Administración de seguridad integral
Enviado por Luis Aguedo Valencia Luis Aguedo Valencia
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1. Introducción a la administración y seguridad integral 2. Teoría administrativa 3. Características de la administración 4. Principios administrativos 5. 6. Biografías de Don Henry Fayol y Don Frederick Winslow Taylor 7. Seguridad 8. Riesgos y medidas de seguridad 9. La capacitación 10. Aplicación de la seguridad integral 11. Planeamiento y organización de seguridad en la empresa 12. Seguridad industrial 13. Reglamento de seguridad y salud en el trabajo decreto supremo Nº 009-2005-TR 14. Bibliografía
MÓDULO I
Introducción a la administración y seguridad integral
OBJETIVOS
Al término de las acciones educativas previstas en este primer módulo autodidacta del
programa de Especialización de Seguridad Integral, usted estará en condiciones de:
1. ADMINISTRACIÓN GENERAL
Introducción
Para Poder entender la administración se debe conocer la perspectiva de la historia de su
disciplina, los hechos pasados en situaciones similares, y relacionarlos con otras
experiencias y conocimientos actuales, es por eso la importancia de conocer la historia y
origen de la administración.
La administración aparece desde que el hombre comienza a trabajar en sociedad, "las
primeras manifestaciones administrativas se presentaron cuando dos hombres quisieron y
lograron mover una piedra que ninguno podía hacerlo solo".
A través de la historia de la humanidad encontramos que, los pueblos antiguos trabajaron
unidos en organizaciones formales (por ejemplo, los ejércitos griegos y romanos, el Imperio
Incaico, la iglesia católica romana, etc.). También las personas han escrito sobre cómo
lograr que las organizaciones sean eficaces y eficientes.
Esto sucedió mucho antes de que el término "administración" hubiera aparecido y se
hubiera definido.
CONCEPTO GENERAL DE ADMINISTRACIÓN
Definiciones:
Definición de Administración
Cada una de las anteriores definiciones nos llevará a la verdadera naturaleza de la
administración y a sus propiedades distintivas. Como tales, las definiciones son válidas
para toda clase de administración (Privada, Pública, Mixta, etc.), y para toda especie de
organismo (productivos, de capitál o de servicios).
Podemos decir que la administración se apoya en principios (ciencia), que hace uso de la
creatividad y la destreza (arte) y que a través de la aplicación de ciertos procedimientos
(técnica), busca lograr siempre eficientemente los objetivos establecidos.
La ciencia es un conocimiento organizado. La característica esencial de cualquier ciencia es
la aplicación del método científico al desarrollo del conocimiento. (Koontz, 1994: 12). X
tanto podemos definir a la Administración como la:
Teoría administrativa
Factores que contribuyen a las diferencias de los términos utilizados en la
Administración.
Características de la administración
Principios administrativos
Los principios administrativos: "son verdades fundamentales, que se tienen como tales en
un momento dado y que explican las relaciones entre 2 o + conjuntos de variables".
(Koontz, 1994:14).
Administración de seguridad integral
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Clasificaciones de los principios Administrativos
Los principios generales de la administración, están presentados bajo formas y contenidos
variables por cada autor (Chiavenato, 1997: 231).
A medida que se obtengan cada vez más conocimientos confiables respecto a la
administración, surgirán nuevos principios y, al mismo tiempo, serán modificados otros
o algunos serán descartados por no ser realmente representativos del conocimiento
administrativo.
La Administración se apoya en principios o medios administrativos que fortifican el cuerpo
social y facilitan el control de éste; deben ser flexibles y utilizados con inteligencia,
experiencia, decisión y mesura. Uno de los principios que no debemos omitir es el de
Coordinación, el que se refiere a la forma armoniosa de llevar las acciones con las
circunstancias. Fayol enumera 14 principios:
Importancia de la administración
Una de las formas más sencillas de la administración en nuestra sociedad, es la
administración del hogar y una de las más complejas la administración pública. Pero el
fenómeno administrativo no solamente nació con la humanidad sino que se extiende a la
vez a todos los ámbitos geográficos y por su carácter universal, lo encontramos presente en
todas partes.
¿PROCESO ADMINISTRATIVO?
Es la administración aplicada o la administración puesta en acción (Munich, 1994; 29.
Un proceso es el conjunto de pasos o etapas necesarias para llevar a cabo una actividad.
ANEXO (A) :
Biografías de Don Henry Fayol yY Don Frederick
Winslow Taylor
Henry Fayol
Nació en 1841 en Turquía – Estambul, y Murió en París, 1925; Destacado ingeniero y
teórico de la Administración de Empresas. Se gradúa como ingeniero civil en el año
1860 y desempeña el cargo de Ingeniero en las minas de un importante grupo metalúrgico.
En 1878, durante el Congreso de París de la Sociedad Minera, presentó un informe sobre la
alteración y combustión de la hulla expuesta al aire libre. Este trabajo consagró a Fayol
como un hombre de ciencia. En 1888 ocupa el puesto de Director General de la Commentry
Fourchambault. Se jubiló en 1918.
El modelo administrativo de Fayol se basa en tres aspectos fundamentales: la división
del trabajo, la aplicación de un proceso administrativo y la formulación de los
criterios técnicos que deben orientar la función administrativa. Fayol resumió el resultado
de sus investigaciones en una serie de principios que toda empresa debía aplicar: la
división del trabajo, la disciplina, la autoridad, la unidad y jerarquía del mando, la
centralización, la justa remuneración, la estabilidad del personal, el trabajo en equipo,
la iniciativa, el interés general.
FREDERICK WINSLOW TAYLOR
Nació en Germantown Pennsylvania EE.UU., y Murió en Filadelfia en 1915. Destacado
Ingeniero que ideó la organización científica del trabajo. A partir de 1875 se dedicó a
trabajar como obrero en una de las empresas industriales siderúrgicas de Filadelfia.
Su formación y su capacidad personal le permitieron pasar a dirigir un taller de maquinaria,
donde observó minuciosamente el trabajo de los obreros que se encargaban de cortar
metales. Y fue de esa observación práctica de donde Taylor extrajo la idea de analizar el
trabajo, descomponiéndolo en tareas simples, cronometrarlas y exigir a los trabajadores las
tareas necesarias en el tiempo justo.
Este análisis del trabajo permitía, organizar tareas de tal manera que se redujeran los
tiempos muertos, por desplazamientos del trabajador o por cambios de actividad o de
herramientas; y establecer un salario a destajo (por pieza producida) en función del tiempo
de producción estimado, salario éste de incentivo laboral. La tradición quedaba así
sustituida por la planificación en los talleres.
Taylor se hizo ingeniero asistiendo a cursos nocturnos y, tras imponer el nuevo método
en su taller, pasó a trabajar de ingeniero jefe en una gran compañía siderúrgica de
Pennsylvania de 1898 a 1901. Taylor formo un equipo con el que desarrolló sus métodos e
innovaciones organizativas. Publicó varios libros defendiendo la «organización científica
del trabajo» (el principal fue PRINCIPIOS Y MÉTODOS DE GESTIÓN CIENTÍFICA,
1911).
Seguridad
1. CONCEPTO DE SEGURIDAD
a. Origen y Desarrollo
Si nos remontamos al pasado y vemos la evolución y desarrollo de la vida humana,
observaremos una acción o esfuerzo constante por sobrevivir: 01. Enfrentándose a la
inclemencia de la naturaleza. 02. Luchando con sus semejantes y otros seres vivientes.
03. Cuidando sus pertenencias, viviendas y objetos de trabajo. 04. Construyendo y
perfeccionando instrumentos de defensa y de ataque (armas).
Veremos también que el hombre va generando permanentes actitudes de violencia por
problemas de interacción, convivencia, y equidad en la distribución de bienes; o por la
imposición de ideologías, creencias o por el predominio de razas y/o riquezas.
Por lo analizado se entiende que el hombre a través de su evolución y desarrollo adopta
y perfecciona constantemente formas de defensa, protección y ataque.
En esta visión retrospectiva el hombre se organiza por grupos, sociedades, etnias, hasta
llegar a la formación de pueblos, ciudades y naciones.
E igualmente afronta nuevos riesgos y peligros organizándose para conseguir mejores
sistemas de defensa, protección y ataque.
Cuando se crean las empresas, lugares y áreas de trabajo en un mismo entorno, los peligros
o riesgos son más contínuos y variados. La máquina primero, y después el despegue
industrial se va a encargar de crear diferentes tipos de peligros y riesgos contra el
trabajador, la máquina y su producción. Conforme el hombre va evolucionando y
desarrollando sus condiciones de vida y sus actividades, los riesgos y medidas van de
la mano.
Por lo expuesto podemos afirmar que:
……………………..veamos algunas definiciones:
b. Definición
Riesgos y medidas de seguridad
El Riesgo, definido en documentos legales, técnicos, normativos, incluido el Diccionario de
la Real Academia de la Lengua Española, no presenta un enfoque homogéneo, por lo tanto
tomaremos la definición existente en el Glosario del DS. 009-MTPE, Reglamento de
Seguridad y Salud en el trabajo:
Del análisis de las definiciones anteriores de Riesgo, podemos llegar a las siguientes
conclusiones:
Análisis del Riesgo
Para la evaluación y prevención del riesgo es conveniente practicar una apreciación o
análisis que podría analizarse bajo tres aspectos: su identificación, ubicación y su
intensidad.
Para una perfecta identificación tener en cuenta la clasificación anterior, para lo cual se
debe contribuir a la investigación con los datos teóricos e información general.
El Riesgo debe ser ubicado el campo apropiado, donde se aplicará las medidas específicas,
sean las del SAFETY o las de SECURITY. El grado de intensidad del riesgo se medirá
con relación a la vulnerabilidad, incidencia, y repercusión que ha de producir.
La capacitación
"La Capacitación Como Elemento Clave En La Prevención de Riesgos, y en las Medidas de
Seguridad"
La capacitación profesional es un proceso permanente y planificado, concebido como
una inversión para el desarrollo que se lleva a cabo en las organizaciones con el objetivo
de que los trabajadores adquieran y perfeccionen su competencia laboral, de una vital
importancia para la implantación de un sistema de seguridad integral, permitiendo la
participación directa de los mismos en este proceso.
Los factores organizativos y humanos proporcionarán una respuesta tanto más
adecuada cuanto mejor sea la capacitación y entrenamiento de las personas que
intervengan en el diseño, en los procesos, en la dirección y en la operación de los sistemas.
Con la sensibilización ante la presencia de los riesgos, el conocimiento de su peligrosidad
y la necesidad de protección, comienza la creencia en la necesidad de la Seguridad y
Salud.
Esta sensibilización ha de emanar del más alto nivel jerárquico de la empresa y debe ser
reflejada en el compromiso de dirección refrendado en la implementación de la Política de
Seguridad y Salud.
Principios Fundamentales de la Capacitación
Aplicación de la seguridad integral
La Seguridad Integral implica prevención y defensa en el frente interno y externo de una
organización, dicho en otros términos se refiere a la capacidad de reaccionar con
efectividad ante cualquier acto provocado o no, la Seguridad Integral es tratada en dos
campos de aplicación específica, denominados SAFETY y SECURITY.
"La Seguridad Integral implica prevención y defensa en el frente interno y externo de
una organización"
Ambos campos de aplicación abarca las siguientes secciones:
Planeamiento y organización de seguridad en la empresa
Antes de iniciar las actividades operativas, toda organización, conjuntamente con el
estudio de factibilidad debe planificar su seguridad en base a un diagnóstico de
prevención y de defensa.
El planeamiento y la organización de la Seguridad comprenderán todo aquello destinado a
garantizar protección a sus operaciones, a las instalaciones y bienes, a sus trabajadores y
sus clientes.
A. Planeamiento de la Seguridad.
Para el planeamiento correspondiente se tendrá en cuenta los principios de la
organización, los cuales son:
B. Fases de Planeamiento de la Seguridad
Estos pasos perfectamente definidos en el factor tiempo son: Estudio, Elaboración de
Programas, Implementación y la Supervisión.
2. La elaboración de Programas
Después de tomarse las decisiones sobre las medidas a implantar en la empresa, se
desarrollarán cronogramas basándose en los siguientes puntos:
3. La Implementación
4. La Supervisión
C. Organización de Seguridad
Después de efectuado el planeamiento de seguridad de la empresa se procederá a
organizar el sistema de seguridad diseñado.
Se elaborará una estructura orgánica y funcional, acorde a la realidad, que le permita
alcanzar todos los niveles.
Para el efecto se deben establecer acciones de prevención, protección y defensa contra
todo riesgo a que esté expuesta la empresa.
Se asignarán responsabilidades y funciones a cada uno de los componentes de la
organización.
Se elaborarán planes específicos para cada una de las situaciones críticas de la empresa.
D. Principios de la Organización
E. Funciones del Administrador de Seguridad:
Seguridad industrial
1. INTRODUCCIÓN
Seguridad laboral: Sector de la seguridad y la salud pública que se ocupa de proteger la
integridad física, controlando el entorno del trabajo para reducir o eliminar riesgos.
eran muchos los empresarios a los que no les preocupaba demasiado la seguridad de los
obreros. Sólo empezaron a prestar atención al tema con la aprobación de las leyes de
compensación a los trabajadores por parte de los gobiernos, entre 1908 y 1948: hacer más
seguro el entorno del trabajo resulta más barato que pagar compensaciones.
2. RIESGOS Y SU PREVENCIÓN
Entre los riesgos físicos comunes están: el calor, las quemaduras, el ruido, la vibración, los
cambios bruscos de presión, la radiación y las descargas eléctricas.
Si las exigencias físicas, psicológicas o ambientales a las que están sometidos los
trabajadores dentro de sus centros laborales, exceden sus capacidades, es un hecho
consecuente que surjan riesgos ergonómicos. Este tipo de contingencias ocurre con mayor
frecuencia al manejar material en forma inadecuada, cuando los trabajadores deben
levantar o transportar cargas pesadas.
3. APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE PROGRAMAS DE SEGURIDAD
INDUSTRIAL.
El primer paso para alcanzar el buen funcionamiento del Programa de Seguridad es
hacer un recorrido por las instalaciones de la empresa, preferiblemente un día por cada
área de trabajo.
Se elaborará un reporte por área de trabajo clasificando cada una de las medidas
correctivas o preventivas, de acuerdo a las consecuencias que puedan surgir al generarse
un incidente por no ser corregida o prevenidas:
Una vez terminado el recorrido, se procederá a la elaboración del reporte en donde se
plasmarán los siguientes conceptos:
ACTIVIDADES
Las actividades propias del Servicio de Prevención son las siguientes:
Evaluación
01. ¿Qué es la administración y por qué es importante?
02. ¿Cuál es su concepto de seguridad y que rol desempeña en la actualidad?
03. ¿Cómo se clasifican los riesgos?
04. ¿Por qué es importante la clasificación de los riesgos? Comente.
05. Comente la siguiente afirmación: "un personal de seguridad mal preparado
puede ser considerado un riesgo"
06. ¿Cómo se clasifican las medidas de seguridad?
07. ¿Cuáles son los campos de aplicación de la seguridad integral?
08. ¿Qué es planeamiento de seguridad y cuales son sus fases?
09. ¿Qué es seguridad laboral y por qué es importante?
10. Haga un comentario sobre el reglamento de servicios de prevención de riesgos
laborales.
ANEXO GENERAL:
Reglamento de seguridad y salud en el trabajo decreto
supremo Nº 009-2005-TR
TÍTULO PRELIMINAR
PRINCIPIOS
I.- PRINCIPIO DE PROTECCIÓN: Los trabajadores tienen derecho a que el Estado y
los empleadores promuevan condiciones de trabajo dignas que les garanticen un estado de
vida saludable, física, mental y social. Dichas condiciones deberán propender a:
a) Que el trabajo se desarrolle en un ambiente seguro y saludable.
b) Que las condiciones de trabajo sean compatibles con el bienestar y la dignidad de los
trabajadores y ofrezcan posibilidades reales para el logro de los objetivos personales del
trabajador.
II.- PRINCIPIO DE PREVENCIÓN: El empleador garantizará, en el centro de trabajo, el
establecimiento de los medios y condiciones que protejan la vida, la salud y el bienestar de
los trabajadores, y de aquellos que no teniendo vínculo laboral prestan servicios o se
encuentran dentro del ámbito del centro de labores.
III.- PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD: El empleador asumirá las implicancias
económicas, legales y de cualquiera otra índole, como consecuencia de un accidente o
enfermedad que sufra el trabajador en el desempeño de sus funciones o a consecuencia de
él, conforme a las normas vigentes.
IV.- PRINCIPIO DE COOPERACIÓN: El Estado, los empleadores y los trabajadores, y
sus organizaciones sindicales, establecerán mecanismos que garanticen una permanente
colaboración y coordinación en materia de seguridad y salud en el trabajo.
V.- PRINCIPIO DE INFORMACIÓN Y CAPACITACIÓN: Los trabajadores recibirán
del empleador una oportuna y adecuada información y capacitación preventiva en la
tarea a desarrollar, con énfasis en lo potencialmente riesgoso para la vida y salud de los
trabajadores y su familia.
VI.- PRINCIPIO DE GESTIÓN INTEGRAL: Todo empleador promoverá e integrará la
gestión de la seguridad y salud en el trabajo a la gestión general de la empresa.
VII.- PRINCIPIO DE ATENCIÓN INTEGRAL DE LA SALUD: Los trabajadores que
sufran algún accidente de trabajo o enfermedad ocupacional tienen derecho a las
prestaciones de salud necesarias y suficientes hasta su recuperación y rehabilitación,
procurando su reinserción laboral.
VIII.- PRINCIPIO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÓN: El Estado promoverá
mecanismos de consulta y participación de las organizaciones de empleadores y
trabajadores más representativas y actores sociales, para la adopción de mejoras en materia
de Seguridad y Salud en el Trabajo.
IX.- PRINCIPIO DE VERACIDAD: Los empleadores, los trabajadores, los
representantes de ambos y demás entidades públicas y privadas responsables del
cumplimiento de la legislación en seguridad y salud en el trabajo brindarán información
completa y veraz sobre la materia.
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO II
POLÍTICA NACIONAL EN SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
CAPÍTULO I
OBJETIVOS DE LA POLÍTICA
CAPÍTULO II
COMPETENCIAS Y FUNCIONES
TÍTULO III
SISTEMA DE GESTIÓN DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS DEL SISTEMA
CAPÍTULO II
ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA DE GESTIÓN
CAPÍTULO III
PLANIFICACIÓN Y APLICACIÓN DEL SISTEMA
CAPÍTULO IV
EVALUACIÓN DEL SISTEMA
CAPÍTULO V
ACCIÓN PARA LA MEJORA CONTINUA
TÍTULO IV
DERECHOS Y OBLIGACIONES
CAPÍTULO I
DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS EMPLEADORES
Artículo 37. El empleador debe ejercer un firme liderazgo y manifestar su respaldo a las
actividades de su empresa en materia de seguridad y salud en el trabajo; asimismo, debe
estar comprometido a fin de proveer y mantener un ambiente de trabajo seguro y
saludable en concordancia con las mejores prácticas y con el cumplimiento de las
normas de seguridad y salud en el trabajo.
Artículo 38.- La política en materia de seguridad y salud en el trabajo, debe ser específica y
apropiada para la empresa. Los objetivos fundamentales de esa política deben ser los
siguientes:
a) El cumplimiento de las normas de seguridad y salud en el trabajo.
b) La protección de la seguridad y salud de todos los trabajadores.
c) La mejora continua del desempeño del sistema de gestión de la seguridad y salud en el
trabajo; y
d) La integración del sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo con otros
sistemas.
Artículo 39.- El empleador, entre otras, tiene las obligaciones de:
a) Garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores en el desempeño de todos los
aspectos relacionados con su labor, en el centro de trabajo o con ocasión del mismo.
b) Desarrollar acciones permanentes con el fin de perfeccionar los niveles de protección
existentes.
c) Identificar las modificaciones que puedan darse en las condiciones de trabajo y disponer
lo necesario para la adopción de medidas de prevención de los riesgos laborales.
d) Practicar exámenes médicos antes, durante y al término de la relación laboral a los
trabajadores, acordes con los riesgos a que están expuestos en sus labores.
Artículo 40. - El empleador debe aplicar las siguientes medidas de prevención de los
riesgos laborales:
a) Gestionar los riesgos, sin excepción, eliminándolos en su origen y aplicando sistemas de
control a aquellos que no se puedan eliminar.
b) El diseño de los puestos de trabajo, ambientes de trabajo, la selección de equipos y
métodos de trabajo, la atenuación del trabajo monótono y repetitivo, deben estar orientados
a garantizar la salud y seguridad del trabajador.
c) Eliminar las situaciones y agentes peligrosos en el centro de trabajo o con ocasión del
mismo, y si no fuera posible, sustituirlas por otras que entrañen menor peligro.
d) Integrar los planes y programas de prevención de riesgos laborales a los nuevos
conocimientos de las ciencias, tecnologías, medio ambiente, organización del trabajo,
evaluación de desempeño en base a condiciones de trabajo.
e) Mantener políticas de protección colectiva e individual.
f) Capacitar y entrenar anticipada y debidamente a los trabajadores.
Artículo 41.- El empleador debe considerar las competencias personales y profesionales de
los trabajadores, en materia de seguridad y salud en el trabajo, al momento de asignarles las
labores.
Artículo 42.- El empleador debe transmitir a los trabajadores, de manera adecuada y
efectiva, la información y los conocimientos necesarios en relación con los riesgos en el
centro de trabajo y en el puesto o función específica; así como las medidas de protección y
prevención aplicables a tales riesgos.
Artículo 43.- El empleador debe impartir a los trabajadores, oportuna y
apropiadamente, capacitación y entrenamiento en seguridad y salud, en el centro y
puesto de trabajo o función específica tal como se señala a continuación:
a) Al momento de su contratación, cualquiera sea su modalidad o duración de ésta.
b) Durante el desempeño de su labor.
c) Cuando se produzcan cambios en la función y/o puesto de trabajo y/o en la tecnología.
La capacitación y entrenamiento se imparten dentro o fuera de la jornada de trabajo, según
acuerdo entre el empleador y los trabajadores.
Artículo 44.- El empleador debe controlar y registrar que sólo los trabajadores, adecuada y
suficientemente capacitados y protegidos, accedan a los ambientes o zonas de riesgo grave
y específico.
Artículo 45.- El empleador debe prever que la exposición a los agentes físicos, químicos,
biológicos, ergonómicos y psicosociales concurrentes en el centro de trabajo, no generen
daños en la salud de los trabajadores.
Artículo 46.- El empleador debe planificar la acción preventiva de riesgos para la
seguridad y salud en el trabajo, a partir de una evaluación inicial, que se realizará teniendo
en cuenta: las características de los trabajadores, la naturaleza de la actividad, los equipos,
los materiales y sustancias peligrosas, y el ambiente de trabajo.
Artículo 47.- El empleador debe actualizar la evaluación de riesgos una vez al año
como mínimo o cuando cambien las condiciones de trabajo o se hayan producido daños a
la salud y seguridad. Si los resultados de la evaluación de riesgos lo hicieran necesario, se
realizarán:
a) Controles periódicos de la salud de los trabajadores y de las condiciones de trabajo para
detectar situaciones potencialmente peligrosas.
b) Medidas de prevención, incluidas las relacionadas con los métodos de trabajo y de
producción, que garanticen un mayor nivel de protección de la seguridad y salud de los
trabajadores.
Artículo 48.- El empleador debe realizar una investigación, cuando se hayan producido
daños en la salud de los trabajadores o cuando aparezcan indicios de que las medidas de
prevención resultan insuficientes, a fin de detectar las causas y tomar las medidas
correctivas al respecto.
Artículo 49.- El empleador debe modificar las medidas de prevención de riesgos laborales
cuando resulten inadecuadas e insuficientes para garantizar la seguridad y salud de los
trabajadores.
Artículo 50.- El empleador debe proporcionar a sus trabajadores equipos de protección
personal adecuados, según el tipo de trabajo y riesgos específicos presentes en el
desempeño de sus funciones, cuando no se puedan eliminar en su origen los riesgos
laborales o sus efectos perjudiciales para la salud; éste verifica el uso efectivo de los
mismos.
Artículo 51.- El empleador debe adoptar las medidas necesarias, de manera oportuna,
cuando se detecte que la utilización de ropas y/o equipos de trabajo o de protección
personal representan riesgos específicos para la seguridad y salud de los trabajadores.
Artículo 52.- El costo de las acciones, decisiones y medidas de seguridad y salud
ejecutadas en el centro de trabajo o con ocasión del mismo, no será asumido de modo
alguno por los trabajadores.
Artículo 53.- El empleador deberá establecer las medidas y dar instrucciones necesarias
para que, en caso de un peligro inminente que constituya un riesgo importante o intolerable
para la seguridad y salud de los trabajadores, éstos puedan interrumpir sus actividades, e
inclusive, si fuera necesario, abandonar de inmediato el domicilio o lugar físico donde se
desarrollan las labores. No se podrán reanudar las labores mientras el riesgo no se haya
reducido o controlado.
Artículo 54.- El empleador debe informar por escrito a la Autoridad Administrativa de
Trabajo, los daños a la salud de sus trabajadores, los hechos acontecidos y los resultados de
la investigación practicada.
Artículo 55.- El empleador debe garantizar la protección de los trabajadores que por su
situación de discapacidad sean especialmente sensibles a los riesgos derivados del trabajo.
Estos aspectos deberán ser considerados en las evaluaciones de los riesgos, en la adopción
de medidas preventivas y de protección necesarias.
Artículo 56.- En las evaluaciones del plan integral de prevención de riesgos, debe tenerse
en cuenta los factores de riesgo que puedan incidir en las funciones de procreación de los
trabajadores, en particular por la exposición a los agentes físicos, químicos, biológicos,
ergonómicos y psicosociales, con el fin de adoptar las medidas preventivas necesarias.
Artículo 57.- El empleador debe adoptar medidas necesarias para evitar la exposición de
las trabajadoras en período de embarazo o lactancia a labores peligrosas de conformidad a
la ley de la materia.
"Artículo 58º.- El empleador no debe emplear adolescentes para la realización de
actividades insalubres o peligrosas, que puedan afectar su normal desarrollo físico y
mental, teniendo en cuenta las disposiciones legales sobre la materia."
Artículo 59.- El empleador debe realizar una evaluación de los puestos de trabajo que van a
desempeñar los adolescentes previamente a su incorporación laboral, a fin de determinar la
naturaleza, el grado y la duración de la exposición al riesgo, con el objeto de adoptar las
medidas preventivas necesarias.
Artículo 60. - El empleador practicará exámenes médicos antes, durante y al término de la
relación laboral a los adolescentes trabajadores.
Artículo 61.- El empleador en cuyas instalaciones sus trabajadores desarrollen actividades
conjuntamente con trabajadores de contratistas, subcontratistas, empresas especiales de
servicios y cooperativas de trabajadores; o quien asuma el contrato principal de la misma,
es quien garantiza:
a) La coordinación eficaz y eficiente de la gestión en prevención de riesgos laborales.
b) La seguridad y salud de los trabajadores.
c) La verificación de la contratación de los seguros de acuerdo a la normatividad vigente
efectuada por cada empleador durante la ejecución del trabajo, sin perjuicio de la
responsabilidad de cada uno por la seguridad y salud de sus propios trabajadores.
Asimismo, el empleador vigilará el cumplimiento de la normatividad legal vigente en
materia de seguridad y salud en el trabajo por parte de sus contratistas, subcontratistas,
empresas especiales de servicios o cooperativas de trabajadores que desarrollen obras o
servicios en el centro de trabajo o con ocasión del trabajo correspondiente del principal.
Artículo 62.- Las empresas que diseñen, fabriquen, importen, suministren o cedan
máquinas, equipos, sustancias, productos o útiles de trabajo, dispondrán lo necesario para
que:
a) Las máquinas, equipos, sustancias, productos o útiles de trabajo no constituyan una
fuente de peligro ni pongan en riesgo la seguridad o salud de los trabajadores.
b) Se proporcione información y capacitación sobre la instalación, adecuada utilización y
mantenimiento preventivo de las maquinarias y equipos.
c) Se proporcione información y capacitación para el uso apropiado de los materiales
peligrosos a fin de prevenir los peligros inherentes a los mismos y monitorear los riesgos.
d) Las instrucciones, manuales, avisos de peligro u otras medidas de precaución colocadas
en los equipos y maquinarias, así como cualquier otra información vinculada a sus
productos, estén o sean traducidos al idioma castellano y estén redactados en un lenguaje
sencillo y preciso con la finalidad que permitan reducir los riesgos laborales; y,
e) Las informaciones relativas a las máquinas, equipos, productos, sustancias o útiles de
trabajo sean facilitadas a los trabajadores en términos que resulten comprensibles para los
mismos.
CAPÍTULO II
DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS TRABAJADORES
Artículo 63.- Los trabajadores serán consultados, antes que se ejecuten cambios en las
operaciones, procesos y en la organización del trabajo, que puedan tener repercusiones en
la seguridad y salud de los trabajadores y las trabajadoras. A falta de acuerdo entre las
partes decidirá el empleador.
Artículo 64.- Todo trabajador tiene derecho a comunicarse libremente con los
inspectores del trabajo.
Artículo 65.- Los trabajadores, sus representantes y/o miembros de los comités o
comisiones de seguridad y salud ocupacional, están protegidos contra cualquier acto de
hostilidad y otras medidas coercitivas por parte del empleador que se originen como
consecuencia del cumplimiento de sus funciones en el ámbito de la seguridad y salud en el
trabajo.
Artículo 66.- Los trabajadores o sus representantes tienen derecho a revisar los programas
de capacitación y entrenamiento, y formular recomendaciones al empleador con el fin de
mejorar la efectividad de los mismos.
Artículo 67.- Los representantes de los trabajadores en Seguridad y Salud en el Trabajo
tienen derecho a participar en la identificación de los peligros y en la evaluación de los
riesgos en el trabajo, solicitar al empleador los resultados de las evaluaciones, sugerir
las medidas de control y hacer seguimiento de las mismas. En caso de no tener respuesta
satisfactoria podrán recurrir a la Autoridad Competente.
Artículo 68.- Los trabajadores tienen derecho a ser informados:
a. A título grupal, de las razones para los exámenes de salud ocupacional e investigaciones
en relación con los riesgos para la seguridad y salud en los puestos de trabajo.
b. A título personal, sobre los resultados de los informes médicos previos a la asignación de
un puesto de trabajo y los relativos a la evaluación de su salud. Los resultados de los
exámenes médicos al ser confidenciales, no son pasibles de uso para ejercer discriminación
alguna contra los trabajadores en ninguna circunstancia o momento.
Artículo 69.- Los trabajadores tienen derecho a ser transferidos en caso de accidente de
trabajo o enfermedad ocupacional a otro puesto que implique menos riesgo para su
seguridad y salud, siempre y cuando éste exista, debiendo ser capacitados para ello.
Artículo 70.- Los trabajadores, cual fuere su modalidad de contratación, que mantengan
vínculo laboral con el empleador o con contratistas, subcontratistas, empresas especiales de
servicios o cooperativas de trabajadores que hayan celebrado contrato con el empleador
antes señalado, tienen derecho a través de sus empleadores respectivos al mismo nivel
de protección en materia de seguridad y salud en el trabajo.
Artículo 71.- Los trabajadores o sus representantes tienen derecho a examinar los factores
que afecten a su seguridad y salud y proponer medidas en estas materias.
Artículo 72.- En materia de prevención de riesgos laborales, los trabajadores tienen las
siguientes obligaciones:
a) Cumplir con las normas, reglamentos e instrucciones de los programas de seguridad y
salud en el trabajo que se apliquen en el lugar de trabajo y con las instrucciones que les
impartan sus superiores jerárquicos directos.
b) Usar adecuadamente los instrumentos y materiales de trabajo, así como los equipos de
protección personal y colectiva.
c) No operar o manipular equipos, maquinarias, herramientas u otros elementos para los
cuales no hayan sido autorizados y, en caso de ser necesario, capacitados.
d) Cooperar y participar en el proceso de investigación de los accidentes de trabajo y las
enfermedades ocupacionales cuando la autoridad competente lo requiera o cuando a su
parecer los datos que conocen ayuden al esclarecimiento de las causas que los originaron.
e) Velar por el cuidado integral de su salud física y mental, así como por el de los demás
trabajadores que dependan de ellos durante el desarrollo de sus labores.
f) Someterse a los exámenes médicos a que estén obligados por norma expresa así como a
los procesos de rehabilitación integral.
g) Participar en los organismos paritarios, en los programas de capacitación y otras
actividades destinadas a prevenir los riesgos laborales que organice su empleador o la
Autoridad Competente.
h) Comunicar al empleador todo evento o situación que ponga o pueda poner en riesgo su
seguridad y salud y/o las instalaciones físicas; debiendo adoptar inmediatamente, de ser
posible, las medidas correctivas del caso.
i) Reportar a los representantes o delegados de seguridad, de forma inmediata, la
ocurrencia de cualquier incidente o accidente de trabajo.
j) Concurrencia obligatoria a la capacitación y entrenamiento sobre Seguridad y
Salud en el Trabajo.
TÍTULO V
INFORMACIÓN DE ACCIDENTES DE TRABAJO Y ENFERMEDADES
OCUPACIONALES
CAPÍTULO I
POLÍTICAS EN EL PLANO NACIONAL
CAPÍTULO II
POLÍTICAS EN EL PLANO DE LAS EMPRESAS Y CENTROS MÉDICOS
ASISTENCIALES
CAPÍTULO III
RECOPILACIÓN Y PUBLICACIÓN DE ESTADÍSTICAS
CAPÍTULO IV
INVESTIGACIÓN DE ACCIDENTES DE TRABAJO, ENFERMEDADES
OCUPACIONALES E INCIDENTES
TÍTULO VI
MECANISMO DE FISCALIZACIÓN Y CONTROL DEL SISTEMA DE GESTIÓN
CAPÍTULO I
INSPECCIÓN
CAPÍTULO II
PARALIZACIÓN DE TRABAJOS
CAPÍTULO III
CALIFICACIÓN DE LAS INFRACCIONES
CAPÍTULO IV
SANCIONES
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS Y TRANSITORIAS
Primera.- El presente Reglamento entra en vigencia desde el día siguiente de su
publicación en el Diario Oficial El Peruano, otorgando a los empleadores un plazo de 18
meses para implementar el mismo. (PLAZO VENCE 04 OCTUBRE 2008)
Segunda.-
Tercera.-
Cuarta.- El funcionamiento del Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo, la adecuación
del Reglamento Interno de Seguridad y Salud en el Trabajo al presente Reglamento o la
elaboración del mismo para los sectores que no tenían esta obligación, será obligatorio
desde el 1º de octubre de 2007.
Quinta.- Las auditorias a las que hace referencia el artículo 32º de este Reglamento
serán obligatorias a partir del 1º de enero de 2009. El Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo regulará el registro y acreditación de los auditores autorizados, así
como la periodicidad de las mismas.
Sexta.-
Sétima.-
Octava.-
Novena.-
Décima.-
Artículo 4º.- Modificación del Glosario de Términos
Modifíquese el Glosario de Términos del Decreto Supremo Nº 009-2005-TR, de la
siguiente forma:
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Accidente de Trabajo (AT): Todo suceso repentino que sobrevenga por causa o con
ocasión del trabajo y que produzca en el trabajador una lesión orgánica, una perturbación
funcional, una invalidez o la muerte.
Es también accidente de trabajo aquel que se produce durante la ejecución de órdenes
del empleador, o durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún fuera del
lugar y horas de trabajo.
Según su gravedad, los accidentes de trabajo con lesiones personales pueden ser:
Accidente Leve: Suceso cuya lesión, resultado de la evaluación médica, genera en el
accidentado un descanso breve con retorno máximo al día siguiente a sus labores
habituales.
Accidente Incapacitante: suceso cuya lesión, resultado de la evaluación médica, da lugar a
descanso, ausencia justificada al trabajo y tratamiento. El día de la ocurrencia de la lesión
no se tomará en cuenta, para fines de información estadística.
Según el grado de incapacidad los accidentes de trabajo pueden ser:
.Total Temporal: cuando la lesión genera en el accidentado la imposibilidad de utilizar su
organismo; da lugar a tratamiento médico al término del cual estará en capacidad de volver
a las labores habituales plenamente recuperado.
.Parcial Permanente: cuando la lesión genera la pérdida parcial de un miembro u órgano o
de las funciones del mismo.
.Total Permanente: cuando la lesión genera la pérdida anatómica o funcional total de un
miembro u órgano; o de las funciones del mismo. Se considera a partir de la pérdida del
dedo meñique.
Accidente Mortal: Suceso cuyas lesiones producen la muerte del trabajador. Para efecto de
la estadística se debe considerar la fecha del deceso.
Actividad: Ejercicio u operaciones industriales o de servicios desempeñadas por el
empleador en concordancia con la normatividad vigente.
Actividades, procesos, operaciones o labores de alto riesgo: aquellas cuya realización
implica un trabajo con alta probabilidad de daño a la salud del trabajador La relación de
actividades calificadas como de alto riesgo será establecida por la autoridad competente.
Actividades Insalubres: Aquellas que generen directa o indirectamente perjuicios para la
salud humana.
Actividades Peligrosas: Operaciones o servicios en las que el objeto de fabricar,
manipular, expender o almacenar productos o substancias son susceptibles de originar
riesgos graves por explosión, combustión, radiación, inhalación u otros modos de
contaminación similares que impacten negativamente en la salud de las personas o los
bienes.
Ambiente, centro o lugar de trabajo y unidad de producción: Lugar en donde los
trabajadores desempeñan sus labores o donde tienen que acudir por razón del mismo.
Auditoria: Procedimiento sistemático, independiente y documentado para evaluar un
Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Autoridad Competente: Ministerio, entidad gubernamental o autoridad pública encargada
de reglamentar, controlar y fiscalizar el cumplimiento de las disposiciones legales.
Capacitación: Actividad que consiste en trasmitir conocimientos teóricos y prácticos para
el desarrollo de competencias, capacidades y destrezas acerca del proceso de trabajo, la
prevención de los riesgos, la seguridad y la salud.
Causas de los Accidentes: es uno o varios eventos relacionados que concurren para
generar un accidente.
Se dividen en:
- Falta de control: Son fallas, ausencias o debilidades administrativas en la conducción de
la empresa o servicio y en la fiscalización de las medidas de protección de la salud en el
trabajo.
- Causas Básicas: referidas a factores personales y factores de trabajo:
Factores Personales.- Referidos a limitaciones en experiencia, fobias, tensiones presentes
de manera personal en el trabajador.
Factores del Trabajo.- Referidos al trabajo, las condiciones y medio ambiente de trabajo:
organización, métodos, ritmos, turnos de trabajo, maquinaria, equipos, materiales,
dispositivos de seguridad, sistemas de mantenimiento, ambiente, procedimientos,
comunicación.
- Causas Inmediatas.- Debidas a los actos y/o condiciones subestándares:
Condiciones Subestándares: Toda condición en el entorno del trabajo que puede causar un
accidente.
Actos Subestándares: Toda acción o práctica incorrecta ejecutada por el trabajador que
puede causar un accidente.
Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo:
Órgano paritario constituido por representantes del empleador y de los trabajadores, con las
facultades y obligaciones previstas por las normas vigentes, destinado a la consulta regular
y periódica de las condiciones de trabajo, a la promoción y vigilancia del programa de
gestión en seguridad y salud en el trabajo de la empresa.
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo:
Aquellos elementos, agentes o factores presentes en el proceso de trabajo que tienen
influencia en la generación de riesgos que afectan la seguridad y salud de los trabajadores.
Quedan específicamente incluidos en esta definición:
- Las características generales de los locales, instalaciones, equipos, productos y demás
elementos materiales existentes en el centro de trabajo.
- La naturaleza, intensidades, concentraciones o niveles de presencia de los agentes físicos,
químicos y biológicos, presentes en el ambiente de trabajo y sus correspondientes
intensidades, concentraciones o niveles de presencia.
- Los procedimientos, métodos de trabajo, tecnología, establecidos para la utilización o
procesamiento de los agentes citados en el apartado anterior, que influyen en la generación
de riesgos para los trabajadores.
- La organización y ordenamiento de las labores, relaciones laborales, incluidos los factores
ergonómicos y psicosociales.
Condiciones de salud: El conjunto de determinantes sociales, económicos y culturales que
determinan el perfil sociodemográfico y de morbilidad de la población trabajadora.
Contaminación del ambiente de trabajo: Es toda alteración o nocividad que afecta la
calidad del aire, suelo, agua del ambiente de trabajo cuya presencia y permanencia puede
afectar la salud, la integridad física y psíquica de los trabajadores.
Contratista: Persona o empresa que presta servicios remunerados a un empleador con
especificaciones, plazos y condiciones convenidos.
Control de riesgos: Es el proceso de toma de decisión, basado en la información obtenida
en la evaluación de riesgos. Se orienta a reducir los riesgos, a través de proponer medidas
correctoras, exigir su cumplimiento y evaluar periódicamente su eficacia.
Cultura de seguridad o cultura de prevención: Conjunto de valores, principios y normas
de comportamiento y conocimiento respecto a la prevención de riesgos en el trabajo que
comparten los miembros de una organización.
Emergencia: Evento o suceso grave que surge debido a factores naturales o como
consecuencia de riesgos y procesos peligrosos en el trabajo, que no fueron considerados en
la gestión de seguridad y salud en el trabajo.
Enfermedad ocupacional: es el daño orgánico o funcional inflingido al trabajador como
resultado de la exposición a factores de riesgos físicos, químicos, biológicos y
ergonómicos, inherentes a la actividad laboral.
Empleador: Toda persona natural o jurídica que emplea a uno o varios trabajadores.
Entidades Públicas competentes en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo: Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, Salud, Energía y Minas, Producción,
Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción, Agricultura, ESSALUD y otras
que la Ley señale.
Equipos de Protección Personal (EPP): Son dispositivos, materiales, e indumentaria
específicos y personales, destinados a cada trabajador, para protegerlo de uno o varios
riesgos presentes en el trabajo que puedan amenazar su seguridad y salud. El EPP es una
alternativa temporal, complementaria a las medidas preventivas de carácter colectivo.
Ergonomía: Llamada también ingeniería humana, es la ciencia que busca optimizar la
interacción entre el trabajador, máquina y ambiente de trabajo con el fin de adecuar los
puestos, ambientes y la organización del trabajo a las capacidades y características de los
trabajadores, a fin de minimizar efectos negativos y con ello mejorar el rendimiento y la
seguridad del trabajador.
Estadística de accidentes: Sistema de registro y análisis de la información de accidentes.
Orientada a utilizar la información y las tendencias asociadas en forma proactiva y
focalizada para reducir los índices de accidentabilidad.
Estándares de Trabajo: Son los modelos, pautas y patrones establecidos por el empleador
que contienen los parámetros y los requisitos mínimos aceptables
de medida, cantidad, calidad, valor, peso y extensión establecidos por estudios
experimentales, investigación, legislación vigente y/o resultado del avance tecnológico, con
los cuales es posible comparar las actividades de trabajo, desempeño y comportamiento
industrial. Es un parámetro que indica la forma correcta de hacer las cosas. El estándar
satisface las siguientes preguntas: ¿Qué?, ¿Quién? y ¿Cuándo?.
Evaluación de riesgos: Proceso posterior a la identificación de los peligros, que permite
valorar el nivel, grado y gravedad de los mismos, proporcionando la información necesaria
para que la empresa esté en condiciones de tomar una decisión apropiada sobre la
oportunidad, prioridad y tipo de acciones preventivas que debe adoptar.
Exámenes Médicos de Preempleo: Son evaluaciones médicas de salud ocupacional que se
realizan al trabajador antes de que éste sea admitido en un puesto de trabajo. Tiene por
objetivo determinar el estado de salud al momento del ingreso y su mejor ubicación en un
puesto de trabajo.
Exámenes Médicos Periódicos: Son evaluaciones médicas que se realizan al trabajador
durante el ejercicio del vínculo laboral. Estos exámenes tienen por objetivo la promoción de
la salud en el trabajo a través de la detección precoz de signos de patologías ocupacionales.
Asimismo, permiten definir la eficiencia de las medidas preventivas y de control de riesgos
en el trabajo, su impacto, y la reorientación de dichas medidas.
Exámenes de Retiro: Son evaluaciones médicas realizadas al trabajador una vez concluido
el vínculo laboral. Mediante estos exámenes se busca detectar enfermedades ocupacionales,
secuelas de accidentes de trabajo y en general lo agravado por el trabajo.
Exposición: Presencia de condiciones y medio ambiente de trabajo que implican un
determinado nivel de riesgo a los trabajadores.
Fiscalizador: Es toda persona natural o jurídica autorizada de manera expresa por el
Ministerio o autoridad competente y domiciliada en el país, encargada de realizar exámenes
objetivos y sistemáticos en centros de trabajo, sobre asuntos de seguridad y salud, siempre
y cuando esté autorizado de manera expresa por el Ministerio o autoridad competente.
Gestión de la Seguridad y Salud: Aplicación de los principios de la administración
moderna a la seguridad y salud, integrándola a la producción, calidad y control de costos.
Gestión de Riesgos: Es el procedimiento, que permite una vez caracterizado el riesgo, la
aplicación de las medidas más adecuadas para reducir al mínimo los riesgos determinados y
mitigar sus efectos, al tiempo que se obtienen los resultados esperados.
Identificación de Peligros: Proceso mediante el cual se localiza y reconoce que existe un
peligro y se definen sus características.
Incidente: Suceso acaecido en el curso del trabajo o en relación con el trabajo, en el
que la persona afectada no sufre lesiones corporales, o en el que éstas sólo requieren
cuidados de primeros auxilios.
Incidente Peligroso: Todo suceso que puede causar lesiones o enfermedades a las personas
en su trabajo, o a la población.
Inducción u Orientación: Capacitación inicial dirigida a otorgar conocimientos e
instrucciones al trabajador para que ejecute su labor en forma segura, eficiente y correcta.
Se divide normalmente en:
• Inducción General: Capacitación al trabajador sobre temas generales como política,
beneficios, servicios, facilidades, normas, prácticas, y el conocimiento del ambiente laboral
de la empresa, efectuada antes de asumir su puesto.
• Inducción Específica: Capacitación que brinda al trabajador la información y el
conocimiento necesario que lo prepara para su labor específica.
Inspector: Funcionario público encargado de fiscalizar el cumplimiento de una norma o
reglamento.
Investigación de Accidentes e Incidentes: Proceso de identificación de los factores,
elementos, circunstancias y puntos críticos que concurren para causar los accidentes e
incidentes. La finalidad de la investigación es revelar la red de causalidad y de ese modo
permite a la dirección de la empresa tomar las acciones correctivas y prevenir la recurrencia
de los mismos.
Inspección: Verifi cación del cumplimiento de los estándares establecidos en las
disposiciones legales.
Proceso de observación directa que acopia datos sobre el Trabajo, sus procesos,
condiciones, medidas de protección y cumplimiento de dispositivos legales en SST.
Lesión: Alteración física u orgánica que afecta a una persona como consecuencia de un
accidente de trabajo o enfermedad ocupacional.
Mapa de Riesgos: Es un plano de las condiciones de trabajo, que puede utilizar diversas
técnicas para identificar y localizar los problemas y las propias acciones de promoción y
protección de la salud de los trabajadores a nivel de una empresa o servicio.
Medidas Coercitivas: Constituyen actos de intimidación, amenaza o amedrentamiento
realizados al trabajador, con la finalidad de desestabilizar el vínculo laboral.
Medidas de Prevención: Acciones que se adoptan ante los riesgos identifi cados con el fin
de evitar lesiones a la salud y/o disminuir los riesgos presentes en el trabajo, dirigidas a
proteger la salud de los trabajadores. Medidas cuya implementación constituye una
obligación y deber de parte de los empleadores.
Peligro: Situación o característica intrínseca de algo capaz de ocasionar daños a las
personas, equipo, procesos y ambiente.
Pérdidas: Constituye todo daño, mal o menoscabo que perjudica al empleador.
Plan de Emergencia: Documento guía de las medidas que se deberán tomar ante ciertas
condiciones o situaciones de envergadura Incluye responsabilidades de personas y
departamentos, recursos de la empresa disponibles para su uso, fuentes de ayuda externas,
procedimientos generales a seguir, autoridad para tomar decisiones, las comunicaciones e
informes exigidos.
Programa anual de seguridad y salud: Conjunto de actividades de prevención en SST
que establece la organización servicio, empresa para ejecutar a lo largo de un año.
Prevención de Accidentes: Combinación de políticas, estándares, procedimientos,
actividades y prácticas en el proceso y organización del trabajo, que establece una
organización en el objetivos de prevenir riesgos en el trabajo.
Primeros Auxilios: Protocolos de atención de emergencia que atiende de inmediato en el
trabajo a una persona que ha sufrido un accidente o enfermedad ocupacional.
Proactividad: Actitud favorable en el cumplimiento de las normas de seguridad y salud en
el trabajo con diligencia y eficacia.
Procesos, Actividades, Operaciones, Equipos o
Productos Peligrosos: Aquellos elementos factores o agentes físicos, químicos, biológicos,
ergonómicos o mecánicos, que están presentes en el proceso de trabajo, según las defi
niciones y parámetros que establezca la legislación nacional, que originen riesgos para la
seguridad y salud de los trabajadores que los desarrollen o utilicen.
Reglamento: Conjunto de normas, procedimientos, prácticas o disposiciones detalladas,
elaborado por la empresa y que tiene carácter obligatorio.
Representante de los Trabajadores: Trabajador elegido de conformidad con la legislación
vigente para representar a los trabajadores, ante el Comité de Seguridad y Salud en el
Trabajo.
Riesgo: Probabilidad de que un peligro se materialice en unas determinadas condiciones y
sea generador de daños a las personas, equipos y al ambiente.
Riesgo Laboral: Probabilidad de que la exposición a un factor o proceso peligroso en el
trabajo cause enfermedad o lesión.
Salud: Bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o de
incapacidad.
Salud Ocupacional: Rama de la Salud Pública que tiene como fi nalidad promover y
mantener el mayor grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las
ocupaciones; prevenir riesgos en el Trabajo
Seguridad: Son todas aquellas acciones y actividades que permiten al trabajador laborar en
condiciones de no agresión tanto ambientales como personales, para preservar su salud y
conservar los recursos humanos y materiales.
Servicio de Salud en el Trabajo: Dependencia de una empresa con funciones
esencialmente preventivas, encargada de asesorar al empleador, a los trabajadores y a los
funcionarios de la empresa acerca de: i) los requisitos necesarios para establecer y
conservar un medio ambiente de trabajo seguro y sano que favorezca una salud física y
mental óptima en relación con el trabajo; ii) la adaptación del trabajo a las capacidades de
los trabajadores, habida cuenta de su estado de salud física y mental; y iii) la vigilancia
activa en salud ocupacional que involucra el reconocimiento de los riesgos, las
evaluaciones ambientales y de salud del trabajador (médico, toxicológico, psicológico,
etc.), y los registros necesarios (enfermedades, accidentes, ausentismo, etc.) entre otros.
Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo: Conjunto de elementos
interrelacionados o interactivos que tienen por objeto establecer una política, objetivos de
seguridad y salud en el trabajo, mecanismos y acciones necesarios para alcanzar dichos
objetivos. Estando íntimamente relacionado
con el concepto de responsabilidad social empresarial, en el orden de crear conciencia sobre
el ofrecimiento de buenas condiciones laborales a los trabajadores, mejorando de este modo
la calidad de vida de los mismos, así como promoviendo la competitividad de las empresas
en el mercado.
Supervisor de Seguridad y Salud en el Trabajo: Trabajador capacitado y designado entre
los trabajadores de las empresas con menos de 25 trabajadores.
Trabajador: Toda persona, que desempeña una actividad de manera regular, temporal o
no, por cuenta ajena y remunerada, o de manera independiente o por cuenta propia.
Vigilancia en Salud Ocupacional: Es un sistema de alerta orientado a la actuación
inmediata, para el control y conocimiento de los problemas de salud en el trabajo.
El conjunto de acciones que desarrolla proporcionan conocimientos en la detección de
cualquier cambio en los factores determinantes o condicionantes de la salud en el Trabajo.
DISPOSICIÓN COMPLEMENTARIA FINAL
Unica.- Deróguense los artículos 78º, 82º, 83º y 84º y anexo Nº 5 del Decreto Supremo Nº
009-2005-TR.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los cuatro días del mes de abril del año dos
mil siete.
ALAN GARCÍA PÉREZ
Presidente Constitucional de la República
SUSANA ISABEL PINILLA CISNEROS Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo
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Cuba 1998.
23. DS009-MTPE-009-2005.
La seguridad integral en los centros de enseñanza
obligatoria de EspañaSEGURIDAD
Este artículo presenta los resultados del estudio «La seguridad integral en los centros de
enseñanza obligatoria», cuyo objetivo es validar un modelo de seguridad integral e
identificar las debilidades que presentan los centros de enseñanza obligatoria al respecto. El
trabajo realizado ha permitido obtener una radiografía del estado de la cuestión, así como
establecer un conjunto de propuestas para la mejora de la seguridad integral en los centros
educativos de España.
Por J. GAIRÍN SALLÁN. Catedrático de Ciencias de la Educación, Universidad
Autónoma de Barcelona. Departamento de Pedagogía Aplicada. Edificio G6, despacho 247.
Campus de la UAB. 08193 Bellaterra (Cerdanyola del Vallès). ([email protected]),
R. MOLES PLAZA. Doctor en Derecho. Director General de la Fundació per als Estudis
de Prevenció i Seguretat Integral (UAB),
D. CASTRO CEACERO. Doctor en Ciencias de la Educación. Profesor lector de la
Universidad Autónoma de Barcelona,
M. MARTÍN ALEGRE, J. SANS PINYOL, M. ROSALES ACIN y X. SENTINELLA
SOLÉ. Técnicos especialistas en seguridad. Fundació per als Estudis de Prevenció i
Seguretat Integral,
A. DÍAZ VICARIO. Licenciada en Pedagogía. Personal Investigador en Formación.
Universidad Autónoma de Barcelona.
Con la colaboración de MARIO MARTÍN BRIS(U. de Alcalá), ISABEL CANTÓN
MAYO (U. de León) y MANUEL LORENZO DELGADO (U. de Granada).
La cultura de la seguridad de las personas y de los bienes va adquiriendo cada vez más
importancia en nuestro entorno social y económico, aumentando, año tras año, la
sensibilidad y preocupación en materia preventiva. A pesar de ello, aún queda mucho
camino por recorrer para lograr unos resultados razonables y situarla en el lugar que le
correspondería.
Una revisión de los estudios e iniciativas sobre la seguridad integral en centros educativos
ilustra alguna de las realizaciones y denota cierta preocupación por la temática, aunque
siempre de modo puntual, justificando la necesidad de iniciar estudios como el que se
presenta.
La investigación de Torrenteras, Gómez, Ruiz y otros (2001) (1), es un ejemplo de la
preocupación creciente por la salud de los trabajadores de la enseñanza. Los autores
identificaron que uno de los problemas que más preocupa al profesorado son las
deficiencias en el estado de su salud, derivadas directamente del tipo de funciones que
desempeñan.
Por otra parte, podemos afirmar que la preocupación por la seguridad y la salud en los
centros educativos va más allá de nuestras fronteras. Por este motivo, Longás y otros (2005)
(2) elaboraron un estudio comparativo de las iniciativas en prevención que se realizan en
diferentes países europeos con el objetivo de identificar prácticas para disminuir la
incidencia de enfermedades y accidentes o daños no intencionales en escolares y docentes.
Una de las conclusiones a las que llegaron fue que las iniciativas de buenas prácticas en
seguridad y salud dependen más del propio centro que del país concreto, de modo que los
centros deben poner el acento en las actividades de prevención y formación.
También es necesario destacar el estudio del año 2008 de Consumer-Eroski (3), en el que se
analizaba la seguridad de 208 centros de educación infantil, primaria y secundaria, y que
puso de relieve la falta de seguridad en los centros educativos. Las conclusiones del estudio
apuntaban a la necesidad de aplicar metodologías que permitieran identificar las
insuficiencias en materia de seguridad, para poder intervenir en los parámetros que
requiriesen mejoras y aumentar, así, la seguridad que el centro ofrece.
Otros estudios y referentes interesantes son: Gómez (2001) (4); Torrenteras, Gómez, Ruiz y
otros (2001) (1); Roldán (2002) (5); Sebastián (2006) (6); De Vehí (2009) (7); Buijs (2009)
(8); De Waal & Grösser (2009) (9), que nos introducen en la temática de la seguridad y la
prevención en los centros educativos y que expresan cierta preocupación por la necesidad
de contar con evaluaciones sistemáticas que permitan generar la mencionada cultura de la
prevención (USTEC-STES, 2008 (10), (Pérez Soriano, 2009 (11)).
La gestión de la prevención, como brazo articulado de la cultura preventiva, se hace
necesaria, dado que para la salvaguarda de la vida humana, de la integridad física de las
personas y de los bienes, se necesitan acciones que impidan al máximo la posibilidad de
ocurrencia de un siniestro.
La prevención no puede seguir siendo un simple requisito burocrático más y parte de la
documentación necesaria para homologar y autorizar la docencia cada nuevo curso escolar
Una implicación correcta del nuevo concepto de la filosofía de la prevención evidencia la
necesidad de un cambio de concepción en el trabajo de los gestores institucionales.
Mientras cualquier gestor considere el concepto de la prevención como gasto, seguirán
produciéndos inexorablemente accidentes que, por sus características, podían haberse
reducido a un coste bajo y evitar, significativamente, el alto precio de los riesgos para las
personas.
La prevención no puede seguir siendo un simple requisito burocrático más y parte de la
documentación necesaria para homologar y autorizar la docencia cada nuevo curso escolar.
La prevención va mucho más allá de tener extintores colgados en la pared o carteles que
indiquen qué hacer en caso de emergencia (Defensor del Pueblo Andaluz, 2003 (12)). No
obstante, no es aventurado afirmar que a veces tampoco existen y, por lo tanto, también es
un aspecto de la prevención que, seguro, debe mejorarse.
Uno de los factores causantes del elevado índice de siniestralidad laboral en nuestro país es
la falta de cultura preventiva. Para lograr una progresiva reducción de los accidentes en los
entornos de trabajo, resulta absolutamente necesario realizar acciones de concienciación de
la población, sobre todo de los jóvenes, que serán los trabajadores del mañana. De este
modo, conseguiremos que cuando se incorporen al mundo del trabajo ya conozcan sus
obligaciones y asuman rutinariamente unos hábitos de trabajo seguros. Parece obvio que los
centros educativos deben ser el marco idóneo para este fin, en el sentido de que lo deben ser
tanto con respecto al contenido de los programas formativos como con respecto a la
organización y estructuración de los propios centros, que deben responder a una estricta
práctica permanente y a una política orientada a la cultura preventiva en su sentido más
general.
De este modo, la materia de la autoprotección debe tener en los centros educativos una
doble aplicación: la propia de su implementación a cada uno de ellos y el desarrollo de la
cultura «preventiva ». Es importante que en cualquier entorno (edificio, recinto, etc.) donde
haya personas, las normas de seguridad se cumplan de la manera más estricta posible; muy
especialmente los aspectos de la seguridad que tienen que ver directamente con el bienestar
y la seguridad de los niños y jóvenes. Por este motivo, tenemos muy claro que los centros
educativos deben convertirse en espacios donde la seguridad represente una prioridad
máxima.
La seguridad de los centros educativos debe ser contemplada desde un enfoque integral que
incluya no solo los aspectos relacionados con las condiciones materiales de los edificios
escolares, sino también aquellos otros aspectos que de una forma u otra pueden tener
repercusión directa o indirecta en la seguridad de todas aquellas personas que desarrollan
sus actividades en el interior del centro (alumnos, dirección, educadores, personal no
docente, personal de servicios diversos, etc.).
Bajo este enfoque global se ha realizado el presente proyecto, examinando los diversos
requisitos mínimos que deben reunir los centros para ser susceptibles de prestar el servicio
educativo en sus diferentes niveles.
El concepto de seguridad integral
La seguridad integral y la prevención componen una pluralidad de elementos que incluyen
diferentes aspectos de ámbitos jurídicos, científicos y técnicos, que van desde la prevención
y la higiene en el trabajo o la seguridad pública y privada, hasta la seguridad informática o
alimentaria, pasando por la prevención y evaluación de riesgos, incluyendo el riesgo de
exclusión social, la seguridad industrial, la protección civil y las catástrofes, entre otros.
Desde esta perspectiva, entendemos por seguridad integral la seguridad en sentido amplio
(gestión privada de la seguridad integral, gestión pública de la seguridad integral y gestión
técnica de la seguridad integral, es decir, aplicada a procesos, productos y servicios) que
interacciona con otros campos íntimamente vinculados (medio ambiente, calidad industrial
y responsabilidad social corporativa).
Aplicada a los centros educativos, considera de manera integrada tanto los aspectos
estáticos del riesgo como los dinámicos, teniendo en cuenta los objetos y el uso que las
personas hacen de los mismos, así como la seguridad en los edificios, los peligros
derivados de la actividad pedagógica y las problemáticas sociales que puedan afectar.
También se incluyen las actividades extraescolares y servicios complementarios
relacionados con la educación.
Subyace en este planteamiento la idea de que la realidad es una totalidad y los aspectos de
seguridad no se pueden reducir a elementos físicos o personales, por significativos que
sean. De hecho, se defiende un enfoque ecológico, donde se reconoce una interacción
dinámica entre personas, objetos y contextos, donde tan importante es la ordenación de la
realidad como las actitudes y comportamientos personales que se tienen.
Después de analizar investigaciones y producciones propias, respecto al contenido de la
seguridad integral (Gómez, 2001 (4); Gay y otros, 2004 (13); Chamarro et al., 2009 (14);
Pérez Soriano, 2009 (11)), consideramos que las clasificaciones más exhaustivas son
aquellas que definen como variable de ordenación el agente causante del daño. De este
modo, tal y como se sintetiza en la ilustración 1, los riesgos que pueden afectar a los
centros educativos pueden ser clasificados en dos dimensiones (estática y dinámica) que
deberán ser consideradas en los procesos de gestión de la prevención.
Ilustración 1. Referentes para la seguridad integral.
En primer lugar, será necesario considerar la dimensión estática del riesgo, que hace
referencia a situaciones que suponen un peligro para la seguridad de las personas:
productos químicos, situación de las instalaciones, materiales y/o construcciones que
comportan un peligro para los usuarios, etc. En segundo lugar, deberán atenderse los
riesgos que denominamos dinámicos y que hacen referencia al traslado de las personas, las
actividades sociales y de la naturaleza, las actividades vinculadas al desarrollo de la
profesión, etc.
La seguridad de los centros educativos debe ser contemplada desde un enfoque integral
Se identifica así una concepción y modelo de seguridad integral, que considera todas las
circunstancias que se relacionan con el quehacer escolar y su interacción con la ordenación
física que se hace de los contextos de trabajo.
Diseño de la investigación
Para alcanzar el objetivo general de la investigación se hacía necesaria la aplicación de
instrumentos de diversa tipología, tanto cuantitativos como cualitativos:
a. Cuestionario EduRisc para el diagnóstico de la seguridad integral. b. Grupos de discusión. c. Análisis de documentos.
Para la aplicación de los instrumentos se consideró un sistema de selección de centros de
enseñanza obligatoria, es decir, centros de educación primaria y secundaria. Se estableció
un muestreo de conveniencia distribuido territorialmente para poder abarcar las diferentes
particularidades del sistema educativo, organizando el mapa escolar español en una serie de
zonas:
Zona 1 (Norte): Galicia, Cantabria, Asturias, Navarra, País Vasco, La Rioja y Castilla y León. Zona 2 (Este): Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Aragón e Islas
Baleares.
Zona 3 (Centro): Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura. Zona 4 (Sur): Andalucía, Ceuta, Melilla y Canarias.
En cada una de las zonas se consideró la necesidad de analizar un mínimo de ocho centros
educativos que respondieran a las tipologías que se pueden establecer en función de la
titularidad (pública y privada) y la etapa educativa (primaria y secundaria). La muestra final
del estudio estuvo compuesta por un total de 32 centros, aunque el proceso de aplicación
eliminó uno de ellos.
Instrumentalización
El diagnóstico de la situación de los centros en cuanto a su seguridad integral se realizó a
partir de la adaptación del cuestionario elaborado en una investigación previa (Gairín y
otros, 2008 (15)). Fue elaborado por un equipo interdisciplinario de expertos del ámbito de
la seguridad y la prevención de riesgos y del Área de conocimiento de Didáctica y
Organización Educativa de la Universidad Autónoma de Barcelona, de acuerdo a la
normativa y a la realidad de los centros educativos catalanes.
El cuestionario EduRisc fue revisado y adaptado, en cuanto a contenido y lenguaje, a la
realidad de los centros educativos españoles por los miembros del equipo de investigación
y colaboradores de la universidades de Alcalá de Henares, Granada y León, realizándose
una validación por aplicación directa antes de pasar a la aplicación generalizada a la
muestra de centros.
La seguridad integral aplicada a los centros educativos considera tanto los aspectos
estáticos como dinámicos del riesgo
El cuestionario utilizado respondía a la estructura mostrada en la tabla 1.
Tabla 1. Componentes de la seguridad integral contemplados en el cuestionario EduRisc.
Riesgos estadísticos: instalaciones Riesgos dinámicos: personas
1. Riesgos físicos de las edificaciones y entornos estáticos.
2. Acumuladores de agua caliente. 3. Calderas de agua caliente sanitaria o
calefacción. 4. Almacenamiento de líquidos
inflamables y combustibles. 5. Almacenamiento de gases licuados del
petróleo. 6. Instalaciones de gas natural. 7. Aparatos consumidores de gas. 8. Instalaciones eléctricas de baja
20. Medidas de prevención aplicables a la seguridad física.
21. Protección anti-intrusión. 22. Protección contra actos violentos. 23. Protección contra el tráfico y el consumo
de drogas. 24. Prevención contra la inseguridad social. 25. Medidas de prevención del acoso
psicológico y la violencia física. 26. Prevención del riesgo físico de los
alumnos. 27. Prevención del riesgo físico del personal
Tabla 1. Componentes de la seguridad integral contemplados en el cuestionario EduRisc.
Riesgos estadísticos: instalaciones Riesgos dinámicos: personas
tensión. 9. Ascensores y montacargas. 10. Extintores 11. Instalaciones fijas (bocas de incendios
equipadas, detectores, etc.). 12. Instalaciones petrolíferas de uso
propio. 13. Instalaciones frigoríficas medias (clase
B). 14. Instalaciones térmicas. 15. Instalaciones de agua caliente sanitaria
y agua fría de consumo humano. 16. Plan de autoprotección. 17. Autorización municipal. 18. Fuentes radioactivas.
19. Accesibilidad.
docente. 28. Prevención del riesgo psicológico del
personal docente. 29. Prevención del riesgo ergonómico del
personal docente. 30. Equipo dirigente y personal responsable
de las actividades de educación en el tiempo libre.
31. Derivadas de las tecnologías de la información.
La aplicación de los cuestionarios tuvo lugar durante los meses de julio y septiembre de
2009. Posteriormente, y entre los meses de octubre y noviembre, se celebraron los grupos
de discusión, uno en cada zona del mapa escolar español consideradas. Las mesas de debate
celebradas permitieron discutir sobre diversos tópicos de la investigación: fuentes de
peligro y riesgo más significativos en los centros educativos; accidentes más comunes;
iniciativas y medidas para la prevención, y cuestiones sobre el modelo e instrumento
(utilidad y aplicación).
Resultados
Siguiendo el esquema del modelo e instrumento, se presentan los principales resultados,
después de realizar el análisis de datos de los 31 cuestionarios aplicados en centros de
enseñanza obligatoria analizados (ver tabla 2) y considerar las aportaciones de los grupos
de discusión.
Tabla 2. Distribución final de la muestra según tipología y titularidad.
Primaria Secundaria
Públicos Privados Públicos Privados TOTAL
Tabla 2. Distribución final de la muestra según tipología y titularidad.
Primaria Secundaria
Públicos Privados Públicos Privados TOTAL
11 7 6 7 31
Debido a que no se observaron diferencias significativas entre los resultados de los
cuestionarios de las diversas zonas del mapa escolar, la presentación y análisis de los
resultados se realiza globalmente; y solo se indican si hay diferencias entre tipología de
centros (primaria y secundaria) y titularidad (públicos y privados). A los resultados del
cuestionario se incorporan comentarios relevantes de los grupos de discusión.
Es necesario indicar que las fortalezas y debilidades que presentan los centros dependen
mucho de su realidad concreta, aunque se detectan aspectos más o menos comunes.
Factores estáticos del riesgo
Los resultados derivados del análisis de la dimensión estática del riesgo (instalaciones)
muestran que, en general, los edificios presentan un estado de conservación correcto,
aunque los centros públicos son los que presentan más deficiencias en el estado de
conservación de fachadas y otros elementos (accesos, rampas, escaleras y terrazas) (ver
gráfico 1). Igualmente, las instalaciones de las que disponen los centros educativos se
encuentran, en general, en buen estado.
Gráfico 1. Deficiencias en el estado de conservación del edificio (%).
Las fortalezas y debilidades que presentan los centros educativos en relación a la seguridad
integral dependen mucho de la realidad concreta de cada institución, aunque se detectan
aspectos más o menos COMUNES
Se ha observado que los centros no controlan suficientemente la documentación
relacionada con las instalaciones (autorizaciones, libros de mantenimiento, periodicidad de
la revisión de las instalaciones, etc.) y del edificio en general (autorización municipal de
funcionamiento, autorización de primera ocupación y autorización de obra de edificación).
El control de la documentación y la revisión de las instalaciones es mejor, en casi todos los casos, en los centros privados. Asimismo, dentro de esta tipología, los centros de secundaria privados son los que presentan un mayor control de las revisiones y la documentación de las diversas instalaciones con las que cuentan los centros (acumuladores de agua caliente, calderas de agua caliente, aparatos consumidores de gas, instalación eléctrica, etc.).
Se observan deficiencias en el control de la documentación del edificio. Sólo el 100% de los centros privados de educación secundaria analizados dice disponer de toda la documentación de autorizaciones. Los centros de educación primaria públicos son los que mayores deficiencias presentan en este ámbito, debido a que dichos centros son gestionados por las Administraciones Públicas y son estas quienes gestionan dichos documentos.
En el caso de instalaciones más inusuales, como las de almacenaje de líquidos inflamables e instalaciones petrolíferas, se observa una falta de control de las revisiones anuales.
Los participantes en los grupos de discusión señalan, en este sentido, que los peligros
relacionados con las instalaciones dependen mucho del año en el que fue construido el
edificio y destacan los amplios riesgos que hay en escuelas rurales (enchufes colgados,
escaleras sin protección, escalones sin bandas antideslizantes, calderas situadas en las
paredes de las escuelas, etc.).
Referente a los extintores, aunque el 100% de los centros dispone de ellos y en la mayoría
se realiza el mantenimiento necesario, se observa que los centros públicos de primaria
llevan poco control en lo que se refiere a su mantenimiento y revisión (saben quién es el
responsable del mantenimiento, pero en algunos casos desconocen si las revisiones se
llevan a cabo con la periodicidad indicada,). Asimismo, se detecta que no todos los centros
realizan una comprobación visual trimestral del estado de la carga del extintor, la botella y
sus partes.
Casi la totalidad de centros (29 de los 31 analizados) disponen de Plan de Autoprotección -
Evacuación, implementándolo y revisándolo adecuadamente, aunque los resultados son
mejores en centros públicos que privados.
26 de los 31 centros realizan ejercicios o simulaciones con periodicidad anual, de los cuales tan solo 22 los llevan a cabo durante los tres primeros meses del curso, tal como establece la normativa. Igualmente, es necesario indicar que hay centros que realizan los simulacros sin la participación de todos los alumnos y personal del centro. En el caso de
los centros de titularidad privada la proporción de centros que presentan esta deficiencia es mayor (ver gráfico 2).
Deficiencias en cuanto a señalización (plano «usted se encuentra aquí», indicación de salidas, recorridos de evacuación y sistemas de protección contra incendios) en un 50% de los centros.
Gráfico 2. Realización de ejercicios o simulacros (%).
Algunos participantes de los grupos de discusión exponen que «los simulacros se hacen,
pero ¿se aprende de ellos?», considerando que muchas veces se avisa previamente a los
estudiantes, que «aparecen en el patio con abrigo y bocadillo ». Asimismo, se señala que no
siempre el protocolo es el adecuado: «se empieza la evacuación por abajo, pero ¿qué pasa si
hay fuego en los pisos superiores? ». En este sentido, es necesario diseñar adecuadamente
el Plan de Autoprotección– Evacuación del centro educativo, contemplando tanto
protocolos de evacuación como de confinamiento.
El análisis de la accesibilidad (ver gráfico 3) revela que muy pocos centros disponen de
soportes complementarios para ayudar a la comunicación (sistemas aumentativos y
alternativos, sistemas de soporte a la comunicación oral, lenguaje de signos u otros).
Asimismo, solo el 50% de los centros dispone de normas internas que promueven y
estimulan la eliminación de barreras, y de estos solo la mitad tiene establecidos planes y
calendarios para la implementación de estas normas. Es necesario indicar que las
instituciones que cuentan con planes de integración son las que acostumbran a contemplar
actuaciones para la supresión de barreras arquitectónicas.
Gráfico 3. Accesibilidad (%).
En los diferentes grupos de debate se manifestó que en los centros de nueva construcción se
contemplan más los elementos de accesibilidad, instalando rampas en aquellos lugares que
lo permiten. Su instalación también se convierte en un elemento de seguridad, por cuanto
sustituyen a las escaleras que, a juicio de los profesores, entrañan un riesgo en las horas de
concentración de alumnado (entradas y salidas) por las aglomeraciones que se generan.
Factores dinámicos del riesgo
En esta dimensión destacan los datos relativos a tránsito y circulación de vehículos (ver
tabla 3), tanto en el interior del centro como en el exterior del mismo. Especialmente es
necesario destacar cómo alrededor de un 50% de los centros considera que la señalización
exterior vertical y horizontal es insuficiente. Asimismo, en pocos centros existen zonas de
espera protegidas para los padres y/o zonas de aparcamiento señalizadas para la entrada o
recogida de alumnos.
Tabla 3. Datos relativos al tránsito y circulación de vehículos (%).
Primaria Secundaria
Público Privado Público Privado
Suficiente señalización exterior, vertical y horizontal 55% 29% 67% 57%
Semáforos y pasos de peatones en los alrededores del
centro 73% 71% 67% 86%
Tabla 3. Datos relativos al tránsito y circulación de vehículos (%).
Primaria Secundaria
Público Privado Público Privado
Vigilancia por parte de la policía municipal o afines en las
horas de entrada y salida de alumnos del centro 64% 43% 67% 57%
Zonas de espera protegida o señalizada para padres 18% 29% 17% 43%
En relación con la seguridad vinculada al transporte escolar, regular o esporádico, los
resultados ponen de relieve que este tipo de servicio cumple con la normativa y se toman
las medidas de seguridad adecuadas, en casi la totalidad de los centros analizados. Con
todo, tan solo la mitad de los centros públicos disponen de zona señalizada y protegida de
la circulación de vehículos, cuando la zona de subida o de bajada se encuentra fuera del
recinto escolar (ver gráfico 4). Este hecho supone un alto riesgo debido a la falta de zonas
específicas para subir o bajar del autobús escolar y la falta de señalización para el resto del
tránsito, situación más grave en los centros de primaria que de secundaria y entre los de
titularidad pública que privada.
Gráfico 4. Señalización de la zona de llegada y salida y protección del tránsito de otros
vehículos (%)
Aunque los resultados indican lo contrario, algunos participantes en los grupos de discusión
celebrados indicaron que hay poca costumbre de utilizar los servicios colectivos, como
autobuses, con los adecuados niveles de seguridad (uso del cinturón, por ejemplo),
corroborando, por otro lado, los bajos niveles de señalización de la zona de llegada y salida
de los vehículos.
Referente a la seguridad física, es decir, aquellos elementos de protección necesarios para
la custodia de valores materiales o documentación susceptible de robo, hurto o uso
indebido, se detecta que pocos centros disponen de elementos de protección en ventanas y
puertas de acceso. Igualmente, se observan algunas deficiencias en los protocolos de claves
y contraseñas (custodia y modificación periódica). También es necesario indicar que muy
pocos centros disponen de correctas medidas mecánicas (cerraduras y llaves) para el control
del acceso, sobre todo en lo referente a llaves de seguridad (incopiables) para las cerraduras
de acceso desde el exterior.
La custodia de documentación académica, información documental sensible y los datos
informáticos acostumbran a gestionarse y guardarse debidamente, según la legislación
vigente sobre privacidad de datos. Además, casi la totalidad de centros (97%) dice conocer
y cumplir con lo que establece la Ley de Protección de Datos.
EL TRANSPORTE ESCOLAR CUMPLE EN GENERAL CON LA NORMATIVA Y SE
ADOPTAN LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD ADECUADAS EN CASI TODOS LOS
CENTROS ANALIZADOS
De todas las aportaciones recogidas alrededor de este aspecto, cabe decir que los
participantes distinguieron entre aspectos que han mejorado y aspectos mejorables de la
cultura de protección de datos. Así, indican que se ha mejorado en el sentido de que, en la
actualidad, todos los documentos que contienen algún tipo de información personal se
destruyen directamente cuando dejan de ser útiles y se presta mayor atención a la
protección de datos informáticos. Por otro lado, señalan que se debe mejorar la custodia de
datos sensibles y expedientes de alumnado y profesorado; estos documentos deberían estar
solo en manos de la dirección.
En relación a la prevención del riesgo del personal docente es necesario indicar que:
El riesgo físico del personal docente es medio. Es conveniente destacar, en este sentido, cómo la probabilidad de que se produzcan casos de patologías vocales es medio-alto, pero que son pocos los centros que establecen medidas preventivas al respecto (mecanismos de ventilación, mecanismos de soporte para facilitar la comunicación y mecanismos para evitar los ruidos exteriores y la mejora acústica de las aulas).
El riesgo psicológico y ergonómico del personal docente es bajo, aunque más elevado en los centros públicos de educación primaria.
Alrededor de un 77% de los centros analizados disponen de Plan de Actuación para la promoción y la mejora de la convivencia escolar.
La mayoría de docentes participantes en los grupos de discusión indicaron el acoso laboral
y la presión psicológica como los principales riesgos a los que están expuestos. En el caso
de los centros de la zona sur, también se mencionó el contagio de enfermedades, por el
hecho de atender inicialmente a grupos sociales de inmigrantes sin controles sanitarios o de
los que se desconoce su trayectoria sanitaria.
Sobre la prevención del riesgo del alumnado, se ha observado que:
Casi la mitad de centros analizados tiene antecedentes de tráfico y/o consumo de drogas en el interior del centro y/o alrededores. Casi la totalidad de centros tiene establecidas medidas de protección y prevención contra este tipo de riesgo, como por ejemplo, la realización de charlas y cursillos de formación para padres y alumnos, medida muy extendida entre los centros de educación secundaria, dada la edad de los alumnos. Con todo, son muy pocos los centros que tienen establecidas medidas internas de prevención y detección.
En un 40,75% de los centros analizados hay antecedentes de casos de acoso psicológico entre alumnos del centro educativo y antecedentes de casos de violencia física en un 57,25%. Es necesario indicar que los porcentajes son superiores en los centros de secundaria públicos (ver gráfico 5). Las medidas más extendidas para hacer frente a este tipo de riesgo son: servicios de orientación y asesoramiento, personal responsable del control de los alumnos durante las horas de recreo y existencia de protocolos de actuación en caso de producirse situaciones de acoso físico o psicológico, que el personal conoce y aplica.
Gráfico 5. Inseguridad social. Antecedentes de acoso psicológico y violencia física entre
alumnos del centro (%).
Es necesario destacar cómo en los grupos de discusión se contemplaron los riesgos
derivados del uso de las nuevas tecnologías entre el alumnado como uno de los principales
problemas a los que se enfrentan actualmente los centros de educación secundaria. Los
casos de acoso entre alumnos, utilizando estos medios, han aumentado en los últimos
cursos, detectándose grabaciones y difusiones de comentarios sobre alumnos y profesores
en redes sociales o usando las mismas para presentar y debatir temas privados o socializar
aspectos del funcionamiento del centro: motes de los profesores, ridiculización de
comportamientos, etc.
La realización de nuevas investigaciones deberá dirigirse hacia el diseño de procesos de
gestión de la seguridad integral que incluyan instrumentos autoavaluativos, aplicables por
los propios centros
En relación al equipo dirigente de actividades del tiempo libre/extraescolares, alrededor de
un 80% de los centros analizados cumple con las ratios de personal responsable/ número de
alumnos participantes.
Respecto al modelo e instrumento, los participantes en las mesas de debate celebradas
concluyen que son amplios y útiles. Más específicamente comentaron que la aplicación del
cuestionario EduRisc les permite ser conscientes de los peligros que están presentes en el
día a día de sus centros y conocer sus deficiencias, ayudándoles a concretar aspectos de
mejora. De este modo, indicaron que su aplicación resulta útil para la realización de
procesos de autoevaluación, diagnóstico y/o evaluación externa.
Conclusiones y propuestas para la mejora de la seguridad integral en centros
educativos
La realización de estudios como el que aquí se ha presentado permite conocer cuál es la
realidad de los centros educativos en cuanto a su seguridad integral, proporcionando
información relevante con el fin de llegar a establecer recomendaciones prácticas.
La validez y utilidad del modelo e instrumento EduRisc queda evidenciada tanto por la
utilidad que proporciona la recogida de datos como por la validez que le asignan los grupos
de discusión establecidos. De todas formas, el instrumento deberá incorporar en nuevas
ediciones aportaciones relacionadas con medicamentos, recogida de alumnos y riesgos
derivados del uso de las tecnologías.
Respecto a la información obtenida, y a pesar del bajo número de centros analizados, se han
puesto de relieve las principales debilidades y fortalezas que los centros de enseñanza
obligatoria de España presentan en relación a la seguridad integral. No podemos hacer
generalizaciones, pues el número de centros analizados no lo permite, pero, sin duda, es el
primer paso para seguir avanzando. Los resultados de la investigación proporcionan un
punto de partida para la realización de nuevas investigaciones que deben dirigirse hacia el
diseño de procesos de gestión de la seguridad integral que incluyan instrumentos
autoevaluativos, aplicables por los propios centros.
Como resultado del estudio de campo y de la discusión de los resultados, el equipo de
investigación elaboró un conjunto de propuestas para la mejora de la seguridad integral, que
deben ser entendidas como indicaciones que, necesariamente, deben ser contextualizadas en
cada centro. Las medidas contempladas obedecen a distintos grados de formalización y
prevención, pudiendo identificar tres estadios:
a. El centro aplica iniciativas diversas relativas a la seguridad. b. El centro previene los riesgos a través de la formalización de acciones y medidas
preventivas. c. El centro ha institucionalizado la cultura de la seguridad, de modo que todos los
elementos y estructuras de la organización se encuentran impregnados de ella, creando valores, normas y creencias sobre seguridad compartidas.
En relación a la dimensión estática del riesgo, los centros deberían atender las siguientes
cuestiones:
En cuanto a las instalaciones (acumuladores de agua caliente, instalaciones de gas natural, instalaciones eléctricas, etc.), los centros educativos deberían realizar las revisiones pertinentes de los aparatos, tal como determina la legislación correspondiente. Asimismo, deberían registrar todas las actuaciones de mantenimiento, gestionando y custodiando la documentación relativa a las actualizaciones y revisiones de las instalaciones.
Los centros deberían diseñar y actualizar el Plan de Autoprotección, difundiéndolo entre todos los agentes de la comunidad (profesores, alumnos, personal de administración y servicios, padres, etc.). Igualmente, deberían contemplarse las acciones de difusión y formación necesarias, realizándose los simulacros de situación de emergencia durante los tres primeros meses del año, contando con la participación de todo el alumnado y personal del centro (profesorado y personal de administración y servicios).
En relación a las medidas de protección, los centros deberían realizar un correcto mantenimiento de los extintores y otro tipo de instalaciones (BIE), así como tener instalados detectores de humos y alarmas contra incendios.
Todos los centros educativos deben ser accesibles a la gente con discapacidad. Es necesario fomentar la adopción de medidas que permitan, a cualquier persona, acceder y desplazarse por el centro educativo (instalación de rampas, ascensores, etc.), utilizar el transporte escolar (transporte adaptado) y comunicarse de forma autónoma e independiente (elementos de soporte a la comunicación).
Referente a la dimensión dinámica del riesgo, se propone que los centros educativos:
Presten especial atención al tránsito, tanto a lo referente a la seguridad del transporte escolar, como a la señalización horizontal y vertical de circulación (semáforos, pasos de peatones, señal de zona escolar, etc.). Asimismo, deben dotarse del personal necesario para realizar el control del alumnado durante la subida y bajada de los vehículos, así como para realizar el control de la circulación en el interior del centro educativo.
En relación a la custodia de documentación y acceso a los datos, deben mantener los expedientes académicos y otros datos personales bajo llave, y todos los ordenadores con acceso a información privada bajo contraseña de acceso. Asimismo, el centro escolar debe estar provisto de medidas de protección que impidan el acceso de personal no autorizado. Es necesario indicar que las horas de entrada y salida de alumnos suponen un riesgo al producirse aglomeraciones. En este sentido, es conveniente que los responsables de los centros establezcan mecanismos para reducir el riesgo: entradas y salidas escalonadas, salida de alumnos por diversas puertas, recogida de los alumnos más pequeños en el interior del centro, etc.
Los centros educativos deben adoptar medidas para la prevención y vigilancia de los riesgos sobre las personas, es decir, sobre alumnos y profesores. De este modo, es necesario que los centros cuenten con protocolos y medidas para evitar el riesgo físico, psíquico y social del colectivo de alumnos, profesores y otro personal que intervenga en el centro. La puesta en marcha de este tipo de medidas repercutirá en la mejora del clima y la convivencia escolar.
Aplicando medidas preventivas e institucionalizando los procesos de gestión de la
seguridad integral, se promoverá y generará la cultura de la Seguridad Integral en el interior
de los centros educativos
Aplicando medidas preventivas y de seguridad desde una perspectiva global, iniciando
procesos integrales e institucionalizando los procesos de gestión de la seguridad integral, se
promoverá y generará la cultura de la seguridad integral en el interior de los centros
educativos. La seguridad integral debe someterse a los procesos de planificación,
coordinación, control y evaluación institucional, incluyendo la realización de actuaciones
para su desarrollo en el centro escolar.
A MODO DE GLOSARIO
Seguridad integral. Gestión de un valor institucional vinculado a la cultura organizativa de
los centros educativos mediante el que se promueven las acciones necesarias sobre los
componentes organizativos con la finalidad de ofrecer alternativas y fomentar la cultura
preventiva.
Riesgo. Es la probabilidad de que se produzca un evento o consecuencia negativa, es decir,
la probabilidad de que una persona sufra un daño.
Tipología de riesgos. Existen diferentes tipos de riesgo: riesgos físicos (factores
ambientales), químicos (elementos y sustancias que pueden causar algún tipo de
intoxicación), biológicos (agentes orgánicos que pueden desencadenar algún tipo de
enfermedad), ergonómicos (elementos de la tarea, equipo o ambiente de trabajo que pueden
favorecer el desarrollo de enfermedades o lesiones) y psicosociales (aspectos personales del
trabajo y el entorno social que en un momento dado pueden generar cargas que afecten a la
salud).
Medida preventiva. Actividad o medida adoptada o prevista para evitar o disminuir los
riesgos presentes en el centro educativo.
Cultura de la seguridad integral. Conjunto de valores, actitudes y normas, implícitas y/o
explícitas, sobre seguridad y prevención, que son compartidos por los individuos y grupos
que integran la institución escolar.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido financiado gracias a una ayuda a la investigación concedida por
FUNDACIÓN MAPFRE.
PARA SABER MÁS
1. Torrenteras, A.; Gómez, F.J.; Ruiz, M.J. y otros (2001). Salud laboral y prevención de riesgos laborales en docentes. Póster presentado en XII Congreso Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. Valencia 20-21 de noviembre de 2001.
2. Longás, J. (dir. y coord.) (2005). Estudi de les iniciatives europees de prevenicó de risc escolar (2003- 2004). Fundació Blanquerna Assistencial i de Serveis. En http://www.prevencio.cat/resources/ estudi_prl_europa_ca.pdf [revisado en septiembre de 2009].
3. Consumer-Eroski (2008). Uno de cada cuatro colegios suspende en seguridad. Revista Consumer- Eroski, nº 19 marzo, pp.34-41.
4. Gómez, G. (coord.) (2001). Prevención de riesgos y salud laboral en los centros docentes. Valencia: ciss-praxis.
5. Roldán, C. (2002). Manual de seguridad en los centros educativos. Consejería de Educación y ciencia. Dirección General de Construcciones y Equipamiento Escolar. España: junta de andalucía. En http://www.iseandalucia. es/archivos/manual_de_seguridad. pdf [revisado en septiembre de 2009].
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7. De Vehí, A. (2009). ¡Peligro! Cómo afrontar las adversidades sin miedo. Barcelona: edic. 8. Buijs, G. (2009). Better schools trought health networking for health promoting schools in
Europe. European journal of education, vol. 44, nº 4, pp. 507-520. 9. De Waal & Grösser (2009). Safety and security at school: a pedagogical perspective.
Teaching and teacher education. Vol. 25, issue 5, pp. 697-706. 10. USTEC-STES (2008). Guía pràctica de salut laboral. En Eina sindical d’informació, nº 41,
abril, pp. 2- 18. En http://www.sindicat.net/ w/docs/eina40.pdf [revisado en septiembre de 2009].
11. Pérez Soriano, J. (2009). Seguridad y salud en los docentes, en Gestión práctica de riesgos laborales, nº 58, marzo, pp-30-35.
12. Defensor del Pueblo Andaluz (2003). Informe del Defensor del Pueblo Andaluz: protección y seguridad en centros docentes de Andalucía. Andalucía: Defensor del Pueblo Andaluz.
13. Gay, E. y otros (2004). Condiciones de seguridad y salud del trabajo docente. Barcelona: publicaciones rosa sensat.
14. Chamarro, A.; longás, e.; longás, j.; capell, m. (2009). Danys no intencionals a l’escola. Gestió de la seva prevenció. Barcelona: saip - Fundació Blanquerna Assistencial i de Serveis (Universitat Ramón Ilull). El documento se puede descargar en la página web: http://www.prevencio.cat [revisado el 15.09.09].
15. Gairín, j. y Otros (2008). Seguretat integral en els centres educatius de Catalunya. Barcelona: Departament d’Educació (documento interno).
El estado de la seguridad en el hogar y el
ocioSEGURIDAD
Pese a que los accidentes ocurridos en el hogar y en el ocio apenas encuentran eco en los
espacios informativos, su mortalidad en España es seis veces superior a la producida en el
ámbito laboral y más del doble de la registrada en los accidentes de tráfico. Aunque son
cifras de extrema gravedad, no existen datos oficiales en ningún país que reflejen con
claridad este tipo de accidentalidad. Este estudio, con el objetivo de contribuir a arrojar luz
sobre este problema «invisible », establece a partir de diversas estadísticas el número de
fallecidos en nuestro país cada año por accidentes en el hogar, actividades de ocio y
peridomésticas, y elabora un análisis sistémico de los riesgos domésticos y de ocio, como
base para el desarrollo y la aplicación de planes preventivos multimodales que permitan
reducir la ocurrencia de este tipo de accidentes.
Por FRANCISCO MARTÍNEZ GARCÍA. Experto en Gerencia de Riesgos.
En la última década, cada año han fallecido en España alrededor de 380.000 personas, de
las que en torno a 16.000 lo son por causas accidentales o fortuitas, esto es, el 4%. La
mayoría de los fallecimientos, el 96%, se producen por enfermedades y desgastes
biológicos o naturales, de los que nadie se puede librar. Sin embargo, el otro conjunto de
muertes accidentales ocurren de forma inesperada, con interrupción brusca y prematura de
la vida de personas, algo que las sociedades avanzadas no pueden admitir. Esta
desaparición inmediata, por anticipado, en edades tempranas, genera desequilibrios y
tragedias familiares y en allegados difíciles de asimilar.
Las victimas en accidentes en los medios de transporte, en el trabajo y en episodios de
homicidios y asesinatos son suficientemente conocidas y están reflejadas con nitidez por las
estadísticas oficiales. De hecho, por su importancia y repercusión social, en la última
década se ha actuado decididamente frente a ellas, fundamentalmente en las dos primeras,
reduciendo de forma sustancial la siniestralidad registrada. No ocurre lo mismo cuando se
trata de medir la importancia de la mortalidad por accidentes en el hogar, el ocio y las
gestiones particulares ciudadanas, de la que no existen estadísticas representativas y fiables
en España ni en la mayoría de los países.
Las muertes accidentales acaecen de forma inesperada con la interrupción brusca y
prematura de la vida de las personas
Las responsabilidades y competencias claramente atribuidas en los ámbitos del transporte
vial, ferroviario, aéreo y marítimo, en los centros de trabajo y en la seguridad ciudadana
ante delitos contra las personas, se diluyen cuando se intentan atribuir en los espacios
domésticos, de ocio y de gestión privada. Son tan variados los escenarios en que se
desarrolla la vida ciudadana, al margen de los citados expresamente, que resulta muy
complejo establecer las responsabilidades en cada uno de ellos, la mayoría de las veces
solapadas en España entre organismos estatales, autonómicos y municipales y, en
ocasiones, con vacíos que quedan al margen de cualquier entidad pública o privada.
Desde el atrapamiento de un usuario por la puerta automática del garaje de su vivienda, al
encendido del aceite de una sartén en el fogón de la cocina, una baldosa suelta en la acera
de la vía pública o la caída de un infante en una piscina privada hasta el resbalón en el suelo
húmedo del supermercado, son innumerables los episodios cotidianos que pueden terminar
en accidentes individuales de diferente gravedad, incluso trágicamente con la vida de
personas.
En la búsqueda de la dimensión de los accidentes domésticos, una vez descartados los
accidentes laborales, en los medios de transporte y los de carácter antisocial, se contemplan
también otros eventos de gran magnitud humana y social acaecidos en diferentes partes del
planeta Tierra que avisan de acontecimientos similares que se pueden reproducir en el
futuro.
Adicionalmente a los riesgos representados por las viviendas, hay que considerar los que
entrañan los espacios públicos y privados donde se llevan a cabo las actividades de ocio y
de gestión particular ciudadana o peridoméstica
Son conocidas las repetidas y casi inevitablemente esperadas catástrofes naturales de
terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, corrimientos de tierras, huracanes/tifones,
inundaciones, entre otras, que se repiten periódicamente en determinadas zonas del planeta
con unos saldos estremecedores de pérdidas de vidas humanas, fundamentalmente en los
hogares. No obstante, y de forma más aleatoria, se producen otros macrosiniestros, quizá
más imprevisibles –que no serían tan imprevisibles si se detectan y analizan con
anticipación tales situaciones de riesgo–, pero con resultado de múltiples víctimas mortales
fundamentalmente en los espacios domésticos y de ocio. Baste con enumerar algunos
ejemplos:
Cámping de Los Alfaques. Tarragona (España). Explosión de cisterna. 1978. 243 fallecidos alojados en el cámping.
Aceite de colza adulterado. Intoxicaciones. España. Años 1980. 1.100 fallecidos. Presa de Tous. Valencia (España). Rotura de presa e inundación. 1982. 8 fallecidos. Explosiones de gas en San Juanico (México). 1984. 1.200 fallecidos. Explosión y escape tóxico en planta química. Bhopal (India). 1984. 2.500 fallecidos. Corrimiento de lodos del volcán Nevado del Ruiz. Armero (Colombia). 1985. 3.000
fallecidos. Perforaciones de oleoductos para robo de combustible. Diversos lugares internacionales.
Centenares de víctimas mortales por evento. Cámping de Biescas. Huesca (España). Riada. 1996. 87 fallecidos. Consumo de carne de vacas locas, encefalopatía espongiforme. Unión Europea. 1999-
2002. 130 fallecidos. Corrimiento de ladera por terremoto y rotura de depósito de agua. Santa Tecla (El
Salvador). 2001. 300 fallecidos. Incendios forestales. Victoria (Australia). 2009. 173 fallecidos. Terremoto. Haití. 2010. 316.000 fallecidos. Corrimiento de ladera por lluvias torrenciales. Medellín (Colombia). 2010. 400 fallecidos. Avalancha humana en la Love Parade. Duisburgo (Alemania). 2010. 21 fallecidos. Vertido de lodos metálicos mineros. Ajka-Kolontar (Hungría). 2010. 12 fallecidos. Avalancha humana en Fiesta del Agua. Phnom Penh (Camboya). 2010. 400 fallecidos. Inundaciones en Brasil, Australia, Sri Lanka, Europa. 2011. Centenares de fallecidos.
Todos estos casos, que no son más que una muestra, han repercutido fundamentalmente en
hogares y han alcanzado esos balances descomunales por la acumulación de fallos y
factores negativos en un momento, lugar y circunstancias determinadas, que
desencadenaron y pueden volver a desencadenar los peores escenarios de accidentes o sus
equivalentes de siniestros máximos posibles de pérdidas de vidas humanas.
Es llamativa la inexistencia de cifras oficiales de la accidentalidad en el hogar, ocio y
gestiones peridomésticas en ningún país, cuando posiblemente estemos ante los espacios en
que se manifiestan los riesgos de mayor importancia cuantitativa susceptibles de ser
medidos. Es destacable el esfuerzo del programa EHLASS (European Home and Leisure
Accidents Surveillance System, por sus siglas en inglés, y traducido al español como
Sistema Europeo de Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio), puesto en marcha en
1975 por la Dirección General de Salud y Protección al Consumidor de la Comisión de la
Unión Europea y de su correspondiente aplicación en España por el estudio DADO
(Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio), que llevaba a cabo el Instituto Nacional
de Consumo del Ministerio de Sanidad y Consumo con una periodicidad anual irregular.
Este estudio se elaboraba mediante encuestas de muestras de población que se extrapolaban
al conjunto del país, con una aceptable información de causas y circunstancias de estos
accidentes, pero sin una validez estadística ajustada para conocer la magnitud real del
problema. Hay que lamentar que el último estudio DADO se realizó en 2007, año en que se
canceló el programa.
La dimensión de los accidentes en el hogar y el ocio
El hogar moderno se ha convertido en un elemento constructivo equipado con numerosas
instalaciones y equipamientos industriales de pequeño tamaño en el que se almacenan o
suministran diversas mercancías y productos peligrosos, que alberga a los miembros de la
familia y visitantes temporales de sus entornos de relación.
Así, los edificios de viviendas incorporan medios constructivos formados por rampas,
suelos rugosos o resbaladizos, bordillos, escaleras, huecos y balcones, entre otros, que
comportan riesgos de distintas relevancia. Junto a estos, los equipamientos de aparatos
elevadores, calderas de vapor y agua caliente, depuradoras, electrodomésticos, maquinaria
de bricolaje, cuchillería y otros utensilios, así como las instalaciones eléctricas, de gas, agua
y aire acondicionado y los productos de limpieza, farmacéuticos, de reparación, de
tratamiento de piscinas, depuradoras y compostaje, que acumulan riesgos químicos de
considerable importancia, configuran un auténtico establecimiento industrial en miniatura,
con los consiguientes riesgos asociados.
Adicionalmente a los riesgos representados por las viviendas, hay que considerar los que
entrañan los espacios públicos y privados donde se llevan a cabo las actividades de ocio –
naturaleza, pabellones escolares y deportivos, recreativos, comerciales, etc.– y las de
gestión particular ciudadana o peridomésticos –citas médicas, trámites administrativos,
reuniones cívicas, etc.–, con sus correspondientes riesgos vinculados.
Si bien los macroaccidentes de catástrofes naturales y antropogénicas antes citados golpean
fuertemente en ciertas regiones y conmueven en todo el mundo, las estadísticas de víctimas
humanas se nutren principalmente de los numerosos accidentes comunes cotidianos, la
mayoría individuales, que, como es evidente, no atraen la misma atención mediática que las
grandes catástrofes. En los análisis de riesgos se manejan, además de otros factores, las
variables estadísticas de frecuencia y consecuencias dañinas, que miden la importancia del
pasado más reciente transcurrido y permiten proyectar las previsiones de probabilidades e
intensidades futuras.
En la valoración de las consecuencias dañinas de los accidentes se consideran
habitualmente los tres componentes de daños personales, sociales y económicos.
Sin ninguna duda, la repercusión más importante es la de carácter humano, y dentro de esta,
aquella que produce la muerte de personas, como valor extremo y claramente
representativo de la gravedad de las distintas situaciones de riesgo.
En este sentido, este estudio pretende, en primer lugar, establecer el número de fallecidos
producidos cada año por accidentes en el hogar, actividades de ocio y peridomésticas.
Como se ha indicado anteriormente, no existen estadísticas oficiales al respecto en ningún
país del mundo, aunque sí se elaboran encuestas y sondeos que reflejan algunas tendencias
de causas, edades, asistencia sanitaria y otros aspectos, que son útiles, pero no facilitan, ni
por aproximación, las cifras absolutas de víctimas mortales.
La búsqueda de este parámetro, fundamental para poder medir la importancia del riesgo, se
acomete en el estudio a partir de las estadísticas de defunciones por causa de muerte del
Instituto Nacional de Estadística español, en su apartado de causas externas. En dicho
apartado se recogen todas las causas accidentales y las fortuitas de carácter intencionado
que han ocasionado las defunciones en cada año.
En el gráfico 1 se recogen las defunciones por causas externas registradas en España en los
últimos años a contar desde 1980, para disponer de la visión de su evolución histórica. En
el gráfico 2 se refleja la misma estadística de diversos países de nuestro entorno en 2008,
para contar también con una referencia comparativa internacional en este punto de partida.
El desglose de defunciones por las principales causas externas registradas en España en
2008, último año disponible, está recogido en el gráfico 3. En el total de 15.289
defunciones se incluyen 10.903 por causas accidentales y el resto por comportamientos
voluntarios o de intencionalidad evidentes y, por tanto, no accidentales. Tomando como
base la cifra de muertes accidentales, por desagregación de los ámbitos no domésticos, esto
es, las ocurridas en las actividades laborales –legales e irregulares– y en los medios de
transporte –vial, aéreo, ferroviario, marítimo y otros–, resulta en la cifra de 6.869, con un
margen de error razonable, que da una idea de la importancia de los accidentes del hogar y
el ocio en comparación con los espacios más conocidos del trabajo (1.065) y del tráfico vial
(3.100) en ese año.
Gráfico 1. Fallecidos y mortalidad por causas externas: Accidentes, agresiones y suicidios.
España, 1980-2008.
Tasa de mortalidad: Número de fallecidos por millón de habitantes.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Gráfico 2. Fallecidos y mortalidad por causas externas. Internacional, año 2008. Tasa de
mortalidad: Número de fallecidos por millón de habitantes. Fuentes: Instituto Nacional de
Estadística y Organización Mundial de la Salud. Nota: Junto al país, entre paréntesis, año al
que corresponde el dato si es distinto de 2008.
Gráfico 3. Principales causas externas de mortalidad. España, 2008. Tasa de mortalidad:
Número de fallecidos por millón de habitantes. Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Las principales causas de muerte accidental en el hogar y el ocio en ese año están
encabezadas por las obstrucciones de vías respiratorias (25,9%), las caídas (24,5%) y los
envenenamientos accidentales (12,8%), cuya distribución con el resto de causas se puede
observar en la tabla 1.
Tabla 1. Fallecidos en accidentes del hogar y ocio por causas. España, 2008.
Causas Nº de fallecidos Porcentaje frente al total
TOTAL 6.869 100,0
Obstrucción vías respiratorias 1.780 25,9
Caídas 1.686 24,5
Envenenamientos accidentales 880 12,8
Ahogamientos 428 6,2
Incendios 196 2,9
Tabla 1. Fallecidos en accidentes del hogar y ocio por causas. España, 2008.
Causas Nº de fallecidos Porcentaje frente al total
Fuerzas de la naturaleza 65 0,9
Fuerzas mecánicas 18 0,3
Otras causas no especificadas 1.805 26,3
Por otra parte, la distribución de estos fallecimientos accidentales por razón de género
corresponde en el 61,6% a varones, que son mayoría sustancial en todas las causas, excepto
en la de obstrucción de las vías respiratorias, en la que las mujeres supusieron el 52,4% de
las víctimas.
Finalmente, en el breve análisis que tiene cabida en este artículo, merece especial atención
la distribución de las muertes en función de la edad, que se recoge en la tabla 2. En este
apartado destacan las mayores tasas de accidentalidad en las edades más longevas; así, a
partir de los 65 años dicha tasa supera de manera creciente la tasa media –148,2 fallecidos
por cada millón de habitantes– hasta alcanzar el índice más alto, 6.675, en el tramo de 95 y
más años. También es muy significativa la comparación entre los porcentajes que
representan estos grupos de edad de mayores en la población española y los muy superiores
de fallecidos por accidentes en esos mismos tramos de edad, como se puede observar en la
tabla citada.
Tabla 2. Fallecidos en accidentes del hogar por edades. España, 2008.
Tramos de
edad
(años)
Nº de
fallecidos
Tasa de mortalidad
por millon en casa
franja de edad
Porcentaje del total de
fallecidos en cada
franja de edad
Porcentaje de la
población en cada
franja de edad
0 a 4 84 35,9 12,0 5,1
5 a 9 28 12,8 0,4 4,7
10 a 14 24 11,2 0,3 4,6
15 a 19 93 39,5 1,4 5,1
Tabla 2. Fallecidos en accidentes del hogar por edades. España, 2008.
Tramos de
edad
(años)
Nº de
fallecidos
Tasa de mortalidad
por millon en casa
franja de edad
Porcentaje del total de
fallecidos en cada
franja de edad
Porcentaje de la
población en cada
franja de edad
20 a 24 161 56,7 2,3 6,2
25 a 29 175 47,1 2,5 8,0
30 a 34 239 57,8 3,5 9,0
35 a 39 302 77,2 4,4 8,5
40 a 44 287 77,0 4,2 8,1
45 a 49 297 88,6 4,3 7,3
50 a 54 239 83,3 3,5 6,2
55 a 59 250 96,7 3,6 5,6
60 a 64 251 105,8 3,7 5,1
65 a 69 314 169,9 4,6 4,0
70 a 74 461 235,7 6,7 4,2
75 a 79 688 404,0 10,0 3,7
80 a 84 1.019 860,0 14,8 2,6
85 a 89 1.027 1.937,7 15,0 1,1
90 a 94 663 1.801,6 9,7 0,8
Tabla 2. Fallecidos en accidentes del hogar por edades. España, 2008.
Tramos de
edad
(años)
Nº de
fallecidos
Tasa de mortalidad
por millon en casa
franja de edad
Porcentaje del total de
fallecidos en cada
franja de edad
Porcentaje de la
población en cada
franja de edad
95 y más 267 6.675,0 3,9 0,1
Esta valoración global de fallecidos en accidentes del hogar y ocio se complementa con la
proporcionada por el estudio DADO realizado en España en los años en que se facilitó una
estimación de víctimas mortales, que se puede observar en el gráfico 4. Las estimaciones de
fallecidos oscilan entre un mínimo de 4.000 en los años 2001 y 2007 y el máximo de 6.869,
estimado en este trabajo, seguido de 6.060 en 2005.
Gráfico 4. Fallecidos y mortalidad por accidentes domésticos y de ocio. España, 1995 -
2008.
Tasa de mortalidad: Número de fallecidos por millón de habitantes.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Igualdad y Política Social y elaboración propia.
En el gráfico 5 se reflejan las cifras estimativas de víctimas mortales en accidentes del
hogar y ocio en diferentes países.
Gráfico 5. Fallecidos y mortalidad por accidentes domésticos y de ocio. Internacional.
Tasa de mortalidad: Número de fallecidos por millón de habitantes.
Fuente: Organismos nacionales e internacionales de salud.
La comparativa estadística de los accidentes del hogar, ocio y peridomésticos frente a los
otros dos ámbitos principales del transporte –básicamente vial: carretera y urbano– y el
laboral se lleva a cabo de acuerdo a los datos de accidentalidad en 2008, con las lógicas
salvedades de ciertas carencias de los del hogar y vinculados, tal como se expresan en la
tabla 3.
Tabla 3. Accidentes por ámbitos e índices de incidencia. Año 2008. (1)Accidentados por cada milón de personas expuestas.
(2)Accidentes leves y graves. Año 2007. (3) Accidentes leves con baja y sin baja.
(4)Accidentes leves y graves.
Ámbito Nº de accidentes Índice de incidencia (1)
Leves Graves Mortales Leves Graves Mortales
Hogar y ocio 1.754.335(2) 6.869 3.785(2) 148,2
Tráfico y vial 114.459 16.488 3.100 2.828,2(4)
2.472,1 356,1 67
Laboral
107.680,9(4)
Tabla 3. Accidentes por ámbitos e índices de incidencia. Año 2008. (1)Accidentados por cada milón de personas expuestas.
(2)Accidentes leves y graves. Año 2007. (3) Accidentes leves con baja y sin baja.
(4)Accidentes leves y graves.
Ámbito Nº de accidentes Índice de incidencia (1)
Leves Graves Mortales Leves Graves Mortales
1.703.626(3) 8.500 1.065 107.146,3 534,6 67
OBSTRUCCIONES DE VÍAS RESPIRATORIAS, CAÍDAS Y ENVENENAMIENTOS
ACCIDENTALES, PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE ACCIDENTAL EN EL
HOGAR Y EL OCIO EN ESPAÑA EN 2008
El análisis esencial de comparación de los índices de incidencia entre los tres ámbitos, que
se reflejan en la misma tabla 3, muestra con claridad la mayor incidencia de los accidentes
del hogar y ocio, con una tasa de 148,2 fallecidos por cada millón de habitantes en ese año
2008, frente al mismo valor de 67 en el laboral y el tráfico vial.
Por otra parte, en la consideración de la importancia de los accidentes de toda gravedad,
resulta esclarecedor el tener en cuenta las lesiones de carácter leve, grave y mortal, con una
relación piramidal en la que esta última representa la máxima expresión de la importancia
de los accidentes y, de otro lado, la relación que se da entre los tres niveles.
De esta forma, se construyen las pirámides relacionales que se reflejan en el gráfico 6 y que
muestra en 2008 para los accidentes de trabajo una relación de 1.600 accidentes leves por
cada accidente mortal y de 200 accidentes leves por cada accidente grave, así como de 8
accidentes graves por cada accidente mortal; la relación entre la suma de accidentes leves y
graves respecto de los mortales es de 1.608 (dato elaborado con el mismo criterio en
accidentes del hogar, que se facilita más adelante, para que pueda ser comparado).
LAS MUERTES EN ACCIDENTES DOMÉSTICOS Y DE OCIO EN ESPAÑA SON
SEIS VECES SUPERIORES A LAS PRODUCIDAS EN LOS CENTROS DE TRABAJO
Y MÁS DEL DOBLE QUE LAS REGISTRADAS EN EL TRÁFICO VIAL
En los accidentes de tráfico vial, la geometría piramidal reflejada en el mismo gráfico 6
establece una relación de 37 accidentes leves por cada accidente mortal, 7 accidentes leves
por cada accidente grave y 5 accidentes graves por cada accidente mortal; al igual que en el
punto anterior, la relación entre los accidentes leves más los graves respecto a los
accidentes mortales es de 42.
Por lo que respecta a la pirámide de los accidentes del hogar, también expresada en el
mismo gráfico 6, en la que los datos de accidentes leves y graves, procedentes del estudio
DADO, no están disponibles por separado, el único ratio que se puede extraer es el de 255
accidentes leves más graves por cada accidente mortal.
Gráfico 6. Pirámides relacionales de accidentes en hogar, laboral y tráfico. España, 2008.
El análisis comparativo de estos ratios, con las salvedades ya indicadas de la relativa
fiabilidad de los accidentes leves en los ámbitos laboral y de tráfico y de los leves y graves
en el hogar, permite extraer la lectura de que el riesgo de los accidentes de tráfico –42
siniestros leves más graves por cada accidente mortal– acumula en el proceso de la
circulación un potencial de daño muy superior al de los otros dos, seguido del riesgo en el
hogar (255) y a mayor distancia el de los accidentes de trabajo (1.608).
Adicionalmente a los daños personales, de atención prioritaria, se han de considerar las
repercusiones de carácter social sufridas por los accidentados y por los familiares,
allegados, entorno laboral y, en definitiva, el conjunto de la sociedad. De tal manera, en el
caso de fallecimientos se puede utilizar la valoración de la pérdida de capital humano,
representada por metodologías como la DALY (Disabled Adjust Lost Years, por sus siglas
en inglés y traducida al español por Valor de Años de Vida Perdidos por Accidentados),
que da una idea aproximada de la pérdida de aportación a la sociedad que supone la muerte
prematura en accidente de una persona.
Hay que destacar también los desenlaces de algunos accidentes del hogar, que sin
desembocar en el extremo del fallecimiento derivan en lesiones de incapacidad física y
mental muy graves, con la dependencia social y costes económicos que conllevan para los
afectados, su entorno familiar y los sistemas públicos de protección social.
Por otra parte se encuentran los costes económicos derivados de los accidentes domésticos,
resumidos en los servicios de emergencia, atención sanitaria y hospitalaria y de
dependencia. Otro componente de costes viene representado por los daños patrimoniales, a
menudo simultáneos con los personales, de los que apuntan la importancia de esta vertiente
del problema las indemnizaciones abonadas por las aseguradoras por las reclamaciones de
los seguros del hogar en las magnitudes que se observan en la tabla 4, con datos
correspondientes a 2009. No obstante, dichos datos no reflejan toda la dimensión de las
pérdidas patrimoniales, ya que bastantes hogares no disponen de póliza de seguros o no
tienen contratadas las coberturas frente a determinados daños.
Tabla 4. Indemnizaciones por siniestros en multirriesgos de hogar. España, 2009.
Naturaleza de los siniestros % de siniestros Valor promedio por siniestro (€)
TOTAL 100.00 382
Incendio 6,21 1.015
Robo 6,03 842
Responsabilidad civil 3,63 434
Responsabilidad civil por agua 0,72 283
Daños propios por agua 32,07 289
Cristales 19,42 169
Accidentes personales 0,01 5.601
Fenómenos atmosféricos 8,44 532
Daños eléctricos 8,07 294
Otros 15,40 160
La importancia de conocer con precisión las cifras reales de la epidemia de los accidentes
domésticos y de ocio radica en el paradigma de que «lo que no se sabe medir no se puede
mejorar». No en vano, a pesar de las actuaciones preventivas que se puedan desplegar, si no
hay un sistema confiable de medida de la accidentalidad no se podrá saber si han
repercutido en mejorar los índices de siniestralidad o, por el contrario, si han empeorado.
Análisis sistémico de los riesgos domésticos y de ocio
La aproximación sistémica (de la teoría de sistemas), holística o integral a los riesgos
domésticos, de ocio y de gestión particular ciudadana permite un análisis global de las
diferentes interacciones entre las fuentes de peligro y los activos presentes en los distintos
escenarios, en tiempos y contextos posibles. En el gráfico 7 se sintetiza la metodología en
la matriz de análisis de riesgos empleada.
Gráfico 7. Matriz de análisis de riesgos.
De acuerdo a esta metodología, los activos expuestos a riesgos en el hogar, ocio y
peridomésticos se clasifican en:
Personas que habitan en el hogar, con especial atención a: o Infantes y bebés. o Dependientes físicos, psíquicos y emocionales. o Mayores. o Adultos.
Activos materiales: o Edificación, instalaciones y equipos fijos. o Mobiliario, equipamiento móvil, ajuar y utensilios.
Terceros: o Otras personas físicas y jurídicas y su patrimonio y medio ambiente en relación
con el hogar objeto de análisis: vecinos, prestadores de servicios, visitas, vías públicas, paseantes, circulantes, medio natural, etc.
Por otra parte, las fuentes de peligro o daño que pueden afectar a dichos activos se ordenan
en:
Naturales: o Atmosféricas: vientos, rayos, granizo, olas de calor (canículas), olas de frío, nieve,
hielo. o Hidrológicas: inundaciones, tsunamis, ahogamientos. o Geológicas: terremotos, erupciones volcánicas, subducciones, corrimientos de
tierra.
o Biológicas: epidemias, microorganismos nocivos, insectos, reptiles, animales feroces (perros, ganado, reses bravas).
o Cósmicas: meteoritos, radiación y vientos solares. Tecnológicas:
o Físicas: electricidad, radiaciones, vibraciones, impactos mecánicos (caídas, golpes, choques).
o Químicas: térmicas (incendios y explosiones), tóxicas, reactivas, contaminantes. o Psicosociales: estrés, fatigas, depresiones, dolores de espalda, neuralgias.
Intencionadas: o Antisociales:
Delictivas: robos, hurtos, vandalismo, terrorismo, secuestros, fraudes, extorsiones.
Bélicas y efectos laterales en la población civil. o Sociales: huelgas, manifestaciones, protestas. o Políticas: nacionalizaciones, golpes de Estado, expropiaciones, inseguridad
jurídica.
Los escenarios en los que se ha de analizar, en el caso del hogar y ocio, la interacción de las
fuentes de peligro sobre los activos expuestos se clasifican en:
Hogar: o Interior de la vivienda. o Aledaños: jardines, piscinas, canchas deportivas, clubes sociales, salas de juegos,
garajes, etc., vinculados al edificio de residencia. Ocio con actividades:
o Deportivas: Como practicantes. Como espectadores.
o Turismo y viajes familiares. o Culturales. o Musicales. o Festivos: encierros taurinos, procesiones, desfiles.
Peridomésticos. De gestión ciudadana particular. o Comerciales. o Gestiones civiles y administrativas. o Manifestaciones y mítines. o Voluntariado social.
Así como en los centros de trabajo y en los medios de transporte existen unas
responsabilidades y competencias bien definidas, en los escenarios de la vida privada en el
hogar, antes enumerados, debido a la escasa conciencia de los riesgos, se produce una gran
desatención de las administraciones públicas competentes y de los principales actores de
estas situaciones: los propios ciudadanos.
Se ha de tener en cuenta la relación transversal de las personas como miembros de la
familia, la empresa y las relaciones sociales
La presencia de las personas en su vida privada en espacios tan diferentes como la
residencia, la calle, el comercio, la oficina pública, la naturaleza abierta y otros muchos en
los que se entrecruzan las competencias administrativas y que se suceden en periodos de
tiempo muy cortos, dificultan notablemente el poder garantizar de forma continua su
seguridad por parte de los organismos públicos. Es por ello, siendo conscientes de la
dificultad que entraña, que se debe buscar un ambicioso plan nacional preventivo de
seguridad en el hogar y en el ocio, en las direcciones que se han demostrado eficazmente en
la seguridad en el tráfico vial y en el trabajo.
Por otro lado, conviene tener presente también que cualquiera de estos escenarios se puede
producir en unos contextos de situaciones extremas y agravantes derivados de condiciones
especiales de carácter social–conmoción civil, huelgas, manifestaciones–, de grandes
concentraciones de personas, del clima atmosférico, del horario solar y otras circunstancias,
que pueden conducir a eventualidades de niveles máximos posibles y previsibles que han
de estar considerados por los responsables públicos y personales de cada caso.
Una vez que se han identificado los actores del riesgo (peligros y activos expuestos) y
escenarios concretos, se procede a su evaluación, si es posible, con métodos estadísticos y
prospectivos; en casos previsiblemente extremos se aconseja aplicar modelos de pérdidas
máximas (pruebas de estrés o esfuerzos límite). En este sentido, es aconsejable disponer de
metodologías con cuestionarios de listas de chequeo específicos para el hogar que faciliten
esta tarea.
A la vista de las valoraciones de riesgos obtenidas y las recomendaciones estándar de
seguridad en el hogar, se procede a elaborar y poner en práctica los planes preventivos, que
lógicamente han de ser de un nivel elemental asequible a los ocupantes de las viviendas.
Los agentes directos de aplicación de los planes preventivos son todos y cada uno de los
ciudadanos que están expuestos a los distintos peligros de su actividad cotidiana y continua,
a los que hay que educar y preparar en esta dirección y en sus diversos papeles: hogar,
tráfico, laboral, viajes, etc. y edades de desarrollo (infantil, adulta, mayor), para conseguir
una cultura de prevención natural e inherente en cualquier faceta de su actividad vital.
Se debe tener en cuenta de manera preferente la relación transversal e indisoluble de los
papeles que puede desarrollar toda persona como miembro de la familia, la empresa, las
amistades y las asociaciones cívicas, y la repercusión que se da entre todas por un hecho
ocurrido en cualquiera de ellas. Es un ejemplo conocido el de la persona trabajadora que en
su vida familiar en el fin de semana se accidenta de gravedad haciendo deporte, cocina o
bricolaje y, además de las consecuencias para su integridad física, familiar y social, causa
baja en su actividad laboral durante varios días. Iguales efectos se pueden dar en el sentido
inverso del accidente laboral con repercusiones en la vida familiar del trabajador. Según un
estudio del National Safety Council de Estados Unidos, el 73% de las bajas laborales en el
sector industrial se generan fuera del centro de trabajo.
Planes preventivos multimodales
Al igual que en otros escenarios de riesgo, la prevención en el hogar y en el ocio debe partir
de la aplicación escalonada de los principios de acción siguientes:
1. Eliminación de las fuentes de peligro 2. Sustitución de las fuentes de peligro por otros elementos que disminuyan el riesgo 3. Aplicación de medidas preventivas que reduzcan la ocurrencia de accidentes
o Incorporación de la prevención y protección en el diseño y construcción de edificios, hogares y lugares de ocio.
o Dotación de los equipos móviles de seguridad. o Supervisión y control periódicos de las condiciones de seguridad:
Autoinspecciones. Listas de chequeo. Inspecciones reglamentarias. Inspecciones optativas externas. Reconocimientos médicos.
o Formación científica, técnica y de gestores expertos en esta disciplina. o Educación ciudadana en las etapas infantil, secundaria, formación profesional,
universitaria y adulta. o Sensibilización continuada, información y recomendaciones prácticas. o Elaboración de planes de autoprotección privados. Simulacros de preparación y
control. o Análisis de accidentes e incidentes, para mejorar las técnicas preventivas. o Servicio de vigilancia privada. o Investigación, registro y análisis estadístico de los accidentes, para extraer
enseñanzas que se apliquen en la prevención futura. 4. Aplicación de medidas de protección que controlen los accidentes y minimicen los daños
que puedan ocasionar o Descubrimiento de accidentes y alarma y aviso interno y externo a servicios de
emergencia y socorro. o Asistencia en accidentes.
Neutralización de las fuentes emisoras de agresividad: escapes de gas, agua, productos tóxicos, incendios, derivaciones eléctricas, animales agresivos.
Atención a personas afectadas: Primeros auxilios. Atención psicológica. Desplazamiento a centros hospitalarios.
Minimización de daños materiales. Evitación de la transmisión de efectos dañinos a terceros y al medio
ambiente. Colaboración con los servicios de emergencia.
5. Planes de contingencia y continuidad de las actividades o Asistencia médica hospitalaria. o Salvamento y saneamiento de bienes materiales. o Restitución definitiva o provisional de los servicios básicos afectados.
o Comunicación a organismos y entidades relacionadas: ayuntamientos, consejerías, Seguridad Social, juzgados, policías, empresas con relación laboral con los afectados.
o Reclamación de compensaciones económicas a aseguradores y otros con posible responsabilidad.
o Rehabilitación física, mental y laboral de las personas afectadas. o Reparación y reconstrucción de los bienes materiales dañados.
DESCONTANDO AL TOTAL DE MUERTES ACCIDENTALES EN 2008 (10.903) las
producidas EN EL ÁMBITO DOMÉSTICO, RESULTAN 6.869 FALLECIDOS EN EL
HOGAR Y el OCIO
La gran variedad de escenarios y de peligros a los que se pueden ver expuestos los
ciudadanos requiere de una aproximación estructural y escalonada que defina las
actuaciones de todos los agentes involucrados de manera coordinada en los siguientes
niveles:
Administraciones públicas: o Estado: ministerios y organismos competentes. o Comunidades autónomas: consejerías y organismos competentes. o Diputaciones provinciales y comarcales: servicios y consorcios competentes. o Ayuntamientos: servicios competentes.
Todos ellos con enfoques innovadores y de dinamización. Entidades y agrupaciones civiles relacionadas con el tema.
o Asociaciones profesionales y cívicas: consumidores, técnicos seguridad. o Fundaciones. o Organizaciones No Gubernamentales. o Empresas públicas y privadas: compañías eléctricas, gas, agua, seguros.
Protagonistas principales: los ciudadanos, expuestos a tan amplia gama de riesgos y, a menudo, carentes de una seguridad específica y supervisada de forma continua como se da en los ámbitos del tráfico vial y las actividades empresariales. Por tanto, la seguridad ciudadana se ha de orientar a la autoprotección personal asimilada como una cultura y conciencia preventiva proactiva que se mantiene y aplica de manera espontánea y natural en cualquier situación de la vida diaria.
Para ello, se debe facilitar a los ciudadanos el apoyo de unos recursos educativos,
informativos y procedimentales que garanticen la condición de autonomía protectora que ha
de poseer cada persona.
Conclusiones
El destilado principal de lo recogido en este estudio se concentra en la toma de conciencia
de la muy elevada importancia de los accidentes del hogar y el ocio en España, y, por
lógica traslación, en cualquier país del mundo. Las cifras de víctimas mortales en
accidentes domésticos y de ocio en España, como máxima y evidente expresión de la
gravedad del problema, son seis veces superiores a las producidas en los centros de trabajo
y más del doble que las registradas en el tráfico vial.
Se hace necesaria, por tanto, una respuesta eficaz canalizada por un Plan Nacional de
Prevención de los Accidente en el Hogar y el Ocio, en el que participen de forma activa
todos los organismos públicos involucrados en los niveles estatal, autonómico y local, así
como las instituciones y agentes sociales representativos de estos espacios. Los exitosos
ejemplos de los planes de seguridad vial y laboral desplegados en nuestro país en los
últimos años aportan una experiencia muy positiva de los modelos a seguir.
En la aplicación práctica de los planes preventivos dirigidos a las actividades domésticas y
de ocio es muy importante complementarlos con un enfoque transversal recíproco respecto
de los espacios laborales, educativos, del tráfico vial, deportivos, Internet, redes sociales,
etc. en los que se desarrolla de manera indisoluble la vida de las personas.
Se hace muy necesaria la creación de organismos especializados de fomento y apoyo
técnico a los promotores y expertos que desarrollan acciones preventivas en el hogar y el
ocio. Entre otras, se debería atender a la formación especializada de gestores y técnicos, la
dotación de herramientas y materiales didácticos, la difusión de campañas en los medios de
comunicación, la investigación de accidentes, su registro y análisis estadístico, buscando la
correlación entre los índices de la prevención desplegada y la accidentalidad resultante.
Para conocer la exacta dimensión de las repercusiones de los accidentes del hogar es
necesario disponer de unos sistemas de estadísticas fiables y completas, ya que en la
actualidad las bases de datos al respecto no proporcionan la calidad deseada. Sin embargo,
los sistemas estadísticos disponibles en España comportan una base de partida bastante
sólida, que, con algunas mejoras en los contenidos de los certificados y boletines
estadísticos de defunción y, sobre todo, en la más precisa cumplimentación por los
facultativos y procesamiento técnico, puede proporcionar la información esencial para el
seguimiento periódico de la accidentalidad y el ajuste oportuno de los planes preventivos.
ANTE LA ELEVADA SINIESTRALIDAD, SE HACE NECESARIA UNA RESPUESTA
EFICAZ CANALIZADA POR UN PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN DE LOS
ACCIDENTES EN EL HOGAR Y EL OCIO
Los incalculables costes personales, sociales y económicos de los accidentes del hogar y el
ocio, junto con los dramas humanos que suponen muchos de ellos, demandan una
movilización activa de la sociedad que consiga reducir de manera sustancial la magnitud de
estas consecuencias tan preocupantes.
REFERENCIAS DE SITIOS WEB
Todas precedidas de www
cdc.gov.us
cenapra.salud.gob.mx
census.gov.us
dane.gov.co
deis.gov.ar
destatis.de
dgt.es
dh.gov.uk
eurostat.ec.europa.eu
ibge.br
ilo.org
ine.cl
ine.es
inegi.org.mx
inei.gob.pe
inec.gov.ec
insee.finsht.es
isciii.es
istat.it
mir.es
mtin.es
one.cu
osha.eu.int
paho.org
statcan.gc.ca
unodoc.org
who.int
Accidentes industriales que originan nubes
multicomponentesSEGURIDAD
Parte II: Propuestas metodológicas para determinar la dispersión en aire y las zonas de
objeto de planificación
El presente artículo es continuación del publicado en el número 119 de la revista, relativo a
los efectos agudos sobre el ser humano que pueden causar las emisiones al aire de mezclas
de sustancias tóxicas, como consecuencia de accidentes industriales, así como a la
evaluación del nivel de efectos de los componentes de la mezcla utilizando la metodología
del Índice de Peligro. En este trabajo se proponen metodologías para determinar, por un
lado, los parámetros que definen las dosis y los valores límite de los componentes de la
mezcla, y por otro, los criterios para estimar las zonas objeto de planificación en caso de
producirse emisiones de multicomponentes. El empleo del programa ALOHA y la
modelización de la mezcla como una sustancia pura representativa permiten obtener la
«curva característica» de cualquier componente de una mezcla.
Por E. GONZÁLEZ FERRADÁS*.Doctor en Química. Profesor de la Universidad de
Murcia. Dpto. de Ingeniería Química. Facultad de Química. Campus de Espinardo.
Universidad de Murcia ([email protected]),
E. GONZÁLEZ DUPERÓN. Doctora en Química. Profesora asociada de la Universidad
de Murcia. Colaboradora de investigación,
J. RUÍZ GIMENO. Químico. Profesor de la Universidad de Murcia,
B. GIMÉNEZ FRANCÉS. Ingeniero químico. Colaborador de investigación.
Este artículo es el segundo de una serie sobre las características e impactos de las emisiones
de multicomponentes tóxicos en aire que pueden producirse en accidentes industriales,
sobre todo en instalaciones químicas o conexas, bien por fuga directa de mezclas o como
consecuencia de incendios de sustancias o productos complejos, plásticos, fitosanitarios,
etc.
En el primer artículo, publicado en el número 119 de esta revista [1], se abordan los
principales efectos toxicológicos de las mezclas por vía respiratoria, especialmente las que
dan lugar a efectos agudos en los seres humanos, proponiendo la metodología del Índice de
Peligro (Hazard Index o HI) para evaluar cuantitativamente la incidencia tóxica de cada
grupo de componentes que provocarían el mismo efecto. Este índice pondera la
contribución tóxica de cada componente del grupo mediante el Cociente de Peligro (Hazard
Quotient o HQi), definido mediante la expresión:
donde Di es la dosis del componente i a lo largo del recorrido de la nube y VLi su valor
límite. Una vez determinados los Cocientes de Peligro de todos los componentes de la
mezcla en la nube, se obtiene el Índice de Peligro de cada grupo de componentes de
isoefectos, mediante:
donde j, k…x son los componentes que constituyen cada grupo de isoefecto de la nube de n
componentes, de manera que se verifica:
Si cada componente de la mezcla presenta un solo efecto tóxico, la suma i+j+…+x es igual
al número de componentes tóxicos de la nube (n). Y si, por el contrario, una o más
sustancias pueden ejercer más de un efecto, la suma i+j+…+x es mayor que n.
Cuando a una determinada distancia del origen del accidente (dx), en la dirección del
movimiento de la nube, se verifica que el índice de riesgo de uno de los grupos de isoefecto
alcanza el valor unidad (por ejemplo, HIx = 1), se establece que a esa distancia se produce
el nivel de efecto definido por los valores límite de los componentes del grupo x de la
mezcla (VLx).
La determinación de los parámetros anteriores se lleva a cabo en el presente artículo, donde
también se propone un método simplificado para estimar las Zonas Objeto de Planificación
–ZOP– (intervención y alerta) para estas mezclas siguiendo los criterios establecidos en el
Real Decreto 1196/2003, de 19 de septiembre [2], para las sustancias puras.
Las emisiones de multicomponentes tóxicos: planteamientos generales
Conviene ante todo describir las causas accidentales iniciales que darían origen a fugas de
mezclas, las características más relevantes de las emisiones de multicomponentes y los
mecanismos y comportamientos generales de la dispersión en el aire.
Las causas iniciales o primarias pueden incluirse en dos grupos: por un lado, la rotura o
rebose de contenedores que almacenen, transporten o traten mezclas líquidas o gaseosas, y
por otro, las formadas en los incendios de materiales (sustancias o productos) complejos, ya
sean sólidos, líquidos o gases.
En el primer caso, pueden llegar a ser especialmente graves los accidentes que se produzcan como consecuencia de fugas en recipientes de almacenamiento y tuberías de alta capacidad (dadas las elevadas cantidades que pueden verse involucradas); en los reactores químicos, donde participarían todos los componentes (iniciales, finales, intermedios e incluso el propio catalizador); en los hornos, considerados como elementos críticos, dada la posibilidad de provocar grandes emisiones de vapores a elevadas temperaturas e incendios, y en los equipos donde se producen operaciones de separación (columnas de destilación, absorción o extracción, recipientes de mezclado, sedimentación, cristalización…).
En cuanto a las emisiones de los incendios, pueden proceder de la combustión de materiales que en su estado normal no son peligrosos (como es el caso de muchos plásticos o polímeros estables) o que pueden serlo (fitosanitarios, agroquímicos, monómeros u otras sustancias o preparados con heteroátomos, etc.). Este caso presenta dos diferencias respecto al anterior: en primer lugar, la formación de sustancias tóxicas distintas a las precursoras, y en segundo lugar, el mecanismo dispersivo, que en este caso está condicionado por una intensa emisión convectiva ocasionada por la elevada temperatura derivada de la exotermicidad de la reacción de combustión.
En cuanto a las emisiones citadas en primer lugar (sin combustión), la duración de la fuga
depende principalmente del estado físico, composición, cantidad y condiciones de
almacenamiento (presión y temperatura) en el momento del accidente, geometría y
volumen del equipo, posición y tamaño del orificio o zona de fuga y efectividad de la
intervención. Así, como primera aproximación, se considera que la fuga es «instantánea »
cuando la rotura del contenedor es total (catastrófica) o el tamaño del orificio formado por
la rotura o zona de salida es considerable con relación al volumen total del equipo o sección
aislable. En otras condiciones la fuga se produce durante un periodo más o menos dilatado,
considerándose continua y con caudal generalmente decreciente.
Las emisiones de multicomponentes tóxicos al aire pueden producirse por fugas directas de
equipos que los contengan o como consecuencia de incendios de productos complejos
Una vez producida la fuga, la fluidodinámica y composición de la emisión dependen en
gran medida del estado físico del producto, de manera que:
Los gases se emiten como tales sin variación de su composición. Los vertidos de líquidos «no hirvientes », mantenidos a temperatura inferior a la de
equilibrio a presión atmosférica, formarán un charco, produciéndose la emisión por evaporación. La composición del vapor difiere en general de la del líquido, de manera que, inicialmente, la fase vaporizada estará enriquecida en los componentes más ligeros. Una evaluación rigurosa de la emisión exige conocer las relaciones de equilibrio líquido-vapor de los componentes de la mezcla, lo que origina un flujo complejo de composición variable, por lo que conviene adoptar planteamientos y simplificaciones que dependen de cada caso (composición y presión de vapor de los componentes, extensión del derrame, condiciones ambientales, eficacia de la intervención…).
La fuga de gases licuados mantenidos a presiones más o menos elevadas plantea situaciones diversas. Así, si la rotura es catastrófica, el producto sufriría una evaporación brusca (flash), produciendo, en teoría, vapor y líquido siguiendo los principios de la termodinámica y las leyes de los equilibrios entre fases. Como antes, publila fase vapor (más concentrada en los componentes ligeros) formaría una nube cuya composición es diferente a la de la mezcla original y el líquido remanente (que concentra los componentes más pesados) se extendería sobre el suelo y se evaporaría, incorporándose a la emisión inicial. En la mayoría de los casos, el flash inicial suele provocar un aerosol (gas y gotículas), de manera que la masa inicial emitida al aire es superior a la obtenida por cálculo teórico, donde se supone la separación nítida de las fases líquida y vapor.
Por otro lado, si el orificio de fuga es pequeño, la emisión o vertido se considera continuo,
con caudal decreciente, y el estado físico de la fuga estará condicionado por la posición del
orificio en el recipiente, de manera que si está en la zona superior ocupada por el vapor, la
emisión es gaseosa (salvo que se produzca el denominado «efecto champán», consistente
en la formación de espuma, que sale con el gas, ocasionada por la evaporación rápida del
líquido). Si el recipiente está aislado térmicamente, la evaporación del gas en el interior
provoca el enfriamiento del líquido que permanece en el recipiente, hasta que éste alcance
la temperatura de equilibrio, lo que ocurre cuando la presión interior (que es la presión de
vapor de la mezcla) se iguala a la atmosférica; a partir de ese momento se puede considerar
que, prácticamente, cesa la emisión. Si el recipiente no está térmicamente aislado, la
evolución de la fuga depende de las características del producto, superficie de transferencia
de calor y de las condiciones térmicas exteriores. Si, por el contrario, el orificio de fuga
estuviese en la zona ocupada por la fase líquida, se produciría el vertido, que, al salir,
sufriría un continuo flash, cuyo comportamiento evaporativo sería similar al comentado
para la rotura catastrófica. La fuga bifásica continuaría hasta que el nivel del líquido en el
interior del recipiente disminuya hasta alcanzar el orificio de fuga. A partir de entonces el
comportamiento de la emisión es igual al anteriormente citado.
El cálculo de la fuga y emisión de los diferentes casos anteriores se tratan en la bibliografía
especializada, destacando entre otras las publicaciones de Lees [3], Casal [4], Santamaría et
al. [5], TNO [6] y AIChE [7].
Tras la fuga, la emisión al aire formará una nube multicomponente, instantánea o continua,
que en la mayoría de las ocasiones tiene mayor densidad que el aire (nube pesada), de tal
manera que, en los primeros momentos, la nube se abatirá y extenderá sobre el suelo y su
evolución dependerá de las características orográficas y meteorológicas, aspectos
suficientemente tratados en artículos o monografías, como las publicomcadas por Hanna, et
al. [8] o la Dirección General de Protección Civil, Madrid [9]. La progresiva dispersión en
aire y las características toxicológicas de los componentes de la nube condicionarán los
alcances de sus efectos.
Los parámetros meteorológicos fundamentales que influyen en la dispersión de estas
emisiones son los que conforman las denominadas matrices de estabilidad, esto es: las
clases de estabilidad y las velocidades y direcciones del aire. Generalmente, en los análisis
de riesgos y con relación a la planificación ante posibles escenarios accidentales, se suelen
utilizar dos combinaciones estabilidad-velocidad de aire: la más frecuente de la zona
considerada y la más desfavorable; esta última dará origen a los mayores alcances de los
efectos. Para las emisiones con temperaturas iguales o menores a la ambiental, la
combinación más desfavorable suele ser la que corresponde a la clase de estabilidad F de
Pasquill y velocidades de aire de 1 a 2 m/s.
En los incendios de productos químicos pueden formarse numerosos compuestos tóxicos
cuyas tasas de emisión son difíciles de cuantificar debido a los numerosos parámetros que
influyen en los procesos de combustión
La formación de multicomponentes tóxicos en incendios industriales es un tema
complejo que deriva de los numerosos factores, circunstancias y parámetros implicados,
destacando:
El proceso de combustión en los incendios no es uniforme, estando condicionado por la ubicación del material (en recintos interiores o en exteriores), tipo de almacenamiento, embalajes, geometría y volumen de los apilamientos, que condicionan las disponibilidades y entradas de aire al material que arde.
El proceso de combustión en los incendios no es uniforme, estando condicionado por la ubicación del material (en recintos interiores o en exteriores), tipo de almacenamiento, embalajes, geometría y volumen de los apilamientos, que condicionan las disponibilidades y entradas de aire al material que arde.
La composición del material que arde condiciona la formación y emisión de numerosas sustancias en los incendios, algunas con elevados niveles de toxicidad. En las últimas décadas se han publicado numerosos trabajos sobre los componentes tóxicos formados en los incendios, destacando algunas monografías tales como las publicadas por Purser [10], Babrauskas [11], Anderson [12] y Stec et al. [13]. En otros trabajos se ha prestado especial atención a la combustión de polímeros y plásticos, sobre todo a raíz de haberse detectado la presencia de parabenzo-dioxinas y parabenzo-furanos en los incendios de los mencionados materiales que contienen cloro; así, Christmann et al. [14], Theisen et al. [15], Mansson et al. [16], Vikelsøe et al. [17], Katami et al. [18], Zhu et al. [19] y Valavanidis et al. [20], entre otros, han publicado estudios sobre incendios de plásticos de PVC y otras sustancias químicas conteniendo diversos heteroátomos, como, por ejemplo, metales pesados. También hay que destacar los trabajos publicados por Risø National
Laboratory (Dinamarca)[21,22,23] sobre la combustión y pirólisis de fitosanitarios, que han permitido la detección de componentes muy tóxicos que dependen de las composiciones de los materiales y de la disponibilidad de oxígeno en la masa que arde. Así, en la tabla 1 se indican los componentes más destacables procedentes de la combustión o pirólisis de los citados preparados, que también pueden extenderse a otros productos químicos que contengan los heteroátomos que se indican.
Para llevar a cabo los análisis de riesgos sobre estos accidentes es necesario conocer la
composición cuantitativa de los productos formados, pero en muchas ocasiones no se
dispone de esta información dada la diversidad de materiales y mezclas que pueden verse
involucradas en estos accidentes y la variabilidad de composiciones obtenidas, incluso en
experimentos controlados, por lo que se suelen utilizar aproximaciones conservadoras. Así,
por ejemplo, TNO utiliza en su programa informático EFFECTS Plus versión 5.5 [24] los
siguientes criterios sobre los productos formados a partir de los heteroátomos implicados en
el incendio:
La totalidad del azufre pasa a dióxido de azufre. Todos los halógenos –flúor, cloro y/o bromo– pasan a sus correspondientes hidrácidos –
HF, HCl y HBr–. El nitrógeno pasa parcialmente a dióxido de nitrógeno. Se considera que el 35% del
contenido inicial en nitrógeno en el producto original pasa a dióxido de nitrógeno.
Tabla 1. Principales componentes tóxicos detectados en la combustión de fitosanitarios y otros
compuestos químicos.
Heteroátomos contenidos en
materiales. Derivados del
carbono y nitrógeno del aire
Componentes tóxicos en los humos
Azufre Dióxido de azufre, sulfuro de carbonilo.
Cloro Cloruro de hidrógeno, fosgeno. Dioxinas y furanos.
Flúor y bromo Fluoruro y bromuro de hidrógeno.
Nitrógeno Óxidos de nitrógeno y cianuro de hidrógeno.
Metales Óxidos y sales estables de los metales.
Derivados del carbono Monóxido de carbono y gran variedad de sustancias desde
muy ligeras (por ejemplo, formaldehído o acroleína) a muy
pesadas (hidrocarburos policíclicos) y humo (partículas
Tabla 1. Principales componentes tóxicos detectados en la combustión de fitosanitarios y otros
compuestos químicos.
Heteroátomos contenidos en
materiales. Derivados del
carbono y nitrógeno del aire
Componentes tóxicos en los humos
carbonosas).
Nitrógeno del aire Óxidos de nitrógeno (inicialmente NO y conforme se enfría
NO2).
En cuanto a la emisión, el mencionado programa utiliza una tasa referida al producto
original que arde de 25 g/s m2. La superficie incluida en la tasa de emisión es la expuesta al
fuego; así, por ejemplo, si el producto que arde es un sólido que está apilado sobre el suelo
formando un cubo de un metro de arista, la superficie que arde es de 5 m2, que incluye
cinco caras, dado que la sexta, apoyada sobre el suelo, no está expuesta directamente al
fuego; para este caso se obtendría un consumo de producto inicial de 125 g/s.
Los criterios y tasa de consumo anteriores pueden servir para obtener una aproximación a
los caudales másicos de emisión de los posibles productos formados.
La emisión y dispersión de los componentes generados en los incendios tienen una
fluidodinámica diferente a las fugas directas sin arder. En los incendios se forma una
emisión convectiva provocada por la elevada temperatura de la combustión y, como
consecuencia de ello, la nube de humo y gases, de baja densidad, se eleva hasta alturas que
puedan ser considerables (centenares de metros), mezclándose en su ascenso con el aire
circundante hasta que su temperatura disminuye y, consecuentemente, su densidad
aumenta, igualando a la del aire. La altura máxima alcanzada por los humos depende de las
características de la emisión (principalmente del caudal volumétrico y dela temperatura) y
de la meteorología reinante, principalmente de la clase de estabilidad y velocidad del aire.
Una vez alcanzada la altura máxima, la dispersión subsiguiente depende fundamentalmente
de la clase de estabilidad, siendo la más desfavorable la más inestable (A de Pasquill), dado
que las turbulencias verticales del aire, típicas de esta situación atmosférica, rompen el
penacho y lo pueden abatir sobre el suelo (fenómeno conocido como «fumigación»),
provocando la afectación de los receptores vulnerables que se encuentran en o próximos al
suelo, principalmente los seres vivos y otros elementos ambientales. Por el contrario, las
clases atmosféricas estables alteran poco el penacho una vez que este alcanza su altura
máxima, de manera que se forma un flujo cuasi cilíndrico que es transportado por el aire de
manera inalterada a grandes distancias (kilómetros). Cuando el penacho cae finalmente
sobre el suelo el impacto suele ser irrelevante debido a su baja concentración.
La dispersión de multicomponentes en aire
El primer objetivo de este trabajo es proponer un procedimiento simplificado que permita
determinar las concentraciones en aire de cada uno de los componentes de la mezcla y sus
tiempos de paso en cada punto del recorrido de la nube. Para ello, se establecen las
hipótesis y criterios siguientes:
1. Se supone conocida la emisión cualitativa (componentes) y cuantitativa (masa, caudal y duración de la emisión), aspectos comentados en el apartado anterior.
2. Para facilitar el cálculo, se considera que la composición de cualquier emisión continua permanece invariable durante el episodio accidental. Si no fuera así, se debe operar con composiciones medias constantes.
3. Durante la dispersión, la composición de la nube es homogénea, esto es, no se produce la transferencia a otros medios (deposición húmeda o seca) ni la transformación o separación de los componentes, bien como consecuencia de la reactividad, estado físico (gaseoso o en forma particulada) o por sus diferentes masas moleculares. Esta última hipótesis es realista dado que en aire ambiente los mecanismos dispersivos turbulentos predominan sobre los originados por difusión molecular (Ley de Fick); en otros términos, la mezcla dentro de la propia nube, provocada por la dinámica del aire, es más eficaz que la originada por movimientos de las especies debido a gradientes moleculares.
4. Dado que no se han publicado procedimientos de cálculo que traten la dispersión de estas mezclas en aire y, como consecuencia de ello, no se dispone de modelos informatizados que faciliten el tratamiento de dicho fenómeno, se propone la utilización de programas informáticos que resuelvan la dispersión de sustancias puras en aire. En este sentido, se ha seleccionado el programa ALOHA (versión 5.4.1.2)[25] dadas las ventajas siguientes.
o Ha sido desarrollado por la Environmental Protection Agency (EPA) de Estados Unidos, siendo de reconocido prestigio entre los expertos en este ámbito.
o Permite introducir nuevas sustancias, lo que resulta de gran interés para la metodología aquí propuesta.
o Dispone de un módulo que determina fugas a través de los equipos más habituales (depósitos y tuberías).
o La presentación de los resultados es la más idónea para la propuesta de cálculo de este trabajo.
5. Para poder operar con ALOHA [25] es obligado modelizar la mezcla como si se tratara de una sustancia pura. Utilizando el programa citado se han llevado a cabo ejemplos de dispersión de varias especies y se ha evaluado la influencia de las propiedades de las mismas –solicitadas en la base de datos del programa– sobre los perfiles de concentraciones a lo largo del recorrido de la nube, encontrando que la densidad de la sustancia en estado gaseoso es la única variable significativa. Se ha adoptado el criterio de modelizar una Sustancia Representativa de la Mezcla (SRM) con una densidad de la fase gas ponderada con respecto a las densidades de los componentes. Las demás propiedades pueden ser también las ponderadas o las del componente mayoritario de la mezcla.
6. Teniendo en cuenta las hipótesis de emisión continua de composición constante (punto 2) y de homogeneidad de la nube (punto 3), se deduce:
o 6.1 Que las fracciones másicas de cualquier componente i en la nube (Xi) permanecen constantes a lo largo de su recorrido, lo que implica:
donde los subíndices 0 y d corresponden al origen de la emisión y a
cualquier distancia de dicho origen, respectivamente.
o 6.2 Que las concentraciones de cualquier componente i de la mezcla y de la SRM en cualquier punto del recorrido (d) y en un instante determinado (t) están relacionadas mediante:
Particularmente, para los valores máximos (max) de las concentraciones de i
y de SRM en cualquier punto del recorrido (d), se verifica:
Para clarificar lo anterior, en la figura 1 se representan perfiles de
concentraciones de la SRM y de uno de los componentes (i) para emisiones
instantáneas (figura 1.a) y continuas (figura 1.b) en un punto d del recorrido
de la nube.
Figura 1. Perfiles de concentraciones de la SRM y de un componente i de la mezcla en un
punto del recorrido de la nube, alejado una distancia d del origen del accidente. La figura
1.a es la representación de perfiles para una emisión de corta duración («instantánea») y la
figura 1.b corresponde a los de una emisión continua.
La dispersión en aire de emisiones de varios componentes se puede modelizar como si se
tratara de una sustancia pura representativa de la mezcla
Con relación a las figuras 1.a y 1.b, los parámetros ti, tf y Δt (que es la diferencia tf – ti) son
los tiempos de llegada, salida y de paso de la nube en cada punto d del recorrido,
respectivamente.
Para determinar el impacto de nubes tóxicas en aire es necesario conocer en cada punto de
su recorrido la concentración máxima y su tiempo de paso
ALOHA [25] proporciona, en cada punto del recorrido de la nube, información gráfica de
los perfiles concentracióntiempo para la SRM, como se muestra en la figura 1, a partir de la
cual se obtiene para cada componente lo que hemos denominado «curva característica »,
que está definida por los parámetros siguientes:
d: distancia al origen del accidente. Ci,max,d: concentración máxima del componente i en d, obtenida mediante la ecuación 8. Δt: tiempo de paso del componente i por d, que coincide con el de la SRM.
La «curva característica» de cualquier componente i se representa en la figura 2, utilizando
los parámetros que la definen.
Figura 2. «Curva característica» del componente i.
Para representar las «curvas características » de SRM o i se han tomado como
concentraciones de referencia las máximas en cada punto del recorrido, que es el mismo
criterio utilizado para evaluar las ZOP de nubes de sustancias tóxicas puras que se detalla
en la guía técnica «Zonas de planificación para accidentes graves de tipo tóxico» [9]. La
selección de la citada concentración máxima en lugar de cualquier otra representativa (por
ejemplo, su valor medio ponderado) supone un criterio conservador, que ofrece mayores
garantías de protección a la hora de establecer las ZOP.
Las zonas objeto de planificación para nubes multicomponentes
Una vez formados los grupos de isoefectos, siguiendo los criterios indicados en la parte I de
este trabajo [1] y las «curvas características» de todos los componentes de la mezcla, se
determinan los Índices de Peligro de cada grupo de componentes que producen el mismo
efecto, a diversas distancias del origen del accidente y en la dirección del viento (HIj,d),
mediante:
donde j hace referencia al número de componentes incluidos en uno de los grupos que
provocan un determinado isoefecto y VLi,texp=Δtd es la concentración límite del componente
i que provoca el nivel de gravedad que interesa evaluar para dicho isoefecto, tomando como
tiempo de exposición (texp) el mismo que el tiempo de paso de la nube por el punto d (Δtd).
La distancia dj*, a la cual se verifica que HIj,dj
* = 1, es donde se produciría el nivel de
gravedad del efecto considerado definido por VLi,texp=Δtd. A distancias mayores/ menores a
dj* la gravedad de los efectos es menor/mayor que la producida en dj
*.
El procedimiento se repite para los otros grupos de isoefectos (k,l,…), obteniéndose para
cada nivel de gravedad las distancias dk*, dl
*, … La mayor de estas distancias es la que
determina el alcance de la ZOP (intervención o alerta) de la nube de n componentes.
Figura 3. «Curvas características» del grupo de componentes j y de su valor límite. La
distancia dj* determina dónde se produce el nivel de gravedad que caracteriza a la zona de
planificación evaluada (HIj,d*j =1).
El procedimiento anterior resulta laborioso por el número de iteraciones que debe realizarse
hasta encontrar la distancia donde el Índice de Peligro de cada grupo adquiere el valor
unidad, pero se puede simplificar operando como sigue:
1. Para cada grupo de componentes j que provocan el nivel de gravedad del isoefecto considerado, se define una concentración límite (VLj, texp= Δtd) aplicable al conjunto de dichos elementos, en la forma:
de donde:
La ecuación 11 –que hemos denominado «curva característica» del valor límite–
permite operar con un único valor límite para el grupo de j componentes del
isoefecto evaluado.
2. La «curva característica» de los j componentes se obtiene teniendo en cuenta que sus concentraciones máximas se calculan mediante la expresión:
y los tiempos de paso son los mismos que los de la SRM a las mismas distancias al
origen del accidente.
Si en la misma gráfica se representan las «curvas características» del valor límite –ecuación
11– y la del grupo de isoefecto evaluado –ecuación 12–, como en la figura 3, el punto de
corte de ambas curvas define los «datos característicos» (dj*, Cj,max,dj* y texp,dj*) para el grupo
j. Esto es: la distancia dj* es el alcance del nivel de gravedad evaluado para el grupo j. Se
repite el procedimiento para los demás grupos de isoefectos (k, l,…) determinando las
respectivas distancias (dk*, dl
*,…), tomándose la mayor de ellas como límite de la ZOP
(intervención o alerta, según proceda).
La determinación de las Zonas Objeto de Planificación para nubes multicomponentes se
lleva a cabo igual que si se tratara de una sustancia pura, pero se selecciona la máxima
distancia de daño de todos los grupos de isoefectos formados con los componentes de la
nube
En la tercera parte de este trabajo, que se publicará próximamente en esta revista, se
desarrollará un ejemplo práctico que ayude a la mejor comprensión de la metodología
propuesta.
Agradecimientos
Este trabajo ha sido financiado gracias a una ayuda a la investigación concedida por
FUNDACIÓN MAPFRE.
PARA SABER MAS
1. González Ferradás, E.; González Duperón, E.; Mínguez Cano, M.V.; Ruiz Gimeno, J.; García Lorente, P. Accidentes industriales que originan nubes multicomponentes. Parte I: Toxicología de las mezclas. Seguridad y Medio Ambiente. Fundación MAPFRE, 2010, (119) 22-33.
2. Real Decreto 1196/2003, de 19 de septiembre, por el que se aprueba la Directriz Básica de Protección Civil para el Control y Planificación ante el Riesgo de Accidentes Graves en los que intervengan sustancias peligrosas (B.O.E. nº 242, de 9 de octubre de 2003).
3. Lees, F. Loss prevention in the process industries. Butterworth Heinemann, 2001. 4. Casal, J. Evaluation of the effects and consequences of major accidents in industrial plants.
Elsevier, 2008. 5. Santamaría, J.M.; Braña, P.A. Análisis y reducción de riesgos en la industria química.
Fundación MAPFRE, 1994. 6. TNO. Committee for the Prevention of Disasters. Methods for The Calculation of Phisical
Effects. «Yellow Book», 2005. 7. Guidelines for consequence analysis of chemical releases. Center for Chemical Process
Safety (AIChE), 1999. 8. Hanna, S.R.; Drivas P.J. Guidelines for use of vapor cloud dispersion models. Center for
Chemical Process Safety (AIChE), 1989. 9. Guía técnica: Zonas de planificación para accidentes graves de tipo tóxico (en el ámbito del
Real Decreto 1254/99 [Seveso II]). Dirección General de Protección Civil. Ministerio del Interior. Madrid. 2003.
10. Purser, D.A. Toxic hazard from fires: A simple assessment method. Toxicology Letters, 1992, (64-65) 247-255.
11. Babrauskas, V. Toxic hazard from fires: A simple assessment method. Fire Safety Journal, 1993, (20) 1-14.
12. Anderson, P. Evaluation and mitigation of industrial fire hazards. Lund University, 1997. 13. Stec, A. A.; Hull, T.R. Fire toxicity. University of Central Lancashire, 2010. 14. Christmann, W.; Kasiske, D.; Klöppel, K.D; Pastscht, H.; Rotard, W. Combustion of polyvinyl
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Envases alimentarios sosteniblesMEDIO AMBIENTE
Los envases plásticos utilizados para el envasado de alimentos están constituidos por
materiales poliméricos de origen no renovable (derivados del petróleo) y representan una
importante fuente de generación de residuos y contaminación para el medio ambiente. En el
presente estudio se han desarrollado películas plásticas obtenidas a partir de biopolímeros
con el fin de obtener envases alimentarios activos y medioambientalmente sostenibles
capaces de proteger al alimento de ataques microbiológicos o degradación oxidativa. Estas
películas se prepararon a partir de proteínas lácteas (caseinatos) con glicerol como
plastificante y un agente antimicrobiano proveniente del aceite esencial del orégano
(carvacrol) como componente activo. Las películas obtenidas fueron posteriormente
caracterizadas para estudiar sus principales propiedades mecánicas, térmicas y funcionales.
Asimismo, se estudió su capacidad antimicrobiana y se determinó su desintegración en
compost para evaluar la sostenibilidad de los envases alimentarios obtenidos.
Por ARRIETA, M.P. M.Sc. en Tecnología de los Alimentos por la Universidad Católica
de Córdoba, Argentina. Estudiante Ph.D. Dpto. Química Analítica, Nutrición y
Bromatología. Universidad de Alicante, España. [email protected],
PELTZER, M.A. Doctora en Química por la Universidad de Alicante, España.
Investigadora contratada. Dpto. Química Analítica, Nutrición y Bromatología. Universidad
de Alicante, España,
GARRIGÓS SELVA, M.C. Doctora en Química por la Universidad de Alicante, España.
Profesora ayudante doctora. Dpto. Química Analítica, Nutrición y Bromatología.
Universidad de Alicante, España,
JIMÉNEZ MIGALLÓN, A. Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Alicante,
España. Profesor titular de Universidad. Dpto. Química Analítica, Nutrición y
Bromatología. Universidad de Alicante, España.
Los envases plásticos utilizados en la actualidad para el envasado de alimentos están
constituidos por materiales poliméricos derivados del petróleo (tabla 1). Su uso se ha
extendido en esta y otras muchas aplicaciones debido a las numerosas ventajas que ofrecen,
en particular su disponibilidad a gran escala, relativo bajo coste de producción, ligereza,
gran versatilidad y relativamente buenas propiedades de barrera [1].
Tabla 1. Materiales plásticos derivados del petróleo tradicionalmente utilizados en la fabricación
de envases para alimentos.
Material Abreviatura Aplicaciones
Polietileno de alta densidad PEAD Botellas
Polietileno de baja densidad PEBD Películas, bolsas
Poli (etilentereftalato) PET Botellas
Poliestireno PS Bandejas, tarrinas
Polipropileno PP Películas flexibles
Poli (cloruro de vinilo) PVC Películas flexibles
Sin embargo, estos materiales, a pesar de sus múltiples ventajas, presentan ciertos
inconvenientes ya que, además de ser sintetizados a partir de una fuente no renovable, no
son biodegradables, lo cual los convierte en una gran fuente de generación y acumulación
de residuos [2], suponiendo un problema para el medio ambiente.
En los últimos años se ha desarrollado un creciente interés político y social por la
sostenibilidad de los materiales, considerando que la producción y eliminación de los
polímeros presenta riesgos medioambientales que deben ser limitados. Así, se ha extendido
la investigación en materias primas renovables, biotransformaciones, diseño estructural y
biodegradabilidad [3]. En este sentido, actualmente se observa un creciente interés en los
biopolímeros, padebido a la mayor conciencia medioambiental de los ciudadanos y a los
desarrollos obtenidos en los últimos años, que los hacen una alternativa real a los polímeros
tradicionales. Los biopolímeros son polímeros obtenidos a partir de una fuente natural
como pueden ser los organismos vivos, y que cumplen con los principales condicionantes
medioambientales para su uso: ser obtenidos de fuentes renovables, como la caña de
azúcar, proteínas y almidones, y mostrar una alta capacidad de biodegradación. Estos
materiales se pueden utilizar para diversas aplicaciones y en ciertos casos se pueden
producir con un menor consumo energético que sus homólogos petroquímicos, por lo que
tienden a ser menos tóxicos para el medio ambiente [4].
Por otra parte, el creciente interés en los alimentos de alta calidad, con mayor vida útil y un
impacto ambiental reducido, ha fomentado el desarrollo de películas y revestimientos de
estos biopolímeros [5]. Una de las principales áreas de investigación en envases
alimentarios se ha centrado en el desarrollo de nuevas técnicas de envasado capaces de
mejorar las propiedades de los alimentos a partir de sus interacciones con el envase; es lo
que se conoce como «sistemas de envasado activo».
Es conocido que los productos lácteos contienen diversos compuestos con propiedades
funcionales adecuadas e incluso algunos de ellos, como la caseína, se han utilizado en la
fabricación de diferentes productos: adhesivos, encolados, fibras textiles, acabados del
cuero, industria papelera, revestimientos y biopelículas para envasado [6], entre otras
aplicaciones.
En lo que se refiere a las películas de caseína, éstas representan materiales innovadores para
su uso en el envasado alimentario debido a que son transparentes, biodegradables,
presentan buenas propiedades de barrera al oxígeno, preservando así al alimento de
procesos oxidantes, y además pueden usarse como soporte de agentes antimicrobianos,
antioxidantes o nutrientes (como vitaminas). Sin embargo, estos materiales poseen dos
desventajas en comparación con otras películas de proteínas: flexibilidad limitada y alta
sensibilidad al vapor de agua [4,6]. Para solucionar estos inconvenientes, es necesario
utilizar plastificantes para mejorar el procesado y la flexibilidad de las películas. Los
plastificantes más utilizados para este tipo de materiales son ciertos polioles, azúcares o
almidones, debido a su compatibilidad con las proteínas y su capacidad para favorecer la
elasticidad y flexibilidad [6].
Los biopolímeros se producen principalmente a partir de recursos renovables con un menor
consumo energético que sus homólogos petroquímicos, tendiendo a ser menos tóxicos para
el medio ambiente
Los envases antimicrobianos son uno de los sistemas de envasado activo más prometedores
y estudiados en la última década y consisten en sistemas capaces de inhibir la acción de los
microorganismos causantes de la contaminación de los alimentos [7]. Las bacterias
patógenas son, sin duda, el grupo más importante de microorganismos asociados con los
alimentos, tanto por lo que se refiere a la transmisión de enfermedades como a sus
alteraciones, por lo que su control es decisivo para asegurar la calidad de los alimentos
envasados [8]. Existen una serie de microorganismos llamados marcadores cuya presencia
en los alimentos advierte sobre una inadecuada manipulación de la materia prima o
eventual contaminación, con la consiguiente existencia de un peligro para la salud del
consumidor [9]. Los envases antimicrobianos son sistemas capaces de controlar la
descomposición microbiológica de productos perecederos [10]. En este sentido, existen
plantas ricas en aceites esenciales que son conocidos por sus propiedades antimicrobianas
[11]. Los aceites esenciales más renombrados son los provenientes del orégano (carvacrol y
timol), clavo (eugenol), canela (cinamaldehído y eugenol) y romero (ácido carnósico y
carnosol). De todos ellos en el presente trabajo se escogió como agente bio-activo el
carvacrol, debido a sus conocidas propiedades antimicrobianas frente a un amplio número
de microorganismos [12]. Los aceites esenciales y sus componentes, como el carvacrol,
están clasificados como aromatizantes por Decisión de la Comisión Europea 2002/113/CE,
y además son reconocidos como seguros por la FDA (Food and Drug Administration) [13].
En resumen, se estima que los nuevos materiales derivados de los caseinatos pueden
reemplazar potencialmente a algunos polímeros sintéticos utilizados en el envasado de
alimentos, debido a su naturaleza de procedencia renovable y biodegradable [14]. Además,
poseen un elevado potencial comercial ya que pueden servir como soporte de aditivos
activos con características antimicrobianas. Asimismo, los costes de producción de este tipo
de biopolímeros se encuentran en condiciones de entrar en competencia comercial con los
polímeros de uso común, como las poliolefinas o el PVC.
Materiales de partida
Para preparar las biopelículas se utilizaron los siguientes materiales de partida:
Caseinato de sodio (Lote STD: 11868 - Ferrer Alimentación S.A., Barcelona, España). Glicerol anhidro pureza 99,5% (Fluka, Madrid, España). Carvacrol pureza 98% (Sigma Aldrich, Móstoles, España). Agua destilada.
Las bacterias utilizadas para el estudio de la capacidad antimicrobiana de las biopelículas
desarrolladas fueron: E. coli y S. aureus, obtenidas de la Colección Española de Cultivos
Tipo (CECT) de la Universidad de Valencia. Los medios de cultivo utilizados para el
diagnóstico bacteriológico fueron suministrados por Insulab (Valencia, España).
Preparación de las biopelículas
Las biopelículas se prepararon disolviendo 5 g de proteína láctea (caseinato de sodio) en 95
g de agua destilada y calentando hasta 65º C para facilitar su solubilización. Tras la
disolución total del polímero, se dejó enfriar la solución a temperatura ambiente. Para
obtener las distintas formulaciones, se añadieron diferentes porcentajes de glicerol anhidro
(15, 25 y 35%) y para las formulaciones con agente antimicrobiano se agregó un 10% de
carvacrol. Una vez preparadas las soluciones formadoras de las biopelículas, se colocaron
30 mL de cada disolución en cápsulas de Petri de polietileno (15 cm de diámetro) y
posteriormente se secaron en condiciones de temperatura y humedad relativa controladas
(25º C y 50% HR) durante 48 horas.
Tras este tratamiento, se obtuvieron películas de caseinato de sodio/glicerol (NaCas-G)
transparentes e inodoras; mientras que las muestras a las que se les adicionó carvacrol
(NaCas-G-CV) también resultaron transparentes pero no inodoras, percibiéndose un ligero
olor característico a orégano (figura 1).
Figura 1. Biopelículas de caseinato de sodio y glicerol (35%) obtenidas sin (izquierda) y
con carvacrol (derecha).
Caracterización de las biopelículas
Microscopía electrónica de barrido (SEM) de las biopelículas Para estudiar la morfología
superficial de las biopelículas se empleó la microscopía electrónica de barrido (SEM). Esta
técnica permite el análisis microscópico de los polímeros con una alta resolución mediante
un bombardeo de electrones de alta energía que barren la superficie del material. Con el
concurso de un detector apropiado permite registrar el resultado de esta interacción para dar
imágenes topográficas en dos dimensiones [15]. Las muestras utilizadas deben ser
conductoras, y considerando que los polímeros muestran características de aislantes
eléctricos, se recubrieron las muestras con una delgada capa de oro para mejorar dicha
conducción.
Una vez preparadas las muestras se realizaron microfotografías de las mismas con una
magnificación de 1000x. Para ello se utilizó un microscopio electrónico de barrido JEOL
JSM-840 (Tokio, Japón), que consta de un detector de electrones retrodispersados y un
detector de rayos X. Se empleó una aceleración electrónica de 10kV.
Los envases antimicrobianos son sistemas capaces de inhibir la acción de los
microorganismos causantes de la contaminación de los alimentos
Las muestras presentaron una microestructura de superficie homogénea (figuras 2 y 3), lo
que indica una buena dispersión del plastificante en la matriz polimérica ya que en ningún
caso se observó formación de dos fases.
Figura 2. Micrografías 1000x de la superficie de las biopelículas de caseinato de sodio con
glicerol: (a) 15%; (b) 25%; (c) 35%.
Figura 3. Micrografías 1000x de la superficie de las biopelículas de caseinato de sodio con
carvacrol 10% y glicerol (a) 15%; (b) 25%; (c) 35%.
Como se puede observar, las biopelículas con un 25% de glicerol presentaron una
estructura agrietada. Este hecho coincide con los resultados obtenidos por Kristo et
al.(2008)[16], que encontraron que la concentración mínima de plastificante (sorbitol)
necesaria para superar la fragilidad y mejorar la flexibilidad de las películas de caseinato de
sodio era también de un 25%.
Caracterización óptica de las biopelículas
Con el objetivo de conocer si las biopelículas obtenidas presentaban algún tipo de variación
en su coloración según la formulación utilizada, se llevaron a cabo mediciones de color
mediante el uso de una técnica fotométrica. El equipo utilizado en el presente trabajo fue un
fotómetro Konica CM- 3600d Colorflex-DIFF2, HunterLab, Hunter Associates Laboratory,
Inc. (Reston, Virginia, EE UU), que permite la medida del color por reflexión y por
transmisión. Los valores obtenidos por el equipo se dan en las coordenadas del espacio
colorimétrico CIELAB, que consta de un sistema cartesiano definido por tres coordenadas
colorimétricas, L*, a*, b*, las cuales permiten describir el color de cualquier objeto. L*
indica la luminosidad, es decir, la cantidad de luz percibida que refleja o transmite un
material y puede tomar valores entre 0 y 100; a* indica la saturación o desviación del punto
acromático de L* hacia el rojo (a* > 0) o hacia el verde (a* < 0); y b* es el ángulo de tono
que define la desviación de L* en el eje amarillo (b* > 0) o azul (b* < 0).
Las biopelículas de caseinato son transparentes, prácticamente incoloras, biodegradables,
presentan excelentes propiedades barrera al oxígeno y además pueden usarse como soporte
de agentes bioactivos
La medida del color se realizó colocando las biopelículas sobre el sensor y tomando cinco
medidas en diferentes puntos de su superficie. La tabla 2 muestra las medias obtenidas para
cada uno de los parámetros anteriores así como su desviación estándar para todas las
formulaciones desarrolladas.
Tabla 2. Coordenadas de color del espacio CIELAB de las biopelículas (n = 5).
BIOPELÍCULAS L* DS a* DS b* DS
NaCas-G15% 34,30 0,07 -0,10 0,10 -0,88 0,03
NaCas-G25% 34,28 0,05 -0,24 0,04 -0,81 0,05
NaCas-G35% 33,83 0,08 -0,13 0,03 -0,69 0,04
NaCas-G15%-CV10% 34,71 0,06 -0,37 0,06 -1,30 0,10
NaCas-G25%-CV10% 34,64 0,05 -0,30 0,03 -0,96 0,05
NaCas-G35%-CV10% 33,78 0,03 -0,17 0,06 -0,72 0,06
Como se puede observar, la luminosidad L* muestra un ligero descenso con el aumento en
la proporción del plastificante, por lo que se puede concluir que las biopelículas, al estar
más plastificadas, se hacen ligeramente más transparentes. Tanto para los parámetros de
saturación a* como para el ángulo de tono b*, se observaron valores ligeramente inferiores
a cero, desviándose por lo tanto levemente hacia los colores verde y azul, respectivamente.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que los valores absolutos de los parámetros a* y b*
fueron muy cercanos a 0 en todos los casos, indicando la ausencia de color y una elevada
transparencia para todas las formulaciones, incluso para las que contenían carvacrol. En
este sentido, Pereda et al. (2010) [17], si bien obtuvieron películas transparentes de
caseinato de sodio plastificadas con glicerol y modificadas con aceite de tung, observaron
que éstas presentaban una coloración ligeramente ámbar, obteniendo valores de la
coordenada b* de hasta 8,11.
Caracterización mecánica de las biopelículas
Las propiedades mecánicas a tracción de las biopelículas se estudiaron siguiendo la Norma
ASTM D882-01(18). La información aportada por el ensayo de tracción es muy completa,
ya que permite medir la respuesta elástica y plástica del material. Así, los parámetros
módulo elástico de Young (E) y porcentaje de deformación en el punto de rotura (εB%)
permiten obtener conclusiones sobre la resistencia del material y sus propiedades dúctiles,
respectivamente (figuras 4 y 5).
Se pudo comprobar que la adición de glicerol a la máxima proporción utilizada (35%)
provocó una disminución importante en el módulo elástico de Young (figura 4), lo que
implica una disminución importante en la rigidez del material, como era de esperar al
tratarse de un proceso de plastificación. Por otro lado, las biopelículas con glicerol al 15%
mostraron valores de E mayores que los de algunos polímeros convencionales como
polipropileno (0,2-1,2 GPa), polietileno de alta densidad (0,5-1,2 GPa) y
poli(tetrafluoretileno) (0,3-0,8 GPa) (15). Este resultado indica una rigidez muy alta de las
películas de caseinatos en comparación con las de poliolefinas utlizadas frecuentemente en
envasado de alimentos. Como el objetivo básico del presente trabajo era obtener películas
flexibles, se descartaron las biopelículas plastificadas con 15% de glicerol, no siendo
incluidas en la investigación posterior.
Figura 4. Módulo elástico de Young obtenido para las distintas biopelículas (n = 5).
Se observó que el aumento en la proporción de plastificante mejoró la flexibilidad de las
biopelículas. Así, las biopeliculas con un 35% de glicerol presentaron el incremento más
elevado de deformación en el punto de rotura (figura 5). Este resultado es importante, ya
que para la fabricación de envases en forma de películas es necesario que el valor de εB%
sea lo más alto posible, para poder tener una flexibilidad adecuada.
Figura 5. Porcentaje de deformación a la rotura (εB%) obtenido para las biopelículas (n =
5).
Propiedades de barrera al oxígeno
Una de las propiedades más importantes cuando se trata de diseñar un sistema para
envasado de alimentos es la permeabilidad a los gases, en particular al oxígeno. Este gas es
capaz de participar en reacciones químicas perjudiciales para los alimentos y por ello su
presencia debe estar regulada por el material de envase en la mayor parte de los casos.
En este trabajo se determinó la velocidad de transmisión de oxígeno (OTR) a través de las
biopelículas con un analizador de permeación de oxígeno Systech Instruments modelo 8500
(Metrotec S.A, España). Para poder comparar los resultados de las muestras entre sí, se
midió el espesor promedio de cada una de las biopelículas y se multiplicó por el valor
registrado por el equipo. Las determinaciones se realizaron por duplicado. La tabla 3
muestra los valores finales de OTR obtenidos en el estado estacionario multiplicados por el
espesor promedio de cada película (OTR.e).
Tabla 3. Velocidad de transmisión de oxígeno por espesor promedio de muestra (OTR.e) obtenido
para las películas de caseinato de sodio estudiadas (n = 3).
BIOPELÍCULAS OTR.e (cm3mm / m2día) DS
NaCas-G25% 1,87 0,01
NaCas-G35% 1,40 0,30
NaCas-G25%-CV 2,42 0,02
Tabla 3. Velocidad de transmisión de oxígeno por espesor promedio de muestra (OTR.e) obtenido
para las películas de caseinato de sodio estudiadas (n = 3).
BIOPELÍCULAS OTR.e (cm3mm / m2día) DS
NaCas-G35%-CV 2,10 0,70
Se observó que los valores obtenidos de OTR.e fueron muy bajos, indicando que las
biopelículas desarrolladas presentan excelentes propiedades de barrera al oxígeno. Por otro
lado, se comprobó que la adición del agente antimicrobiano produjo un leve aumento en el
valor de OTR.e, disminuyendo ligeramente las propiedades de barrera de las biopelículas.
Este incremento es muy poco significativo, por lo que se puede concluir que las
propiedades de barrera son adecuadas para su uso como material para envasado alimentario
activo. Estos resultados fueron posteriormente comparados con los obtenidos por Martino
et al. (2009) [19], que también desarrollaron películas biodegradables para el envasado de
alimentos en base poli(ácido láctico) PLA. Los valores de OTR.e para PLA sin plastificar
fueron de 29,5 cm3 mm/m
2 día, siendo incluso superiores para PLA plastificado, llegando a
obtener valores de hasta 48 cm3 mm/m
2 día.
Estudio de la actividad antimicrobiana de las biopelículas
La actividad antimicrobiana de las biopelículas en base caseinatos con y sin agente activo
se evaluó mediante el método de difusión de disco descrito por el laboratorio internacional
de referencia, el National Committee for Clinical Laboratory Standards (NCCLS) [20].
Para ello, las biopelículas se cortaron en forma de cuadrados de 10 x 10 mm2 y se colocaron
de forma que se asegurase un contacto pleno entre ellas y la superficie del agar de cultivo.
Se prepararon tres cuadrados por placa, llevándose a cabo el ensayo por duplicado para
asegurar la reproducibilidad de los resultados.
Las biopelículas cuyas formulaciones contenían carvacrol mostraron una inhibición del
crecimiento bacteriano en la zona de contacto, tanto frente a E. coli como frente a S.
aureus, mientras que para las biopelículas utilizadas como control (sin carvacrol en su
formulación) se observó el crecimiento bacteriano en toda la superficie de la placa (figura
6).
Figura 6. a) Inhibición del crecimiento de E. coli por muestras de NaCas-G25%-CV10%, b)
crecimiento E. coli en biopelículas control (sin carvacrol).
Tanto el plastificante (glicerol) como el agente antimicrobiano (carvacrol) mostraron buena
compatibilidad con la matriz polimérica, formando películas homogéneas y sin separación
de fases o formación de zonas aglomeradas
De esta forma se pudo confirmar la capacidad antimicrobiana de las películas con carvacrol
y, en consecuencia, la capacidad de las películas en base proteína para actuar como soporte
de los agentes activos.
Estudio de la biodegradabilidad de las biopelículas
A partir de los resultados obtenidos se evaluó la calidad de las formulaciones preparadas,
teniendo siempre en cuenta un compromiso entre las propiedades mecánicas de las
películas y su acción antimicrobiana. De esta forma, se seleccionó la formulación de
caseinato de sodio plastificada con un 35% de glicerol y con presencia de agente
antimicrobiano (NaCas35%G-CV10%), procediéndose a estudiar su biodegradabilidad.
Este estudio se llevó a cabo siguiendo la metodología indicada por Martucci y Ruseckaite
(2009)[21] para películas en base gelatina. Para ello, se introdujeron las muestras cortadas
en piezas rectangulares (2 x 3 cm2) dentro de mallas de acero inoxidable, se enterraron en
reactores con compost (figura 7) y se fueron sacando a distintos tiempos de reacción.
Las formulaciones que contenían carvacrol inhibieron el crecimiento de E. coli y S. aureus,
demostrando la capacidad antimicrobiana de las biopelículas desarrolladas
Tras cada extracción se llevó a cabo una inspección visual de las muestras para comprobar
el grado de desintegración física en función del tiempo (figura 8). Se observó que al cabo
de 90 minutos resultó prácticamente imposible despegar las biopelículas de la malla
metálica. Finalmente, después de 300 minutos de tratamiento, las muestras se encontraban
totalmente desintegradas bajo las condiciones estudiadas, tanto las que no tenían agente
antimicrobiano como las que contenían carvacrol.
Figura 7. Reactores con compost utilizados para el estudio de biodegradación.
Figura 8. a) Muestra antes de ser introducida en el reactor; b-f) Muestras retiradas del
reactor a tiempos b: 10 min; c: 80 min; d: 90 min; e: 120 min; f: 240 min.
Conclusiones
A partir de los resultados obtenidos, se puede concluir que tanto el plastificante como el
agente antimicrobiano utilizados en este trabajo mostraron una buena compatibilidad con la
matriz polimérica, formando películas transparentes y prácticamente incoloras, homogéneas
y sin separación de fases o formación de zonas aglomeradas.
Todos los compuestos utilizados en las formulaciones desarrolladas han sido de origen
natural, seguros y cumplen la normativa vigente para materiales en contacto con alimentos.
Además, son altamente biodegradables, representando una alternativa prometedora y
medioambientalmente sostenible a las películas sintéticas que se utilizan hoy en día.
La plastificación de la biopelículas de caseinato de sodio con glicerol fue uno de los
factores clave para la obtención de las biopelículas, mejorando las propiedades dúctiles del
material con una reducción en el módulo elástico de Young y un aumento en la elongación
en el punto de rotura, proporcional a la concentración de plastificante añadido. De esta
forma se consigue un nuevo material apto para ser procesado para la obtención de películas
a nivel industrial.
Las biopelículas de caseinato de sodio plastificadas con glicerol y con carvacrol como
agente bioactivo cuentan con un elevado potencial comercial porque presentan
características antimicrobianas y son sostenibles
Se comprobó que las formulaciones que contenían carvacrol inhibieron el crecimiento de E.
coli y S. aureus, demostrando la capacidad antimicrobiana de las biopelículas desarrolladas,
lo cual le da una elevada importancia desde el punto de vista de la posibilidad de obtención
de películas activas para envasado de alimentos.
Se obtuvieron excelentes propiedades de barrera al oxígeno, siendo éste un factor muy
importante para un envase alimentario a la hora de proteger al alimento contra la oxidación.
Además, este bajo valor en la permeabilidad a este gas constituye una mejora significativa
en comparación con otros polímeros biodegradables.
En resumen, la formulación de caseinato de sodio plastificada con un 35% en peso de
glicerol y tratada con un 10% en peso de carvacrol (NaCas-G35%-CV10%) fue la más
adecuada de todas las formulaciones ensayadas. De esta forma, se obtuvo una biopelícula
de superficie lisa y homogénea, con capacidad antimicrobiana frente a E. coli y S. aureus,
excelente barrera al oxigeno, con propiedades dúctiles adecuadas, aportando una
flexibilidad aceptable para asegurar su uso en sistemas de envasado de alimentos y que se
desintegra rápidamente en condiciones de compostaje, siendo así amigable con el medio
ambiente.
AGRADECIMIENTOS
Marina Patricia Arrieta agradece a FUNDACIÓN MAPFRE por la Beca Ignacio Hernando
de Larramendi 2009 - Medio Ambiente, concedida para el desarrollo de este trabajo de
investigación. Asimismo, los autores quieren expresar su agradecimiento a Ferrer
Alimentación S.A. por aportar la proteína láctea.
A MODO DE GLOSARIO
Aceites esenciales. Sustancias químicas intensamente aromáticas biosintetizadas por
plantas.
Antimicrobiano. Agente capaz de combatir los microorganismos o evitar su aparición.
Biodegradación. Descomposición aeróbica o anaeróbica por acción de microorganismos.
Durante la biodegradación los materiales son degradados por acción enzimática de los
microorganismos bajo condiciones normales del medio ambiente.
Biopolímeros. Polímeros biodegradables, obtenidos de fuentes naturales.
Caseína. Proteína presente en la leche.
Carvacrol. Uno de los aceites esenciales del orégano que posee capacidad antimicrobiana.
Compost. Humus obtenido por descomposición bioquímica de una mezcla de residuos
orgánicos y que tiene un contenido en minerales limitado.
E. coli. Bacteria que generalmente se encuentra en el tracto gastrointestinal. Es un
microorganismo utilizado como indicador de contaminación fecal.
Food and Drug Administration (FDA). Agencia del Gobierno de los Estados Unidos
responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales),
suplementos alimenticios, medicamentos (humanos y veterinarios), cosméticos, aparatos
médicos (humanos y animales), productos biológicos y derivados sanguíneos.
S. aureus. Bacteria que generalmente se encuentra en la piel, las mucosas y el tracto
respiratorio. Es un microorganismo utilizado como indicador de una incorrecta
manipulación.
Recursos renovables. Recursos naturales que no se agotan con su utilización, debido a que
vuelven a su estado original o se regeneran a una tasa mayor a la tasa con que los recursos
son disminuidos mediante su utilización. Ciertos recursos renovables pueden dejar de serlo
si su tasa de utilización es tan alta que evite su renovación.
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