20 MUJERES Y 30 POEMAS
#lassinsombrero poetas y
los #VersosSinsombrero de la Generación del 27
ANTOLOGÍA
Selección de Ricardo de la Torre Rodríguez Departamento de Lingua Castelá e Literatura. IES de Sanxenxo
Sanxenxo, febrero de 2017
Cristina de Arteaga
Invernal
Lo intrazado
Josefina Bolinaga
El hondo sufrir
Dolores Catarineu
[¡Cómo quise tu boca...!]
[Tender un puente firme]
María Cegarra Salcedo
[He sido]
Presencia de Miguel
Rosa Chacel
Mariposa nocturna
Ernestina de Champourcín
[¡Si derribas el muro...!]
Carmen Conde
En la tierra de nadie
Margarita Ferreras
[No moriré mientras tú vivas]
[Por la verde, verde oliva]
Esther López Valencia
En los viejos pergaminos
Concha Méndez Cuesta
[Para que yo me sienta desterrada]
Mi ventana
Vine
Elisabeth Mulder
Roja, toda roja...
La extranjera
María Luisa Muñoz de Buendía
Bosque sin salida
Gloria de la Prada
[Tienen los gatos fechas]
María Teresa Roca de Togores
La mentira
Marina Romero
[A todos los que al mirar]
[Qué negra la noche canta]
Josefina Romo Arregui
Quiero besarte la risa
Romancillo de invierno
Lucía Sánchez Saornil
Soñar, soñar siempre
E Dios
Josefina de la Torre
[Todos los días]
Pilar de Valderrama
Evocación
María Zambrano
Delirio del incrédulo
Cristina de Arteaga
Invernal
Solos por el parque,
por el parque viejo
que tenía un largo
cansancio de invierno;
tras de tantos años
volvimos a vernos.
Yo llevaba el triste
corazón enfermo,
caía en el suyo
la niebla del tedio.
¡Cúan lejos las horas
vírgenes de duelos
en que nuestras vidas
eran como versos
que a veces rimaban
casi sin saberlo...!
Me clavó sus ojos
como en otros tiempos,
mas nada me dijo
su turbado acento.
Yo cerraba el arca
de mis pensamientos
porque no rasgase
lo gris del silencio
que esfumaba un mudo
soñador arpegio...
Y con una angustia
despertaba en nuevo
pavoroso acorde
dentro de su pecho,
nos miramos como
se miran los ciegos...
¡Y nos separamos
para nunca vernos!
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 163-‐164)
Lo intrazado
Las carreteras, como reptiles,
son largas
y amargas,
las cruzan con tráficos viles
las turbas malditas, las turbas serviles.
¡Tengo horror al camino trazado!
Prefiero
el sendero
modesto, olvidado
que trilla el ganado.
Un esbozo de senda
vacía
tan mía
que nunca pretenda
otra vía.
Pero más que senderos
muy llanos
con lodos
de todos
los rastros humanos;
yo pienso
en lo Inmenso
magnífico y rudo
donde mi destino
devaste un camino
desnudo...
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 165)
Josefina Bolinaga
El hondo sufrir
I
Se murió la nenita, y el padre,
con el alma transida de pena,
iba tras la caja
blanco cual la cera.
¡Qué congojas tan grandes el pecho!
¡Qué latir de las sienes con fuerza!
Iba como un ebrio
Tras la niña muerta.
II
En los campos brillaban las mieses
cual chispitas de luz y centellas,
doradas espigas
se inclinaban del peso a la fuerza.
Los cotos bravíos,
allá en la pradera,
retozando triscaban alegres
y balaban también las ovejas.
¡Todo convidaba
a la vida buena!
El ambiente cargado venía
de las madreselvas,
los zarzales, de rosas floridos,
perfumaban sencillos la tierra.
¡Qué alegre la vida,
qué hermosa, qué bella!
Y a lo lejos se oía la copla,
tan sencilla, tan fresca,
copla campesina
de suave cadencia,
que traía pensares benditos
del honrado vivir de la aldea.
III
¡Qué hermosa la vida;
vivirla, qué buena!
qué cansado subía el cortejo
por la dura cuesta.
Todos, en silencio,
caminaban de prisa y con pena,
¡qué dolor tan hondo
en la tarde aquella!
Pobre padre, pobre padre,
blanco cual la cera,
que cómo iba, ni él lo sabía,
tras la niña muerta.
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 165)
Dolores Catarineu
¡Cómo quise tu boca,
granada abierta,
que en las noches
de estío de amor
me llena!
¡Cómo lloran las sombras
de las veredas,
qué cauces más amargos
dejan!
En fragmentos la luna
se mete en las ventanas
entreabiertas,
y manos de fulgores
las cierran.
En las praderas bailan blancas estrellas.
¡Cómo quiero tu boca
cuando te alejas!
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 249). También disponible en la página PetitPalais du Vocabulair (http://petitpalaisduvocabulaire.blogspot.com.es/2012/08/como-‐quise-‐tu-‐boca.html)(20/02/2017).
Tender un puente firme
en esta noche clara,
desde mi pensamiento
a tu dormido ensueño.
Tener la certidumbre
de que esperas, sin duda,
y sentir palpitar
como un pájaro herido,
tu corazón en lucha
que reclama el silencio.
Estar en el deseo
como bruma azulada
que acaricia tus párpados
con desvelo de nido.
Ordenar las estrellas
que velarán tu sueño;
y sentirte latir
en la onda sonora
que trae tu sentimiento.
Disponible en PetitPalais du Vocabulair (http://petitpalaisduvocabulaire.blogspot.com.es/2012/03/tender-‐un-‐puente-‐firme.html) (20/02/2017).
María Cegarra Salcedo
He sido
una sencilla profesora de química.
En una ciudad luminosa del sureste.
Después de las clases contemplaba el ancho mar.
Los dilatados, infinitos horizontes.
Y los torpedos grises de guerras dormidas.
He quemado mis largas horas en la lumbre
de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he descubierto nada.
No tengo ningún premio.
A Congresos no asistí.
Medallas y diplomas
nunca me fueron dados.
Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.
Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el manantial jugoso, intenso, apasionado,
-‐dulce herencia entrañable-‐ que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.
Disponible en Poetas Siglo XXI (https://poetassigloveintiuno.blogspot.com.es/2014/01/maria-‐cegarra-‐salcedo-‐10828.html) (20/02/2017).
Presencia de Miguel
Nadie,
–ni antes ni después de ti–
Supo, sabe
Pronunciar mi nombre.
Hacías una creación de la palabra,
Del tono, del sonido, del acento…
Entonces…
Te recuerdo en mi nombre
-‐aprendido de ti-‐
Que conmigo inseparable, llevo.
Inconsumible, ingrávido.
Sin muerte y sin dolor.
Disponible en Poetas Siglo XXI (https://poetassigloveintiuno.blogspot.com.es/2014/01/maria-‐cegarra-‐salcedo-‐10828.html) (20/02/2017).
Rosa Chacel
Mariposa nocturna
¿Quién podría abrazarte, diosa oscura,
quién osaría acariciar tu cuerpo
o respirar el aire de la noche
por entre el pelo pardo de tu cara?…
¡Ah!, ¿quién te enlazaría cuando pasas
sobre la frente como un soplo y zumba
la estancia sacudida por tu vuelo
y quién podría ¡sin morir! sentirte
temblar sobre los labios detenida
o reír en la sombra, descubierto,
cuando tu manto azota las paredes?…
¿Por qué venir a la mansión del hombre
si no se es de su carne ni se tiene
voz ni se puede comprender los muros?
¿Por qué traer la ciega noche extensa
que no cabe en el cáliz de los límites…
Desde el tácito aliento de la sombra
que la floresta tiende en las vertientes
-‐quebrada roca, imprevisible musgo-‐
desde troncos o lazos de lianas,
desde la voz lasciva del silencio
vienen los ojos de tus alas lentas.
Da la datura su canción nocturna
que trasciende al compás que va la hiedra
ascendiendo hacia el talle de los árboles
cuando el crótalo arrastra sus anillos
y leves voces laten en gargantas
entre el cieno que nutre al lirio blanco
mirado por la noche intensamente…
Sobre montes velludos, sobre playas
donde las olas blancas se deshojan
la soledad tendida está a tu vuelo…
¿Por qué traes a la alcoba,
a la ventana abierta, confiada, el terror?…
Disponible en A Media Voz (http://amediavoz.com/chacel.htm#Mariposa%20nocturna) (20/02/2017).
Ernestina de Champourcín
¡Si derribas el muro
qué gozo en todas partes!
¡Qué lazo de palabras
se sentirá en la tierra!
Y todo será nuevo,
como recién nacido...
Si derribas el muro
de todas las mentiras
¡Qué júbilo de amor
abierto sobre el mundo!
¡Qué horizonte sin nubes
en la curva del cielo!
Disponible en A Media Voz
(http://amediavoz.com/champourcin.htm#SI%20DERRIBAS%20EL%20MURO...) (20/02/2017).
Carmen Conde
En la tierra de nadie
En la tierra de nadie, sobre el polvo
que pisan los que van y los que vienen,
he plantado mi tienda sin amparo
y contemplo si van como si vuelven.
Unos dicen que soy de los que van,
aunque estoy descansando del camino.
Otros «saben» que vuelvo, aunque me calle;
y mi ruta más cierta yo no digo.
Intenté demostrar que a donde voy
es a mí, sólo a mí, para tenerme.
Y sonríen al oír, porque ellos todos
son la gente que va, pero que vuelve.
Escuchadme una vez: ya no me importan
los caminos de aquí, que tanto valen.
Porque anduve una vez, ya me he parado
para ahincarme en la tierra que es de nadie.
Disponible en Patronato Carmen Conde-‐Antonio Oliver (http://www.patronatocondeoliver.es/carmenconde-‐seleccion-‐poemas.asp) (20/02/2017).
Margarita Ferreras
No moriré mientras tú vivas.
Desesperadamente
mis raíces se alargan.
Eres agua y te busco.
Me revuelco como un pez en la tierra
cuando tú pasas.
Disponible en Diputación de Málaga. Generación del 27 (http://www.malaga.es/generaciondel27/2179/com1_md3_cd-‐28606/margarita-‐ferreras-‐rescatada-‐silencio-‐tierra) (20/02/2017).
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón,
llegaron los ojos negros
que te embrujaron de amor.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón.
La sombra color cuchillo
que da el arco de una puerta
cobijaba a una mujer
en largas horas de espera.
El cielo es azul añil
de pinceladas violeta
mientras la cal en el patio
de blancura reverbera.
La calle arriba y abajo
la blanca Muerte pasea
con la guadaña en el hombro
y en la boca una azucena.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón,
se acercan los ojos negros
con un hechizo de amor.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón.
Llega y abraza con furia
a la mujer deseada
y le da en el corazón
el hielo de las entrañas.
Los martillazos en el pecho
la van poniendo amarilla,
las piernas se le desmayan
y le amarga la saliva.
Enroscándose ella misma
el cuerpo de la culebra,
dice con voz de martirio
y al mismo tiempo de entrega.
Yo he visto unos ojos negros
en una cara morena,
si no han de ser para mí
que se los coma la tierra.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón,
ya se van los ojos negros
arrastrando un corazón.
Por la verde, verde oliva
y el verde, verde limón.
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 279-‐280)
Esther López Valencia
En los viejos pergaminos
Góticas princesas de suaves perfiles,
de mantos fastuosos, de gestos monjiles,
en campos sembrados de lisis de oro
pasean su tedio con regio decoro.
Sus manos exangües, sus manos sutiles
tienen claridades de viejos marfiles.
Dolientes princesas, calladas y altivas,
ha tantos siglos que lloran cautivas!
Sus ojos azules escrutan la senda...
¿Cuándo vendrá el príncipe de heroica leyenda
que rompa y destroce monstruos y vestigios?
Y espera, esperan por siglos de siglos.
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 267). También en Librodearena.com (http://www.librodearena.com/post/nana/en-‐los-‐viejos-‐pergaminos/4385027/2295) (20/02/2017).
Concha Méndez Cuesta
Para que yo me sienta desterrada,
desterrada de mí debo sentirme,
y fuera de mi ser y aniquilada,
sin alma y sin amor de que servirme.
Pero me miro adentro, estoy intacta,
mi paisaje interior me pertenece,
ninguna de mis fuentes echo en falta.
Todo en mí se mantiene y reverdece.
Si nunca me he servido de lo externo,
de lo que quieran darme los extraños,
no va a ser a esta hora, en este infierno,
donde mis ojos vean desengaños.
Yo miro más allá, hacia un futuro,
hacia una meta a donde va mi vida.
Como sé lo que quiero, miro al mundo
y le dejo rodar con su mentira.
Disponible en línea en la página electrónica A quema ropa (http://naresmontero.blogspot.com.es/2010/07/poema-‐de-‐concha-‐mendez.html) (20/02/2017).
Mi ventana
El viento
bate espadas de hielo.
—No abriré la ventana—
El viento
decapita luceros.
—No abriré la ventana—
El viento
lleva lenguas de fuego.
—No abriré la ventana—
En telegramas de sombra
que van llevando los vientos
se lee ya la Gran Noticia
que conmueve al Universo…
—Yo no abriré mi ventana—
Disponible en la página electrónica Trianarts.com (http://trianarts.com/concha-‐mendez-‐mi-‐ventana/#sthash.YzazWLrv.qQORbXYm.dpbs) (20/02/2017).
Vine
Vine con el deseo de querer a las gentes
y me han ido secando mi raíz generosa.
Entre turbias lagunas bogar veo a la Vida.
Deja estelas de fango, al pasar, cada cosa…
Y hablo así, yo que he sido vencedora en mi mundo,
porque pude vencerme y vencer a deseo.
Pero no me he querido engañar inventándome
una imagen equívoca. Me forjé en cuanto veo…
No despierto a una hora que no traiga consigo,
en un sordo silencio, una queja enganchada.
Tiene el alma un oído que la escucha y la siente
y recibe esta queja con la pena doblada…
1939
Disponible en la página electrónica Trianarts.com (http://trianarts.com/concha-‐mendez-‐vine/#sthash.1KbItkDN.n16C6bu1.dpbs) (20/02/2017).
Elisabeth Mulder
Roja, toda roja...
Roja, toda roja vi siempre la vida;
como una inmensa hoguera
donde quemaba bien
mi pobre corazón, rojo también.
Todo rojo el camino,
todo rojo el sendero
a seguir
y el día a vivir.
Y rojo el mundo entero.
Rojo de amor.
Y de dolor
y de horror...
En este vasto incendio
(brasa, flama, carbunclo),
que todo centelleante apareció
en esa luminaria,
¿qué habia de ser yo,
alma furtiva
y temeraria?
¿Qué habria de ser yo
sino una llama viva?
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 182). Disponible también en Poetas del Mundo (http://rincondepoetasmajo.blogspot.com.es/2012/05/elisabeth-‐mulder.html) (20/02/2017).
La extranjera
Adiós. Parto de nuevo
Iútil ha de ser cuanto me digas
Mas por la gratitud que en mi alma llevo
Te quiero repetir que no me sigas
Al mundo lejano
De donde salí.
Tiéndeme la mano
Que me acariciara
Y olvídame. Olvida,
Por mi… y por ti.
No soy una loca, no soy una rara
¡mas no soy de aquí!
Puede leerse en documento disponible en la página pecesenlatierra.wikispaces.com (https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=5&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwj_yrKwg5vSAhWMBsAKHcA4DWoQFgg-‐MAQ&url=http%3A%2F%2Fpecesenlatierra.wikispaces.com%2Ffile%2Fview%2FLA%2BEXTRANJERA.doc&usg=AFQjCNGXpw7VVoDIet0RNCKS67tkECfnUg&bvm=bv.147448319,d.ZGg) (20/02/2017).
María Luisa Muñoz de Buendía
Bosque sin salida
En este bosque sin salida
que es mi vida,
¿quién entró?
Como gusano en tierna fruta
entró el amor
y va royendo, hasta minarlo,
el corazón.
En este bosque sin salida
que es mi vida,
¿quién entró?
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 156). También puede leerse en la página electrónica Club de lectura de poesía. Universidad Popular de Palencia (http://clubdelecturadepoesiaupp.blogspot.com.es/2015/07/poetas-‐espanolas-‐del-‐siglo-‐xx.html) (20/02/2017).
Gloria de la Prada
Tienen los gatos fechas
para quererse;
las personas estamos
en fecha siempre,
y aún nos quejamos
si en las noches de Enero [sic]
mayan los gatos.
En Poetas Siglo XXI (https://poetassigloveintiuno.blogspot.com.es/2016/08/gloria-‐de-‐la-‐
prada-‐18044.html) (20/02/2017).
María Teresa Roca de Togores
La mentira
Sé que me despreciáis; mas no os asombre
que os diga que al hacerlo de tal suerte,
despreciaréis de mí no más que el nombre,
pues vivo en el espíritu del hombre,
y puedo dar la vida y dar la muerte.
¡No podéis despreciarme! Que es mi sino
vagar en vuestros pechos siempre errante;
me rechazáis, mas me buscáis sin tino,
pues deparada estoy por el destino
a ser vuestra enemiga y vuestra amante.
Soy amada cual soy aborrecida,
yo sé engendrar el odio y el amor,
mi destreza jamás se vio vencida,
que en las lides más fuertes de la vida
vencer supe la dicha y el dolor.
Queréis huir de mí; pero es en vano,
necesitáis mi astucia y mi poder,
las leyes del honor tengo en mi mano,
si yo quiero, ennoblezco al más villano,
y al más noble yo puedo envilecer.
Soy el eje del mundo, y mis antojos
manejan la indulgencia y la maldad;
no debo merecer vuestros enojos
que la verdad no ofrece más que abrojos,
yo soy menos cruel que la verdad.
Sin mí no existiría la esperanza,
doy vida y realidad a la ilusión,
soy el arma mejor de la venganza,
vivo entre la caricia y la acechanza,
después de seros fiel me hacéis traición.
Yo sé resucitar la fe perdida,
que el ser en quien creéis y a quien amáis
me lleva en sus palabras escondida;
si la savia yo soy de vuestra vida,
decidme, pues, ¿por qué me despreciáis?
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 211-‐212). También puede leerse en la página electrónica Araceli Rego, entre corcheas y sonetos (http://aracelirlentrelohumanoylodivino.blogspot.com.es/2016/04/maria-‐teresa-‐roca-‐de-‐togoresla-‐mentira.html) (20/02/2017).
Marina Romero
A todos los que al mirar
veis algo,
os saludo.
A todos los que al nacer
lleváis yerba buena en la boca
os saludo.
Y a los que os dejasteis
la hiel
en la tórtola,
la carne
en la garra del buitre,
el musgo
en el hueco del árbol,
y la moneda
en el bolsillo ajeno
os saludo.
Bienvenidos
a este valle de lágrimas.
Y cuidad que la sal
no os amargue
alguna noche,
y para siempre,
los labios.
En la página Poemas del Alma (http://www.poemas-‐del-‐alma.com/marina-‐romero-‐a-‐todos-‐los-‐que-‐al-‐mirar.htm) (20/02/2017).
¡Qué negra la noche canta,
qué negro canta el silencio,
qué negra la luz parece,
qué negros saben tus besos!
¡Qué blanca la luna marcha,
qué blanco se queda el cielo,
qué blanca el agua se mece,
qué blanco murmura el viento!
¡Qué rojas son tus pasiones,
qué rojos tus pensamientos,
qué rojo el sabor amargo
de tus besos cenicientos!
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 237). También puede verse cantado en el espectáculo "Versos de otro tiempo, mujeres poetas de la generación del 27" en (https://www.youtube.com/watch?v=DlcCaow0Do4) (20/02/2017).
Josefina Romo Arregui
Quiero besarte la risa
y sus notas cristalinas;
colgándome de los labios
parecerán campanillas;
quiero besarte la luz
que brota de tus pupilas.
¿Cómo será fría o cálida?
¿Lo mismo que cuando miras?
Sueño mi beso estuviera
lejos del radio en que gira
lo que es, pues yo quisiera
bajo la noche tranquila
besarte lo que ninguno
hasta hoy te besaría.
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 246).
Romancillo de invierno
Es invierno, el viejo invierno
que extendió por las montañas
su calofrío de anciano
y su suave barba blanca.
Afuera aúllan los lobos
y el viento baila su danza.
Afuera cruje la nieve
en fantásticas pisadas.
Adentro mirando al fuego
con pupila dilatada,
sueño. Sueño que este invierno
no hiele también mi alma
y que ella sea una choza
como ésta en que estoy, cerrada
a los fríos y los lobos
del dolor y las nostalgias.
El viento impulsa a la nieve
a una loca zarabanda,
de nuevo suenan medrosas
las fantásticas pisadas.
Yo sigo inmóvil soñando
junto al hogar arropada...
Chisporroteos de lumbre
bajo la vieja campana,
chisporroteos de amor
en un rincón de mi alma.
De la antología Peces en la tierra (Merlo, 2010: 245). Musicalizado y recogido en Versos sobre el pentagrama (http://www.versosobrelpentagrama.com/content/romancillo-‐de-‐invierno) (20/02/2017).
Lucía Sánchez Saornil
Soñar, soñar siempre
Has jugado y perdiste: eso es la vida.
El ganar o perder no importa nada;
lo que importa es poner en la jugada
una fe jubilosa y encendida.
Todo lo amaste y todo sin medida.
¿Cómo puedes sentirte defraudada
si fuiste por amor crucificada
con un clavo de luz por cada herida?
Sobre urdimbres de olvido van tejiendo
lanzaderas de ensueño otra esperanza
de un morir cotidiano renaciendo.
Porque un nuevo entusiasmo nos transporta
a otro ensueño entrevisto en lontananza
y en la vida, el soñar, es lo que importa.
Puede leerse en la página 84 Charing Cross Road (http://84-‐charing-‐cross-‐road.blogspot.com.es/2014/06/lucia-‐sanchez-‐de-‐saornil-‐has-‐jugado-‐y.html) (20/02/2017).
E Dios
He de creer en ese Dios absurdo,
ese Dios que hizo al hombre contrahecho
y que le señorea por derecho
exigiendo lo recto por lo zurdo?
¿Quién inventó ese Dios de horca y cuchillo
que creció y se nutrió de guerra santa?
con halagos a Dios el hombre espanta
su miedo tenebroso y amarillo.
Tan amarillo como la ictericia
enfermedad terrible que se inicia
en el vientre poluto de la madre.
Cuerpo y alma luchando medio a medio
para acabar podrido sin remedio;
pero tan sólo cuando a Dios le cuadre.
Puede leerse en Libro en verso para empleados perversos, documento disponible en (https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwiRneqU5p_SAhUJVRoKHQSEDbEQFgg5MAA&url=http%3A%2F%2Fwww.cgtpopular.com%2Flibro%2520en%2520verso%2Flibro%2520en%2520verso.pdf&usg=AFQjCNEBPuH8q8WrOXzdTOqxZpkgHwf0pg&bvm=bv.147448319,d.bGg) (20/02/2017).
Josefina de la Torre
Todos los días
llama a mi puerta el desconsuelo…
Estoy vacía y su eco resuena
por todos los rincones de mi vida.
Se estremece mi sangre
que es un hilo de hielo
al faltarme el calor de tu presencia.
No comprendo el idioma del paisaje;
qué quiere decir sol,
cielo azul”
aire.
No comprendo mi ritmo,
ni mi esencia,
ni por qué sigo andando,
respirando,
contemplando a la gente,
a los perros que pasan,
a los pájaros
que mi balcón visitan diariamente.
Ni por qué la mirada,
mis ojos,
abarcan el entorno que me envuelve.
Ya no comprendo nada.
El mundo se me ha vuelto
un compañero extraño
que camina a mi lado
y no conozco.
¿Qué quiere decir vida?
Ya no encuentro
aquel sabor que un tiempo me dejara.
Las palmas de mis manos
se cierran sin calor,
desconsoladas.
Que eran tuyos tu casa y tu paisaje;
que está en ellos la huella de tus pasos,
el hueco de tu cuerpo…
Y está la casa llena
de tu recuerdo.…
Puede leerse en la página electrónica Poemas del Alma (http://www.poemas-‐del-‐alma.com/josefina-‐de-‐la-‐torre-‐todos-‐los-‐dias.htm) (20/02/2017).
Pilar de Valderrama
Evocación
Aquel café de barrio, destartalado y frío,
testigo silencioso de nuestras confidencias,
extremo de rigores, conjunto de inclemencias,
que sólo caldeaban tu corazón y el mío.
Viejo café de barrio, adonde yo acudía,
donde tú me esperabas con el alma impaciente,
y cada vez, al verme, coronaba tu frente
con un halo de luz la fugaz alegría.
Con nostálgico afán en vano te he buscado
queriendo en tus vestigios revivir un pasado
que inexorablemente para mí se ha perdido.
Nadie de ti sabía, todo estaba cambiado:
tus muros, tu recinto, la sombra de Machado
como un girón de niebla han desaparecido.
Puede leerse en la página electrónica Poemas del Alma (http://www.poemas-‐del-‐alma.com/pilar-‐de-‐valderrama-‐evocacion.htm) (20/02/2017).
María Zambrano
Delirio del incrédulo
Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas? , sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
[Si pudiera, pero hundirme... ]
Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. [Era tu gloria.]
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.
Roma. Enero, 1950. Hotel d'lnghilterra
Puede leerse en A Media Voz (http://amediavoz.com/zambrano.htm#DELIRIO%20DEL%20INCR%C3%89DULO) (20/02/2017).
Por qué se escribe
Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota
desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que
precisamente por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de
relaciones entre ellas. Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo
mismo que necesitar de una justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo
que en ella y únicamente en ella se encuentra.
[...]
ZAMBRANO, María: Revista de Occidente, tomo XLIV, p. 318
(Su primer ensayo, tiene 29 años)
Disponible en (https://javierbrolo.files.wordpress.com/2012/12/por-‐que-‐se-‐escribe-‐maria-‐
zambrano.pdf) (20/02/2017).