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Zubiri: Estructura dinámica de la realidad Capítulo VII: El dinamismo de la alteración Tercer tipo: La génesis Se trata aquí de una génesis de estructuras. Por consiguiente de una génesis esencial. Las esencias, las realidades simpliciter que constituyen la base del Universo, están en todo instante sometidas a una fundamentación, a un dinamismo genético. Decía que la multiplicación es esencial para que haya génesis. Para que un proceso de dinamismo sea de multiplicación, a mi modo de ver, tiene que envolver algunas condiciones. En primer lugar, que se trate de un dinamismo causal de cada una de las sustantividades. Es evidente. Imagínese que esto no fuera así, sino que de potentia Dei absoluta, Dios produjera la sustantividad de B, en el momento en que tienen una cierta interacción la sustantividad A y la sustantividad P. Esto no sería rigurosamente hablando una multiplicación. Sería la producción de un ente distinto. Para que sea realmente multiplicación, en el sentido activo de la palabra, se precisa que la producción venga determinada justamente por las sustantividades, [por] ellas mismas. Y, en segundo lugar, que esta acción, que está ejecutada por sí misma tenga carácter de homonimia; es decir, que en una o en otra forma aquello que en la multiplicación se produce tenga un carácter homónimo respecto de las sustantividades que lo han producido. Dicho

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Zubiri: Estructura dinmica de la realidad

Zubiri: Estructura dinmica de la realidadCaptulo VII: El dinamismo de la alteracin

Tercer tipo: La gnesis

Se trata aqu de una gnesis de estructuras. Por consiguiente de una gnesis esencial.

Las esencias, las realidades simpliciter que constituyen la base del Universo, estn en todo instante sometidas a una fundamentacin, a un dinamismo gentico. Deca que la multiplicacin es esencial para que haya gnesis. Para que un proceso de dinamismo sea de multiplicacin, a mi modo de ver, tiene que envolver algunas condiciones. En primer lugar, que se trate de un dinamismo causal de cada una de las sustantividades. Es evidente. Imagnese que esto no fuera as, sino que de potentia Dei absoluta, Dios produjera la sustantividad de B, en el momento en que tienen una cierta interaccin la sustantividad A y la sustantividad P. Esto no sera rigurosamente hablando una multiplicacin. Sera la produccin de un ente distinto. Para que sea realmente multiplicacin, en el sentido activo de la palabra, se precisa que la produccin venga determinada justamente por las sustantividades, [por] ellas mismas. Y, en segundo lugar, que esta accin, que est ejecutada por s misma tenga carcter de homonimia; es decir, que en una o en otra forma aquello que en la multiplicacin se produce tenga un carcter homnimo respecto de las sustantividades que lo han producido. Dicho en otros trminos: es menester que esa accin sea paradigmtica, que en una o en otra forma los productores, las sustantividades productoras de la gnesis, sean en una o en otra medida paradigmas que se conservan y se perpetan a travs de las sustantividades efectuadas.

Ahora bien, precisamente la unidad de los diversos trminos de un dinamismo causal de este orden, por multiplicacin, tiene por consiguiente una unidad paradigmtica, y esta unidad es la que, por lo menos estrictamente hablando, yo llamara un phylum. Los vocablos, naturalmente, estn en Biologa, pero no les confiero aqu un sentido biolgico.

Yo quiero decir que se trata de un phylum, justamente de una lnea homnima, y de carcter paradigmtico. Ahora bien, el phylum, es una realidad real en el Universo, y ms para un bilogo, tan real como pueda ser para un fsico el campo electromagntico o el campo gravitatorio. No se trata de una relacin pstuma entre una sustantividad y otra; se trata de algo esencialmente constitutivo: que una sustantividad, la sustantividad hija, no sera lo que es sino en tanto en cuanto pertenece a un phylum determinado. Y solamente entonces es cuando rigurosamente hablando tenemos algo ms que clase, tenemos especie: Es el dinamismo de la especiacin.

La multiplicacin no se limita a producir una esencia ms o menos homnima de la primera. La verdad es que todas las esencias son constitutivamente individuales, y que en su individualidad son esencialmente irreductibles las unas a las otras. Las esencias causales en el phylum gentico, las esencias genticas ejecutan una accin dinmica concreta, en virtud de la cual los progenitores no transmiten simplemente una naturaleza esto son abstracciones- sino que formalmente son la accin constitutiva y constituyente de la nueva esencia en cuestin, de la esencia filial. Es una accin constituyente y no slo una accin transmisora. Y en tanto en cuanto la nueva realidad tiene una homonimia filtica con la realidad de sus progenitores, decimos que pertenece a una especie, y por pertenecer a una especie, decimos que la nueva realidad pertenece al phylum, y recprocamente, que el phylum es lo que ha permitido que la esencia, que no era ms que constitutiva, se haya convertido en lo que yo he llamado una esencia quiditativa, una esencia especfica. Repito que es una accin constituyente, no simplemente una transmisin. Es un verdadero dinamismo.

Ahora bien, este dinamismo causal de la gnesis, en concreto puede tener dos modos de funcionamiento: Uno de ellos, el ms inmediato, es la gnesis que he llamado por generacin. Efectivamente, los progenitores, por ejemplo, engendran unos hijos; as, en trminos biolgicos. Pero la generacin no es formalmente idntica a la multiplicacin. La multiplicacin ser generacin si los momentos caractersticos de esa multiplicacin envuelven unas determinaciones especiales. En primer lugar, que la multiplicacin se d desde la estructura formal y constitutiva de los propios progenitores. Y, en segundo lugar, que la homonimiano sea simplemente una imitacin de los padres, sino que sea una verdadera transmisin. Entonces la multiplicacin realmente tiene un carcter de generacin.

La accin constituyente es una accin generante en la medida en que las sustantividades son las que formalmente van constituyendo la realidad de su efecto. No se trata de que eduzcan de una materia prima, como Aristteles pensara, una forma sustancial; se trata de que precisamente elaboran de una manera dinmica, absolutamente real, la accin constituyente de la nueva sustantividad. Es una determinacin gentica. Naturalmente, esta determinacin no es una determinacin que pende exclusivamente de la ndole de las esencias constituyentes de los progenitores. Porque, efectivamente, un hijo ser muy parecido a su padre, pero idntico no lo es nunca. En una o en otra forma, en los progenitores hay lo que he llamado un esquema constituyente. Y precisamente ese esquema es el que sirve para la constitucin de la esencia constituyente del generado. La accin dinmica causal realizada conforme a plan esquemtico, de un esquema ya previamente desgajado en el interior de las esencias constituyentes, es lo que constituye la posibilidad de una generacin. La generacin consiste en dar de s conforme a un esquema, ya desgajado dentro de la esencia constituyente. Es un dar de s esquematizado. Cosa que no siempre tiene por qu ocurrir como dir inmediatamente. Por lo pronto, sin embargo esa es la generacin.

El dar de s supone por consiguiente que las realidades que dan de s no tienen simplemente una prefijacin, como en el caso de las variaciones de un elenco de amplitud mayor o menor de notas adherenciales. No. Tienen justamente algo distinto. Se dir que si hay potencia es para producir un efecto. Esto no es forzoso. No creo que se trata simplemente de potencias; se trata de algo ms concreto, que son potencialidades. Son justamente las potencialidades genticas. La sustantividad de los padres, volviendo al ejemplo de la biologa, es un dar de s de las potencialidades internas y constitutivas, como tales potencialidades, de las esencias constitutivas de los progenitores. Son potencialidades de constitucin. Y precisamente el dar de s propio de la generacin consiste en poner en juego, desde s mismo, las potencialidades internas de constitucin que tienen los generantes. No cualquier generante tiene potencialidades para cualquier generado. Por esto, como dir a continuacin, las potencialidades tienen una estructura sumamente precisa y determinada.

Pero puede ocurrir es el segundo tipo del dinamismo gentico- que no se transmita el esquema ntegro, porque hay interferencias en el dinamismo causal y en las estructuras dinmicas de este orden en los progenitores. Es una intervencin que hara que cambiase algo, y a esos cambios se llama mutaciones. En ese caso el efecto que se puede obtener evidentemente es muy vario y muy problemtico. Generalmente lo que pasar es que se destruya la sustantividad en cuestin. Esto es lo ms frecuente y lo ms usual. Pero puede ocurrir que no sea as, sino que la estructura en la que ha recado esa mutacin no pueda perdurar ms que integrando la mutacin dentro de su propia estructura. En este caso no tendramos rigurosamente hablando una generacin. Tendramos una mera originacin, pero no generacin. Una originacin en la que, verosmilmente, el trmino que ha sobrevivido no sera del mismo phylum que sus progenitores, puesto que tiene un esquema distinto. Pero tampoco ser completamente ajeno a l. Sera absurdo decir que esto es una generacin. Sera absurdo pensar que el ave primera ha tenido como padres unos reptiles. Lo que es verdad es que las aves tienen su origen en los reptiles, que es cosa distinta. Y esto es rigurosamente hablando lo que constituye una evolucin. Es posible que el trmino primero de esta evolucin no sea viable. Y en ese caso es un individuo que como tal ha sido originado y desaparece. Pero es posible que el nuevo individuo sea a su vez realmente especiable. Y entonces con ese individuo ha comenzado un nuevo phylum. El dinamismo causal que es un dar de s, en virtud de las transformaciones y de las mutaciones, ha dado lugar a una nueva sustantividad, a una nueva esencia constitutiva. La evolucin no es la mutacin. Sino que es justamente al revs: es la capacidad de integrar la mutacin. Es dar de s lo que es, justamente integrando la mutacin.

Esto es lo contrario de un cambio. Es un devenir mucho ms hondo y radical, en que precisamente lo que se hace es dar de s, desde el punto de vista de la sustantividad. La mutacin es el momento condicional -justo como las variaciones- para un cambio de estructura constitutiva. Pero el momento propiamente evolutivo est en el momento positivo. El momento positivo segn el cual una estructura, la de un reptil determinado, tiene la suficiente vitalidad para integrar la mutacin, y sobrevive precisamente en forma de ave.

Ahora bien, aunque los ejemplos mencionados proceden de la Biologa, esto no es una exposicin meramente biolgica del problema, sino que es una Metafsica estructural una estructura metafsica de la gnesis esencial.

Todas las esencias de este mundo emergen, como deca; tienen un carcter emergente en su substratum. Y el dinamismo que las produce es precisamente el dinamismo que acabo de exponer: a travs de unas transformaciones, y a travs de unas repeticiones van apareciendo genticamente unos trminos generados o unos trminos originados. Lo que llamamos en este ltimo caso una evolucin es un proceso gentico en el cual se van produciendo formas especficamente nuevas, desde otras anteriores, en funcin intrnseca y determinante de la transformacin de stas. Pero la evolucin no est en el momento de transformacin. Sino al revs, en el momento de dar de s bajo la forma de integracin de la mutacin. La evolucin no es actualizacin de virtualidades, sino la potencialidad de determinar nuevas virtualidades. La evolucin es la actualidad de las potencialidades y no de las virtualidades. Potencialidad es algo superior a actualidad y virtualidad.

Ciertamente se dir que es un poco difcil concebir que la gnesis esencial, as entendida, sea algo ms que un problema de realidades fsicas concretas que componen el Universo. Al fin y al cabo, todas las generaciones, todas las evoluciones, todas las transformaciones, se llevan a cabo por la talidad que evidentemente tienen las sustantividades en cuestin, por ser tales o cuales. Las aves nacen de los reptiles, los cuales son reptiles por unas ciertas estructuras, y no nacen de las amebas, por lo menos directamente, sino de otra estructura determinada. Y por consiguiente no se ve de una manera exacta de qu es lo que eso puede tener que ver con la estructura de la realidad en cuanto tal.

S. Esto sera verdad si no nos emperamos en decir que lo que llamamos la realidad en cuanto tal es como el concepto del ser en la Filosofa escolstica: una especie de mximo abstracto. No se trata de esto. Toda talidad, cualquiera que sea y en todos sus momentos, tiene lo que yo he llamado una funcin transcendental. Determina aquello que es un tale en realidad, solamente por el tale que es. No es una especie de contraccin de la realidad en abstracto a este tale determinado. No. Sino que el tale, por ser determinadamente tal, por tener esa determinidad (ms bien que una determinacin) constituye precisamente a esa talidad en su carcter de realidad. Pues bien innegablemente, la gnesis descrita afecta a lo que las estructuras sustantivas tienen de realidad. Porque es justamente la funcin transcendental en que la gnesis talitativa da lugar a la modificacin del carcter mismo de la realidad en cuanto tal. Y por esto es esta gnesis la gnesis del de suyo. Toda realidad es de suyo. Y hay que decir (si se toman por lo menos las lneas ascendentes de la evolucin) que son ms de suyo los trminos superiores que los trminos inferiores. Y por ser ms de suyo son ms s mismas. Si se piensa en el concepto meramente formal del de suyo, entonces esto sera una nadera. Pero in re es ms suyo un primate que una ameba. De esto no hay duda ninguna.

Se trata, pues, de una gnesis de la realidad en cuanto tal. Y ahora bien, cuando se ha dicho que en la realidad en cuanto tal no cabe evolucin (se es o no se es), justo lo que se ha hecho es volver al argumento de Parmnides. Es decir, el ser, la realidad es o no es. Pero puede ser de muchas maneras. Aqu los grados de realidad estn determinados por las potencialidades de la realidad que tienen las cosas en virtud de su talidad. Las potencialidades en cuestin no son simplemente potencialidades en el sentido biolgico de la palabra, sino que justo son potencialidades precisamente para que algo pueda ser real de una forma determinada. Como dir a continuacin, la evolucin afecta a la realidad en cuanto tal precisamente en forma de determinar en ella los grados de realidad. Los grados de realidad no son una serie, una especie de escala de las realidades que hay en el Universo, sino que tienen un carcter estrictamente dinmico, en que van apareciendo formas superiores de la realidad o formas inferiores: pueden ocurrir las dos cosas. Y este es precisamente el devenir. Es un devenir mayor en el sentido de dar de s; es mucho ms dar de s el producir una nueva sustantividad -por ejemplo, que los reptiles produzcan las aves- que el transformar el hidrgeno y el cloro en cido clorhdrico o el repetir las partculas elementales o el cambiar de lugar como en el caso de la simple variacin. Es ms devenir. Y es tambin menos variacin, dgase lo que se quiera. Porque, aunque haya unas mutaciones, el momento evolutivo consiste precisamente en integrarlas en la realidad sustantiva, y no en dejarse arrastrar pasivamente por un cambio que no fuera ms que extrnseco.

Se trata de un devenir; de un devenir en el sentido estricto del vocablo. Y este devenir, para no perderse en consideraciones ulteriores, es preciso acotarlo contra dos conceptos que fcilmente podan confundirse con l.

Ante todo, podra pensarse con lo que acabo de decir, que este devenir, tal como lo describo, se parece un poco al lan vital de Bergson. Ahora bien, esto no es as, en manera alguna. Bergson supone que la realidad est constituida, por lo menos en su dimensin ms profunda y ms importante, por un lan vital, por un mpetu vital, por una especie de fuerza csmica que se va abriendo paso de distintas maneras en el Universo, y esas distintas formas que va adoptando, en su abrirse paso por el Universo, seran cada uno de los seres vivientes, y a fortiori, cada una de las especies. Ahora bien, esto me parece absolutamente quimrico. Porque la vida es un lan vital, s, si se quiere llamar lan vital a eso que llamamos mpetu cuando decimos, Fulano de tal tiene mucho mpetu vital. Dejo de lado el caso del hombre, ahora, porque tiene otras complicaciones. Hay primates ms dbiles que otros, unos son ms enfermos que otros, y todos acabarn un da murindose. Evidentemente. Pero ste es un sentido de la palabra lan, que no es el que entra aqu en juego. Porque pretende Bergson que el lan vital es un proceso de invencin en que la vida va encontrando nuevos cauces, inventando nuevas formas. Pero la vida no inventa nada en este orden. Porque lo que le pasa al ser viviente para evolucionar es que le sobrevienen unas mutaciones generalmente extrnsecas. Cules? Pueden ser rayos gamma, o rayos csmicos, o lo que se quiera; pero evidentemente es algo que le sobreviene al ser viviente. Quien ejecuta ese maravilloso gesto, esplndidamente descrito por Bergson en Lvolution cratrice, no es el lan vital, sino precisamente el choque de unas estructuras con otras. Ahora bien, el devenir no est en eso: el devenir est precisamente en integrar esa mutacin.

El concepto que yo he expresado no es el de un impulso vital, sino de unas potencialidades. De unas potencialidades de realidad, y de unas potencialidades evolutivas, cosa completamente distinta a un lan vital.

Estas potencialidades, en segundo lugar, es menester aadirlo, no son potencialidades en el sentido aristotlico de la palabra, es decir, unas potencialidades ms o menos indeterminadas. Alguna indeterminacin tienen, evidentemente. Pero esta indeterminacin no es absoluta. Y no lo es de un modo muy preciso. En primer lugar, porque en su punto de partida todas las potencialidades estn incursas en una configuracin. Esto es evidente. Si no fuera por la configuracin en que estn, esas potencialidades no daran de s lo que dan. Esto es absolutamente esencial. Y las configuraciones no dependen solamente de la estructura a la que estn configurando. En segundo lugar, estas potencialidades, dentro de la estructura, dentro de la configuracin, no son una especie de pura indeterminada. No. De ninguna manera. Tienen una estructura muy precisa. Tan precisa, que la propia potencialidad en tanto que potencialidad va variando en el curso del dinamismo. Desde una clula germinal que, como tal, es ms o menos totipotente (para los efectos de muchas formas derivadas de ella) hasta la forma que tiene en el momento de nacer, y ya entonces no es evidentemente susceptible de una nueva forma, se va restringiendo y modulando el sistema de potencialidades que tiene una realidad de potencias biolgicas-. Cada esencia tiene por consiguiente un sistema muy preciso y muy determinado de potencialidades, que solamente de una manera estructural, y a lo largo del tiempo, y a lo largo del dinamismo, se van actualizando. En tercer lugar, esas potencialidades van dando formas, van adoptando formas, que no son formas como sembradas en el Universo a boleo. Unas configuraciones nacen de configuraciones anteriores, y conducen a configuraciones ulteriores. Hay toda una cascada de configuraciones. Cuando se ha hecho la crtica de la constitucin de las molculas por este sistema de configuraciones se ha dicho: cmo se va a pretender que jugando con los electrones libres en el Universo se produzca la molcula de la ms elemental de las protenas? Claro que esto sera evidente si las cosas fueran as. Pero no son as. Es que los elementos del Universo en una primera configuracin han producido una realidad A. Y esta realidad en configuracin, al cabo del tiempo, ha dado la realidad B, etc. Y todava ahora, en un momento determinado, aparece la molcula de protena. Es que las configuraciones no estn sembradas a voleo en el Universo, sino que estn encadenadas, en cascada rigurosa, en la cual se van actualizando, de una manera muy precisa y muy formal, las potencialidades en trminos evolventes ()

Captulo VIII Dinamismo de la mismidad

() Ahora bien, estas actividades as determinadas y que abocan a una estructura del viviente, deca, constituyen un dinamismo que como todo dinamismo est apoyado en dinamismos anteriores. Ya quedan descritos, pginas atrs, los dos dinamismos a que aluda al comienzo del captulo: el dinamismo de la variacin y el dinamismo de la alteracin, que , por excelencia llamamos evolucin. El punto en que este dinamismo de los seres vivos est montado sobre ese dinamismo gentico y evolutivo. Y este montaje es esencial a nuestro problema, porque eso quiere decir que la vida precisamente porque consiste, como deca, en un sistema de actividades para mantener unas estructuras, para mantener unas sustantividades, y esas actividades tienen una dimensin esencial, constitutivamente evolutiva. Como esta evolucin tiene unos caracteres determinados, a ellos es preciso atender para entender en qu consiste la ltima ndole de este dinamismo vital. Y aqu voy a ser puramente enumerativo. En definitiva, esta enumeracin no es rigurosamente cronolgica, pero s lo suficiente y, sobre todo desde el punto de vista de la naturaleza de las cosas es rigurosamente fundante, porque cada trmino est fundado en el anterior.

[1] En primer lugar, no hay duda ninguna, cualquiera que sea su mecanismo ms o menos desconocido, pero sobre el que se han hecho experiencias importantes, la materia viva procede, y no es ms que un trmino de una evolucin de la materia que no es viva. En fin, los clebres experimentos de Oparin y otros, obteniendo los aminocidos por descargas elctricas sobre un medio con nitrgeno, amoniaco, etc., son no dir evidentes, pero s convincentes y plausibles, y abren la puerta a la meta -que yo no creo tan remota como muchas veces se dice- de poder crear efectivamente sintticamente, materia viva. Slo que yo he distinguido siempre rigurosamente entre materia viva y organismo, de la misma manera que la Fsica ha distinguido rigurosamente entre partculas elementales y corpsculos. En modo alguno se le ocurrira a un fsico de hoy decir que las partculas elementales son corpsculos en el sentido de los tomos. La prueba est en que casi todas estas partculas elementales se describen en ecuaciones de ondas de distintos tipos: la de Schrodinger, la de Klein, etc. Esto es una cosa completamente distinta. No son tampoco ondas en el sentido clsico. Qu son entonces? No lo sabemos. Mejor dicho, sabemos esto: efectivamente son unas entidades, que son elementales, y cuya actuacin se describe en trminos de estas ecuaciones, en virtud de lo cual no son rigurosamente corpsculos ni rigurosamente ondas. Aqu lo que nos importa es decir que las partculas son elementales, pero que una partcula elemental de la materia no es formalmente un corpsculo. Hay una distincin entre cuerpo y materia. Pues bien, creo que es el mismo caso en que estamos en Biologa. Estamos habituados a considerar que la Biologa comienza en la clula. Esto es una suposicin como otra cualquiera. Hay un problema quiz anterior, que es la constitucin de la materia viva, que naturalmente tendr una vida muy difcilmente detectable y diferenciable de los estadios que no son vida, evidentemente. Por eso es una evolucin que en una o en otra forma constituye lo que yo llamara la vitalizacin de la materia. Frente a la estabilizacin de la materia, propia de la constitucin de partculas elementales ms o menos estables, y de molculas ms o menos estables, pasando por tomos, tenemos algo que, repito, yo llamara la vitalizacin de la materia. Y esta vitalizacin de la materia justamente da lugar a una marcha progresiva.

[2] En segundo lugar, esta materia viva se organiza inmediatamente. Cules son los factores? No hay nadie capaz de contestar a esta pregunta. Pero como quiera que sea, si comparamos la materia viva, por ejemplo la de un virus, suponiendo que sea por lo menos un detritus de materia viva, con una clula, vemos inmediatamente que las clulas tienen casi todas ellas por lo menos ncleo, adems de un citoplasma. Pero, como deca muy bien Darlington, un citoplasma es justamente el campo de accin de un ncleo; es decir, como quiera que sea, que los factores, el cdigo gentico, etc., estn acumulados precisamente en el ncleo. Esto es, se ha pasado de la pura vitalizacin de la materia, en virtud de la cual hay materia viva, a algo distinto que es la interiorizacin de la vida. La vida se ha concentrado por lo menos en un punto nuclear que es rector de las manifestaciones fundamentales de la vida. [3] Con la interiorizacin del ncleo, con el ncleo aparece la clula; quiero decir, aparece en un cierto estadio evolutivo, la diferenciacin entre seres monocelulares y seres pluricelulares. Pero esta diferencia biolgica no ha sido objeto de reflexin por parte de los grandes tericos de la evolucin como el tan conocido P. Teilhard de Chardin. S, sin duda es muy sencillo describir en trminos grandiosos la marcha de la evolucin, segn Teilhard de Chardin, como si efectivamente los individuos no tuvieran nada que hacer, sino formar parte de la especie. Siendo as que el hecho biolgico radical de la constitucin de un organismo pluricelular consiste justamente en disociar entre s la suerte del individuo y la suerte de la especie. Efectivamente, si se considera una ameba, la ameba se va dividiendo en dos. Pero dnde est la ameba anterior? Pues realmente est en las dos. Es decir, en la ameba la suerte del individuo es idntica a la suerte de la especie. Naturalmente. En cambio, si tomamos cualquier organismo pluricelular lo suficientemente desarrollado nos encontramos con que, efectivamente, sus funciones reproductoras son muy importantes, pero no agotan, ni remotamente, toda la actividad biolgica de los organismos en cuestin, ni en aquellos casos en que la propia actividad gentica pueda ser letal. Ni mucho menos. En el caso del organismo pluricelular hay una disociacin radical y esencial entre la suerte del individuo y la suerte de la especie. La muerte de un perro no hace que desaparezcan los perros de la historia. En cambio, la muerte de una ameba, la ameba primera, hara que desparecieran prcticamente todas las amebas de la Tierra. Una cosa es la suerte del individuo, otra la suerte de la especie.

[4] Hay un cuarto grado. La aparicin de la meiosis y, en su momento, de la generacin sexual. Aqu asistimos no simplemente a diferenciar la suerte del individuo y la suerte de la especie, sino a vincular la actividad del individuo a la asociacin con otros seres vivos, y, sobre todo, en la forma ms ntima de su posesin, cuando la reproduccin es sexual.

[5] Como he dicho, todo ser vivo es ms o menos trmino de una suscitacin de acciones por parte del medio que le circunda. Y en este sentido es susceptible a estas acciones, y se puede decir, no con impropiedad sino con todo rigor, que hay una cierta funcin de sentir en todos los seres vivos. Lo que pasa es que esa susceptibilidad no constituye una liberacin propia y formal del estmulo en cuanto tal. Un vegetal, evidentemente, es susceptible en este caso, pero en fin no tiene ningn sistema orgnico, celular, en el cual se autonomice su funcin susceptible, por lo menos de una manera suficientemente voluminosa. En cambio, en el ms modesto de los animales aparece por lo menos algo que es una autonomizacin de las funciones de estimulacin, de una manera ciertamente difusa y que precisamente por ser difusa yo la he llamado sentiscencia. Esa sentiscencia es una sensibilidad ms o menos general, que luego puede adoptar formas distintas, radial, etc., pero llega, y finalmente aparece la liberacin biolgica del estmulo en cuanto tal en forma de sensibilidad propiamente dicha, pasando por la forma de la susceptibilidad a la sentiscencia y de sta a la sensibilidad. Y con ello aparece precisamente el psiquismo. Es justamente el momento en que pudiramos decir que se produce en una o en otra forma la animalizacin de la vida. Animalizacin de la vida en la que aparece la funcin de sentir, la funcin de sentir de una manera temtica. Y todo cuanto acontezca a lo largo de la historia de los animales, desde el primer animal que tenga sentiscencia hasta el ms complicado de los orangutanes y el primero de los homnidos, ciertamente no es sino una complicacin evolutiva de esto que es el psiquismo elemental de todo animal, a saber: las complicaciones y el desarrollo de su funcin de sentir como liberacin biolgica del estmulo.

[6] Las estructuras de la vida no solamente han llevado a crear una liberacin biolgica del estmulo en forma de pura y vaga animalizacin de la vida sino a algo ms: ha aparecido un estadio en que justamente esas funciones se centralizan: es la centralizacin del sentir, la centralizacin de la vida animal. Lo cual es enormemente importante. Pensemos que por esto a un animal se le puede dar la puntilla, cosa que no se puede hacer con ningn vegetal. Un vegetal es constitutivamente un sistema no centralizado. Un animal est centralizado. Y cuanto ms centralizado es, es ms perfecta su vida, pero ms vulnerable. La centralizacin es siempre la sede de la vulnerabilidad. El animal, a medida que va siendo cada vez ms animal, es un sistema ms centrado; y un sistema centrado en que el psiquismo cobra ms carcter y ms parecido a lo que en el hombre hace que pueda decir: "me siento hambriento" o "me siento sediento". Pero el animal no tiene este me de ninguna manera: est sediento y est hambriento. Cuanto ms perfecto es el animal, ms se parece justamente a este me que tenemos los hombres.

[7] No solamente hay la centralizacin de la animalidad sino que hay, adems, unos mecanismos no en todo ser vivo, pero s especialmente en los animales- de mantenimiento del equilibrio del medio interior. Es justamente la homeostasis, la introduccin de la homeostasis en la vida. Sin esto, el ser vivo no podra mantener sus estructuras. El equilibrio homeosttico es algo ms que un equilibrio: es un momento dinmico de la actividad de los seres vivos. Ciertamente, fundado en estructuras de equilibrio; no hay duda ninguna. Considrese que se mantiene justamente la homeostasis del medio interno precisamente para que cuando el ser viviente necesite ejecutar funciones de un nivel superior a aquel que se est considerando, pueda el ser vivo contar, en cierto modo, consigo mismo para aquella otras funciones. Es decir, la organizacin y el equilibrio del medio interno no es un equilibrio esttico, es un equilibrio dinmico en que cada una de las fases inferiores requiere por necesidad la intervencin de una fase superior para que la fase inferior pueda continuar siendo la que es; no podra mantenerse el quimismo de un animal si en un cierto momento el animal no tuviese sensaciones pticas (por lo menos de una manera integral), o bien otras. Evidentemente, esto no podra ser. Interviene la funcin superior precisamente porque est exigida por la inferior. Ahora, que la superior, por su parte juega su pasada. Porque una vez que entra en accin, tiene un campo mucho ms extenso que la funcin elemental que le ha hecho entrar en funcionamiento. Es decir, tenemos una subtensin dinmica de la funcin superior por la inferior, y adems una liberacin de la actividad propia de la funcin superior. Pero la funcin superior no podra ejecutar su actividad si no fuera por la homeostasis, que dinmicamente subtiende su propia actividad. Cmo podra pretenderse que sin un equilibrio dinmico adecuado pudiera el sistema nervioso funcionar adecuadamente y tener un cerebro que recordara? Esto no podra ser.

[8] En octavo lugar, no solamente hay una funcin de estabilizacin en el orden de las actividades, sino que esta estabilizacin conduce de hecho, por lo menos en la serie animal, a algo distinto, que es la corticalizacin. Se va constituyendo no solamente un eje central, sino que ese eje central termina en un telencfalo y el telencfalo culmina en una corteza. Se ha discutido mucho cul sea la funcin de la corteza. Ahora bien, cul es la funcin de la corteza? Se ha discutido mucho entre neurlogos. Sherrington crea que era un sistema de integracin; Brinkner, que es un sistema de significacin. Modestamente me he atrevido alguna vez a pensar que no se trata ni de una cosa ni de otra. Porque efectivamente el ser vivo, todo ser vivo, aun la ameba ms elemental, adems de tener unas funciones especficamente determinadas, tiene, justamente en virtud de sus propias estructuras, lo que yo he llamado la formalizacin de esas acciones, de la manera como se presentan en el medio. Y he puesto el ejemplo del cangrejo (no es mo, es de Katz), del cangrejo al que se le adiestra a cazar una presa sobre una roca, pero si esa presa se le pone colgada de un hilito y un palillo, el cangrejo se siente incapaz de apresarla. Por qu razn? Porque realmente el cangrejo no ha percibido la presa sino que ha percibido la configuracin entera roca-presa. Y ahora, como tiene una configuracin distinta, no reconoce la presa en ella. En cambio un animal superior al cangrejo, ve la presa por s misma, como recortada, independiente de las dems. Pues, justo esa es la funcin de formalizacin.

En el desarrollo evolutivo del sistema nervioso no simplemente se van creando los once rganos, los once matices de la sensibilidad que todos poseemos, sino que, adems, sobre todo, se va creando un enorme sistema de formalizacin, en virtud de lo cual podemos hablar de cosas independientes, y no simplemente de configuraciones totales. Ahora bien, yo estimo que la funcin esencial de la corteza cerebral y del cerebro en general es justo crear este enorme sistema de formalizacin, en virtud del cual un estmulo elemental que se recibe del medio externo, en virtud de las formalizaciones, presenta situaciones cada vez ms ricas, cuanto ms rica sea su formalizacin interna. Y esto es precisamente lo que hace que el psiquismo, tan elemental que consiste justamente en la liberacin biolgica del estmulo, adquiera ese carcter voluminoso y complicado que aboca precisamente en la conducta del animal. Las respuestas que el animal da a una suscitacin se convierten entonces en conducta. La formalizacin exige la conducta para su propia estabilidad y recprocamente hace posible la riqueza en que se inscribe el psiquismo animal. En esto se funda la unidad intrnseca entre estabilidad y creacin en la vida.

En definitiva, si consideramos estos estadios citados en la marcha de la vida, nos encontramos con que desde la interiorizacin de la materia hasta la mxima formalizacin en la corticalizacin, hemos asistido a una progresiva interiorizacin, cada vez mayor, precisamente del ser vivo.