

[4] Cabe recordar que lo que hoy es el municipiode Emiliano Zapata era parte de Jiutepec antesde 1932.

Co ronel Celes tino Ca rnalla Ma ya , de

Jiu tepec ,  fo tog ra fía de  19 18 , a rchi vo

de la  familia  Vázquez Ma ya.

Cliserio y Celestino—este último seincorpora en elmismo año—lucharonprincipalmentepor su región.Conocían muybien lasmontañas, por lo

que fueronasignados aluchar en lasinmediaciones dela SierraMontenegro,teniendo elcuartel en LasEstacas, muycercano alcuartel deTlaltizapán.

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 3/7IIImartes 15 de mayo de 2007

El camino del zapatismo tras la muerte del Caudillo del Sur

Las cenizas del zapatismoEdgar Damián Rojano García *

El 10 de abril de 1919, el cuerpo del generalEmiliano Zapata, líder de la Revolución en

Morelos, cayó abatido por las balas de latraición en la Hacienda de Chinameca; instantetrágico que parió al mito y a la vez detuvo lamarcha de la historia, porque a partir de estemomento, resultó ocioso preguntarse sobre lasuerte de los zapatistas tras la desaparición desu líder, o más aún, cómo es que se incorporanal nuevo Estado posrevolucionario esosirredentos campesinos. Resultaba ocioso porqueparecía evidente —tanto en la historiografía dela época como en el discurso político— surelevancia. A esta visión “triunfalista” seanteponen las siguientes líneas que intentarándar luz sobre el complejo y doloroso proceso deinstitucionalización de la Revolución zapatista.

La desaparición del caudillo de Anenecuilcotuvo un efecto devastador para la revolución

suriana: prácticamente no combatían y suinfluencia política se había desvanecido. Laelección del general Gildardo Magaña comosucesor de Zapata dio un momento de respiro,pero la aparente “armonía” entre las filaszapatistas se resquebrajó cuando éste ofreció suapoyo al presidente Venustiano Carranza anteuna eventual invasión norteamericana al país. Elgeneral Genovevo de la O, antiguo jefe de SantaMaría Ahuacatitlán, lo acusó de traidor; elhecho, grave en sí, no hizo más que dejar aldescubierto las diferencias existentes al interiordel movimiento.

El jefe De la O definía claramente el asunto:ellos, los “indios”, luchaban por los ideales delPlan de Ayala, tierras y aguas para los pueblos;en cambio, los “intelectuales”, aquellos que los

habían engañado con palabras de “relumbrón”y “ficticias”, solamente utilizaban sus demandaspara hacer política. [1] Sin el caudillo queapaciguaba los ánimos, el zapatismo se escindióirremediablemente.

Esta historia de desencuentros tuvo un nuevocapítulo cuando, tras el triunfo del movimiento

de Agua Prieta en mayo de 1920, se tuvo quenombrar al gobernador interino de Morelos.Magaña, apoyado por un importante número de jefes zapatistas, era el principal candidato, peroel general De la O se opuso argumentando queaquél no era hijo del estado; después de días deincertidumbre, el sucesor de Zapata declinó a sucandidatura, recayendo el cargo en el doctor José G. Parres. El mismo general De la O seconvirtió en el jefe de las operaciones militaresen el estado.

Que los zapatistas dejaran las armas paraconvertirse en gobierno implicó que debíanceñirse a la nueva vida institucional que estabasurgiendo en el país; así, por ejemplo, susdemandas de tierras deberían apegarse a loestablecido por el artículo 27 constitucional

referente a la tierra, los milicianos seincorporarían con todas las formalidades delcaso al nuevo ejército federal y su participaciónpolítica se regiría por las prácticas democráticasliberales.

Precisamente, el reparto agrario fue uno delos ejes sobre los que giró el licenciamiento delEjército Libertador del Sur, pues muchoscombatientes regresaron a sus pueblos con lapromesa de que recibirían ejidos, y otros más —que formalmente quedaban “endisponibilidad”— fueron enviados a las coloniasagrícolas militares. Sin embargo, para loszapatistas que decidieron seguir la carrera de lasarmas el proceso fue traumático, debido a losgenerales de “nuevo cuño” que se incrustaronen las filas sureñas, cuyo ejemplo más

representativo fue el general Rafael Pimienta,quien estaba acusado de servir al régimen deVictoriano Huerta y de asesinar alvicepresidente Pino Suárez. Las quejas en contradel general Genovevo de la O no se hicieronesperar, pues muchos compañeros considerabanque solapaba a dichos personajes. [2]

Por su parte, el grupo de los “intelectuales”se lanzaba a la arena política. Comandados por

Antonio Díaz Soto y Gama, estos hombrescitadinos, profesionistas, letrados y versados enel arte de la política, se dieron a la tarea defundar el Partido Nacional Agrarista (PNA),pues consideraban que la reconstrucción delpaís pasaba por el “terreno de la acción legal ypolítica”. [3]

El PNA jugaría un papel fundamental en lainstitucionalización de la vida política —no sólode Morelos sino del país— al fundar clubes,realizar campañas proselitistas y construir unentramado programático basado en elagrarismo; con esta postura clausuraba el uso delas armas como vía para alcanzar el poder. Noobstante, los aportes de este grupo fueron másallá de las cuestiones formales, pues pusieron enmarcha prácticas que con el tiempo

caracterizarían al sistema político mexicano; porejemplo, los vecinos de Miacatlán denunciabanlas amenazas de las autoridades agrarias de queperderían sus ejidos si se negaban a votar porlos candidatos del PNA. [4]

Precisamente, la arena política será elescenario donde los antiguos compañeros decausa finiquitarán sus diferencias. El generalGenovevo de la O aspiraba a convertirse engobernador constitucional de su “patria chica”,pero se vio en desventaja ante la aceitadamaquinaria del Nacional Agrarista. Para hacerfrente a dicha situación, el jefe zapatista fundaun partido, el Morelense del Trabajo, que si bienle brinda una plataforma de apoyo, no leresuelve su recelo y cautela ante las nuevasformas de hacer política. En medio de sus dudas

decide deponer al gobernador Parres endiciembre de 1923, con la esperanza de que elpresidente Álvaro Obregón lo apoye paraalcanzar su sueño, sólo que el “gran elector”actúa en sentido inverso y decide enviarlo alexilio a Tlaxcala, al mismo tiempo que el Senadonombra a un agrarista para ocupar el gobiernointerino del estado.

El “triunfo” de los agraristas será efímeroporque no se percatan de que la lucha intestinaacaba con la fuerza política del zapatismo. Espor ello que después de la salida del doctorParres y del general De la O, ningúnrevolucionario volverá a ocupar los puestos demando en Morelos, los cuales serán copados poraquellos que lucran con la política, los llamados“politicastros”. De esta manera, mientras el

zapatismo en su vertiente agrarista se fuediluyendo en los entretelones del poder, lafigura del general Emiliano Zapata siguióencabezando la resistencia desde Arabia, lugaral que se marchó con su compadre…

* Edgar Rojano es egresado de la carrerade Historia de la FFyL de la UNAM.

Notas

[1] Manifiesto a la Nación Mexicana , diciembre de

1919, Archivo General de la Nación-FondoGenovevo de la O, Caja 19, Exp. 19, Fol. 60.[2] Carta del general Gabriel Mariaca a Adolfo de la

Huerta, 14 de enero de 1921, Archivo General dela Nación–Fondo Obregón Calles, 101-S-2.

[3] Convocatoria del Partido Nacional Agrarista, 1° de junio de 1920.

[4] Vecinos de Miacatlán al general Francisco Urbalejo,29 de diciembre de 1924, Archivo General de laNación–Fondo Secretaría General de Gobierno,Exp. E-2-51.

General brigadier CliserioAlanís Tapia, combatienterevolucionario de Jiutepec,foto de 1912aproximadamente,archivo de la familiaAlanís Trujillo.

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 4/7IV martes 15 de mayo de 2007

Testimonios sobre la muerte de Zapata

 Por eso seré zapatista hasta el último día de mi vida…Plutarco Emilio García Jiménez *

“Tengo la profunda pena de poner en elsuperior conocimiento de usted que hoy, comoa la una y media de la tarde, fue asesinado el C.general en jefe Emiliano Zapata, por tropas delllamado coronel Jesús M. Guajardo, quien contoda premeditación, alevosía y ventaja,consumó la cobarde acción en San JuanChinameca...”

Mayor Salvador Reyes Avilés

La tarde del 10 de abril de 1919, el generalGildardo Magaña recibió el parte oficial delmayor Salvador Reyes Avilés, con la dolorosanoticia de la muerte a traición del generalEmiliano Zapata.

Al cumplirse 88 años de la muerte física delgeneral Zapata, hay que recordar que elagrarismo y los principios universales delibertad, justicia y ley del zapatismo, nomurieron con la masacre de Chinameca, ni conlos intentos de sepultarlos para siempre deCalles, Alemán, López Portillo y Salinas deGortari. Hoy el zapatismo está más vivo quenunca.

Más allá de los mitos y las falsificaciones queel carrancismo y los enemigos de la Revoluciónmexicana construyeron en torno a la figura deZapata, nadie puede negar que el pensamientoy los ideales del hombre sacrificado enChinameca han trascendido las fronterasnacionales, y que representa la expresiónpolítica y social más clara y contundente contrael capitalismo salvaje, es decir, elneoliberalismo.

Los neoliberales a ultranza que hoy nosgobiernan saben que no encontrarían consensoentre el pueblo mexicano si pretendieranminimizar o borrar la figura histórica yrevolucionaria del general Zapata. Decretar el“fin de la historia”, como lo pretendió VicenteFox, es la negación frívola e irresponsable denuestras raíces, de nuestros valores culturales,de lo que llamamos Patria.

Por ello, es necesario valorar desde distintasvisiones la figura de nuestros héroes, susaportaciones y también sus errores y defectos.La sabiduría popular ha puesto en una balanzala actuación del general Zapata y esapercepción, más que la de los historiadores, nospermite apreciar, a varias décadas de la muertedel héroe, su dimensión histórica, política, socialy ética.

El zapatismo es un legado histórico y partesustancial de la memoria colectiva de losmexicanos. A diferencia de otrosrevolucionarios, Zapata no nos legó teoría, nigrandes escritos. Ciertamente, nos heredó latierra y el Plan de Ayala, pero el legado másgrande es su ejemplo, que entraña principios yvalores, como la congruencia, laincorruptibilidad y el compromisorevolucionario con el pueblo.

Algunos testimonios en torno a la muerte delgeneral Zapata muestran con mucho realismocómo afectó al estado de ánimo de los soldadosdel Ejército Libertador del Sur la noticia de lamuerte de su “jefe”. El coronel José R. Sánchez,quien fuera asistente del general Rafael Cal yMayor en Chiapas, habla de cómo recibieronallá la noticia de la muerte del general Zapata:

“Ella (doña Cleotilde) fue la que nos trajo lamala noticia, lo recuerdo en Pozo Colorado, enla seca de 1919. Estábamos con el general [Cal yMayor] en una reunión, bajo un gran palo deaguacate. La vimos llegar por un camino largo,largo, que bajaba del monte, triste venía como lamás última y triste noticia que recibimosdurante la rebeldía: la de la muerte y asesinatoa traición de mi general Emiliano Zapata. Allí lelloramos mucho y la gente se nos desmoralizóde a tiro...”

El soldado Ángel García, de Cuautla, relatabaque varios de sus más cercanos colaboradores leadvertían en vísperas de su cita con Guajardo:

“—Mi general, no vaya usted, porque lo vana traicionar, lo van matar.

—No tengan cuidado, no pasa nada.

El general ya estaba fastidiado, ya quemucha gente ya no quería pelear…, ya todos serendían, se desmayaban… Y casi, casi seentregó.”

Don Mauricio Ramírez Cerón, de Tilzapotla,afirmaba que:

“Cuando murió [el general Zapata], muchosque eran zapatistas se voltearon al carrancismo,por el pago que les daban cada 15 días; “elchivo”, le decían. Yo seguí zapatista y me tuveque ir. Me dijo un tío: “vete, porque acá andaspeligrando”. De ahí nos desbalagamos todos.Yo me fui a Jojutla, a Alpuyeca y a Xochitepec.Así anduve… Por eso hoy, sentado en esta sillade ruedas, todavía respondo por el nombre de

Zapata, porque quien defiende a los pobres queno se pueden defender, es un héroe.

Me siento orgulloso de haber servido a unhombre como el general Zapata, el hombre máslimpio de la Revolución. Por eso seré zapatistahasta el último día de mi vida...”

El 15 de abril de 1919, una vez sepultado elgeneral Zapata, los generales que formabanparte de su Estado Mayor publicaron un bellomanifiesto, Al pueblo mexicano, que en uno desus párrafos decía:

“El general Zapata, al morir, nos ha dejadosu herencia; una herencia de abnegación, deespíritu de sacrificio, de amor acendrado a lacolectividad, de indiferencia ante el peligro, defe firmísima ante las dificultades y losobstáculos, de constancia y valor indomablepara la lucha, de alta nobleza y de supremodesdén para todo lo que sea interés personal,

ambición o egoísmo…Los indígenas de todo el país saben ya a qué

atenerse. Han comprendido al fin que sóloreconquistando la tierra arrebatada a susmayores, podrán asegurar su porvenir comoraza, su soberanía como hombres, su dignidadcomo ciudadanos.”

Con estos pensamientos podremos entendermejor por qué Zapata vive para losmovimientos campesinos y populares, por quéZapata cabalga cada vez que el pueblo lo evocaen su lucha permanente contra la injusticia y losmalos gobiernos.

* Emilio García es economista por la UNAM y dirigente de la Unión de Pueblos de More los y la CNPA. Ha participado en forosinternacionales sobre la situación del campo.Tiene diversas publicaciones; la última esTierra Arrasada , una historia del zapatismoa partir de testimonios de veteranos quecontinuaron en la lucha social.

Por eso hoy,sentado en estasilla de ruedas,todavíarespondo porel nombre de

Zapata, porquequien defiendea los pobresque no sepuedendefender, esun héroe.

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 5/7Vmartes 15 de mayo de 2007

Persistencia del zapatismo en tradiciones culturales divergentes

10 de abril de 1919: continuidad y ruptura culturalVíctor Hugo Sánchez Reséndiz *

El 10 de abril de 1919, cerca de las dos de latarde, [2] caía acribillado en el patio de lahacienda de Chinameca el general EmilianoZapata. El cadáver de Emiliano, o quien sesuponía era él, fue trasladado a Cuautla yfotografiado en los bajos del Palacio Municipal.Al día siguiente se hizo una filmación delentierro. Las fotos fueron reproducidas en todoslos diarios que festejaban la caída del llamadopor ellos “bandolero”.

Al mismo tiempo, en los cuarteles zapatistasla notificación del fatal suceso era difundida, apartir del relato que hizo su secretarioparticular, Reyes Ávila. Los mecanismos para

elegir al sucesor al frente de las diezmadasfuerzas zapatistas se pondrían en marcha ydespués de largos meses se nombraría aGildardo Magaña. Pero al mismo tiempo, entreel pueblo que volvía con hambre y enfermedada las comunidades, o entrelos que resistían en loscampamentos de montaña, seempezó a difundir la idea deque Emiliano no habíamuerto. Tal y como escribióGreg Jiménez el 26 de mayode 1919 desde el campamentode Alocaltepec, preguntandoal general Genovevo de la Osi era falsa la noticia de lamuerte de Zapata:

“En virtud de lassituaciones actuales tocantea la Revolución, le participoatentamente y de queconsuela al hombre, y atodos nosotros, como que elSeñor General Zapata ya seapronta con mucha gentecomandando, ¿y no se habíamuerto ya? ¡Bendito seaDios!, y que el Gral. Villatriunfando viene…” [3]

Esta carta es una expresiónque tempranamente refleja lacreencia de que Emiliano no

murió, y es la continuaciónde una tradición culturalexistente en la región, dondesincréticamente seamalgamaron durante siglosel cristianismo, diversasexpresiones de mesianismo yla cosmovisión de las culturasindígenas con sus, llamados—por López-Austin—“hombres-dioses”. De estaforma, en la región existiránhéroes culturales, concaracterísticas de libertadoresy que no mueren. Lo mismoel Tepoztécatl, que AntonioPérez y Agustín Lorenzo.

* Autor del libro De rebeldes fe.

Notas

[1] “Historia de la muerte del gran generalEmiliano Zapata”, 1919, en H. de Giménez, C.,

 Así cantaban la revolución , Ed. Grijalbo-Conaculta, 1990.

[2] Existen diversas versiones de la hora exacta de

“después se oyó la odiosa y fúnebre descarga

cayendo el invencible Zapata, ¡oh, qué dolor!”Marciano Silva [1]

los acontecimientos, pero el rango se encuentra entre la una ymedia y las dos y cuarto.

[3] AGN-AGO, caja 9, exp. 7, f. 11.[4] El párrafo citado se encuentra en un verso, una “relación” de

la Loa a Agustín Lorenzo, versión de Puente de Ixtla: 44.

...la continuación de una tradicióncultural existente en la región, dondesincréticamente se amalgamarondurante siglos el cristianismo, diversasexpresiones de mesianismo y la

cosmovisión de las culturas indígenascon sus, llamados —por López-Austin—hombres-dioses [...] en la regiónexistirán héroes culturales, concaracterísticas de libertadores y que nomueren. Lo mismo el Tepoztécatl, queAntonio Pérez y Agustín Lorenzo.Precisamente este último anunciará antelos ojos del pueblo la llegada deEmiliano Zapata...

Precisamente este último anunciará ante los ojosdel pueblo la llegada de Emiliano Zapata:

“Llegará el tiempo que resucitará un nuevohéroe o un nuevo patriota del señor de losmuertos y formará sus escuadrones.

Se remontará a los montes y bajará a lospueblos empuñando la espada y gritando convalor a todos los ciudadanos:

¡Que viva México y que mueran los tiranos!”[4]

De esta forma, la creencia, ampliamentedifundida, de que Zapata no murió, la podemos

encontrar en una tradición que es parte de uncomplejo cultural (concepto de la tierra, delcuerpo, etcétera) que incluye la predestinaciónde Emiliano.

Sin embargo, después del 10 de abril de 1919hubo un cambio social de tal magnitud, quetraerá la reorganización de los pueblos deMorelos bajo nuevos paradigmas. El triunfo dela corriente obregonista en la Revolución y lamodernidad capitalista, con la necesaria reformaagraria, significó la desaparición del sistema dehaciendas en Morelos. Surgen nuevos actoressociales y nuevas instituciones, como los ejidos,los comisariados ejidales y comunales y lapresencia de las instituciones gubernamentales.De esta forma se ponen las bases para elsurgimiento de una nueva relación —y lasrepresentaciones que ello conlleva— con la

tierra y la naturaleza, y por tanto, con el mundosocial. Como parte de las transformacionesprofundas vamos a encontrar que a la muerte deZapata, está a punto de hacer explosión el

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 6/7VI martes 15 de mayo de 2007

sistema de comunicaciones, vía el automóvil yla radio; este último medio será un vehículoimportante para sepultar a los corridos surianos.

Por otra parte, el régimen posrevolucionario,en su búsqueda de legitimar y hacer unproyecto unificador de la nación, intentaráamalgamar en un solo discurso “revolucionario”a todas las corrientes que participaron y seenfrentaron en la larga década de 1910 a 1920.De esta forma, en el discurso oficial sobre laRevolución mexicana quedarán integrados lomismo los anarquistas magonistas que elhacendado Francisco I. Madero, o los agraristaszapatistas y el acérrimo enemigo de Emiliano,Venustiano Carranza. Ello fue posible porquemuchos de los antiguos seguidores de estascorrientes se encontraban integrados en lasestructuras de poder del nuevo régimen. Así,poco a poco, el antes combatido EmilianoZapata empezó a ser incorporado al panteóncivil revolucionario. Destacando que suagrarismo fue supuestamente recogido en elartículo 27 de la Constitución de 1917 (lo cual noes cierto), y su color moreno y su mirada tristerecogida por las cámaras fotográficas, Emilianopudo ser representado como la imagenarquetípica del México indígena irredento(magníficamente pintado por Diego Rivera en elPalacio de Cortés).

Pero la incorporación al nuevo orden porparte de los ideales zapatistas y los personajesque militaron bajo las banderas del Plan deAyala, sólo se dará de forma subordinada, yaque la modernidad capitalista impulsada por losregímenes posrevolucionarios, avasallará a lospueblos, los cuales desde su experienciaintentarán resistir. Un ejemplo de ello es larebelión que estalla en diferentes puntos delestado de Morelos (Barreto en el oriente, Jaramillo en el sur, Roldán en San Rafael),levantamientos que se oponían a la conscripciónque impulsó México ante la posibilidad deentrar a la contienda bélica de Europa y Asia en1942. La conscripción era considerada unacontinuación de la “leva” porfirista. Pero loslevantamientos armados serán también laexpresión de la insatisfacción con el nuevoorden “revolucionario” y la continuación en labúsqueda de la autonomía de los pueblos deMorelos, como quedara expresado en los planesde Puxtla y de Cerro Prieto. Este rechazo a lasformas modernas de dominación los realizaránBarreto y Jaramillo, apelando ambos a suherencia zapatista, aunque con diversasperspectivas (un discurso modernizador en Jaramillo y uno tradicionalista en Barreto).

Es precisamente durante este levantamientocuando Zapata vuelve a aparecer, literalmente,siendo fiel a su pertenencia a la serie de héroesculturales regionales, pero vuelve paradespedirse. Eso ocurrió en Yautepec, donde selevantó Prisciliano Castillo por las mismascausas que Jaramillo y Barreto. Esta revuelta seextendió hasta Amatlán, en Tepoztlán, y seincorporaron hombres de San Andrés de la Cal,entre otros, el viejo zapatista Ponciano Linares,que memoriaba y platicaba al entonces jovenMalaquías Flores:

“Entonces él [Ponciano Linares] me platicóque vino Zapata a una conferencia allá, a laCajigal, que vino, ya era un hombre grande, ledijeron:

—¿Qué hacemos, mi general, el gobiernoestá imponiendo sus leyes?

Y se quedó callado, y tantito y que le volvióa preguntar ese Prisciliano Castillo:

—¿Qué hacemos, mi general, nosotrosandamos de nuevo alborotando la gallera?

Que va y lo acaricia—Mira, Prisciliano, pues es muy bueno de

que ahora se hiciera otra revolución, pero te voya decir que ahora en estos tiempos ya no hay

machos, ¡puras mulas!Así le dijo. Don Ponciano Linares me dijo así,

que así le dijo: que en este tiempo era muydifícil hacer una revolución, ya no habíahombres, puras mulas.” [5]

Relacionar la vieja historia de que “Zapata nomurió” con la nueva insurrección en curso, fueun intento de dar continuidad a la tradición delos pueblos de Morelos, un intento, quizá elúltimo, de que los héroes culturales, loshombres-dios, se hicieran presentes.

Tal vez sea sintomático de que lainsurrección campesina tradicional ya no teníafuturo, que las posibilidades “del regreso”, derepetir la experiencia, ya no eran viables. Y quela nuevas formas de organización marcaban losnuevos derroteros de la lucha social en Morelos:de obreros de ingenio que se consideraban comoproletarios y de “ejidatarios”, ya no pueblos.

Es en ese momento en que el jaramillismoadquiere relevancia como representante de estamodernidad alternativa, pero también escuando la historia oficial se extiende yconsolida, integrándose a los imaginariospopulares, conviviendo con la tradición de ver aZapata como héroe cultural. Sin embargo, estatradición se va extinguiendo, debido a que elmundo simbólico que la sustenta desaparece. Junto con ella, los portadores del conocimientose van muriendo y la tierra, la madre tierra, sevende a desarrollos inmobiliarios, sepultandouna historia centenaria.

Soy zapatista del estado de Morelos

porque proclamo el Plan de Ayala y de SanLuis;si no le cumplen lo que al pueblo le

ofrecieron,sobre las armas le hemos de hacer cumplir.

Para que adviertan que al pueblo nunca seengaña

ni se le trata con enérgica crueldad;si semos hijos no entenados de la patria,los herederos de la paz y libertad.

Sublime general,patriota guerrillero,que peleó con gran lealtadpor defender su patrio suelo.

Espero que ha de triunfarpor gracia del Ser Supremo,para poder estar en paz en el estado de

Morelos.

Soy zapatistadel estado de Morelos

Marciano Silva

www.elregional.com.mx/ suplementos/regiones.php

[email protected] |[email protected]

es una publicación mensualelectrónica, cuya finalidad principal

es socializar el saber,editada por el Colectivo

Antropólogos en Fuga y Compañía.

El contenido de los artículos es

responsabilidad de sus autores.

Coordinación generalDavid Alonso Solís Coello,Adriana Saldaña Ramírez,Mariana González Focke,Livia González Ángeles,

Pilar Angón Urquiza, Josué Fragoso

Coordinación de este númeroPilar Angón Urquiza

Edición, formación y correcciónLivia González / Gerardo Ochoa

Fotografías e ilustracionesen interiores

 José Luis Rodríguez de Gante

y Pablo PeñaPortada

Autor desconocido, archivo de JoséLuis Rodríguez de Gante

Notas

[5] Entrevista con Malaquías Flores,San Andrés de la Cal, 25 de enerodel 2001.

8/2/2019 Zapatista de Jiutepec Regiones29

http://slidepdf.com/reader/full/zapatista-de-jiutepec-regiones29 7/7

llegaron a ese pueblo dicen que gritaban: ¡Yaviene Zapata! Ahí iba la gente con la música ybanderas.

La gente se preguntaba: ¿Que Emilio Zapatase murió?

Y les contestaban: No, el que murió fue su

compadre.” [6]

•••

Esa continuidad histórica, esa necesidad de noaceptar la muerte, de trascenderla, aparececlaramente explicitada en dos trovadores que rondanlos 60 años, Cristino Vargas, de Santo DomingoOcotitlán, y Malaquías Flores, de San Andrés de laCal, ambos pueblos en el municipio de Tepoztlán:

“Malaquías Flores: Pero en sí, Zapata nomurió… Para todos los que les estorbaba, creenque murió. Pero [no] para nosotros que siemprehemos creído en él…

Cristino Vargas: Lo recordamos.

Malaquías Flores: Entre los campesinos quesufrimos las consecuencias de la represión delgobierno que sólo sirve al poderoso creemosque el general Zapata con sus ideales siguevigente para la gente pobre pero no para losburgueses.

Zapata está vigente para los hombresdébiles, los hombres que poco o muchoseguimos labrando la tierra. Creemos que susideales se cantan, se llevan a un mitin o a vecesel mismo gobierno los pronuncia aunque sea deburla, aunque sea para taparle el ojo al macho.

Lo que pensó y dijo Zapata para nosotrossigue vigente, sigue en la lucha, sigue en lavida, sigue…

Cristino Vargas: Existiendo…Malaquías Flores: Sigue existiendo,

exacto.”

VIImartes 15 de mayo de 2007

Y dicen que no murió…“A don Emiliano no lo mataron, murió

Lauro Capistrán, su compadre. Zapata tieneunos cuantos años que murió en Arabia. Medice su hijo que si quiero ir a verlo, no estásepultado, está embalsamado.”

Margarito Sánchez, de Jumiltepec [1]

•••

“Se cuenta que a Zapata le faltaba un dedo,el meñique, por eso el hombre que mataron ypusieron en exhibición no era Zapata. A lagente que decía que no era Zapata la mataban.Se dice que Zapata se fue a Arabia con uno desus asistentes, que se llamó Simón Casís, queera un hombre más bien un poco bajo, delgado,era árabe. Y ese Simón Casís se lo llevó.

Mucha gente después lo volvió a ver, comole pasó a una señora que venía de losevangelios en Tlayacapan. Ella cuenta que erasoldadera y que los zapatistas iban a Veracruzcuando vio al general Zapata, y le dijo: ‘¿Óndeva mi general?’. Zapata iba pelón, sin bigote, sin

barba, sin cabello, llevaba la cara pintada detizne, iba con Simón Casís y llevaba muchodinero, ‘…así que yo lo vi, anduve con él…’,dijo la soldadera.”

Fidel Alarcón, de Tlayacapan [2]

•••

“Y dijo Emiliano: ‘Vamos a hacer laconferencia en San Juan Chinameca’. Allí estuvodos horas. Fue a la hacienda de Chinameca;pero no entro él. Entró su compadre, JoaquínCortés, de Tepoztlán, en lugar de Zapata, comoera su caricatura de él, y le dio el caballo y todo.Se metió a la hacienda Joaquín Cortés y tambiénMarcelino Rodríguez, igual de grande, demorenito… Al que mataron fue a Joaquín

Cortés. Zapata se salió de allá —hubo hartabalacera—, porque tenían gente por allá. Que sechispa y que se va… No supe dónde se fue; yano volvió, se fue a la vida privada, hizo como elprofeta Moisés. ¿Ustedes saben de esto?

Yo creo en un Dios divino que hay en latierra, un Dios que nos domina… Somoscatólicos todos… Cuando Moisés sacó a sushijos de Egipto, los dejó unos días y se fue parala Tierra Santa; se fue a la Tierra Prometida… Ydespués se salió de allí, los dejó por unos años,a recibir las Tablas de la Ley, y le decían:Moisés, vete a ver a tu pueblo, se éstavolteando. Dicen que hicieron unos becerritosde oro, porque las mujeres tenían harto oro…Yo digo que con Zapata así fue.”

Don Agapito cuenta que años después un señor vio a Zapata de regreso, pero estaba muy cambiado,ya sin bigote y sin su traje de charro.

Agapito Pariente, de Tepalcingo [3]

•••

“En una ocasión, estando en una tienda (enIguala), una persona discutía con el tendero (deaspecto extranjero, como español o árabe),quien argumentaba que gracias a Zapata enMéxico se habían terminado los hacendados ylos esclavos. El de Guerrero lo contradecíafestejando que hubieran asesinado a Zapataporque era un bandido. El tendero replicó queZapata no había muerto; entonces hicieron unaapuesta: el tendero apostó su tienda y el otro surancho, pero el guerrerense pregunto cómo ibaa demostrar que no había muerto Zapata. El

tendero se metió a sacar unas cartas, que luegomostró, para comprobar que él manteníacomunicación a través de correspondencia conel general Zapata. Mostró las cartas firmadaspor este último.”

Ladislao Ledesma, del Barrio de SantoDomingo en Tepoztlán [4]

Notas

[1] Entrevista realizada por Víctor Hugo SánchezReséndiz en marzo de 1993.

[2] Entrevista realizada en 1990 por Jesús Ramírez,publicada en “El Cuexcomate, suplemento delas culturas populares”, Num. 17, El Regional delSur , abril de 1991.

[3] Entrevista realizada por Alicia Olivera deBonfil, PHO-Z/1/29, publicada en Olivera deBonfil, A., “¿Ha muerto Emiliano Zapata?” enBoletín INAH , Num 13, abril-junio, 1975, p. 46.

Testimonios recopilados por Víctor Hugo Sánchez Reséndiz

[4] Recuerdo contado a Benito Peñaloza Rojas en “Relato sobrela muerte del General Emiliano Zapata Salazar”, en Tostado,M. (comp.), Tepoztlán. Nuestra historia, INAH-Colección ObraDiversa, México, 1998, p. 131.

[5] García Rodríguez, M. del R., Campos Valencia, A. A.,Liévanos Ramos, M., Totolapan. Raíces y testimonios,CONACULTA-FONCA-UAEM-Ayuntamiento de Totolapan,Cuernavaca, 2000, p. 123.

[6] Entrevista realizada por Alfredo Paulo Maya y TirsoClemente.

•••

“Mi papa llegó a ver a don Emiliano Zapata,que llegaba a comer con las señoras quepreparaban la comida en aquel tiempo. Porqueno cualquiera preparaba. Había personas

señaladas, ustedes saben que a don Emiliano ledecían el zorro porque era astuto. A sus genteslas dejaba por un lado y él andaba por otro parano caer en la trampa, pero se le durmió el galloy cayó en la trampa.”

Don Leopoldo Beltrán [5]

•••

“En Martín Gadea, nacido en Tetelcingo, apareceun poco más explicita la razón del desencuentroentre la historia y el sentir popular:

—(Riéndose) Dice el gobierno que murió enChinameca (subrayado nuestro y de Don Martíncon su risa). Ese de Chinameca fue su

compadre, parecido con su bigote y chino; asíera la gente de Zapata. Su compadre le dijo:‘Mira compadre, dame tu traje, tu caballo, tusombrero, tu rifle y pistola, yo me voy por ti,usted no va a ir. Si me matan, que me maten amí, no a usted’.

Entonces Zapata le entregó el caballo, surifle, su vestido, su sombrero y su gente.Llegando al pueblo de Chinameca, dice unaseñora:

¡Zapata, te vas a morir! Y llegando al portón,que lo meten y junto con la gente que llevaba,que los matan. Ahí quedaron todos muertos.Entonces Zapata tenía un compadre de otranación y le dijo: ‘¡Compadre, vámonos, mira tucaballo!’ El caballo llegó a donde estaba Zapatay le dice: ‘le pegaron o no le pegaron, ahora sí tevas conmigo, ayer sí te hubieran matado’.”

—Zapata después ¿para dónde se fue?—Su compadre fue quien se lo llevó, no sé a

cual nación, había guerra por allá. Cuando

Ese de Chinamecafue su compadre,parecido con subigote y chino; asíera la gente deZapata. Sucompadre le dijo:“Mira compadre,dame tu traje, tucaballo, tusombrero, tu rifle y

pistola, yo me voypor ti, usted no va air. Si me matan, queme maten a mí, no austed”.