Nombre del estudiante: Liliana I. Guerra Enríquez
Nombre del trabajo: Art Nouveau y Art Deco
Fecha de entrega: 4 de Marzo del 2013
Campus: Chihuahua
Carrera: Arquitectura
4°Semestre
Nombre del maestro: Fabiola Aranda
Art Nouveau y Art Deco, todo se puede
reducir a “florido” y “racionalizado”. El Art
Nouveau es el decorativo y el Art Deco
es el más elegante.
Tanto el Art Nouveau y Art Deco
surgieron como reacción a los
acontecimientos del mundo, la
Revolución Industrial y la Primera Guerra
Mundial, respectivamente. Ambas
adoptando el modernismo.
Art Nouveau
Art Nouveau, que significa "nuevo arte”,
estuvo en su apogeo desde 1880 hasta
poco antes de la Primera Guerra
Mundial.
El Art Nouveau nació como una reacción
polémica contra el academicismo y el
eclecticismo y no se enseño en las
academias. Sin embargo se desarrollo en
talleres artesanos cuya inquietud era
crear objetos que ofrecieran una utilidad
práctica y un estimulo estético a los
sentidos. Los creadores del Art Nouveau
tomaron sus inspiraciones de los motivos
y colores de la naturaleza.
A diferencia del art Deco fue que al
mismo tiempo que se desarrollo en
arquitectura y diseño industrial, también
lo hizo en diseño gráfico y en las artes en
general. Adoptó la nueva estética
industrial de Europa en vez de cambiarla.
Cuenta con formas naturalistas pero
estilizada, a menudo combinadas con
formas más geométricas, particularmente
arcos, parábolas, y semicírculos. El
movimiento trajo a flote formas naturales
que a menudo habían sido pasados por
alto, como los insectos, planta, etc.
Sus diseños son muy orgánicos,
asimétricos, curvilíneos, muy orgánicos,
caracterizados por no usar ángulos
rectos, como en las entradas del metro
de París diseñadas por Hector Guimard.
La circunstancia en la que vivía México
en esta época fue lo que estimuló el
acercamiento de artistas y de
intelectuales pero la arquitectura en el Art
Nouveau fue lo que más tuvo presencia
en la ciudad de México.
En México las mejores expresiones del
Art Nouveau se encuentran en la
arquitectura, se construyeron numerosos
edificios y casas con fachadas y
decoraciones interiores que retomaron
elementos de dicho estilo, los modelos
Art Nouveau tuvieron aceptación en la
sociedad mexicana de la época por lo
exquisito de sus composiciones y por su
atrevimiento formal. Varios ejemplos
sobreviven en la colonia Roma y el Gran
Hotel de México (Ex -centro Mercantil)
todavía conserva su elevador estilo
Nouveau.
La mayor influencia del Art Nouveau en
México, se ejerció en la arquitectura
habitacional, casi siempre en los
exteriores se despliega gran imaginación
al resaltar las fachadas por medio de
volúmenes salientes, líneas curvas y
elementos vegetales; los marcos de las
puertas y fachadas tienen perfiles
ondulantes, logrados con rebordes.
El eclecticismo se dio, tanto en los
monumentales edificios institucionales y
empresariales, como en residencias,
villas y chalets de la aristocracia y que
Por moda alcanzo a la arquitectura
habitacional más modesta. Algunas
colonias de la época
Art Deco
El Art Deco surgió tras la Primera Guerra
Mundial I, en la década de 1920 y
alcanzó su punto máximo en la década
de 1930. De hecho, las privaciones de
los años de la Gran Guerra dieron paso a
una nueva opulencia y la extravagancia
que define toda la época del jazz y de la
estética Art Déco. El movimiento, que
prevalece desde la década de 1920
hasta casi el inicio de la Segunda Guerra
Mundial, tomó su nombre de la
Exposición Internacional de las artes
decorativas e industrias modernas en
1925, que tuvo lugar en Francia y se
caracteriza por racionalizar y sus formas
geométricas.
Surge como respuesta a las
preocupaciones que se vieron en una
sociedad moderna cuyos intereses y
capacidades abrían nuevos caminos
para el diseño. El éxito del movimiento
moderno principalmente se vio reflejado
en el diseño industrial y en la
arquitectura. El Art Deco es un diseño
puramente decorativo, y fue por eso que
en ocasiones fue considerado como un
arte menor y sin gran importancia. Es
una mezcla variada de estilos por lo que
resulta difícil poder definirlo como tal.
Una de las características es que el Art
Deco se inspira en la naturaleza, pero
siempre basándose en figuras
geométricas, es decir era la
interpretación de figuras humanas,
animales, elementos de la naturaleza en
general transformados en un diseño
lineal y dinámico.
Utiliza materiales modernos como el
cromo, acero inoxidable y madera
incrustada. El Art Deco incursionó con
materiales naturales, tendían a ser
gráficos o con textura, como la piel de
cebra o las hojas del helecho dentados.
Como resultado, cuenta con formas
audaces como resplandores solares,
zigzags y amplias curvas. Se distingue
por formas rectilíneas y simétricas.
Emplea formas geométricas, materiales
de lujo, maderas exóticas e
incrustaciones, la influencia azteca y
egipcia, incluyendo el zigurat, el
resplandor solar, el perno eléctrico, y el
uso de plástico.
Los diseños son más adecuados para la
producción en masa. Algunas de las
fuentes de inspiración del Art Deco eran
la tecnología y la innovación, la
maquinaria, y los inventos como el
automóvil.
William Van Alan diseñó el edificio
Chrysler (Art Deco). Se inspiró en la
nueva máquina moderna - el coche.
Tuvo éxito donde fracasó Art Nouveau.
El Arte Deco respondió a las demandas
de la maquinaria y los nuevos materiales.
El Art déco en los muebles usa plástico,
maderas exóticas y costosas
incrustaciones. Por supuesto, uno no
tiene que salir a la calle en busca del Art
Deco, ya que se puede encontrar en los
muebles de la época como la tumbona
de cuero negro y cromo de Le Corbusier.
O la silla Barcelona de Ludwig Mies Van
Der Rohe, las cuales se pueden comprar
en la actualidad.
Edificios Icónicos del Art Nouveau.
1. La casa Tassel
El primer edificio modernista en Europa. Ubicada en Bruselas, Bélgica, entre la
avenida principal Louvizalan y las calles Livornostraat y Defacozstraat, en la calle Paul
Emile Jansonstraat.
Victor Horta construye la Casa Tassel a petición del Sr. Tassel, profesor de geometría
descriptiva de la Universidad de Bruselas. Iniciada en 1892 y terminada 1893, se trata
de la segunda obra residencial que lleva a cabo y del primer edificio que refleja los
ideales del Art Nouveau.
La estructura es de esqueleto metálico, totalmente visible en el interior, mientras que
en la fachada se pone de manifiesto solo en la parte acristalada. La fachada principal
repite como elemento dominante la ventana mirador o en voladizo de las casas
contiguas. Sin embargo se diferencia por su desarrollo curvilíneo. En la fachada se
presentan elementos poco comunes, como superficies onduladas y el curioso diseño
de la balaustrada.
Esta construcción se encuentra entre medianeros de manera que recibe la luz del sol
y el viento por los lados más cortos y por la parte de arriba del volumen por medio de
una lucernario la cual penetra la luz por todo el edificio.
En el interior se manifiesta más claramente la nueva tendencia decorativa. Un nuevo
sistema unitario liga los elementos estructurales con los visuales, principalmente en la
escalera, que muestra su armazón metálico. De ella se desprenden molduras
curvilíneas de hierro que forman las barandas y decoraciones. A estas decoraciones
corresponden los diseños de las vidrieras y de los mosaicos del pavimento. Así, la
articulación cóncavo- convexa del Art Nouveau está presente en la escalera, en el
espacio de ésta, y en los puntos serpenteantes del mosaico. Se considera la primera
obra moderna libre de derivaciones historicistas. La primera construcción donde
adquiere un significado expresivo la nueva técnica del uso del hierro.
Para la construcción de la casa se utilizan además del hierro, la cerámica, la madera y
el vidrio. Las lineas de las paredes conocidas como "coup de fouet", son una
prolongación más de los mosaicos. Las luces interiores con tulipas refuerzan la rica
policromía de la decoración. Los techos acristalados, que dejaban pasar la luz a los
pisos inferiores, además de contribuir a la iluminación, crean una ampliación del
espacio vertical. En la parte posterior de la casa, fue construido un jardín de invierno
sostenido por estructura metálica vista.
La casa Tassel se considera como la primera obra moderna completamente libre de
derivaciones historicistas; como la primera realización arquitectónica donde adquieren
un significado expresivo las exigencias constructivas de la nueva técnica del hierro.
En 2000, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco con otras tres
construcciones más del mismo arquitecto.
2. La escuela de arte de Glasgow
Otra obra paradigmática del estilo Art Nouveau, en su versión abstracta geométrica, es la
escuela que construye Charles MacKintosh en 1898. A los lados del vestíbulo de entrada
se agrupan tres y cuatro aulas. Esta asimetría denuncia una de las búsquedas de
MacKintosh en su arquitectura. La fachada principal está definida por las grandes
ventanas de las aulas, que se abren en un continuo paramento de piedra, cargadas de
elementos plásticos. Siguiendo el gusto por lo plano, la coronación del edificio consiste en
una gran cornisa de losas en voladizo. De esta sencillez geométrica sobresale el cuerpo
macizo central, inspirado en la vieja arquitectura escocesa.
En concreto se trata de la escuela de Glasgow de Mackintosh en Escocia. Según la
historiografía tradicional, deberíamos encuadrarla en el Movimiento Modernista de finales
del XIX, aunque su carácter racional y puro lo emparenta mucho más con la modernidad
del XX. Es el llamado modernismo geométrico que también se produce en Viena (Wagner,
Olbrich, Hoffmann) y que se opone por completo a la fantasía curva y vegetal de otros
modernismos, como el de Guimard, Horta o Gaudí.
Su planta, por necesidades lógicas, tiende a una estructura regular: un rectángulo apenas
sin articular que se retranquea de la calle gracias a un pequeño espacio resguardado con
un muro con verja. Su estructura axial parece desprenderse del tratamiento más
destacado que se da a la entrada.
En su alzado se utiliza fundamentalmente el ladrillo y el cristal. En concreto éste último
material (por sus proporciones dentro del conjunto y su acabado y sujeción a partir de
elementos metálicos) nos da una clave muy evidente de la modernidad de su
construcción.
Los elementos sustentantes no son visibles desde el exterior, pero la disposición de las
amplias ventanas nos hace pensar en pilares entre ellas (luego recubiertos con ladrillos).
La distancia entre uno y otro es demasiado grande para una construcción por lo demás
adintelada, por lo que habríamos de pensar que se trata de cemento o hierro, únicos
materiales capaces de soportar las tensiones que no se pueden descargar en el muro
(pues es un muro cortina). Por todo ello lo lógico sería pensar que se trata de una
estructura de jaula de materiales resistentes que luego se cubren con una piel de ladrillo.
El edificio es fundamentalmente horizontal y prima en él el vano sobre el muro, lo cual
creará un interior luminoso y diáfano, gracias a su estructura de pilares.
El tejado se muestra a dos aguas con cornisa en saledizo y estructura metálica.
La decoración es casi inexistente, siguiendo u esquema modular (ventanas, alternancia
de vanos y vacíos), que es sólo roto muy levemente por el claroscuro generado en medio
de los pilares (para remarcar el carácter de módulo) y las suaves líneas curvas que
presenta la valla y barandilla.
Bajo todas estas ideas es evidente que nos encontramos con un edificio moderno (por el
uso de los materiales), muy cercano al funcionalismo (evidente en su falta de decoración y
empleo de la luz natural).
3. Palacio de Bellas Artes México.
Durante el Porfiriato, bajo el slogan del gobierno de la República y, sobre todo
del entonces presidente de la república Don Porfirio Díaz “Orden y progreso”,
de alguna manera se necesitaba mostrar al mundo cuan próspero y moderno
era el México de ese entonces y que mejor forma que hacer edificios que lo
representaran dignamente. Esto dio como resultado que, a principios del siglo
XX, se ideara el proyecto para la construcción del Nuevo Teatro Nacional,
además de muchos otros. Así, Porfirio Díaz encargó al arquitecto italiano
Adamo Boari la construcción de éste como parte de las actividades de su
gobierno, dicho teatro formaría parte de las celebraciones por el centenario de
la Independencia.
En esa época, surgió entre la alta sociedad de México la tendencia por imitar
los estilos europeos, tanto en costumbres de la vida cotidiana como en
modelos arquitectónicos. Algunos autores afirman que en el periodo porfiriano,
la arquitectura abarca desde el romanticismo hasta el modernismo, y se
manifiesta de forma singular, con eclecticismo, permanencia de gustoso,
seguimiento de esquemas de las escuelas europeas, la integración a la
modernidad con el Art Nouveau, y a la vez un deseo nacionalista basado en la
interpretación y renacimiento del prehispánico, lo cual evidentemente se
impreso en el Palacio de Bellas Artes.
Y es todo esto lo que la contrastante sociedad mexicana recibía a cambio del
sometimiento a la dictadura. Así que, dado el contexto y la duración en que se
desarrolla la obra, al final encontramos al Art Nouveau y el Art Deco como
movimientos artísticos internacionales bien manifiestos en el sentido de la
construcción y decoración del edificio. Lo ecléctico del edificio logra mezclar lo
puramente mexicano en una armonía perfecta con elementos internacionales,
permitiendo una singular manifestación de arquitectura mexicana. A lo largo de
los 30 años que se duró la construcción del Palacio de Bellas Artes, México
estuvo sufriendo importantes movimientos económicos, políticos y sociales,
que sin duda se ven reflejados en la obra misma.
La construcción comienza durante el periodo porfirista (1876-1911).
El intento de marcar bien un esplendor urbano en todos y cada uno de los
edificios construidos en este contexto, se contrariaba la situación verdadera de
la mayoría de la población en el país.
La historia de lo que hoy conocemos como Palacio de Bellas artes, nace en
1842, cuando el que entonces presidente de la República, Antonio López de
Santa Anna coloca la primera piedra del Teatro Santa Anna, el 18 de febrero
en una gran ceremonia. Esta obra se desarrolla con el apoyo económico del
presidente, el ayuntamiento de la ciudad y de empresarios interesados. El
arquitecto Lorenzo de Hidalga (1810-1872) estuvo a cargo de la obra y muy a
su consideración de estilo neoclásico, el edificio fue considerado la mejor obra
arquitectónica del siglo XX. La planta arquitectónica con forma de herradura
siguiendo el modelo europeo, la fachada con columnas corintias, balcón con
barandal de hierro forjado son algunas características de la misma. En
septiembre de 1844, siendo el administrador del teatro José Antonio de
Irigoyen, quiebra y se da una orden de arrendamiento. Pasa a ser entonces
Teatro de Vergara, hasta el 15 de diciembre del mismo año cuando se
convierte en Teatro Nacional. Este recinto fue testigo de numerosos
acontecimientos de gran importancia como el estreno del Himno Nacional
Mexicano. Durante la intervención francesa se convierte en Teatro imperial,
restaurada la república, vuelve a ser Teatro nacional. En esta época, bajo el
régimen porfirista, las ciudades de México prosperaron y la cultura de México
pretende elevarse a la altura de grandes ciudades de Europa. Adamo Boari, es
comisionado por el gobierno de la ciudad para llevar a cabo una obra tan
significativa como la construcción del nuevo Teatro Nacional.
DESARROLLO DE LA OBRA.
Considerando la ubicación perfecta para este edificio, entre la Alameda y el
Edificio de Correos, Boari emprende la construcción en 1901 demoliendo los
edificios del lugar. En el régimen de Porfirio Días nace una fuerte tendencia
europeizante muy marcada que se desarrolla en diversos ámbitos, no solo en
la expresión artística, si no en la misma cotidianidad social, con lo que se
pretende incorporar a México en un contexto cultural internacional. Por todo
ello, Boari recorrió Europa y fue a Chicago durante1901 y 1902, a fin de
comparar los teatros existentes en aquellos lugares y buscando ideas y
conceptos arquitectónicos para elaborar el proyecto. Regresa a México
impactado por el Art Nouveau, estilo decorativo en que predomina la línea
curva fluida, ondulatoria, orgánica, asimétrica y de fuerza rítmica. Para 1904,
entrega los primeros 18 planos del nuevo Teatro Nacional. En el mismo año se
comienzan las excavaciones de 2.4 metros bajo el nivel de la calle y 3.5 metros
para lo que sería el lugar del escenario. En aquella ápoca, la ciudad crecía
desmedidamente, en pocos años el territorio de había duplicado, pero de
veintiocho colonias creadas desde principios del siglo, sólo seis tenían todos
los servicios. El paseo de la reforma era un eje que dividía la ciudad vieja en el
oriente y la nueva, la ciudad moderna, en el sur poniente. La construcción del
nuevo Teatro Nacional abría paso a importantes cambios en el oriente de la
ciudad, como la prolongación de la avenida 5 de mayo, de Bolívar hasta Santa
Isabel (hoy Eje Central). Con la idea de elevar a México a la altura de ciudades
europeas, Boari diseña un edificio singular que no parecía italiano ni francés.
Debería ser un centro de reunión de lo mejor y más elegante de la sociedad
mexicana, así que Boari proyectó un edificio enorme, con un vestíbulo techado
con cristales, un invernadero, restaurante, cafetería y los más grandes
adelantos de la época. Desde un principio el edificio estaba separado en dos
partes: La primera como local de espectáculos y la segunda como salón de
fiestas y conciertos. Boari presentó el diseño al gobierno mexicano, que aceptó
y sugirió cambios, exagerando la grandiosidad del proyecto. El presupuesto
estimado era de $ 4,190,844,00 y al construcción duraría unos 4 años. En la
obra, se pretendía aplicar técnicas utilizadas para la construcción de los
rascacielos de Chicago y Nueva York, pero el suelo de México obligó a diseñar
un sistema de cimentación especial. Boari consideró las exigencias visuales y
acústicas del inmueble. La sala tendría una forma de embudo y agregó a su
proyecto innovaciones que revolucionaban el complicado ambiente de la
tramoya, por ejemplo instalaciones mecánicas con movimiento hidráulico y
eléctrico. El auditorio sería para 1791 personas. Boari presentaba como su
idea un edificio revestido por sus cuatro lados de mármol, de 96 metros de
frente y 116 de largo, ocupando una superficie de dos hectáreas, incluidas las
rampas y escaleras. En su proyecto el arquitecto prevé una estructura de acero
para muros y techos y una plataforma de acero y concreto para la cimentación.
Algunos detalles particulares de la obra son: dobles entrada laterales para el
servicio de los carruajes, un gran jardín, una cúpula sobre éste, el nivel de la
orquesta móvil, la boca escena sin cortinajes y sin arlequín con iluminación
periférica y con caja acústica en la bóveda, telón en forma de cortina,
movimiento eléctrico e hidráulico para la maquinaria escénica, un gran
ascensor para elevar los carruajes del nivel de la calle al nivel del escenario,
luz solar directa todo el edificio y artificial completamente oculta. En la primera
etapa de construcción se cimentó, con cálculos del Arq. Especialista W. H.
Birkmire, de Nueva York. La ejecución, por la constructora Firma Milliken
Brothers, de Chicago, en 1903 y la estructura metálica para los cementos con
Cálculos de W. H. Birkmire y ejecución por la misma constructora. Las
estructuras estaban compuestas por acero, concreto y mármol, 210 columnas
distribuidas, muros de concreto y cubiertos de mármol. Una obra considerada
en su época la más grande del mundo con sus dimensiones y características.
Sin embargo, todos los cálculos en la cimentación resultaron un fracaso sin
precedentes. La plataforma de concreto comenzó a hundirse, no solo privando
al proyecto de la escaleras ascendentes, si no que sufrió también importantes
rupturas. Fue necesario no solo readaptar el proyecto si no comenzar
inmediatamente a inyectar mezcla de cemento, cal y grava el varios puntos del
terreno. El hundimiento aproximadamente fue de metro y medio. En 1910 se
inyectó en el lado oriente de la plataforma cemento y cal. Esta operación
concluyó en agosto de 1911 y en total se inyectaron 951 toneladas de
cemento, para 1912 se repitió la operación en el mismo sector de la
plataforma., además se agregó cal y arcilla. Se cree que los que calcularon no
consideraron la gruesa capa de fango sobre la que construirían. Por ello se
atrasó la obra tres años. Boari consideraba que el país debía emplear y
expresar sus propias formas arquitectónicas, lo cual explica que en las
fachadas predominen elementos de las culturas prehispánicas como cabezas
de jaguares, monos, coyotes, serpientes. Sin embargo, enfatizando el estilo
europeizado. Boari no quiso convocar concursos públicos para seleccionar a
los mejores artistas europeos, quería repartir el trabajo según la índole de su
especialidad. En 1906, el arquitecto fue a EU y Europa para visitar a algunos
artistas para que sus obras fueran en todo sentido excepcionales. Por algunos
de los factores que afectaron la construcción de la obra, al estallar la
Revolución, el edificio se encontraba inconcluso y Boari tiene la preocupación
de relatar su propia obra. A partir de 1912 el ritmo de la obra disminuye hasta
el 1916 ser suspendida totalmente. Ante la imposibilidad de concluir el teatro,
quiso dejar un testimonio al menos escrito de lo que él concebía en su obra
magna. Su publicación dispone de 34 láminas donde se observan los planos y
los aspectos decorativos de los ornamentos. Así que Boari continua mandando
desde Italia planos, fotografías y actualizaciones del proyecto, integrados en
una carpeta titulada La Construzione di un Teatro en donde explicaba la
importancia arquitectónica de éste nuevo Teatro en México. Hizo todo lo
posible hasta su muerte porque la calidad de su obra no se viera disminuida y
estaba convencido de que el Teatro Nacional de México había representado un
gran esfuerzo y su más importante obra. Ante los obstáculos que se
presentaban para reanudar y terminar el proyecto, dado que, entre otras cosas,
no podía regresar a México, Boari le dio el sobrenombre de “elefante blanco” a
su obra. El arquitecto italiano murió en 1928 sin haber visto la obra concluida.
El edificio inconcluso fue visto durante muchos años como una obra
abandonada a pesar de que en su sala de espectáculos con butacas
improvisadas se realizaron un sinnúmero de actividades importantes para la
vida de la ciudad. En dos ocasiones se intentó reanudar los trabajos para
concluir la obra. La primera bajo la dirección del arquitecto Antonio Muñoz, en
el periodo presidencial de Venustiano Carranza. Se dispuso el apresuramiento
de los trabajos a fin de poder utilizar el edificio en 1921, cuando sería el
centenario de la consumación de la Independencia. La segunda etapa se
desarrolló a partir de 1928, con la creación de comité encargado de recaudar
fondos para la conclusión de la obra. En los años 20 se dio un gran avance al
aspecto exterior del teatro. En mayo de 1930 el presidente Pascual Ortiz Rubio
emite un acuerdo para que se concluya el teatro nacional, tomando en cuenta
dos aspectos. Primero, que la conclusión de la obra fuera lo más económico
posible, y el segundo, que se respetaran, dentro de lo posible, los planes
originales de Boari. En ese momento el secretario de hacienda, Ing. Alberto J.
Pani interviene de la siguiente forma: “…si la obra no responde a una
necesidad social, puede quedar definitivamente abandonada. No se trata ahora
de concluirla por concluirla, sino de examinar hasta qué punto se impone el
sacrificio económico que demanda su conclusión.” Por ello, se convierte en
Palacio de Bellas Artes, sede de una institución con finalidad social y pública
que fomentara y difundiera el arte, favoreciendo a la sociedad en general. Por
ello se tiene que adaptar el edificio a las necesidades de la institución
propuesta y se designa al arquitecto mexicano Federico Mariscal como jefe y
director encargado de las modificaciones pertinentes. Por motivos
presupuestales no se puede concluir la obra, hasta que en 1932 mediante un
nuevo acuerdo presidencial se intenta concluir la obra. Mariscal rediseñó el
interior del teatro a las reglas del nuevo Art Deco. Entre las modificaciones
están que el salón de fiestas se convertiría en museo de artes plásticas. El
palco presidencial se redujo y se creó un foyer, que hoy es la sala internacional
de exposiciones; se instaló una sala de conferencias, museo de artes
populares en instalación de diversas galerías para exhibir distintas obras
artísticas nacionales. Se abrieron nuevas dotaciones de espacios públicos, se
reestructuró la Sala de Espectáculos, ampliando los pisos de las lunetas y de
los anfiteatros para aumentar el cupo, con lo cual se dispone al final de las
modificaciones con 2035 asientos.
Los principales elementos de esta segunda etapa son: La Plaza y la colocación
de los Pegasos en el estacionamiento, el vestíbulo, el hall, la Sala de
Espectáculos, el Museo del libro y biblioteca; El museo de Artes Populares; el
Restaurante, cuyo responsable fue el Arq. Federico Mariscal. Los murales, a
cargo de Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Todo esto de 1932 a 1934. Entonces, aquel edificio concebido en los primeros
años del siglo como Teatro Nacional terminaría 30 años más tarde como un
Palacio Nacional de Bellas Artes, por representar un centro destinado a la
exposición y representación de obras de interés público y no solo de la
burguesía. Fue inaugurado el 29 de Septiembre de 1934, por el entonces
presidente Abelardo Rodríguez. Desde 1946 es sede del INBA, que en esta
fecha es fundado.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL EDIFICIO (EXTERIORES)
Adamo Boari diseñó un edificio que incorporaba los avances tecnológicos de
los mejores teatros de la época. El edificio se caracterizaba por organizar las
salas en torno a un gran hall, rematado por una triple cúpula situada entre el
vestíbulo y la sala de espectáculos, lo cual realzaba la majestuosidad del lugar,
dado que era lo normal en edificios de este tipo solo una cúpula sencilla.
Adamo Boari lo proyecta con Art Nouveau, muy en boga a principios de siglo,
esto en el exterior del edificio. Mexicanizar el Art Nouveau era un propósito en
cuanto al aspecto escultórico en el exterior del edificio, como ya se ha
mencionado introduciendo elementos meramente nacionales como flores de
girasol, serpientes, águilas, cabezas de chivos, coyotes, monos, etc. de
acuerdo con éste, los elementos decorativos fueron diseñados con una
delirante línea ondulada inspirada en motivos naturales. No obstante, también
quiso imprimirle un toque nacionalista, de modo que muchos ornamentos están
inspirados en la flora y fauna mexicanas, así como en motivos de origen
prehispánico. Sin embargo, el diseño general mantiene rasgos clásicos.
Importantes artistas extranjeros fueron convocados para crear trabajos
escultóricos y decorativos de corte clásico. Entre éstos destacan los pegasos
alados hechos en bronce, traídos desde España para rematar el cubo de la
sala principal; ahí se colocaron en 1912, pero ese mismo año fueron llevados a
la Plaza de la Constitución donde permanecieron hasta 1928, cuando Federico
Mariscal decidió colocarlos en la plaza frontal del palacio. En sus fachadas se
integraron cuatro grupos escultóricos realizados por André Allar y Paul Gasq,
pensados originalmente para el Palacio Legislativo. Sólo hasta que intervino el
arquitecto Mariscal, los mexicanos tuvieron participación en la dirección del
trabajo. Se utilizaron diversos tipos se materiales tanto nacionales como
extranjeros. Para las fachadas y otros elementos se utilizó mármol de Carrara
Italia, además del mexicano que se trajo de varias partes de la república como
Yuxtepec, Morelos, Buena vista, Guerrero, Las Vigas, Veracruz, entre otros.
Para el revestimiento de fachadas se utilizó mármol de grueso espesor. La
ornamentación de las fachadas por el artista Leonardo Bistolfi en 1908.
Relieves de las fachadas laterales por el escultor Adamo Boari; claves,
mascarones, guirnaldas y flores por el escultor G. Fiorenzo. En los conjuntos
escultóricos participaron diversos artistas, con las siguientes aportaciones: En
lo relacionado a la herrería, los modelos de rejas y ventanas fueron concebidos
por Boari. La puerta principal, de hierro tiene decorados de bronce.
En la primera etapa, las demás puertas fueron trabajadas por el Italiano
Alessandro Mazzucotelli. Al adaptar el diseño a las necesidades del ahora
Palacio de Bellas Artes, y ya no Teatro Nacional, el mexicano Luís Romero
reprodujo las puertas al grado de no poder diferenciarse entre la original y una
réplica.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL EDIFICIO (INTERIORES)
Al reanudar los trabajos de construcción en 1932, un nuevo estilo artístico
dominaba: el Art Deco. Influido por expresiones pictóricas modernas, este
estilo se caracterizó por la geometrización de las formas y por las líneas rectas.
Uno de sus mejores ejemplos es el trabajo de Mariscal en el interior, donde
también aparecen detalles de inspiración prehispánica. Todos los elementos,
incluyendo los estructurales, constituyen sobrios motivos decorativos, con una
fuerte tendencia a la verticalidad. La gran cúpula que cierra el vestíbulo es un
armazón de metal recubierto con nervaduras de cobre, laminillas de ónix
translúcido y cerámica. Los muros, pisos y columnas se revistieron con
mármoles mexicanos en varios colores, combinados con ornamentos
trabajados en diversos metales por la casa Edgar Brandt de París, como los
mascarones de Chac, el dios maya de la lluvia. La escalinata arranca con dos
luminarias en forma de fuentes, hechas en acero y cristal esmerilado; entre sus
dos rampas, las puertas que dan acceso al vestíbulo de la sala muestran
mascarones de Tláloc, el dios teotihuacano de la lluvia, y un rostro de bronce
que evoca la representación griega de la tragedia. La decoración interior de la
sala de espectáculos está compuesta por plafón de cristal en la cúpula interior
de la sala de espectáculos por D. Maroti. En la misma el sorprendente telón
está formado por una cortina de estructura metálica que sostiene un enorme
mosaico de vidrio opalescente. Más de un millón de cristales de dos
centímetros cuadrados dan forma a una panorámica del Valle de México,
inspirada en una obra de Gerardo Murillo. La cortina rígida del escenario con
un peso de 22 ton y 15.30 m de ancho por 14 m de altura, concebida por
Garnier, constructor de la ópera de Paris, pero el motivo de la decoración del
telón lo encontró en el paisaje mexicano, precisamente las cumbres nevadas
del valle de México: El popocatépetl y el Iztazihuatl. Ejecutado por la casa
Tiffany de Nueva York, el mosaico fue colocado cuando Boari aún dirigía la
obra. Lo rodea un arco decorado con mosaicos titulado El teatro a través de las
edades y realizado por el húngaro Geza Marotti. De él es también el vitral
circular que corona la sala, donde se representa a Apolo y las nueve musas. La
maquinaria del escenario por el ingeniero por el ingeniero A. Rosemberg de
Alemania. Vinieron de Alemania tanto el equipo como el personal responsable
de su instalación. Participaron compañías y artistas extranjeros en el vitral,
telón, esculturas, etc. La orquesta se ubica a nivel inferior de la luneta. Cuenta
un escenario de 24 m. de longitud, con instalaciones mecánicas completas. En
el tercer y cuarto pisos se ubican varias salas de exposiciones e importantes
obras del muralismo mexicano; destacan entre los autores: Rivera, Orozco,
Siqueiros y Tamayo. Este largo esfuerzo de construcción y decoración en
interiores y exteriores hace evidente una armónica mezcla de estilos, conocida
como estilo ecléctico, que definitivamente es el estilo del Palacio de Bellas
Artes. Con elementos de Art Deco y de Art Nouveau y de otros más, pero al
final ecléctico definitivamente. El edificio cuenta con un estacionamiento con
capacidad para 470 automóviles, que recientemente fue remodelado, al igual
que muchos elementos escultóricos y de la misma estructura han sido
remodelados y se les ha dado servicio de mantenimiento, limpieza a partir de
su inauguración. Se han llevado a cabo diversos trabajos de mantenimiento a
fin de conservar su majestuosidad y grandeza que en todo sentido representa
para México.
1. La armonía. Leonardo Bistolfi 2. La música. Leonardo Bistolfi 3. La
inspiración. Leonardo Bistolfi
4. Grupo las musas y águila nacional. Geza Marotti 5. Figura femenina
frente. A. Boni 6. Figura femenina espalda. A. Boni 7. Pegasos. Agustín
Querol 8. Herrería. Alessandro Mazzucotelli 9. Cabeza de caballero
águila. Gianetti Fiorenzo 10. Cabeza de caballero jaguar. Gianetti
Fiorenzo 11. La edad viril. André Allar
12. La juventud. André Allar 13. La ley. Paul Gasq 14. La verdad. Honoré
Marqueste 15. Serpientes. Giannetti Fiorenzo
Edificios Icónicos del Art Deco
1. Edificio El Moro
Construcción
Inicio 1938
Construcción 1946
Estimación de
finalización
2010
Dimensiones
Altura máxima 107 m
Altura de la azotea 65 m
Altura de la última
planta
65 m
Número de plantas 29
Número de
ascensores
5
Equipo
Arquitecto(s) Manuel Ortiz Monasterio,Bernardo
Calderón, Luis Ávila
Ingeniero
estructural
José Antonio Cuevas
El Edificio El Moro es una construcción que se encuentra en el Paseo de la Reforma,
Colonia. Tabacalera, Delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México. Se considera
como uno de los primeros rascacielos de la capital mexicana, y fue inaugurado en 1945,
antes que la Torre Latinoamericana. Se le conoce también como La Lotería, porque
alberga las oficinas de la Lotería Nacional (Lotenal), fue en esa época por un año (en la
historia de la torre se explica el dato), el edificio más alto de la Ciudad de México hasta
que fue concluida la construcción de la Torre Anáhuac.
Su altura es de 107 m u tiene 29 plantas.
De estilo Art Decó.
Cuenta con 5 elevadores.
Los materiales que se usaron en su construcción fueron: acero, cristalería y concreto.
El área total del edificio es de 22,000 metros cuadrados en un predio de más de dos
mil metros cuadrados que antes ocupaban la comandancia de policía que estaba junto
a la casa de Mier y Terán, la casona donde se ubicaron también las oficinas de la
Lotería Nacional (Paseo de la Reforma #1) y tres predios más
Después de haber ocupado varios predios la Lotería Nacional entre los que se destacan
una vieja casona que se ubicó en la calle de Capuchinas, hoy Venustiano Carranza. Esta
vieja casona operaba lo mismo como oficinas, que como expendió de billetes de lotería. El
primer sorteo, se llevó a cabo en el Salón de Cabildos del Ayuntamiento de la Ciudad de
México, pero debido a que era un espacio con muchas restricciones y la lotería era para
todo el pueblo, sin importar a que casta perteneciera, se buscó un sitio más accesible en
una vieja casona de la calle de Vergara; sin embargo, esto tampoco resultó por la
condiciones de deterioro en que se encontraba la construcción, así que por instrucciones
de Francisco Xavier de Sarría, primer director de la Real Lotería, se cambiaron al patio de
la Escuela de Medicina en la Plaza de Santo Domingo, donde se llevaban a cabo los
sorteos.
Después de algunos años, y por el crecimiento propio de la institución, hubo otras sedes
esporádicas en las calles de Donceles, Justo Sierra y en los bajos del Hospital de San
Andrés, donde en la actualidad se encuentra el MUNAL. En ese entonces la Lotería le
debía muchas rentas al Hospital, así que antes de ser lanzados, amenaza que ya tenían
sobre su cabeza, el general Antonio López de Santa Anna, pagó el adeudo e incluso le
dio dinero a la institución para que comprara algunas propiedades como la del Portal de
Mercaderes, que está frente a Palacio Nacional, y la Casa de los Baños. Sin embargo, la
Lotería seguía necesitando su propio edificio, por tal motivo se compró la antigua casona
de don Ignacio de la Torre y Mier, casado con Amada Díaz, la hija de donPorfirio Díaz. En
esta enorme casona, ubicada en Reforma No. 1 permaneció durante algunos años y por
primera vez se utilizó en Latinoamérica un anuncio de gas neón.
Remodelación de la fachada del edificio.
Finalmente, en 1933 llegó el momento de edificar un edificio especial para la Lotería. Así
que, pensando en sus planes de expansión, se adquirió la comandancia de policía que
estaba junto a la casa de Mier y Terán, la casona de la época del Porfiriato que se
ubicaba en Paseo de la Reforma No. 1 y tres predios más ubicados en la parte trasera. En
esos cinco predios, que miden más de dos mil metros cuadrados, se comenzó a construir
el Edificio El Moro.
El primer proyecto que se presentó fue un edificio de 5 pisos, dos de sótano, y que
parecía una tienda de moro. Ese proyecto se imprimía como membrete en el papel de la
Lotería, por eso los trabajadores le llamaron al edificio El Moro, porque parecía una tienda
morisca. Finalmente se aprobó el proyecto de un edificio de 20 pisos y dos sótanos. El
entonces presidente de la república Lázaro Cárdenas aprobó, excepcionalmente, la altura
del edificio, aprobando una mayor altura de lo autorizado en la ley vigente de construcción
de la época de ladécada de 1930, también en esa década se inició un estudio detallado
de la vulnerabilidad sísmica a la que sería sometida el edificio cuando se enfrentase a un
terremoto.
La cimentación comenzó en el año 1934, y debido a que durante las primeras
excavaciones se encontró que el exceso de agua en el subsuelo ocasionaba una
elevación en el terreno, "El Loco" Cuevas proyectó el inicio de un nuevo sistema de
cimentación, al que llamó sistema de flotación elástica, una gran obra de ingeniería que
destacó en el mundo por su atrevimiento y originalidad. El sistema de flotación elástica
permitió a Cuevas realizar un nuevo proyecto, que fue autorizado con un piso
subterráneo, entrepiso, planta baja y diecisiete pisos superiores. El programa de
edificación continuó en forma paralela a los estudios científicos y técnicos, los cuales
permitieron el sostenimiento del edificio; sin embargo, se presentaron infinidad de retrasos
cuando se llevaban a cabo las pruebas y verificaciones sobre la seguridad de la obra.
La construcción de la torre inició a finales de la década de 1930, la torre fue sinónimo de
modernidad para el Paseo de la Reforma y marcaría el inicio de las grandes
construcciones de altura en la ciudad de México.
En 1942 se inició el montaje de estructuras de madera y hierro para la cimbra de la
bóveda del Salón principal, se compraron los elevadores y se acondicionó el Salón de
Sorteos.
Esta construcción enfrentó varios retos, entre ellos: el suelo fangoso e inestable de la
ciudad de México, al estar el suelo constantemente poroso y saturado de agua (este
proceso es llamado licuefacción) las ondas sísmicas convierten al suelo en gelatina y los
edificios se caen por su propio peso, esto propicia que al momento de un terremoto el
edificio pierda estabilidad y se venga abajo. A este fenómeno se le llama amplificador
sísmico, por lo cual los ingenieros de la torre tuvieron que idear una forma de luchar
contra estos detonadores, y finalmente idearon que la mejor forma de mantener al edificio
en su configuración vertical era construir el edificio por medio de un sistema de flotación
elástica. Cabe destacar que fue el primer edificio en el mundo en ser construido por medio
de este proceso, con el cual este edificio marcaría el inicio de la tecnología mexicana en
rascacielos en zonas sísmicas y suelos fangosos.
Para que el edificio pudiese contar con un aislamiento sísmico óptimo, se incluyó una
cimentación de 180 pilas de concreto y acero que penetran a una profundidad de 55
metros, llegando hasta el subsuelo más firme y rocoso.
Fue el tercer rascacielos en la Ciudad de México y en el mundo después del Edificio
Miguel E Abed, el Palacio de Bellas Artes y el Edificio La Nacional en estar en una zona
de alto riesgo sísmico y un suelo fangoso.
Para finales del año 1945 tuvo fin la construcción de la torre y oficialmente se inauguró el
28 de noviembre de 1946, también se convirtió en el edificación más alta y moderna de la
Ciudad de México y del Paseo de la Reforma, aunque el Edificio Corcuera concluido
en 1934 fue en realidad el edificio más alto de México hasta el año 1946 cuando fue
concluida la construcción de la Torre Anáhuac, pero no es considerado en la lista como tal
ya que este edificio colapso en el año 1957 tras el terremoto de ese año.
Remodelación de la torre
La primera remodelación parcial que sufrió la torre se remonta al año 1955 cuando la
empresa Televisión de México (canal 4) se va a sus propias instalaciones, la antena y
el espiral le es retirado disminuyendo su altura.
La segunda remodelación sucedió en el año 1978, perdiendo detalles de su fachada
original así como la renovación de las antenas de telecomunicaciones, además se le
agrega como detalle de embellecimiento dos estelas de bronce en ambos lados de la
entrada obra del escultor Federico Cantú, las obras representan a la diosa de la "fortuna".
La tercera remodelación y quizás la más importante debido a la proximidad de las fiestas
del Bicentenario de la Independencia Mexicana es la que se está llevando a cabo
actualmente en la fachada principal de la torre, con la que recuperará su carácter histórico
y estilo Art Déco.
Fachada del edificio después de la remodelación de 1990
Cabe destacar que fue el primer edificio en el mundo, que se construyó por medio de
un procedimiento de flotación elástica2 y además también fue el primero en
Latinoamérica que utilizó un letrero de gas neón.
Este edificio también fue sede por primera vez en México de una señal de televisión
en 1950, daba asilo al canal 4 de Televisión de México (XHTV) en el piso 13 y 14 de
la torre, por lo cual también se le instalo una antena incrementando la altura total del
edificio, llegando a los 100 metros. El canal 4 permaneció en el Edificio El Moro hasta
el año 1955, que se fue a sus propias instalaciones.
Con sus 107 m fue en su momento el edificio de hormigón armado más alto del
mundo.
Fue por varios años el edificio más alto de Latinoamérica.
Debido a la sismicidad de la Ciudad de México este edificio cuenta con 180 pilas de
concreto y acero que penetran a una profundidad de 55 metros llegando hasta el
subsuelo más firme y rocoso.
Después de los dos terremotos más fuertes en la Ciudad de México, tanto
el Terremoto de 1957 como el Terremoto de México de 1985 se le considera uno de
los rascacielos más seguros del mundo junto con Torre Mayor, Torre Ejecutiva
Pemex, World Trade Center México, Torre Latinoamericana, Torre HSBC, Edificio
Reforma Avantel, St. Regis Hotel & Residences y Torre Insignia.
En 1970 es finalizada la segunda Torre sede de la Lotería Nacional, llamada Torre
Prisma.
Ha sido junto con el Edificio La Nacional, la Torre Latinoamericana, Edificio La
Nacional, Torre Contigo, Edificio Miguel E Abed y Edificio Miguel E Abed Apycsa, los
seis únicos rascacielos en soportar 5 fuertes terremotos en todo el mundo.
A lo largo de su historia ha soportado 5 terremotos, el de 1985 que midió 8,1 en
la escala de Richter, el de 1995 de 7.3, el de 1999 de 7.4, el del 2003 de 7.6 en la
escala de Richter y el del 13 de abril del 2007 que midió 6.3 en la escala de Richter
sin sufrir ningún daño en su estructura.
Es ocupado por las oficinas de la Lotería Nacional de México.
A tan solo unos metros se encuentra el Monumento a la Revolución Mexicana,
la Torre del Caballito, la Torre Prisma, El Hotel Sheraton Centro Histórico, La Torre
Latinoamericana y la Torre Nueva de Tlatelolco.
2. Palacio Rinaldi (Montevideo)
Ubicación
Palacio Rinaldi. Ubicado en la esquina noreste
deAvda. 18 de Julio y Pza. Independencia.
Montevideo.
Edificio
Estilo Art decó
Dirección Avda. 18 de Julio 839/841 (esq.
Plaza Independencia 1356/1358)
Uso(s) Destino original y actual: vivienda de
apartamentos, comercios.
Construcción
Construcción 1929
Dimensiones
Pisos 8
Equipo
Arquitecto(s) Alberto Isola, Guillermo Armas
El Palacio Rinaldi está ubicado en el barrio Centro de la ciudad de Montevideo (Uruguay),
en Avda. 18 de Julio 839/841 (esq. Plaza Independencia 1356/1358).
BIM. Catalogado como Bien de Interés Municipal, desde 1997.
Destino original y actual: vivienda de apartamentos, comercios.
Breves miradas del edificio.
En el otro borde de la Ciudad Vieja, frente a la plaza Independencia y donde nace 18 de
Julio, se alza el Palacio Rinaldi. Es un edificio de apartamentos de ocho pisos, realizado
en 1929 por los arquitectos Alberto Isola y Guillermo Armas, que desde entonces viene
realizando un interesante contrapunto con su vecino de enfrente –cruzando la avenida–
el Palacio Salvo. El geometrismo de su fachada, el dibujo diverso de sus balcones, los
elementos decorativos en los ángulos superiores, lo instalan de manera decidida en la
estética arte déco. Todas sus líneas coinciden en sugerir en quien lo observa una idea de
ascensión, al punto que en primera mirada parece mucho más alto de lo que es;
seguramente sus creadores buscaron que no quedara tan desairado al estar tan cerca del
que fuera por mucho tiempo único rascacielos montevideano.»
«Los arquitectos Isola y Armas resuelven sutilmente el desafío que implicaba la
implantación singular del edificio, frente a la Plaza Independencia y en el inicio de la
principal avenida capitalina.
Adoptan un volumen claro que se retranquea superiormente en forma simétrica
posibilitando sugerir una mayor altura de la que efectivamente tiene la obra. Este recurso
complementado a los elementos verticalizantes de su fachada, le otorga al edificio una
escala distintiva que resuelve los desafíos que hablamos de implantación y de
coexistencia con un ícono del ciudad como es el Palacio Salvo.»
Su expresividad puede vincularse por la verticalidad presente, por la ornamentación y por
el uso del color con distintas variantes del Art Decó y como tal debe ser valorada.
Coherente con esta resolución, marcadamente ornamental, se observa la aplicación
reiterada de los elementos geométricos, herrería artística, pastillas de cerámica
coloreadas, características de esta renovación decó.
3. Edificio Chrysler
Edificio
Localización Nueva York, Estados Unidos
Propietario TMW Real Estate (75%) y
Tishman Speyer Properties (25%)
Uso(s) Oficinas
Construcción
Inicio 1928
Construcción 1930
Dimensiones
Altura máxima 319 m
Altura de la
azotea
282 m
Altura de la última
planta
274 m
Número de
plantas
771
Número de
ascensores
32
Equipo
Arquitecto(s) William Van Alen
Ingeniero
estructural
William H. Reynolds
Contratista Chrysler Group LLC
El edificio Chrysler (Chrysler Building en inglés) es un rascacielos art decó situado en el
lado este de Manhattan (Nueva York,Estados Unidos), en el 405 de la Avenida
Lexington y en la intersección de la Calle 42. Se ha convertido en un símbolo distintivo de
la ciudad. Con sus 319 metros (1.047 pies) de altura, fue el edificio más alto del mundo
durante 11 meses, hasta que fue superado por el edificio Empire State en 1931.
Construido originalmente por la corporación Chrysler, el edificio es actualmente
copropiedad de TMW Real Estate (75%) y Tishman Speyer Properties (25%). El edificio
Chrysler fue diseñado por William Van Alen, el contratista William H. Reynolds y
posteriormente vendido a Walter Percy Chrysler como sede central para su compañía.
En el momento en que se estaba levantando el edificio, los constructores de Nueva
York se encontraban en una dura competencia para construir el rascacielos más alto
del mundo. El edificio Chrysler fue construido a una media de 4 plantas por semana y
ningún trabajador murió durante su construcción. Apenas antes de su finalización, el
edificio se encontraba igualado con el edificio 40 Wall Street, de H. Craig Severance. Este
último agregó posteriormente 61 centímetros a su edificio y reclamó el título de edificio
más alto del mundo (esta distinción excluía a las estructuras, como por ejemplo la Torre
Eiffel).
Van Alen, previamente, había conseguido permiso en secreto para construir una aguja,
que fue construida dentro del edificio. La aguja de acero inoxidable Nirosta fue colocada
en la cima del edificio una tarde de noviembre de 1929 haciendo del edificio Chrysler no
sólo el edificio más alto del mundo, sino también la estructura más alta, superando a la
Torre Eiffel. El edificio abrió sus puertas al público, el 27 de mayo de 1930. Van Alen y
Chrysler disfrutaron de esta distinción durante menos de un año, hasta que le fuera
entregada al Empire State Building. Desafortunadamente la satisfacción de Van Alen
quedó empañada por la negativa de Walter Chrysler a pagarle sus honorarios.
El edificio fue renovado en 1978 y 1979, durante los cuales el vestíbulo fue revestido
de granito, mármol y acero. La aguja sufrió una restauración que fue completada en 1995.
El edificio fue comprado por Alex DiLorenzo. DiLorenzo lo vendió a una empresa de
seguros de vida de Massachussets, y posteriormente fue vendido a Jack Kent Cooke, un
inversionista canadiense-estadounidense. El edificio, en este momento, es co-poseído por
TMW Real Estate, con el 75% de la propiedad, y Tishman Speyer Properties, con el
restante 25%.
El edificio Chrysler es un buen ejemplo del estilo arquitectónico art decó; la ornamentación
distintiva de la torre está basada en los tapacubos usados por entonces en los
automóviles Chrysler. En cada esquina del piso 61 hay una gárgola con forma de
águila. En las esquinas del piso 31, están unas réplicas de las tapas de los radiadores de
los automóviles Chrysler de 1929, a las que se les añadieron unas alas.
El vestíbulo es igualmente elegante. Cuando el edificio se abrió por primera vez, contaba
con una galería de acceso al público en la parte superior, y esta galería fue sustituida
pocos años más tarde por un restaurante. Pero ninguna de estas dos iniciativas fueron
capaces de ser económicamente sostenibles durante la gran depresión, así que el
originario mirador se convirtió en un club privado. Los pisos superiores del edificio son
estrechos, con techos inclinados y bajos, diseñados pensando principalmente en el
aspecto exterior, con interiores útiles únicamente para albergar emisoras de radio y otros
equipamientos mecánicos y eléctricos.
En los años más recientes, el edificio Chrysler ha seguido siendo uno de los favoritos de
los neoyorquinos. En verano de 2005, el Museo de Rascacielos de Nueva York escogió a
cien arquitectos, constructores, críticos,ingenieros, historiadores, y eruditos, entre otros,
para que eligieran a sus 10 rascacielos favoritos entre los 25 de Nueva York. El edificio
Chrysler quedó en primer lugar, ya que el 90 % de los elegidos colocó el edificio entre sus
10 edificios favoritos de Nueva York6
El perfil distintivo del edificio Chrysler ha inspirado en la construcción de rascacielos por
todo el mundo, como el One Liberty Place, de Filadelfia.