ARENGA EN MÉRIDA,
RECONQUISTAS
Y DEMÁS ASUNTOS
EN 1239
FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO
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Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer
la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho
valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-
formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-
vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de
algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-
juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este
libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse
ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se
reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,
etc.
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A MODO DE PRÓLOGO
OCUPACIÓN DEL ESPACIO, SEÑORÍO Y FRONTERA:
LAS ENCOMIENDAS OCCIDENTALES
DE LA PROVINCIA SANTIAGUISTA DE LEÓN EN LA EDAD MEDIA
(Juan Luis de la Montaña Conchiña. Universidad de Extremadura)1
De entre las distintas instancias feudales que participaron en la ocupación de la Baja
Extremadura, la Orden de Santiago fue la que consiguió conformar el dominio más ex-
tenso y compacto. Junto a la citada Orden se conformaron dos grandes concejos de rea-
lengo (Medellín y Badajoz), el señorío de la Orden de Alcántara en La Serena y la Or-
den del Temple en los límites meridionales de la región. Una vez finalizada la con-
quista militar se abría un amplio período de ocupación cristiana de la Baja Extremadura
desarrollada fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XIII.2 Este proceso resulta
1 Blog de la Asociación histórico-cultural maimona. Fecha registrada: viernes 17 de febrero de 2012.
Fecha de la consulta y obtención: 7 de mayo de 2017.
(http://lossantosdemaimonaysuhistoria.blogspot.com.es/2012/02/ocupacion-del-espacio-senorio-y.html)
Palabras clave: Orden de Santiago, conflictos en la frontera, Edad Media.
Los Santos de Maimona en la historia II, Los Santos de Maimona, 2010, Fundación Maimona, pp. 15-
29. ISBN: 978-84-614-2884-7.
Habrá reelaboración, anotaciones, aportaciones y perspectivas propias por mi cuenta (Francisco Suárez
Salguero).
2 Francisco Suárez: Adelantando esto aquí, aunque estemos aún bien en la primera mitad del siglo XIII,
más que nada por ir escribiendo a modo de indagación o investigación.
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ser complejo y no se refiere con exclusividad al surgimiento o restauración de centros
poblacionales de distinta índole y la explotación de los territorios de ellas dependientes.
La evolución del complejo equilibrio jurisdiccional establecido en la zona se vio altera-
da a partir de la segunda mitad del siglo XIV por la confluencia de una serie de reali-
dades como son la despoblación3 y la inestabilidad de la frontera con Portugal. Todo
ello culminó en un proceso de formación de señoríos nobiliarios (Feria) y a la modifi-
cación del mapa político originalmente establecido en el último tercio del siglo XIII. La
competencia entre las distintas instancias señoriales conllevó el surgimiento de una ten-
sión que se añadió al ya delicado equilibrio jurisdiccional en el que se veían inmersas
las encomiendas localizadas en los extremos occidentales del señorío santiaguista (Los
Santos de Maimona, Puebla de Sancho Pérez, etc.), patente hasta finales de la Edad Me-
dia.
1.- Introducción
La ocupación cristiana de la Baja Extremadura durante la Edad Media resultó ser un
proceso complejo y no exento de dificultades y tensiones políticas entre las distintas
fuerzas señoriales participantes. La conquista militar estuvo seguida por el asentamiento
de la población cristiana con la que hacer efectiva y definitiva la conquista.
Paralelamente a este movimiento de colonización apoyado en privilegios forales que
permitió una primera organización social y económica del espacio, se desarrolló un pro-
ceso de formación de grandes unidades jurisdiccionales que, si bien parecen quedar es-
tablecidas en los momentos iniciales del proceso de reparto territorial y ocupación po-
blacional, posteriormente variaron y llegaron a modificarse, generando con ello un equi-
librio jurisdiccional débil y permanentemente cuestionado.4
La segunda mitad del siglo XIV es el marco cronológico en el cual comienzan a pro-
ducirse significativas transformaciones. Una de ellas es la relativa a la alteración del
complejo equilibrio jurisdiccional establecido en la zona. Esta situación cambiante a la
que aludimos es perfectamente visible en el último tercio de siglo y en ella confluyen
una serie de realidades como son la despoblación de los extensos términos, especial-
mente los del concejo de Badajoz, y la inestabilidad de la frontera con Portugal.5
3 No olvidemos los estragos de la peste.
4 [1] Los procesos de conquista y organización social del espacio han sido tratados por J. L. DE LA
MONTAÑA CONCHIÑA, La Extremadura cristiana: poblamiento, poder y sociedad (1142-1350), Cá-
ceres, 2003. Estos y otros datos también han sido analizados de forma global para todo el período medie-
val con sugerentes resultados por Á. BERNAL ESTEVEZ, Poblamiento, transformación y organización
social del espacio extremeño, Mérida, 1998.
5 [2] La formación del mapa político de Extremadura y su transformación durante la Baja Edad Media ha
sido estudiado por J. L. DEL PINO GARCÍA, Extremadura en las luchas políticas del siglo XV, Badajoz,
1992. Encuentros y desencuentros Ibéricos. Tratados Hispano-portugueses desde la Edad Media, M. DE
ALBURQUERQUE, F. NOVOA PORTELA y E. POSTIGO CASTELLANOS (Eds.), Barcelona-Ma-
drid, 2006. J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “E levaram captivos, e derribaram o logar todo”.
“La guerra en la frontera castellano-portuguesa (siglos XIV-XV)”, Norba Revista de Historia (en pren-
sa).
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No menos determinante fueron las diferentes coyunturas políticas por las que atravesó
el reino de Castilla durante el siglo XV. Todo ello culminó en un proceso de formación
de pequeñas células señoriales y otras no tan pequeñas (condado de Feria) y, por tanto, a
la modificación del mapa político originariamente establecido.
La competencia surgida ente las diferentes instancias señoriales presentes en la Baja
Extremadura por fomentar la repoblación interior de amplios espacios todavía desocu-
pados, el crecimiento demográfico y la necesidad de tierras durante la recuperación
agraria del siglo XV dieron como resultado el surgimiento de una extensa zona de fric-
ción en la que el realengo, señoríos nobiliarios y la jurisdicción santiaguista competían
por el mantenimiento de sus límites cuando no dirimían problemas de mayor calado. Es
en este difícil contexto en el que se encuentran inmersas las encomiendas localizadas en
los extremos occidentales del señorío santiaguista, nos referimos especialmente a Los
Santos de Maimona, Puebla de Sancho Pérez, Lobón, Segura de León, Fuente del Maes-
tre, Montijo y Almendralejo.
2.- La conquista cristiana de la Baja Extremadura (1230-1248): una rápida mira-
da
La conquista militar emprendida por los reyes castellanos y leoneses después de la
caída en manos cristianas de la ciudad de Coria (1142) está repleta de altibajos y pre-
senta resultados desiguales. Los esfuerzos desplegados por los dos últimos monarcas
leoneses, Fernando II y Alfonso IX se saldaban con la conquista más allá del Tajo de la
villa de Alcántara (1213), Cáceres (1229) y ya en el valle del Guadiana de Mérida
(1229) y Badajoz (1230). Paralelamente se abría en retaguardia un sólido proceso de
fortificación acompañado de una tenue ocupación rural.6
Los cambios significativos llegarán en el primer tercio del siglo XIII. La victoria cris-
tiana de Las Navas de Tolosa (1212) no sólo debilitó a los almohades sino que cuestio-
nó su poder y animó a los reinos cristianos a retomar la labor de conquista y expansión
prácticamente paralizada –al menos en el caso extremeño– después del desastre de Alar-
cos. El hecho de contar con la villa de Alcántara bajo dominio cristiano precipitó la
conquista de las principales villas localizadas en el Guadiana. Corría el año de 1230. A
partir de este momento es cuando el proceso de ocupación militar ciertamente se ace-
lera, al tiempo que confiere a las Órdenes Militares autóctonas mayor protagonismo. La
actividad militar de estas instituciones se desarrolló plenamente sobre un espacio estruc-
turado desde una perspectiva estrictamente militar y de ello se deriva la abundancia de
6 [3] Aspectos recogidos y tratados por J. CLEMENTE RAMOS y J. L. DE LA MONTAÑA CON-
CHIÑA, “La Extremadura cristiana (1142-1230). Ocupación del espacio y transformaciones socioeco-
nómicas”, Historia, Instituciones, Documentos, nº 21, 1994, págs. 83-120. J. L. DE LA MONTAÑA
CONCHIÑA, “La Extremadura cristiana (1142-1230). El poblamiento”, Norba Revista de Historia, nº
11-12, 1991-1992, págs. 223-232. Á. BERNAL ESTÉVEZ, “La repoblación del espacio extremeño en la
Edad Media: El poblamiento y la población”, Revista de Estudios Extremeños, T. LI, nº 3, 1995, págs.
627-645.
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centros fortificados de amplios términos en torno a los que se aglutinó la población.7 En
definitiva, la herencia musulmana sobre la que se construirá la nueva realidad cristiana
de manos de la Orden de Santiago, está determinada por fortalezas ubicadas en fuertes
salientes y estrechamente ligada a la vieja red viaria y a circuitos ganaderos transitados
desde la antigüedad, a cuyos pies, sólo en algunos casos, se localizan pequeños asenta-
mientos aldeanos.
Es así que, entre la caída de Córdoba en 1236 y 1242, gran parte de las comarcas de
La Serena y Los Barros son anexionadas por las Órdenes de Alcántara y Santiago, res-
pectivamente. Sólo el ángulo más suroccidental, lindante con la frontera portuguesa to-
davía en formación y los castillos de Capilla y Almorchón en el lado más oriental de la
región así como el castillo y puente de Alconétar en el Tajo quedaron en manos de la
Orden del Temple. La presencia de la Orden del Hospital queda reducida al castillo de
Trevejo. El proceso no finalizó hasta la caída de Montemolín en 1248.
3.- La formación del dominio y la red comendataria santiaguista
Es en esta dinámica de avances y retrocesos que lleva aparejada la difícil y costosa
labor de conquista militar en la que los santiaguistas consiguen sentar las bases de lo
que inmediatamente se van a convertir en sus señoríos radicados en Extremadura. Po-
demos, por tanto, hablar de dos momentos que tienen como eje cronológico el año
1230.8 Reflejo de la temprana presencia santiaguista en Extremadura son tres documen-
tos fechados en 1171. En el primero Fernando II da al maestre de Santiago, Pedro Fer-
nández, diversas heredades en Badajoz, concretamente el Valle de Albuera, con Lu-
chena, Cantillana,9 el castillo de Montemayor con el río Caia como vierten sus aguas al
Guadiana, esta donación es en agradecimiento por la participación de la Orden en la to-
ma de esta ciudad. En los otros dos documentos, se donan respectivamente el de Al-
conchel y el de Monfragüe.10
Pero debe señalarse al respecto, que estas donaciones de-
bieron ser disfrutadas por la Orden durante muy poco tiempo –al menos el primero–
pues la ofensiva musulmana de 1174 debió arrebatárselos. Por otro lado, hasta la con-
quista de Mérida por Alfonso IX de León, no se vuelven a tener noticias de la Orden ni
de su presencia en el valle del Guadiana.
7 [4] Así lo sostiene J. CLEMENTE RAMOS, “La Extremadura musulmana (1142-1247). Organización
defensiva y sociedad”, Anuario de Estudios Medievales, nº 24, 1994, págs. 647-701.
8 [5] J. CLEMENTE RAMOS y J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “La Extremadura cristia-
na..., art. cit.
9 Fincas pacenses.
10
[6] Sobre los orígenes de la Orden de Santiago y la primigenia formación de su dominio puede consul-
tarse entre otros trabajos J. L. MARTÍN RODRÍGUEZ, “Orígenes de las Órdenes Militares Hispánicas.
La Orden de Santiago”, Alarcos, 1195. Actas del Congreso Internacional conmemorativo del VIII cen-
tenario de la batalla de Alarcos, Ciudad Real, 1995-1996, págs. 31-46.
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Al margen de las primeras donaciones que hemos reseñado y que podemos considerar
como efímeras, creemos que podemos hablar de otro período que se extiende cronoló-
gicamente entre 1186 y los primeros años del siglo XIII.11
Las concesiones que van a
ayudar a la Orden en la futura conquista de las comarcas centrales de la provincia de
Badajoz se refieren a pequeños castillos localizados entre el Sistema Central y el Tajo,
fortalezas bien localizadas en importantes vías de comunicación en las que la Corona
depositó un interés inusitado, ya que el dominio inicial se conforma a partir de dona-
ciones reales de carácter militar. Entre 1191 y 1195 recibieron los castillos de Trevejo,
Granadilla y Palomero respectivamente; el castillo de la Atalaya de Pelayo12
lo recibían
en 1203. Lugares todos ellos, a excepción de la Atalaya, que permanecieron escaso
tiempo bajo su poder debido al cambio estratégico de intereses desarrollado por la Or-
den. A mediados del siglo XIII ya no era titular de los lugares anteriormente mencio-
nados. Quizá la falta de proyección poblacional y económica, y el hecho de estar loca-
lizadas entre poblaciones realengas así como la fragmentación de estos primigenios
dominios en tierras alto-extremeñas hicieron desistir a la Orden sobre la titularidad de
estos espacios.
La victoria cristiana en Las Navas de Tolosa en 1212 abre una nueva etapa en lo que
se refiere a la conquista y repoblación del espacio. La conquista definitiva de la plaza de
Cáceres en 1229 fue el detonante de lo que inmediatamente iba a llegar. Los primeros
lugares que la Orden de Santiago incorporó fueron Mérida, recibida a cambio de la ciu-
dad de Cáceres, y el castillo y la villa de Montánchez.13
Los años que siguieron a estas
primeras donaciones contribuyeron a que la institución desarrollara una política de ex-
pansión seria y eficazmente planificada. Para esta Orden, como para el resto, los espa-
cios localizados entre el Guadiana y las estribaciones de Sierra Morena poseían un po-
tencial agrario y ganadero nada despreciable. La conquista de estos espacios se conver-
tían así en un ámbito natural de expansión.14
En una quincena de años consolidaron y
redondearon sin problemas los dominios en Tierra de Barros y las estribaciones de
Sierra Morena. Así, en 1235 recibieron el castillo de Hornachos, el de Alange en 1243 y
Reina con su villa en 1246 con lo que dibujaron gran parte de la primigenia estructura
11
[7] C. DE AYALA MARTÍNEZ, Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media (siglos XII-XV),
Madrid, 2007, págs. 623-625.
12
Actualmente un despoblado y finca de Montehermoso (Cáceres).
13
[8] J. CLEMENTE RAMOS y J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “Repoblación y ocupación del
espacio en Extremadura (1142-c. 1350)”, Actas de las I Jornadas de Historia Medieval de Extremadura,
Cáceres, 2000, págs. 27 y ss.
14
[9] S. PALACIOS ONTALVA y E. VARELA AGÜÍ, “Una tierra inviable y desierta entre castillos
de moros: las órdenes militares y la Baja Extremadura en el contexto de la conquista de Sevilla (1230-
1248)”, Sevilla 1248: Congreso Internacional Conmemorativo del 750 Aniversario de la Conquista de la
Ciudad de Sevilla por Fernando III, Rey de Castilla y León, Sevilla, 2000, pág. 791.
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administrativa. Éste fue el primer paso al que rápidamente acompañó el establecimiento
de las primeras encomiendas.15
En lo que respecta a la conformación del resto del patrimonio fundiario inicial acu-
mulado por la Orden no tenemos apenas noticias, quizá debido a que éste no fue muy
grande en tierras extremeñas y que sus dominios compactos cubrían una parte sustancial
de sus demandas territoriales. De manos de la Corona recibían en 1235 una serie de he-
redades en Medellín. De la misma manera y naturaleza de los bienes en 1241 recibían
de Fernando III una heredad para pan en tierra de Montánchez. No se tienen noticias
directas sobre la consecución de bienes por otras vías que no sean la donación real.16
La disolución de la Orden del Temple y la complejidad que rodeó al reparto de sus
bienes en el marco extremeño, volvió a beneficiar a la institución santiaguista.17
En
1370 recibían de Enrique II la villa de Jerez de los Caballeros. Poco antes, en 1346,
habían logrado sumar a sus dominios la villa de Valencia del Ventoso.18
Como el resto de las Órdenes Militares presentes en tierras peninsulares, los santia-
guistas procedieron al desarrollo de una estructura organizativa que les permitió racio-
nalizar y coordinar la captación del entorno (territorio y recursos) apoyándose en un
modelo de organización socio-productivo concreto y eficaz; nos referimos a las enco-
miendas.19
Este proceso, rápido en sus líneas esenciales, se articuló desde las grandes
fortalezas almohades que pasaron a dominio santiaguista en el período de conquista. La
15
[10] D. W. LOMAX, La orden de Santiago (1170-1275), Madrid, 1965. También ha trabajo sobre la
Orden de Santiago en este primer período de configuración J. L. MARTÍN RODRÍGUEZ, Orígenes de la
Orden militar de Santiago (1170-1195), Barcelona, 1974.
16
[11] J. V. MATELLANES MERCHÁN, La Orden de Santiago y la organización social y económica
de la Transierra castellano-leonesa (siglos XII-XIV), Madrid, 1996, págs. 77 y ss.
17
[12] A este respecto véase J. CLEMENTE RAMOS y J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “Las
Órdenes Militares en el marco de la expansión cristiana de los siglos XII-XIII en Castilla y León: la
Orden del Temple en Extremadura”, E-Spania: Revue électronique d’études hispaniques médiévales, nº.
1, 2006 (http://e-spania.revues.org/). También puede consultarse F. J. DURÁN CASTELLANO, “Los
templarios en la Baja Extremadura”, Revista de Estudios Extremeños, T. LVI, nº 1, 2000, págs. 99-143.
Sobre el reparto de los bienes en Castilla puede consultarse el trabajo de C. BARQUERO GOÑI, “El
conflicto por los bienes templarios en Castilla y la orden de San Juan”, En la España Medieval, nº 16,
1993, págs. 37-54.
18
[13] Sobre la donación de Jerez de los Caballeros, Archivo Histórico Nacional (en adelante A.H.N.),
OOMM, Santiago, Uclés, carp. 372, nº 5 bis. Respecto a Valencia del Ventoso, A.H.N., OOMM, San-
tiago, Uclés, carp. 355, nº 5; A. F. AGUADO DE CÓRDOBA: Bullarium Equestris Ordinis S. Iacobi de
Spatha, Madrid, 1719, pág. 266.
19
[14] Las estructuras de dominio de las Órdenes Militares se caracterizan tanto por su complejidad co-
mo por el hecho de estar diseñadas para el ejercicio de un mayor control sobre poblaciones, vasallos y re-
cursos. La encomienda es la unidad básica del entramado político-administrativo sobre el que se super-
ponen unas estructuras como las encomiendas mayores y el priorato que, a su vez, se ven mediatizadas
por unidades mayores, la mesa maestral. En el caso santiaguista esta realidad parece que se hace efectiva
más rápidamente que en otros casos, como por ejemplo el de la Orden de Alcántara (F. NOVOA POR-
TELA, La orden de Alcántara y Extremadura (siglos XII-XIV), Mérida, 2000).
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base comendataria esencial quedaba perfilada entre 1230 y 1250. Posteriormente, la
conformación de este sistema se apoyó en un proceso paralelo de asentamiento y fo-
mento de la población que fue fructificando y dando lugar a la transformación de villas
y fortalezas en núcleos de activas encomiendas.20
Si como acabamos de decir asentamiento poblacional es una realidad que aparece uni-
da al desarrollo y conformación de nuevas piezas en el engranaje comendatario, tam-
poco podemos olvidar que el interés por desarrollar y fortalecer esta primigenia estruc-
tura comendataria se apoya sobre una casuística más extensa. En este sentido, creemos
que la confluencia de ámbitos jurisdiccionales tan diferentes generó una evidente nece-
sidad de delimitar claramente los límites de expansión desde la perspectiva económica
de captación y explotación del espacio, pero también debió provocar la necesidad de
mantener bien protegidos y defendidos los límites del maestrazgo. Así, podemos hablar
del desarrollo desde el primer tercio del siglo XIV de una serie de “encomiendas-fron-
tera” perfectamente localizadas en ambos flancos del maestrazgo, cumpliendo a la per-
fección la función –entre otras– de control y custodia jurisdiccional del territorio.
A tenor de lo expresado, es el sector suroccidental donde se configuran nuevas y po-
derosas encomiendas teniendo como punto de partida, sólo en algunos casos, estructuras
defensivas rehabilitadas o de reciente construcción. La ocupación poblacional visible
desde el último cuarto del siglo XIII, la dinámica de territorialización que se estaba ini-
ciando en el interior del señorío santiaguista y la conformación de poderosos ámbitos
jurisdiccionales colindantes con los territorios de la Orden debieron precipitar esta rea-
lidad.21
Es, por tanto, posible pensar que algunos de los proyectos iniciales de enco-
miendas pudieran adquirir cierta prioridad tal y como lo demuestran los casos de Segura
de León, Puebla de Sancho Pérez y Fuente del Maestre, especialmente. Del primer lugar
sabemos que se constituye en encomienda mayor en fecha temprana, concretamente en
1274 cuando se le concede fuero y desde ese momento se convertirá en el punto de re-
ferencia más significativo de los términos meridionales del señorío.22
Respecto a Fuente
del Maestre, ya la tenemos referenciada en las fuentes como encomienda a comienzos
del siglo XV, pues sabemos que entre 1387 y 1400, período en que fue maestre D. Lo-
renzo Suárez de Figueroa, vio mejorar su cerca defensiva además de otras obras de
acondicionamiento de la población. Por la crónica del rey D. João I de Portugal tenemos
20
[15] La formación de la red comendataria santiaguista hasta mediados del siglo XIV ha sido estudiada
por J. V. MATELLANES MERCHÁN, La Orden de Santiago y la organización social..., op. cit.,
págs. 313 y ss. Para el siglo XV contamos con el imprescindible trabajo de D. RODRÍGUEZ BLAN-
CO, La orden de Santiago en Extremadura (siglos XIV-XV), Badajoz, 1985.
21
[16] A. BERNAL ESTÉVEZ, “Territorialización del espacio en la Provincia de León de la Orden de
Santiago”. Arte, poder y sociedad y otros estudios sobre Extremadura, Llerena, 2006, págs. 223-239.
22
[17] B. DE CHAVES, Apuntamiento legal sobre el dominio solar de la Orden de Santiago, Madrid,
1740, págs. 38-39.
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constancia de que fue atacada en el verano de 1398 por fuerzas portuguesas al frente de
las cuales se encontraba el condestable de Portugal, D. Nuño Álvarez Pereira.23
Como resultado de esta dinámica de colonización interna del señorío santiaguista cre-
emos que surgen nuevas encomiendas. Quizá en este mismo cuadro debamos integrar
lugares como Valencia del Ventoso, ya encomienda desde el momento en que pasó al
dominio de la Orden en 1346; Los Santos de Maimona, citada como encomienda en
1358, pero que, como en otros casos, su formación como tal sin duda sería anterior.24
En
una situación similar se encuentran encomiendas como Lobón de la que se cita en 1386
a Alfón Ruiz de Calero como su comendador.25
Futuros proyectos de encomiendas se
están igualmente fraguando y reforzando por el predominio de intereses de individuos
vinculados a la institución, nos referimos al proceso de patrimonialización que ya se
detecta a finales del siglo XIV y está perfectamente institucionalizado en el siglo si-
guiente. En esta tesitura podríamos encuadrar encomiendas como las de Montijo, citada
hacia 1450, o Medina de las Torres, encomienda con seguridad desde 1403.26
4.- Inicios del proceso señorializador bajomedieval y ruptura del equilibrio juris-
diccional
El fenómeno de la señorialización de espacios realengos durante la Baja Edad Media
ha sido minuciosamente estudiado en otros espacios del reino de Castilla. En Extrema-
dura ese proceso se ha abordado desde la generalidad, aunque no faltan estudios más de-
tallados que permiten conocer esta realidad en toda su extensión.27
En la práctica tota-
23
[18] J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “E levaram captivos, e derribaram o logar todo”. La
guerra en la frontera...”, art. cit. También recogido en el trabajo “Guerra y sociedad en la frontera
castellano-portuguesa durante el siglo XIV. El ámbito extremeño-alentejano”, VI Jornadas Hispano-lusas
de História Medieval, Coimbra, 2008 (en prensa).
24
[19] J. Vicente MATELLANES MERCHÁN, La Orden de Santiago y la organización social...,
op. cit., pág. 86. Coincidimos en este sentido con A. BERNAL ESTÉVEZ, “La villa santiaguista de Los
Santos de Maimona en la época medieval”, Los Santos de Maimona en la Historia, Los Santos de Mai-
mona, 2009, pág. 105.
25
[20] Respecto a la encomienda de Lobón, Real Academia de la Historia (en adelante R.A.H.), Salazar,
M-17, fol. 219R, “El concejo de Lobón, supervisado por los comendadores de la orden de Santiago,
delimita propiedades y derechos con el comendador de Lobón”. 26
[21] C. DE AYALA MARTÍNEZ, Las órdenes militares hispánicas..., op. cit., págs. 347-353.
27
[22] J. I. MORENO NÚÑEZ, Ávila y su tierra en la Baja Edad Media, Ávila, 1992. J. M. MON-
SALVO ANTÓN, “Las dos escalas de la señorialización nobiliaria al sur del Duero: concejos de villa y
tierra frente a la señorialización “menor” Estudio a partir de casos del sector occidental: señoríos abu-
lenses y salmantinos””, Revista d’historia Medieval, nº 8, 1997, págs. 275-335. Para el caso extremeño
contamos con los trabajos de F. MAZO ROMERO, El condado de Feria (1394-1505). Contribución al
estudio del proceso señorializador en Extremadura durante la Edad Media, Badajoz, 1980; M. D. GAR-
CÍA OLIVA, “El proceso de señorialización en Extremadura”, Actas del Congreso Conmemorativo del
VI Centenario del Señorío de Feria (1394-1994), Mérida, 1996, págs. 15-23. Más reciente es nuestra
contribución al fenómeno centrado en los espacios pacenses con el trabajo “Señorialización y usurpa-
~ 11 ~
lidad de estos trabajos se puede observar que el nacimiento y desarrollo de dominios
señoriales nobiliarios es un fenómeno rodeado de una compleja casuística que puede
variar según las sinergias que puedan darse en las diferentes áreas.
En el marco extremeño confluyen simultáneamente varias realidades que entendemos
debieron precipitar la implantación de las primeras células señoriales. La inestabilidad
de la frontera portuguesa, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XIV, jun-
to a la perenne despoblación de extensas áreas, conflictos jurisdiccionales similares si
no idénticos a los desarrollados en otras regiones del reino de Castilla y, por supuesto
intereses particulares, sirvieron de detonante para que el asentamiento nobiliario en el
área suroccidental de la región se desarrollara sin demasiadas cortapisas.
Efectivamente, la desigual política de asentamiento poblacional que desarrollaron los
espacios realengos frente a los de Órdenes Militares condicionó su evolución territorial
y poblacional. Este contexto de despoblación y equilibrio jurisdiccional, confluyente
con el reforzamiento del poder de las Órdenes Militares,28
dejó abierto un proceso de se-
ñorialización laica que a finales del siglo XIII se mostraba con cierta timidez. La desa-
parición de la orden del Temple en 1312 y el posterior reparto de sus bienes ubicados en
el área pacense perfiló aún más los resultados de este proceso, especialmente en la se-
gunda mitad del siglo XIV.
La señorialización del concejo pacense se vertebra desde dos frentes, el que represen-
tan las Órdenes Militares y el que lidera la nobleza.29
En cuanto a la labor desarrollada
por las primeras, lo más destacable fue la rapiña que tanto santiaguistas como templa-
rios ejercieron sobre el territorio pacense. Al respecto, son de sobra conocidos los con-
flictos mantenidos por los santiaguistas a causa del robo de las aldeas de “Olivençia,
Taliga, Villanueva de los Santos, aldea de don Febrero e la Solana, e aldea de los Ca-
valleros y el Caraço”.30
Una política similar fue desarrollada por los templarios en el
sector occidental de la frontera con Portugal. Allí procedieron a la anexión por la fuerza
de Olivenza, Táliga, Alconchel y Villanueva de Barcarrota, sólo reintegradas al concejo
tras la disolución de la Orden y por intervención de la Corona.31
Podemos diferenciar dos etapas o líneas de actuación para entender cómo y de qué
forma se pone en marcha la señorialización de los espacios realengos. La primera se
ciones terminiegas de espacios realengos: el caso de Badajoz en los siglos XIV-XV”, Norba Revista de
Historia, nº 16, 1, 1996-2003, págs. 345-360.
28
[23] J. L. DEL PINO y F. MAZO ROMERO, “El régimen señorial”, en Historia de la Baja Extrema-
dura, Badajoz, 1985, pág. 688.
29
[24] Una visión general y esquemática es desarrollada por Mª. Dolores GARCÍA OLIVA, “El proceso
de señorialización en Extremadura”, Actas del Congreso Conmemorativo del VI Centenario del Señorío
de Feria (1394-1994), Mérida, 1996, págs. 15-23.
30
[25] Archivo Histórico Nacional (en adelante A.H.N.), Uclés, carpeta 372, nº 3. A. BERNAL ESTÉ-
VEZ, “La villa santiaguista de Los Santos de Maimona...”, art. cit., págs. 103-104.
31
[26] Archivo de la Catedral de Badajoz (en adelante A.C.B.), Pergaminos, Carp. II, nº 3.
~ 12 ~
vincula a la repoblación de los extremos. Aquí confluyen diversas cuestiones que nos
sitúan ante una postura conjunta adoptada por la Corona y los concejos.32
Como señala-
mos anteriormente, los problemas que poseían los grandes concejos para asentar pobla-
dores se trocaron en la persistencia de extensas zonas despobladas en su mayoría refu-
gio de grupos de golfines, muy activos en la segunda mitad del siglo XIII por la zona
oriental de Extremadura, Campo Arañuelo, Villuercas y la Jara toledano-cacereña.
Dentro de este primer momento pueden encuadrarse las acciones emprendidas durante
el reinado de Sancho IV (1284-1295). Este monarca realizó importantes donaciones te-
rritoriales que de alguna forma sirvieron de contención ante los deseos de los santia-
guistas por ocupar los lugares ya citados. Entre 1290 y 1300 numerosas aldeas habían
sido enajenadas al concejo pacense. En 1289 Villalba (de don Falcón)33
era entregada a
Juan Mathé, camarero del rey; sabemos que entre 1290 y 1292 las aldeas de Zafra,
Alconera, Villalba de los Barros y Villafranca de los Barros estaban en manos de otros
nobles vinculados a la casa real.34
La segunda etapa se inicia con el reinado de Fernando IV (1295-1312) y se prolonga
durante el reinado de Alfonso XI (1312-1350) y está caracterizada por la generalización
de la concesión de lugares vinculada a una doble realidad, la ya conocida de la repo-
blación y la del beneficio a nobles y caballeros villanos.35
La concesión de aldeas y cas-
tillos a personajes afines a la Corona como retribución a unos servicios prestados, nor-
malmente militares, era una expresión más de la soberanía del monarca sobre los espa-
cios realengos. Los cambios que van a producirse con respecto a las donaciones reali-
zadas en la primera época se refieren a la titularidad y carácter del señorío. Para justi-
ficarlo, debemos señalar que uno de los rasgos más evidentes de los nuevos señoríos es
el marcado carácter jurisdiccional que éstos poseen. Junto a la política de repobla-
ción/beneficio desarrollada por la Corona debemos tener en cuenta el inicio de una línea
de actuación paralela que interviene y en último extremo confirma la permanencia de
ésta.
Es en la primera mitad del siglo XIV cuando las enajenaciones de términos realengos
alcanzan verdadera importancia para el caso de Badajoz. Familias poderosas como los
Enríquez fijaron sus intereses en el alfoz pacense. Las adquisiciones, en un primer mo-
mento de simples heredades (dehesas, tierras de labor), pasaron a ser poblaciones, como
el caso de La Parra o Almendral. La señorialización desarrollada desde sectores nobi-
liarios fue aún más contundente, especialmente tras la disolución de la Orden del Tem-
32
[27] Una realidad similar se detecta en el caso del concejo de Ávila (J. I. MORENO NÚÑEZ, Ávila y
su tierra..., op. cit, pág. 50).
33
Actual Villalba de los Barros.
34
[28] P. BARRANTES MALDONADO, Ilustraciones de la Casa de Niebla, Memorial histórico espa-
ñol, IX-X, cap. 29, 2ª parte, pág. 142.
35
[29] Este interesante problema ha sido abordado por A. BARRIOS GARCÍA, “Poder y espacio social:
reajustes del poblamiento y reordenamiento del espacio extremadurano en los siglos XIII-XV”, Despo-
blación y colonización del Valle del Duero, IV Congreso de Estudios Medievales, 1995, págs. 227-276.
~ 13 ~
ple, cuando las donaciones fueron desmembrando el territorio pacense ante las inútiles
reclamaciones del concejo.36
Una primera oleada señorializadora se desarrolla entre
1280 y la llegada al trono de Enrique II (1366-1367) y se caracteriza tanto por la sepa-
ración del término concejil de pequeñas poblaciones, especialmente sus castillos, como
por la inestabilidad de las donaciones. En este grupo de enajenaciones se integran Al-
conchel y Burguillos del Cerro, cuyas fortalezas serán sistemáticamente empeñadas por
los reyes de Castilla,37
o las de Valencia de Mombuey cedida en 1337 a Pedro Ponce de
León, Villanueva del Fresno, donado en 1332 a M. F. Portocarrero y Cheles que en
1336 pasaba al dominio de Juan Alfonso de Benavides.38
Las poblaciones de Valencia
de Mombuey y Oliva de la Frontera junto con Nogales fueron señorializadas en 1337 y
1340 respectivamente.39
El resultado de la aplicación de esta política fue no sólo el des-
gajamiento de poblaciones del realengo que representaba el concejo pacense, sino la
enajenación y puesta en valor de las fortalezas insertas en sus términos.40
La intensidad señorializadora aumenta en la segunda mitad del siglo XIV y su prin-
cipal característica es la consolidación territorial de los señoríos nacidos en la primera
mitad de siglo, lo que supone una disminución de las tierras realengas pertenecientes a
Badajoz, aunque es preciso aclarar que el desarrollo del fenómeno no dio paso a la con-
formación de señoríos de gran extensión territorial.41
La familia más favorecida fue la
de los Suárez de Figueroa que en pocos años logró concentrar un amplio señorío que in-
tegraban las poblaciones de Zafra, Feria, Halconera, Almendral, Villalba (de los Ba-
rros), Nogales, Monsalut, La Parra, Valencia del Mombuey, Oliva (de la Frontera), La
36
[30] Sobre la cuestión de la señorialización se encuentra información muy útil en J. L. DEL PI-
NO, “Extremadura en vísperas de la invasión portuguesa (1465-1475)”, Actas das II Jornadas Luso-
Espanholas de Historia Medieval, Oporto, Vol. I, pág. 388.
37
[31] As gavetas da torre do tombo, Lisboa, 1971, Vol. VIII, pág. 671 y ss, doc. 4470, enpeñamos los
nuestros castiellos y villas de Alconchel y Burguiellos con todos los lugares y fortalezas y aldeas que a
essos castillos pertenecen y con todos los sus terminos y derechos e pertenenças por tres mil y seyscientos
marcos de buena plata.
38
[32] Datos que pueden complementarse con los ofrecidos por J. L. DEL PINO, Extremadura en las
luchas políticas..., op. cit, págs. 112-113. J. A. TORRADO GONZÁLEZ, Cheles, villa fronteriza, Cheles,
2000, págs. 272-274.
39
[33] R.A.H., Colección Salazar, M-5, fol. 140v, M-5, fº 234r y 234v. A. FRANCO SILVA y J. L. DEL
PINO, “El señorío de los Monroy (siglos XIII-XV)”, Actas de Hernán Cortés y su tiempo, Mérida, 1987,
págs. 155 y ss.
40
[34] Mª Carmen QUINTANILLA RASO, “Consideraciones sobre las fortalezas de la frontera
castellano-portuguesa en la Baja Edad Media”, II Jornadas Luso-Espanholas de Historia Medieval, I,
Oporto, 1987, págs. 402-403, La sustracción de fortalezas al realengo fue un fenómeno creciente, al com-
pás de la señorialización de amplias comarcas, dentro de las regiones próximas al reino de Portugal, como
Galicia y Extremadura.
41
[35] Mª Dolores GARCÍA OLIVA, “El proceso de señorialización...”, op. cit., págs. 21-22.
~ 14 ~
Morera, Salvaleón y Torre de Miguel Sesmero.42
Otros grandes linajes nobiliarios bene-
ficiados fueron los Vargas que obtuvieron el castillo de Higuera la Real en 1374. Los
Stúñiga también vieron aumentados sus señoríos con las posesiones de Burguillos, al
igual que los Pacheco que fueron propietarios de Salvatierra y Salvaleón.43
5.- Intensificación del proceso señorializador y la frontera con Portugal
Tampoco debemos dejar de lado la necesidad de mantener bien protegido y defendido
el maestrazgo. Esta realidad puede ayudar a explicar el nacimiento de algunas de las
más importantes encomiendas de este período. Y es precisamente en este sector de con-
vergencia jurisdiccional, donde confluyen los términos del concejo realengo de Badajoz,
con el que mantendrá durante el siglo XV duros pleitos terminiegos y, especialmente,
los correspondientes al señorío de Feria. A ello tenemos que sumarle la terrible inci-
dencia de las guerras con Portugal que golpearon duramente toda la frontera extremeña-
alentejana y espacios próximos en el último cuarto del siglo XIV. Ambas realidades
fueron causas desencadenantes del desarrollo de un ingente proceso fortificador.
Efectivamente, en el caso pacense, la cercanía e inestabilidad de la frontera justifica
suficientemente una desbordante actividad fortificadora. La cronología de edificación de
numerosas fortalezas así como el remozamiento, reconstrucciones y mejoras en los sis-
temas defensivos de otras muchas, se ajusta, en términos generales, a los hechos aconte-
cidos entre 1370 y 1470, intervalo en el que se produce la invasión por parte del reino
vecino con el trasfondo de la guerra civil castellana. A ello debemos sumarle además los
conflictos políticos surgidos entre la nobleza y la monarquía en este período de la his-
toria del reino de Castilla. Así, por ejemplo, se puede situar a finales del siglo XIV el
inicio de la construcción del castillo de Higuera de Vargas, también se conoce el levan-
tamiento de la cerca de Villalba de los Barros (1449). Por otro lado, se inicia la cons-
trucción de las murallas de Zafra (1442) y el reforzamiento de Barcarrota, Salvaleón y,
posiblemente, otros castillos así como la cimentación de los castillos de Nogales (1464)
y Arcos-Almendral (1465-1474).44
Este fenómeno es igualmente visible en territorio santiaguista. Es probable que, como
resultado de las circunstancias a las que estamos aludiendo, se levantara la muralla de
Fuente del Maestre (1387-1409) o que se rehabilitara la fortaleza de Lobón, destruida en
42
[36] Para más información sobre el señorío de los Suárez de Figueroa y el proceso de constitución: F.
MAZO ROMERO, “Los Suárez de Figueroa y el señorío de Feria”, Historia, Instituciones, Documentos,
I (1974), 111-184.
43
[37] A.H.N., Osuna, carp. 5, nº 10. 1408, junio 9. Alcalá de Henares. Juan II confirma a Gonzalo Pérez
de Vargas las donaciones hechas por su predecesores Enrique II, Juan I, Enrique III a su padre Alfonso
Fernández de Vargas de las villas de Burguillos y la Higuera.
44
[38] Es una realidad constatada documentalmente que la frontera estuvo sometida a un proceso de for-
tificación con motivo del enfrentamiento luso-castellano. J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “Se-
ñorialización y fortificación de las tierras del concejo de Badajoz en la Baja Edad Media”, Actas II Con-
greso de Castellología Ibérica, Madrid, 2005, págs. 243-258.
~ 15 ~
1382 por las tropas mercenarias inglesas al servicio de la corona portuguesa.45
Del siglo
XV data el levantamiento de la fortaleza de Medina de las Torres al igual que la for-
taleza de Valencia del Ventoso. De 1467 parece datar la torre fuerte que construyó en la
encomienda de Montijo el comendador Diego de Alvarado. Aunque más retirada, la
encomienda de Calzadilla de los Barros también conoció la cimentación de un pequeño
recinto defensivo fechado en 1481.46
Más impactante fue la guerra civil castellana que finalizaba en 1480, pues se tradujo
en una conflictividad entre los bandos nobiliarios castellanos y la irrupción de los inte-
reses portugueses aspirando a conquistar la corona castellana. Un período de cinco años
de guerra en el que todas las villas de la frontera, incluyendo algunas de las más im-
portantes de la Orden de Santiago, tuvieron que colaborar en la defensa del territorio y
en el acogimiento de fuerzas militares destinadas a contener las temidas entradas pro-
cedentes del vecino reino.47
Varios diplomas datados en 1479 procedentes del Tumbo
de los Reyes Católicos de Sevilla nos permiten observar cómo determinadas encomien-
das bien provistas y bien situadas en términos militares se convertían repetidamente en
punto de reunión de tropas destinadas a hacer frente al enemigo portugués. Es el caso,
por ejemplo, de Fuente del Maestre, que en mayo de ese mismo año recibía treinta y
cinco mil arrobas de vino para la provisión de los efectivos militares que estaba previsto
se concentraran en la villa procedentes del área andaluza.48
Derivados de ambas circunstancias son los hechos que tuvieron como escenarios los
castillos de Barcarrota, defendido por el conde de Feria, entre otros, de los intentos por-
tugueses por conquistarlo, y el de Los Santos de Maimona. Sabemos que en 1475 una
fuerza militar portuguesa fue alojada en el castillo de Los Santos por el enemigo per-
sonal del Maestre de la Orden, Pedro Portocarrero. Esta acción no encontró inicial-
45
[39] J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “E levaram captivos, e derribaram o logar todo. La gue-
rra en la frontera...”, art. cit.
46
[40] M. GARRIDO SANTIAGO, Arquitectura militar de la Orden de Santiago en Extremadura, Mé-
rida, 1989, págs. 144-145 para Fuente del Maestre. Respecto a Calzadilla de los Barros: Quanto al primer
agravio en que dixeron que dicho comendador tenia e tiene hedificada una torre con sus troneras e al-
menas en la casa de la orden e alderredor della una barvarcana en manera de fortalesa en dano e per-
juysio dela dicha villa (A.H.N., OOMM, Orden de Santiago, Visitas, 1234C, fols. 3, 5 y 6).
47
[41] Así se desprende de documentos que como el de junio de 1475 instan a las villas próximas a la
frontera a ayudar y a estar preparadas para cualquier acontecimiento militar por parte de tropas portu-
guesas (Archivo General de Simancas (en adelante A.G.S.), Registro General del Sello, fol. 495, 1475,
junio 20. Ávila. La reina Isabel ordena a todas las ciudades y villas de frontera hacer la guerra a Portugal
y unirse al maestre Alonso de Cárdenas).
48
[42] M. FERNÁNDEZ, P. OSTOS, Mª LUISA PARDO, Tumbo de los Reyes Católicos de Sevilla,
Madrid, 1995, Vol. I, doc. I-362: Al concejo... de Seuilla: salud e gracia. Sepades que nos mandamos
juntar muncha gente de pie e de cauallo en ciertos logares de la prouincia de León de la horden de San-
tiago, para entrar en el Regno de Portogal; e porque para la dicha gente son menester mantenimientos,
especialmente vino, por la presente vos mandamos que luego que con esta nuestra carta fuerdes re-
queridos, fagades repartir por las villas e logares de la tierra desa dicha cibdad treynta e cinco mili
arrouas de vino, las quales [en]biedes a la villa de la Fuente del Maestre.
~ 16 ~
mente ningún impedimento y desde allí se procedió al robo e incendio de lugares como
La Parra. Llegaron incluso a cercar la villa de Zafra.49
El mismo Suárez de Figueroa, en
una carta sin data o fecha, se quejaba a los Reyes Católicos de los gastos y desgracias
tanto personales como materiales que “entradas y sacos” habían generado en el seño-
río.50
Posteriormente, y como símbolo de castigo, se acordó proceder a la demolición de
la fortaleza, tras su recuperación por parte de la Orden.51
6.- Diversidad jurisdiccional: equilibrios y rupturas
La realidad analizada nos permite suponer que la confluencia de semejante diversidad
jurisdiccional tiene como consecuencia el establecimiento de un equilibrio en no pocas
ocasiones roto por circunstancias muy diversas, ninguna excluyente. Dentro de la varie-
dad de conflictos contenidos en las fuentes podemos destacar una tipología mínima. Por
un lado, contamos con los relativos a términos surgidos por cuestiones económicas de
aprovechamiento y explotación de recursos, dentro de los que la variedad de situaciones
es relativamente extensa, y los derivados del ejercicio de la violencia y que se podrían
enmarcar en las coyunturas de elevada inestabilidad que durante la segunda mitad del
siglo XV sacuden al reino de Castilla en general y al propio señorío de la Orden en
particular.52
Efectivamente, el crecimiento agrario y poblacional de la segunda mitad del siglo XV
fue otra realidad que contribuyó a marcar profundamente las relaciones entre los diver-
sos ámbitos señoriales, pues supuso el desarrollo de numerosos pleitos que podemos
concretar en dos tipos, los meramente terminiegos y los surgidos por la titularidad, deli-
mitación y explotación de heredades y dehesas. Al respecto se ha conservado docu-
mentación de los pleitos mantenidos por los señores de Feria y algunas de las enco-
miendas de las que estamos hablando. En 1440 se iniciaba un pleito entre el conde y su
villa de Zafra de un lado y la encomienda de Los Santos de otro por el establecimiento y
clarificación de los términos que separaba a ambas villas y jurisdicciones. Para dar
solución al problema se procedió al nombramiento de comisionados:
49
[43] F. MAZO ROMERO, El Condado de Feria..., op. cit., doc. 34: Otrosy que sus altezas ayan de
mandar e manden dar franqueza de pedidos e monedas a la villa de La Parra que es del dicho señor
conde, por tiempo de treynta annos en que ovieron pedidos e monedas, en henmienda de los dannos que
resçibio al tiempo que fue robada de los portogaleses.
50
[44] F. MAZO ROMERO, El Condado de Feria..., op. cit., doc. 35: Robos que en villas y lugares mios
se fizieron, que fueron entradas y puesto a saco, commo esto que se robo de los ganados e cosas del
campo.
51
[45] R.A.H., Salazar, M-5, fols. 255v-256v. 1475, septiembre 18. Zafra. Confederación de paz y
amistad entre Alonso de Cárdenas, en la que se estipula además destruir la fortaleza de Los Santos per-
teneciente a la Orden.
52
[46] Para estas cuestiones véase la obra de J. L. DEL PINO RODRÍGUEZ, Extremadura en las lu-
chas..., op. cit., págs. 277 y ss.
~ 17 ~
...informedes por quantas partes podiedes y sepades verdat si han recevido y
al presente reciben los dichos nuestros vasallos los agravios y sin raçones de
que en la dicha peticion hacen mencion o algunos dellos y si fallardes ser asi
que tengades manera como el dicho Lorenzo Suarez o las otras personas por
quien le son fechos los desçen y reparen de guisa quelos dichos nuestros va-
sallos sean desaguisados para todo lo qual para cada cosa y parte dello...53
El pleito que se iniciaba en octubre continuaba vivo en diciembre del mismo año. No
obstante, y al menos transitoriamente, parece que no se prolongó demasiado en el tiem-
po. Por un documento fechado en 1448 tenemos constancia del rebrote de las tensiones
saldadas nuevamente con una oportuna revisión de los límites. Se había procedido para
ello, y previo acuerdo de las partes implicadas, a la renovación de antiguos mojones.54
En esta misma casuística debemos enmarcar otros deslindes terminiegos que tuvieron
como protagonista los señores de Feria. En 1442 se procedía bajo la atenta mirada de la
Orden al deslinde de la villa de Villalba de los Barros:
...la dicha villa de Villalva parte e alinda con termino e jurisdiçion de la orden
de Santiago, commo se dize la ribera de Guadaxira ayusso fasta allende de Ca-
balleros, e otrosy parte terminos e jurisdiçion con la cibdat de Badajoz e con su
tierra, commo se dize desde la dicha ribera de Guadaxiera entre Caballeros e el
cortijo de los fixos del Ruy Gonçales Mexia, que agora es de Rodrigo Mexia, su
nieto, e por çima de la laguna de Migallejo e por çerca de los poços de Fidi-
hondos de parte de baxo de la Corte de Peleas.55
Tenemos que esperar a que termine el siglo XV para volver a detectar problemas ter-
miniegos, en esta ocasión con otros protagonistas de fondo. Entre 1497 y 1498 se docu-
mentan una serie de pleitos entre distintas encomiendas santiaguistas con el concejo de
Badajoz. Mérida es la que inicia la serie, a la que se incorporarán más tarde Montijo y
especialmente Lobón. Precisamente con ésta última las mutuas acusaciones de invasio-
53
[47] R.A.H., Salazar, M-5, fols. 157v-158v. Escritura otorgada por don Enrique por la que comisiona y
da poder a Lope Álvarez para que zanjara las diferencias existentes entre las villas de Zafra y Los Santos;
R. A. H., Salazar, M-5, fol. 158v. Extracto del nombramiento de comisionados para que delimitan los tér-
minos de Zafra y de Los Santos.
54
[48] Desde un azauche que esta en fondo de un cauçe alto fecho un mojon en dicho azauche y otro
mojon delante deste y otro mojon en otro azauche en el cerco alto a ojo de robredillo y dende ayuso
renovado ciertos mojones uno cerca de una coscoja cerca del arroyo de Robledillo y otro en el dicho
arroyo llegando al agua del dicho arroyo de Robledillo y otro en el dicho arroyo derecho al esquina de
arriba del molino que diçen dela Cenuela e luego los sobredichos alcaldes regidores y maiordomos pe-
dieron anos los dichos escrivanos que selo diesemos signado con nuestros signos..., (R.A.H., Salazar, M-
5, fols. 163v-164r).
55
[49] Archivo Ducal de Medinaceli, Secc. Feria, leg. 13, doc. 58.
~ 18 ~
nes de términos y explotación indebida de heredades y espacios baldíos estuvieron a
punto de desembocar en problemas mayores.56
Del mismo modo también se reprodujeron desencuentros provocados por la invasión o
apropiación indebida de heredades de pan llevar (en la que predomina la siembra de ce-
reales) o dehesas, especialmente las segundas. Entre 1481 y 1498 nos encontramos nue-
vamente a la población de Zafra y la encomienda de Los Santos inmersas en nuevos
pleitos. En esta ocasión se trataba de la dehesa del Rincón localizada en los límites entre
ambas poblaciones. Años más tarde, concretamente en 1498, el problema continuaba.
Lo demuestra el hecho de que se dieran a conocer una serie de sentencias favorables
tanto al señorío de Feria como a la Orden.57
Tampoco faltan episodios de violencia feudal. La enemistad surgida entre el conde de
Feria y el maestre de la Orden, su acercamiento e implicación en bandos nobiliarios
contrarios fue detonante de diversas acciones de castigo y rapiña como la acontecida en
1477, cuando el conde de Feria acompañado de sus mesnadas atacaba y saqueaba la vi-
lla de Alange.58
Las protestas por parte de la Orden evidentemente no se hicieron tardar.
En el capítulo de los equilibrios es conveniente resaltar la posible participación de los
habitantes de las encomiendas a las que nos estamos refiriendo en los intercambios co-
merciales desarrollados, especialmente, en el señorío de Feria. El privilegio de feria
concedido a Zafra en 1395 y revalidado en 1459 hizo de este lugar un punto de referen-
cia esencial en las relaciones comerciales de la comarca. Todavía podemos ir más allá,
al saber que ganaderos portugueses mostraron desde el principio un gran interés por par-
ticipar en esta feria a la que sin duda acudirían los ganados de la Orden.59
En este sen-
tido, debemos pensar en que la concesión de otros privilegios de feria a las poblaciones
56
[50] Sobre los conflictos con Mérida (A.G.S., Registro General del Sello, fol. 129, 1497, agosto 4.
Montijo y Lobón (A.G.S., Registro General del Sello, fol. 119, 1497, octubre 17.).
57
[51] R.A.H., Salazar, M-5, fol. 139v. Extracto de la sentencia pronunciada por Alvar Gutiérrez de Cés-
pedes y el cura de Ribera del Fresno en el pleito entre Gome S. F. y la Orden de Santiago sobre la pro-
piedad de la dehesa del Rincón, entre Zafra y Los Santos. R. A. H., Salazar, M-5, fol. 139r. 1498. agosto
3. Medina de las Torres.
58
[52] A.G.S., Registro General del Sello, fol. 113, 1477: Sepades que el concejo, alcaldes, alguasil, re-
gidores, caualleros e escuderos, oficiales e omes buenos déla villa de Alhanje, déla horden de Santiago,
nos fiesieron relación por su petyción que ante nos en el nuestro consejo presentaron que en un día deste
mes de enero deste presente año Gomes Suáres de Figueroa, nuestro vasallo, ynjusta e non deuidamente
e con mucha gente armada de cauallo e de pie entró en la dicha villa de Alhanje e la robó e destruyó
toda o la mayor parte della e lleuó della e délos vesinos e moradores della muchas joyas de oro e de pla-
ta e áreos de casa e cauallos e muías e asémylas e yeguas e vacas e otros ganados mayores e menores.
59
[53] J. L. DE LA MONTAÑA CONCHIÑA, “El comercio en la frontera castellano-portuguesa: el
ámbito extremeño (siglos XIII-XV)”, En la España Medieval, Vol. 28, (2005), pág. 92; “Fortificaciones y
comercio en la fronteras castellano-portuguesa: el caso de Extremadura (siglos XIII-XV)”, V Estudios de
Frontera. Funciones de la red catastral fronteriza, Jaén, 2004, págs. 505-518; también puede consultarse
“Prácticas comerciales entre Castilla y Portugal en la Edad Media. El caso de Badajoz y su tierra
(siglos XIII-XV)”, Congreso Internacional 5550 Feria de San Miguel de Zafra. Ferias y Mercados en Es-
paña y América, Zafra, 2007, págs. 365-380.
~ 19 ~
de Salvatierra en 1395, Barcarrota en 1444, La Parra en 1466 y Burguillos del Cerro en
1467 debieron abrir rutas de entrada y salida de mercaderes y productos diversos.
Conclusiones
A tenor de lo expuesto podemos señalar que la articulación territorial y jurisdiccional
de una zona de expansión cristiana o de repoblación medieval como es la extremeña es
un proceso complejo y al mismo tiempo dinámico, en la medida en que éste está per-
manentemente sometido a modificaciones. El mapa jurisdiccional nunca definitivo se ve
profundamente alterado por una serie de realidades que confluyen alternativamente. La
despoblación de una parte significativa de la Baja Extremadura coincidió con el inicio
de un proceso de señorialización extensivo a la totalidad de la corona castellana, ini-
ciado a finales del siglo XIII. Dificultades para aumentar la repoblación efectiva del te-
rritorio y surgimiento de pequeños señoríos caminan, en el caso extremeño de la mano.
A ello se le suma la puesta en marcha de un proceso fortificador de cierta relevancia
mucho más evidente en el siglo XV. En estas realidades inciden, además, la creciente
inestabilidad con la frontera portuguesa. El aumento y la efectividad de las acciones
militares a ambos lados de la frontera a partir del último cuarto del siglo XIV precipi-
taron los cambios. Fueron igualmente decisivas las coyunturas políticas por las que atra-
viesa el reino de Castilla durante el siglo XV.
En el caso que nos ocupa, la confluencia de una diversidad jurisdiccional tan diferente
generó un paisaje de competencia que podemos situar en diferentes planos. En el plano
político hemos tenido la oportunidad de comprobar que las encomiendas santiaguistas
localizadas en los extremos occidentales son un buen ejemplo de un proceso de control
y revisiones terminiegas desarrollado por las instancias señoriales implicadas. Desde la
perspectiva económica la realidad no es muy diferente. Términos, heredades y dehesas
se convierten en objetos de conflictos que lejos de resolverse se reactivan una y otra
vez.
~ 20 ~
Detalle del castillo de Nogales (Badajoz)
~ 21 ~
AÑO 1239
~ 22 ~
REINO DE ARAGÓN Y REINO DE VALENCIA
JAIME I SE PROCLAMA REY DE VALENCIA
Blasco de Alagón,60
venido a menos, con achaques y enfermedades, otorgó varias car-
tas pueblas en las tierras valencianas recién conquistadas, concediendo el fuero de Za-
ragoza.
Jaime I, el 13 de mayo, entregó el castillo y villa de Ganalur a su fiel amigo y aliado
Vicente Bellvís (Zayd Abu Zayd, que se bautizó, como podemos recordar, con tal nom-
bre).61
No tardó en donarle también la alquería valenciana de Aldaia (o Aldaya).
Se vinieron sucediendo más cartas pueblas y donaciones, incluso nuevas reconquistas,
como la de Ahín, por parte del rey Jaime I y por sus mesnadas.62
Otra conquista de
Jaime I fue la de Liria.63
El caso es que Jaime I crea el reino de Valencia para fortalecer su poder real frente a
la nobleza aragonesa, concediéndole al territorio conquistado la denominada “Cos-
tum”,64
fijándose el límite sur en el río Júcar.
60
En diciembre de 1119, el rey Alfonso I el Batallador conquistó Alagón (Zaragoza), que dio a Lope
Garcés Peregrino. A la muerte de éste, en 1133, sus posesiones se repartieron entre sus hijas. Alagón co-
rrespondió a Jimena, que estaba casada con Gonzalo Pérez (1133-1135). Una hija de tal matrimonio, Ji-
mena, sucedió a su padre, casándose con Artal II, conde de Pallars Sobirá (1124-1154). A partir del mo-
mento de la boda (diciembre de 1135) tal conde se conocerá con la denominación de Artal de Alagón,
dando origen a una familia que se continuará con renombre y celebridad influyentes durante la Edad Me-
dia. Uno de sus personajes más famosos fue Blasco de Alagón, que actuó durante el reinado de Jaime I y
recibió, el 14 de julio de 1226, la propiedad de todas las tierras que pudiese conquistar en tierras de mo-
ros, como lo hizo con la castellonense Morella y otras tierras de la comunidad valenciana. Blasco de Ala-
gón se fue deteriorando y murió hacia 1239 o posteriormente.
61
Ganalur puede que se corresponda con la actual Vallat, en la provincia de Castellón, sirviendo su te-
rritorio para completar el señorío de Arenós, en el Alto Mijares castellonense.
62
Ahín, en la provincia de Castellón, tuvo sus privilegios y acuerdos de tolerancia, permaneciendo allí
los moriscos hasta ser expulsados en 1609.
63
Provincia de Valencia.
64
Costum es un término o vocablo catalán (y/o valenciano) que se traduce como costumbre jurídica con-
vertida en norma con fuerza vinculante similar a la ley propiamente dicha. Es asimilable, aunque no
exactamente igual, al término castellano de fuero. La diferencia con los usatges (lo jurídico como con-
suetudinario de usos y costumbres) estriba en que éstos no han ganado la condición de costumbre jurídica
vinculante convertida en norma, sino de práctica o usanza habitual y se les consideraba el paso previo a
~ 23 ~
A pesar de estar comprometido en tregua, el rey Jaime conquistó (o consolidó) lugares
como Cullera,65
el poderoso castillo de Bairén66
y otros lugares en su avance cierta-
mente imparable.
la costum. Terminológicamente, se usa Costum de Valencia y no Fuero de Valencia porque este término
ha quedado reservado al caso del reino de Valencia.
Así pues, la Costum de Valencia fue el corpus jurídico destinado a regular todos los aspectos de la vida
urbana de la ciudad de Valencia, corpus otorgado en el siglo XIII por Jaime I, al poco tiempo de la con-
quista cristiana, ante los principales eclesiásticos, nobles y prohombres presentes en la ciudad. Este có-
digo municipal o local, posteriormente, formó el núcleo de los Fueros de Valencia cuando se otorgaron en
las Cortes de 1261.
La redacción inicial fue realizada por el jurista Pere Albert, tomando como base las rúbricas o títulos de
los nueve primeros libros del Código de Justiniano (siglo VI), dividiéndose el texto en dos partes (la pri-
mera, los libros I al V, y la segunda, del VI al IX), con unos 750 capítulos (o fueros) cada uno. Numero-
sos capítulos provienen del mismo código; además otros lo hacen del Digesto (del mismo Justiniano I),
del Liber Iudiciorum (del visigodo Recesvinto, 653-672) o de las Costums de Lérida, pero también exis-
ten algunas concordancias con el tratado De batalla facienda de Pere Albert, el Liber feudorum maior (de
finales del siglo XII) los Usatges de Barcelona o las Decretales (eclesiásticas).
La primera vez que aparece denominada la Costum es en un privilegio de 21 de mayo de 1239. Según
varios autores, la fecha de la reunión de los que acompañaron al rey en la conquista de Valencia y donde
Jaime I, supuestamente, promulgó la Costum, fluctúa entre el mismo 9 de octubre de aquel 1239, día en
que se rinde la ciudad de Valencia, o unos días después, o bien en el comienzo de 1240. De todos modos,
lo que destaca es la celeridad del rey al otorgar un código extenso y completo a la ciudad, con idéntica
finalidad que los fueros extensos de procedencia aragonesa o catalana que estaban otorgándose en las
localidades del norte valenciano, pero con una diferencia fundamental: que este código legal se creó ex
novo, en un territorio conquistado, utilizando fundamentalmente el ius commune, el derecho romano y
el derecho canónico.
A pesar de tratarse de un fuero local otorgado por el rey a la ciudad de Valencia, en dos de los capítulos
que forman parte de la Costum, en la versión latina del fuero I-I-1 y el fuero I-X-3, queda clara la vo-
luntad real de extender la aplicación de esta norma y de que se convierta en el derecho privativo del reino
de Valencia.
Del texto original no se encuentran copias, pero la mayor parte de sus capítulos están incluidos en los
Fueros. Entre 1240 y 1261 la primitiva Costum fue ampliándose con numerosos privilegios reales, hasta
llegar a una nueva redacción de los Fueros que se traduce al catalán, y esta nueva versión se presentó,
promulgó y juró por el monarca ante las primeras Cortes valencianas. En este mismo período la Costum
se extendió a las poblaciones del sur de Almenara (Castellón), mientras las tierras al norte de la ciudad de
Valencia, que habían sido repobladas antes, tomaron como base el Fuero de Zaragoza o la Costum de
Lérida. No obstante, aquellas repobladas con posterioridad, con independencia de la ubicación, fueron
adoptando en algunos casos la Costum de Valencia, o bien los fueros ya vigentes en localidades vecinas.
65
Provincia de Valencia.
66
Conocido también como de San Juan, en el término municipal de Gandía (Valencia).
~ 24 ~
NARBONA
ÓBITO DEL VIZCONDE AIMERIC III O MANRIQUE PÉREZ DE LARA
Narbona67
es de fundación antigua, del año 118 a. de C., colonia romana de nombre
Narbo Martius, situada en la vía Domitia, el primer camino romano en la Galia que
permitía la vinculación entre Italia e Hispania. Narbona se constituyó como capital de la
provincia romana llamada Narbonense.
En el año 462 fue importante ciudad integrada en el reino visigodo de Tolosa (Tou-
louse), durando esto hasta el año 718, cuando fue ocupada por los musulmanes prove-
nientes de la Península Ibérica. Luego, a partir de 759 pasó a ser ciudad del reino de los
francos y con el tiempo vino a ser del gobierno de dos señoríos muy vinculados entre sí,
el eclesiástico de su arzobispado y como vizcondado.
En Narbona –lo que ahora notificamos, ocurrido en febrero de este año 1239– murió
Aimery (o Aimeric) III, vizconde del lugar desde 1194. Nos referimos a él en nuestra
lengua, como Aimerico o Manrique Pérez de Lara. Resaltado queda como miembro de
la castellana Casa de Lara. Era hijo del conde Pedro Manrique de Lara y de la infanta
Sancha Garcés, hija a su vez del rey García Ramírez de Pamplona (1134-1150). Man-
rique, muy disputado, hubo de soportar y sortear demandas opuestas de soberanía sobre
él, y hasta 1223 se vio su dominio muy envuelto en la lucha que conocemos como cru-
zada albigense (1209-1229). Participó sin entusiasmo en el lado de los cruzados y pudo
conservar su vizcondado, pudiéndoselo pasar como herencia a su hijo Amalric.68
Tras la abdicación de la vizcondesa Ermengarda en 1192, su sobrino y heredero, Pe-
dro Manrique de Lara, un ricohombre de Castilla, viajó a Narbona para recibir el viz-
condado y luego otorgarlo a su segundo hijo, Manrique, junto con la soberanía sobre
el vizcondado de Béziers, en 1194. Solo el castillo de Montpesat y sus alrededores esta-
ba reservado para Pedro como un punto de apoyo al norte del Pirineo. Manrique inme-
diatamente reconoció la soberanía del conde Raimundo V de Toulouse y recibió el ho-
menaje de sus vasallos.
En 1202, poco después de la muerte de su padre, Manrique visitó la abadía soriana y
fronteriza de Santa María de Huerta, tan promovida por Pedro. Allí confirmó Manrique
todo cuanto había donado y concedido el padre, mostrando su deseo de tener aquí su se-
pultura. En la carta que había redactado para confirmar las posesiones de esta abadía
cisterciense se dice “hijo del señor conde Pedro y la infanta Sancha, por la gracia de
Dios, vizconde de Narbona”.
67
Al sur de Francia, en el Languedoc-Rosellón.
68
Manrique tuvo como esposa en primeras nupcias a la noble catalana Guillemet de Montcada, de la que
no tuvo hijos; sí de su segunda esposa, la francesa Marguerite de Marly.
~ 25 ~
En 1212 participó69
en la célebre batalla de Las Navas de Tolosa, donde libraron com-
bates los coaligados ejércitos hispanos y europeos que se aglutinaron en torno al rey Al-
fonso VIII de Castilla infligiendo gran derrota a los almohades. Puede recordarse la
participación en tan famosa batalla del arzobispo cisterciense Arnau (o Arnaldo) Amal-
ric (muerto en 1225). El Papa Inocencio III, organizador y máximo promotor de la cru-
zada albigense, le había dado a Arnau el título de duque de Narbona, título que supuso
el dominio del vizcondado.
Después de la batalla de Muret (12 de septiembre de 1213), Manrique no dejó entrar
en Narbona al cruzado Simón de Montfort, siendo finales de octubre la fecha de esta ne-
gativa. No disponiendo de tropas suficientes para emprender un asedio, Simón desistió
de cercar o atacar. Sin embargo, cuando en marzo de 1214 se reunió en Narbona todo el
ejército aragonés, Montfort procedió a sitiar el lugar. Manrique entonces, junto a los
aragoneses ayudándole, dirigió una salida efectiva que estuvo a punto de derrotar a los
cruzados y costar la vida de Montfort. Fue en ese año 1214 cuando Manrique fue uno de
los que intervino intercediendo ante el Papa Inocencio III a favor del pequeño Jaime I,
pidiéndole a Simón que rindiera homenaje al joven monarca con el reconocimiento de
sus tierras pirenaicas.70
Cuando Simón de Montfort dudó en obedecer, Manrique se pre-
paró para la guerra, pero la intervención del cardenal Pedro de Benevento, legado pon-
tificio para la Provenza, medió e impidió las hostilidades abiertas. Se alcanzó un acuer-
do en abril de 1214 en el que Manrique y los ciudadanos de Narbona se mostraron muy
compactos y unidos.
En 1215, Luis el León (entonces delfín y luego Luis VIII de Francia, muerto en 1226),
hijo del rey Felipe II Augusto de Francia, que había muerto en 1223, entró en el terri-
torio del ducado de Narbona con un bien pertrechado ejército. Felipe había reconocido a
Simón de Montfort como duque de Narbona y entonces Luis, actuando en nombre de su
padre, ordenó la destrucción de las históricas y fortificadas murallas del lugar para evi-
tar cualquier resistencia a la voluntad real de Francia. Más tarde, ese mismo año 1215,
se celebró el Concilio IV de Letrán, como bien podemos recordar, asistiendo Arnau
Amalric, el cual, a su regreso de Roma, trató de convencer a Manrique y a los narbo-
nenses para que se desligaran de la sumisión a Simón de Montfort, pero éste, como du-
que de Narbona, estaba en el apogeo de su poder y el vizconde y los ciudadanos –¡qué
remedio!– renovaron su sumisión y se mantuvieron bajo la protección de Simón.
En mayo de 1217, como bien podemos recordar, Simón de Montfort se vio obligado a
sitiar Toulouse después de haber caído este condado en manos del anteriormente de-
puesto conde Raimundo VI (muerto en 1222). Manrique participó en el asedio y recibió
cartas de la Santa Sede favorables a las acciones de Simón de Montfort y críticamente
en contra de Jaime I de Aragón por su apoyo a Raimundo VI. Después de la muerte de
Simón de Montfort durante aquel asedio (año 1218) y después de cinco años más de
guerra, Raimundo se nombró duque de Narbona en 1223. Y Manrique le rindió el co-
rrespondiente homenaje por su vizcondado. Aunque los últimos años de Manrique fue-
69
Muy probablemente.
70
Del sureste de Francia.
~ 26 ~
ron externa o aparentemente pacíficos, tuvo él muchos conflictos internos y variados
con los que lidiar.
~ 27 ~
SALERNO (ITALIA)
HERMANN VON SALZA
Hermann von Salza, el cuarto gran maestre de la Orden Teutónica (militar),71
desde
1209,72
murió en el mes de marzo de este año 1239, el día 20, en la ciudad italiana de
Salerno, teniendo 60 años de edad,73
habiendo nacido en la localidad alemana de Lan-
gensalza, cerca de Eisenach (Turingia).
Hermann von Salza, en sus primeros años como gran maestre, estuvo centrado por el
mar Mediterráneo, bastante al servicio de la Corona de Aragón, andando también pen-
71
Una orden medieval de carácter religioso-militar católica y mariana, como bien sabemos, fundada en
Tierra Santa, a 19 de noviembre del año 1190, durante la tercera cruzada (1187-1191) en la fortaleza de
San Juan de Acre. La crearon cruzados alemanes, cuando Saladino dominaba plenamente en Jerusalén (la
conquistó, como sabemos, en 1187). En 1198 se definió la Orden Teutónica más netamente como Orden
Militar, a semejanza de otras por el estilo, como la del Temple o la de San Juan de Jerusalén, obteniendo
pleno reconocimiento por parte de la Santa Sede, concretamente por parte del Papa Inocencio III (1198-
1216). En su origen, la Orden Teutónica fue más estrictamente una organización hospitalaria y de ayuda a
los peregrinos cristianos, y luego fue tomando su cariz cada vez más militar.
Tras las derrotas de los cruzados, los caballeros de la Orden Teutónica, recalaron en Venecia y en Tran-
silvania (región histórica de la actual Rumanía), donde construyeron el castillo de Bran, hasta que fueron
de allí expulsados en 1225 por el rey Andrés II de Hungría (1205-1235), aparentemente por intentar colo-
carse bajo soberanía pontificia escaqueándose de la regia.
Sabemos de las resonancias literarias del castillo de Bran, relacionado con la novela Drácula (1897) de
Bram Stoher (1847-1912).
En 1220 establecieron los Caballeros Teutónicos su cuartel general en la palestina fortaleza de Mont-
fort, convertida en la sede de los grandes maestres a partir de 1229. Este castillo está en una impresio-
nante franja rocosa. En 1266, intentaron apoderarse de él los sarracenos de Tierra Santa, pero no lo con-
siguieron entonces, pero sí en 1271, mediante un túnel que excavaron hasta acceder al mismo. Los teu-
tónicos se vieron luego obligados a refugiarse en San Juan de Acre. Veinte años después, en 1291, la
toma de Acre por los musulmanes obligará a los cruzados a retirarse de Tierra Santa. Entonces también
reconsiderará su misión y su razón de ser la Orden Teutónica.
Tras la promulgación de la conocida como Bula de Oro de Rímini por parte del emperador Federico II
Hohenstaufen, en marzo de 1226, el gran maestre teutónico Hermann von Salza y el gran duque polaco
Conrado I de Mazovia dieron comienzo a las cruzadas bálticas, proyectadas para la cristianización de los
pueblos bálticos (Letonia, Lituania, etc.).
Desde que la Orden Teutónica devino en militar, los tres grandes maestres anteriores a Hermann von
Salza fueron: Heinrich Walpot von Bassenheim (1198-1200), Otto von Kerpen (1200-1208) y Heinrich
von Tunna (1208-1209).
72
Se desconoce cuándo entró en la Orden Teutónica.
73
O uno menos si nació en 1220. Fue uno de los políticos más importantes e influyentes de su época.
~ 28 ~
diente de Livonia.74
En 1211 dirigió una expedición contra los cumanos a instancias del
rey Andrés II de Hungría, pero los húngaros no tuvieron sino quejas de los teutones.
Hermann von Salza fue amigo y consejero del emperador germano Federico II Ho-
henstaufen, destacando mucho en las negociaciones entre el Imperio y la Santa Sede,
donde el gran maestre fue muy valorado y tenido en cuenta.
Acompañó a Federico II en la quinta cruzada (1217-1222) y luchó con bravura en la
conquista de Damieta (Egipto) en 1219, hecho que le fue bien reconocido, siendo con-
decorado, por el entonces regente de Jerusalén, Juan de Brienne (muerto en 1237).
Hermann convenció a Federico para que dirigiera la sexta cruzada (año 1227) ante la
llamada del Papa Gregorio IX.75
Sin embargo, el emperador enfermó de malaria y se
demoró en emprender la marcha, desde Italia, lo cual enfureció o mosqueó mucho al
Papa, pensando si no se trataría de una excusa y un incumplimiento del voto de cruzada.
La excomunión gravitaba sobre el emperador.76
Cuando se recuperó Federico II, salió con su ejército hacia Tierra Santa. Una vez allí,
Hermann von Salza fue parcialmente responsable del matrimonio del emperador con la
hija de Juan de Brienne, Yolanda, la que vino a ser Yolanda o Isabel II de Jerusalén en
1225. Pero Yolanda murió en 1228, dejando a Federico viudo y sin poder alguno en
Tierra Santa, teniendo sólo el derecho-obligación de proteger al heredero al trono, su
hijo, y de Yolanda, Conrado II de Jerusalén.
Federico, habiéndose entendido a la perfección con el sultán Al-Kamil (muerto en
1238), pudo poseer Jerusalén, recuperada por pacífica reconquista o negociación, por la
vía diplomática que supuso la sexta cruzada. En esa exitosa negociación tuvo mucha
mano Hermann von Salza, entre otros intervinientes.
Con todo, la devolución de Jerusalén a los cristianos no fue del agrado del Papa ni de
los sectores cristianos más belicosos, como eran los templarios o los hospitalarios de
San Juan de Jerusalén, quienes dejaron de prestar apoyos y confianzas tanto a Federico
II como a Hermann von Salza. No obstante, hubo entrada triunfal de los cristianos en
Jerusalén, el 17 de marzo de 1229, con la muy destacada presencia de Hermann von
Salza.
De vuelta a Europa, Hermann se encargó de respaldar a Federico II, pese a que los no-
bles del Imperio se le habían rebelado por la amenazante excomunión. Hermann no cejó
en su apoyo. Además, a petición del duque Conrado I de Mazovia, luchó contra los pa-
ganos de Prusia, en la cruzada báltica. Organizó las bases para la expansión germana
por la Europa oriental planificando una larga o amplia campaña cruzada en 1230 con la
74
En tierras y costas del mar Báltico, en las que destacaron las actuales Letonia y Estonia. Sus fronteras
eran el golfo de Riga y el golfo de Finlandia (en el noreste), el lago Peipus y Rusia (en el este) y Lituania
(al sur).
75
Papa desde el 19 de marzo de ese año 1227.
76
Hecho que llegará a darse por parte del Papa Inocencio IV (1243-1254) en 1245.
~ 29 ~
intención de cristianizar las regiones bálticas, pretendiendo la formación de un estado
feudal fuerte en Prusia.77
Hermann von Salza giró visitas al Papa y a Federico II para la obtención de incre-
mentados privilegios y donaciones. Además, en 1237 fueron incorporados a la Orden
Teutónica los Hermanos Livonios de la Espada.78
Hermann siguió teniendo otra vez una
muy destacada influencia e importancia mediadora entre el Imperio y la Santa Sede,
llegándole el óbito en estas circunstancias, como ya dijimos, el 20 de marzo de este año
1239, encontrándose en Salerno.
Sin embargo, dentro de la Orden Teutónica, los caballeros que la componen se mos-
traron ya de tiempo atrás insatisfechos o disconformes, porque su gran maestre Her-
mann von Salza estaba más inmerso en la gran política y no tanto en los asuntos pro-
piamente teutónicos. Los suyos le vieron finalmente como incapacitado, ausente, reti-
rado. Se hace cargo del maestrazgo Conrado de Turingia.79
Hermann von Salza
77
Consiguiéndose y manteniéndose hasta el siglo XV y sobrepasándolo.
78
Como bien podemos recordar, tras la tremenda derrota que sufrieron estos Hermanos Livonios de la
Espada frente a los lituanos en la batalla de Saule, en 1236, quedó dicha Hermandad fuertemente diez-
mada, de modo que, con la autorización pontificia en 1237, se integraron los Livonios en la Orden Teu-
tónica. 79
Hasta 1240, no siendo tan relevantes éste ni otros consecutivos grandes maestres.
~ 30 ~
REINO DE PORTUGAL
RECONQUISTAS DE ESTE AÑO 1239
Caballeros de la Orden de Santiago, al mando de Pelayo Pérez Correa, comendador de
Alcácer do Sal,80
actuando en nombre del rey Sancho II de Portugal, conquistaron a los
musulmanes los siguientes lugares, durante el mes de junio: Tavira,81
Cacela82
y Aya-
monte,83
quedando así geográficamente partida en dos la zona musulmana.84
80
Histórica localidad situada en el Alentejo Litoral de Portugal.
81
Situada en el Algarve, al sur de Portugal.
82
Cacela Velha, no lejos de Tavira.
83
Provincia de Huelva (resultando ser una localidad fronteriza, a veces portuguesa y a veces castellana o
española, hasta llegar a ser española y concretamente andaluza).
84
Tavira, Cacela y Ayamonte pasarán a la Orden de Santiago el 2 de mayo de 1240, por donación de la
monarquía portuguesa. Los caballeros de Santiago no tardarán en reconquistar Moguer (Huelva), lo-
calidad que forma parte del Algarve histórico.
~ 31 ~
SEÑORÍO DE MOLINA Y MESA
ÓBITO DE GONZALO PÉREZ DE LARA
Murió Gonzalo Pérez de Lara, señor de Molina y Mesa,85
dejando el señorío en he-
rencia a su hija Mafalda González de Lara86
y a su esposo, el infante Alfonso de Le-
ón.87
El Real Señorío de Molina y Mesa fue fundado independiente88
entre los reinos de
Castilla y Aragón por Manrique Pérez de Lara, conde y tenente, que murió, como bien
podemos recordar, en la batalla de Huete,89
en 1164. Tiene este señorío una división
85
Un señorío de jurisdicción medieval establecido en torno a la villa de Molina de Aragón y el río Mesa,
en la provincia de Guadalajara.
Gonzalo Pérez de Lara fue hermanastro del vizconde Manrique de Narbona, de cuya muerte también
hemos informado, siendo ambos hijos de Pedro Manrique de Lara. La madre de Gonzalo fue Mafalda
(esposa en terceras nupcias y de origen desconocido) y la madre de Manrique fue Sancha Garcés (infanta
navarra, esposa en primeras nupcias).
86
Mafalda González de Lara, que muere en 1244, hija del conde Gonzalo Pérez de Lara (tercer señor de
Molina y Mesa) y de su esposa Sancha Gómez, de la Casa de Traba, contrajo matrimonio en 1223 con el
infante Alfonso de León, hijo del rey Alfonso IX de León y de Berenguela de Castilla, los padres de Fer-
nando III de Castilla.
En 1222, Fernando III, que se hallaba enemistado con Gonzalo Pérez de Lara a causa de los desmanes
cometidos por éste, y por su apoyo al leonés Alfonso IX, selló con este último un pacto, conocido como
Concordia de Zafra (Guadalajara), en el año 1223, en cuya negociación tomó parte activa la reina Be-
renguela de Castilla. El propósito de Gonzalo Pérez de Lara cuando cometió sus desmanes, devastando
incluso algunas villas cercanas a la soriana Medinaceli, era conseguir el levantamiento de los nobles cas-
tellanos contra Fernando III y apoyar partidistamente a su padre Alfonso IX de León.
Ante tales acciones, el rey Fernando, que no veía con buenos ojos la excesiva autonomía de la que dis-
frutaban los señores de Molina, pertenecientes a la familia Lara, una de las dos más poderosas del reino
junto con la familia Haro, puso cerco a la fortaleza de Zafra (en el Campillo de Dueñas, provincia de
Guadalajara), donde se había ocultado el conde Gonzalo con su séquito y familiares. Asediado el castillo,
Gonzalo hubo de rendirse y aceptar las condiciones que se le imponían. La primera de ellas era que su
hijo, Gonzalo Pérez de Lara (el desheredado y ahora difunto) no recibiría los dominios de su padre en he-
rencia y el señorío de Molina, a su muerte, pasaría a ser propiedad de su hija Mafalda, la cual contraería
matrimonio con el infante Alfonso de Molina, consiguiéndose así que la Corona de Castilla pudiese tener
un mayor control en los asuntos del polémico señorío de Molina. La Concordia de Zafra fue el prólogo
de la futura anexión del señorío de Molina por el reino de Castilla, como habrá de verse.
87
Alfonso de León, de quien ya tenemos noticias y consideraciones anteriores a estos momentos, será co-
nocido en adelante como Alfonso de Molina y gobernará o se hará cargo del señorío al morir su esposa
(año 1244).
88
Manteniendo su fuero casi invariado hasta su abolición en 1813.
89
Provincia de Cuenca.
~ 32 ~
administrativa que se asemeja a la de las que conocemos como comunidades de villa y
tierra.
El primer señor de Molina fue el mencionado Manrique Pérez de Lara, que consigue
el fuero independiente de los reinos de Castilla y de Aragón tras mediar entre ambos en
la disputa por este aquel territorio. El título del señorío quedó hereditario de padres a
hijos, y emparentándose éstos con la más alta nobleza.
Fue segundo señor de Molina Pedro Manrique de Lara, conocido también como Pedro
de Molina, muerto en 1202. Le sucedió y heredo como tercer señor de Molina el ahora
difunto Gonzalo Pérez de Lara, heredándole a su vez, como queda dicho, Mafalda
González de Lara, casada con el infante Alfonso, hermano del rey Fernando III y cono-
cido desde la muerte de Gonzalo como Alfonso de Molina.
Mapa del señorío de Molina con sus sexmas
~ 33 ~
~ 34 ~
Heráldica principal o Escudo de los Lara
~ 35 ~
MÉRIDA Y OTROS LUGARES (REINO DE CASTILLA)
ARENGA Y RECONQUISTAS DEL MAESTRE RODRIGO ÍÑIGUEZ
Se sabe como noticia con repercusión y trascendencia de este año 1239 que el gran
maestre90
de la Orden de Santiago, Rodrigo Íñiguez,91
que antes había sido comendador
mayor de Montánchez92
y de León, presidió un importante Capítulo General de la Or-
den que se celebró en Mérida, donde arengó muy enfervorizado moviendo a proseguir
reconquistando del Guadiana al Guadalquivir, enardeciendo para erradicar de estas tie-
rras a los moros.
El ejército compuesto por los caballeros de la Orden de Santiago y gran número de
gente a sueldo partió de Mérida y se fueron reconquistando93
pueblos y aldeas como Al-
mendralejo, Usagre y Llerena entre otros localidades de más o menos empaque o im-
portancia.94
Los caballeros santiaguistas se alejaron hasta reconquistar el castillo de Hornos de Se-
gura,95
arrebatado a los moros murcianos y quedando adscrito a la un tanto cercana en-
comienda de Segura de la Sierra.96
El mismo maestre Rodrigo, ya a finales del año, obtuvo Beas de Segura,97
por per-
muta con el canciller de Castilla, el obispo Juan de Osma o Soria, de villas y tierras va-
90
Decimosexto.
91
Entre los años 1237-1242, habiendo sucedido a Pedro González Mengo (1226-1237).
92
Provincia de Cáceres.
93
No tanto en 1239 sino más bien a partir de 1240 y 1241.
94
Como Fuente del Maestre, Villafranca de los Barros, Ribera del Fresno, etc., todas ellas en la provincia
de Badajoz, intentándose luego la prosecución conquistadora por el castillo de Reina, también en la pro-
vincia de Badajoz, y por Guadalcanal (Sevilla).
95
Provincia de Jaén.
96
En la misma provincia de Jaén.
97
Provincia de Jaén.
~ 36 ~
rias.98
Beas adquirió una carta puebla con muy beneficiosos fueros, escudo heráldico de
armas y título de villa.99
98
De las actuales provincias de Soria y Segovia.
99
Fue en 1234, como podemos recordar, cuando el rey Fernando III de Castilla, acompañado de su can-
ciller el obispo Juan, logró la reconquista de Úbeda, logrando reconquistar al año siguiente las localidades
jiennenses de Santisteban del Puerto, Iznatoraf, Chiclana de Segura y Beas de Segura, entregando el rey al
obispo esta última con su castillo y su término por “juro de heredad” (es decir, a título personal y no
eclesiástico), en fecha 12 de abril de 1235, misma fecha en que permutó el castillo de Xandulilla por Chi-
clana, para anexionarla a Beas. El obispo Juan continuó acompañando al rey y en 1236 estuvieron juntos
en la reconquista de Córdoba.
~ 37 ~
REINO DE NAVARRA
LOS MERODEOS DEL REY POR MUCHOS LUGARES
NO PRECISAMENTE NAVARROS Y EN MUY DISPARES ASUNTOS
El rey Teobaldo I de Navarra (Teobaldo IV como conde de Champaña y Brie), el 13
de mayo de este año 1239 asistió en Mont Saint-Aimé (Champaña) a la quema de 183
herejes cátaros (hombres y mujeres) que fueron condenados a la hoguera por el inqui-
sidor dominico Robert de Brougre, “martillo de herejes”.100
La quema tuvo como con-
texto para su difusión la concurrida feria y mercado de Provins, la capital condal de
Champaña. Recoge la crónica informativa el monje cisterciense y cronista testigo Al-
beric de Trois-Fontaines (diócesis de Chalons-en-Champaña).
Resulta que dicho inquisidor se había convertido de haber sido antes un perfecto cáta-
ro milanés, llegando a ser luego, desde 1233, inquisidor en Borgoña y Champaña. Es
alguien radical y ferviente al respecto, implacable, ciertamente proclive a la condena,
como vino a ocurrir en este caso que notificamos, no siendo el primero por el que se
ejecutan herejes y teniendo en cuenta que el inquisidor se sobrepone y se sobrepasa al
criterio y jurisdicción episcopal de ciudades tan prestigiosas como Reims o Sens, como
cuando fueron condenados hace un tiempo otros 50 herejes en la Charité-sur-Loira.
El caso es que la Inquisición ya trae de cabeza a la misma Santa Sede que, mientras
prevé controlarla, a la vez, sin embargo, la impulsa.101
100
Un mote o apodo o sobrenombre que también se le dio, por ejemplo, a San Antonio de Padua (siglo
XIII) o a Tomás de Torquemada (siglo XV).
101
Parece ser que el tal inquisidor dominico Roberto acabará depuesto y no se sabe mucho acerca de
cómo finaliza su vida.
Como sabemos, la Inquisición toma su nombre de aquel procedimiento penal específico denominado in-
quisitio, caracterizado por la formulación de una acusación de iniciativa directa por parte de la autoridad,
sin necesidad de delaciones o acusaciones de testigos en su origen.
El Papa Alejandro III (1159-1181) estableció en el Concilio de Tours (año 1163) que las autoridades no
esperasen que los herejes fuesen denunciados por el clero y el pueblo, sino que por sí mismas “inqui-
riesen” donde se hallasen, y aplicasen a los culpables las penas acostumbradas: confiscación de bienes,
excomunión y cárcel. Fue aplicándose todo ello posteriormente.
Con el decreto o bula Ad abolendam, del Papa Lucio III (1181-1185), que se emitió desde el Concilio
de Verona (año 1184), se desarrolla el procedimiento inquisitorial y se generalizan disposiciones varias de
diversas procedencias eclesiales, para atajar la rápida y peligrosa difusión de herejías que se daba por toda
Europa.
Empezó a aplicarse el destierro de herejes y, sobre todo desde 1199, se incrementaron torturas y con-
denas, incluidas la de morir en la hoguera, todo ello dispuesto en las órdenes del Papa Inocencio III
(1198-1216).
El procedimiento inquisitorial se transformó a partir 1231 creándose en Francia la institución de la
Inquisición como tal, desde la anuencia y mandos de la Santa Sede, mediante la bula o constitución Exco-
~ 38 ~
Teobaldo partió después con tropas de sus dominios como cruzado a Tierra Santa, en
agosto, pero se dedicó a hacer de trovador, componiendo en San Juan de Acre un poe-
ma o canto para su esposa, Margarita de Borbón.102
municamus et anathematizamus del Papa Gregorio IX (1227-1241). El que fuera cátaro, convertido luego
en dominico, Roberto, vino a ser propiamente el primer inquisidor, conllevando el apogeo de su inquisi-
ción muchas ejecuciones.
No sólo fue relativa la Inquisición en sus orígenes al reino de Navarra sino también al de Aragón, donde
pudo tratarse y regularse en el Concilio de Tarragona del año 1233, siguiendo al mismo edicto con or-
denamientos del rey Jaime I, coincidiendo todo ello con la llamada del Papa Gregorio IX con bula de
cruzada también contra los moros, conllevando ello las reconquistas de Baleares y Valencia. En la Corona
de Aragón fue quedando establecida la Inquisición bajo la jurisdicción de los obispos, con dominio prácti-
camente exclusivo por parte de los dominicos, cuyo provincial nombraba a los inquisidores.
102
La estancia del rey Teobaldo en Tierra Santa se prolongó también a lo largo de 1240, dedicándose a
levantar un castillo en Ascalón, librar escaramuzas, con pequeña victoria de cruzado, pero derrotado cerca
de Gaza. Negoció hábilmente entre los bandos enfrentados de musulmanes de Egipto y de Damasco, dis-
frutando luego del pase a los cristianos de los más que significativos lugares santos de Jerusalén, Belén,
Nazaret y la mayor parte de la región de Galilea, por donde existen numerosos castillos templarios.
~ 39 ~
FERRARA (ITALIA)
ÓBITO DE BEATRIZ DE ESTE,
QUE FUE REINA CONSORTE DE HUNGRÍA
El 11 de julio de este año 1239, cuando estaba para cumplir sus 30 años de edad, mu-
rió la noble italiana Beatriz de Este, en Ferrara,103
habiendo sido reina consorte de Hun-
gría por su matrimonio con el rey Andrés II (muerto en 1235).
Beatriz fue la única hija del marqués Aldobrandino I de Este y quedó huérfana a muy
temprana edad, criándola luego en su corte su tío Azzo II de Este. En su momento
conoció al rey Andrés II de Hungría (ya entonces viudo por dos veces) y quedó con-
certado su matrimonio. La boda se celebró en 1234, aunque protestaron al respecto los
hijos de Andrés. Al morir el rey Andrés (1235), anunció Beatriz que estaba esperando
un hijo. Entonces, de manera inmediata, el nuevo rey de Hungría, Bela IV, hijo mayor
de Andrés II, encerró en prisión a su madrasta Beatriz, acusándola de que el hijo que es-
peraba no era de Andrés sino de Dénes (Dionisio), el nádor de Hungría (nádor es cor-
tesano palatino de primer orden en la tradición húngara). A Dénes no le pasó nada. Con
suerte, Beatriz logró escapar de su prisión yéndose a Italia, y en su momento (1236) dio
a luz a su niño, Esteban, ciertamente reconocido como príncipe legítimo, hijo póstumo
de Andrés II.104
Beatriz vivió hasta sus últimos días con protección y ayudas del Papa
Gregorio IX.
103
Ferrara, en el nordeste de Italia, hacia el delta que forma el Po por su desembocadura en el mar
Adriático, conserva aún muchos rasgos característicos de los Este, una familia de poder y gran influjo
desde la Baja Edad Media y después, siendo dichos rasgos también de notable modernidad. Los Este, de
probable origen lombardo, tomaron su nombre del denominado castillo (muy histórico y extraordinario)
de los Este (Estense o de San Michele), cercano a Padua, muy digno, por supuesto, de visitarse.
Los Este, en el norte de Italia, se constituyeron en señores soberanos del ducado de Ferrara (1240-1597)
y de Módena (1288-1860), siendo grandes mecenas durante el Renacimiento. En medio de las luchas en-
tre güelfos (proclives al Papa) y gibelinos (proclives al Emperador), los Este se las arreglaron para lograr
tan amplios y poderosos dominios en el norte de Italia, incluyendo Reggio Emilia.
104
Históricamente conocido como Esteban el Póstumo, que será padre del rey Andrés III de Hungría
(1290-1231), el último soberano húngaro de la Casa de Árpad.
~ 40 ~
Escudo de armas de los Este (Italia)
~ 41 ~
ÁVILA (REINO DE CASTILLA)
MURIÓ EL OBISPO DOMINGO BLASCO
Llamándosele de ordinario como Domingo Dentudo, su verdadero y más digno nom-
bre es el de Domingo Blasco. Fue obispo de Ávila (reino de Castilla) durante 26 años,
desde 1213. Murió en este año 1239, el 24 de septiembre.105
Recibió sepultura en la
catedral de Ávila, junto al altar que allí hay con dedicación a San Nicolás,106
dejando de
momento sede vacante.107
Se le reconoce su origen o procedencia familiar noble, del linaje de los Dávila,108
re-
sultante de una de las primeras familias que prosperaron al instalarse en la repoblación
cristiana de Ávila en estos años de reconquista.
Los Dentudo formaron parte de un conjunto o grupo interesante, religioso y militar, de
caballeros y guerreros de frontera, siendo algunos de ellos destacados eclesiásticos o
prelados en la sede de Ávila desde antes del siglo XII. De hecho, el antecesor de Do-
mingo en sede abulense, Pedro Instancio (1205-1213), murió a consecuencia de las se-
cuelas que le dejaron las heridas infligidas en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212).
Domingo Blasco, un Dentudo, asistió en Roma al Concilio IV de Letrán (año 1215),
siendo uno de tantos que recibió del Papa Honorio III la exhortación (bula y carta) para
proseguir con ardientes y resueltos ánimos en la cruzada de reconquista española contra
los musulmanes, para avanzar y replantar la Iglesia en el desplazado Al-Ándalus.
Domingo Blasco se mantuvo muy activo en los asuntos eclesiásticos y del reino caste-
llano, especialmente con motivo de la llegada al trono de Fernando III dominando en
Castilla y León. De hecho, en 1217, junto con el obispo Mauricio de Burgos, Domingo
formó parte de una embajada que la reina Berenguela envió a su esposo Alfonso IX de
León para que abandonara su política hostil en contra del nuevo monarca castellano.
Así,109
como una de tantas muestras de agradecimiento por sus servicios al reino, Fer-
105
No se sabe su edad, pues no se conoce su año de nacimiento.
106
Según el cronista Gil González Dávila (1570/1577-1658).
107
Como Benito se conocerá el nombre de su sucesor entre los años 1241-1259.
108
Del linaje castellano o Casa Dávila se conocen dos familias de diferente origen o procedencia-ascen-
dencia, siendo una la de Esteban Domingo y otra la de Blasco Ximeno, que fueron dos caballeros que par-
ticiparon con mucho valor y arrojo en la reconquista de la ciudad de Ávila.
109
Probablemente.
~ 42 ~
nando III, en 1221, donó al obispo Domingo Blasco y a la catedral de Ávila la jurisdic-
ción sobre Olmedo110
y Arévalo,111
concediendo también, en 1231, la aldea de Guijo112
con su castillo.
110
Provincia de Valladolid.
111
Provincia de Ávila.
112
Guijo de Ávila (Salamanca).
~ 43 ~
VITERBO (ITALIA)
MUERTE DE GUILLERMO DE SABOYA
En Viterbo (Italia), murió envenenado113
Guillermo de Saboya,114
príncipe-obispo de
Lieja,115
habiendo sucedido en el pasado año 1238 a Juan de Eppes. Ha sido muy breve
su cargo y pontificado.116
Este difunto personaje saboyano, Guillermo, era hijo de Tomás I de Saboya (muerto
en 1233, como podemos recordar, con las peripecias de su vida). Fue obispo de Valence
(Francia), entre los año 1226-1238. En 1236 estuvo en Inglaterra con su sobrina Leonor
de Provenza, que se casaría con el rey Enrique III de Inglaterra.117
El monarca inglés
intentó el nombramiento de Guillermo como obispo de Winchester, pero el capítulo
catedralicio del lugar se opuso. Guillermo se aseguró, no obstante, su elección como
príncipe-obispo de Lieja.
113
Probablemente.
114
Territorio histórico centro-europeo.
115
Principado del Sacro Imperio Romano Germánico, centrado en Lieja (Bélgica).
116
Le sucederá Roberto de Thourotte (1240-1246).
117
Se celebró la boda, en la catedral de Canterbury, el 14 de enero de 1236.
~ 44 ~
IMPERIO (BIZANTINO) DE NICEA
MUERTE DE IRENE LÁSCARINA
Murió Irene Láscarina.118
Fue la hija del emperador de Nicea, Teodoro I Láscaris
(muerto en 1222),119
y de Ana Comnena Angelina. Sus abuelos maternos fueron Alejo
III Ángelo y Eufósine Ducaina Kamaterina.120
Su hermana María la sabemos casada con
el rey Bela IV de Hungría.
Irene Láscarina se casó en primer lugar con el general Adrónico Paleólogo y, tras en-
viudar, en 1212, con Juan III Ducas Vatatzés, sucesor de Teodoro I en 1222.
De Irene y Juan III nació un niño, al que los padres llamaron Teodoro.121
Después de
este nacimiento, Irene sufrió una grave caída de caballo, quedando muy lesionada.122
Entonces se retiró a un convento, adoptando el nombre monástico de Eugenia.123
118
De los Láscaris, familia bizantina que gobernaron en el Imperio de Nicea como dinastía entre los años
1204-1261, manteniéndose entre los grandes nobles o aristócratas posteriormente.
119
En 1199 se convirtió en el yerno del emperador bizantino Alejo III Ángelo (muerto en 1211), habién-
dose casado con Ana Comnena Angelina. Se hizo célebre o famoso durante el sitio de Constantinopla por
los cruzados latinos (1203-1204). Tras la caída de la ciudad, lideró una banda de fugitivos de Bitinia y se
estableció en la ciudad de Nicea.
Eliminado el peligro de una invasión por las fuerzas latinas, que le había derrotado en 1204, se le re-
clamó en Europa, como podemos recordar, para hacer frente a una invasión búlgara. Fue empeñándose en
establecer el nuevo estado bizantino en Asia Menor y así, en 1206, tomó el título de emperador de Nicea.
Los años siguientes, Teodoro estuvo acosado por enemigos que rodeaban su estado. Emprendió conti-
nuas campañas contra el emperador latino Enrique de Flandes (muerto en 1216), derrotó a su rival Alejo
I, emperador de Trebisonda (muerto en 1222), y llevó a cabo diversos ataques contra Kaikosru I, sultán de
Rüm (muerto en 1211), que había instigado la guerra contra Alejo III Ángelo.
La victoria que coronó a Teodoro tuvo lugar en 1210, cuando en una batalla cerca de Pisidia capturó a
Alejo y tomó la ciudad que se encontraba en manos de los turcos.
Aunque no existen pruebas de sus cualidades como hombre de estado, su coraje y sus habilidades mi-
litares consiguieron que esta nación bizantina no sólo sobreviviera sino que consiguiera derrotar las in-
vasiones latinas.
Con su primera esposa, Ana Comnena Angelina, Teodoro Láscaris tuvo a sus hijas Irene Láscarina (di-
funta en este año 1239, como estamos contando) y María, casada con el rey Bela IV de Hungría.
Tras la muerte de Ana en 1212, Teodoro se casó con Filipa de Armenia, hija del rey Rubén III de Ar-
menia. El matrimonio se anuló al año siguiente por motivos religiosos y el hijo del matrimonio, Cons-
tantino, quedó desheredado.
Teodoro I Láscaris se casó en terceras nupcias (año 1219) con María de Courtenay (hija de Pedro de
Courtenay y de Yolanda de Henao), sin que tuvieran hijos.
120
Muerta en 1210 ó 1211 en Arta (Grecia, periferia de Epiro).
121
El futuro Teodoro II Láscaris, reinante en el Imperio de Nicea entre los años 1254-1258.
122
De tal manera lesionada que no pudo tener más hijos.
~ 45 ~
Escudo del Imperio de Nicea
123
De Irene cuentan elogiosamente los historiadores que destacó por su gran valía y modestia, resaltando
que fue una mujer de conducta ejemplar y que contribuyó mucho a la paz y a la elevación moral de su
pueblo y nación.
~ 46 ~
~ 47 ~
ÍNDICE
A modo de prólogo
Ocupación del espacio, señorío y frontera: las encomiendas occidentales
de la provincia santiaguista de León en la Edad Media ………………….. pág. 3
Reino de Aragón y reino de Valencia
Jaime I se proclama rey de Valencia …………………………………….. pág. 22
Narbona
Óbito del vizconde Aimeric III o Manrique Pérez de Lara ……………… pág. 24
Salerno (Italia)
Hermann von Salza ………………………………………………………. pág. 27
Reino de Portugal
Reconquistas de este año 1239 ………………………………………….. pág. 30
Señorío de Molina y Mesa
Óbito de Gonzalo Pérez de Lara ………………………………………… pág. 31
Mérida y otros lugares (reino de Castilla)
Arenga y reconquistas del maestre Rodrigo Íñiguez …………………… pág. 35
Reino de Navarra
Los merodeos del rey por muchos lugares no precisamente navarros y
en muy dispares asuntos ………………………………………………... pág. 37
Ferrara (Italia)
Óbito de Beatriz de Este, que fue reina consorte de Hungría ………….. pág. 39
Ávila (reino de Castilla)
Murió el obispo Domingo Blasco ………………………………………. pág. 41
Viterbo (Italia)
Muerte de Guillermo de Saboya ……………………………………….. pág. 43
Imperio (Bizantino) de Nicea
Muerte de Irene Láscarina ……………………………………………… pág. 44