EL VIAJE EN EL TIEMPO DURANTE EL CAMPAMENTO 2015
A tres escalones de comenzar el viaje, los nervios y las ganas se palpaban. El lugar de partida,
no podía ser otro que aquel en el que comienzan todas nuestras aventuras; tenor fleta (a la
altura del renombrado antiguo, ahora inexistente, banco pastor).
Y allí, tras nuestra espera particular; algunos cinco minutos, algunos todo un año; las ruedas de
nuestro bus nos llevaron al inicio de nuestro viaje, el destino lo teníamos claro; era Barasona.
Aunque en el fondo, sin querer decirlo todavía, todos intuíamos que con las ruedas de nuestra
imaginación comenzaría un nuevo viaje. Algo profundo, mágico y sin duda especial; un viaje en
el tiempo.
Pero eso no lo supimos hasta que nuestros pies volvieron a pisar tierra firme en el hogar de las
ardillas, el acebo y las estrellas. Una gran máquina del tiempo con su creador Adolf, nos
esperaba para contarnos un sin fín de problemas con los que teníamos que ayudar; qué si la
máquina se había roto, que si Charlie no hacía más que romperla, que si necesitábamos un
anillo para poder reestablecer el tiempo, y cada día, era una historia diferente, sáltabamos en el
tiempo aprendiendo las costumbres de cada época, realizando los mismos ritos, aprendiendo
nuevas formas de comunicarnos...
En la Prehistoria conocimos a la tribu Hunga-Bunga. Los egipcios nos lo pusieron difícil para
encontrar el regreso al presente con aquellos jeroglíficos tan complejos. En Grecia con sus
cotillas musas contactamos con los Dioses del Olimpo. Cuando llegamos a Roma la máquina
se armó un lio, hubo tantos saltos temporales que los pobres romanos tuvieron que luchar
contra zoombies, aliens y hippies. Durante la Edad Media coronamos al Nuevo Rey, el aguacil
no paraba de darnos nuevas noticias, claro, en aquella época no existía televisión ni móviles,
alguien tenía que hacer todo ese trabajo. Cuando llegamos a la época de Indios y Vaqueros
nos vimos inmersos en la lucha en medio del Lejano Oeste. Fue en los años 80 con aquellas
músicas y peinados extravagantes cuando de la mano de Madonna y Michael Jackson
encontramos al malvado de Charlie. Y …¡Nos faltaba el anillo! En la era de la Industria, los
trabajadores nos ayudaron a encontrarlo, aunque hasta que no llegamos al Futuro no pudimos
recobrar el espacio tiempo. Y todo esto lleno de risas, bailes, talleres y emociones. ¡¡No hemos
parado!! ¡¡Y lo que nos hemos divertido!!
Y sí, estos diez días han sido una aventura en el tiempo, pero sobre todo ha sido una aventura
llena de gestos, de personas y de alegría. Tu familia se transforma y se hace un poco más
grande y cuando llega la última noche miras al cielo y de repente te das cuenta que hay más
estrellas y miras a un lado y ves a ese amigo que ya conocías y con el que has disfrutado todos
estos días, y miras al otro lado y ves a esa persona que has descubierto, que te ha
sorprendido, que no conocías pero que a partir de ahora lo vas a recordar siempre. Y es
entonces cuando descubres que: de todas estas historias que te cuento y hemos vivido, la más
importante que estás viviendo está llena de palabras como; convivir, ayudar, sonreír, compartir
y todas esas palabras que hacen que a pesar de que seamos todos distintos y únicos,
formemos una piña. No os olvidéis que cada uno somos la pieza de este puzzle, único y
exclusivo y que nosotros también guardamos nuestra pieza particular para el recuerdo.
Solo nos queda lo más bonito, dar gracias. Gracias a todos los protagonistas, niños, pequeños
y mayores, que habéis dado todo lo mejor de vosotros para hacer de esta experiencia única.
Sin vosotros este viaje nunca tendría sentido. A todos los padres y madres por confiar en
nuestro trabajo un año más. Y gracias a nuestros compañeros y amigos de Barasona, esos